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Massey Sarah

Los Incas y el Antiguo Perú. 3000 años de historia


Paracas
La búsqueda del origen de unos tejidos bordados de forma elaborada que comenzaban a aparecer en
colecciones privadas de Lima y Europa, llevó al arqueólogo Tello a las áridas pendientes de Cerro
Colorado, en Paracas. Sus excavaciones (1925-1928) permitían identificar rasgos culturales
importantes y los principales aspectos teóricos en torno a la sociedad de Paracas.
Sus excavaciones señalaron 2 componentes culturales diferentes: cavernas y necrópolis, con base en las
diferencias del ensamblado de utensilios, el estilo arquitectónico y la deformación craneana.
Las tumbas colectivas contenían hombres, mujeres y niños y todas las ofrendas que les acompañaban.
Se observan diferencias sociales entre los cuerpos ocupantes de las sepulturas, los más pobres estaban
envueltos en tela e algodón, con un solo cuenco de calabaza que contenía comida como ofrenda,
mientras que los más ricos estaban cubiertos por varios mantos decorados y tenían muchas ofrendas.
Estas constituían en cerámica, calabazas, joyas de oro, etc. Las tumbas, cavernas y sepulturas
individuales del mismo periodo excavadas en los alrededores, han proporcionado abundantes ejemplos
de un estilo característico de cerámica grabada y decorada con pigmentos policromos.
La población de cavernas mostraba un tipo de deformación craneana llamada cuneiforme en la que la
presión deformante se aplicaba en la frente. La excavación de 1927-1928 se dio en un área de
comportamiento amurallados subterráneos en la zona norte del Cerro Colorado, descubrieron un
entierro colectivo de 429 fardos o momias envueltas, este descubrimiento era la Necrópolis.
Había telas ricamente bordadas, sobre todo prendas de vestir decoradas con figuras de seres
antropomorfos fantásticos y otras ofrendas como abanicos de plumas, mazas con cabeza de piedra y
tocados de pieles de animales, colocadas en capas entre grandes cantidades de una sencilla tela de
algodón. Uno de los grandes fardos podía contener hasta 100 diferentes ofrendas de tela, la colocación
de los fardos dentro de los recintos amurallados seguía un patrón simétrico. (La necrópolis era un
enterramiento colectivo de carácter secundario de importantes dirigentes regionales).
La continuidad estilística entre la tradición de cavernas y la tradición textil de Necrópolis, así como la
proximidad física de los 2 complejos funerarios indujeron a Tello a asignarlas a la tradición cultural de
Paracas.
Organización social de Paracas: Paracas fue la primera sociedad compleja que habito la costa sur de
Perú entre el 550 A.c. y los comienzos de nuestra era. Casi todos nuestros conocimientos de la sociedad
Paracas procede de los estudios técnicos o estilísticos de sus utensilios. Muchos de ellos proceden de
saqueos, ingente actividad que se desarrollo intensamente durante casi un siglo.
Se puede distinguir por lo menos 4 fases en la ocupación de Paracas de la costa sur, basadas en los
cambios de asentamientos y organización así como en los cambios de estilo en la cerámica y los
tejidos. El valle de Ica, objeto de numerosas investigaciones arqueológicas, proporciona el cuadro más
detallado de los cambios sociales producidos en Paracas y de la interacción regional de la costa
meridional.
Fase I 550-380 a.c: se establecieron unos modelos de asentamiento y de producción cerámica que
continuarían en la siguiente fase.
Fase II 380-200 a.c: es un periodo de crecimiento regional; esta proporciona la primera evidencia clara
de diferenciación social entre el alto y bajo valle de Ica y de la estratificación social en emplazamientos
jerárquicamente definidos según las diferencias de tamaño y de complejidad interna de cada sitio. La
cerámica tiene antecedentes de Chavín.
El fin de esta fase coincide con la decadencia de Chavín de Huantar y de la influencia directa de
Chavín sobre la costa meridional. Desaparecen del arte paracas los rasgos de perspectiva doble, las
figuras humanas y de felinos con atributos mitológicos y el empleo de elementos de diseño inspirados
en felinos.
Fase III 200-100 a.c: es un periodo de cambios rápidos y crecimiento acelerado en toda la costa
meridional. Los cambios más significativos se produjeron en el Valle de Ica donde hay evidencia de un
aumento de la estratificación social o de una consolidación política-regional. Durante esta fase surgen a
lo largo de la costa sur unas impresionantes obras públicas, mejor descritas como construcciones de
tierra, por la enorme cantidad de tierra y desecho utilizado para su construcción.
La producción cerámica se hace cada vez más especializada a todo lo largo de la costa meridional
durante esta fase. La misma termina de forma repentina con la caída de Animas Altas en lo que parece
haber sido una conquista militar.
Hay una profusa aparición de una importante figura de culto o deidad de origen local en artículos de
uso suntuario o religioso.
Fase IV 100 a.c-0 d.c: es un periodo de transición social y política, se aprecia por primera vez la
presencia de 2 nuevas fuerzas regionales: la cultura Topará y la primitiva cultura Nazca.
Arte e Iconografía: se considera a Chavín de Huantar como centro de la primera civilización panandina
de Perú y centro de proyección de una compleja religión felina-morfológica cuya simbología aparecía
en los centros ceremoniales a todo lo largo de los Andes.
Las transformaciones en la cerámica paracas se interpretaron de manera que coincidiesen con los
cambios de la escultura en piedra Chavín.
La tradición textil de la costa sur cambió en esta fase, la producción de tejidos decorados
estructuralmente deja paso a las más flexibles técnicas del bordado. Hay un creciente interés por la
representación naturalista de los temas. Igual que en la cerámica, los temas principales han cambiado y
se evidencia una mayor variedad de representaciones tanto míticas como no míticas.

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