Mónica Eugenia Moreno Rubio – DEIPCS
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Corragio, José Luis (1989), “Sobre la espacialidad social y el concepto de región” en: Corragio, José Luis;
Alberto Federico; Oscar Colman (editores), La cuestión regional en América Latina, Quito: Grupo CIUDAD;
pp. 67-105
«Reservamos el término categoría para aquellas
determinaciones de existencia, constitutivas de un
campo de fenómenos delimitado científica y no
empíricamente» (p. 67)
«Así, una sociedad no está constituida solamente por
un sistema de categorías exclusivas del ser social (y
que por lo tanto no se puedan reencontrar en los
estratos del ser natural), sino que tales categorías están
entramadas con categorías propias de lo natural, sin las
cuales no puede efectivamente existir el todo social»
(p. 68)
«Pero estas categorías de orden natural, que están
presentes en formaciones de orden superior, sufren una
variación entre estratos. Por ejemplo, el ‘trabajo’ es
una categoría histórica, cuyo carácter teleológico… la
diferencia de las categorías naturales. Sin embargo, no
puede existir trabajo sin la transformación de la
materia natural» (p. 68)
«En tal sentido, desde una tópica social, no puede
plantearse la relación naturaleza / sociedad como una
interacción entre dos entidades independientes, puesto
que la sociedad misma tiene condiciones naturales
propias de su misma modalidad de ser, que operan en
su interior como determinaciones de existencia» (p.
68)
«Pasamos ahora a considerar la posición de la
categoría ‘espacio’. Su análisis ha estado
fundamentalmente basado en la problemática propia
de la física y también de las matemáticas. En lo que
hace a las ciencias sociales, el término ‘espacio’ es
utilizado algo descuidadamente… Con esto,
prácticamente no se diferencia entre ‘espacio’ y
‘región’» (p. 69)
«El procedimiento correcto para un estudio riguroso
sería: comenzar con un análisis de la categoría espacio
en relación a los procesos naturales; ver de qué forma
esta categoría entra en los procesos sociales a través de
la relación entre naturaleza y sociedad y, asimismo,
Las categorías se construyen a partir de teorías, de
abstracciones que hacemos para explicar un fenómeno
de la realidad. Tal vez sería más preciso decir que su
origen no es exclusivo de la experiencia pero sí tiene
relación con ella.
Es un enfoque dialéctico. Las categorías utilizadas en
ciencias sociales no pueden desprenderse de su
relación con la naturaleza, de ahí la importancia de
aclarar que el espacio, el territorio y la región no son
exclusivamente geográficos (tipo euclidiano).
Es casi lo mismo que sucede con la categoría de
«orden social», que podría entenderse como algo
puramente sociológico o antropológico. Al contrario,
un orden social no puede desprenderse de su lugar, de
su espacialidad y territorialidad en términos sociales y
naturales.
Por ejemplo, un simple trazo carretero puede
conllevar una forma de organización social, donde la
complejidad que existe entre la naturaleza de las rutas
naturales o artificiales con la organización que se da
alrededor de ellas, se expresa en un sinnúmero de
efectos que son empíricamente observables.
El manoseo de las categorías ha promovido dispersión
preparadigmática, donde cada quién entiende lo que
sea en un solo concepto.
En el espacio se da un entramado de relaciones que
vienen explicadas y a la vez explican la configuración
natural del lugar en donde se dan dichas relaciones. El
espacio, entendido como el autor lo sostiene, puede
modificar la configuración «geográfica», si se
ver cuál es su relación con el espacio ideal de las
geometrías» (p. 69)
«El espacio real es categoría… de los objetos físicos -
donde el término ‘objeto’ no se limita a designar las
‘cosas’ sino asimismo las relaciones, los procesos
físicos» (p. 69)
«… el espacio es una determinación constitutiva (e
inseparable) de las cosas y los procesos físicos
mismos, o cuando decimos que estos son ‘espaciales’.
El espacio es, pues, la condición categorial de lo
extenso, pero no es extenso en sí mismo» (p. 70)
«Así, cuando nos preguntamos por la espacialidad de
las formaciones reales concretas, tales como:
a) Un sistema planetario;
b) Un sistema orgánico, como el hombre;
c) Un sistema de producción social de valores de
uso
Nos estamos preguntando por las configuraciones
espaciales que adoptan los diversos elementos
físicos de estos sistemas, por las posiciones relativas
de unos respecto a otros, por sus movimientos, etc.»
