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Castro Quintana c/ Servicio Salud Bío Bío - Corte de Apelaciones de Concepción - 12-may-2009

Cita: ROL:72-08, MJJ20136

Doctrina:

1.- Debe rechazarse la demanda de los padres de un menor recién nacido contra el Hospital
demandado quienes alegan falta de servicio por parte del cuerpo médico causándole una lesión
vascular que finalizó con la amputación de la mano toda vez que pesaba sobre los actores el onus
probandi y no rindieron pruebas tendientes a demostrar la existencia de la falta de servicio en que
fundan su demanda, ni que haya existido alguna conducta negligente del personal del hospital, ya
que toda la prueba documental no constituye un aporte a dicha finalidad pues no resulta
concluyente al efecto y, en consecuencia, no permitiendo a estos sentenciadores formarse
convicción en el sentido que el daño se haya debido a una deficiencia o mal funcionamiento del
servicio que le prestaron al menor recién nacido los funcionarios estatales.

2.- La lesión vascular que sufrió el menor en el Hospital, durante el procedimiento a que fue
sometido inmediatamente después de su nacimiento prematuro debido a su delicada condición de
salud, y a consecuencia de lo cual resultó finalmente con su mano izquierda amputada, fue una
complicación y riesgo propios de su delicado estado clínico, imprevisible, y por lo mismo no
atribuible a deficiencias o mal funcionamiento del servicio ni a fallas del personal de dicho centro
asistencial, ni a la tardanza en la puesta en práctica de los procedimientos que la ciencia médica
aconsejaba, razones que llevan al rechazo de la demanda intentada. CAUSALIDAD

Fallo: Concepción, 12 de mayo de 2009.-

Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus fundamentos 16°, 17°, 18°, 20º, 21º,
22º, 23º y 26º, que se eliminan;

Y se tiene en su lugar, y además, presente:

Primero.- Que en estos autos se ha interpuesto recurso de apelación por la parte demandada en
contra de la sentencia definitiva de primer grado de fojas 498 y siguientes, según consta del
escrito pertinente agregado a fojas 530.

Además, en segunda instancia, la misma demandada ha opuesto a fojas 551 excepción de


prescripción de la acción deducida por los actores.

La parte demandante, a su vez, se adhirió a la apelación antes referida, según consta de su escrito
presentado ante esta Corte y agregado a fojas 538 y siguientes.

En cuanto a la excepción de prescripción opuesta en segunda instancia.


Segundo.- Que la demandada, opuso en segunda instancia la excepción de prescripción de la
acción, según consta del escrito que rola a fojas 551, de conformidad a lo dispuesto en el artículo
310 del Código de Procedimiento Civil, reiterando ante esta Corte la misma petición que ya había
formulado al contestar la demanda ante el tribunal a quo, según lo expresa en dicha presentación.

Tercero.- Que, tal cual ha sido reconocido por la propia demandada, es efectivo que en el escrito
de contestación de la demanda, agregado de fojas 42 a 51 de este proceso, dicha parte alegó en
primera instancia la prescripción de la acción intentada por los actores con la demanda presentada
en este juicio.

Tal excepción de prescripción fue resuelta en la sentencia definitiva de primer grado dictada por el
Primer Juzgado de Letras de Los Ángeles, según consta en el fallo escrito de fojas 498 a 528. En
efecto, en la parte resolutiva correspondiente de esa sentencia se lee textualmente "Que, se
rechaza sin costas, la excepción de prescripción opuesta por la parte demandada en su escrito de
contestación de fojas 42.?

Cuarto.- Que la decisión del tribunal a quo relativa al rechazo de la excepción de prescripción
indicada en el motivo tercero, no ha sido objeto del recurso de apelación interpuesto en contra del
citado fallo de primer grado por la parte demandada, toda vez que en su escrito de fojas 530 y
siguientes limitó dicho recurso únicamente al agravio que la sentencia le ha causado en cuanto la
condenó al pago de determinadas sumas de dinero, pidiendo su revocación para que no se acoja la
demanda o, en caso de resultar condenada, para que se disminuya el quantum y no se la condene
en costas.

De lo anterior resulta claro que la parte demandada se conformó con la decisión del juzgado de
primera instancia que no acogió la prescripción alegada, quedando en esta parte afirme la
sentencia definitiva y produciendo cosa juzgada respecto a la referida alegación, todo ello de
acuerdo a lo señalado en el artículo 175 del Código de Procedimiento Civil. A mayor
abundamiento, cabe dejar constancia que su derecho a oponer tal excepción en segunda instancia
ha precluido desde que optó por su oportuno ejercicio ante el tribunal a quo, no siendo posible
reiterar la misma petición nuevamente ante el superior.

