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(conceptos generales
con directa referencia al Derecho uruguayo)
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INDICE GENERAL
§ 1 - CONCEPTOS GENERALES
1 Introducción.
2 La Propiedad Intelectual y sus ramas fundamentales.
1 Obra protegida.
1.1 Regla general
1.2 Obra arquitectónica
1.3 Planos, proyectos,maquetas
1.4 Obras urbanísticas, urbanismo
1.5 Fotografías de las obras arquitectónicas
1.6 Obras derivadas, obras compuestas
2 Autor.
2.1 Regla general
2.2 Autoría de la obras arquitectónica (en colaboración y colectiva)
2.3 titularidad en caso de relación laboral u obra por encargo
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3 Diseño industrial.
3.1 Regla general
3.2 El trabajo del arquitecto y el diseño industrial
§ 4 - EN DEFINITIVA
ANEXOS
ANEXO 3 - BIBLIOGRAFÍA
ANEXO 4 - Abreviaturas
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§ 1 - CONCEPTOS GENERALES
SUMARIO: 1 Introducción.
2 La Propiedad Intelectual y sus ramas fundamentales.
1 Introducción
Las Constituciones de distintos países que conocemos, todas ellas, proclaman la defensa
y protección de los bienes intangibles que proceden de la elaboración intelectual. Sin
embargo, es destacable que – salvo la uruguaya – hacen referencia o son extensivas a la
Propiedad Intelectual. En el caso de nuestra Constitución la referencia directa es a la
protección del trabajo, expresión que queremos destacar porque encierra el
reconocimiento de un valor muy importante: que la creación es fruto del esfuerzo de su
creador. En torno a este concepto, por lo tanto, debemos entender e interpretar, las
disposiciones legislativas reguladoras de este tema en el Uruguay.
Por lo tanto, todo trabajo intelectual merece – en nuestro sistema jurídico – protección
legal, en tanto cumpla con la reglamentación legal del precepto constitucional uruguayo.
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Sin dudas, este régimen constituye el fundamental para el trabajo de arquitecto. Ahí se
encuentran la solución a muchos de los conflictos que se plantean al respecto.
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http://www.dnpi.gub.uy/
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informes, descripciones
planos, bocetos,
croquis o similar
maquetas
Derecho de Autor
edificaciones,
cualquier destino
conjunto de edificios,
urbanizaciones o similar
fotografías de edificios
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Por otro lado, mientras en el sistema latino-europeo el autor tiene derechos morales, pues
su creación se entiende como una proyección de su personalidad en todos los casos, los
derechos morales del autor no existen en el sistema del copyright.
En nuestro objeto de estudio, obras protegidas por Derecho de autor y con una finalidad
eminentemente utilitaria por definición, la aplicación normativa, las soluciones legales de
uno u otro sistema presentan diferencias sustanciales al momento de determinar las
soluciones jurídicas correspondientes. De modo que, cuando vemos casos y situaciones
que tienen lugar en otros países (soluciones de Derecho Comparado) sólo podremos
encontrar respuestas trasladables al escenario normativo uruguayo cuando se trate de un
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1 Obra protegida
Las obras que constituyen el objeto de la creación del derecho de autor, en particular, se
caracterizaron históricamente por constituir manifestaciones estéticas que dan lugar al significado
propio de la obra. Esta categoría ha evolucionado a lo largo de los años, habiendo resultado
reelaborada en los últimos tiempos por el legislador, sobre la base de exigencias empíricas que
determinan su línea de evolución y que van más allá de la valoración exclusivamente estética. En
estos cambios tuvo notable incidencia la consideración del concepto jurídico de obra plasmado en el
CUB. Según el texto agregado por el Acta de 1908 en el artículo 2, ya no serán solamente las obras
de contenido estético las amparadas por el derecho de autor, sino “todas las producciones en el
campo literario, científico y artístico cualquiera que sea el modo o forma de expresión”. El carácter
abierto de las enunciaciones legales de obras protegidas por el derecho de autor que surgió como
reflejo del concepto unionista, no permite hoy concretar una noción de obra ni una noción de
originalidad - el requisito básico de protección -, que cubra satisfactoriamente la casuística.
Tales lineamientos generales del sistema continental de protección de los derechos de autor son
seguidos por el derecho nacional uruguayo.
Además de tales principios, el artículo 5 precisa que la protección del derecho de autor abarcará las
expresiones pero no las ideas, procedimientos, métodos de operación o conceptos matemáticos en sí.
- Composiciones musicales con o sin palabras, impresas o en discos, cilindros, alambres o películas,
siguiendo cualquier procedimiento de impresión, grabación o perforación o cualquier otro medio de
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Nos referimos a todos los países iberoamericanos, además de los europeos, así como otros países del
mundo que tengan directa influencia del sistema jurídico romano.
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reproducción o ejecución:
- Folletos;
- Fotografías;
- Ilustraciones;
- Libros;
- Obras de arquitectura;
- Obras de pintura;
- Obras de Escultura;
- Fórmulas de las ciencias exactas, físicas o naturales, siempre que no estuvieren amparadas por
leyes especiales;
- Televisión;
- Grabados;
- Litografía;
- Obras coreográficas cuyo arreglo o disposición escénica "mise en scene" esté determinada en forma
escrita o por otro procedimiento;
- Títulos originales de obras literarias, teatrales o musicales, cuando los mismos constituyen una
creación;
- Pantomimas;
- Pseudónimos literarios;
- Modelos o creaciones que tengan una valor artístico en materia de vestuario, mobiliario, decorado,
ornamentación, tocado, galas u objetos preciosos, siempre que no estuvieren amparados por la
legislación vigente sobre propiedad industrial;
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- Las compilaciones de datos o de otros materiales, en cualquier forma, que por razones de la
selección o disposición de sus contenidos constituyan creaciones de carácter intellectual. Esta
protección no abarca los datos o materiales en sí mismos y se entiende sin perjuicio de cualquier
derecho de autor que subsista respecto de los datos o materiales contenidos en la compilación;
Como vemos, varias de las incluídas en esta enumeración hacen referencia directa al producto de la
actividad profesional del arquitecto.
El requisito fundamental para que una obra, para que una creación del ingenio humano de cualquier
tipo, sea objeto de protección es que sea original, su originalidad.
No hay una definición legal de originalidad en el derecho uruguayo ni en ningún otro, prácticamente.
No obstante, la doctrina se inclina por considerar que la originalidad requerida en las obras para la
protección por el derecho de autor es la proyección de la personalidad del autor.
Tal es la posición que predomina en la doctrina uruguaya, que ha sido seguida además por nuestra
jurisprudencia.
También resulta aplicable el principio de independencia de destino. De modo que, que es indiferente
la finalidad para la cual ha sido creada una obra - placer estético, aplicación utilitaria - a la hora de
valorar si es original o no, es decir, si es protegible por el derecho de autor.
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CASO. Muchas veces el concepto de originalidad se debate en casos jurisprudenciales de plagio. Ello
se dio en una situación, en Brasil, en la cual el propietario de un determinado terreno había encargado
a unos arquitectos la realización de planos y proyectos para determinada edificación (se trataba de
casas adosadas). Sus requisitos eran muy específicos y, además, la dimensión y emplazamiento del
propio terreno imponía unas pautas muy específicas. El propietario del terreno dejó de lado ese
proyecto, no llevó adelante la edificación y luego contrató a otros profesionales que le hicieron un
nuevo proyecto bajo las mismas condiciones del propietario y – naturalmente – debiendo cumplir las
mismas normativas urbanísticas. El primer equipo profesional se sintió agraviado al ver la
construcción efectivamente realizada, entendiendo que habían plagiado su proyecto inicial, el que no
había sido objeto de edificación. La sentencia definitiva estableció que no había plagio en el segundo
proyecto porque tanto uno como otro tenía unas condiciones de encargo y normativas técnicas a
seguir, que hacían que lo que entendían como plagio no fueran más que atender las mismas
condiciones existentes. Añade además la citada sentencia en en aspectos estéticos nada tenían de
particular o similar el proyecto que fundaba el reclamo, ni las construcciones en definitiva edificadas.
De modo que, por no haber originalidad en el objeto reclamado no hizo lugar a la pretensión de los
actores11.
Hay que tener en cuenta (y muy en particular tratándose de planos o proyectos) que hay
elementos técnicos o de normativas específicas de construcción 12 que determinan
técnicamente algunas o muchas de las soluciones creativas que pueden formularse en
determinados casos. En estas situaciones, tal manifestación no será una característica
singular, sino una imposición normativa, por lo que no podrá dar lugar a ninguna
reivindicación monopólica. Tampoco podrá ser tenida en cuenta a la hora de formular la
apreciación general de originalidad. La creación no deberá revestir carácter de
“necesario”, desde el punto de vista técnico, cuando se pretenda valorar su originalidad 13.
Deberá poder distinguirse el carácter estético de la función técnica o normativa a
cumplir14.
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fábrica industrial15.
CASO. Hay un caso planteado en Argentina, hacia fines del siglo XX, interesante al respecto. Se
trataba de dos casas de entretenimientos, cuyas construcciones “jugaban”, en los planos, con
superficies inclinadas, provocando efectos relacionados con la “ley de gravedad”. La primera de estas
casas, se agravió por la construcción de la segunda. Es decir, la “Casa de Casper”, que fue la
primera, entabló juicio contra el “Castillo Increíble”, que tomó los elementos de la primera,
mejorándolos. La sentencia, que resultó condenatoria de los segundos, se fundamenta en la
protección “una combinación absolutamente personal de los planos inclinados de los que resulta un
efecto visual disociado de la realidad”, considerándolo original 16. Sin embargo, entendemos que en el
caso los valores que se pretenden proteger y generan un efecto práctico, de tipo técnico, no son
protegibles por el Derecho de Autor.
A menos que se tratara de una innovación formalmente protegida como patentes de invención o
modelo de utilidad, estaríamos en el caso ante un esquema u organización no protegible.
Probablemente, las soluciones técnicas utilizadas estuvieran, desde el punto de vista técnico, en el
dominio público, por lo que se trató de recurrir a otra protección por vía de la materialización. Por
supuesto que si la segunda casa hubiera constituído una copia en la exteriorización plástica de la
primera sí – y solo respecto de dichos elementos – estaríamos hablando de protección autoralista de
la primera.
