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ÉPOCAS Y TENDENCIAS LITERARIAS REALISMO MÁGICO

Corriente narrativa que le añade una dimensión insólita al realismo y que ha sido adoptado
por numerosos escritores hispanoamericanos y algunos españoles. Amaranta sintió un
temblor misterioso en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no
caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega,
fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y
dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la
mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban
con ella el aire de los escarabajos y de las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde
terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires
donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria. (GABRIEL GARCÍA
MÁRQUEZ, Cien años de soledad)

Época: A partir de 1949 con la publicación de El reino de este mundo de Alejo Carpentier.

Origen: Las narraciones de las civilizaciones aborígenes americanas. Forma: La novela y el


cuento donde se dan cabida a numerosas creencias ancestrales aceptadas como reales, con
un lenguaje de extraordinaria exuberancia verbal y descriptiva. Temas: Leyendas y
fantasías populares de carácter prodigioso. Obras representativas: El reino de este mundo
de Alejo Carpentier, Pedro Páramo de Juan Rulfo, Hombres de maíz de Miguel Ángel
Asturias, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, El mundo alucinante de
Reinaldo Arenas, La casa de los espíritus de Isabel Allende; La Saga/Fuga de J. B. de
Gonzalo Torrente Ballester.La Generación del 44 fue una de las generaciones literarias más
representativas del siglo XX en El Salvador, y fue llamada así porque en 1944 un grupo de
escritores se pronunciaron en contra de la dictadura del general Maximiliano Hernández
Martínez, que gobernaba en el país. Esta dictadura sería duramente criticada por un grupo
de escritores salvadoreños, cada uno desde su propio ámbito literario y periodístico. De esta
manera, los escritores de la Generación del 44 jugaron un papel muy activo en el
movimiento democrático que puso fin a la dictadura.

La Generación del 44 se transformó a partir de 2 grupos literarios: “El Grupo 6” (por el


número de sus integrantes). Comité de escritores y artistas antifascistas y de mundo
libre. El aporte de la Generación del 44 fue el hecho de pronunciarse sobre el régimen
autoritario en periódicos, revistas, conferencias y en reuniones intelectuales; también
produjeron obras de mucho mérito y se dieron a conocer públicamente situaciones que les
ocasionaron persecución y exilio. Esta Generación fue conocida también como Generación
de la dictadura, generación antimartinazo y generación antifascista.
Características de la Generación del 44
 Denuncia de injusticias sociales y políticas.
 Lucha por lo humano, por elevar las condiciones del ser humano sumido en la
pobreza.
 Proyectos de trabajo por cada autor desde cada especialidad artística y literaria.
 Exigencia académica y calidad en la producción literaria de cada uno.

En la década de 1944 alcanzó su madurez un grupo de escritores entre quienes se cuentan


Pedro Geoffroy Rivas (1908-1979), Hugo Lindo(1917-1985), José María Méndez (1916),
Matilde Elena López (1922), Julio Fausto Fernández, Oswaldo Escobar Velado, Luis
Gallegos Valdés, Antonio Gamero y Ricardo Trigueros de León. Pedro Geoffroy Rivas
produjo una obra lírica marcada por las vanguardias y, además, desarrolló una importante
labor de rescate de las tradiciones indígenas y de la lengua popular.

La poesía de Oswaldo Escobar Velado tiene una delatada preocupación existencial y un


componente esencial de denuncia de las injusticias sociales. José María Méndez y Hugo
Lindo exploraron nuevas fronteras de la narrativa. Coronel Oscar Osorio Numerosos
escritos de esta generación jugaron un papel muy activo en el movimiento democrático que
puso fin de la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez. Sin embargo,
algunos de ellos colaboraron activamente con el régimen del coronel Óscar
Osorio. Maximiliano Hernández Martínez Maximiliano Hernández Martínez Dentro de un
proyecto de modernización del Estado, Osorio promovió una de las políticas culturales más
ambiciosas en la historia de El Salvador.

Para citar un ejemplo, a través del Departamento Editorial del Ministerio de Cultura
(posteriormente Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación), bajo la enérgica
dirección del escritor Ricardo Trigueros de León se desarrolló una labor editorial de gran
alcance, la cual constituyó, a la vez, un paso decisivo en sentar las bases del canon de la
literatura salvadoreña.De forma paralela, tuvo lugar un proceso que había de afectar el
desarrollo de la literatura; el auge y la universalización de la industria de la cultura. Hacia
1950 resultaba bastante claro que los medios de difusión masiva estaban desplazando a las
bellas artes y a la cultura popular tradicional como generadores de referentes imaginarios
de la población. Ante esa situación la literatura fue quedando relegada a una incómoda
marginalidad. Esta debilidad hizo del trabajo artístico un fácil rehén del régimen militar,
cada vez más deslegitimado por la corrupción y la ausencia de libertades políticas.
LA GENERACIÓN COMPROMETIDA Y SU RELEVANCIA

En los años cincuenta, un grupo de escritores salvadoreños sintetizó lo que más


adelante fue uno de los grupos artístico-intelectuales más importantes de la historia de
nuestro país. La crítica a las dictaduras militares y al sistema social salvadoreño de los 50
fueron dos de las características más importantes en esa década.El término “Generación
Comprometida” tiene en sí mismo una serie de inconvenientes a partir de diversos modos
de entender la historia literaria nacional. “Uno de ellos sirve para aludir a una serie de
agrupaciones de escritores salvadoreños, fundamentalmente poetas, que surgieron en el
escenario literario local a partir de 1950.La primera agrupación fue el llamado Cenáculo de
Iniciación Literaria, el cual dio pie más adelante al Grupo Octubre, fundado en 1950 e
integrado por Ítalo López Vallecillos, Orlando Fresedo, Waldo Chávez Velasco, Irma
Lanzas, Eugenio Martínez Orantes, Álvaro Menéndez Leal, Jorge Cornejo y los pintores
Camilo Minero y Luis Ángel Salinas”, explica Luis Alvarenga en su tesis doctoral sobre
Roque Dalton García.El año 1952 es muy importante en el concepto de esta Generación.

