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El desempeño laboral:
Héctor Madrid
El desempeño laboral es el principal criterio del comportamiento organizacional. Los esfuerzos por desarrollar habilidades y conocimientos, junto con impulsar
la motivación en el trabajo, tienen como objetivo el que las personas realicen acciones relevantes para que las organizaciones alcancen sus metas y logren los
resultados esperados.
1. Fundamentos del desempeño laboral:
El desempeño laboral corresponde a las acciones dinámicas que se expresan en diversas manifestaciones conductuales y que son ejecutadas por un trabajador
con el fin de facilitar el logro de metas y resultados junto con el cumplimiento de los objetivos de la organización. Los elementos centrales: carácter conductual,
dinámico y multidimensional.
1.1 Conducta: el desempeño laboral son las conductas que los trabajadores realizan para ejecutar sus tareas en el contexto organizacional y así contribuir al
desempeño organizacional. Estas conductas son acciones explícitas observables y medibles llevadas a cabo por una persona, que facilitan el cumplimiento de
los resultados definidos para la misma persona, una unida de trabajo y la organización.
Conductas explícitas y observables: corresponden a acciones que son visibles en el entorno de trabajo y son reportables por personas distintas a aquella que
está ejecutando la conducta. Así quedan fuera de la definición del desempeño laboral las intenciones para realizar ciertas acciones o bien las actitudes que las
personas pueden tener acerca de las conductas en particular.
Medibles: la observación de las acciones del trabajador en cuestión debe ser objeto de una cuantificación que dé lugar a datos de registro del nivel de ejecución
de las conductas. Esto hace posible analizar, estudiar, evaluar y atribuir la contribución que la persona está realizando a la organización.
Contribución al logro de resultados: es una función de facilitación, para prestarle atención a las conductas que los profesionales realizan en el contexto de
trabajo es una tarea central de la gestión del comportamiento organizacional.
Hay una confusión frecuente, entre los conceptos de desempeño laboral y resultados, dado que el desempeño laboral se tiende a igualas a la noción de metas.
A diferencia del carácter conductual del desempeño, las metas son resultados o fines deseables que resultan de un proceso de trabajo. El desempeño laboral
representado por las acciones que la persona ejecuta para realizar su trabajo es sólo uno de los factores necesarios para el logro de una meta. Igualar la noción
de desempeño laboral con metas es un error conceptual, empírico y práctico, si bien están relacionados, son distintos entre sí. Este error tiene importantes
implicaciones para gestionar la contribución que un trabajador realiza a su organización. Si el desempeño laboral es definido en términos de una meta, se
asume que el resultado en cuestión depende absolutamente, o al menos primordialmente, del trabajador. En la mayoría de los casos, el logro de una meta no
depende tan solo de la persona, sino que de los otros factores organizacionales exógenos a él o a ella ya mencionados. Una forma de resolver esta confusión
es hacer la distinción entre:
- Desempeño laboral: corresponde a las conductas relevantes para un puesto de trabajo que, entre otros tantos factores organizacionales, contribuye a que
una meta se cumpla.
- Desempeño organizacional: es un resultado que depende de múltiples factores, entre ellos el desempeño laboral.
Por lo tanto, el desempeño organizacional no es reducible al desempeño laboral y así viceversa. Salvo en el caso, en que el logro de la meta dependa solamente
de la acción que ejecute el trabajador en particular. Las acciones del desempeño laboral corresponden a una serie de conductas que facilitan el logro de un
resultado significativo, denominado meta, para un trabajador, una unidad de trabajo o la organización como un todo.
1.2 Dinámica: la conducta es un fenómeno dinámico, cuando la variable del tiempo es tomada en cuenta, queda en evidencia que una acción ocurre en cierto
momento, mientras que en otros no se exhibe. Este carácter dinámico del desempeño laboral es el que está a la base del estudio del comportamiento
organizacional. Esto hace entender el por qué los hechos ocurren, o dejan de ocurrir, en el entorno de trabajo. Esto hace posible la gestión del desempeño, la
que correspondería a las iniciativas para hacer variar, de forma positiva, la probabilidad de que las conductas laborales deseables se lleven a cabo en la
organización.
