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Educación

ISSN: 0379-7082
revedu@gmail.com
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Araya Umaña, Sandra


Relaciones sexistas en la educación
Educación, vol. 27, núm. 1, 2003, pp. 41-52
Universidad de Costa Rica
San Pedro, Montes de Oca, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44027105

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Revista Educación 27(1): 41-52, 2003

RELACIONES SEXISTAS EN LA EDUCACIÓN

Sandra Araya Umaña

Recibido 8-I-2003 • Aceptado 11-III-2003

Presentación

En Costa Rica y en general en Amé-


rica Latina, los estudios sobre género y
educación no son tan prolíferos como los de
Resumen: La igualdad formal de las mujeres tanto
dentro del sistema educativo como fuera de él no signi- violencia, ciudadanía y derechos de las
fica la erradicación de las relaciones sexistas. La pari- mujeres. A pesar de ello, es innegable la
dad entre los sexos en la matrícula escolar y el repunte existencia de un rico material investigati-
de la presencia femenina en carreras técnicas no ha te- vo (Araya, 2001), que ha visibilizado las
nido un correlato en la transformación de los roles fe-
distintas formas en que opera el sexismo
meninos y masculinos. Es por eso que paridad y trans-
formación genérica son dos aspectos que se ubican en en la institución escolar.
dimensiones de diferente naturaleza, por cuanto la vi- Aunado a lo anterior, los foros mun-
sibilización de las mujeres es una condición necesaria diales sobre mujer, educación y derechos
pero insuficiente para la creación de condiciones que humanos, entre otros, y las denuncias de
posibiliten el surgimiento de nuevas expectativas, cam-
un decidido movimiento de mujeres han
bios de mentalidades y nuevas normas sociales.
Cuatro condiciones societarias prevalecientes en la so- contribuido a la identificación de las dis-
ciedad costarricense y seis expresiones sexistas en la tintas formas en que el proceso sociocultu-
institución escolar constituyen una clara evidencia ral genera un régimen de género (Connell,
que aun falta un largo camino por recorrer. Sin em- 1991) que diseña los destinos de las perso-
bargo, el protagonismo docente a partir de su capaci-
nas según sean mujeres u hombres.
tación en los temas relacionados con el género puede
ser la base a partir de la cual se inicien cambios en el El reto actual, por tanto, no es QUÉ
sistema social y cultural. Es un proceso dialéctico: la sino CÓMO superar las asimetrías exis-
institución escolar se transforma a partir de la resig- tentes entre los sexos.
nificación de la práctica docente y, a la vez, su acción Los planteamientos posteriores pre-
transformadora contribuye con la superación de las
tenden ser una contribución a las respues-
relaciones sexistas en la sociedad.
tas del cómo. Para ello es preciso que en
Palabras clave: Sexismo, Educación. primera instancia hagamos un reconoci-
miento de las principales manifestaciones
del sexismo en la institución escolar y en
la sociedad en general.
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Definiciones preliminares de las relaciones sociales –las que incluyen


