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INTRODUCCIÓN

En el artículo anterior hemos revisado las bases bíblicas sobre la identidad de los "hijos de Dios" de
Génesis 6:4. Hemos comprobado que no puede referirse a los ángeles ni que tampoco habían
procreado a los gigantes de su tiempo. Conforme al contexto del pasaje que lo rodea, los "hijos de
Dios" son los descendientes de Set, una línea piadosa que se ha mantenido como un remanente fiel
a Dios. En esta ocasión vamos a ir tras la fuente de la doctrina de que los ángeles tuvieron hijos con
las mujeres de los hombres que cita Génesis 6:4.

¿De dónde salió esta enseñanza sobre la unión marital entre ángeles y humanos?

A saber, hay varias fuentes de interpretación sobre esta doctrina: Los textos apócrificos y los
comentarios históricos, patrísticos y rabínicos. Al final comprobaremos de cuál es la raíz principal
que deriva esta enseñanza.

a) Los textos apócrifos (libros no inspirados y no autorizados por Dios)

La literatura apócrifa es una colección de libros que permanecen fueran del Canon de la Biblia por
no considerarse inspirados por Dios. La palabra "apócrifo" significa "oculto", originalmente era una
expresión usada para literatura de carácter misterioso. Más adelante, esta palabra se aplica a los
libros no poseen inspiración y autoridad divinas. Su contenido varía: desde lo Sapiencial, hasta lo
histórico y profético. Fueron escritos entre los S. IV a. C. al S. I d. C., al comienzo del NT. Una
buena parte de esa colección ha sido añadida a la Biblia Católica; en cambio, las ediciones de la
Biblia Evangélica no las incluye.

También a estos libros apócrifos se les llamaban "libros deuterocanónicos", es decir, libros de
Segundo Canon.

Estos libros no se consideran dentro del Canon por las siguientes razones: (1) Los antiguos judíos
no las integraron al Canon del AT, (2) No hay evidencia de que Jesús y Sus discípulos los hayan
citado ni los tenían por autoritativos; y (3) mucha de esta literatura contiene enseñanzas
incompatibles con el resto de la Biblia.

Ahora bien, son dos libros apócrificos principales que contienen la enseñanza de que los "hijos de
Dios" eran ángeles y que tuvieron unión sexual con las "hijas de los hombres". Estos son: El libro
de Enoc y el libro de los Jubileos.

"Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron
hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos
a otros: ‘Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos’... Y
eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del monte que llamaron ‘Hermón’,
porque sobre él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema" (Libro de
Enoc 6:1, 2, 6; Siglo I-II a. C.).

Otra cita del mismo libro: "Y a Miguel le dijo el Señor: ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus
cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su impureza, ¡Que sus hijos
perecerán y ellos verán la destrucción de sus queridos. Encadénalos durante setenta generaciones en
los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio" (Libro de Enoc 10:11-12).

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"Cuando los hijos de los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra y tuvieron
hijas, vieron los ángeles del Señor, en un año de este jubileo, que eran hermosas de aspecto.
Tomaron por mujeres a las que eligieron entre ellas, y les parieron hijos, que fueron los gigantes"
(Libro de los Jubileos 5:1; Siglo I-II a. C.).

Como ya hemos apuntado anteriormente, los libros de Enoc y de los Jubileos no formaron parte del
Canon y no poseen en sí mismos ninguna autoridad doctrinal. De hecho, en el Concilio de Jamnia,
que fue un concilio de rabinos judíos de finales del S. I d. C., se declaró finalizado el Canon de la
Biblia Hebrea (el AT) y NO están incluidos estos libros. Los mismo judíos admitían que estos libros
no eran inspirados por Dios.

b) De comentarios históricos de Flavio Josefo

Otra referencia sobre esta enseñanza proviene del historiador judío Flavio Josefo (años 37-100 d.
C.). Es autor de obras importantes que dan a conocer la historia de su pueblo: "Antigüedades de los
judíos", "La Guerra de los judíos" y "Contra Apión". Su primera obra hace menciones extra-bíblicas
sobre Jesús, Santiago y Juan el Bautista. Josefo cita acerca de la identidad de los "hijos de Dios":

"Muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban
el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos
similares a los de aquellos que los griegos llamaban gigantes" (Antigüedades de los judíos, Libro 1,
Capítulo 3, Parágrafo 1; Siglo I).

