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Facultad de Derecho, Universidad Santo Tomás
Derecho del Consumo Profesora: Carolina Araya Gaete.
En 1980 se declaró a la DIRINCO en reestructuración y, conforme a las
directrices del Ministerio de Economía de 1982, la labor del organismo fue
"procurar la orientación destinada a implementar acciones que permitirán la
transparencia del mercado mediante la información y educación de los
consumidores". Con el tiempo La DIRINCO perdió su función fiscalizadora.
El 24 de febrero de 1990 se publicó en el Diario Oficial la Ley Nº 18.959 dando
origen al actual SERNAC, señalando que se substituyen en el DFL 242 de 1960
todas las menciones a la Dirección de Industria y Comercio por la de Servicio
Nacional del Consumidor y, por lo tanto, todas las referencias que las leyes
efectúen a la Dirección de Industria y Comercio se entenderán hechas al
Servicio Nacional del Consumidor.
Sin embargo, el cambio sólo consistió en un nuevo nombre para el organismo,
más cercano a las funciones que debía desempeñar. No hubo una nueva
legislación que le fijara una estructura orgánica, ni tampoco atribuciones que le
permitieran llevar a cabo la labor que el Gobierno le había encomendado.
Así, el SERNAC asumió como una de sus funciones naturales la mediación en
los conflictos entre consumidores y proveedores, a pesar de no estar
expresamente consagrado en ningún texto legal.
Finalmente, con la promulgación de la Ley 19.496 sobre Protección de los
Derechos de los Consumidores, se reconoció expresamente la atribución de
SERNAC para mediar en los conflictos de consumo y se establecieron los
derechos y deberes de los consumidores.
b) Conceptos.
Antes de comenzar un estudio más profundo de esta disciplina, es necesario
conocer ciertos conceptos, tales como consumidor, proveedor, información
básica comercial, publicidad, anunciante, contrato de adhesión, promociones y
oferta.
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1. Se denomina Consumidor al sujeto que adquiere bienes y servicios en el
mercado. A este sujeto también se le denomina cliente en relación al
establecimiento de comercio o aspecto objetivo de la empresa.
El consumidor constituye el sujeto de una disciplina jurídica cuyo propósito es la
protección de los intereses de dicha clase denominada Derecho del
Consumidor.
Nuestra legislación define qué debe entenderse por consumidor en el Art. 1 Nº
1: “las personas naturales o jurídicas que, en virtud de cualquier acto
jurídico oneroso, adquieren, utilizan, o disfrutan, como destinatarios
finales, bienes o servicios”.
Para ser consumidor se requiere celebrar cualquier acto o contrato a título
oneroso que importe la compra, la utilización o el disfrute de bienes o servicios
de los cuales sea el destinatario final. Si los bienes o servicios se obtienen
mediante un acto jurídico a título gratuito (donación o comodato) o se
adquieren o se requieren como intermediarios para ser colocados o prestados a
otros operadores de la actividad económica, no estamos en presencia de un
consumidor.
2.- Por otra parte, el Art. 1 Nº 2 define qué debemos entender por proveedor:
“Las personas naturales o jurídicas, de carácter público o privado, que
habitualmente desarrollen actividades de producción, fabricación,
importación, construcción, distribución o comercialización de bienes o
de prestación de servicios a consumidores, por las que se cobre precio
o tarifa. No se considerará proveedores a las personas que posean un título
profesional y ejerzan su actividad en forma independiente.”
De esta forma, son proveedores tanto empresas públicas como privadas, siendo
necesario desarrollar cualquier actividad económica mencionada en el texto
legal, de forma habitual y cuyo destino sean los consumidores. Se excluye de
este concepto a la persona que tiene un título profesional y que ejerce su
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actividad en forma independiente, como los abogados, médicos, cirujano
dentista, etc.
3.- Información básica comercial. El Art. 1 Nº 3 nos indica que son “Los
datos, instructivos, antecedentes o indicaciones que el proveedor
debe suministrar obligatoriamente al público consumidor, en
cumplimiento de una norma jurídica. Tratándose de proveedores que
reciban bienes en consignación para su venta, éstos deberán agregar a la
información básica comercial los antecedentes relativos a su situación
financiera, incluidos los estados financieros cuando corresponda. En la venta de
bienes y prestación de servicios, se considerará información comercial básica,
además de lo que dispongan otras normas legales o reglamentarias, la
identificación del bien o servicio que se ofrece al consumidor, así como también
los instructivos de uso y los términos de la garantía cuando procedan. Se
exceptuarán de lo dispuesto en este inciso los bienes ofrecidos a granel. La
información comercial básica deberá ser suministrada al público por medios que
aseguren un acceso claro, expedito y oportuno. Respecto de los
instructivos de uso de los bienes y servicios cuyo uso normal represente un
riesgo para la integridad y seguridad de las personas, será obligatoria su
entrega al consumidor conjuntamente con los bienes y servicios a
que acceden.”
Se trata de una información obligatoria, constituyendo un deber del proveedor
de poner esta información a disposición del consumidor, en sus productos o en
los lugares de venta o de prestación de servicios. Esta información es
determinante para el ejercicio de los derechos de los consumidores, pues si
carecen de ella, no podrían ejercer su libertad de elección, ni satisfacer sus
necesidades y utilizar correctamente los bienes adquiridos o los servicios
prestados. Por lo que la información debe ser veraz y oportuna, es decir, tiene
que estar disponible antes de adquirir el bien o de contratar el servicio,
debiendo indicarse el precio incluyendo el impuesto que lo grava, las
características relevantes del producto o servicio y las condiciones de
contratación. Este deber es distinto a la información voluntaria que los
proveedores suministran a los consumidores, para motivarlos a adquirir sus
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productos o a requerir la prestación de los servicios que ellos ofrecen,
denominada publicidad.
Este concepto debemos relacionarlo con lo contemplado en el Art. 32 del
cuerpo legal en estudio, el que nos indica:
Artículo 32.- La información básica comercial de los servicios y de los productos
de fabricación nacional o de procedencia extranjera, así como su identificación,
instructivos de uso y garantías, y la difusión que de ellos se haga, deberán
efectuarse en idioma castellano, en términos comprensibles y legibles en
moneda de curso legal, y conforme al sistema general de pesos y medidas
aplicables en el país, sin perjuicio de que el proveedor o anunciante pueda
incluir, adicionalmente, esos mismos datos en otro idioma, unidad monetaria o
de medida.
Tratándose de contratos ofrecidos por medios electrónicos o de aquellos en que
se aceptare una oferta realizada a través de catálogos, avisos o cualquier otra
forma de comunicación a distancia, el proveedor deberá informar, de manera
inequívoca y fácilmente accesible, los pasos que deben seguirse para
celebrarlos, e informará, cuando corresponda, si el documento
electrónico en que se formalice el contrato será archivado y si éste será
accesible al consumidor. Indicará, además, su dirección de correo postal o
electrónico y los medios técnicos que pone a disposición del consumidor para
identificar y corregir errores en el envío o en sus datos.”
4.- Publicidad. Es el Nº 4 del Art. 1 el que nos indica qué debemos entender
por publicidad: “La comunicación que el proveedor dirige al público por
cualquier medio idóneo al efecto, para informarlo y motivarlo a adquirir o
contratar un bien o servicio, entendiéndose incorporadas al contrato las
condiciones objetivas contenidas en la publicidad hasta el momento de celebrar
el contrato. Son condiciones objetivas aquellas señaladas en el artículo 28.”