relaciones entre hombres y mujeres, entre
La discusión la debemos iniciar con mujeres y entre hombres– así como una
una definición de lo qué es género por voluntad política para cambiar los térmi-
cuanto esta categoría constituye una veta nos de las relaciones, de manera que sea
teórica enriquecedora acerca de la cons- posible la equidad, la igualdad y el empo-
trucción de los procesos socioculturales. deramiento2 de las mujeres (Lagarde, cfr.
Como categoría analítica, el género Guzmán, 1999).
refiere necesariamente al complejo mundo Esta categoría ha sido de suma utili-
de lo social. Su uso destaca la interacción dad (Guzmán, op. cit.) pues:
de un amplio espectro de instituciones eco-
nómicas, sociales, políticas y religiosas co- • Permitió reconocer una diversidad
mo medio para la producción de los códigos de formas de interpretación, simboli-
culturales que guían el comportamiento de zación y organización de las diferen-
los hombres y de las mujeres. cias sexuales en las relaciones socia-
En este sentido, se aleja de los deter- les, creando las condiciones para una
minismos biologistas1 que señalan los crítica a la existencia de una esencia
comportamientos diferenciados de muje- o naturaleza femenina.
res y hombres como producto del sexo ana-
tómico. “Los hombres son agresivos por las • Explicó la dicotomía que presenta a
hormonas”. “Las mujeres son lloronas por los sexos como opuestos, así como
su propia naturaleza”, son explicaciones aquellas formas de comportamiento,
que no encuentran cabida en el análisis de representaciones y valoraciones que
género debido a que más bien son atribui- la cultura identifica como femeninas o
das a la construcción cultural. masculinas, de acuerdo con la asigna-
ción de roles distintos asignados por
El género es el conjunto de ideas, representaciones, cada sociedad a cada uno de los sexos.
prácticas y prescripciones sociales que una cultura de-
sarrolla desde la diferencia anatómica entre los sexos,
para simbolizar y construir socialmente lo que es pro-
• Evidenció que hombres y mujeres no
pio de los hombres (lo masculino) y lo que es propio de son ni idénticos ni intercambiables y
las mujeres (lo femenino) (Lamas, 1999, pág. 84). reconoce que las mujeres enfrentan
mayores obstáculos para el ejercicio
El género apunta también a estudiar de la autonomía.
la relación entre mujeres y hombres como
vínculos de dominación por medio del aná- • Permitió comprender los estereoti-
lisis de las prácticas y de las representacio- pos de género como creencias social-
nes. Por ello no solo implica un compromiso mente compartidas acerca de ciertas
teórico, sino también un compromiso políti- cualidades o rasgos que le son asig-
co cuya consecuencia es la superación de las nadas a las personas en razón de su
asimetrías entre los sexos (Mosconi, 1998). sexo y que, en el caso de las mujeres,
En resumen, el género se puede defi- se han empleado para justificar un
nir como una herramienta teórica para el trato desigual y su subordinación.
análisis de los fenómenos sociales y para
la orientación de las estrategias metodoló- • Explicó el impacto diferencial que
gicas con un alto componente político. tiene en las personas la experiencia
A partir de lo anterior, la perspecti- de ser hombre o mujer en una deter-
va de género supone una acción directa so- minada sociedad y en un momento
bre la sociedad para cambiar los términos histórico particular.
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Desde sus orígenes y hasta la ac- como computación se ha igualado a


