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1. Conjuntos y Subconjuntos
Conjuntos y Subconjuntos
Contenido
1.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.1.1 Conjuntos y Elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.1.2 Determinación por Extensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1.1.3 Determinación por Comprensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.1.4 Conjunto Universal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.1.5 Conjunto Vacı́o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.1.6 Axioma de Extensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.2 Inclusión de conjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2.1 Subconjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.2.2 Inclusión Estricta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.2.3 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.2.4 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.2.5 Caracterización de la Igualdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.2.6 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.2.7 Transitividad de la Inclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
1.3 Diagramas de Venn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Los conjuntos fueron estudiados formalmente por primera vez por Georg Cantor1 . Después de que la
teorı́a de conjuntos se estableciera como un área bien definida de las matemáticas, aparecieron con-
tradicciones o paradojas en la misma. Para eliminar tales paradojas, se desarrollaron aproximaciones
más sofisticadas que las que hizo Cantor. Un tratamiento introductorio de la teorı́a de conjuntos se
ocupa, generalmente, de la teorı́a elemental, la cual es bastante similar al trabajo original de Cantor.
Utilizaremos esta aproximación más simple y desarrollaremos una teorı́a de conjuntos de la cual es posible
1 Georg Cantor. Matemático alemán de origen ruso (San Petesburgo 1845-Halle 1918). Después de estudiar en Alemania,
fue profesor de la universidad de Halle (1879). Escribió numerosas memorias, pero es especialmente conocido por ser el
creador de la Teorı́a de los conjuntos.
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Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
derivar contradicciones. Parece extraño el proponerse tal cosa deliberadamente, pero las contradicciones
no son un problema si, como es nuestro caso, el universo del discurso se define convenientemente. Aún
más, la existencia de las paradojas en la teorı́a elemental no afecta a la validez de nuestros resultados ya
que los teoremas que presentaremos pueden demostrarse mediante sistemas alternativos en los que las
paradojas no ocurren.
1.1 Generalidades
Definimos los conceptos fundamentales del tema como conjunto, elemento, determinación de un conjunto
por extensión, por comprensión y estudiamos la igualdad de dos conjuntos.
Intuitivamente, un conjunto es cualquier colección de objetos que pueda tratarse como una entidad.
A cada objeto de la colección lo llamaremos elemento o miembro del conjunto.
A los conjuntos los designaremos con letras mayúsculas y a sus elementos con letras minúsculas. La
afirmación “el elemento a pertenece al conjunto A” se escribe
a∈A
a∈
/A
La definición de un conjunto no debe ser ambigua en el sentido de que pueda decidirse cuando un objeto
particular pertenece, o no, a un conjunto.
Un conjunto está definido por extensión cuando se especifican todos los elementos que forman el
mismo.
A = {a, e, i, o, u}
(b) El conjunto formado por los números enteros pares no negativos y menores que diez.
B = {0, 2, 4, 6, 8}
Obsérvese que los elementos del conjunto están separados por comas y encerrados entre llaves.
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Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
(a) A = {0, 1, 2, 3, 4}
(b) B = {p, a, c, o}
(c) B = {x : x = 2 ∨ x = 5}
Solución
(b) B = {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}
(c) C = {2, 5}
Nota 1.1 Los elementos de un conjunto infinito no pueden especificarse de una forma explı́cita; con-
secuentemente, necesitaremos una forma alternativa de describir tales conjuntos implı́citamente.
Se dice que un conjunto está definido por comprensión cuando se especifica una propiedad que carac-
teriza a todos los elementos del mismo.
Esta propiedad o especificación implı́cita, se hace a menudo mediante un predicado con una variable
libre. El conjunto estará determinado por aquellos elementos del universo que hacen del predicado una
proposición verdadera. De aquı́ que si p(x) es un predicado con una variable libre, el conjunto
A = {x : p(x)}
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Solución
Ejemplo 1.5 Definir por extensión el siguiente conjunto dado por comprensión.
A = x ∈ R : x2 − 3x + 2 = 0
Solución
A = {1, 2}
Nota 1.2 Muchas veces se utilizan significados algo menos formales para describir conjuntos.
Por ejemplo, el conjunto de los números enteros mayores que diez, suele escribirse:
A = {x ∈ Z : x > 10}
D = {0, 2, 4, 6, . . .}
Algunos conjuntos aparecerán muy frecuentemente a lo largo del curso y se usan sı́mbolos especiales para
designarlos.
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Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Incluso si podemos especificar todos los elementos de un conjunto puede que no sea práctico hacerlo.
Por ejemplo, no definirı́amos por extensión el conjunto de los estudiantes de la Universidad de Cádiz que
estudien Informática, aunque teóricamente es posible definirlo.
Ası́ pues, describiremos un conjunto mediante un listado exhaustivo de sus elementos sólo si contiene unos
pocos elementos, en caso contrario describiremos un conjunto mediante una propiedad que caracterice a
los mismos.
En cualquier aplicación de la teorı́a de conjuntos, los elementos de todos los conjuntos en consideración
pertenecen a un gran conjunto fijo llamado conjunto universal. Lo notaremos por U .
Ejemplo 1.6 Para cada uno de los conjuntos siguientes, elegir un conjunto universal y un predicado
apropiados para definirlo.
Solución
(b) B = {x : ∃y ∈ Z+ , x = 2y − 1} ó B = {x : x = 2y − 1, y ∈ Z+ }
Al conjunto único que no contiene elementos, lo llamaremos conjunto vacı́o. Lo notaremos con el
sı́mbolo ∅ que proviene del alfabeto noruego.
Dos conjuntos A y B son iguales si, y sólo si tienen los mismos elementos. Es decir, cada elemento
del conjunto A es un elemento de B y cada elemento de B es un elemento de A.
A = B ⇐⇒ ∀x [(x ∈ A =⇒ x ∈ B) ∧ (x ∈ B =⇒ x ∈ A)]
o bien,
A = B ⇐⇒ ∀x (x ∈ A ⇐⇒ x ∈ B)
Nota 1.3 El axioma de extensión asegura que si dos conjuntos tienen los mismos elementos, ambos
son iguales, independientemente de como estén definidos.
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Como todo conjunto tiene los mismos elementos que él mismo, se sigue que si un conjunto está definido
por extensión, el orden el que los elementos figuren en él es intrascendente. Ası́ pues, los conjuntos
{a, b, c}, {b, c, a} y {c, b, a} son iguales.
También se sigue del axioma de extensión que la aparición de un elemento más de una vez en un conjunto,
es igualmente intrascendente. Por ejemplo, los conjuntos {a, b}, {a, b, b} y {a, a, a, b} son iguales ya que
todo elemento de cualquiera de ellos está en los demás, por tanto, son especificaciones diferentes del
mismo conjunto.
Ejemplo 1.7 Determinar, en el conjunto de los números enteros, cuáles de los siguientes conjuntos son
iguales.
A = x : x es par y x2 es impar
B = {x : ∃y, y ∈ Z ∧ x = 2y}
C = {1, 2, 3}
D = {0, 2, −2, 3, −3, 4, −4, . . .}
E = {2x : x ∈ Z}
F = {3, 3, 2, 1, 2}
G = x : x3 − 6x2 − 7x − 6 = 0
Solución
X
x es par =⇒ x = 2y, y ∈ Z
=⇒ x2 = 4y 2 , y ∈ Z
=⇒ x2 = 2(2y 2 ), 2y 2 ∈ Z
=⇒ x2 es par
Por lo tanto, la proposición ∀x(x es par ∧ x2 es impar) es falsa o dicho de otra forma no hay
ningún número par cuyo cuadrado sera impar y, por lo tanto, A no tiene elementos es decir es el
conjunto vacı́o.
X x ∈ B ⇐⇒ ∃y : y ∈ Z ∧ x = 2y ⇐⇒ x es par, luego B = {x ∈ Z : x es par}
X x ∈ C ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 2 ∨ x = 3
X E = {0, 2, −2, 4, −4, 6, −6, . . .} = {x ∈ Z : x es par}
X x ∈ F ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 2 ∨ x = 3
X x ∈ G ⇐⇒ x3 − 6x2 − 7x − 6 = 0
Pero no existe ningún número entero que satisfaga la ecuación anterior, por lo tanto, G es el
conjunto vacı́o.
∗ A=G
∗ B=E
∗ C=F
∗ El conjunto D no es igual a ninguno de los otros.
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Ejemplo 1.8 Dar una condición necesaria y suficiente para que dos conjuntos sean distintos.
Solución
A = B ⇐⇒ [∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B) ∧ ∀x (x ∈ B =⇒ x ∈ A)]
por lo tanto,
A 6= B ⇐⇒ ¬ [∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B) ∧ ∀x (x ∈ B =⇒ x ∈ A)]
⇐⇒ [¬∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B)] ∨ [¬∀x (x ∈ B =⇒ x ∈ A)] {De Morgan}
⇐⇒ [∃x : ¬ (x ∈ A =⇒ x ∈ B)] ∨ [∃x : ¬ (x ∈ B =⇒ x ∈ A)] {Regla General}
⇐⇒ [∃x : ¬ (¬(x ∈ A) ∨ (x ∈ B))] ∨ [∃x : ¬ (¬(x ∈ B) ∨ (x ∈ A))] {Implicación}
⇐⇒ [∃x : (¬¬(x ∈ A) ∧ ¬(x ∈ B))] ∨ [∃x : (¬¬(x ∈ B) ∧ ¬(x ∈ A))] {De Morgan}
⇐⇒ [∃x : (x ∈ A ∧ x ∈
/ B)] ∨ [∃x : (x ∈ B ∧ x ∈
/ A)] {Doble Negación}
Ası́ pues, una condición necesaria y suficiente para que dos conjuntos A y B sean distintos es que exista
un elemento en A que no esté en B o que exista un elemento en B que no esté en A.
1.2.1 Subconjuntos
A ⊆ B ⇐⇒ ∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B)
Solución
a ∈ A ⇐⇒ a2 − 3a + 2 = 0 ⇐⇒ a = 2 ó a = 1 =⇒ a ∈ B
Ejemplo 1.10 Dar una condición necesaria y suficiente para que un conjunto A no esté contenido en
otro conjunto B.
Solución
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A*B ⇐⇒ ¬(A ⊆ B)
⇐⇒ ¬ [∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B)]
⇐⇒ ∃x : [¬ (x ∈ A =⇒ x ∈ B)]
⇐⇒ ∃x : [¬ (¬(x ∈ A) ∨ (x ∈ B))]
⇐⇒ ∃x : [¬¬(x ∈ A) ∧ ¬(x ∈ B)]
⇐⇒ ∃x : (x ∈ A ∧ x ∈
/ B)
es decir, una condición necesaria y suficiente para que A no esté contenido en B es que exista, al menos,
un elemento en A que no esté en B.
Ejemplo 1.11 ¿Es B = {1, 2, 3} un subconjunto de A = x ∈ R : x2 − 3x + 2 = 0 ?
Solución
Si A ⊆ B y además B tiene un elemento que no está en A, diremos que A está estrictamente incluido
en B o que A es un subconjunto propio de B y lo notaremos por A ⊂ B.
A ⊂ B ⇐⇒ A ⊆ B ∧ [∃x : (x ∈ B ∧ x ∈
/ A)]
Ejemplo 1.12 Dar una condición necesaria y suficiente para que un conjunto esté estrictamente con-
tenido en otro.
Solución
Sean A y B dos conjuntos cualesquiera de un universal arbitrario U . Entonces, según acabamos de ver
A ⊂ B ⇐⇒ A ⊆ B ∧ [∃x : (x ∈ B ∧ x ∈
/ A)]
de donde, teniendo en cuenta el resultado del ejemplo 1.8, se sigue que
A ⊂ B ⇐⇒ A ⊆ B ∧ A 6= B
Nota 1.4 Los conjuntos también son objetos, luego pueden ser elementos de otros conjuntos, por
ejemplo, el conjunto
A = {{a, b} , {a, c} , {b} , {c}}
tiene cuatro elementos que son los conjuntos {a, b} , {a, c} , {b} y {c}. Si tuviéramos una caja con tres
paquetes de caramelos, la considerarı́amos como una caja con paquetes antes que una caja con caramelos,
por lo que se tratarı́a de un conjunto (la caja) con tres elementos (los paquetes).
Análogamente, si A es un conjunto, entonces {A} es un conjunto con un único elemento, A, sin impor-
tarnos cuantos elementos tenga A.
Un caso curioso ocurre con el conjunto vacı́o, ∅. Una caja con un paquete vacı́o de caramelos no es una
caja vacı́a ya que contiene algo, un paquete. De la misma forma {∅} es un conjunto con un elemento
mientras que ∅ no contiene elementos, ası́ que ∅ y {∅} son conjuntos distintos. Tendremos que ∅ ∈ {∅} e
incluso ∅ ⊆ {∅}, pero ∅ =
6 {∅}.
Ejemplo 1.13 Describir brevemente la diferencia entre los conjuntos {a} y {{a}} y entre los conjuntos
∅, {∅} y {∅, {∅}}.
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Solución
1.2.3 Proposición
Demostración
x ∈ A =⇒ x ∈ U
es verdad para cada x de U . Pero x ∈ U es verdad para todos los x, luego la implicación también es
verdad independientemente de que x ∈ A sea verdadero o falso. Como x es un elemento arbitrario de
U , se sigue que
∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ U )
es verdad y, por lo tanto,
A⊆U
1.2.4 Proposición
Demostración
Esta demostración es un ejemplo de demostración vacı́a ya que la definición de conjunto vacı́o nos permite
afirmar que la proposición ∃x : x ∈ ∅ es una contradicción, es decir siempre es falsa.
Pues bien, sea x un elemento arbitrario del universal. Como x ∈ ∅ es falsa para todos los elementos de
U tendremos que la implicación
x ∈ ∅ =⇒ x ∈ A
es verdadera.
∀x (x ∈ ∅ =⇒ x ∈ A)
y, consecuentemente,
∅⊆A
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(a) {1, 2, 3}
(b) {1, {2, 3}}
(c) {{1, {2, 3}}}
(d) {∅}
(e) {∅, {∅}}
(f) {{1, 2} , {2, 1, 1} , {2, 1, 1, 2}}
(g) {{∅, 2} , {2}}
Solución
A ⊆ B ⇐⇒ ∀x (x ∈ A =⇒ x ∈ B)
(a) {1, 2, 3}
∅ ⊆ {1, 2, 3} (Proposición 1.2.4).
1 ∈ {1, 2, 3}, luego {1} ⊆ {1, 2, 3}.
2 ∈ {1, 2, 3}, luego {2} ⊆ {1, 2, 3}.
3 ∈ {1, 2, 3}, luego {3} ⊆ {1, 2, 3}.
1 ∈ {1, 2, 3} y 2 ∈ {1, 2, 3}, luego {1, 2} ⊆ {1, 2, 3}.
1 ∈ {1, 2, 3} y 3 ∈ {1, 2, 3}, luego {1, 3} ⊆ {1, 2, 3}.
2 ∈ {1, 2, 3} y 3 ∈ {1, 2, 3}, luego {2, 3} ⊆ {1, 2, 3}.
1 ∈ {1, 2, 3}, 2 ∈ {1, 2, 3} y 3 ∈ {1, 2, 3}, luego {1, 2, 3} ⊆ {1, 2, 3}.
por lo tanto, los subconjuntos de {1, 2, 3} son
(b) {1, {2, 3}}. Aquı́ tenemos que 1 y {2, 3} son los dos elementos que tiene este conjunto, luego
razonando igual que en el apartado anterior, sus subconjuntos son:
(c) {{1, {2, 3}}}. Este conjunto tiene un único elemento que es {1, {2, 3}}, por lo tanto sus subconjuntos
son:
∅ y {{1, {2, 3}}}
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Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(d) {∅}. Este conjunto tiene un elemento que es ∅, por lo tanto tiene dos subconjuntos,
(e) {∅, {∅}}. Este conjunto tiene dos elementos, ∅ y {∅}, por lo tanto sus subconjuntos son
(g) {{∅, 2} , {2}}. Siguiendo un razonamiento idéntico a los anteriores apartados, sus subconjuntos son
Demostración
“Sólo si.” A = B =⇒ A ⊆ B ∧ B ⊆ A
(A = B =⇒ A ⊆ B) ∧ (A = B =⇒ B ⊆ A)
lo cual equivale a
A = B =⇒ A ⊆ B ∧ B ⊆ A
“Si.” A ⊆ B ∧ B ⊆ A =⇒ A = B
En efecto,
A=B
Este teorema lo utilizaremos con mucha frecuencia para comprobar que dos conjuntos son iguales, es
decir, para probar que A = B, probaremos que A ⊆ B y B ⊆ A.
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1.2.6 Corolario
Demostración
De A ⊆ B, se sigue que x ∈ A =⇒ x ∈ B
De B ⊆ C, se sigue que x ∈ B =⇒ x ∈ C
Ejemplo 1.16 Sean A, B y C tres conjuntos. Si A ∈ B y B ∈ C, ¿es posible que A ∈ C?, ¿es siempre
verdad que A ∈ C?. Da ejemplos de tus afirmaciones.
Solución
Ejemplo 1.17 Estudiar la relación que existe entre los siguientes conjuntos:
A = {1, 2}
B= {1, 3}
C = x ∈ R : x2 − 4x + 3 = 0
D = x ∈ R : x2 − 3x + 2 = 0
E = {x ∈ Z+ : x < 3}
F = {x ∈ Z+ : x es impar y x < 5}
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Solución
x ∈ C ⇐⇒ x2 − 4x + 3 = 0 ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 3 ⇐⇒ x ∈ B
o sea, C = B
x ∈ D ⇐⇒ x2 − 3x + 2 = 0 ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 2 ⇐⇒ x ∈ A
es decir, A = D.
Sea x un entero positivo cualquiera. Entonces,
x ∈ E ⇐⇒ x < 3 ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 2 ⇐⇒ x ∈ A
por lo tanto, A = E.
Sea x un entero positivo cualquiera. Entonces,
x ∈ F ⇐⇒ x es impar x < 5 ⇐⇒ x = 1 ∨ x = 3 ⇐⇒ x ∈ B
por lo tanto, F = B.
Consecuentemente,
A 6= B
A 6= C 2 B=C
A=D 2 B 6= D 2 6 D
C=
A=E 2 B 6= E 2 C=6 E 2 D=E
A 6= F 2 B=F 2 C=F 2 D 6= F 2 E 6= F
Nota 1.5 Con el conjunto vacı́o puede construirse una sucesión infinita de conjuntos distintos.
En la sucesión,
∅, {∅} , {{∅}} , {{{∅}}} , . . .
el primer conjunto no tiene ningún elemento y cada uno de los restantes tiene, exactamente, un elemento
que es el conjunto que le precede en la sucesión.
En la sucesión,
∅, {∅} , {∅, {∅}} , {∅, {∅} , {∅, {∅}}} , {∅, {∅} , {∅, {∅}} , {∅, {∅} , {∅, {∅}}}}
cada conjunto tiene como elementos todos los conjuntos que le preceden en la sucesión. Ası́, contando
desde cero, el conjunto que ocupa el lugar k tiene k elementos.
Una representación gráfica para los conjuntos son los diagramas de Venn. El conjunto universal se
representa por el interior de un rectángulo y todos los demás conjuntos se representan por regiones
cerradas incluidos en el mismo.
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U U U
A
B B B A
A
Diagramas de Venn
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Apuntes de Matemática Discreta
2. Operaciones con Conjuntos
Contenido
2.1 Definiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.1.1 Unión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.1.2 Intersección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
2.1.3 Diferencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1.4 Complementario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1.5 Diferencia Simétrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.2 Algebra de conjuntos. Dualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2.2.1 Leyes Idempotentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2.2.2 Leyes Conmutativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2.2.3 Leyes Asociativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.2.4 Leyes Distributivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
2.2.5 Leyes de Identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.2.6 Ley Involutiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.2.7 Leyes del Complementario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
2.2.8 Leyes de De Morgan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
2.3 Conjunto de las Partes de un Conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2.3.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.4 Producto cartesiano de conjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.4.1 n-tupla ordenada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.4.2 Igualdad de n-tuplas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.4.3 Producto cartesiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.4.4 Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Introduciremos las operaciones con conjuntos que nos van a permitir obtener nuevos conjuntos, partiendo
de conjuntos ya conocidos. A y B serán dos conjuntos cualesquiera de un universal arbitrario U .
2.1 Definiciones
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2.1.1 Unión
La unión de dos conjuntos A y B es el conjunto formado por todos los elementos que pertenecen a A
o a B. Se nota A ∪ B.
A ∪ B = {x : x ∈ A ∨ x ∈ B} .
La disyunción, ∨, se utiliza en el sentido inclusivo, es decir, significa “y/o”.
2.1.2 Intersección
La intersección de dos conjuntos A y B es el conjunto formado por todos los elementos que pertenecen
a A y a B. Se nota A ∩ B.
A ∩ B = {x : x ∈ A ∧ x ∈ B}
Si A y B no tienen elementos en común, es decir, si A ∩ B = ∅, entonces diremos que A y B son
conjuntos disjuntos.
Solución
∀x (x ∈ C =⇒ x ∈ A) ∧ ∀x (x ∈ C =⇒ x ∈ B)
∀x [(x ∈ C =⇒ x ∈ A) ∧ (x ∈ C =⇒ x ∈ B)]
luego,
∀x, (x ∈ A ∪ B =⇒ x ∈ C)
de aquı́ que
C ⊇ (A ∪ B)
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Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
2.1.3 Diferencia
La diferencia entre dos conjuntos A y B es el conjunto formado por todos los elementos que pertenecen
a A y no pertenecen a B. Se nota por A \ B.
A \ B = {x : x ∈ A ∧ x ∈
/ B}
2.1.4 Complementario
El complementario de un conjunto A es el conjunto formado por todos los elementos del conjunto
universal que no pertenecen a A. Se nota Ac .
Ac = {x : x ∈ U ∧ x ∈
/ A}
La diferencia simétrica entre dos conjuntos A y B es el conjunto formado por todos los elementos que
pertenecen a A o a B pero no a ambos. Se nota por A 4 B.
A 4 B = (A \ B) ∪ (B \ A)
A∪B
A B
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A = {n ∈ Z+ : n 6 13}
B = {n ∈ Z+ : n es par y n 6 20}
C = {n ∈ Z+ : n es par}
Hallar A ∪ B, A ∩ B, Ac , B c , A \ B, B \ A, A 4 B, B ∩ C y B \ C.
Solución
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Ac = {n ∈ Z+ : n ∈
/ A}
= {n ∈ Z+ : n > 13}
Bc = {n ∈ Z+ : n ∈
/ B}
= {n ∈ Z+ : ¬(n ∈ B)}
= {n ∈ Z+ : ¬ [n es par ∧ (n 6 20)]}
= {n ∈ Z+ : ¬(n es par) ∨ ¬(n 6 20)}
= {n ∈ Z+ : (n es impar) ∨ (n > 20)}
= {1, 3, 5, 7, 9, 11, . . .} ∪ {21, 22, 23, 24, . . .}
= {1, 3, 5, 7, 9, 11, 13, 15, 17, 19, 21, 22, 23, 24, . . .}
A\B = {n ∈ Z+ : n ∈ A ∧ n ∈
/ B}
= {n ∈ Z+ : n ∈ A ∧ n ∈ B c }
= {n ∈ Z+ : n 6 13 ∧ n ∈ B c }
= {1, 3, 5, 7, 9, 11, 13}
B \ A = {n ∈ Z+ : n ∈ B ∧ n ∈
/ A}
= {n ∈ Z+ : n ∈ B ∧ n ∈ Ac }
= {n ∈ Z+ : n es par y n 6 20 y n > 13}
= {n ∈ Z+ : n es par y 14 6 n 6 20}
= {14, 16, 18, 20}
A4B = (A \ B) ∪ (B \ A)
= {1, 3, 5, 7, 9, 11, 13} ∪ {14, 16, 18, 20}
= {1, 3, 5, 7, 9, 11, 13, 14, 16, 18, 20}
B\C = {n ∈ Z+ : n ∈ B y n ∈
/ C}
= {n ∈ Z+ : n es par y n 6 20 y n es impar}
= ∅
19
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Bajo las operaciones definidas en los apartados anteriores, los conjuntos satisfacen varias leyes o identi-
dades. Observaremos que existe una dualidad entre las leyes que utilizan la intersección y las que utilizan
la unión.
Demostración
1.
x ∈ (A ∪ A) ⇐⇒ x ∈ A ∨ x ∈ A {Definición de unión}
⇐⇒ x∈A {Idempotencia de ∨}
De la arbitrariedad de x se sigue que
∀x [x ∈ (A ∪ A) ⇐⇒ x ∈ A]
de aquı́ que
A∪A=A
2. Análogamente se prueba que A ∩ A = A.
Demostración
En efecto,
20
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
2. A ∩ (B ∩ C) = (A ∩ B) ∩ C
Demostración
1.
x ∈ A ∪ (B ∪ C) ⇐⇒ x ∈ A ∨ [x ∈ (B ∪ C)] {Definición de unión}
⇐⇒ x ∈ A ∨ (x ∈ B ∨ x ∈ C) {Definición de unión}
⇐⇒ (x ∈ A ∨ x ∈ B) ∨ x ∈ C {Asociatividad de ∨}
⇐⇒ (x ∈ A ∪ B) ∨ x ∈ C {Definición de unión}
⇐⇒ x ∈ (A ∪ B) ∪ C {Definición de unión}
De la arbitrariedad de x se sigue que
∀x [x ∈ A ∪ (B ∪ C) ⇐⇒ x ∈ (A ∪ B) ∪ C]
de aquı́ que
A ∪ (B ∪ C) = (A ∪ B) ∪ C
A ∩ (B ∩ C) = (A ∩ B) ∩ C
1. A ∪ (B ∩ C) = (A ∪ B) ∩ (A ∪ C)
2. A ∩ (B ∪ C) = (A ∩ B) ∪ (A ∩ C)
Demostración
En efecto,
∀x [x ∈ A ∪ (B ∩ C) ⇐⇒ x ∈ (A ∪ B) ∩ (A ∪ C)]
21
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
consecuentemente,
A ∪ (B ∩ C) = (A ∪ B) ∩ (A ∪ C)
2. De una forma similar se prueba que
A ∩ (B ∪ C) = (A ∩ B) ∪ (A ∩ C)
3. A ∩ ∅ = ∅
4. A ∩ U = A
Demostración
22
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(Ac )c = A
Demostración
luego,
c
∀x [x ∈ (Ac ) ⇐⇒ x ∈ A]
es decir,
c
(Ac ) = A
3. A ∩ Ac = ∅
4. ∅c = U
Demostración
x ∈ (A ∪ Ac ) ⇐⇒ x ∈ A ∨ x ∈ Ac {Definición de unión}
⇐⇒ x∈A ∨ x∈
/A {Complementario}
⇐⇒ x ∈ A ∨ ¬(x ∈ A) {Negación}
⇐⇒ x∈U {Tautologı́a}
luego,
∀x [x ∈ (A ∪ Ac ) ⇐⇒ x ∈ U ]
por lo tanto,
A ∪ Ac = U
2. U c = ∅. En efecto,
U c = {x ∈ U : x ∈ U c } = {x ∈ U ∧ x ∈
/U}=∅
23
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
3. A ∩ Ac = ∅. En efecto,
A ∩ Ac = {x ∈ U : x ∈ A ∧ x ∈ Ac } = {x ∈ U : x ∈ A ∧ x ∈
/ A} = ∅
4. ∅c = U . En efecto,
∅c = {x ∈ U : x ∈ ∅c } = {x ∈ U : x ∈
/ ∅} = {x ∈ U } = U
2. (A ∩ B)c = Ac ∪ B c
Demostración
1. (A ∪ B)c = Ac ∩ B c
En efecto, sea x un elemento arbitrario del conjunto universal U . Entonces,
x ∈ (A ∪ B)c ⇐⇒ x∈
/ (A ∪ B) {Definición de complementario}
⇐⇒ ¬ [x ∈ (A ∪ B)] {Negación}
⇐⇒ ¬ [(x ∈ A) ∨ (x ∈ B)] {Definición de unión}
⇐⇒ ¬(x ∈ A) ∧ ¬(x ∈ B) {De Morgan para ∨}
⇐⇒ (x ∈
/ A) ∧ (x ∈
/ B) {Negación}
⇐⇒ (x ∈ Ac ) ∧ (x ∈ B c ) {Definición de complementario}
c c
⇐⇒ x ∈ (A ∩ B ) {Definición de intersección}
luego,
(A ∪ B)c = Ac ∩ B c
(a) A \ B ⊆ A
(b) Si A ⊆ B y C ⊆ D, entonces (A ∪ C) ⊆ (B ∪ D)
(c) Si A ⊆ B y C ⊆ D, entonces (A ∩ C) ⊆ (B ∩ D)
(d) A ⊆ (A ∪ B)
(e) A ∩ B ⊆ A
24
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(f) Si A ⊆ B, entonces A ∪ B = B
(g) Si A ⊆ B, entonces A ∩ B = A
(h) A \ ∅ = A
(i) A ∩ (B \ A) = ∅
(j) A ∪ (B \ A) = A ∪ B
(k) A \ (B ∪ C) = (A \ B) ∩ (A \ C)
(l) A \ (B ∩ C) = (A \ B) ∪ (A \ C)
Solución
(a) A \ B ⊆ A
En efecto, sea x un elemento arbitrario de U ,
x∈A\B ⇐⇒ x∈A ∧ x∈
/B {Definición de diferencia}
=⇒ x∈A {Simplificación}
luego,
∀x [x ∈ A \ B =⇒ x ∈ A]
consecuentemente,
A\B ⊆A
(b) Si A ⊆ B y C ⊆ D, entonces (A ∪ C) ⊆ (B ∪ D)
En efecto, supongamos que A ⊆ B y C ⊆ D y sea x un elemento arbitrario de U , entonces
luego,
∀x [x ∈ (A ∪ C) =⇒ x ∈ (B ∪ D)]
por lo tanto,
A∪C ⊆B∪D
(c) Si A ⊆ B y C ⊆ D, entonces (A ∩ C) ⊆ (B ∩ D)
Se prueba de forma análoga a la anterior.
(d) A ⊆ (A ∪ B)
En efecto, si x es cualquiera de U , entonces
luego,
∀x [x ∈ A =⇒ x ∈ (A ∪ B)]
de aquı́ que
A ⊆ (A ∪ B)
25
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(e) A ∩ B ⊆ A
En efecto, sea x un elemento cualquiera de A ∩ B. Entonces,
luego,
∀x [x ∈ (A ∩ B) =⇒ x ∈ A]
de donde se sigue
A∩B ⊆A
(f) Si A ⊆ B, entonces A ∪ B = B
En efecto, sea x cualquiera de U y supongamos que A ⊆ B.
luego,
∀x [x ∈ (A ∪ B) =⇒ x ∈ B]
por lo tanto,
A∪B ⊆B
y por (d)
B ⊆ (A ∪ B)
De la doble inclusión se sigue la igualdad que buscamos.
(g) Si A ⊆ B, entonces A ∩ B = A
Por el apartado (e), tenemos que
A∩B ⊆A
Veamos la inclusión contraria.
Supongamos que A ⊆ B y sea x un elemento arbitrario de U , entonces
luego,
∀x [x ∈ A =⇒ x ∈ (A ∩ B)]
de aquı́ que
A ⊆ (A ∩ B)
Tenemos, pues, que
A ⊆ (A ∩ B) y (A ∩ B) ⊆ A
por lo tanto,
A=A∩B
(h) A \ ∅ = A
Sea x cualquiera de U . Entonces,
x∈A\∅ ⇐⇒ x∈A ∧ x∈
/∅ {Definición de diferencia}
⇐⇒ x∈A {Por ser x ∈
/ ∅ verdad, siempre}
luego,
A \ ∅ = {x : x ∈ A} = A
26
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(i) A ∩ (B \ A) = ∅
En efecto,
A ∩ (B \ A) = A ∩ (B ∩ Ac ) {Diferencia de conjuntos}
= A ∩ (Ac ∩ B) {Conmutatividad de la unión}
= (A ∩ Ac ) ∩ B {Asociatividad de la intersección}
= ∅∩B {Leyes del complementario}
= ∅ {Leyes de identidad}
(j) A ∪ (B \ A) = A ∪ B
En efecto,
A ∪ (B \ A) = A ∪ (B ∩ Ac ) {Diferencia de conjuntos}
= (A ∪ B) ∩ (A ∪ Ac ) {Distributividad}
= (A ∪ B) ∩ U {Leyes del complementario}
= A∪B {Leyes de identidad}
(k) A \ (B ∪ C) = (A \ B) ∩ (A \ C)
c
A \ (B ∪ C) = A ∩ (B ∪ C) {Diferencia de conjuntos}
c c
= A ∩ (B ∩ C ) {De Morgan}
= (A ∩ A) ∩ (B c ∩ C c ) {Idempotencia de la intersección}
= (A ∩ B c ) ∩ (A ∩ C c ) {Commutatividad y asociatividad}
= (A \ B) ∩ (A \ C) {Diferencia de conjuntos}
(l) A \ (B ∩ C) = (A \ B) ∪ (A \ C)
La demostración es similar a la del apartado anterior.
(a) A ∪ (A ∩ B) = A
(b) A ∩ (A ∪ B) = A
(c) A \ B = A ∩ B c
(d) A ∪ (Ac ∩ B) = A ∪ B
(e) A ∩ (Ac ∪ B) = A ∩ B
Solución
(a) A ∪ (A ∩ B) = A
Sea x un elemento cualquiera del universal U , entonces
x ∈ A ∪ (A ∩ B) ⇐⇒ x ∈ A ∨ x ∈ (A ∩ B) {Definición de unión}
=⇒ x∈A
A ∪ (A ∩ B) ⊆ A
27
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
A ⊆ A ∪ X, ∀X ∈ U
en particular,
A ⊆ A ∪ (A ∩ B)
De la doble inclusión se sigue el resultado,
A = A ∪ (A ∩ B)
(b) A ∩ (A ∪ B) = A
En efecto,
A ∩ (A ∪ B) = (A ∩ A) ∪ (A ∩ B) {Distributividad}
= A ∪ (A ∩ B) {Idempotencia de la intersección}
= A {Apartado (a)}
(c) A \ B = A ∩ B c
En efecto, sea x cualquiera del conjunto universal U , entonces
x∈A\B ⇐⇒ x∈A ∧ x∈
/B {Definición de diferencia}
c
⇐⇒ x∈A ∧ x∈B {Definición de complementario}
⇐⇒ x ∈ (A ∩ B c ) {Definición de intersección}
luego,
∀x, x ∈ A \ B ⇐⇒ x ∈ (A ∩ B c )
por lo tanto,
A \ B = A ∩ Bc
A ∪ (Ac ∩ B) = (A ∪ Ac ) ∩ (A ∪ B) {Distributividad}
= U ∩ (A ∪ B) {Leyes del complementario}
= A∪B {Leyes de identidad}
(e) A ∩ (Ac ∪ B) = A ∩ B
A ∩ (Ac ∪ B) = (A ∩ Ac ) ∪ (A ∩ B) {Distributividad}
= ∅ ∪ (A ∩ B) {Leyes del complementario}
= A∩B {Leyes de identidad}
Dado un conjunto A, si nos referimos a algunos de sus subconjuntos estarı́amos considerando un conjunto
de conjuntos. En tales casos hablaremos de una clase de conjuntos o colección de conjuntos en vez de
un conjunto de conjuntos. Si quisiéramos considerar algunos de los conjuntos de una clase dada de
conjuntos, entonces hablaremos de una subclase o de una subcolección.
28
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 2.5 Sea A = {a, b, c, d, e} y sea A la clase de subconjuntos de A que contienen exactamente
tres elementos de A. Entonces,
A = {{a, b, c} , {a, b, d} , {a, b, e} , {a, c, d} , {a, c, e} , {a, d, e} , {b, c, d} , {b, c, e} , {c, d, e}}
2.3.1 Definición
Dado un conjunto A, llamaremos conjunto de las partes de A a la clase o colección de todos los
subconjuntos de A y se nota por P(A).
X ∈ P(A) ⇐⇒ X ⊆ A
P(A) = {∅, {1} , {2} , {3} , {1, 2} , {1, 3} , {2, 3} , {1, 2, 3}}
Nota 2.1 Si el conjunto A es finito y tiene n elementos, entonces P(A) también es un conjunto finito
y tiene 2n elementos.
En efecto, sea X un elemento arbitrario de P(A). Para cada a ∈ A, hay dos opciones a ∈ X ó a ∈
/ X;
como hay n elementos en A, habrá
n veces
z }| {
2 · 2 · 2 · · · · · · 2 = 2n
diferentes conjuntos X. Es decir, P(A) tiene 2n elementos.
Ejemplo 2.7 Especificar el conjunto de las partes para cada uno de los conjuntos siguientes:
(a) {a, b, c}
(b) {{a, b} , {c}}
(c) {{a, b} , {b, a} , {a, b, b}}
Solución
(a) {a, b, c}
P ({a, b, c}) = {∅, {a} , {b} , {c} , {a, b} , {a, c} , {b, c} , {a, b, c}}
P ({{a, b} , {b, a} , {a, b, b}}) = P ({a, b}) = {∅, {a, b} {{a, b}}}
29
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
El concepto matemático de relación está basado en la noción de relación entre objetos. Algunas relaciones
describen comparaciones entre elementos de un conjunto: Una caja es más pesada que otra, un hombre
es más rico que otro, etc. Otras relaciones involucran elementos de conjuntos diferentes, tal como “x
vive en y”, donde x es una persona e y es una ciudad, “x es propiedad de y” donde x es un edificio e y
es una empresa, ó “x nació en el paı́s y en el año z”.
Todos los ejemplos anteriores son de relaciones entre dos o tres objetos, sin embargo, en principio,
podemos describir relaciones que abarquen n objetos, donde n es cualquier entero positivo. Cuando
hagamos una afirmación que relacione n objetos, será necesario no solamente especificar los objetos en sı́
mismos sino también una ordenación de los mismos. Por ejemplo, la posición relativa de 3 y 5 da lugar
únicamente a dos afirmaciones “5 < 3” y “3 < 5”, siendo una de ellas falsa y la otra verdadera.
Usaremos las n-tuplas ordenadas de elementos para especificar una sucesión finita de objetos no nece-
sariamente distintos; la posición relativa de los objetos en la sucesión nos dará la ordenación necesaria
de los mismos.
Obsérvese que es fundamental el orden en que escribamos los elementos de la n-tupla, ası́
(a1 , a2 , . . . , an ) 6= (a2 , a1 , . . . , an )
Diremos que dos n-tuplas ordenadas son iguales si, y sólo si, sus i-ésimas componentes son iguales
para todo i, 1 6 i 6 n, es decir,
Muchas veces trataremos con colecciones de n-tuplas donde la componente i-ésima de cada n-tupla es
un elemento de un conjunto Ai . Definimos el conjunto de todas las n-tuplas ordenadas.
A1 × A2 × · · · × An = {(a1 , a2 , . . . , an ) : ai ∈ Ai 1 6 i 6 n}
A × B = {(a, b) : a ∈ A ∧ b ∈ B}
A × A = {(a, b) : a ∈ A ∧ b ∈ A}
30
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y lo notaremos por An .
Nota 2.2 Obsérvese que A × ∅ = ∅. En efecto, si A × ∅ no fuese vacı́o, entonces existirı́a, al menos, un
par (a, b) ∈ A × ∅ de aquı́ que a ∈ A y b ∈ ∅, lo cual es imposible.
R × R = R2 = {(x, y) : x, y ∈ R}
Cada punto P representa un par ordenado (x, y) de números reales y viceversa. A R2 se le llama
normalmente plano cartesiano.
Solución
A × B = {(x, y) : 1 6 x 6 2 ∧ 0 6 y 6 1}
B × A = {(y, x) : 0 6 y 6 1 ∧ 1 6 x 6 2}
3 • 3 •
2 • 2 •
B×A
1 • 1 •
A×B
• • • • • • • •
0 1 2 3 0 1 2 3
Ejemplo 2.9
Cuando A y B son, como en este caso, conjuntos de números reales, su producto cartesiano puede
representarse como un conjunto de puntos en el plano cartesiano.
A × B = {(1, a), (1, b), (1, c), (2, a), (2, b), (2, c)}
B × A = {(a, 1), (a, 2), (b, 1), (b, 2), (c, 1), (c, 2)}
31
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
también,
A × A = {(1, 1), (1, 2), (2, 1), (2, 2)}
B × B = {(a, a), (a, b), (a, c), (b, a), (b, b), (b, c), (c, a), (c, b), (c, c)}
Nota 2.3 En los ejemplos anteriores se observa que el producto cartesiano de dos conjuntos no es
conmutativo. Es decir, en general, A × B 6= B × A
Solución
A1 × A2 × A3 = {(1, a, x), (1, a, y), (1, b, x), (1, b, y), (2, a, x), (2, a, y), (2, b, x), (2, b, y)}
A2 × A1 × A3 = {(a, 1, x), (a, 1, y), (a, 2, x), (a, 2, y), (b, 1, x), (b, 1, y), (b, 2, x), (b, 2, y)}
2.4.4 Propiedades
(b) A × (B ∩ C) = (A × B) ∩ (A × C)
(c) (A ∪ B) × C = (A × C) ∪ (B × C)
(d) (A ∩ B) × C = (A × C) ∩ (B × C)
Demostración
(a) A × (B ∪ C) = (A × B) ∪ (A × C)
Ejemplo 2.12 Si U = Z+ , A = {1, 2, 3, 4}, B = {2, 5} y C = {3, 4, 7}, determı́nense los conjuntos
siguientes:
(a) A × B
32
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) B × A
(c) A ∪ (B × C)
(d) (A ∪ B) × C
(e) (A × C) ∪ (B × C)
Solución
(a) A × B = {(a, b) : a ∈ A ∧ b ∈ B}
luego,
A × B = {(1, 2), (1, 5), (2, 2), (2, 5), (3, 2), (3, 5), (4, 2), (4, 5)}
(b) B × A = {(b, a) : b ∈ B ∧ a ∈ A}
luego,
B × A = {(2, 1), (2, 2), (2, 3), (2, 4), (5, 1), (5, 2), (5, 3), (5, 4)}
(c)
A ∪ (B × C) = {1, 2, 3, 4, (2, 3), (2, 4), (2, 7), (5, 3), (5, 4), (5, 7)}
(d)
(A ∪ B) × C = {(1, 3), (1, 4), (1, 7), (2, 3), (2, 4), (2, 7), (3, 3),
(3, 4), (3, 7), (4, 3), (4, 4), (4, 7), (5, 3), (5, 4), (5, 7)}
(e)
(A × C) ∪ (B × C) = {(1, 3), (1, 4), (1, 7), (2, 3), (2, 4), (2, 7), (3, 3),
(3, 4), (3, 7), (4, 3), (4, 4), (4, 7), (5, 3), (5, 4), (5, 7)}
Ejemplo 2.13 Sean A = {a, b, c}, B = {b, c, d} y C = {a, d}. Encontrar A × B × C utilizando un
diagrama en árbol.
Solución
a• b• •c
b• c• d• b• c• d• b• c• d•
• • • • • • • • • • • • • • • • • •
a d a d a d a d a d a d a d a d a d
Ejemplo 2.13
33
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
La figura muestra el diagrama en árbol. Recorriendo cada una de las ramas obtenemos las distintas
ternas que integran el producto cartesiano de los tres conjuntos, es decir,
A×B×C = {(a, b, a), (a, b, d), (a, c, a), (a, c, d), (a, d, a), (a, d, d), (b, b, a), (b, b, d), (b, c, a)
(b, c, d), (b, d, a), (b, d, d), (c, b, a), (c, b, d), (c, c, a), (c, c, d), (c, d, a), (c, d, d)}
Solución
A × (B ∩ C) = (A × B) ∩ (A × C) En efecto,
∀(a, b) ∈ A × (B ∩ C) ⇐⇒ a ∈ A ∧ b ∈ (B ∩ C)
⇐⇒ a ∈ A ∧ (b ∈ B ∧ b ∈ C)
⇐⇒ (a ∈ A ∧ b ∈ B) ∧ (a ∈ A ∧ b ∈ C)
⇐⇒ (a, b) ∈ A × B ∧ (a, b) ∈ A × C
⇐⇒ (a, b) ∈ (A × B) ∩ (A × C)
luego,
∀(a, b) ((a, b) ∈ A × (B ∩ C) ⇐⇒ (a, b) ∈ (A × B) ∩ (A × C))
es decir,
A × (B ∩ C) = (A × B) ∩ (A × C)
Solución
A = {x ∈ Z : 3 6 x 6 8} = {3, 4, 5, 6, 7, 8}
Solución
34
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
∀(a, b) ((a, b) ∈ (A1 × B1 ) ∩ (A2 × B2 ) ⇐⇒ (a, b) ∈ (A1 ∩ A2 ) × (B1 ∩ B2 ))
es decir,
(A1 × B1 ) ∩ (A2 × B2 ) = (A1 ∩ A2 ) × (B1 ∩ B2 )
Ejemplo 2.17 Dados los conjuntos A = {a, b, c, d} , B = {1, 2, 3} y C = {α, β, γ}, hallar
(a) A × B × C
(b) A × (B ∩ C)
(c) A × (B ∪ C)
Solución
(a)
A×B×C = {(a, 1, α), (a, 1, β), (a, 1, γ), (a, 2, α), (a, 2, β), (a, 2, γ), (a, 3, α), (a, 3, β),
(a, 3, γ), (b, 1, α), (b, 1, β), (b, 1, γ), (b, 2, α), (b, 2, β), (b, 2, γ), (b, 3, α),
(b, 3, β), (b, 3, γ), (c, 1, α), (c, 1, β), (c, 1, γ), (c, 2, α), (c, 2, β), (c, 2, γ),
(c, 3, α), (c, 3, β), (c, 3, γ), (d, 1, α), (d, 1, β), (d, 1, γ), (d, 2, α), (d, 2, β),
(d, 2, γ), (d, 3, α), (d, 3, β), (d, 3, γ)}
(b) A × (B ∩ C) = A × ∅ = ∅
(c) A × (B ∪ C)
Según hemos visto en la lección,
A × (B ∪ C) = (A × B) ∪ (A × C)
luego,
A × (B ∪ C) = {(a, 1), (a, 2), (a, 3), (b, 1), (b, 2), (b, 3), (c, 1), (c, 2), (c, 3), (d, 1), (d, 2), (d, 3)
(a, α), (a, β), (a, γ), (b, α), (b, β), (b, γ), (c, α), (c, β), (c, γ), (d, α), (d, β), (d, γ)}
Solución
En efecto,
∀(a, b) ∈ A × (B \ C) ⇐⇒ a∈A ∧ b∈B\C
⇐⇒ a ∈ A ∧ (b ∈ B ∧ b ∈
/ C)
⇐⇒ (a ∈ A ∧ b ∈ B) ∧ (a ∈ A ∧ b ∈
/ C)
⇐⇒ (a, b) ∈ A × B ∧ (a, b) ∈
/ (A × C)
⇐⇒ (a, b) ∈ (A × B) \ (A × C)
luego,
∀(a, b) ((a, b) ∈ A × (B \ C) ⇐⇒ (a, b) ∈ (A × B) \ (A × C))
es decir,
A × (B \ C) = (A × B) \ (A × C)
35
Apuntes de Matemática Discreta
3. Principios Básicos de Conteo
Contenido
3.1 Partición de un Conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.1.2 Recubrimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
3.1.3 Cardinal de un conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.2 Principio de Adición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.2.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
3.2.2 Regla de la Suma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3.3 Principio de Multiplicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
3.3.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
3.3.2 Regla del Producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
3.4 Principio de Inclusión-Exclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
3.4.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
3.4.2 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.4.3 Generalización del Principio de Inclusión-Exclusión . . . . . . . . . . . . . . . . 59
3.5 Principio de Distribución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.5.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.5.2 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
Desarrollamos en esta lección los principios básicos para contar elementos de un conjunto, el de Adición,
el de Multiplicación, el de Inclusión-Exclusión y finalizaremos con el de Distribución.
3.1.1 Definición
37
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
3.1.2 Recubrimiento
Ejemplo 3.1
A2 A3
A1 A4
A1 = {a, b, c, d}
A2 = {c, d, e, f, g}
A3 = {g, h, i}
A4 = {j, k}
Solución
En efecto,
Ai 6= ∅; i = 1, 2, 3, 4
38
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Si A es un conjunto finito no vacı́o, designaremos por cardinal de A al número de elementos que tiene
A. Si A es el conjunto vacı́o, entonces su cardinal es cero. Lo notaremos |A|.
Estudiamos el más básico y simple de los principios para contar elementos de un conjunto.
3.2.1 Teorema
Demostración
A1 = {a1 , a2 , . . . , aq } y A2 = {b1 , b2 , . . . , br }
A1 ∪ A2 = {a1 , a2 , . . . , aq , b1 , b2 , . . . , br }
luego,
|A1 ∪ A2 | = q + r = |A1 | + |A2 |
Paso inductivo. Supongamos que el teorema es cierto para n = p, es decir, si A1 , A2 , . . . , Ap son una
familia de conjuntos finitos y disjuntos dos a dos, entonces
p p
[ X
Ai = |Ai |
i=1 i=1
Veamos que el teorema es cierto para n = p + 1. En efecto, sea A1 , A2 , . . . , Ap , Ap+1 una familia de
conjuntos finitos y dos a dos disjuntos, entonces por la asociatividad de la unión de conjuntos,
p+1 p
!
[ [
Ai = A1 ∪ A2 ∪ · · · ∪ Ap ∪ Ap+1 = (A1 ∪ A2 ∪ · · · ∪ Ap ) ∪ Ap+1 = Ai ∪ Ap+1
i=1 i=1
39
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siendo,
p
!
[
Ai ∩ Ap+1 = (A1 ∪ A2 ∪ · · · ∪ Ap ) ∩ Ap+1
i=1
Obsérvese que en este tipo de problemas, la palabra “o” aparece o se sobrentiende implı́citamente. En
cualquier caso en el que tengamos una acción simple a realizar y que debe satisfacer una condición u otra
siendo las condiciones mutuamente excluyentes, utilizaremos normalmente el principio de adición. Este
primer principio del conteo puede expresarse como sigue:
Si una primera tarea puede realizarse de m formas distintas, mientras que una segunda tarea puede
realizarse de n formas distintas, y no es posible realizar ambas tareas de manera simultánea, entonces,
para llevar a cabo cualquiera de ellas pueden utilizarse cualquiera de m + n formas.
Ejemplo 3.3 Se lanza al aire una moneda cuatro veces. ¿De cuántas formas distintas pueden obtenerse
una, dos, tres o cuatro caras?
Solución
Sea Ai el conjunto formado por todos los resultados posibles en los que aparezcan, exactamente, “i caras”
al lanzar cuatro veces la moneda. Entonces,
A1 = {(c, x, x, x), (x, c, x, x), (x, x, c, x), (x, x, x, c)}
A2 = {(c, c, x, x), (c, x, c, x), (c, x, x, c), (x, c, c, x), (x, c, x, c), (x, x, c, c)}
A3 = {(c, c, c, x), (c, c, x, c), (c, x, c, c), (x, c, c, c)}
A4 = {(c, c, c, c)}
y el conjunto A1 ∪ A2 ∪ A3 ∪ A4 estará formado por todos los resultados en los que aparecen una, dos,
tres o cuatro caras, por tanto el número pedido es el cardinal de dicho conjunto. Al ser los Ai dos a dos
disjuntos, por el principio de adición, tendremos que habrá
|A1 ∪ A2 ∪ A3 ∪ A4 | = |A1 | + |A2 | + |A3 | + |A4 | = 15
40
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Este principio nos va a permitir resolver con más comodidad situaciones que involucren procesos que
consistan en acciones sucesivas.
Supongamos una acción que consista en una secuencia de pasos. Por ejemplo tirar un dado, luego otro
y a continuación un tercero. Diremos que los pasos son independientes si el número de formas en que
puede hacerse cada uno de ellos no depende del número de formas en que pueden realizarse cada uno de
los otros.
3.3.1 Teorema
Demostración
Paso básico. Veamos si el teorema es cierto para n = 2. En efecto, sean A1 y A2 dos conjuntos finitos
no vacı́os,
A1 = {a1 , a2 , . . . , aq } y A2 = {b1 , b2 , . . . , br }
Por definición de producto cartesiano,
A1 × A2 = {(ai , bj ) : ai ∈ A1 y bj ∈ A2 }
para cada uno de los ai , 1 6 i 6 q, tendremos los pares distintos,
(ai , b1 ), (ai , b2 ), . . . , (ai , br )
es decir, r pares o r elementos de A1 × A2 . Haciendo lo mismo para cada uno de los ai ∈ Ai , 1 6 i 6 q,
tendremos
(a1 , b1 ), (a1 , b2 ), . . . , (a1 , br )
(a2 , b1 ), (a2 , b2 ), . . . , (a2 , br )
...........................
(aq , b1 ), (aq , b2 ), . . . , (aq , br )
o sea, un total de q · r pares distintos en A1 × A2 , luego
|A1 × A2 | = q · r = |A1 | · |A2 |
por tanto, la proposición es cierta para n = 2.
41
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Consecuentemente, por el Principio de inducción matemática, el teorema es cierto para todo entero
positivo, n, es decir,
|A1 × A2 × · · · × An | = |A1 | · |A2 | · · · · · |An |
Ejemplo 3.4 ¿Cuántos resultados distintos son posibles al tirar tres dados diferentes?
Solución
Sean A1 , A2 y A3 los conjuntos formados por los posibles resultados que podamos obtener al tirar cada
uno de los tres dados, entonces |Ai | = 6, i = 1, 2, 3 y cada resultado es un elemento del producto
cartesiano A1 × A2 × A3 , luego por el principio de multiplicación, habrá
|A1 × A2 × A3 | = |A1 | · |A2 | · |A3 | = 6 · 6 · 6 = 216
resultados distintos.
Obsérvese que al ser diferentes los dados, podemos etiquetarlos como primero, segundo y tercero y tratar
la tirada como una acción con tres pasos sucesivos, cada uno de las cuales tiene seis resultados posibles.
El número de posibilidades será, por tanto,
6 · 6 · 6 = 216
Obsérvese también que si los dados no fueran diferentes, la respuesta serı́a distinta. Por ejemplo serı́a
imposible distinguir entre el resultado 152 y el 251.
Ejemplo 3.5 Un número de teléfono consta de siete dı́gitos. Si la primera ha de ser un número entre
2 y 9, ambos inclusive, la segunda y la tercera han de ser números entre 1 y 9 ambos inclusive. ¿Cuántos
números de teléfono distintos pueden formarse con estas condiciones?
Solución
A1 = {2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}
A2 = A3 = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}
A4 = A5 = A6 = A7 = {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}
El número de teléfonos con numeraciones distintas que pueden formarse son los del conjunto
A1 × A2 × A3 × A4 × A5 × A6 × A7
Por el principio de multiplicación,
|A1 × A2 · · · × A7 | = |A1 | · |A2 | · |A3 | · |A4 | · |A5 | · |A6 | · |A7 |
= 8 · 9 · 9 · 10 · 10 · 10 · 10
= 6.480.000
Ejemplo 3.6 Se dispone de una baraja de 40 cartas de la cual extraemos cuatro de dos formas difer-
entes:
42
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
(a) Para el primer paso tenemos 40 opciones posibles y como la carta extraı́da no se devuelve quedarán
39 opciones para el segundo paso y, por la misma razón, 38 y 37 opciones para el tercero y el cuarto,
respectivamente. Ası́ pues el experimento podrá hacerse de
40 · 39 · 38 · 37 = 2193360
formas distintas.
(b) Cada carta extraı́da se devuelve a la baraja. Por tanto, para cada una de las cuatro extracciones
dispondremos de las cuarenta. Ası́ pues, el número de formas diferentes de obtener las cuatro cartas
es
40 · 40 · 40 · 40 = 2560000
Ejemplo 3.7 Se lanzan dos dados, uno azul y otro rojo, a continuación se registra el resultado de cada
tirada.
(b) ¿En cuántos resultados uno y sólo uno de los dados muestra un 2?
Solución
(a) Sean a y b los resultados de los dados azul y rojo, respectivamente. Entonces,
a, b ∈ {1, 2, 3, 4, 5, 6}
A = {(1, 6), (2, 5), (3, 4), (4, 3), (5, 2), (6, 1)}
B = {(5, 6), (6, 5)}
|A ∪ B| = |A| + |B| = 8
43
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(b) Sean
A1 = {2}
B1 = {1, 3, 4, 5, 6}
y
A2 = {1, 3, 4, 5, 6}
B2 = {2}
donde Ai y Bi , i = 1, 2, representan, respectivamente, los resultados de los dados azul y rojo.
Entonces, todos los resultados en los cuales aparece un 2 en uno sólo de los dados, son los elementos
del conjunto
(A1 × B1 ) ∪ (A2 × B2 )
siendo A1 × B1 y A2 × B2 , disjuntos.
Consecuentemente, por el principio de adición y luego por el de multiplicación tendremos que el
número de resultados en los que uno sólo de los dados muestra un 2 es
|(A1 × B1 ) ∪ (A2 × B2 )| = |A1 × B1 | + |A2 × B2 |
= |A1 | · |A2 | + |B1 | · |B2 |
= 1 · 5 + 1 · 5 = 10
(c) Utilizando los mismos conjuntos que en el apartado anterior, los resultados en los que ninguno de
los dos dados muestra un 2 son los elementos de A2 × B1 . Por el principio de multiplicación, habrá
Ejemplo 3.8 Un viajante de comercio ha de visitar n ciudades sin pasar dos veces por ninguna de
ellas. ¿Cuántas rutas distintas puede tomar si el viaje ha de empezar y terminar en la ciudad A?
Solución
El viajante elige cualquiera de las n − 1 ciudades restantes para la primera visita, las opciones para la
segunda serı́an n−2 y n−3 posibilidades para la siguiente. Seguimos ası́ sucesivamente y por el principio
de multiplicación, el número de rutas distintas serı́a:
(n − 1)(n − 2) · · · 3 · 2 · 1
Obsérvese que al contar de esta forma, el orden en que se visitan las ciudades es importante, es decir una
ruta tal como ABCDEFA es distinta de la AFEDCBA. Si las rutas que se recorren en sentidos inversos
las consideramos iguales, el número de posibilidades se reducirı́a a:
(n − 1)(n − 2) · · · 3 · 2 · 1
2
es decir, la mitad de opciones.
En el siguiente ejemplo, veremos una situación en la cual se mezclan los principios de adición y multipli-
cación.
Ejemplo 3.9 El viajante de comercio del ejemplo anterior ha de visitar cinco ciudades A,B,C,D y E,
teniendo su base en la ciudad A. ¿Cuántas rutas distintas puede tomar si no puede visitar la ciudad E
hasta después de haber visitado la B o la C?
Solución
Como la ciudad E no puede ser visitada hasta después de visitar B o C, la primera visita deberá ser a B
o a C o a D.
44
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
− Si la primera visita es a la ciudad B, entonces el viajante tiene tres opciones para la segunda, dos
para la siguiente y una para la última, luego por el principio de multiplicación hay
3·2·1=6
− Si la primera ciudad visitada es la D, entonces hay dos opciones para la segunda (B y C), dos
opciones para la siguiente y una para la última. Consecuentemente, el número de opciones distintas
es, en este caso, por el principio de multiplicación
2·2·1=4
6 + 6 + 4 = 16
En sı́ntesis, este principio nos dice que si sabemos contar elementos de intersecciones de conjuntos,
entonces podremos determinar el tamaño de la unión de dichos conjuntos.
3.4.1 Teorema
|A ∪ B| = |A| + |B| − |A ∩ B|
Demostración
45
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U
A∪B
A B
Principio de Inclusión-Exclusión
Intuitivamente, podemos justificar este teorema examinando la figura. Si sumamos el número de elemen-
tos que hay en A y en B, entonces contamos los elementos de A ∩ B dos veces. Ası́ pues, para encontrar
el |A ∪ B| deberı́amos sumar |A| a |B| y restar |A ∩ B|. Veamos una demostración formal.
x ∈ (A ∪ B) ⇐⇒ (x ∈ A) ∨ (x ∈ B). (3.1)
x ∈ A ⇐⇒ [(x ∈ A) ∧ (x ∈
/ B)] ∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B)]
o sea,
x ∈ A ⇐⇒ [x ∈ (A \ B)] ∨ [x ∈ (A ∩ B)] (3.2)
de aquı́ que
A = (A \ B) ∪ (A ∩ B) (3.3)
También, si un elemento x está en B, razonando exactamente igual, tendremos
luego
B = (B \ A) ∪ (A ∩ B) (3.5)
Llevando los resultados (3.2) y (3.4) a (3.1), obtenemos
46
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(A \ B) ∩ (B \ A) = (A ∩ B c ) ∩ (B ∩ Ac )
= A ∩ B c ∩ B ∩ Ac
= A ∩ ∅ ∩ Ac
= ∅
(A ∩ B) ∩ (B \ A) = (A ∩ B) ∩ (B ∩ Ac )
= A ∩ B ∩ Ac
= A ∩ Ac ∩ B
= ∅
es decir, los tres conjuntos son disjuntos dos a dos, por lo tanto (3.3), (3.5) y (3.7) son, respectivamente,
descomposiciones de los conjuntos A, B y A ∪ B en unión de subconjuntos disjuntos, de aquı́ que por el
principio de adición,
|A| = |A \ B| + |A ∩ B| =⇒ |A \ B| = |A| − |A ∩ B|
|B| = |B \ A| + |A ∩ B| =⇒ |B \ A| = |B| − |A ∩ B|
|A ∪ B| = |A \ B| + |A ∩ B| + |B \ A|
y sustituyendo los dos primeros resultados en la tercera igualdad,
|A ∪ B| = |A| − |A ∩ B| + |B| − |A ∩ B| + |A ∩ B| = |A| + |B| − |A ∩ B|
Ejemplo 3.10 De un grupo de programadores, 35 están familiarizados con ordenadores del tipo A, 41
con ordenadores del tipo B y 46 con algunos de los dos. ¿Cuántos están familiarizados con ambos?
Solución
Sea P el conjunto de todos los programadores y sean A y B los subconjuntos de P formados por los
que están familiarizados con los ordenadores de tipo A y tipo B, respectivamente. Los que lo están con
ambos son, por tanto, los del conjunto A ∩ B. Pues bien, según los datos del enunciado,
|A| = 35
|B| = 41
|A ∪ B| = 46.
Ejemplo 3.11 Los 100 alumnos de una facultad se han examinado de Matemática Discreta y de Lógica
Matemática, obteniendo los siguientes resultados en los exámenes.
47
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
El número de alumnos que han aprobado Matemática discreta es el doble de los que han aprobado
el Lógica Matemática.
Solución
D L
D ∩ Lc D∩L Dc ∩ L
Dc ∩ Lc
Ejemplo 3.11
Los alumnos que han aprobado una de las dos asignaturas puede que no hayan aprobado la otra o que
si la hayan aprobado, luego
D = (D ∩ Lc ) ∪ (D ∩ L),
L = (D ∩ L) ∪ (Dc ∩ L)
y
D ∪ L = (D ∩ Lc ) ∪ (D ∩ L) ∪ (Dc ∩ L)
donde
(D ∩ Lc ) ∩ (D ∩ L) = D ∩ Lc ∩ L = D ∩ ∅ = ∅
48
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y
(D ∩ L) ∩ (Dc ∩ L) = D ∩ Dc ∩ L = ∅ ∩ D = ∅
de aquı́ que por el Principio de Adición,
|D| = |D ∩ Lc | + |D ∩ L|
|L| = |D ∩ L| + |Dc ∩ L|
|D ∪ L| = |D ∩ Lc | + |D ∩ L| + |Dc ∩ L| .
Por otra parte, si llamamos U al conjunto formado por los 100 alumnos,
U = (D ∪ L) ∪ (D ∪ L)c
donde,
(D ∪ L) ∪ (D ∪ L)c = ∅
de aquı́ que nuevamente por el Principio de Adición,
c
|U | = |D ∪ L| + |(D ∪ L) |
luego
|D ∪ L| = 100 − 20 = 80.
|D ∩ L| = 25
X El número de alumnos que han aprobado Matemática discreta es el doble de los que han aprobado
el Lógica Matemática, es decir,
|D| = 2 |L| .
2 |L| = |D ∩ Lc | + 25
|L| = 25 + |Dc ∩ L|
80 = |D ∩ Lc | + 25 + |Dc ∩ L| .
de aquı́ que
|D ∩ Lc | = 45
c
|D ∩ L| = 10
luego hay 45 alumnos que han aprobado únicamente la Matemática Discreta y 10 que aprobaron únicamente
el Lógica Matemática.
3.4.2 Teorema
Demostración
49
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|A ∪ B ∪ C| = |A ∪ (B ∪ C)|
= |A| + |B ∪ C| − |A ∩ (B ∪ C)|
Ejemplo 3.12 ¿Cuántos números existen entre 1 y 1000, ambos inclusive, que no sean ni cuadrados
perfectos, ni cubos perfectos ni cuartas potencias?
Solución
Sea Z el conjunto de todos los enteros entre 1 y 1000 y sean A1 , A2 y A3 los subconjuntos de Z formados
por los cuadrados perfectos, los cubos perfectos y las cuartas potencias, respectivamente. Entonces,
A1 = x : x = n2 , n ∈ Z
A2 = x : x = n3 , n ∈ Z
A3 = x : x = n4 , n ∈ Z
Pues bien,
312 = 961 < 1000 y 322 = 1024 > 1000, luego |A1 | = 31
103 = 1000, luego |A2 | = 10
54 = 625 y 64 = 1296, luego |A3 | = 5
A1 ∩ A2 = x : ∃n ∈ Z+ ; x = n2 y x = n3 = x : ∃n ∈ Z; x = n6
y al ser 36 = 729 < 1000 y 46 = 4096 > 1000, tendremos que |A1 ∩ A2 | = 3.
A2 ∩ A3 = x : x = n3 y x = n4 , n ∈ Z+ = x : x = n12 , n ∈ Z+
luego el conjunto A2 ∩ A3 estará formado por todos los números que son a un tiempo, cubos y cuartas
potencias, es decir son de la forma n12 para algún entero n y al ser 212 = 4096 > 1000, tendremos que
|A2 ∩ A3 | = 1.
Finalmente,
2
x ∈ A2 ∩ A3 ⇐⇒ x = n12 =⇒ x = n6 , n ∈ Z ⇐⇒ x ∈ A1
luego las doceavas potencias son también cuadrados, es decir, A2 ∩ A3 ⊆ A1 de aquı́ que
A1 ∩ A2 ∩ A3 = A2 ∩ A3
50
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y
|A1 ∩ A2 ∩ A3 | = 1
Con todos estos datos,
|A1 ∪ A2 ∪ A3 | = |A1 | + |A2 | + |A3 | − |A1 ∩ A2 | − |A1 ∩ A3 | − |A2 ∩ A3 | + |A1 ∩ A2 ∩ A3 |
= 31 + 10 + 5 − 3 − 5 − 1 + 1
= 38
Consecuentemente, el número de enteros entre 1 y 1000 que no son cuadrados, cubos o cuartas potencias
son 1000 − 38 = 962.
Solución
A
A \ (B ∪ C)
(A ∩ C) \ B (A ∩ B) \ C
A∩B∩C
C B
C \ (A ∪ B) (B ∩ C) \ A B \ (A ∪ C)
Ejemplo 3.13
51
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
x ∈ A ⇐⇒ [(x ∈ A) ∧ (x ∈
/ B) ∧ (x ∈
/ C)] ∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B) ∧ (x ∈
/ C)]
∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈
/ B) ∧ (x ∈ C)]
∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B) ∧ (x ∈ C)]
⇐⇒ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B c ) ∧ (x ∈ C c )] ∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B) ∧ (x ∈ C c )]
∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B c ) ∧ (x ∈ C)]
∨ [(x ∈ A) ∧ (x ∈ B) ∧ (x ∈ C)]
⇐⇒ [x ∈ (A ∩ B c ∩ C c )] ∨ [x ∈ (A ∩ B ∩ C c )] ∨ [x ∈ (A ∩ B c ∩ C)] ∨ [x ∈ (A ∩ B ∩ C)]
de aquı́ que
A = (A ∩ B c ∩ C c ) ∪ (A ∩ B ∩ C c ) ∪ (A ∩ B c ∩ C) ∪ (A ∩ B ∩ C)
y razonando de forma análoga para los conjuntos B y C, tendremos
B = (Ac ∩ B ∩ C c ) ∪ (A ∩ B ∩ C c ) ∪ (Ac ∩ B ∩ C) ∪ (A ∩ B ∩ C)
y
C = (Ac ∩ B c ∩ C) ∪ (A ∩ B c ∩ C) ∪ (Ac ∩ B ∩ C) ∪ (A ∩ B ∩ C) .
Si ahora unimos los tres, tendremos que
A∪B∪C = (A ∩ B c ∩ C c ) ∪ (A ∩ B ∩ C c ) ∪ (A ∩ B c ∩ C) ∪ (A ∩ B ∩ C)
∪ (Ac ∩ B ∩ C c ) ∪ (Ac ∩ B ∩ C) ∪ (Ac ∩ B c ∩ C) .
Además, en cada pareja de conjuntos que tomemos, en uno de sus miembros aparece un conjunto y en
el otro su complementario, por lo tanto su intersección es vacı́a. Por ejemplo,
(A ∩ B c ∩ C c ) ∩ (A ∩ B ∩ C c ) = A ∩ B c ∩ C c ∩ A ∩ B ∩ C c = A ∩ B c ∩ B ∩ C c = A ∩ ∅ ∩ C c = ∅.
|A ∪ B ∪ C| = |A ∩ B c ∩ C c | + |A ∩ B ∩ C c | + |A ∩ B c ∩ C| + |A ∩ B ∩ C|
+ |Ac ∩ B ∩ C c | + |Ac ∩ B ∩ C| + |Ac ∩ B c ∩ C|
y ahora bastarı́a aplicar las leyes de De Morgan y la definición de diferencia de conjuntos para obtener
el resultado,
Ejemplo 3.14 Una encuesta realizada entre 200 personas arrojó el resultado siguiente:
52
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
D
D ∩ Mc ∩ Pc Dc ∩ M c ∩ P c
D ∩ Mc ∩ P D ∩ M ∩ Pc
D∩M ∩P
P M
Dc ∩ M c ∩ P Dc ∩ M ∩ P Dc ∩ M ∩ P c
Ejemplo 3.14
Sea U el conjunto formado por todas las personas encuestadas y sean D, M y P los conjuntos formados
por las personas que leen Diario de Cádiz, El Mundo y El Paı́s, respectivamente. Según los datos del
enunciado
|D| = 40
|M | = 42
|P | = 45
|D ∩ M | = 13
|M ∩ P | = 20
|D ∩ P | = 18
|D ∩ M ∩ P | = 7
53
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
de aquı́ que
c
|(D ∪ M ∪ P ) | = |U | − |D ∪ M ∪ P | .
Por el principio de inclusión-exclusión para tres conjuntos, tendremos
|D ∪ M ∪ P | = |D| + |M | + |P | − |D ∩ M | − |M ∩ P | − |D ∩ P | + |D ∩ M ∩ P |
= 40 + 42 + 45 − 13 − 20 − 18 + 7
= 134 − 51
= 83
por lo tanto,
c
|(D ∪ M ∪ P ) | = 200 − 83 = 117
(b) Calculemos ahora el número de personas que leen únicamente Diario de Cádiz.
Las personas que leen únicamente Diario de Cádiz serán aquellas que lean Diario de Cádiz y no
lean El Mundo ni El Paı́s, es decir las del conjunto D ∩ M c ∩ P c . Para calcular el número de
estas personas, y teniendo en cuenta los datos que proporciona el enunciado, habrá que hacerlo en
función de |D|, |D ∩ M |, |D ∩ P | y |D ∩ M ∩ P |.