El desempeño laboral forma parte de episodios de trabajo, esto significa, la ejecución de las tareas propias de un puesto de trabajo ocurre dentro de un ciclo,
demarcado en un límite temporal, que define el momento en que las conductas laborales relevantes pueden o deben ocurrir. Estos episodios pueden darse en
minutos, horas, mañanas, días, semanas e incluso meses, dependiendo de la tarea en cuestión. La ejecución competente de los procedimientos básicos de un
trabajo tiende a ocurrir en periodos extendidos de tiempo, porque estos procedimientos son parte integral del puesto laboral en cada momento. Las conductas
adaptativas son requeridas en los momentos en que están ocurriendo de facto los cambios en el entorno.
1.3 Multidimensional: corresponde a una serie de conductas que, si bien están relacionadas, tienen un significado e implicaciones diferentes entre sí. En el
ambiente laboral las personas exhiben, conductas de ejecución de los procedimientos básicos del trabajo, de ajuste a los cambios en el ambiente y de expresión
de la propia iniciativa. Estos procesos conductuales se les denomina las dimensiones de competencia, adaptación y proactividad en el trabajo. Estas conductas
están correlacionadas entre sí, en la medida que corresponden a acciones deseables en el ambiente de la organización. Pero, ellas son distintas dado que el
desempeño competente se relaciona con los aspectos explícitamente prescritos para que ocurran en el trabajo, mientras que el desempeño adaptativo hace
frete a los cambios que se desenvuelven en el tiempo, y por su parte el desempeño proactivo implica la construcción activa de cambios.
2. Taxonomía del desempeño laboral:
2.1 Modelo Tripartito del Desempeño: Griffin, Neal y Parker, concluyeron que este sistema conductual tripartito representa en gran medida las conductas
generales que se esperan en la mayoría de las organizaciones contemporáneas. Este sistema tripartito corresponde a las acciones de competencia, adaptación
y proactividad.
Competencia: conductas relacionadas con la ejecución de los procedimientos y las tareas básicas del puesto de trabajo. Estas conductas implican la
implementación de aspectos técnicos que están explícitamente descritos y prescritos en la definición del puesto de trabajo. Las conductas competentes son la
piedra angular del desempeño laboral, sobre la cual se fundan las actividades dentro de una organización. Todos los puestos de trabajo, o roles laborales,
exigen la ejecución de los elementos centrales y técnicos del trabajo como condición mínima de desempeño.
Adaptación: acciones de asimilación y ajuste ante los cambios que ocurren en el ambiente de trabajo. Es una conducta que intrínsecamente implica a “hacer
frente” a las nuevas condiciones del contexto laboral en el momento presente y cómo tal, en la mayoría de los casos, ocurre de forma reactiva, es decir,
primeramente, implica ajuste al ambiente y no transformación de él.
Proactividad: conductas activas de transformación del ambiente, basadas en la propia iniciativa, con miras a la mejora futura de las condiciones del puesto y
contexto de trabajo. Implica ir un paso más allá de la conducta de cambio dada por la adaptación. Asociadas también están, las conductas de anticipación a
posibles problemas que puedan ocurrir en puesto de trabajo, la proposición de opiniones en el ambiente, y la experimentación e implementación de ideas no
disponibles previamente en el ambiente para la realización del trabajo.
A la base de este modelo, está el supuesto de que las conductas laborales en su definición, significado e implicaciones dependen del grado de incertidumbre
existente en el ambiente de trabajo. Cuando la incertidumbre es baja, es la competencia la que se ajusta a estas condiciones. Pero, cuando la incertidumbre es
alta, es la adaptación la que emerge como la conducta más apropiada. Y cuando la incertidumbre es muy alta, es la conducta proactiva la que ofrece una mayor
probabilidad de buen desempeño. La conducta competente, adaptativa y proactiva no son necesariamente excluyentes entre sí. En un gran número de puestos
laborales, existe una necesidad tanto de competencia, adaptación, como de proactividad.
Este modelo tripartito del desempeño laboral es una taxonomía general y comprensiva para describir las conductas funcionales para cualquier trabajador, en
cualquier puesto de trabajo, para cualquier organización.
