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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO

División Académica de Ciencias de la Salud

Licenciatura en Médico Cirujano

Introducción a la Propedéutica Médica


Profesor: Dr. Efrén Arquímides Rodríguez Hernández

Unidad 1: Principios y fundamentos de la práctica clínica


Unidad 2: Relación médico-paciente-familia

Alumna: Kenia Crystal González García

Ciclo: Agosto-Diciembre 2018

Villahermosa, Tabasco a 29 de agosto de 2018.


Principios y fundamentos de la práctica médica
La introducción a la propedéutica médica es una materia fundamental en la carrera de
médico cirujano, ya que sienta las bases para el diagnóstico de los padecimientos del
paciente. Se espera que sea un estudiante ideal que posea características que le
permitan desarrollarse en la práctica médica como ser metódico, perfeccionista,
innovador, respetuoso y prudente, además de reconocer sus errores y corregirlos.

Para adentrarse en la materia se requiere conocer los fundamentos teóricos del método
propedéutico para la práctica médica, iniciando por saber los conceptos de salud y
enfermedad. La salud es la interacción de factores relacionados con el individuo, la
comunidad, el ambiente y el agente, reconociendo que los factores exógenos que
influyen en esta son de naturaleza física y psíquica o social. El desequilibrio del
bienestar en el ser humano conlleva a la aparición de signos y síntomas que se
describen en la historia natural de la enfermedad, en la cual el médico debe estar
atento y desarrollar la capacidad de entender la conducta de sus pacientes y saber
ubicar en qué etapa se encuentran los padecimientos que presenta para tomar las
decisiones adecuadas. Lo ideal es que las acciones de salud sean más eficaces y de
mayor alcance, esto se logra cuando se aplican en la etapa más temprana en el curso
de la historia natural de la enfermedad, es decir, en el periodo prepatógeno con la
prevención primaria.

“El sistema de salud existe para que los individuos de una sociedad mantengan durante
el mayor tiempo posible su potencial genético” Chaves. El sistema de salud son las
acciones que ejecutan diversas instituciones para prevenir, dar tratamiento y
rehabilitación a los enfermos. Se subdivide en 3 niveles de atención, siendo el nivel
terciario al que se dirigen los casos que requieren tecnologías avanzadas y
profesionistas especializados. El médico general se ubica en los dos primeros niveles
de atención por lo tanto está en contacto directo con la población. Por lo tanto, no limita
sus actividades a ciertos procesos patológicos ni grupos de edad, es capaz de resolver
un alto porcentaje de problemas patológicos y su responsabilidad es prestar asistencia
médica integral que abarque aspectos curativos, clínicos y quirúrgicos; también conoce
sus limitaciones y canaliza a los servicios especializados los casos que lo requieren.

El método clínico
El método clínico es el núcleo de la medicina que alrededor de él se han presentado
diferentes avances a través del tiempo, comenzando por Hipócrates quien sistematizó
el método clínico con la anamnesis y el examen físico. Las historias clínicas que
registró sientan las bases del método clínico al dar valor al relato ordenado de los
síntomas, los antecedentes personales y familiares, y las condiciones de vida de sus
pacientes.

El método clínico se apoyó en las aportaciones de instrumentos como el termómetro


clínico por Santorio en 1561, la obra Inventum Novum de Auenbrugger en 1761 donde
sistematiza la percusión del tórax, el estetoscopio de Laennec en 1819, el
esfigmomanómetro y el método de auscultación para determinar la presión arterial por
Samuel von Basch (1880) y Riva-Rocci (1896) y Korotkoff (1905), entre otros avances
que se dieron a lo largo de la historia.

Examen clínico y exámenes complementarios


La medicina se considera arte, porque su éxito depende de la habilidad y la técnica
empleada de quienes la practican, y ciencia porque depende de la aplicación de
conocimientos científicos de diferentes ramas del ser humano.