Pues bien, las personas que leen Diario de Cádiz puede que lean alguno de los otros dos periódicos
c
(D ∩ (M ∪ P )) o que no lean ninguno de los otros dos (D ∩ (M ∪ P ) ), es decir,
c
D = [D ∩ (M ∪ P )] ∪ [D ∩ (M ∪ P ) ]
de donde,
|D ∩ M c ∩ P c | = |D| − |D ∩ M | − |D ∩ P | + |D ∩ M ∩ P | = 40 − 13 − 18 + 7 = 16
(D ∩ M c ∩ P c ) ∪ (Dc ∩ M ∩ P c ) ∪ (Dc ∩ M c ∩ P )
y como estos tres conjuntos son disjuntos dos a dos, por el principio de adición, tendremos
+ |Dc ∩ M c ∩ P | (3.8)
|Dc ∩ M ∩ P c | = |M | − |M ∩ P | − |D ∩ M | + |D ∩ M ∩ P | = 42 − 20 − 13 + 7 = 16 (3.9)
54
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Sustituyendo (3.9) y (3.10) junto con el resultado obtenido en el apartado anterior en (3.8) ten-
dremos que el número de personas que leen únicamente un periódico es
Ejemplo 3.15 Se ha comprado un lote de banderas monocolores, bicolores y tricolores. En todas ellas
figura, al menos, el blanco, el rojo o el negro. Además, en ocho de ellas no figura el blanco, en diez
no figura el rojo y en cuatro no figura el negro. Por otra parte, cinco banderas tienen, al menos, los
colores rojo y blanco, siete el blanco y el negro y seis el rojo y el negro. Finalmente, cuatro tienen los
tres colores. Averiguar:
Solución
Sean
B: Conjunto formado por las banderas en las que figura, al menos, el blanco.
N : Conjunto formado por las banderas en las que figura, al menos, el negro.
R: Conjunto formado por las banderas en las que figura, al menos, el rojo.
|B c | = 8
|Rc | = 10
|N c | = 4
|B ∩ R| = 5
|B ∩ N | = 7
55
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A la vista de estos datos parece que lo más lógico es utilizar el principio de inclusión-exclusión
para 3 conjuntos:
|B ∪ N ∪ R| = |B| + |N | + |R| − |B ∩ N | − |B ∩ R| − |N ∩ R| + |B ∩ N ∩ R|
y utilizando el principio de adición,
B ∪ Bc = B ∪ N ∪ R =⇒ |B| + |B c | = |B ∪ N ∪ R| =⇒ |B| = |B ∪ N ∪ R| − |B c |
N ∪ Nc = B ∪ N ∪ R =⇒ |N | + |N c | = |B ∪ N ∪ R| =⇒ |N | = |B ∪ N ∪ R| − |N c |
R ∪ Rc = B ∪ N ∪ R =⇒ |R| + |Rc | = |B ∪ N ∪ R| =⇒ |R| = |B ∪ N ∪ R| − |Rc |
Si ahora sustituimos estos resultados en la igualdad anterior,
−2 |B ∪ N ∪ R| = − |B c | − |N c | − |Rc | − |B ∩ N | − |B ∩ R| − |N ∩ R| + |B ∩ N ∩ R|
de donde se sigue que el número total de banderas es
|B c | + |N c | + |Rc | + |B ∩ N | + |B ∩ R| + |N ∩ R| − |B ∩ N ∩ R|
|B ∪ N ∪ R| =
2
8 + 10 + 4 + 5 + 7 + 6 − 4
=
2
= 18
B
B \ (N ∪ R)
(B ∩ N ) \ R (B ∩ R) \ N
B∩R∩N
N R
N \ (B ∪ R) (R ∩ N ) \ B R \ (B ∪ N )
Ejemplo 3.15
56
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
|B c ∩ N c ∩ R| = |B ∪ N ∪ R| − |Rc | − |N ∩ R| − |B ∩ R| + |B ∩ N ∩ R|
= 18 − 10 − 6 − 5 + 4
= 1
Ejemplo 3.16 En una muestra de 1000 individuos elegida para el estudio las preferencias gastronómicas
de una población, se observa que sesenta comen pescado y carne pero no huevos, cuarenta comen pescado
y huevos pero no carne, treinta carne y huevos pero no pescado, cincuenta comen únicamente pescado,
cuarenta sólo carne y treinta comen únicamente, huevos. Todos comen al menos, una de las tres cosas.
Solución
Sean C, H y P los conjuntos formados por los individuos que comen, respectivamente, carne, huevos y
pescado.
(a) Los individuos que comen las tres cosas serán los del conjunto C ∩ H ∩ P es decir, tenemos que
calcular |C ∩ H ∩ P |.
Descompondremos el conjunto C ∪H ∪P en unión de conjuntos disjuntos, para lo cual razonaremos
igual que en los ejercicios anteriores. En efecto, si un individuo come una de las tres cosas, puede
que coma también las otras dos, una o ninguna. Por ejemplo, si come carne, puede que también
coma huevos y pescado o huevos y no coma pescado o pescado y no coma huevos o que no coma
huevos ni pescado. Esto en términos de los conjuntos C, H y P quiere decir lo siguiente:
C = (C ∩ H) ∪ (C ∩ H c )
= (C ∩ H ∩ P ) ∪ (C ∩ H ∩ P c ) ∪ (C ∩ H c ∩ P ) ∪ (C ∩ H c ∩ P c )
H = (C ∩ H) ∪ (C c ∩ H)
= (C ∩ H ∩ P ) ∪ (C ∩ H ∩ P c ) ∪ (C c ∩ H ∩ P ) ∪ (C c ∩ H ∩ P c )
P = (C ∩ P ) ∪ (C c ∩ P )
= (C ∩ H ∩ P ) ∪ (C ∩ H c ∩ P ) ∪ (C c ∩ H ∩ P ) ∪ (C c ∩ H c ∩ P )
57
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
C ∪H ∪P = (C ∩ H ∩ P ) ∪ (C ∩ H ∩ P c ) ∪ (C ∩ H c ∩ P ) ∪ (C ∩ H c ∩ P c )
∪ (C c ∩ H ∩ P ) ∪ (C c ∩ H c ∩ P ) ∪ (C c ∩ H ∩ P c ) .
Donde, como siempre, los conjuntos que integran el segundo miembro son disjuntos dos a dos ya
que en cada pareja que elijamos figura un conjunto en uno de sus miembros y su complementario
en el otro. Tenemos, por tanto, una descomposición de C ∪ H ∪ P en unión de conjuntos disjuntos,
luego por el principio de adición,
|C ∪ H ∪ P | = |C ∩ H ∩ P | + |C ∩ H ∩ P c | + |C ∩ H c ∩ P | + |C ∩ H c ∩ P c |
+ |C c ∩ H ∩ P | + |C c ∩ H c ∩ P | + |C c ∩ H ∩ P c | .
C
C ∩ Hc ∩ P c
C ∩ Hc ∩ P C ∩ H ∩ Pc
C ∩H ∩P
P H
Cc ∩ Hc ∩ P Cc ∩ H ∩ P Cc ∩ H ∩ P c
Ejemplo 3.16
|C ∩ H c ∩ P | = 60
|C c ∩ H ∩ P | = 40
|C ∩ H ∩ P c | = 30
58
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) Los individuos que comen pescado son los del conjunto P , y según vimos anteriormente, una
descomposición de este conjunto en unión de subconjuntos disjuntos era:
P = (C ∩ H ∩ P ) ∪ (C ∩ H c ∩ P ) ∪ (C c ∩ H ∩ P ) ∪ (C c ∩ H c ∩ P )
luego por el principio de adición,
|P | = |C ∩ H ∩ P | + |C ∩ H c ∩ P | + |C c ∩ H ∩ P | + |C c ∩ H c ∩ P |
= 750 + 60 + 40 + 50
= 900
Ası́ pues, son 900 los individuos que comen pescado.
En los dos teoremas anteriores hemos probado el principio de inclusión-exclusión para dos y tres con-
juntos. Se puede generalizar a n conjuntos, aunque para hacerlo se necesitan coeficientes binomiales.
Ejemplo 3.17 En una encarnizada batalla al menos el 70% de los combatientes pierde un ojo, al menos
un 75% pierden una oreja, como mı́nimo un 80% pierde un brazo y al menos el 85% una pierna.
Solución
Sean
59
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70 |U |
~ Al menos el 70% pierde un ojo =⇒ |O| >
100
75 |U |
~ Al menos el 75% pierden una oreja =⇒ |J| >
100
80 |U |
~ Como mı́nimo el 80% pierden un brazo =⇒ |B| >
100
85 |U |
~ Al menos el 85% pierden una pierna =⇒ |P | >
100
|(O ∩ J) ∪ (B ∩ P )| = |O ∩ J| + |B ∩ P | − |O ∩ J ∩ B ∩ P |
de aquı́ que
|O ∩ J ∩ B ∩ P | = |O ∩ J| + |B ∩ P | − |(O ∩ J) ∪ (B ∩ P )| (3.11)
Ahora bien, es obvio que
|(O ∩ J) ∪ (B ∩ P )| 6 |U |
y
70 |U | 75 |U |
|O ∩ J| = |O| + |J| − |O ∪ J| > + − |U |
100 100
análogamente,
80 |U | 85 |U |
|B ∩ P | = |B| + |P | − |B ∪ P | > + − |U |
100 100
y llevando estos resultados a (3.11), tendremos
310 |U | 10 |U |
|O ∩ J ∩ B ∩ P | > − 3 |U | =
100 100
luego al menos un 10% de los combatientes han perdido las tres cosas.
Ejemplo 3.18 Se lanzan tres monedas simultáneamente al aire, realizándose este experimento 100
veces. La de 100 ptas. muestra cara en 70 ocasiones, la de 50 ptas. muestra cara 50 ocasiones y 56 veces
ha salido cara en la de 25 ptas. Las de 100 ptas. y 50 ptas. obtienen cara simultáneamente 31 veces, y
las de 50 y 25 ptas. han dado cara simultáneamente en 28 ocasiones. Demostrar que las tres monedas
mostraron cara simultáneamente en 9 veces al menos, y que las tres han mostrado simultáneamente cruz
11 veces como máximo.
Solución
Llamaremos Ai , i = 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 al conjunto cuyos elementos son los posibles resultados del lanza-
miento de las tres monedas en cada uno de los 100 lanzamientos. La tabla siguiente muestra la situación.
(c significa cara y x cruz)
60
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
100 50 25
A1 c c c
A2 c c x
A3 c x c
A4 c x x
A5 x c c
A6 x c x
A7 x x c
A8 x x x
Si |U | es el conjunto formado por todos los resultados posibles en los 100 lanzamientos, tendremos que
8
[
U = Ai : Ai ∩ Aj = ∅, ∀i 6= j
i=1
Pues bien,
|A1 | + |A2 | + |A5 | + |A6 | = 50
|A1 | + |A2 | = 31 =⇒ |A1 | − |A6 | = 9
|A1 | + |A5 | = 28
Análogamente,
8
X 7
X
|Ai | = 100 =⇒ |A8 | = 100 − |Ai | .
i=1 i=1
61
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ahora bien,
|A1 | + |A2 | + |A3 | + |A4 | = 70
X6
|A1 | + |A2 | + |A5 | + |A6 | = 50 =⇒ |Ai | = 89
i=1
|A1 | + |A2 | = 31
luego,
6
X
|A8 | = 100 − |Ai | − |A7 | =⇒ |A8 | = 100 − 89 − |A7 |
i=1
=⇒ |A8 | = 11 − |A7 |
{|A7 | > 0}
=⇒ |A8 | 6 11
es decir, las tres monedas han mostrado cruz simultáneamente once veces, como máximo.
Ejemplo 3.19 En un estudio sobre las posibilidades de obtener madera entre los robles y pinos de dos
parcelas, una de la sierra de Gredos y otra de la serranı́a de Villuercas, se obtuvieron entre otros, los
siguientes datos: robles, 529; pinos, 484; árboles de la sierra de Gredos, 408; árboles maderables, 158;
robles de la sierra de Gredos, 236; árboles de la sierra de Gredos no maderables, 328; robles maderables,
76; robles o árboles de Gredos o maderables, 738.
Solución
En este ejemplo hay dos particiones naturales del conjunto de todos los árboles, por un lado los que están
en la Sierra de Gredos no pueden estar en la Serranı́a de Villuercas y viceversa y, por otro, los robles
no son pinos y viceversa. Sin embargo, árboles maderables y no maderables los habrá tanto en Gredos
como en Villuercas y, aún más, podrán ser robles o pinos. Ası́ pues, si llamamos
R: Robles.
G: Pinos.
M : Maderables.
tendremos que G ∩ V = ∅ y R ∩ P = ∅, es decir, en ambos casos, cada uno es complementario del otro.
La situación puede resumirse gráficamente en el diagrama siguiente.
62
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
G V
R R ∩ G ∩ Mc R ∩ V ∩ Mc
R∩G∩M R∩V ∩M
P ∩G∩M P ∩V ∩M
P P ∩ G ∩ Mc P ∩ V ∩ Mc
Ejemplo 3.19
63
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
y el único dato que no conocemos es |G ∩ M |. Ahora bien, los árboles de la sierra de Gredos pueden
ser maderables o no maderables, es decir,
G = (G ∩ M ) ∪ (G ∩ M c )
|R ∪ G ∪ M | = |R| + |M | − |R ∩ G| − |R ∩ M | + |G ∩ M c | + |R ∩ G ∩ M |
= 738 − 529 − 158 + 236 + 76 − 328
= 35
Ejemplo 3.20 En un estudio sobre sus prácticas deportivas hecho entre 150 estudiantes de la Univer-
sidad de Cádiz, se observa que los que juegan al fútbol no juegan al tenis ni al ajedrez y ninguno de los
ajedrecistas juega al baloncesto.
25 juegan al fútbol.
52 juegan al baloncesto.
11 juegan únicamente al tenis.
15 juegan al fútbol y al baloncesto.
25 juegan al tenis y al baloncesto.
Los que juegan al ajedrez son el cuádruple de los que juegan únicamente al baloncesto.
Solución
Los estudiantes que practican alguno de los cuatro deportes son los del conjunto F ∪ B ∪ T ∪ A por lo
c
tanto los que no practican ninguno son los de su complementario, es decir, (F ∪ B ∪ T ∪ A) o lo que es
igual F c ∩ B c ∩ T c ∩ Ac .
64
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por otra parte, si U es el conjunto universal formado por todos los estudiantes encuestados, tendremos
que |U | = 150 y
U = (F ∪ B ∪ T ∪ A) ∪ (F ∪ B ∪ T ∪ A)c
c
|U | = |F ∪ B ∪ T ∪ A| + |(F ∪ B ∪ T ∪ A) |
de aquı́ que
c
|(F ∪ B ∪ T ∪ A) | = |U | − |F ∪ B ∪ T ∪ A| = 150 − |F ∪ B ∪ T ∪ A| . (3.13)
Nuestro problema es, por tanto, calcular |F ∪ B ∪ T ∪ A| es decir, cuántos estudiantes practican alguno
de los cuatro deportes.
F ∩T =∅ y F ∩A=∅
de aquı́ que
(F ∩ T ) ∪ (F ∩ A) = ∅
es decir,
F ∩ (T ∪ A) = ∅
B∩A=∅
de aquı́ que
(F ∩ A) ∪ (B ∩ A) = ∅
o sea,
(F ∪ B) ∩ A = ∅
Además,
(F ∪ B) ∩ (T ∪ A) = [(F ∪ B) ∩ T ] ∪ [(F ∪ B) ∩ A]
= (F ∩ T ) ∪ (B ∩ T ) ∪ [(F ∪ B) ∩ A]
= ∅ ∪ (B ∩ T ) ∪ ∅
= B∩T
65
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
U
F B T A
F c ∩ B c ∩ T c ∩ Ac
Ejemplo 3.20
|F ∪ B ∪ T ∪ A| = |(F ∪ B) ∪ (T ∪ A)|
= |F ∪ B| + |T ∪ A| − |(F ∪ B) ∩ (T ∪ A)|
= |F ∪ B| + |T ∪ A| − |B ∩ T | (3.14)
y como el enunciado proporciona, entre otros, los datos |F |, |B|, |F ∩ B| y |T ∩ B|, aplicamos de nuevo
el principio de inclusión-exclusión a F ∪ B, es decir,
|F ∪ B| = |F | + |B| − |F ∩ B|
|F ∪ B ∪ T ∪ A| = |(F ∪ B) ∪ (T ∪ A)|
= |F ∪ B| + |T ∪ A| − |(F ∪ B) ∩ (T ∪ A)|
= |F | + |B| − |F ∩ B| + |T ∪ A| − |B ∩ T | (3.15)
Pues bien, como conocemos los que juegan únicamente al tenis y los que juegan al ajedrez, descompon-
dremos los que juegan al tenis o al ajedrez (T ∪ A) en los que juegan al tenis y no al ajedrez y los que
juegan al ajedrez, es decir,
T ∪ A = (T ∩ Ac ) ∪ A
y entre los que juegan al tenis y no juegan al ajedrez los hay que también juegan al baloncesto, es decir,
(T ∩ Ac ) = (T ∩ Ac ∩ B) ∪ (T ∩ Ac ∩ B c ) .
T ∪ A = (T ∩ Ac ∩ B) ∪ (T ∩ Ac ∩ B c ) ∪ A
y al ser los tres conjuntos disjuntos dos a dos, por el principio de adición,
|T ∪ A| = |T ∩ Ac ∩ B| + |T ∩ Ac ∩ B c | + |A|
66
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
|T ∩ Ac ∩ B| = |T ∩ B|
de aquı́ que
|T ∪ A| = |T ∩ B| + |T ∩ Ac ∩ B c | + |A|
donde |T ∩ Ac ∩ B c | son los que juegan únicamente al tenis.
Sustituyendo en (3.15),
|F ∪ B ∪ T ∪ A| = |F | + |B| − |F ∩ B| + |T ∩ B| + |T ∩ Ac ∩ B c | + |A| − |B ∩ T |
y sólo nos queda saber cuántos juegan únicamente al baloncesto ya que |A| es el cuádruple de ése número.
Pues bien, según el enunciado los que juegan al baloncesto no juegan al ajedrez, luego sólo podrán jugar
al fútbol o al tenis y como los que juegan al fútbol no juegan al tenis, tendremos que
B = (B ∩ F ) ∪ (B ∩ F c ∩ T c ) ∪ (B ∩ T )
|B| = |B ∩ F | + |B ∩ F c ∩ T c | + |B ∩ T |
|A| = 4 |B ∩ F c ∩ T c | = 4 |B| − 4 |B ∩ F | − 4 |B ∩ T | .
|F ∪ B ∪ T ∪ A| = |F | + |B| − |F ∩ B| + |T ∩ Ac ∩ B c | + 4 |B| − 4 |B ∩ F | − 4 |B ∩ T |
= |F | + 5 |B| − 5 |F ∩ B| + |T ∩ Ac ∩ B c | − 4 |B ∩ T |
= 25 + 5 · 52 − 5 · 15 + 11 − 4 · 25
= 25 + 260 − 75 + 11 − 100
= 121
es decir, 129 estudiantes de los encuestados no practican ninguno de estos cuatro deportes.
Ejemplo 3.21 En una reunión hay más hombres que mujeres, más mujeres que beben que hombres
que fuman y más mujeres que fuman y no beben que hombres que no beben ni fuman. Demostrar que
hay menos mujeres que no beben ni fuman que hombres que beben y no fuman.
Solución
Sea
67
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
H M
H ∩ F ∩ Bc M ∩ F ∩ Bc
H ∩F ∩B M ∩F ∩B
H ∩ Fc ∩ B M ∩ Fc ∩ B
H ∩ F c ∩ Bc M ∩ F c ∩ Bc
Ejemplo 3.21
M = (M ∩ F ) ∪ (M ∩ F c )
= (M ∩ F ∩ B) ∪ (M ∩ F ∩ B c ) ∪ (M ∩ F c ∩ B) ∪ (M ∩ F c ∩ B c )
Aplicando el principio de adición,
|H| = |H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | + |H ∩ F c ∩ B| + |H ∩ F c ∩ B c |
|M | = |M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F ∩ B c | + |M ∩ F c ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B c |
|H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | + |H ∩ F c ∩ B| + |H ∩ F c ∩ B c | >
|M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F ∩ B c | + |M ∩ F c ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B c | (3.18)
68
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
X hay más mujeres que beben que hombres que fuman, es decir,
|M ∩ B| > |H ∩ F | (3.19)
Al igual que antes, escribimos los conjuntos M ∩ B y H ∩ F como unión de conjuntos disjuntos
M ∩B = (M ∩ F ∩ B) ∪ (M ∩ F c ∩ B)
H ∩F = (H ∩ F ∩ B) ∪ (H ∩ F ∩ B c ) .
Aplicando nuevamente el principio de adición,
|M ∩ B| = |M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B|
|H ∩ F | = |H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | .
y sustituyendo en (3.19)
|M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B| > |H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | (3.20)
X hay más mujeres que fuman y no beben que hombres que no beben ni fuman. Entonces,
|M ∩ F ∩ B c | > |H ∩ F c ∩ B c | . (3.21)
Pues bien, sumando miembro a miembro las desigualdades (3.18), (3.20) y (3.21)
|H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | + |H ∩ F c ∩ B| + |H ∩ F c ∩ B c | +
|M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B| +
|M ∩ F ∩ B c | >
|M ∩ F ∩ B| + |M ∩ F ∩ B c | + |M ∩ F c ∩ B| + |M ∩ F c ∩ B c | +
|H ∩ F ∩ B| + |H ∩ F ∩ B c | +
|H ∩ F c ∩ B c |
y simplificando,
|M ∩ F c ∩ B c | < |H ∩ F c ∩ B|
luego hay menos mujeres que no fuman ni beben que hombres que beben y no fuman.
Supongamos que deseamos introducir m objetos en n cajas siendo mayor el número de aquellos que de
éstas, es decir, m > n. Obviamente, alguna de las cajas deberá contener más de un objeto. El principio
que estudiamos ahora prueba este resultado y lo generaliza. Este principio se conoce, también, con el
nombre de principio del cajón de Dirichlet, matemático alemán que lo usó para probar algunos resultados
en teorı́a de números.
3.5.1 Teorema
Sean m, n y p tres números enteros positivos. Si se dispone de np + m objetos para distribuir entre n
cajas, entonces alguna caja deberá contener, al menos, p + 1 objetos.
Demostración
Supongamos que cada caja contiene, como máximo, p objetos; entonces el número de objetos contenidos
en la totalidad de las cajas será, como máximo, np. Por tanto nos sobran m objetos y como por hipótesis
m > 1, tendremos que
np < np + m
luego, en efecto, alguna de las cajas ha de contener, al menos, p + 1 objetos.
69
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
3.5.2 Corolario
Demostración
En efecto,
n
X
mi n
i=1
X
> p =⇒ mi > np
n i=1
de aquı́ que exista m > 1 tal que
n
X
mi = np + m
i=1
si ahora hacemos la suposición de que disponemos de n cajas y que mi es el número de elementos de
cada caja, por el teorema anterior alguno de los mi debe ser estrictamente mayor que p.
Obsérvese que en términos de conjuntos, el principio de distribución puede expresarse de la forma sigu-
iente: Si se efectúa una partición de un conjunto finito A en n partes, entonces una de las partes posee,
al menos, |A| /n elementos.
Ejemplo 3.22 Se asignan de forma aleatoria a diez puntos de una circunferencia los números del 1 al
10. Demostrar que al menos una de las sumas asignadas a tres puntos consecutivos es mayor que 16.
Solución
p1
• p2
p10
4 •
•
2
9
3 • p3
p9 • 8 7 • p4
p8 • 6 5 • p5
10 1
• •
p7 p6
Ejemplo 3.22
70
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
En la figura hemos dibujado una circunferencia con los diez puntos pi , 1 6 i 6 10 y un ejemplo de
asignación de los números.
si = ni + ni+1 + ni+2 , 1 6 i 6 8
s9 = n9 + n10 + n1
s10 = n10 + n1 + n2
Pues bien, por el corolario 3.5.2 existirá, al menos, una suma que vale
10
X
si
i=1 165
= = 16, 5 > 16
10 10
Ejemplo 3.23 Sea T un triángulo equilátero de 2 cms. de lado. Demostrar que si se eligen cinco
puntos en su interior, hay al menos dos de ellos que distan entre sı́ menos de 1 cm.
Solución
Dividimos el triángulo en cuatro triángulos uniendo los puntos medios de sus lados.
Ejemplo 3.23
Tenemos, pues, cinco puntos a distribuir entre cuatro triángulos. Por el principio de distribución alguno
de ellos ha de contener al menos, dos puntos. Dado que la distancia máxima entre dos puntos dentro de
cualquiera de los triángulos es 1 cm, la proposición está probada.
71
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 3.24 En un ordenador hay almacenadas 500.000 palabras de cuatro o menos letras. ¿Son
todas distintas entre sı́? (Se considera un alfabeto de 26 letras).
Solución
Para la primera letra de cada palabra hay 26 opciones y para cada una de ellas 26 para la segunda y ası́
sucesivamente. Por el principio de multiplicación habrá un total de
26 · 26 · 26 · 26 = 264
Razonando de forma análoga habrá 263 palabras de tres letras, 262 de dos letras y 26 de una sola letra.
Por el principio de adición, el número total de palabras de cuatro o menos letras será
Dado que hay 500.000 palabras almacenada, no pueden ser todas distintas entre sı́ ya que por el principio
de distribución, al menos una palabra se repite.
Ejemplo 3.25 Sea A un conjunto formado por 25 números enteros positivos. Probar que A contiene,
al menos, dos números que dan el mismo resto al dividirlos entre 24.
Solución
Por el Algoritmo de la división, al dividir cualquier entero positivo por 24, existirán un cociente q y un
resto r tales que
n = 24q + r
donde 0 6 r < 24.
Hay, pues, 24 restos distintos y como el conjunto A contiene 25 números, por el principio de distribución
habrá, al menos, dos que den el mismo resto al dividirlos entre 24.
Ejemplo 3.26 ¿Cuántos habitantes debe tener una ciudad para asegurar que hay al menos dos habi-
tantes cuyas iniciales del nombre y de los dos apellidos coincidan?
Solución
Sea A el conjunto de las letras del alfabeto y supongamos que |A| = 26. Entonces, el número de opciones
para la primera letra del nombre y cada uno de los dos apellidos es el número de elementos del conjunto
A × A × A. Por el principio de multiplicación,
Ahora, por el principio de distribución, el número mı́nimo de habitantes para asegurar la existencia de
dos de ellos con las mismas iniciales es 17577.
Ejemplo 3.27 En una oposición, cada opositor debe contestar a tres temas distintos elegidos por
sorteo entre diez. Si se han presentado 721 opositores, demostrar que
(a) Al menos a diecisiete opositores les tocaron los dos primeros temas iguales.
(b) Al menos nueve opositores deberán contestar el mismo primer tema y el mismo tercer tema.
(c) Al menos a dos opositores les coincidieron los tres temas y en el mismo orden.
Solución
72
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Para el primer tema hay diez opciones posibles, nueve para el segundo y, finalmente, hay ocho opciones
para el tercero. Por el principio de multiplicación, el número de resultados distintos es:
10 · 9 · 8 = 720
(a) Si consideramos únicamente los dos primeros temas, el número de resultados distintos posibles en el
sorteo es de 90. Observamos que el orden de los temas no influyen, es decir, el resultado de segundo
y cuarto temas es idéntico al de cuarto y segundo. Consecuentemente, el número de resultados
distintos posibles es 45. Pues bien,
721 = 45 · 16 + 1
luego, por el principio de distribución, habrá al menos, 17 opositores que se han examinado de los
mismos dos primeros temas.
(b) En este caso el orden de los temas en el sorteo si influye. En efecto, si a un opositor le tocase el
tema seis como primero y el tema ocho como segundo, y a otro el tema ocho como primero y el
tema seis como segundo serı́an resultados distintos desde el punto de vista en que se plantea la
pregunta. Por el principio de multiplicación habrı́a 10 · 9 = 90 resultados posibles del sorteo para
los temas primero y tercero. Al ser
721 = 90 · 8 + 1
por el principio de distribución hay, al menos, un subconjunto con nueve opositores que deberán
contestar al mismo primer tema y al mismo tercer tema.
(c) Razonando igual que en el apartado anterior, el orden influye, luego el número de resultados posibles
es 10 · 9 · 8 = 720, y al ser
721 = 720 · 1 + 1
el principio de distribución asegura que al menos, dos opositores se examinaron de los mismos tres
temas y en el mismo orden.
73
Apuntes de Matemática Discreta
4. Permutaciones y Variaciones
Permutaciones y Variaciones
Contenido
4.1 Permutaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
4.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
4.1.2 Número de Permutaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
4.2 Permutaciones con Repetición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
4.2.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
4.2.2 Número de Permutaciones con Repetición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
4.3 Variaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
4.3.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
4.3.2 Formación y Número de Variaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
4.4 Variaciones con Repetición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
4.4.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
4.4.2 Formación y Número de las Variaciones con Repetición . . . . . . . . . . . . . 97
Estudiamos en esta lección las distintas colecciones que pueden formarse con los elementos de un conjunto
con un número finito de ellos. Estableceremos los conceptos de permutación y variación, calculando su
número. Algunos ejemplos ilustrarán las situaciones en las que se plantea la necesidad de calcular
permutaciones y variaciones.
Supongamos que a1 , a2 , . . . , am son m objetos. Plantearemos problemas tales como cuántas ordenaciones
distintas de los mismos pueden hacerse o cuántos grupos de n objetos pueden extraerse de ellos en
determinadas condiciones.
4.1 Permutaciones
Supongamos que los objetos aludidos al principio de la lección son cinco, es decir, m = 5 y que son
personas, es decir disponemos de un conjunto de cinco personas y nos planteamos la siguiente cuestión:
¿De cuántas formas diferentes pueden situarse estas cinco personas en la cola de un cine?
La primera posición de la cola puede estar ocupada por cualquiera de ellas, luego habrá para la
misma cinco opciones posibles.
Una vez ocupada la primera posición de la cola, quedarán cuatro personas para la segunda, luego
habrá cuatro opciones posibles para la misma. Por el principio de multiplicación las dos primeras
posiciones de la cola pueden ocuparse, por tanto, de 5 · 4 formas distintas.
75
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Para cada una de estas formas quedarán tres personas para ocupar la tercera posición. Por el
principio antes citado, las tres primeras posiciones de la cola podrán ocuparse de 5 · 4 · 3 formas
diferentes.
Una vez ocupadas las tres primeras posiciones, quedarán dos personas para ocupar la cuarta. Un
razonamiento análogo a los anteriores nos permite concluir que las primeras cuatro posiciones
pueden ocuparse de 5 · 4 · 3 · 2 formas distintas.
Finalmente, queda una persona y una posición libre en la cola, por tanto, el número total de formas
posibles de situarse las cinco personas en la cola es:
5 · 4 · 3 · 2 · 1 = 120
Este ejemplo nos servirá para introducir, definir y calcular las permutaciones de n elementos.
4.1.1 Definición
Por ejemplo, en una colección de cinco objetos, a1 , a2 , a3 , a4 y a5 , dos permutaciones distintas de ellos
serán
a1 a3 a5 a2 a4 y a2 a3 a5 a1 a4
n! = n · (n − 1) · · · · · 3 · 2 · 1
Obsérvese que
n! = (n − 1)! · n
Ejemplo 4.1 Calcular el número de ordenaciones posibles que pueden hacerse con las cinco vocales y
decir cual de ellas ocupa el décimo lugar en el supuesto de que se ordenen alfabéticamente.
Solución
Consideramos las cinco vocales a, e, i, o, u. Según hemos visto, el número de ordenaciones posibles es
P5 = 5! = 5 · 4 · 3 · 2 · 1 = 120
Veamos ahora cual de ellas ocupa el décimo lugar en orden alfabético.
Fijando la a en la primera posición y permutando las otras cuatro vocales, tendremos que habrá
P4 = 4! = 1 · 2 · 3 · 4 = 24
ordenaciones que comienzan por a, luego la que buscamos tendrá la forma
av2 v3 v4 v5 .
De estas 24 ordenaciones distintas, fijando cualquiera de las otras vocales en la segunda posición y
permutando las tres restantes, habrá
P3 = 3! = 1 · 2 · 3 = 6
76
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
ordenaciones que comienzan por a y continúan por cada una de las restantes vocales en orden alfabético
esto significa que desde la primera a la sexta comienzan por ae y de la séptima a la duodécima por ai,
por tanto nuestra permutación es una de las seis de la forma:
aiv3 v4 v5 .
P2 = 2! = 2
ordenaciones que comienzan por ai y siguen con cualquiera de las tres vocales que restan. En orden
alfabético significa que la séptima y la octava empiezan por aie, la novena y la décima por aio y las dos
restantes por aiu, por tanto la permutación que andamos buscando es
aiov4 v5
De las dos ordenaciones posibles para las vocales v4 y v5 , la primera en orden alfabético es eu y la segunda
ue, consecuentemente
aioue
es la que ocupa el décimo lugar en el orden alfabético.
Ejemplo 4.2 Calcular cuántos números de cuatro cifras distintas pueden formarse con los dı́gitos 2, 4, 6
y 8 ası́ como la suma de todos ellos. Decir que lugar ocupará el número 6248 si los suponemos ordenados
en orden creciente.
Solución
♦ El total de números de cuatro cifras distintas, será el número total de ordenaciones que puedan hacerse
con los cuatro dı́gitos dados, es decir,
P4 = 4! = 1 · 2 · 3 · 4 = 24
♦ Calculemos la suma de todos ellos. De los veinticuatro números distintos habrá P3 que terminen en
dos (bastarı́a fijar el 2 y permutar los otros tres), y lo mismo podemos decir de los números que terminan
en 4,6 y 8, luego habrá
P3 = 3! = 1 · 2 · 3 = 6
números que terminen en cada uno de los cuatro dı́gitos. El mismo razonamiento puede aplicarse a cada
una de las tres posiciones restantes. Esquemáticamente, serı́a:
♦ Veamos ahora en que posición se encuentra situado el número 6248, supuesto que están ordenados en
orden creciente.
Obsérvese que 6248 es el número más pequeño de los que empiezan por 6, luego será el primero de todos
ellos.
77
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Consecuentemente, la posición que ocupa el 6248 en una ordenación creciente de las permutaciones es la
decimotercera.
Ejemplo 4.3 Los trabajos de los ordenadores a, b, c, d y e van a una cola de impresión que no establece
prioridades entre los mismos. Calcular de cuántas formas distintas pueden imprimirse los trabajos en los
casos siguientes:
(c) El que procede del ordenador a ha de imprimirse primero y el procedente del b en tercer lugar.
(d) El que procede del ordenador a ha de imprimirse primero o el procedente del b en tercer lugar.
(e) El que procede del ordenador a no ha de imprimirse en primer lugar ni el procedente del b en tercer
lugar.
(f) El que procede del ordenador a no ha de imprimirse en primer lugar o el procedente del b no ha de
imprimirse en tercer lugar.
Solución
Llamaremos A y B a los conjuntos formados por todas las ordenaciones posibles en las que los trabajos
procedentes de los ordenadores a y b figuren en primera y tercera posición, respectivamente.
Si llamamos U al conjunto formado por todas las ordenaciones posibles de los trabajos procedentes de
los cinco ordenadores, es claro que
|U | = P5 = 5! = 5 · 4 · 3 · 2 · 1 = 120
(a) Hay que calcular |A|. Pues bien, dejando fijo en el primer lugar el trabajo procedente del ordenador
a, los otros cuatro pueden llegar a la cola de
P4 = 4! = 24
(b) En este caso tendremos que calcular |B|. Bastarı́a razonar exactamente igual que en el apartado
anterior y obtendrı́amos que
|B| = 24
P3 = 3! = 6
|A ∪ B| = |A| + |B| − |A ∩ B| = 24 + 24 − 6 = 42
78
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
o lo que es igual
|A ∪ B| + |Ac ∩ B c | = |U |
de aquı́ que
|Ac ∩ B c | = |U | − |A ∪ B| = 120 − 42 = 78
o lo que es igual
|A ∩ B| + |Ac ∪ B c | = |U |
de aquı́ que
|Ac ∪ B c | = |U | − |A ∩ B| = 120 − 6 = 114
Ejemplo 4.4 Un profesor de informática tiene siete libros distintos sobre programación en una es-
tanterı́a. Tres de los libros tratan de FORTRAM y los otros cuatro de BASIC. Calcular de cuántas
formas puede el profesor ordenar los libros en la estanterı́a, si
(d) todos los libros de FORTRAM deben estar juntos y los de BASIC también.
(e) los tres libros de FORTRAM están colocados en la estanterı́a con dos libros de BASIC a cada lado.
Solución
(a) Al no haber restricciones, el número total de formas en que el profesor puede colocar los libros en
la estanterı́a serı́an todas las ordenaciones posibles de los mismos y esto puede hacerse de
P7 = 7! = 1 · 2 · 3 · 4 · 5 · 6 · 7 = 5040
formas distintas.
(b) Observamos que al haber tres libros de FORTRAM y cuatro de BASIC, para que los lenguajes
se alternen las ordenaciones han de empezar y acabar con un libro de BASIC. Ordenamos, pues,
los cuatro libros de BASIC de todas las formas posibles, lo cual puede hacerse de P4 formas, y
para cada una de ellas alternamos las P3 formas distintas en que pueden ordenarse los libros de
FORTRAM. Por el principio de la multiplicación, habrá
P4 · P3 = 4! · 3! = 144
maneras diferentes de colocar los siete libros en la estanterı́a de forma que se alternen los lenguajes.
79
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(c) Llamamos f al bloque formado por los tres libros de FORTRAM y ordenamos los elementos
b1 , b2 , b3 , b4 y f de todas las formas posibles, cosa que puede hacerse de P5 formas distintas. Ahora,
para cada una de ellas ordenamos los tres libros de FORTRAM que hay en f de P3 formas, nueva-
mente por el principio de la multiplicación habrá
P5 · P3 = 5! · 3! = 720
formas diferentes de ordenar los siete libros de forma que los de FORTRAM estén juntos.
(d) Razonando igual que en en el apartado anterior, si f es el bloque formado por los tres libros de
FORTRAM y b el formado por los cuatro de BASIC, entonces los bloques f y b pueden ordenarse
de P2 formas distintas. Dentro de f los libros f1 , f2 y f3 pueden ordenarse de P3 formas y para
cada una de ellas, los cuatro libros del bloque b pueden ordenarse de P4 formas diferentes. Bastará
aplicar la regla del producto para concluir que hay
P2 · P3 · P4 = 2! · 3! · 4! = 288
formas distintas de colocar los siete libros en la estanterı́a, estando los tres de FORTRAM juntos
y los dos libros de BASIC también.
(e) Ordenamos los cuatro libros de BASIC de todas las formas posibles, es decir, de P4 formas y en
cada una de ellas introducimos entre el segundo y el tercer libro una de las P3 posibles ordenaciones
de los tres libros de FORTRAM. Aplicando la regla del producto, habrá
P4 · P3 = 4! · 3! = 144
formas distintas de colocar los siete libros en la estanterı́a, estando los tres de FORTRAM juntos
y con dos libros de BASIC a cada lado.
Ejemplo 4.5 ¿De cuántas maneras pueden ordenarse las letras a, b, c, d, e, e, e, e y e de forma que
ninguna e sea adyacente a otra?
Solución
Dado que hay cinco e y cuatro letras distintas entre sı́ y distintas de la e, para que éstas no sean adyacentes
las ordenaciones han de empezar y acabar con e, es decir, serán de la forma
e 1 e 2 e 3 e 4 e
donde las posiciones 1, 2, 3 y 4 pueden estar ocupadas por las cuatro letras restantes de
P4 = 4! = 24
formas distintas.
Supongamos ahora que disponemos de cinco objetos, a1 , a2 , a3 , a4 y a5 y que son letras del alfabeto.
Parece evidente que según hemos razonado en el apartado anterior, el número de palabras diferentes serı́a
P5 es decir, 120.
Pues bien supongamos ahora que la letra a1 está repetida tres veces, la a2 cuatro veces y la a4 dos veces.
La pregunta anterior podrı́a formularse ahora en los siguientes términos:
80
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Podrı́amos pensar que el problema es idéntico al anterior y contestar que hay un total de P11 palabras
distintas. Sin embargo, un análisis algo más detallado de la situación nos permite ver que, aunque
parecida, la situación es distinta a la anterior.
Supongamos para fijar ideas, que a1 , a2 , a3 , a4 y a5 son las cinco primeras letras del alfabeto, es decir,
disponemos de las letras,
A, A, A, B, B, B, B, C, D, D, E
si le añadimos un subı́ndice a cada una de ellas para distinguirlas y suponemos que son distintas, entre
las P11 ordenaciones que hemos hallado antes figurarán, por ejemplo, las tres palabras siguientes:
A1 A2 A3 B1 B2 B3 B4 CD1 D2 E
A2 A1 A3 B2 B4 B1 B3 CD2 D1 E
A1 A3 B1 A2 B2 CB4 D1 D2 EB3
AAABBBBCDDE
AAABBBBCDDE
AABABCBDDEB
y las dos primeras palabras son iguales y la tercera distinta. Como en P11 las estamos contando todas,
es obvio que hay muchas palabras que están contadas varias veces, luego la respuesta ofrecida no es, en
absoluto, correcta.
Observamos que dos palabras serán diferentes, únicamente cuando se diferencien, al menos, en el lugar
que ocupan dos letras distintas.
Nuestro problema ahora es saber cuántas palabras repetidas hay dentro de las P11 ordenaciones que
pueden hacerse con las once letras. Por ejemplo, ¿cuántas veces se repite la palabra AAABBBBCDDE?
1 2 3 4 5
A1 A2 A3 B1 B2 B3 B4 C D1 D2 E
El bloque 1 podrá ordenarse de P3 formas distintas. Fijando el primero, el bloque 2 admite P4 orde-
naciones distintas y fijando los dos primeros, el tercero puede ordenarse de una sola forma. Una vez
fijados los tres primeros, habrá P2 ordenaciones distintas para el cuarto y una sola para el quinto. Por
el principio de multiplicación, el número de ordenaciones distintas será:
P3 · P4 · P1 · P2 · P1
obviamente al eliminar los subı́ndices todas las palabras serán iguales, luego este es el número de veces
que se repite la palabra propuesta. Lo mismo ocurre con cada una de las P11 ordenaciones que pueden
formarse con las once letras. Consecuentemente, el número de palabras distintas por el número de veces
que se repite cada una será igual al número total de palabras. Ası́ pues, si llamamos N al número total
de palabras distintas, tendremos que
N · P3 · P4 · P1 · P2 · P1 = P11
de aquı́ que
P11 11!
N= =
P3 · P4 · P1 · P2 · P1 3! · 4! · 1! · 2! · 1!
Generalizamos y formalizamos estos conceptos.
81
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4.2.1 Definición
Sea una colección de n objetos entre los que hay n1 iguales entre sı́, n2 iguales entre sı́ pero distintos
de los n1 , n3 iguales entre sı́, pero distintos de los n1 y n2 y ası́ sucesivamente hasta nr iguales entre
sı́, pero distintos de todos los anteriores. Llamaremos permutaciones con repetición a las distintas
formas de ordenarlos.
Obsérvese que dos permutaciones cualesquiera serán diferentes, cuando se diferencien, al menos, por el
lugar que ocupan dos elementos distintos.
Demostración
si sustituimos los n1 elementos iguales por otros distintos y luego los ordenamos de todos los modos
posibles conservando en sus puestos los n − n1 restantes, de cada grupo de este cuadro se deducirán n1 !
distintos y obtendremos un nuevo cuadro compuesto por n1 ! · P Rnn1 ,n2 ,...,nr . Si en este cuadro sustituimos
los n2 elementos iguales por otros distintos y procedemos de la misma forma, obtendremos otro cuadro
de n1 ! · n2 ! · · · nr ! · P Rnn1 ,n2 ,...,nr grupos.
Si continuamos con este proceso hasta llegar al último grupo de elementos iguales, resultará un total de
n!
n1 ! · n2 ! · · · · · nr ! · P Rnn1 ,n2 ,...,nr = n! =⇒ P Rnn1 ,n2 ,...,nr =
n1 ! · n2 ! · · · · · · · nr !
Solución
AM ABEBE y BEBEAM A
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Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
sólo se diferencian en el orden de colocación de las letras, por tanto el número de palabras distintas
será igual al de ordenaciones que puedan hacerse con las siete letras dadas, es decir permutaciones
de orden siete. Dado que las letras están repetidas serán permutaciones con repetición de las siete
letras donde tres de ellas se repiten dos veces cada una, luego el número total de palabras es
7! 3·4·5·6·7
P R72,1,2,2 = = = 630
2! · 1! · 2! · 2! 4
(b) Como todas las palabras han de empezar y terminar con E, el problema serı́a equivalente a fijar
una E delante y otra detrás, permutando con repetición las restantes letras, luego el resultado es
5!
P R52,1,2 = = 30
2! · 1! · 2!
n!
Ejemplo 4.7 Demostrar que si n y p son enteros positivos y n es el doble de p, entonces p es un
2
número entero.
Solución
x1 + x2 + x3 + x4 = 32
(a) xi > 0, 1 6 i 6 4
(b) xi > 0, 1 6 i 6 4
(d) xi > 8, 1 6 i 6 4
Solución
(a) xi > 0, 1 6 i 6 4
Obsérvese que al ser todas las xi no negativas, ninguna de ellas puede ser mayor que 32, es decir,
0 6 xi 6 32, ∀i = 1, 2, 3, 4
Pues bien, sea A el conjunto formado por todas las soluciones enteras de la ecuación dada, es decir,
y sea B el conjunto formado por todas las sucesiones de x y 1, construidas de la forma siguiente:
83
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Dada una solución cualquiera de la ecuación dada, escribimos una x para cada una de las incógnitas
seguido de un número de unos igual al valor de la misma. Por ejemplo a la solución
x1 = 7, x2 = 9, x3 = 8, x4 = 8
le corresponderı́a una secuencia formada por una x seguida de siete unos, a continuación otra x
seguida de nueve unos, una tercera x seguido de ocho unos y terminarı́a la secuencia con una x
seguida de ocho unos.
El siguiente cuadro ilustra algunos ejemplos de la correspondencia ası́ definida.
A B
(7, 9, 8, 8) x1111111x111111111x11111111x11111111
3,32 35!
P R35 = = 6545
3! · 32!
(b) xi > 0, 1 6 i 6 4
Observemos lo siguiente:
xi > 0 =⇒ xi > 1 =⇒ xi − 1 > 0
y haciendo
yi = xi − 1, ∀i = 1, 2, 3, 4
tendremos que
yi > 0, ∀i = 1, 2, 3, 4
sustituimos en la ecuación propuesta, y
y1 + 1 + y2 + 1 + y3 + 1 + y4 + 1 = 32
es decir,
y1 + y2 + y3 + y4 = 28 : yi > 0, 1 6 i 6 4
luego el problema propuesto equivale a calcular el número de soluciones enteras de esta ecuación.
Bastarı́a aplicar el mismo razonamiento que en el apartado (a) para llegar a que el número buscado
es
3,28 31!
P R31 = = 4495
28! · 3!
84
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y1 = x1 − 5, y2 = x2 − 5, y3 = x3 − 7, y4 = x4 − 7
y1 + y2 + y3 + y4 = 8 : yi > 0, 1 6 i 6 4
razonamos igual que en (a) y tendremos que el número de soluciones enteras de la ecuación prop-
uesta que cumplen las condiciones dadas es
3,8 11!
P R11 = = 165
3! · 8!
(d) xi > 8, 1 6 i 6 4
Razonando igual que en los apartados (a) y (b), hacemos
yi = xi − 8, 1 6 i 6 4
y1 + y2 + y3 + y4 = 0 : yi > 0, 1 6 i 6 4
y 1 = y2 = y 3 = y 4 = 0
luego la ecuación general tiene una única solución entera no negativa que cumpla las condiciones
dadas.
(e) xi > −2, 1 6 i 6 4
Razonamos igual que en los apartados anteriores, y hacemos
yi = xi + 2, ∀i = 1, 2, 3, 4
y1 + y2 + y3 + y4 = 40 : yi > 0, 1 6 i 6 4
Utilizando nuevamente los argumentos del apartado (a), el número de soluciones enteras no nega-
tivas de esta ecuación y, consecuentemente, de la ecuación original con las condiciones impuestas
es
3,40 43!
P R43 = = 12341
3! · 40!
(f) x1 , x2 , x3 > 0, 0 < x4 6 25
Observemos lo siguiente: si S es el conjunto formado por todas las soluciones que nos piden, es
decir,
S = {(x1 , x2 , x3 , x4 ) : x1 , x2 , x3 > 0 y 0 < x4 6 25}
y S1 y S2 son los conjuntos:
85
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es decir,
|S| = |S1 | − |S2 |
3,28
donde |S1 | = P R31 , calculado en el apartado (b).
Para calcular |S2 |, tenemos que x1 , x2 , x3 > 0 y x4 > 25. Entonces,
luego haciendo
yi = xi − 1, ∀i = 1, 2, 3 y y4 = x4 − 26
y sustituyendo en la ecuación original, tendremos
y1 + y2 + y3 + y4 = 3 yi > 0, 1 6 i 6 3 : yi > 0, 1 6 i 6 4
Ejemplo 4.9 Un camino avanza por el plano XY paso a paso bien a la derecha, bien hacia arriba. Si
la longitud de cada paso es de una unidad,
(a) ¿cuántos caminos distintos pueden tomarse para ir desde el origen hasta el punto (7, 7)?
(b) ¿cuántos caminos hay entre los puntos (2, 7) y (9, 14)?
(c) ¿puede formularse una proposición general que incorpore estos dos resultados?
Solución
Notaremos por a un paso hacia arriba y por d un paso a la derecha, entonces un camino cualquiera
vendrá representado por una sucesión de aes y des siendo su longitud el número de letras que tenga. Por
ejemplo,
adddaaaadda
representa un camino de longitud once.
(a) Para ir desde el origen (0, 0) hasta el punto (7, 7) hay que andar un total de
(7 − 0) + (7 − 0) = 14
pasos, siete hacia arriba y siete hacia la derecha. El siguiente esquema representa tres posibles
caminos.
(1) adadadadadadad
(2) aaaaaadadadada
(3) ddddddadaaaddd
86
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Obsérvese que los tres caminos son distintos y lo único que varı́a de uno a otro es la ordenación de
las siete aes y las siete des, por tanto, un camino es una permutación con repetición de orden 14
de las dos letras repetidas siete veces cada una.
El número total de caminos distintos que pueden tomarse para ir desde el origen al punto (7, 7) es,
por tanto,
7,7 14!
P R14 = = 3432
7! · 7!
(b) Veamos cuantos caminos diferentes hay entre los puntos (2, 7) y (9, 14).
El número de pasos que hay que dar es
9 − 2 = 7 a la derecha
y
14 − 7 = 7 hacia arriba
es decir, catorce en total. Consecuentemente, el número de caminos diferentes que hay entre los
dos puntos dados es, al igual que en el caso anterior,
7,7 14!
P R14 = = 3432
7! · 7!
(c) El razonamiento hecho en los apartados anteriores, puede generalizarse para calcular el número de
caminos de este tipo que hay entre dos puntos cualesquiera del plano XY , p1 y p2 de coordenadas
(a1 , b1 ) y (a2 , b2 ), respectivamente. Los pasos que habrá que dar serán,
a2 − a1 pasos a la derecha
y
b2 − b1 pasos hacia arriba
luego para ir de p1 hasta p2 habrá que dar un total de (a2 − a1 ) + (b2 − b1 ) pasos, consecuentemente
el número de caminos distintos que pueden tomarse son:
Solución
Consideremos la palabra M IIIP P I es decir, la que resulta eliminando las cuatro eses en la palabra
dada. Dejamos un hueco en blanco antes y después de cada una de las letras,
M I I I P P I
si ahora ordenamos éstas de P R71,4,2 formas distintas, tendremos todas las palabras que pueden formarse
con las siete letras. Para cada una de ellas introducimos en los ocho huecos en blanco cuatro eses y
cuatro bes, significando esto que el espacio en blanco desaparece, por ejemplo,
S M S I b I b I S P b P b I S
87
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es la palabra,
SM SIIISP P IS
y todas las ası́ construidas no tienen eses consecutivas. Pues bien, para cada una de las P R71,4,2 de
que disponı́amos, esto último puede hacerse de P R84,4 formas distintas, consecuentemente, el número de
permutaciones de la palabra dada que no tienen eses consecutivas es
8! 7!
P R71,4,2 · P R84,4 = · = 7350
4! · 4! 4! · 2!
Ejemplo 4.11 ¿Cuántos números hay entre el 1 y el 1000 que tengan la propiedad de que la suma de
sus dı́gitos sea cinco?
Solución
Si exceptuamos el 1000 que, obviamente, no tiene la propiedad requerida, podemos transformar los 999
números restantes en números de tres cifras anteponiendo dos ceros y un cero a los de una y dos cifras,
respectivamente. Por ejemplo,
el 3 se transformarı́a en el 003
el 72 se transformarı́a en el 072
Planteamos el esquema siguiente: a cada uno de los números solución del problema le hacemos corre-
sponder una palabra formada por una c para cada cifra del mismo seguida de un número de x igual a su
valor. La siguiente tabla muestra algunos ejemplos
230 cxxcxxxc
221 cxxcxxcx
005 cccxxxxx
De esta forma a cada número de los que buscamos le corresponderı́a una palabra de éstas y cada una
de las palabras representará a un número cuyas cifras sumen cinco. Calculemos, pues, el número de
palabras distintas que pueden formarse.
Serı́an todas las ordenaciones posibles de 7 elementos (la primera c no la contamos porque se repite en
todos), donde la c se repite dos veces y la x cinco, es decir hay
7!
P R72,5 = = 21
2! · 5!
números entre el 1 y el 1000 con la propiedad de que la suma de sus cifras sea cinco.
Ejemplo 4.12 Calcular de cuántas formas pueden distribuirse diez monedas idénticas entre cinco niños
si
Solución
88
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(a) Emplearemos un esquema similar al utilizado en el ejercicio anterior. Representaremos cada forma
de repartir con una n para cada niño seguida de un número de x igual al de monedas que reciba.
La tabla siguiente muestra algunos ejemplos:
n1 n2 n3 n4 n5
1 3 4 1 1 nxnxxxnxxxxnxnx
2 5 3 0 0 nxxnxxxxxnxxxnn
8 0 1 0 1 nxxxxxxxxnnxnnx
Siguiendo un razonamiento análogo al del ejercicio anterior, habrá tantas formas de repartir como
ordenaciones distintas de 9 letras, donde la n se repite 4 veces y la x diez, es decir, las diez monedas
pueden repartirse entre los diez niños de
4,10 14!
P R14 = = 1001
4! · 10!
formas distintas.
(b) Si cada niño recibe una moneda como mı́nimo, entonces damos una moneda a cada uno y repartimos
las cinco restantes. Por un argumento idéntico al del apartado anterior las diez monedas pueden
repartirse entre los diez niños con las condiciones requeridas, de
9!
P R94,5 = = 126
4! · 5!
formas distintas.
(c) Si el niño mayor recibe, al menos, dos monedas, quedarán ocho para repartir entre los cinco niños.
El mismo razonamiento que en los apartados anteriores nos lleva a la conclusión de que la repartición
pedida puede hacerse de
4,8 12!
P R12 = = 495
4! · 8!
formas distintas.
Ejemplo 4.13 ¿De cuántas maneras puede distribuir un profesor ocho pasteles de chocolate y siete de
canela entre tres de sus alumnos si cada uno quiere como mı́nimo un pastel de cada tipo?
Solución
El profesor darı́a un pastel de chocolate y otro de canela a cada alumno y le quedarı́an por repartir cinco
de la primera clase y cuatro de la segunda.
El problema serı́a ahora distribuir sin restricción de ningún tipo, los cinco pasteles de chocolate y los
cuatro de canela entre los tres alumnos, para lo cual calcuları́amos el número de formas posibles en que
se pueden distribuir los de chocolate y luego, para cada una de ellas, de cuántas formas distintas pueden
distribuirse los de canela.
Si designamos a los tres alumnos por x1 , x2 y x3 , el problema de repartir los cinco pasteles de chocolate
es equivalente al de calcular el número de soluciones enteras de la ecuación
x1 + x2 + x3 = 5
con la condición de que xi > 0 para i = 1, 2, 3, número que siguiendo el método del ejemplo 4.8 es P R72,5 .
El problema de repartir los cuatro pasteles de canela equivale al de calcular cuántas soluciones enteras
tiene la ecuación
x1 + x2 + x3 = 4
con la condición de que xi > 0 para i = 1, 2, 3. Nuevamente por el ejemplo 4.8, la solución es P R62,4 .
89
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Consecuentemente, la distribución de los cinco pasteles de chocolate y los siete de canela, puede hacerla
el profesor de
7! 6!
P R72,5 · P R62,4 = · = 315
2! · 5! 2! · 4!
formas distintas.
Ejemplo 4.14 Calcular de cuántas formas pueden distribuirse ocho pelotas blancas idénticas en cuatro
recipientes distintos de modo que
Solución
Seguiremos aplicando el método del ejemplo 4.8 para resolver este ejercicio. Si los cuatro recipientes
son x1 , x2 , x3 y x4 , el problema de distribuir las ocho pelotas en los cuatro recipientes es equivalente a
calcular el número de soluciones enteras que tiene la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 = 8
(a) Si ningún recipiente ha de quedar vacı́o, entonces ponemos una pelota en cada recipiente y dis-
tribuimos las cuatro pelotas restantes en los cuatro recipientes, es decir, calculamos cuántas solu-
ciones enteras tiene la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 = 4
con la condición de que xi > 0 para i = 1, 2, 3, 4. El método aludido anteriormente nos dice que
las pelotas se pueden distribuir de
7!
P R73,4 = = 35
3! · 4!
formas distintas.
(b) Si en el cuarto recipiente hay un número impar de pelotas, entonces contendrá 2k + 1 pelotas,
donde k = 0, 1, 2, 3, por tanto, para cada uno de estos valores de k, quedarán 8 − (2k + 1) pelotas
para distribuir entre los restantes recipientes y esto puede hacerse, aplicando el famoso método del
2,8−(2k+1)
ejemplo 4.8, de P R10−(2k+1) formas, consecuentemente, por el principio de adición la distribución
pedida podrá hacerse de
3
2,8−(2k+1)
X
P R10−(2k+1) = P R92,7 + P R72,5 + P R52,3 + P R32,1
k=0
9! 7! 5! 3!
= + + +
2! · 7! 2! · 5! 2! · 3! 2! · 1!
= 118
formas distintas.
Ejemplo 4.15 Un mensaje consta de doce sı́mbolos y cuarenta y cinco espacios en blanco entre los
sı́mbolos.
90
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) Responder a los dos apartados anteriores, en el caso de que el conjunto de sı́mbolos esté formado
por las letras A, B y C repetidas, cada una, cuatro veces.
Solución
(a) Sean
S1 , S2 , S3 , S4 , S5 , S6 , S7 , S8 , S9 , S10 , S11 , S12
los doce sı́mbolos, todos distintos entre sı́.
(i) Detrás de cada uno de ellos, excepto del último habrá un número determinado de espacios en
blanco que oscilará entre cero y cuarenta y cinco. Un esquema de tal situación es el siguiente
S1 S2 S3 S4 S5 S6 S7 S8 S9 S10 S11 S12
Es obvio que cualquiera que sea el número de blancos que hay entre los sı́mbolos, si inter-
cambiamos dos o más sı́mbolos entre ellos se produce un mensaje diferente, luego atendiendo
solamente a los sı́mbolos habrá un total de P12 mensajes distintos. Ahora bien, para cada uno
de ellos los huecos que hemos dejado entre los sı́mbolos pueden estar ocupados por espacios
en blanco. Observemos el siguiente esquema:
Para una ordenación cualquiera de los sı́mbolos hemos llamado xi a cada uno de los once
espacios en blanco que hay entre ellos. Dado que el total de blancos es cuarenta y cinco el
número de formas distintas de repartirlos entre los espacios es igual al de soluciones enteras
de la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 + x5 + x6 + x7 + x8 + x9 + x10 + x11 = 45
siendo xi > 0 para 1 6 i 6 11, que como ya sabemos por el ejemplo 4.8 es permutaciones
con repetición de 55 elementos donde 10 son iguales entre sı́ y distintos de otros 45 también
iguales entre sı́.
Consecuentemente, el número de mensajes distintos que pueden realizarse es
10,45 55!
P12 · P R55 = 12! ·
10! · 45!
(ii) Como entre dos sı́mbolos consecutivos ha de haber un mı́nimo de tres espacios en blanco,
nos quedarán 12 blancos a repartir entre los once espacios xi , lo cual puede hacerse según el
ejemplo famoso (4.8) de
10,12
P R22
formas distintas. Para cada una de ellas, al igual que en (i), los sı́mbolos podrán ordenarse de
P12 maneras diferentes, por tanto, el número de mensajes distintos en este caso es,
(i) El razonamiento es idéntico al apartado (i) del apartado (a) con la salvedad de que los sı́mbolos
4,4,4
se pueden ordenar de P R12 formas distintas.
Por tanto, el número de mensajes distintos es
91
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(ii) Razonamos igual que en (ii) de (a) con la salvedad que acabamos de exponer luego
Ejemplo 4.16 Calcular de cuántas maneras pueden distribuirse veinticuatro tizas entre cuatro aulas,
si
Solución
(a) Al ser todas las tizas iguales y no haber restricciones, el número de distribuciones coincidirá con el
de soluciones enteras de la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 = 24 : xi > 0, ∀i = 1, 2, 3, 4
3,20 23!
P R23 = = 1771
3! · 20!
formas distintas.
(c) Depositamos en cada aula una tiza blanca, una roja y una amarilla, por tanto nos quedan dos tizas
blancas, cuatro rojas y seis amarillas para repartir entre las cuatro aulas.
Razonando igual que en los apartados anteriores tendremos que las dos tizas blancas pueden repar-
tirse de
P R53,2
formas distintas y para cada una de estas distribuciones las cuatro tizas rojas pueden repartirse
entre las cuatro aulas de
P R73,4
formas diferentes, luego por el principio de multiplicación, las tizas blancas y las rojas pueden
repartirse de
P R53,2 · P R73,4
maneras distintas, para cada una de las cuales las seis tizas amarillas podrán repartirse entre las
cuatro aulas de
P R93,6
92
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
formas diferentes.
En definitiva, por el principio de multiplicación el total de distribuciones de las tizas en este caso
es
5! 7! 9!
P R53,2 · P R73,4 · P R93,6 = · · = 24400
2! · 3! 3! · 4! 3! · 6!
(d) Depositamos dos tizas blancas, una roja y dos amarillas en el primer aula y repartimos las tizas
que quedan, es decir, cuatro blancas, siete rojas y ocho amarillas entre las tres aulas que restan.
Un razonamiento idéntico al apartado anterior nos dice que la distribución puede hacerse de
8! 9! 10!
P R82,6 · P R92,7 · P R10
2,8
= · · = 45360
2! · 6! 2! · 7! 2! · 8!
formas diferentes.
4.3 Variaciones
Disponemos ahora de siete objetos a1 , a2 , a3 , a4 , a5 , a6 y a7 y supongamos que son números de una sola
cifra, es decir, dı́gitos. ¿Cuántos números de cuatro cifras pueden formarse con los mismos sin que se
repita ninguno?
Supongamos, para fijar ideas, que los dı́gitos propuestos son 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7. Con los conocimientos de
que disponemos hasta el momento, lo único que podemos hacer es calcular cuántos números de siete cifras
pueden formarse con ellos sin que se repita ninguna, que sabemos son P7 . Ahora bien, si de cada uno de
estos números elegimos cuatro cifras cualesquiera (las mismas en todos), tendrı́amos todos los números
de cuatro cifras distintas que puedan formarse con los siete dı́gitos. Parece, pues, que el problema está
resuelto y que la solución es P7 . Observemos, sin embargo, que esto no es cierto. En efecto, algunas de
las P7 ordenaciones obtenidas son, por ejemplo,
1234567
1234657
1234765
2341567
2345176
3245167
si ahora elegimos las cuatro primeras cifras en cada uno de ellos, los números obtenidos serı́an:
1234
1234
1234
2341
3245
3245
93
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
es decir, empleando este sistema algunos números los estamos contando más de una vez. El problema
ahora es, por tanto, averiguar cuántas veces está repetido cada uno de ellos.
Este problema es fácil de resolver. En efecto, si fijamos cuatro números cualesquiera y permutamos los
restantes, tendremos todos los números que tienen las mismas primeras cuatro cifras. Consecuentemente,
el número de veces que se repite cada uno de los números es P(7−4)
N · P(7−4) = P7
luego el total de números que cumplen las condiciones del enunciado es:
P7 7!
N= = =7·6·5·4
P(7−4) (7 − 4)!
4.3.1 Definición
Obsérvese que dos variaciones serán diferentes cuando difieran en algún o algunos elementos o bien
cuando teniendo los mismos elementos difieran en el orden de colocación de los mismos.
Al número de variaciones de orden n de una colección de m objetos lo notaremos Vm,n , diciendo que
es el número de variaciones de m elementos tomados n a n y
Vm,n = m · (m − 1) · · · · · (m − n + 1)
Demostración
Procederemos por inducción para formar las variaciones de orden n que pueden formarse con los m
objetos a1 , a2 , . . . , am , siendo n 6 m.
a1 a2 a3 a4 ... am
Para obtener las de orden dos (n = 2), añadimos a cada una de las de orden 1, cada uno de los restantes
elementos, o sea,
a1 a2 a2 a1 a3 a1 ··· am a1
a1 a3 a2 a3 a3 a2 ··· am a2
a1 a4 a2 a4 a3 a4 ··· am a3
.. .. .. .. ..
. . . . .
a1 am a2 am a3 am ··· am am−1
94
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Formaremos las de orden n. Procedemos de la misma forma que antes. A cada una de las variaciones de
orden n − 1 añadimos cada uno de los m − (n − 1) elementos restantes.
pero no puede faltar ninguna ya que eso significarı́a que faltan algunas variaciones de orden n − 1, que
se han supuesto formadas. Además tampoco puede haber ninguna repetida pues las que provienen de la
misma variación de orden (n−1) se diferencian en el elemento añadido y si proceden de distinta variación
de orden (n − 1), se diferencian, al menos, en lo que estas se diferenciaban.
Calculemos, ahora, cuántos grupos son, es decir, cuánto vale el número Vm,n .
Vm,1 = m
Para calcular las Vm,2 , habrá que añadir a cada una de las Vm,1 uno de los m − 1 elementos restantes,
luego,
Vm,2 = Vm,1 · (m − 1)
análogamente,
Vm,3 = Vm,2 · (m − 2)
Vm,4 = Vm,3 · (m − 3)
y siguiendo ası́ sucesivamente,
O sea, tendremos
Vm,1 = m
Vm,2 = Vm,1 · (m − 1)
Vm,3 = Vm,2 · (m − 2)
Vm,4 = Vm,3 · (m − 3)
··· ··· ·········
Vm,n−1 = Vm,n−2 · [m − (n − 2)]
Vm,n = Vm,n−1 · [m − (n − 1)]
Multiplicando miembro a miembro estas igualdades, resulta
95
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
¿Cuántos números diferentes de cuatro cifras pueden formarse sin que se repita ninguna cifra?
Solución
Tendremos que calcular el número de grupo de cuatro elementos que pueden formarse con los nueve
elementos propuestos.
(a) Observemos que uno de los posibles números a formar es el 1234 que, obviamente, es distinto del
1245 y también distinto del 3214.
Es decir, dos grupos de cuatro elementos elegidos entre los nueve dados son distintos cuando
se diferencian en algún o algunos elementos y también cuando los colocamos en distinto orden.
Consecuentemente, son variaciones de nueve elementos tomados cuatro a cuatro, de aquı́ que el
número pedido sea:
V9,4 = 9 · 8 · 7 · 6 = 3024
(b) Veamos ahora cuántos de los 3024 números que pueden formarse cuentan al 1 entre sus cifras.
El problema es idéntico al de construir números de tres cifras con los dı́gitos 2,3,4,5,6,7,8 y 9 y
añadir, posteriormente, el 1 a cada uno de ellos. Razonando igual que en el apartado anterior, este
número es V8,3 . Ahora bien, para cada uno de los números de tres cifras, el 1 puede colocarse en
cuatro posiciones distintas, originando cuatro números diferentes. Tendremos, pues, que el número
pedido es
4 · V8,3 = 4 · 8 · 7 · 6 = 1344
Supongamos ahora que disponemos de cinco objetos a1 , a2 , a3 , a4 y a5 , que son números de una sola cifra
y que nos planteamos la siguiente cuestión:
¿Cuántos números de tres cifras pueden formarse con los cinco dı́gitos propuestos?
Para fijar ideas, supondremos que los números son 1, 2, 3, 4 y 5 y observamos que ahora no se hace
referencia a la repetición de las cifras, luego hay que suponer que pueden repetirse.
El resultado a la pregunta es una sencilla aplicación del principio de multiplicación. En efecto, para la
primera cifra tendremos cinco opciones y como pueden repetirse, habrá también cinco para la segunda
y para la tercera. El citado principio asegura que el total de números que pueden formarse en las
condiciones pedidas es:
5 · 5 · 5 = 53
Definimos y calculamos el número de las variaciones con repetición.
4.4.1 Definición
Dada una colección de m objetos a1 , a2 , . . . , am−1 , am distintos y un número entero positivo n, lla-
maremos variación con repetición de orden n a cualquier subcolección de n objetos de la colección
dada pudiendo repetirse los mismos.
Obsérvese que dos variaciones con repetición serán diferentes cuando difieran en algún o algunos elemen-
tos o bien cuando teniendo los mismos elementos difieran en el lugar que ocupan elementos distintos.
96
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Al número de variaciones con repetición de orden n de una colección de m objetos lo notaremos V Rm,n ,
y diremos que es el número de variaciones con repetición de m elementos tomados n a n y
V Rm,n = mn
Demostración
Procederemos por inducción para formar las variaciones con repetición de orden n que pueden formarse
con los m objetos a1 , a2 , . . . , am .
a1 a2 a3 a4 ... am
es decir, V Rm,1 = m.
Para obtener las de orden dos (n = 2), añadimos a cada una de las de orden 1, cada uno de los demás
elementos, incluido el mismo, o sea,
a1 a1 a2 a1 a3 a1 ··· am a1
a1 a2 a2 a2 a3 a2 ··· am a2
a1 a3 a2 a3 a3 a3 ··· am a3
.. .. .. .. ..
. . . . .
a1 am a2 am a3 am ··· am am
Entonces, por cada variación con repetición de orden 1, habrá m variaciones con repetición de orden 2,
luego,
V Rm,2 = m · V Rm,1
Paso inductivo. Supongamos obtenidas las de orden m − 1.
Para obtener las de orden m añadimos a cada una de ellas, cada uno de los demás elementos, incluido el
mismo. Entonces,
V Rm,n = m · V Rm,n−1
tendremos, por tanto,
V Rm,1 = m
V Rm,2 = m · V Rm,1
V Rm,3 = m · V Rm,2
··· ··· ······
V Rm,n−1 = m · V Rm,n−2
V Rm,n = m · V Rm,n−1
Multiplicando miembro a miembro estas igualdades, tendremos
de aquı́ que
V Rm,n = mn
sea el número de variaciones con repetición de orden n que pueden formarse con m elementos dados.
Ejemplo 4.18 Calcular cuántas palabras de tres letras pueden formarse con las letras A, B, C, D y E
en los siguientes casos:
97
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Observamos que las palabras ABC y BAC son distintas, luego el orden influye en el hecho de que dos
grupos de tres elementos elegidos entre los cinco dados sean diferentes, además ABC y ADE también
son palabras distintas, luego el cambio de algún o algunos elementos es, asimismo, relevante.
Consecuentemente, las palabras de tres letras serán variaciones de orden tres elegidas entre las cinco
letras dadas.
Bastarı́a anteponer la letra A a cada una de las variaciones con repetición de segundo orden de las cinco
letras dadas. Consecuentemente, el número de palabras de tres letras construidas con las cinco dadas y
que empiezan por A es
V R5,2 = 52 = 25
(b) Calculamos cuántas palabras no contienen a la letra A.
En este caso, bastarı́a calcular el número de palabras de tres letras que pueden formarse con B, C, D y
E, es decir,
V R4,3 = 43 = 64
(c) Veamos, finalmente, cuántas palabras contienen la letra A.
El número total de palabras de tres letras es V R5,3 y el número de palabras que no contienen la letra A
es, según el apartado (b), V R4,3 , consecuentemente el número pedido es
Ejemplo 4.19 Dado el conjunto de dı́gitos D = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}, calcular cuántos números pueden
formarse en los siguientes casos:
(d) Números de cinco cifras tales que los lugares impares estén ocupados por cifras impares.