2.2 Creatividad e Innovación: la principal tarea de las organizaciones es la explotación de sus capacidades y conocimientos acumulados en el tiempo, con el fin de
lograr sus metas y alcanzar sus objetivos. En tiempos de gran dinamismo, creciente incertidumbre e intensa competencia, la efectividad e incluso la
sobrevivencia de la organización, se ve comprometida si esta explotación no es acompañada con la constante exploración de nuevas prácticas, procedimientos,
productos y servicios. Para la organización industrial, el principal criterio de desempeño es la competencia, porque en este caso el factor crítico de éxito es la
implementación de los procedimientos conocidos como efectivos para la producción de resultados explícitamente esperables. En la organización del
conocimiento, la creación e implementación continua de nuevas iniciativas sobresale como un criterio de efectividad, porque esto permite desarrollar nuevas
oportunidades que por definición no son del todo conocidas en el presente.
Creatividad: acciones orientadas a pensar, imaginar y generar activamente nuevas ideas para eventualmente beneficiar al equipo, la unidad de trabajo o a la
organización, que derivan en el desarrollo de nuevos procesos, procedimientos, productos o servicios.
Innovación: conductas de proposición e implementación de nuevas ideas en el contexto de trabajo.
El componente de implementación de estas conductas conlleva acciones de experimentación para determinar si las ideas creativas tienen un lugar efectivo en
la práctica, y si la aplicación concreta de ellas podría evitar derivar en el desarrollo de procesos y resultados considerados como novedosos. Es ciertamente
evidente el posible solapamiento entre la conducta creativa, innovadora y el desempeño proactivo, están orientadas a la transformación del ambiente de
trabajo con miras a la mejora continua. La proactividad no necesariamente se funda en ideas creativas o distintas a lo convencional. La iniciativa personal
puede estar basada en un conocimiento previamente establecido que, no había sido atendido o considerado para su adopción en la organización. Desde la
perspectiva de la creatividad y la innovación, estas acciones pueden tomar un carácter proactivo, pero también reactivo. En muchas ocasiones la generación,
sugerencia e implementación de nuevas ideas se basa en la propia iniciativa del trabajador, pero en otras la creatividad y la innovación ocurre por la solicitud
directa en la organización.
2.3 Desempeño Contextual:
- El desempeño de la tarea es equivalente a lo definido aquí como conductas competentes, aquellas que aseguran los aspectos técnicos mínimos del puesto
de trabajo.
- El desempeño contextual corresponde a las conductas que se relacionan con los aspectos inespecíficos del trabajo y que facilitan, u obstruyen, la creación
de un ambiente social deseable y funcional.
Los principios del desempeño contextual pueden beneficiar o perjudicar a la organización como sistema de trabajo, o bien a sus integrantes en su condición
de persona. El desempeño contextual está definido por las denominadas conductas cívicas y contra-productivas.
- Conducta cívica: acciones que facilitan la construcción de un ambiente social e interpersonal positivo, más allá de la mera ejecución apropiada de las
tareas propias del puesto de trabajo.
o Conducta cívica orientada hacia la organización, es aquella dirigida a aceptar y respetar las normas y regulaciones definidas en la organización,
para la correcta operación de sus distintos procesos de trabajo, aún cuando estas puedan no ser convenientes para la persona en su dominio
individual.
Como parte de estas conductas se define la lealtad hacia los valores y principios organizacionales y también la protección y defensa de la organización en
términos de sus bienes e imagen pública.
o Conducta cívica hacia las personas, son las acciones de facilitación social en la organización. Es la conducta de ayuda y colaboración hacia
compañeros de trabajo para la realización de sus tareas. La demostración de disponibilidad para prestar apoyo técnico o emocional cuando otros
enfrentan dificultades en el trabajo, y la realización de acciones para evitar y manejar los conflictos en el ambiente de trabajo.
- Conducta contra-productiva: acciones indeseables que dañan a la correcta operación y propiedad de la organización, junto con deteriorar la calidad de
las relaciones interpersonales entre sus integrantes.
o Conducta contra-productiva orientada hacia la organización, es aquella contra la ejecución del trabajo y sus resultados. Incluye: reducción
intencional del esfuerzo, ausentismo no justificado, atentado contra la producción a través del boicot y la interrupción injustificada de los
procesos de trabajo, falseo de información, atentado contra la propiedad de la organización, robo de bienes, consumo de sustancias y drogas
durante la jornada de trabajo.
o Conducta contra-productiva orientada hacia las personas, acciones que dañan las relaciones interpersonales entre los trabajadores como
consecuencia, su sentido de bienestar. Implica: falta de respeto hacia otras personas en la organización, comentarios mal intencionados en
relación con otros trabajadores, acoso físico y psicológico, menosprecio de las capacidades de otros trabajadores, tratos ofensivos y
discriminación.
