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TEMA 4:
©2013
Curso de SUPERVISORES de instalaciones radiactivas (IR) MÓDULO BÁSICO
INDICE:
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 3
2. MODELO SIMPLIFICADO DE UN DETECTOR DE IONIZACIÓN ........................................ 3
2.1. Funcionamiento en modo de corriente ................................................................ 5
2.2. Funcionamiento en modo de impulso................................................................... 5
3. ANÁLISIS DE IMPULSOS ................................................................................................ 6
4. CALIBRACIÓN EN ENERGÍA ........................................................................................... 7
5. RESOLUCIÓN EN ENERGÍA ............................................................................................ 8
6. EFICIENCIA DE DETECCIÓN ........................................................................................... 9
7. RESOLUCIÓN EN TIEMPO. EL PROBLEMA DEL TIEMPO MUERTO .............................. 10
8. ACTIVIDAD DE UNA FUENTE RADIACTIVA .................................................................. 11
9. MÉTODOS ABSOLUTOS Y RELATIVOS DE MEDIDA DE LA ACTIVIDAD ........................ 12
10. LA CALIBRACIÓN EN EFICIENCIA DE UN DETECTOR ................................................. 13
11. BREVE DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS TIPOS DE DETECTORES ..................................... 14
11.1. Detectores de ionización gaseosa ..................................................................... 14
11.2. Detectores de centelleo .................................................................................... 15
12. DISTORSIONES EN LAS MEDIDAS DE ACTIVIDAD...................................................... 17
12.1. Retrodispersión ................................................................................................. 17
12.2. Autoabsorción ................................................................................................... 19
1. INTRODUCCIÓN
Aunque los mecanismos básicos de interacción entre la radiación y la materia son los
mismos para cualquier tipo de detector, los detectores difieren en la forma en la que
recogen la información que la interacción ha producido. Existen, por lo tanto, una gran
variedad de tipos. A modo de ejemplo, y sin ánimo de ser exhaustivos, podrían citarse
los siguientes:
Partículas ligeras, como el electrón, que atraviesan un medio material con una
velocidad mayor que la luz en él, emiten una radiación característica (radiación de
Cerenkov) que puede utilizarse para su detección.
consecuencia de los primeros se crea una carga neta Q en el detector, que puede ser
recogida mediante la aplicación de un campo eléctrico adecuado. El tiempo que dura la
interacción entre la radiación y el detector depende de ambos, siendo típico que oscilen
entre 10-9 y 10-12s
Los detectores de ionización constituyen uno de los grupos más numerosos utilizados en
la medida de la radiación y, atendiendo a su funcionamiento, se subdividen en dos
subgrupos: aquellos que funcionan en modo de corriente y los que lo hacen en modo de
impulso.
3. ANÁLISIS DE IMPULSOS
La duración del impulso debe de ser corta, para permitir una buena separación
entre sucesos cercanos entre sí en el tiempo.
El tamaño del impulso debe estar relacionado con la energía del suceso que lo
originó. A ser posible, la relación será lineal.
800
600
Number of Counts
400
200
4. CALIBRACIÓN EN ENERGÍA
Si, como se ha admitido inicialmente, existe una relación entre el tamaño del impulso
producido por una partícula o fotón y su energía, será posible en determinados casos
obtener la función que relaciona a los números de canal con las energías que se les
atribuyen, proceso que se denomina calibración en energía del sistema de medida. La
situación deseable es que esa función sea lineal, pues ello simplifica el análisis espectral
aunque no constituya un requisito imprescindible.
La obtención de la ecuación de calibración puede realizarse de diversas maneras, siendo
común a todas ellas la necesidad de disponer de varias parejas de datos (energía -
número de canal). Éstas pueden obtenerse a partir del propio espectro que se analiza,
siempre que se haya identificado sin ambigüedad algunos de sus componentes. Cuando
no es posible hacerlo así, se recurre a fuentes radiativas especialmente preparadas para
ese fin o a medios electrónicos que simulen el impulso producido por un suceso de
energía conocida.
Si se admite que la relación entre energía y número de canal es afín, podrá expresarse la
recta de calibración en la forma:
5. RESOLUCIÓN EN ENERGÍA
Es inmediato observar que cuanto mejor sea la resolución de un sistema de medida (o,
lo que es lo mismo, menor el FWHM) tanto más capaz será el sistema de discriminar
entre sucesos de energías cercanas pudiendo, en muchos casos, variar la información
espectral enormemente, como puede observarse en la misma figura anterior, en la que
dos líneas son observadas por un sistema con baja resolución como una sola
distribución, mientras que el espectro de energías obtenido por el sistema de mejor
resolución resuelve a ambas líneas que se observan como entes individuales.