La última parte de este numeral fue introducida por reforma de año 2004, con
el propósito de hacer más eficaz el control acerca de la publicidad falsa o
engañosa.
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La publicidad como mensaje cumple tanto la función de información como la de
motivación al público consumidor para determinarlo a contratar. Con el
propósito de proteger a los consumidores, la ley establece que la publicidad
debe ser fiel a la realidad de los productos o servicios que se ofrecen. La
publicidad debe ser veraz, poderse comprobar y contener expresiones que no
induzcan a error al consumidor. El art. 28 señala “Comete infracción a las
disposiciones de esta ley el que, a sabiendas o debiendo saberlo y a través de
cualquier tipo de mensaje publicitario induce a error o engaño respecto de:
a) Los componentes del producto y el porcentaje en que concurren;
b) la idoneidad del bien o servicio para los fines que se pretende satisfacer y
que haya sido atribuida en forma explícita por el anunciante;
c) las características relevantes del bien o servicio destacadas por el anunciante
o que deban ser proporcionadas de acuerdo a las normas de información
comercial;
d) El precio del bien o la tarifa del servicio, su forma de pago y el costo del
crédito en su caso, en conformidad a la normas vigentes;
e) Las condiciones en que opera la garantía, y
f) Su condición de no producir daño al medio ambiente, a la calidad de vida y
de ser reciclable o reutilizable.
“Art. 28 A.- Asimismo, comete infracción a la presente ley el que, a través de
cualquier tipo de mensaje publicitario, produce confusión en los consumidores
respecto de la identidad de empresas, actividades, productos, nombres, marcas
u otros signos distintivos de los competidores.”
En los casos de publicidad falsa o engañosa, el Tribunal podrá disponer, de
oficio o a petición de parte, la suspensión de las emisiones publicitarias y exigir
la difusión de la publicidad correctiva, a costa del mismo anunciante, que
resulte apropiada para enmendar errores o falsedades. (Art. 31).
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publicidad, a diferencia de otros derechos y deberes que no justifican un
estudio pormenorizado.
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Además, la Ley 20.555, D.O. 05.12.2011 agregó:
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El consumidor puede poner término unilateralmente al contrato en el plazo de
10 días contado desde la recepción del producto o desde la contratación del
servicio y antes de la prestación del mismo, en los siguientes casos:
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Deberán restituirse en buen estado los elementos originales del embalaje, como
las etiquetas, certificados de garantía, manuales de uso, cajas, elementos de
protección o su valor respectivo, previamente informado.”
Cuando el precio del bien o del servicio se haya cubierto total o parcialmente,
con un crédito otorgado al consumidor por el proveedor o por un tercero,
previo acuerdo entre este último y el proveedor, el hecho de ejercitar el
derecho de retracto trae aparejada la resolución de dicho crédito. Si hay costos
involucrados, éstos son de cargo del consumidor, siempre que el crédito haya
sido concedido por un tercero.
En los casos en que el consumidor hace valer el derecho de retracto, el
proveedor está obligado a devolverle las sumas abonadas, sin retención de
gastos, a la mayor brevedad posible y, en cualquier caso, antes de los 45 días
siguientes a la comunicación del retracto. En el caso de los servicios, la
devolución comprende tan solo las sumas abonadas que no correspondan a
servicios ya prestados al consumidor a la fecha del retracto.
Así mismo, la citada norma dispone que habrán de restituirse en buen estado
los elementos originales del embalaje, como las etiquetas, los certificados de
garantía, manuales de uso, caja, elementos de protección o su valor respectivo,
informado previamente.
3.- Derecho a retracto de prestaciones de servicios educacionales, Art. 3º ter.
En el caso de prestaciones de servicios educacionales de nivel superior,
proporcionadas por centros de formación técnica, institutos profesionales y
universidades, se faculta al alumno o a quién efectúe el pago en su
representación para que, dentro del plazo de diez días contados desde aquél en
que se complete la primera publicación de los resultados de las postulaciones a
las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores de las
Universidades Chilenas, deje sin efecto el contrato con la respectiva institución,
sin pago alguno por los servicios educacionales no prestados.
Este derecho de retracto puede hacerse efectivo siempre que se trate de
alumnos de primer año de una carrera o programa de pregrado y acreditar,
ante la institución respecto de la cual se ejerce esta facultad, encontrarse
matriculado en otra entidad de educación superior.
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La institución educacional en ningún caso podrá retener con posterioridad a
este retracto los dineros pagados ni los documentos de pago o crédito
otorgados en respaldo del período educacional respectivo, debiendo devolverlos
todos en el plazo de 10 días desde que se ejerza el derecho a retracto. En el
evento de haberse otorgado mandato general para hacer futuros cobros, éste
quedará revocado por el solo ministerio de la ley desde la fecha de la renuncia
efectiva del alumno al servicio educacional. El prestador del servicio se
abstendrá de negociar o endosar los documentos recibidos, antes del plazo
señalado en el inciso primero.
Con todo, la institución de educación superior, estará facultada para retener,
por concepto de costos de administración, un monto de la matrícula, que no
podrá exceder al uno por ciento del arancel anual del programa o carrera de
estudios.
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de los derechos de los consumidores y muy excepcionalmente daba lugar al
ejercicio de una acción colectiva.
Gracias a la reforma introducida en el año 2004, se incorporó en nuestra
legislación la protección de los intereses colectivos y difusos de los
consumidores, mediante la cual se logrará la adecuada solución de aquellos
conflictos que involucran intereses supraindividuales. Al establecer la
procedencia de acciones colectivas, respecto de las cuales se pronunciará una
sentencia, se logra poner en armonía un mecanismo procesal con la norma
sustantiva que consagra determinados derechos, los que de esta manera
adquieren una eficacia que antes no tenían. Por lo demás, en el derecho
comparado, estas acciones de defensa de intereses colectivos y difusos de los
consumidores habían sido admitidos hace ya bastante tiempo y aplicadas
efectivamente por los tribunales de justicia.
Para que la protección de estos derechos sea efectiva, la Ley dispone en el Art.
4° que ellos no pueden renunciarse anticipadamente por los consumidores.
La irrenunciabilidad anticipada de los derechos del consumidor no se
contrapone con la posibilidad de llegar a un avenimiento con el proveedor, en la
audiencia que se decreta en el procedimiento aplicable en esta materia,
aunque comporte el desestimiento del consumidor, porque ya ha ejercido sus
derechos (Art. 51, inc. 2° LPC) La renuncia que la ley no permite es la que se
produce en forma anticipada, por ejemplo, al celebrar el acto o contrato de
adquisición de los bienes o prestación de servicios.
Obligaciones.
La eficacia de los derechos de los consumidores depende asimismo de la
existencia y del cumplimiento de ciertas obligaciones de los proveedores.
Los deberes de los proveedores están previstos en el Art. 12 de la LPC: “Todo
proveedor de bienes o servicios estará obligado a respetar los términos,
condiciones y modalidades conforme a las cuales se hubiere ofrecido o
convenido con el consumidor la entrega del bien o la prestación del servicio.”
La novedad que aporta la ley de protección al consumidor se refiere a la
obligación de respetar los términos y condiciones de la oferta, porque en el
caso que ya se haya contratado, la obligación de respetar lo pactado proviene
de la fuerza obligatoria de los contratos, establecida en los artículos 1545 y
1489 del Código Civil.
