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 El Arrebatamiento de la Iglesia

El arrebatamiento es la aparición de Jesucristo en el aire para levantar a Su iglesia. Este evento es


conocido también como “el levantamiento del iglesia”, “el recogimiento de la iglesia”, “el rapto de la
iglesia”, “el traslado de la iglesia”, “la esperanza bienaventurada”, “nuestra reunión con Jesucristo”.

En el arrebatamiento Cristo viene por su iglesia, y sucederá antes de la Gran Tribulación, los
creyentes que han muerto resucitarán, y los creyentes vivientes serán traspuestos para recibir al
Señor en las nubes de gloria.

Desde que Jesucristo subió al cielo, ha estado preparando lugar para la esposa. En la tierra Dios
prepara una esposa bella para entrar al lugar preparado. La nueva Jerusalén es un lugar preparado
para un pueblo preparado. El pecado no entrará allí. Jesucristo no arrebatará a la persona que esté
preparándose, sino a la que se ha preparado, que ha obedecido el evangelio de salvación del Nuevo
Testamento y que vive piadosamente.

1 TESALONICENSES 4:13-17 “Tampoco queremos hermanos, que ignoréis acerca de los que
duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos
que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual
os decimos esto en palabra del Señor que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando,
con voz de arcángel, y con trompeta de Dios. Descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor”.
1 CORINTIOS 15:51-54 “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en
victoria”.

FILIPENSES 3:20-21 “Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que
semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo
todas las cosas”.
 La Segunda Venida de Cristo
Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente expuesto por el mismo
Señor Jesús, y fue predicado y enseñado en la iglesia primitiva por los apóstoles. Este evento es
conocido también como “la venida de Cristo en gloria”, “la venida de Cristo para gobernar”, “la
manifestación gloriosa”.

En la segunda venida el Señor vendrá con su iglesia y esto sucederá al final de la Gran
Tribulación, Jesucristo aparecerá para hacer juicio cuando vuelva a reinar y a instituir Su reino
milenial (milenio o milenial quieren decir “de mil años).

MATEO 24:30 “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del
cielo, con poder y gran gloria.

HECHOS 1:9-11 “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube
que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba,
he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les
dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado
de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

APOCALIPSIS 1:7 “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y
todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.

SETENTA SEMANAS DE DANIEL

Al escudriñar las escrituras nos damos cuenta de que Dios tiene un


tiempo específico en el cual tratara con el pueblo de Israel; pues en
Daniel 9:24 dice: “Setenta Semanas están determinas sobre tu pueblo
(Israel) y sobre tu santa ciudad (Jerusalén)…”, estas semanas son en
realidad septenios, es decir, periodos de siete años. Teniendo esto en
nuestra mente leemos: “… que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a Jerusalén (Primer acontecimiento) hasta el mesías príncipe
(Segundo acontecimiento), habrá siete semanas (7 x 7 = 49 años) y
sesenta y dos semanas (62 x 7 = 434 años )”; se volverá a edificar la
plaza y el muro en tiempos angustiosos”(Daniel 9:25), dando a entender
que la santa ciudad (Jerusalén) sería reedificada en tiempos de angustia
y que desde que se diera la orden empezaría a correr el tiempo.

PRIMER ACONTECIMIENTO

Sabemos que, después de la muerte de Salomón, Israel se


convirtió en un reino dividido, diez tribus emigraron hacia el norte y
establecieron su capital en Samaria; las otras dos se marcharon hacia
el sur y se establecieron en Jerusalén (su capital) y en sus zonas
circundantes. Durante este periodo, a las tribus del norte se les dio el
nombre de Israel, y el grupo del sur, Judá. Israel fue invadido por los
Asirios (Nombre que recibieron los de la parte norte de la antigua
Mesopotámia y que actualmente se conoce como Irak), esto sucedió en
el año 722 A.C., pero la tierra de Judá fue invadida hasta el año 586 A.C.
por Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien invadió a Jerusalén (y a
toda Judá) y llevo cautivo a su pueblo dando comienzo a la llamada
“Cautividad en Babilonia”.

El relato bíblico de esta última invasión se registra en 2ª Crónicas


36: 17 y 19: “Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos (Caldea
era la parte sur de Mesopotamia), que mato a espada…” (v 17 ) “y
quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y
consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus
objetos deseables” (v 19); Sin embargo el versículo 20 agrega algo mas:
“… hasta que vino el reino de los Persas.”

En relación a esto, los libros de historia de civilizaciones


antiguas nos relatan que en el año 549 A.C., Ciro se pudo titular rey de
los Medas y de los persas y que, después de un período de anarquía,
Darío ascendió al trono. También nos narran como el rey Baltasar, hijo
de Nabucodonor, fue vencido por los persas en el año 539.