Actualmente existen diversos exámenes complementarios debido a los avances


tecnológicos, por lo que el médico debe desarrollar la capacidad de decidir cuáles son
los más convenientes para el paciente, y no olvidar que la base de la práctica médica
es el diagnóstico y el principal objetivo al examinar un paciente. El examen clínico sólo
permite conocer las hipótesis diagnósticas o un diagnóstico sintomático, para llegar a
un diagnóstico definitivo y completo se hace uso de los exámenes complementarios.

La parte más importante de la actividad médica sigue siendo el examen clínico


constituido por la anamnesis y el examen físico.

Diagnóstico y pronóstico
El diagnóstico también es fundamental para informar no sólo al paciente sino a sus
familiares e incluso instituciones sociales cuyos intereses son laborales, periciales o
médicolegales.

Síntoma se define como una sensación subjetiva anormal que el paciente percibe y el
examinador no puede observar. Signo es un dato objetivo que el examinador puede
observar por medio de inspección, palpación, percusión y auscultación, o reconoce por
estudios complementarios. Síndrome es el conjunto de signos, síntomas o ambas
cosas. La entidad clínica se refiere a una enfermedad reconocida en su totalidad o en
parte y cuyas características le confieren individualidad nosológica.

El diagnóstico clínico es reconocer a una enfermedad según la anamnesis y el examen


físico, así como establecer su pronóstico.

Tipos de diagnóstico:

 Diagnóstico sindromático: el reconocimiento de un síndrome


 Diagnóstico anatómico: por las modificaciones anatómicas observables
 Diagnóstico funcional: refleja la alteración en el funcionamiento de los órganos
 Diagnóstico etiológico: sirve para identificar las causas de las enfermedades
 Diagnóstico de certeza es el diagnóstico exacto
 Diagnóstico diferencial: comprende el análisis comparativo de las diferentes
enfermedades con cuadro clínico semejante para eliminar las menos probables y
así llegar al diagnóstico de certeza
 Diagnóstico principal cuando se presenta más de una alteración se considera el
más importante de las afecciones y los demás son diagnósticos secundarios
 Otros dependen del instrumento que se use: diagnóstico anatomopatológico
(engloba los diagnósticos histológico y anatómico), diagnóstico radiológico,
diagnóstico de laboratorio, serológico, electrocardiográfico, endoscópico,
ecográfico, entre otros.

El pronóstico consiste en prever la evolución de la enfermedad y sus probables


consecuencias, debe considerarse en relación con la vida, las capacidades y la
curación del paciente.

Comunicación con el paciente


El tratamiento del enfermo se debe basar en un diagnóstico bien formulado, lo que
implica definir localización, extensión, mecanismo y causa del padecimiento en los
niveles biológico, psicológico y social. Se deben reconocer las manifestaciones clínicas
en los nivele subjetivo y objetivo, y las características personales del paciente y el
medio social donde vive.

Los datos clínicos se deben recolectar y organizar en: identificación, queja principal,
historia de la enfermedad actual, antecedentes personales y familiares, historia
socioeconómica y cultural, interrogatorio sintomatológico o anamnesis especial y
examen físico.

Los pacientes comunican sus padecimientos a través del lenguaje verbal y no verbal
que el médico debe descifrar. Es importante desarrollar el hábito de dejar al paciente
que hable con libertad, en especial al principio de la entrevista, las intervenciones del
médico se orientan a esclarecer puntos importantes y el interrogatorio dirigido se deja
al final para obtener los datos básicos que falten.

Establecer un diagnóstico es la parte más difícil de la práctica médica, pues requiere de


un razonamiento diagnóstico, es decir, del análisis de los datos clínicos y los resultados
de los exámenes complementarios. Vale la pena recordar los principios de Hutchinson:

1. No seas demasiado astuto


2. Nunca tengas prisa
3. No tengas predilecciones
4. Nunca diagnostiques enfermedades raras
5. Nunca tomes el nombre de una enfermedad por el diagnóstico de la misma
6. No tengas prejuicios
7. No estés demasiado seguro de ti mismo
8. Nunca diagnostiques simultáneamente dos enfermedades en el mismo paciente
9. En los casos crónicos, no dudes de revisar tu diagnóstico de vez en cuando.