tualidad han sido muchos los debates la de los hombres.
acerca del uso del género (De Barbieri,
1996, Guzmán, op. cit.), no obstante, el si- • La permanencia y aprobación de
glo XXI, irrumpe con el claro reconoci- exámenes de 9° y 11° es mayor en
miento de su estatus como categoría ana- las mujeres.
lítica. Si bien el debate acerca de sus al-
cances conceptuales y políticos se ha • La violencia doméstica se ha visibili-
acrecentado desde finales del siglo pasa- zado y definido como un problema de
do –en especial en el mundo anglosajón salud pública.
(Hawkesworth, 1999; McKenna y Kess-
ler, 1999; Connell, 1999; Smith, 1999; • Hay interés estatal y comunal por
Scott, 1999; Lamas 1999)–, su uso cobra desarrollar acciones de capacitación
cada vez más fuerza debido a su carácter laboral y empresarial dirigidas a las
develador de las asimetrías entre los se- mujeres.
xos y porque, como se anotó supra, cons-
tituye una forma de intervenir o actuar En virtud de lo anterior, el término
en la realidad con un claro compromiso sexista podría parecer desconcertante o
para la superación de dichas asimetrías. exagerado. No obstante, el hecho de que
Es innegable que en los últimos las mujeres accedan cada vez más a la
tiempos han existido avances en la condi- igualdad formal, tanto en el sistema edu-
ción social de las mujeres. En el campo po- cativo como fuera de él, no supone que ten-
lítico –derecho a elegir y ser elegidas–, en gan las mismas oportunidades que los
el económico –derecho a heredar y a mane- hombres, sino más bien que las formas de
jar su propio patrimonio, vinculación con discriminación se tornan más sutiles y me-
trabajos remunerados en oficios reserva- nos evidentes, persistiendo diversas mani-
dos para hombres– y en el cultural –vesti- festaciones del sexismo que es necesario
mentas, redistribución de tareas en el ho- desentrañar.
gar, irrupción de mujeres en carreras uni- Manifestaciones sexistas son todas
versitarias tradicionalmente consideradas las formas, condiciones y acciones que en
masculinas–. conjunto y en virtud del sexo de las perso-
Asimismo y según el Estado de la nas, favorecen procesos que obstaculizan o
Nación (2001) hay indicadores muy hala- impiden el desarrollo de cada una de las
güeños acerca de cambios experimentados capacidades y potencialidades de los seres
en nuestro país en los últimos 10 años: humanos.
El sexismo utiliza al sexo como crite-
• En la educación formal, tanto la pú- rio de atribución de capacidades, valora-
blica como la privada, existe paridad ciones y significados creados en la vida so-
en la matrícula total del país. Es de- cial, ordenando a la realidad con los cajo-
cir, 50% de la población estudiantil nes “esto es lo femenino” “esto es lo mascu-
son mujeres y la matrícula en el ám- lino”. El sexismo es una forma de discrimi-
bito universitario comporta una par- nación ya que, como otras discriminacio-
ticipación femenina más alta que la nes es una práctica que tiende a encorsetar
de los hombres. a las personas en parámetros impuestos
(Morgade, 2001, pág. 11).
• La matrícula en los colegios técnicos La diferenciación sexista afecta a las
también se ha equiparado. La pre- mujeres y a los hombres. Sin embargo, en
sencia de las mujeres en carreras el sexismo la diferencia se coloca en una
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escala jerárquica que termina por sostener La inserción laboral en estas condi-
el argumento que el diferente, en este caso ciones favorece la pobreza de los hogares
las mujeres, son inferiores. Esta condición jefeados por mujeres y en especial de las
de inferioridad se perpetúa a partir de me- mujeres jóvenes y de las zonas rurales.
canismos –sutiles algunos y otros no tan-
to– que terminan por crear y consolidar re- II. Las alternativas de campo de
presentaciones sociales (RS) acerca de las estudio y segregación
mujeres y de los hombres, que a su vez ac- ocupacional
túan para transformar la diferenciación en
segregación. La equiparación en la matrícula es-
tudiantil es sinónima de igualdad numéri-
ca; pero de ninguna manera ha significado
Las expresiones societarias una transformación del género.
La alta diferenciación ocupacional
Prevalecen en nuestro país cuatro por sexo que prevalece en el país es revela-
condiciones societarias que dan cuenta de dora de lo anterior, pues las mujeres si-
la desventaja social y segregación de las guen optando, en su mayoría, por activida-
mujeres, a saber: des deficitariamente remuneradas.
Según un reciente estudio de Pilar
I. La posición subordinada en la Ramos (2002), los hombres dominan en las
economía áreas de ingeniería, informática y seguri-
dad, mientras que las mujeres predominan
Según el Estado de la Nación (op. en la enseñanza y las ciencias sociales. Y,
cit.), la creciente participación de las mu- generalmente, se paga más a los hombres
jeres en el mercado de trabajo no ha modi- que a las mujeres aunque desempeñen el
ficado la condición de subempleo visible mismo trabajo.
que históricamente ha caracterizado su De la misma forma, el repunte en la
inserción laboral y que siempre ha sido matrícula de la carrera de informática y
más alto que en el caso de los hombres. De electrónica ocurrido en los colegios técni-
la misma manera, el desempleo abierto si- cos no ha generado mejores condiciones sa-