El libro de Daniel menciona lo que se expresó anteriormente en


el capitulo 5 versículo 28 cuando se le dice a Baltasar: “… tu reino ha
sido roto y dado a los Medas y a los Persas” y en el versículo 31 dice:
“y Darío de Media tomó el reino”; por tal razón, Esdras 4:5 habla de Ciro
y de Darío como reyes de Persia (La región de los Medos y los Persas
es el actual Irán, los primeros se establecieron en la parte norte y los
otros en la parte sur)

Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro,


rey de los Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los
reinos de la tierra (sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios,
colonias griegas, Egipto); y él (Jehová) me ha mandado que le edifique
casa en Jerusalén, que esta en Judá. Quien haya entre vosotros de todo
su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.” El cumplimiento de este
primer acontecimiento se da tal y como lo narra Esdras y Nehemías,
quienes se encargaron de reedificar.

SEGUNDO ACONTECIMIENTO
Si sumamos a las primeras 7 semanas las 62 de este segundo
acontecimiento hacen un total de 69, es decir 483 años. Al final de este
tiempo sucederá lo siguiente: “… después de las sesenta y dos
semanas (para un total de 69), se quitara la vida al Mesías…y el pueblo
de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad (Jerusalén) y el
santuario (Templo)…” (Daniel 9:26). Jesucristo cumplió esta profecía al
morir en la cruz del calvario y también profetizo la destrucción del
templo cuando dijo: “…no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea
derribada” (Mateo 24:2) cumpliéndose en el año 70 D.C. cuando el
general Tito (Romano) destruyó el templo de Jerusalén; y por tales
razones, podemos afirmar que se han cumplido los dos primeros
acontecimientos descritos en las 69 semanas.

TIEMPO DE LOS GENTILES

Israel se endureció y rechazaron al mesías, tal como lo leemos


en Juan 1:1 “A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron” por lo cual
Dios empezó a tratar con el pueblo gentil. Isaías 65:1 declara: “Fui
buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no
me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí,
heme aquí” y Hechos 15:17 dice: “para que el resto de los hombres
busque al señor, y TODOS LOS GENTILES, sobre los cuales es
invocado mi nombre” dándose a entender, por la escritura, que Dios
trataría con nosotros los gentiles.

El apóstol Pablo aborda este tema en Romanos 11:25 diciendo:


“…que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA QUE
HAYA ENTRADO LA PLENITUD DE LOS GENTILES”, entendiéndose que
Dios volverá a tratar con Israel hasta que se complete el número de
gentiles (refiriéndose a todas las naciones, excepto Israel) que han de
participar de la salvación “y luego TODO ISRAEL SERÁ SALVO…” como
se expresa en el versículo 26 del capítulo 11 de la carta a los Romanos.
El tiempo para el pueblo judío se ha detenido en la semana 69,
abriéndose un paréntesis en el cual se escriben los tiempos de los
gentiles, la era de la iglesia, la dispensación de la gracia. Lucas 21:24
dice: “… hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”, es decir,
cuando “entre la plenitud de los gentiles”; mientras esto no suceda el
reloj de Dios se ha detenido. Se puede decir, que para Israel, el tiempo
ha dejado de correr por más de 2,000 años; pero para nosotros (los
gentiles) no corre el tiempo, tarde o temprano puede terminar la
dispensación de la gracia e iniciar la semana setenta con la cual, el reloj
de Dios, volverá a marcar el tiempo para los judíos.
El tiempo de los gentiles llega a su fin con el arrebatamiento de
la iglesia, “porque el señor mismo con voz de mando, con voz de
arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos
en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes para recibir al señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17) ya que
se completa el número de gentiles y la iglesia se va con Jesucristo.

INICIO DE LA SEMANA SETENTA

El arrebatamiento de la iglesia trae, como consecuencia, la


manifestación del anticristo para dar inicio a la última semana de la
profecía de Daniel. El apóstol Pablo dice que se manifestará “el hombre
de pecado, el hijo de perdición” (2Tesalonicenses 2:3), pero también
expresa: “…sabéis lo que lo detiene…” (2Tesalonicenses 2:6)
refiriéndose a la iglesia de su nombre, quien está llena del poder del
Espíritu Santo; sin embargo, después que la iglesia sea levantada “para
recibir al señor en el aire” aparecerá el anticristo.