Cabe destacar que, en caso que haya sido atribuído un título a la obra, éste será
protegido como parte integrante de la misma obra. Sin perjuicio de la propia posibilidad de
protección marcaria del título por su carácter distintivo.
El artículo 5º LDA incluye también entre las obras protegidas a “planos y otras
producciones gráficas o estadigráficas, cualquiera sea el método de impresión”.
15
RETONDO, Hilda, “Las obras arquitectónicas”, en 3er Congreso Iberoamericano sobre Derechos de Autor
y Derechos Conexos, Montevideo, 1997, pág. 684, quien dice: “Puede haber originaliadd en los planos y en
la obra edificada destinada a fábrica o frigorífico, por ejemplo, y no haberla en una torre de viviendas,
porque en esta última sólo se han empleado meros cálculos técnicos que no exceden los procedimientos
comunes a la ciencia de la arquitectura.”
16
“Formigione, Delia, c/ Antonio Berili y otros”, Fallo de la Cpamara 5ta de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de la Ciudad de Córdoba, de 1997. Citado por RETONDO, Hilda, “Las obras arquitectónicas”, cit.,
pág. 686.
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en este último caso como en cualquiera, pues para ser protegidas las obras deben ser
originales.
En cualquier caso corresponde que el titular del derecho autorice el acto de explotación.
Como principio, cuenta también que será libre la fotografía de edificios que se encuentren
exhibidos públicamente.
Sin embargo, las fotografías que se tomen de edificios y otras obras, que tengan una
finalidad comercial deberán ser autorizadas por el correspondiente titular de derechos de
autor: será el arquitecto o quien hizo el encargo de realización de la construcción, si le fue
17
Según el Diccionario RAE, Urbanismo es el “1. m. Conjunto de conocimientos relativos a la planificación,
desarrollo, reforma y ampliación de los edificios y espacios de las ciudades.”; la “2. m. Organización u
ordenación de dichos edificios y espacios.” como “3. m. Concentración y distribución de la población en
ciudades”. (acc. 3/enero/2014)
18
En este sentido: BERCOVITZ, Germán, “Obra plástica y derechos patrimoniales del autor”, cit., pág. 43:
“También las obras urbanisticas pueden ser obras arquitectónicas, y por tanto un proyecto de plano urbano
constituir una obra arquitectónica.” BERCOVITZ, Rodrigo, “Comentarios”, 1ra ed., cit., pág. 236: “Dentro de
esta categoría de obras queda incluido el urbanismo. La originalidad de una obra, y concretamente un
edificio puede cnsistir en el conjunto urbanístico dentro del que se encuentra ubicado o en su adaptación al
paisaje o al entorno. Pero, además, un conjunto urbanístico puede tener globalmente y como tal la
consideración de obra protegida. Así se establece expresamente en el art. 1| l) de la Ley portuguesa.”
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cedida dicha facultad. Nos referimos, por ejemplo, cuando se quiere tomar la imagen de
una obra arquitectónica como representativa de productos o servicios comerciales de un
tercero, o integrada a una empresa comercial. En estos casos hay explotación patrimonial
de obra ajena.
Pueden tomarse libremente, pues, las fotografías que respondan a los casos de
excepciones o limitaciones a los derechos de autor, como derecho de cita, finalidad de
información, ilustración de la enseñanza.
Una obra derivada, implica transformar una preexistente en otra distinta. La obra
derivada, que debe ser original a su vez, tiene un autor propio. Pero como no existe si no
parte de la originaria, necesariamente debe contar con la autorización del autor en caso
que estén vigentes los derechos de explotación.
No es frecuente como supuesto de acción de una obra arquitectónica que consista en una
edificación.
Cuando alguien quiere reproducir parte de una obra ajena en otra, propia, estamos en el
caso de una obra compuesta. Quien la pretenda hacer debe contar con la autorización
del autor de la obra originaria que se pretende incorporar. Estamos pues, ante supuestos
de utilización de obras ajenas incorporadas en la obra arquitectónica
Concepto análogo debe aplicarse para el caso de separación de una obra incorporada,
particularmente si ello lleva a poner en riesgo la propia integridad de la obra que se quiere
separar.
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2 Autor
Autor es la persona física (o son las personas físicas...) que han creado una obra, sea del tipo que
sea.
Si bien no hay una definición legal concreta, resulta claro que el significado de autor y autoría en el
derecho uruguayo es el que corresponde al sistema autoralista de origen continental europeo. Ello se
deriva del conjunto de nuestras disposiciones legales y del análisis de las fuentes que tuvo el
legislador uruguayo en toda ocasión que le correspondió regular esta materia. Cuando se habla de
autor en el derecho uruguayo, se está haciendo referencia a una persona física autor, titular de
derechos sobre su obra que constituye una proyección de su personalidad. Así lo ha entendido la
doctrina nacional.
Autores son quienes llevan a cabo obras originarias tanto como obras derivadas (adaptaciones,
compilaciones o demás). Esto surge del artíciulo 34 de la LDA, complementado por el artículo 35
LDA, que establece que los que refunden, copien, extracten, adapten compendien, reproduzcan o
parodien obras originales, tienen la propiedad de esos trabajos, siempre que los hayan hecho con
autorización de los autores.
Los derechos del autor se transfieren a sus herederos, en la medida y con las limitaciones que
establece la Ley.
- “en colaboración” , aquellas realizadas por mász de una persona física pero estando estas
perfectamente individualizables en cuanto a su aporte; por ejemplo una canción cuya música es de un
autor y la letra es de otro;
- y las “colectivas”, en las que las creaciones se realizan por iniciativa de una persona que moviliza
a un grupo o colectivo cuyos aportes numerosos no tienen una clara definición de cada uno; por
ejemplo, un diario o el diccionario de la Real Academia Española.
Esta normativa se complementa con una serie de presunciones de colaboración que instrumenta la
ley en el artículo 28, que establece que se presume la colaboración, salvo constancia en contrario en
los siguientes casos:
c. cuando, existiendo pluralidad de autores, la propiedad no pueda dividirse sin alterar la naturaleza
de la obra, y
Finalmente, el artículo 29 reglamenta algunos aspectos particulares del ejercicio de derechos de los
autores en colaboración. En su inciso primero los faculta para publicar, traducir o reproducir la obra,
sin más condición que la de respetar la utilidad proporcional correspondiente a los demás.
Seguidamente esta disposición trata la situación particular del disco fonográfico y de las obras
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audiovisuales19.
Como decíamos, obras colectivas son aquellas que surgen por el impulso y la iniciativa de una
persona, sea física o jurídica, promoviendo la creación de una obra en la cual convergen los
esfuerzos de muchas personas a los cuales su promotora organiza y da forma. Es el caso de los
diccionarios, de las enciclopedias. También, de algunos casos de software e incluso en algunos casos
de obras publicitarias.
A tenor del artículo 27 de la Ley Nº 9739 los colaboradores de una compilación colectiva no serán
considerados, en ausencia de pacto expreso, como autores de su colaboración, caso en el cual la
obra pertenecerá al editor.
En este caso estamos ante la clásica contradicción del sistema autoralista: si bien la regla es que el
autor es una persona física, en este tipo de emprendimientos en particular los derechos del autor
pasan a ser imputados originariamente a una persona jurídica.
Finalmente, en cuanto a autores, también se puede considerar que el Estado o alguna persona
integrante del sistema estatal pueda ser titular de derechos de autor.
En tal sentido, el artículo 40 de la ley de derechos de autor establece que el Estado, el Municipio y las
personas de derecho público son también titulares del derecho de autor cuando por cualquier modo
admitido por las leyes, adquieren la propiedad de una de las obras que protege esta ley.
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Puede también tratarse de una obra arquitectónica que constituya una obra colectiva. En
este caso los derechos sobre la misma corresponderán a la persona física o jurídica que
ha tenido la iniciativa de su existencia, que ha coordinado el trabajo y que la explota a
nombre propio. Incluso, en este caso, dicha persona – no importa cuál haya sido su
participación en el acto creativo propiamente – será calificada como autor. Pensamos en
el ejemplo de alguna obra arquitectónica creada por un estudio profesional muy
numeroso, con numerosos integrantes que tienen diversas áreas de especialización y
diferencias de aptitues: cuando se recibe y acepta llevar adelante una obra en este caso,
la iniciativa, órdenes internas de gestión y creación pueden estar alejadas orgánicamente
de quienes efectivamente las lleven a cabo. Los derechos de autoría recaerán en este
caso en dicho Estudio o Sociedad de Arquitectos, a menos que puedan atribuirse
personalmente según la labor.
No siempre es sencillo determinar ante cuál caso nos encontramos, desde un plano
teórico. Habrá que ver cada situación concreta, sopesando y valorando la prueba que –
en caso de conflicto o duda – se pueda presentar.
Cuando una persona encarga a un arquitecto una obra para convertirse en su propietario,
lo ideal sería que pactaran contractualmente y por escrito quién tendrá tales derechos. El
derecho uruguayo, a diferencia de otras normas, no tiene expresamente establecido quién
será el titular de los mismos. Participo de la posición que entiende que cuando alguien
acepta el encargo de otro implica una transmisión, entre las partes, de dichos derechos de
explotación, pero indudablemente en tanto no hay normas nacionales queda abierto para
la discusión21.
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El encargo puede estar dado por los requerimientos o condiciones que se enuncian en el
texto o pliego de un concurso o licitación. En cuanto a la propiedad intelectual en
estos casos suele establecerse como condición la necesaria cesión de derechos de autor
– usualmente en exclusiva, además - de los participantes, distinguiéndose el caso de los
concursos en los que se establece esta condición de cesión para quienes resulten
premiados (o ganador, si se trata de una licitación), de los concursos que, de manera
general, establecen que todos quienes se presenten estarían cediendo por tal efecto sus
derechos de autor (derechos que siempre – en cualquier caso – serían exclusivamente los
patrimoniales).
En la primera situación, cesión como condición para los premiados es de destacar que
no alcanza con la enunciación, a los ganadores deben hacerles firmar el documento
escrito de cesión que deberá ser registrado reglamentariamente para su oponibilidad
frente a terceros.
“La obra arquitectónica realizada por el arquitecto ___, una vez abonados los honorarios
pactados, podrá ser utilizada por el titular de los derechos de propiedad del soporte
material exclusivamente para la ubicación del encargo, siendo de titularidad del autor
todos los derechos de propiedad intelectual, especialmente derechos de autor, que no
sean cedidos ni licenciados en este contrato. Ni la obra, ni el proyecto, ni los planos o
cualquier otra creación realizada durante el trabajo de arquitectura encargado podrá ser
modificado o cedido sin autorización del arquitecto autor. Si durante la ejecución de la
obra fueran necesarias modificaciones y no coincidiera el Arquitecto director de las obras
con el Arquitecto autor, corresponderá que este último las autorice expresamente.”
