Sie sind auf Seite 1von 10

Insuficiencia renal crónica

DOCENTE: Mg. C.D Adelmo Cuentas

INTEGRANTES:
-Castellanos, Maria Soledad
-Sánchez Olivos, Junior
-Córdova, Gian Carlos

CURSO: Medicina II

Ciclo: 6to

Turno: Mañana

Año: 2018
Para mantener la salud de los riñones y evitar la aparición de
insuficiencia renal es importante seguir una dieta equilibrada, beber
diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua, reducir el consumo de alcohol,
y realizar ejercicio con regularidad.

definición

La insuficiencia renal crónica es la pérdida de las funciones del riñón que


vienen reflejadas como un deterioro progresivo, durante más de tres
meses, y generalmente irreversible, del filtrado glomerular por debajo
de 60 ml/min/1.73 m2 o por la lesión de los riñones en su estructura.

causas

En algunos casos se desconoce cuál es el mecanismo que ha dado


origen a la insuficiencia renal, pero sus causas, o mejor dicho, las
enfermedades más frecuentes asociadas al desarrollo de la enfermedad
renal crónica son:

 Diabetes. Esta enfermedad puede provocar una alteración en los


riñones que constituye la principal causa de fallo renal crónico. Hasta
en un tercio de los pacientes diabéticos se acaba produciendo una
situación de insuficiencia renal crónica, tanto en la diabetes tipo I como
en la II.
 Glomerulonefritis: son otras causas de la ERC, a veces hereditarias
como en el síndrome de Alport, otras por virus como los de hepatitis B
y C o el VIH, otras por enfermedades por depósito como el mieloma o
la amiloidosis.
 Vasculitis: son procesos autoinmunes que atacan especialmente a los
vasos sanguíneos que nutren vísceras como el riñón, destacando el
lupus, granulomatosis de Wegener, Goodpasture, etcétera. Otras como
la estrechez o estenosis de la arteria renal pueden inducir el desarrollo
de esta situación.
 Poliquistosis renal.
 Trasplante renal y los tratamientos asociados como la ciclosporina o el
tacrolimus.
 Fármacos: en especial el uso crónico de antinflamatorios no
esteroideos y algunos antibióticos.

Factores de riesgos

Se describen además algunos factores de riesgo para el desarrollo a


largo plazo de insuficiencia renal crónica. Los más conocidos son:

 Hipertensión arterial y alteraciones vasculares.


 Dislipemias (altos niveles de colesterol o triglicéridos en la sangre).
 Antecedentes familiares.
 Litiasis o piedras en los riñones o en uréteres.
 Obstrucciones del sistema urinario, benignas o malignas.
 Edad por encima de 65 años.
 Tumores.
 Infecciones como las sepsis.

Síntomas de la insuficiencia renal


crónica

A diario los riñones filtran unos 180 litros de sangre, y esta capacidad
tiende a conservarse cuando se reduce el filtrado glomerular, aunque la
progresión de la insuficiencia renal crónica produce un deterioro en la
capacidad de las funciones renales.

Como consecuencia de la afectación progresiva del tejido renal, el


número de nefronas disminuye, por lo que las que quedan (residuales)
se ven sometidas a una sobrecarga en sus funciones y aumentan de
tamaño para compensarlo. Este mecanismo se denomina hipertrofia
renal compensadora, y gracias a eso se mantiene el balance de líquidos
en el organismo, pero llega un momento en el que esas variaciones no
son suficientes, y se producen las manifestaciones clínicas. Al disminuir
el número de nefronas, la capacidad de filtrado de la sangre también
disminuye y se presenta poliuria (producción y expulsión de gran
cantidad de orina) y una acumulación de sustancias nitrogenadas en la
sangre.

Se altera también la función hormonal del riñón, que produce menos


eritropoyetina (proteína encargada de la regulación de la producción de
los glóbulos rojos y, por lo tanto, implicada en el transporte de oxígeno
en la sangre) y menos calcitriol (forma activa de la vitamina D
responsable de la absorción del calcio en el organismo). A consecuencia
de esta alteración el paciente desarrollará anemia y un déficit de calcio.

Los síntomas que acompañan a la insuficiencia renal crónica dependen


de la velocidad de instauración y de la fase en que se encuentre la
enfermedad. Cuando el filtrado glomerular se ha reducido a la mitad o
menos de lo normal el paciente se mantiene sin síntomas. Pero cuando
el filtrado se encuentra entre un 25% y un 35% de lo normal, aparecen
las manifestaciones iniciales, porque se empiezan a acumular urea y
creatinina en la sangre.