En Apocalipsis 6:2 Juan miró “… un caballo; y el que lo montaba


tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer”
representando, en forma simbólica, la aparición del anticristo, quien con
un arco sin flecha (sin arma, sin guerra) sale venciendo, y mediante un
pacto, triunfa imponiendo la paz. Daniel es quien lo expresa diciendo:
“y por otra semana confirmará el pacto con muchos…” dando inicio,
con esta escena de paz mundial, la semana número setenta de la
profecía que se encuentra en el versículo 27 del capítulo 9 del libro de
Daniel. El tiempo para Israel empieza a correr, son los últimos siete
años, y los sacrificios y ofrendas se ofrecen en el templo que ha
levantado, una vez más, el pueblo judío.

A la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio, Satanás


es expulsado del cielo. En relación a esto Apocalipsis 12:10 dice: “…ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche”, también se nos
menciona: “…ha descendido a vosotros con gran ira, SABIENDO QUE
TIENE POCO TIEMPO” (V12), Satanás sabrá que solamente le quedarán
otros tres años y medio, y cuando descienda a la tierra tomará posesión
del anticristo, cumpliéndose en su plenitud lo que Pablo llama “el
misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7).

1 Tesalonicenses dice: “que cuando digan: Paz y seguridad


entonces VENDRÁ SOBRE ELLOS DESTRUCCIÓN REPENTINA”, paz y
seguridad que estableció el anticristo al inicio de la semana setenta,
pero la destrucción repentina está relacionada con el segundo sello de
Apocalipsis 6:4 “y salió otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue
dado poder de QUITAR de la tierra la PAZ… y se le dio una gran espada”
simbolizando la guerra que traerá consigo, no solamente el fin del pacto
de paz, sino también hambre, peste y mortandad.

Daniel 9:27 dice: “A la mitad de la semana hará (el anticristo)


CESAR EL SACRIFICIO Y LA OFRENDA”, también Daniel 11:31 dice: “y
se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la
fortaleza, Y QUITARÁN EL CONTÍNUO SACRIFICIO Y PONDRÁN LA
OBOMINACIÓN DESOLADORA”, dándose a entender que con la
invasión de las tropas del anticristo, el cual es llamado la bestia en
Apocalipsis, se le dará autoridad para actuar los últimos 42 meses o tres
años y medio (Apocalipsis 13:5).

DIOS TRATARÁ CON ISRAEL

En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que


profeticen por mil doscientos sesenta días (42 meses, tres años y
medio), vestidos de cilicio” (La mayoría piensa que son Moisés y Elías)
y en el versículo 7 dice: “cuando hayan acabado su testimonio…”, es
decir que vienen a dar testimonio y a profetizar durante ese último
tiempo. Jesús dijo: “y será predicado este evangelio del reino (El
milenio) en todo el mundo PARA TESTIMONIO a todas las naciones; y
entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo 24:14). Nuevamente el evangelio del
reino, la venida del Mesías para reinar durante mil años, será predicado
tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo 3:2).

En Apocalipsis 7:4 se menciona a los primeros judíos que


despiertan y abren sus ojos para unirse a dar testimonio de Jesús, el
Mesías, su salvador: “y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y
cuatro mil sellados DE TODOS LAS TRIBUS DE LOS HIJOS DE ISRAEL”.
La Biblia dice que “…estos fueron redimidos de entre los hombres como
PRIMICIAS PARA DIOS Y PARA EL CORDERO”.

Mientras esto ocurre, Satanás “con lisonjas seducirá a los


violadores del pacto…” (Daniel 11:32) “…más el pueblo (Israel) que
conoce a su Dios se esforzará y actuará y los sabios del pueblo
INSTRUIRÁN A MUCHOS…” (v33), el Israel endurecido empieza a
despertar. Jesucristo dijo: “por tanto, cuando veáis en el lugar santo la
abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda), entonces los que estén en Judea, HUYAN A LOS MONTES”
(Mateo 24:15-16) afirmando que pondrán la “abominación desoladora”
en el templo judío, acontecimiento explicado por el apóstol Pablo
cuando dice: “el cual se opone (el anticristo) y se levanta contra todo lo
que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que SE SIENTA EN EL
TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR POR DIOS” (2
Tesalonicenses 2:4). Este es el inicio de una persecución contra los
judíos (el pueblo de Dios) a quienes se les dice “HUYAN A LOS
MONTES” (Mateo 24:16).