gue presentándose en mayor escala en las lariales para las mujeres graduadas que,
mujeres. una vez colocadas laboralmente, reciben
La brecha salarial entre las mujeres salarios inferiores que los hombres (Unión
y los hombres ha sido una constante y, Europea, 1999). Esta situación, se produce
aunque experimentó una leve mejoría en porque las mujeres aceptan puestos en la
la última década, se mantiene en casi to- manufactura más que en el nivel de diseño
dos los grupos ocupacionales y en todos los de estos campos, aunque dispongan de es-
niveles de instrucción. pecialización para este último.
Asimismo ha habido un aumento en Por otra parte, los programas estata-
la categoría de trabajadoras por cuenta les que ofrecen becas de estudio, como el
propia, pero en sectores de baja productivi- Fondo Nacional de Becas (FONABE), no
dad en los que predomina la economía de subsidian las carreras de las áreas socia-
subsistencia. Además de que los ingresos les, por lo que una proporción de mujeres
de estas mujeres son inferiores, la cobertu- de escasos recursos queda excluida de este
ra social de seguridad social es inexisten- tipo de beneficios.
te, en particular, en el régimen de invali- La manera en cómo se eligen estas
dez, vejez y muerte, lo que aumenta sus alternativas educativas y las subsecuentes
condiciones de vulnerabilidad social. opciones ocupacionales es producto de un
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conjunto acumulado y difuso de experien- la mujer a la esfera privada. El término fue usado
cias que las mujeres viven. Tales experien- originalmente para describir la representación de
hombría del varón mexicano, pero ha pasado a ser
cias les trasmiten los principios y normas juzgado como el complejo que caracteriza a los varo-
de la femineidad y la masculinidad. En es- nes latinoamericanos (Fuller, 1998, pág. 258).
ta transmisión la institución escolar cum-
ple un papel preponderante, como veremos El machismo como práctica sexista
en líneas posteriores. abusiva coloca a las mujeres en situación
de desventaja no solo en lo que respecta a
III. El papel contradictorio de la la violencia doméstica, sino también en las
familia y de las relaciones relaciones amatorias, pues las mujeres y
amatorias los hombres asumen y valoran el amor en
forma diferenciada. Mientras que en el ca-
En Costa Rica, la valoración social so de los segundos, amar a las mujeres es
de la familia goza de un lugar privilegiado. solamente un elemento –entre otros– de
Aunque como madres, los mensajes socia- realización posible; en el caso de las prime-
les les atribuyen una alta consideración y ras, amar a los hombres es un fin en sí
respeto, como esposas y compañeras, las mismo (Lagarde, 1994). Esto provoca una
mujeres son víctimas constantes de la vio- tendencia en las mujeres a sentirse res-
lencia doméstica. ponsables de dicha relación, la cual se
Las estadísticas crecientes en el año acrecienta cuando la relación no va bien,
2000 (cfr. Estado de la Nación, op. cit.) en la debido a la presunción de las mujeres de
línea gratuita Rompamos el Silencio del que ello ocurre por su culpa.
Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU:
37 000 consultas) y las denuncias en el IV. Subrepresentación en los
Poder Judicial (32 643) revelan que un puestos políticos
porcentaje significativo de los ofensores
A pesar de que desde 1990 está vi-
son hombres3.
gente la Ley de Promoción de Igualdad So-
Probablemente el aumento en el nú-
cial de la Mujer que establece la obligato-
mero de denuncias es producto de la Ley
riedad de nombrar un porcentaje significa-
contra la Violencia Doméstica, en vigencia
tivo de mujeres en los cargos políticos, la
desde 1996. No obstante, las estadísticas
representación femenina en dichos cargos
no reflejan el problema en toda su dimen-
no alcanza niveles satisfactorios.
sión ya que, por motivos de diversa índole,
Según un estudio del INAMU
un sector de la población no denuncia este
(2002), en la actual administración hay 7
tipo de delitos. Estas cifras, por tanto, pe-
ministras de 21 plazas existentes; solo en
se a su magnitud, son conservadoras.
26 de los 81 cantones existentes hay pre-
El machismo prevaleciente en nues-
sidenta municipal y en las juntas directi-
tra cultura es una de los detonantes de la
vas de 27 dependencias públicas, de 197
violencia doméstica:
cargos disponibles 50 corresponden a
El machismo ha sido definido como la obsesión del va-
mujeres.
rón con el predominio y virilidad. Ello se expresa en El estudio reveló que hay órganos di-
posesividad respecto a la propia mujer, especialmente rectivos constituidos únicamente por hom-
en lo que respecta a los avances de otros varones y en bres o que incluyen solo a una mujer. Es
actos de agresión y jactancia con respecto a otros decir, en lo que respecta a la toma de deci-
hombres... Estructuralmente está inserto en un siste-
ma patrilineal de parentesco y se apoya en un siste-
siones no solo no ha habido transforma-
ma legal que apoya el poder masculino dentro del ho- ción genérica, sino que siquiera se llega a
gar y en la división sexual del trabajo que restringe a la paridad numérica.
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La institución escolar educativos. Y es esta la tarea que, a