Quinto.- Que conforme a lo expresado en el motivo cuarto, resulta improcedente que en la


especie se haya reiterado por la demandada ante esta Corte una excepción perentoria opuesta
oportunamente en primera instancia y respecto de la cual hubo pronunciamiento expreso en el
fallo del tribunal inferior, cuya resolución en esta parte se encuentra ejecutoriada ya que no fue
impugnada mediante el recurso de apelación, lo que conduce al rechazo de la excepción de
prescripción aludida.

En cuanto a los recursos de apelación. Sexto.- Que los actores pretenden que el Servicio de Salud
Bio Bio sea condenado a pagarles las mismas sumas de dinero detalladas en el libelo de fojas 5 y
siguientes, a título de indemnización de perjuicios por el daño moral y material causados por la
falta de servicio público que atribuyen a la demandada, a consecuencia de los hechos ocurridos
después del nacimiento de J. G. C. R., prematuro de 34 semanas de gestación, quien nació el
16/4/2002 en el Hospital "Víctor Ríos Ruiz? de la ciudad de Los Ángeles, por cesárea de urgencia
en condiciones clínicas de gravedad, debiendo ser ingresado a la Unidad de Neonatología de dicho
centro asistencial y sometido a diversos procedimientos médicos, menor a quien en definitiva -el
16/5/2002- se le debió amputar mediante cirugía su mano izquierda.

La falta de servicio en que habría incurrido el personal del Hospital de Los Ángeles lo sería por
acción, atribuyéndola los demandantes a que dicho personal le provocó al menor la amputación
de su mano izquierda, lo que ocurrió a causa de una punción de la arteria humeral del brazo; y,
además, por omisión, en atención a que el personal no le habría proporcionado al niño la atención
requerida, ya que no hubo supervisión de la evolución de la complicación en el turno de noche,
llegándose al diagnóstico de la complicación transcurridas más de 10 horas.

Séptimo.- Que, como reiteradamente se ha resuelto, es necesario dejar establecido que la falta de
servicio de los órganos estatales se produce cuando se presenta una deficiencia o mal
funcionamiento del respectivo servicio en relación con lo que debería haber sido su
comportamiento normal y que, naturalmente, de ello se siga un daño. Lo anterior ocurre en los
siguientes casos: a) cuando el servicio no funcionó debiendo hacerlo; b) cuando el servicio
funcionó deficiente o irregularmente; y c) cuando el servicio funcionó tardíamente y de la demora
se han seguido perjuicios.

Octavo.- Que esta Corte es de parecer que la responsabilidad de los entes estatales es subjetiva,
correspondiendo a los actores demostrar en cual de las hipótesis expresadas en el motivo anterior
se encuentran, debiendo probar las circunstancias que la configuran, pues lo normal es que el
Estado y los servicios públicos funcionen correctamente, razón por la cual quien alegue lo
contrario deberá justificarlo. No resulta suficiente demostrar únicamente la relación de causalidad
entre el hecho y el daño, sino que se requiere, además, que los actores que han padecido el daño
o sufrido los perjuicios acrediten la falta de servicio debiendo establecerse si el ente público o sus
agentes obraron negligentemente, es decir, con dolo o culpa.

Noveno.- Que del mérito de las declaraciones de los testigos Mirta Medina Figueroa a fojas 262,
Patricio Del Canto Torres de fojas 267, Marlene Muñoz Gambero de fojas 272, Gladys Rojas Torres
de fojas 279, Luis Bonacich Oyarzún de fojas 285 y José Gatica Jofré de fojas 294, todos ellos
presentados por la parte demandada, es dable concluir que en el caso de autos no se advierte que
haya existido falta de servicio del personal del Hospital de Los Ángeles "Víctor Ríos Ruiz?, en los
términos indicados en el motivo séptimo, ya que estos testigos están contestes en señalar que la
atención médica y los procedimientos empleados con el menor fueron los habituales que
correspondía aplicar en una situación como la ocurrida debido a su crítica condición de salud al
nacer. No es posible establecer, del mérito de la referida prueba testimonial, que haya existido un
funcionamiento irregular del servicio médico, ni que haya existido falta de supervisión o tardanza
en la aplicación de los procedimientos médicos y, aún cuando esto último hubiese ocurrido,
tampoco está acreditado en autos que tal supuesta demora haya sido la causa que derivó en la
amputación de la mano izquierda del menor.
Las versiones de los testigos antes nombrados, en lo referente a la intervención médica que le
correspondió al personal del Hospital de Los Ángeles en el tratamiento y atención del menor, no
aparecen desvirtuadas en estos autos por las declaraciones de los otros testigos -presentados por
los actores- que depusieron en el proceso, Álvaro Orellana Moya a fojas 374, Loreto Rodríguez
Ortiz a fojas 376, Luci Tralma Bravo a fojas 378, Silvia Agüero Alvarez a fojas 380, Rodrigo
Sepúlveda Navarro a fojas 447 y Erika Melcher Bustos a fojas 448, a quienes no les consta
personalmente los hechos que ocurrieron en el Hospital de Los Ángeles ya que supieron de ellos
por la versión de terceros pues no estuvieron presentes en el hospital cuando ocurrió el
nacimiento del menor ni cuando seguidamente fue atendido de urgencia.