Una parte de Israel es llevado al desierto, representado en


Apocalipsis 12:1 con “una mujer vestida de sol con la luna debajo de
sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”, a quien en el
versículo 14 del mismo capítulo “se le dieron las dos alas de la gran
águila, para que volase de delante de la serpiente (Satanás) AL
DESIERTO, A SU LUGAR, donde es sustentada por un tiempo (1 año), y
tiempos (2 años), y la mitad de un tiempo (1/2 año). En Isaías 16:4,
hablando de Israel, el profeta dice: “Moren contigo mis desterrados oh
Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador…”
Moab escapará de las tropas del anticristo y podría ser un lugar de
refugio para los israelitas ya que Daniel 11:41 dice: “Entrará (el
anticristo) a la tierra gloriosa (Jerusalén), y muchas provincias caerán;
más estas ESCAPARÁN de su mano: EDON Y MOAB Y LA MAYORÍA DE
LOS HIJOS DE AMÓN”.

Muchos piensan que en esta invasión del anticristo Rusia tendrá


su participación al igual que Inglaterra y Alemania ya que la bestia que
representa al anticristo en Apocalipsis 13:2 hace alusión a las que vio
Daniel, las cuales son descritas en el capítulo 7 del libro que lleva su
nombre. Daniel miró cuatro bestias y se le dijo que eran “REYES QUE
SE LEVANTARÁN EN LA TIERRA” (Daniel 7:17) refiriéndose a naciones
en nuestro tiempos; sin embargo, sean o no estas naciones, el anticristo
“extenderá su mano contra las tierras, y no escaparán el país de Egipto.
Y se apoderara de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas
preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán” (Daniel
11:42-43).

En este ambiente se hace presente la llamada “GRAN


TRIBULACIÓN” “porque habrá entonces gran tribulación; cual no la ha
habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo
24:21). En Daniel 12:1 se le llama TIEMPO DE ANGUSTIA: “y será tiempo
de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;
PERO EN AQUEL TIEMPO SERÁ LIBERTADO TU PUEBLO…” Estas
últimas palabras escritas en mayúscula, nos dicen que es ese el
momento en que Israel será libertado por su Dios. La Biblia dice: “”…por
algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo”
(Daniel 11:33); también se nos menciona que “…algunos de los sabios
caerán para SER DEPURADOS Y LIMPIADOS Y EMBLANQUECIDOS…”
(Daniel 11:35). Juan en Apocalipsis 6:9 nos habla de lo mismo al decir:
“cuando vio el quinto sello vi bajo el altar las almas de los que habían
sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que
tenían” y en el versículo 11: “y se les dieron VESTIDURAS BLANCAS, y
se les dijo que descansasen un poco de tiempo, hasta que se
completara el número de sus consiervos y hermanos, que también
habían de ser muertos como ellos”.

Israel alcanza salvación en tiempo de angustia, y los gentiles


están condenados ya que el apóstol Pablo lo expresa diciendo: “…Dios
les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que
sean CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD,
sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12).
Muchos (Israelitas) serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; los
impíos (GENTILES) procederán impíamente; ninguno de los impíos
(Gentiles) entenderá, pero los entendidos (Judíos) comprenderán”
(Daniel 12:10). Israel será probado y los gentiles endurecidos tal como
se endureció Faraón con las plagas de Egipto. Así lo declara la escritura
en Apocalipsis 9:20-21 “y los otros hombres que no fueron muertos con
estas plagas, NI AUN ASÍ SE ARREPINTIERON de las obras de sus
manos, ni dejaron de adorar a los demonios…”. También leemos en
Apocalipsis 13:9 “y los hombres se quemaron con el gran calor, Y
BLSFEMARON EL NOMBRE DE DIOS, Y NO SE ARREPINTIERON PARA
DARLE GLORIA”. Se puede asegurar, por la escritura, que todo gentil
que no fue levantado en el arrebatamiento no tiene oportunidad de ser
salvo durante la gran tribulación, los tiempos de los gentiles son ahora
y no hay que esperar para ser salvo.

Jesús dijo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis


tenidos por dignos de ESCAPAR de todas estas cosas que vendrán”,
nosotros debemos estar preparados para escapar de la gran tribulación.
Apocalipsis 3:10 dice: “por cuanto has guardado la palabra de mi
paciencia, yo también TE GUARDARÉ DE LA HORA DE LA PRUEBA…”,
es decir, que la iglesia escapa antes de la hora de la gran tribulación ,
por eso el apóstol Juan, cuando miro una gran multitud de todas las
naciones, pueblos, tribus y lenguas, que estaban delante del trono y en
la presencia del cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las
manos; preguntó diciendo: “…Estos que están vestidos de ropas
blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?” (Apocalipsis 7:13). La
respuesta fue: “Estos son los que han salido (es lo mismo que
ESCAPAR) de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han
emblanquecido en la sangre del cordero” (V14).
LA GUERRA DE ARMAGEDÓN