(e) Números de cinco cifras tales que los lugares pares estén ocupados por cifras pares.
(g) Números de cinco cifras con el uno repetido, exactamente dos veces.
Solución
Dado que dos números cualesquiera serán distintos si cambiamos el orden de colocación y si cambiamos
algún o algunos dı́gitos, los números de k cifras que pueden formarse con los nueve elementos de D serán
variaciones de orden k elegidas de entre ellos, siendo 1 6 k 6 9.
98
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(a) Como los números han de tener cinco cifras todas distintas, k será cinco y el total de números
buscado es
V9,5 = 9 · 8 · 7 · 6 · 5 = 15120
(b) Dado que hay cinco cifras impares, aplicando el mismo razonamiento anterior los números serı́an
las variaciones de orden cinco elegidas entre cinco elementos, es decir, las permutaciones de cinco
elementos. Consecuentemente, el total de números de cinco cifras todas distintas e impares es
P5 = 1 · 2 · 3 · 4 · 5 = 120
(c) Para que los números sean divisibles por 2, han de terminar en 2, 4, 6 u 8. Fijando cada una de
estas cuatro opciones, tendrı́amos para cada una de ellas que las tres posiciones restantes pueden
cubrirse con cualquier terna de dı́gitos elegidos de entre los nueve del conjunto D, luego el número
buscado es
4 · V R9,3 = 4 · 93 = 2916
(d) En los lugares primero, tercero y quinto, puede situarse cualquier grupo de tres dı́gitos elegidos de
entre los cinco impares que hay en D, lo cual puede hacerse de V R5,3 formas distintas, para cada
una de las cuales podemos situar en las posiciones segunda, tercera y cuarta, cualquier grupo de dos
cifras elegidas entre las de D y esto puede hacerse de V R9,2 formas distintas. Consecuentemente,
por el principio de multiplicación el total de los números buscados será:
(e) Aplicamos un razonamiento idéntico al del apartado anterior cambiando los impares por los pares
y el resultado será:
V R4,2 · V R9,3 = 42 · 53 = 11664
(f) Para construir un número capicúa de cinco cifras, basta repetir a continuación y en orden inverso,
las dos primeras de un número de tres. Consecuentemente, el total de números de este tipo es igual
al de números de tres cifras, es decir,
V R9,3 = 93 = 729
(g) Si eliminamos el uno del conjunto D con las ocho cifras restantes pueden formarse V R8,3 números
distintos de tres cifras.
Veamos de cuantas formas pueden añadirse dos unos para formar número de cinco cifras. El
esquema siguiente, siendo ccc cualquiera de los números de tres cifras, simboliza la situación.
x1 c x2 c x3 c x4
Los espacios ocupados por las xi pueden estar ocupados por cero, uno o dos unos. Calcular cuántas
opciones distintas hay es equivalente a repartir dos objetos entre cuatro o lo que es igual calcular
el número de soluciones enteras que tiene la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 = 2
Ejemplo 4.20 Sea S el conjunto de todos los códigos de diez dı́gitos que pueden formarse con los
números 0, 1 y 2. (Por ejemplo, un elemento de S serı́a 0211012201). Se pide:
99
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(c) ¿Cuántos elementos de S tienen exactamente tres ceros, cuatro unos y tres doses?
(e) ¿Cuántos elementos de S tienen, al menos, tres ceros, dos unos y cuatro doses?
Solución
(b) Si nos quedamos solamente con el cero y el uno para formar códigos de diez dı́gitos donde cada uno
de los dos se repita cinco veces, tendremos códigos de la forma
0101010101
los cuales diferirán unos de otros cuando cambiemos de sitio dos elementos distintos, por tanto
los códigos buscados son las permutaciones de diez elementos donde cinco son iguales entre sı́ y
distintos a los cinco restantes, también iguales entre sı́. Consecuentemente, habrá
5,5 10!
P R10 = = 252
5! · 5!
códigos que tengan exactamente, cinco ceros y cinco unos.
(c) El razonamiento es idéntico al del apartado anterior y el total de códigos que cumplen las condiciones
pedidas es
3,4,3 10!
P R10 = = 4200
3! · 4! · 3!
(d) El número de códigos de siete dı́gitos que se pueden construir empleando únicamente el uno y el
dos es, razonando igual que en (a), V R2,7 . Para cada uno de ellos distribuimos los tres ceros entre
los siete dı́gitos según el esquema siguiente:
x1 d x2 d x3 d x4 d x5 d x6 d x7 d x8
donde d es 1 ó 2 y cada uno de los ocho xi puede estar ocupado por ninguno, uno, dos o tres ceros.
Calcular cuántas opciones distintas hay equivale a distribuir tres objetos entre ocho lugares o lo
que es igual calcular el número de soluciones enteras que tiene la ecuación
x1 + x2 + x3 + x4 + x5 + x6 + x7 + x8 = 3 : xi > 0, ∀i = 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
3,7
que es, como ya sabemos, P R10 .
Consecuentemente, por el principio de multiplicación el número de códigos que tienen exactamente
tres ceros es
3,7 10!
V R2,7 · P R10 = 27 · = 15360
3! · 7!
100
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(e) El número de grupos de nueve dı́gitos que tienen tres ceros, dos unos y cuatro doses es, por un
razonamiento análogo al utilizado en (a) y (b), P R93,2,4 . A cada uno de ellos le falta un dı́gito para
completar un código y éste podrá ocupar uno cualquiera entre diez lugares (ocho entre los nueve
dı́gitos, uno al comienzo y otro al final), luego de cada una de estos grupos de nueve, se pueden
construir diez códigos para cada uno de los dı́gitos 0,1 y 2, consecuentemente S tiene
9!
3 · 10 · P R93,2,4 = 3 · 10 · = 37800
3! · 2! · 4!
elementos con, al menos, tres ceros, dos unos y cuatro doses.
Ejemplo 4.21 Con los dı́gitos 0 y 1 pueden formarse un total de 256 bytes. Decir cuántos hay que
Solución
Un byte está formado por ocho bits que son los dı́gitos 0 y 1.
Los bytes 01001001 y 10001001 son distintos, y el byte 11111111 es distinto de los dos anteriores, luego
dos grupos de ocho bits serán distintos cuando se diferencien en el orden de colocación de los mismos o
en dos o más dı́gitos que ocupen la misma posición, por tanto el número de bytes serán variaciones con
repetición de orden ocho de los dı́gitos 0 y 1.
V R2,4 = 24 = 16
|A ∪ B| = |A| + |B| − |A ∩ B|
donde A ∩ B son todos los bytes que tienen un uno en la segunda posición y otro en la cuarta.
Pues bien, fijando el uno en las posiciones segunda o cuarta, tendremos que
|A ∩ B| = V R2,6
Consecuentemente, el número de bytes que tienen el segundo o el cuarto dı́gito igual a uno es
101
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(c) Veamos cuántos bytes tienen, exactamente, dos bits iguales a uno.
Serán todos aquellos que estén formados por dos unos y seis ceros, es decir, todas las ordenaciones
posibles que puedan hacerse con los dı́gitos
1, 1, 0, 0, 0, 0, 0, 0
por tanto, habrá
8!
P R82,6 = = 28
2! · 6!
bytes con dos de sus bits iguales a uno.
(d) Veamos ahora cuántos bytes se leen exactamente igual de izquierda a derecha que de derecha a
izquierda.
Para construir un byte que cumpla estas condiciones bastarı́a añadir a un grupo de cuatro bits él
mismo en sentido contrario. Por ejemplo, si a
1010
le añadimos
0101
tendremos el byte
10100101
que cumple las condiciones exigidas. Por tanto, calcular el número pedido equivale a calcular
cuántos grupos de cuatro bits pueden formarse con los dı́gitos 0 y 1. Consecuentemente, habrá
V R2,4 = 24 = 16
bytes que cumplan estas condiciones.
Ejemplo 4.22 Una sucesión de letras de la forma abcba donde la expresión no se altera al invertir el
orden, es un ejemplo de palı́ndromo de cinco letras. Calcular cuántos palı́ndromos de cinco y de seis
letras hay en caso de que
Solución
Para construir un palı́ndromo de cinco o seis letras escribirı́amos tres letras cualesquiera del alfabeto y
a continuación repetirı́amos las dos o las tres primeras, respectivamente, en orden inverso. Por ejemplo,
con las letras m, o y r construimos la palabra mor la cual produce el palı́ndromo de cinco letras morom
y el de seis letras, morrom. Por tanto, en ambos casos, el número de palı́ndromos será igual al número
de sucesiones de tres letras que podamos elegir entre las veintiséis del alfabeto, ası́ pues si calculamos el
número de sucesiones que hay de este tipo, tendremos también el número de palı́ndromos.
Observamos que la sucesión mor es distinta de la rom ya que dan lugar a palı́ndromos diferentes.
También, y por la misma razón, la sucesión mol es distinta de las dos anteriores. Consecuentemente,
tanto el orden en el que estén colocadas las letras como el cambio de algún o algunas letras influye en el
hecho de que dos palı́ndromos sean diferentes, luego tendremos que calcular el número de variaciones de
orden tres que podamos elegir entre las veintiséis letras del alfabeto.
(a) En el caso de que una letra pueda aparecer más de dos veces, las variaciones de orden tres serı́an
con repetición, ası́ que el número total de palı́ndromos de cinco y seis letras es
V R26,3 = 263 = 17576
102
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) Si ninguna letra puede aparecer más de dos veces, las variaciones de orden tres serı́an sin repetición
y, en tal caso,el resultado serı́a
V26,3 = 26 · 25 · 24 = 15600
Ejemplo 4.23 En cierta versión del lenguaje PASCAL, un identificador consta de una letra o de una
letra seguida de hasta siete caracteres que pueden ser letras o dı́gitos. Se supone que el ordenador no
distingue entre letras minúsculas y mayúsculas y que hay 26 letras y 10 números. ¿Cuántos identificadores
diferentes pueden utilizarse en esta versión de PASCAL?
Solución
Observemos que los identificadores constan de una letra o de una letra seguida de hasta siete caracteres,
luego los habrá con una letra y cero caracteres, y un carácter, y dos caracteres y ası́ sucesivamente, hasta
siete. Si Ik representa un identificador que tiene k caracteres, entonces el número total de identificadores,
I, será
X7
I= Ik
k=0
Dos identificadores con el mismo número de caracteres serán distintos cuando difieran en el orden de
colocación de los mismos o en algún o algunos elementos, por tanto los identificadores con k caracteres
serán las variaciones con repetición de orden k elegidas entre los 36 caracteres disponibles. Como todos
han de empezar con una letra, habrá 26 opciones distintas para cada uno de ellos, consecuentemente
Ik = 26 · V R36,k = 26 · 36k , 0 6 k 6 7
y
7
X 7
X 7
X
I= Ik = 26 · 36k = 26 36k
k=0 k=0 k=0
103
Apuntes de Matemática Discreta
5. Combinaciones. Teorema del Binomio
Contenido
5.1 Combinaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
5.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
5.1.2 Formación y número de combinaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
5.2 Teorema del Binomio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
5.2.1 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
5.2.2 Fórmula de Pascal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
5.2.3 Triángulo de Pascal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
5.3 Combinaciones con Repetición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
5.3.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
5.3.2 Número de combinaciones con repetición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
5.1 Combinaciones
Supongamos que disponemos de una baraja de 52 cartas. ¿Cuántas manos de cinco cartas diferentes
pueden obtenerse de dicha baraja?
Supongamos calculadas todas las ordenaciones posibles de las 52 cartas de la baraja. Tendrı́amos P52
ordenaciones distintas. Parece que si elegimos cinco cartas cualesquiera en cada una de las ordenaciones
(las mismas en cada ordenación), el problema estarı́a resuelto. Sin embargo, no es ası́, ya que por ejemplo
dos de los grupos elegidos podrı́an ser
a1 a2 a3 a4 a5 y a1 a3 a4 a2 a5
pero estas dos manos son iguales desde el punto de vista que se plantea la pregunta, es decir, el orden
en que nos den las cinco cartas es irrelevante. Entre las P52 ordenaciones habrá P5 que serán iguales.
105
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Además cada una de ellas estará repetida P52−5 veces, luego por la regla del producto, dentro de las P52
ordenaciones habrá un total de P5 · P(52−5) ordenaciones iguales. Ası́ pues, el número de manos distintas,
M , por el número de veces que se repite cada una será igual al total de ordenaciones posibles de las 52
cartas, es decir,
M · P5 · P52−5 = P52
de aquı́ que
P52 52!
M= =
P5 · P(52−5) 5! · (52 − 5)!
sea el número de manos diferentes de cinco cartas que pueden obtenerse. La nueva situación nos sitúa
ante la definición de combinación que ahora veremos.
5.1.1 Definición
Dos combinaciones serán distintas si algún o algunos elementos de uno de los grupos no se encuentra en
el otro, es decir, si difieren en algún o algunos elementos.
Demostración
Procederemos por inducción para formar las combinaciones de m elementos tomados n a n y calcular su
número.
a1 a2 a1 a3 a1 a4 ······ a1 an
a2 a3 a2 a4 ······ a2 an
a3 a4 ······ a3 an
..
.
an−1 an
Supuestas formadas las de orden n − 1, de modo que en cada una aparezcan los ı́ndices ordenados de
menor a mayor, las combinaciones de orden n, se obtienen añadiendo a cada combinación de orden n − 1
cada uno de los elementos posteriores al último de los que en ella figuren.
De esta forma, todas las combinaciones n-arias ası́ formadas son distintas, bien porque proceden de
combinaciones de orden n − 1, o bien, por tener diferente el último elemento.
106
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Además se obtienen todas las posibles, pues si faltara alguna, separando en una cualquiera de ellas el
último elemento nos quedarı́a una combinación de orden n − 1 que no habrı́a figurado entre las que nos
habı́an servido de partida de orden n − 1 en contra de la hipótesis.
Supongamos formadas todas las combinaciones de orden n de m elementos, es decir, Cm,n . Si en cada
combinación permutamos de todos los modos posibles los n elementos que figuran en ella, obtendrı́amos
todas las variaciones posibles de esos m elementos tomados n a n. Ası́ pues, cada combinación da lugar
a Pn variaciones, por tanto,
m!
Vm,n (m−n)! m!
Vm,n = Cm,n · Pn =⇒ Cm,n = = =
Pn n! n!(m − n)!
Al número resultante se le llama número combinatorio y se nota en la forma
m m!
=
n n!(m − n)!
Ejemplo 5.1 Se dispone de doce puntos en un plano de tal manera que tres cualesquiera de ellos no
están alineados.
Solución
Recordemos que dos puntos cualesquiera del plano determinan una recta y que un tercer punto, o bien
está alineado con los otros dos, en cuyo caso pertenece a la recta que ambos determinan, o bien no lo
está, y en tal caso, determina con los otros puntos, dos rectas, una con cada uno de ellos. Dado que
disponemos de doce puntos y tres cualesquiera de ellos no están alineados, podremos asegurar que cada
dos de ellos determinan una recta distinta de las demás.
(a) Supongamos que los puntos son a, b, c, d, e, f, g, h, i, j y k y notemos ad como la recta que determinan
los puntos a y d.
Pues bien, ad y por da son iguales ya que la recta que determinan a y d es la misma que la
determinada d y a, por tanto el orden en que tomemos los puntos no influye en la recta que ambos
determinan.
Sin embargo, los puntos a y d determinan una recta distinta de la que determinan d y e que, a su
vez, es distinta de la que determinan a y f , por tanto el cambio de algún o algunos puntos influye
en el hecho de que las rectas que determinan sean distintas.
Consecuentemente, las rectas que determinan los doce puntos serı́an combinaciones de orden dos
elegidas entre ellos y
12 12! 11 · 12
C12,2 = = = = 66
2 2! · 10! 2
será el número de rectas distintas que hay.
(b) Bastarı́a dejar fijo el punto a y trazar una recta a cada uno de los restantes once puntos, luego
habrá, en total, once rectas que pasan por dicho punto.
(c) Cada tres puntos no alineados en el plano determinan un triángulo que los tiene como vértices.
Dejando fijo el punto a, bastarı́a calcular las combinaciones de orden dos de los once puntos
restantes y obtendrı́amos
11 11! 10 · 11
C11,2 = = = = 55
2 2! · 9! 2
107
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 5.2 Un estudiante tiene que responder siete preguntas de un cuestionario de diez. ¿de cuántas
formas puede hacer su elección si
Solución
5!
= 11 ·
2! · 3!
= 110
108
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 5.3 Para hacer un apuesta de la Loterı́a Primitiva hay que marcar seis números elegidos
entre el 1 y el 49. ¿De cuántas formas diferentes puede marcar una persona 6, 5, 4 ó 3 números?
Solución
Supongamos que marcamos los números 2, 3, 5, 7, 11 y 13 en este orden. Si los hubiéramos marcado
en cualquier otro orden la apuesta serı́a la misma. Sin embargo, cambiando algún o algunos números de
éstos por otros, tendrı́amos una apuesta distinta.
Por tanto, las apuestas que pueden hacerse serán combinaciones de orden seis elegidas entre los cuarenta
y nueve números disponibles.
49 49! 44 · 45 · 46 · 47 · 48 · 49
C49,6 = = = = 13.983.816
6 6! · (49 − 6)! 2·3·4·5·6
formas diferentes.
49 49! 45 · 46 · 47 · 48 · 49
C49,5 = = = = 1.906.884
5 5! · (49 − 5)! 2·3·4·5
formas diferentes.
49 49! 46 · 47 · 48 · 49
C49,4 = = = = 211876
4 4! · (49 − 4)! 2·3·4
formas distintas.
49 49! 47 · 48 · 49
C49,3 = = = = 18424
3 3! · (49 − 3)! 2·3
formas diferentes.
1
C2n,n + C2n,n−1 = C2n+2,n+1
2
Solución
109
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
2n 2n
C2n,n + C2n,n−1 = +
n n−1
2n! 2n!
= +
n! · n! (n − 1)! · (n + 1)!
2n! · (n + 1) 2n! · n
= +
n! · (n + 1)! n! · (n + 1)!
2n! · (2n + 1)
=
n! · (n + 1)!
(2n + 1)!
=
n! · (n + 1)!
1 (2n + 2)!
= ·
2 (n + 1)! · (n + 1)!
1 2n + 2
=
2 n+1
1
= C2n+2,n+1
2
Ejemplo 5.5 Se quiere elegir un comité de doce personas de un grupo formado por diez hombres y
diez mujeres. Decir de cuántas formas puede hacerse la elección
Solución
Se quieren elegir doce personas de entre las veinte que forman el grupo. Obviamente, el orden en el que se
elijan no influye en la composición del comité, aunque éste si varı́a cuando cambiamos alguna o algunas
personas. Se trata, por tanto, de combinaciones de orden doce escogidas de entre las veinte personas.
(a) Si no hay restricciones, quiere decir que la composición del comité puede ser cualquiera, luego la
elección puede hacerse de
20 20!
C20,12 = = = 125970
12 12! · 8!
(b) Si en el comité debe haber seis hombres y seis mujeres, elegimos seis hombres de entre los diez
que hay en el grupo y para cada uno de ellos se eligen seis mujeres de entre las diez que hay en el
mismo.
Los seis hombres pueden elegirse de C10,6 formas distintas y para cada una de estas combinaciones
habrá C10,6 formas distintas de elegir a las mujeres, consecuentemente, por la regla del producto, la
elección del comité podrá hacerse de
10 10 10! 10!
C10,6 · C10,6 = · = · = 210 · 210 = 44100
6 6 6! · 4! 6! · 4!
110
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
formas distintas.
(c) Si debe haber un número par de mujeres, entonces podemos representar su número en el comité
por 2k y el número de hombres por 12 − 2k, donde k = 1, 2, 3, 4, 5.
Razonando igual que en el apartado (b), para cada k tendremos C10,2k · C10,12−2k comités con un
número par de mujeres, por tanto el número total de formas de hacer la elección será
5 5
X X 10 10
C10,2k · C10,12−2k = ·
2k 12 − 2k
k=1 k=1
10 10 10 10 6 6
= · + · + · +
2 10 4 8 6 6
10 10 10 10
· + ·
8 4 10 2
= 63090
(d) Sea k el número de hombres que integran el comité, entonces k = 8, 9 ó 10, siendo el de mujeres
12 − k, razonando igual que en el apartado anterior, habrá
10
X 10 10 10 10 10 10
C10,k · C10,12−k = · + · + · = 10695
8 4 9 3 10 2
k=8
Ejemplo 5.6 Un comité de selección entrevista a cinco candidatos para un puesto de trabajo, entre-
gando al final una lista con las personas que propone. Decir cuántas listas distintas puede entregar el
comité en los casos siguientes:
Solución
(a) El número de listas, en estas condiciones, coincide con el número de formas de ordenar un conjunto
con cinco elementos, por tanto, habrá
P5 = 1 · 2 · 3 · 4 · 5 = 120
listas distintas.
(b) Si el comité selecciona un primer candidato, un segundo y un tercero, entonces es como seleccionar
ordenadamente tres personas de entre un grupo de cinco, por tanto, el número de listas distintas
es, en este caso,
V5,3 = 5 · 4 · 3 = 60
(c) Proponemos cualquiera de los cinco candidatos para el puesto y nos quedarı́an cinco personas para
elegir a los dos suplentes. Dado que no importa el orden de éstos, las distintas formas de elegirlos
serı́an combinaciones de orden dos elegidas entre las cuatro personas que restan. Por la regla del
producto, el número de listas distintas es
4 4!
5 · C4,2 = 5 · =5· = 30
2 2! · 2!
111
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Demostración
Observemos lo siguiente:
(a + b)2 = (a + b)(a + b) = a · a + a · b + b · a + b · b
donde hemos multiplicado el primer sumando (la a) del primer factor (a + b) por los dos del segundo y
luego el segundo sumando (la b) del primer factor por los dos del segundo. De esta forma vemos que
en cada uno de los cuatro sumandos que configuran el resultado figura uno, y sólo un elemento de cada
factor. El siguiente diagrama resume la situación.
a b
• •
a • • b a • • b
a2 ab ba b2
(a + b)2 = a2 + 2ab + b2
a b
• •
a b a b
• • • •
a • • b a • • b a • • b a • • b
a3 a2 b a2 b ab2 a2 b ab2 ab2 b3
112
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a b
• •
a b a b
• • • •
a• •b a• •b a• •b a• •b
a• •b a• •b a• •b a• •b a• •b a• •b a• •b a• •b
a4 a3 b a3 b a2 b2 a3 b a2 b2 a2 b2 ab3 a3 b a2 b2 a2 b2 ab3 a2 b2 ab3 ab3 b4
Obsérvese que al elegir una letra, y sólo una (la a o la b), de cada factor, todos y cada uno de los factores
resultantes han de tener el mismo número de letras, dos en (a + b)2 , tres en (a + b)3 , cuatro en (a + b)4
y ası́ sucesivamente. Veamos un ejemplo de lo que decimos e intentemos sacar alguna conclusión.
Supongamos que queremos saber el coeficiente de alguno de los sumandos del desarrollo de (a+b)7 . Como
hemos visto todos tendrán siete letras. Consideremos por ejemplo ababaaa, es decir a5 b2 y fijémonos
únicamente en las aes. Teniendo en cuenta que cada una de ellas pertenece a un único factor y llamando
a éstos f1 , f2 , f3 , f4 , f5 , f6 y f7 para calcular todas las opciones posibles, podemos utilizar el siguiente
esquema:
a a a a a
f1 f2 f3 f4 f5
f2 f1 f5 f3 f5
f7 f6 f3 f2 f4
.. .. .. .. ..
. . . . .
Por lo tanto, el número de veces que se repetirá a5 (y, consecuentemente, a5 b2 ) es igual al número de
grupos de 5 factores que podamos elegir entre los 7 de que disponemos y de tal forma que el orden no
influye en el hecho de que dos grupos sean distintos, es decir, el coeficiente de a5 b2 en el desarrollo de
(a + b)7 es C7,5 .
Un razonamiento idéntico nos permite decir que el coeficiente de a3 b4 en el mismo desarrollo es C7,3 , y
ası́ podemos calcular los coeficientes de todos los sumandos.
Este mismo razonamiento puede utilizarse para calcular el coeficiente de cualquier sumando en el desar-
rollo de (a + b)n . Si k es cualquier número entero entre 0 y n, el sumando ak bn−k tiene la a repetida k
veces correspondiendo una, y sólo una, a cada factor, luego son grupos de k elementos (factores) elegidos
entre n (total de factores) y donde el orden no importa. Por lo tanto su número es Cn,k .
113
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Nota 5.1 Plantearemos ahora el mismo problema de forma ligeramente distinta. En el cálculo que
hicimos del coeficiente de a5 b2 en el desarrollo de (a + b)7 nos hemos fijado únicamente en las aes. ¿Qué
pasarı́a si nos fijamos tanto en las aes como en las bes? El esquema siguiente refleja la situación.
f1 f2 f3 f4 f5 f6 f7
a b a a b a a
b b a a a a a
a a b a b a a
.. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . .
El número de productos posibles de la forma a5 b2 tal que cada a y cada b esté en uno y sólo un factor
serı́a igual al de palabras de siete letras que podamos formar con cinco aes y dos bes o lo que es igual
todas las ordenaciones posibles que puedan hacerse con ellas, es decir, P R75,2 .
En general, el número de productos del tipo ak bn−k serı́a igual al número de palabras distintas que
pueden escribirse de tal forma que cada una tuviera n veces repetida la a y n − k veces repetida la b, es
decir,
k,n−k n! n
P Rn = =
k! · (n − k)! k
Por lo tanto,
(a + b)n = P Rn0,n · a0 bn + P Rn1,n−1 · a1 bn−1 + · · · + P Rnn−1,1 · an−1 b + P Rnn,0 · an b0
n
X
= P Rnk,n−k · ak bn−k
k=0
n
X n!
= · ak bn−k
k! · (n − k)!
k=0
n
X n
= ak bn−k
k
k=0
Ejemplo 5.7 Se lanza una moneda al aire n veces. ¿De cuántas maneras pueden obtenerse una, dos,
tres, cuatro, . . . . . ., o n caras?
Solución
Sea Ak con 1 6 k 6 n el conjunto formado por todos los resultados posibles en los que aparezcan,
exactamente, k caras al lanzar la moneda n veces, es decir,
A1 = {(c, x, x, . . . , x), (x, c, x, . . . , x), . . .}
A2 = {(c, c, x, . . . , x), (x, c, c, . . . , x), . . .}
..
.
An = {(c, c, c, . . . , c)}
114
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
El conjunto
n
[
A1 ∪ A2 ∪ · · · ∪ An = Ak
k=1
estará formado por todos los resultados en los que aparezcan una, dos,. . ., o n caras. Por tanto, el número
pedido es el cardinal de dicho conjunto. Como los Ak son disjuntos dos a dos, por el principio de adición,
[n X n
Ak = |Ak |
k=1 k=1
(k
c c c ··· c c
1 2 3 ··· k−1 k
2 3 k ··· 1 k−1
2 n 3 ··· n−1 1
.. .. .. .. .. ..
. . . . . .
Serán todos los grupos de k lanzamientos que podamos elegir entre los n, de tal forma que el orden no
influye en el hecho de que dos grupos sean distintos (obsérvese que las dos primeras filas de la tabla
anterior significan lo mismo aunque estén en distinto orden). Por lo tanto,
|Ak | = Cn,k .
De aquı́ que
[n n
X
Ak = |Ak |
k=1 k=1
n
X
= Cn,k
k=1
n
X n
=
k
k=1
n
X n k n−k n
= 1 ·1 −
k 0
k=0
= 2n − 1
Ejemplo 5.8 ¿De cuántas maneras puede elegir un profesor a uno o más estudiantes entre seis?
Solución
Sean a, b, c, d, e y f los seis estudiantes y supongamos que el profesor elige a un grupo de tres, abc. Es
obvio que el orden en que los escoja no influye en el grupo elegido, sin embargo el cambio de algún o
algunos estudiantes si influye ya que los grupos abc y ade son distintos.
Por tanto, las formas de elegir los estudiantes serán combinaciones de orden k seleccionadas de entre los
seis estudiantes, siendo 1 6 k 6 6, por tanto el profesor dispone de
6 6 X 6 X 6
X X 6 6 6 6 6
C6,k = = − = 1k 16−k − = (1 + 1)6 − 1 = 26 − 1 = 63
k k 0 k 0
k=1 k=1 k=0 k=0
Ejemplo 5.9 Para elaborar una pizza podemos utilizar, además de queso y tomate, los siguientes
ingredientes: carne, champiñones, pimientos, cebolla, salami y anchoas. Decir cuántas pizzas diferentes
es posible elaborar en los casos siguientes:
115
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Dos pizzas serán distintas cuando en su elaboración utilicemos, además de queso y tomate, diferentes
ingredientes. El orden en que se utilizan los mismos no es relevante, por tanto las diferentes pizzas serán
combinaciones de orden n elegidas entre los seis ingredientes de que se disponen.
(a) Si pueden tener desde todos a ningún ingrediente, entonces n variará entre seis y cero, por tanto,
el número total de pizzas diferentes
6 6 X6
X X 6 6
C6,n = = 1n · 16−n = (1 + 1)6 = 26 = 64
n n
n=0 n=0 n=0
(b) Si han de intervenir en su composición, champiñones y anchoas, entonces le añadimos estos dos
ingredientes a todas las posibles pizzas que puedan elaborarse con los otros cuatro. El total de
pizzas diferentes será, utilizando el mismo razonamiento que en (a),
4 4 X4
X X 4 4
C4,n = = 1n · 14−n = (1 + 1)4 = 24 = 16
n n
n=0 n=0 n=0
(c) Al no tener carne ni salami, el total de pizzas diferentes será igual al anterior ya que tendrı́amos
cuatro ingredientes, luego
X4
C4,n = 16
n=0
Solución
Elegido cualquier subconjunto del conjunto dado, el orden en que estén situados los elementos en el
mismo es irrelevante luego dos subconjuntos serán distintos si, y sólo sı́ se diferencian en, al menos, un
elemento, de aquı́ que los subconjuntos con k elementos sean las combinaciones de orden k que puedan
elegirse entre los n elementos del conjunto dado, siendo 0 6 k 6 n.
Obsérvese que k = 0 se corresponde con subconjuntos con cero elementos, es decir, el conjunto vacı́o.
Pues bien, de acuerdo con este razonamiento, el número de subconjuntos que tiene un conjunto con n
elementos será
n X n X n
X n n n
1+ Cn,k = + = 1n 1n−k = (1 + 1)n = 2n
0 k k
k=1 k=1 k=0
(a) subconjuntos de A.
116
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
128 − 1 = 127
es decir, al total le hemos restado uno ya que hay un sólo subconjunto vacı́o en A. (Se corresponde
con k = 0).
(c) El número de subconjuntos de A que contienen tres elementos también se sigue directamente del
apartado (a) para k = 3, luego es
7 7!
C7,3 = = = 35
3 3! · 4!
(d) Para hallar todos los subconjuntos que contienen al 1 y al 2, hallamos todos los subconjuntos de
{3, 4, 5, 6, 7} y a cada uno de ellos le añadimos el 1 y el 2. Por tanto, el número de subconjuntos
de este tipo será
5 5
X X 5
C5,k = 15 15−k = (1 + 1)5 = 25 = 32
k
k=0 k=0
(e) Siguiendo el mismo razonamiento que en (a), bastarı́a calcular el número de subconjuntos de A
para k = 2, 4 y 6, es decir habrá
7 7 7
C7,2 + C7,4 + C7,6 = + + = 63
2 4 6
Ejemplo 5.12 ¿De cuántas formas distintas puede descomponerse el número 8 como suma de enteros
positivos?
Solución
117
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
8=8
y en ocho sumandos
1 + 1 + 1 + 1 + 1 + 1 + 1 + 1 = 8.
Ası́ pues habrá que calcular cuántas descomposiciones pueden hacerse con 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8 sumandos
y luego sumarlas todas. Calcularemos el número de descomposiciones con k sumandos donde k varı́a
entre 1 y 8.
El número de descomposiciones que hay con k sumandos será igual al número de soluciones de la ecuación,
x1 + x2 + · · · · · · + xk = 8, 1 6 k 6 8
donde xi > 0, i = 1, 2, . . . , k, ya que si alguna de las xi fuese cero, entonces no habrı́a k sumandos sino
k − 1. Pues bien,
xi > 0 =⇒ xi > 1 =⇒ xi − 1 > 0
y 1 + 1 + y2 + 1 + · · · · · · + yk + 1 = 8
es decir,
y1 + y2 + · · · · · · + yk = 8 − k, con yi > 0, i = 1, 2, . . . , k
luego el problema se reduce a calcular el número de soluciones enteras no negativas de la ecuación anterior
que, como ya sabemos, es
k−1,8−k
P Rk−1+8−k = P R7k−1,8−k , para 1 6 k 6 8
8 8
X X 7!
P R78−k,k−1 =
(k − 1)!(8 − k)!
k=1 k=1
8
X 7
=
k−1
k=1
7
X 7
=
k
k=0
7
X 7
= 1k · 17−k
k
k=0
= (1 + 1)7
= 27
= 128
118
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
5.2.1 Proposición
Demostración
Sea A un conjunto con n elementos y B un conjunto con un sólo elemento, por ejemplo, B = {b} y tal
que b no pertenezca a A. Entonces, A ∩ B = ∅ y si C = A ∪ B, por el principio de adición, tendremos
que
|C| = |A| + |B| = n + 1.
Pues bien, sea P el conjunto formado por todos los subconjuntos de C con k elementos, es decir,
P = {X ⊆ C : |X| = k}
Q = {X ⊆ A : |X| = k}
o
los k elementos de X son k − 1 de A y b es elemento que le falta, o sea es un elemento de
R = {X = D ∪ B : D ⊆ A, |D| = k − 1} .
Además,
P = Q ∪ R, con Q ∩ R = ∅
luego por el principio de adición,
|P | = |Q| + |R|
pero,
|P | = Cn+1,k
|Q| = Cn,k
|R| = Cn,k−1
de aquı́ que
Cn+1,k = Cn,k + Cn,k−1
es decir,
n+1 n n
= +
k k k−1
Demostración
119
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
1 Blaise Pascal, matemático, fı́sico, filósofo y escritor francés (Clermont-Ferrand 1623-Parı́s 1662). Hijo de una familia de
la alta burguesı́a auvernesa, que, en 1631, fijó su residencia en Parı́s, donde los medios literarios y cientı́ficos que frecuentó
le ayudaron a crear una vocación precoz. Se dice que su padre trató de mantenerlo, al principio, alejado de los libros de
matemáticas, con objeto de estimular al joven Blaise a desarrollar otros intereses, pero a la edad de doce años el muchacho
demostraba ya tal grado de inteligencia geométrica que, en adelante, se favoreció su inclinación matemática. A los catorce
años ya acompañaba a su padre a las reuniones informales de la “Academia de Mersenne” en Parı́s. Aquı́ fue donde se
familiarizó con las ideas de Desargues, y dos años más tarde, en 1640, el joven Pascal publicó su Essay pour les coniques.
A la edad de dieciocho años aproximadamente cambió de tema y para ayudar a su padre en un trabajo fiscal, se dedicó a
diseñar una máquina calculadora; en unos pocos años construyó y vendió unas cincuenta de estas máquinas. Durante este
tiempo la familia Pascal entró en relación con los jansenitas Saint-Cyran y Antoine Arnauld. Durante esta época, Pascal
continuó sus investigaciones y tuvo dos entrevistas con Descartes, pero sin que al parecer pudieran encontrar ambos un
camino de inteligencia común; sin duda les separaron, entre otras cosas, sus teorı́as sobre el vacı́o. A continuación, en 1648,
se interesó Pascal en la hidrostática, y los resultados de sus investigaciones fueron el famoso experimento de Puy-de-Dôme
que confirmaba el peso del aire, y los experimentos acerca de la presión ejercida por un fluido, que clarificaron la aparente
paradoja hidrostática. Su padre murió en 1651 y su hermana Jacqueline ingresó en 1652 en el convento de Port-Royal.
Entonces Pascal se dedicó más febrilmente a las ciencias. Comenzó a frecuentar algunos amigos, si no libertinos, al menos
bastante independientes, el duque de Roannez, Mitton y el caballero de Méré. Fue en esta época cuando Pascal, buscando
soluciones a un problema propuesto por Méré, se interesó por el Cálculo de Probabilidades. Pascal relacionó el estudio de las
probabilidades con el triángulo aritmético, superando en sus discusiones la obra de Cardano en tal medida que la conocida
distribución triangular de números ha venido recibiendo, desde entonces, el nombre de triángulo de Pascal. Durante la
noche del 23 de noviembre de 1654 (del que queda emocionante testimonio en su Memorial), experimentó Pascal una
especie de éxtasis religioso que lo impulsó a abandonar la ciencia y la matemática para dedicarse a la teologı́a. Siguiendo
los M. Singlin, que tomó como director espiritual en 1655, se retiró a Port-Royal des Champs, donde, sin convertirse en
miembro activo de la abadı́a, se dedicó a la penitencia. Cuando Arnauld fue amenazado con la condenación en la Sorbona,
Pascal le defendió revelándose como un excepcional polemista. Desde enero de 1656 a marzo de 1657 bajo el seudónimo de
MONTALTE publicó las dieciocho cartas conocidas con el nombre de Provinciales donde ataca a la Sorbona, a los jesuitas
y, sobre todo, los abusos de la casuı́stica. Ya sólo volverı́a a los estudios matemáticos durante un breve perı́odo de tiempo
en 1658-1659. Una noche de 1658 en que un dolor de muelas un otra dolencia le impedı́a dormir, decidió, como distracción
contra el dolor, dedicarse al estudio de la cicloide. Milagrosamente, el dolor cesó, lo que interpretó Pascal como un signo de
que el estudio de la matemática no desagradaba a Dios. En 1661 intervino en el drama de conciencia en que se debatı́an los
jansenitas obligados a firmar la condenación de Jansenio. La hermana de Pascal (que murió aquel mismo año) influyó en su
hermano para que tomará partido por la intransigencia y ası́ lo hizo contra los propios maestros jansenitas Arnauld y Nicole
inclinados a firmar. Ante la resistencia que encontró, Pascal se retiró de la lucha, dedicándose desde entonces a una vida de
piedad personal. Su obra fundamental quedó incompleta. En el contexto de una integración de la función seno en su Traité
des sinus du quart de cercle, de 1658, Pascal se aproximó extraordinariamente a lo que pudo haber sido el descubrimiento
del cálculo; tan cerca estuvo de ellos que Leibniz escribirı́a más tarde que fue leyendo esta obra de Pascal cuando se le
mostró súbitamente la luz. Si Pascal no hubiera muerto poco después de cumplir 39 años, o bien si su mentalidad hubiera
sido más exclusivamente matemática, no cabe prácticamente duda de que se hubiera anticipado a Newton y a Leibniz en
sus más grandes descubrimientos.
120
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Con la fórmula de Pascal puede obtenerse un método para el cálculo de los coef icientes del desarrollo
de (a + b)n .
En efecto, si tenemos en cuenta que para cualquier entero no negativo n se verifica que
n n
= =1
0 n
y los tomamos como valores inicial y final, respectivamente, los coeficientes de las sucesivas potencias de
(a + b)n pueden distribuirse en una figura que se conoce como triángulo de Pascal.2
0
0
1 1
0 1
2 2 2
0 1 2
3 3 3 3
0 1 2 3
4 4 4 4 4
0 1 2 3 4
5 5 5 5 5 5
0 1 2 3 4 5
1
1 1
1 2 1
1 3 3 1
1 4 6 4 1
1 5 10 10 5 1
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Todas y cada una de las filas empiezan y terminan con 1 y cualquier otro número en el triángulo es suma
de los dos que están encima suya.
Supongamos, también, para fijar ideas supongamos que m = 4, es decir, hay cuatro clases distintas de
bocadillos, por ejemplo a1 es de jamón (j), a2 de chorizo (c), a3 de salchichón (s) y a4 de tortilla (t).
2 Figura en el Traité du Triangle Arithmétique publicado por Pascal en 1665. También recibe el nombre de triángulo
de Yang Hui’s, en honor al matemático chino que lo descubrió en 1261. El matemático Chu Shih-Chieh, también chino, lo
incluye en su libro El espejo precioso de los cuatro elementos de 1303.
121
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Supongamos que diez estudiantes de Matemática Discreta entran en la cafeterı́a de la Escuela dispuestos
a comerse un bocadillo cada uno.
¿De cuántas maneras distintas pueden pedir los bocadillos los estudiantes?
Designaremos con las letras c, j, s y t a los bocadillos de chorizo, jamón, salchichón y tortilla, respectiva-
mente. Uno de los pedidos puede ser cccjjstttt que, obviamente, es igual al pedido ccjcstttt y distinto al
ccjjssttt. El orden, por tanto, es irrelevante y lo único que hace a dos peticiones distintas es el cambio
de algún o algunos elementos entre los que no sean iguales entre sı́.
Estamos, pues, ante un problema de combinaciones, aunque los elementos pueden repetirse, luego no
podremos utilizar lo estudiado en el apartado anterior.
Calcularemos este número con el método siguiente: a cada grupo de diez elementos le hacemos corre-
sponder otro de catorce elementos escribiendo tantos unos como elementos distintos haya en los grupos,
seguidos de tantos ceros como veces se repita el elemento en el mismo.
En nuestro ejemplo, hay cuatro clases de bocadillos que lo supondremos ordenados en la forma csjt,
luego habrá cuatro unos, ası́, la petición, cjjtttccss se corresponderá con el grupo, 10001001001000. La
siguiente tabla representa alguna de las peticiones y los grupos de ceros y unos correspondientes.
A B
cccjjcjctt 10000011000100
cccjjtttss 10001001001000
ssssjjjjjj 11000010000001
tttttttttt 11110000000000
En la columna A tenemos todas las combinaciones con repetición de cuatro elementos tomados diez a
diez y su número coincidirá con el número de grupos distintos que haya en la columna B.
Obsérvese que los grupos de la columna B comienzan todos con un uno. Para calcular cuántos grupos
hay podemos prescindir de la primera posición y quedan, por tanto, trece elementos, de los cuales tres
son unos y los diez restantes son ceros. Consecuentemente, el número total de grupos es igual al de
permutaciones con repetición de trece elementos donde hay tres iguales entre sı́ y distintos a otros diez,
también iguales entre sı́, por tanto, el número será
3,10
P R13
Ası́ pues,
3,10 13! (4 − 1 + 10)! 4 − 1 + 10
CR4,10 = P R13 = = = = 286
3! · 10! (4 − 1)! · 10! 10
Las combinaciones con repetición se definen de la misma forma que las combinaciones simples, salvo que
ahora, no es necesario que todos los elementos sean distintos. Por tanto, dos combinaciones con repetición
serán iguales cuando estén formadas por los mismos elementos repetidos igual número de veces.
5.3.1 Definición
El orden n de una combinación con repetición puede ser mayor que el número de elementos con los cuales
se forma. Cuando n 6 m, entre las combinaciones con repetición figuran las combinaciones simples del
mismo orden.
122
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
Disponemos los elementos que forman cada una de las CRm,n (combinaciones con repetición de m
elementos a1 , a2 , . . . , am tomados de n en n) de manera que sus ı́ndices respectivos sigan el orden natural.
Entonces, una combinación genérica se puede expresar mediante una sucesión de sı́mbolos de dos clases,
1 y 0 en la forma siguiente:
Para representar el elemento a1 se escribe un uno seguido de tantos ceros como veces se repite dicho
elemento en la combinación considerada; a continuación se escribe otro uno, que representará el elemento
a2 y se le hace seguir de tantos ceros como veces figure dicho elemento en la citada composición y ası́
sucesivamente, conviniendo que si faltase algún elemento se expresará esta circunstancia escribiendo un
uno por cada uno de ellos sin ir seguido de ningún cero.
Por ejemplo, la combinación de orden tres a1 a1 a3 elegida entre los cuatro elementos a1 , a2 , a3 , a4 se
escribirá:
1001101
De este modo cada combinación que estamos considerando viene representada por una expresión que
comienza por uno y contiene en forma ordenada m veces uno y n veces cero.
Ejemplo 5.14 Se dispone de tres bolsas iguales con caramelos de fresa, de menta y de limón. Cada
una de las bolsas contiene, al menos, diez caramelos. Decir de cuántas formas pueden seleccionarse diez
caramelos en los siguientes casos:
Solución
(a) Veamos de cuántas formas pueden seleccionarse diez caramelos si no hay ninguna restricción.
Una de las posibles distribuciones de los diez caramelos es
f f mf lmmf ll
123
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
donde f, m y l representan los sabores fresa, menta y limón, respectivamente. Observamos que
si en esta distribución elegida al azar, intercambiamos entre sı́ uno o varios sabores, la misma no
varı́a, sin embargo si cambiamos uno o varios caramelos por otros de distinto sabor, tendremos una
distribución diferente, por tanto, las distribuciones de los diez caramelos son combinaciones con
repetición de orden diez elegidas entre los tres tipos de caramelos distintos. Consecuentemente, los
diez caramelos pueden seleccionarse de
3 − 1 + 10 12 12!
CR3,10 = = = = 66
10 10 10! · 2!
formas distintas.
(b) En cada selección fijamos un caramelo de fresa, dos de menta y tres de limón, quedarán, por tanto,
cuatro caramelos de entre los tres sabores para elegir, el mismo razonamiento del apartado anterior
nos conduce a que el número de selecciones distintas es
3−1+4 6 6!
CR3,4 = = = = 15
4 4 4! · 2!
(c) Ahora fijamos en cada selección un caramelo de fresa y uno de menta. Entonces, quedarán por
elegir ocho caramelos de entre dos sabores, menta y limón, ya que ha de haber, exactamente, uno
de fresa en cada selección, luego el número de selecciones distintas es
2−1+8 9 9!
CR2,8 = = = =9
8 8 8! · 1!
Ejemplo 5.15 Hallar de cuántas maneras pueden distribuirse cuatro pelotas de golf en diez cajas
numeradas, si
(a) todas las pelotas son diferentes y en ninguna caja cabe más de una pelota.
(b) las pelotas son indistinguibles y en ninguna caja cabe más de una pelota.
(c) todas las pelotas son diferentes y en cada caja caben cuantas pelotas se desee.
(d) las pelotas son indistinguibles y en cada caja caben cuantas pelotas se desee.
Solución
(a) Como las pelotas son diferentes, las distinguiremos con un subı́ndice, es decir, designaremos a las
pelotas por p1 , p2 , p3 y p4 .
Fijamos las cuatro pelotas y calculamos el número de grupos distintos de cuatro cajas que podemos
elegir entre las diez. El esquema siguiente nos muestra la situación.
p1 p2 p3 p4
c1 c2 c3 c4
c1 c2 c4 c3
c1 c2 c5 c6
.. .. .. ..
. . . .
124
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
distintos, es decir, el orden el que situemos los elementos en el grupo influye para que éstos sean
diferentes.
Además, el grupo c1 c2 c5 c6 también es distinto de los anteriores, luego el cambio de algún o algunos
elementos también hace distintos a dos grupos.
Consecuentemente, el número total de grupos distintos que pueden formarse son las variaciones de
orden cuatro de diez elementos, de aquı́ que, en este caso, haya
V10,4 = 10 · 9 · 8 · 7 = 5040
(b) Al ser iguales las cuatro pelotas, el esquema del apartado anterior podrı́a escribirse en la forma:
p p p p
c1 c2 c3 c4
c1 c2 c4 c3
c1 c2 c5 c6
.. .. .. ..
. . . .
donde hemos eliminado los subı́ndices de las pelotas. Ahora los grupos c1 c2 c3 c4 y c1 c2 c4 c3 son
iguales, luego el orden en que se sitúen los elementos dentro de un grupo es irrelevante. Sin
embargo, el grupo c1 c2 c5 c6 es distinto, es decir, el cambio de algún o algunos elementos si hace a
dos grupos diferentes.
Consecuentemente, el número total de grupos distintos que pueden formarse son las combinaciones
de orden cuatro elegidas entre diez elementos, por tanto, en este caso, hay
10 10!
C10,4 = = = 210
4 4! · 6!
p1 p2 p3 p4
c1 c1 c1 c1
c1 c1 c2 c2
c1 c2 c1 c2
.. .. .. ..
. . . .
donde el grupo c1 c1 c1 c1 significa que a la caja c1 se le asignan cuatro pelotas y ası́ con todos los que
repitan caja. El razonamiento es idéntico al del apartado (a) con la salvedad de en que cada caja
podemos introducir cuántas pelotas queramos, por tanto las variaciones de orden cuatro elegidas
entre las diez cajas serán con repetición, es decir, el número de distribuciones distintas es
(d) Ahora son, otra vez, todas las pelotas iguales. El esquema es,
p p p p
c1 c1 c1 c1
c1 c1 c2 c2
c1 c2 c1 c2
.. .. .. ..
. . . .
125
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ahora los grupos c1 c1 c2 c2 y c1 c2 c1 c2 son iguales, ya que ambos significan lo mismo, es decir, dos
pelotas en la caja c1 y otras dos en la caja c2 , es decir, el orden es irrelevante.
Sin embargo, los grupos c1 c1 c1 c1 y c1 c1 c2 c2 son distintos ya que el primero significa que en la caja
c1 hay cuatro pelotas y el segundo que hay dos pelotas en la caja c1 y otras dos en la c2 , por tanto,
el cambio de algún o algunos elementos si hace distintos a dos grupos.
Consecuentemente, en este caso, hay
10 − 1 + 4 13 13!
CR10,4 = = = = 715
4 4 4! · 9!
(a) ¿De cuántas maneras pueden hacerse las selecciones de modo que el producto de los cuatro resulte
positivo y
(b) Contéstese el apartado (a) siendo el producto de los cuatro números, negativo.
Solución
Sean a, b, c y d los cuatro números, las distintas opciones que pueden presentarse atendiendo al signo del
producto de los cuatro se reflejan en el cuadro siguiente:
2 + + + − −
3 + + − − +
4 + − − − −
5 − − − − +
126
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Los dos positivos pueden elegirse, pues, de C4,2 formas y para cada una de ellas hay C5,2
maneras diferentes de elegir los dos negativos. El número de formas de hacer la selección
de los números en la tercera opción es, por la regla del producto,
C4,2 · C5,2
− Para la quinta opción, los cuatro números han de ser negativos, luego razonando igual
que en la opción anterior y teniendo en cuenta que hay cinco números negativos, habrá
C5,4
formas distintas de seleccionar los cinco números negativos y que el producto de ellos sea
positivo.
Consecuentemente, el número de maneras distintas en que pueden hacerse las selecciones de
modo que el producto de los cuatro números resulte positivo es, por la regla de la suma,
4 5 5
1 + C4,2 · C5,2 + C5,4 = 1 + · + = 66
2 2 4
(a.2) Cada número puede seleccionarse hasta cuatro veces. El razonamiento es idéntico al del
apartado anterior con la salvedad de que al poder repetirse los números las combinaciones
serán con repetición.
− En la opción primera las selecciones pueden hacerse de
CR4,4
formas distintas.
− En la tercera opción, las formas distintas de hacer las selecciones es
CR4,2 · CR5,2
CR5,4
maneras diferentes.
Consecuentemente, el número de formas diferentes en que pueden seleccionarse cuatro números
de entre los dados de forma que el producto sea positivo, pudiendo seleccionar cada número
hasta cuatro veces es
CR4,4 + CR4,2 · CR5,2 + CR5,4 = 180
(b) Las opciones en las que el producto es negativo son, según el cuadro del principio, la 2 y la 4.
127
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(a) ¿De cuántas formas puede distribuirse cinco dulces diferentes entre diez personas si ninguna de
ellas puede recibir más de uno?
(b) ¿De cuántas formas pueden distribuirse cinco dulces diferentes entre diez personas si cualquiera de
ellas puede recibir cualquier número de dulces?
(c) ¿De cuántas formas puede distribuirse cinco manzanas idénticas entre diez personas si ninguna de
ellas puede recibir más de una?
(d) ¿De cuántas formas pueden distribuirse cinco manzanas idénticas entre diez personas si cualquiera
de ellas puede recibir cualquier número de manzanas?
Solución
(a) Sea
D = {d1 , d2 , d3 , d4 , d5 }
el conjunto de los dulces, y
P = {p1 , p2 , p3 , p4 , p5 , p6 , p7 , p8 , p9 , p10 }
el conjunto de las personas. El esquema siguiente muestra algunos ejemplos de la situación que se
plantea.
d1 d2 d3 d4 d5
(1) p1 p3 p5 p7 p9
(2) p3 p1 p5 p7 p9
(3) p1 p3 p6 p8 p10
.. .. .. .. .. ..
. . . . . .
128
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
− Los grupos (1) y (2) son distintos ya que en el primero a la persona p1 le corresponde el dulce
d1 y a la p3 el d1 y en el segundo es al contrario, por tanto, el orden influye en el hecho de
que dos grupos sean distintos.
− El grupo (3) es, asimismo, distinto de los anteriores ya que hemos cambiado las personas, luego
el cambio de algún o algunos elementos también es relevante para discernir si dos grupos son
iguales o distintos.
Consecuentemente, los distintos grupos son las variaciones de orden cinco elegidas de entre las diez
personas y el número de formas pedido es:
V10,5 = 10 · 9 · 8 · 7 · 6 = 30240
(b) La situación es idéntica a la del caso anterior, aunque ahora las variaciones de orden cinco elegidas
entre las diez personas, serán con repetición. El número total de formas distintas será, por tanto,
m m m m m
(1) p1 p3 p5 p7 p9
(2) p3 p1 p5 p7 p9
(3) p1 p3 p6 p8 p10
.. .. .. .. .. ..
. . . . . .
Los grupos (1) y (2) son iguales, luego el orden no es relevante para que dos grupos sean distintos.
Sin embargo, el tercer grupo si es distinto de los dos anteriores luego el cambio de algún o algunos
elementos es lo único que influye para que dos grupos sean distintos. Consecuentemente, éstos son
combinaciones de orden cinco elegidas entre de las diez personas, ası́ pues, habrá
10 10!
C10,5 = = = 15120
5 5! · 2!
será el total de formas en que pueden distribuirse cinco manzanas idénticas entre las diez personas
si cualquiera de ellas puede recibir cualquier número de manzanas.
129
Apuntes de Matemática Discreta
6. Relaciones
Relaciones
Contenido
6.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
6.1.1 Relación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6.1.2 Igualdad de Relaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6.2 Relaciones Binarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
6.2.1 Dominio e Imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6.3 Matriz de una Relación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
6.3.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
6.4 Grafo Dirigido de una Relación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
6.4.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
6.4.2 Representación Gráfica de un Grafo Dirigido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
6.5 Propiedades de las Relaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
6.5.1 Reflexividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
6.5.2 Simetrı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
6.5.3 Asimetrı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
6.5.4 Antisimetrı́a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
6.5.5 Transitividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
En esta lección estudiaremos algunas estructuras básicas que pueden representarse a través de la relación
entre elementos de conjuntos. Las relaciones tienen una importancia fundamental tanto en la teorı́a como
en las aplicaciones a la informática.
Una estructura de datos tales como una lista, una matriz o un árbol, se usan para representar conjuntos
de elementos junto con una relación entre los mismos.
Las relaciones que son parte de un modelo matemático están a menudo implı́citamente representadas por
relaciones en una estructura de datos.
Aplicaciones numéricas, recuperación de información y problemas de redes son algunos ejemplos donde
las relaciones ocurren como parte de la descripción del problema, y la manipulación de relaciones es
importante en la resolución de procedimientos.
Las relaciones también juegan un importante papel en la teorı́a de computación, incluyendo estructuras
de programas y análisis de algoritmos.
131
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
En esta lección desarrollaremos algunas de las herramientas fundamentales y los conceptos asociados a
las relaciones.
6.1 Generalidades
En la realidad que nos circunda existen relaciones entre elementos, entre conjuntos y entre elementos y
conjuntos. Existen relaciones de parentesco, de amistad, de paisanaje, etc., entre personas; relaciones
diplomáticas, económicas, etc., entre paı́ses; relaciones de paralelismo o de perpendicularidad entre rectas
de un plano; relaciones de inclusión entre conjuntos; relaciones como “mayor que” o “menor o igual que”
entre números, etc. La matemática intenta, como ahora veremos, hacerse eco de tales sucesos y, mediante
un proceso de abstracción, expresarlas y estudiarlas cientı́ficamente.
6.1.1 Relación
R ⊆ A1 × A2 × · · · × An
Sean R1 una relación n-aria sobre A1 ×A2 ×· · ·×An y R2 una relación n-aria sobre B1 ×B2 ×· · ·×Bm .
Entonces R1 = R2 si, y sólo si n = m y Ai = Bi , ∀i = 1, 2, . . . , n y R1 y R2 son conjuntos de n-tuplas
ordenadas iguales.
La clase más importante de relaciones es la de las relaciones binarias. Debido a que este tipo de relaciones
son las más frecuentes, el término “relación” denota generalmente una relación binaria; adoptaremos este
criterio cuando no haya confusión y especificaremos las que no sean binarias con términos tales como
“ternaria” o “n-aria”.
/ R, escribiremos aR
Si (a, b) ∈ / b y diremos que a no está relacionado con b.
132
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 6.1 Sea A = {huevos, leche, maı́z} y B = {vacas, cabras, gallinas}. Escribir la relación R
de A a B definida por:
(a, b) ∈ R ⇐⇒ a es producido por b
Solución
La relación serı́a:
R = {(huevos,gallinas),(leche,vacas),(leche,cabras)}
Ejemplo 6.2
(a) Sea R la relación “menor que” definida en el conjunto Z de los números enteros.
Escribiremos 3 < 5 para indicar que (3, 5) ∈ R y 5 < /R
/ 3 para indicar que (3, 5) ∈
(b) Sea R la relación “es un múltiplo de” en el conjunto de los enteros positivos.
Entonces, 4R2 pero 2R / 4. Más generalmente, xRy si, y sólo si x = ky para algún k ∈ Z+ . Ası́
para todo x, xR1. Si p > 1, entonces p es primo si xRp implica que x = 1 ó x = p. Un número x
es impar si xR
/ 2.
(c) Cuando un compilador traduce un programa informático construye una tabla de sı́mbolos que
contiene los nombres de los sı́mbolos presentes en el programa, los atributos asociados a cada
nombre y las sentencias de programa en las que están presentes cada uno de los nombres. Ası́ pues,
si S es el conjunto de los sı́mbolos, A es el conjunto de los posibles atributos y P es el conjunto de
las sentencias de programa, entonces la tabla de sı́mbolos incluye información representada por las
relaciones binarias de S a A y de S a P .
(d) Como dijimos anteriormente, una relación binaria sobre el conjunto de los números reales puede
representarse gráficamente en el plano cartesiano. La figura siguiente es la gráfica de la relación
x
−1 1
−1
|x| + |y| = 1
133
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 6.3 Sea A = {1, 2, 3} y R = {(1, 2), (1, 3), (3, 2)}. R es una relación en A ya que es un
subconjunto de A × A. Con respecto a esta relación, tendremos que
Llamaremos dominio de una relación R al conjunto formado por todos los primeros elementos de los
pares ordenados que pertenecen a R, e imagen o rango al conjunto formado por los segundos elementos.
Es decir, si R es una relación de A a B, entonces
Ası́ en el ejemplo anterior, el dominio de R es Dom (R) = {1, 3} y la imagen Img (R) = {2, 3}
Ejemplo 6.4 Para los conjuntos U = {1, 2, 3, 4, 5}, A = {1, 2, 3}, B = {2, 4, 5}, determinar:
(a) |A × B|.
(f) El número de relaciones binarias en A que contengan siete elementos como mı́nimo.
Solución
(d) Si eliminamos del producto cartesiano de A y B los pares (1,2) y (1,5), quedarán 7 pares, luego
el número de posibles relaciones que pueden establecerse sin ellos será 27 igual al número N de
relaciones que contienen a los dos pares dados ya que bastarı́a con añadirlos a cada una de las
relaciones que no los tienen, por tanto,
N = 27
134
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(e) Dos subconjuntos con cinco pares del producto cartesiano de A y B, serán distintos sólo si se
diferencian en algún par sin que el orden en que los mismos figuren en el subconjunto influya para
nada, por tanto, el número de subconjuntos de A×B con cinco pares será igual al de combinaciones
de nueve elementos tomados cinco a cinco, es decir, si N es el número pedido, entonces
9
N = C9,5 = = 126
5
(f) Sea Ni el número de relaciones que contienen i elementos y sea N el número pedido. Entonces,
N = N7 + N8 + N9
luego,
9 9 9
N = C9,7 + C9,8 + C9,9 = + + = 46
7 8 9
Ejemplo 6.5 Para U = Z+ , A = {2, 3, 4, 5, 6, 7}, B = {10, 11, 12, 13, 14}, escribir los elementos de la
relación R ⊂ A × B, donde
Solución
R = {(2, 10), (2, 12), (2, 14), (3, 12), (4, 12), (5, 10), (6, 12), (7, 14)}
En este apartado veremos una de las formas de representar una relación entre dos conjuntos finitos, como
es su matriz booleana.
6.3.1 Definición
A = {a1 , a2 , . . . , am } y B = {b1 , b2 , . . . , bn }
1, si (ai , bj ) ∈ R
(
MR = rij : rij =
/R
0, si (ai , bj ) ∈
donde i = 1, 2, . . . . . . , m; j = 1, 2, . . . . . . , n.
Directamente de la definición dada se deduce que la matriz de una relación binaria es cuadrada.
135
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
R = {(1, 1), (1, 2), (1, 3), (1, 4), (2, 2), (2, 4), (3, 3), (4, 4)}
Nota 6.1
− Obsérvese que la matriz de una relación caracteriza a la misma, o sea, si se conoce la relación se
conoce la matriz y si se conoce la matriz sabremos de que relación trata.
− Obsérvese también lo siguiente: si MR es la matriz de una relación R de A a B, cada fila se
corresponde con un elemento de A y cada columna con un elemento de B. Para calcular el dominio
de R bastará ver en que filas hay, al menos, un uno y para calcular la imagen bastará con ver en
que columnas hay, al menos, un uno.
En el ejemplo anterior,
Dom (R) = {1, 2, 3, 4} e Img (R) = {1, 2, 3, 4}
Existe otra forma de representar una relación cuando es de un conjunto en si mismo, es decir, cuando la
relación es binaria.
Los grafos nos ofrecen una forma bastante conveniente de visualizar cuestiones relativas a una relación
binaria. Por esta razón desarrollaremos algunos conceptos de grafos dirigidos paralelamente a nuestro
tratamiento de las relaciones binarias.
6.4.1 Definición
Un grafo dirigido o digrafo es un par ordenado D = (A, R) donde A es un conjunto finito y R es una
relación binaria definida sobre A. Al conjunto A lo llamaremos conjunto de nodos o vértices de D. A
los elementos de R los llamaremos arcos o aristas del digrafo D.
− Un grafo dirigido caracteriza a una relación, es decir, conociendo la relación se conoce el digrafo y
conociendo el digrafo, puede establecerse la relación.
− Si GR es el grafo dirigido de una relación en un conjunto finito A, entonces el dominio y la imagen
de R están formados por los puntos que son, respectivamente, extremo inicial y final de algún arco.
136
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Tomaremos los elementos de A como puntos del plano y cuando dos elementos x e y de A estén
relacionados, es decir, xRy, trazaremos un arco dirigido desde x hasta y.
A x lo llamaremos vértice inicial y al y, vértice final de la arista (x, y).
A una arista que una un punto consigo mismo, la llamaremos bucle.
A un vértice que no sea inicial ni final de ninguna arista, lo llamaremos aislado.
Grado de entrada de un vértice es el número de aristas que llegan hasta él. Representaremos por
gre (a) al del vértice a.
Grado de salida de un vértice es el número de aristas que salen de él. Representaremos por
grs (a) al del vértice a.
Ejemplo 6.7 En la figura mostramos una representación gráfica del digrafo D = (A, R), siendo A el
conjunto {a, b, c, d} y R = {(a, a), (a, c), (b, c)}.
a b
• Bucle •
Aislado
• •
c d
Ejemplo 6.7
d es un vértice aislado.
y los de salida,
grs (a) = 2, grs (b) = 1, grs (c) = 0, grs (d) = 0
Ejemplo 6.8 Representar gráficamente el digrafo D = (Z+ , R), donde R es la relación definida sobre
el conjunto de los números naturales consistente en todos los pares de números de la forma (x, x + 2).
137
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
R = (x, x + 2) : x ∈ Z+
• • • • • ······
1 2 3 4 5
Ejemplo 6.8
Como Z+ es un conjunto infinito, en la figura hemos hecho un diagrama que, necesariamente, es incom-
pleto.
Las relaciones binarias, es decir definidas sobre un único conjunto A, satisfacen ciertas propiedades que
expondremos en este apartado.
6.5.1 Reflexividad
Una relación binaria R sobre un conjunto A se dice que es reflexiva, cuando cada elemento de A está
relacionado consigo mismo. Es decir,
R es reflexiva ⇐⇒ ∀a (a ∈ A =⇒ aRa)
Ejemplo 6.9 Sea A = {1, 2, 3, 4} y R = {(1, 1), (1, 2), (2, 2), (3, 3), (3, 2), (4, 4)} una relación definida
en A.
Solución
138
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
• •
1 2
1 1 0 0
0 1 0 0
MR =
0
1 1 0
0 0 0 1
3 4
• •
Relación Reflexiva
En efecto, R es reflexiva ya que para cada a ∈ A, el par (a, a) está en la relación. La figura anterior nos
muestra el digrafo y la matriz de R.
− El digrafo de una relación reflexiva se caracteriza por tener un bucle (ciclo de longitud uno) en
cada uno de los vértices.
− La matriz de una relación reflexiva se caracteriza por tener todos los elementos de su diagonal
principal iguales a uno. Es decir, si MR = (rij ), entonces
R es reflexiva ⇐⇒ rii = 1, ∀i
y
R no es reflexiva ⇐⇒ ∃i : rii = 0
Ejemplo 6.10 Consideremos en el conjunto Z de los números enteros las relaciones “menor o igual
que” y “menor que”. Estudiar la reflexividad de ambas relaciones.
Solución
139
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a=a
aR
/a
por tanto,
∃a : (a ∈ Z ∧ aR
/ a)
6.5.2 Simetrı́a
Una relación binaria R sobre un conjunto A es simétrica si cada vez que a está relacionado con b se
sigue que b está relacionado con a. Es decir,
es decir,
de aquı́ que
O sea, si podemos encontrar dos elementos a y b en A tales que a esté relacionado con b y b no lo esté
con a, entonces R es no simétrica.
Ejemplo 6.11 Sea A = {1, 2, 3, 4} y R = {(1, 1), (1, 2), (2, 1), (2, 3), (3, 2), (3, 3)} una relación definida
en A.
Solución
140
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
•
1
1 1 0 0
1 0 1 0
•2 •4 MR =
0
1 1 0
0 0 0 0
3
•
Relación Simétrica
En efecto, R es simétrica ya que para cada par (a, b) ∈ R, el par (b, a) también pertenece a R.
− Si D es el digrafo de una relación simétrica, entonces entre cada dos vértices distintos de D existen
dos aristas o no existe ninguna.
− La matriz MR = (mij ) de una relación simétrica, satisface la propiedad de que todo par de
elementos colocados simétricamente respecto de la diagonal principal son iguales. Luego si MR =
(rij ) es la matriz de R, entonces
y
R es no simétrica ⇐⇒ ∃i, j : rij 6= rji
6.5.3 Asimetrı́a
Una relación binaria R definida en un conjunto A se dice que es asimétrica si cada vez que aRb se
sigue que bR
/ a. Es decir,
141
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 6.12 Sea A = {1, 2, 3, 4} y R = {(1, 2), (1, 4), (2, 3), (2, 4), (3, 1), (4, 3)} una relación definida
en A.
Solución
R es, en efecto, asimétrica ya que para cada par (a, b) que pertenece a R, el par (b, a) no pertenece.
1 2
• •
0 1 0 1
0 0 1 1
MR =
1
0 0 0
0 0 1 0
• •
3 4
Relación Asimétrica
− Si D es el digrafo de una relación asimétrica, entonces entre cada dos vértices distintos del mismo,
existe un arco o no existe ninguno.
− La matriz MR = (rij ) de una relación asimétrica, satisface la propiedad de que si i 6= j, entonces
rij = 0 ó rji = 0.
6.5.4 Antisimetrı́a
Una relación binaria R sobre un conjunto A se dice antisimétrica si cuando (a, b) ∈ R y (b, a) ∈ R,
entonces a = b. Es decir,
Obsérvese que en virtud de la equivalencia lógica entre una proposición condicional y su contrarrecı́proca,
142
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
R es antisimétrica ⇐⇒ ∀a, b ∈ A (a 6= b =⇒ aR
/ b ∨ bR
/ a)
⇐⇒ ∀a, b ∈ A [a 6= b =⇒ (aR
/ b ∧ bRa) ∨ (aRb ∧ bR
/ a) ∨ (aR
/ b ∧ bR
/ a)]
O sea, si podemos encontrar dos elementos a y b en A tales que a esté relacionado con b y b relacionado
con a, siendo ambos distintos, entonces la relación es no antisimétrica.
Ejemplo 6.13 Sea A = {1, 2, 3, 4} y sea R = {(1, 2), (2, 2), (3, 4), (4, 1)} una relación definida en A.
¿Es antisimétrica? Dibujar el digrafo y escribir la matriz de R.
Solución
1 2
• •
0 1 0 0
0 1 0 0
MR =
0
0 0 1
1 0 0 0
• •
3 4
Relación Antisimétrica
Observemos lo siguiente:
143
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
/ R, (3, 2) ∈
2 6= 3 y (2, 3) ∈ / R, es decir 2R
/ 3 ∧ 3R
/ 2.
/ R, (4, 2) ∈
2 6= 4 y (2, 4) ∈ / R, es decir 2R
/ 4 ∧ 4R
/ 2.
luego,
/ R ó (b, a) ∈
si a 6= b, entonces (a, b) ∈ /R
de aquı́ que R sea antisimétrica.
− Si D es el digrafo de una relación antisimétrica, entonces entre cada dos vértices distintos de A,
existe un arco o no existe ninguno.
y
R es no antisimétrica ⇐⇒ ∃i, j : rij = 1 ∧ rji = 1 ∧ i 6= j
R = {(a, b) ∈ Z × Z : a 6 b}
Solución
Simetrı́a.
es decir,
1R2 y 2R
/1
luego,
∃a, b ∈ Z : (aRb ∧ bR
/ a)
de aquı́ que por 4, la relación propuesta sea no simétrica.
Antisimetrı́a.
a 6= b =⇒ a < b ∨ b < a
=⇒ ¬ (b 6 a) ∨ ¬ (a 6 b)
/ b ∨ bR
=⇒ aR /a
144
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
∀a, b ∈ A (a 6= b =⇒ aR
/ b ∨ bR
/ a)
aRb ⇐⇒ a 6 b =⇒ ∃p ∈ Z+
0 :b=a+p
y =⇒ a = a + p + q =⇒ p + q = 0 =⇒ p = q = 0 =⇒ a = b
+
bRa ⇐⇒ b 6 a =⇒ ∃q ∈ Z0 : a = b + q
Ejemplo 6.15 En el conjunto Z de los números enteros se considera la relación R definida por:
Solución
es decir,
(xR(−x) ∧ (−x)Rx) ∧ x 6= −x
luego R no es antisimétrica.
6.5.5 Transitividad
Se dice que una relación R definida en un conjunto A es transitiva si cuando (a, b) ∈ R y (b, c) ∈ R,
entonces (a, c) ∈ R. Es decir,
es decir, la relación R no es transitiva, si podemos encontrar elementos a, b, c en A tales que aRb y bRc,
pero aR / c.
Ejemplo 6.16 Sea A = {1, 2, 3, 4} y R = {(1, 2), (1, 3), (1, 4), (2, 3)} una relación definida sobre A.
¿Es transitiva? Dibujar el digrafo y escribir la matriz de la relación.
Solución
145
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
1 2
• •
0 1 1 1
0 0 1 0
MR =
0
0 0 0
0 0 0 0
• •
3 4
Relación Transitiva
En efecto, R es transitiva porque si (a, b) ∈ R y (b, c) ∈ R, también está en R el par (a, c).