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Veremos más adelante con detalle el tema derechos morales.
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Esta cláusula deja en manos del arquitecto autor la mayor parte de los derechos posibles,
claramente, quedando en manos del propietario del inmueble las posibilidades de uso
ilimitadas al efecto para el cual es realizada la construcción.
“El arquitecto autor de la obra arquitectónica objeto de este contrato de encargo de obra,
Arq ___, una vez abonados los honorarios pactados, deja cedidos la totalidad de los
derechos patrimoniales o de explotación correspondientes a la obra arquitectónica, así
como a los planos y proyectos correspondientes, al propietario del inmueble que encarga
la presente, de forma exclusiva. Por lo tanto, este último podrá reproducir, modificar,
autorizar la reproducción fotográfica o tridimensional por cualquier forma, así como
ejercer cualquier otra facultad de explotación conocida o por conocerse, a su arbitrio.”
Por el contrario, mediante esta cláusula los titulares del derecho de autor, uno o más
arquitectos, transfieren todos los derechos posibles a su contratante. Corresponde tener
presente que:
a los derechos de autor, como todos los de propiedad intelectual, son personalísimos, por
lo que con cedidos a una persona por sí, no por su calidad de propietario; de manera que
el día que tal persona enajene el inmueble, seguirá siendo titular de la propiedad
intelectual, a menos que a su vez ceda tales derechos;
Recordamos nuevamente que, por más intención de transferencia total que tenga el
arquitecto autor, los derechos morales serán siempre intransferibles por expresa
disposición legal.
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las creaciones plásticas, adaptación, traducción. Cualquier otra forma de explotación que surgiere con
el tiempo se encontratá incluida entre los derechos patrimoniales del autor porque es un elenco de
número abierto.
La pauta general sobre el derecho de reproducción del autor se encuentra delimitada por el artículo
2° de la ley 9.739, que establecen que la facultad de reproducir comprende la fijación de la obra o
producción protegida por la presente ley, en cualquier forma o por cualquier procedimiento, incluyendo
la obtención de copias, su almacenamiento electrónico -sea permanente o temporario-, que posibilite
su percepción o comunicación.
En el texto anterior del articulado se encontraba parcialmente incluida esta facultad dentro del derecho
de reproducción.
Cuando se trata de realizar una traducción estamos ante la facultad de realización de una obra
derivada. en este caso como en cualquier otras obra derivada es facultad exclusiva del autor autorizar
la obra derivada y, además, cobrar por ello.
El derecho de comunicación pública es algo más complejo, a lo largo del tiempo. El concepto de
comunicación pública se encuentra claramente actualizado en el texto actual.
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suscripción o pago;
De manera general, establece el legislador que la comunicación pública comprende, "todo acto
mediante el cual la obra se pone al alcance del público, por cualquier medio (alámbrico o inalámbrico)
o procedimiento, incluyendo la puesta a disposición del público de las obras, de tal forma que los
miembros del público puedan acceder a estas obras desde el lugar y en el momento que cada uno de
ellos elija".
El derecho uruguayo ha sido precursor en el mundo respecto de la consagración del droit de suite,
es decir, de consagrar un derecho de seguimiento del autor en función del éxito comercial de la obra.
El núcleo de este derecho implica que a medida que aumenta el valor y la comercialización de una
obra, se beneficie el autor aún cuando haya comercializado su creación mediante el cobre de un
porcentaje sobre el precio. Se origina específicamente en relación con las obras de artes plásticas.
A pesar de que fue recogido en el artículo 9 de la ley del '37 practicamente nunca fue operativo en
nuestro país. La gran amplitud que tenía determinó que no fuera aplicable.
Actualmente, debidamente acotado a las obras plásticas podrá ponerse en práctica y responder a la
justa intención del legislador.
Se establece que en caso de reventa de obras de arte plásticas o escultóricas efectuadas en pública
subasta, en establecimiento comercial o con la intervención de un agente o comerciante, el autor, y a
su muerte los herederos o legatarios -hasta el momento en que la obra pase al dominio público-,
gozan del derecho inalienable e irrenunciable de percibir del vendedor un 3% (tres por ciento) del
precio de la reventa.
Los subastadores, comerciantes o agentes que intervengan en la reventa, serán los agentes de
retención del derecho de participación del autor en el precio de la obra revendida. Debido a ello
estarán obligados a entregar dicho importe, en el plazo de treinta días siguientes a la subasta o
negociación, al autor o a la entidad de gestión correspondiente.
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Una típica interrogante sería la siguiente. Si al arquitecto le encargan una obra ¿puede
luego reproducir dicha obra para otra persona? Estimamos que la respuesta es sí, a
menos que se haya pactado otra cosa 24, a menos que se haya pactado exclusividad. Es
decir: lo podrá hacer en caso de no tener firmada una cesión de derechos y que además
incluya expresamente exclusividad en el derecho de reproducción, el mismo arquitecto no
tiene obstáculos legales en realizar todas las veces que quiera la misma obra
arquitectónica.
Tiene que ver también con el derecho de reproducción la facultad de permitir que un
tercero la reproduzca, así como que un tercero lleve a cabo materialmente la construcción
de una obra tridimensional a partir de planos, bocetos o dibujos.
Las situaciones referidas a infracción o violación de derechos morales del arquitecto autor
de las obras son las más frecuentes, aunque muy rara vez se plantea el conflicto y
todavía es más raro que se llegue a una litis a nivel judicial.
El derecho de paternidad del autor en el derecho uruguayo se sustenta en el primer numeral del
artículo 12 de la ley de 1937. Según esta norma, sean cuales fueren los términos del contrato de
cesión o enajenación de derechos, el autor tendrá sobre su obra una serie de facultades entre las que
se encuentra la de exigir la mención de su nombre o pseudónimo y la del título de la obra en todas las
publicaciones, ejecuciones, representaciones, emisiones, etc., que de ella se hicieren.
Si opta por no dar a conocer su nombre, el artículo 30 determina que en caso de obra anónima o con
pseudónimo, el editor o empresario será el titular de los derechos de autor, mientras éste no descubra
su incógnito y haga valer su calidad.
En cuanto al derecho de integridad, la ley de 1937 el artículo 12 numeral segundo establece que el
autor tiene de manera perpetua, aún cuando haya transferido sus derechos de explotación el derecho
24
GROMPONE, Romeo, “El Derecho de Autor en Uruguay”, Montevideo: 1977, pág. 52, en igual sentido.
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Agrega el artículo 16 que, después de la muerte del autor, el derecho de defender la integridad de la
obra pasará a sus herederos, y subsidiariamente al Estado. Asimismo, ninguna adición o corrección
podrá hacerse a la obra, si aún con el consentimiento de los causahabientes del autor, sin señalar
especialmente los pasajes agregados o modificados.
El numeral tercero del artículo 12 de la ley de derechos de autor consagra facultades de modificación
de la obra, reglamentadas en función de los intereses involucrados en la publicación.
Concede al autor el derecho de corregir o modificar la obra enajenada siempre que no altere su
carácter o finalidad y no perjudique el derecho de terceros adquirentes de buena fe;
Establece que cuando concurran graves razones morales, el autor tendrá la facultad de retirar su obra,
debiendo resarcir el daño que injustamente causare a los cesionarios, editores o impresores
interesados. En garantía de tal resarcimiento, puede ser constreñido por el Juez a prestar previamente
fianza.
La facultad que consagra esta norma es personal e intransferible, de modo .que no puede
considerarse transmisible ni siquiera a herederos.
El arquitecto autor será quien disponga si da a conocer, si pone en circulación sus obras.
CASO. Un ejemplo claro lo encontramos en un caso de arquitectos que habían realizado un proyecto
para la construcción de un hospital en Jujuy, y que luego fuera copiado íntegramente para la
realización de un hospital en La Rioja, sin que el contrato con los arquitectos hubiera previsto la
facultad de reproducción. Asimismo, el arquitecto que figuraba como autor en el plano del segundo
hospital construído a todos los efectos administrativos era otro, de manera que se habría atribuído
una autoría que no era propia. La correspondiente sentencia reconoce el derecho moral a los
27
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arquitectos originales, aunque en el caso concreto se estimó que habría ya prescripto el plazo para
reclamaciones patrimoniales25.
CASO. Más recientemente, tuvo lugar otra situación similar en Argentina. Se trató en este caso de un
arquitecto que había ganado por concurso privado la realización de edificios especiales para la
instalación de equipos de telefonía celular a realizarse en Mar del Plata y en Trenque Lauquen.
Tiempo después vieron que edificios idénticos se habían realizado en Tucumán y Posadas. En este
caso logró en la sentencia que le fuera pagado también por esos dos edificios el honorario que obtuvo
del primer contrato, además de reivindicar la obra plagiada como propia, correspondiéndole también
una suma de dinero por la lesión a su derecho moral26.
En una situación planteada en el derecho español, por su parte, se consideró que por
tratarse de obras arquitectónicas no originales no podía hablarse de plagio.
CASO. Según reclamo que llegara al Tribunal Supremo español, un arquitecto pretendía honorarios
profesionales e indemnizaciones por plagio de proyecto de obras de su autoría, que se habia
utilizado para la construcción de Viviendas de protección oficial (sistema especial de viviendas de
fomento público que hay en España). Dichas viviendas se realizan bajo condiciones específicas en
todos los planes. Un arquitecto realizó un proyecto, luego se desvinculó de dicha actividad y al tiempo
vio que se construían viviendas según un proyecto que figuraba realizado por otro colega, y que
consideró que era el suyo propio. Los proyectos de ambos arquitectos enfrentados se sometieron a
peritos para la determinación de si se trataba o no de plagio. Al respecto de las pericias, según la
sentencia, “Lo único que acreditan es que efectivamente se confeccionaron, pero no por sí la
situación de plagio denunciado, cuando no se da pleno calco y copia del correspondiente al del
recurrente con relación al de la contraparte, que exige un proceso valorativo,trás las necesarias
pruebas técnicas, que tuvieron lugar, pero con resultado adverso para el actor del pleito, pues la
sentencia de apelación declara, como hecho probado, que las pericias emitidas, a cargo de dos
profesionales, frente a un tercero que discrepó, acreditaron la no concurrencia de plagio sustancial en
los proyectos elaborados por los dos Arquitectos enfrentados y ya contaba con el antecedente del
dictámen negativo de la Comisión deontológica del Colegio Oficial de Arquitectos correspondiente,
integrado en la Comunidad Valenciana, al no haber apreciado ilícito deontológico en la conducta
profesional del recurrido”. En definitiva los magistrados entendieron que “las limitaciones en los
proyectos de estas características respecto a dimensiones predeterminadas y con unos elementos
básicos para los pisos a levantar, que vinculas a sus creadores y ejecutores” restringían las
diferencias que podían existir entre los proyectos correspondientes. Por lo tanto, se desestimó el
reclamo de plagio27.