Recordemos que Satanás se apodera de Jerusalén cuando


profana el santuario y, como dice la palabra de Dios, “plantará las
tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo”
(Daniel 11:45); sin embargo noticias del oriente (Los Chinos) y del norte
LO ATEMORIZARÁN, y saldrá con gran ira para destruir y matar a
muchos” (Daniel 11:44). Los orientales, específicamente los chinos,
serán parte de la guerra de Armagedón ya que también Apocalipsis
16:12 hace referencia a ellos diciendo: “El sexto angel derramó su copa
sobre el gran río Eufrates (en el actual Irak); y el agua de este se secó,
para que estuviese preparado el camino a los REYES DEL ORIENTE
(chinos, orientales, asiáticos)”: pero el anticristo pide ayuda a las otras
naciones ya que en los versículos 13 y 14 dice: “y vi salir de la boca del
dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres
espíritus inmundos a manera de ranas ; pues son espíritus de demonios,
que hacen señales, y van a los reyes de la tierra (las otras naciones) en
todo el mundo, para reunirlos a la batalla…”culminando con lo que dice
el versículo 16: “ y los reunió en el lugar que en hebreo se llama
Armagedón”.

Armagedón se deriva de Ar que significa monte, y Megido que


es el nombre de una ciudad situada en un monte de poca altura al pie
del Carmelo en el valle de Jezreel. Armagedón, literalmente, significa
monte de Megido o el alto de Megido.

Mientras Satanás reúne a las naciones en el monte Megido


(Armagedón) y los orientales piensan en cruzar el Eufrates, otro país del
norte se prepara para la guerra, lo leemos en Ezequiel 38 “Hijo de
hombre pon tu rostro contra Gog (líder ruso) en tierra de Magog (Rusia),
príncipe soberano de Mesec (Moscú) y Tubal (Turquía), y profetiza
contra él” (v2) “Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia) con
ellos…Gomer (algunos dicen que en el Talmud judío es Alemania)… la
casa de Togarma (Griegos, Turcos, Italianos, españoles y portugueses)”
(v5-6) “vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos
pueblos contigo…” (v15).

En estas circunstancias se encuentra el mundo, dispuesto a


tener otra guerra mundial; sin embargo, “…aparecerá la señal del hijo
del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la
tierra, y verán al hijo del hombre, viniendo sobre las nubes del cielo, con
poder y gran gloria”. Cuando esto ocurre las naciones en conflicto se
reúnen para pelear contra él, tal como nos lo narra Juan en Apocalipsis
19:19 “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos
para guerrear contra el que montaba el caballo”. La Biblia dice:
“…saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones…” (Zacarías 14:3)
“…y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los olivos”
(v4) “…y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (v5). El señor
Jesucristo “…enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán
a sus escogidos (judíos), de los cuatro vientos, desde un extremo del
cielo hasta el otro”. Así también se profetizó en Isaías 11:12”… y juntará
los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro
confines de la tierra” “Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y
levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en
sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino
para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera
que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (v15-16).

La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será


apresada al igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán
lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre (Ap.
19:20). También el versículo 21 de Apocalipsis 19 dice: “Y los demás
fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el
caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. Jesús
derrota a todas las naciones y se hace real la escena de Apocalipsis 20:4
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de
juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de
Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni
a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.

En la actualidad estamos en el tiempo de los gentiles, la era de


la iglesia, la dispensación de la gracia. Es tiempo de buscar nuestra
salvación porque mañana será demasiado tarde.

EL MILENIO

En Zacarías 14:3 leemos: “…saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones…” refiriéndose a la batalla
que Jesús tendrá con todas las naciones que pelearán contra él, “juntará a los desterrados de Israel y
reunirá a los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra” (Isaías 11:12); “Y secará Jehová la
lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus
siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el
que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (Isaías
11:15-16). El señor recoge a sus escogidos ya que “enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntará
a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro” (Mateo 24:31); también
es apresado el anticristo (la bestia) y el falso profeta para ser lanzados vivos al lago de fuego (Apocalipsis
19:20). Jesús derrota a todas las naciones (Apocalipsis 19:21) y Satanás es atado por mil años (Apocalipsis
20:1-2).

¿QUIÉNES ESTARÁN EN EL MILENIO?