− Si D es el digrafo de una relación transitiva y existen arcos desde a hasta b y desde b hasta c,
entonces existirá un arco desde a hasta c. Por lo tanto, y existe un camino de longitud mayor que
cero desde a hasta b, entonces existe un arco (camino de longitud uno) desde a hasta b.
Ejemplo 6.17 Estudiar las propiedades de las relaciones definidas en el conjunto A = {1, 2, 3} cuyos
digrafos son los de la figura siguiente.
146
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a a
• • •
a
b c
• • b • • c • •
b c
R1 R2 R3
a a
• •
• • b • • c
b c
R4 R5
Ejemplo 6.17
Solución
147
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 6.18 Para las siguientes afirmaciones sobre relaciones en un conjunto A, donde |A| = n,
determinar si la proposición es verdadera o falsa. Si es falsa dar un contraejemplo.
Solución
(a) Verdadera.
Para todo a ∈ A ha de cumplirse que (a, a) ∈ R, luego en R hay, al menos, el mismo número de
elementos que en A.
(b) Falsa.
Por ejemplo, sea A = {1, 2} y R = {(1, 1), (1, 2), (2, 1} el |R| > |A| y, sin embargo, R no es
reflexiva.
(c) Reflexiva. Verdadero.
En efecto, si R1 es reflexiva, entonces (a, a) ∈ R1 para cada a de A, luego como R1 ⊆ R2 , tendremos
que (a, a) ∈ R2 , ∀a ∈ A y R2 también será reflexiva.
Simétrica. Falso.
En efecto, si A = {1, 2} , R1 = {(a, a)} y R2 = {(a, a), (a, b)}, entonces R1 es simétrica, R1 ⊆ R2
pero R2 no es simétrica.
Transitiva. Falso.
En efecto, sea A = {a, b, c} , R1 = {(a, b), (b, c), (a, c)} y R2 = {(a, b), (b, c), (a, c), (c, a)}. Entonces,
R1 es transitiva, R1 ⊆ R2 , pero R2 no es transitiva.
(d) Reflexiva. Falso.
En efecto, si A = {a, b} , R1 = {(b, b)} y R2 = {(a, a), (b, b)}, entonces R2 es reflexiva, R1 ⊂ R2 ,
pero R1 no es reflexiva.
Simétrica. Falso.
En efecto, si A = {a, b} , R1 = {(a, b)} y R2 = {(a, b), (b, a)}, entonces R2 es simétrica, R1 ⊆ R2 ,
pero R1 no es simétrica.
Transitiva. Falso.
En efecto, si A = {a, b, c} , R1 = {(a, b), (b, c)} y R2 = {(a, b), (b, c), (a, c)}, entonces R2 es
transitiva, R1 ⊆ R2 , pero R1 no es transitiva.
Solución
148
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Reflexividad .
Dado x ∈ Z cualquiera, se verifica que x + x = 2x es par, luego xRx, es decir la relación “par” es
reflexiva.
La relación “impar”, obviamente, no es reflexiva.
Simetrı́a.
Dados x e y cualesquiera de Z, se verifica:
149
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 6.20 Sea R = {(a, b), (a, c), (b, c), (a, a), (b, b)} una relación definida en A = {a, b, c}. Decir
que propiedades tiene, dibujar un digrafo de la misma y escribir su matriz.
Solución
/R
− No es reflexiva, ya que (c, c) ∈
− Es antisimétrica. En efecto,
a 6= b y bR
/a
a 6= c y aR
/b
b 6= c y cR
/b
luego,
∀x, y ∈ A (x 6= y =⇒ xR
/ y ∨ yR
/ x)
y, por tanto, R es antisimétrica.
− Es transitiva, ya que
∀x, y, z ∈ A(xRy ∧ yRz =⇒ xRz)
a
•
1 1 1
MR = 0 1 1
0 0 0
b • • c
Ejemplo 6.20
150
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 6.21 Una relación R definida en un conjunto A, ¿puede tener las propiedades simétrica y
antisimétrica?
Solución
(a) La relación R = {(1, 2), (2, 1), (3, 3), (1, 1), (2, 2)} definida en el conjunto A = {1, 2, 3}.
(b) La relación R = {(1, 2), (2, 3), (3, 4), (4, 1)} definida en A = {1, 2, 3, 4}.
Solución
1 2
• 1 • • 1 • • 2
2 • • 3 • • 3 • • 4
3 4
Ejemplo 6.22
Solución
Reflexividad . Dado cualquier número racional a, se verifica que |a − a| = 0 < 1, luego aRa.
151
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Transitividad . Sean a, b y c tres números racionales tales que aRb y bRc. Entonces
aRb ⇐⇒ |a − b| < 1
bRc ⇐⇒ |b − c| < 1
sin embargo,
|a − c| = |a − b + b − c| 6 |a − b| + |b − c| < 2
por tanto,
∃a, b, c ∈ Q : aRb ∧ bRc ∧ aR
/c
por tanto, R no es transitiva.
Ejemplo 6.24 Escribir la relación cuyos digrafos son los de la figura siguiente, como conjunto de pares
ordenados.
a b 2
• • • 3 • • • d •
1 2
c •
4
c • • • • 5 • b •
d 1
a •
Ejemplo 6.24
Solución
(a) R = {(a, b), (a, c), (b, d), (b, a), (c, d), (c, c)}
(b) R = {(1, 1), (2, 2), (3, 3), (3, 5), (4, 3), (4, 4), (5, 4)(5, 5)}
(c) R = ∅
(d) R = {(b, c), (c, b), (d, d)}
152
Apuntes de Matemática Discreta
7. Relaciones de Orden
Relaciones de Orden
Contenido
7.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
7.1.1 Relación de Orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
7.1.2 Relación de Orden Estricto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
7.1.3 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
7.1.4 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
7.2 Conjuntos Ordenados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
7.2.1 Elementos Comparables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
7.2.2 Orden Parcial y Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
7.2.3 Conjuntos Ordenados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
7.3 Producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
7.3.1 Orden del Producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
7.3.2 Orden Lexicográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
7.4 Representación Gráfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
7.4.1 Diagrama de Hasse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
7.5 Ordenación Topológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
7.6 Elementos Caracterı́sticos de un Conjunto Ordenado . . . . . . . . . . . . . 177
7.6.1 Elemento Maximal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
7.6.2 Elemento Minimal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
7.6.3 Existencia del Maximal y Minimal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
7.6.4 Algoritmo para la Ordenación Topológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
7.6.5 Elemento Máximo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
7.6.6 Elemento Mı́nimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
7.6.7 Unicidad del Máximo y el Mı́nimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
7.6.8 Cota Superior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
7.6.9 Cota Inferior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
7.6.10 Conjunto Acotado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
7.6.11 Supremo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
7.6.12 Ínfimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
7.6.13 Unicidad del Ínfimo y el Supremo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Estudiamos en esta lección una de las relaciones binarias más importantes que pueden definirse en un
conjunto, las relaciones de orden.
153
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7.1 Generalidades
Una relación de orden es una relación definida en un conjunto que verifica las propiedades reflexiva,
antisimétrica y transitiva.
Cuando en un conjunto hayamos definido una relación de orden, diremos que el conjunto está ordenado
con respecto a dicha relación.
Los retı́culos y las álgebras de Boole son conjuntos ordenados con caracterı́sticas especiales. Estas
estructuras algebraicas juegan un importante papel en la teorı́a de conjuntos, ası́ como en problemas
de ordenación y búsqueda (problemas éstos de especial interés en la informática), y en particular las
álgebras de Boole son importantes para la representación de circuitos lógicos.
Ejemplo 7.1 Dado el conjunto A = {a, b, c}, consideramos la relación de inclusión en el conjunto de
las partes de A.
P(A) = {∅, {a} , {b} , {c} , {a, b} , {a, c} , {b, c} , {a, b, c}}
La inclusión es una relación de orden ya que posee las propiedades reflexiva, antisimétrica y transitiva.
y ası́ sucesivamente. Ahora bien, considerando dos elementos de P(A), por ejemplo {a} y {c}, ni {a}
está incluido en {c} ni {c} en {a}, luego la relación de inclusión no sirve para ordenar todos los elementos
de P(A), diremos en tal caso que este conjunto está parcialmente ordenado.
Una relación binaria R sobre un conjunto A se dice que es de orden, si es reflexiva, antisimétrica y
transitiva.
Los órdenes más comunes son las relaciones 6 y > en Z y en R. Por esta razón cuando nos refiramos
en general a una relación de orden en un conjunto A, usaremos lo sı́mbolos 4 y < para R. Estos son
similares a los 6 y > que seguiremos utilizando cuando el conjunto sea Z o R.
Ejemplo 7.2 Probar que la relación “menor o igual” definida en el conjunto Z de los números enteros
es de orden.
Solución
a 6 b ⇐⇒ b − a > 0
154
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
o lo que es igual
a 6 b ⇐⇒ b − a ∈ Z+
0
es decir,
a 6 b ⇐⇒ ∃k ∈ Z+
0 :b−a=k
a = a =⇒ a − a = 0; 0 ∈ Z+
0 =⇒ a 6 a
a 6 b ⇐⇒ ∃k1 ∈ Z+
0 : b − a = k1
y =⇒ k1 = −k2 , con k1 y k2 en Z+
0 =⇒ k1 = k2 = 0
b 6 a ⇐⇒ ∃k2 ∈ Z+
0 : a − b = k2
por lo tanto,
b−a=0 y a−b=0
es decir,
a=b
y, consecuentemente, la relación es antisimétrica.
a 6 b ⇐⇒ ∃k1 ∈ Z+
0 : b − a = k1
y =⇒ b − a + c − b = k1 + k2 k1 , k2 ∈ Z+
0
+
b 6 c ⇐⇒ ∃k2 ∈ Z0 : c − b = k2
=⇒ c − a = k, k = k1 + k2 ∈ Z+
0
=⇒ a 6 c.
Una relación R sobre un conjunto A se dice que es de orden estricto si es asimétrica y transitiva.
Ejemplo 7.3 Probar que la relación “menor que” es una relación de orden estricto en Z.
Solución
a < b ⇐⇒ b − a > 0
o lo que es igual
a < b ⇐⇒ b − a ∈ Z+
es decir,
a < b ⇐⇒ ∃k ∈ Z+ : b − a = k
Veamos si esta relación cumple las condiciones exigidas para el orden estricto.
155
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a < b ⇐⇒ ∃k ∈ Z+ : b − a = k
⇐⇒ ∃k ∈ Z+ : a − b = −k
⇐⇒ / Z+
a−b∈
⇐⇒ a − b 6= k; ∀k ∈ Z+
=⇒ b≮a
a < b ⇐⇒ ∃k1 ∈ Z+ : b − a = k1
y =⇒ b − a + c − b = k1 + k2 k1 , k2 ∈ Z+
b<c ⇐⇒ ∃k2 ∈ Z+ : c − b = k2
=⇒ c − a = k, k = k1 + k2 ∈ Z+
=⇒ a < c.
Nota 7.1 Observemos que la relación de orden definida en Z como “menor o igual” puede definirse a
través de la relación de orden estricto “menor que”. En efecto, si a y b son dos enteros arbitrarios,
a 6 b ⇐⇒ a < b ∨ a = b
y también
a
b ⇐⇒ a ≮ b ∧ a 6= b
Teniendo en cuenta esto veamos que la antisimetrı́a de la relación “menor o igual” puede probarse de
otra forma, es decir, probaremos que si a y b son dos enteros distintos cualesquiera, entonces a no es
156
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
b − a ∈ Z−
⇐⇒ ∨
a − b ∈ Z−
b − a 6= k; ∀k ∈ Z+
⇐⇒ ∨
a − b 6= k; ∀k ∈ Z+
b≮a
⇐⇒ ∨
a≮b
b
a
⇐⇒ ∨
a
b
A continuación veremos que a partir de una relación de orden puede definirse una de orden estricto y
viceversa.
7.1.3 Proposición
Sea 4 una relación de orden definida sobre un conjunto A y sea ≺ otra relación sobre A definida en
la forma
a ≺ b si, y sólo si a 4 b y a 6= b.
Entonces ≺ es una relación de orden estricto sobre A.
Demostración
a ≺ b ⇐⇒ a 4 b ∧ a 6= b, ∀a, b ∈ A (7.1)
Asimétrica. En efecto, si ≺ no fuera asimétrica, entonces existirı́an dos elementos a y b en A tales que
a≺b ∧ b≺a
es decir,
(a 4 b ∧ a 6= b) ∧ (b 4 a ∧ b 6= a)
luego,
(a 4 b ∧ b 4 a) ∧ a 6= b
de donde, por la antisimetrı́a de 4, resulta que
a = b ∧ a 6= b
157
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a≺b ∧ b≺c
(a 4 b ∧ b 4 a) ∧ (a 6= b ∧ b 6= a)
a = b ∧ a 6= b.
Ası́ pues,
(a 4 b ∧ b 4 c) ∧ a 6= c
y por la transitividad de 4, resulta
a 4 c ∧ a 6= c
es decir,
a≺c
y, consecuentemente, ≺ es transitiva.
7.1.4 Proposición
Sea ≺ una relación de orden estricto definida sobre un conjunto A y sea 4 otra relación sobre A
definida en la forma
a 4 b si, y sólo si a ≺ b ó a = b.
Entonces 4 es una relación de orden sobre A.
Demostración
a 4 b ⇐⇒ a ≺ b ∨ a = b, ∀a, b ∈ A (7.2)
Reflexiva. En efecto, para cada a de A, se verifica que
a = a =⇒ a ≺ a ∨ a = a ⇐⇒ a 4 a
a4b ∧ b4a
También podı́amos haber razonado en la forma siguiente: si 4 no fuera antisimétrica, entonces existirı́an
a y b en A tales que
a 4 b ∧ b 4 a ∧ a 6= b
158
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Dados dos elementos a y b de un conjunto A sobre el que se ha definido una relación de orden 4,
diremos que son comparables si uno de ellos es anterior al otro. En caso contrario se dice que a y b
son “no comparables”.
Una relación de orden se dice que es total cuando todos los elementos del conjunto sobre el que está
definida son comparables por dicha relación. En caso contrario, es decir, si existen elementos no
comparables, diremos que la relación definida es de orden parcial. Ası́ pues, dada la relación de orden
4, diremos
4 es de orden total ⇐⇒ ∀a, b ∈ A (a 4 b ∨ b 4 a)
159
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 7.4 Probar que la relación de orden “menor o igual” definida en el conjunto Z de los números
enteros es total.
Solución
En efecto, sean a y b dos enteros cualesquiera, veamos que a 6 b o b 6 a, es decir, todos los números
enteros son comparables por la relación.
Como a y b están arbitrariamente elegidos, puede ocurrir que sean iguales o distintos. Pues bien,
a = b ∨ a 6= b ⇐⇒ a = b ∨ b − a 6= 0
⇐⇒ a = b ∨ b − a ∈ Z \ {0}
⇐⇒ a = b ∨ b − a ∈ Z− ∪ Z+
∃k ∈ Z− : b − a = k
⇐⇒ a=b ∨ ∨
∃k ∈ Z+ : b − a = k
a − b = −k, con − k ∈ Z+
⇐⇒ a=b ∨ ∨
b − a = k, con k ∈ Z+
b<a
⇐⇒ a=b ∨ ∨
a<b
a=b ∨ b<a
⇐⇒ ∨
a=b ∨ a<b
b6a
⇐⇒ ∨
a6b
Por tanto, la relación de orden “menor o igual” definida en el conjunto de los números enteros es total.
Ejemplo 7.5 En el conjunto Z+ de los números enteros positivos, se considera la relación de divisibil-
idad, es decir, para cada par de enteros a y b
a 4 b ⇐⇒ a |b
Probar que es una relación de orden parcial.
Solución
160
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
∃k ∈ Z+ : a = a · k
de aquı́ que
∀a a ∈ Z+ =⇒ a 4 a
b = b · k1 · k2 ⇐⇒ k1 · k2 = 1 ⇐⇒ k1 = k2 = 1
consecuentemente, a = b.
De aquı́ que
∀a, b ∈ Z (a 4 b ∧ b 4 a =⇒ a = b)
es decir, la relación propuesta es antisimétrica.
Transitiva. Sean a, b y c tres números enteros arbitrarios.
a4b ∃k1 ∈ Z+ : b = a · k1
∧ ⇐⇒ ∧
b4c ∃k2 ∈ Z+ : c = b · k2
c = a · k1 · k2 : k1 · k2 ∈ Z
luego,
a4c
o sea,
∀a, b, c ∈ Z (a 4 b ∧ b 4 c =⇒ a 4 c)
la relación, por tanto, es transitiva.
2 6= 3k; ∀k ∈ Z y 3 6= 2k; ∀k ∈ Z
consecuentemente,
∃a, b ∈ Z : a 4
/b ∧ b4
/a
es decir, existen elementos no comparables, de aquı́ que la relación de orden sea parcial.
(a) A = Z y aRb ⇐⇒ a = 2b
(b) A = Z y aRb ⇐⇒ a2 |2b
(c) A = Z y aRb ⇐⇒ ∃k ∈ Z+ : a = bk
Solución
161
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(a) A = Z y aRb ⇐⇒ a = 2b
∃a : a ∈ Z ∧ aR
/a
32 no divide a 2 · 3
de aquı́ que 3R
/ 3, es decir,
∃a : a ∈ Z ∧ aR
/a
por tanto, al igual que en el apartado anterior, la relación propuesta es no reflexiva y, consecuente-
mente, no es de orden.
(c) A = Z y aRb ⇐⇒ ∃k ∈ Z : a = bk
∃k ∈ Z+ (k = 1) : a = ak
de aquı́ que
∀a (a ∈ Z =⇒ aRa)
consecuentemente, la relación propuesta es reflexiva.
Antisimétrica. Sean a y b dos enteros cualesquiera, entonces
es decir, R es antisimétrica.
Transitiva. Sean a, b y c tres números enteros cualesquiera, entonces
es decir,
∀a, b, c ∈ Z (aRb ∧ bRc =⇒ aRc)
luego la relación propuesta es transitiva.
162
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
2 6= 3k , ∀k ∈ Z+ y 3 6= 2k , ∀k ∈ Z+
luego,
/ 3 ∧ 3R
2R /2
es decir,
∃a, b ∈ Z : (aR
/ b ∧ aR
/ b)
es decir, existen en Z elementos no comparables con la relación propuesta, de aquı́ que esta sea de
orden parcial.
Solución
Esta relación es claramente reflexiva, antisimétrica y transitiva (ver lección de teorı́a de conjuntos), luego
es de orden.
se observa con facilidad que hay elementos en este conjunto que no son comparables con la relación, por
ejemplo {a} no está contenido en {b} ni {b} en {a}.
Dado un conjunto A diremos que está ordenado si en él hay definida una relación de orden. Dicho
conjunto estará parcial o totalmente ordenado según que la relación definida sea parcial o total.
Ejemplo 7.8
(a) La relación de inclusión es una relación de orden parcial sobre cualquier colección de subconjuntos
de A; es decir, ⊆ es un orden parcial sobre el conjunto de las partes de A y, consecuentemente,
(P(A), ⊆) es un conjunto parcialmente ordenado.
(b) La relación 6 (menor o igual que) es una relación de orden total sobre el conjunto de los números
enteros, es decir, (Z, 6) es un conjunto totalmente ordenado.
7.3 Producto
El siguiente teorema nos muestra como construir un nuevo conjunto ordenado a partir de otros.
163
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Demostración
Veamos que la relación definida cumple las tres condiciones que caracterizan las relaciones de orden.
luego,
∀(a, b) [(a, b) ∈ A × B =⇒ (a, b) 4 (a, b)]
es decir, la relación propuesta es, en efecto, reflexiva.
Antisimétrica. Sean (a, b) y (a0 , b0 ) dos elementos cualesquiera de A × B. Entonces,
(a, b) 4 (a0 , b0 ) a 41 a0 ∧ b 42 b0
∧ ⇐⇒ ∧
(a0 , b0 ) 4 (a, b)
0
a 41 a ∧ b0 42 b
a 41 a0 ∧ a0 41 a en A
⇐⇒ ∧
b 42 b0 ∧ b0 42 b en B
⇐⇒ (a, b) = (a0 , b0 )
(a, b) 4 (a0 , b0 ) a 41 a0 ∧ b 42 b0
∧ ⇐⇒ ∧
(a0 , b0 ) 4 (a00 , b00 )
0
a 41 a00 ∧ b0 42 b00
a 41 a0 ∧ a0 41 a00 en A
⇐⇒ ∧
b 42 b0 ∧ b0 42 b00 en B
luego,
∀(a, b), (a0 , b0 ), (a00 , b00 ) ∈ A × B [(a, b) 4 (a0 , b0 ) ∧ (a0 , b0 ) 4 (a00 , b00 ) =⇒ (a, b) 4 (a00 , b00 )]
164
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
Recordemos que la relación de divisibilidad “|” sobre el conjunto de los enteros positivos, es de orden
parcial.
∧ ⇐⇒ ∧
(a0 , b0 ) ≺ (a, b)
0
a |a ∧ b0 6 b
a |a0 ∧ a0 |a
⇐⇒ ∧
b 6 b0 ∧ b0 6 b
⇐⇒ (a, b) = (a0 , b0 )
Tenemos, pues,
∀(a, b), (a0 , b0 ) ∈ A × A ((a, b) ≺ (a0 , b0 ) ∧ (a0 , b0 ) ≺ (a, b) =⇒ (a, b) = (a0 , b0 ))
es decir, ≺ es antisimétrica.
Transitiva. Si (a, b), (a0 , b0 ) y (a00 , b00 ) son elementos arbitrarios de A × A, entonces
(a, b) ≺ (a0 , b0 ) a |a0 ∧ b 6 b0
∧ ⇐⇒ ∧
(a0 , b0 ) ≺ (a00 , b00 )
0 00
a |a ∧ b0 6 b00
a |a0 ∧ a0 |a00
⇐⇒ ∧
b 6 b0 ∧ b0 6 b00
165
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ası́ pues,
∀(a, b), (a0 , b0 ), (a00 , b00 ) ∈ A × A ((a, b) ≺ (a0 , b0 ) ∧ (a0 , b0 ) ≺ (a00 , b00 ) =⇒ (a, b) ≺ (a00 , b00 ))
es decir, ≺ es transitiva.
Consecuentemente, la relación propuesta es de orden, siendo éste parcial por serlo la relación de divisi-
bilidad.
Un orden muy útil en el producto A × B, siendo (A, 41 ) y (B, 42 ) dos conjuntos parcialmente orde-
nados, es el definido de la forma siguiente:
(a, b) 4 (a0 , b0 ) ⇐⇒ a ≺1 a0 ∨ (a = a0 ∧ b 42 b0 )
donde a ≺1 a0 si a 41 a0 y a 6= a0 .
Demostración
(a, b) 4 (a0 , b0 ) (a ≺1 a0 ) ∨ (a = a0 ∧ b 42 b0 )
∧ ⇐⇒ ∧
(a0 , b0 ) 4 (a, b)
0
(a ≺1 a) ∨ (a0 = a ∧ b0 42 b)
(a ≺1 a0 ∧ a0 ≺1 a)
{Contradicción}
∨
(a ≺1 a0 ) ∧ (a = a0 ∧ b 42 b0 )
{Contradicción}
⇐⇒ ∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 ≺1 a)
{Contradicción}
∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 = a ∧ b0 42 b)
⇐⇒ (a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 = a ∧ b0 42 b)
⇐⇒ a = a0 ∧ (b 42 b0 ∧ b0 42 b)
⇐⇒ a = a0 ∧ b = b0 {Antisimetrı́a de 42 }
⇐⇒ (a, b) = (a0 , b0 )
166
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Transitiva. Sean (a, b), (a0 , b0 ) y (a00 , b00 ) tres elementos cualesquiera de A × B. Entonces,
(a, b) 4 (a0 , b0 ) a ≺1 a0 ∨ (a = a0 ∧ b 42 b0 )
∧ ⇐⇒ ∧
0 0 00 00 0
a ≺1 a00 ∨ (a0 = a00 ∧ b0 42 b00 )
(a , b ) 4 (a , b )
(a ≺1 a0 ∧ a0 ≺1 a00 )
∨
(a ≺1 a0 ) ∧ (a0 = a00 ∧ b0 42 b00 )
⇐⇒ ∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 ≺1 a00 )
∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 = a00 ∧ b0 42 b00 )
(a ≺1 a0 ∧ a0 ≺1 a00 )
∨
a ≺1 a00 ∧ b0 42 b00
⇐⇒ ∨
a ≺1 a00 ∧ b 42 b0
∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 = a00 ∧ b0 42 b00 )
(a ≺1 a0 ∧ a0 ≺1 a00 )
∨
⇐⇒ (a ≺1 a00 ) ∧ (b0 42 b00 ∨ b 42 b0 )
∨
(a = a0 ∧ b 42 b0 ) ∧ (a0 = a00 ∧ b0 42 b00 )
a ≺1 a00
{Transitividad de ≺1 }
∨
⇐⇒ a ≺1 a00
∨
a = a00 ∧ b 42 b00
{Transitividad de 42 }
00 00
⇐⇒ a ≺1 a ∨ (a = a ∧ b 42 b00 )
⇐⇒ (a, b) 4 (a00 , b00 )
Este ordenamiento se llama lexicográfico u orden de diccionario. Domina el orden de los elementos
de la primera coordenada, exceptuando el caso de “empate”, en el que la atención pasa a la segunda
coordenada.
Nota 7.3 Si (A, 41 ) y (B, 42 ) son conjuntos totalmente ordenados, entonces el orden lexicográfico en
A × B también es total.
167
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a 41 a0 ∨ a0 41 a
es decir,
(a ≺1 a0 ∨ a = a0 ) ∨ (a0 ≺1 a ∨ a0 = a)
luego
a ≺1 a0 ∨ a0 ≺1 a ∨ a = a0 .
Pues bien,
Ejemplo 7.10 Sea {R, 6} donde 6 es el orden usual. Consideremos en el plano R2 = R × R, el orden
lexicográfico. Si p1 y p2 son dos puntos cualesquiera de R2 de coordenadas (x1 , y1 ) y (x2 , y2 ), entonces
p3 •
p1 •
p2 •
x = x1 x = x2
Orden lexicográfico en R × R
168
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
La primera coordenada predomina excepto para la igualdad, en cuyo caso se examina la segunda coorde-
nada. Si la igualdad se mantiene nuevamente, se pasará a la siguiente coordenada y ası́ sucesivamente.
Ejemplo 7.11 Sea A = {a, b, c, . . . , z} el alfabeto, ordenado totalmente por el orden usual, es decir,
a 6 b, b 6 c, . . . , y 6 z. El producto cartesiano An puede considerarse como el conjunto de las palabras
de longitud n.
si x = a1 a2 . . . an e y = b1 b2 . . . bk
x 4 y ⇐⇒ (a1 , a2 , . . . , an ) 4 (b1 , b2 , . . . , bn )
Dicho con otras palabras: se recorta la palabra de longitud más larga a la longitud de la más corta y
luego se comparan.
Ejemplo 7.12 Sea Σ = {a, b, c, . . . , z}. Entonces, Σ∗ es el conjunto de todas las palabras posibles de
cualquier longitud, independientemente de que tengan o no significado.
Consecuentemente, tendremos
ama 4 amando
en Σ∗ ya que
ama 4 ama
en Σ3 . Análogamente,
169
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
amando 4 amante
en Σ∗ ya que
amando 4 amante
en Σ6 .
Obsérvese que
ama 4 amando
ama 4 amante
lo cual prueba que este orden incluye el “orden de los prefijos”; esto es, cualquier palabra es mayor que
cualquiera de sus prefijos. También es ésta la forma en que las palabras están colocadas en el diccionario.
Tenemos, pues, nuevamente un ordenamiento de diccionario, en este caso de palabras de cualquier lon-
gitud finita.
Ejemplo 7.13 Sea el conjunto ordenado {Z+ × Z+ , ≺} donde ≺ es el orden lexicográfico. Diga si cada
una de las siguientes afirmaciones es verdadera o falsa.
Solución
170
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Dada una relación de orden, 4, sobre un conjunto A, un diagrama de Hasse es un grafo dirigido de
la misma simplificado según los criterios siguientes:
1. Dado que toda relación de orden es reflexiva, en cada punto de su digrafo habrá un bucle.
Simplificaremos el dibujo eliminándolos todos.
2. Como toda relación de orden es transitiva, suprimimos todos los arcos del digrafo que se obtenga
al hallar el cierre transitivo de los restantes. De esta forma, si a 4 b y b 4 c, se sigue que a 4 c.
En este caso omitiremos la arista que va desde a hasta c y mantendremos las que van desde a
hasta b y desde b a c.
3. Al igual que en un digrafo, cada punto de A lo representamos por un punto del plano, aunque
conviniendo en que si “a precede a b”, dibujaremos el punto a por debajo del b. Todas las lı́neas
que unan puntos serán, por tanto, ascendentes, de aquı́ que se supriman las direcciones utilizadas
en los digrafos.
c c c c
• • • •
b • b • b • b •
• a • • •
a a a
La figura anterior nos muestra el paso del grafo dirigido de una relación de orden hasta la obtención de
su diagrama de Hasse mediante la aplicación de los criterios anteriores.
Ejemplo 7.14 Dado el conjunto A = {a, b, c} dibujar el diagrama de Hasse del conjunto parcialmente
ordenado {P(A), ⊆}
Solución
P(A) = {∅, {a} , {b} , {c} , {a, b} , {a, c} , {b, c} , {a, b, c}}
171
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
{a, b, c}
•
{b, c} • •{a, c}
• {a, b}
{c}
•
{b} • •{a}
•
∅
Ejemplo 7.14
Ejemplo 7.15 Determinar el diagrama de Hasse del orden dado por los grafos dirigidos de la figura:
5
• •
• 4
a
b 3 •
• e •
2
•
c • d •
•
1
(a) (b)
Ejemplo 7.15
Solución
172
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a 4
• • • 5
3 •
b • • e
2 •
• • •
c c 1
(a) (b)
Solución al ejemplo 7.15
(a) A = {1, 2, 3, 4} y
R = {(1, 1), (1, 2), (2, 2), (2, 4), (1, 3), (3, 3), (3, 4), (1, 4), (4, 4)}
(b) A = {a, b, c, d, e} y
R = {(a, a), (b, b), (c, c), (a, c), (c, d), (c, e), (a, d), (d, d), (a, e), (b, c), (b, d), (b, e), (e, e)}
Solución
4 e d
• • •
2 • • 3 • c
• • •
1 a b
(a) (b)
Ejemplo 7.16
173
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 7.17 Describir las parejas ordenadas de la relación determinada por el siguiente diagrama
de Hasse de en el conjunto A = {1, 2, 3, 4}.
4 4
• •
• 3
• 3
• 2
• • •
2 1 1
(b) (b)
Ejemplo 7.17
Solución
(a)
R = {(1, 1), (1, 3), (1, 4), (2, 2), (2, 3), (2, 4), (3, 3), (3, 4), (4, 4)}
(b)
R = {(1, 1), (1, 2), (1, 3), (1, 4), (2, 2), (2, 3), (2, 4), (3, 3), (3, 4), (4, 4)}
Ejemplo 7.18 Determinar los diagramas de Hasse de las relaciones en el conjunto A = {1, 2, 3, 4, 5}
cuyas matrices son:
(a)
1 1 1 1 1
0 1 1 1 1
0 0 1 1 1
0 0 0 1 1
0 0 0 0 1
(b)
1 0 1 1 1
0 1 1 1 1
0 0 1 1 1
0 0 0 1 0
0 0 0 0 1
Solución
174
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
5 5 4
• • •
4 •
3 • 3 •
2 •
• • •
1 1 2
(a) (b)
Ejemplo 7.19 Dibujar los diagramas de Hasse de los siguientes conjuntos ordenados por la relación
de divisibilidad y determinar cuáles están totalmente ordenados.
Solución
175
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
32 • 72 • 60
30 •
•
16 • 36 • 12 • 30
•
6 • • 10
• 15
8 • 12 • 6 • 4 • 10
2 • • 15
•
3 • • 5
2 •
4 • 6 • 3 • • 5
•
1
2 • 3 • •
1
z }| {
Totalmente Ordenados
Ejemplo 7.19
Si {A, 4} es un conjunto parcialmente ordenado, muchas veces será necesario encontrar un orden total ≺
del conjunto A que es simplemente una extensión del orden parcial dado en el sentido de que a 4 b ⇐⇒
a ≺ b.
El proceso de construcción de un orden total tal como ≺ se llama clasificación u ordenación topológica.
Este problema se presenta cuando se necesita introducir un conjunto parcialmente ordenado en una
computadora. Los elementos de A deberán introducirse en un orden secuencial y la introducción será de
tal manera que el orden parcial se preserve. Esto es si a 4 b, entonces a se introducirá antes que b. Una
clasificación topológica ≺ dará un orden de entrada de los elementos que satisfagan esta condición.
Ejemplo 7.20 Obtener la ordenación topológica del conjunto parcialmente ordenado cuyo diagrama
de Hasse es el (1) de la figura siguiente:
Solución
176
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
f
• f • f • f •
g • g •
e • c •
d • e •
e •
g
e • • d • b • b •
c • g • d •
d
b • •
b • c •
• c
• a • a • a •
a
Ejemplo 7.20
El orden ≺ cuyo diagrama de Hasse se muestra en la figura (2) es un orden total. Es fácil ver que
cualquier par en 4 está también en el orden ≺, por lo cual ≺ es una ordenación topológica del orden
parcial 4. Los apartados (3) y (4) en la misma figura muestran otras dos soluciones de este problema.
Ciertos elementos en un conjunto ordenado son de especial importancia para muchas de las aplicaciones
de esos conjuntos. Explicaremos quienes son estos elementos y posteriormente veremos el importante
papel que juegan.
A lo largo de este apartado {A, 4} será un conjunto ordenado y B un subconjunto suyo (B ⊆ A).
b es maximal ⇐⇒ @x ∈ B : b ≺ x
o lo que es igual
b es maximal ⇐⇒ @x ∈ B : b 4 x ∧ x 6= b
y una formulación equivalente serı́a
b es maximal ⇐⇒ ∀x ∈ B, ¬ (b 4 x) ∨ x = b
⇐⇒ ∀x ∈ B, b 4 x =⇒ x = b
luego b es maximal si cualquiera que sea x de B se verif ica que si x es posterior a b, entonces x es
igual a b.
177
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
b es minimal ⇐⇒ @x ∈ B : x ≺ b
o lo que es igual
b es minimal ⇐⇒ @x ∈ B : x 4 b ∧ x 6= b
y una formulación equivalente serı́a
b es minimal ⇐⇒ ∀x ∈ B, ¬ (x 4 b) ∨ x = b
⇐⇒ ∀x ∈ B, x 4 b =⇒ x = b
luego b es minimal si cualquiera que sea x de B se verifica que si x es anterior a b, entonces x es igual
a b.
Todo conjunto ordenado finito posee, al menos, un elemento maximal y un elemento minimal.
Demostración
Supongamos que a no fuese maximal. Entonces existirá, al menos, un a1 en A que lo sucede, es decir,
∃a1 ∈ A : a 4 a1
∃a2 ∈ A : a1 4 a2
Como A es un conjunto finito, este razonamiento no se puede continuar indefinidamente, luego obten-
dremos una cadena finita
a 4 a1 4 a2 4 · · · 4 an−1 4 an
que ya no puede extenderse. Por lo tanto no es posible encontrar un elemento b en A tal que an 4 b,
luego an es un elemento maximal del conjunto dado.
Dado un conjunto parcialmente ordenado, {A, 4}, utilizando el concepto de elemento minimal, es
posible construir un algoritmo que ordene topológicamente dicho conjunto.
Esto es, dado un orden parcial 4, queremos encontrar un orden total ≺ tal que
a 4 b =⇒ a ≺ b
178
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Sea (A, 4) un conjunto finito, no vacı́o y parcialmente ordenado. Según la proposición anterior, existirá
un elemento a en A que es minimal. Situamos este elemento como el primero de (A, ≺).
Cada vez que encontremos un nuevo elemento minimal, lo situamos como el siguiente en la lista que
representa a (A, ≺) y el proceso se continúa hasta que A no tiene más elementos.
De esta forma obtenemos el siguiente algoritmo que produce un orden total y que llamaremos ORDEN-
TOPO.
ORDENTOPO[1] ≺ ORDENTOPO[2] ≺ · · · · · ·
Algoritmo ORDENTOPO
I := 1
O := A
Hacer mientras (O 6= ∅)
ORDENTOPO[I] := a
I := I + 1
O := O \ {a}
f in
Ejemplo 7.21 Sea A = {a, b, c, d, e} y el diagrama de Hasse de la figura (a) del conjunto parcialmente
ordenado (A, 4).
Obtener una lista de los elementos de A ordenados topológicamente mediante el algoritmo ORDEN-
TOPO.
Solución
Los elementos minimales de (A, 4) son d y e. Elegimos uno de ellos, por ejemplo, el d.
ORDENTOPO[1] = d
O = O \ {d}
En el apartado (b) de la figura tenemos el diagrama de Hasse del conjunto parcialmente ordenado (O, 4)
y la ordenación que produce el algoritmo.
ORDENTOPO[2] = e
O = O \ {e}
El apartado (c) de la figura muestra el diagrama de Hasse del conjunto parcialmente ordenado (O, 4) y
la ordenación que produce ORDENTOPO.
ORDENTOPO[3] = c
O = O \ {c}
179
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
ORDENTOPO[4] = b
O = O \ {b}
ORDENTOPO[5] = a
O = O \ {a}
a b a b a b a
• • • • • • •
• c •
c
a b
• • • a •
e
b •
• c c •
e •
• • •
d e d
b •
(a) (f)
c • c •
e • e • e •
• • • •
d d d d
(b) (c) (d) (e)
Ordenación Topológica
El orden definitivo y el diagrama de Hasse están en el apartado (f). El ordenamiento obtenido es una
ordenación topológica de {A, 4}.
b es máximo ⇐⇒ ∀x, x ∈ B =⇒ x 4 b
180
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
b es mı́nimo ⇐⇒ ∀x, x ∈ B =⇒ b 4 x
Nota 7.6 Obsérvese la diferencia que existe entre máximo y maximal y entre mı́nimo y minimal.
Para ser maximal sólo se necesita que no haya ningún elemento que lo suceda, mientras que para ser
máximo ha de suceder y por tanto estar relacionado con todos los demás.
Ejemplo 7.22 Sea C = {a, b, c}, consideremos el conjunto A = P(C) ordenado con la relación de
inclusión y el subconjunto de A,
{a, b} {b, c}
• •
• • •
{a} {b} {c}
Ejemplo 7.22
Entonces, {a}, {b} y {c} son elementos minimales ya que no hay elemento alguno en B que sea estricta-
mente anterior (esté estrictamente contenido) a ellos.
{a, b} y {b, c} serán maximales ya que no hay elemento en B que sea estrictamente posterior (que
contenga) a ellos.
El subconjunto B no tiene máximo ni mı́nimo ya que no hay ningún elemento que sea posterior ni anterior
a todos los demás.
181
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
2, 3, 5 y 7 son minimales ya que no existen en B elementos, distintos de ellos mismos, que los precedan.
Obsérvese que un elemento puede ser a un tiempo maximal y minimal de un conjunto, como sucede aquı́
con el 5 y el 7.
El subconjunto B no tiene máximo ni mı́nimo ya que no hay ningún elemento que sea posterior ni anterior
a todos los demás.
8
•
6
4 • •
• • • •
2 3 5 7
Ejemplo 7.23
Ejemplo 7.24 Sea A = {R, 6} donde 6 es la relación de orden usual y consideremos el subconjunto
B = {x ∈ R : x > 3} .
Entonces, 3 es minimal ya que no existe x ∈ B tal que x 6 3 y x 6= 3. Por otra parte elementos maximales
no hay ya que cualquier elemento de B tiene un elemento posterior a él.
El 3 es el mı́nimo de B ya que pertenece a el conjunto y no hay ninguno que lo preceda. No hay ningún
elemento que sea posterior a todos los demás por lo tanto el conjunto no tiene máximo.
Ejemplo 7.25 En el conjunto R de los números reales con el orden usual, el subconjunto
B = {x ∈ R : 1 < x < 3}
B = {x ∈ R : 1 6 x 6 3}
182
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Todo conjunto ordenado finito posee, a lo sumo, un elemento máximo y uno mı́nimo.
Demostración
En efecto, supongamos que un conjunto ordenado {A, 4} tiene dos elementos m1 y m2 que son máximos,
entonces
)
m1 , máximo
=⇒ m2 4 m1
m2 ∈ A
)
m2 , máximo
=⇒ m1 4 m2
m1 ∈ A
m1 = m2
De una forma similar se prueba que el mı́nimo de un conjunto ordenado, si existe, es único.
Ejemplo 7.26
183
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
h
•
f g
• •
• •
d e
•
c
• •
a b
Ejemplo 7.26
Sea A = {a, b, c, d, e, f, g, h} y la figura anterior, el diagrama de Hasse del conjunto ordenado {A, 4}.
Encontrar todas las cotas superiores e inferiores de los subconjuntos de A,
(a) B1 = {a, b}
(b) B2 = {c, d, e}
Solución
(a) B1 = {a, b}
No tiene cotas inferiores.
Las cotas superiores son c, d, e, f, g y h.
(b) B2 = {c, d, e}
Las cotas inferiores son a, b y c.
Las cotas superiores son f, g y h.
Obsérvese que un subconjunto B de un conjunto ordenado A puede tener o no cotas superiores o inferiores
en A. Además una cota superior o inferior de B podrá o no pertenecer a B.
184
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Cuando un conjunto tiene cota inferior se dice que está acotado inferiormente y acotado superiormente
cuando tiene cota superior. Cuando un conjunto posee ambas cotas se dice que está acotado.
7.6.11 Supremo
7.6.12 Ínfimo
Ejemplo 7.27 Encontrar el supremo y el ı́nfimo en el ejemplo 7.26 para los subconjuntos de A,
(a) B1 = {a, b}
(b) B2 = {c, d, e}
Solución
(a) B1 = {a, b}
Ínfimo. Según vimos en el citado ejemplo, B1 no tenı́a cotas inferiores, luego tampoco tendrá
cota inferior máxima, es decir, no tiene ı́nfimo.
El supremo es c ya que precede a todas las cotas superiores de B1 .
(b) B2 = {c, d, e}
El ı́nfimo es c ya que sucede a todas las cotas inferiores de B2 .
Supremo no tiene ya que al no ser comparables los elementos f y g, no hay ninguna cota
superior que preceda a todas las demás.
Demostración
En efecto, supongamos que un conjunto ordenado {A, 4} tiene dos elementos s1 y s2 que son supremos,
entonces )
s1 , supremo
=⇒ s2 4 s1
s2 ∈ A
185
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
De una forma similar se prueba que el ı́nfimo de un conjunto ordenado, si existe, es único.
Nota 7.7 Sea {A, 4} un conjunto ordenado y B = {b1 , b2 , . . . , bk } un subconjunto suyo. Observemos
lo siguiente:
− Si a es el supremo, entonces a es el primer vértice que puede alcanzarse siguiendo una trayectoria
ascendente desde b1 , b2 . . . , bk .
− Si a es el ı́nfimo, entonces a es el último vértice que puede alcanzarse siguiendo una trayectoria
descendente desde b1 , b2 . . . , bk .
Ejemplo 7.28 Sea A = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11} un conjunto ordenado cuyo diagrama de Hasse
está en la figura. Encontrar el supremo y el ı́nfimo de B = {6, 7, 10}.
11
•
9 10
• •
6
5 • • 7 • • 8
• 3 • •
2 4
•
1
Ejemplo 7.28
Solución
Siguiendo una trayectoria ascendente desde los vértices 6, 7 y 10, el primer vértice que se encuentra es
el 10, luego el supremo es el 10.
De la misma forma, explorando todas las trayectorias descendentes desde 6, 7 y 10, encontramos que el
ı́nfimo es el 4.
186
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
luego, a = b.
Transitiva. Dados tres elementos arbitrarios de Z+ , a, b y c, tenemos:
aRb ⇐⇒ a|b ⇐⇒ ∃k1 ∈ Z+ : b = a · k1
∧ =⇒ c = a · k1 · k2 : k1 · k2 ∈ Z+ =⇒ a|c ⇐⇒ aRc
+
bRc ⇐⇒ b|c ⇐⇒ ∃k2 ∈ Z : c = b · k2
A = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9}
Elementos maximales.
Recordemos que a ∈ A es maximal si no existe en A ningún elemento que lo suceda. En este caso
podemos decir, por tanto, que a ∈ A es maximal si no es divisor de ningún elemento de A, luego
los maximales son 5, 6, 7, 8 y 9.
Elementos minimales.
El elemento a ∈ A es minimal si no existe en A ningún elemento que lo preceda. En este caso
podemos decir, por tanto, que a ∈ A es minimal si no es múltiplo de ningún elemento de A, luego
el único minimal es el 1.
Máximo.
Un elemento a ∈ A es máximo si sucede a todos los elementos de A. Por tanto, en este caso a ∈ A
es máximo si es múltiplo de todos los elementos de A. En el conjunto propuesto, obviamente, no
hay máximo.
Mı́nimo.
Un elemento a ∈ A es mı́nimo si precede a todos los elementos de A. Por tanto, en este caso, a ∈ A
es mı́nimo si es divisor de todos los elementos de A. El mı́nimo es, consecuentemente, el 1.
187
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Cotas superiores.
Un elemento a ∈ Z+ es cota superior del conjunto A si sucede a todos los elementos de A. Con-
secuentemente, en este caso, a ∈ Z+ es cota superior si es múltiplo de todos los elementos de A.
Por lo tanto, son cotas superiores de A el mı́nimo común múltiplo de 5, 6, 7, 8 y 9 y todos sus
múltiplos. Es decir,
Cotas inferiores.
Un elemento a ∈ Z+ es cota inferior del conjunto A si precede a todos los elementos de A. Conse-
cuentemente, en este caso, a ∈ Z+ es cota inferior si es divisor de todos los elementos de A. Por
lo tanto, la única cota inferior del conjunto A es el 1.
Supremo.
El elemento a ∈ Z+ es el supremo del conjunto A si es cota superior y precede a todas las demás
cotas superiores. En este caso, podemos decir que a ∈ Z+ es el supremo de A si divide a todas las
cotas superiores, luego es el mı́nimo común múltiplo de 5, 6, 7, 8 y 9, es decir, 2520.
Ínfimo.
El elemento a ∈ Z+ es el ı́nfimo del conjunto A si es cota inferior y sucede a todas las demás cotas
inferiores. En este caso, podemos decir que a ∈ Z+ es el ı́nfimo de A si es múltiplo de todas las
cotas inferiores. Dado que sólo hay una cota inferior, ella será el ı́nfimo, es decir, el 1.
Elementos minimales. El 1.
Máximo. El 36.
Mı́nimo. El 1.
Cotas superiores. {x ∈ Z+ : x = 36 · k, k ∈ Z+ }
Cotas inferior . El 1.
Supremo.El 36.
Ínfimo. El 1.
188
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
8 6 9 5 7 36
• • • • • •
12 18
• •
4 •
4 • 6 • • 9
• 3 •
2 • •
2 3
• •
1 1
A = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9} B = {1, 2, 3, 4, 6, 9, 12, 18, 36}
Ejemplo 7.29
Ejemplo 7.30 Dado el conjunto B = {2, 4, 6, 10, 12, 30}, se define en él la siguiente relación:
xRy ⇐⇒ x divide a y
Solución
189
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
12 30
• •
1 1 1 1 1 1
0 1 0 0 1 0
0 0 1 0 1 1
4 • 6 • • 10 MR =
0 0 0 1 0 1
0 0 0 0 1 0
0 0 0 0 0 1
•
2
Ejemplo 7.30
Elementos maximales. El 4 y el 6.
Elementos minimales. El 4 y el 6.
Máximo. No tiene.
Mı́nimo. No tiene.
Cotas inferiores. El 2.
Supremo. El 12
Ínfimo. El 2.
Ejemplo 7.31 Determinar los elementos maximales y minimales de los siguientes conjuntos ordenados.
190
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
3 5 f g
• • • •
2 • 4 •
d • • e
• • • • •
1 6 a b c
(a.1) (a.2)
e f 4 7
• • • •
3
• 6 •
d • 5
2 • • • 8
c •
b •
• • •
a 1 9
(a.3) (a.4)
Ejemplo 7.31(a)
Solución
a ∈ A es maximal ⇐⇒ @x ∈ A : a 4 x
b ∈ A es minimal ⇐⇒ @x ∈ A : x 4 b
191
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(b) Todo número real está precedido y seguido por otro número real, luego el conjunto ordenado {R, 6}
no tiene maximal ni minimal.
Ejemplo 7.32 Determinar los elementos máximo y mı́nimo, si existen, de los siguientes conjuntos
ordenados.
f e 4 5 5
• • • • •
d • • e d •
• 4
3 •
b • • c c •
2 • • 3
• • • • • •
a a b 1 2 1
(a.1) (a.2) (a.3) (a.4)
Ejemplo 7.32(a)
(d) A = {2, 4, 6, 8, 12, 18, 24, 36, 72} con el orden parcial de divisibilidad.
192
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(e) A = {2, 3, 4, 6, 12, 18, 24, 36} con el orden parcial de divisibilidad.
Solución
Ejemplo 7.33
g h 4 5 f 5 8
• • • • • • •
e •
f •
4 • 6 • • 9
d •
d• •e 3 •
c •
3 • •
c • 7
b •
• • • • • • •
a b 1 2 a 1 2
B = {c, d, e} B = {1, 2, 3, 4, 5} B = {b, c, d} B = {3, 4, 6}
Ejemplo 7.33(a)
193
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Encontrar en los siguientes conjuntos ordenados las cotas superiores, las cotas inferiores, el ı́nfimo y el
supremo del subconjunto B que se indica.
Solución
194
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Cotas inferiores de B: 1, 2 3 y 7.
Supremo: no existe.
Ínfimo: no existe.
Cotas superior de B: 8.
Cotas inferiores de B: 3,1 y 2.
Supremo: 8.
Ínfimo: no existe.
(h) A = {2, 3, 4, 6, 8, 12, 24, 48} ordenado por la relación de divisibilidad y B = {4, 6, 12}.
Solución
195
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
d
•
•
c
b •
• •
a e
Ejemplo 7.34
Elementos maximales. d.
Elementos minimales. a y e.
Máximo. d
Mı́nimo. No tiene.
Cotas superiores. d.
Cotas inferiores. No hay.
Supremo. d.
Ínfimo. No tiene.
y hallar dos cotas superiores y dos inferiores de este conjunto, ası́ como los restantes elementos
caracterı́sticos del mismo.
Solución
196
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Reflexiva. Para todo número complejo a + bi se verifica que a = a y b = b, luego (a + bi)R(a + bi).
Antisimétrica. Sean a + bi y c + di dos números complejos cualesquiera, entonces:
a<c
∧ Imposible
c<a
∨
a<c
a<c
∧ Imposible
(a + bi)R(c + di) ⇐⇒ ∨
c=a ∧ d6b
a=c ∧ b6d
∧ =⇒ ∨
c<a
a=c ∧ b6d
(c + di)R(a + bi) ⇐⇒ ∨
∧ =⇒ Imposible
c=a ∧ d6b
c<a
∨
a=c ∧ b6d
∧ =⇒ a = c ∧ b = d
c=a ∧ d6b
197
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
198
Apuntes de Matemática Discreta
8. Relaciones de Equivalencia
Relaciones de Equivalencia
Contenido
8.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
8.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
8.1.2 Digrafo asociado a una Relación de Equivalencia . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
8.2 Clases de Equivalencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
8.2.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
8.2.2 Lema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
8.3 Conjunto Cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
8.3.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
8.3.2 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
8.3.3 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
8.1 Generalidades
Este tipo de relaciones binarias juegan un papel importante en todas las ciencias porque permiten clasi-
ficar los elementos del conjunto en el que están definidas.
Muchas veces trataremos a los elementos de un conjunto más por sus propiedades que como objetos
individuales. En tales situaciones, podremos ignorar todas las propiedades que no sean de interés y
tratar elementos diferentes como “equivalentes” o indistinguibles, a menos que puedan diferenciarse
utilizando únicamente las propiedades que nos interesen.
199
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Estas propiedades son la base para una clase importante de relaciones binarias sobre un conjunto.
8.1.1 Definición
Una relación binaria R definida sobre un conjunto A se dice que es de equivalencia cuando es reflexiva,
simétrica y transitiva.
R = {(1, 1), (1, 2), (2, 1), (2, 2), (3, 4), (4, 3), (3, 3), (4, 4)} .
Ver si R es de equivalencia.
Solución
Reflexividad. En efecto,
(1, 1) ∈ R, (2, 2) ∈ R, (3, 3) ∈ R y (4, 4) ∈ R
luego,
∀x (x ∈ A =⇒ xRx)
es decir, R es reflexiva.
Simetrı́a. En efecto,
(1, 2) ∈ R y (2, 1) ∈ R
(3, 4) ∈ R y (4, 3) ∈ R
luego,
∀x, y ∈ A [(x, y) ∈ R =⇒ (y, x) ∈ R]
es decir, la relación propuesta es simétrica.
Transitividad. En efecto,
(1, 1) ∈ R y (1, 2) ∈ R =⇒ (1, 2) ∈ R
(1, 2) ∈ R y (2, 1) ∈ R =⇒ (1, 1) ∈ R
(1, 2) ∈ R y (2, 2) ∈ R =⇒ (1, 2) ∈ R
(2, 1) ∈ R y (1, 1) ∈ R =⇒ (2, 1) ∈ R
(2, 1) ∈ R y (1, 2) ∈ R =⇒ (2, 2) ∈ R
(2, 2) ∈ R y (2, 1) ∈ R =⇒ (2, 1) ∈ R
(3, 4) ∈ R y (4, 4) ∈ R =⇒ (3, 4) ∈ R
(3, 3) ∈ R y (3, 4) ∈ R =⇒ (3, 4) ∈ R
(4, 3) ∈ R y (3, 3) ∈ R =⇒ (4, 3) ∈ R
(4, 4) ∈ R y (4, 3) ∈ R =⇒ (4, 3) ∈ R
luego,
∀x, y, z ∈ A [(x, y) ∈ R ∧ (y, z) ∈ R =⇒ (x, z) ∈ R]
y la relación es, por tanto, transitiva.
Ejemplo 8.2
200
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) La relación vacı́a ∅ es una relación de equivalencia sobre el conjunto vacı́o ∅. No es, sin embargo,
una relación de equivalencia sobre cualquier conjunto no vacı́o ya que no es reflexiva.
(c) La relación de igualdad sobre cualquier conjunto es una relación de equivalencia.
El digrafo asociado a una relación de equivalencia, R, tiene algunas caracterı́sticas que lo distinguen.
− Como R es reflexiva, cada vértice tiene un bucle.
− La simetrı́a implica que si existe un arco desde a hasta b, también existe un arco desde b hasta
a.
− La transitividad implica que si existe un camino desde a hasta b, entonces existe un arco desde
a hasta b.
Consecuentemente, cada una de las componentes del digrafo de una relación de equivalencia es un
digrafo completo.
8.2.1 Definición
Sea R una relación de equivalencia sobre un conjunto A. Para cada a ∈ A, llamaremos clase de
equivalencia de a, al conjunto formado por todos los elementos de A que estén relacionados con él. La
notaremos [a], es decir,
[a] = {x ∈ A : xRa}
Solución
[a] = {a, b}
[b] = {a, b}
[c] = {c, d}
• • • •
a b c d
[d] = {c, d}
Digrafo Clases
Ejemplo 8.3
Obsérvese que [a] = [b] y [c] = [d], es decir, existen sólo dos clases de equivalencia.
201
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
8.2.2 Lema
Demostración
x ∈ [a] ⇐⇒ xRa
=⇒ xRb {Hipótesis y transitividad de R}
⇐⇒ x ∈ [b]
x ∈ [b] ⇐⇒ xRb
=⇒ xRa {Simetrı́a de la hipótesis y transitividad de R}
⇐⇒ x ∈ [a]
En efecto,
[a] ∩ [b] 6= ∅ =⇒ ∃x ∈ A : x ∈ [a] ∧ x ∈ [b]
⇐⇒ ∃x ∈ A : xRa ∧ xRb
=⇒ ∃x ∈ A : aRx ∧ xRb {Simetrı́a}
=⇒ aRb {Transitividad}
⇐⇒ [a] = [b] {Apartado (ii)}
Obsérvese que de todo lo anterior se sigue que cualquiera de los elementos que componen una clase de
equivalencia puede elegirse como representante de la misma.
202
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
8.3.1 Teorema
Demostración
Dado que cada clase de equivalencia es un subconjunto de A, el conjunto de todas ellas será una familia
de subconjuntos de A.
1. [a] 6= ∅, ∀a ∈ A
En efecto, como ya dijimos antes, al menos a pertenece a su clase de equivalencia, luego son no
vacı́as.
luego,
!
[
∀x x ∈ [a] =⇒ x ∈ A
a∈A
es decir,
[
[a] ⊆ A
a∈A
luego,
!
[
∀x x ∈ A =⇒ x ∈ [a]
a∈A
es decir,
[
A⊆ [a]
a∈A
203
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
8.3.2 Definición
Dada una relación de equivalencia sobre un conjunto A, llamaremos conjunto cociente al formado por
todas las clases de equivalencia, lo notaremos por A/R, indicando ası́ que es el conjunto A partido
por la relación de equivalencia R.
A/R = {[a] : a ∈ A}
Ejemplo 8.4 Determinar el conjunto cociente A/R siendo R la relación de equivalencia del ejemplo
8.1
Solución
A = {1, 2, 3, 4}
Consecuentemente,
A/R = {[1] , [3]} = {{1, 2} , {3, 4}}
Solución
(a) Probaremos que R cumple las condiciones exigidas para ser de equivalencia.
a+b=b+a
de aquı́ que
(a, b)R(a, b)
y la relación es, por tanto, reflexiva.
(a, b)R(c, d)
204
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
tendremos que
a+d=b+c
de donde por la conmutatividad de la suma en Z+ se sigue que
d+a=c+b
luego
(c, d)R(a, b)
y R es, por tanto, simétrica.
Transitividad. Sean (a, b), (c, d) y (e, f ) tres elementos arbitrarios de Z+ × Z+ , tales que
a+d+c+f =b+c+d+e
donde d es la diferencia entre a y b. Cuando el par (a, b) recorra todo el conjunto Z+ ×Z+ , su diferencia, d,
recorrerá el conjunto Z de los números enteros ya que será un entero negativo, cero o positivo dependiendo
de que a sea menor, igual o mayor que b.
(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = d, con d ∈ Z
Por ejemplo,
(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = 0
será la clase de equivalencia del par (1, 1) y del (2, 2), del (3, 3), etc..., en general de todos los pares de
la forma (a, a). Tomando como representante el (1, 1),
y el conjunto
205
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
será, por ejemplo, [(1, 9)], clase de equivalencia del par (1, 9).
es decir,
Z+ × Z+ /R = {(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = d}d∈Z− ,
{(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = 0} ,
{(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = d}d∈Z+
= {(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = −d}d∈Z+ ,
{(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = 0} ,
{(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x − y = d}d∈Z+
= {(x, x + d) ∈ Z+ × Z+ }d∈Z+ , {(x, x) ∈ Z+ × Z+ } , {(y + d, y) ∈ Z+ × Z+ }d∈Z+
= {[(x, x + d)] , [(x, x)] , [(y + d, y)] , con d ∈ Z+ }x∈Z+ ,y∈Z+
y haciendo 1 + d = p,
Z+ × Z+ /R = [(1, p)] , [(1, 1)] , [(p, 1)] , con p ∈ Z+ \ {1} = [(1, p)] , [(p, 1)] , con p ∈ Z+
(e) Construiremos una gráfica representativa del conjunto cociente para el subconjunto de Z+ ,
A = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10} .
206
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(1, 10) (2, 10) (3, 10) (4, 10) (5, 10) (6, 10) (8, 10) (7, 10) (9, 10) (10, 10)
]
0)
,1
[(1
(1, 9) (2, 9) (3, 9) (4, 9) (5, 9) (6, 9) (7, 9) (8, 9) (9, 9) (10, 9)
)]
,9
[(1
(1, 8) (2, 8) (3, 8) (4, 8) (5, 8) (6, 8) (7, 8) (8, 8) (9, 8) (10, 8)
)]
,8
[(1
(1, 7) (2, 7) (3, 7) (4, 7) (5, 7) (6, 7) (7, 7) (8, 7) (9, 7) (10, 7)
)]
,7
[(1
(1, 6) (2, 6) (3, 6) (4, 6) (5, 6) (6, 6) (7, 6) (8, 6) (9, 6) (10, 6)
)]
,6
[(1
(1, 5) (2, 5) (3, 5) (4, 5) (5, 5) (6, 5) (7, 5) (8, 5) (9, 5) (10, 5)
)]
,5
[(1
(1, 4) (2, 4) (3, 4) (4, 4) (5, 4) (6, 4) (7, 4) (8, 4) (9, 4) (10, 4)
)]
,4
[(1
(1, 3) (2, 3) (3, 3) (4, 3) (5, 3) (6, 3) (7, 3) (8, 3) (9, 3) (10, 3)
)]
,3
[(1
(1, 2) (2, 2) (3, 2) (4, 2) (5, 2) (6, 2) (7, 2) (8, 2) (9, 2) (10, 2)
)]
,2
[(1
(1, 1) (2, 1) (3, 1) (4, 1) (5, 1) (6, 1) (7, 1) (8, 1) (9, 1) (10, 1)
]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
1)
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
0,
[(1
[(2
[(3
[(4
[(5
[(6
[(7
[(8
[(9
[(1
Conjunto cociente
Solución
Obsérvese que
a − b es múltiplo de 3 ⇐⇒ a − b = 3k; k ∈ Z.
luego la relación puede escribirse en la forma
aRb ⇐⇒ a − b = 3k; k ∈ Z
Reflexiva. Para cada a de A se verifica que
a−a=0
lo cual puede escribirse en la forma
a − a = 3 · 0; 0 ∈ Z
207
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego aRa.
a − b = 3k; k ∈ Z
de aquı́ que
b − a = 3(−k); −k ∈ Z
y por tanto, bRa.
a − b = 3k1 ; k1 ∈ Z y b − c = 3k2 ; k2 ∈ Z
a − c = 3(k1 + k2 ); k1 + k2 ∈ Z
luego aRc.
x ∈ [a] ⇐⇒ xRa
⇐⇒ x − a = 3k; k ∈ Z
⇐⇒ x = a + 3k; k ∈ Z
luego
[a] = {x : x = a + 3k; k ∈ Z} .
Ası́ pues,
[0] = {x : x = 3k; k ∈ Z} = {0, 3, 6, 9}
[1] = {x : x = 1 + 3k; k ∈ Z} = {1, 4, 7}
[2] = {x : x = 2 + 3k; k ∈ Z} = {2, 5, 8}
El conjunto cociente será, por tanto,
8.3.3 Teorema
Dada una partición de un conjunto A, puede definirse en él una relación de equivalencia R tal que el
conjunto cociente A/R coincida con la partición dada.
Demostración
Dos elementos de A están relacionados si, y sólo si pertenecen al mismo subconjunto de la partición.
aRb ⇐⇒ ∃Ai ⊆ A : a y b ∈ Ai
En efecto,
208
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego
n
[
a∈ Ai =⇒ ∃Ai : a ∈ Ai =⇒ a y a ∈ Ai =⇒ aRa
i=1
por lo tanto,
∀a (a ∈ A =⇒ aRa)
es decir, la relación es reflexiva.
o sea,
∀a, b ∈ A (aRb =⇒ bRa)
y la relación es, por tanto, simétrica.
aRb ⇐⇒ ∃Ai ⊆ A : a y b ∈ Ai
y
bRc ⇐⇒ ∃Aj ⊆ A : b y c ∈ Aj
Por la forma en que hemos definido la relación, se sigue directamente que las clases de equivalencia
correspondientes son los subconjuntos de la partición, luego
A/R = {A1 , A2 , . . . , An }
Ejemplo 8.7 Sea A = {1, 3, 3, 4} y {{1, 2, 3} , {4}} una partición de A. Determı́nese la relación de
equivalencia correspondiente en A.
Solución
Si tenemos en cuenta que las clases de equivalencia son los subconjuntos de la partición, tendremos
[1] = {1, 2, 3} , luego (1, 1), (1, 2), (1, 3), (2, 1), (2, 2), (2, 3), (3, 1), (3, 2), (3, 3) ∈ R
[4] = {4} , luego (4, 4) ∈ R
209
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
de aquı́ que
R = {(1, 1), (1, 2), (1, 3), (2, 1), (2, 2), (2, 3), (3, 1), (3, 2), (3, 3), (4, 4)}
Ejemplo 8.8 Determinar si la relación R cuya matriz se da es una relación de equivalencia sobre el
conjunto A = {a, b, c}.
1 0 0
(a) MR = 0 1 1
0 1 1
1 0 1
(b) MR = 0 1 0
0 0 1
Solución
Supongamos que rij es un elemento cualquiera de la matriz, donde i indica la fila a la que pertenece y j
la columna.
(a) Veamos si cumple las condiciones para que la relación propuesta sea de equivalencia.
Reflexiva. En efecto lo es ya que todos los elementos de la diagonal principal son unos, lo cual
significa que
∀x (x ∈ A =⇒ xRx)
y
si rik = 0, entonces rij = 0 ∨ rjk = 0
(b) La relación propuesta no es de equivalencia ya que r13 = 1 y r31 = 0, lo cual significa que
Ejemplo 8.9 Determinar si las relaciones cuyos grafos dirigidos se dan en la figura siguiente son de
equivalencia.
210
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1 • • 2
1 • • 2
6 •
5 •
3 •
4 • • 3
(a) (b)
Solución
Ejemplo 8.10 Si {{a, c, e} , {b, d, f }} es una partición del conjunto A = {a, b, c, d, e, f }, determinar la
relación de equivalencia correspondiente.
Solución
Pues bien,
[a] = {a, c, e} , luego (a, a), (a, c), (a, e), (c, a), (c, c), (c, e), (e, a), (e, c) y (e, e) están en R
211
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
también,
[b] = {b, d, f } , luego (b, b), (b, d), (b, f ), (d, b), (d, d), (d, f ), (f, b), (f, d) y (f, f ) están en R
Consecuentemente, la relación es
R = {(a, a), (a, c), (a, e), (c, a), (c, c), (c, e), (e, a), (e, c), (e, e),
(b, b), (b, d), (b, f ), (d, b), (d, d), (d, f ), (f, b), (f, d), (f, f )}
(a, b)R(c, d) ⇐⇒ ad = bc
Solución
luego,
∀(a, b), (c, d) ∈ Z+ × Z+ [(a, b)R(c, d) =⇒ (c, d)R(a, b)]
es decir, R es simétrica.
Transitiva. Si (a, b), (c, d) y (e, f ) son cualesquiera de Z+ × Z+ , entonces
(a, b)R(c, d) ⇐⇒ ad = bc
y =⇒ adcf = bcde =⇒ af = be ⇐⇒ (a, b)R(e, f )
(c, d)R(e, f ) ⇐⇒ cf = de
212
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
ahora bien,
9
9 3 3
= 15 = , siendo 3 = m.c.d.(9, 15)
15 3
5
y
3 3k
= , con k ∈ Z+
5 5k
luego,
+ + x 3
[(9, 15)] = (x, y) ∈ Z × Z : = = [(3, 5)]
y 5
y
x 3
[(3, 5)] = (x, y) ∈ Z+ × Z+ : =
y 5
= {(x, y) ∈ Z+ × Z+ : x = 3k e y = 5k, con k ∈ Z+ }
= {(3k, 5k) : k ∈ Z+ }
= {k(3, 5) : k ∈ Z+ }
En general podemos razonar de forma análoga.
a
− Si m.c.d.(a, b) = 1, es decir si la fracción es irreducible, entonces
b
a ka
= , con k ∈ Z+
b kb
− Si m.c.d.(a, b) = d 6= 1, entonces
a
a d
= b
b d
a
d
y la fracción b
es irreducible, luego
d
a
k ad
d
b
= con k ∈ Z+
d k db
213
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego tenemos que saber cuantos pares de números primos entre sı́ hay en el conjunto A × A. En la
siguiente tabla figuran los divisores de todos los números y en los cruces los divisores comunes.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 1,2 1,3 1,2,4 1,5 1,2,3,6 1,7 1,2,4,8 1,3,9 1,2,5,10
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
2 1,2 1 1,2 1 1,2 1 1,2 1 1,2 1 1,2
3 1,3 1 1 1,3 1 1 1,3 1 1 1,3 1
4 1,2,4 1 1,2 1 1,2,4 1 1,2 1 1,2,4 1 1,2
5 1,5 1 1 1 1 1,5 1 1 1 1 1,5
6 1,2,3,6 1 1,2 1,3 1,2 1 1,2,3,6 1 1,2 1,3 1,2
1 1,7 1 1 1 1 1 1 1,7 1 1 1
8 1,2,4,8 1 1,2 1 1,2,4 1 1,2 1 1,2,4,8 1 1,2
9 1,3,9 1 1 1,3 1 1 1,3 1 1 1,3,9 1
10 1,2,5,10 1 1,2 1 1,2 1,5 1,2 1 1,2 1 1,2,5,10
Por lo tanto,
A × A/R = {[(1, 10)] , [(1, 9)] , [(1, 8)] , [(1, 7)] , [(1, 6)] , [(1, 5)] , [(2, 9)] , [(1, 4)] , [(2, 7)] ,
[(3, 10)] , [(1, 3)] , [(3, 8)] , [(2, 5)] , [(3, 7)] , [(4, 9)] , [(1, 2)] , [(5, 9)] , [(4, 7)] ,
[(3, 5)] , [(5, 8)] , [(2, 3)] , [(7, 10)] , [(5, 7)] , [(3, 4)] , [(7, 9)] , [(4, 5)] , [(5, 6)] ,
[(6, 7)] , [(7, 8)] , [(8, 9)] , [(9, 10)] , [(1, 1)] , [(10, 9)] , [(9, 8)] , [(8, 7)] , [(7, 6)] ,
[(6, 5)] , [(5, 4)] , [(9, 7)] , [(4, 3)] , [(7, 5)] , [(10, 7)] , [(3, 2)] , [(8, 5)] , [(5, 3)] ,
[(7, 4)] , [(9, 5)] , [(2, 1)] , [(9, 4)] , [(7, 3)] , [(5, 2)] , [(8, 3)] , [(3, 1)] , [(10, 3)] ,
[(7, 2)] , [(4, 1)] , [(9, 2)] , [(5, 1)] , [(6, 1)] , [(7, 1)] , [(8, 1)] , [(9, 1)] , [(10, 1)]}
= {{(1, 10)} , {(1, 9)} , {(1, 8)} , {(1, 7)} , {(1, 6)} , {(1, 5) , (2, 10)} , {(2, 9)} ,
{(1, 4) , (2, 8)} , {(2, 7)} , {(3, 10)} , {(1, 3) , (2, 6) , (3, 9)} , {(3, 8)} , {(2, 5) , (4, 10)} ,
{(3, 7)} , {(4, 9)} , {(1, 2) , (2, 4) , (3, 6) , (4, 8) , (5, 10)} , {(5, 9)} , {(4, 7)} ,
{(3, 5) , (6, 10)} , {(5, 8)} , {(2, 3) , (4, 6) , (6, 9)} , {(7, 10)} , {(5, 7)} , {(3, 4) , (6, 8)} ,
{(7, 9)} , {(4, 5) , (8, 10)} , {(5, 6)} , {(6, 7)} , {(7, 8)} , {(8, 9)} , {(9, 10)} , {(1, 1)} ,
{(10, 9)} , {(9, 8)} , {(8, 7)} , {(7, 6)} , {(6, 5)} , {(5, 4) , (10, 8)} , {(9, 7)} ,
{(4, 3) , (8, 6)} , {(7, 5)} , {(10, 7)} , {(3, 2) , (6, 4) , (9, 6)} , {(8, 5)} , {(5, 3) , (10, 6)} ,
{(7, 4)} , {(9, 5)} , {(2, 1) , (4, 2) , (6, 3) , (8, 4) , (10, 5)} , {(9, 4)} , {(7, 3)} ,
{(5, 2) , (10, 4)} , {(8, 3)} , {(3, 1) , (6, 2) , (9, 3)} , {(10, 3)} , {(7, 2)} , {(4, 1) , (8, 2)} ,
{(9, 2)} , {(5, 1) , (10, 2)} , {(6, 1)} , {(7, 1)} , {(8, 1)} , {(9, 1)} , {(10, 1)}}
214
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
10 • • • • • • • • • • •
]
0)
[(1, 9)] [(1, 10)]
,1
0)]
0)
[(9
,1
[(3, 1
[(7
]
9)
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0,•
9)]
9 • • • • • • • • • • 1
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,9
)]
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[(2, 9)
,9
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[(7
)]
,8
8 • • • • • • • • • ([ 9 • •
)]
[(1, 8)]
8)]
,8
8)]
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[(3,
,
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)]
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, 7•
, 7)
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7)
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7, 6•
6 • • • • • • • ( • • •
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)]
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,5
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5)]
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[(3
)] 4)]
5, 4• [(9, •
4 • • • • • [ ( • • )] • •
)]
,4
,4
)]
[ (7
[(3
[(1, 4
)] 3)]
4, 3• [(7,•
3 • • • • [ ( • • • • 3)] •
3)] 3)] [(10,
[(8,
)]
,
)]
[( 5
,3
3
[(2
[(1,
2 • • • • • • • )] • • ]• •
)] 2)] [(7, 2 [(9, 2)
,2 [(5,
]
[(3
, 2)
[(1
1 • • ]• • • •
[(6, 1)]
• • • • •
, 1) [(3,
1)] [(4, 1
)] [(5, 1)] [(7, 1)] [(8, 1)] [(9, 1)] [(10, 1)]
)]
[(2
,1
[(1
• • • • • • • • • •
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Conjunto cociente
(a, b)R(c, d) ⇐⇒ a + b = c + d
Solución
215
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego R es simétrica.
