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Introducción
¿Constituye el trámite de recepción de las obras hidráulicas mayores un requi-
sito para su operación? La anterior es una consulta recurrente entre los desa-
rrolladores de proyectos, financistas, potenciales adquirentes, entre otras enti-
dades que participan de industrias que involucren obras hidráulicas mayores, y
especial de la industria hidroeléctrica. Sin embargo, a pesar de lo recurrente de
la pregunta, las respuestas suelen ser disímiles. El criterio de la Administración,
a la luz del Manual de Normas y Procedimientos para la Administración de Re-
cursos Hídricos (el “Manual”) y otras resoluciones particulares parece ser claro:
la recepción definitiva es –o debiese ser al menos– un acto anterior y prerrequi-
sito de la operación de las obras. Por su parte, si bien la jurisprudencia judicial
es escasa en la materia, determinados fallos parecieran coincidir con el criterio
de la Dirección General de Aguas (DGA).
A su vez, el Título “De la Construcción de Ciertas Obras Hidráulicas” con-
tenido en los artículos. 294 y siguientes del Código de Aguas, guarda silencio
sobre la materia, y el reglamento que eventualmente podría haber zanjado la
discusión, lleva décadas sin dictarse. Para efectos de responder a la cuestión
planteada, no cabe sino preguntarse si el legislador ha contemplado el trámite
de la recepción como requisito para la operación de las obras hidráulicas mayo-
res. Ello, por cuanto los requisitos habilitantes para desarrollar una actividad (la
aprobación previa, por ejemplo) solo pueden ser establecidos por el legislador
mediante una norma de rango legal y no pueden establecerse por la autoridad
administrativa, ni siquiera apelando a la analogía como método de interpreta-
ción legal ni menos a su potestad reglamentaria. Lo anterior, por cuanto una
supuesta aprobación habilitante encierra, en los hechos, una prohibición de de-
sarrollar la actividad sin ella, lo que requiere siempre de ley. Dicha prohibición
no puede ser creada ex novo por la Administración, vía actos administrativos.
*
El presente trabajo ha sido desarrollado a partir de la exposición efectuada en las XVII
Jornadas de Derecho de Aguas, el día 4 de septiembre de 2015, en la Pontificia Univer-
sidad Católica de Chile. En virtud de lo anterior, la estructura del artículo y la insuficiente
profundización de determinados contenidos doctrinarios se explican por el origen antes
mencionado, por lo que rogamos al lector disculpar la informalidad o déficit analítico que
pueda observarse de ciertos pasajes.
**
El autor es Abogado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Desde el año 2008
y hasta la fecha se ha desempeñado como ayudante del Departamento de Derecho Eco-
nómico de la misma casa de estudios. Correo electrónico: jeferrad@uc.cl.
que este es un criterio más bien formal, ya que en los hechos existe una suerte de
tolerancia respecto de tal interpretación, habiendo abundantes obras operativas a lo
largo del país que no contando con su recepción son conocidas por la DGA.
El criterio de la DGA sobre la materia se puede observar principalmente en dos
fuentes: el Manual de Normas y Procedimientos para la Administración de Recursos
Hídricos, en adelante referido indistintamente como el “Manual”; y las resoluciones
particulares dictadas por la DGA, ya sea a través de su Director General o por las Di-
recciones Regionales.
Más adelante nos referiremos a las gravísimas implicancias que se derivan del
hecho de que un particular sea considerado como infractor en base interpretaciones
analógicas de una norma sancionatoria.
Por último, hacemos presente que las resoluciones y documentos particulares
emanados de la DGA, y que aquí citados corresponden a meros casos ejemplares,
debido a que la falta de publicidad de dichos actos administrativos dificulta una inves-
tigación más extensa sobre los mismos.
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Obras y Desarrollo S.A con Dirección General de Aguas (2014). Cita online Thomson Reuters
CL/JUR/345/2014.
te. La referida Corte no deja lugar a dudas al señalar “Esta recepción, es necesaria
para su funcionamiento” y “la falta de autorización (imaginamos que se quiso decir re-
cepción) necesariamente impide el uso de las obras y de las aguas asociadas a ellas”
(el paréntesis es nuestro).