Sabemos, por la escritura, que Jesús “afirmará sus pies en aquel día sobre el monte de los olivos”
(Zacarías 14:5) tal como lo expresa Judas 14 al citar la profecía de Enoc diciendo: “…He aquí, vino el
señor con sus santas decenas de millares” enseñándonos que la iglesia (los santos) estarán en el reino del
Mesías sobre la tierra. También el remanente de Israel, citado con anterioridad (Isaías 11:15-16), estarán
en el milenio ya que Jesús “juntará a sus escogidos” (Mateo 24:31) incluyendo a aquellos que huyeron al
desierto durante la gran tribulación (Apocalipsis 12:14). Los dos testigos que profetizaron durante el
tiempo de angustia (gran tribulación), quienes fueron muertos y resucitados según Apocalipsis 11:11
junto con los 144,000 sellados de Apocalipsis 7:4. También “TODOS LOS QUE SOBREVIVIEREN DE
LAS NACIONES (GENTILES) que vinieron contra Jerusalén, SUBIRÁN DE AÑO EN AÑO PARA
ADORAR AL REY” (Zacarías 14:16), dando a entender que los gentiles tendrán su participación en el
reinado de Jesús por mil años, y para reafirmarlo aún más, el versículo 18 menciona a los egipcios como
parte de esas naciones gentiles. Además de esto, Juan menciona otro grupo que estará en el reino
milenario: “…vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,
los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en
sus manos; Y VIVIERON Y REINARON CON CRISTO MIL AÑOS” empezando así el reinado del
Mesías con todos aquellos que participan de “la primera resurrección” incluyendo a los santos del
antiguo testamento.

¿CÓMO SERÁ DURANTE EL MILENIO?


Será un gobierno teocrático, Lucas 1:34 dice: “…y su reino no tendrá fin” significando que no estará
limitado a fronteras. En este gobierno Jerusalén será la capital y se convertirá en un centro de adoración
mundial: “…subirán de año en año para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de
los tabernáculos” (Zacarías 14:16). La tierra de Palestina será un paraíso, así lo leemos en Joel 3:18
“Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los
arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim”.
Israel edificará las ciudades asoladas y las habitarán (Amós 9:14); pero “encenderán y quemarán armas,
escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años”
(Ezequiel 39:9); además, Israel limpiará la tierra de la multitud de muertos que dejó la guerra y los
enterrará en el valle de Hamón-Gog durante siete meses (Ezequiel 39:11-12).

Durante este tiempo el reino animal sufrirá cambios, Isaías 11:6-8 dice: “Morará el lobo con el
cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos,
y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey
comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano
sobre la caverna de la víbora”. De igual manera Isaías 65:25 dice: “El lobo y el cordero serán apacentados
juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni
harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová”.
Según Isaías 65:20-23 la vida se prolongará: “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo
que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será
maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán
para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los
días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a
luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos”.

Durante el milenio Israel será servido por otras naciones (gentiles). Isaías 60:10 dice: “extranjeros
edificarán tus muros, y sus reyes te servirán…” ya que como lo dice el profeta: “porque la nación o el
reino que no te sirviere perecerán, y del todo será asolado” (v12). A Israel le traerán de todas la riquezas
de la tierra (Isaías 60:6-16). La escritura declara: “Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón les
obedecerán” (Isaías 11:14). Las ciudades de los edomitas, moabitas y amonitas estarán asoladas por los
juicios de Dios (Abdías 1:11-15; Sofonías 2:8-10). Con esto en mente entendemos lo que dice Isaías 61:5:
“Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros
viñadores”, no cabe duda que Israel será servido por otras naciones.

FIN DEL MILENIO


La Biblia dice: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar
a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la
batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y
rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los
consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia
y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Estos versículos nos
enseñan que al final del milenio Satanás vuelve a convocar a todas las naciones para hacer guerra contra
“el campamento de los santos y la ciudad amada”, nuevamente es derrotado y lanzado al lago de fuego,
terminando así, el reinado del Mesías para continuar con la segunda resurrección y el juicio del trona
blanco.
Una eternidad con Jesús es lo que sigue después de todas estas cosas, y debemos ser parte de la iglesia
levantada en el arrebatamiento, para poder participar de esa bendición de “verle cara a cara tal como él
es”

ELIAS VIENE OTRA VEZ

“Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a
los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío,
carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en
dos partes” (2. Reyes 2:11-12).

¿Qué quiere decir la Biblia cuando dice que Elías viene de nuevo? ¿Es una profecía cuyo
cumplimiento será literal, o Juan el Bautista ya cumplió la profecía en espíritu? ¿O será que la
profecía tiene un cumplimiento doble: uno por Juan el Bautista y otro por el propio profeta Elías. En
este breve documento se examinará este tema.

Las dos profecías sobre las que se basan todas las referencias del Nuevo Testamento, se
encuentran en Malaquías 3:1 y 4:5-6, que dicen así:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente
a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He
aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”. (3:1). [1]

“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará
volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea
que yo venga y hiera la tierra con maldición”. (4:5-6).