Relación Médico-Paciente-Familia
La relación médico-paciente es la parte fundamental de la práctica médica cuando la
medicina se ejerce con una visión humanista; es esencial para la provisión de
asistencia médica de alta calidad en cuanto al diagnóstico y tratamiento de la
enfermedad. Ésta inicia desde que el paciente entra al consultorio, en su tratamiento
hasta su rehabilitación.

Como decía Paracelso: “el médico debe saber lo que hace, cómo lo hace y hacerlo
siempre con amor”, al explorar y comprender el origen y la potencia de las fuerzas
psicológicas implícitas, el médico puede enfrentar mejor las dificultades de la práctica
médica, además de adquirir una visión profunda del paciente como ser humano. La
relación médico-paciente puede clasificarse en diferentes circunstancias por las
características de la enfermedad y su duración en las que las acciones psicológicas del
médico tienen un papel fundamental.

Existen tres niveles o tipos de relación:

 Médico activo / paciente pasivo


 Médico que dirige / paciente que colabora
 Médico que actúa / paciente que participa de manera activa

Los principales fenómenos psicodinámicos de la relación médico-paciente son:


transferencia, que se refiere a los fenómenos afectivo que el paciente pasa a la relación
establecida con el médico y puede ser positiva (cuando el paciente la vive de manera
agradable) o negativa; también puede ocurrir en sentido contrario, del médico al
paciente, de denomina contratransferencia. La resistencia a cualquier factor o
mecanismo psicológico inconsciente que compromete o confunde la relación médico
paciente puede incluso cambiar la transferencia, esto se interpreta como oposición a la
autoridad del médico.

Se ha valorado tanto la formación técnica del médico que se llega a descuidar la


formación humanística del mismo. En la atención de pacientes, el médico debe guardar
para sí su ideología política, religiosa y filosófica sin permitir que estos aspectos
interfieran en su juicio clínico. La devoción por los pacientes es fundamental.

Tipos de médicos
Médico paternalista: es el que asume la posición de padre siendo muy receptivo al
relato de los acontecimientos de la vida personal del paciente, el error está en querer
decidir por él. El médico debe escuchar pero no es de su competencia aconsejar.

Médico agresivo: a veces el médico no puede contener su agresividad y la incluye en el


trato al paciente en forma de hostilidad con palabras ofensivas o una mala atención.
Médico inseguro: este puede ser un rasgo de personalidad de causa genética, cultural,
o ambas. Si el paciente la percibe puede perder la confianza hacia el médico.
Perfeccionar los conocimientos y desarrollar una buena práctica médica dentro de
principios éticos y humanos pueden ayudar a superar la inseguridad.

Médico frustrado: la frustración puede comenzar durante la formación del médico, al


tener ideales totalmente diferentes de la realidad, o la imposibilidad de asumir la
enorme cantidad de conocimientos, incluso la falta de condiciones adecuadas en el
ejercicio de la medicina. Esto se transmite en un trato frío e indiferente hacia el
paciente.

Médico “especialista”: es el médico dedicado a una especialidad pero sin visión de


conjunto adecuada a la medicina y no logra ver al paciente como un todo.

Médico sin vocación: sucede más en médicos que tienen presiones familiares o
fantasías de la carrera, que los llevan a hostilizar a los pacientes que le consultan.

Médico “rotulador”: es el que siempre tiene un rótulo diagnóstico para el agrado del
paciente, da la impresión de seguridad pero casi siempre tiene pocos conocimientos
científicos a pesar de la excelente capacidad de relacionarse con los pacientes.

Médico pesimista: éste tiende a ver mayor gravedad en las enfermedades que la
verdadera, expresa desánimo y desesperanza incluso antes de conocer el diagnóstico.
El sufrimiento emocional se vuelve más intenso que los propios síntomas de la
enfermedad cuando el médico transmite al paciente su pesimismo.

Médico optimista: no ve dificultad en nada, todo le parece sencillo y sin gravedad ya


que no sabe reconocer los casos con mal pronóstico.