El editor, periodista, poeta, dramaturgo e historiador Ítalo López Vallecillos, quien falleció
en plena guerra civil salvadoreña en 1988, se fue a estudiar a España en el 52, y se acercó al
término “comprometido” que fue utilizado por el filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre
sobre la “literatura comprometida”, según explica un autor que también formó parte de una
generación del compromiso literario, el autor de “Un día en la vida”, Manlio Argueta,
actual director de la Biblioteca Nacional.A su regreso en 1953 nominó al grupo que ya
existía desde 1950 como Generación Comprometida. Por su parte, Roque Dalton, quien
fuera cercano a Ítalo y a Álvaro Menéndez Leal, se unió a otros escritores de su edad o
menores en el llamado Círculo Universitario, donde destacaron Roberto Armijo, Manlio
Argueta, Tirso Canales, José Roberto Cea, Alfonso Quijada Urías, entre otros.“En un
principio el Círculo estuvo constituido por Dalton y Castillo, y unos 30 estudiantes de
Derecho.
Al final, muchos se quedaron como abogados y no siguieron en la literatura. Pero según el
crítico salvadoreño Luis Gallegos Valdés, en su obra, Panorama de la literatura
salvadoreña, tanto los poetas de 1950, como los del Círculo Universitario de 1956,
constituíamos la Generación Comprometida, pues ambos profesábamos los mismos
postulados”, añadió Argueta, escritor y Director de la Biblioteca Nacional Francisco
Gavidia.La idea de constituir esta generación fue crear compromiso social. Se puso como
lema el “escritor es una conducta social”, proveniente de las palabras Premio Nobel Miguel
Ángel Asturias.Ante la situación de la época…

La base de este grupo se constituía en el compromiso con el pueblo salvadoreño ante una
época de militarismo y autoritarismo y de carencia total de partidos políticos en el sentido
real de la expresión, “esto fue antes de 1960, y la primera ley de Partidos Políticos se dio en
1961”, dijo Argueta.Al no existir partidos políticos y haber represión y violencia
institucional, los escritores se constituyeron en la única oposición desde la Universidad de
El Salvador, pues todos los del Círculo eran estudiantes universitarios. Una de las más
conocidas manifestaciones fue el Desfile Bufo, donde se burlaban del Gobierno militar.Ese
hecho originó que en diciembre de 1959 fuera capturado Roque Dalton y enviado a la
penitenciaría. “Ahí comenzó la crisis política debido a la expulsión de los poetas y
universitarios, y esto culminó con un golpe de Estado en octubre de 1960, debido a
levantamientos populares desde la universidad”, puntualizó Argueta. Uno de los elementos
más importantes para esta generación fue que buscaban que la literatura no sólo fuera
independiente de los poderes fácticos del país, sino que se convirtiera también en
conciencia crítica, ética, reflexiva y creativa.
“Esta postura no solo propició una renovación de la escritura literaria en distintos géneros,
sino que también logró ampliar la actividad intelectual en el país, es decir la constitución de
una intelectualidad propiamente dicha. Alrededor de la Generación Comprometida
encontraremos no solo escritores, sino también artistas plásticos como Carlos Cañas, o
historiadores como Jorge Arias Gómez”, indicó el Dr. Ricardo Roque Baldovinos, escritor
y catedrático de la UCA.Sin lugar a dudas esta corriente de pensamiento que abrió la
Generación tuvo un impacto considerable en la vida intelectual y política del país.

Se puede decir, incluso, que a partir de allí surgió una serie de corrientes que impulsarían la
búsqueda de la democracia.“Fue la primera generación poética que pasó por las aulas
universitarias, donde se combinó el quehacer poético y el trabajo sostenido en diversas
disciplinas académicas”, finalizó el Dr. Baldovinos.Debido a la situación política y
sociocultural que estaba viviendo

El Salvador en ese tiempo, muchos de los escritores tuvieron que ir al exilio, enviando así
sus aportes literarios desde fuera, pero que a su regreso al país continuaron trabajando para
poder sacar adelante el ámbito literario en el país.Tal fue el caso del escritor Roque Dalton,
quien publicó casi todos sus libros en el extranjero. Al igual que Dalton, Manlio Argueta
escribió y publicó sus obras más sobresalientes fuera del territorio cuscatleco: Caperucita
en la Zona roja (Premio Latinoamericano de Novela), Un día en la Vida, y Cuscatlán donde
bate la Mar del sur, traducidas a otros idiomas.Por su parte, Ítalo López fundó EDUCA,
Editorial del Consejo Universitario Centroamericano en Costa Rica, donde editó más de
150 libros de Literatura, Historia y Ciencias Sociales. Armijo fue profesor en la
Universidad de París. Álvaro Menén Desleal fue profesor universitario en Argelia dejando
un legado de obras a nuestro país.Sin lugar a dudas estos escritores, poetas y artistas de las
letras abrieron una brecha que permitió que nuevas generaciones pudieran expresar sus
ideas a través de la literatura.

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