Es evidente que los judíos de la Palestina del primer siglo, estaban esperando que Elías regresara
a la nación de Israel para preparar los corazones de la gente para recibir a su Mesías. [2] Algunos
de los fariseos le preguntaron a Juan el Bautista si él era Elías que habría de venir (Juan 1:21-25).
Juan negó que él fuera Elías, y declaró que él era "la voz de uno que clama en el desierto:
Enderezad el camino del Señor" (Juan 1:21, 1:23), tal como fue profetizado por Isaías (Isaías 40:3).
Otros creyeron que Jesús era Elías (Marcos 6:15). Incluso, los discípulos de Jesús testificaron que
muchos en Israel creían que Jesús era Elías que había venido de nuevo (Mateo 16:14, Marcos
8:28 y Lucas 9:19).

Si ninguno de ellos, Juan el Bautista o el Señor Jesús, eran Elías que había venido de nuevo,
entonces ¿quién es ese Elías que vendrá otra vez?

Acerca de Juan el Bautista, Jesús le dijo a la multitud que éste era el mensajero de Malaquías 3:1
y el Elías de Malaquías 4:5. (Ver Mateo 11:7-14, enfocándose en los versículos 10 y 14). En otra
ocasión, después de que Jesús se transfiguró, apareció con Moisés y Elías en el monte. Pedro,
Jacobo y Juan, le preguntaron a Jesús sobre el por qué los escribas decían que es necesario que
Elías venga nuevamente antes de que todas las cosas sean restauradas (Mateo 17:1-13, Marcos
9:2-13). Jesús les explicó a ellos: "A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron"
(Mateo 17:11-12). Jesús pensó en Juan el Bautista, como el Elías de Malaquías 4:5 (Mateo 17:13).
¿Cómo puede ser esto? Esto se puede entender, cuando nos percatamos de que antes de que
Juan naciera, el ángel del Señor dijo esto a Zacarías concerniente al ministerio de Juan: “Y hará
que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el
espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los
rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas
1:16-17, énfasis mío). Juan el Bautista no era la persona de Elías que se profetizó que volvería,
pero Juan fue ordenado por Dios para preparar el camino a Jesús en su primera venida, en el
espíritu y el poder que poseyó Elías. Esto no niega que el propio Elías venga de nuevo en su
presencia física, antes de que Jesús regrese a la tierra para establecer su reino milenial. Entonces
se puede decir que Juan el Bautista cumplió parcialmente las profecías de Malaquías.

Puede parecer extraño o incluso incorrecto, decir que una profecía puede cumplirse parcialmente.
Sin embargo, nos encontramos con que las Escrituras declaran muchas profecías que solo se han
cumplido parcialmente y que tienen cumplimientos múltiples. En la hermenéutica bíblica, esto se
conoce como el principio de la doble referencia profética. Muchas de las profecías acerca de
Jesús, son profecías de doble referencia, lo que significa que tuvieron un cumplimiento inmediato,
y tuvieron o van a tener un cumplimiento futuro. Aquí hay algunos ejemplos.

Esteban afirmó que Jesucristo era el profeta del cual habló Moisés en Deuteronomio 18:15 y 18:18-
19. Sin embargo, cuando se lee el contexto de Deuteronomio 18, podemos ver que Moisés estaba
hablando de Josué, quien iba a ser el próximo líder de Israel.

Mateo afirmó que en Jesucristo se cumplió la declaración de Oseas 11:1 que dice: "De Egipto
llamé a mi hijo", cuando Jesús vivió en Egipto hasta la muerte de Herodes (Mateo 2:14-15). Sin
embargo, cuando observamos este versículo dentro del contexto de Oseas, se verá que Dios
estaba hablando del éxodo de los israelitas de Egipto.

Igualmente, Mateo dice que la masacre de los niños varones en Belén (Mateo 2:16-18), fue el
cumplimiento de la profecía de Jeremías que dice: "Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá,
llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus
hijos, porque perecieron" (Jeremías 31:15). Sin embargo, desde el contexto de Jeremías 31,
sabemos que esta profecía fue dada por Jeremías a los judíos que estaban cautivos en Babilonia,
a los cuales les fue prometido que una vez más, sus hijos habitarían en la tierra de Canaán
(Jeremías 31:16-17).
Cuando Dios inspiró a Malaquías previó a Juan, reconociendo que Juan el Bautista cumpliría en
espíritu aquellas profecías durante la primera venida de Jesús, pero Él se estaba enfocando sobre
el propio Elías, sabiendo que éste iba a dar cumplimiento a aquellas profecías durante la segunda
venida de Jesús.