28
© 2014 Beatriz Bugallo Montaño
Incluso en algunas leyes se admiten cambios por parte del propietario del inmueble, a la
par del derecho negativo de paternidad del Arquitecto autor que podrá declarar y
manifestar públicamente que desconoce su propia autoría de la obra que quedare como
resultado, luego de la intervención no autorizada 29. Se trata del denominado “derecho de
repudio”, aplicable cuando a raíz de una modificación legalmente autorizada que realiza el
titular, el autor quiere desvincular su nombre de la atribución de autoría por el resultado
alcanzado.
Pero nada de eso tenemos en el Derecho Positivo uruguayo. Nada dice la ley uruguaya al
respecto. De todas maneras, no es lógico ni tampoco ajustado a Derecho (la lógica es
clave y sustento en la aplicación de la norma jurídica) pensar que por la ausencia de
normas particulares, la regla general del derecho moral de integridad deba aplicarse a
rajatabla en el caso de la obra arquitectónica, tal como si estuvieramos ante una obra
plástica puramente contemplativa. Hay una razonabilidad de equilibrio entre derechos
para aplicar al caso, que deberá ponderarse según cada situación 30. Incluso doctrina
nacional tiempo atrás ha sostenido la posicion opuesta: que el propietario puede modificar
el proyecto a su voluntad, en posición que no fundamenta a la luz de la consideración de
la naturaleza jurídica del Derecho de Autor, ni tampoco en norma alguna 31. Tratándose del
enfrentamiento de dos derechos de propiedad, la única interpretación lógica, ante el
28
Sucede ello en el derecho finlandés, sueco, venezolano; incluso en algunos casos la ley reserva al autor
original una preferencia respecto del estudio y realización de las modificaciones correspondientes al uso o
funcionalidad del propietario. COLOMBET, Claude, “Grandes Principios del derecho de autor y los derechos
conexos en el mundo: estudio de derecho comparado”, tr. Petite Almeida, 3ra ed., Madrid: UNESCO-
CINDOC, 1997. pág. 55 y 56. También en Italia, la ley impone al autor la tolerancia de modificaciones
pertinentes, en cuanto sean objetivamente necesarias, interpretada la necesidad de manera restrictiva,
según enseña DE SANCTIS, “La protezione...”, cit., pág. 575, destacando jurisprudencia en estos casos.
29
Es el caso de la legislación de: Brasil (art 27), Colombia (art. 43), Chile (art. 46), Mexico (art. 92),
Venezuela (art. 20)
30
Al decir de BERCOVITZ, Germán, “Obra plástica y derechos patrimoniales del autor”, cit., pág. 43: “Su
funcionalidad hace a su vez que tenga que considderarse de un modo mas restrictivo el derecho moral a la
integridad de la obra, debido a la necesidad de tomar en consideración a los intereses de uso. El alto valor
económico inmobiliario repercute igualmente en otras consecuencias jurídicas (por ejemplo, la confiscación
o destrucción de la obra como sanción, el llamado “droit de suite”, etc.). Igualmente, su normal ubicación en
lugar público hace que los derechos exclusivos de reproducción se vean sensiblemente limitados, ...”
31
SÁNCHEZ FONTANS, José, “El contrato de construcción”, tomo I, Montevideo: 1953, pág. 138.
29
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silencio legal es el equilibrio. Lo mejor – y no más difícil que promover y conquistar una
actualización legal – sería tener disposiciones legales a la manera de los sistemas
jurídicos modernos que regularan la situación. Pero no tenemos 32.
Así como el propietario no puede modificar la obra sin permiso del arquitecto autor,
tampoco el autor puede ejercer su derecho de modificación sin autorización del
propietario del soporte. No lo dice expresamente el Derecho de Autor, en ninguna
disposición jurídica, pero la lógica del equilibrio de derechos determina que el arquitecto
autor no podrá realizar nada, agregar ni sacar, ni solicitar agregar o sacar, sin permiso o
autorización del propietario del inmueble o soporte material del que se trate 33.
Al respecto, solo podríamos afirmar, a partir de conceptos generales del Derecho, que si
se concede un derecho, también es lógico que su titular tenga vías para hacerlo efectivo.
De manera que, en nuestro sistema normativo, eventualmente podrá acudir el arquiteto
autor del proyecto a cualquier mecanismo procesal preparatorio que le posibilidad evaluar
el ejercicio de su derecho a reclamar por la integridad de la obra, como puede ser estar al
tanto de la evolución de la construcción.
Otro tema que se discute es la extensión del derecho de integridad. Si bien en ocasiones
la modificación deliberada del contexto en el que se emplaza la obra arquitectónica puede
determinar una vulneración de dicho derecho de integridad, no debe perderse de vista
que la extensión opera desde la creación en sí misma.
CASO. Un caso planteado tiempo atrás en Suiza es bien claro al respecto. En 1960, un arquitecto A
construyó edificios de una Universidad, en Zurich. Luego, en 1970 un arquitecto B, le agregó más
edificios al conjunto. Más tarde, en 1980, otro arquitecto, C, por su parte, ganó un concurso para
seguir añadiendo edificios al campus. El arquitecto A, primero en actuar, inició entonces un juicio por
daño moral entendiendo que se vulneraba su creación con los añadidos posteriores. La resolución
jurisprudencial, de los primeros años de la década de 1990, en definitiva, determinó que el derecho
moral debe analizarse en relación con los edificios en particular, cubriendo la directa modificación de
un edificio como tal. En relación con la obra arquitectónica, consideró que la apreciación del derecho
moral debe ser restringida en cuanto a su extensión. Agrega que “En el caso de un ataque indirecto
32
Un desafío práctico interesante para los arquitectos. como gremio, sería debatir y proponer una
reglamentación de este tema.
33
Cfme. BONDÍA ROMAN, Fernando, RODRÍGUEZ TAPIA, J. Miguel, “Comentarios a la ley de
PropiedadIntelectual”, Madrid: Civitas, 1997, pág. 79, en los siguientes términos, haciendo referencia al
artista plástico: “Por lo que respecto al propietario del original, existe prácticamente unanimidad doctrinal
sobre la imposibilidad del artista o autor de las citadas obras de poder modificarlas, salvo que se lo autorice
el propietario del soporte...”
34
Cfme DE SANCTIS, “La protezione”, cit., pág. 542. quien afirma – desde la doctrina y el Derecho italiano -
que en la fase de realización de la obra los derechos de autor del proyectista implican su derecho de
supervisión.
30
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al honor del arquitecto pude reclamar protección solo en los casos más extremos. El presente caso
no entra en esa categoría.”35.
Finalmente, uno de los problemas más complejos que presenta esta cuestión es si el
propietario del soporte de la obra arquitectónica tiene derecho a destruir la obra, a
eliminarla totalmente, a demolerla. Es decir a que desaparezca el ámbito de ejercicio de
su derecho de propiedad (corpus mecanicum) que incluye necesariamente en las obras
de ejemplar único - como usuamente son las arquitectónicas - a la creación intelectual (el
corpus mysticum). Entendemos que no tiene en absoluto dicha facultad, con la única
excepción de casos en los cuales por necesidad o por imperio de las circunstancias
forzosamente deba llegar a ese desenlace36.
Quien no puede modificar una creación ajena, es lógico que no pueda hacerla
desaparecer. Sin embargo, hay quienes sostienen que el fundamento de que no se pueda
modificar la creación ajena se encuentra en que la visión de la obra desnaturalizada
ofende al autor y a su creación, pero su eliminación deberia estar dentro de las
potestades arbitrarias del propietario. Esta posición nos parece infundada. Si se trata de
una obra original, hay un titular de derechos morales que son perpetuos. Por lo tanto sin
autorización del titular, sus herederos o del Estado como responsable de velar los
derechos morales de los autores, no podría realizarse. Desconozco legislación alguna, del
sistema latino europeo de Derechos de autor 37, que admita la caprichosa facultad del
propietario del soporte de una obra arquitectónica a destruir la creación. Podrá haber
interpretaciones retorcidas, pero lo cierto es que no hay norma alguna del Derecho de
Autor que habilite dicha posición, que hace depender la existencia de un bien de una
persona al mero arbitrio de otra.
Cuando la obra arquitectónica que se pretende demoler o destruir incluye, a su vez, una
obra de tercero, también se está lesionando a este nivel los derechos de un autor.
CASO. Así se entendió hace varios años, en caso que tuvo lugar en Santander, cuando se demolió
una obra arquitectónica que incluía un mural en su fachada. La sentencia estableció que “ Hay lesión
al derecho de integridad en la destrucción de un mural cerámico incorporado a la fachada de un
edificio.”39.
35
Suiza. Suprema Corte, 15/3/1994, ATF 120 II 65, EIPR (1994) 10 D – 267.
36
Nos referimos a casos de riesgo de vida o de bienes ajenos, por ejemplo.
37
Al respecto afirma Colombet, en su estudio de Derecho Comparado que las leyes nacionales por lo
general no dicen nada acerca de la actitud que debe tomarse para que se resptee la obra, COLOMBET,
“Grandes principios...”, 3ra ed., cit., pág. 55.
38
RETONDO, Hilda, “Las obras arquitectónicas”, cit., pág. 684.
39
SAP, Santander, Sección 1, sentencia de 3 de noviembre de 1992, citado por BONDÍA SANROMAN –
RODRIGUEZ, cit., “Comentarios”, pág. 79.