(p. 70)
«La lógica de la espacialidad de procesos específicos
sólo puede descifrarse a partir de las leyes que regulan
dichos procesos» (p. 71)
«Así, la espacialidad de un elemento del sistema
planetario bajo análisis, como espacialidad física
general concretizada en determinaciones específicas
(su extensión, masa, forma, posición relativa,
movimiento relativo, etc.) resulta de una trama de
relaciones físicas que constituyen el sistema como tal»
(p. 71)
«Como en el caso anterior, en que las categorías físicas
no desaparecían en las formaciones orgánicas, aquí las
categorías del orden natural no desaparecen para dejar
lugar a las categorías sociales, sino que muchas de
ellas pasan -sufriendo variaciones resultantes de su
articulación con las categorías sociales-, al estrato de
lo social» (p. 73)
«…la categoría de reproducción aparece bajo la forma
de reproducción social, pero su proceso tiene ahora
otras condiciones y categorías. Por ejemplo, la
categoría de dominación política, o la de ideología,
cuyo paralelo en los procesos biológicos es inútil
entiende ésta de manera geométrica, dado que los
procesos de relaciones sociales no pueden entenderse
en una relación lineal causa-efecto, sino de manera
dialéctica.
Se entiende también entonces a la espacialidad de un
sistema de valores, de una moral, como la
configuración espacial de elementos físicos (quién
reproduce tal sistema), las posiciones relativas (en
dónde, desde qué lugar del tejido social), sus
movimientos (la movilidad social, tal vez).
No sé si podríamos sostener que hay leyes que regulan
los procesos de espacialidad; es menos complicado si
se analiza el espacio de fenómenos naturales, pero en
los fenómenos sociales pienso que resulta más
complicado.
Con objetos estudiados por las ciencias naturales
podríamos observar claramente su espacialidad física,
como el sistema planetario. La espacialidad en las
ciencias sociales requiere una observación más
rigurosa y sistemática para descubrir las constantes en
dichas relaciones espaciales. No obstante, el autor está
en lo cierto cuando entendemos que la espacialidad
social no es cosa aparte. Hay diversas categorías que
son plenamente utilizadas en ciencias naturales y que
pueden encontrarse también en el mundo social. No
hay «muerte de conceptos», tal como lo sostiene
Bertalanffy en la teoría de sistemas, más bien los
conceptos atraviesan transversalmente tanto al mundo
natural como al social.
Si bien, como decíamos arriba, hay categorías que
atraviesan a las ciencias naturales y las sociales, hay
otras que no. La solidaridad es una categoría que no
puede encontrarse en un organismo vivo (el cerebro
no funciona en solidaridad con los demás órganos de
buscar, son nuevas categorías de la reproducción - nuestro cuerpo, sólo funciona y es universal). Las
propias no sólo de la sociedad en general, sino de categorías sociales responden a un contexto histórico,
determinadas formas de sociedad. (Aquí surge una no son eternas ni inmanentes.
característica distintiva de las categorías sociales:
su carácter histórico, no universal) (p. 73-74)
«Sin embargo, en tanto las relaciones y procesos Las formaciones sociales concretas no pueden ignorar
sociales sólo se realizan por medio de entes que tienen su sustrato biológico, dado que somos los seres
un sustrato físico y biológico, cuando nos referimos a humanos quienes las conformamos. Si se desprendiera
formaciones sociales concretas estamos refiriéndonos lo social de lo natural tal vez podríamos caer en una
a complejos estratificados, de naturaleza social pero especie de parroquialismo.
también natural» (p. 74)
«…otras determinaciones sociales pueden contribuir a La espacialidad se va determinando de manera social
conformar la espacialidad de la mercancía. Por en cuanto a ciertos objetos. Las leyes limitan los
ejemplo, si las relaciones jurídicas establecen que espacios en los cuales pueden llevarse a cabo tales
ciertas mercancías no pueden trasponer el ámbito procesos relacionales, pero también podríamos darle
territorial nacional, aunque las leyes del mercado un poco de peso a los sistemas de valores que son
llevarían el ámbito de circulación más allá de las coercitivos para la espacialidad. Por ejemplo, si en el
fronteras, tendremos una espacialidad determinada no espacio se pueden dar procesos sociales de formación
sólo en términos económicos sino también jurídico- de grupos de autodefensa contra la injusticia y la
políticos» (p. 75) delincuencia, hay sistemas de valores que limitan la
«Nuestra propuesta se basa en admitir que, si bien formación de tal espacialidad señalándola como
el espacio de lo real es único (no hay un espacio indeseable, extraña a la idiosincrasia local, no
físico, otro espacio biológico, otro social, etc.), la respetuosa de las instituciones, etc.
espacialidad de los diversos fenómenos varía con la En este caso, la espacialidad de lo natural estaría
naturaleza diferencia de los mismos: que, en supeditada a la social, porque sin importar que el
particular, la espacialidad de los fenómenos territorio natural facilite la formación de autodefensas,
sociales es indirecta y está basada en la articulación la espacialidad social va a determinar la resistencia a
entre naturaleza y sociedad, pero con las leyes la organización civil.
sociales sobreconstruyendo a la legalidad natural.