Transitiva. Para todo (a, b), (c, d) y (e, f ) de AZ+ × Z+ , se verifica,
(a, b)R(c, d) ⇐⇒ a + b = c + d
y =⇒ a + b = e + f ⇐⇒ (a, b)R(e, f )
(c, d)R(e, f ) ⇐⇒ c + d = e + f
Por ejemplo,
donde
[(a, b)] = {(a + b − y, y) : 1 6 y 6 a + b − 1}
= {(a + b − 1, 1) , (a + b − 1, 2) , . . . , (2, a + b − 2) , (1, a + b − 1)}
= [(a + b − 1, 1)]
es decir, en cada clase habrá un par cuya segunda componente es 1 y que elegiremos como repre-
sentante, luego
Z+ × Z+ /R = [(a + b − 1, 1)] : a ∈ Z+ y b ∈ Z+ .
Además,
a ∈ Z+ =⇒ a > 1
y =⇒ a + b > 2 =⇒ a + b − 1 > 1 =⇒ a + b − 1 ∈ Z+
b ∈ Z+ =⇒ b > 1
216
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(1, 10)
(1, 9) (2, 9)
(1, 1) (2, 1) (3, 1) (4, 1) (5, 1) (6, 1) (7, 1) (8, 1) (9, 1) (10, 1)
[(1
[(1
[(2
[(3
[(4
[(5
[(6
[(7
[(8
[(9
0,
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
,1
1
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
)]
Conjunto cociente
Demostrar que se trata de una relación de equivalencia, hallar las clases de equivalencia y el conjunto
cociente.
Solución
217
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
R es de equivalencia.
√ √
En efecto, para cada entero positivo x se verifica que E( x) = E( x), luego,
∀x x ∈ Z+ =⇒ xRx
es decir, R es reflexiva.
También es simétrica puesto que,
√ √ √ √
∀x, y ∈ Z+ xRy =⇒ E( x) = E( y) ⇐⇒ E( y) = E( x) =⇒ yRx
y transitiva, ya que
√ √ √ √ √ √
∀x, y, z ∈ Z+ xRy ∧ yRz =⇒ E( x) = E( y) ∧ E( y) = E( z) =⇒ E( x) = E( z) =⇒ xRz
Clases de equivalencia.
Sea n un número entero positivo cualquiera, entonces
[n] = x ∈ Z+ : xRn
luego,
x ∈ [n] ⇐⇒ xRn
√ √
⇐⇒ E ( x) = E ( n)
√ √ √
⇐⇒ E ( n) 6 x < E ( n) + 1
√ 2 √ 2
⇐⇒ (E ( n)) 6 x < (E ( n) + 1)
es decir, n √ 2 √ 2 o
[n] = x ∈ Z+ : E n 6x< E n +1
Por ejemplo,
n √ 2 √ 2 o
[1] = x ∈ Z+ : E 1 6x< E 1 +1 = {x ∈ Z+ : 1 6 x < 4} = {1, 2, 3}
n √ 2 √ 2 o
[4] = x ∈ Z+ : E 4 6x< E 4 +1 = {x ∈ Z+ : 4 6 x < 9} = {4, 5, 6, 7, 8}
y ası́, sucesivamente.
Conjunto cociente.
Observemos lo siguiente:
√ √ √
E( 1) = 1, E( 2) = 1, E( 3) = 1,
√ √ √ √ √
E( 4) = 2, E( 5) = 2, E( 6) = 2, E( 7) = 2, E( 8) = 2
√ √ √
E( 9) = 3, E( 10) = 3, ... ... ... E( 15) = 3
√ √ √
E( 16) = 4, E( 17) = 4, ... ... ... ... E( 24) = 4
√
E( 25) = 4, ... ... ... ... ... ...
y ası́ sucesivamente, de aquı́ que el conjunto cociente sea
Z+ /R = {[1] , [4] , [9] , [16] , [25] . . . . . .}
2
= n : n ∈ Z+
√ 2 √ 2
= x ∈ Z+ : E n2 6x< E n2 + 1
= x ∈ Z+ : n2 6 x < (n + 1)2 n ∈ Z+
= {{1, 2, 3} , {4, 5, 6, 7, 8} {9, 10, 11, 12, 13, 14, 15} , {16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24} , . . .}
218
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(x1 , y1 )R(x2 , y2 ) ⇐⇒ x1 = x2
(b) Describir geométricamente las clases de equivalencia y el conjunto cociente que la relación R de-
termina en el conjunto A.
Solución
Reflexiva. Para todo (x, y) ∈ R2 , se verifica que x = x luego (x, y)R(x, y).
Simétrica. Dados dos puntos cualesquiera de R2 , se verifica que:
luego,
(x, y) ∈ [(a, b)] ⇐⇒ (x, y)R(a, b) ⇐⇒ x = a
de aquı́ que
[(a, b)] = (x, y) ∈ R2 : x = a
es decir, la clase de equivalencia de un punto (a, b) es el conjunto formado por todos los puntos del
plano cuya primera componente es igual a a, o lo que es igual la recta paralela al eje de ordenadas
x = a.
El conjunto cociente será
R2 /R = {x = a : a ∈ R}
es decir el plano queda partido en rectas paralelas al eje de ordenadas.
Solución
219
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(b) En general,
[a] = {x ∈ R : xRa}
luego,
x=a
x ∈ [a] ⇐⇒ xRa ⇐⇒ ∨
x + a = 3 =⇒ x = 3 − a
es decir,
[a] = {x ∈ R : x = a ∨ x + a = 3} = {a, 3 − a}
de aquı́ que
[113] = {−110, 113}
Ejemplo 8.16 En el conjunto A = {1, 2, 3, . . . . . . , q}, siendo q un número entero positivo, se define la
siguiente relación:
aRb ⇐⇒ m.c.d.(a, p) = m.c.d.(b, p)
Para cada a, b de A y p ∈ Z+ .
(b) Calcular el conjunto cociente que la relación R determina sobre A para q = 7 y p = 18.
Solución
(a) Dado que la relación R viene caracterizada por una igualdad, será reflexiva, simétrica y transitiva,
por tanto, es de equivalencia.
220
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
A = {1, 2, 3, 4, 5, 6, 7}
y
aRb ⇐⇒ m.c.d.(a, 18) = m.c.d(b, 18).
Por definición,
A/R = {[a] : a ∈ A}
y
[a] = {x ∈ A : xRa}
luego,
x ∈ [a] ⇐⇒ xRa ⇐⇒ m.c.d.(x, 18) = m.c.d.(a, 18)
de aquı́ que
[a] = {x ∈ A : m.c.d.(x, 18) = m.c.d.(a, 18)} .
Entonces,
Por tanto,
A/R = {[1] , [2] , [3] , [6]} = {{1, 5, 7} , {2, 4} , {3} , {6}}
1 1
aRb ⇐⇒ a + =b+
a b
Solución
Dado que la relación viene caracterizada a través de una igualdad, será reflexiva, simétrica y transitiva,
luego es de equivalencia.
221
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
x ∈ [a] ⇐⇒ xRa
1 1
⇐⇒ x+ =a+
x a
1 1
⇐⇒ x−a+ − =0
x a
x−a
⇐⇒ x−a− =0
ax
1
⇐⇒ (x − a) 1 − =0
ax
x=a
⇐⇒ ∨
1− 1 =0
ax
x = a
⇐⇒ ∨
x= 1
a
Consecuentemente,
1
[a] = ,a
a
Conjunto cociente.
(R \ {0}) /R = {[a] : a ∈ R \ {0}}
Ejemplo 8.18 En el conjunto A = {12, 52, 16, 17, 26, 29, 47, 35, 53} se define la relación:
Solución
Dado que la relación está definida por una igualdad, será reflexiva, simétrica y transitiva, por tanto es
de equivalencia.
222
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Los resultados que dan la suma de las diferentes cifras de los números de A, son:
1+2=3
5+2=7
1+6=7
1+7=8
2+6=8
2 + 9 = 11
4 + 7 = 11
3+5=8
5+3=8
[12]
[52] = [16]
[17] = [26] = [35] = [53]
[29] = [47]
223
Apuntes de Matemática Discreta
9. Funciones
Funciones
Contenido
9.1 Definiciones y Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
9.1.1 Función . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
9.1.2 Dominio e Imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
9.1.3 Igualdad de Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
9.1.4 Función Identidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
9.2 Composición de Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
9.2.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
9.2.2 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
9.2.3 Asociatividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
9.3 Tipos de Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
9.3.1 Función Inyectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
9.3.2 Función Suprayectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
9.3.3 Función Biyectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244
9.3.4 Composición y Tipos de Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
9.4 Función Inversa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
9.4.1 Función Invertible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
9.4.2 Caracterización de una Función Invertible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
9.5 Composición de Funciones e Inversa de una Función . . . . . . . . . . . . . 258
9.5.1 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
9.5.2 Unicidad de la Inversa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
9.5.3 Inversa de la Composición de Funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
Las funciones son un tipo especial de relaciones binarias. Una función puede tomarse como una relación
de entrada-salida; es decir, para cada entrada o argumento, una función produce una salida o valor. Las
funciones son la base de muchas de las más poderosas herramientas matemáticas, y muchos de nuestros
conocimientos en informática pueden ser codificados convenientemente describiendo las propiedades de
cierto tipo de funciones. En esta lección definiremos las funciones en general y varios casos particulares.
La notación y terminologı́a que utilizamos se usa ampliamente en matemáticas e informática.
225
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Una función de un conjunto A en otro conjunto B es una regla que asigna un elemento de B a cada
elemento de A. Notaremos las funciones con las letras f, g, h, . . ..
9.1.1 Función
Es decir, una función f de A en B es una relación de A a B con las caracterı́sticas especiales siguientes:
∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
Las dos condiciones anteriores nos ofrecen la siguiente caracterización de una función.
1. ∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
f : A −→ B es función ⇐⇒ y
2. ∀a ∈ A [f (a) = b1 ∧ f (a) = b2 =⇒ b1 = b2 ]
Nota 9.1 Si en la caracterización anterior negamos ambos miembros, la contrarrecı́proca nos ofrece
una forma sencilla de comprobar que f no es una función.
1. ∃a ∈ A : f (a) 6= b, ∀b ∈ B
f : A −→ B no es función ⇐⇒ ó
2. ∃a ∈ A : (f (a) = b1 ∧ f (a) = b2 ) ∧ b1 6= b2
Es decir, una relación f de A a B puede dejar de ser función porque exista algún elemento en A que
no sea imagen, mediante f , de ninguno de B, o bien porque exista algún elemento en A que tenga dos
imágenes.
Las funciones reciben también el nombre de aplicaciones o transformaciones, ya que desde un punto
de vista geométrico, podemos considerarlas como reglas que asignan a cada elemento a ∈ A, el único
elemento f (a) ∈ B.
Img (f ) = {b ∈ B, ∃a : a ∈ A ∧ f (a) = b}
Ejemplo 9.1 Sean A = {1, 2, 3, 4} , B = {a, b, c, d} y f = {(1, a), (2, a), (3, d), (4, c)}. Comprobar que
f es una función.
226
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
En efecto, todos los elementos de A aparecen como primer elemento de un par ordenado en la relación,
y ninguno como primero de dos pares diferentes. En la función propuesta,
1 • • a
2 • • b
3 • • c
4 • • d
A B
Obsérvese que el elemento a ∈ B aparece como segundo elemento de dos pares diferentes de f , es decir,
es imagen de dos elementos distintos de A y además existen elementos en B que no son imagen de ningún
elemento de A. Ninguna de las dos cosas causa conflicto con la definición de función.
Ejemplo 9.2 Sean A = {1, 2, 3} y B = {x, y, z}. Determinar si las relaciones siguientes son funciones
de A en B.
Solución
(a) R1 no es una función ya que existen elementos de A que no son primer elemento de ningún par de
la relación, es decir, que no tienen imagen en el conjunto B.
(b) R2 tampoco es función ya que contiene los pares ordenados (1, x) y (1, y), es decir, el 1 tiene dos
imágenes distintas, x e y, lo cual viola la segunda condición de la definición de relación.
La dificultad que encontramos en R1 para que no sea función, no es tan seria como la que presenta la
relación R2 . Obsérvese que R1 es una función del conjunto {1, 2} en B. Esto ilustra la idea general de
que, si una relación f de A en B satisface la segunda condición de la definición anterior, entonces f será
una función del Dom (f ) en B.
f : A −→ B : f (a) = a + 1, ∀a ∈ A
Solución
La relación definida está formada por todos los pares ordenados (a, a + 1), siendo a ∈ Z, es decir, f hace
corresponder a cada número entero el siguiente. Veamos si f es función.
227
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
es una función.
Solución
1. Sea a ∈ A, cualquiera, entonces como a es un número entero, entonces ha de ser par o impar, luego
tomando b = 0 en el primer caso y b = 1 en el segundo,
∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
f (a) = b y f (a) = c
Entonces,
b=0
y , si a es par
f (a) = b
c=0
y =⇒ =⇒ b = c
f (a) = c
b=1
y , si a es impar
c=1
luego,
∀a ∈ A, [f (a) = b ∧ f (a) = c =⇒ b = c]
Ejemplo 9.5 Sean A = {a, b, c, d} y B = {1, 2, 3}. Determinar si las siguientes relaciones de A en B
son funciones. En caso de que lo sean dar su imagen.
228
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
(b) R = {(a, 1), (b, 2), (a, 2), (c, 1), (d, 2)}
No es función, ya que f (a) = 1 y f (a) = 2, siendo 1 6= 2.
(c) R = {(a, 3), (b, 2), (c, 1)}
No es función, ya que Dom (R) 6= A
(d) R = {(a, 1), (b, 1), (c, 1), (d, 1)}
Si es función.
f : A −→ B tal que f (x) = 1, ∀x ∈ A
Img (f ) = {1}
Ejemplo 9.6 Verificar que las fórmulas siguientes producen una función de A en B.
(a) A = B = Z; f (a) = a2
(b) A = B = R; f (a) = ea
(
0, si a ∈
/Z
(c) A = R, B = {0, 1} ; f (a) =
1, si a ∈ Z
(d) A = R, B = Z y f (a) es igual al mayor número entero que sea menor o igual que a.
Solución
(a) A = B = Z; f (a) = a2
f : A −→ B tal que f (a) = a2 , ∀a ∈ A
1. Sea a cualquiera de A. Entonces, tomando b = a2 , tendremos que b ∈ B y
√ √ √ 2
b = a2 =⇒ a = b =⇒ f (a) = f b =⇒ f (a) = b =⇒ f (a) = b
luego,
∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
2. Si f (a) = b1 y f (a) = b2 , entonces a2 = b1 y a2 = b2 de donde se sigue que b1 = b2 .
f cumple las dos condiciones, luego es una función de Z en Z.
(c) A = B = R; f (a) = ea
f : R −→ R tal que f (a) = ea , ∀a ∈ R
1. Sea a cualquier número real. Entonces, tomando b = ea tendremos que b ∈ R y
229
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a ∈ A ⇐⇒ a ∈ (R \ Z) ∪ Z =⇒ a ∈ R \ Z ∨ a ∈ Z =⇒ a ∈
/Z ∨ a∈Z
tomando b = 0 si a ∈
/ Z y b = 1 si a ∈ Z, tendremos que f (a) = b, luego
∀a ∈ A, ∃b ∈ B : f (a) = b
∀a ∈ A [f (a) = b1 ∧ f (a) = b2 =⇒ b1 = b2 ]
(c) A = R, B = Z y f (a) es igual al mayor número entero que sea menor o igual que a.
Veamos si es función.
1. Si a es cualquiera de R, entonces
− si a es entero, tomamos b = a.
− si a no es entero, tomamos b igual al primer entero menor que a.
luego,
∀a ∈ R, ∃b ∈ Z : f (a) = b
230
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Dadas dos funciones f y g definidas entre los mismos conjuntos A y B, diremos que son iguales
cuando toman idénticos valores sobre los mismos elementos de dominio. Es decir,
f = g ⇐⇒ f (a) = g(a), ∀a ∈ A
iA : A −→ A : iA (a) = a, ∀a ∈ A
Estudiamos en este apartado una nueva función que se obtiene componiendo dos funciones conocidas.
Introduciremos el concepto con un ejemplo.
y
g : B −→ C : g(1) = β, g(2) = α
Observemos lo siguiente: )
g(1) = β
=⇒ g [f (a)] = β
f (a) = 1
)
g(1) = β
=⇒ g [f (c)] = β
f (c) = 1
)
g(2) = α
=⇒ g [f (b)] = α
f (b) = 2
Si ahora llamamos h a la función
h(a) = g [f (a)]
h(b) = g [f (b)]
h(c) = g [f (c)]
231
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a • • • α
1
b •
c • • • β
2
f g
A B C
a • • α
b •
c • • β
h=g◦f
A C
Composición de Funciones
9.2.1 Definición
la notaremos h = g ◦ f .
Veamos ahora que esta nueva relación también es una función, es decir, probaremos que la composición
de dos funciones es una función.
9.2.2 Proposición
232
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
g ◦ f : A −→ C : (g ◦ f )(a) = g [f (a)] ; ∀a ∈ A
1. Sea a cualquiera de A. Entonces, al ser f : A −→ B una función, existirá b ∈ B tal que f (a) = b.
Tenemos, pues,
f (a) = b
y =⇒ g [f (a)] = c =⇒ (g ◦ f )(a) = c
g(b) = c
luego,
∀a ∈ A, ∃c ∈ C : (g ◦ f )(a) = c
(g ◦ f )(a) = c1 g [f (a)] = c1
y =⇒ y
(g ◦ f )(a) = c2 g [f (a)] = c2
g(b) = c1
=⇒ y {f función =⇒ ∃b ∈ B : f (a) = b}
g(b) = c2
=⇒ c1 = c2 {g es funcion}
es decir,
233
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
g◦f
f g
• • •
a b = f (a) c = g(b) = (g ◦ f )(a)
A B C
Cálculo de (g ◦ f ) (a)
f : A −→ B : f (a) = a + 1, g : B −→ C : g(b) = 2b
Encontrar g ◦ f .
Solución
es decir,
g ◦ f : A −→ C : (g ◦ f )(a) = 2(a + 1), ∀a ∈ A
f : R −→ R : f (x) = x2
g : R −→ R : g(x) = x + 5
Calcular g ◦ f y f ◦ g.
Solución
luego
g ◦ f : R −→ R : (g ◦ f )(x) = x2 + 5
234
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y
f ◦ g : R −→ R : (f ◦ g)(x) = x2 + 10x + 25
Solución
g : Z+ +
0 −→ Z0 tal que g(x) = 2x
Calcular g ◦ f y f ◦ g.
Solución
es decir, (
x, si x es par.
g ◦ f : Z+ +
0 −→ Z0 tal que (g ◦ f )(x) =
0, en cualquier otro caso.
Por otra parte,
2x
(f ◦ g)(x) = f [g(x)] = f (2x) = , ya que 2x siempre es par.
2
luego,
f ◦ g : Z+ +
0 −→ Z0 tal que (f ◦ g)(x) = x
es decir f ◦ g = iZ+
0
9.2.3 Asociatividad
235
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Demostración
g : B −→ C
=⇒ h ◦ g : B −→ D
h : C −→ D =⇒ (h ◦ g) ◦ f : A −→ D
f : A −→ B
f : A −→ B
=⇒ g ◦ f : A −→ C
g : B −→ C =⇒ h ◦ (g ◦ f ) : A −→ D
h : C −→ D
por tanto,
(h ◦ g) ◦ f = h ◦ (g ◦ f )
(a) (g ◦ f )(2)
(b) (f ◦ g)(2)
(c) (f ◦ g)(x)
(d) (g ◦ f )(x)
(e) (f ◦ f )(y)
(f) (g ◦ g)(y)
Solución
236
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(a) (f ◦ g)(−2)
(b) (g ◦ f )(−2)
(c) (f ◦ g)(x)
(d) (g ◦ f )(x)
(e) (f ◦ f )(y)
(f) (g ◦ g)(y)
Solución
(a) (f ◦ g)(−2) = f [g(−2)] = f (−2)2 + 2 = (−2)2 + 2 + 1 = 7
Ejemplo 9.13 Sean A = B = {x : x ∈ R \ {0, 1}}. Examine las siguientes funciones de A en B, cada
una definida por su fórmula.
1
f1 (x) = x f2 (x) = 1 − x f3 (x) =
x
1 x x−1
f4 (x) = f5 (x) = f6 (x) =
1−x x−1 x
Demuestre, sustituyendo una fórmula en otra, que la composición de cualquier par de estas seis funciones
es alguna otra de ellas.
Solución
Antes que nada, observemos que si iA es la función identidad sobre el conjunto A, entonces
f1 ◦ fi = fi y fi ◦ f1 = fi , i = 1, 2, 3, 4, 5, 6
237
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
f3 ◦ f4 = f3 ◦ (f3 ◦ f2 ) = (f3 ◦ f3 ) ◦ f2 = f1 ◦ f2 = f2
x
1 x−1
(f3 ◦ f5 (x) = f3 [f5 (x)] = f3 x−1 = x = = f6 (x) =⇒ f3 ◦ f5 = f6
x
x−1
f3 ◦ f6 = f3 ◦ (f3 ◦ f5 ) = (f3 ◦ f3 ) ◦ f5 = f1 ◦ f5 = f5
f4 ◦ f2 = (f3 ◦ f2 ) ◦ f2 = f3 ◦ (f2 ◦ f2 ) = f3 ◦ f1 = f3
f4 ◦ f3 = (f3 ◦ f2 ) ◦ f3 = f3 ◦ (f2 ◦ f3 ) = f3 ◦ f6 = f5
f4 ◦ f4 = (f3 ◦ f2 ) ◦ f4 = f3 ◦ (f2 ◦ f4 ) = f3 ◦ f5 = f6
f4 ◦ f5 = (f3 ◦ f2 ) ◦ f5 = f3 ◦ (f2 ◦ f5 ) = f3 ◦ f4 = f2
f4 ◦ f6 = (f3 ◦ f2 ) ◦ f6 = f3 ◦ (f2 ◦ f6 ) = f3 ◦ f3 = f1
f5 ◦ f2 = (f2 ◦ f4 ) ◦ f2 = f2 ◦ (f4 ◦ f2 ) = f2 ◦ f3 = f6
f5 ◦ f3 = (f2 ◦ f4 ) ◦ f3 = f2 ◦ (f4 ◦ f3 ) = f2 ◦ f5 = f4
f5 ◦ f4 = (f2 ◦ f4 ) ◦ f4 = f2 ◦ (f4 ◦ f4 ) = f2 ◦ f6 = f3
f5 ◦ f5 = (f2 ◦ f4 ) ◦ f5 = f2 ◦ (f4 ◦ f5 ) = f2 ◦ f2 = f1
f5 ◦ f6 = (f2 ◦ f4 ) ◦ f6 = f2 ◦ (f4 ◦ f6 ) = f2 ◦ f1 = f2
f6 ◦ f2 = (f2 ◦ f3 ) ◦ f2 = f2 ◦ (f3 ◦ f2 ) = f2 ◦ f4 = f5
f6 ◦ f3 = (f2 ◦ f3 ) ◦ f3 = f2 ◦ (f3 ◦ f3 ) = f2 ◦ f1 = f2
f6 ◦ f4 = (f2 ◦ f3 ) ◦ f4 = f2 ◦ (f3 ◦ f4 ) = f2 ◦ f2 = f1
f6 ◦ f5 = (f2 ◦ f3 ) ◦ f5 = f2 ◦ (f3 ◦ f5 ) = f2 ◦ f6 = f3
f6 ◦ f6 = (f2 ◦ f3 ) ◦ f6 = f2 ◦ (f3 ◦ f6 ) = f2 ◦ f5 = f4
Ejemplo 9.14 Dadas las funciones f : A −→ B y g : B −→ C, probar que (g ◦ f )(A) ⊆ g(B). ¿Es
cierto el recı́proco?. Justificar la respuesta.
Solución
238
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
(g ◦ f )(A) = {c ∈ C, ∃a : a ∈ A, ∧ (g ◦ f )(a) = c}
y
g(B) = {c ∈ C, ∃b : b ∈ B ∧ g(b) = c}
por tanto,
∀c ∈ (g ◦ f )(A) ⇐⇒ ∃a : a ∈ A ∧ (g ◦ f )(a) = c
⇐⇒ ∃a : a ∈ A ∧ g [f (a)] = c {f es función, luego ∃b : b ∈ B ∧ f (a) = b}
=⇒ ∃b : b ∈ B ∧ g(b) = c
⇐⇒ c ∈ g(B)
de aquı́ que
(g ◦ f )(A) ⊂ g(B)
El recı́proco, en general, no es cierto. El siguiente contraejemplo lo prueba.
y es obvio que
{α, β} * {α}
luego,
g(B) * (g ◦ f )(A)
Solución
239
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
g2 = g ◦ g
(a) fA = fB ⇐⇒ A = B
(c) fA\B = fA (1 − fB )
Solución
(a) fA = fB ⇐⇒ A = B
a ∈ A ⇐⇒ fA (a) = 1 ⇐⇒ fB (a) = 1 ⇐⇒ a ∈ B
luego,
∀a (a ∈ A ⇐⇒ a ∈ B)
es decir, A = B.
⇐=) Recı́procamente, supongamos que A = B y sea x cualquiera de U .
Si x ∈ A, entonces al ser A = B, será x ∈ B, luego
fA (x) = 1 = fB (x)
y si x ∈
/ A, por la misma razón, x ∈
/ B, luego
fA (x) = 0 = fB (x)
Consecuentemente,
fA (x) = fB (x), ∀x ∈ U
es decir,
fA = fB
240
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
y si x ∈
/ (A ∪ B), entonces fA∪B (x) = 0, pero
x∈
/ (A ∪ B) ⇐⇒ x ∈
/Ayx∈
/ B ⇐⇒ fA (x) + fB (x) − fA∩B (x) = 0 + 0 − 0 = 0
Ası́ pues,
de aquı́ que
fA∪B = fA + fB − fA∩B
Consecuentemente,
fA\B = fA (1 − fB )
Una función f entre los conjuntos A y B se dice que es inyectiva, cuando cada elemento de la imagen
de f lo es, a lo sumo, de un elemento de A. Suele decirse también que la función es uno-a-uno. Dicho
de otra forma:
241
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a • • 1 a • • 1
b • • 2 b • • 2
c • • 3 c • • 3
d • • 4 d • • 4
f g
A B A B
(a) A cada alumno de álgebra se le asigna el número que se corresponde con su edad.
(b) A cada paı́s en el mundo se le asigna la longitud y la latitud de su capital.
(c) A cada libro escrito por un determinado autor, se le designa con el nombre del mismo.
(d) A cada paı́s en el mundo que tenga un primer ministro se le asigna su primer ministro.
Solución
(a) No, ya que hay muchos alumnos de álgebra que tienen la misma edad.
(b) Si, porque a dos paı́ses distintos le corresponderán diferentes longitudes y latitudes.
(c) No, ya que hay diferentes libros que están escritos por el mismo autor.
(d) Si, porque a paı́ses diferentes les corresponderán distintos primeros ministros.
Solución
f (x1 ) = f (x2 ) =⇒ x1 + 2 = x2 + 2 =⇒ x1 = x2
luego f es inyectiva.
242
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
es decir, la función f no es inyectiva si podemos encontrar dos elementos a1 y a2 en A, tales que siendo
distintos sus imágenes sean iguales.
Solución
La función propuesta no lo es. En efecto, si tomamos dos números reales x1 y x2 , distintos, tendrı́amos
x1 6= x2 y f (x1 ) = 2 = f (x2 )
Solución
luego
∃x1 , x2 ∈ R : x1 6= x2 ∧ f (x1 ) = f (x2 )
es decir, f no es inyectiva.
Una función f entre los conjuntos A y B se dice que es suprayectiva, sobreyectiva o exhaustiva, cuando
cada elemento de B es imagen de, al menos, un elemento de A. Es decir,
a • • 1 a • • 1
b • b •
• 2 • 2
c • c •
d • • 3 d • • 3
f g
A B A B
243
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Sea y cualquiera de B. Hemos de encontrar un x en A tal que f (x) = y. Dicho de otra forma se trata
de ver si la ecuación
x+1=y
tiene solución, lo cual, en este caso, es evidente. En efecto,
x + 1 = y ⇐⇒ x = y − 1
f (x) = f (y − 1) = y − 1 + 1 = y
es decir,
∀y ∈ B, ∃x ∈ A : f (x) = y
luego f es suprayectiva.
f es suprayectiva ⇐⇒ ∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
f no es suprayectiva ⇐⇒ ∃b ∈ B : f (a) 6= b, ∀a ∈ A
Solución
si y < 0, entonces x2 6= y, ∀x ∈ A
luego,
∃y ∈ B : ∀x ∈ A, f (x) 6= y
de aquı́ que según la nota anterior, la función propuesta no sea suprayectiva.
Una función f entre los conjuntos A y B se dice que es biyectiva, cuando es, a un tiempo, inyectiva
y suprayectiva.
Solución
244
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego f es inyectiva.
(b) Suprayectiva. Sea y cualquiera de B. Entonces,
y+3
y = 2x − 3 ⇐⇒ 2x = y + 3 ⇐⇒ x =
2
y+3
luego tomando x = , se verifica que x ∈ A y
2
y+3 y+3
f (x) = f =2 −3=y
2 2
Consecuentemente,
∀y ∈ B, ∃x ∈ A : f (x) = y
o sea, f es suprayectiva.
Solución
Veamos si f es inyectiva.
Veamos si f es suprayectiva.
p
Sea y ∈ R, tal que 1 − 4y 2 < 0. Entonces 1 − 4y 2 no es un número real y, por tanto, estos valores de
y no serı́an imágenes de ningún x ya que
p
1± 1 − 4y 2
x= ∈
/R
2y
luego f no es suprayectiva. Consecuentemente, la función propuesta no es biyectiva.
Ejemplo 9.25 Sea f : [0, 1] −→ [a, b] : f (x) = (b − a)x + a. Determinar qué tipo de función es.
Solución
245
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
∀x1 , x2 ∈ [0, 1] (f (x1 ) = f (x2 ) =⇒ x1 = x2 )
es decir, f es inyectiva.
a6y6b ⇐⇒ −b 6 −y 6 −a ⇐⇒ a − b 6 a − y 6 a − a
y−a
⇐⇒ 0 6 y − a 6 b − a ⇐⇒ 0 6 61
b−a
⇐⇒ 0 6 x 6 1 ⇐⇒ x ∈ [0, 1]
Pues bien,
y−a y−a
f (x) = f = (b − a) +a=y
b−a b−a
luego,
∀y ∈ [a, b], ∃x ∈ [0, 1] : f (x) = y
es decir, f es suprayectiva.
Ejemplo 9.26
Como son gráficas de funciones de R en R, cualquier recta vertical cortará a la gráfica exactamente en
un punto. Si cada recta horizontal la corta al menos, una vez, entonces la gráfica representa una función
suprayectiva. Ası́ que, de las funciones anteriores, f (x) = x y f (x) = x3 + 2x2 son sobreyectivas y las
otras no.
Si ninguna recta horizontal corta al gráfico más de una vez, entonces la función es inyectiva. Ası́, f (x) = x
y f (x) = 2x son inyectivas y, sin embargo las otras no lo son.
246
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Si cada recta horizontal corta a la gráfica exactamente una vez, entonces la función es biyectiva; f (x) = x
es biyectiva y las otras no.
(a) A = {1, 2, 3, 4} = B y f = {(1, 1), (2, 3), (3, 4), (4, 2)}
Solución
y se observa que
∀a1 , a2 ∈ A, a1 6= a2 =⇒ f (a1 ) 6= f (a2 )
y
∀b ∈ B, ∃a tal que a ∈ A ∧ f (a) = b
Consecuentemente f es inyectiva y sobreyectiva y, por tanto, biyectiva.
(c) Razonando igual que en los casos anteriores, se observa que la función propuesta es inyectiva, pero
no sobreyectiva.
(c) A = R, B = R+
0 , f : A −→ B tal que f (a) = |a|
247
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
f (a1 ) = f (a2 ) =⇒ a1 − 1 = a2 − 1 =⇒ a1 = a2
luego,
∀a1 , a2 ∈ A, (f (a1 ) = f (a2 ) =⇒ a1 = a2 )
es decir, f es inyectiva.
Sobreyectividad. Sea b cualquiera de B. Tomando a = b + 1, tendremos que a ∈ A, y
f (a) = f (b + 1) =⇒ f (a) = b + 1 − 1 = b
luego,
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
o sea, f es sobreyectiva.
Biyectividad. Por ser inyectiva y sobreyectiva, la función propuesta es biyectiva.
(b) A = B = R, f : A −→ B tal que f (a) = |a|
Recordemos que si a es un número real arbitrario,
(
a, si a > 0
|a| =
−a, si a < 0
luego,
∃a1 , a2 ∈ A : a1 6= a2 ∧ f (a1 ) = f (a2 )
es decir, f no es inyectiva.
Sobreyectividad. Sea b un elemento arbitrario de B. Si b < 0 entonces, no hay ningún a en A tal
que f (a) = b luego la función no es sobreyectiva.
Biyectividad. Al no ser inyectiva ni sobreyectiva, la función propuesta no es biyectiva.
(c) A = R, B = R+
0 , f : A −→ B tal que f (a) = |a|
luego f es sobreyectiva.
Biyectividad. Por no ser inyectiva, tampoco será biyectiva.
248
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
249
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
y f es sobreyectiva.
Biyectividad. f no es biyectiva ya que no es inyectiva.
Solución
250
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(a) h es inyectiva.
En efecto, sean (a1 , c1 ) y (a2 , c2 ) dos elementos cualesquiera de A × C, entonces
⇐⇒ (a1 , c1 ) = (a2 , c2 )
luego h es inyectiva.
(b) h es sobreyectiva.
En efecto, sea (b, d) un elemento cualquiera de B × D, entonces
b∈B
(b, d) ∈ B × D ⇐⇒ ∧ {f y g son sobreyectivas}
d∈D
∃a ∈ A : f (a) = b
=⇒ ∧
∃c ∈ C : g(c) = d
luego
∀(b, d) ∈ B × D, ∃(a, c) ∈ A × C : h(a, c) = (b, d)
consecuentemente, h es sobreyectiva.
Solución
251
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(b) Al 1 ∈ A le puede corresponder x, y o z, es decir, hay 3 opciones y para cada una de ellas habrá
otras tantas para el 2, luego tendremos 3 · 3 = 32 opciones, para cada una de las cuales habrá 3
opciones distintas para el 3 lo cual nos dará 32 · 3 = 33 opciones, y para cada una de ellas habrá 3
opciones para el 4, luego el número de funciones que pueden establecerse entre A y B es
3 · 3 · 3 · 3 = 34 = 81
4 · 4 · 4 = 43 = 64
(g) Razonando igual que el apartado anterior, calculamos cuántas funciones hay entre los conjuntos
A2 = {3, 4} y B = {x, y, z} que son
3 · 3 = 32 = 9
(a) f es inyectiva.
(b) f es sobreyectiva.
(c) f es biyectiva.
252
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
luego f es inyectiva para cada entero a distinto de cero y para cualquier entero b.
y−b
x=
a
entonces
y−b
x ∈ Z ⇐⇒ ∈ Z ⇐⇒ ∃k ∈ Z : y − b = a · k
a
además,
y−b y−b
f (x) = f =a + b = y, ∀a ∈ Z \ {0}
a a
y−b
luego f es sobreyectiva para cada a, b tales que a se distinto de cero e a sea entero, cualquiera que sea
y.
y−b
∀a ∈ Z \ {0} y ∀b : ∈Z
a
Demostración
253
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego f es inyectiva.
∃b ∈ B : g(b) = c
luego g es sobreyectiva.
254
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
de donde teniendo en cuenta que g es, por hipótesis, inyectiva, se sigue que
f (a) = b.
Resumiendo,
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
luego f es sobreyectiva.
Dada una función f entre los conjuntos A y B, consideremos su relación inversa, es decir aquella que se
obtiene intercambiando cada uno de los pares que componen la relación.
Pues bien, según hemos visto en el apartado anterior, la relación inversa de una función no es, en general,
otra función.
Dedicamos este apartado al estudio de las relaciones inversas que son funciones.
Dada una función f entre los conjuntos A y B, diremos que es invertible si su relación inversa también
es función. En tal caso, a la relación inversa de f , la notaremos f −1 y la llamaremos función inversa
de f , estando definida en la forma:
f −1 : B −→ A : f −1 (b) = a ⇐⇒ b = f (a), ∀b ∈ B
A la vista del ejemplo del apartado anterior, podemos deducir que para que f −1 sea función, f ha de ser
inyectiva y también suprayectiva ya que de lo contrario f −1 dejarı́a de cumplir las condiciones requeridas
para que sea función.
La condición necesaria y suficiente para que una función f sea invertible es que sea biyectiva.
Demostración
En efecto, supongamos que f es invertible, es decir, que su relación inversa f −1 es una función,
Pues bien,
f (a1 ) = b1 y f (a2 ) = b2
y también
f −1 (b1 ) = a1 y f −1 (b2 ) = a2
255
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Pues bien,
f (a1 ) = f (a2 ) =⇒ b 1 = b2
f −1 (b1 ) = f −1 (b2 ) Por ser f −1 función
=⇒
⇐⇒ a1 = a2
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f −1 (b) = a
y al ser,
f −1 (b) = a ⇐⇒ f (a) = b
tendremos que
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
luego f es sobreyectiva.
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f (a) = b
y al ser,
f (a) = b ⇐⇒ f −1 (b) = a
tendremos que
∀b ∈ B, ∃a ∈ A : f −1 (b) = a
luego todos los elementos de B tienen imagen mediante f −1 , además por ser f inyectiva, tendremos que
si b ∈ B es tal que
f −1 (b) = a1 ⇐⇒ f (a1 ) = b
∧ =⇒ f (a1 ) = f (a2 ) =⇒ a1 = a2
f −1 (b) = a2 ⇐⇒ f (a2 ) = b
Solución
Sea y cualquiera de B. Como f es sobreyectiva, existirá x ∈ A tal que f (x) = y. Pues bien,
y y
f (x) = y ⇐⇒ 2x = y ⇐⇒ x = ⇐⇒ f −1 (y) =
2 2
Es decir, f −1 es la función de B en A que hace corresponder a cada número real su mitad.
y
f −1 : B −→ A tal que f −1 (y) = , ∀y ∈ B
2
256
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
Solución
luego,
f −1 : B −→ A tal que f −1 (y) =
p
3
y − 2, ∀y ∈ B
257
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Veremos ahora como la composición de funciones nos permite definir y caracterizar de otra forma la
inversa de una función.
9.5.1 Proposición
Demostración
Análogamente, )
g : B −→ A
=⇒ f ◦ g : B −→ B
f : A −→ B
y si b ∈ B, tendremos que
(f ◦ g)(b) = f [g(b)] = f (a) = b = iB (b)
por tanto,
g ◦ f = iB
donde,
iB : B −→ B tal que iB (b) = b, ∀b ∈ B
o sea, iB es la identidad en B.
258
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
g(b) ∈ A
luego f es sobreyectiva.
De (a) y (b) se sigue que f es biyectiva luego por 9.4.2 tendremos que f es invertible.
Obsérvese que además de caracterizar las funciones invertibles, con la proposición anterior, hemos con-
struido la inversa de la función f (f −1 = g).
√
(a) A = {x : x ∈ R y x > −1} , B = {x : x ∈ R y x > 0} y f (a) = a + 1.
(b) A = B = R y f (a) = a3 + 1
2a − 1
(c) A = B = R y f (a) =
3
(d) A = B = {1, 2, 3, 4, 5} y f = {(1, 3), (2, 2), (3, 4), (4, 5), (5, 1)}
Solución
√
(a) A = {x : x ∈ R y x > −1} , B = {x : x ∈ R y x > 0} y f (a) = a + 1.
Sea g la inversa de f . Según hemos visto en 9.5.1, f ◦ g = iB . Pues bien,
f ◦ g = iB ⇐⇒ (f ◦ g)(b) = iB (b), ∀b ∈ B
⇐⇒ f [g(b)] = b, ∀b ∈ B
p
⇐⇒ g(b) + 1 = b, ∀b ∈ B
⇐⇒ g(b) = b2 − 1, ∀b ∈ B
luego,
g : B −→ A tal que g(b) = b2 − 1, ∀b ∈ B
es la inversa de f .
(b) A = B = R y f (a) = a3 + 1
Procediendo igual que en el apartado anterior,
f ◦ g = iB ⇐⇒ (f ◦ g)(b) = iB (b), ∀b ∈ B
⇐⇒ f [g(b)] = b, ∀b ∈ B
⇐⇒ (g(b))3 + 1 = b, ∀b ∈ B
√
⇐⇒ g(b) = 3 b − 1, ∀b ∈ B
luego, √
3
g : B −→ A tal que g(b) = b − 1, ∀b ∈ B
es la inversa de f .
259
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
2a − 1
(c) A = B = R y f (a) =
3
De un modo similar a los apartados anteriores,
f ◦ g = iB ⇐⇒ (f ◦ g)(b) = iB (b), ∀b ∈ B
⇐⇒ f [g(b)] = b, ∀b ∈ B
2g(b) − 1
⇐⇒ , ∀b ∈ B
3
3b + 1
⇐⇒ g(b) = , ∀b ∈ B
2
luego,
3b + 1
g : B −→ A tal que g(b) = , ∀b ∈ B
2
es la inversa de f .
(d) A = B = {1, 2, 3, 4, 5} y f = {(1, 3), (2, 2), (3, 4), (4, 5), (5, 1)}
Es inmediato que
f −1 = {(3, 1), (2, 2), (4, 3), (5, 4), (1, 5)}
es la inversa de f .
Demostración
con f −1 ◦ f = iA y f ◦ f −1 = iB .
h : B −→ A tal que h ◦ f = iA y f ◦ h = iB
entonces,
h = h ◦ iB = h ◦ (f ◦ f −1 ) = (h ◦ f ) ◦ f −1 = iA ◦ f −1 = f −1
h = iA ◦ h = (f −1 ◦ f ) ◦ h = f −1 ◦ (f ◦ h) = f −1 ◦ iB = f −1
es decir,
h = f −1
Consecuentemente la inversa de f , si existe, es única.
(g ◦ f )−1 = f −1 ◦ g −1
Demostración
260
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
= (g ◦ f ) f −1 (b)
= (g ◦ f )(a)
= g [f (a)]
= g(b)
= c
= iC (c)
luego,
(g ◦ f ) ◦ (f −1 ◦ g −1 ) = iC (9.1)
Por otro lado, para cada a ∈ A, tenemos
(f −1 ◦ g −1 ) ◦ (g ◦ f )(a) = (f −1 ◦ g −1 ) [(g ◦ f ) (a)]
= (f −1 ◦ g −1 ) [g (f (a))]
= (f −1 ◦ g −1 ) [g(b)]
= (f −1 ◦ g −1 )(c)
= f −1 g −1 (c)
= f −1 (b)
= a
= iA (a)
es decir,
(f −1 ◦ g −1 ) ◦ (g ◦ f ) = iA (9.2)
De (9.1), (9.2) y de 9.5.1 se sigue que
(g ◦ f )−1 = f −1 ◦ g −1
Solución
261
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Cálculo de g ◦ f .
Sea a cualquiera de A. Entonces,
2a + 1
(g ◦ f )(a) = g [f (a)] = g(2a + 1) =
3
es decir,
2a + 1
g ◦ f : A −→ C tal que (g ◦ f )(a) = , ∀a ∈ A
3
Cálculo de (g ◦ f )−1 .
(g ◦ f )−1 : C −→ A tal que (g ◦ f ) ◦ (g ◦ f )−1 = iC
Pues bien,
(g ◦ f ) ◦ (g ◦ f )−1 = iC (g ◦ f ) ◦ (g ◦ f )−1 (c) = c, ∀c ∈ C
⇐⇒
(g ◦ f ) (g ◦ f )−1 (c) = c, ∀c ∈ C
⇐⇒
2(g ◦ f )−1 (c) + 1
⇐⇒ = c, ∀c ∈ C
3
3c − 1
⇐⇒ (g ◦ f )−1 (c) = , ∀c ∈ C
2
luego,
3c − 1
(g ◦ f )−1 : C −→ A tal que (g ◦ f )−1 (c) = , ∀c ∈ C
2
Cálculo de f −1 .
f −1 : B −→ A tal que f ◦ f −1 = iB
Entonces,
f ◦ f −1 = iB ⇐⇒ (f ◦ f −1 )(b) = iB (b), ∀b ∈ B
f f −1 (b) = b
⇐⇒
⇐⇒ 2f −1 (b) + 1 = b
b−1
⇐⇒ f −1 (b) =
2
luego,
b−1
f −1 : B −→ A tal que f −1 (b) = , ∀b ∈ B
2
Cálculo de g −1 .
g −1 : C −→ B tal que g ◦ f −1 = iC
luego,
g ◦ f −1 = iC ⇐⇒ (g ◦ f −1 )(c) = iC (c), ∀c ∈ C
g g −1 (c) = c
⇐⇒
g −1 (c)
⇐⇒ =c
3
⇐⇒ g −1 (c) = 3c, ∀c ∈ C
es decir,
g −1 : C −→ B tal que g −1 (c) = 3c, ∀c ∈ C
Cálculo de f −1 ◦ g −1 .
f −1 ◦ g −1 : C −→ A tal que (f −1 ◦ g −1 )(c) ∈ A, ∀c ∈ C
Pues bien, sea c cualquiera de C. Entonces,
3c − 1
(f −1 ◦ g −1 )(c) = f −1 g −1 (c) = f −1 (3c) =
2
por tanto,
3c − 1
f −1 ◦ g −1 : C −→ A tal que (f −1 ◦ g −1 )(c) = , ∀c ∈ C
2
262
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Consecuentemente,
(f −1 ◦ g −1 )(c) = (g ◦ f )−1 (c), ∀c ∈ C
de aquı́ que
(g ◦ f )−1 = f −1 ◦ g −1
verificándose el teorema anterior.
a+1
(a) A = B = Z, f (a) = , g(b) = 2b − 1
2
√
(b) A = R+ 2
0 , B = {y : y ∈ R e y > −1} , f (a) = a − 1, g(b) = b+1
(c) A = B = P(S), donde S es un conjunto. f (X) = X c , g(X) = X c , ∀X ∈ P(S)
(d) A = B = {1, 2, 3, 4} , f = {(1, 4), (2, 1), (3, 2), (4, 3)} y g = {(1, 2), (2, 3), (3, 4), (4, 1)}
Solución
Según hemos visto en 9.5.1, tendremos que probar, en cada uno de los casos, que
g ◦ f = iA y f ◦ g = iB
a+1
(a) A = B = Z, f (a) = , g(b) = 2b − 1
2
Sea a ∈ A, cualquiera. Entonces,
a+1 a+1
(g ◦ f )(a) = g [f (a)] = g =2 − 1 = a = iA (a)
2 2
Sea b ∈ B, cualquiera. Entonces,
2b − 1 + 1
(f ◦ g)(b) = f [g(b)] = f (2b − 1) = 2 − 1 = b = iB (b)
2
luego,
g ◦ f = iA y f ◦ g = iB
y, consecuentemente, g es la inversa de f .
√
(b) A = R+ 2
0 , B = {y : y ∈ R e y > −1} , f (a) = a − 1, g(b) = b+1
Para cada a ∈ A, se verifica:
p
(g ◦ f )(a) = g [f (a)] = g(a2 − 1) = a2 − 1 + 1 = a = iA (a)
y para cada b ∈ B,
√ √ 2
(f ◦ g)(b) = f [g(b)] = f b+1 = b + 1 − 1 = b = iB (b)
luego,
g ◦ f = iA y f ◦ g = iB
−1
yg=f .
(c) A = B = P(S), donde S es un conjunto. f (X) = X c , g(X) = X c , ∀X ∈ P(S)
Para cada X ∈ P(S), tenemos
c
(g ◦ f )(X) = g [f (X)] = g(X c ) = (X c ) = X = iP(S) (X)
c
(f ◦ g)(X) = f [g(X)] = f (X c ) = (X c ) = X = iP(S) (X)
luego, g = f −1 .
263
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(d) A = B = {1, 2, 3, 4} , f = {(1, 4), (2, 1), (3, 2), (4, 3)} y g = {(1, 2), (2, 3), (3, 4), (4, 1)}
luego g = f −1 .
264
Apuntes de Matemática Discreta
10. Divisibilidad. Algoritmo de la División
Divisibilidad. Algoritmo de la
División
Contenido
10.1 Algoritmo de la División . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
10.1.1 Existencia y Unicidad de Cociente y Resto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
10.1.2 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
10.2 Sistemas de Numeración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
10.2.1 Descomposición Polinómica de un Número . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
10.2.2 Representación Hexadecimal de un Octeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
10.2.3 Representación Binaria de un Hexadecimal de Cuatro Dı́gitos . . . . . . . . . . 277
10.3 El principio del Buen Orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
10.3.1 Conjunto Bien Ordenado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
10.4 Divisibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
10.4.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
10.4.2 Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280
10.5 Criterios de Divisibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
10.5.1 Criterio General de Divisibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
10.6 Máximo Común Divisor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
10.6.1 Divisor Común . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
10.6.2 Máximo Común Divisor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
10.6.3 Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291
10.6.4 Máximo Común Divisor de Varios Números . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
10.6.5 Existencia y Unicidad del m.c.d. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
10.6.6 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294
10.6.7 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294
10.6.8 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294
10.6.9 Más Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
10.7 Algoritmo de Euclides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
10.7.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300
10.7.2 Algoritmo de Euclides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300
10.8 Mı́nimo Común Múltiplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
10.8.1 Múltiplo Común . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
10.8.2 Mı́nimo Común Múltiplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
10.8.3 Mı́nimo Común Múltiplo de Varios Números . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
10.8.4 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
10.8.5 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308
265
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Dios hizo los enteros, el resto es obra del hombre... Todos los
resultados de la más profunda investigación matemática deben
ser expresables en la sencilla forma de las propiedades de los
enteros.
Leopold Kronecker (1823-1891)
Estableceremos en este apartado el algoritmo de la división de dos números, viendo que el cociente y el
resto de la división son únicos.
Si a y b son números enteros con b > 0, entonces existen dos enteros, q y r, únicos, tales que
a = bq + r, con 0 6 r < b. A los números a, b, q y r se les suele llamar, respectivamente, dividendo,
divisor, cociente y resto.
Demostración
Existencia de q y r.
Bastarı́a tomar q como un número entero tal que bq sea el mayor de los múltiplos de b menor o igual que
a, es decir tal que bq 6 a.
Una vez obtenido el cociente q, podemos calcular el resto r sin más que hacer
r = a − bq.
Por otra parte, si bq 6 a, entonces el siguiente múltiplo de q, b(q + 1), será estrictamente mayor que a,
es decir,
bq 6 a < b(q + 1).
Entonces,
bq 6 a < b(q + 1) =⇒ bq − bq 6 a − bq < b(q + 1) − bq
=⇒ 0 6 a − bq < b
=⇒ 0 6 r < b.
Ası́ pues, existen q y r, enteros tales que
a = bq + r, con 0 6 r < b.
Unicidad de q y r.
Supongamos que no son únicos, es decir, supongamos que existen r1 , r2 , q1 y q2 , enteros tales que verifican
el teorema, o sea,
a = bq1 + r1 : 0 6 r1 < b
a = bq2 + r2 : 0 6 r2 < b.
Entonces,
bq1 + r1 = bq2 + r2 =⇒ b(q1 − q2 ) = r2 − r1 =⇒ b |q1 − q2 | = |r2 − r1 |
y al ser
0 6 r1 , r 2 < b
será
0 6 |r2 − r1 | < b
266
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego, )
b |q1 − q2 | = |r2 − r1 |
=⇒ b |q1 − q2 | < b =⇒ b(1 − |q1 − q2 |) > 0
|r2 − r1 | < b
y al ser b > 0, tendremos que
1 − |q1 − q2 | > 0
de donde sigue que
0 6 |q1 − q2 | < 1
y como q1 y q2 son enteros, tendrá que ser
|q1 − q2 | = 0
por tanto,
q1 = q2
de donde se sigue también que
r1 = r2
10.1.2 Corolario
Si a y b son enteros, con b 6= 0, entonces existen dos enteros q y r, únicos, tales que a = bq + r, donde
0 6 r < |b|.
Demostración
Si b > 0, entonces se cumplen las hipótesis del teorema anterior, luego se verifica el corolario.
Si b < 0, entonces −b > 0 y aplicando el teorema anterior, existirán dos enteros q1 y r, únicos, tales que
de aquı́ que
a = b(−q1 ) + r, con 0 6 r < −b = |b|
tomando q = −q1 , tendremos que
a = bq + r, con 0 6 r < |b|
siendo q y r únicos, ya que q1 y r lo eran.
Ejemplo 10.1
1. Sean a = 9 y b = 2.
El mayor múltiplo de 2 menor o igual que 9 es 2 · 4, luego tomando q = 4 y r = 9 − 2 · 4 = 1,
tendremos que
9 = 2 · 4 + 1, con 0 6 1 < 2
2. Sean a = 2 y b = 5.
El mayor múltiplo de 5 menor o igual que 2 es 5 · 0, luego si q = 0 y r = 2 − 5 · 0 = 2, se sigue que
2 = 5 · 0 + 2, con 0 6 2 < 5
267
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
5. Sean a = 61 y b = −7.
El mayor múltiplo de −7 menor o igual que 61 es (−7)(−8), ası́ pues si tomamos q = −8 y
r = 61 − (−7)(−8) = 61 − 56 = 5, tendremos que
6. Sean a = 7 y b = −61.
El mayor múltiplo de −61 menor o igual que 7 es (−61) · 0, por tanto tomando q = 0 y r =
7 − (−61) · 0 = 7, resulta
Ejemplo 10.2 Demuéstrese que el cuadrado de cualquier número impar puede escribirse en la forma
(a) 4k + 1
(b) 8k + 1
Solución
(a) Por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto, pueden encontrarse dos números enteros
q y r, únicos, tales que
a = 2q + r, con 0 6 r < 2
es decir, a = 2q + r, con r = 0 ó r = 1. Pues bien,
268
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a2 = 4(q 2 + q) + 1, con q ∈ Z
o lo que es igual
a2 = 4q(q + 1) + 1, con q ∈ Z.
Pues bien, q(q + 1) es par ya que uno de los dos, q o q + 1 será par, luego q(q + 1) puede escribirse
en la forma 2k, con k entero. De aquı́ que
a2 = 4q(q + 1) + 1 = 4 · 2k = 8k + 1, con k ∈ Z.
Ejemplo 10.3 Demuéstrese que si un número entero es a la vez un cuadrado y un cubo, entonces
puede escribirse en la forma 7k ó 7k + 1.
Solución
Sea n cualquier número entero. Entonces, si ha de ser a la vez un cuadrado y un cubo, quiere decir que
pueden encontrarse a y b enteros, tales que
n = a2 = b3
Pues bien,
a = 7q1 + r1 =⇒ a2 = 49q12 + 14q1 r1 + r12 = 7(7q12 + 2q1 r1 ) + r12 = 7k1 + r12 , con k1 = 7q12 + 2q1 r1 ∈ Z
b = 7q2 + r2 =⇒ b3 = 7(49q 3 + 21q22 r2 + 21q22 r2 + 3q2 r22 ) + r23 = 7k2 + r23 , con k2 ∈ Z
Entonces,
a2 = b3 =⇒ 7k1 + r12 = 7k2 + r23 , con 0 6 r1 , r2 6 7
y, de nuevo por el teorema 10.1.1, k1 = k2 y r12 = r23 . En el siguiente cuadro tenemos las opciones que se
presentan.
r1 0 1 2 3 4 5 6
r12 0 1 4 9 16 25 36
r23 0 1 8 27 64 125 216
r2 0 1 2 3 4 5 6
Como puede observarse, las únicas opciones en las que coinciden es cuando r1 y r2 son los dos 0 ó los
dos 1. O sea,
a2 = b3 ⇐⇒ a2 y b3 son de la forma 7k ó 7k + 1
Por tanto,
n es cuadrado y cubo =⇒ n = 7k ó n = 7k + 1
269
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
(a) El cuadrado de n es
n = 3q + r =⇒ n2 = (3q + r)2 = 3(3q 2 + 2qr) + r2 = 3k1 + r2 , con k1 = 3q 2 + 2qr
Pues bien,
Para r = 0, n2 = 3k, con k = k1
Para r = 1, n2 = 3k + 1, con k = k1
Para r = 2, n2 = 3k1 + 4 = 3(k1 + 1) + 1 = 3k + 1, con k = k1 + 1
n(n + 1)(2n + 1)
Ejemplo 10.5 Probar que si n es un número entero, entonces también lo es.
6
Solución
En efecto, por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto, existirán q y r únicos tales que
n = 6q + r, con 0 6 r < 6
entonces,
p = n(n + 1)(2n + 1)
= 2n3 + 3n2 + n
= 2(6q + r)3 + 3(6q + r)2 + 6q + r
= 263 q 3 + 462 q 2 r + 46qr2 + 2r3 + 362 q 2 + 62 qr + 3r2 + 6q + r
= 6(72q 3 + 24q 2 r + 4qr2 + 18q 2 + 6qr + q) + 2r3 + 3r2 + r
= 6k + 2r3 + 3r2 + r, con k entero y 0 6 r < 6
Pues bien,
Para r = 0, p = 6k
Para r = 1, p = 6(k + 1)
Para r = 2, p = 6k + 30 = 6(k + 5)
Para r = 3, p = 6k + 84 = 6(k + 14)
Para r = 4, p = 6k + 180 = 6(k + 30)
Para r = 5, p = 6k + 330 = 6(k + 55)
270
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
n(n + 1)(2n + 1)
luego en cualquier caso n(n + 1)(2n + 1) es divisible por 6 y, por tanto, es un número
6
entero.
Consideremos, por ejemplo, el entero positivo 7345. Normalmente leemos “siete mil trescientos cuarenta
y cinco” y, dado que es lo habitual, entendemos que está escrito en el sistema decimal de numeración o
en “base 10”.
También sabemos que la última cifra, leyendo el número de derecha a izquierda, es la de las unidades,
la siguiente es la cifra de las decenas, la que sigue de las centenas, y ası́ sucesivamente. Observemos lo
siguiente:
7345 = 5 + 40 + 300 + 7000
y si escribimos los números de la derecha como potencias de diez, tendremos
y esto mismo puede hacerse con cualquier número entero positivo escrito en forma decimal, es decir si
tal número es ak ak−1 · · · a2 a1 a0 , entonces
k
X
ak ak−1 · · · a2 a1 a0 = a0 · 100 + a1 · 101 + a2 · 102 + · · · + ak−1 · 10k−1 + ak · 10k = ai 10i
i=0
y esta forma de escribir el número se conoce como “representación polinómica” del mismo tomando como
base el número 10.
Normalmente, se dice que a0 es una unidad de primer orden, a1 de segundo orden, a2 de tercero y, en
general, diremos que ak es una unidad de orden k + 1.
35 = 1 · 20 + 1 · 21 + 0 · 22 + 0 · 23 + 0 · 24 + 1 · 25 .
En tal caso tendrı́amos una “representación polinómica” del número 35 tomando como base el número
2.
Nada nos impide utilizar otro número como base para la representación polinómica del número 35. Por
ejemplo, si tomamos el 3, tendrı́amos
35 = 2 · 30 + 2 · 31 + 0 · 32 + 1 · 33
y si tomáramos el 8,
35 = 3 · 80 + 4 · 81
El siguiente teorema matiza y aclara estas ideas.
Dados dos números enteros positivos n y b (con b > 2) pueden encontrarse k enteros no negativos ak ,
únicos, tales que
X k
n= ai bi
i=0
271
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Demostración
n, q1 , q2 , q3 , q4 , . . .
tal que
n > q1 > q2 > q3 > q4 > · · ·
y que por el principio del buen orden, tiene un primer elemento qk tal que
qk = b · 0 + ak , con 0 6 ak < b
y ak ha de ser distinto de cero ya que de lo contrario qk serı́a cero, lo cual es imposible ya que es un
entero positivo.
Y siguiendo hasta qk ,
n = qk b + ak−1 bk−1 + · · · + a2 b2 + a1 b + a0
)
=⇒ n = ak bk + ak−1 bk−1 + · · · + a2 b2 + a1 b + a0
qk = ak
donde por 10.1.1, los coeficientes ak son únicos, 0 6 ai < b, i = 0, 1, . . . , k y, como ya hemos visto,
ak 6= 0.
Solución
272
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
En el ejemplo siguiente veremos como puede utilizarse el teorema 10.1.1 para hacer lo contrario, es decir
escribir la representación de números enteros en bases distintas de la decimal.
Solución
a0 = 5
y
763 = ak · 7k−1 + ak−1 · 7k−2 + ak−2 · 7k−3 + · · · + a2 · 7 + a1 .
Entonces,
y por 10.1.1,
763 = 7 · 109 + 0 (10.4)
y, de nuevo, por la unicidad del cociente y el resto, de (10.3) y (10.4), tendremos que
a1 = 0
y
109 = ak · 7k−2 + ak−1 · 7k−3 + · · · + a4 · 72 + a3 · 7 + a2 .
Repitiendo el proceso,
109 = 7 ak · 7k−3 + ak−1 · 7k−4 + · · · + a4 · 7 + a3 + a2
y
109 = 7 · 15 + 4
luego,
a2 = 4
y
15 = ak · 7k−3 + ak−1 · 7k−4 + · · · + a5 · 72 + a4 · 7 + a3 .
Repetimos de nuevo, y
15 = 7 ak · 7k−4 + ak−1 · 7k−5 + · · · + a5 · 7 + a4 + a3
y
15 = 7·2+1
273
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
a3 = 1
y
2 = ak · 7k−4 + ak−1 · 7k−5 + · · · + a6 · 72 + a5 · 7 + a4 .
luego,
a4 = 2
y
0 = ak · 7k−5 + ak−1 · 7k−6 + · · · + a6 · 7 + a5 .
5346 = 2 · 74 + 1 · 73 + 4 · 72 + 0 · 7 + 5 = 21405(7 .
5346 7
44 763 7
26 06 109 7
5 63 39 15 7
0 4 1 2
5346 = 21405(7
Nota 10.1 El sistema de numeración en base 2 o sistema binario es de vital importancia en la in-
formática. Los únicos dı́gitos que pueden utilizarse son los bits 0 y 1.
Con los dı́gitos 0 y 1, el número de números de cuatro cifras que pueden construirse es
V R2,4 = 24 = 16
luego utilizando cuatro posiciones, con los bits 0 y 1 podemos representar 16 números enteros. La
representación binaria de los dieciséis primeros números enteros es
274
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
0 0000
1 0001
2 0010
3 0011
4 0100
5 0101
6 0110
7 0111
8 1000
9 1001
10 1010
11 1011
12 1100
13 1101
14 1110
15 1111
Los ordenadores utilizan, normalmente, grupos de ocho dı́gitos (octetos o bytes) para almacenar infor-
mación. Obsérvese que el número de octetos que pueden construirse con los dı́gitos 0 y 1 es
V R2,8 = 28 = 256
lo cual equivale a decir que puede almacenarse cualquier número entero entre 0 y 255 en formato binario.
275
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Para escribir un octeto (número de ocho bits en binario) en forma hexadecimal, podemos escribirlo en
base diez y, posteriormente, hallar su representación hexadecimal. Veremos un método para obtenerla
directamente.
Según hemos visto, con los dı́gitos 0 y 1, podemos escribir un total de 256 octetos. La primera cuestión
es saber cuantos dı́gitos hexadecimales tiene un octeto. En efecto, si x es dicho número, y a cada octeto
le corresponde un número en hexadecimal y, dado que pueden escribirse un total de V R16,x números
hexadecimales con x dı́gitos, tendremos que
V R16,x = V R2,8
de aquı́ que
16x = 28 =⇒ 24x = 28 =⇒ 4x = 8 =⇒ x = 2
luego a cada octeto le corresponde un número hexadecimal de dos cifras.
N = a7 a6 a5 a4 a3 a2 a1 a0(2
y
N = b1 b0(16
N = a0 + a1 · 2 + a2 · 22 + a3 · 23 + a4 · 24 + a5 · 25 + a6 · 26 + a7 · 27
y
N = b0 + b1 · 16
es decir,
N = a0 + a1 · 2 + a2 · 22 + a3 · 23 + 16(a4 + a5 · 2 + a6 · 22 + a7 · 23 )
y
N = b0 + b1 · 16
y como el cociente y el resto de dividir N entre 16 son únicos (10.1.1),
b0 = a0 + a1 · 2 + a2 · 22 + a3 · 23
y
b1 = a4 + a5 · 2 + a6 · 22 + a7 · 23
es decir,
b0(16 = a3 a2 a1 a0(2
y
b1(16 = a7 a6 a5 a4(2
Ası́ pues, para convertir un entero binario de ocho bits a base 16, basta descomponerlo en dos bloques
de cuatro bits y representar cada uno de ellos en hexadecimal.
Solución
276
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
0111 1100
7 C
luego
01111100(2 = 7C(16
Veamos ahora como puede escribirse directamente en binario un número hexadecimal de cuatro dı́gitos.
El número de representaciones hexadecimales con cuatro dı́gitos será V R16,4 . Si, al igual que en el
apartado anterior, a cada uno de ellos le hacemos corresponder su representación en binario y x es el
número de bits que tiene dicha representación, tendremos que
V R2,x = V R16,4
de aquı́ que
2x = 164 =⇒ 2x = 216 =⇒ x = 16
es decir cada número de cuatro dı́gitos hexadecimales puede representarse por 16 dı́gitos binarios (dos
octetos).
N = a3 a2 a1 a0(16
y
N = b15 b14 b13 b12 b11 b10 b9 b8 b7 b6 b5 b4 b3 b2 b1 b0(2
sus representaciones en hexadecimal con cuatro dı́gitos y en binario con 16 bits, respectivamente. En-
tonces,
N = a0 + a1 · 16 + a2 · 162 + a3 · 163
y
N = b0 + b1 · 2 + b2 · 22 + b3 · 23 + b4 · 24 + b5 · 25 + b6 · 26 + b7 · 27 + b8 · 28 + b9 · 29 + b10 · 210
+ b11 · 211 + b12 · 212 + b13 · 213 + b14 · 214 + b15 · 215
o sea,
N = a0 + a1 · 16 + a2 · 162 + a3 · 163
y
N = b0 + b1 · 2 + b2 · 22 + b3 · 23
+ 16 b4 + b5 · 2 + b6 · 22 + b7 · 23
+ 162 b8 + b9 · 2 + b10 · 22 + b11 · 23
+ 163 b12 + b13 · 2 + b14 · 22 + b15 · 23
y como la descomposición polinómica de un número en una base dada es única,
a0 = b0 + b1 · 2 + b2 · 22 + b3 · 23
a1 = b4 + b5 · 2 + b6 · 22 + b7 · 23
a2 = b8 + b9 · 2 + b10 · 22 + b11 · 23
a3 = b12 + b13 · 2 + b14 · 22 + b15 · 23
277
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
es decir,
a0(16 = b3 b1 b2 b0(2
a1(16 = b7 b6 b5 b4(2
a2(16 = b11 b10 b9 b8(2
a3(16 = b15 b14 b13 b12(2
Ası́ pues, para convertir un número hexadecimal de cuatro dı́gitos a binario, basta obtener la repre-
sentación binaria con cuatro dı́gitos de cada uno de los sı́mbolos hexadecimales.
Solución
Según la tabla,
A 8 B 3
1010 1000 1011 0011
luego
A8B3(16 = 1010100010110011(2
R ⊆ A × A : R es de orden
Un conjunto se dice que está bien ordenado por una relación de orden, cuando ésta es total y además,
todo subconjunto suyo no vacı́o tiene primer elemento.
Ejemplo 10.10
1. Sea Z el conjunto de los números enteros y R la relación “menor o igual”. Pues bien, sabemos
que R es una relación de orden total, sin embargo Z carece de primer elemento, luego no está bien
ordenado.
3. Sea Z+ . Si consideramos la misma relación que en los ejemplos anteriores, Z+ está totalmente
ordenado y además toda parte no vacı́a de Z+ tiene elemento mı́nimo o primer elemento, luego Z+
está bien ordenado con la relación supuesta.
278
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
10.4 Divisibilidad
Aunque el conjunto de los números enteros Z no es cerrado para la división, hay muchos casos en los que
un número entero divide a otro. Por ejemplo 2 divide a 12 y 3 divide a −27. La división es exacta y no
existe resto. Ası́ pues, el que 2 divida a 12 implica la existencia de un cociente, 6, tal que 12 = 2 · 6.
10.4.1 Definición
Sean a y b dos números enteros tales que a 6= 0. Diremos que a divide a b si existe un número entero
q tal que b = a · q. Suele notarse a|b, es decir,
a|b ⇐⇒ ∃q ∈ Z : b = aq
Nota 10.2 Obsérvese que si negamos ambos miembros de la equivalencia anterior, en virtud de la
equivalencia lógica entre una proposición y su contrarrecı́proca, tendremos
a|/b ⇐⇒ b 6= a · q; ∀q ∈ Z
Ejemplo 10.11
Nota 10.3 Aunque nuestro objetivo no es el estudio de la estructura algebraica de los números enteros,
es importante recordar que la suma y el producto de números enteros son operaciones asociativas y
conmutativas, que {Z, +} es grupo abeliano y que se satisface la propiedad distributiva del producto
respecto de la suma, por lo que {Z, +, ·} es un anillo conmutativo con elemento unidad (el 1) y sin
divisores de cero.
279
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
10.4.2 Propiedades
Demostración
luego,
b = ap
a = bq =⇒ a = b
p=q=1
∨ =⇒ a = ±b
b = ap
a = bq =⇒ a = −b
p = q = −1
(iii) a |b y b |c =⇒ a |c .
En efecto,
a |b ⇐⇒ ∃p ∈ Z : b = ap
∧ =⇒ c = apq
b |c ⇐⇒ ∃q ∈ Z : c = bq
con pq ∈ Z, luego
a |c
280
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
siendo ps + qt ∈ Z, luego
a |pb + qc
Ejemplo 10.12 Probar que si a divide a dos enteros cualesquiera, entonces divide a su suma y a su
diferencia.
Solución
En efecto,
a |b
y =⇒ a|pb + qc, ∀p, q ∈ Z {10.4.2(iv)}
a |c
a|b + c {Tomando p = q = 1}
=⇒ y
a|b − c {Tomando p = 1 y q = −1}
Solución
luego
ac |bd
bc = acq =⇒ (b − aq)c = 0
b − aq = 0 ⇐⇒ b = aq, con q ∈ Z
es decir,
a |b
“Si.” En efecto, si a |b , como c |c , por el apartado (a) se sigue que ac |bc .
