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La religión es uno de los espectros culturales que más afecta el comportamiento

del ser humano; desde tiempos pasados el hombre ha mirado hacia el cielo
buscando respuestas y explicaciones asuntos que no puede explicar por medio
de la lógica, para ello creo dioses y explicaciones divinas a los fenómenos
naturales por tanto entre más primitiva fuera la mente estaría dispuesto a creer
más en lo supraterrenal encontrado.

Desde el punto de vista psicológico en el estudio de la cognición y de los


mecanismos psicológicos, históricamente, ha estado más relacionado con el
ateísmo que otros ámbitos de conocimiento. Por ejemplo: En el ateísmo figuras
como Sigmund Freud y Skinner es bien conocido a pesar de ser raro en su época.
Pero en la actualidad investigadores de la mente son grandes creyentes Sam
Harris y Daniel Dennett.(Torres,13/12/2016)

Por consiguiente el en pensamiento analítico, necesario en cualquier ámbito


científico y psicológico hace que se debilite la fe en Dios entonces es en ese
momento que las explicaciones científicas empiezan a remplazar todas las
explicaciones teológicas y la religión empieza a convertirse en una patología pues
sublimaba la capacidad de las personas de afrontar los problemas y buscar
respuestas.

A fin de cuentas, una de las grandes fuentes de fe religiosa es la idea de que la


propia mente y la propia consciencia existen al margen del mundo realista.
Entonces es ahí donde los psicólogos se encargan de descubrir cómo funciona la
mente y qué reglas la guían, y lo hacen tal y como un geólogo estudiaría un
peñasco: a través del método científico. Es decir, que para un psicólogo ningún
Dios entra en la ecuación de cómo funciona la mente.

Basándome en la investigación de Javier Sanpedro sobre la psicología cognitiva y


neurobiológica y antropología revela que: la mayoría de los creyentes, sea cual
sea su culto, tienen interiorizado un modelo extremadamente antropocéntrico de
Dios. No sólo posee una figura humana, sino que utiliza los mismos procesos de
percepción, razonamiento y motivación que las personas. Las creencias explícitas
sobre la divinidad son muy distintas entre religiones, pero los supuestos tácitos
son casi idénticos en la mayoría de las personas.

La característica central de cualquier religión es un núcleo de creencias sobre


agentes no físicos. Este tipo de “conceptos sobrenaturales” -que también
aparecen en la fantasía, los sueños y las supersticiones- está muy condicionado
por nuestro conocimiento del mundo real. Un espíritu es un tipo de persona, sólo
que atraviesa paredes. Dios comparte esas limitaciones dentro de la cabeza de los
creyentes. (2010-09-09)

Para concluir no me considero de ese numeroso grupo de creyentes aunque


respeto la creencia de las personas sobre su ¨SER SUPREMO¨. Tengo razones
por las cuales no soy creyente, pues no hay evidencias razonables sobre su
existencia, ninguna experiencia o sentimiento personal es evidencia razonable
para que exista algo, solo las pruebas verificables.

No creo en seres invisibles pues al no ser cuantificable o mediable significa que su


interacción con nosotros o nuestro ambiente es nula, pueden decir que dios es el
viento, el amor o el dolor pero cada una de estas características son medibles u
otras son sentimientos humanos, un concepto que no existe de manera material
ósea que comparar a Dios con estas cosas no es una evidencia racional.

Muchos de los casos la creencia es la influencia geográfica y las costumbres


religiosas que los rodea determinan de manera muy fuerte las creencias y religión,
entonces el Dios que adoras es mundano.

Estas son unas de mis razones por las que no creo en un Dios que es
conceptualizado y al comprobar que no llena cada uno de estos parámetros,
simplemente su existencia es meramente especulación.

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