31
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CASO. En la sentencia mencionada precedentemente se establece que “no hay infracción del respeto
a la integridad de la obra en la incorporación de una obra pictórica a un muro de cerramienbto de un
inmueble, posteriormente pintado, y realizada por mera tolerancia de la comunidad de propietarios,
pues no se pueden desconocer los legísitmos intereses dominicales de ésta, por un “gravamen” que
ni quisieron, ni aceptaron, ni buscaron...”40. Desconocemos si se presentó recurso judicial ante este
pronunciamiento.
El derecho de retracto, derecho a retirar la obra del mercado, también es aplicable al caso
de la obra arquitectónica y sus derivadas.
Por supuesto que el mandato legal de cubrir los costos necesarios de otros involucrados
implicará adquirir el soporte manterial que contiene la obra que se quiera retirar (y
destruir, en su caso). La doctrina, en general, comenta al respecto que el costo a ser
pagado para el ejercicio del derecho, ha sido determinante en que no haya habido
aplicaciones al respecto.
Droi de suite o droit de seguimiento implica el seguimiento que puede hacer el autor de
una obra, desde el punto de vista de un reclamo patrimonial (un porcentaje ya sea de su
precio de venta al público o de la ganancia de quien lo vende), en ciertas condiciones
expresamente establecidas por el legislador.
Este instituto surge pensando en la situación de pintores u otros creadores plásticos, que
a medida que son conocidos o que trasciende su obra va creciendo el valor de las obras
también anteriores, al punto que un cuadro vendido en los inicios de su carrera, 20 o 30
años después puede ser objeto de un valor mucho mayor.
Para saber si alcanza a la venta del soporte material de una obra orquitectónica, depende
la extensión con que fue redactado en cada derecho nacional.
En el actual texto legal alusivo, artículo 9 de la LDA 41, quedan comprendidas en este
40
SAP, Granada, Sección 4, sentencia de 20 de febrero de 1991, citada por BONDÍA SANROMAN -
RODRIGUEZ, “Comentarios”, cit., pág. 78 – 79.
41
“Art. 9º. En caso de reventa de obras de arte plásticas o escultóricas efectuadas en pública subasta, en
establecimiento comercial o con la intervención de un agente o comerciante, el autor, y a su muerte los
herederos o legatarios -hasta el momento en que la obra pase al dominio público-, gozan del derecho
inalienable e irrenunciable de percibir del vendedor un 3% (tres por ciento) del precio de la reventa. Los
subastadores, comerciantes o agentes que intervengan en la reventa, serán agentes de retención del
derecho de participación del autor en el precio de la obra revendida y estarán obligados a entregar dicho
importe, en el plazo de treinta días siguientes a la subasta o negociación, al autor o a la entidad de gestión
correspondiente. El incumplimiento de la obligación que se establece, por parte del rematador, comerciante
32
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derecho las “obras de arte plásticas o escultóricas” expresión que usualmente alude a las
creaciones constituídas como bienes muebles42. De modo que a las obras arquitectónicas
como tales no se les aplicaría la norma. La regulación anterior al año 2003 sí las
comprendía, pero esta disposición nunca fue aplicaca para obra arquitectónica alguna
desde el año de 1937 (y sólo en una ocasión, en todos esos años se quiso aplicar a un
cuadro...).
En primer lugar, hay que definir si se trata de una obra protegida: si no hay originalidad,
no se planteará, en realidad, el problema.
En segundo lugar, corresponde ver si hay urgencia por razones de salud o bienestar
sanitario para realizar una reforma o modificación. En ese caso, podría pensarse en
33
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Un punto muy interesante y muy importante es el de las limitaciones que tiene la libertad
del creador/autor arquitecto en cuanto a la incorporación o evocación de obras ajenas en
las suyas propias.
34
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Una obra se encuentra en el dominio público cuando los derechos patrimoniales del autor
no se encuentran ya vigentes. Es decir, cuando expiró el plazo de duración al respecto,
tanto para el autor como el lapso post mortem autoris 46.
La Ley autoriza una reproducción de obra sin permiso del autor endeterminados casos
puntuales, especialmente previstos,buscando un equilibrio con otros derechos de
terceros. Tales situaciones, previstas expresamente tanto en la Ley nacional 47 como en el
interés público;
B) No podrá expropiarse el derecho a publicar o a difundir la obra en vida del autor.
Art. 42. Cuando una obra caiga en el dominio público cualquier persona podrá explotarla con
sujeción a las siguientes limitaciones:
A) Deberá sujetarse a las tarifas que fije el Consejo de los Derechos del Autor. El Poder Ejecutivo,
en la reglamentación de la ley, velará para que las tarifas que se adopten sean moderadas y generales para
cada categoría de obras;
B) La publicación, ejecución, difusión, reproducción, etc., deberá ser hecha con toda fidelidad. El
Consejo de los Derechos de Autor velará por la observancia de esta disposición sin perjuicio de lo
establecido en el artículo siguiente.
Art. 43. Cualquier ciudadano podrá denunciar al Consejo de los Derechos de Autor la mutilación de
una obra literaria, científica o artística, los agregados, transposiciones o errores graves de una traducción,
así como toda otra deficiencia que afecte el mérito de dichas obras.”.
46
En el punto siguiente tratamos la duración del Derecho de Autor.
47
Como norma fundamental del Derecho positivo uruguayo al respecto destacamos el artículo 45 de la
LDA, sin perjuicio de que pueda encontrarse alguna otra en otras disposiciones legales, aún de la misma
Norma. “Art. 45. No es reproducción ilícita:
1) La publicación o difusión por radio o prensa, de obras destinadas a la enseñanza, de extractos,
35
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No son tan frecuentes para el caso de las obras producto del trabajo del arquitecto 49, por
lo que no encontramos casos planteados al respecto.
fragmentos de poesías y artículos sueltos, siempre que se indique el nombre del autor, salvo lo dispuesto en
el artículo 22.
2) La publicación o transmisión por radio o en la prensa, de las lecciones orales de los profesores,
de los discursos, informes o exposiciones pronunciadas en las asambleas deliberantes, en los Tribunales de
Justicia o en las reuniones públicas;
3) Noticias, reportajes, informaciones periodísticas o grabados de interés general, siempre que se
mantenga su versión exacta y se exprese el origen de ellos;
4) Las transcripciones hechas con propósitos de comentarios, críticas o polémicas;
5) La reproducción fiel de las leyes códigos, actas oficiales y documentos públicos de cualquier
género;
6) La reproducción de las obras teatrales enajenadas, cuando hayan transcurrido dos años sin
llevarse a cabo la representación por el cesionario;
7) La impresión o reproducción, por orden del autor o sus causahabientes, de las obras literarias
enajenadas, siempre que haya transcurrido un año de la intimación de que habla el artículo 32;
8) La reproducción fotográfica de cuadros, monumentos, o figuras alegóricas expuestas en los
museos, parques o paseos públicos, siempre que las obras de que se trata se consideren salidas del
dominio privado;
9) La publicación cuando se trate de obras teatrales o musicales, por parte del director del teatro o
empresario, siempre que esa reproducción haya sido hecha con autorización del autor;
10) Las transmisiones de sonidos o figuras por estaciones radiodifusoras del Estado, o por cualquier
otro procedimiento, cuando esas estaciones no tengan ninguna finalidad comercial y estén destinadas
exclusivamente a fines culturales;
11) La ejecución, por bandas u orquestas del Estado, de pequeños trozos musicales o de partes de
obras en música, en programas públicos, siempre que se lleve a cabo sin fin de lucro.”
48
Transcribimos los dos artículos más específicos al tema del Convenio de Berna, que muestran la extensión
correspondiente al respecto. Como se puede apreciar, la remisión a la necesidad de previsión normativa es
frecuente. “Artículo 9
[Derecho de reproducción : 1. En general; 2. Posibles excepciones; 3. Grabaciones sonoras y
visuales]
1) Los autores de obras literarias y artísticas protegidas por el presente Convenio gozarán del
derecho exclusivo de autorizar la reproducción de sus obras por cualquier procedimiento y bajo cualquier
forma.
2) Se reserva a las legislaciones de los países de la Unión la facultad de permitir la
reproducción de dichas obras en determinados casos especiales, con tal que esa reproducción no atente a
la explotación normal de la obra ni cause un perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor.
3) Toda grabación sonora o visual será considerada como una reproducción en el sentido del
presente Convenio.
Artículo 10
[Libre utilización de obras en algunos casos : 1. Citas; 2. Ilustración de la enseñanza; 3. Mención de
la fuente y del autor]
1) Son lícitas las citas tomadas de una obra que se haya hecho lícitamente accesible al
público, a condición de que se hagan conforme a los usos honrados y en la medida justificada por el fin que
se persiga, comprendiéndose las citas de artículos periodísticos y colecciones periódicas bajo la forma de
revistas de prensa.
2) Se reserva a las legislaciones de los países de la Unión y de los Arreglos particulares
36
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En cuanto al inicio de la protección por el derecho de autor, basta con que exista una
creación protegible. Es decir, existe desde que hay algún tipo de creación que pueda
calificarse como original, no importa su destino. Podrá luego ser perfeccionada,
terminada, modificada por su autor, pero desde que comienza a existir una creación hay
protección.
Los derechos de explotación del autor tienen una duración de toda la vida del autor más
un lapso posterior a su mierte de cincuenta años en el Uruguay. En muchos otros países
(esta es la tendencia muncial actual) la duración del lapsus post morten auctoris es de
setenta años. Una vez vencido el plazo mencionado, las obras caen en el dominio público.
Es decir, yo no hay derechos privados para su explotación, no hay que pedir autorización
a nadie para ejercer facultades como las definidas de explotación o patrimoniales.
Los derechos morales son perpetuos. No dependen de la duración de la vida del autor, ni
de ningún plazo posterior. Serán ejercidos por sus descendientes o por las autoridades
del Estado de origen de la obra.
existentes o que se establezcan entre ellos lo que concierne a la facultad de utilizar lícitamente, en la
medida justificada por el fin perseguido, las obras literarias o artísticas a título de ilustración de la
enseñanza por medio de publicaciones, emisiones de radio o grabaciones sonoras o visuales, con tal de
que esa utilización sea conforme a los usos honrados.
3) Las citas y utilizaciones a que se refieren los párrafos precedentes deberán mencionar la
fuente y el nombre del autor, si este nombre figura en la fuente.
Artículo 10bis
[Otras posibilidades de libre utilización de obras : 1. De algunos artículos y obras radiodifundidas; 2.