Implica, asimismo, ver la espacialidad social como
históricamente determinada y no como de carácter
universal» (p. 77)
«Para referirnos a las formas espaciales partiremos del
concepto de CONFIGURACIÓN ESPACIAL.
Entendemos por tal la particular distribución de un
conjunto de objetos físicos, proyectada sobre una
cierta superficie continua y homogénea (generalmente
plana o esférica) o con respecto a una dada red de
nodos y arcos» (p. 78)
«Si la proyección no se realiza respecto a un espacio
ideal sino con respecto a una representación del
territorio concreto, el concepto anterior da lugar al de
CONFIGURACIÓN TERRITORIAL (donde
entendemos por territorio la usual referencia
geográfica a la superficie terrestre…» (p. 78)
«Cuando una configuración es sostenida por un
proceso social que la refuerza y conserva o cuando es
producto de actos voluntarios en función de ciertos
objetivos conscientes, la denominaremos
ORGANIZACIÓN ESPACIAL (o TERRITORIAL)»
(p. 79)
«Proceso implica, entonces, repetición,
autorregulación, permanencia de condiciones para un
movimiento de ciclo y, por lo tanto, estructura y
posibilidad de reproducción (al menos mientras
perdure el proceso) de dicha estructura» (p. 79)
«Por lo tanto, por proceso histórico entendemos no
toda secuencia real, que necesariamente se da en el
tiempo, sino un proceso históricamente
determinado (no universal-no eterno) (p. 79)
«…propondremos un matiz en la terminología,
diferenciando ‘configuración’ y ‘organización’ de
‘forma’. El primer término alude a cualquier
distribución, sea esta causal o legal, regular o irregular,
expresable en términos de recursos formales abstractos
o solamente en términos de sí misma (como una
fotografía). El término ‘organización’ está más
determinada en tanto requiere la existencia de un
proceso social al cual está asociada la configuración…
Proponemos reservar el término FORMA ESPACIAL
para aquellas distribuciones que tengan: a) una lógica
descifrable desde algún proceso real; b) regularidad
identificable y recurrencia en la distribución» (p. 80)
«Habrá determinismo en un fenómeno cuando éste
dependa de ciertas condiciones y sólo ocurra cuando
se cumplan las mismas (condicionalidad)» (p. 83)
«Por otra parte, compartimos el criterio de que no
puede establecerse una relación de uno a uno entre
órdenes del ser y tipos de determinismo operantes, sino
más bien que hay una relación articulada entre
procesos con diverso tipo de determinismo incluso
dentro de un mismo orden del ser» (p. 83-84)
«Nuevamente, si nos quedáramos exclusivamente a
este segundo nivel (como por ejemplo, cuando se basa
el análisis de las migraciones en el método de encuesta
y de identificación de factores individuales
independientes), no podríamos comprender las
migraciones como parte de un proceso social, si bien
este tipo de determinismo efectivamente opera en el
seno de un sistema social» (p. 84)
En otras palabras, las constantes en los fenómenos
sociales no pueden tomarse como algo fijo en el
tiempo y en el espacio; en este caso, estamos hablando
de procesos que también son constantes, pero se
entienden no como algo fijo sino como un devenir
histórico. Tal vez el estar determinado sea una
palabra fuerte para las ciencias sociales; sin embargo,
cuando se aplica al concepto de procesos parece que
esa dureza se reblandece.
En la definición que pretendo construir sobre la
categoría «orden social» sostengo que se refiere a una
forma de organización que implica procesos
históricos. Jon Elster dice que el orden social es
cooperación, pero ¿por qué se da la cooperación si no
es como resultado de un proceso histórico de
aprendizaje, de absorción de una memoria colectiva?
Las formas espaciales del orden social local tienen,
así, una lógica que obedece a un proceso histórico, y
además son identificables en la medida en que el
universo simbólico persiste y se identifica.
¿Se podría decir que el orden social local está
determinado por un proceso histórico?
