Recuerdo aquel día de mi cumpleaños, mi madre se me acercó para felicitarme, pero también

para entregarme que tenía guardado por 20 años, algo de parte de mi padre el cual no tenía
ninguna noticia de él hasta ese día. Una parte de mi se alegró demasiado y la otra parte sintió
un poco de miedo, en mi cabeza se formaron varías preguntas ¿por qué ahora? ¿en dónde
estuvo todo este tiempo? Y ¿por qué no esta él aquí frente a mí?

Tuve el presentimiento que todas esas interrogantes se responderían con esa sorpresa. Aún
recuerdo aquel día, el día de mi cumpleaños en que la verdad sobre mi padre…me fue revelada.
Mi madre me entregó la sorpresa, era una… ¿una carta? Estaba algo maltratado, pero bien
cuidado entonces procedí a leerla:

“Querida Dhamar.

Sé que debes estar confundida, sé que debes tener muchas interrogantes sobre mí, ¿en dónde
estoy? ¿por qué no estoy contigo en este día tan especial para ti? O ¿por qué permití que tu
madre te mintiera sobre mi durante estos 20 años? ...”

Quise decirle algo a mi madre, sin embargo, al mirarla entendí su mensaje de “termina de leer
la carta” y continué leyendo.

“… Felicidades por tu cumpleaños N° 20 Dhamar, ya eres toda una jovencita preciosa; recuerdo
cuando estabas en el vientre de tu madre y le dabas pataditas, hija mía era algo emocionante
para mi el ser padre, no te imaginas la enorme felicidad que tenía, sin embargo, sucedió algo
que puso en riesgo mi felicidad, mi salud…toda mi vida. Dhamar, yo le pedí a tu madre que te
mintiera estos 20 años, yo le pedí a tu madre que te entregara esta carta cuando cumplieras 20
años todo por una sencilla razón… Dharmar…hija, yo…estoy muerto.”

No pude evitar quebrarme en llanto, todo este tiempo pensé que mi padre me abandonó o que
yo no le importaba, pero no fue así.

“Hija, perdón por no estar junto a ti en los momentos más importantes de tu vida, perdón por
mentirte durante estos 20 años, perdón por hacerte pasar por momentos tan desagradables y
perdón por no estar a tu lado. El día que naciste, yo pude ver lo hermosa que eras, ya que ese
día yo fallecí de una extraña enfermedad