pesar de los esfuerzos y buenas inten-
Como fenómeno social, la educación ciones, continúa pendiente.
tiene una dimensión social y política que
complejiza los hechos y las relaciones edu- • El carácter androcéntrico del
cativas, pues es imposible separarla del lenguaje. Dicho carácter es eviden-
contexto social e histórico en el que se inser- te no solo en los textos escolares sino
ta. De esta manera, la escuela como institu- también en el que es utilizado en la
ción configurada para desarrollar el proceso vida cotidiana escolar, pues hay una
de socialización incorpora las pautas, los notoria ausencia de nominar a las
significados y los símbolos culturales refe- niñas, maestras y madres de familia.
rentes a la discriminación de las mujeres en Expresiones como: ¡Buenos días, ni-
virtud de su sexo, por lo que trasmite y con- ños”! “Nosotros los maestros”, cuan-
solida de forma explícita a veces y latente do el 100% son mujeres, son solo una
las más, la ideología sexista prevaleciente muestra de como el lenguaje conti-
en la cultura (González, 1987). núa invisibilizando a las mujeres.
La estructura en cuanto a las jerar-
quías y distribución de puestos de direc- • El abordaje de las ciencias socia-
ción y decisión ya es reveladora de las re- les. Una de las manifestaciones más
laciones asimétricas entre las mujeres y impactantes del sexismo en la educa-
los hombres4 en la institución escolar. De ción son los contenidos de las cien-
la misma manera existen, según mi crite- cias sociales que se han enseñado
rio, seis expresiones reveladoras del sexis- tradicionalmente. La forma en que
mo educativo: se reconstruyen las fiestas patrias,
los movimientos de liberación y la
• Los libros de texto. Este ha sido historia de la construcción de la na-
uno de los temas más estudiados, no ción, en general, dan la idea de que
solo en Costa Rica, sino también en los héroes son solo hombres. La au-
América Latina (Araya, op. cit.). No sencia y poca valoración a ciertas fi-
obstante, a pesar de los esfuerzos de guras y personalidades históricas fe-
los organismos nacionales e interna- meninas, que al igual que muchos
cionales, las imágenes y los mensajes hombres lucharon y construyeron las
que presentan los libros de texto con- libertades y derechos en el país (Pan-
tinúan cargados de discriminación y cha Carrasco, por ejemplo), refuerza
no solo de género, sino también de la visión de que el mundo público, el
otras exclusiones notorias. Las diver- mundo de las cosas importantes está
sidades sociales, étnicas, religiosas, protagonizado por hombres.
de edad o de incapacidad física o inte-
lectual tampoco existen en los libros. • La jerarquía de los saberes: Las
En nuestro país se han dado algunos ciencias naturales y exactas, la mate-
cambios como la eliminación en la en- mática y la tecnología son las que en
señanza pública del texto Paco y Lola la actualidad ocupan un lugar privi-
pero, la modificación de los textos es- legiado en la planificación educativa.
colares exige esfuerzos y trabajos sis- Estas áreas suelen ser asociadas a
temáticos que requieren la participa- “ciencias duras”, asimilándolas a lo
ción no solo de especialistas sino tam- masculino mientras que la expresión
bién de las casas editoriales y de las artística o literaria está asociada a lo
planificadoras y los planificadores suave y, con ello, a lo femenino. Las
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personas reconstruyen la realidad a las chicas, por ejemplo, “No es tu culpa si tu padras-
partir de los cajones de lo femenino y tro te asedia sexualmente y además puedes hacer al-
go para defenderte”? ¿Qué apoyo institucional y capa-
lo masculino y, en la mayoría de las citación tienen las maestras y los maestros sensibles
ocasiones, esto es imperceptible para frente a estas cuestiones, para no lanzarse solas/os a
ellas puesto que lo ven como natural, tratarlas? (Morgade, op. cit., pág. 73.)
como lo socialmente aceptado. Y es
precisamente esto último lo que nos
lleva a la quinta expresión del sexis- Las alternativas y las estrategias
mo escolar, pues el profesorado tien-
de a segregar al estudiantado en fun- ¿Cómo hacer, entonces, para que la
ción de diferencias atribuidas a par- educación no solo supere los rasgos sexis-
ticularidades individuales o “natura- tas, sino que dialécticamente, en la medi-
les”. Lo grave es que los diferentes da en que se transforma a sí misma, trans-
roles que los hombres y las mujeres forme en su conjunto a la sociedad?
cumplen socialmente se confirman, El sector educativo no es el único
cuando la población estudiantil está responsable de la socialización genérica.
en la primaria y en la secundaria, La institución de la familia juega un papel
por lo que la desvalorización de lo fe- preponderante al respecto. Sin embargo,
menino cobra peso en estas épocas. es sabido que todo cambio en un punto del
sistema social repercutirá en los otros, por
• El currículo escolar. El currículo lo que este punto bien podría ser el proce-
no es solo que se dice o se hace, sino so educativo.
que también se trasmiten mensajes De esta forma, incorporar cambios
acerca de aquello de lo que no se ha- progresivos, pero sostenidos en el sistema
bla. El funcionamiento del cuerpo, la educativo, indudablemente creará las con-
expresión y valoración de los senti- diciones para favorecer la transformación
mientos, la dinámica del poder, en- de las relaciones de género en los otros
tre otros, no forman parten del “qué” puntos del sistema social.
en la vida escolar y cuando aparecen No obstante, vale advertir tres pre-
generalmente son tratados de una misas:
manera superficial y burocrática, sin La primera refiere a que el reconoci-
hacer mención de los dilemas perso- miento de la manutención y reproducción de
nales y morales que muchas veces prácticas sexistas en el ámbito escolar, nos
implican (Morgade, op. cit.). Aun debe orientar acerca del conocimiento de as-
cuando existe un sector de docentes pectos clave que debemos cambiar, pero ello
que pueda estar tratando estos te- no significa que debamos partir de clichés
mas, existe un silencio sistemático para la interpretación de dichas prácticas.
de la escuela ante la sexualidad, el Debemos alejarnos de las interpreta-
acoso sexual y la violencia intrafa- ciones que mapean a la institución escolar
miliar, entre otros, lo cual conlleva a como una institución “maquiavélica” al ser-
la manutención de mitos que a su vicio de la reproducción mecánica del sexis-
vez perpetúan los comportamientos mo y en su lugar visualizarla como una
aprendidos. agencia socializadora compleja y dinámica
en la que conviven en tensión, representa-
¿Cuánto se habla en las escuelas de la violencia fami- ciones de género diversas (Bonder, 2001).
liar y de los mecanismos institucionales y legales pa-
ra enfrentarla? ¿Cuántas veces escuchan los alumnos
A partir de lo anterior se deriva la
varones una frase contundente “No se le debe pegar segunda premisa: Quienes participan en el
a las mujeres ni a nadie”? ¿Cuántas veces escucharon proceso educativo no son tabla rasa como
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afirmaban las teorías de socialización de los • ¿Quién capacita a quién?