De obras vistas u oídas en el curso de acontecimientos de actualidad]
1) Se reserva a las legislaciones de los países de la Unión la facultad de permitir la
reproducción por la prensa o la radiodifusión o la transmisión por hilo al público de los artículos de
actualidad de discusión económica, política o religiosa publicados en periódicos o colecciones periódicas, u
obras radiodifundidas que tengan el mismo carácter, en los casos en que la reproducción, la radiodifusión o
la expresada transmisión no se hayan reservado expresamente. Sin embargo habrá que indicar siempre
claramente la fuente; la sanción al incumplimiento de esta obligación será determinada por la legislación del
país en el que se reclame la protección.
2) Queda igualmente reservada a las legislaciones de los países de la Unión la facultad de
establecer las condiciones en que, con ocasión de las informaciones relativas a acontecimientos de
actualidad por medio de la fotografía o de la cinematografía, o por radiodifusión o transmisión por hilo al
público, puedan ser reproducidas y hechas accesibles al público, en la medida justificada por el fin de la
información, las obras literarias o artísticas que hayan de ser vistas u oídas en el curso del acontecimiento.”
49
Acaso pueden verse situaciones relacionadas con fotografías de las obras... pero desconozco sentencias
al respecto.
37
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Hay otro mecanismo típico del derecho de autor y de los derechos conexos, que genera
también una presunción de autoría o titularidad. Se trata de establecer ciertos símbolos,
establecidos en convenios internacionales y que se reflejan en las diversas leyes
nacionales la mayoría de las veces.
Nos referimos al símbolo © , que surge a nivel internacional con el Convenio de Ginebra
de protección de los derechos de autor de 1950. Nuestra ley establece que basta con que
se ponga el nombre del autor más dicho símbolo para generar una presunción de autoría
que es oponible a terceros. Se agrega, además, el año en el que se llevó a cabo la obra.
Los terceros deben respetar y tomar como verdadera la afirmación que se hace a través
del símbolo, mientras no se implemente la prueba que deje sin efecto dicha afirmación.
50
Esta sería la forma en la cual cualquier arquitecto se declara autor de una creación, ya sea poniendo tal
expresión en un plano o incluso en un lugar usual de créditos del edificio que pueda haber. También se usa
el símbolo “F” para fonogramas, “P” representando a productor. Siempre rodeadas las letras de un círculo.
51
Otros sistemas similares:
- ISMN: International Standard Music Number / Número Musical Estándar Internacional
- ISAN: International Standard Audiovisual Number / Número Audiovisual Estándar Internacional
- IBSN: Internet Blog Serial Number / Número de Serie de Blogs de Internet.
38
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1 Para registrar una obra, cualquier sea, en Uruguay hay que hacer el trámite ante el
Registro de la propiedad literaria y artística (creado según artículo 53 de la ley Nº 9.739) ,
que físicamente se encuenra en la Biblioteca Nacional52.
2 Corresponde presentar:
2 ejemplares de la obra, o contrato original de cesión de derechos con copia, según
corresponda.
Completar la solicitud de inscripción (en la propia oficina).
Abonar tasa de inscripción, equivalente al 75% de una UR.
Efectuar la publicación de un edicto (cuyo texto proporciona la oficina) en el Diario Oficial
durante 10 días.
Presentar la publicación del edicto.
Las secciones del registro, según el artículo 3º del Decreto, serán las siguientes:
a. Registro de obras
b. Registro de interpretaciones o ejecuciones
c. Registro de fonogramas
d. Registro de transmisiones o cesiones de derechos patrimoniales de autor
e. Resoluciones administrativas y judiciales en materia de Derechos de Autor.
El Consejo de Derechos de Autor podrá determinar otra forma de llevar el Registro, así
como disponer la creación de otras secciones que considere convenientes para el mejor
cumplimiento de su cometido.
Asimismo, podrá disponer que el registro se documente por medios cibernéticos que
garanticen la plena preservación de toda la información.
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Establece con gran detalle el decreto, artículo 8º que el Registro extenderá un recibo por
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los documentos que se presenten para su inscripción, con los datos que identifiquen la
obra —así como su transmisión, transferencia o cesión si de eso se tratara— y por el
pago de la correspondiente tasa de inscripción y del importe de las publicaciones, en el
caso que fuere necesario.
Por su parte, establece el artículo 9° que una vez recibida la solicitud de inscripción —
salvo en el caso de la Sección Transmisiones y Cesiones—, el Registro de Derechos de
Autor dispondrá la realización de una sola publicación de la solicitud en el ‘Diario
Oficial’ a la mitad de la tarifa vigente, que será pagada por el interesado. El edicto deberá
comunicar el género de la obra inscripta, el título, el autor y los demás datos que sean
necesarios para individualizarla.
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PLAZO 30 días
desde publicación SIN OPOSICIÓN
Inscripción DEFINITIVA
EXPEDICIÓN de CERTIFICADO
CON OPOSICIÓN
(Procedimiento Administrativo)
Resuelve CONSEJO DE
DERECHOS DE AUTOR
sin recurrir
Admite REGISTRO
presentan
recurso
NO ADMITE REGISTRO
No Admite REGISTRO
No hay posibilidades de recurso
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En el derecho uruguayo, se entiende por marca “todo signo con aptitud para distinguir los productos o
servicios de una persona física o jurídica de los de otra”, según dispone el artículo 1º de la ley.
Este concepto comprende tanto a signos visibles como no visibles, los cuales serán protegibles por el
registro cuando sea posible, en función de la disponibilidad de medios técnicos adecuados que
determinará y reglamentará el Poder Ejecutivo por decreto, artículo 2º. Comprende también a las
frases publicitarias, tal como expresamente declara el artículo 3º.
La determinación del concepto legal de marca se completa con la enumeración de las causales de
nulidad absoluta y relativa de los registros marcarios que establecen, definitivamente, cuáles signos
serán protegibles.
Constituyen causal de nulidad absoluta, por lo que no podrán ser considerados como marcas los
siguientes signos que enumera el artículo 4 de la ley de marcas:
43
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las personas públicas no estatales, de las Sociedades con participación del Estado y en los casos del
artículo 73 y siguientes de la ley;
2) los signos que reproduzcan o imiten monedas, billetes o cualquier medio oficial de pago,
nacionales o extranjeros, así como los diseños o punzones oficiales de controlar y garantía adoptados
por el Estado;
3) los emblemas destinados a la Cruz Roja y al Comité Olímpico Internacional, signo que cuentan,
respectivamente, con sendos tratados internacionales que protegen y reglamentan su uso;
4) las denominaciones de origen, las indicaciones de procedencia y cualquier nombre geográfico que
no sea suficientemente original y distintivo respecto a los productos o servicios a los que se aplique, o
que su empleo sea susceptible de crear confusión con respecto al origen, procedencia, cualidades o
características de los productos o servicios para los cuales se use la marca;
5) la forma que se dé a los productos o envases, cuando reúna los requisitos para constituir patente
de invención o modelo de utilidad conforme a la ley;
6) los nombres de las variedades vegetales que se encuentren registradas ante el Registro de
Propiedad de Cultivares, creado por la Ley Nro. 16.811 de 12 de febrero de 1997, respecto de dichas
variedades en la clase correspondiente;
8) el color de los productos, y los envases y las etiquetas monocromáticos. Podrán usarse, sin
embargo, como marcas, las combinaciones de colores para los envases y las etiquetas;
9) las denominaciones técnicas, comerciales o vulgares, que se empleen para expresar cualidades o
atributos de los productos o servicios;
10) las designaciones usualmente empleadas para indicar la naturaleza de los productos o servicios o
la clase, el género o la especie a que pertenecen;
11) las palabras o locuciones que hayan pasado al uso general, y los signos o diseños que no sean
de fantasía, es decir, que no presenten características de novedad, especialidad y distintividad;
12) las palabras o las combinaciones de palabras en idioma extranjero cuya traducción al idioma
español esté comprendida en las prohibiciones de los numerales 9, 10 y 11 precedentes;
13) los dibujos o expresiones contrarios al orden público, la moral o las buenas costumbres;
14) las caricaturas, los retratos, los dibujos o las expresiones que tiendan a ridiculizar ideas, personas
u objetos dignos de respeto y consideración.
Los signos que se encuentren comprendidos en los numerales 9º), 10), 11) y 12) arriba enumerados,
podrán formar parte de un conjunto marcario, pero sin derechos privativos sobre los mismos, tal como
lo dispone el artículo 7º.
Además, cuando una palabra o expresión comprendida en los numerales mencionados haya
adquirido probada fuerza distintiva respecto de un producto o servicio asociado a una determinada
persona física o jurídica, será admitidos como marca para esa personas física o jurídica y respecto de
esos productos o servicios, artículo 8. A tales efectos, el artículo 11 del decreto reglamentario
determina que se entiende por fuerza distintiva “el hecho de que el signo haya perdido su significado
literal en la mente del público, asociándose instantáneamente con el producto o servicio del
solicitante, ya sea porque se haya usado públicamente durante un largo tiempo o porque se haya
usado con la suficiente intensidad y exclusividad que den por configurada la hipótesis”.
Extinguido el registro concedido al amparo de lo dispuesto por el inciso precedente, no podrá volver a
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ser registrado por terceros a menos que pruebe fehacientemente la readquisición de dicha calidad.
Por su parte, constituyen causales de nulidad relativa y no podrán ser registrados como marcas, los
signos que enumera el artículo 5º:
1) las banderas, los escudos, las letras, las palabras y demás distintivos que identifiquen a los
Estados extranjeros o las entidades internacionales e intergubernamentales, siempre que su uso
comercial no esté autorizado por certificado expedido por la oficina correspondiente del Estado u
organismo interesado;
2) las obras literarias y artísticas, las reproducciones de las mismas y los personajes de ficción o
simbólicos que merezcan la protección por el derecho de autor, excepto que el registro sea solicitado
por su titular o por un tercero con su consentimiento;
3) los nombres o los retratos de las personas que vivan, mientras no se obtenga su consentimiento, y
los de los fallecidos mientras no se obtenga el de quienes hayan sido declarados judicialmente sus
herederos, entendiéndose por nombres, a los efectos de esta disposición, los de pila seguidos del
patronímico, así como el solo apellido, los seudónimos o los títulos en cuanto individualicen tanto
como aquellos;
4) el solo apellido cuando haya mediado oposición fundada de quienes lo llevan, a juicio de la
autoridad administrativa;
6) los signos o las palabras que constituyen la reproducción, la imitación o la traducción total o parcial
de una marca notoriamente conocida o de un nombre comercial;
7) las palabras, los signos o los distintivos que hagan presumir el propósito de verificar concurrencia
desleal;
8) Los signos y las indicaciones que encubran o simulen el origen, la calidad, la naturaleza, las
características, la utilidad, la aptitud o la procedencia de los productos o de los servicios 53.