Médico autoritario: siempre procura imponer sus decisiones porque cree ser dueño de
la verdad, por lo tanto genera relaciones frágiles y poco durables.

Médico ideal: debe destacar el interés por sus semejantes, respeto a la persona,
espíritu de solidaridad, capacidad de comprensión del sufrimiento ajeno y voluntad de
ayudar. Puede ser un poco paternalista sin olvidar aceptar al paciente como persona
adulta, no debe perder el contacto con la realidad, puede desarrollar otras actividades
pero conservando la medicina como actividad principal, no debe transmitir sus
inseguridades al paciente. Su personalidad debe ser madura y conocer los
mecanismos psicológicos en la relación médico-paciente.

Tipos de paciente
El paciente angustiado: se reconoce por manifestaciones psíquicas y somáticas como
inquietud, voz angustiada, manos frías y sudorosas, taquicardia y boca seca. El médico
debe mostrar seguridad y saber dirigir la entrevista sin precipitar las preguntas.
El paciente sugestionable: siente gran temor de enfermarse, vive consultando médicos
y practicándose exámenes para confirmar su salud.

El paciente hipocondriaco: siempre se queja de síntomas diferentes, consulta al médico


sin motivo concreto y cambia con frecuencia de consultorio, este vive con angustia
somatizada.

El paciente deprimido: muestra desinterés por sí mismo y por su alrededor, expresa


tristeza, llora sin motivo y con facilidad. Debe evaluarse con cuidado el tipo y la
gravedad de la depresión por el riesgo de suicidio.

El paciente eufórico: se manifiesta exaltado, habla y se mueve demasiado, se siente


fuerte y saludable, cambia de tema de manera inesperada y a veces es difícil
entenderlo.

El paciente hostil: sus respuesta pueden traducirse en incompletas e insinuaciones mal


disfrazadas. Es llevado al médico por insistencia de sus familiares, pero contra su
voluntad.

El paciente inhibido o tímido: no encara directamente al médico, se sienta al borde de


la silla y habla en voz baja. Es fundamental mostrar interés por parte del médico a los
problemas del paciente.

El paciente psicótico: se diferencia del paciente neurótico por tener una enfermedad
mental, la cual puede ser una alteración orgánica conocida y demostrable (psicosis
orgánicas) o puede carecer de sustrato orgánico comprobable (psicosis endógenas).

El paciente grave: el estudio clínico debe ser objetivo y se practicarán sólo los
procedimientos estrictamente necesarios. En el examen físico debe procurarse la
comodidad del paciente para no agravar su sufrimiento.

El paciente en etapa terminal: es aquel que sufre una enfermedad incurable en fase
avanzada. La relación médico paciente puede ser difícil y causar sufrimiento emocional
al médico. Las fases por las que pasan estos pacientes al enterarse que están
sentenciados a muerte son cinco: negación, ira, negociación, integración, aceptación.

El paciente con poca inteligencia: el médico debe adoptar un lenguaje más sencillo
para que el paciente lo comprenda.

El paciente sordomudo: la anamnesis debe reducirse a los datos esenciales, a veces


algún familiar sirve de intérprete.

Niños y adolescentes: su comportamiento varía según la edad, los niños por lo general
le tienen miedo a los aparatos. Es fundamental crear un ambiente de confianza.

Los ancianos: su comportamiento varía según su temperamento, desde el primer


momento el anciano debe sentir que es el objeto de atención y respeto, por lo que es
necesario comprenderlos y actuar con paciencia y delicadeza. El médico puede
referirse a experiencias personales evocando la imagen de sus padres o de sus
abuelos.

La profesión médica requiere disciplina y desde temprano el estudiante debe aprender


a imponerse con una madurez emocional.

Bibliografía
Horacio, A. A. (2013). Semiología Médica: Fisiopatología, Semiotecnia y Propedéutica
(Segunda ed.). Panamericana.

Porto, C. C. (2009). Semología médica (sexta ed.). (A. L. Porto, Ed.) Guanabara Koogan.

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