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La ley impone, así mismo, a los proveedores la obligación de no negarse
injustificadamente a la venta de bienes o a la prestación de los servicios
comprendidos dentro de su giro de negocios, en las condiciones ofrecidas, Art.
13 LPC.
Relacionado con el deber que acabamos de estudiar, existe la obligación del
proveedor de no actuar con negligencia en la venta de un bien o en la
prestación de un servicio, causando menoscabo al consumidor debido a faltas o
deficiencias, seguridad, peso o medida del respectivo bien o servicio,
sancionado como infracción a la LPC, en su Art. 23. Esta norma es importante
en cuanto a que en ella se basa la responsabilidad del proveedor por
incumplimiento de sus deberes hacia el consumidor.
El Art. 14 contempla la obligación del proveedor de informar expresamente al
consumidor cuando se expendan productos con alguna deficiencia, usados o
refaccionados o cuando se ofrezcan productos en cuya fabricación o
elaboración se hayan utilizado partes o piezas usadas, se deberán informar de
manera expresa las circunstancias antes mencionadas al consumidor, antes de
que éste decida la operación de compra. Será bastante constancia el usar en
los propios artículos, en sus envoltorios, en avisos o carteles visibles en sus
locales de atención al público las expresiones "segunda selección", "hecho con
materiales usados" u otras equivalentes.
El cumplimiento de estos deberes eximirá al proveedor de las obligaciones
derivadas del derecho de opción que se establece en los artículos 19 y 20, sin
perjuicio de aquellas que hubiera contraído el proveedor en virtud de la
garantía otorgada al producto.
Los sistemas de seguridad y vigilancia que, en conformidad a las leyes que los
regulan, mantengan los establecimientos comerciales están especialmente
obligados a respetar la dignidad y derechos de las personas.
La LPC en su Art. 15 impone además a los proveedores la obligación de
respetar la dignidad y derechos humanos del consumidor, al hacer funcionar los
sistemas de seguridad y vigilancia que en virtud de la reglamentación vigente
se les autorice mantener en sus establecimientos mercantiles. En todo caso, si
se sorprende a un consumidor en la comisión flagrante de un delito, los
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gerentes, funcionarios o empleados del establecimiento se limitarán, bajo su
responsabilidad, a poner sin demora al presunto infractor a disposición de las
autoridades competentes.
a) Garantía legal.
Se trata de una garantía que se caracteriza, en primer término, por ser
general, en cuanto a que comprende toda clase de bienes muebles duraderos,
sin límite de valor, esto es, desde automóviles, electrodomésticos y menaje
hasta ropa, calzado, joyas y juguetes, entre otros.
La segunda característica es que es obligatoria, en cuanto a que debe ser
dada por todo comercio establecido, sin excepción alguna.
Su tercera característica es que es limitada en el tiempo, en el sentido que el
comercio establecido tiene que responder, durante un plazo mínimo de 3
meses, contado desde que el consumidor recibió el producto, por la calidad o
idoneidad esencial de todos los bienes que ofrezcan al público, sin límite de
valor, haya o no haya póliza escrita de por medio y sin que quede supeditada a
ciertos aspectos específicos, Art. 21 LPC.
Los bienes que se consumen en el primer uso, como los alimentos envasados y
los productos farmacéuticos tienen garantía sólo por el período que señale su
envase o, a falta de mención, por el plazo máximo de 7 días, desde su entrega
al consumidor, Art. 21 LPC.
En el caso de las viviendas nuevas, no se aplica, respecto de la garantía, la LPC,
sino la Ley 19.472, sobre Calidad de la Vivienda.
Las pólizas de garantía voluntariamente otorgadas por el proveedor tienen la
vigencia que ellas establecen, si ese plazo es superior a tres meses.
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La cuarta característica de la garantía legal es que produce efectos u opera
de pleno derecho, sin necesidad de ser convenida en forma expresa. Por el
solo hecho de venderse los productos tienen garantía legal, además de la
garantía voluntaria que pueda entregar el vendedor.
La quinta característica es que la garantía legal carece de formalidad
específica, no requiere póliza, de manera que el consumidor, para ejercer las
acciones propias de la garantía, debe acreditar el acto o contrato con la
documentación respectiva.
Cuando la venta o el contrato de que se trata ha sido celebrado en los últimos
tres meses y permite al consumidor elegir entre la reparación gratuita del bien,
el cambio por otro igual o la devolución del dinero, es obligación del proveedor
cumplir con la decisión que haya tomado el consumidor.
Este derecho alternativo puede ejercitarlo el consumidor, en forma inmediata, si
no hay póliza entregada voluntariamente por el proveedor o fabricante.
Tratándose de productos respecto de los cuales se haya dado una póliza de
garantía voluntaria por el fabricante o proveedor, el derecho del consumidor a
exigir el cambio del bien por otro igual o la facultad de reclamar la devolución
de lo pagado, pueden ejercerse cuando ya se haya hecho uso, al menos una
vez, de los mecanismos que contemple la póliza para solucionar la deficiencia y
éstos no hayan dado resultado satisfactorio o se presentan nuevas fallas.
La garantía legal obligatoria se ejercita en el lugar donde se efectuó la venta,
sin que el proveedor pueda derivarlo hacia otras oficinas ni imponerle otras
condiciones menos cómodas para el ejercicio de este derecho, que las que se
ofrecieron al momento de efectuar la venta, a menos que el consumidor las
acepte.
El plazo de vigencia de esta garantía, como así también el de la voluntaria, se
suspende durante el tiempo que dura la reparación y hasta la entrega del
producto al consumidor.
Finalmente diremos que la garantía cubre la falta de cantidad o de contenido
neto del producto. Así el Art. 19 señala: “El consumidor tendrá derecho a la
reposición del producto o, en su defecto, a optar por la bonificación de su valor
en la compra de otro o por la devolución del precio que haya pagado en
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exceso, cuando la cantidad o el contenido neto de un producto sea inferior al
indicado en el envase o empaque.”
Art. 20 de la LPC, Contiene una larga enumeración de situaciones que traen
aparejada la responsabilidad para los proveedores y, en el caso en que ellas se
presenten en la práctica, los consumidores pueden optar entre la reparación
gratuita del bien o, previa restitución, su reposición o la devolución de la
cantidad pagada.
Analizaremos las hipótesis legales contenidas en la normativa legal estudiada:
a) Cuando los productos sujetos a normas de seguridad o calidad de
cumplimiento obligatorio no cumplan las especificaciones correspondientes.
Los bienes que se tranzan en el mercado han de cumplir con determinadas
exigencias de seguridad o de calidad fijadas por normas reglamentarias, de
carácter obligatorio, dictadas por la autoridad económica. El proveedor de tales
bienes responde en caso de incumplimiento de dichas reglas de calidad o
seguridad, porque el consumidor que ha pagado el precio de ellos espera que
sirvan eficientemente a los fines para los cuales los ha adquirido. Si un
consumidor adquiere, por ejemplo, un cuchillo eléctrico, espera que no se
quiebre al tiempo de usarlo ni tampoco que él resultará electrocutado.