3. Antecedentes del desempeño laboral:
La teoría y evidencia sugiere y apoya que tanto elementos cognitivos como afectivos son importantes antecedentes para la ocurrencia, o ausencia, de las
conductas laborales.
- Conocimiento procedural: cualidades individuales que actúan como procesos, o funciones, psicológicos que se asocian con la forma de pensar, sentir y
actuar de las personas. Implica: intelecto, manejo de las emociones y estilos para relacionare interpersonalmente. En este caso el intelecto, definido como
inteligencia, este involucra funciones asociadas a la percepción, memoria y razonamiento. Otorga la forma a través de la cual ocurren las operaciones
psicológicas.
La aplicación de la noción de conocimiento procedural a la del desempeño laboral, permite entonces señalar que las habilidades de orden psicológico son un
antecedente que se relaciona de forma directa con la conducta laboral. La capacidad de percepción, memoria y razonamiento podría explicar el desempeño
competente de un trabajador, que influye en la comprensión, adopción e implementación efectiva de los aspectos técnicos y básicos del trabajo. En términos
de la conducta adaptativa, estas mismas habilidades facilitarían, el aprendizaje, mientras que, en relación con la creatividad, la innovación y la proactividad la
inteligencia beneficiaría el avizorar y anticipar escenarios futuros de mejora continua.
- Conocimiento declarativo: es aquel que la persona puede “declarar”, en otras palabras, describir. Corresponde al conjunto de saberes y conocimientos
específicos propios de un campo de conocimiento. Es el contenido que es procesado para actuar de una forma determinada.
Es evidente la relación directa que también existe entre el conocimiento declarativo y el desempeño laboral.
Finalmente, la motivación es el tercer antecedente psicológico que explica las variaciones del desempeño laboral. A la base de la ejecución de la conducta está la
habilidad entregada por el proceso del intelecto y los conocimientos específicos que actúan como ingredientes del pensamiento. La capacidad intelectual no se
traduce en acción si no hay un empuje psicológico para que la conducta ocurra. La motivación se expresa como una experiencia psicológica de energía y
persistencia para actuar, siendo ella la que establece una relación directa con las acciones propias del desempeño laboral.
Desde la perspectiva multidimensional del desempeño, la motivación gana preponderancia en la medida que la conducta se vuelve más compleja y orientada al
cambio. La conducta competente, la motivación mantiene alerta al trabajador para la ejecución suficiente de las tareas básicas de su trabajo. La adaptación, la
motivación moviliza la búsqueda de ajuste con los cambios que ocurren en el ambiente, mientras que para el caso de la creatividad, la innovación y la proactividad,
la motivación energiza al individuo para enfrentar el estado actual de las cosas y las eventuales resistencias al cambio.
Subjetive Well-Being:
Breve historia del bienestar subjetivo:
Sólo en los últimos 200 años, más o menos, los individuos han visto la felicidad como algo que se puede alcanzar. De hecho, Thomas Jefferson reivindicó la
"búsqueda de la felicidad" como un "derecho inalienable" en la Declaración de Independencia. Los antiguos griegos ciertamente no consideraban la felicidad algo
que pudiera ser perseguido activamente; de hecho, creían que sólo podía ser juzgado después de la muerte de uno. Aristóteles usó el término eudaimonia (buen
espíritu) indistintamente con el término griego "makario" (bendito). Por lo tanto, la felicidad de los antiguos griegos era vulnerable a las condiciones externas y a
la suerte. El nacimiento de la ciencia psicológica fue acompañado por el estudio científico del bienestar.