Ejemplo 10.14 Sean a y b dos números enteros positivos. Probar que si b |a y b |(a + 2) , entonces
b = 1 ó b = 2.
Solución
281
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 10.15 Pruébese que si a y b son números enteros positivos e impares, entonces 2 divide a
a2 + b2 pero 4 no divide a a2 + b2 .
Solución
a ∈ Z+
)
=⇒ a = 2p − 1, con p ∈ Z+
a impar
b ∈ Z+
)
=⇒ b = 2q − 1, con q ∈ Z+
b impar
Entonces,
2 a2 + b2
Veamos ahora que 4|/a2 + b2 . En efecto, supongamos que lo contrario es cierto, es decir,
4 a2 + b2
Pues bien,
4 4(p2 − p + q 2 − q)
es decir,
4 a2 + b2 − 2
Ası́ pues,
4 a2 + b2
=⇒ 4 (a2 + b2 ) − (a2 + b2 ) − 2 =⇒ 4 |2
y
4 (a2 + b2 ) − 2
4|/a2 + b2
Ejemplo 10.16 Demostrar que la diferencia de los cubos de dos números consecutivos no puede ser
múltiplo de 3.
Solución
Luego por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto se sigue que el resto de dividir (p+1)3 −p3
entre 3 es 1, luego
(p + 1)3 − p3 6= 3k, ∀k ∈ Z
282
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
es decir,
3|/(p + 1)3 − p3
o sea no es múltiplo de 3.
Ejemplo 10.17 Demostrar que para cualquier número natural n se verifica que 6 n3 + 5n .
Solución
Sean p(1), p(2), . . ., predicados con el conjunto Z+ de los números enteros positivos como universo del
discurso.
“Si p(1) es verdad y de la veracidad de p(k) se deduce la veracidad de p(k + 1), entonces la proposición
p(n) es cierta para cualquier natural n.”
Paso básico. Veamos que p(n) es verdad para n = 1, es decir que 6 13 + 5 · 1 , lo cual, es evidente.
Paso inductivo. Veamos que ∀k, [p(k) =⇒ p(k + 1)]. En efecto, supongamos que p(n) es cierta para
n = k, es decir,
6 k 3 + 5k
(10.5)
Probemos que p(n) es cierta para n = k + 1. En efecto,
Pues bien,
)
k impar =⇒ k + 1 es par =⇒ k(k + 1) es par
=⇒ 2 |k(k + 1) , para cualquier k ∈ Z+
k par =⇒ k + 1 es impar =⇒ k(k + 1) es par
6 n3 + 5n , ∀n ∈ Z+
Ejemplo 10.18 Probar que para cada n > 0, el número 42n+1 + 3n+2 es múltiplo de 13.
Solución
283
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Paso inductivo. Supongamos que es cierto para n = k, es decir 42k+1 + 3k+2 es múltiplo de 13.
Veamos que es cierto para n = k + 1. En efecto,
42(k+1)+1 + 3(k+1)+2 = 4(2k+1)+2 + 3(k+2)+1
= 42k+1 · 42 + 3k+2 · 3
= 42k+1 · 42 + 3k+2 · 3 + 42 · 3k+2 − 42 · 3k+2
= 42 42k+1 + 3k+2 + 3k+2 (3 − 16)
= 42 42k+1 + 3k+2 + 3k+2 (−13)
Pues bien, utilizando la hipótesis de inducción (paso inductivo), tendremos
)
13 42k+1 + 3k+2 =⇒ 13 42 42k+1 + 3k+2
k+2 =⇒ 13 42 42k+1 + 3k+2 + 3k+2 (−13)
13 |−13 =⇒ 13 3 (−13)
=⇒ 13 42(k+1)+1 + 3(k+1)+2
luego la proposición es cierta para n = k + 1. El primer principio de inducción matemática asegura, por
tanto, que
42n+1 + 3n+2
es múltiplo de 13.
Ejemplo 10.19 Si n ∈ Z+ y n es impar, pruébese que 8 n2 − 1 .
Solución
y veamos si lo es para n = k + 2.
En efecto,
(k + 2)2 − 1 = k 2 + 4k + 4 − 1 = k 2 − 1 + 4(k + 1)
pero k es impar, luego k + 1 es par y por tanto, existirá q ∈ Z tal que k + 1 = 2q de donde
4(k + 1) = 8q, es decir, 4(k + 1) es un múltiplo de 8, y
(k + 2)2 − 1 = k 2 − 1 + 8q
Pues bien, por la hipótesis de inducción
8 k 2 − 1
y
8 |8q
por tanto,
8 k 2 − 1 + 8q
luego,
8 (k + 2)2 − 1
284
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 10.20 Demostrar que un número entero positivo es divisible por 2 si, y sólo si lo es su última
cifra.
Solución
=⇒ 2 |n − a0 .
“Sólo si”. En efecto, supongamos que n es divisible por 2. Entonces,
)
2 |n
=⇒ 2 |n − (n − a0 ) =⇒ 2 |a0
2 |n − a0
“Si”. En efecto, supongamos ahora que la última cifra de n es divisible por 2, es decir 2 |a0 . Entonces
)
2 |a0
=⇒ 2 |a0 + n − a0 =⇒ 2 |n
2 |n − a0
Ası́ pues,
un número entero positivo es divisible por 2 si, y sólo si su última cifra es 2 o múltiplo de 2.
Demostración
285
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
de aquı́ que
p ai 10i − ri , i = 0, 1, 2, . . . , k
y, por lo tanto,
Xk
ai 10i − ri
p
i=0
de aquı́ que k !
X k
X
i
p ai 10 − ai ri
i=0 i=0
es decir, !
k
X
p n − ai ri
i=0
“Sólo si”. En efecto, si p |n , entonces,
p |n
!
y
k
X Xk
=⇒ p n − n− ai ri =⇒ p ai ri
k
!
X i=0 i=0
p n− ai ri
i=0
k
X
“Si”. En efecto, si p ai ri , entonces,
i=0
k
X
p ai ri
i=0
k k
!
X X
y =⇒ p ai ri + n − ai ri =⇒ p |n
! i=0 i=0
k
X
p n− ai ri
i=0
Ejemplo 10.21 Demostrar que un número entero positivo es divisible por 2 si, y sólo si lo es su última
cifra.
Solución
286
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
de aquı́ que
k
X
ai ri = a0
i=1
Ejemplo 10.22 Obtener una condición necesaria y suficiente para que un número entero positivo sea
divisible por 3.
Solución
su representación decimal y sean ri los restos de dividir 10i entre 3 para i = 0, 1, 2, . . . , k. Por 10.1.1,
existirá un entero positivo q tal que
10 = 3q + 1
luego,
i
10i = (3q + 1)
y desarrollando por el teorema del binomio, (??),
i
10i = (3q + 1)
i
X i k
= (3q)
k
k=0
i
X i
= 1+ 3k q k
k
k=1
" i #
X i
= 1+3 3k−1 q k
k
k=1
( i )
X i k−1 k
Tomando qi = 3 q
k
k=1
= 3qi + 1, qi ∈ Z
es decir, los restos, ri , de dividir 10i entre 3 para i = 0, 1, 2, . . . , k son siempre iguales a 1, luego
k
X k
X
ai ri = ai
i=1 i=1
de aquı́ que por el criterio general de divisibilidad, (10.5.1), n es divisible por 3 si, y sólo si lo es la suma
de sus cifras, o lo que es igual
Una condición necesaria y suficiente para que un entero positivo sea divisible por 3 es que la
suma de sus cifras sea múltiplo de 3.
287
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
su representación decimal y sean ri los restos de dividir 10i entre 4 para i = 0, 1, 2, . . . , k. Entonces,
r0 = 1 y r1 = 2, y si tenemos en cuenta que
tendremos que
4 10i−2 · 102 , i = 2, 3, . . . , k
es decir,
4 10i , i = 2, 3, . . . , k
luego,
ri = 0, i = 2, 3, . . . , k
de aquı́ que
k
X
ai ri = a0 + 2a1
i=0
es decir,
“n es divisible por 4 si, y sólo si lo es la suma de la cifra de las unidades más dos veces la
cifra de las decenas”.
Solución
su representación decimal y sean ri los restos de dividir 10i entre 5 para i = 0, 1, 2, . . . , k. Entonces,
r0 = 1
y
ri = 0, i = 1, 2, . . . , k
de aquı́ que
k
X
ai ri = a0
i=1
288
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
tendremos que
8 10i−3 103 , i = 3, 4, . . . , k
o sea,
8 10i , i = 3, 4, . . . , k
de aquı́ que
ri = 0, i = 3, 4, . . . , k
y, consecuentemente,
k
X
ai ri = a0 + 2a1 + 4a2 .
i=0
“n es divisible por 8 si, y sólo lo es la suma de las cifras de sus unidades más dos veces la
cifra de sus decenas más cuatro veces la cifra de sus centenas”
Siguiendo con la operación de división que desarrollamos anteriormente, centraremos ahora nuestra
atención en los divisores comunes de un par de números enteros.
Dados dos números enteros a y b, diremos que el entero d 6= 0, es un divisor común de ambos, si
divide a “a” y divide a “b”, es decir,
d 6= 0, es divisor común de a y b ⇐⇒ d |a y d |b
Obsérvese que es lo mismo que decir que a y b son divisibles por d o que a y b son múltiplos de d.
Ejemplo 10.26
289
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Sean a y b dos números enteros. Diremos que d es el máximo común divisor de a y b, si d es el máximo
del conjunto de los divisores positivos comunes a ambos, ordenado por la relación de divisibilidad. Lo
notaremos m.c.d. (a, b).
1. d |a y d |b
d = m.c.d. (a, b) ⇐⇒ y
2. d = máx(D)
1. d |a y d |b
⇐⇒ y
2. ∀c, c ∈ D =⇒ c|d
1. d |a y d |b
⇐⇒ y
2. c|a y c|b =⇒ c|d
Solución
Aplicaremos directamente la definición. Los conjuntos de divisores positivos de 180 y 144 son:
D180 = {1, 2, 4, 3, 6, 12, 9, 18, 36, 5, 10, 20, 15, 30, 60, 45, 90, 180}
y
D144 = {1, 2, 4, 8, 16, 3, 6, 12, 24, 48, 9, 18, 36, 72, 144} .
El siguiente diagrama de Hasse representa la ordenación de este conjunto por la relación de divisibilidad,
290
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
36
•
12 • • 18
6
4 • • • 9
2 • • 3
•
1
m.c.d.(144, 180) = 36
10.6.3 Propiedades
Demostración
m.c.d. (a, 0) = a
es decir,
m.c.d. (a, 0) = |a|
291
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Obsérvese que si a y b son enteros positivos, esto es lo mismo que decir que
m.c.d. (−a, b) = m.c.d. (a, −b) = m.c.d. (−a, −b) = m.c.d. (a, b) .
1. Dados dos números enteros a y b, ¿existe siempre su máximo común divisor? Caso de que la
respuesta sea afirmativa, ¿cómo se halları́a dicho número?
2. ¿Cuántos máximo común divisor pueden tener un par de números enteros?
El siguiente teorema responde a ambas preguntas demostrando la existencia y unicidad del máximo
común divisor de dos números enteros.
Dados dos números enteros a y b distintos de cero, existe un único d, que es el máximo común divisor
de ambos.
Demostración
Supondremos que a y b son de Z+ ya que según hemos visto en 10.6.3 (ii), si uno de los dos o ambos
fuera negativo el máximo común divisor serı́a el mismo.
Existencia. Sea C el conjunto de todas las combinaciones lineales positivas con coeficientes enteros que
puedan formarse con a y b, es decir,
C = ma + nb ∈ Z+ : m, n ∈ Z
292
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a=1·a+0·b
y, al menos, a estarı́a en C.
Ası́ pues, C es un subconjunto no vacı́o de Z+ . Aplicamos el principio de buena ordenación (10.3) y C
ha de tener primer elemento o elemento mı́nimo y que llamaremos d.
Veamos que d es el máximo común divisor de a y b. En efecto,
Pues bien,
1. d es un divisor común de a y b.
Supongamos lo contrario, es decir d no es divisor de a ó d no es divisor de b. Entonces, si d no
divide a a, por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto (10.1.1), podremos encontrar
dos enteros q y r tales que
a = dq + r, con 0 < r < d
de aquı́ que
r = a − dq =⇒ r = a − (sa + tb)q =⇒ r = (1 − sq)a + (−tq)b > 0
r∈C yr<d
c |sa + tb
luego
c |d
Unicidad. En efecto, supongamos que hubiese dos máximo común divisor de a y b, digamos d1 y d2 .
Entonces,
)
d1 = m.c.d. (a, b)
=⇒ d2 |d1
d2 es divisor común de a y b
10.4.2(ii)
) =⇒ d1 = d2
d2 = m.c.d. (a, b)
=⇒ d1 |d2
d1 es divisor común de a y b
293
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
10.6.6 Corolario
Si d es el máximo común divisor de a y b, entonces d es el menor entero positivo que puede escribirse
como combinación lineal de a y b con coeficientes enteros.
Demostración
Nota 10.5 ¿Será cierto el recı́proco?. Es decir, si d > 0 puede escribirse como combinación lineal con
coeficientes enteros de dos números dados a y b, ¿será d = m.c.d.(a, b)?
6 = 2 · 27 + (−8) · 6
y, sin embargo,
m.c.d. (27, 6) = 3 6= 6.
En la proposición siguiente veremos que si añadimos la hipótesis de que d sea un divisor común de a y
de b, entonces si se verifica el recı́proco.
10.6.7 Proposición
Si d es el menor entero positivo que puede escribirse como combinación lineal con coeficientes enteros
de dos enteros dados a y b y es divisor común de ambos, entonces d es el máximo común divisor de a
y de b.
Demostración
Veamos ahora como un corolario a la proposición anterior que en el caso de que el máximo común divisor
de a y b sea 1, se verifica el recı́proco sin necesidad de añadirle ninguna hipótesis al número d.
10.6.8 Corolario
Si a y b son dos enteros distintos de cero, entonces m.c.d. (a, b) = 1 si, y sólo si existen dos números
enteros p y q tales que pa + qb = 1.
294
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
“Sólo si.” Si m.c.d. (a, b) = 1, entonces por el corolario 10.6.6, pueden encontrarse dos números enteros
p y q tales que pa + qb = 1.
“Si.” Sean p y q dos números enteros tales que pa + qb = 1. Como 1 es divisor de cualquier número
entero, 1|a y 1|b. Aplicamos la proposición anterior y m.c.d. (a, b) = 1.
Ejemplo 10.28 Demuéstrese que si m.c.d. (a, b) = 1 y m.c.d. (a, c) = 1, entonces m.c.d. (a, bc) = 1.
Solución
(pa + qb)(ra + sc) = 1 ⇐⇒ a(pra + psc + qrb) + (qs)bc = 1, con pra + psc + qrb y bc enteros
Demostración
a b
(i) Si m.c.d. (a, b) = d, entonces m.c.d. , =1
d d
En efecto,
d = m.c.d.(a, b) =⇒ ∃p, q ∈ Z : pa + qb = d {Corolario 10.6.6}
a b
=⇒ ∃p, q ∈ Z : p + q = 1
d d
a b
⇐⇒ m.c.d. , =1 {Corolario 10.6.8}
d d
295
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
1. kd es divisor de ka y kb.
En efecto,
d |a =⇒ kd |ka
d = m.c.d. (a, b) =⇒ y
d |b =⇒ kd |kb
Luego,
m.c.d. (ka, kb) = kd = km.c.d. (a, b)
Solución
también
d |a + b
∧ =⇒ d |(a + b) − (a − b) =⇒ d |2b
d |a − b
d = 1 ó d = 2
o sea,
m.c.d. (a + b, a − b) = 1 ó 2
a b
Ejemplo 10.30 Demuéstrese que d = m.c.d. (a, b) si, y sólo si d |a , d |b y m.c.d. , = 1.
d d
Solución
“Sólo si”. Esta demostración la hicimos en (i) de 10.6.9. Ahora la haremos utilizando (ii) de dicha
proposición.
a b
Si d = m.c.d. (a, b), es obvio que d |a y d |b , entonces y son números enteros. Escribimos,
d d
a b
a=d· y b=d·
d d
296
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
a b
m.c.d. (a, b) = d =⇒ m.c.d. d · , d · =d
d d
a b
=⇒ d · m.c.d. , =d
d d
a b
=⇒ m.c.d. , =1
d d
Veamos ahora que la hipótesis de que d |a y d |b , permite probar el recı́proco también.
a b
“Si”. En efecto, como d |a y d |b , al igual que antes, se sigue que y son números enteros, por tanto,
d d
a b
m.c.d. (a, b) = m.c.d. d · , d ·
d d
a b
= d · m.c.d. ,
d d
= d·1
= d
33
Ejemplo 10.31 Hallar dos números cuyo cociente es igual a y su máximo común divisor 90.
21
Solución
y, por lo tanto,
33
a= 630 = 990
21
Ejemplo 10.32 Los lados de un rectángulo vienen dados por números enteros positivos. ¿Cuál será
la longitud de dichos lados para que el perı́metro y la superficie se expresen con el mismo número?
297
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Sean x e y los lados del rectángulo, entonces el perı́metro y la superficie del mismo son, respectivamente,
2x + 2y y xy, luego para que se cumpla la condición del enunciado, ha de ser
2x + 2y = xy
Pues bien,
2x + 2y = xy =⇒ 2x − xy = −2y
=⇒ x(2 − y) = −2y
2y
=⇒ x =
y−2
2y − 4 + 4
=⇒ x =
y−2
4
=⇒ x = 2 +
y−2
pero x ∈ Z+ , luego también ha de ser
4
∈ Z+
y−2
o sea, y − 2 ha de ser divisor de 4, por tanto,
y − 2 = 1 =⇒ y = 3
ó
y − 2 = 2 =⇒ y = 4
ó
y − 2 = 4 =⇒ y = 6
Consecuentemente, las soluciones serán
4
y = 3, x = 2 + =6
3−2
4
y = 4, x = 2 + =4
4−2
4
y = 6, x = 2 + =3
6−2
Ejemplo 10.33 Se han plantado árboles igualmente espaciados en el contorno de un campo triangular
cuyos lados miden 144m., 180m. y 240m. respectivamente. Sabiendo que hay un árbol en cada vértice y
que la distancia entre dos árboles consecutivos está comprendida entre 5 y 10 metros. Calcular el número
de árboles plantados.
Solución
Sea d la distancia entre dos árboles consecutivos. Entonces d de ser un divisor de 144, 180 y 240 luego
ha de ser divisor de su máximo común divisor.
Pues bien, calculemos el máximo común divisor de 144, 180 y 240. Los conjuntos de divisores positivos
de los tres números son:
D144 = {1, 2, 4, 8, 16, 3, 6, 12, 24, 48, 9, 18, 36, 72, 144}
y
D180 = {1, 2, 4, 3, 6, 12, 9, 18, 36, 5, 10, 20, 15, 30, 60, 45, 90, 180}
y
D240 = {1, 2, 4, 8, 16, 3, 6, 12, 24, 48, 5, 10, 20, 40, 80, 15, 30, 60, 120, 240}
298
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por lo tanto, el conjunto de los divisores comunes a los tres números será
D144 ∩ D180 ∩ D240 = {1, 2, 4, 3, 6, 12}
y un diagrama de Hasse que represente la ordenación de este conjunto por la relación de divisibilidad es:
12 •
6
4 • •
2 • • 3
•
1
Desarrollaremos un método para calcular el máximo común divisor de dos números conocido como el
Algoritmo de Euclides 1 . Este método es más sencillo que el de calcular todos los divisores de ambos
números cuando se trata de calcular el máximo común divisor de dos números y éstos son muy grandes.
escuela más célebre de la antigüedad. Es sobre todo conocido por sus Elementos, que continúan siendo considerados como
el libro de geometrı́a por excelencia. En el principio de esta obra, importante por su gran claridad y rigor, hay la definición
de las “nociones comunes”, a las que Euclides recurre casi constantemente en las páginas que siguen, y entre las cuales
figura su famoso postulado. A continuación va desarrollando, en un orden lógico, los diversos teoremas. El conjunto consta
de trece libros, a los que suele unirse otros dos atribuidos a Hipsicles, matemático de Alejandrı́a que vivió probablemente
en el siglo II antes de Cristo. Los cuatro primeros libros tratan de la geometrı́a del plano y estudian las razones y las
proporciones. La teorı́a de los números enteros es el objeto de los libros VII, VIII y IX. El libro X, más largo, y considerado
también como el más perfecto de todos, está consagrado al estudio de los irracionales algebraicos más simples. La última
parte trata de la geometrı́a del espacio. Los Cálculos, especie de complemento de los Elementos, tienen una forma más
analı́tica. Una obra perdida, la de los Lugares de la superficie, debı́a tener por objeto el estudio de las secciones planas de
las superficies de revolución de segundo grado. Los textos de Proclo y de Papo nos han transmitido los Porismas sobre
los cuales se ha discutido mucho, pero que, según Chasles, contienen en germen las tres teorı́as modernas de la razón
anarmónica, de las divisiones homográficas y de la involución. En fin, en su Optica, Euclides procede como en geometrı́a,
poniendo en cabeza algunas proposiciones fundamentales, la más importante de las cuales admite la propagación de los
rayos luminosos en lı́nea recta.
299
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
10.7.1 Teorema
El máximo común divisor del dividendo y del divisor de una división es el mismo que el máximo común
divisor del divisor y el resto.
Demostración
Sean a y b dos números enteros cualesquiera con b 6= 0. Por el teorema de existencia y unicidad de
cociente y resto, existirán dos números enteros, únicos, q y r tales que
a = bq + r : 0 6 r < b
En efecto, sea d = m.c.d. (a, b). Entonces, d es un divisor común a a y a b, luego por (iv) de 10.4.2,
d |a + (−q)b
es decir,
d |r .
Por lo tanto,
d |b y d |r . (10.7)
Veamos ahora que es el máximo de los divisores comunes de b y r. En efecto, si c es otro divisor común
a b y r, nuevamente por (iv) de 10.4.2,
c |bq + r
es decir,
c |a
luego,
c |a y c |b
y, consecuentemente, ha de dividir al máximo común divisor de a y b, es decir,
c |d . (10.8)
El teorema anterior es el fundamento del algoritmo de Euclides, proceso de divisiones sucesivas que
permite calcular el máximo común divisor de dos números.
Demostración
Sean a y b dos números enteros que supondremos mayores que cero y tales que a 6= b.
300
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
a = bq1 + r1 : 0 6 r1 < b
− Si r1 = 0, entonces,
m.c.d.(a, b) = m.c.d.(b, r1 ) = m.c.d.(b, 0) = b
y el proceso para obtener el máximo común divisor termina.
− Si r1 6= 0, entonces aplicando de nuevo 10.1.1, obtenemos q2 y r2 tales que
b = r1 q2 + r2 : 0 6 r2 < r1
y, consecuentemente,
terminando el proceso.
− Si r2 6= 0, entonces el teorema 10.1.1 permite, de nuevo, obtener q3 y r3 tales que
r1 = r2 q3 + r3 : 0 6 r3 < r2
por lo tanto,
y el proceso acaba.
− Si r3 6= 0, entonces ¿qué harı́as?
y todos y cada uno de los números r1 , r2 , . . . . . . , rk son mayores que cero, luego el conjunto de todos ellos
no puede tener infinitos elementos.
En algún momento y después de un número finito de pasos, aparecerá un resto igual a cero. Supongamos
que dicho resto es rn+1 , entonces aplicando sucesivamente el teorema previo, tendremos
m.c.d. (a, b) = m.c.d. (b, r1 ) = m.c.d. (r1 , r2 ) = · · · · · · = m.c.d. (rn−1 , rn ) = m.c.d. (rn , rn+1 )
301
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
y, por tanto,
m.c.d. (a, b) = rn
q1 q2 q3 ········· qn qn+1
a b r1 r2 ········· rn−1 rn = m.c.d. (a, b)
r1 r2 r3 ········· rn rn+1 = 0
Ejemplo 10.34 Hallar el máximo común divisor de 1369 y 2597 y expresarlo como una combinación
lineal con coeficientes enteros de ellos.
Solución
1 1 8 1 2 2 3 1 1 2
2597 1369 1228 141 100 41 18 5 3 2 1
1228 141 100 41 18 5 3 2 1 0
luego,
Para hallar los coeficientes de la combinación lineal pedida, haremos las mismas “cuentas” pero hacia
302
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
atrás.
)
1=3−2·1
=⇒ 1 = 3 − (5 − 3 · 1)1
2=5−3·1
= (−1) · 5 + 2 · 3
)
1 = (−1) · 5 + 4 · 3
=⇒ 1 = (−1)5 + 4(18 − 5 · 3)
3 = 18 − 5 · 3
= 4 · 18 + (−5) · 5
)
1 = 4 · 18 + (−5) · 5
=⇒ 1 = 4 · 18 + (−5)(41 − 18 · 2)
5 = 41 − 18 · 2
= (−5) · 41 + 14 · 48
)
1 = (−5) · 41 + 14 · 18
=⇒ 1 = (−5) · 41 + 4(100 − 41 · 2)
18 = 100 − 41 · 2
= 14 · 100 − 13 · 41
)
1 = 14 · 100 − 13 · 41
=⇒ 1 = 16 · 100 − 39(141 − 1 · 100)
41 = 141 − 1 · 100
= (−39) · 141 + 55 · 100
)
1 = (−39) · 141 + 55 · 100
=⇒ 1 = (−39) · 141 + 55(1228 − 8 · 141)
100 = 1228 − 8 · 141
= 55 · 1228 − 479 · 141
)
1 = 55 · 1228 − 479 · 141
=⇒ 1 = 55 · 1228 − 479(1369 − 1 · 1228)
141 = 1369 − 1 · 1228
= (−479)1369 + 534 · 1228
)
1 = (−479) · 1369 + 534 · 1228
=⇒ 1 = (−479) · 1369 + 534(2597 − 1 · 1369)
1228 = 2597 − 1 · 1369
= 534 · 2597 + (−1013) · 1369
303
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 10.35 Calcular el máximo común divisor de 231 y 1820. Expresar dicho número como una
combinación lineal con coeficientes enteros de ellos dos.
Solución
7 1 7 4
1820 231 203 28 7
203 28 7 0
Por tanto,
m.c.d. (1820, 231) = 7
Calculamos los coeficientes de la combinación lineal siguiendo el proceso inverso.
)
7 = 203 − 28 · 7
=⇒ 7 = 203 − (231 − 203 · 1)7 = (−7)231 + 8 · 203
28 = 231 − 203 · 1
)
7 = (−7) · 231 + 8 · 203
=⇒ 7 = (−7) · 231 + 8 (1820 − 231 · 7) = 8 · 1820 + (−63) · 231
203 = 1820 − 231 · 7
es decir, la combinación lineal pedida es
Ejemplo 10.36 ¿Cuál es el mayor número que al emplearlo como divisor de 68130 y 107275 origina
los restos 27 y 49, respectivamente?
Solución
luego n es un divisor común a 68103 y 107226 y como tiene que ser el mayor, será
Ejemplo 10.37 Halla dos números cuyo máximo común divisor es 7 y tales que los cocientes obtenidos
en su determinación por el algoritmo de Euclides son, en orden inverso, 7, 2, 3 y 36.
Solución
Presentando los cálculos en la forma práctica que vimos antes, si los números buscados son a y b,
tendremos
36 3 2 7
a b r1 r2 r3
r1 r2 r3 0
por tanto,
m.c.d. (a, b) = r3
304
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
r3 = 7
siguiendo el camino inverso, tendremos:
r2 = r 3 · 7 + 0 =⇒ r2 = 7 · 7 =⇒ r2 = 49
r1 = r2 · 2 + r3 =⇒ r1 = 49 · 2 + 7 =⇒ r1 = 105
b = r1 · 3 + r2 =⇒ b = 3 · 105 + 49 =⇒ b = 364
a = b · 36 + r1 =⇒ a = 364 · 36 + 105 =⇒ a = 13209
Ejemplo 10.38 Demostrar usando el algoritmo de Euclides, el punto (ii) de 10.6.9, es decir, para cada
p > 0 es
m.c.d. (p · a, p · b) = p · m.c.d. (a, b)
Solución
1. Dados pa y pb, por el algoritmo de la división, hallamos dos números enteros q1 y r tales que
pa = pb · q1 + r : 0 6 r < pb
luego,
pa = pb · q1 + pr1 : p 6 r1 < b
2. Aplicando de nuevo el algoritmo de la división a pb y pr1 , tendremos que existen dos números
enteros q2 y r tales que
pb = pr1 · q2 + r0 : 0 6 r0 < pr1
y q2 es el mismo cociente que resultarı́a de dividir b entre r1 .
Tomando,
r0 = pb − pr1 · q2 = p(b − r1 · q2 )
y llamando r2 = b − r1 · q2 , resulta r0 = pr2 y r2 es el resto de dividir b entre r1 , donde
luego,
pb = pr1 · q2 + pr2 : 0 6 r2 < r1
305
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
y llamando rn+1 = rn−1 − rn · qn+1 , resulta r(n+1 = prn+1 y rn+1 es el resto de dividir rn−1 entre
rn , siendo
0 6 r(n+1 < prn =⇒ 0 6 prn+1 < prn =⇒ 0 6 rn+1 < rn
luego,
prn−1 = prn · qn+1 + prn+1 : 0 6 rn+1 < rn
como hemos supuesto que r(n+1 = 0, de r(n+1 = prn + 1 y al ser p 6= 0, se sigue que rn+1 = 0, de
aquı́ que
prn−1 = prn · qn+1
y
m.c.d. (pa, pb) = prn
Dados dos números enteros a y b, diremos que el entero m 6= 0 es un múltiplo común de ambos, si es
múltiplo de a y es múltiplo de b, es decir,
Obsérvese que serı́a lo mismo decir que a y b son divisores de m o que a y b dividen a m.
Por ejemplo,
El mı́nimo común múltiplo de dos números enteros es el mı́nimo del conjunto de los múltiplos positivos
comunes a ambos ordenado por la relación de divisibilidad. Notaremos por m.c.m.(a, b) al mı́nimo
común múltiplo de los enteros a y b.
306
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1. a|m y b|m
⇐⇒ y
2. ∀c, c ∈ M =⇒ m|c
1. a|m y b|m
⇐⇒ y
2. ∀c, a|c y b|c =⇒ m|c
Solución
Sean a1 , a2 , . . . , an números enteros. Llamaremos mı́nimo común múltiplo de ellos al múltiplo común
m > 0 tal que cualquier otro múltiplo común de dichos números es también múltiplo de m. Se designará
por m.c.m. (a1 , a2 , . . . , an ).
Obsérvese que la definición dada equivale a decir que es el entero positivo más pequeño que sea múltiplo
de todos ellos.
10.8.4 Proposición
Demostración
307
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
1.
a |m =⇒ ka |km
m = m.c.m. (a, b) =⇒ y
b |m =⇒ kb |km
10.8.5 Proposición
Para cualquier par de números enteros positivos se verifica que el producto del máximo común divisor
y de su mı́nimo común múltiplo es igual al producto de los dos números.
Demostración
a b a b a b
Por (ii) de 10.6.9, si d = m.c.d. (a, b), entonces y son primos entre sı́, luego m.c.m. , = · .
d d d d d d
Pues bien,
a b a b
m.c.d. (a, b) · m.c.m. (a, b) = d · d · m.c.m. , =d·d· · =a·b
d d d d
Ejemplo 10.40 Sean a y b dos números enteros distintos de cero. Demostrar que las siguientes
condiciones son equivalentes.
(i) a |b
Solución
(i) =⇒ (ii) En efecto, si a divide a b, entonces a es un divisor común de a y b y además cualquier otro
divisor común de a y de b divide a a, luego
)
Si a > 0, entonces m.c.d. (a, b) = a
=⇒ m.c.d. (a, b) = |a|
Si a < 0, entonces m.c.d. (a, b) = m.c.d. (−a, b) = −a
308
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(ii) =⇒ (iii) En efecto, supongamos que m.c.d. (a, b) = |a|, entonces por la proposición anterior,
m.c.d. (a, b) · m.c.m. (a, b) = |a · b| =⇒ |a| · m.c.m. (a, b) = |a| · |b|
y de aquı́ se sigue que
m.c.m. (a, b) = |b|
(iii) =⇒ (i) En efecto, si m.c.m. (a, b) = |b|, entonces, de la definición de mı́nimo común múltiplo se sigue
que |b| es un múltiplo de a, es decir a divide a |b|, luego
a |b
Ejemplo 10.41 Determinar el máximo común divisor y el mı́nimo común múltiplo de las siguientes
parejas de números y expresar, en cada caso, el máximo común divisor como una combinación lineal de
ellos.
Solución
(a) Hallamos el máximo común divisor de 2689 y 4001 mediante el algoritmo de Euclides.
1 2 20 5 2 2 2
4001 2689 1312 65 12 5 2 1
1312 65 12 5 2 1 0
luego,
m.c.d. (4001, 2689) = 1
y, por tanto,
m.c.m. (4001, 2689) = 4001 · 2689 = 10758689
Expresamos ahora el máximo común divisor como una combinación lineal con coeficientes enteros de
4001 y 2689
)
1=5−2·2
=⇒ 1 = 5 − 2(12 − 2 · 5)
2 = 12 − 2 · 5
= −2 · 12 + 5 · 5
)
1 = −2 · 12 + 5 · 5
=⇒ 1 = −2 · 12 + 5(65 − 5 · 12)
5 = 65 − 5 · 12
= 5 · 65 + (−27) · 12
)
1 = 5 · 65 − 27 · 12
=⇒ 1 = 5 · 65 − 27(1312 − 20 · 65)
12 = 1312 − 20 · 65
= −27 · 1312 + 545 · 65
)
1 = −27 · 1312 + 545 · 65
=⇒ 1 = −27 · 1312 + 545(2689 − 2 · 1312)
65 = 2689 − 2 · 1312
= 545 · 2689 − 1117 · 1312
)
1 = 545 · 2689 − 1117 · 1312
=⇒ 1 = 545 · 2689 − 1117(4001 − 1 · 2689)
1312 = 4001 − 1 · 2689
= −1117 · 4001 + 1662 · 2689
309
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(b) Al igual que en el apartado anterior, utilizamos el algoritmo de Euclides para hallar el máximo común
divisor de 7982 y 7983.
1 7982
7983 7982 1
1 0
luego,
m.c.d. (7983, 7982)) = 1
y
m.c.m. (7983, 7982) = 7983 · 7982 = 63720306
Ejemplo 10.42 Para cada n ∈ Z+ , ¿Cuál es el mı́nimo común múltiplo y el máximo común divisor
de n y n + 1?
Solución
Obsérvese lo siguiente:
Si n es par(impar), entonces n + 1 es impar(par), luego el único divisor común positivo que tienen es el
1, de aquı́ que
m.c.d. (n, n + 1) = 1
1 n
n+1 n 1
1 0
o sea,
m.c.d. (n, n + 1) = 1
De
m.c.d. (n, n + 1) · m.c.m. (n, n + 1) = n(n + 1)
se sigue que
m.c.m. (n, n + 1) = n(n + 1)
Ejemplo 10.43 Sean a, b y c tres números enteros positivos tales que a y b son primos entre sı́. Probar
que si a |c y b |c , entonces ab |c . ¿Se verifica también si a y b no son primos entre sı́?
Solución
310
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
En efecto,
a |c ⇐⇒ c es múltiplo de a
∧ =⇒ c es múltiplo del m.c.m. (a, b) {m.c.m. (a, b) = ab}
b |c ⇐⇒ c es múltiplo de b
=⇒ c es múltiplo de ab
⇐⇒ ab |c
Si a y b no son primos entre sı́, no se verifica la proposición. Por ejemplo
4 |16 y 8 |16
Ejemplo 10.44 El mı́nimo común múltiplo de los términos de una fracción es 340. Determinar dicha
fracción sabiendo que no altera su valor si se suma 20 al numerador y 25 al denominador.
Solución
Sean a y b el numerador y del denominador de la fracción buscada y sea d el máximo común divisor de
ambos números, entonces
a a + 20 a 20
= ⇐⇒ ab + 25a = ab + 20b ⇐⇒ =
b b + 25 b 25
y si dividimos numerador y denominador de ambas fracciones por su máximo común divisor, tendremos
a
a 20 a d =4
d = 5 ⇐⇒ d = 4 ⇐⇒
y
b 25 b 5
b =5
5
d d
d
Por otra parte,
m.c.d. (a, b) · m.c.m. (a, b) = a · b
luego,
d · 340 = a · b
de aquı́ que
a 340 b 340
= y =
d b d a
y comparando estas igualdades con las anteriores, tendremos
a
=4
d
340 340
y =⇒ = 4 =⇒ b = =⇒ b = 85
b 4
a 340
=
d b
b
=5
d
340 340
y =⇒ = 5 =⇒ a = =⇒ a = 68
a 5
b 340
=
d a
Ejemplo 10.45 Hallar dos números, sabiendo que su suma es 240 y su mı́nimo común múltiplo es
1768.
311
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Ası́ pues, c es un divisor común de a0 y b0 , por tanto deberá ser divisor de su máximo común divisor, es
decir
c |1
luego,
m.c.d. (a0 b0 , a0 + b0 ) = 1
y, por tanto,
a0 · b0 = 221
)
=⇒ a0 (30 − a0 ) = 221 =⇒ a02 − 30a0 + 221 = 0 =⇒ a0 = 17 ó a0 = 13
a0 + b0 = 30
Consecuentemente, las opciones posibles son:
1. a0 = 17, b0 = 13
2. a0 = 13, b0 = 17
312
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1. Para a0 = 17 y b0 = 13
a = d · a0 =⇒ a = 8 · 17 =⇒ a = 136
b = d · b0 =⇒ b = 8 · 13 =⇒ b = 104
2. Para a0 = 13 y b0 = 17
a = d · a0 =⇒ a = 8 · 13 =⇒ a = 104
b = d · b0 =⇒ b = 8 · 17 =⇒ b = 136
Ejemplo 10.46 Determinar dos números naturales sabiendo que su mı́nimo común múltiplo es 360 y
la suma de sus cuadrados 5409.
Solución
313
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
y como
da0 b0 = 360
tendremos que
d · 24 · 5 = 360 =⇒ d = 3
consecuentemente, los números pedidos son
a = d · a0 = 3 · 24 = 72
b = d · b0 = 3 · 5 = 15
314
Apuntes de Matemática Discreta
11. Teorema Fundamental de la Aritmética
Teorema Fundamental de la
Aritmética
Contenido
11.1 Números Primos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
11.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
11.1.2 Números Primos entre sı́ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
11.1.3 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
11.1.4 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318
11.2 Criba de Eratóstenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
11.2.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
11.3 Teorema Fundamental de la Aritmética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
11.3.1 Lema de Euclides . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
11.3.2 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
11.3.3 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
11.3.4 Teorema Fundamental de la Aritmética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329
11.3.5 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
11.4 Divisores de un Número . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
11.4.1 Criterio General de Divisibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
11.4.2 Obtención de todos los Divisores de un Número . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
11.4.3 Número de Divisores de un Número Compuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333
11.4.4 Suma de los Divisores de un Número Compuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . 335
11.5 Método para el Cálculo del Máximo Común Divisor y el Mı́nimo Común
Múltiplo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339
11.5.1 Lema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340
11.5.2 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340
11.5.3 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341
El concepto de número primo se remonta a la antigüedad. Los griegos poseı́an dicho concepto, ası́ como
una larga lista de teoremas y propiedades relacionados con él. Los cuatro ejemplos siguientes aparecen
en los Elementos de Euclides:
315
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− Podemos obtener una lista de los números primos por medio del método conocido como la Criba
de Eratóstenes.
luego todo número entero a > 1 tiene, al menos, dos divisores, el 1 y el propio a.
11.1.1 Definición
Diremos que el número entero p > 1 es un número primo si los únicos divisores positivos que tiene
son 1 y p. Si un número entero no es primo, lo llamaremos compuesto.
En el conjunto de los diez primeros números enteros positivos son primos 2, 3, 5 y 7, siendo compuestos
4, 6, 8, 9 y 10.
Dados dos números enteros a y b, diremos que son primos entre sı́, cuando el máximo común divisor
de ambos sea 1.
m.c.d.(a1 , a2 , . . . . . . , an ) = 1
Ejemplo 11.1 Demostrar que cualquiera que sea n ∈ Z, los números 3n + 11 y 2n + 7 son primos entre
sı́.
Solución
Observemos lo siguiente:
316
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
=⇒ d|6n + 22 − 6n − 21
=⇒ d|1
d>0
=⇒ d = 1
Por lo tanto, ambos números son primos entre sı́.
11.1.3 Proposición
Demostración
Probaremos que
Lo haremos por contradicción, es decir supondremos que la proposición anterior es falsa o lo que es igual
que su negación es verdadera, o sea,
Entonces, el conjunto
C = n ∈ Z+ : n > 2, compuesto y sin divisores primos
Pues bien, como C es un subconjunto no vacı́o de Z+ , por el principio de buena ordenación tendrá un
primer elemento m. Entonces,
m es compuesto
m ∈ C =⇒ y
m no tiene divisores primos
∃m1 : m1 6= 1, m1 6= m y m1 |m
=⇒ y
m1 no es primo
Euclides demostró en el libro IX de los Elementos que existı́an infinitos números primos. La argu-
mentación que utilizó ha sido considerada desde siempre como un modelo de elegancia matemática.
317
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11.1.4 Teorema
Demostración
Supongamos lo contrario, es decir la cantidad de números primos existente es finita, pongamos, por
ejemplo, que sólo hay k números primos,
p1 , p 2 , . . . . . . , p k .
Pues bien, sea m el producto de todos ellos más 1, es decir,
m = p1 · p2 · · · · · · pk + 1
Entonces,
m 6= pi , i = 1, 2, . . . , k
es decir es distinto de todos los primos que existen, luego no puede ser primo, de aquı́ que sea compuesto
y, por el teorema anterior, tendrá, al menos, un divisor primo que tendrá que ser uno de los existentes,
o sea, existe pj con j ∈ {1, 2, . . . . . . , k} tal que
pj |m
y como
pj |p1 · p2 · · · · · · pk
entonces dividirá a la diferencia de ambos,
pj |m − p1 · p2 · · · · · · pk
luego,
pj |1
de aquı́ que pj = 1 ó pj = −1 y esto es imposible ya que pj es primo.
De la contradicción a la que hemos llegado, se sigue que la suposición hecha es falsa y, por tanto, existen
infinitos números primos.
Nota 11.2 Directamente de la demostración del teorema anterior, puede deducirse que si p1 , p2 , . . . . . . , pn
son los n primeros números primos, entonces el siguiente, pn+1 , ha de ser, a lo sumo, igual al producto
de los anteriores más 1, es decir,
pn+1 6 (p1 · p2 · · · · · · pn ) + 1
En efecto, sea
m = p1 · p2 · · · · · · pn + 1
318
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
Por el teorema de existencia y unicidad del cociente y resto, existen q y r, enteros y únicos tales que
p = 5q + r, con 0 6 r < 5
p = 5q + r, con r = 1, 2, 3 ó 4
p2 = 25q 2 + 10qr + r2
)
=⇒ p2 = 100q12 + 20q1 r + r2
q = 2q1
=⇒ p2 − r2 = 10(10q12 + 2q1 r)
=⇒ 10|p2 − r2
p2 = 25q 2 + 10qr + r2
)
=⇒ p2 = 100q12 + 100q1 + 25 + 20q1 r + 10r + r2
q = 2q1 + 1
=⇒ p2 − r2 − 25 = 10(10q12 + 10q1 + 2q1 r + r)
=⇒ 10|p2 − r2 − 25
319
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Solución
(a) En efecto, por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto (??), cualquier número entero
n puede escribirse en la forma
n = 4q + r, con 0 6 r < 4
de aquı́ que
n2 = 16q 2 + 8q + r2 = 4(4q 2 + 2q) + r2 = 4k + r2 , con k ∈ Z
y ahora pueden ocurrir cuatro casos:
)
r=0
=⇒ n2 = 4k
2 2
n = 4k + r
ó
)
r=1
=⇒ n2 = 4k + 1
n2 = 4k + r2
ó
)
r=2
=⇒ n2 = 4k + 4 =⇒ n2 = 4(k + 1) =⇒ n2 = 4k1 , con k1 ∈ Z
n2 = 4k + r2
ó
)
r=3
=⇒ n2 = 4k + 9 =⇒ n2 = 4(k + 2) + 1 =⇒ n2 = 4k1 + 1, con k1 ∈ Z
n2 = 4k + r2
(b) Los pi , para 1 6 i 6 n, son números primos, luego todos, excepto p1 , que es 2, son impares de aquı́
que el producto p2 · p3 · · · pn sea impar. Por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto
se podrá escribir en la forma
p2 · p3 · · · pn = 4q + r, con 0 6 r < 4
320
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
− Si r = 1, entonces
p2 · p3 · · · pn = 4q + 1 =⇒ p1 · p2 · p3 · · · pn + 1 = 2(4q + 1) + 1
=⇒ Pn = 8q + 3
=⇒ Pn = 4(2q) + 3
− Si r = 3, entonces
p2 · p3 · · · pn = 4q + 3 =⇒ p1 · p2 · p3 · · · pn + 1 = 2(4q + 3) + 1
=⇒ Pn = 8q + 7
=⇒ Pn = 4(2q + 1) + 3
luego en cualquier caso, Pn es de la forma 4k + 3, con k entero. Por lo tanto, según el apartado
(a), no es un cuadrado.
Solución
m.c.d. (a, a) = a
luego R no es reflexiva.
luego R es simétrica.
3. Transitiva. Dados tres enteros positivos cualesquiera a, b y c,si a y b son primos entre sı́ y b y c
también lo son, a y c no tienen porque serlo. En efecto,
sin embargo,
m.c.d. (4, 8) = 4
luego 4 y 8 no son primos entre sı́ y R no tiene la propiedad transitiva.
321
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(a) si los números 2p y 4p + 3 son primos entre sı́, cualquiera que sea p entero.
Solución
luego,
m.c.d. (2p + 1, 3p + 2) = 1
Ejemplo 11.6 Demostrar que todo número primo mayor que 3 puede escribirse en la forma
Solución
(a) Por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto, existen q y r tales que
p = 4q + r : 0 6 r < 4
322
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Una vez conocida la existencia de infinitos números primos, se plantea un nuevo problema cual es la
forma en que dichos números están distribuidos en el conjunto de los números naturales. Este problema
es complicado y se conocen sólo resultados parciales. Un primer método para resolver esta cuestión fue
establecido en el siglo III a.c. por Eratóstenes1 ; recibe el nombre de Criba de Eratóstenes en honor a su
autor y es consecuencia del siguiente teorema cuya primera demostración rigurosa se debe a Fermat.
11.2.1 Teorema
Si un número entero mayor que 1 no tiene divisores primos menores o iguales que su raı́z, entonces
es primo.
Demostración
Sea p entero estrictamente mayor que 1. Utilizamos el método de demostración por la contrarrecı́proca,
es decir veremos que
si p no es primo, entonces existe, al menos, un divisor primo de p menor o igual que su raı́z.
Ası́ pues, hemos encontrado un divisor primo de p menor o igual que la raı́z de p.
√
Ejemplo 11.7 Supongamos que queremos saber si el 9 es primo. Entonces, como 9 = 3, los números
primos menores o iguales que 3 son el 2 y el propio 3. 2 no es divisor de 9, pero 3 si lo es, luego 9 no es
primo.
Obsérvese que al ser las raı́ces de 10, 11, 12, 13, 14 y 15 menores que 4, los números primos menores o
iguales que ellas son, también, 2 y 3, luego el criterio anterior puede emplearse para ver si estos números
son o no primos. En efecto,
en Atenas, antes de ser llamado a Alejandrı́a (245 a.c.) por Tolomeo III, quien le confió la educación de sus hijos y luego
la dirección de la biblioteca. Sus aportaciones a los diversos campos de la ciencia fueron muy importantes, pero sobre todo
es conocido como matemático, por su célebre criba -que conserva su nombre- para encontrar los números primos, y por
el mesolabio, instrumento de cálculo para resolver el problema de la media proporcional. Fue el primero en medir de un
modo exacto la longitud de la circunferencia de la Tierra. Para ello determinó la amplitud del arco meridiano entre Siena
y Alejandrı́a: sabiendo que en el solsticio de verano el sol en Siena se hallaba en la vertical del lugar, ya que los rayos
penetraban en los pozos más profundos, midió, con la ayuda de la sombra proyectada por un gnomon, el ángulo formado, en
Alejandrı́a, por los rayos solares con la vertical. En razón de la propagación rectilı́nea de los rayos solares y del paralelismo
existente entre ellos, el ángulo ası́ medido correspondı́a al ángulo formado en el centro de la Tierra por el radio terrestre
de Siena y el de Alejandrı́a, obteniendo ası́ la amplitud del arco interceptado por estas dos ciudades sobre el meridiano.
Luego midió sobre el terreno la dimensión de este arco. Obtuvo para la circunferencia entera, es decir, para el meridiano,
252000 estadios, o sea, casi 40 millones de m. Luego repitió este cálculo, basándose en la distancia de Siena a Méroe, que
creyó estaba también sobre el mismo meridiano, y obtuvo un resultado concorde.
323
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Por tanto,
Ejemplo 11.8 Encontrar todos los números primos que hay entre los 100 primeros números naturales.
Solución
Dado que la raı́z de 100 es 10 y los números primos menores que 10 son 2, 3, 5 y 7, los números buscados
son todos aquellos que no sean múltiplos de 2, ni de 3, ni de 5, ni de 7.
La Criba de Eratóstenes consiste en eliminar el 1 y todos los múltiplos de estos números. Los que quedan
son los números primos entre 1 y 100. En la tabla siguiente dichos números figuran con fondo blanco.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
31 32 33 34 35 36 37 38 39 40
41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
51 52 53 54 55 56 57 58 59 60
61 62 63 64 65 66 67 68 69 70
71 72 73 74 75 76 77 78 79 80
81 82 83 84 85 86 87 88 89 90
91 92 93 94 95 96 97 98 99 100
Solución
√
811 = 28.5 y los números primos menores o iguales que 28.5 son 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19 ó 23 y dado
que ninguno de estos números divide a 811, concluimos que dicho número es primo.
324
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
En este apartado veremos que cualquier entero n mayor que 1 es primo o puede escribirse como un
producto de números primos.
Este resultado, que tiene un equivalente en el libro IX de los Elementos de Euclides, se conoce con el
nombre de Teorema fundamental de la aritmética.
Si un número entero divide al producto de otros dos y es primo con uno de ellos, entonces divide al
tercero.
Demostración
En efecto, sean a, b y c tres números enteros, tales que a divida a b · c y sea primo con b. Como
m.c.d. (a, b) = 1, por el corolario ??, existirán dos números enteros p y q tales que
pa + qb = 1
Por otra parte, si a divide a bc, como a divide a a, dividirá a cualquier combinación lineal con coeficientes
enteros de a y bc. En particular,
a|pac + qbc
es decir,
a|(pa + qb)c
luego,
a|c
11.3.2 Corolario
Sea p un número entero mayor que 1. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(a) p es un número primo.
(b) Si p divide a un producto de dos números enteros, entonces divide a uno de los dos.
Demostración
325
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a|p =⇒ ∃b ∈ Z : p = ab
lo cual es imposible.
− p|/b. Igual.
Ası́ pues, hemos encontrado dos enteros a y b tales que p|ab y p|/a y p|/b.
11.3.3 Corolario
Si un número primo divide al producto de varios números enteros, entonces ha de dividir, al menos,
a uno de ellos.
Demostración
p |a1 · a2 · a3 · · · · · · an
entonces,
p |a1 · (a2 · a3 · · · · · · an )
y aplicando el corolario anterior
p |a1 ó p |a2 · a3 · · · · · · an
p |a2 · a3 · · · · · · an
luego,
p |a2 · (a3 · · · · · · an )
y, nuevamente por el corolario anterior,
p |a2 ó p |a3 · a4 · · · · · · an
326
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
p |a3 · a4 · · · · · · an
luego,
p |a3 · (a4 · · · · · · an )
Ejemplo 11.10 Demostrar que si p, q1 , q2 , . . . , qr son primos y p |q1 · q2 · · · qr , entonces existe algún
i = 1, 2, . . . , r tal que p = qi
Solución
En efecto, por el corolario 11.3.3 p divide a qi para algún i entre 1 y r. Ahora bien, como qi es primo, los
únicos divisores que tiene son el 1 y el mismo qi , y al ser p > 1, tendrá que ser necesariamente p = qi .
√
Ejemplo 11.11 Demostrar que el número 2 es irracional.
Solución
√
Si 2 fuese racional, entonces podrı́a expresarse como un cociente de dos enteros a y b primos entre sı́
(fracción irreducible), es decir,
√ a
2 = : m.c.d. (a, b) = 1
b
Pues bien, elevando al cuadrado ambos miembros de esta igualdad, resulta:
√ a a2
2= =⇒ 2 = 2 =⇒ a2 = 2b2 =⇒ 2 |aa
b b
luego por el corolario 11.3.3
2 |a
y, consecuentemente, existe un entero q tal que
a = 2q
entonces,
a = 2q =⇒ a2 = 4q 2 =⇒ 2b2 = 4q 2 =⇒ b2 = 2q 2 =⇒ 2 b2 =⇒ 2 |bb
2 |b
Ası́ pues, 2 es un divisor común de a y b, lo cual es √ una contradicción ya que estos dos números son
primos entre sı́, luego la suposición hecha es falsa y 2 es irracional.
√
Ejemplo 11.12 Demostrar que la 3 5 es un número irracional.
Solución
En efecto, supongamos que no lo fuese, entonces existirán dos números enteros a y b primos entre sı́ tales
que
√3 a
5=
b
elevando al cubo ambos miembros de la igualdad, tendremos
a3
=⇒ a3 = 5b3 =⇒ 5 a3
5= 3
b
327
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por tanto,
5 |b
Concluimos, pues, que 5 es un divisor común de a y de b, lo cual √ contradice el hecho de que estos dos
números sean primos entre sı́, luego la suposición hecha es falsa y 3 5 es un número irracional.
√
Ejemplo 11.13 Probar que si n no es la k-ésima potencia de ningún número entero, entonces k n es
irracional cualesquiera que sean n y k enteros positivos.
Solución
√
Sean n y k naturales cumpliendo las condiciones del enunciado y supongamos que k
n es un número
racional.
Entonces, podrá expresarse como un cociente de dos números enteros primos entre sı́, es decir, existirán
a y b de Z, tales que
√
k
a
n = , con m.c.d. (a, b) = 1
b
elevando a k ambos miembros de esta igualdad, resulta
√ a ak
=⇒ n = k =⇒ ak = n · bk =⇒ n ak .
k
n=
b b
Si
n = pα α2 αt
1 · p2 · · · · · · p t
1
Ası́ pues,
nbk = ak =⇒ pα α2 αt k ks
1 · p2 · · · · · · pt · b = pi · q
1 k
αi −1 αi +1
=⇒ pα α2 αt k ks−αi
1 · p2 · · · · · · pi−1 pi+1 · · · · · · pt · b = pi
1
· qk
luego,
αi −1 αi +1
pi p α α2 αt k
1 · p2 · · · · · · pi−1 pi+1 · · · · · · pt · b
1
y como pi no divide a pα α2 αt
1 · p2 · · · · · · pt , entonces
1
pi bk
328
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Cualquier número entero n mayor que 1 puede escribirse de manera única, salvo el orden, como un
producto de números primos.
Demostración
Sea a un número entero mayor que 1. Probaremos, primero, que a puede escribirse como un producto de
números primos y, posteriormente, veremos que esa descomposición es, salvo en el orden de los factores,
única.
> Descomposición.
− Si a es primo, consideramos el número como un producto de un sólo factor y el teorema está
demostrado.
− Si a no es primo, entonces es compuesto, y la proposición 11.1.3 asegura que tendrá, al menos,
un divisor primo.
Sea p1 el menor divisor primo de a. Entonces existirá un entero a1 tal que
a = p1 a1
− Si a1 es primo, entonces el teorema está demostrado.
− Si a1 no es primo, será compuesto y aplicando de nuevo la proposición 11.1.3 tendrá, al menos,
un divisor primo.
Sea p2 el menor divisor primo de a1 , entonces existirá un entero a2 tal que
a1 = p2 a2 , con a1 > a2
sustituyendo esta igualdad en la anterior, tendremos que
a = p1 p2 a2
Repitiendo el proceso un número finito de veces, obtendremos
a1 > a2 > a3 > · · · > ak−1
con
a = p1 p2 p3 · · · pk−1 ak−1
donde ak−1 es primo o es la unidad, entonces tomando ak−1 = pk , si es primo o ak−1 = 1, se sigue que
a = p1 p2 p3 · · · pk−1
ó
a = p1 p2 p3 · · · pk−1 pk
y a está escrito como un producto de factores primos.
> Unicidad. Supongamos lo contrario, es decir a puede descomponerse en producto de factores primos
de dos formas distintas:
a = p1 p2 p3 · · · pk , siendo los pi primos para 1 6 i 6 k
y
a = q1 q2 q3 · · · qr , siendo los qj primos para 1 6 j 6 r.
Supondremos, también, que el número de factores es distinto, o sea, k 6= r. Tomaremos, sin perder
generalidad por ello, k < r. Pues bien,
a = p1 (p2 p3 · · · pk ) =⇒ p1 |a
=⇒ p1 |q1 q2 q3 · · · qr
=⇒ p1 |qj para algún j entre 1 y r. {Corolario 11.3.3}
=⇒ p1 = qj , ya que qj es primo y p1 6= 1.
329
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Podemos suponer que j = 1. Si no lo fuese bastarı́a con cambiar el orden de los factores. Tendremos,
pues, que p1 = q1 y
p1 p2 p3 · · · p k = p1 q 2 q 3 · · · q r
de donde, al ser p1 6= 0, se sigue que
p2 p3 · · · p k = q 2 q 3 · · · q r
Sea ahora
a1 = p2 p3 · · · pk
y
a1 = q2 q3 · · · qr .
Entonces a1 < a, y
a1 = p2 (p3 p4 · · · pk ) =⇒ p2 |a1
=⇒ p2 |q2 q3 q4 · · · qr
=⇒ p2 |qj para algún j entre 2 y r. {Corolario 11.3.3}
=⇒ p2 = qj , ya que qj es primo y p2 6= 1.
Y, ahora, podemos suponer que j = 2. Bastarı́a cambiar el orden de los factores si no fuese ası́.
Tendrı́amos que p2 = q2 y, por lo tanto,
p2 p 3 · · · pk = p2 q 3 · · · q r
y, al ser p2 6= 0, tendremos que
p3 p4 · · · p k = q 3 q 4 · · · q r
y llamando
a2 = p3 p4 · · · pk
y
a2 = q3 q4 · · · qr .
se tiene que a2 < a1 < a.
Como k < r, si repetimos el proceso k − 1 veces, tendremos que
ak−1 = pk
y
ak−1 = qk qk+1 · · · qr .
siendo ak−1 < ak−2 < · · · < a2 < a1 < a. Entonces,
ak−1 = pk =⇒ pk |ak−1
=⇒ pk |qk qk+1 qk+2 · · · qr
=⇒ pk |qj para algún j entre k y r. {Corolario 11.3.3}
=⇒ pk = qj , ya que qj es primo y pk 6= 1
y, razonando igual que en los pasos anteriores, podemos suponer que j = k, o sea, pk = qk y,
pk = qk · qk+1 · · · · · · qr
y al ser pk 6= 0, tendremos
1 = qk+1 · qk+2 · · · · · · qr
de donde se sigue que
qk+1 = qk+2 = · · · · · · = qr = 1
lo cual es imposible ya que estos números son primos, por tanto, k = r y
a = p1 p 2 · p 3 · · · pk
siendo, pues, la descomposición única.
330
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
11.3.5 Corolario
Sea a un número entero tal que |a| > 1, entonces a tiene una factorización única de la forma:
αk
a = ±pα1 α2
1 p2 · · · pk
siendo k > 1, los pk primos distintos con p1 < p2 < · · · < pk y αi > 1 para 1 6 i 6 k.
Demostración
− Si a es negativo, entonces −a es positivo con lo cual bastarı́a aplicar el razonamiento anterior a −a.
Solución
180 = 2 · 90
90 = 2 · 45
45 = 3 · 15
15 = 3 · 5
5 = 1·5
720 = 2 · 2 · 2 · 2 · 3 · 3 · 5 = 24 · 32 · 5
331
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
720 2
360 2
180 2
90 2
45 3
15 3
5 5
1
Ahora sólo habrá que contar los números que hay de cada factor, y
720 = 24 · 32 · 5
Sean a y b dos números enteros tales que |a| , |b| > 1. Se verifica que a es divisible por b si, y sólo si
a tiene, al menos, todos los factores primos de b con exponentes iguales o mayores.
Demostración
“Sólo si”. En efecto, si a es divisible por b, entonces existirá un número entero, q, tal que
a = bq
por tanto, a tendrá, al menos, todos los factores primos de b y sus exponentes serán mayores o
iguales que los de a dependiendo de que los factores primos de q coincidan o no con los de b.
“Si”. Si a tiene, al menos, todos los factores primos de b con exponentes iguales o mayores, entonces
a
∈Z
b
luego a es divisible por b.
Nota 11.3 Obsérvese que, según este criterio, los divisores de un número tendrán los mismos factores
primos que éste con exponentes iguales o menores.
Demostración
332
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
“Sólo si”. En efecto, sea b un divisor de a. Entonces, según la nota anterior, b será de la forma
es de la forma:
pi1 pj2 · · · psk con 0 6 i 6 α1 , 0 6 j 6 α2 · · · 0 6 s 6 αk
luego, de nuevo por la nota anterior, es un divisor de a.
Ejemplo 11.15 Veamos una forma práctica y sencilla de calcular todos los divisores de un número.
Calcularemos los de 720.
Solución
1 2 4 8 16
×3 3 6 12 24 48
× 32 9 18 36 72 144
×5 5 10 20 40 80
15 30 60 120 240
45 90 180 360 720
donde en la primera fila hemos escrito todas las potencias de 2, desde 20 hasta 24 . En las filas siguientes
hemos colocado ordenadamente todos los productos de la fila anterior por cada una de las potencias de
3, desde 3 hasta 32 , y ası́ sucesivamente.
Demostración
En efecto, según el teorema anterior los divisores de a son los sumandos del producto
αk
(1 + p1 + p21 + · · · + pα 2 α2 2
1 )(1 + p2 + p2 + · · · + p2 ) · · · (1 + pk + pk + · · · + pk )
1
333
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
que tienen a su vez α1 +1, α2 +1, . . . , αk +1 factores, respectivamente, luego el número total de sumandos
posibles y, por tanto, el número de divisores de a es
Na = (α1 + 1)(α2 + 1) · · · (αk + 1)
Ejemplo 11.17 Determinar dos enteros positivos cuyo máximo común divisor es 18, sabiendo que uno
de ellos tiene 21 divisores y el otro tiene 10.
Solución
y
b = q1β1 q2β2 · · · qm
βm
Supongamos que a es el que tiene 21 divisores y b el que tiene 10. Entonces, por 11.4.3,
Na = 21 =⇒ (α1 + 1)(α2 + 1) · · · (αk + 1) = 21
y
Nb = 10 =⇒ (β1 + 1)(β2 + 1) · · · (βm + 1) = 10
luego,
334
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por otra parte, el máximo común divisor de a y b es 18, luego a y b son divisibles por 18 y por 11.4.1
a y b han de tener, al menos, todos los factores primos de 18 con exponentes iguales o mayores y, dado
que la descomposición en factores primos de 18 es 2 · 32 , tendremos que p1 = q1 = 2, p2 = q2 = 3 y, por
tanto,
a = 22 36 ó a = 26 32
y
b = 2 · 34 .
Pues bien, sean Da y Db son los conjuntos de divisores de a y b, respectivamente:
− Si a = 22 36 y b = 2 · 34 , entonces
Da = 2α 3β : 0 6 α 6 2 y 0 6 β 6 6
y
Db = 2α 3β : 0 6 α 6 1 y 0 6 β 6 4
de aquı́ que
de aquı́ que
pα
1
1 +1
− 1 p2α2 +1 − 1 pαk +1 − 1
S= · ··· k
p1 − 1 p2 − 1 pk − 1
Demostración
Según vimos en 11.4.3, los divisores de a son los sumandos del producto,
αk
(1 + p1 + p21 + · · · + pα 2 α2 2
1 )(1 + p2 + p2 + · · · + p2 ) · · · (1 + pk + pk + · · · + pk )
1
335
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
S = S1 · S2 · · · Sk
donde,
Si = (1 + pi + p2i + · · · + pα
i ), 1 6 i 6 k
i
pα
i · pi − 1
i
pαi +1 − 1
Si = 1 + pi + p2i + · · · + pα
i =
i
= i
pi − 1 pi − 1
Solución
Ejemplo 11.19 Hallar un número entero a que no tiene más factores primos que 2, 5 y 7, sabiendo
que 5a tiene 8 divisores más que a y que 8a tiene 18 divisores más que a. Calcular también la suma de
todos los divisores de a.
Solución
Sean α1 , α2 y α3 las veces que se repiten, respectivamente, los factores primos 2, 5 y 7 en la factorización
de a. Tendremos que
a = 2α1 5α2 7α3
luego,
5a = 2α1 5α2 +1 7α3
8a = 2α1 +3 5α2 7α3
es decir,
(α1 + 1)(α2 + 2)(α3 + 1) = (α1 + 1)(α2 + 1)(α3 + 1) + 8
(α1 + 4)(α2 + 1)(α3 + 1) = (α1 + 1)(α2 + 1)(α3 + 1) + 18.
336
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Entonces,
) (
(α1 + 1)(α3 + 1)(α2 + 2 − α2 − 1) = 8 (α1 + 1)(α3 + 1) = 8
=⇒
(α2 + 1)(α3 + 1)(α1 + 4 − α1 − 1) = 18 (α2 + 1)(α3 + 1) = 6
α1 + 1 4
=⇒ =
α2 + 1 3
(
α1 + 1 = 4
=⇒
α2 + 1 = 3
(
α1 = 3
=⇒
α2 = 2
a = 23 52 7 = 8 · 25 · 7 = 1400
Ejemplo 11.20 Un número entero positivo tiene 2 factores primos y 8 divisores. La suma de los
divisores es 320. Hallar el número.
Solución
Sea a el número buscado, sean p1 y p2 sus factores primos y α1 , α2 el número de veces que se repiten.
Entonces,
a = pα 1 α2
1 p2
y
(α1 + 1)(α2 + 1) = 8
De la segunda ecuación se sigue que α1 + 1 y α2 + 1 son dos divisores de 8 tales que su producto es 8.
Como los divisores de 8 son 1, 2, 4 y 8, las posibles parejas son 1 y 8, 2 y 4, 4 y 2 y 8 y 1. Teniendo en
cuenta que α1 6= 0 y α2 6= 0, podemos eliminar la primera y la última. Las posibles opciones son, por
tanto,
(α1 + 1)(α2 + 1) = 2 · 4 α1 = 1 y α2 = 3
ó =⇒ ó
(α1 + 1)(α2 + 1) = 4 · 2 α1 = 3 y α2 = 1
> α1 = 1 y α2 = 3. En este caso, a = p1 p32 y al ser 320 la suma de sus divisores, tendrı́amos
luego 1 + p1 y 1 + p2 + p22 + p32 son divisores de 320 cuyo producto es 320. Como los divisores de 320
son
1 2 4 8 16 32 64
×5 5 10 20 40 80 160 320
las opciones posibles, emparejándolos para que su producto sea 320, serı́an
337
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
1 + p1 1 2 4 8 16 32 64
Ahora bien,
p1 es primo =⇒ p1 > 2 =⇒ 1 + p1 > 3
luego las dos primeras columnas no pueden ser solución del problema. También,
y, por tanto, las dos últimas columnas tampoco son válidas. Por otra parte
p1 + 1 = 16 =⇒ p1 = 15
lo cual es imposible ya que p1 es primo, luego podemos eliminar, también, la quinta columna. Además,
luego p2 serı́a un divisor de 79 que es primo. Ası́ pues, también podemos prescindir de la tercera
columna y, consecuentemente, nos quedarı́a como única opción posible
1 + p1 = 8
y
1 + p2 + p22 + p32 = 40
es decir, p1 = 7 y p2 = 3 y, en tal caso, la solución serı́a
a = 7 · 33 = 189
> α1 = 3 y α2 = 1. En este caso, a = p31 p2 y al ser 320 la suma de sus divisores, tendrı́amos
luego 1 + p1 y 1 + p2 + p22 + p32 son divisores de 320 cuyo producto es 320. Procediendo de forma análoga
al caso anterior:
1 + p2 1 2 4 8 16 32 64
a = 33 · 7 = 189
Ejemplo 11.21 Un número tiene 24 divisores, su mitad 18 divisores y su triple 28 divisores. Hallar el
número y sus divisores.
Solución
Como su mitad tiene 18 divisores, a ha de ser divisible por 2, luego uno de los factores primos, pongamos
p1 , ha de ser 2, es decir,
αk
a = 2α1 pα 2 α3
2 p3 · · · pk
y
a
= 2α1 −1 pα2 α3 αk
2 p3 · · · pk .
2
338
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Entonces,
Na = 24 =⇒ (α1 + 1)(α2 + 1)(α3 + 1) · · · (αk + 1) = 24
y
Na/2 = 18 =⇒ (α1 − 1 + 1)(α2 + 1)(α3 + 1) · · · (αk + 1) = 18.
Dividiendo miembro a miembro,
α1 + 1 24 α1 + 1 4
= =⇒ = =⇒ α1 = 3.
α1 18 α1 3
Ası́ pues,
αk
a = 23 pα2 α3
2 p3 · · · pk
luego,
y esto es imposible ya que 7 es primo. Por lo tanto uno de los factores primos de la descomposición de
a, digamos p2 , ha de ser 3. Entonces,
αk
a = 23 3α2 pα
3 · · · pk
3
y
αk
3a = 23 3α2 +1 pα
3 · · · pk
3
luego,
α2 + 2 = 7 =⇒ α2 = 5
1 2 4 8
× 3 3 6 12 24
× 32 9 18 36 72
× 33 27 54 108 216
× 34 81 162 324 648
× 35 243 486 972 1944
Los divisores de 1944 son todos los números que aparecen en la tabla.
En este apartado estableceremos un método alternativo al algoritmo de Euclides para el cálculo del
máximo común divisor de dos números. Está basado en el Teorema fundamental de la aritmética.
339
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
11.5.1 Lema
Dados dos números enteros a y b, pueden encontrarse k números primos p1 , p2 , . . . , pk y enteros αi > 0
y βi > 0, 1 6 i 6 k tales que
αk
a = ±pα 1 α2
1 p2 · · · pk
y
b = ±pβ1 1 pβ2 2 · · · pβkk
siendo p1 < p2 < · · · < pk .
Demostración
Si hay algún factor primo de a que no lo sea de b se introduce en la factorización de éste con exponente
cero y análogamente se hace con los factores de b que no lo sean de a.
Ejemplo 11.22 Descomponer a = 270 y b = 368 en factores primos según el lema anterior.
Solución
270 2
135 3
45 3
=⇒ 270 = 2 · 33 · 5
15 3
5 5
1
368 2
184 2
92 2
=⇒ 368 = 24 · 23
46 2
23 23
1
11.5.2 Teorema
Sean a y b dos enteros positivos. d es el máximo común divisor de a y b si, y sólo si d es igual al
producto de los factores primos de ambos elevados a los menores exponentes con que aparezcan en la
descomposición.
Demostración
Por el lema anterior, pueden encontrarse números primos pi y enteros αi > 0, βi > 0, 1 6 i 6 k tales
340
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
que
αk
a = pα 1 α2
1 p2 · · · pk
y
b = pβ1 1 pβ2 2 · · · pβkk
“Sólo si”. En efecto, supongamos que d es el máximo común de a y b. Entonces, d tendrá que ser un
divisor de a y b luego por el criterio general de divisibilidad (11.4.1) tendrá todos los factores primos
de a y de b con exponentes iguales o menores, es decir, será de la forma:
γi 6 min {αi , βi } , 1 6 i 6 k
γi = min {αi , βi } , 1 6 i 6 k
1. d|a y d|b. En efecto, bastarı́a observar que a y b tienen todos los factores primos de d con
exponentes iguales o mayores y aplicar el criterio general de divisibilidad (11.4.1).