6. EFICIENCIA DE DETECCIÓN
Salvo en muy contados casos, sólo una fracción de los sucesos radiactivos originados en
la fuente que se mide son registrados por el detector. La eficiencia de detección es el
segundo parámetro importante para caracterizar a un detector y se define como Figura
6:
n º sucesos registrado s
n º sucesos originados en la fuente radiactiva
ε = εg εd
n º sucesos registrado s
d
n º sucesos llegados
radiación, la eficiencia intrínseca varía con ésta, siendo distinta, para un detector
determinado, en función de las características de la radiación incidente (en especial de
su energía). En general, las partículas cargadas tienden a ser detectadas con una
eficiencia mayor que los fotones, pues debido a la mayor penetración de éstos, se
requerirían detectores de volumen muy grande para alcanzar eficiencias intrínsecas
cercanas a 1.
R
N=
1- R
R = N e-N
que, en el caso general, debe resolverse por un procedimiento iterativo. Para pérdidas
de recuento inferiores al 10%, puede utilizarse la expresión aproximada:
R
N=
(R )2
1- R -
2
cuya precisión es mejor que 0,1%.
un núcleo estable tendrá actividad cero. De ella se deduce también que la medida de la
actividad requiere implícitamente la medida de un tiempo, por lo que la unidad en el
sistema internacional es la inversa del segundo, que, para este efecto, toma el nombre
especial de Bequerelio (Bq). Por tanto :
1 Bq = 1 s-1
1 Ci = 3,7 x 1010 Bq
Los métodos que pueden emplearse para medir la actividad de una fuente son muy
variados, siendo también posible agruparlos en función de distintos criterios. Por lo
tanto, no es posible hacer aquí una enumeración exhaustiva. Algunas de las
clasificaciones posibles se hacen según los siguientes características:
La geometría de la medida.
Aunque hay algunas excepciones (como las técnicas calorimétricas), en casi todos los
métodos se obtiene la actividad de la fuente a partir de la tasa de recuento obtenida en
uno o varios detectores.
R
A=A
R
Para que el método funcione en la forma ideal que se ha descrito, debe suponerse que la
eficiencia de recuento para ambas fuentes es la misma, lo que a su vez implica una serie
de condiciones previas como son: geometría de medida y espectros de energías
similares y tasas de recuento del mismo orden. En la medida en que estas condiciones se
cumplan, los resultados de un método relativo serán más o menos precisos.
Cuando un detector cualquiera se utiliza para medir la actividad de una fuente en forma
relativa, debe realizarse primero un proceso llamado de calibración en eficiencias. El
objetivo es obtener una relación, sea en forma analítica o numérica, que permita pasar
de la tasa de recuento de una muestra determinada a la actividad esperada. La forma de
la curva de calibración depende del detector, la fuente y la geometría empleados, por lo
que no es posible describir en términos generales su comportamiento.
así solamente para las energías correspondientes a las fuentes medidas. Para extender el
rango de la calibración a todo el espectro útil de energías, se ajusta una función analítica
a los datos obtenidos, lo que permite predecir valores de la eficiencia para aquellos
puntos en los que no se disponga de fuentes de referencia.
La energía media invertida para crear un par iónico es mayor que la de ionización, pues
corresponde a un promedio de varios procesos, algunos de los cuales no contribuyen a
la creación de pares, y es función del tipo de gas, de la radiación considerada y de su
energía. Un valor típico se encuentra alrededor de 30-35 eV por par iónico
El aumento del voltaje aplicado hace que comiencen a aparecer efectos no lineales,
limitando la proporcionalidad entre la energía del suceso que interacciona y el tamaño
del impulso producido. Si continúa aumentado el voltaje, los fotones de desexcitación de
las moléculas llegan a interaccionar significativamente con el gas y las paredes del
contador, generándose así nuevos electrones que dan origen a nuevas cascadas,
fenómeno conocido como descarga Geiger. Estas descargas se componen de una
multitud de avalanchas que se propagan a lo largo del electrodo colector y que cesan
cuando la concentración de iones positivos cerca del electrodo de recogida es tan
grande que hace disminuir drásticamente el campo eléctrico en esa zona. Como la
interrupción del impulso es función del valor del campo eléctrico en la vecindad del
electrodo colector y no de la ionización inicial producida por la radiación, el impulso
producido, que es de gran tamaño, es independiente del suceso que lo originó. Los
detectores que funcionan en este modo se conocen como Geiger- Mueller.
Los detectores de centelleo han constituido históricamente uno de los dispositivos más
ampliamente usados en la detección de radiación nuclear. Se basan en la propiedad que
tienen algunos materiales de emitir luz tras interaccionar con ellos la radiación ionizante.