Sin embargo, para su documentación Josefo recogió historias y tradiciones judías, lo cual ello
explicaría la influencia de la literatura apócrifca de su tiempo entre sus escritos (como los libros de
Enoc y de los Jubileos ya citados). Curiosamente, Josefo habla de esta clase de literatura:

"Además, desde el imperio de Artajerjes hasta nuestra época, todos los sucesos se han puesto por
escrito; PERO NO MERECEN TANTA AUTORIDAD Y FE como los libros mencionados
anteriormente, pues ya no hubo una sucesión exacta de profetas" (Contra Apión, 1:41; Siglo I.
Mayúsculas añadidas).

Esta opinión hace concordancia con otro libro apócrifo de carácter histórico, el Primer Libro de los
Macabeos, cita que para el tiempo en que fueron redactados estos libros, ya no habían profetas que
hablasen por inspiración de Dios (Léase 1 Macabeos 4:46; 9:27).

Por lo tanto, no se le puede tomar en consideración su interpretación de Génesis 6:4, puesto que él
mismo no era cristiano y no hablaba de parte de Dios. Orígenes (Siglo II d. C.) afirmaba que Flavio
Josefo no creía que Jesús fuese el Mesías (Léase Contra Celsus, Libro I, Capítulo 47).

c) De las tradiciones patrísticas (o escritos de los Padres de la Iglesia)

Los Padres de la Iglesia son un grupo de pastores, obispos y escritores del S.I d. C. al S. V. d. C. Sus
comentarios y enseñanzas eran escritos a través de cartas, documentos o recomendaciones, así como
tratados apologéticos y filosóficos. Algunos de ellos tenían cercanía o relación con los apóstoles o
discípulos de Jesús. Ellos también tenían sus ideas acerca de la identidad de los "hijos de Dios".
Veamos algunas de esas referencias:

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"Pero algunos (de los ángeles) ultrajaron la constitución de su naturaleza y descuidaron el control
que les había sido confiado… Estos ángeles cayeron en amor impuro con las vírgenes y fueron
subyugados por la carne… Aquellos que son llamados gigantes fueron engendrados por estos
amantes de vírgenes" (Atenágoras, 175 d.C.)

"La maldad, extendiéndose continuamente, alanzó e inundó la raza humana; sólo un poco de semilla
de justicia quedaba en ella. Porque, además, sobre la tierra tenían lugar uniones ilegítimas: los
ángeles fornicaron con las hijas de los hombres, quienes dieron a luz unos hijos que por su enorme
estatura fueron llamados gigantes" (Ireneo, año 180 d. C.).

"Aquellos ángeles que inventaron las joyas y otras cosas son señalados bajo condenación al castigo
de la muerte. Son los mismos ángeles que se precipitaron desde el cielo sobre las hijas de los
hombres" (Tertuliano, 198 d.C.).

"Tal fue la belleza de las mujeres que desvió a los ángeles. Como resultado, siendo contaminados,
no podían regresar al cielo. Siendo rebeldes a Dios, profirieron palabras contra Él. Entonces el
Altísimo pronunció su juicio contra ellos. Y de su simiente nacieron gigantes" (Comodio, 240 d.C.).

"Ciertos ángeles, rehusando someterse a los mandamientos de Dios, resistieron su voluntad. Y uno
de ellos cayó como un relámpago a la tierra, mientras otros, hostigados por el dragón, buscaron
placer en relaciones sexuales con las hijas de los hombres. Y de esta manera, vino sobre ellos la
recompensa reservada del castigo del fuego eterno" (Discusión entre Arquelao y Manes, 320 d.C.).