roles. Están atravesados y atravesadas por
un repertorio de discursos de género, con di- • ¿En qué se capacita
ferente poder normativo y prescriptivo que
les ofrecen distintas formas de percibirse, • ¿Cómo se capacita?
percibir a la otra y al otro y actuar desde di-
versas posiciones genéricas. Las personas ¿Quién capacita a quién?
están interpeladas, además por discursos
sociales de clase, etnia, de subcultura, que Los espacios universitarios como el
pueden articularse de manera más o menos Instituto de Estudios de la Mujer de la
fragmentaria y dinámica con las represen- Universidad Nacional (IEM) y Centro de
taciones de género. Por tanto, tampoco se Investigaciones en Estudios de la Mujer
debe homogenizar a quienes están insertos (CIEM) de la Universidad de Costa Rica
e insertas en el sistema educativo. constituyen una opción de entes capacita-
Y la última es acerca también de dores. También lo son las ONGs que abor-
las personas. El profesorado y el estu- dan, no solo desde la investigación sino
diantado son sectores que poseen la con- desde la intervención, el tema de mujeres
dición de agencia, es decir, que aunque y que con su accionar han alcanzado una
están condicionadas socialmente, las per- maduración política. Asimismo las oficinas
sonas son parte activa en su propia auto- de la mujer o programas de género surgi-
definición y determinación y por ende dos en los gremios docentes5. Podría ser
pueden resignificar las prácticas educati- una de estas instancias la que asuma la
vas con un contenido altamente vindica- conducción del proceso de la capacitación
tivo de las demandas provenientes del docente o, bien, las tres definiendo previa-
género. mente líneas de coordinación entre ellas.
Así puntualizadas, mi propuesta
para la búsqueda de opciones al cómo, ¿En qué se capacita?
apunta a la capacitación docente tanto en
la formación inicial como en la continua, La capacitación a partir del enfoque
pues no basta con cambiar los libros de de género es, según mi criterio, la opción
texto ni realizar modificaciones a los cu- más acertada, pues dicho enfoque es el que
rrículos si no existe la sensibilización y la ha permitido abordar de una manera dife-
disposición del profesorado para la supe- rente las relaciones sociales, evidenciando
ración de las relaciones sexistas en la la desigualdad social de las mujeres.
educación. Pero, no se trata de capacitar en las
No es un secreto el poder que dentro relaciones genéricas y en la discrimina-
del aula tiene el profesorado. Por ello, la ción, como si fuese la capacitación de un
práctica educativa es una forma de poder, paquete informático, menos aún, si se to-
una fuerza social que puede actuar a favor ma en cuenta que la docencia está conside-
del cambio o de la continuidad social (Carr, rada como el núcleo duro (Morgade, op.
1996). De ahí la importancia de la capaci- cit.) del régimen de género y por tanto una
tación y el intercambio de conocimientos de las menos anuentes a la incorporación
con el sector docente. de este enfoque.
El planteamiento de la capacitación Se debe tomar en cuenta que la inclu-
exige dar respuesta a tres grandes interro- sión de la teoría del género implica una do-
gantes a las cuales, sin ánimo de ser ex- ble perspectiva: hacia la práctica docente y
haustiva y agotar toda las posibilidades, hacia la propia identidad social. Es por ello
pretendo dar respuesta: que las respuestas ante los programas de
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género pueden ser de diferente orden: de- Es necesario, por ende, que quienes
fensivas, cautelosas, temerosas, devaluado- capaciten acerca del género, la discrimina-
ras y también positivas y comprometidas. ción y las relaciones sexistas, tengan una
En el sector docente existe una fuer- mirada cuidadosa para distinguir qué
te tendencia a considerar el género como cuestiones específicas influyen en las acti-
un asunto solo de mujeres y dentro del tudes y reacciones de las personas para no
mismo hay quienes consideran que es cosa caer en actitudes igualmente estereotipa-