Medición del bienestar subjetivo
Existen muchas escalas para medir los diferentes componentes del bienestar. Para el componente cognitivo, la escala de satisfacción vital más comúnmente
utilizada es la escala de Satisfacción con la Vida de cinco elementos. Aunque muchos investigadores utilizan el programa de efectos positivos y negativos, el PANAS
se centra exclusivamente en los efectos de alta excitación. Además, el PANAS exige a los investigadores inferir sensaciones subjetivas de bienestar a partir de las
clasificaciones de los efectos. La Escala de Felicidad Subjetiva intenta capturar sentimientos globales y subjetivos de felicidad del participante que pueden ser
distintos del afecto real experimentado en la semana anterior. Las medidas de autoinforme del bienestar subjetivo demuestran una validez convergente y
discriminante. Utilizando un enfoque multitrayecto y multimétodo, Lucas, Diener y Suh (1996) también encontraron que los componentes de SWB son distintos
entre sí y también de construcciones relacionadas tales como la autoestima y el optimismo. Las medidas del bienestar subjetivo autorreportadas también muestran
validez predictiva. Sin embargo, los autoinformes globales del bienestar subjetivo están lejos de ser perfectos. Por ejemplo, los autoinformes globales están
influenciados por los estados de ánimo en el momento de los juicios. Los informes globales también son propensos a sesgos de memoria. Los investigadores han
empleado varias medidas de bienestar en línea, como el método de muestreo de experiencias. Recientemente, el Método de Reconstrucción Diaria ha sido
desarrollado para aliviar la carga de los encuestados de los estudios tradicionales de muestreo de experiencias y también para permitir el análisis ponderado de
las experiencias mediante la captura de la duración de varias experiencias afectivas.
Hallazgos actuales del bienestar subjetivo:
Correlatos demográficos del bienestar subjetivo:
La edad se asocia con un afecto más positivo y menos negativo. Sin embargo, este efecto es a menudo pequeño y complejo. En general, las variables demográficas
no están fuertemente asociadas con el bienestar subjetivo.
Riqueza material y bienestar subjetivo:
Existen correlaciones positivas significativas de la relación entre ingresos y bienestar subjetivo a nivel de individuos y naciones. La correlación entre los ingresos
y el bienestar subjetivo es de pequeña a moderada a nivel de los individuos, y oscila entre 0,10 y 0,30. En contraste, la correlación entre las naciones es grande, a
menudo superior a 0,50. La más controvertida es la relación entre el ingreso y el bienestar subjetivo a lo largo del tiempo dentro de una nación. Stevenson y
Wolfers (2008) analizaron más naciones y encontraron que en muchas naciones el crecimiento económico estaba asociado con un aumento en la satisfacción con
la vida. Sin embargo, también encontraron que en los EE.UU. y Bélgica, el crecimiento económico no resultó en un aumento en el nivel medio de satisfacción con
la vida a lo largo del tiempo. Por lo tanto, todavía no está claro si el crecimiento económico da lugar a niveles más altos de bienestar subjetivo de las naciones. La
relación entre el crecimiento económico y el bienestar subjetivo de la nación es compleja en parte porque un aumento en la riqueza material también podría
implicar un aumento en el materialismo. Además, el objetivo de una compra monetaria también parece influir en bienestar subjetivo.
Relaciones interpersonales y bienestar subjetivo:
Diener y Seligman (2002) descubrieron que las buenas relaciones sociales son un componente necesario de la vida de las personas muy felices. Recientemente,
varios investigadores abogaron por que la comprensión sentida (la sensación de que los demás entienden los aspectos centrales del ser) podría ser un vínculo
crítico entre las relaciones sociales y la SWB. Tener relaciones sociales fuertes es también una manera de asegurar que uno se beneficia de la difusión de la felicidad.
Personalidad, heredabilidad y diferencias individuales:
La extraversión y el neuroticismo son algunos de los predictores más consistentes del bienestar subjetivo. Según el meta-análisis de Steel et al. (2008), la
correlación entre la extraversión y el bienestar subjetivo osciló entre 0,35 y 0,57, después de corregir los errores de medición. La correlación entre el neuroticismo
y el bienestar subjetivo osciló entre -0,35 y -0,72, con corrección de errores de medición. A nivel de facetas más específicas, la alegría y la depresión fueron los
predictores más fuertes. De hecho, estas facetas por sí solas explicaban el bienestar subjetivo mejor que los rasgos generales de la extraversión y el neuroticismo.