De la misma manera que con el historiador judío Flavio Josefo, podemos constatar que sus
argumentos a favor de que los ángeles procrearon con las hijas de los hombres una raza de gigantes
están basados en leyendas. Javier Quezada del libro en su libro ""Los hechos de Dios" comenta:
"Clemente de Roma, Policarpo, Hermas e Ireneo usaban con mucha libertad escritos judíos hoy
considerados como deuterocanónicos y apócrifos" ("Los hechos de Dios", Universidad
Iberoamericana; pág. 38).

A continuación algunos ejemplos:

 Clemente de Roma: Menciona a Judith como una heroína en la historia de Israel y algunos
dichos del libro de Sabiduría (Léase Epístola a los Corintios LV, LVII).
 Bernabé: Remite a Eclesiástico IV, 31 (Léase Epístola de Bernabé XIX, 9).
 Justino Mártir: En su tratado hace referencias a las adiciones al libro de Daniel (Léase
Apologías I, 46).
 Atenágoras: Cita entre las "Voces de los profetas" divinamente inspirados a Baruc III, 25
(Léase "Súplica en favor los cristianos" I, 9).
 Ireneo: Menciona la historia de Susana, que es añadida al libro de Daniel y adjudica
Jeremías como el autor del libro de Baruc (Léase Contra las Herejías, IV, XXXVI, 3; V,
XXXV, 1).
 Tertuliano: Describe la historia de Susana (Léase De corona, IV), Bel y el dragón (Léase
De la idololatría, XVIII) y la Sabiduría de Salomón (Léase Contra los Valentinos, II).
Ciertamente los Padres de la Iglesia hicieron esfuerzos positivos en cuanto a la proclamación del
Evangelio, la defensa de la verdad y preservación de la doctrina cristiana. Mas no siempre ha sido

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así. Algunos de ellos han basado sus registros precisamente en la literatura apócrifa. No son
infalibles en cuanto a su exposición doctrinal. De hecho, la Tradición Reformada ha tomado una
postura prudente en cuanto a sus escritos; son vistos desde una perspectiva testimonial y sujetos al
constante escrutinio exegético de las Escrituras.

d) De las tradiciones rabínicas (escritos de comentaristas y maestros de la Torah)

La palabra "Rabino" o "Rabí" proviene del idioma hebreo y significa: "Maestro". Dentro del
judaísmo es un líder religioso de máxima autoridad en la comunidad a la que se le ha asignado guiar
y conoce todo lo concerniente a la Torah (la Ley de Moisés y todo el cuerpo del AT). Una de sus
principales funciones es la de dirigir la sinagoga (local de culto judío que se celebran actividades de
adoración e instrucción). Oficialmente los Rabinos intervenían en la educación religiosa de las
comunidades judías a partir del año 70 a. C.

Con el tiempo, estos Rabinos elaboraron vastas colecciones de escritos y comentarios que servían
de intepretación de las Escrituras Hebreas. Una de estas colecciones es el Talmud (Siglo VI d. C.).
El Talmud recoge intepretaciones de la Misnáh (una tradición oral de interpretación de la Torah) en
forma de debates éticos, filosóficos e históricos. Entre los comentarios rabínicos que mencionan a
los ángeles caídos, se encuentran dos: El "Zohar" y la "Pirke del Rabí Eliezer".

El Zohar (hebreo, significa: "Esplendor") es un conjunto de libros que contienen intepretaciones


místicas de las Escrituras Hebreas.