Los materiales de interés son aquellos en los que la emisión de luz se produce en forma
inmediata por el proceso llamado de fluorescencia.
a) Una respuesta en tiempos muy rápida, lo que los hace muy útiles cuando se trata
de medir tasas de llegada de impulsos muy altas.
de las moléculas y no dependen esencialmente del estado físico del material. En esa
estructura existen un conjunto de niveles de energía que se dividen en singletes (S) y
tripletes (T), denotándose como S0 el nivel fundamental y S*, S**, etc los estados
singlete excitados mientras que T0, T*, T**, etc corresponden a los estados triplete.
Cuando la radiación ionizante excita estados singlete, éstos decaen por medio de
transiciones no radiativas hacia los niveles excitados más bajos y de ellos hacia S0 por
emisión luminosa preferentemente. Otro proceso posible es la excitación de estados
triplete los cuales decaen al estado fundamental de este tipo T0 y, por interacción entre
estados de este tipo, a S0, con emisión luminosa que se emite con cierto retardo con
respecto a la primera descrita.
En los centelleadores de tipo inorgánico, la emisión de luz es mucho más lenta, del
orden de centenares de ns. De entre ellos cabe destacar, por su interés en el tema
tratado aquí, a los haluros alcalinos, como el NaI(Tl) y, de entre los restantes, al ZnS(Ag).
En estos materiales, la estructura cristalina juega un papel fundamental en el proceso
del centelleo. Los electrones pueden ocupar bandas como la de valencia (la de más baja
energía) o la de conducción, en la cual se mueven libremente por el cristal. Entre ambas
existe una banda de energía prohibida. El proceso de desexcitación del nivel superior a la
banda de valencia por emisión de un fotón es muy poco probable y además la longitud
de onda del fotón que podría resultar es, en muchos casos, poco conveniente. La
12.1 Retrodispersión
Salvo en algunos casos especiales, como las medidas por centelleo líquido, las fuentes
radiactivas tienen en general un soporte sólido sobre el cual se deposita el compuesto
químico que contiene al nucleido radiactivo. La emisión radiactiva es isótropa
espacialmente, por lo que existe una cierta probabilidad de que una partícula (o fotón)
emitida inicialmente (Figura 9) hacia abajo, en dirección al soporte, sufra una o varias
deflexiones angulares en éste, y, como consecuencia de ellas, abandone la fuente por la
superficie superior. Se dice entonces que la partícula (o fotón) ha sido retrodispersada y
la fracción de sucesos que ha experimentado ese efecto se denomina coeficiente de
retrodispersión. Este coeficiente depende fuertemente del tipo de radiación considerado
y de la naturaleza del soporte y debe tenerse en cuenta en cualquier método de medida
en el que se detecte radiación retrodispersada.
En el caso de las partículas alfa, el fenómeno fue estudiado teóricamente por Crawford.
Sus cálculos, que después se han visto refrendados experimentalmente, indican que hay
una fuerte dependencia angular en la distribución de las partículas retrodispersadas, de
manera que el ángulo de salida de éstas con respecto al plano definido por la fuente
radiactiva no supera los 30 grados.
Tabla 1
Algunos valores típicos de coeficientes de retrodispersión para partículas alfa
Tabla 2
Valores típicos de coeficientes de retrodispersión para electrones
(Valores de saturación)
12.2 Autoabsorción
Las fuentes radiactivas no están constituidas, por lo general, como una capa
monoatómica sobre un soporte, sino que tienen un espesor considerable. Por lo tanto, la
radiación emitida en el interior de la fuente deberá atravesar una cierta distancia en su
interior antes de abandonarla. Cuando la distancia a recorrer es mayor que el alcance de
la radiación en el medio constituido por la fuente, no se produce emisión efectiva para
ese suceso, puesto que toda la energía ha sido cedida al medio y la radiación ha sido
absorbida íntegramente en la fuente. Este fenómeno se denomina autoabsorción.
Es claro que una partícula o un fotón tendrá una probabilidad mayor de ser absorbidos
cuando se emitan, Figura 10, con un ángulo pequeño con respecto al plano de la fuente,
puesto que en este caso el camino a recorrer hasta la superficie será mayor. El
fenómeno de la autoabsorción es de mayor importancia cuanto más grande sea la masa
de la partícula emitida y menor su energía.
En el caso de las partículas alfa (ver figura 10), y si se supone que la superficie de
la fuente es uniforme, se encuentra que la tasa de recuento N0 en geometría 2п está
relacionada con la actividad (A) por medio de la expresión: ecuación modificada
A a
=1-
N0 2 R0
En el caso de las partículas beta o electrones, las correcciones no son igualmente fiables,
debido al distinto comportamiento de los electrones en el medio, en el que no siguen
una trayectoria rectilínea, lo que dificulta su cálculo. Por ello, conviene hacer las medidas
sobre fuentes muy finas y, en caso necesario, preparar una serie de fuentes de actividad
conocida y espesores crecientes para construir una curva característica.