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NEUROSIS OBSESIVA INDART

La relación del significante con el goce se la puede pensar de varias formas: una es que
el goce es un paraíso perdido a causa de la irrupción del ste, por lo tanto esta ley ste
reduce el goce a través del desplazamiento metonímico por la red represetacional, así el
ste mata al goce, y este solo se puede reconquistar a través de la transgresión. Otra
manera de pensar la relación es que la red ste no implica necesariamente un
cercenamiento absoluto del goce y que lo lleva hasta la muerte, sino que esta red va a
constituirse como una forma de hacer circular goce y en algunos puntos permitir su
recuperación, desde este punto de vista el lenguaje sirve para tramitar el goce.
Estas dos perspectivas antinómicas implican cierta radicalización de las posturas donde
cada una pone el acento en la irrupción del ste o del goce, ante esto se puede pensar una
tercera vía donde se ubican al ste y al goce no como puntos extremos irreconciliables
sino que habría cierta dialéctica, en esta concepción que sería la del Lacan del último
periodo, el ste produce goce. En la primera versión esta en juego la idealización del
goce que hubiese sido posible si no fuese por culpa de la ley, la castración, el padre y lo
simbólico. La segunda donde entra en juego la defensa porque sea lo que fuere el goce
es peligroso, malo y mortífero.
La concepción lacaniana de “NO HAY RELACION SEXUAL” tiene dos aspectos, por
un lado significa que no hay unión sexual, que esto es imposible, que es muy poderosa
esta idealización ya que esta impreso en la sociedad, en el decir de los poetas, en las
canciones etc. Otro aspecto mas estructural es que “no hay relación sexual escrita”, lo
que no entra en una programación, en una sintaxis, como un agujero, una hiancia en lo
real, no hay nada escrito como apareamiento sexual, es real como agujero porque nos
topamos con una imposibilidad de opción de un saber escrito.

1) ___________________________ / no R. S. /________________________

2) Ste. / goce

3) ste (lógica del Uno) / (a) goce (lógica no todo)

Lo que aparece como programación, representacional, por ejemplo la posibilidad de