2. d es el máximo. En efecto, si c es otro divisor de a y b, entonces por 11.4.1, tendrá todos los
factores primos de a y b con exponentes iguales o menores, es decir c tendrá la forma:
11.5.3 Teorema
Sean a y b dos enteros positivos. m es el mı́nimo común múltiplo de a y b si, y sólo si m es igual al
producto de los factores primos de ambos elevados a los mayores exponentes con que aparezcan en la
descomposición.
Demostración
De acuerdo con el lema 11.5.1, podremos encontrar números primos pi y enteros αi > 0, βi > 0, 1 6 i 6 k
tales que
αk
a = pα 1 α2
1 p2 · · · pk
y
b = pβ1 1 pβ2 2 · · · pβkk
“Sólo si”. En efecto, si m es el mı́nimo común múltiplo de a y b, entonces será múltiplo de a y múltiplo
de b luego por el criterio general de divisibilidad (11.4.1) tendrá todos los factores primos de a y
de b con exponentes iguales o mayores, es decir, será de la forma:
341
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
γi 6 max {αi , βi } , 1 6 i 6 k
γi = max {αi , βi } , 1 6 i 6 k
con δi > αi y δi > βi , 1 6 i 6 k, luego δi > max {αi , βi }, o sea δi > γi . Por lo tanto, m|c y,
consecuentemente, m es el mı́nimo.
Solución
8428 2
4214 2
2107 7
=⇒ 8428 = 22 · 72 · 43
301 7
43 43
1
2340 2
1170 2
585 3
195 3 =⇒ 2340 = 22 · 32 · 5 · 13
65 5
13 13
1
o lo que es igual
2340 = 22 · 32 · 5 · 70 · 13 · 430
8428 = 22 · 30 · 50 · 72 · 130 · 43
y por el teorema anterior,
342
Apuntes de Matemática Discreta
12. Ecuaciones Diofánticas
Ecuaciones Diofánticas
Contenido
12.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
12.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
12.2 Solución de una Ecuación Diofántica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
12.2.1 Solución Particular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344
12.2.2 Solución General . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345
12.1 Generalidades
Estas ecuaciones reciben este nombre en honor a Diofanto1 , matemático que trabajó en Alejandrı́a a
mediados del siglo III a.c. Fue uno de los primeros en introducir la notación simbólica en matemáticas
y escribió seis libros sobre problemas en las que consideraba la representación de números anterior como
suma de cuadrados.
12.1.1 Definición
Una ecuación diofántica es una ecuación lineal con coeficientes enteros y que exige soluciones también
enteras.
Veremos un teorema que nos permite saber cuando una ecuación de este tipo tiene solución y aporta un
método para calcular una solución particular de la misma.
1 Matemático griego de la escuela de Alejandrı́a (a.c. 325-a.c. 410). Dejó trece libros de aritmética, de los cuales sólo
los seis primeros nos han llegado, y otro sobre los Números angulares. Aunque tomó como ejemplo para sus métodos los
trabajos de Hiparco, su teorı́a completamente nueva de ecuaciones de primer grado y la resolución que dio a las de segundo
hacen de él un innovador en este campo. Sus obras han constituido tema de meditación de sus contemporáneos griegos, y de
los árabes, y, más tarde, de los geómetras del renacimiento. El mismo Viete en su obra capital, reproduce sus proposiciones,
aunque sustituye los problemas abstractos por cuestiones de geometrı́a resolubles por álgebra.
343
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Sean a, b y c tres números enteros. La ecuación lineal ax + by = c tiene solución entera si, y sólo si
el máximo común divisor de a y b divide a c.
Demostración
“Sólo si”. En efecto, supongamos que los enteros x0 e y0 son solución de la ecuación ax + by = c, es
decir, ax0 + by0 = c. Pues bien, si d = m.c.d.(a, b), entonces
Obsérvese que este teorema además de asegurar la existencia de solución para una ecuación de este tipo,
ofrece un método para calcularla. El siguiente ejemplo aclarará estas cuestiones.
Ejemplo 12.1 Encontrar una solución para la ecuación diofántica 525x + 100y = 50
Solución
5 4
525 100 25
25 0
es decir,
m.c.d. (525, 100) = 25
y como 25 divide a 50, el teorema anterior asegura la existencia de solución entera para la ecuación.
♦ Calculamos una solución para la ecuación.
Siguiendo el método indicado en la demostración del teorema, hallamos los coeficientes de la com-
binación lineal del máximo común divisor de 525 y 100. Bastarı́a seguir el algoritmo de Euclides
hacia atrás.
25 = 1 · 525 + (−5) · 100
344
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
por tanto, los coeficientes buscados son p = 1 y q = −5 y según el citado teorema una solución
para la ecuación serı́a
cp cq
x0 = e y0 =
d d
donde c es el término independiente de la ecuación y d el máximo común divisor de los coeficientes
de x e y. Consecuentemente,
50 · 1
x0 = =2
25
e
50 · (−5)
y0 = = −10
25
Sean a, b y c tres números enteros no nulos tales que el máximo común divisor de a y b divide a c.
Entonces la solución general de la ecuación ax + by = c es
b
x = x0 + k ·
d
a
y = y0 − k ·
d
donde x0 e y0 es una solución particular de la misma y k es cualquier número entero.
Demostración
Sea d el máximo común divisor de a y b. Por hipótesis d divide a c luego el teorema 12.2.1 asegura la
existencia de una solución particular x = x0 e y = y0 para el sistema. Entonces,
ax0 + by0 = c
Dividiendo ahora ambos miembros de esta ecuación por el máximo común divisor de a y b, tendremos,
a b c
x0 + y0 =
d d d
c a b
siendo entero y , números enteros primos entre sı́, luego el máximo común divisor de ambos es 1
d d d
c
y como 1 divide a , el teorema 12.2.1 asegura la existencia de una solución particular x1 , y1 para esta
d
ecuación, luego
a b c
x1 + y1 =
d d d
Pues bien,
a b c
x1 + y1 =
d d d
a b
=⇒ (x1 − x0 ) + (y1 − y0 ) = 0
a b c d d
x0 + y0 =
d d d
a b
=⇒ (x1 − x0 ) = (y0 − y1 )
d d
b a
⇐⇒ (x1 − x0 )
d d
b a
y al ser primo con , dividirá a x1 − x0 , luego
d d
b b b
|x1 − x0 ⇐⇒ ∃k ∈ Z : x1 − x0 = k · =⇒ x1 = x0 + k · .
d d d
345
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
a b
Sustituimos el valor de x1 − x0 en (x1 − x0 ) + (y1 − y0 ) = 0 y resulta
d d
a b b a a
· k · + (y1 − y0 ) = 0 =⇒ · k + y1 − y0 = 0 =⇒ y1 = y0 − k · .
d d d d d
Veamos, finalmente, que x1 e y1 es solución de la ecuación ax + by = c.
En efecto,
b a
ax1 + by1 = a x0 + k · + b y0 + k ·
d d
b a
= ax0 + a · k · + by0 − b · k ·
d d
= ax0 + by0
= c
luego,
b
x = x0 + k ·
d
a
y = y0 − k ·
d
x0 = 2 e y0 = −10
525x + 100y = 50
100
x=2+k· = 2 + 4k
25
525
y = −10 − k · = −10 − 21k
25
siendo k cualquier número entero.
Ejemplo 12.2 Calcular las soluciones enteras de la ecuación diofántica 66x + 550y = 88
Solución
66x + 550y = 88
8 3
550 66 22
22 0
346
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
m.c.d. (66, 550) = 22
y como 22 divide a 88, término independiente de la ecuación, por el teorema 12.2.1 se sigue que la
ecuación propuesta admite una solución particular x = x0 , y = y0 .
♦ Calculamos esta solución particular.
Volviendo hacia atrás en el algoritmo de Euclides, tendremos
22 = (−8) · 66 + 1 · 550
luego,
88 · (−8)
x0 = = −32
22
88 · 1
y0 = =4
22
550
x = −32 + k · = −32 + 25 · k
22
66
y =4−k· = 4 − 3k
22
Ejemplo 12.3 Una persona va a un supermercado y compra 12 litros de leche, unos de leche entera y
otros de desnatada, por 1200 ptas. Si la leche entera vale 30 ptas. más por litro que la desnatada, y ha
comprado el mı́nimo posible de leche desnatada, ¿Cuántos litros habrá comprado de cada una?
Solución
de aquı́ que
xy + 30x + 126 − xy = 1200
o sea,
30x + 12y = 1200
♦ Veamos si esta ecuación admite soluciones enteras. Hallamos el máximo común divisor de 30 y 12
por el algoritmo de Euclides.
2 2
30 12 6
6 0
347
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
m.c.d. (30, 12) = 6
y dado que 6 divide a 1200, la ecuación planteada admite soluciones enteras.
♦ Calculamos una solución particular.
Como m.c.d. (30, 12) = 6, existirán 2 números enteros p y q tales que 6 pueda expresarse como
combinación lineal de 30 y 12 con coeficientes enteros. Los hallaremos volviendo hacia atrás en el
algoritmo de Euclides.
6 = 1 · 30 + (−2) · 12
luego entonces los coeficientes buscados son 1 y −2 y la solución particular de la ecuación es
1200 · 1
x0 = = 200
6
1200 · (−2)
y0 = = −400
6
12
x = 200 + k · = 200 + 2k
6
30
y = −400 − k · = −400 − 5k
6
Ce = 200 + 2k : k ∈ Z
Cd = 12 − Ce = 12 − 200 − 2k = −188 − 2k : k ∈ Z
Pues bien, suponiendo que se compra alguna cantidad de leche desnatada, tendremos que
y la cantidad mı́nima de leche desnatada se corresponderá con la máxima de leche entera y esta se
da para el valor máximo que pueda tener k, es decir para k = −95. Por tanto,
Ejemplo 12.4 Hallar los valores de c ∈ Z+ , con 10 < c < 20 para los cuales no tiene solución la
ecuación diofántica 84x + 990y = c. Determinar la solución para los restantes valores de c.
Solución
348
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
♦ La ecuación 84x + 990y = c admitirá solución entera si, y sólo si el máximo común divisor de 84 y
990 divide a c.
Hallamos dicho máximo común divisor por el algoritmo de Euclides.
11 1 3 1 2
990 84 66 18 12 6
66 18 12 6 0
luego
m.c.d. (84, 990) = 6
entonces,
84x + 990y = c tiene solución entera ⇐⇒ 6 |c ⇐⇒ ∃q ∈ Z : c = 6 · q
y como 10 < c < 20, tendremos que las opciones posibles para las que la ecuación tiene solución
son
c = 12 y c = 18
por tanto los valores de c para los que la ecuación no admite solución entera serán:
11, 13, 14, 15, 16, 17 y 19
)
6 = 18 − 1 · 12
=⇒ 6 = 18 − 1(66 − 3 · 18)
12 = 66 − 3 · 18
= −1 · 66 + 4 · 18
)
6 = −1 · 66 + 4 · 18
=⇒ 6 = −1 · 66 + 4(84 − 1 · 66)
18 = 84 − 1 · 66
= 4 · 84 − 5 · 66
)
6 = 4 · 84 − 5 · 66
=⇒ 6 = 4 · 84 − 5(990 − 11 · 84)
66 = 990 − 11 · 84
= −5 · 990 + 59 · 84
luego,
6 = 59 · 84 + (−5) · 990
12 · 59
x0 = = 118
6
12 · (−5)
y0 = = −10
6
− La solución general es
990
x = 118 + k · = 118 + 165k
6
84
y = −10 − k · = −10 − 14k
6
349
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
18 · 59
x0 = = 177
6
18 · (−5)
y0 = = −15
6
− La solución general es
990
x = 177 + k · = 177 + 165k
6
84
y = −15 − k · = −15 − 14k
6
Solución
5 · (−1)
x0 = = −5
1
5·1
y0 = =5
1
x = −5 + 9k
y = 5 − 8k
350
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 12.6 Una mujer tiene un cesto de manzanas. Haciendo grupos de 3 sobran 2 y haciendo
grupos de 4 sobran 3. Hallar el número de manzanas que contiene el cesto sabiendo que están entre 100
y 110.
Solución
Sean x e y los números de grupos de tres y cuatro manzanas, respectivamente. Si N es el número total
de manzanas que contiene el cesto, tendremos
)
3x + 2 = N
4y + 3 = N
1 · (−1)
x0 = = −1
1
1(−1)
y0 = = −1
1
−4
x = −1 + · k = −1 − 4k
1
3
y =1− · k = −1 − 3k
1
k = −9
351
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Consecuentemente,
N = −12(−9) − 1 = 108 − 1 = 107
es decir el cesto contiene 107 manzanas.
Ejemplo 12.7 Hallar el menor número de cuatro cifras que dividido por 4, 7 y 11 da resto 3, y que
dividido por 13 da resto 1.
Solución
Sea n el número buscado, entonces por el algoritmo de la división existen q1 , q2 y q3 tales que
n = 4 · q1 + 3 =⇒ n − 3 = 4 · q1
n = 7 · q2 + 3 =⇒ n − 3 = 7 · q2
n = 11 · q3 + 3 =⇒ n − 3 = 11 · q3
luego
4 |n − 3 , 7 |n − 3 y 11 |n − 3
es decir, n − 3 es un múltiplo común a 4,7 y 11, por tanto ha de ser múltiplo de su mı́nimo común
múltiplo y al ser
m.c.m.(4, 7, 11) = 4 · 7 · 11 = 308
será
308 |n − 3
luego existirá un entero x tal que
n − 3 = 308x
es decir,
n = 308x + 3
Por otro lado y también por el algoritmo de la división, existirá un entero y tal que
n = 13y + 1
por tanto, )
n = 308x + 3
=⇒ 308x − 13y = −2
n = 13y + 1
352
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego
1 = 3 · 308 + 71 · (−13)
y una solución particular es:
(−2) · 3
x0 = −6
1
(−2) · 71
y0 = − 142
1
♦♦ Solución general
−13
x = −6 + k · = −6 − 13k
1
308
y = −142 − k · = −142 − 308k
1
Ejemplo 12.8 Un granjero gastó 100.000 pts. en 100 animales entre pollos, conejos y terneros. Si los
pollos los compró a 50 pts, a 1000 pts. los conejos y a 5000 pts. los terneros y adquirió animales de las
tres clases, ¿Cuántos animales compró de cada clase?
Solución
353
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
5 4 1 3
99 19 4 3 1
4 3 1 0
luego,
m.c.d. (19, 99) = 1
y como 1 divide a 1990, término independiente de la ecuación, esta tiene soluciones enteras.
♦♦ Calculamos una solución particular
Expresamos 1 como combinación lineal de 19 y 99 volviendo hacia atrás los cálculos en el
algoritmo de Euclides.
)
1=4−1·3
=⇒ 1 = 4 − 1(19 − 4 · 4)
3 = 19 − 4 · 4
= −1 · 99 + 5 · 4
)
1 = −1 · 19 + 5 · 4
=⇒ 1 = −1 · 19 + 5(99 − 5 · 19)
4 = 99 − 5 · 19
= 5 · 99 − 26 · 19
luego,
1 = (−26) · 19 + 5 · 99
por tanto, una
1900 · (−26)
y0 = = −49400
1
1900 · 5
z0 = = 9500
1
99
y = −49400 + k · = −49400 + 99k
1
19
z = 9500 − k · = 9500 − 19k
1
354
Apuntes de Matemática Discreta
13. Clases de Restos Módulo m
Contenido
13.1 Conceptos Básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
13.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
13.1.2 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
13.2 Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
13.2.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
13.2.2 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
13.2.3 Corolario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361
13.3 Conjunto de las Clases de Restos Módulo m . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366
13.3.1 Relación de Equivalencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
13.3.2 Clases de Equivalencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
13.3.3 Conjunto Cociente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368
13.4 Aritmética en Zm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
13.4.1 Suma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
13.4.2 Bien Definida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370
13.4.3 Elemento Neutro para la Suma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370
13.4.4 Elemento Opuesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370
13.4.5 Producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
13.4.6 Bien Definido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
13.4.7 Elemento Neutro para el Producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
13.4.8 Elemento Inverso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
13.5 Euler, Fermat y Wilson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383
13.5.1 Función φ de Euler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383
13.5.2 Teorema de Euler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384
13.5.3 Corolario (Fermat) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 385
13.5.4 Teorema de Wilson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389
13.6 Teorema Chino del Resto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390
13.6.1 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
En su obra Disquisitiones Arithmeticae, publicada en 1801, Gauss introdujo en las Matemáticas el con-
cepto de congruencia. Dada la analogı́a que existı́a entre ella y la igualdad algebraica, Gauss adopto el
sı́mbolo ≡, notación que aún se utiliza para la congruencia.
la relación de congruencia ha proporcionado las herramientas con las cuales se han demostrado impor-
tantes hechos en la Teorı́a de Números, de hecho ha sido un instrumento de vital importancia para el
estudio de la divisibilidad en Z.
355
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Muchos problemas de Cálculo con enteros muy grandes pueden reducirse a problemas equivalentes usando
enteros pequeños mediante el uso de las congruencias.
Comenzamos definiendo el concepto central de la lección y analizando con detenimiento sus propiedades.
Distintos ejemplos aclararán los conceptos que se definen y permitirán una aplicación directa de las
propiedades.
13.1.1 Definición
Sea m un entero positivo y a, b dos números enteros. Diremos que a y b son congruentes módulo m
si m divide a a − b. Utilizaremos la notación a ≡ b(mód m), es decir,
a ≡ b(mód m) ⇐⇒ m|a − b
Ejemplo 13.1
Ejemplo 13.2 Encontrar cinco número enteros distintos, cada uno los cuales sea congruente con 13
módulo 11.
Solución
13.1.2 Teorema
356
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
(a) Probaremos que si a es un número entero cualquiera, entonces es congruente módulo m exactamente
con uno de los enteros 0, 1,. . . . . ., m − 1.
En efecto,
a ∈ Z y m ∈ Z+ =⇒ Existen q y r, enteros y únicos : a = mq + r, con 0 6 r < m {(??)}
⇐⇒ a − r = mq, con 0 6 r < m
⇐⇒ m|a − r, con 0 6 r < m
⇐⇒ a ≡ r(mód m), con 0 6 r < m
a ≡ 0(mód m)
ó
a ≡ 1(mód m)
ó
⇐⇒ a ≡ 2(mód m)
..
.
ó
a ≡ m − 1(mód m)
a − b = mq, con q ∈ Z.
Por otra parte, por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto (??), pueden
encontrarse q1 , q2 , r1 y r2 enteros, tales que
a = mq1 + r1
y
b = mq 2 + r 2
de aquı́ que
a − b = m(q1 − q2 ) + r1 − r2 .
Tenemos pues que
a − b = mq
y
a − b = m(q1 − q2 ) + r1 − r2
y como el resto de dividir a − b entre m es único,
r1 − r2 = 0
luego,
r1 = r2
es decir, a y b dan, ambos, el mismo resto al dividirlos por m.
“Si.” Recı́procamente, supongamos que ambos, a y b, dan el mismo resto al dividirlos por m, es
decir, existen q1 , q2 y r, enteros, tales que
a = mq1 + r y b = mq2 + r.
357
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 13.3 Demuéstrese que todo número primo mayor o igual que 5 es congruente con 1 ó con 5,
módulo 6.
Solución
Probaremos que
Entonces, por (a) del teorema anterior, p ≡ 0(mód 6) ó p ≡ 2(mód 6) ó p ≡ 3(mód 6) ó p ≡ 4(mód 6).
Pues bien,
6|p − 2
y =⇒ 2|p − 2
2|6 y =⇒ 2|p − 2 + 2 =⇒ 2|p
2|2
6|p − 3
y =⇒ 3|p − 3
3|6 y =⇒ 3|p − 3 + 3 =⇒ 3|p
3|3
6|p − 4
y =⇒ 2|p − 4
2|6 y =⇒ 2|p − 4 + 4 =⇒ 2|p
2|4
Hemos llegado, por tanto, a una contradicción y la proposición propuesta es cierta, es decir, p ha de ser
congruente módulo 6 con 1 ó con 5.
Ejemplo 13.4 Demuéstrese que si d|m y a ≡ b(mód m), entonces a ≡ b(mód d).
Solución
358
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
13.2 Propiedades
Veremos a continuación algunas propiedades de las congruencias que son, con frecuencia, bastante útiles
13.2.1 Teorema
Demostración
(a) a ≡ a(mód m)
Teniendo en cuenta que m 6= 0,
m|0 ⇐⇒ m|a − a ⇐⇒ a ≡ a(mód m)
13.2.2 Teorema
Demostración
359
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
luego,
a + c ≡ b + d(módm).
Análogamente,
a ≡ b(mód m) ⇐⇒ m|a − b =⇒ m|ac − bc
y =⇒ m|(ac − bc) + (bc − bd) =⇒ m|ac − bd
c ≡ d(mód m) ⇐⇒ m|c − d =⇒ m|bc − bd
por lo tanto,
ac ≡ bd(módm).
a b
(c) Si p|a, p|b, m.c.d.(p, m) = 1 y a ≡ b(mód m), entonces ≡ (mód m).
p p
En efecto,
p|a
y =⇒ p|a − b
p|b =⇒ p|mq1
y
a ≡ b(mód m) ⇐⇒ m|a − b ⇐⇒ ∃q1 ∈ Z : a − b = mq1
Pues bien, si p|mq1 , como m.c.d.(p, m) = 1, tendremos que p|q1 , es decir, q1 = pq con q entero.
Entonces,
)
a − b = mq1
a b a b
=⇒ a − b = mpq =⇒ − = mq ⇐⇒ m −
q1 = pq p p p p
Consecuentemente,
a b
≡ (mód m)
p p
Ejemplo 13.5 Demostrar que el cuadrado de cualquier número entero es divisible por 3 o es congruente
con 1 módulo 3.
Solución
Sea a un número entero arbitrario. Por el teorema 13.1.2 a es congruente módulo 3 con 0, 1 ó 2. Pues
360
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
bien,
a ≡ 0(mód 3) =⇒ a2 ≡ 0(mód 3) {(13.2.2 (a))}
⇐⇒ 3|a2
⇐⇒ a2 es divisible por 3
ó
a ≡ 1(mód 3) =⇒ a2 ≡ 1(mód 3) {(13.2.2 (a))}
ó
a ≡ 2(mód 3) =⇒ a2 ≡ 4(mód 3) {(13.2.2 (a))}
⇐⇒ 3|a2 − 4
⇐⇒ a2 − 4 = 3q
⇐⇒ a2 = 3q + 4
⇐⇒ a2 = 3(q + 1) + 1
⇐⇒ 3|a2 − 1
⇐⇒ a2 ≡ 1(mód 3)
luego a2 es divisible por 3 o es congruente con 1 módulo 3.
Veamos ahora un corolario que generaliza algunos apartados del teorema anterior.
13.2.3 Corolario
n
Y n
Y
(ii) ai ≡ bi (mód m)
i=1 i=1
Demostración
n
X n
X
(i) ai ≡ bi (mód m)
i=1 i=1
Paso básico. Veamos que es cierto para n = 2. En efecto, por el teorema anterior,
)
a1 ≡ b1 (mód m)
=⇒ a1 + a2 ≡ b1 + b2 (mód m)
a2 ≡ b2 (mód m)
ai ≡ bi (mód m), i = 1, 2, . . . , p, p + 1
361
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
entonces por la hipótesis de inducción y por ser cierta la propiedad para i = 2, tendremos que
p p
X X p p p+1 p+1
ai ≡ bi (mód m)
X X X X
i=1 i=1 =⇒ a i + ap+1 ≡ b i + b p+1 (mód m) =⇒ ai ≡ bi (mód m)
i=1 i=1 i=1 i=1
ap+1 ≡ bp+1 (mód m)
n2 ≡ t2 (mód 10)
Solución
En efecto, si
n = ak 10k + ak−1 10k−1 + · · · + a1 10 + a0
es la descomposición polinómica de n, entonces a0 = t, luego
k
X
n= ai 10i + t
i=1
de aquı́ que
k
X
n−t= ai 10i
i=1
Ahora bien,
10 ≡ 0(mód 10)
luego
10i ≡ 0(mód 10), 1 6 i 6 k
y también
ai 10i ≡ 0(mód 10), 1 6 i 6 k
de aquı́ que por el corolario anterior,
k
X
ai 10i ≡ 0(mód 10).
i=1
Consecuentemente,
n − t ≡ 0(mód 10)
y, por lo tanto,
n ≡ t(mód 10)
de donde resulta que
n2 ≡ t2 (mód 10)
362
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
En efecto,
)
21 ≡ 0(mód 7)
=⇒ 20 ≡ −1(mód 7) =⇒ 204572 ≡ (−1)4572 (mód 7) =⇒ 204572 ≡ 1(mód 7)
−1 ≡ −1(mód 7)
es decir el resto es 1.
Solución
a ≡ b(mód m) ⇐⇒ m|a − b ⇐⇒ ∃q ∈ Z : a − b = mq
Es decir, d1 divide a b y a m, por tanto dividirá al máximo común divisor de ambos, luego
d1 |d2
Análogamente,
d2 |b
d2 = m.c.d(b, m) =⇒ y =⇒ d2 |a − b + b =⇒ d2 |a
d2 |m =⇒ d2 |mq =⇒ d2 |a − b
O sea, d2 divide a a y a m, luego dividirá al máximo común divisor de ambos, de aquı́ que
d2 |d1
m.c.d.(a, m) = m.c.d.(b, m)
363
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 13.9 Demostrar que para cualquier entero positivo n, el número 3 · 52n+1 + 23n+1 es divisible
por 17.
Solución
Observemos lo siguiente:
3 · 52n+1 = 3 · (52 )n · 5 = 15 · 25n
23n+1 = (23 )n · 2 = 2 · 8n
Por otra parte,
)
15 ≡ −2(mód 17)
=⇒ 15 · 25n ≡ −2 · 8n (mód 17)
25 ≡ 8(mód 17) =⇒ 25n ≡ 8n (mód 17)
luego,
15 · 25n + 2 · 8n ≡ 0(mód 17)
es decir,
3 · 52n+1 + 23n+1 ≡ 0(mód 17)
por lo tanto, el número dado es divisible por 17.
Ejemplo 13.10 Demostrar por inducción que el número 72n − 48n − 1 es divisible por 2304 para
cualquier entero positivo n.
Solución
Probaremos que
72n − 48n − 1 ≡ 0(mód 2304)
o lo que es igual,
(72 )n ≡ 48n + 1(mód 2304)
es decir,
49n ≡ 48n + 1(mód 2304)
o sea,
(48 + 1)n ≡ 48n + 1(mód 2304)
Procederemos por inducción.
364
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
luego,
(48 + 1)p (48 + 1) ≡ (48p + 1)(48 + 1)(mód 2304).
Por otra parte,
(48p + 1)(48 + 1) = 2304p + 48 + 48p + 1
es decir,
(48p + 1)(48 + 1) − [48(p + 1) + 1] = 2304p
de aquı́ que
(48p + 1)(48 + 1) ≡ 48(p + 1) + 1(mód 2304).
Finalmente, por la transitividad de la relación de congruencia, de
se sigue que
(48 + 1)p+1 ≡ 48(p + 1) + 1(mód 2304).
Consecuentemente, la congruencia es cierta para cada entero positivo n, o sea,
y, consecuentemente,
72n − 48n + 1
es divisible por 2304 para cualquier entero positivo n.
Ejemplo 13.11 Calcular el resto de dividir 96n+1 + 32n+1 · 4872n − 10 por 730.
Solución
Observemos lo siguiente:
Pues bien,
729 ≡ −1(mód 730) =⇒ 7292n ≡ (−1)2n (mód 730)
=⇒ 7292n ≡ 1(mód 730)
=⇒ 7292n · 9 ≡ 9(mód 730)
⇐⇒ 96n+1 ≡ 9(mód 730).
Por otra parte,
1461 ≡ 1(mód 730) =⇒ 14612n ≡ 12n (mód 730)
=⇒ 14612n ≡ 1(mód 730)
=⇒ 14612n · 3 ≡ 3(mód 730)
⇐⇒ 32n+1 · 4872n ≡ 3(mód 730)
365
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
de aquı́ que
96n+1 + 32n+1 · 4872n ≡ 12(mód 730)
es decir,
96n+1 + 32n+1 · 4872n − 10 ≡ 2(mód 730)
Ejemplo 13.12 Demostrar que para cualquier entero positivo n, el número 10n (9n − 1) + 1 es divisible
por 9.
Solución
En efecto,
10 ≡ 1(mód 9) =⇒ 10n ≡ 1(mód 9)
y
9n ≡ 0(mód 9) ⇐⇒ 9n ≡ 1 − 1(mód 9) ⇐⇒ 9n − 1 ≡ −1(mód 9)
luego,
10n (9n − 1) ≡ −1(mód 9)
por lo tanto,
10n (9n − 1) + 1 ≡ 0(mód 9)
y ası́ sucesivamente.
Con esta interpretación, cada elemento de Zm es considerado como el conjunto de todos los enteros
congruentes con un entero i tal que 0 6 i 6 m − 1.
Esta es la razón de que la propiedad cı́clica de las congruencias sea tan importante. Si contamos desde 0
a 10 en base decimal, originamos un ciclo desde 0 a 9 y volvemos al 0. Por ejemplo, el cuentakilómetros
de un coche es una instrumentación fı́sica de esta propiedad. Los dı́gitos desde el 0 hasta el 9 se sitúan
en un cı́rculo, y cuando éste gira, tiene lugar la cuenta. Cuando un cı́rculo pasa desde el 9 hasta el 0, el
siguiente cı́rculo a su izquierda se incrementa en 1. El cuentakilómetros vuelve a 0 de nuevo cuando el
coche recorre 100.000 kms. Ası́ pues, el cuentakilómetros es una instrumentación de Z100.000 y cada una
de las ruedas de dı́gitos son instrumentaciones de Z10 .
La informática también es bastante dependiente de esta propiedad. Por ejemplo, un byte es un número
de ocho bits que varı́a desde 00000000 hasta 11111111; si añadimos 1 a 11111111 volvemos de nuevo
a 00000000. Esta transición se registra normalmente como un desbordamiento. El hecho de contar en
un ordenador, supone exactamente el mismo principio que el utilizado en el cuentakilómetros. Además,
no importa lo potente que sea el mismo, siempre será una máquina finita. Ası́ que cada esfuerzo para
tratar con los números enteros es, básicamente, una aproximación de los enteros por Zm para algún
m lo suficientemente grande. Este hecho, combinado con la naturaleza cı́clica de Zm , es la base para
algoritmos utilizados en la generación de números aleatorios.
366
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
Dado un número entero cualquiera a, su clase de equivalencia es el conjunto formado por todos los
enteros que dan el mismo resto que a al dividirlos entre m.
Demostración
Recordemos que la clase de equivalencia de un elemento es el conjunto formado por todos los elementos
relacionados con él.
Por otra parte, el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto, asegura que existen q 0 y r, enteros
y únicos tales que
a = mq 0 + r, con 0 6 r < m
y si tenemos en cuenta el apartado (b) del teorema 13.1.2, tendremos que [a] estará formada por todos
los enteros que den resto r al dividirlos entre m, es decir,
[a] = {x ∈ Z : x = mq + r, con q ∈ Z}
Ejemplo 13.13 En el conjunto de los números enteros se considera la clase de equivalencia módulo 5.
Hallar las clases de equivalencia del −22, −6, 0, 3, 5, 7, 18 y 20.
Solución
367
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
[18] = [3]
[20] = [0]
Al conjunto formado por las clases de equivalencia, es decir al conjunto cociente, lo llamaremos con-
junto de las clases de restos módulo m, lo notaremos por Zm y es
Demostración
Como al dividir cualquier número entero por m pueden aparecer m restos distintos (0, 1, · · · , m − 1),
querrá esto decir que habrá únicamente m clases distintas. Si tomamos el resto como representante de
cada clase, es decir,
[r] = {x ∈ Z : x = mq + r, con q ∈ Z}
el conjunto cociente será
Zm = {[0], [1], · · · , [m − 1]}
Nota 13.1 Obsérvese que cualquier conjunto de m enteros que no sean congruentes entre sı́ módulo
m darı́a lugar al mismo conjunto cociente. En efecto, sean m números enteros a0 , a1 , · · · , am−1 que no
sean congruentes entre sı́ dos a dos. Entonces, según hemos visto en el apartado anterior,
ai ≡
/ aj (mód m) en Z ⇐⇒ [ai ] 6= [aj ] en Zm
con 0 6 i, j 6 m − 1 e i 6= j. Entonces,
y si suponemos, sin pérdida de generalidad, que i es el resto de dividir ai entre m, tendremos que
[ai ] = [i], 1 6 i 6 m − 1
368
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 13.14 En el conjunto de los números enteros se considera la relación de equivalencia módulo
5. Hallar el conjunto cociente.
Solución
10 ≡
/ − 9(mód 5) en Z ⇐⇒ [10] 6= [−9] en Z5
10 ≡
/ 12(mód 5) en Z ⇐⇒ [10] 6= [12] en Z5
10 ≡
/ 8(mód 5) en Z ⇐⇒ [10] 6= [8] en Z5
10 ≡
/ 19(mód 5) en Z ⇐⇒ [10] 6= [19] en Z5
−9 ≡
/ 12(mód 5) en Z ⇐⇒ [−9] 6= [12] en Z5
−9 ≡
/ 8(mód 5) en Z ⇐⇒ [−9] 6= [8] en Z5
−9 ≡
/ 19(mód 5) en Z ⇐⇒ [−9] 6= [19] en Z5
12 ≡
/ 8(mód 5) en Z ⇐⇒ [12] 6= [8] en Z5
12 ≡
/ 19(mód 5) en Z ⇐⇒ [12] 6= [19] en Z5
8≡
/ 19(mód 5) en Z ⇐⇒ [8] 6= [19] en Z5
luego,
Z5 = {[10], [−9], [12], [8], [19]}
y, naturalmente,
[10] = [0]
[−9] = [1]
[12] = [2]
[8] = [3]
[19] = [4]
13.4 Aritmética en Zm
13.4.1 Suma
[a] + [b] = [a + b]
Ejemplo 13.15 Sumar en el conjunto de las clases de restos módulo 5, Z5 , las clases [31] y [58].
369
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
[31] + [58] = [89] = {x ∈ Z : x = 5q + 4, con q ∈ Z} = {. . . , −16, −11, −6, −1, 4, 9, 14, 19, 24 . . .} = [4]
Nota 13.2 Obsérvese que en Z5 las clases [16] y [63] son iguales, respectivamente, a las clases [31] y
[58], por lo tanto su suma ha de ser igual a la calculada en el ejemplo anterior. En efecto,
[16] + [63] = [79] = {x ∈ Z : x = 5q + 4, con q ∈ Z} = {. . . , −16, −11, −6, −1, 4, 9, 14, 19, 24 . . .} = [4]
La suma está bien definida, es decir, no depende de los representantes que se elijan en cada clase, en
el sentido de que si [a] = [a0 ] y [b] = [b0 ], entonces [a] + [b] = [a0 ] + [b0 ].
Demostración
En efecto,
Demostración
Demostración
370
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
13.4.5 Producto
[a] · [b] = [a · b]
El producto está bien definido, es decir, no depende de los representantes que se elijan en cada clase,
en el sentido de que si [a] = [a0 ] y [b] = [b0 ], entonces [a] · [b] = [a0 ] · [b0 ].
Demostración
En efecto,
Demostración
Un elemento [a] de Zm admite inverso si, y sólo si, a y m son primos entre si.
Demostración
371
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
m.c.d.(a, m) = 1
[a] ∈ Zm ⇐⇒ 0 6 a 6 m − 1
por lo tanto,
− Si m es primo, entonces m.c.d.(a, m) = 1 para todo a distinto de cero, luego todos los elementos
de Zm , excepto el cero, poseen inverso.
− Si m no es primo, sólo tendrán inverso aquellos que sean primos con a.
Podemos concluir que una condición necesaria y suficiente para que todos los elementos de Zm posean
inverso es que m sea primo.
Nota 13.4 De aquı́ en adelante, y siempre que no haya peligro de confusión, escribiremos a en vez de
[a] para notar la clase de equivalencia de a en el conjunto Zm .
(a) 2 en Z11
(b) 7 en Z15
(c) 7 en Z16
(d) 5 en Z13
Solución
5 2
11 2 1
1 0
372
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1 = 11 − 2 · 5 = (−5) · 2 + (−1)(−11)
de aquı́ que
1(−5) (−11)
x = +k , con k ∈ Z
1 1
= −5 − 11k
= 6 − 11 − 11k
= 11(−1 − k) + 6
= 11q + 6, tomando q = −1 − k
es decir,
x = 6 en Z11
luego el inverso de 2 en Z11 es 6.
(b) Inverso de 7 en Z15 .
Como 7 y 15 son primos entre sı́, 7 tendrá inverso en Z15 . Pues bien,
x es el inverso de 7 en Z15 ⇐⇒ 7x = 1 en Z15
⇐⇒ 7x ≡ 1(mód 15) en Z
⇐⇒ 15|7x − 1 en Z
⇐⇒ ∃x ∈ Z : 7x − 15y = 1
Utilizaremos el algoritmo de Euclides para obtener una solución general de esta ecuación diofántica.
2 7
15 7 1
1 0
1 = 15 − 7 · 2 = (−2) · 7 + (−1)(−15)
de aquı́ que
1(−2) (−15)
x= +k , con k ∈ Z ⇐⇒ x = −2 − 15k, con k ∈ Z
1 1
⇐⇒ x = 13 − 15 − 15k
⇐⇒ x = 15(−1 − k) + 13
⇐⇒ x = 15q + 13, con q ∈ Z
⇐⇒ x = 13, en Z15
luego el inverso de 7 en Z15 es 13.
(c) Inverso de 7 en Z16 .
Como 7 y 16 son primos entre sı́, 7 tendrá inverso en Z16 . Pues bien,
x es el inverso de 7 en Z16 ⇐⇒ 7x = 1 en Z16
⇐⇒ 7x ≡ 1(mód 16) en Z
⇐⇒ 16|7x − 1 en Z
⇐⇒ ∃x ∈ Z : 7x − 16y = 1
Utilizaremos el algoritmo de Euclides para obtener una solución general de esta ecuación diofántica.
373
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
2 3 2
16 7 2 1
2 1 0
de aquı́ que
1·7 (−16)
x= +k =, con k ∈ Z ⇐⇒ x = 7 − 16k, con k ∈ Z
1 1
⇐⇒ x = 16q + 7, (q = −k), con q ∈ Z
⇐⇒ x = 7, en Z16
Utilizaremos el algoritmo de Euclides para obtener una solución general de esta ecuación diofántica.
2 1 1 2
13 5 3 2 1
3 2 1 0
luego,
)
1 = 3 − 1·2
=⇒ 1 = 3 − 1(5 − 1 · 3) = (−1) · 5 + 2 · 3
2 = 5 − 1·3
)
1 = (−1) · 5 + 2·3
=⇒ 1 = (−1) · 5 + 2(13 − 2 · 5) = (−5) · 5 + 2 · 13
3 = 13 − 2·5
luego,
1 = (−5) · 5 + (−2)(−13)
de aquı́ que
1(−5) (−13)
x= +k =, con k ∈ Z ⇐⇒ x = −5 − 13k, con k ∈ Z
1 1
⇐⇒ x = 8 − 13 − 13k, con k ∈ Z
⇐⇒ x = 13(−1 − k) + 8, con k ∈ Z
⇐⇒ x = 13q + 8, (q = −1 − k), con q ∈ Z
⇐⇒ x = 8, en Z13
374
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
> Opuestos.
− El opuesto de [0] es, obviamente, [0].
− El opuesto de [1] es, [5 − 1] = [4].
− El opuesto de [2] es, [5 − 2] = [3].
− El opuesto de [3] es, [5 − 3] = [2].
− El opuesto de [4] es, [5 − 4] = [1].
> Inversos. Como el 5 es primo, todos los elementos de Z5 , excepto el [0] poseen inverso.
− El inverso de [1] es [1].
− El inverso de [2] es [3].
− El inverso de [3] es [2].
− El inverso de [4] es [4].
> Tabla de sumar.
+ [0] [1] [2] [3] [4]
[0] [0] [1] [2] [3] [4]
[1] [1] [2] [3] [4] [0]
[2] [2] [3] [4] [0] [1]
[3] [3] [4] [0] [1] [2]
[4] [4] [0] [1] [2] [3]
> Tabla de multiplicar.
× [0] [1] [2] [3] [4]
[0] [0] [0] [0] [0] [0]
[1] [0] [1] [2] [3] [4]
[2] [0] [2] [4] [1] [3]
[3] [0] [3] [1] [4] [2]
[4] [0] [4] [3] [2] [1]
> Opuestos.
− El opuesto de [0] es [0].
− El opuesto de [1] es [5].
− El opuesto de [2] es [4].
− El opuesto de [3] es [3].
− El opuesto de [4] es [2].
− El opuesto de [5] es [1].
> Inversos. Como el [6] no es primo, no todos los elementos de Z6 tienen inverso.
− m.c.d.(1, 6) = 1, luego [1] tiene inverso, el [1].
− m.c.d.(2, 6) = 2, luego [2] no tiene inverso.
− m.c.d.(3, 6) = 3, luego [3] no tiene inverso.
− m.c.d.(4, 6) = 2, luego [4] no tiene inverso.
375
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Nota 13.5 En Z se verifica la ley de cancelación, es decir, si a, b y c son tres números enteros con
a 6= 0, se verifica que
ab = ac =⇒ b = c
En Zm esta ley, en general, no se verifica, es decir pueden encontrarse a 6= 0, b y c tales que
ab = ac y, sin embargo, b 6= c
Por ejemplo, en Z4
2 · 1 = 2 · 3 y, sin embargo, 1 6= 3
Obsérvese, también, que en Z no existen divisores de cero, es decir, para cualquier par de enteros a y b
se verifica
ab = 0 =⇒ a = 0 ó b = 0
En Zm si existen divisores de cero, es decir pueden encontrarse a y b tales que
ab = 0 y, sin embargo, a 6= 0 y b 6= 0
3 · 2 = 0 y, sin embargo, 3 6= 0 y 2 6= 0
Solución
376
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
~ Sustitución.
Despejamos x en la primera ecuación y sustituimos en la segunda.
x + 2y = 4 =⇒ x + 2y + 5y = 4 + 5y =⇒ x = 4 + 5y
Entonces, )
x = 4 + 5y
=⇒ 4 (4 + 5y) + 3y = 4
4x + 3y = 4
=⇒ 2 + 6y + 3y = 4
=⇒ 2 + 2y = 4
=⇒ 2y = 4 + 5
=⇒ 2y = 2
y como 7 es primo, todos los elementos de Z7 tienen inverso, luego multiplicando ambos miembros
por el inverso de 2 se sigue que
y=1
Pues bien, )
x = 4 + 5y
=⇒ x = 4 + 5 · 1 =⇒ x = 2
y = 1
~ Igualación.
Despejamos x en ambas ecuaciones.
x + 2y = 4 =⇒ x + 2y + 5y = 4 + 5y
=⇒ x = 4 + 5y
4x + 3y = 4 =⇒ 2 · 4x + 2 · 3y = 2 · 4
=⇒ x + 6y = 1
=⇒ x + 6y + 1y = 1 + 1y
=⇒ x = 1 + 1y
Igualando ambos resultados,
1 + 1y = 4 + 5y =⇒ 6 + 1 + 2y + 1y = 4 + 6 + 5y + 2y =⇒ 3y = 3 =⇒ y = 1
Consecuentemente, )
x = 1 + 1y
=⇒ x = 1 + 1 · 1 =⇒ x = 2
y = 1
~ Reducción.
Multiplicamos la primera ecuación por 3, la segunda por 1 y las sumamos.
) )
x + 2y = 4 3x + 6y = 5
=⇒ =⇒ 2y = 2 =⇒ y = 1
4x + 3y = 4 4x + 3y = 4
Análogamente, multiplicando la primera por 2, la segunda por 1 y sumándolas posteriormente,
) )
x + 2y = 4 2x + 4y = 1
=⇒
4x + 3y = 4 4x + 3y = 4
=⇒ 6y = 5
=⇒ 6 · 1x = 6 · 5
=⇒ x = 2
377
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
q
2
−3 ± (3) − 4 · 1 · 4
x =
2·1
√
−3 ± 3 · 3 − 4 · 4
=
2
√
8 ± 9 − 16
=
2
√
8 ± −7
=
2
√
8± 4
=
2
√
8 ± 22
=
2
8±2
=
2
8+2
2
=
8 − 2
2
{El inverso de 2 es 6}
(
6 · 10
=
6·6
(
60
=
36
(
5
=
3
p
Ejemplo 13.20 Demostrar que en Zp , con p primo, se verifica la igualdad (x + y) = xp + y p .
Solución
Pues bien,
p p! p p!
= =⇒ k! =
k k!(p − k)! k (p − k)!
p
=⇒ k! = p(p − 1) · · · (p − k + 1)
k
p
=⇒ p k!
k
378
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por otra parte, como p es primo, p y k serán primos entre sı́ para 1 < k < p, es decir,
Ası́ pues,
p
p k!
y m.c.d. (p, k!) = 1
k
luego por el Lema de Euclides,
p
p
k
es decir,
p
≡ 0(mód p) para 1 < k < p
k
o lo que es igual,
p
=0
k
para 1 < k < p en Zp . Por lo tanto,
p−1 p−1
X p X
xp−k y k = 0xp−k y k = 0.
k
k=1 k=1
Ejemplo 13.21 Demostrar que para p, primo, 3p + (−2)p + (−1)p es divisible por p.
Solución
Observemos lo siguiente: 3p + (−2)p + (−1)p será divisible por p, si da resto cero al dividirlo por p, es
decir, si
3p + (−2)p + (−1)p ≡ 0(mód p) en Z
lo cual es lo mismo que decir que
3p + (−2)p + (−1)p = 0 en Zp .
Pues bien,
3p + (−2)p + (−1)p = (3 + (−2))p + (−1)p {Ejemplo anterior}
= 1p + (−1)p
p
= (1 + (−1)) {Ejemplo anterior}
= 0p
= 0
y, consecuentemente, el número propuesto es divisible por p.
379
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
por lo tanto,
ab = 0 en Z5 ⇐⇒ ab ≡ 0(mód 5) en Z
⇐⇒ 5|ab en Z
⇐⇒ 5|a ó 5|b en Z {Corolario ??}
⇐⇒ a ≡ 0(mód 5) ó a ≡ 0(mód 5) en Z
⇐⇒ a = 0 ó b = 0 en Z5
Obsérvese que la segunda ecuación es igual a la primera multiplicada por 4, luego ambas ecuaciones
son equivalentes en Z5 , entonces,
2x + y = 2 ⇐⇒ 3x + 2x + y = 2 + 3x ⇐⇒ y = 2 + 3x : x ∈ Z5
Ejemplo 13.23 Resolver las siguientes ecuaciones en los conjuntos de clases de restos que se indican.
(a) 5x = 8 en Z6 .
(b) 15x = 6 en Z21
380
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(c) 3x = 27 en Z6 .
(d) 3x = 8 en Z6 .
(e) 12x = 45 en Z3 .
Solución
(a) 5x = 8 en Z6 . Como 5 y 6 son primos entre sı́, 5 tendrá inverso en Z6 . Sea a dicho inverso. Entonces,
a es el inverso de 5 en Z6 ⇐⇒ 5a = 1 en Z6
⇐⇒ 5a ≡ 1(mód 6) en Z
⇐⇒ 6|5a − 1 en Z6
⇐⇒ ∃y ∈ Z : 5a − 6y = 1
Utilizaremos el algoritmo de Euclides para obtener la solución general de esta ecuación diofántica.
1 5
6 5 1
1 0
1(−1) −6
a= +k , con k ∈ Z ⇐⇒ a = −1 − 6k, con k ∈ Z
1 1
⇐⇒ a = 5 − 6 − 6k, con k ∈ Z
⇐⇒ a = 6(−1 − k) + 5, con k ∈ Z
⇐⇒ a = 6q + 5, (q = −1 − k) con q ∈ Z
⇐⇒ a = 5 en Z6
Pues bien,
)
5x = 8
=⇒ 5 · 5x = 5 · 8 =⇒ 1 · x = 40 =⇒ x = 4 en Z6
5 es el inverso de 5
(b) 15x = 6 en Z21 . Como 15 y 21 no son primos entre sı́, 15 no tendrá inverso en Z21 . Utilizaremos,
pues, un método distinto al del apartado anterior para resolver esta ecuación.
Utilizaremos el algoritmo de Euclides para obtener la solución general de esta ecuación diofántica.
1 2 2
7 5 2 1
2 1 0
381
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
(c) 3x = 27 en Z6 . Como 3 y 6 no son primos entre sı́, 3 no tiene inverso en Z6 . Procederemos, pues,
igual que en el apartado anterior.
3x = 27 en Z6 ⇐⇒ 3x = 3 en Z6
⇐⇒ 3x ≡ 3(mód 6) en Z
⇐⇒ 6|3x − 3 en Z
⇐⇒ ∃y ∈ Z : 3x − 6y = 3
⇐⇒ x = 2y + 1, con y ∈ Z
⇐⇒ x = 2(3q + r) + 1, q ∈ Z y 0 6 r < 3 (??)
x = 6q + 1, q∈Z
ó
⇐⇒ x = 6q + 3, q∈Z
ó
x = 6q + 5, q∈Z
x = 1, en Z6
ó
⇐⇒ x = 3, en Z6
ó
x = 5, en Z6
(d) 3x = 8 en Z6 . Dado que 3 y 6 no son primos entre sı́, 3 no tiene inverso en Z6 . Procederemos, pues,
igual que en el apartado anterior.
3x = 8 en Z6 ⇐⇒ 3x ≡ 8(mód 6) en Z
⇐⇒ 8|3x − 8 en Z
⇐⇒ ∃y ∈ Z : 3x − 6y = 8
Pero el máximo común divisor de 3 y 6 no divide a 8, luego la ecuación anterior no tiene solución
en Z y, consecuentemente, la ecuación propuesta tampoco la tiene en Z6 .
382
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(e) 12x = 45 en Z3 .
Obsérvese que
12 = 0 en Z3 y 45 = 0 en Z3
luego,
12x = 45 en Z3 ⇐⇒ 0 · x = 0 en Z3
⇐⇒ x es cualquiera de Z3
⇐⇒ x = 0 ó x = 1 ó x = 2
Estudiaremos en este apartado tres importantes teoremas sobres congruencias. Introduremos previa-
mente la función de Euler1 que nos permitirá demostrar con facilidad tales teoremas.
Dado un número entero positivo m, definimos la función φ(m) como el número de enteros positivos
primos con m y que sean menores o iguales que m. Su expresión es
X
φ(m) = 1
0<r6m
φ(1) = 1
φ(2) = 1
φ(3) = 2
φ(4) = 2
φ(5) = 4
φ(6) = 2
φ(7) = 6
1 Leonhard Euler (Basilea 1707-San Petesburgo 1783), aprendió matemáticas de su padre que habı́a estudiado con Jacques
I Bernouilli. Fue enviado a estudiar teologı́a a Basilea, donde siguió el curso de Jacques I Bernouilli, con cuyos hijos le unió
una gran amistad. Cuando éstos fueron llamados a San Petesburgo por Catalina I, Euler los siguió en 1732, y allı́ sucedió a
Daniel Bernouilli en la cátedra de matemáticas. Desgraciadamente, en 1735, una congestión cerebral le hizo perder el ojo
derecho, y una ceguera progresiva le afligió durante buena parte de su existencia. En 1736 publicó un tratado completo de
mecánica, en el cual aplicó el análisis matemático a la ciencia del movimiento. En 1741 fue invitado a Berlı́n por Federico
II, que en 1744 le nombró director de la clase de matemáticas de la Academia de Berlı́n. En esta época construyó su Teorı́a
de los isoperı́metros, que permite determinar las curvas o las superficies para las cuales ciertas funciones indefinidas son
mayores o menores que para todas las otras. Este problema sólo habı́a recibido antes soluciones parciales. Euler desarrolló
el método contenido en estas soluciones parciales y lo definió en fórmula general. También publicó Teorı́a del movimiento
de los planetas y de los cometas y Teorı́a de la imantación, y resolvió para el rey de Prusia los principales problemas de
balı́stica. Con todo, sus dos grandes obras de análisis son Introducción al análisis de los infinitésimos (1748) e Instituciones
del cálculo diferencial (1755), que han sido clásicas durante mucho tiempo. Regresó a San Petesburgo en 1766, perdió el
ojo que le quedaba, a pesar de lo cual siguió trabajando. De 1768 a 1770 aparecieron sus Instituciones del cálculo integral.
Aunque una operación de cataratas le devolvió parcialmente al vista, su curación no fue completa. Murió de un ataque de
apoplejı́a.
383
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
φ(8) = 4
Nota 13.6 Obsérvese que si p es un número primo, entonces todos los enteros positivos menores que
p son primos con p, luego
φ(p) = p − 1
Demostración
Veremos que ar1 , ar2 , · · · , ark son también k elementos invertibles en Zm . En efecto,
> Probaremos ahora que los ari , 1 6 i 6 k son distintos dos a dos, es decir también hay k elementos
invertibles de la forma ari .
En efecto, si i 6= j y, sin embargo, ari = arj , entonces si a−1 es el inverso de a, tendremos
Veamos ahora que ari = rj con i = 6 j en Zm . En efecto, por el teorema de existencia y unicidad del
cociente y resto, existen enteros qi y r, únicos, tales que
luego
d|m
y =⇒ d|m.c.d.(m, ari )
d|ari
=⇒ d|1
=⇒ d = 1
=⇒ m.c.d.(m, r) = 1
=⇒ r es invertible en Zm
=⇒ r = rj , con j 6= i
384
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
o sea,
ak r1 · r2 · · · rk = r1 · r2 · · · rk en Zm
y como
m.c.d.(r1 · r2 · · · rk , m) = 1 (??)
resulta que r1 · r2 · · · rk es invertible. Bastarı́a multiplicar ambos miembros por su inverso para obtener
ak = 1 en Zm
es decir,
aφ(m) = 1 en Zm
El segundo de los teoremas es, en realidad, un corolario al teorema de Euler y se debe a Fermat2
ap−1 = 1 en Zp
Demostración
ap−1 = 1 en Zp
Solución
Por el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto, existirán q y r, enteros y únicos tales que
232587 = 7q + r, 0 6 r < 7
luego,
232587 = r en Z7 .
Bastará, pues, con resolver esta ecuación.
236 = 1 en Z7 .
2 Pierre de Fermat, matemático francés (Beaumont-de-Lomagne 1601-Castres 1665). Fue consejero del parlamento de
Tolouse (1631). Pascal le llamó el “primer hombre del mundo” y on siempre pudo seguirle en sus investigaciones. Fermat
que rara vez publicaba sus descubrimientos, e incluso olvidaba anotar las demostraciones matemáticas que iba encontrando,
por lo que gran número de sus trabajos se han perdido. D’Alambert, Lagrange y Laplace le concedieron el honor de haber
tenido la primera idea sobre el cálculo diferencial. Desde 1636, las cartas de Fermat prueban que ya representaba las
curvas mediante ecuaciones, antes de la publicación de la geometrı́a de Descartes. Asimismo, es opinión de Laplace que
Fermat debı́a compartir con Pascal el honor de haber inventado el cálculo de probabilidades. Sus principales escritos fueron
publicados por su hijo Samuel (1679), con el tı́tulo de Varia opera mathematica. En ellos se encuentran enunciados varios
principios y teoremas que en la actualidad son conocidos y estudiados.
385
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
Al igual que en el ejercicio anterior, el teorema de existencia y unicidad de cociente y resto asegura la
existencia de dos enteros, q y r, únicos tales que
y
2 )
322 = 1 en Z23 =⇒ 322 = 1 en Z23 2
=⇒ 322 · 33 = 1 · 4 en Z23 =⇒ 347 = 4 en Z23
3
3 = 4 en Z23
y, consecuentemente, el resto pedido es 4
9 6
Ejemplo 13.27 Demostrar que el número 274 − 253 es divisible por 37.
Solución
Probaremos que
9 6
274 − 253 = 0 en Z37
En efecto,
9 6
274 − 253 = 2736 − 536
y al ser 37 un número primo, 27 y 5 serán primos con él, luego ambos son invertibles en Z37 . Aplicando
el teorema de Fermat,
2736 = 1 en Z37
)
9 6
=⇒ 2736 − 536 = 0 en Z37 =⇒ 274 − 253 = 0 en Z37
536 = 1 en Z37
386
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
a = b en Zmi , i = 1, 2, . . . , k ⇐⇒ a − b = 0 en Zmi , i = 1, 2, . . . , k
⇐⇒ mi |a − b , i = 1, 2, . . . , k
=⇒ m.c.m. (m1 , m2 , . . . , mk ) |a − b
⇐⇒ a − b = 0 en Zm.c.m.(m1 ,m2 ,...,mk )
⇐⇒ a = b en Zm.c.m.(m1 ,m2 ,...,mk )
En efecto, como 3, 13 y 23 son primos, 2 es invertible en Z3 , Z13 y Z23 , luego por el teorema de
Fermat,
22 = 1 en Z3
212 = 1 en Z13
222 = 1 en Z23
y
66
22 = 1 en Z3 =⇒ 22 = 1 en Z3 =⇒ 2132 = 1 en Z3
11
212 = 1 en Z13 =⇒ 212 = 1 en Z13 =⇒ 2132 = 1 en Z13
6
222 = 1 en Z23 =⇒ 222 = 1 en Z23 =⇒ 2132 = 1 en Z23
2132 = 1 en Z3·13·23
es decir,
2132 − 1 = 0 en Z3·13·23
Ejemplo 13.29 Demostrar que para cualquier entero positivo n, siempre se verifica que n37 − n es
divisible por 383838. (Sugerencia: 383838 = 37 · 19 · 13 · 7 · 3 · 2).
Solución
Sea n cualquiera de Z+ . Por el teorema de existencia y unicidad del cociente y resto, existirán q1 , q2 , q3 ,
387
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
n = 37q1 + r1 , 0 6 r1 < 37
n = 19q2 + r2 , 0 6 r2 < 19
n = 13q3 + r3 , 0 6 r3 < 13
n = 7q4 + r4 , 0 6 r4 < 7
n = 3q5 + r5 , 0 6 r5 < 3
n = 2q1 + r6 , 0 6 r6 < 2
m.c.d.(r1 , 37) = 1
m.c.d.(r2 , 19) = 1
m.c.d.(r3 , 13) = 1
m.c.d.(r4 , 7) = 1
m.c.d.(r5 , 3) = 1
m.c.d.(r6 , 2) = 1
y
n = r1 en Z37 =⇒ n = r1 en Z37
n = r2 en Z19 =⇒ n36 = r236 en Z19
n = r3 en Z13 =⇒ n36 = r336 en Z13
n = r4 en Z7 =⇒ n36 = r436 en Z7
n = r5 en Z3 =⇒ n36 = r536 en Z3
n = r6 en Z2 =⇒ n36 = r636 en Z2
388
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
por lo tanto,
n36 = 1 en Z37
n36 = 1 en Z19
n36 = 1 en Z13
n36 = 1 en Z7
n36 = 1 en Z3
n36 = 1 en Z2
de aquı́ que por el ejercicio anterior,
n36 = 1 en Zm.c.m.(37,19,13,7,3,2)
es decir,
n36 = 1 en Z37·19·13·7·3·2
o sea,
n36 = 1 en Z383838
y como
n = n en Z383838
tendremos que
n37 = n en Z383838
y, consecuentemente,
n37 − n = 0 en Z383838
o lo que es igual
n37 − n es divisible por 383838
En 1770, el matemático inglés Edward Waring publicó en Meditationes Algebraicae varios teoremas
nuevos. Uno de ellos refleja una importante propiedad de los números primos. Lleva el nombre de John
Wilson, alumno de Waring.
Demostración
Como p es primo, todos los elementos de Zp , excepto el 0, son invertibles. Además, los únicos elementos
de Zp que coinciden con sus inversos son 1 y p − 1. En efecto, sea r cualquiera de Zp y sea x su inverso.
Entonces,
x = r ⇐⇒ r · r = 1 en Zp
⇐⇒ r2 − 1 = 0 en Zp
⇐⇒ (r + 1)(r − 1) = 0 en Zp
⇐⇒ p|(r + 1)(r − 1)
⇐⇒ p|r + 1 ó p|r − 1 {p es primo}
⇐⇒ r + 1 = 0 ó r − 1 = 0 en Zp
⇐⇒ r = −1 ó r = 1 en Zp
⇐⇒ r = p − 1 ó r = 1 en Zp
389
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
por lo tanto,
x 6= r ⇐⇒ r 6= 1 y r 6= p − 1 en Zp
es decir,
r ∈ {2, 3, . . . , p − 2} ⇐⇒ x ∈ {2, 3, . . . , p − 2}
luego el producto de todos ellos es 1 en Zp , o sea,
2 · 3 · · · (p − 2) = 1 en Zp
y como
p − 1 = −1 en Zp
multiplicando ambas igualdades miembro a miembro,
2 · 3 · · · (p − 2)(p − 1) = 1(−1) en Zp
y, consecuentemente,
(p − 1)! = −1 en Zp
Solución
Probaremos que 138! + 197138 = 0 en Z139 . En efecto, 139 es primo, luego por el teorema de Wilson,
(139 − 1)! = −1 en Z139
es decir,
138! = −1 en Z139
Por otra parte, 139 y 197 son primos entre sı́, luego por el teorema de Fermat,
197139−1 = 1 en Z139
o sea,
197138 en Z139
y sumando ambos resultados,
138! + 197138 = 0 en Z139
Consecuentemente, 138! + 197138 es divisible por 139.
En este apartado, estableceremos el Teorema Chino del resto, resultado que aparece en los más impor-
tantes manuscritos chinos de la antigüedad, como en los trabajos de Sun Tsu en el siglo I. También, y
en esa misma época, es conocido por el neopitagórico Nicómaco.3
3 Vivió cerca de Jerusalén alrededor del año 100. Parece ser que tenı́a ascendencia siria, pero lo cierto es que en su obra
predominan las tendencias filosóficas griegas. Es autor de la Introductio Aritmeticae de la que nos han llegado sólo dos
libros, pero es posible que ésta sea solamente una versión abreviada de un tratado originalmente más extenso. Esta obra
comienza con la ya veterana clasificación pitagórica de los números pares e impares, siguen las definiciones de los números
primos, compuestos y perfectos, incluyendo una descripción de la criba de Eratóstenes y una lista de los cuatro primeros
números perfectos (6,28, 496 y 8128). La obra incluye también una clasificación de las razones y de las combinaciones de
razones (puesto que las razones entre enteros son esenciales para la teorı́a pitagórica de los intervalos musicales), un amplio
tratamiento del tema favorito de la aritmética pitagórica, los números figurados en dos y tres dimensiones, y una exposición
exhaustiva de los diversos tipos de medias (de nuevo un tema favorito de la matemática y de la filosofı́a pitagóricas). Como
tantos otros escritores, Nicómaco considera al 3 como el primer número en el estricto sentido de la palabra, ya que 1 y
2 no eran en realidad números, sino sólo los generadores de la sucesión numérica, y además, para Nicómaco los números
estaban dotados de cualidades tales como mejor o peor, más joven o más viejo, etc..., y podı́an transmitir estos caracteres,
como los padres a sus hijos. La Introductio no tenı́a la intención de ser un tratado de cálculo ni de álgebra, sino un manual
conteniendo aquellos elementos de la matemática que resultaban esenciales para entender la filosofı́a pitagórica y platónica,
y en este sentido sirvió como modelo para muchos imitadores y comentadores posteriores.
390
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
13.6.1 Teorema
Si m1 , m2 , · · · , mk son enteros positivos primos entre sı́ dos a dos, entonces el sistema de ecuaciones,
x = a1 en Zm1
x = a2 en Zm2
...............
x = ak en Zmk
Demostración
Primero obtendremos una solución, probando ası́ su existencia, y luego demostraremos que es única.
En efecto, sea x una combinación lineal con coeficientes enteros de las soluciones ai en Zmi para cada
i = 1, 2, · · · , k, es decir,
x = c1 a1 + c2 a2 + · · · + ck ak (13.2)
Si ahora elegimos los coeficientes ci (1 6 i 6 k) de tal manera que
ci = 1 en Zmi
y
ci = 0 en Zmj , para j 6= i
tendremos que
c1 = 1 en Zm1
y =⇒ x = a1 en Zm1
c1 = 0 en Zmj , para j 6= 1
c2 = 1 en Zm2
y =⇒ x = a2 en Zm2
c2 = 0 en Zmj , para j 6= 2
luego la x dada por la expresión (13.2) serı́a solución simultánea de todas las ecuaciones propuestas.
Centremos, pues, nuestra atención en obtener estos coeficientes.
Empecemos por c1 . Por hipótesis los mi son primos entre sı́ dos a dos, es decir,
m.c.d.(mi , mj ) = 1, ∀i 6= j, 1 6 i, j 6 k
m.c.d.(m2 m3 · · · mk , m1 ) = 1
391
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
y haciendo m2 m3 · · · mk = t1 ,
m.c.d.(t1 , m1 ) = 1
luego t1 es invertible en Zm1 , es decir existe y1 ∈ Zm1 tal que
t1 y1 = 1 en Zm1 .
tj yj = 1 en Zmj , para j = 2, 3, · · · , k
y
tj = 0 en Zmi , para i 6= j
x = t1 y1 a1 + t2 y2 a2 + · · · + tk yk ak
Veamos ahora que esta solución es única en Zm1 m2 ···mk . En efecto, supongamos que no lo es, es decir que
existe otra solución x0 , distinta de la x, en Zm1 m2 ···mk del sistema de ecuaciones propuesto. Entonces,
como x es única en Zmi , tendremos
x = x0 en Zmi , i = 1, 2, · · · , k
o sea,
mi |x − x0 , i = 1, 2, · · · , k.
Pues bien,
m1 |x − x0
m.c.d.(m1 ,m2 )=1
y =⇒ m.c.m.(m1 , m2 )|x − x0 =⇒ m1 m2 |x − x0
m2 |x − x0
m1 m2 |x − x0
m.c.d.(m1 m2 ,m3 )=1
y =⇒ m.c.m.(m1 m2 , m3 )|x − x0 =⇒ m1 m2 m3 |x − x0
m3 |x − x0
m1 m2 m3 |x − x0
m.c.d.(m1 m2 m3 ,m4 )=1
y =⇒ m.c.m.(m1 m2 m3 , m4 )|x − x0 =⇒ m1 m2 m3 m4 |x − x0
m4 |x − x0
m1 m2 · · · mk |x − x0
392
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
es decir,
x = x0 en Zm1 m2 ···mk
y la solución que hemos construido es, por tanto, única.
Ejemplo 13.31 Encontrar el menor número entero positivo que dividido por 3 da como resto 2,
dividido por 5 da resto 3 y dividido por 7 da resto 2.
Solución
Sea x el número buscado. Según el enunciado habrá que encontrar solución al sistema de ecuaciones,
x = 2 en Z3
x = 3 en Z5
x = 2 en Z7
Observemos que 3, 5 y 7 son primos entre sı́ dos a dos, luego podemos aplicar el teorema anterior y la
solución única en Z3·5·7 = Z105 será
x = 2 · 5 · 7 · y 1 + 3 · 3 · 7 · y2 + 2 · 3 · 5 · y3
= 2 · 35y1 + 3 · 21y2 + 2 · 15y3
> Inverso de 35 en Z3 .
35 = 2 en Z3 , y el inverso de 2 en Z3 es 2, luego y1 = 2.
> Inverso de 21 en Z5 .
21 = 1 en Z5 , y el inverso de 1 en Z5 es 1, luego y2 = 1.
> Inverso de 15 en Z7 .
15 = 1 en Z7 , y el inverso de 1 en Z7 es 1, luego y3 = 1.
Por lo tanto,
x = 2 · 35 · 2 + 3 · 21 · 1 + 2 · 15 · 1 = 233 en Z105
es decir,
x = 23 en Z105
o lo que es igual “el menor número entero positivo que dividido por 3 da como resto 2, dividido por 5 da
resto 3 y dividido por 7 da resto 2 es 23”.
Ejemplo 13.32 Encontrar un número entero positivo cuyos restos al dividirlos por 3, 4, 5 y 6 sean,
respectivamente, 2, 3, 4 y 5. (Brahmagupta4 ).
Solución
4 Matemático hindú del siglo VII. Es autor del Brahma-Sphuta-Siddanta, obra de astronomı́a. Los siete capı́tulos del
XII al XVIII, tratan de matemáticas. Aparentemente, fue el primero que dio una solución general de la ecuación diofántica
lineal ax + by = c, con a, b y c enteros. Para que esta ecuación tenga soluciones enteras, el máximo común divisor de a
y b debe dividir a c, y Brahmagupta sabı́a que si a y b son primos entre sı́, entonces todas las soluciones de la ecuación
vienen dadas por las fórmulas x = p + mb, y = q − ma, donde m es un entero arbitrario. Brahmagupta estudió también la
ecuación diofántica cuatrática x2 + 1 + py 2 , que recibe erróneamente el nombre de John Pell (1611-1685) y que apareció por
primera vez en el problema de los bueyes de Arquı́medes. Esta ecuación de Pell fue resuelta en algunos casos particulares
por el matemático Bhaskara (1114-1185), hindú como Brahmagupta. Es muy notable el mérito de Brahmagupta al dar
todas las soluciones enteras de la ecuación diofántica lineal, mientras que Diofanto se habı́a contentado con dar una única
solución particular de una ecuación indeterminada. Dado que Brahmagupta utiliza en algunos casos los mismos ejemplos
que Diofanto, podemos ver de nuevo reforzada la evidencia de una influencia griega en la India, o bien la posibilidad de
que ambos hicieran uso de una fuente común, verosı́milmente de la antigua Babilonia.
393
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Sea x el número buscado. Por el teorema de existencia y unicidad del cociente y resto, podemos encontrar
cuatro números enteros q1 , q2 , q3 y q4 tales que
x = 3q1 + 2
x = 4q2 + 3
x = 5q3 + 4
x = 6q4 + 5
es decir,
x = 2 en Z3
x = 3 en Z4
x = 4 en Z5
x = 5 en Z6 .
Obsérvese que 3 es primo con 4 y con 5 pero no con 6 y lo mismo le sucede al 4, además 5 es primo con
6, luego podemos aplicar el teorema Chino del resto a las tres primeras soluciones y la solución única en
Z3·4·5 = Z60 es
x = 2 · 4 · 5 · y 1 + 3 · 3 · 5 · y2 + 4 · 3 · 4 · y3
= 2 · 20y1 + 3 · 15y2 + 4 · 12y3
siendo y1 , y2 e y3 los inversos de 20, 15 y 12 en Z3 , Z4 y Z5 , respectivamente.
> Cálculo de y1 .
20 = 2 en Z3 , y el inverso de 2 en Z3 es 2, luego y1 = 2.
> Cálculo de y2 .
15 = 3 en Z4 , y el inverso de 3 en Z4 es 3, luego y2 = 3.
> Cálculo de y3 .
12 = 2 en Z5 , y el inverso de 2 en Z5 es 3, luego y3 = 3.
Ası́ pues,
x = 2 · 20 · 2 + 3 · 15 · 3 + 4 · 12 · 3 = 359 en Z60
es decir,
x = 59 en Z60
y 59 es el número buscado.
394
Apuntes de Matemática Discreta
14. Grafos
Grafos
Contenido
14.1 Generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 396
14.1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 396
14.1.2 Vértices Adyacentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
14.1.3 Representación Gráfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
14.1.4 Multigrafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 398
14.1.5 Pseudografo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 398
14.1.6 Digrafo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
14.2 Grados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
14.2.1 Grado de un Vértice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
14.2.2 Vértice Aislado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
14.2.3 Grafo Regular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
14.2.4 Suma de los Grados de un Grafo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
14.2.5 Grado de Entrada y de Salida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 402
14.3 Isomorfismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
14.3.1 Isomorfismo de Grafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
14.3.2 Invariante de un Grafo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 404
14.3.3 Invariancia del Grado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 404
14.4 Subgrafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406
14.4.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406
14.4.2 Subgrafo Expandido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407
14.4.3 Subgrafo Inducido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407
14.4.4 Eliminación de Aristas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408
14.4.5 Eliminación de Vértices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408
14.4.6 Grafos Completos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
14.4.7 Complemento de un Grafo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
14.5 Caminos y Ciclos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
14.5.1 Camino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
14.5.2 Ciclo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
14.5.3 Teorema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413
14.6 Grafos Conexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
14.6.1 Vértices Conectados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
14.6.2 Grafos Conexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
14.6.3 Proposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
14.6.4 Componentes Conexas de un Grafo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416
14.6.5 Puntos de Corte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418
14.6.6 Puentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418
395
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14.1 Generalidades
Definiremos un grafo como un sistema matemático abstracto. No obstante, para desarrollar el conoci-
miento de los mismos de forma intuitiva los representaremos mediante diagramas. A estos diagramas
les daremos, también, el nombre de grafos, aun cuando los términos y definiciones no estén limitados
únicamente a los grafos que pueden representarse mediante diagramas.