El diagnóstico en las fases iniciales suele ser casual, debido a una


determinación rutinaria de urea o creatinina, o al estudiar otra
enfermedad, que suele ser la diabetes,
lupus, diabetes, hipertensión, arteriosclerosis… (ya que frecuentemente
se asocia la insuficiencia renal crónica a estas enfermedades).

La evolución de la enfermedad origina un aumento de la urea en sangre


y casi siempre aparecen sus manifestaciones iniciales, siendo las más
frecuentes la hipertensión arterial y la anemia; otras alteraciones
incluyen intolerancia a los hidratos de carbono, aumento del ácido úrico
y de los triglicéridos, y disminución de la capacidad de concentración
urinaria, que hace que el paciente orine mucho, y más de lo normal
también durante la noche (nicturia). A pesar de estas alteraciones los
pacientes al principio se encuentran bien; sin embargo, cualquier
proceso como una infección, una obstrucción urinaria, deshidratación, o
la administración de fármacos que puedan dañar el riñón, puede
deteriorar aún más la función renal y aparecer entonces la
sintomatología florida de insuficiencia renal avanzada.

El síndrome urémico es el estadio final de la evolución de la insuficiencia


renal, y se manifiesta por una afectación de varios órganos a causa de
la retención de sustancias, las alteraciones hormonales, los cambios
metabólicos y los trastornos en el equilibrio de iones. El síndrome
urémico es una entidad grave, y antes de que se empleara el tratamiento
con diálisis y el trasplante, su aparición significaba una muerte a corto
plazo, generalmente a consecuencia de problemas cardiovasculares.

A continuación, se detallan los síntomas más frecuentes de la


insuficiencia renal crónica, clasificados según los órganos que se ven
afectados:

Aparato digestivo
 Anorexia.
 Vómitos matutinos.
 Aliento urémico, característico por tener olor a pescado o amoniaco,
debido a la acumulación de sustancias que deberían ser excretadas
por la orina.
 Diarreas.
 Hemorragia digestiva y úlceras.
 Obstrucciones.
Aparato cardiovascular
 Hipertensión arterial (complicación más frecuente).
 Aterosclerosis generalizada, (el infarto agudo de miocardio es la causa
más frecuente de muerte en estos enfermos).
 Insuficiencia cardiaca, debida a la retención de líquidos.
Sistema nervioso
 Polineuropatía urémica: dolor agudo principalmente en los pies, que
con el tiempo evoluciona a debilidad y atrofia muscular.
 Encefalopatía urémica: somnolencia, confusión y, a veces,
convulsiones, coma y muerte.
 Demencia dialítica por acumulación de aluminio: alteración del estado
mental y la memoria, que puede llevar a la muerte si no se corrige.
 Síndrome de desequilibrio: cuando hay diálisis rápidas o con líquido de
diálisis inadecuado. Puede ocasionar la muerte y debe repetirse la
sesión de diálisis de forma adecuada.
Piel
 Picor.
 Coloración amarillenta, por la acumulación de unas sustancias
llamadas urocromos.
 Alteración en la curación de las heridas.
 Escarcha urémica: restos de polvo blanco tras sudar, debido a la
elevada concentración de urea en el sudor.
Sistema endocrino (alteraciones hormonales)
 Ausencia de menstruación.
 Impotencia.
 Disminución de la libido.
Sangre periférica
 Anemia.
 Infecciones.
 Hemorragias.
Trastornos metabólicos
 Hiperglucemia por intolerancia a la glucosa.
 Aumento de los triglicéridos.
 Descenso de las HDL (“colesterol bueno”).
Trastornos pulmonares
 Edema pulmonar, con alteración de la función respiratoria.
 Pleuritis: complicación terminal, que consiste en inflamación de la
pleura, que es la capa que recubre los pulmones.

El tratamiento de estas dos alteraciones es la diálisis.

Trastornos reumatológicos
 Debilidad muscular.
 Artritis.
Trastornos del agua y la sal
 En fases iniciales puede haber pérdidas de sodio y agua, al haber
problemas para concentrar la orina. Sin embargo, en fases avanzadas
puede ocurrir lo contrario, es decir, retención y aumento de sodio y
agua
Alteraciones en los iones corporales
 Aumento del potasio, aunque se mantiene normal hasta fases muy
avanzadas, y el calcio disminuye, lo cual tiene repercusión sobre los
huesos, pudiendo producir una asociación de patologías denominada
osteodistrofia renal, que engloba afecciones
como osteoporosis, osteomalacia (enfermedad caracterizada por el
reblandecimiento de los huesos por una calcificación defectuosa),
osteítis fibrosa quística (el hueso es sustituido por tejido fibroso),
osteoesclerosis (proliferación de tejido conjuntivo) y alteraciones del
crecimiento óseo.
 La osteomalacia y la osteítis fibrosa quística provocan una tendencia a
las fracturas espontáneas, resultando las costillas los huesos más
afectados.