Las marcas, además, deberán ser claramente diferentes a las que se hallen inscriptas o en trámite de
registro para evitar confusión, tanto respecto de los mismos productos, como respecto de productos o
servicios concurrentes, artículo 6º.
Un caso típico, que hoy prácticamente no se discute en el mundo lo constituye el conocido como
"trade dress". Se trata de la presentación comercial de un empresario en el mercado: el conjunto
integrado de los colores que utiliza en la decoración, la puesta del mobiliario, el uniforme de su
personal, la forma como se pintan los vehículos de trabajo. Todo ello puede hoy registrarse como
marca en tanto cumpla con la nota de aptitud distintiva que exige la ley.
El camino lo están afianzando los colores per se, las marcas sonoras. La marca olfativa, a pesar de
excepciones en cuanto a su admisión - como en la experiencia americana y en algún otro país -
todavía no es admisible en el Uruguay.
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Numeral 8 agregado por Ley Nº 18.172 de 31 de agosto de 2007, art. 193
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Por ejemplo, cuando se trata de locales comerciales que tienen una fachada e incluso una
disposición interior predeterminada, se puede hablar perfectamente de su registro como
marca del producto o servicio que allí se comercializa. Ha sido el caso de kioskos de
fotografías54 o restaurantes55, tiempo atrás, en el Derecho norteamericano.
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Por supuesto que el arquitecto podrá elegir y registrar los signos que considere
apropiados, como marca para la prestación de su servicio profesional o empresarial como
arquitecto. Se trata en este caso de una aplicación común del Derecho marcario.
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En el Derecho uruguayo encontramos la referencia en el artículo 5, numeral 2, de la Ley de Marcas
17.011.
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Invención es la solución a un problema técnico. No todas las invenciones pueden dar origen a un
derecho de exclusiva. Es decir, no todas las invenciones son patentables pues deben cumplir ciertos
requisitos que establece la ley y, además, como veremos en el numeral siguiente, no deben estar
excluidas del campo de la materia patentable.
De esta forma, el artículo 8 determina que se podrán patentar las invenciones de productos o
procedimientos:
El artículo 9º dispone que una invención será considerada novedosa “cuando no se encuentre en el
estado de la técnica”.
El estado de la técnica es “el conjunto de conocimientos técnicos que se han hecho públicos antes
de la fecha de presentación de la solicitud de patente o, en su caso, de la prioridad reconocida,
mediante una descripción oral o escrita, por la explotación, o por cualquier otro medio de difusión o
información, en el país o en el extranjero, en forma de poder ser ejecutados.”
- la fecha de prioridad invocada en la solicitud, es decir la fecha en la cual se presentó esa creación
en otro Registro, la cual no puede ser superior a un año, según las pautas del Convenio de París.
Precisa la ley que deberá también considerarse comprendido dentro del estado de la técnica “el
contenido de una solicitud en el trámite en el país cuya fecha de presentación o, en su caso, de
prioridad, fuese anterior a la de la solicitud que se estuviese examinando, siempre que ese contenido
quede incluido en la solicitud anterior cuando ella fuese publicada.”
La novedad, según el artículo 10 no se verá afectada por la divulgación de la creación que se realice
dentro del año que precede a la fecha de la presentación de la solicitud o de la prioridad que se
invoque, en caso que el acto de divulgación derive, “directa o indirectamente, de actos realizados por
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A su tenor, la invención supone actividad inventiva “cuando dicha invención no se deduzca en forma
evidente del estado de la técnica para un experto en la materia.”
Otro aspecto fundamental para determinar cuándo puede haber patente de invención es la
determinación de la materia patentable.
Las invenciones patentables pueden provenir de cualquier sector tecnológico. Tal es el principio
general. No obstante, la legislación uruguaya (como casi todas las demás) excluyen determinadas
creaciones de la posibilidad de ser patentables por razones conceptuales o de política legislativa.
Por lo tanto, para precisar el concepto de invención patentables, debemos tener presente otros dos
artículos.
En primer lugar, el artículo 13, que enumera creaciones que no se considerarán invenciones para
nuestra ley. Estos son:
B) las plantas y los animales, excepto los microorganismos, y los procedimientos esencialmente
biológicos para la producción de plantas o animales, con excepción de los procedimientos no
biológicos o microbiológicos;
C) los esquemas, los planes, las reglas de juego, los principios o los métodos comerciales, contables,
financieros, educativos, publicitarios, de sorteo o de fiscalización;
D) las obras literarias o artísticas, o cualquier otra creación estética, así como las obras científicas;
En segundo lugar, hemos de tener presente el artículo 14 que determina que determinadas
creaciones, aún cuando pudieran ajustarse al concepto y requisitos de patentabilidad establecidos, no
serán protegidas en nuestro país por el régimen de patentes.
Estos son:
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B) Las invenciones contrarias al orden público, las buenas costumbres, la salud pública, la nutrición
de la población, la seguridad o el medio ambiente”
En nuestro sistema de patentes no se admite el patentamiento de un nuevo uso, tal como consagra el
artículo 15. Es decir que, si se atribuye a una creación patentada un uso distinto de aquél que
originalmente se le atribuía y fue declarado en el momento de registro, no podría concederse – por
ese nuevo uso – una nueva patente.
No obstante, nada impide que en el proceso técnico del arquitecto se puedan elaborar
soluciones innovadoras para determinados problemas, con actividad inventiva y aplicación
industrial. Es decir, lo que en el plano tecnológico resulte innovador del trabajo del
arquitecto y cumpla con los requisitos legales, podrá ser objeto de este tipo de
protección .
En el caso de modelo de utilidad se califica la innovación en las formas consistente en dotar de mayor
funcionalidad a un objeto, utensilio o herramienta, ya conocido. Implica un avance, pero no
necesariamente de la jerarquía o altura inventiva de la patente de invención.
Encontramos la gran diferencia en cuanto al nivel de creación exigida. Según el inciso 3° del mismo
artículo, un modelo de utilidad para ser patentable deberá implicar una mínima actividad inventiva.
Esta es la nota que diferencia la exigencia de innovación entre patentes y modelos de utilidad.
En cuanto a las innovaciones que pueden considerarse amparadas por la misma solicitud, el artículo
82 establece que la solicitud de modelo de utilidad sólo podrá referirse a un objeto, sin perjuicio de
que pueda comprender dos o más partes que funcionen como un conjunto unitario. Podrán
reivindicarse varios elementos o aspectos de dicho objeto en la misma solicitud. De esta forma
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también respecto del modelo de utilidad se consagra el principio de “unidad” de la creación, en forma
análoga a la patente de invención.
El concepto de modelo de utilidad de complementa con la disposición contenida en el artículo 83, que
enuncia cuáles creaciones no pueden ser objeto de protección mediante una solicitud de patente de
modelo de utilidad:
“A) Los cambios de forma, dimensiones, proporciones o material de un objeto, a no ser que tales
cambios modifiquen sus cualidades o funciones.
C) Los procedimientos.
D) La materia excluida de protección por patente de invención de conformidad con la presente ley.”
De manera similar al punto anterior, corresponde afirmar que la creación estética como tal
se encuentra alejada conceptualmente y expresamente excluída de la posibilidad de ser
patentable también como modelo de utilidad.
Producto de este sistema, en todas las Oficinas de Patentes existen bases de datos
disponibles para la consulta pública.
De esta forma, cualquier persona puede consultar las bases para conocer los avances
tecnologicos en áreas determinadas, así como para saber si un determinado avance se
encuentra patentado en determinado país, porque las patentes sólo están vigentes en el
país que las concede.
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cualquiera que la pueda implementar, aplicar, como lo sern en todos los países donde no
está protegida.
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3 Diseño industrial
El artículo 86, que encabeza el Título de la Ley dedicado a regular las denominadas “patentes de
diseños industriales”, expresión moderna como se conoce hoy al instituto en nuestro derecho,
consagra su concepto legal.
Según el inciso primero de esta norma “Considéranse diseños industriales patentables a las
creaciones originales de carácter ornamental que incorporadas o aplicadas a un producto industrial o
artesanal, le otorgan una apariencia especial.”
a. originalidad;
b. carácter ornamental;
c. aplicación industrial;
d. exterioridad.
Si bien la originalidad es la nota típica para la caracterización de las obras artísticas, la adopción de
esta expresión, que se encontraba ya en la legislación precedente no implica un alejamiento de los
requisitos propios de la propiedad industrial. Sigue siendo requisito de registración la novedad, de
alcance mundial, tal como consagra el numeral A) del artículo 89. Por su parte, el artículo 90 de la ley
agrega que “No afectará la novedad la divulgación del diseño realizada dentro de los seis meses que
preceden a la fecha de presentación de la solicitud o de la prioridad que se invoque, siempre que
aquélla derive directa o indirectamente, de actos realizados por el diseñador, sus causahabientes o
terceros.” Esta disposición facilita la defensa de los derechos ante una apropiación de la creación,
atendiendo que es común en el ámbito de los diseñadores la realización de exposiciones. Por otra
parte, se incorpora de esta forma la norma internacional del Convenio de París que consagra tal
derecho.
En cuanto al carácter ornamental, función individualizante del instituto, el inciso segundo del artículo
86 establece que “Ese carácter ornamental puede derivarse, entre otros, de la forma, la línea, el
contorno, la configuración, el color y la textura o el material.”. La disposición no restringe la
manifestación de la expresión plástica que puede cumplir la requerida función ornamental,
simplemente enumera – también recurriendo a elementos muy generales – diversas posibilidades.
La aplicación industrial, a un producto industrial o artesanal, es exigencia generalizada para todos los
institutos de la propiedad industrial. Implica la efectiva multiplicación de la forma que se trata en la
elaboración de bienes destinados al mercado.
En cuanto a la nota de exterioridad con la característica de “especialidad”, no hace sino afirmar que
se trata de una creación que ha de ser percibida como ornato del producto y que, para su protección,
debe distinguirse de otras que pudieran existir previamente.
El concepto legal de diseño se complementa con las exclusiones consagradas expresamente por el
artículo 89, que recoge las previstas en la legislación anterior con algunas precisiones y agregados.