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f) Cuando la cosa objeto del contrato tenga defectos o vicios ocultos que
imposibiliten el uso a que habitualmente se destine;
La situación prevista en la ley es suficientemente clara, por lo que sólo
indicamos, a modo de ejemplo, que ella tendría lugar cuando el consumidor
compra un televisor y éste por un defecto no mantiene fija la imagen en la
pantalla.
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El consumidor que, en el ejercicio de los derechos que contempla el artículo 20,
opte por la reparación, podrá dirigirse, indistinta o conjuntamente, al vendedor,
al fabricante o al importador. Hecha la opción, el requerido no podrá derivar el
reclamo. Serán solidariamente responsables por los perjuicios ocasionados al
consumidor, el proveedor que haya comercializado el bien o producto y el
importador que lo haya vendido o suministrado. En caso de que el consumidor
solicite la reparación sólo al vendedor, éste gozará del derecho de resarcimiento
señalado en el artículo 22.
En cuanto al lugar en que el vendedor, fabricante o importador tiene que
responder del ejercicio de los derechos propios de la garantía legal, la ley
dispone que éste es el local donde se efectuó la venta o en las oficinas o locales
en que habitualmente atiende a sus clientes, no pudiendo condicionar el
ejercicio de los referidos derechos a efectuarse en otros lugares o en
condiciones menos cómodas para el consumidor que las que se le ofreció para
efectuar la venta, salvo que éste consienta en ello.
En el caso de productos perecibles o que por su naturaleza estén destinados a
ser usados o consumidos en plazos breves, el término para el ejercicio de los
derechos es el que está impreso en el producto o su envoltorio o, en su
defecto, el término máximo de siete días.
Por otra parte, el término o plazo establecido en la póliza de garantía voluntaria
y el plazo de tres meses de la garantía legal se suspenderán durante el tiempo
en que el bien esté siendo reparado en ejercicio de la garantía. Tratándose de
bienes amparados por una garantía voluntaria otorgada por el proveedor, el
consumidor, antes de ejercer alguno de los derechos que le confiere el artículo
20, deberá hacerla efectiva ante quien corresponda y agotar las posibilidades
que ofrece, conforme a los términos de la póliza. Este documento que contiene
la póliza de garantía producirá plena prueba si ha sido fechada y timbrada al
momento de la entrega del bien. Igual efecto tendrá la referida póliza aunque
no haya sido fechada ni timbrada al momento de la entrega del bien, siempre
que se exhiba con la correspondiente factura o boleta de venta.
En el caso de la devolución de la cantidad pagada, el plazo para ejercer la
acción se cuenta desde la fecha de la correspondiente factura o boleta y no se
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suspenderá en caso alguno. Si se acordare la devolución una vez expirado el
plazo a que se refiere el Art. 70 del Decreto Ley N° 825 de 1974 Ley del IVA, el
consumidor sólo tiene derecho a recuperar el precio neto del bien, excluidos los
impuestos correspondientes. (Art. 70 L IVA “ En los casos en que una venta
quede sin efecto por resolución, resciliación, nulidad u otra causa, el SII, a
petición del interesado, anulará la orden que haya girado, no aplicará el tributo
correspondiente o procederá a su devolución, si hubiere sido ya ingresado en
arcas fiscales.
Lo establecido en el inciso anterior no tendrá aplicación cuando hubieren
transcurrido más de tres meses entre la entrega y la devolución de las especies
que hayan sido objeto del contrato, salvo en los casos en que la venta quede
sin efecto por sentencia judicial.
La devolución o no aplicación del impuesto a que se refiere el inciso primero
deberá solicitarse dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que la
venta quede sin efecto.
b) Garantía voluntaria.
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No obstante, la normativa de protección del consumidor, cuando reglamenta la
garantía legal, establece algunas reglas destinadas a regular la garantía
voluntaria que otorga el proveedor.
La primera regla aplicable a la garantía voluntaria es la contenida en el en el
Art. 21, inciso 1° LPC, se refiere a su plazo y dispone que si el producto se
hubiere vendido con determinada garantía, aludiendo de esta forma a la
garantía convencional, prevalecerá el plazo por el cual ésta se extendió, si fuere
mayor al término de la garantía legal, que es de tres meses.
La segunda regla sobre esta materia es la del Art. 21 inciso 8° LPC, que
establece que el plazo que la póliza de garantía otorgada por el proveedor
contempla, y el de la garantía legal, se suspenderá durante el tiempo en que el
bien esté siendo reparado en ejercicio de la garantía.
La tercera regla está prevista en el Art. 21 inc. 9° LPC, que contempla la
compatibilidad entre la garantía legal y garantía voluntaria que entrega el
proveedor, de manera que el consumidor antes de ejercer alguno de los
derechos que le confiere la garantía legal, en virtud del Art. 20, tiene que hacer
efectiva la garantía voluntaria ante quien corresponda y agotar las
posibilidades que ofrece conforme a los términos de la póliza.
Por último, para ejercer estas acciones el consumidor tiene que acreditar el acto
contrato con la documentación respectiva, a menos que el proveedor tribute
bajo el régimen de renta presunta, caso en que podrá acreditarlo por todos los
medios de prueba que sean conducentes.
d) Otras garantías.
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“Sin perjuicio de lo establecido en el N° 3 del artículo 2003 del Código Civil, los
constructores serán responsables por las fallas, errores o defectos en la
construcción, incluyendo las obras ejecutadas por subcontratistas y el uso de
materiales o insumos defectuosos, sin perjuicio de las acciones legales que
puedan interponer a su vez en contra de los proveedores, fabricantes y
subcontratistas”.
“Las personas jurídicas serán solidariamente responsables con el profesional
competente que actúe por ellas como proyectista o constructor respecto de los
señalados daños y perjuicios”.
“El propietario primer vendedor estará obligado a incluir en la escritura pública
de compraventa, una nómina que contenga la individualización de los
proyectistas y constructores a quienes pueda asistir responsabilidad de acuerdo
al presente artículo. Tratándose de personas jurídicas deberá individualizarse a
sus representantes legales. Las condiciones ofrecidas en la publicidad se
entenderán incorporadas al contrato de compraventa. Los planos y las
especificaciones técnicas, definitivos, como asimismo el Libro de Obras a que se
refiere el artículo 143, se mantendrán en un archivo en la Dirección de Obras
Municipales a disposición de los interesados”.
“La responsabilidad civil a que se refiere este artículo, tratándose de personas
jurídicas que se hayan disuelto, se hará efectiva respecto de quienes eran sus
representantes legales a la fecha de celebración del contrato”.
“Las acciones para hacer efectivas las responsabilidades a que se refiere este
artículo prescribirán en los plazos que se señalan a continuación:
1. En el plazo de diez años, en el caso de fallas o defectos que afecten a la
estructura soportante del inmueble.
2. En el plazo de cinco años, cuando se trate de fallas o defectos de los
elementos constructivos o de las instalaciones.
3. En el plazo de tres años, si hubiesen fallas o defectos que afecten a
elementos de terminaciones o de acabado de las obras”.
“En los casos de fallas o defectos no incorporados expresamente en los
numerales anteriores o que no sean asimilables o equivalentes a los
mencionados en éstos, las acciones prescribirán en el plazo de cinco años.
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Los plazos de prescripción se contarán desde la fecha de la recepción definitiva
de la obra por parte de la Dirección de Obras Municipales, con excepción del
señalado en el número 3, que se contará a partir de la fecha de la inscripción
del inmueble a nombre del comprador en el Conservador de Bienes Raíces
respectivo”.