Diagnóstico de la insuficiencia renal


crónica
El diagnóstico de la insuficiencia renal crónica se basa en las
manifestaciones clínicas que presenta el paciente, así como en las
alteraciones que se pueden apreciar en los análisis de sangre, que
consisten en:

1. Un aumento de la urea por encima de 40 mg/dl.

2. Un aumento de la creatinina por encima de 1,2 mg/dl


3. Un deterioro del filtrado glomerular por debajo de 60 ml/min/1.73
m2. Inicialmente este parámetro puede estar normal y solo
hacerse evidente su disminución en las fases avanzadas.

4. Una disminución de los niveles de hemoglobina,


hematocrito, sodio y calcio, y un incremento de fósforo, potasio y
magnesio, así como de la hormona paratiroidea (PTH).

Asimismo deberá realizarse un análisis de orina donde podremos


obtener datos como la presencia de sangre, de micro cristales,
proteínas, células, y realizar una determinación del índice
albúmina/creatinina. También es de utilidad la recogida de orina de 24 h
para una determinación más exacta y con valor diagnóstico y pronóstico
de algunas proteínas e iones.

En una prueba de imagen (ecografía), se aprecia que el riñón ha


disminuido de tamaño y presenta una alteración en su estructura
habitual. Se observa un adelgazamiento de la corteza renal y puede ser
útil para el diagnóstico de posibles causas como las litiasis, algunos
tumores, quistes, etcétera. Mediante la ecografía doppler se determina
el flujo sanguíneo tanto en la arteria renal como en la vena, permitiendo
estimar una posible estrechez en el aporte sanguíneo.

Tratamiento de la insuficiencia renal


crónica
El tratamiento comienza por corregir la causa que ha ocasionado
esa insuficiencia renal. Esto se puede observar claramente cuando
existe una deshidratación o hipotensión, reponiendo volumen, o
cuando existe una obstrucción, siendo en este caso el empleo de
una sonda.

Cuando se ha producido una afectación importante de los riñones, y


no se ha producido una recuperación tras estabilizar al paciente, se
hace preciso mantener una vigilancia sobre las constantes vitales,
controlar los balances para evitar una sobrecarga, el uso de
medicaciones que se deban ajustar respecto a la dosis o su
supresión si pueden influir negativamente

En ciertos casos recurrir a diuréticos si es necesario aumentar el


ritmo de diuresis o en algunos casos empezar con sustituir la función
renal mediante el empleo de técnicas de diálisis.
Pronóstico

La hemodiálisis es una de las opciones de tratamiento para reemplazar las


funciones renales si los riñones fallan durante el curso de una enfermedad
renal crónica.

El pronóstico de pacientes con enfermedad crónica del riñón vistos como datos
epidemiológicos han demostrado que todos causan aumentos de la mortalidad a medida
que la función del riñón disminuye (índice de mortalidad total). La causa principal de
muerte en pacientes con enfermedad crónica del riñón es por enfermedades
cardiovasculares, sin importar si hay progresión a IRCT.

Mientras que las terapias de reemplazo renal pueden mantener a los pacientes
indefinidamente y prolongar su vida, la calidad de vida es severamente
afectada. El trasplante renal aumenta significativamente la supervivencia de los
pacientes con IRCT cuando se compara a otras opciones terapéuticas. Sin embargo, es
asociado a una mortalidad incrementada a corto plazo (debido a las complicaciones de
la cirugía). Apartando el trasplante, la hemodiálisis doméstica aparece estar asociada a
una supervivencia mejorada y a una mayor calidad de vida, cuando se compara a
la hemodiálisis convencional de tres veces a la semana y a la diálisis peritoneal.
Complicaciones

A medida que progresa la enfermedad renal, el trastorno de las funciones excretoras y


reguladoras de los riñones da lugar a complicaciones que afectan prácticamente a todos
los sistemas orgánicos. Las complicaciones más frecuentes asociadas a la IRC son
hipertensión, anemia, dislipidemia, osteopatía, malnutrición, neuropatía, mayor riesgo de
enfermedad cardiovascular, trastornos funcionales y una reducción del bienestar del
paciente.

La prevalencia y la gravedad de las complicaciones normalmente aumentan con una


TFG <60 ml/min/1,73 m2, es decir, a partir de la IRC etapa 3. No obstante, algunas
complicaciones, incluyendo la hipertensión arterial y la anemia, pueden manifestarse
relativamente pronto en el curso de la enfermedad renal. La prevención y el tratamiento
de las complicaciones es esencial para ralentizar la progresión de la IRC y mantener la
calidad de vida de los pacientes.

Das könnte Ihnen auch gefallen