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B) Diseños que carezcan de forma o aspecto original por presentar solamente diferencias de carácter
secundario respecto de creaciones ya registradas bajo este régimen.
Esta enunciación de materia excluida de la registración como diseño, reitera los contenidos de la
normativa anterior.
- marcas, pues a través de la protección marcaria si bien hay que hacer un trámite
administrativo (con su correspondiente costo), se obtiene una protección indefinidamente
renovable cada diez años y no una protección a término como es la del diseño industrial
(10 más 5 años, como máximo y luego el dominio público).
Será útil el recurso a diseño industrial para el caso que se quiera cubrir cuestionamientos
de originalidad o aptitud distintiva que la solución ornamental pueda tener en sí misma.
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Es importante tener claro que para que un conjunto de conocimientos pueda calificarse como secretos
o confidenciales no deben encontrarse en el dominio público, no deben ser de conocimiento popular y
tamposo debe ser accesible.
A su vez se utilizan muy diversas expresiones para hacer referencia a la información secreta que
dispone una empresa en el mercado. Se habla de secreto comercial, secreto empresarial o secreto
industrial.
No existiendo en nuestro derecho una normativa orgánica específica sobre el secreto, los
conocimientos confidenciales o la información no divulgada, se debe recurrir a diversas formas de
protección generales.
En primer lugar, encontramos la protección contra los actos de competencia desleal. La apropiación
de conocimientos secretos o know how de un operador del mercado, en su concepto de conocimiento
secreto, es un acto deshonesto. Por lo tanto, para nuestro derecho constituye un acto de competencia
desleal.
Cuando se vulnera un secreto industrial, en el entendido que se puede estar ante un acto de
competencia desleal, se podrán accionar los mecanismos generales de derecho respectivos.
En segundo lugar, podemos hacer referencia a la tutela penal del secreto, es decir, a normativa del
Derecho Penal. Tratándose de tecnología que pueda calificarse como secreta cabe la aplicación de
las normas de derecho penal que tutelan el secreto profesional.
Entre los delitos contra la inviolabilidad del secreto, el artículo 302 del Código Penal uruguayo de
1934, sanciona a quien "sin justa causa revelare secretos que hubieran llegado a su conocimiento, en
virtud de su profesión, empleo o comisión". El infractor será castigado, cuando el hecho causare
perjuicio, con pena de multa.
Dentro de esta figura penal está incluida la información no divulgada, tal como la caracteriza el
artículo 39 ADPIC.
En tercer lugar, hemos de referirnos – ya fuera del ámbito sancionatorio, a las regulaciones
voluntarias que se pueden establecer a través de acuerdos o pactos de confidencialidad. A través
de la obligación de guardar secreto o pacto de confidencialidad tambiénpuede estructurarse la
protección de información que sea confidencial o secreta.
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expresamente, puede considerarse amparado el secreto industrial, constando la mera referencia a tal
calidad.
Sin embargo, estimamos preferible la existencia de un acuerdo expreso, pues delimita derechos y
obligaciones de las partes, y además porque:
b. la contraparte, no puede aducir que no sabía que determinada información era confidencial o
secreta.
Otra de las ventajas de la celebración de un contrato es que puede incluirse una cláusula
compromisoria para activar el recurso al arbitraje en caso de litigio y no afectar el secreto de la
información ventilando la cuestión judicialmente.
Para que sea realmente útil el contrato la referencia o descripción de la información que se considera
secreta o que constituye el objeto de la obligación de no divulgar, deberá ser precisa. La precisión no
implica detalle, sino que el área que se trate no deberá generar dudas. De todas formas, como los
contratos deben cumplirse de buena fe, sobre la base de este principio se calificarán las dudas que se
pudieran plantear.
Evidentemente, se destaca la función tuitiva de estos pactos desde la perspectiva del dador de
tecnología. En el marco temático, no constituye tema menor el interés de la empresa en vías de
desarrollo y los intereses del país en el cual ésta se emplaza.
Los conocimientos secretos, en el caso del trabajo del arquitecto, están relacionados con
la forma de realizar sus creaciones, con el know how utilizado. Desde el punto de vista de
los conocimientos, por otra parte, no todo es específicamente un conocimiento
tecnológico industrial – que podrá ser patentable o no -. También podrá tratarse de
tecnología comercial o de organización.
En estos casos, en cuanto no resulte evidente del propio resultado, también podría
recurrir a la protección por medio del secreto.
Para ello habrá de tenerse en cuenta que el tratamiento que se haga a esos
conocimientos deberá reflejar la intención de protegerlo como secreto. Es decir, deberá
ser debidamente reservado a algunos y con quienes los comparta deberá acordar
contractualmente la obligación de reserva.
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§ 4 - EN DEFINITIVA
Entre las carencias en comparación con los preceptos del Derecho Comparado, hemos de
mencionar que nuestra normativa no regula nada respecto de estas obras en función de
requerimientos del propietario (como realizan otras legislaciones). Una pauta equilibrada
solucionaría conflictos que se producen, muchas veces injustamente para alguna de las
partes involucradas.
El tema es importante desde la visión de múltiples intereses. Sin dudas, desde los del
autor arquitecto, pero también desde los propietarios del soporte material de dichas obras,
que en caso de una reglamentación equitativa tendrán seguridad respecto de la extensióin
de sus derechos.
58
En: “UIA ACCORD ON RECOMMENDED INTERNATIONAL STANDARDS OF PROFESSIONALISM IN
ARCHITECTURAL PRACTICE”, Third Edition, December 2006, especialmente págs. 22 y 79 a 81.
http://apaw.uia-architectes.org/ang/compartida/webuia/apaw/pdf/UIAAccordAng.pdf (acc. 29/03/2014)
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ANEXOS
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ANEXO 1 –
Síntesis sobre conceptos y normas legislativas PI en Uruguay
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Las normas fundamentales del sistema marcario uruguayo están contenidas en la Ley Nº
17.011 de 25 de setiembre de 1998 sobre marcas, nombres comerciales e indicaciones
geográficas y el Decreto reglamentario de esta Ley, de 3 de febrero de 1999.
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También es Estado Parte del Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor (TODA) de 20
de diciembre de 1996 y declaraciones concertadas relativas al mismo (aprobado por Ley
Nº 18.036 de 20 de octubre de 2006), así como del Tratado de la Organización Mundial de
la Propiedad Intelectual sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas (TOIEF) de 20 de
diciembre de 1996, y declaraciones concertadas relativas al mismo (aprobado por Ley Nº
18.253 de 20 de febrero de 2008).
Uruguay también ha aprobado, muchos años atrás una serie de Convenciones integrantes
del conocido como Sistema Interamericano del Derecho de Autor: - Tratado sobre la
propiedad literaria y artística (Montevideo 1889) y su Protocolo Adicional; - Convención
sobre Derechos de Autor (Buenos Aires, 1910); - Tratado sobre Propiedad Intelectual
(Montevideo, 1939). Este sistema no ha sido derogado, aunque ha sido superado por
disposiciones internacionales posteriores de alcance mundial.
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ANEXO 2
PROTECCIÓN GENERAL
Trabajo del Arquitecto – protegible por el régimen de la Propiedad Intelectual tanto como
creación estética, como en cuanto a funcionalidades o aspectos técnicos innovadores. En
cada caso deberá cumplirse con los requisitos legales correspondientes.
DERECHO DE AUTOR
Obra protegida.
Sujeto protegido
Es autor cada persona que exprese su personalidad en la creación, ya sea una sola
persona o un conjunto de ellas. Si son más de uno los autores, se tratará de una obra en
colaboración y el régimen de retorno económico correspondiente será por igual, a menos
que se pacte otra cosa entre los colaboradores.
Como todo autor, el creador o los creadores de obras arquitectónicas tienen derechos:
- morales, que surgen de su calidad de creador persona física, como ser: paternidad,
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Cuando una persona encarga una obra a otra, a cambio del pago de un emolumento (sea
honorarios o salario, según la relación de encargo o laboral) conviene pactar claramente
el alcance del desplazamiento de los derechos de explotación a quienes encargan la
creación. Los derechos morales nunca se transfieren contractualmente.
MARCAS
Una marca, como signo dirigido al mercado sobre un producto o servicio, también puede
consistir en una forma tridimensional arquitectónica. Hay formas de obras distintivas de
edificios o de parte de ellos como techos, por ejemplo, que se han registrado como
marcas. No es lo más frecuente, pero cada vez son más los casos.
Por supuesto que la actividad profesional, empresarial de construcción también puede ser
objeto de marca de servicios, de la que sea.
PATENTE DE INVENCIÓN
MODELOS DE UTILIDAD
DISEÑO INDUSTRIAL
Las formas estéticas sean bi o tridimensionales que atribuyan carácter ornamental a una
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obra arquitectónica pueden ser protegidas como diseño industrial, en tanto tengan
originalidad, novedad y sea susceptibles de reproducción (aplicación industrial).
En este caso, el límite para tal posibilidad, viene dado en el Derecho uruguayo por la
consideración (o interpretación) que se tenga de la forma arquitectónica que se trate como
“creación de bellas artes”, exclusión prevista en la normativa de diseño industrial.
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ANEXO 3
BIBLIOGRAFÍA
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DESBOIS, Henry, “Le Droit d’Auteur en France”, 3ra. ed.,Paris: Sirey, 1978.
DESSEMONTET, Francois, “Le droit d’auteur”, Lausanne: Cedidac, 1999. (cit. “Le droit
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LUCAS, A., LUCAS, H.-J., “Traité de la Propriété Littéraire & artistique”, Paris: LITEC, 1994.
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MORALES, Marta , “Los expertos: en defensa de la paternidad del artista, pero también
del bien común”,
http://gara.naiz.info/paperezkoa/20080224/64252/es/Los-expertos-defensa-paternidad-
artista-pero-tambien-bien-comun
(acc.1/enero/2014)
VALBUENA GUTIÉRREZ, José Antonio, “Las obras o creaciones intelectuales como objeto el
derecho de autor”, Granada: Comares, 2000.
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ANEXO 4
Abreviaturas
UK - United Kingdom
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1 Patente de invención, USA: inventora Anna Keichline, la primer mujer que fue
arquitecta registrada en Pennsylvania, USA, que – además de otras creaciones –
patentó una forma particular de ladrillo, conocido como K Brick, con ciertas
innovaciones tecnológicas, en 1927. (Adjuntamos texto de la patente)
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