Un grafo es un conjunto de puntos y un conjunto de lı́neas donde cada lı́nea une un punto con otro.
Veremos, para comenzar, una definición formal de grafo.
14.1.1 Definición
Llamaremos grafo, G, al par ordenado formado por un conjunto finito no vacı́o, V , y un conjunto,
A, de pares no ordenados de elementos del mismo.
V es el conjunto de los vértices o nodos del grafo.
A será el conjunto de las aristas o arcos del grafo.
Utilizaremos la notación G = (V, A) para designar al grafo cuyos conjuntos de vértices y aristas son,
respectivamente, V y A.
A cualquier arista de un grafo se le puede asociar una pareja de vértices del mismo. Si u y v son dos
vértices de un grafo y la arista a está asociada con este par, escribiremos a = uv.
396
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por ejemplo, si
V = {v1 , v2 , v3 , v4 , v5 }
y
A = {v1 v2 , v1 v3 , v1 v4 , v2 v4 , v2 v5 }
entonces el grafo G = (V, A) tiene a v1 , v2 , v3 , v4 y v5 como vértices y sus aristas son v1 v2 , v1 v3 , v1 v4 , v2 v4
y v2 v5 .
Diremos que los vértices u y v son adyacentes, si existe una arista a tal que a = uv. A los vértices u
y v los llamaremos extremos de la arista.
Ejemplo 14.1
v3 v2
v4 v5 v1
V = {v1 , v2 , v3 , v4 , v5 }
Vértices no adyacentes: v1 y v3 ; v1 y v4 ; v2 y v4 ; v4 y v5 .
Solución
Representamos cada uno de los vértices por un punto y luego cada arista por una lı́nea que una dos vértices
que representan los extremos de la misma como muestra la figura. La solución no es, obviamente, la
única.
397
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v2
v3 v5 v1
v4
Ejemplo 14.2
14.1.4 Multigrafos
Llamaremos de esta forma a los grafos en los que haya pares de vértices unidos por más de una arista.
14.1.5 Pseudografo
Llamaremos pseudografos a los grafos en los que existan aristas cuyos extremos coincidan, es decir,
aquellos en los que existan aristas que unan vértices consigo mismos. A tales aristas las llamaremos
bucles o lazos.
Ejemplo 14.3
v1
v1 v1
v2 v3
v2 v3 v2 v3
Ejemplo 14.3
398
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
V = {v1 , v2 , v3 }
y el de aristas
A = {v1 v2 , v1 v2 , v1 v3 , v1 v3 , v2 v3 }
V = {v1 , v2 , v3 }
y el de aristas,
A = {v1 v2 , v1 v3 , v2 v3 , v1 v1 }
y (c) representa un grafo que es, a un tiempo, pseudo y multigrafo cuyo conjunto de vértices es
V = {v1 , v2 , v3 }
A = {v1 v2 , v1 v2 , v1 v3 , v1 v3 , v2 v3 , v1 v1 }
14.1.6 Digrafo
Es un grafo en el cual el conjunto de las aristas A está formado por pares ordenados del conjunto de
vértices V . Lo llamaremos también grafo dirigido.
Esto asigna un orden en los extremos de cada arista. Dicho orden se indica en el diagrama con una flecha
y llamaremos origen o inicial al primer vértice de una arista y fin o terminal al segundo.
14.2 Grados
Notaremos por grG (v) al grado del vértice v en el grafo G y cuando no haya posibilidad de confusión
notaremos, simplemente, gr(v).
Un grafo se dice que es regular cuando todos sus vértices tienen el mismo grado.
399
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Demostración
V = {v1 , v2 , . . . , vq }
(a) Cada una de las aristas une dos vértices luego al sumar los grados de éstos, las contamos, exactamente,
dos veces, de aquı́ que
X q
gr(vi ) = 2 |A|
i=1
(b) En efecto, supongamos que de los q vértices que tiene G hay p con grado par (los p primeros) y el
resto, es decir q − p, tienen grado impar. Entonces, por el apartado (a),
q
X
gr(vi ) = 2 |A| (14.1)
i=1
Ahora bien,
gr(vi ) es par, 1 6 i 6 p =⇒ gr(vi ) = 2ki , 1 6 i 6 p
p
X p
X
=⇒ gr(vi ) = 2 ki
i=1 i=1
es decir,
q
X q
X
gr(vi ) = 2 ki + (q − p)
i=1 i=1
400
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Ejemplo 14.4 Comprobar que la suma de los grados de los vértices de los grafos la figura es igual al
doble del número de sus aristas y que el número de vértices de grado impar es par.
v2
v3 v2
v3
v4 v1 v1
v4
v5 v6
v5
G1 G2
Ejemplo 14.4
Solución
Por otra parte, todos los vértices son de grado impar, luego su número (6) es par.
|A| = 6
gr(v1 ) = 4
gr(v2 ) = 2
gr(v3 ) = 1
401
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gr(v4 ) = 1
gr(v5 ) = 4
y
5
X
gr(vi ) = 12 = 2 · 6 = 2 |A|
i=1
Ejemplo 14.5 ¿Se puede construir un grafo regular con 10 aristas en el que cada vértice tenga grado
4?
Solución
p
X p
X
gr(vi ) = 2 |A| =⇒ gr(vi ) = 2 · 10 =⇒ 4p = 20 =⇒ p = 5
i=1 i=1
luego es posible y ha de tener cinco vértices. La figura siguiente nos muestra dos ejemplos de grafos que
cumplen estas condiciones.
u2
v2 v1
u3 u1
v5
v3 v4
u4 u5
G1 G2
Ejemplo 14.5
402
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
14.3 Isomorfismo
Dos grafos G1 = (V1 , A1 ) y G2 = (V2 , A2 ) se dice que son isomorfos cuando existe una biyección
entre los conjuntos de sus vértices que conserva la adyacencia. Si los grafos G1 y G2 son isomorfos,
notaremos G1 ' G2 .
(
f es biyectiva
G1 ' G2 ⇐⇒ ∃f : V1 −→ V2 :
uv ∈ A1 ⇐⇒ f (u)f (v) ∈ A2 ; ∀u, v ∈ V1
u2 u1
u3 u4
G1
Solución
Sea G1 = (V1 , A1 ) el grafo dado y sea G2 = (V2 , A2 ) el grafo que buscamos. Entonces,
V1 = {u1 , u2 , u3 , u4 }
A1 = {u1 u2 , u1 u3 , u1 u4 , u2 u3 , u2 , u4 , u3 u4 }
Pues bien, como tenemos que construir una función entre los conjuntos de vértices que sea biyectiva, V2
ha de tener el mismo número de elementos que V1 , es decir 4. Podemos escribir, por tanto,
V2 = {v1 , v2 , v3 , v4 } .
403
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f (u1 )f (u2 ) ∈ A2
f (u1 )f (u3 ) ∈ A2
f (u1 )f (u4 ) ∈ A2
f (u2 )f (u3 ) ∈ A2
f (u2 )f (u4 ) ∈ A2
f (u3 )f (u4 ) ∈ A2
A2 = {v1 v2 , v1 v3 , v1 v4 , v2 v3 , v2 v4 , v3 v4 }
v1
v4
v2 v3
G2
Un invariante de un grafo G es un número asociado con G que tiene el mismo valor para cualquier
grafo que sea isomorfo con él.
Demostración
404
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Sean G1 y G2 dos grafos y sea f un isomorfismo entre ambos. Veamos que si u es un vértice arbitrario
de G1 , entonces gr(u) = gr(f (u)).
En efecto, como f es una biyección que conserva la adyacencia, el número de vértices adyacentes a u en
G1 ha de ser el mismo que el de vértices adyacentes a f (u) en G2 , por lo tanto, el número de aristas
con extremo en u ha de coincidir con el número de aristas con extremo en f (u) y, consecuentemente, sus
grados serán iguales.
Ejemplo 14.7 Los grafos de la figura siguiente tienen el mismo número de vértices (6) y de aristas
(9). ¿Son isomorfos?
u3 u2
v2
v3 v1
u4 u1
v4 v5 v6
u5 u6
G1 G2
Grafos no isomorfos
Solución
Observemos que
grG1 (u1 ) = 2
grG1 (u2 ) = 4
grG1 (u3 ) = 3
grG1 (u4 ) = 2
grG1 (u5 ) = 4
grG1 (u6 ) = 3
y
grG2 (v1 ) = 4
grG2 (v2 ) = 2
grG2 (v3 ) = 4
grG2 (v4 ) = 2
grG2 (v5 ) = 4
grG2 (v6 ) = 2
405
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Por lo tanto, si encontramos, al menos, un vértice u en G1 tal que grG1 (u) 6= grG2 (f (u)), entonces f
no serı́a un isomorfismo, es decir, no podrı́a establecerse entre ambos grafos una función biyectiva que
conserve la adyacencia.
Pues bien, si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en G1 hay dos vértices de grado 2 y en G2 hay tres,
cualquier función que establezcamos entre ambos grafos hará corresponder a un vértice de grado 2 un
vértice de grado distinto de 2 y, consecuentemente, ambos grafos no son isomorfos.
Ejemplo 14.8
• • • • • •
• • • •
• •
• • • •
• • • •
• •
• • • •
• •
G1 G2 G3
Ejemplo 14.8
Solución
(a) G1 y G2 . En efecto, si existiese una biyección entre los conjuntos de vértices de G1 y G2 , ambos
grafos deberı́an tener el mismo número de vértices. Pero G1 tiene ocho vértices y G2 diez, luego
es imposible que exista tal biyección y, consecuentemente, no son isomorfos.
(b) G2 y G3 . En efecto, ambos tienen el mismo número de vértices, luego existen aplicaciones biyectivas
entre los conjuntos de vértices de G2 y G3 . Ahora bien, un isomorfismo entre grafos conserva el
grado de los vértices de aquı́ que el número de vértices de grado 2 en G2 deba ser igual al de vértices
del mismo grado en G3 . Como G2 tiene 2 vértices de grado 2 y G3 tiene 6, dichos grafos no son
isomorfos.
14.4 Subgrafos
14.4.1 Definición
Un subgrafo de un grafo G = (V (G), A(G)) es un grafo H = (V (H), A(H)) tal que V (H) ⊆ V (G) y
A(H) ⊆ A(G).
406
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v2 v1 v2 v1 v2 v1 v2
v3 v4 v4 v3 v4 v3 v4
G H1 H2 H3
Subgrafos
G = ({v1 , v2 , v3 , v4 } , {v1 v2 , v1 v3 , v1 v4 , v2 v3 , v2 v4 , v3 v4 })
H1 = ({v1 , v2 , v4 } , {v1 v2 , v1 v4 , v2 v4 })
H2 = ({v1 , v2 , v3 , v4 } , {v1 v2 , v1 v4 , v2 v4 })
H3 = ({v2 , v3 , v4 } , {v2 v3 , v3 v4 })
Por tanto, dos vértices de W son adyacentes en hW i si, y sólo si son adyacentes en G.
Ejemplo 14.10
407
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
v3 v2 v1 v3 v2 v1 v3 v2 v1
v4 v5 v6 v5 v4 v5 v6
G H1 H2
En la figura anterior, H2 es un subgrafo expandido de G, ya que contiene a todos los vértices de G, sin
embargo H1 no lo es ya que le faltan v4 y v6 .
Por otra parte, H1 es un subgrafo inducido ya que si W = {v1 , v2 , v3 , v5 }, el subgrafo H1 contiene todas
las aristas de G incidentes con los vértices de W , pero H2 no lo es ya que le faltan las aristas v1 v6 , v3 v4
y v5 v6 .
Si a es una arista del grafo G, entonces el subgrafo G \ {a} es el grafo que se obtiene de G eliminando
la arista a.
En general, escribiremos G\{a1 , a2 , . . . , ak } para denominar al subgrafo que se obtiene de G eliminando
las aristas a1 , a2 , . . . , ak .
Si v es un vértice del grafo G, entonces G \ {v} es el subgrafo obtenido del G eliminando el vértice v
junto con todas las aristas incidentes con él.
En general, escribimos G \ {v1 , v2 , . . . , vk } para notar al grafo obtenido eliminando los vértices
v1 , v2 , . . . , vk en G y todas las aristas incidentes con cualquiera de ellos.
Ejemplo 14.11 La figura nos muestra un grafo y dos subgrafos suyos obtenidos eliminando aristas y
vértices, respectivamente.
408
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v3 v2 v3 v2 v3 v2
v4 v5 v1 v4 v5 v1 v5
G G \ {v1 v5 , v4 v5 } G \ {v1 , v4 }
Se dice que un grafo es completo cuando todos sus vértices son adyacentes a todos los vértices del
grafo, es decir, cuando cada par de vértices son los extremos de una arista. Notaremos por Kn los
grafos completos de n vértices.
Ejemplo 14.12 La figura siguiente muestra los cinco primeros grafos completos.
• • • • •
• • •
• • • • • • •
K1 K2 K3 K4 K5
Grafos Completos
Ejemplo 14.13 Demostrar que todo grafo completo es regular y dar un ejemplo de que el recı́proco
no es cierto.
Solución
En efecto, si G es un grafo completo con p vértices, entonces cualquier vértice de G es adyacente a otro
vértice de G, por lo tanto su grado es p − 1. Consecuentemente, G es un grafo regular de grado p − 1.
409
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• •
• •
1
|A| 6 |V | (|V | − 1)
2
Solución
Supongamos que G tiene p vértices, es decir, |V | = p. Como el grafo completo Kp es el que más aristas
tiene entre todos los grafos con p vértices, tendremos que
p p(p − 1)
Número de aristas de Kp = Cp,2 = =
2 2
luego,
1
|A| 6 |V | (|V | − 1)
2
y si se verifica la igualdad, entonces G ha de tener todas las aristas posibles y, por tanto, cada par de
sus vértices ha de estar unido por una de ellas, de aquı́ que G sea completo.
Ejemplo 14.15
410
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v2 v1 v2 v1
v3 v4 v3 v4
G G
Complemento de un Grafo
14.5.1 Camino
Sea G un grafo o un multigrafo. Un camino en G es una sucesión donde se alternan vértices y aristas,
comenzando y terminando con vértices y en el que cada arista es incidente con los dos vértices que la
preceden y la siguen.
v1 , v1 v2 , v2 , v2 v3 , . . . , vn−1 , vn−1 vn , vn
Si se trata de un grafo (no un multigrafo) este camino también puede especificarse simplemente por la
sucesión de sus vértices, v1 , v2 , v3 . . . , vn−1 , vn y lo representaremos por:
γ = hv1 , v2 , v3 , . . . , vn−1 , vn i
A los vértices v1 y vn se les denomina extremos del camino. Suele decirse también que el camino conecta
v1 con vn o que va de v1 a vn . La longitud del camino es el número n − 1 de aristas que contiene.
14.5.2 Ciclo
Ejemplo 14.16
411
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v3
v4 v2
v5 v6 v1
Caminos y Ciclos
γ = hv1 , v2 , v6 , v3 , v4 , v6 , v5 i es un camino.
γ = hv1 , v2 , v6 , v5 , v4 , v6 , v2 , v1 i es un ciclo.
v3 v2
v4 v7 v1
v5 v6
412
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Solución
γ = hv3 , v2 , v1 , v6 , v5 , v7 i
γ = hv3 , v2 , v6 , v5 , v4 , v3 , v7 i
γ = hv7 , v3 , v2 , v1 , v6 , v5 , v7 i
γ1 = hv3 , v7 , v5 , v3 i
γ2 = hv4 , v5 , v7 , v3 , v4 i
γ3 = hv1 , v2 , v3 , v4 , v5 , v6 , v1 i
14.5.3 Teorema
Si en un grafo existe un camino que conecta dos vértices, entonces existe un camino simple con
extremos en dichos vértices.
Demostración
En efecto, sea γ = hv1 , v2 , . . . , vp−1 , vp i un camino que conecta v1 con vp y supongamos que el camino
no es simple.
Entonces, en el camino existirán, al menos, dos vértices repetidos vi = vj con 1 6 i < j 6 p. Si ahora
eliminamos el camino que une a los dos vértices repetidos (desde vi+1 hasta vj ), tendremos un nuevo
camino,
γ 0 = hv1 , v2 , . . . , vi , vj+1 , . . . , vp−1 , vp i.
413
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Si este nuevo camino es simple, entonces el teorema estará demostrado, de lo contrario repetirı́amos el
proceso.
Seguimos ası́ sucesivamente y, como el número de vértices es finito, al final obtendrı́amos un camino sin
vértices repetidos, es decir un camino simple.
γ = hv1 , v2 , v6 , v3 , v4 , v6 , v5 i
El vértice v6 está repetido en las posiciones tercera y sexta. Eliminamos los vértices v3 , v4 y v6 y el
camino resultante
γ1 = hv1 , v2 , v6 , v5 i
Una de las propiedades más elementales de las que puede gozar cualquier grafo es que sea conexo.
Desarrollaremos en esta sección la estructura básica de este tipo de grafos.
Dos vértices de un grafo se dice que están conectados cuando existe un camino entre ambos, es decir,
Un grafo se dice que es conexo si cada par de sus vértices están conectados. Es decir,
Ejemplo 14.19 En la figura siguiente G1 es un grafo conexo, en tanto que G2 no lo es ya que, por
ejemplo, no existe ningún camino entre v2 y v3 .
414
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v3 v2 v3 v2
v4 v7 v1 v4 v7 v1
v5 v6 v5 v6
14.6.3 Proposición
Dado un grafo, la relación “estar conectado con” definida en el conjunto de sus vértices es una relación
de equivalencia.
Demostración
(a) Reflexividad. Sea u cualquiera de V . Entonces, el camino µ = hu, ui conecta u con u, luego
∀u ∈ V ; uRu
es decir, R es reflexiva.
(b) Simetrı́a. Sean u y v dos elementos cualesquiera de V . Entonces,
uRv ⇐⇒ ∃µ = hu, vi =⇒ ∃µ0 = hv, ui ⇐⇒ vRu
luego,
∀u, v ∈ V ; uRv =⇒ vRu
o sea, R es simétrica.
(c) Transitividad. Si u, v y w son tres vértices cualesquiera de G, entonces
)
uRv ⇐⇒ ∃µ1 = hu, vi
=⇒ ∃µ = hu, wi ⇐⇒ uRw
vRw ⇐⇒ ∃µ2 = hv, wi
Bastarı́a, pues, con unir los caminos µ1 y µ2 . Por lo tanto,
∀u, v, w; uRv ∧ vRw =⇒ uRw
es decir, R es transitiva.
415
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Dado un grafo G = (V, A), las clases de equivalencia definidas en el conjunto de sus vértices, V , por
la relación de equivalencia “estar conectado con” reciben el nombre de componentes conexas de G.
Obsérvese que de esta forma un grafo no conexo G puede ser “partido” por la relación anterior en
subgrafos conexos que son las citadas componentes conexas de G.
Solución
En efecto, sea u un vértice cualquiera de G. Como el número de vértices, p, es mayor que 1, habrá otro
vértice v en G distinto de u y, al ser G conexo, deberá existir, al menos, un camino entre u y v, luego
gr(u) > 1.
416
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
|V | − 1 6 |A|
Ejemplo 14.22 Pruébese que en un grafo G = (V, A) que posee k componentes conexas se verifica la
siguiente desigualdad:
1
|A| 6 (|V | − k) (|V | − k + 1) .
2
Deducir de esta desigualdad que si
1
|A| > (|V | − 2) (|V | − 1)
2
entonces G es conexo.
Solución
En efecto, sea Gk−1 = (Vk−1 , Ak−1 ) un subgrafo de G formado por k − 1 componentes conexas de G y
sea G1 = (V1 , A1 ) el subgrafo de G formado por los vértices y aristas de G que no están en Gk−1 .
417
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
tendremos,
1
|Ak−1 | + |A1 | 6 [(|Vk−1 | − k + 1) (|Vk−1 | − k + 2) + (|V1 | − 1) |V1 |]
2
|Ak−1 | + |A1 | = |A|
|Vk−1 | − k + 2 6 |V | − k + 1
|V1 | 6 |V | − k + 1
de donde,
1
|A| 6 [(|Vk−1 | − k + 1) (|V | − k + 1) + (|V1 | − 1) (|V | − k + 1)]
2
1
= [(|Vk−1 | − k + 1 + |V1 | − 1) (|V | − k + 1)]
2
de aquı́ que
1
|A| 6 (|V | − k) (|V | − k + 1)
2
1
|A| > (|V | − 2) (|V | − 1)
2
y que, sin embargo, G no es conexo. Entonces, G debe tener, al menos, dos componentes conexas, luego
según lo demostrado anteriormente,
1
|A| 6 (|V | − 2) (|V | − 1)
2
Dado un grafo conexo G = (V, A), un vértice u de G se llama punto de corte cuando el subgrafo Gu
cuyos vértices son los de V \ {u} y cuyas aristas son todas las de A cuyos vértices están en V \ {u}
no es conexo.
14.6.6 Puentes
Dado un grafo conexo G = (V, A), a cualquier arista “a” de G tal que el grafo (V, A \ {a}) no sea
conexo, lo llamaremos puente.
Ejemplo 14.23 Hallar los puntos de corte y los puentes del grafo G del la figura
418
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v5 v4 v2
v6 v3 v1
v7 v8 v9
Solución
v5 v4 v2 v5 v2
v6 v1 v6 v3 v1
v7 v8 v9 v7 v8 v9
Gv 3 Gv 4
v4 v2 v5 v4 v2
v6 v3 v1 v6 v3 v1
v7 v8 v9 v7 v8 v9
Gv 5 Puente
Puntos de corte. Los vértices v3 , v4 y v5 ya que en los grafos Gv3 , Gv4 y Gv5 en la figura existen puntos
que no pueden conectarse a través de ningún camino, luego ninguno de los tres es conexo.
419
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Puentes. El único puente que existe en el grafo propuesto es la arista v4 v5 ya que en el grafo resultante
existen vértices que no están conectados, es decir, no es conexo.
. . . .Nuevo
Pregel
. C
D
Kneiphof
. . . .
B . .Pregel
Puentes de Könisgberg
En 1736 Leonhard Euler publicó el artı́culo “Solutio problematis ad geometriam situs pertinentis” (La
solución de un problema relativo a la geometrı́a de posición), en el cual resolvió lo que se conocı́a con el
nombre de “Problema de los puentes de Könisgberg”. Este trabajo se considera el primer artı́culo sobre
lo que hoy conocemos como la Teorı́a de grafos.
Fue Euler quien encontró que tal camino era imposible: Para la existencia del mismo era necesario que
como mucho, dos de las cuatro zonas terrestres A, B, C y D, fueran el final de un número impar de
420
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
puentes. Euler estableció, también, que esta condición no era suficiente para una solución del problema,
sin embargo no hizo una demostración de estas afirmaciones.
No fue hasta 1873 que se publicó una demostración. Su autor, Hierholzer, desconocı́a, aparentemente, el
trabajo de Euler.
Hoy en dı́a se trata el Problema de los puentes de Könisberg representando el mapa de la figura anterior
por un multigrafo en el que cada una de las zonas de la ciudad estaba representada por un vértice y cada
puente por una arista que unı́a los vértices correspondientes a las zonas conectadas por dicho puente,
aunque esto no fue lo que hizo Euler. Hierholzer, sin embargo, pudo haber planteado el problema de
esta forma, ya que el definió, básicamente, el concepto de grafo cuando hablaba de un “sistema de lı́neas
entrelazadas”.
• •
Un ciclo de un grafo o multigrafo se dice de Euler si pasa por todos los vértices recorriendo cada
arista exactamente una vez.
421
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Una condición necesaria para que un grafo o multigrafo sea Eureliano es que todos sus vértices sean
de grado par.
Demostración
En efecto, supongamos que G es un grafo Eureliano, es decir, supongamos que existe un ciclo de Euler,
γ, en G. Sea v un vértice cualquiera de G. Veamos que tiene grado par.
− Si v no es el primer vértice de γ, cada una de las veces que el ciclo pase por v entrará y saldrá por
dos aristas distintas de la vez anterior, luego contribuirá con 2 al grado de v.
− Si v es el primer vértice de γ, el ciclo γ contribuye con 2 al grado de v en cada una de las “visitas”
que se realicen a v, salvo en la primera y en la última en la que añade 1 cada vez.
Nota 14.2
v5 v2 v6 v4 v2
v6 v4 v3 v1 v7 v5 v3 v1
v7 v8 v8 v9 v10
El grafo de la figura en su apartado (a) nos muestra que la condición no es suficiente, es decir, existen
grafos con todos sus vértices de grado par y, sin embargo, no son eulerianos. Obsérvese que si conectamos
el grafo, entonces si es euleriano (apartado (b) en la figura). En efecto, el ciclo
γ = hv1 , v2 , v3 , v4 , v5 , v6 , v7 , v8 , v5 , v9 , v3 , v4 , v10 , v1 i
es de Euler.
422
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
de donde negando ambos miembros, y teniendo en cuenta la equivalencia lógica entre una proposición
condicional y su contrarrecı́proca, tendremos
Se dice que un camino de un grafo o multigrafo es de Euler si pasa por todos los vértices del mismo,
recorriendo cada arista del mismo exactamente una vez.
Nota 14.4 Claramente, el problema de los puentes de Könisgberg estará resuelto si encontramos un
camino de euler en el multigrafo de la figura 14.7.
Obsérvese que un camino de Euler en un grafo G puede entenderse también como una forma de dibujar
el grafo sin levantar el lápiz del papel y sin pintar dos veces la misma arista.
Una condición necesaria para que un grafo o multigrafo admita un camino de Euler es que el número
de vértices de grado impar sea 2 o ninguno.
Demostración
V 0 = V ∪ {w}
A0 = A ∪ {uw, vw}
es decir, el grafo obtenido añadiendo el nuevo punto como vértice al grafo original y las dos aristas
adyacentes al mismo y a los extremos u y v.
El ciclo
hw, u, u1 , . . . , up , v, wi
0 0
es de Euler en G , de aquı́ que G sea un grafo euleriano y aplicando el primer lema, tengamos que todos
sus vértices son de grado par.
Nota 14.5
423
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v5 v2 v5 v2
v6 v4 v3 v1 v6 v4 v3 v1
v7 v8 v7 v8
El grafo de la figura (apartado (a)) nos muestra que la condición no es suficiente, es decir, existen grafos
con todos sus vértices de grado par o con exactamente 2 vértices de grado impar que no admiten un
camino de Euler. Obsérvese que si conectamos el grafo, entonces si admite un camino euleriano ((b) en
la figura). En efecto, el camino
γ = hv6 , v7 , v4 , v5 , v6 , v4 , v3 , v2 , v1 , v8 i
lo es.
“Si G es un grafo con un camino de Euler, entonces el número de vértices de grado impar es
2 o ninguno”.
Si ahora negamos ambos miembros, y tenemos en cuenta la equivalencia lógica entre una proposición
condicional y su contrarrecı́proca, tendremos
“Si el número de vértices de grado impar es distinto de 2, entonces G no tiene ningún camino
de Euler”.
En el multigrafo de la figura 14.7 hay cuatro vértices de grado impar, luego según el segundo lema
no existe en él ningún camino de Euler, de aquı́ que no exista ningún camino que una dos puntos
terrestres cruzando cada uno de los puentes exactamente una vez.
Si G es un grafo en el que todos sus vértices tienen grado par, entonces para cada par de vértices
adyacentes de G, puede encontrarse un ciclo que contiene a la arista que forman ambos.
424
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Demostración
Sean u y v dos vértices adyacentes de G y sea γ un camino que comienza en u y continúa por la arista
uv.
Cada vez que γ llega a un vértice w distinto de u, continuamos el camino por una arista que no esté en
γ, si w es igual u damos por terminado el proceso. Dado que los grados de los vértices son pares por
hipótesis, cada vez que el camino γ pasa por un vértice utiliza dos aristas con un extremo en el mismo.
Como el número de aristas y el de vértices es finito, el camino γ acaba por volver a u y γ es, según la
construcción hecha, un ciclo.
14.7.8 Teorema
Un grafo o multigrafo G = (V, A) es euleriano si, y sólo si es conexo y todos sus vértices tienen grado
par.
Demostración
“Si.” Recı́procamente, supongamos que G es conexo y que todos sus vértices son de grado par.
Si |V |, número de vértices de G, es 1 ó 2, entonces como pone de manifiesto la figura siguiente, el
resultado es trivial.
u u v
1 Sean u y v dos vértices adyacentes de G. Como G tiene todos sus vértices de grado par, el
tercer lema asegura la existencia de un ciclo γ1 que contiene a la arista uv. Pues bien, sea
G0 = (V, A0 ) el subgrafo de G que resulta eliminando las aristas que están en γ1 , es decir,
A0 = A \ {aristas de γ1 } .
G0 tiene todos sus vértices de grado par (o cero) ya que en el ciclo γ1 cada vértice habrá
aportado dos aristas, luego si los vértices de G eran de grado par, los de G0 seguirán siéndolo.
− Si A0 = ∅, entonces γ = γ1 es el ciclo de Euler que buscamos y la demostración habrá
concluido.
− Si A0 6= ∅, continuamos el proceso.
2 Elegimos un vértice cualquiera de γ1 .
425
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− Si no está aislado en G0 , tomamos uno de sus adyacentes y por el tercer lema, habrá un
ciclo γ10 que contenga la arista que forman ambos.
− Si está aislado en G0 , entonces elegimos un vértice cualquiera que no esté aislado en G0
(siempre existirá ya que A0 6= ∅). La primera arista del camino que une a ambos en G
(recuérdese que G es conexo) que no esté en γ1 comenzará en un vértice de γ1 no aislado
en G0 . Ahora bastarı́a tomar este vértice y uno de sus adyacentes para hallar el ciclo γ10 .
Ahora unimos γ1 con γ10 de la forma siguiente: recorremos γ1 hasta llegar al vértice que
acabamos de elegir, seguimos a través de γ10 y volvemos a γ1 , de esta forma obtendremos un
nuevo ciclo γ2 con más aristas que γ1 . Sea
Siguiendo ası́ sucesivamente, como el número de aristas es finito y en cada una de las construcciones
aumenta el número de aristas que tiene el ciclo construido, el proceso termina con la obtención de
un ciclo de Euler.
Ejemplo 14.24
v2
v3 v8 v1
v9 v7
v4 v10 v6
v5
Un cartero tiene asignadas para el reparto una red de calles representadas en la figura anterior. El
reparto de cartas debe comenzar y acabar en la estafeta de correos que se encuentra en el vértice v9 y
debe efectuarse sin recorrer dos veces la misma calle.
Solución
El grafo de la figura, además de ser conexo, tiene todos los vértices de grado par, luego según el teorema
anterior es euleriano, de aquı́ que contenga un ciclo de Euler. Consecuentemente, el cartero puede efectuar
el reparto sin recorrer dos veces la misma calle utilizando dicho ciclo. Veamos la forma de obtenerlo.
426
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
El conjunto de aristas de G es
1 Consideramos el vértice v9 y uno de sus adyacentes, por ejemplo v8 . De acuerdo con el tercer lema
(todos los vértices de G tienen grado par), podremos encontrar un ciclo γ1 que contiene a la arista
v9 v8 . Siguiendo las instrucciones dadas en la demostración del citado lema, obtenemos el ciclo:
Sea G0 = (V, A0 ) el subgrafo de G que resulta de eliminar las aristas que están en γ1 , es decir,
A0 = A \ {aristas de γ1 }
= A \ {v9 v8 , v8 v7 , v7 v10 , v10 v9 }
= {v1 v2 , v1 v6 , v1 v7 , v1 v8 , v2 v3 , v3 v4 , v3 v8 , v3 v9 , v4 v5 , v4 v9 , v4 v10 , v5 v6 , v6 v7 , v6 v10 }
v2
v3 v8 v1
v9 v7
v4 v10 v6
v5
2.1 Como G es conexo, habrá en G un camino que una v8 con v5 . Por ejemplo,
γ10 = hv8 , v9 , v4 , v5 i
Unimos γ1 con γ100 empezando por γ1 conectando con γ100 y terminando con γ1 . Obtenemos el
ciclo,
γ2 = hv9 , v4 , v10 , v6 , v1 , v8 , v3 , v9 , v8 , v7 , v10 , v9 i
427
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Sea G00 = (V, A00 ) el subgrafo de G0 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ100 , o
sea,
v2
v3 v8 v1
v9 v7
v4 v10 v6
v5
3 Elegimos un vértice cualquiera de γ2 , por ejemplo v10 , y un vértice de G00 que no esté aislado, por
ejemplo v1 .
3.1 Como G es conexo, habrá un camino con extremos en v10 y v1 , por ejemplo,
γ20 = hv10 , v4 , v3 , v8 , v1 i
Unimos γ2 con γ200 de la misma forma que hicimos antes. Obtenemos el ciclo γ3 .
Sea G000 = (V, A000 ) el subgrafo de G00 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ200 ,
es decir,
428
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v2
v3 v8 v1
v9 v7
v4 v10 v6
v5
Nota 14.7 En un grafo euleriano, puede existir más de un ciclo de Euler. Obtendremos, a modo de
ejemplo, un ciclo distinto al anterior para este mismo problema.
1 Consideramos el vértice v9 y uno de sus adyacentes, por ejemplo v3 . De acuerdo con el tercer lema
(todos los vértices de G tienen grado par), podremos encontrar un ciclo γ1 que contiene a la arista
v9 v3 . Siguiendo las instrucciones dadas en la demostración del citado lema, obtenemos el ciclo:
γ1 = hv9 , v3 , v8 , v9 i = hv9 v3 , v3 v8 , v8 v9 i
Sea G0 = (V, A0 ) el subgrafo de G que resulta de eliminar las aristas que están en γ1 , es decir,
A0 = A \ {aristas de γ1 }
= A \ {v9 v3 , v3 v8 , v8 v9 }
= {v1 v2 , v1 v6 , v1 v7 , v1 v8 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v4 v9 , v4 v10 , v5 v6 , v6 v7 , v6 v10 , v7 v8 , v7 v10 , v9 v10 }
2 Elegimos un vértice cualquiera de γ1 , por ejemplo v3 y un vértice de G0 que no esté aislado (existe
ya que A0 6= ∅), por ejemplo v10 .
2.1 Como G es conexo, habrá en G un camino que una v3 con v10 . Por ejemplo,
429
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Unimos γ1 con γ100 empezando por γ1 conectando con γ100 y terminando con γ1 . Obtenemos el
ciclo,
γ2 = hv9 , v3 , v8 , v7 , v6 , v1 , v8 , v9 i
Sea G00 = (V, A00 ) el subgrafo de G0 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ100 , o
sea,
3 Elegimos un vértice cualquiera de γ2 , por ejemplo v7 , y un vértice de G00 que no esté aislado, por
ejemplo v4 .
γ20 = hv7 , v6 , v5 , v4 i
Unimos γ2 con γ200 de la misma forma que hicimos antes. Obtenemos el ciclo γ3 .
γ3 = hv9 , v3 , v8 , v7 , v6 , v5 , v4 , v10 , v6 , v1 , v8 , v9 i
Sea G000 = (V, A000 ) el subgrafo de G00 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ200 ,
es decir,
4 Elegimos un vértice cualquiera de γ3 , por ejemplo v5 , y un vértice de G000 que no esté aislado, por
ejemplo v2 .
γ30 = hv5 , v4 , v3 , v2 i
Unimos γ3 con γ300 de la misma forma que hicimos antes. Obtenemos el ciclo γ4 .
430
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Sea G0v = (V, A0v ) el subgrafo de G000 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ300 ,
es decir,
Un corolario al teorema anterior, nos permitirá caracterizar los grafos con caminos de Euler.
14.7.9 Corolario
Un grafo o multigrafo G = (V, A), admite un camino de Euler si, y sólo si es conexo y exactamente
2 de sus vértices son de grado impar.
Demostración
Entonces, para cada dos vértices de G, u y v, la parte del camino de Euler que comienza en u y
acaba en v es un camino que une ambos vértices, luego G es conexo.
Además, el segundo lema asegura que exactamente 2 de sus vértices son de grado impar.
“Si.” En efecto, supongamos que G es conexo y que exactamente dos de sus vértices u y v son de grado
impar.
Sea G0 = (V ∪ {w} , A ∪ {uw, vw}), es decir, el grafo que se obtiene añadiendo un vértice w y dos
aristas uw y vw al grafo dado G.
Ahora todos los vértices de G0 tienen grado par, luego por el teorema anterior, existirá un ciclo γ
en G0 . Además, podemos construir γ empezando en w y terminando en w, o sea,
γ = hw, u, v1 , . . . , vp , v, wi
hu, v1 , . . . , vp , vi
es el buscado.
Ejemplo 14.25 ¿Puede dibujarse el grafo de la figura sin levantar el lápiz del papel y sin dibujar dos
veces la misma arista?
431
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v2
v3 v1
v8
v4 v7
v5 v6
Solución
Este grafo es conexo y tiene exactamente dos vértices con grado impar, el v1 y el v3 que tienen grado
cinco. El corolario anterior asegura que el grafo propuesto admite un camino de Euler que comienza en
v1 y acaba en v3 o viceversa. Seguiremos el razonamiento propuesto en el mismo para obtener dicho
camino. En efecto, sea G0 = (V ∪ {u} , A ∪ {uv1 , uv3 }) el grafo obtenido añadiendo un vértice u y las
aristas uv1 y uv3 , es decir,
A0 = {uv1 , uv3 , v1 v2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v5 v6 , v6 v7 , v7 v1 , v1 v3 , v3 v5 , v6 v1 , v8 v1 , v8 v3 , v8 v5 , v8 v6 }
v2
v3 v1
v8
v4 v7
v5 v6
G0
El grafo G0 tiene todas los vértices de grado par luego por el teorema 14.7.8 podemos encontrar un ciclo
que comience y acabe en el vértice u.
1 Tomamos el vértice u y uno de sus adyacentes, v1 . El tercer lema nos asegura la existencia de un
ciclo γ1 que contiene la arista que forman ambos. En efecto,
γ1 = hu, v1 , v3 , v5 , v8 , v6 , v1 , v8 , v3 , ui = huv1 , v1 v3 , v3 v5 , v5 v8 , v8 v6 , v6 v1 , v1 v8 , v8 v3 , v3 ui
432
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
A00 = A0 \ {aristas de γ1 }
= {uv1 , uv3 , v1 v2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v5 v6 , v6 v7 , v7 v1 , v1 v3 , v3 v5 , v6 v1 , v8 v1 , v8 v3 , v8 v5 , v6 v5 }
\ {uv1 , v1 v3 , v3 v5 , v5 v8 , v8 v6 , v6 v1 , v1 v8 , v8 v3 , v3 u}
= {v1 v2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v5 v6 , v6 v7 , v7 v1 }
v2
v3 v1
v8
v4 v7
v5 v6
G00
2 Elegimos un vértice cualquiera de γ1 , por ejemplo v8 y un vértice de G00 que no esté aislado, por
ejemplo v4 .
2.1 Como G0 es conexo, habrá un camino que una v8 con v4 , por ejemplo,
2.2 La primera arista de γ10 que no está en γ1 es v3 v4 , luego v3 es de γ1 y no está aislado en G00 .
El tercer lema nos asegura la existencia de un ciclo que contenga dicha arista.
γ2 = hu, v1 , v3 , v4 , v5 , v6 , v7 , v1 , v2 , v3 , v5 , v8 , v6 , v1 , v8 , v3 , ui
= huv1 , v1 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v5 v6 , v6 v7 , v7 v1 , v1 v2 , v2 v3 , v3 v5 , v5 v8 , v8 v6 , v6 v1 , v1 v8 , v8 v3 , v3 ui
433
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
v2
v3 v1
v8
v4 v7
v5 v6
G000
Como A000 = ∅, el proceso finaliza. Bastará eliminar el vértice u del camino γ2 y el camino
buscado será:
γ3 = hv1 , v3 , v4 , v5 , v6 , v7 , v1 , v2 , v3 , v5 , v8 , v6 , v1 , v8 , v3 i
Ejemplo 14.26 Determinar cuáles de los grafos de la figura pueden dibujarse sin levantar el lápiz del
papel y sin dibujar dos veces la misma arista. En los casos en que la respuesta sea afirmativa especificar
el camino a recorrer.
v3 v3
v4 v2
v4 v2
v12
v5 v1
v13 v11
v5 v9 v1
v6 v10
v14 v15
v6 v8
v7 v9
v7 v8
(a) (b)
Solución
(a) Los vértices v1 , v3 , v5 y v7 son de grado cinco, luego hay más de dos vértices con grado impar, y
por el corolario anterior no existe un camino de Euler en este grafo.
Obviamente, tampoco existe ningún ciclo de Euler.
434
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(b) Dados dos vértices cualesquiera del grafo, siempre es posible encontrar un camino que los una,
luego es conexo. Además, todos sus vértices son de grado par, de aquı́ que por el teorema anterior
el grafo sea euleriano, luego es posible encontrar en él un ciclo de Euler. Sea G = (V, A) el grafo
(b), siendo
Sea G0 = (V, A0 ) el subgrafo de G que resulta de eliminar las aristas que están en γ1 , es decir,
A0 = A \ {aristas de γ1 }
= {v1 v2 , v1 v10 , v2 v3 , v2 v11 , v2 v12 , v3 v4 , v4 v5 , v4 v12 , v4 v13 , v5 v6 , v6 v7 , v6 v13 , v6 v14 ,
v7 v8 , v8 v9 , v8 v14 , v8 v15 , v9 v10 , v10 v11 , v10 v15 , v11 v12 , v11 v15 , v12 v13 , v13 v14 , v14 v15 }
\ {v1 v2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v5 , v5 v6 , v6 v7 , v7 v8 , v8 v9 , v9 v10 , v10 v1 }
= {v2 v11 , v2 v12 , v4 v12 , v4 v13 , v6 v13 , v6 v14 , v8 v14 , v8 v15 ,
v10 v11 , v10 v15 , v11 v12 , v11 v15 , v12 v13 , v13 v14 , v14 v15 }
v3
v4 v2
v12
v5 v1
v13 v11
v6 v10
v14 v15
v7 v9
v8
G0
Como A0 no esta vacı́o, continuamos el proceso.
2 Elegimos un vértice cualquiera de γ1 , por ejemplo v2 y un vértice que no esté aislado en G0 ,
por ejemplo v12 .
2.1 Como G es conexo, existirá un camino que una v2 con v12 . Por ejemplo,
2.2 La primera arista de γ10 que no está en γ1 es v2 v11 . Como todos los vértices de G0 son de
grado par, por el tercer lema podremos encontrar un ciclo γ100 en G0 que contenga dicha
arista. En efecto,
γ100 = hv2 , v11 , v10 , v15 , v8 , v14 , v6 , v13 , v4 , v12 , v2 i
= hv2 v11 , v11 v10 , v10 v15 , v15 v8 , v8 v14 , v14 v6 , v6 v13 , v13 v4 , v4 v12 , v12 v2 i
435
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Unimos γ1 con γ100 empezando por γ1 , conectando con γ100 y terminando con γ1 . Obtenemos
el ciclo,
γ2 = hv1 , v2 , v11 , v10 , v15 , v8 , v14 , v6 , v13 , v4 , v12 , v2 , v3 , v4 , v5 , v6 , v7 , v8 , v9 , v10 , v1 i
Sea G00 = (V, A00 } el subgrafo de G0 que se obtiene eliminando las aristas que están en γ100 ,
es decir,
A00 = A0 \ {aristas de γ100 }
= {v2 v11 , v2 v12 , v4 v12 , v4 v13 , v6 v13 , v6 v14 , v8 v14 , v8 v15 ,
v10 v11 , v10 v15 , v11 v12 , v11 v15 , v12 v13 , v13 v14 , v14 v15 }
\ {v2 v11 , v11 v10 , v10 v15 , v15 v8 , v8 v14 , v14 v6 , v6 v13 , v13 v4 , v4 v12 , v12 v2 }
= {v11 v12 , v11 v15 , v12 v13 , v13 v14 , v14 v15 }
v3
v4 v2
v12
v5 v1
v13 v11
v6 v10
v14 v15
v7 v9
v8
G00
Como A00 6= ∅ continuamos el proceso.
3 Elegimos un vértice cualquiera de γ2 , por ejemplo v14 y un vértice de G00 que no esté aislado,
por ejemplo v12 .
3.1 Como G es conexo, podremos encontrar un camino entre v14 y v12 . Por ejemplo,
γ20 = hv14 , v15 , v11 , v12 i
3.2 La primera arista de γ20 que no pertenece a γ2 es v14 v15 . Como todos los vértices de G00
siguen siendo de grado par, por el tercer lema habrá un ciclo γ200 en G00 que contenga a
dicha arista.
γ200 = hv14 , v15 , v11 , v12 , v13 , v14 i = hv14 v15 , v15 v11 , v11 v12 , v12 v13 , v13 v14 i
Al igual que hicimos antes, unimos γ2 con γ200 . Obtenemos el ciclo γ3 .
γ3 = hv1 , v2 , v11 , v10 , v15 , v8 , v14 , v15 , v11 , v12 , v13 , v14 v6 , v13 , v4 , v12 , v2 , v3 , v4 ,
v5 , v6 , v7 , v8 , v9 , v10 , v1 i
Sea ahora G000 = (V, A000 ) el subgrafo de G00 resultante de eliminar las aristas de γ200 , es
decir,
A000 = A00 \ {aristas de γ200 }
= {v11 v12 , v11 v15 , v12 v13 , v13 v14 , v14 v15 } \ {v14 v15 , v15 v11 , v11 v12 , v12 v13 , v13 v14 }
= ∅
436
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v3
v4 v2
v12
v5 v1
v13 v11
v6 v10
v14 v15
v7 v9
v8
G000
000
Como A = ∅ el proceso finaliza.
Consecuentemente, el grafo (b) puede dibujarse sin levantar el lápiz del papel. Basta seguir el
camino γ3 .
Ejemplo 14.27 Encontrar en el multigrafo de la figura un ciclo de longitud dos y un ciclo simple de
longitud seis.
v2 v1
v3 v4
Solución
437
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Ejemplo 14.28 Estudiar si es posible trazar el grafo G de la figura sin levantar el lápiz del papel, y
sin pasar dos veces por el mismo lado en los siguientes casos:
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
Solución
(a) Al existir dos vértices, v2 y v3 , con grado impar, de acuerdo con el primer lema el grafo no es
Euleriano, por lo tanto no existe en dicho grafo ningún ciclo de Euler, de aquı́ que no sea posible
trazar el grafo en la forma que plantea el ejercicio.
(b) El grafo propuesto es conexo y tiene exactamente dos vértices de grado impar, v2 y v3 . Conse-
cuentemente, por el corolario 14.7.9, el grafo admite un camino de Euler que comienza en v2 y
acaba en v3 o viceversa. Ası́ pues, podemos trazar el grafo en la forma que pedida. Hallaremos tal
camino siguiendo las instrucciones dadas en la demostración del citado corolario. Sea G = (V, A)
el grafo propuesto, siendo su conjunto de aristas,
y sea G0 el grafo obtenido añadiéndole a G el vértice u y las aristas uv2 y uv3 , es decir, G0 = (V 0 , A0 ),
siendo V 0 = V ∪ {u} y
A0 = {v1 v2 , v2 v3 , v2 u, uv3 , v3 v4 , v4 v6 , v5 v6 , v5 v8 , v6 v3 , v6 , v7 , v6 v9 , v7 v2 , v7 v1 , v7 v9 , v8 v6 , v9 v1 ,
v9 v10 , v10 v1 }
438
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
G0
Todos los vértices de G0 tienen grado par, luego por el teorema 14.7.8 habrá un ciclo en G0 . Lo
construiremos empezando y acabando en u.
1 Tomemos, pues, el vértice u y uno de sus adyacentes, por ejemplo, v2 . Por el tercer lema,
podemos encontrar un ciclo γ1 que contiene la arista que forman ambos. En efecto,
γ1 = hu, v2 , v3 , v4 , v6 , v3 , ui = huv2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v6 , v6 v3 , v3 ui
Sea G00 = (V 0 , A00 ), el subgrafo de G0 resultante de eliminar las aristas de γ1 , es decir,
A00 = A0 \ {aristas de γ1 }
= {v1 v2 , v2 v3 , v2 u, uv3 , v3 v4 , v4 v6 , v5 v6 , v5 v8 , v6 v3 , v6 , v7 , v6 v9 , v7 v2 , v7 v1 , v7 v9 , v8 v6 , v9 v1 ,
v9 v10 , v10 v1 } \ {uv2 , v2 v3 , v3 v4 , v4 v6 , v6 v3 , v3 u}
= {v1 v2 , v5 v6 , v5 v8 , v6 , v7 , v6 v9 , v7 v2 , v7 v1 , v7 v9 , v8 v6 , v9 v1 , v9 v10 , v10 v1 }
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
G00
439
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
2.2 La primera arista de γ10 que no está en γ1 es v6 v7 , luego v6 ∈ γ1 y no está aislado en G00 .
Por el tercer lema, podremos encontrar un ciclo que la contenga,
γ2 = hu, v2 , v3 , v4 , v6 , v7 , v1 , v10 , v9 , v6 , v3 , ui
Sea G000 = (V, A000 ) el subgrafo de G00 que se obtiene eliminado las aristas de γ100 , o sea,
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
G000
3 Elegimos un vértice arbitrariamente en γ2 , por ejemplo v10 y un vértice que no esté aislado
en G000 , por ejemplo v8 .
3.1 La conexión de G0 asegura la existencia de un camino que una los vértices v10 y v8 . Por
ejemplo,
γ20 = hv10 , v9 , v6 , v8 i = hv10 v9 , v9 v6 , v6 v8 i
440
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
γ3 = hu, v2 , v3 , v4 , v6 , v8 , v5 , v6 , v7 , v1 , v10 , v9 , v6 , v3 , ui =
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
Giv
Como Aiv 6= ∅, el proceso continúa.
4 Elegimos v8 , vértice de γ3 , y otro que no esté aislado en Giv , por ejemplo v1 .
γ4 = hu, v2 , v3 , v4 , v6 , v8 , v5 , v6 , v7 , v2 , v1 , v9 , v7 , v1 , v10 , v9 , v3 , ui
441
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
v4 v3 v2
v5 v6 v7 v1
v8 v9 v10
Gv
Como Av = ∅ el proceso finaliza. Bastará eliminar el vértice u y el camino buscado será
γ5 = hv2 , v3 , v4 , v6 , v8 , v5 , v6 , v7 , v2 , v1 , v9 , v7 , v1 , v10 , v9 , v3 i
Ejemplo 14.29 Repetir los dos ejercicios anteriores para los grafos de la siguiente figura:
v2 v1
v3 v2 v1
v3 v4 v5
v4 v5 v6
v6 v7 v8
v7 v8 v9
v9
(a) (b)
Solución
(a) Este grafo es conexo y tiene, exactamente, dos vértices de grado impar, v5 y v8 . Por el corolario
14.7.9 puede encontrarse en él un camino de Euler. Consecuentemente, y siguiendo el mismo, es
442
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
posible trazar el grafo comenzando y acabando en el mismo punto sin levantar el lápiz del papel y
sin pasar dos veces por la misma arista.
Siguiendo el mismo razonamiento expuesto en el ejercicio anterior, una de las posibles soluciones
es:
γ = hv8 , v9 , v6 , v1 , v2 , v1 , v5 , v2 , v6 , v5 , v4 , v3 , v7 , v5 i
(b) El grafo propuesto tiene cuatro vértices de grado impar, v3 , v5 , v6 y v9 luego según el corolario
14.7.9 no admite ningún camino de Euler, de aquı́ que no sea posible trazarlo sin levantar el lápiz
del papel y sin pasar dos veces por la misma arista.
En 1856, Hamilton inventó un juego matemático llamado el “dodecaedro del viajero”. Tal
juego consiste en un dodecaedro cada uno de cuyos veinte vértices estaba etiquetado con el
nombre de una ciudad de la época. El objetivo del juego era viajar a lo largo de las aristas
del dodecaedro, visitando cada ciudad exactamente una vez y volviendo al punto de partida.
Tal recorrido se denominaba “un viaje alrededor del mundo.”
}
}
} }
} }
} } } }
} }
} }
}
}
} }
} }
Un ciclo simple en un grafo o multigrafo G se dice que es de Hamilton, si contiene a todos los vértices
de G.
443
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Nota 14.8 En términos de la teorı́a de grafos, el juego consistı́a pues, en encontrar un ciclo de Hamilton
en el grafo de la figura anterior.
Es claro que el grafo completo Kp es Hamiltoniano, ya que podemos empezar en cualquier vértice e ir
sucesivamente a cualquier otro vértice todavı́a no visitado. Sin embargo, si “ponderamos” las aristas de
Kp , entonces el problema de encontrar un ciclo de Hamilton con el mı́nimo peso es difı́cil. Usualmente
se le llama el “problema del vendedor viajero”, y representa el problema de encontrar como un vendedor
puede visitar cada una de las p ciudades en el tiempo más corto posible.
Lo ideal serı́a encontrar un algoritmo “bueno” o “eficiente” que nos permitiese encontrar el ciclo de
Hamilton, pero aunque existe abundante literatura sobre este problema, no se conoce ninguno.
Un camino simple en un grafo o multigrafo G que contenga a todos los vértices se denomina camino
de Hamilton.
Ejemplo 14.30 El grafo de Petersen contiene un camino de Hamilton que comienza en cada uno de
sus vértices. Este grafo es la base de la mayorı́a de los contraejemplos en las conjeturas sobre grafos de
Hamilton.
}
} }
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} }
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Grafo de Petersen
Al contrario de lo que ocurre para los Eulerianos no conocemos una condición necesaria y suficiente para
decidir si un grafo es o no Hamiltoniano.
Hamilton resolvió el problema del dodecaedro del viajero en la forma siguiente: cuando el viajero llega al
final de una arista, tiene tres opciones: tomar la arista de la derecha, lo que notaremos por D, la arista
444
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
de la izquierda, que notaremos por I o quedarse donde está, lo que notaremos con un 1. Utilizaremos el
grafo de la figura siguiente en el que cada vértice está etiquetado con un número.
v4
v12
v13 v11
v5 v3
v14 v19 v18 v10
v20 v17
v15 v9
v16
v7
v6 v8
v1 v2
445
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
v5
v15
I
v7
v6
D
I
v1 v2
D
Camino ID desde v5
v5 v3
v6 v8
D D
I
v1 v2
I
Camino ID desde v6
446
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Por ejemplo, si estamos en el vértice v20 habiendo llegado a él desde el v15 , irı́amos primero a v16 , luego
a v7 y, finalmente, a v8 , es decir el camino serı́a hv20 , v16 , v7 , v8 i
v19
I
v20 v17
v15 D I
v16
D v7 I
v6 v8
v13
v5 D
I
v14 v19
D D v20
I
v15
I v16
v6
Se dice que dos operaciones son iguales si comenzando ambas en un vértice acaban también en el mismo
vértice, es decir, si definen dos caminos con el mismo principio y el mismo final.
447
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Obsérvese que el producto de dos operaciones no es conmutativo ya que ID 6= DI, sin embargo si es
asociativo ya que I(DI) = (ID)I.
D5 = I 5 = 1
DI 2 D = IDI
ID2 I = DID
DI 3 D = I 2
ID3 I = D2
Consecuentemente,
1 = D5
= D2 D3 D2 = ID3 I
= ID3 ID3
= (ID3 )2
= (ID2 D)2 D2 = ID3 I
2
= I ID3 I D
= (I 2 D3 ID)2
= (I 2 D2 DID)2 D2 = ID3 I
2
= I 2 (ID3 I)DID
= (I 3 D3 IDID)2
= (IIIDDDIDID)2
= IIIDDDIDIDIIIDDDIDID
Esta secuencia contiene veinte operaciones y no contiene secuencias parciales iguales a 1. De aquı́ que
represente un ciclo de Hamilton.
} }
} }
} } } }
} }
} }
}
}
} }
} }
Ciclo de Hamilton
448
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1 = I5
= I 2I 3 I 2 = DI 3 D
= DI 3 DI 3
= DI 3
2
= DI 2 I I 2 = DI 3 D
2
= D DI 3 D I
2
= D2 I 3 DI
2
= D2 I 2 IDI I 2 = DI 3 D
2
= D2 DI 3 D IDI
2
= D3 I 3 DIDI
2
= (DDDIIIDIDI)
= DDDIIIDIDIDDDIIIDIDI
}
}
} }
} }
} } } }
} }
} }
}
}
} }
} }
Ciclo de Hamilton
Podremos encontrar otras secuencias que representen a ciclos de Hamilton sin más que partir de cualquier
letra intermedia de la secuencia anterior y en cualquiera de los dos sentidos.
Veremos una condición necesaria para que un grafo sea Hamiltoniano, pero el problema general de
determinar cuando un grafo es de este tipo, es muy difı́cil.
14.8.5 Teorema
Sea G = (V, A) un grafo tal que |A| > 3, sea U un subconjunto no vacı́o de V y sea c(G \ U ) el
número de componentes conexas del subgrafo G \ U . Entonces, una condición necesaria para que G
sea Hamiltoniano es que c(G \ U ) 6 |U |.
449
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Demostración
((H \ {v1 }) \ {v2 }) \ {v3 } tiene, a lo sumo, tres componentes conexas, luego
c (((H \ {v1 }) \ {v2 }) \ {v3 }) 6 3
lo cual, teniendo en cuenta la desigualdad anterior, nos lleva directamente al resultado, es decir,
c(G \ U ) 6 |U |
Nota 14.9 Sea G un grafo Hamiltoniano con doce vértices y sea H el subgrafo cuyos vértices son los
de G y las aristas del ciclo de Hamilton γ. Entonces H puede representarse en la forma que muestra la
figura.
v1
v12 v2
v11 v3
v10 v4
v9 v5
v8 v6
v7
450
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Si eliminamos un vértice cualquiera, por ejemplo v4 y al ser conexo tendremos que c(H \ v4 ) = 1, luego
si U es un subconjunto de vértices de G tal que |U | = 1, entonces c(H \ U ) = 1.
v1
v12 v2
v11 v3
v10
v9 v5
v8 v6
v7
H \ {v4 }
En la figura que sigue hemos eliminado dos vértices y según los que elijamos, tenemos
v1 v1
v12 v2 v12 v2
v11 v11 v3
v10
v9 v5 v9 v5
v8 v6 v8 v6
v7 v7
451
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v1 v1
v12 v12 v2
v11 v11
v10
v9 v5 v9 v5
v8 v6 v8 v6
v7 v7
c (H \ {v2 , v3 , v4 }) = 1
c (H \ {v3 , v4 , v10 }) = 2
o
c (H \ {v4 , v7 , v10 }) = 3
v1
v12 v2
v11 v3
v9 v5
v8 v6
H \ {v4 , v10 , v7 }
452
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
Nota 14.10 En el teorema anterior, hemos obtenido una condición necesaria para que un grafo G =
(V, A) sea Hamiltoniano, es decir hemos probado que
G es Hamiltoniano =⇒ c(G \ U ) 6 |U | ; ∀U ⊂ V
de aquı́ que negando ambos miembros y teniendo en cuenta la equivalencia lógica entre una proposición
condicional y su contrarrecı́proca, resulta:
es decir, si existe un subconjunto U del conjunto de vértices, V , de G tal que el número de componentes
conexas del subgrafo G\U sea mayor que el número de vértices de U entonces el grafo no es Hamiltoniano.
Ejemplo 14.31
v8 v7 v8 v7
v9 v6
v10 v5 v10 v5
v1 v4 v1 v4
v2 v3 v2 v3
G G \ {v6 , v9 }
Grafo no Hamiltoniano
Solución
c(G \ U ) = 3 y |U | = 2
Solución
453
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Al ser completo, existirán las aristas v1 v2 , v2 v3 , . . . , vp−1 vr y vr v1 y tendremos, por tanto, en Kp el ciclo,
γ = hv1 , v2 , . . . , vr , v1 i
v2
v4 v3 v2 ~
v3
~ v8
v9
~
~
v4 ~ ~ v1
v10~ ~ v16
v5 v10 v9 v8 v1 v15~
v11~
~
~ v14
v12 ~
v13
~
v7
v6 v7 ~
v5 ~v
6
(a) (b)
Solución
454
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
v3
v3 v2
v4 v10 v2
v9 v8
v13
v15
v11 v12
v6 v12 v8
v5 v6
v7
(a) (b)
Solución
(a) En efecto, eliminando los vértices v2 , v4 , v6 y v8 el número de componentes conexas del subgrafo
resultante es 5. Por tanto, por el teorema 14.8.5, el grafo G no contiene ningún ciclo de Hamilton.
(b) El grafo propuesto tiene 16 vértices, luego un ciclo de Hamilton deberı́a tener 16 aristas. Cada
vértice deberá tener en dicho ciclo 2 aristas incidentes con él, una para llegar y otra para salir.
Pues bien, si eliminamos de cada vértice todas las aristas que excedan de 2, tendrı́an que quedar
16 para que existiese un ciclo de Hamilton. Procediendo de esta forma, si eliminamos las aristas
v9 v3 , v9 v8 , v9 v13 , v14 v16 , v4 v10 , v11 v15 , v11 v5 , v11 v12 , v12 v7 , v7 v1 y v1 v2 quedarı́an 15 aristas que no
son suficientes para un ciclo de Hamilton, luego el grafo no es Hamiltoniano.
v3
v4 v2
v10
v9
v5 v13 v1
v11
v12
v6 v8
v7
455
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Solución
El ciclo
γ = hv10 , v13 , v12 , v8 , v7 , v6 , v11 , v5 , v4 , v3 , v2 , v1 , v9 , v10 i
En las secciones anteriores, hemos representado los grafos mediante un esquema o un diagrama. Algunas
veces, como por ejemplo cuando se desea analizar un grafo por ordenador es necesaria una representación
más formal.
v2 v2
a3 a1
a2
a2 a1
a10
v3 v1
a8
a3
v3 v1
a4 a9 v7 a7
a8
a4 a6 v4 a5 v6
a7
a6
v5
v4 v5
a5
(a) (b)
Solución
Tomaremos como ordenación de las filas y las columnas en la matriz, el orden natural de los subı́ndices
de los vértices.
456
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
(a)
0 1 1 1 1
1 0 1 0 0
A=
1 1 0 1 1
1 0 1 0 1
1 0 1 1 0
(b)
1 1 0 0 0 0 1
1 0 1 0 0 0 1
0 1 0 0 0 0 0
0 0 0 1 1 0 1
A=
0 0 0 1 1 0 1
0 0 0 1 0 1 0
0 0 0 0 1 0 1
1 1 0 1 0 1 0
Ejemplo 14.37 Escribir la matriz de adyacencia del grafo completo de cinco vértices.
Solución
es decir,
0 1 1 1 1
1 0 1 1 1
A=
1 1 0 1 1
1 1 1 0 1
1 1 1 1 0
Ejemplo 14.38 Dibujar el grafo representado por cada una de las matrices de adyacencia siguientes:
1 0 0 1 0
0 0 1 0 1
(a) A =
0 1 1 1 1
1 0 1 0 0
0 1 1 0 0
0 1 0 0 0
1 0 0 0 0
(b) A =
0 0 0 1 1
0 0 1 0 1
0 0 1 1 1
Solución
457
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
v2
v2 v1
v3 v1
v5
v3 v4
v4 v5
(a) (b)
v2 a2
v2 v1
a2 a1 a1
a8
a6
v3 v1
a3 v5 a7
a5 a6
a3 a4
a5
v3 v4
a4
v4 v5
(a) (b)
Solución
(a) Primero seleccionamos un orden arbitrario de los vértices, por ejemplo v1 , v2 , v3 , v4 y v5 . A con-
tinuación asignamos a las filas y columnas de la matriz el mismo orden dado a los vértices. Un
elemento de la matriz es 1 si los vértices correspondiente a la fila y a la columna están unidos por
458
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
− La matriz de adyacencia de un grafo permite representar los bucles, aunque no las aristas repetidas
entre dos vértices.
− Si el grafo no tiene bucles, entonces puede calcularse el grado de un vértice sumando la fila o
columna correspondiente al mismo.
− Dado que la matriz de adyacencia de un grafo es simétrica respecto de la diagonal, la información,
exceptuando la contenida en la diagonal, aparece dos veces.
Veamos que información puede extraerse de la matriz de adyacencia del grafo (a) en la figura. Multipli-
cando la matriz por si misma, tendremos
0 1 1 1 1 0 1 1 1 1 4 1 2 1 0
1 0 1 0 0 1 0 1 0 0 1 1 0 2 1
A2 =
1 1 0 1 0 1 1 0 1 0 = 2 1 3 1 1
1 0 1 0 0 1 0 1 0 0 1 2 0 2 1
1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 1 1 1
Consideremos cualquier elemento distinto de cero que no esté en la diagonal principal. Por ejemplo el
a24 que vale dos. Este elemento resulta de multiplicar la segunda fila que se corresponde con el vértice
v2 con la cuarta columna correspondiente al vértice v4 . Es decir,
1
0
1 0 1 0 0 1 =1·1+0·0+1·1+0·0+0·0=2
0
0
Ahora bien, la única forma de que los sumandos sean distintos de cero es que los elementos que se
multipliquen sean, ambos, iguales a uno. Esto ocurrirá cuando haya un vértice cuyo elemento en la fila
correspondiente a v2 sea uno y el de la columna que se corresponde con v4 también sea uno. Es decir,
han de existir aristas de la forma v2 v y de la forma vv4 . Cada vez que esto suceda, la suma aumentará
una unidad.
459
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
Si hubiéramos elegido el elemento a21 que vale uno y razonamos igual, tendrı́amos
0
1
1 0 1 0 0 1 =1·0+0·1+1·1+0·1+0·1=1
1
1
y el único producto no nulo es 1 · 1 que representa al par de aristas v2 v3 , v3 v1 , es decir, hay un camino
de longitud dos entre v2 y v1 ,
γ = hv2 , v3 , v1 i
Por tanto,
− todos los ceros de la matriz A2 significan que no hay ningún camino de longitud dos entre los
vértices correspondientes.
− todos los unos de la matriz A2 significan que existe un camino de longitud dos entre los vértices
correspondientes.
− todos los doses de la matriz A2 significan que existe dos caminos de longitud dos entre los vértices
correspondientes.
y ası́ sucesivamente.
Observamos, además, que los elementos de la diagonal principal son los grados de los vértices. En efecto,
si consideramos el elemento a11 que vale cuatro, entonces
0
1
0 1 1 1 1 1 0 · 1 + 1 · 1 + 1 · 1 + 1 · 1 + 1 · 1 = 4
1
1
v1 v2 , v2 v1
v1 v3 , v3 v1
v1 v4 , v4 v1
v1 v5 , v5 v1
por tanto, el número de caminos de longitud dos entre v1 y v1 es cuatro que es el grado de v1 .
14.9.2 Teorema
Si A es la matriz de adyacencia de un grafo simple, el elemento aij que ocupa la fila i-ésima y la
n
j-ésima columna de la matriz An = A · A · · · A es el número de caminos de longitud n que existen
entre el vértice i y el vértice j.
Demostración
Paso básico. Para n = 1, A1 es la matriz A, o sea, la matriz de adyacencia del grafo. Entonces, por
definición de la misma, si aij = 1, hay una arista entre los vértices i y j, es decir, un camino de longitud
460
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
uno entre ambos vértices. En cualquier otro caso, aij vale cero. Consecuentemente, el teorema es cierto
para n = 1.
Observemos que Ap+1 = A0 ·A, de tal forma que el elemento aik en la matriz ap+1 se obtiene multiplicando
los elementos de la fila i-ésima de Ap por los de la fila k-ésima de A y sumándolos, es decir,
m
X
aik = bij cjk = bi1 c1k + bi2 c2k + · · · + bim cmk
j=1
Por otro lado, cjk , k = 1, 2, . . . , m es un elemento de la matriz A, luego es cero o uno. Pues bien,
Si cjk = 0, no existe arista entre los vértices vj y vk , consecuentemente habrá bik · cjk = bij · 0 = 0
caminos de longitud p + 1 entre los vértices i y k cuya última arista sea vj vk .
Si cjk = 1, existe una arista entre los vértices vj y vk . Entonces, como hay bij caminos de longitud
p desde vi a vj , ahora habrá bij cjk = bij · 1 = bij caminos de longitud p + 1 cuya última arista sea
la vj vk .
0
Al efectuar la suma sobre todos los j s se cuentan todos los caminos de longitud p + 1 desde vi a vk .
Consecuentemente, el elemento aik en Ap+1 no da el número de caminos de longitud p + 1 desde vi hasta
vk , verificándose de esta forma el paso inductivo.
14.9.3 Corolario
Demostración
Sólo si. Si existe un camino entre los vértices vi y vj , entonces por el teorema 14.5.3, existirá un camino
simple entre ambos.
Como el camino es simple, su longitud será menor que p, de aquı́ que alguno de los elementos que ocupan
la posición (i, j) de la matriz Am con m < p será distinto de cero y, por tanto, cij sea no nulo.
Si. Recı́procamente, si cij 6= 0, entonces, al menos uno de los términos que ocupan la posición (i, j) en
Am , con 1 6 m < p ha de ser distinto de cero, luego existe un camino entre los vértices vi y vj .
461
Universidad de Cádiz Departamento de Matemáticas
V = {v1 , v2 , . . . , vp }
y
A = {a1 , a2 , . . . , aq }
Llamaremos matriz de incidencia del grafo G a la matriz B = (bij ) de p f ilas y q columnas, donde
(
1, si vi y aj son incidentes.
bij =
0, en otro caso.
Ejemplo 14.40 Hallar las matrices de incidencia de los grafos de la figura del ejemplo 14.39.
Solución
(a)
1 0 0 0 0 0
1 1 0 1 0 1
B=
0 1 1 0 0 0
0 0 1 1 1 0
0 0 0 0 1 1
(b)
1 1 0 0 0 0 0 1
0 1 1 0 0 1 0 0
B=
0 0 1 1 0 0 0 0
0 0 0 1 1 1 1 0
0 0 0 0 0 0 1 1
− La matriz de incidencia de un grafo permite representar tanto bucles como aristas repetidas entre
dos vértices.
− Si el grafo no tiene bucles, entonces cada columna tiene dos 1 y la suma de cada fila nos da el
grado del vértice correspondiente.
Ejemplo 14.41 Escribir la matriz de incidencia de los grafos de la figura del ejemplo 14.36.
Solución
1 0 1 0 0 1 0 1
1 1 0 0 0 0 0 0
(a) B =
0 1 1 1 0 0 1 0
0 0 0 1 1 0 0 1
0 0 0 0 1 1 1 0
462
Matemática Discreta Francisco José González Gutiérrez
1 1 0 0 0 0 0 1 0 0
0 1 1 0 0 0 0 0 1 0
0 0 1 0 0 0 0 0 0 0
(b) B =
0 0 0 1 1 0 0 1 0 1
0 0 0 0 1 1 0 0 0 0
0 0 0 0 0 1 1 0 0 0
0 0 0 0 0 0 1 1 1 1
1 0 0 1
1 0 1 0
0
(c) C = 1 0 0
0 1 0 0
0 0 1 1
Ejemplo 14.42 Dibujar el grafo representado por cada una de las matrices de incidencia siguientes:
1 0 0 0 0 1
0 1 1 0 1 0
(a) A =
1 0 0 1 0 0
0 1 0 1 0 0
0 0 1 0 1 1
0 1 0 0 1 1
0 1 1 0 1 0
(b) A =
0 0 0 0 0 1
1 0 0 1 0 0
1 0 0 1 0 0
Solución
v2 a1
a2 a1 v2 v1
v3 v1 a2
a3
a4 v5
a3 a6
a5 a6
a5
v3 v4
v4 v5
a4
(a) (b)
463