Décimo.- Que, sin perjuicio de lo señalado en el motivo precedente, el informe médico-legal de


fojas 177 a 180, no objetado, que está suscrito por los facultativos Eliana Eberhard Fellay y
Armando Valdés Herrera, ambos médico- legistas, y por Teresa Chomali Kokaly, médico legista y
coordinadora técnica de la Unidad de Responsabilidad Médica, permite establecer que el menor J.
G. C. R. sufrió un vasoespasmo arterial severo que se pesquisó en forma inmediata, lesión vascular
producto de un procedimiento que era requerido para su manejo intensivo, siendo ésta una
"complicación susceptible de ocurrir pero no prevenible?.

Agrega el mismo informe que "falta explicar la tardanza en el inicio de las medidas que requería
para su tratamiento?; y que la evolución posterior una vez presentada la complicación fue la
prevista para aquellas situaciones en las que no se inicia precozmente el tratamiento, llevando
finalmente a la amputación de la extremidad afectada.

Undécimo.- Que el antes referido informe médico-legal no expresa, en ninguna de sus partes, que
haya existido negligencia o falta de cuidado de parte del personal del hospital que atendió al
menor J. G. C. R.; ni que los procedimientos utilizados frente a la complicación respiratoria que
presentó al nacer no hayan sido los adecuados (dice el informe que el procedimiento que se utilizó
con el menor era el requerido); ni que haya existido alguna mala práctica del personal que
intervino en dicha oportunidad.
Tampoco dicho informe técnico es categórico en señalar que la supuesta tardanza en el inicio de
las medidas o procedimientos médicos que requería el tratamiento del menor o la falta de
supervisión de la evolución de la complicación en el turno de noche, hayan sido las causas
determinantes de la posterior amputación de la mano izquierda del niño. Duodécimo.- Que los
actores, a quienes correspondía el "onus probandi? no rindieron otras pruebas tendientes a
demostrar la existencia de la falta de servicio en que fundan su demanda, ni que haya existido
alguna conducta negligente del personal del hospital, ya que toda la prueba documental referida
en el fundamento décimo primero de la sentencia en alzada no constituye un aporte a dicha
finalidad pues no resulta concluyente al efecto y, en consecuencia, no permite a estos
sentenciadores formarse convicción en el sentido que el daño se haya debido a una deficiencia o
mal funcionamiento del servicio que le prestaron al menor recién nacido los funcionarios
estatales.
Décimo tercero.- Que conforme a todo lo que se ha venido razonando con anterioridad, esta Corte
debe concluir que la lesión vascular que sufrió el menor J. G. C. R. en el Hospital de Los Ángeles,
durante el procedimiento a que fue sometido inmediatamente después de su nacimiento
prematuro debido a su delicada condición de salud, y a consecuencia de lo cual resultó finalmente
con su mano izquierda amputada, fue una complicación y riesgo propios de su delicado estado
clínico, imprevisible, y por lo mismo no atribuible a deficiencias o mal funcionamiento del servicio
ni a fallas del personal de dicho centro asistencial, ni a la tardanza en la puesta en práctica de los
procedimientos que la ciencia médica aconsejaba.

Décimo cuarto.- Que, en las condiciones señaladas precedentemente, la demanda intentada en


esta causa no puede tener acogida, por lo que la sentencia definitiva apelada será revocada en
esta parte.

Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y teniendo presente lo dispuesto en los
artículos 144 , 160 , 170 y 227 del Código de Procedimiento Civil, se declara: a) Que se rechaza la
excepción de prescripción opuesta por la parte demandada en el escrito de fojas 551;

b) Que se revoca la sentencia apelada de fecha 25/10/2007, escrita de fojas 498 a 528, y en
consecuencia no se hace lugar a la demanda de fojas 5 y siguientes; y

c) Que se confirma, en lo demás apelado, la referida sentencia definitiva.

Regístrese y devuélvase con su custodia.

Redacción del abogado integrante don Hugo Tapia Elorza. No firma la Fiscal Judicial señorita
Miriam Barlaro Lagos, quien concurrió a la vista de la causa y al acuerdo, por estar con licencia
médica. Rol Nº 72-2008. Sr. Villa Sr. Tapia

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