Las causas a que da origen la aplicación del citado Art. 18 de la Ley General de
construcciones y Urbanización, se tramitan de acuerdo al procedimiento
sumario del CPC.
Responsabilidades
1.- Responsabilidad por omisión de servicio o por paralización.
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Se encuentra prevista en el Art. 23 de la LPC, y afecta a los organizadores de
espectáculos públicos, incluidos los artísticos y deportivos, que vendan una
cantidad de entradas que supere la capacidad del recinto de que se trate.
Se justifica la existencia de este caso de responsabilidad, toda vez que la
realización de espectáculos públicos, artísticos o deportivos atrae a multitudes y
el hecho de vender más entradas que la capacidad del local en que se
desarrolla comporta un grave riesgo para las personas que asisten a dichos
espectáculos, como ha quedado demostrado en la práctica con numerosos
accidentes ocurridos por tal razón, donde ha habido que lamentar incluso
pérdida de vidas humanas.
La sanción por incurrir en esta hipótesis de responsabilidad consiste en una
multa de 100 a 300 UTM.
Por las razones ya indicadas, la misma responsabilidad y sanción corresponden
a prestadores de servicios de transporte de pasajeros, con excepción del
transporte aéreo, que vendan sobrecupos.
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2.- Los contratos de adhesión de servicios crediticios, de seguros y, en
general, de cualquier producto financiero, elaborados por bancos e instituciones
financieras o por sociedades de apoyo a su giro, establecimientos comerciales,
compañías de seguros, cajas de compensación, cooperativas de ahorro y
crédito, y toda persona natural o jurídica proveedora de dichos servicios o
productos, deberán especificar como mínimo, con el objeto de promover su
simplicidad y transparencia, lo siguiente:
b) Las causales que darán lugar al término anticipado del contrato por parte del
prestador, el plazo razonable en que se hará efectivo dicho término y el medio
por el cual se comunicará al consumidor.
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a) Impone o condiciona al consumidor la contratación de otros productos o
servicios adicionales, especiales o conexos, y
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adherente que ha celebrado un contrato de esta naturaleza con un
predisponerte que tenga la calidad jurídica de proveedor.
El Art. 16 de la LPC en su letra g) dispone que no producirán efecto alguno en
los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que “En contra de las
exigencias de la buena fe, atendiendo para estos efectos a parámetros
objetivos, causen en perjuicio del consumidor, un desequilibrio importante en
los derechos y obligaciones que para las partes se deriven del contrato. Para
ello se atenderá a la finalidad del contrato y a las disposiciones especiales o
generales que lo rigen. Se presumirá que dichas cláusulas se encuentran
ajustadas a exigencias de la buena fe, si los contratos a que pertenecen han
sido revisados y autorizados por un órgano administrativo en
ejecución de sus facultades legales.”
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“c) Pongan de cargo del consumidor los efectos de deficiencias, omisiones o
errores administrativos, cuando ellos no le sean imputables.”
Un ejemplo de esta cláusula abusiva se presenta en el contrato de adhesión
que impone multas o suspensión de suministro al adherente por el atraso en los
pagos, aun cuando la responsabilidad por el retardo no provenga de dicha
parte, sino del banco efectuó el pago, institución que demoró la transferencia
de fondos a la empresa que cobra el bien o servicio.
“f) Incluyan espacios en blanco, que no hayan sido llenados o inutilizados antes
de que se suscriba el contrato.”
En verdad, más que una cláusula abusiva, en este caso se trata de un requisito
de forma, que debió sumarse a los de escrituración, idioma y firma, a que alude
el artículo 17 de la LPC.
“g) En contra de las exigencias de la buena fe, atendiendo para estos efectos a
parámetros objetivos, causen en perjuicio del consumidor, un desequilibrio
importante en los derechos y obligaciones que para las partes se deriven del
contrato. Para ello se atenderá a la finalidad del contrato y a las disposiciones
especiales o generales que lo rigen. Se presumirá que dichas cláusulas se
encuentran ajustadas a exigencias de la buena fe, si los contratos a que
pertenecen han sido revisados y autorizados por un órgano administrativo en
ejecución de sus facultades legales.”
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El inciso final del Art. 16, agregado por la reforma de la ley de 2004, señala:
“En todo contrato de adhesión en que se designe un árbitro, será obligatorio
incluir una cláusula que informe al consumidor de su derecho a recusarlo,
conforme a lo establecido en el inciso anterior. Lo que se entiende sin perjuicio
del derecho que tiene el consumidor de recurrir siempre ante el tribunal
competente.”
De conformidad con lo previsto en el Art. 16 A, “declarada la nulidad de una o
varias cláusulas o estipulaciones de un contrato de adhesión, por aplicación de
alguna de las normas del artículo 16, éste subsistirá con las restantes cláusulas,
a menos que por la naturaleza misma del contrato, o atendida la intención
original de los contratantes, ello no fuere posible. En este último caso, el juez
deberá declarar nulo, en su integridad, el acto o contrato sobre el que recae la
declaración.”
La existencia de cláusulas abusivas en los contratos de adhesión debe originar
precisamente la ineficacia de las mismas, pero no de todo el contrato en el que
ellas están contenidas, puesto que se trata de proteger al consumidor o
usuario, quien puede tener legítimo interés en perseverar en dicho contrato,
con las cláusulas restantes. Se trata pues de un caso de nulidad parcial, a
menos que por la naturaleza misma del contrato, o atendida la intención
original de las partes, deba declararse la nulidad total de dicho acto o contrato,
procediendo el juez a decidirlo de esta manera.
A mayor abundamiento, de acuerdo a la redacción del enunciado del Art. 16
LPC, la nulidad sólo afecta a las cláusulas o estipulaciones abusivas que en él se
describen y no al contrato en general, cuando dice textualmente: “No
producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o
estipulaciones que…”
Finalmente, al tenor del Art. 16 B de la LPC, “El procedimiento a que se
sujetará la tramitación de las acciones tendientes a obtener la declaración de
nulidad de cláusulas contenidas en contratos de adhesión, será el contemplado
en el Título IV de la presente ley.”
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las normas relativas a la obligación de informar y las concernientes a la
publicidad, contenidas en la LPC.
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Estas exigencias tienden no solo a lograr que la información al consumidor sea
más completa, sino que también no deje lugar a dudas, sobre todo en lo
relativo a los intereses de los saldos de precios, intereses moratorios en caso de
incumplimiento, gastos de cobranza extrajudicial, etc., todo lo cual se había
prestado a un considerable número de abusos por parte de los proveedores y
que habían sido denunciados a través de los medios de comunicación social. Al
incluir esta normativa en la modificación de 2004 se da una respuesta oportuna
y efectiva del legislador en orden a poner fin a estas situaciones de abuso o
para aminorar su ocurrencia. La solución definitiva a los abusos relativos al
cobro de tasas de interés que exceden el interés máximo permitido estipular
según la Ley 18.010, por el uso de tarjetas de crédito emitidas por casas
comerciales, sólo se puede lograr facultando a la Superintendencia de Bancos e
Instituciones Financieras para que se encargue de la fiscalización de ellas.
Por otra parte, el Art. 33 LPC establece que la información que se consigne en
los productos, etiquetas, envases, empaques o en la publicidad y difusión de los
bienes y servicios deberá ser susceptible de comprobación y no contendrá
expresiones que induzcan a error o engaño al consumidor.
