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2) ¿Por qué, según Benveniste, los pronombres se refieren a una realidad del
discurso?
Para Benveniste, los pronombres son elementos lingüísticos que pertenecen al sistema
de la lengua en términos saussureanos, por lo que tienen una dimensión semiótica, es
decir, un significado mínimo consensuado por la comunidad de hablantes que implica
que Yo, por ejemplo, siempre remite al que habla. Esa “persona que habla” no refiere
a alguien en particular, ya que ese Yo está en el nivel sintáctico, “no refieren por tanto
a una noción constante y objetiva siempre idéntica”(Benveniste). Los pronombres son
tipos de signos cuasi-vacíos de significado que son llenados en el uso cuando un
enunciador se apropia del aparato formal de la lengua. Esa apropiación del sistema
por parte del sujeto implica que el mismo sistema le ofrece elementos lingüísticos
para establecerse como centro de todas las coordenadas referenciales del discurso.
Los pronombres refieren a esa realidad discursiva, concreta, en la que el sujeto que
habla se constituye como un Yo que constituye simultáneamente a un Tú, que es el
destinatario del discurso. Benveniste los define “no como una clase unitaria sino
especies diferentes según el modo de lenguaje de que sean signos” (el orden
semántico o el semiótico), es decir que no son una clase de referencia objetiva sino en
el discurso, no remiten a una realidad objetiva sino a una instancia discursiva en el uso
concreto.
6)
7) ¿Cuáles son las características de los géneros discursivos?
Los géneros discursivos cuentan como características, en primer lugar,
con un contenido o tema, es decir, aquello de lo que trata, en el que cada
género establece, según el ámbito y la actividad, qué temas pueden ser
tratados y qué temas no, y un estilo verbal que puede consistir en la
selección del léxico, el vocabulario, la sintaxis, los recursos fraseológicos y lo
fonológico (en la oralidad) que dan cuenta del cómo se enuncia. Respecto a
esta característica Bajtín refiere que es el rasgo más personal o individual,
aunque en algunos géneros el individuo tiene menos libertad estilística que
en otros. Ambas características reflejan el ámbito al que el género pertenece.
Otro criterio que se puede sumar es el del enunciador: la oración no es dicha por nadie, no
hay sujeto, no hay enunciador, mientras que se desprende claramente de lo anterior que
el enunciado tiene un sujeto enunciador real, históricamente situado y a su vez tiene un
interlocutor, un enunciatario.