de mujeres resentidas contrarias a los das frente a ellas: sentirse perseguidas,
hombres. Lo anteponen además al concep- victimizadas, injustamente comprendidas
to de familia y el género se recrea como el o devaluadas, o bien intentar la “conver-
destructor de la armonía y la estabilidad sión” de las personas a la causa del género.
familiar y social (Araya, op. cit). Experiencias exitosas de la inclusión
En el sector educativo y, sospecho del género en la educación –aunque con ta-
que también fuera de él, la drogadicción, reas aún pendientes–, se han dado en Ar-
la delincuencia y la deambulación de ni- gentina, Paraguay y Uruguay y para ello
ños, niñas y adolescentes es atribuido a la han utilizado diversas estrategias (Corti-
inserción laboral de las mujeres y al aban- na y Stromquist, 2001).
dono por parte de ellas de algunas de sus En Argentina, el programa se inclu-
inherentes funciones –cuido de infantes, yó con el nombre de “Igualdad de Oportu-
por ejemplo–. nidades”, y en Paraguay los conceptos de
Se dice también que la trasgresión equidad de género fueron incorporados co-
de las pautas tradicionales en cuanto a las mo “Educación Familiar” y así no desper-
conductas permitidas y prohibidas para tar las reacciones a las que está expuesto
las mujeres y los hombres, podría desem- el concepto de género.
bocar en la creación de condiciones que fa- Lo anterior, sin embargo, es conside-
vorecen el homosexualismo, lo cual es con- rado por teóricas de la educación y el géne-
siderado un riesgo debido a la homofobia ro como un retroceso en los avances alcan-
característica del medio costarricense. zados, pues significa invisibilizar lo que
En síntesis, la desconfianza y el re- tanto ha costado visibilizar.
chazo hacia este enfoque son producidas, Según mi opinión, estas estrategias
en buena parte, por las distorsiones del son solo eso, estrategias para conquistar y
contenido y las propuestas que se derivan validar espacios en la educación y así poder
de los planteamientos de la perspectiva de trabajar para alcanzar el objetivo político
género y por la homofobia. de la superación de las asimetrías. Las con-
Aunque estas expresiones podrían sidero pertinentes, pues de ninguna mane-
ser producto de pactos sexistas, es necesa- ra significan el abandono de la vindicacio-
rio su atento reconocimiento para así propi- nes de género. Es preciso reconocer, sin
ciar la difusión y comprensión de las desi- embargo, que este punto suscita posiciones
gualdades entre las mujeres y los hombres. a favor y en contra acerca de su eficacia6.
En cuanto a la promoción de cambios
en el sector educativo, se debe considerar ¿Cómo se capacita?
que las nuevas representaciones acerca de
las relaciones sociales que estamos promo- Los espacios que capacitan no se de-
viendo no solo tocan cuestiones vinculadas ben promover como los expertos, pues las
con el conocimiento y el poder, sino tam- experiencias vivencias y conocimientos del
bién con los afectos, los deseos y los víncu- sector docente constituyen un fuerte insumo
los (Bonder, op. cit.) y por tanto generan para el análisis de las relaciones sexistas.
una significativa movilización personal. La división entre conocimiento “novato” y
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conocimiento “experto”, por ende, debe desa- ocurriendo y las formas en que se enfren-
parecer y promover más bien que el mismo tan las contradicciones suscitadas por es-
profesorado participe de investigaciones y ta tensión.
debates sobre las expresiones sexistas en Para finalizar, quiero hacer énfasis
los centros educativos donde laboran. In- en la necesidad de iniciar la capacitación
vestigaciones sobre el lenguaje, los textos docente, aunque sea en aspectos muy pun-
y los materiales que utilizan, la distribu- tuales. Para ello es necesario que exista
ción y uso del espacio y la organización es- consenso del mayor número de instancias,
colar son solo unos de los muchos temas pues consensuar sobre una área de aten-
que el sector docente podría investigar. ción provoca movilización, mientras que
Con respecto a la formación inicial, los intentos aislados provocan desgaste