Dado que no es una relación unívoca, lineal, causa-
efecto directa, no sólo sería el proceso histórico sino
también la forma en que el desarrollo económico
configuró las espacialidades de un territorio. En el
fenómeno del orden social, es historia, es economía,
es territorio, es región, pero además es intención de
los actores.
Es decir, no podemos explicar un fenómeno sólo con
el territorio y los espacios que en él se construyen,
debemos atender también a quienes tejen las redes de
relaciones y sus intenciones en un entramado
histórico.
«…concebidas las estructuras sociales de manera
procesal y no estática, las relaciones entre los procesos
sociales y las formas espaciales de sus soportes físicos
que interesan a la ciencia… son las relaciones de
conexión legal. Diremos que se ha establecido una
conexión de tal tipo cuando una configuración
territorial… resulta en formas espaciales… cuyo
sentido puede ser descifrado a partir de la lógica del
proceso social correspondiente» (p. 86)
«Hemos propuesto que todo proceso social
diferenciado tiene una espacialidad propia,
sobreconstruida sobre la base de la espacialidad física
de los soportes naturales de tal proceso, a partir de
leyes sociales que le son inherentes» (p. 86)
«Para que algunas de estas configuraciones sean
consideradas formas espaciales cuya lógica pueda ser
remitida a la legalidad social articulada con la
legalidad de lo natural, deberá haber recurrencia,
regularidad y, obviamente, posibilidad de identificar la
configuración como tal» (p. 86-87)
«Entenderemos por ámbito territorial de una
relación social particularizada, el segmento
(convexo mínimo) de territorio que incluye la
localización de los agentes y medios directamente
acoplados por la relación, así como los senderos de
los flujos materiales que la realizan (cuando
corresponda)» (p. 89)
«De igual manera, es posible determinar áreas
territoriales de homogeneidad relativa, ya sea de
las relaciones entre agentes y medios o de ciertos
atributos de los mismos» (p. 89)
«Denominamos REGIONES a esos ámbitos o áreas
definidas a partir del dominio territorial particular
de una relación de acoplamiento o de una relación
de semejanza» (p. 90)
«El procedimiento para identificar regiones contiene
elementos subjetivos (como por ejemplo la selección
de una u otra relación y su reconstrucción teórica como
punto de partida), pero se concretiza sobre la base de
las determinaciones objetivas que tiene tal relación en
la situación real específicamente investigada. Para
poder efectivamente identificar regiones, el fenómeno
analizado deberá estar objetivamente regionalizado.
En otras palabras, la organización espacial que le
corresponde deberá estar conformada en forma de
Aunado a lo anterior, si se busca encontrar la conexión
tipo ley para explicar un fenómeno, habríamos de
atender al territorio, el espacio y su historia, además
de los efectos que ellos tienen sobre el actuar de los
agentes encargados de la reproducción del orden
social.
El universo simbólico de «paz, tranquilidad y temor a
la otredad» se construyó en el espacio local
obedeciendo a un proceso histórico. Este universo no
ha desaparecido sino que, a través de ciertas acciones,
se colectiviza de manera regular.
Es importante destacar a la homogeneidad relativa,
dado que al ser científicos sociales, sabemos que el un
fenómeno no se presenta igual; tiene sus aristas,
algunos cambios, algunas formas distintas de
percepción porque fundamentalmente tratamos con
seres humanos.
Si bien a la ciudad no se le podría regionalizar
(necesitaríamos un territorio mucho más amplio), tal
vez en otras ciudades se pueda estudiar al orden social
desde una óptica semejante, utilizando las mismas
variables y actores de más o menos el mismo tipo.
Tal vez en otro fenómeno, como el de las autodefensas
(que no es mi tema pero es ejemplo), podría pensarse
en establecer regiones más proclives a este tipo de
organización en comparación con otras. Me imagino
a los estados de Michoacán y Guerrero, donde podría
establecerse una región en vista de la recurrencia de
un mismo fenómeno, lo cual es relativamente
homogéneo considerando las diferencias de grado en
que pueda presentarse el mismo.
ámbitos particularizados de la relación o en áreas
homogéneas diferenciables» (p. 90)
«La regionalización es, pues, una forma espacial… La
región no existe más allá e independientemente de las
relaciones y elementos de los cuales es región, pero
tampoco se confunde con ellos» (p. 90)
«…adoptamos el criterio de que la región es una
forma espacial de un subconjunto social (complejo
natural-social) o, en forma más amplia, que la
regionalización es una forma espacial de una
sociedad» (p. 91)