Coincidente con lo anterior, mediante fallo del mes de diciembre de 2014 en
causa Rol Nº 16.758-2013, la Corte de Apelaciones de Concepción ratificó una resolu-
ción DGA que acogía una denuncia en contra de dos centrales hidroeléctricas de pa-
sada por no contar estas con recepción, remitiendo los antecedentes al juzgado civil
competente para que este aplicara la multa correspondiente.
Conclusiones
Del análisis anteriormente expuesto, fluyen las siguientes conclusiones que destaca-
mos a modo de síntesis:
Propuestas
No obstante bajo el ordenamiento actual la recepción de las obras no posee un
efecto habilitante para la operación de las mismas, la exigencia de la recepción para
operar, bajo un trámite bien concebido, con reglas claras y plazos razonables puede
ser deseable y resulta en cierta medida como algo intuitivo. Naturalmente, existe un
interés social de que obras, por ejemplo, con muros de gran altura y que almacenan
volúmenes de agua, sean revisadas y autorizadas para operar por parte de la DGA.
En este sentido, nos parece que una eventual modificación al Código de Aguas
(insistimos en el rango legal) sobre la materia, debiese considerar algunos de los si-
guientes elementos:
El nuevo trámite debiese distinguir según tipo de obras. No le son aplicables
los mismos requisitos, profundidad de la revisión y plazos de tramitación a un tranque
de relave o a un gran embalse, que a una central de pasada o a un sifón que cruza un
cauce natural, por ejemplo.
En este sentido, puede resultar sensato que los primeros requieran de una
autorización expresa de la autoridad para operar, mientras que obras de menor en-
vergadura –pero que igual caen dentro del listado del artículo 294 actual– revisten
de riesgos mucho menores, que pueden hacer aconsejable eximir de tal recepción
habilitante.
Se sugiere establecer una etapa intermedia de “Recepción o Puesta en Servicio
Provisoria”. La Autoridad primeramente descartaría los riesgos principales y autoriza-
ría el funcionamiento provisorio. A continuación, y con la obra ya en funcionamiento,
hay tiempo para revisar en detalle los demás elementos del proyecto, subsanar obser-
vaciones y reparos, ejecutar obras complementarias, entre otras cuestiones accesorias.
Finalmente, estimamos que es posible perfeccionar el sistema de garantías distin-
guiendo por tipo de proyectos, riesgos involucrados y según la etapa de tramitación en
que se encuentre (no recepcionado, recepción provisoria y recepción definitiva).
Bibliografía citada
VERGARA BLANCO, Alejandro (2012): “Modificación del marco regulatorio de las aguas
por medio de Actos de Orden Interno emanados de la Dirección General de
Aguas”, en: ADAg, Actas de Derecho de Aguas N° 2 (Santiago, Abeledo Pe-
rrot-Legal Publishing), pp. 253-268.
Normas citadas
DFL Nº 1.122, Código de Aguas. Diario Oficial 29 de octubre de 1981.
Resolución DGA Exenta N° 3504, de 2008. Deja sin efecto Resolución DGA Exenta N°
1503, de 31 de mayo de 2002 y aprueba nuevo Manual de Normas y Procedimien-
tos para la Administración de Recursos Hídricos, disponible en http://documentos.
dga.cl/ADM5016.pdf
Resolución Exenta DGA Biobío N° 597, de 23 de julio de 2013.
Guía para la Recepción de Obras Hidráulicas del Art. 294 del Código de Aguas, dis-
ponible en http://www.dga.cl/orientacionalpublico/guias/Guias%20para%20pre-
sentacion%20de%20solicitudes/Guia_Recepcion_de_Obras_294.pdf
Jurisprudencia citada
Obras y Desarrollo S.A. con Dirección General de Aguas (2014): Corte Suprema, 4 de
marzo de 2014 (Rol Nº 11.112-2013).
Víctor Manuel Avilés Hernández en representación de Duke Energy International Du-
queco SpA con Resolución de Director Regional de Aguas de la Región del Biobío
(2014), Corte de Apelaciones de Concepción, 13 de diciembre de 2014 (Rol N°
16.758-2013).