II.- La publicidad.
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d) El precio del bien o la tarifa del servicio, su forma de pago y el costo del
crédito en su caso, en conformidad a las normas vigentes;
e) Las condiciones en que opera la garantía, y
f) Su condición de no producir daño al medio ambiente, a la calidad de vida y
de ser reciclable o reutilizable”.
Es preciso tener en cuenta la definición de publicidad señalada en el Art. 1 Nº 4
de la LPC. De esta manera, el proveedor no puede cambiar las condiciones
objetivas contenidas en el Art. 28 LPC, bajo las cuales había publicitado sus
productos o servicios, al tiempo de celebrar un acto o contrato o relación de
consumo con el consumidor o usuario, por cuanto se entiende que ellas ya
estaban incorporadas al contrato y pueden haber sido determinantes para que
éste se celebrara.
El Art. 28 A LPC, dispone que comete infracción a dicho cuerpo legal el que, a
través de cualquier tipo de mensaje publicitario, produce confusión en los
consumidores respecto de la identidad de empresas, actividades, productos,
nombres, marcas u otros signos distintivos de los competidores.
Se trata de una situación incorporada mediante la modificación de 2004, que
sin duda hacía falta contemplar, pues son numerosas las infracciones de esta
naturaleza que se presentan en la práctica, particularmente, en el ámbito del
comercio electrónico en que se ocupan de mala fe marcas comerciales como
nombres de dominio en Internet.
I. Introducción.
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Cuando se incumple la LPC, se da lugar a las acciones cuyo objetivo es
sancionar al proveedor que incurra en infracción, anular las cláusulas abusivas
incorporadas en los contratos de adhesión, obtener la prestación de la
obligación incumplida, hacer cesar el acto que afecte el ejercicio de los
derechos de los consumidores y obtener la debida indemnización de perjuicios o
la reparación que corresponda.
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es sin perjuicio de las responsabilidades penal y civil solidaria de los autores por
los daños que hubieren producido.
De conformidad a lo previsto en el Art. 50 F LPC, si durante un procedimiento el
juez tomara conocimiento de la existencia de bienes susceptibles de causar
daño, ordenará su custodia en el tribunal si lo estimara necesario. En caso de
que ello no fuera factible, atendida su naturaleza y características, el juez
ordenará las pericias que permitan acreditar el estado, la calidad y la aptitud de
causar daño o cualquier otro elemento relevante de los bienes o productos y
dispondrá las medidas que fueran necesarias para la seguridad de las personas
o de los bienes.
La primera regla especial prevista en el Art. 51 LPC indica que en esta etapa
el procedimiento se inicia por demanda, la que puede ser presentada por:
i.- El Servicio Nacional del Consumidor.
ii.- Una Asociación de Consumidores constituida, a lo menos, con 6 meses de
antelación al día en que dicha demanda se interpone y que cuenta con la
debida autorización de su asamblea para hacerlo, o
iii.- Un grupo de consumidores afectados en un mismo interés, en Nº no
inferior a 50 personas, debidamente individualizadas.
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representación de los consumidores determinados del colectivo en cuyo interés
se encuentran actuando.
La quinta regla especial de este procedimiento establece que el demandante
no puede, mientras el juicio se halla pendiente, interponer demandas de interés
individual basadas en los mismos hechos.
Según la sexta regla, la presentación de la demanda produce el efecto de
interrumpir la prescripción de las acciones indemnizatorias que correspondan a
los consumidores afectados. Respecto de las personas que reservaren sus
derechos conforme al artículo 54 C el cómputo del nuevo plazo de prescripción
se contará desde que la sentencia se encuentre firme y ejecutoriada. En
realidad, esta regla debió prever la interrupción de la prescripción desde la
notificación de la demanda y no a partir de su simple presentación, como en el
hecho lo contempla.
La regla especial séptima establece que en el caso que el juez estime que
las actuaciones de los abogados entorpecen la marcha regular del juicio,
solicitará a los legitimados activos que son parte en él que nombren un
procurador común de entre sus respectivos abogados, dentro del plazo de diez
días. En subsidio, éste será nombrado por el juez de entre los mismos
abogados.
El nombramiento de este procurador común de los demandantes es toda una
novedad en el derecho adjetivo nacional y sin duda tiene por objeto acelerar la
marcha del proceso, en los casos en que el tribunal estime que las actuaciones
de los letrados que los representan entorpecen su marcha normal, toda vez que
dentro del marco del derecho del consumidor, el juicio debe tener solución
dentro del menor tiempo posible. En todo caso, el nombramiento de este
procurador común lo harán en primer lugar los propios demandantes y de entre
sus respectivos abogados, y, sólo en subsidio lo hará el juez de entre sus
respectivos abogados.
Las atribuciones y actuaciones del procurador común, así como los derechos de
los actores representados por él y las facultades y actuaciones correspondientes
al tribunal, se regirán por lo dispuesto en el Título II del Libro I del Código de
Procedimiento Civil. Con todo, la resolución que al efecto dicte el tribunal
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conforme al artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, se notificará por
avisos, en la forma que determine el tribunal. Estos avisos serán redactados por
el secretario. No obstante lo anterior, el juez podrá disponer una forma distinta
de notificación en aquellos casos en que el número de afectados permita
asegurar el conocimiento de todos y cada uno de ellos por otro medio.
Corresponde también al juez regular prudencialmente los honorarios del
procurador común, previa propuesta de éste, considerando las facultades
económicas de los demandantes y la cuantía del juicio.
Además, el juez de oficio o a petición de parte y por resolución fundada, podrá
revocar el mandato judicial, cuando la representación del interés colectivo o
difuso no sea la adecuada para proteger eficazmente los intereses de los
consumidores o cuando exista otro motivo que justifique la revocación.
Nuevamente se puede observar que el juez, en este tipo de procesos donde se
tutela el interés colectivo o difuso de los consumidores, tiene un mayor control
y unas facultades que le permiten llevar a cabo una dirección adecuada de los
mismos. De otra manera, no podría admitirse que el juez pueda revocar el
mandato judicial que las partes del juicio han conferido a sus respectivos
apoderados.
La octava regla especial dispone que todas apelaciones que se concedan en
este procedimiento se agregarán como extraordinarias a la tabla del día
siguiente al ingreso de los autos a la respectiva Corte de Apelaciones, con
excepción de lo señalado en el artículo 53 C, caso en el que la causa se incluirá
en la tabla de la semana subsiguiente a la de su ingreso a la Corte.
Por último, la regla especial novena del Art. 51 de la LPC dispone que las
acciones cuya admisibilidad se encuentre pendiente, se acumularán de acuerdo
a las reglas generales. Para estos efectos, el SERNAC oficiará al juez el hecho
de encontrarse pendiente la declaración de admisibilidad de otra demanda por
los mismos hechos.
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Según lo previsto en el Art. 52 LPC, modificado por la Ley 20.543, es el propio
tribunal el que tiene que declarar la admisibilidad y darle tramitación a la acción
interpuesta para tutelar el interés colectivo o difuso de los consumidores,
siempre que concurran los siguientes requisitos:
“a) Que la acción ha sido deducida por uno de los legitimados activos
individualizados en el artículo 51”. Esto es, el SERNAC, una Asociación de
Consumidores formada por a lo menos 6 meses de anterioridad al ejercicio de
la acción y que cuente con la autorización respectiva de su asamblea para
hacerlo y un grupo de consumidores afectados en un mismo interés, en un Nº
no inferior a 50 personas, debidamente individualizadas.