Elías regresará de nuevo en su cuerpo físico a preparar el camino para el regreso de Jesús. El
contexto de las dos profecías de Malaquías, indican que Elías va a venir de nuevo para hacer
volver el corazón de Israel al Señor, antes de que el Mesías venga a establecer su reino terrenal,
de modo que la cólera de Dios no repose sobre ellos cuando el propio Dios (manifestado en carne)
venga (Malaquías 3:1-3; 4:1-6).

Esto se cumplirá cuando Elías regrese como uno de los dos testigos durante el período de la gran
tribulación, antes de que Jesús regrese durante la Batalla del Armagedón (Apocalipsis 11:2-12).
Sabemos que su ministerio es el de llevar juicio a los malvados, y dar un tipo de testimonio a las
personas (Apocalipsis 11:5-6).

Aunque el pasaje de Apocalipsis no menciona específicamente a Elías como uno de los dos
testigos, muchos estudiosos de la Biblia creen que él es uno de ellos, porque las profecías de
Malaquías se tienen que cumplir completamente, y el único lugar de la Biblia donde encontramos
que se podría describir a Elías viniendo otra vez, es este pasaje.

Otra razón para esta persuasión, es el tipo de poder que se describe que poseerán los dos
testigos. El apóstol Juan dijo que si alguno quiere hacerles daño "sale fuego de la boca de ellos, y
devora a sus enemigos" (Apocalipsis 11:5). El ministerio de Elías demostró poder para hacer
descender fuego del cielo y para devorar a los enemigos de Jehová (2. Reyes 1:9-14). Otra
descripción dice que ellos "tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su
profecía" (Apocalipsis 1:6). Recordemos que Elías oró para que no lloviera por tres años y medio, y
como resultado los cielos se cerraron y no llovió (Santiago 5:17-18).

Aún hay otro argumento que se usa para respaldar esta teoría, y es la creencia de que cuando
Elías vuelva, él debe morir para que pueda ser juzgado por Dios (Hebreos 9:27). Se argumenta
que, dado que Elías nunca murió, él tendrá que volver a la esfera natural y sufrir la muerte para
cumplir con Hebreos 9:27 que dice: "está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio". Puesto que el cuerpo físico de Elías fue llevado al cielo sin haber visto la
muerte (2 Reyes 2:9-12), él debe regresar a la tierra y morir. Puesto que los dos testigos son
presentados como asesinados y luego como resucitados (Apocalipsis 11:7-12), parece que esta
sería la ocasión perfecta para el cumplimiento de las Escrituras: Elías vendría otra vez, y
finalmente vería la muerte para que pudiera ser juzgado. [3] La debilidad de este argumento, se
encuentra en el hecho de que una multitud de santos será glorificada en la venida del Señor, sin
nunca haber visto la muerte (1. Corintios 15:51-55; 1. Tesalonicenses 4:14-18), y sin embargo
serán juzgados en el tribunal de Cristo. Mientras que el juicio sigue necesariamente después de la
muerte, la muerte no es necesaria para el juicio.

Vemos entonces que Elías, y no Juan el Bautista, es el que ha de venir de nuevo. La nueva venida
de Elías todavía no ha ocurrido, pero aún está por ocurrir durante el período de la gran tribulación.

Notas al Pie

[1] Lea Malaquías 3:1-6, para apreciar el contexto de tiempo y lugar en el que este mensajero
vendrá. Se observará que será durante un tiempo de gran tribulación para Israel. El período de
tribulación (la semana 70 de Daniel - Daniel 9:24-27) y el subsecuente reinado milenial parecen
estar cercanos.

[2] Esto se basa en parte en Malaquías 4:5-6. Note que en el versículo seis, el Señor dijo: "no sea
que yo venga y hiera la tierra con maldición". Esto indica que Elías debe venir primero a preparar el
camino para Dios como el Mesías. Dios es el que está hablando en este versículo, y Él dijo que iba
a venir a la tierra. Sin embargo, antes de que Dios viniera, vendría Elías. Esta es la razón por la
que los judíos pensaron que Juan era Elías viniendo otra vez, porque Juan dijo que estaba
preparando el camino para el Señor en cumplimiento de Isaías 40:3. Ellos razonaron que ya que
Juan estaba preparando el camino para el Mesías, él debía ser el Elías profetizado (Mateo 3:11-12,
Marcos 1:8, Lucas 3:16-17, Juan 1:21-25).

[3] Es por esta misma razón que a menudo Enoc es considerado como el otro testigo. Él es el otro
único ser humano que no ha visto la muerte, porque fue transpuesto por el Señor (Génesis 5:24,
Hebreos 11:5).

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