indiscutiblemente serían las facultades de antes de que aparezcan los frutos.
educación las responsables de atender este
llamado y fundamentalmente los formado-
res y las formadoras de educadores y edu- Notas
cadoras, quienes a su vez, deberían tam-
bién ser involucradas e involucrados en un 1. El biologismo anatómicodefiende la tesis de
proceso de capacitación. que el sexo anatómico determina diferencias
La coordinación con los gremios, con en los comportamientos, en las característi-
cas de personalidad y en las aptitudes de mu-
las oficinas de la mujer de los espacios mi-
jeres y de hombres. (Para ampliar, véase Su-
nisteriales constituye un buen inicio para llerot, Elliot. El hecho femenino: ¿qué es ser
llevar a cabo la capacitación en el personal mujer? Barcelona: Argos Vergara. 1979.
de servicio (formación continua).
Hay que advertir que la incorpora- 2. Los estudios de la mujer se han abocado a en-
contrar un equivalente en español del verbo
ción de un componente de género en la edu-
empower y del sutantivo empowerment. Las
cación tiende a darse por medio de la educa- revisiones realizadas señalan que no hay na-
ción continua o en programas de especiali- da inmanente en estos términos. En español
zación y no en los programas iniciales. significan “dar poder” y “conceder a alguien el
En estos últimos no encontramos ejercicio del poder” (León, 1997).
ningún esfuerzo sistemático de formación
3. De las personas que denuncian en el Poder
o introducción de una perspectiva de Judicial 89,6% son mujeres y 86,5 % de los
equidad de género. Es muy probable que denunciados son sus compañeros o excompa-
ello sea producto de las tradiciones de for- ñeros. En el caso de Rompamos el Silencio,
mación docente prevalecientes en las fa- de las llamadas que señalaron violencia se-
xual, 98%, eran mujeres las víctimas de la
cultades de educación –y que además po-
agresión y en igual porcentaje eran hombres
drían explicar sus reticencias para la in- los agresores.
clusión del género–. Pese a ello, el recono-
cimiento de las contradicciones internas 4. En toda la región de América Latina y el Ca-
de estas facultades es también una tarea ribe existe una correlación negativa entre el
número de mujeres que ocupan puestos de je-
impostergable si se quiere entrar en estos
rarquía en el ámbito docente y administrati-
espacios. vo y el número de mujeres que trabajan en
Por ejemplo, en la formación del educación. Asimismo conforme aumenta el
profesorado en segunda enseñanza, se nivel educativo, desciende el número de mu-
presenta una tensión entre formación ge- jeres. En educación preescolar, según la espe-
neral o pedagógica y la formación especia- cificidad de cada país, las mujeres represen-
tan entre 99% y 88% del profesorado mien-
lizada. Esta disputa aun no está saldada tras que en educación superior entre 38% y
y para trabajar con estos grupos hay que 15% (Facultad Latinoamericana de Ciencias
tener, al menos, conocimiento de qué está Sociales, 1995).
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5. Un ejemplo de estos programas es la Secre- De Barbieri, Teresita. Certezas y Malos


taría Permanente de la Mujer de la Asocia- Entendidos sobre la Categoría Gé-
ción de Profesores de Segunda Enseñanza
(APSE).
nero. En Guzmán, Laura, Pacheco,
Gilda. Estudios Básicos de Derechos
6. En octubre del 2001 se celebró en México la Humanos IV. San José, Costa Rica:
Primera Reunión Latinoamericana: Feminis- Instituto Interamericano de Dere-
mos y Educación. La inclusión de este aspec- chos Humanos.1996.
to concitó los intereses de algunas de la parti-
cipantes y no se logró un consenso al respec-
to. Mi posición en esta reunión es la que ex- Estado de la Nación en Desarrollo Huma-
preso en el presente escrito. no Sostenible. Sétimo Informe. San
José, Costa Rica: Proyecto Estado de
la Nación. 2002.
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Sandra Araya Umaña


Investigadora del IIMEC y
Docente del Programa de Posgrado en
Trabajo Social
Universidad de Costa Rica

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