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Si se rechaza la conciliación o no se efectúa la audiencia, y si el tribunal estima
que hay hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, recibirá la causa a
prueba por el lapso de veinte días. Sólo podrán fijarse como puntos de prueba
los hechos sustanciales controvertidos en los escritos anteriores a la resolución
que ordena recibirla. En caso contrario, se citará a las partes a oír sentencia.
En todo caso, si el demandado ha solicitado en su contestación que la demanda
sea declarada temeraria por carecer de fundamento plausible o por haberse
deducido de mala fe, para que se apliquen al demandante las sanciones
previstas en el artículo 50 E, el juez deberá incluir este punto como hecho
sustancial y controvertido en la resolución que recibe la causa a prueba.
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d) El nombre o razón social, rol único tributario o cédula nacional de identidad,
profesión, oficio o giro y domicilio del proveedor demandado;
e) Una breve exposición de los hechos y peticiones concretas sometidas a
consideración del tribunal;
f) El llamado a los afectados por los mismos hechos para hacerse parte o para
que hagan reserva de sus derechos, expresando que los resultados del juicio
empecerán también a aquellos afectados que no se hicieran parte en él, y
g) La información de que el plazo para comparecer es de veinte días hábiles a
contar de la fecha de la publicación.
El plazo para hacer uso de los derechos que confiere el inciso primero del art.
53, será de veinte días hábiles contados desde la publicación del aviso en el
medio de circulación nacional, y el efecto de la reserva de derechos será la
inoponibilidad de los resultados del juicio. Los juicios que se encuentren
pendientes contra el mismo proveedor al tiempo de publicarse el aviso y que se
funden en los mismos hechos, se acumulan de conformidad a lo previsto en el
CPC, bajo las reglas especiales contempladas en el Art. 53 de la LPC:
h) Publicación de la sentencia.
El fallo se da a conocer para que todos aquellos que hayan sido perjudicados
por los mismos hechos puedan reclamar el cobro de las indemnizaciones o el
cumplimiento de las reparaciones correspondientes.
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La sentencia se pone en conocimiento de los interesados por avisos publicados
en diarios que el juez determine.
El tribunal puede también ordenar una forma distinta de dar a conocer la
publicación referida a la sentencia, en aquellos casos en que el número de
afectados permita asegurar el conocimiento de todos y cada uno de ellos por
otro medio.
IX. Sanciones.
La LPC establece diversas sanciones que consisten ya sea en negar toda
eficacia a una cláusula abusiva inserta en un contrato de adhesión, en la orden
de retirar del mercado un producto peligroso para la salud o la seguridad de las
personas o en la orden de cambiar un producto defectuoso. Si en tales casos
existe además del incumplimiento una conducta negligente por parte del
proveedor, elemento que el juez determina según la experiencia o sana crítica,
la infracción de la ley se sanciona también con multa. Las multas son
proporcionales a la gravedad de la infracción cometida por el proveedor y en
caso de reincidencia ellas se pueden duplicar.
Sin embargo, en el caso de ciertas infracciones de especial gravedad las multas
son de mayor envergadura. Así, por ejemplo, si se trata de difusión de
publicidad falsa o engañosa, efectuada a través de medios masivos de
comunicación, cuando incida en las cualidades de productos o servicios que
afecten la salud o seguridad de la población o el medio ambiente, conducta que
es castigada con multa de alto monto. Lo mismo ocurre en el caso de negativa
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o de interrupción injustificada de servicios previamente contratados y por los
cuales se haya pagado derecho de conexión, instalación o mantención.
El SERNAC
1.- Concepto.
El Art. 57 de la LPC señala: “El Servicio Nacional del Consumidor será un
servicio público funcionalmente descentralizado y desconcentrado
territorialmente en todas las regiones del país, con personalidad
jurídica y patrimonio propio, sujeto a la supervigilancia del Presidente
de la República a través del Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción”.
La representación judicial y extrajudicial del servicio corresponderá al Director
Nacional, quién será el Jefe Superior del Servicio.
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2.- Funciones.
El SERNAC deberá velar por el cumplimiento de las disposiciones de la LPC y
demás normas que digan relación con el consumidor, difundir los derechos y
deberes del consumidor y realizar acciones de información y educación del
consumidor.
Corresponderán especialmente al SERNAC las siguientes funciones:
a) Formular, realizar y fomentar programas de información y educación al
consumidor, especialmente sobre sus derechos y obligaciones en relación con
servicios financieros, garantías y derecho a retracto, entre otras materias;
b) Realizar, a través de laboratorios o entidades especializadas, de reconocida
solvencia, análisis selectivos de los productos que se ofrezcan en el mercado en
relación a su composición, contenido neto y otras características.
c) Recopilar, elaborar, procesar, divulgar y publicar información para facilitar al
consumidor un mejor conocimiento de las características de la comercialización
de los bienes y servicios que se ofrecen en el mercado.
d) Realizar y promover investigaciones en el área del consumo;
e) Llevar el registro público a que se refiere el artículo 58 bis;
f) Recibir reclamos de consumidores que consideren lesionados sus derechos y
dar a conocer al proveedor respectivo el motivo de inconformidad a fin de que
voluntariamente pueda concurrir y proponer las alternativas de solución que
estime convenientes. Sobre la base de la respuesta del proveedor reclamado, el
Servicio Nacional del Consumidor promoverá un entendimiento voluntario entre
las partes. El documento en que dicho acuerdo se haga constar tendrá carácter
de transacción extrajudicial y extinguirá, una vez cumplidas sus estipulaciones,
la acción del reclamante para perseguir la responsabilidad contravencional del
proveedor;
g) Velar por el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias
relacionadas con la protección de los derechos de los consumidores y hacerse
parte en aquellas causas que comprometan los intereses generales de los
consumidores.
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La facultad de velar por el cumplimiento de normas establecidas en leyes
especiales que digan relación con el consumidor, incluye la atribución del
Sernac de denunciar los posibles incumplimientos ante los organismos o
instancias jurisdiccionales respectivos y de hacerse parte en las causas en que
estén afectados los intereses generales de los consumidores, según los
procedimientos que fijan las normas generales o los que se señalen en esas
leyes especiales.
Los proveedores estarán obligados a proporcionar al Servicio los antecedentes y
documentación que les sean solicitados por escrito y que digan relación con la
información básica comercial, definida en el artículo 1º de la Ley 19.496, de los
bienes y servicios que ofrezcan al público, dentro del plazo que se determine en
el respectivo requerimiento, el que no podrá ser inferior a diez días hábiles.
El Art. 58 bis de la LPC señala: “Los jueces de letras y de policía local deberán
remitir al SERNAC copia autorizada de las sentencias definitivas que se
pronuncien sobre materias propias de la presente ley y de las sentencias
interlocutorias que fallen cuestiones de competencia, una vez que se
encuentren ejecutoriadas”.
