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LOS PENSADORES POLÍTICOS Y SOCIALES DE LA ILUSTRACIÓN

Los pensadores de la Ilustración


El pensamiento político de la Ilustración se basa en dos teorías: la teoría del derecho
natural y la teoría del contrato.
La teoría del derecho natural
Afirma que los hombres nacen con derechos como a la vida y a la libertad. Éstos son
universales y reciben el nombre de "derechos naturales". Estos derechos varían según
los teóricos.
La teoría del contrato
Afirma que los hombres vivían en un principio en un "estado de naturaleza", sin ningún
tipo de organización política y social. En un momento determinado deciden unirse,
formando una comunidad con las autoridades, llamada "sociedad civil". Este pasaje
del estado de naturaleza a la sociedad civil, se realiza mediante un "contrato" que se-
gún los diferentes autores, creará mayores o menores obligaciones para las partes.
Por ejemplo, para algunos autores, de este contrato deriva la monarquía limitada,
mientras que para otros, la democracia moderna.
John Locke: Pensador y filósofo inglés del siglo XVII, se le considera un precursor del
pensamiento político del siglo XVIII.
En su obra, "Segundo tratado sobre el gobierno civil" (1690) partía de la idea de que el
hombre vive en estado de naturaleza, gozando de derechos naturales, como el dere-
cho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Para la conservación de estos derechos,
los hombres salían del estado de naturaleza y a través de un contrato constituían un
gobierno. Si el gobierno no respetaba uno de los derechos o se extralimitaba en sus
funciones, el pueblo podía resistirse a él y elegir otro en su lugar; a esto se le llamó
“derecho de resistencia”.
Para Locke, el gobierno debe estar compuesto por el Poder Legislativo encargado de
hacer las leyes, y el Poder Ejecutivo, encargado de llevar a la práctica las leyes, pero
supeditado al primero. De esta manera Locke aparece como un pensador contractua-
lista, niega el derecho divino del poder, defiende la monarquía limitada como forma de
gobierno, y coloca en primer plano los derechos naturales del hombre, que deben ser
sagrados aún para el monarca.
MONTESQUIEU y la separación de poderes: Autor de numerosas obras literarias, la
más importante por su contenido político, es "El espíritu de las leyes". En esta obra,
parte del concepto de que las leyes positivas, (que han sido realizadas por el hombre)
deben estar de acuerdo con las leyes naturales, y que las formas políticas, económi-
cas y sociales de un pueblo dependen de su clima, del suelo, del número de personas
y de su cultura. Es por eso que las leyes que son buenas para un pueblo en un mo-
mento determinado, no tienen por qué serlo en otro momento o para otro pueblo. Por
lo tanto las leyes no son eternas, y no se puede trasladar un modelo de gobierno de un
país a otro.
Sea cual sea la organización del gobierno, éste debe estar basado en la separación de
poderes, cada uno autónomo con respecto al otro. Estos poderes son:
- El Poder Ejecutivo, que reglamenta y vigila el cumplimiento de la ley.-
- El Poder Legislativo, encargado de hacer las leyes. Este poder debe estar en ma-
nos de un organismo que represente "al pueblo" (nobles, clero y burguesía propieta-
ria).-
- El Poder Judicial, que juzga en caso de incumplimiento de la ley.-
Su ideal político era una monarquía limitada: un Rey como Poder Ejecutivo y un Par-
lamento como Poder Legislativo.
VOLTAIRE y la defensa de la tolerancia: Escritor brillante de origen burgués, fue un
duro crítico del Antiguo Régimen. Contrariamente al resto de los filósofos de la Ilustra-
ción, no fue un pensador optimista. Destacó lo negativo, los defectos, los vicios de la
sociedad de su tiempo, acusando al absolutismo y a la Iglesia Católica de ser respon-
sables de ellos.
Sus ideas religiosas son más conocidas que las ideas políticas. Para Voltaire, la reli-
gión era sinónimo de superstición y fanatismo, pero reconocía su utilidad social distin-
guiendo entre religión y sacerdocio: "Hay que tener una religión y no creer en los sa-
cerdotes". Partidario de una religión natural, creía en Dios y en la inmortalidad del al-
ma. Defensor implacable de la tolerancia decía: "No estoy de acuerdo con nada de lo
que Usted dice pero defiendo hasta la muerte su derecho a decirlo". Su aporte princi-
pal se encuentra en la defensa de las libertades civiles: prohibición de la detención
arbitraria, supresión de la tortura y de la pena de muerte, adecuación de la pena con el
delito, libertad de palabra oral y escrita.
Consideraba que la educación sólo debía recibirla el burgués, habitante de la ciudad,
porque: "cuando el populacho se pone a razonar, todo está perdido".
JUAN JACOBO ROUSSEAU y la fundación de la democracia moderna: En sus
obras, planteó que el hombre es naturalmente bueno, y es la sociedad la que lo per-
vierte.
El hombre, en el estado de naturaleza, era bueno y feliz; vivía de una economía de
subsistencia, sin propiedad privada, sin desigualdad. Con el surgimiento de la propie-
dad privada, se estableció la desigualdad entre los hombres en el estado de naturale-
za. El mundo se pobló de ricos y pobres. A través de un contrato, se organizó la socie-
dad civil para asegurar el poder de los ricos, consagrar la desigualdad y fundar una
sociedad injusta.
¿Cómo remediar esta sociedad injusta?
En el "Contrato Social", quizás su obra más importante, propone una solución a nivel
social. A través de un nuevo contrato entre los hombres, los individuos conservan to-
dos sus derechos. De esta manera, el pueblo conserva el poder político: es soberano.
Y como el pueblo es soberano, es el encargado de hacer las leyes. Por lo tanto, las
leyes deben expresar la voluntad general. El gobierno es un simple ejecutor de la vo-
luntad del pueblo.
El pensamiento de Rousseau preparó el camino para las ideas democráticas de los
siglos XIX y XX, basadas en el principio de igualdad y soberanía popular. Desde
Rousseau en adelante, los defensores de la democracia han insistido en la importan-
cia de la educación. Sólo con una ciudadanía inteligente, el gobierno de la mayoría
sería realmente eficaz.

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