construir un ser computado donde no se pueda escribir lo sexual, eso no se puede
instalar, no funciona. La programación como lo continuo, lo sexual como lo real no
programable, lo discontinuo, el corte en el proceso. Lo que nos diferencia del animal en
este punto ya que somos seres parlantes, de lenguaje, es que el animal tiene un saber de
especie automático, programable, al que todos responden. Este saber en el hombre esta
agujereado, y a través de esta hiancia ingresa en lo humano el goce y el ste, que se
constituye a causa de esta imposibilidad de un saber de especie automático, funcional,
por el fracaso en la relación sexual, esto es lo que se llama sexualidad humana. Es
siempre en condiciones de goce que nos adviene la sexualidad. Ahora el ste ha entrado
por el mismo agujero, el lenguaje entra por el mismo agujero por donde accedemos al
goce. De esta forma se consideran al goce y al ste como dos caras de una misma
moneda. El ste que entra por ese hueco produce goce.
Con respecto a la lógica del Uno, Lacan dice que: hay el Uno de las lenguas, es este
Uno del lenguaje el que ha pasado por el agujero y ha generado goce, un modo de gozar
del cuerpo. En el campo ste podemos decir que lo que captura goce es el Uno, que lo
referenciamos en el genital masculino, como falo, por donde se accede al orgasmo por
eyaculación. Esta lógica del Uno, es la que permitió que se pueda escribir, que luego por
su seguimiento en la repetición permitiera la medida, la aritmética, lo que fue
constituyendo el engranaje fundamental de la ciencia. El Uno se encuentra el las lenguas
y estuvo antes de la escritura, por mas que no puedieran pasar a mas de cuatro o cinco.
Es el Uno que introdujo el goce y una vez instituido reclama más goce, constituyéndose
los modos de goce.
Colocamos el objeto a en el medio, lo que lo diferencia de la lógica del Uno en el
sentido de plantear otro modo de goce. No se encuentra en el goce masculino, del
orgasmo, sino en una forma de goce ligado a lo pulsional. Es otro forma de gozar que
permite el lenguaje, y esta en referencia al objeto a, cuya característica es diferenciarse
de cualquier objeto fenoménico, su estatuto es operar en base a un espacio cuya
característica es no tener un interior ni un exterior.
La lógica del Uno da la ficción del cierre, como que algo tiene un cierre, un
acabamiento, como el efecto de un orgasmo masculino, eso se acabo y a otra cosa.
El ste introduce modos de gozar que son diferentes: en primer lugar tenemos el que se
produce a través de la lógica del Uno, que implica lo ficcional de la inscripción de la
relación sexual, ya que hay penetración hay el signifícalo de la relación sexual. Otra
forma de goce es el que se da a través del objeto a, es un goce pulsional, parcial,
asexuado, lo que marca la imposibilidad del metalenguaje, ya que toda lengua aparece
como moebiana es decir como el acto de auto-penetración, lo que implica que en los
pliegues de las distintas posibilidades de significación de las palabras, frases etc, se
filtra el goce, en esos espacios ambiguos de dubitación del ste, ahí tiene se lugar el goce,
ahí pulula a sus anchas. Es un giro que se da a través del agujero y no por el Uno ste.
Un tercer modo de goce esta dado por el goce supuesto al Otro, que se especifica en el
goce femenino, que es un goce fuera del ste, aunque no sin implicación ste, ya que se
produce a partir de la lógica fálica del Uno que atraviesa a todo sujeto humano, la mujer
no es que no este en la lógica fálica, sino que plantea que no toda es, o sea que en ella se
juega otra lógica, la del no-todo.
De esta forma tenemos tres lógicas posibles, la del Uno, la lógica moebiana del objeto a
y la del no-todo. Lo que se plantea a desarrollar es la articulación de los distintos goces
entre si.
Con respecto a la lógica del Uno, su repetición, tenemos siempre un RESTO
INCONMENSURABLE, en esto se da que en esta repetición no podemos formar lo
otro, ni un dos real, ni fundar un todo, estamos en el orden de Aquiles y la tortuga, o de
Lewis Carrol. En su repetición seriada el Uno produce un hueco compacto, aquí en este
hueco se ubica al objeto a, que marca otro forma de goce. Con respecto objeto a, Lacan
lo plantea por lo menos en dos formas distintas: en una primera concepción lo liga a la
CONSISTENCIA LOGICA, es efecto de la serie de los Unos, la efectuación de la serie,
que es considerar el ANÁLISIS vinculado a la lógica del Uno, siendo que el avance se
ira viendo a partir del proceso de DESIDENTIFICACION con cada ste amo, donde
cada uno es definible por su vinculación con el Uno, se llaman significantes SUB-UNO.
En esta continuación de la serie, se produce en una forma cada vez mas condensada y en
condiciones de revelar la imposibilidad al sujeto, algo situable como objeto a. Otra
forma del objeto a esta vinculada con el goce pulsional, es un cross cap, un objeto
topológico, que no tiene nada que ver con la lógica del Uno. Lo que nos demuestra el
atravesamiento del fantasma es que un ida y vuelta, cuyo goce es distinto al del Uno.
Es un dato importante a seguir es la división y separación que hace Lacan a partir del
seminario 11 entre la repetición por fuera de la compulsión a la repetición y la pulsión
fuera de la repetición. Hay un modo de goce que no está vinculado con la lógica del
Uno y que posee un funcionamiento propiamente topológico.
En la relación entre la lógica del Uno y la pulsión el objeto cuya satisfacción es al modo
moebiano, queda en el lugar de lo inconmensurable de la serie de los Unos. Entonces
tenemos por un lado la serie de los Unos en una línea recta en su repetición, que en su
marcha como flecha en el tiempo nunca llega a toparse con un límite siempre
desplazable, esta serie va produciendo un resto que a su vez platea otro modo de goce,
donde la forma que dibuja el recorrido de la flecha pulsional no es en línea recta sino
curva a la manera zen, no va a un blanco fijo, a un objetivo, sino que recorre un ida y
vuelta, planteando una vuelta moebiana clavándose en la zona erógena, retornando
como goce del propio cuerpo. No hay goce cuando se captura el objeto, sino en el
retorno moebiano a la zona erógena, la satisfacción se da en el giro y retorno. En esta
forma del objeto a es donde entra la concepción del objeto a como EXTIMIDAD.
En el primer Freud tenemos su representación inconciliable en relación a la presencia
del Uno FALICO en el hueco de la no relación sexual, lugar del trauma donde se
construye la clínica de la histeria, de la obsesión y la paranoia. En la obsesión plantea
como un exceso de goce en los orígenes, se trata de un goce del Uno, de lo fálico
masculino. Pero después en Freud tiene cada vez mas injerencia el goce anal, ligado a la
pulsión parcial. Se ve así que algo no cerraba adecuadamente para abordar lo obsesivo,
no se lograba con lo fálico, se necesito introducir lo PULSIONAL, con un goce en
relación con lo anal y también con el orden de la mirada. Luego Freud plantea la
cuestión del AMOR en el obsesivo, como otro modo del goce. Tenemos por un lado el
tema de la COM-PULSION, como una intensidad de la pulsión pero que no
corresponde con su movimiento propio, sino que algo lo descentra, y cae bajo la presión
de la lógica del Uno. Por otro lado esta el objeto a y también la cuestión del amor.

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