La Ley 20.555 introdujo una nueva figura, la del “Sello Sernac”, sello que es
otorgado por el Servicio a los contratos de adhesión de bancos e instituciones
financieras, establecimientos comerciales, compañías de seguros, cajas de
compensación, cooperativas de ahorro y crédito y otros proveedores de
servicios crediticios, de seguros y, en general, de cualquier producto financiero,
cuando dichas entidades lo soliciten y demuestren cumplir con las siguientes
condiciones:
1.- Que el Sernac constate que todos los contratos de adhesión que ofrezcan y
que se señalan en el art. 55 (y que mencionaremos en algunas líneas más
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adelante) se ajustan a esta ley y a las disposiciones reglamentarias expedidas
conforme a ella.
2.- Que cuenten con un servicio de atención al cliente que atienda las consultas
y reclamos de los consumidores, y
3.- Que permitan al consumidor recurrir a un mediador o a un árbitro financiero
que resuelva las controversias, quejas o reclamaciones, en el caso de que
considere que el servicio de atención al cliente no ha respondido
satisfactoriamente sus consultas o reclamos por cualquier producto o servicio
financiero del proveedor que se otorgue en virtud de un contrato de adhesión
de los señalados en el inciso siguiente.
Los proveedores de productos y servicios financieros que deseen obtener el
sello SERNAC deberán someter a la revisión del Servicio los contratos de
adhesión que ofrezcan, relativos a los siguientes productos y servicios
financieros:
1.- Tarjetas de crédito y de débito.
2.- Cuentas corrientes, cuentas vista y líneas de crédito.
3.- Cuentas de ahorro.
4.- Créditos hipotecarios.
5.- Créditos de consumo.
6.- Condiciones generales y condiciones particulares de los contratos colectivos
de seguros de desgravamen, cesantía, incendio y sismo, asociados a los
productos y servicios financieros indicados en los números anteriores.
7.- Los demás productos y servicios financieros de características similares a los
enumerados precedentemente que señale el reglamento.
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sometidos a su consideración excede la capacidad de revisión detallada del
referido Servicio.
Además, se debe agregar que desde el día 01 de julio de 2012, si el Servicio no
se pronuncia en el plazo indicado o, en su caso, dentro del plazo extendido, el o
los contratos sometidos a su conocimiento contarán con sello SERNAC por el
solo ministerio de la ley.
El sello SERNAC se podrá revocar mediante resolución del Director del Servicio
Nacional del Consumidor.
La pérdida o revocación del sello SERNAC se deberá fundar en que por causas
imputables al proveedor de productos o servicios financieros se ha infringido
alguna de las condiciones previstas por la Ley; en que se han dictado
sentencias definitivas ejecutoriadas que declaren la nulidad de una o varias
cláusulas o estipulaciones de un contrato de adhesión relativo a productos o
servicios financieros de los enumerados en el inciso segundo del artículo 55,
según lo dispuesto en el artículo 17 E; en que se le han aplicado multas por
infracciones a lo dispuesto en esta ley en relación con los productos o servicios
financieros ofrecidos a través de un contrato con sello SERNAC; en que se le
han aplicado multas por organismos fiscalizadores con facultades sancionadoras
respecto de infracciones previstas en leyes especiales; en el número y
naturaleza de reclamos de los consumidores contra la aplicación de los referidos
productos o servicios; o, finalmente, en que el proveedor, sea persona natural o
jurídica, o alguno de sus administradores, ha sido formalizado por un delito que
afecta a un colectivo de consumidores. Un reglamento establecerá parámetros
objetivos, cuantificables y proporcionales al tamaño de los proveedores y el
número de sus clientes sujetos a contratos con sello SERNAC que permitan
determinar la procedencia de las causales señaladas.
La resolución del Director del Servicio Nacional del Consumidor que niegue el
otorgamiento del sello SERNAC o que lo revoque, será reclamable ante el
Ministro de Economía, Fomento y Turismo, en el plazo de diez días hábiles,
contado desde su notificación al proveedor. La reclamación deberá resolverse
en el plazo de quince días hábiles desde su interposición.
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UTM, sin perjuicio del derecho del consumidor afectado para denunciar el
incumplimiento de las obligaciones referidas.
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Presentado el recurso, el árbitro financiero enviará los antecedentes a la Corte
de Apelaciones dentro del plazo de cinco días hábiles para que ésta se
pronuncie sobre su admisibilidad.
No será aplicable a este recurso lo dispuesto en los artículos 200, 202 y 211 del
Código de Procedimiento Civil y sólo procederá su vista en cuenta.
No procederá el recurso de casación en el procedimiento a que se refiere este
artículo.
Si no se interpusiere el recurso señalado en contra de la sentencia definitiva o
éste fuere rechazado, dicha sentencia deberá cumplirse en el plazo de quince
días hábiles, contado desde el vencimiento del plazo para interponer el recurso
o desde la notificación de la sentencia que lo rechaza, según corresponda.
En caso de que el proveedor no cumpla con la propuesta de acuerdo de un
mediador debidamente aceptada por las partes, o con la sentencia definitiva de
un árbitro financiero en el plazo establecido en los artículos 56 D o 56 E, según
corresponda, el Servicio Nacional del Consumidor deberá denunciarlo ante el
juez competente para que se le sancione con una multa de hasta setecientas
cincuenta unidades tributarias mensuales. Además, el Servicio podrá revocar el
Sello SERNAC otorgado al proveedor de productos y servicios financieros, sin
que pueda éste solicitarlo nuevamente antes de transcurridos tres meses desde
la revocación.
Asociación de consumidores.
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organización de consumidores, sin perjuicio de las eventuales responsabilidades
penales o civiles que se configuren.
Los directores responderán personal y solidariamente por las multas y
sanciones que se apliquen a la asociación por actuaciones calificadas por el juez
como temerarias, cuando éstas hayan sido ejecutadas sin previo acuerdo de la
asamblea.
Disolución de las Asociaciones de consumidores.
Las organizaciones de consumidores pueden ser disueltas por sentencia judicial
o por disposición de la ley, a pesar de la voluntad de sus miembros.
En caso de que el juez, dentro del plazo de tres años, declare temerarias dos o
más demandas colectivas interpuestas por una misma Asociación de
Consumidores, podrá, a petición de parte, en casos graves y calificados,
decretar la disolución de la asociación, por sentencia fundada.
Los directores de las Asociaciones de Consumidores disueltas por sentencia
judicial quedarán inhabilitados para formar parte, en calidad de tales, de otras
asociaciones de consumidores, durante el período de dos años.
Además de las causales señaladas precedentemente, las asociaciones de
consumidores pueden disolverse en virtud de las causales de disolución
indicadas en el artículo 18 del decreto ley Nº 2.757, de 1979;
1.- Por acuerdo de la mayoría de los afiliados.
2.- Por cancelación de la personalidad jurídica, resuelta por el Ministerio de
Economía, Fomento y Reconstrucción, en razón de alguna de las siguientes
causales:
a. Por incumplimiento de lo previsto en el artículo 5º del decreto ley N°2.757,
de 1979 (Cancelación personalidad jurídica por no cumplimiento de requisitos
de constitución).
b. Por haber disminuido los socios a un número inferior al requerido para su
constitución, durante un lapso de seis meses.
c. Por incumplimiento grave de las disposiciones legales, reglamentarias o
estatutarias.
d. Cuando hubiere estado en receso durante un período superior a un año, y
e. Por las que establezcan los estatutos.
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El acto por el cual se disuelva una asociación gremial deberá ser publicado en
extracto en el Diario Oficial.
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