"El rabino José dice, siguiendo una tradición, que estos Nefilims eran Uza y Azazel, a quienes Dios
privó de su santidad celestial. Y nos preguntamos: ‘¿Cómo pueden existir ellos en este mundo?’ El
rabino Hiya responde que eran una clase de espíritus a los cuales se refieren en Génesis 1:20 con las
palabras ‘las aves que vuelan sobre la tierra’, y estos, como ya hemos dicho, se les aparecieron a los
hombres en la forma de seres humanos. Si preguntan: ‘¿Cómo pueden transformarse?’ La respuesta
es que ellos lo hacen, que de hecho se transforman en toda clase de formas, porque cuando
descendieron del cielo, se hicieron tan concretos como el aire y adoptaron forma humana. Estos son
Uza y Azazel, quienes se rebelaron en el cielo y fueron expulsados abajo por Dios, convirtiéndose
en corpóreos en la tierra y permaneciendo en ella, siendo incapaces de despojarse de su forma
terrenal. Subsecuentemente se extraviaron y fueron en pos de mujeres, y hasta este día existen y les
enseñan a los hombres de la tierra las artes mágicas. Ellos engendraron hijos a quienes llamaron los
anaceos (los gigantes) que eran conocidos como ‘hijos de Dios’" (Volumen 1, página 186, libro
escrito en el Siglo II d. C.).

La "Pirke de Rabí Eliezer" o los "Capítulos del Rabino Eliezer" es otra colección de
interpretaciones sobre la Torah y recuentos de historias bíblicas. La única obra que se conserva es
del S. VIII d. C; aunque su original data entre los siglos II y III d. C..

"Rabi Meir dice: vieron los ángeles, quienes descendieron desde su sagrada morada en los cielos, a
las hijas de Cain, que se conducían con la carne descubierta y pintaban sus ojos como las damas
indecentes, y erraron tras ellas y tomaron de ellas mujeres, como versa: 'Vieron los hijos de Dios a
las hijas del hombre...'" (Pirke de Rabí Eliezer 22:4-5).

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También cita: "Rabí Tzadok dice: De ellos nacieron los gigantes de elevada estatura, y echaron
mano a todo tipo de robo, rapiña y derramamiento de sangre, como versa: 'Allí vimos a los que
descendieron (del cielo)'. Y versa: 'Los que descendieron estaban en la tierra' (la actual tierra de
Israel, que entonces se llamaba Kenáan)" (Pirke de Rabí Eliezer 22:8-11).

Curiosamente, el rabino Shimon bar Yojai maldijo a todos los judíos que dicen que los "hijos de
Dios" eran ángeles (S. I-II d. C.). Según la visión judía tradicional, los gigantes antes y después del
diluvio fueron hombres y no híbridos. Esta era la opinión también de Rashi (1040-1105 d. C.)
y Najmánides (1194-1270 d. C.).

En realidad, muchos de estos comentarios son solo eso: Intepretaciones personales de hombres
sacadas del contexto bíblico. Estas tradiciones y dichos rabínicos intentan cumplir una labor
supuestamente exégetica pero sin fundamentos. Jesús llegó a criticar a los líderes religiosos de Su
tiempo, precisamente por poner muy en alto la Tradición de los Ancianos y comentarios rabínicos
sobre los escritos del AT y también son acusados de tergiversar los mandamientos de Dios (Léase
Marcos 7:6-8).

Nuevamente comprobamos que estos escritores rabínicos basan sus afirmaciones sobre la identidad
de los "hijos de Dios" de Génesis 6:4 en la literatura apócrifa.

EN CONCLUSIÓN

Lo que llama la atención es la raíz de dónde surge esta doctrina de que los "hijos de Dios" aluden a
los ángeles proviene de los Libros Apócrificos: Literatura que no tiene autoridad ni carácter divinos.
A lo largo de los siglos, esta enseñanza ha perdurado a través de comentarios históricos, patrísticos
y rabínicos; obviando el hecho de que la Revelación de la Palabra de Dios es suficiente y poderosa.
Si estudiamos la Biblia respetando su contexto, podremos evitar errores sutiles como extremos. Esto
nos enseña a nosotros como creyentes a tener una actitud como los de Berea: Escrudriñar en las
Escrituras si tal doctrina o práctica es como dicen las Escrituras (Léase Hechos 17:10-11). Nunca
olvidemos que:

"Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que
lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para
enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, equipado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:15-17).

¡Sólo a Dios la Gloria!


*Las referencias bíblicas están tomadas de la versión “La Biblia de las Américas” (LBLA), a excepción de que se indique expresamente otra versión.

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