Varios investigadores han demostrado la heredabilidad del bienestar subjetivo. Por ejemplo, Lykken y Tellengen (1996) sostienen que alrededor del 80 % de las
diferencias individuales estables en el bienestar subjetivo están determinadas por factores genéticos. Además, hay muchas diferencias individuales asociadas con
los niveles medios de bienestar subjetivo. La autoestima está fuertemente asociada con el bienestar subjetivo, particularmente en naciones individualistas como
los Estados Unidos y Australia. El optimismo es otro rasgo fuertemente asociado con el bienestar subjetivo. De la misma manera, las personas que están
progresando constantemente hacia metas de importancia personal se muestran altas en el bienestar subjetivo, aunque el tipo de metas que están persiguiendo
modera el efecto positivo del progreso de las metas. Otras diferencias individuales interesantes incluyen satisfactores versus maximizadores, atención a
información abstracta versus específica, y velocidad de categorización de palabras positivas versus negativas. Finalmente, la fuente de felicidad (lo que hace feliz
a la gente) difiere de un individuo a otro, dependiendo de sus valores.
Adaptación Hedónica:
Según el modelo hedónico de cinta rodante, un evento que alguna vez fue intensamente placentero o angustiante pronto se convierte en parte de la vida diaria de
uno, y luego ejerce poca influencia en el bienestar de uno. Más recientemente, Wilson y Gilbert (2008) propusieron que la explicación es un factor crítico en los
procesos de adaptación hedónica. Esto se debe a que una explicación da un cierre a los eventos. Aunque la mayoría de los modelos existentes de adaptación
hedónica asumen implícitamente que el proceso de adaptación es universal e inevitable, investigaciones recientes sugieren que la magnitud, velocidad y dirección
de la adaptación difieren significativamente entre individuos. Además, los individuos no se adaptan a ciertos eventos importantes de la vida.
Cultura y bienestar subjetivo:
La investigación intercultural ha identificado grandes diferencias culturales en los niveles medios y predictores de SWB. De la misma manera, la frecuencia de las
emociones positivas es un predictor más fuerte de la satisfacción con la vida en las naciones individualistas que en las naciones colectivistas. Además, la satisfacción
con la autoestima predice la satisfacción global de la vida más fuertemente en naciones individualistas que en naciones colectivistas.
Intervenciones:
Ya en la década de 1960, los investigadores encontraron que los adultos mayores se vuelven más felices cuando reflexionan sobre su vida. Investigaciones recientes
sobre intervenciones también revelaron varios factores moderadores. Éstos incluyen las clases de tratamiento de eventos positivos y el foco de eventos positivos.
Consecuencias del bienestar subjetivo:
Las personas felices tienen más probabilidades de ganar mayores ingresos, tener relaciones románticas o matrimonios más satisfactorios y recibir más apoyo de
sus colegas en el trabajo en comparación con las personas menos felices. Además, las personas felices tienen más probabilidades de vivir más tiempo y estar más
sanas. Aunque estos estudios apoyan una cuenta general para los beneficios positivos de la felicidad, la relación entre la felicidad y sus resultados no siempre es
lineal. Oishi, Diener y Lucas (2007) dividieron los resultados de la felicidad en dos clases: dominios de logro y dominios de relación. Demostraron que la relación
entre la felicidad y su resultado es lineal en las relaciones románticas, pero no en los dominios de los logros. La razón principal es que hay dos motivaciones
diferentes que sirven bien en cada uno de los dos dominios: motivación para la mejora y motivación para el auto-mejoramiento. La motivación para mejorar es
beneficiosa en los ámbitos de los logros porque esta mentalidad deja claro lo que hay que hacer para mejorar las propias habilidades y el rendimiento. En contraste,
la ilusión positiva y los motivos de auto-mejora sirven bien en las relaciones románticas, en las que uno no quiere prestar demasiada atención a las debilidades de
su pareja.
Investigación futura:
A medida que nos esforzamos por comprender mejor las fuentes y las consecuencias del bienestar subjetivo, las investigaciones futuras deberían hacer mayor
hincapié en la medición del bienestar subjetivo y el enfoque metodológico del bienestar subjetivo. En la actualidad, los investigadores no siempre prestan plena
atención a los cuatro componentes del bienestar subjetivo: afecto positivo, afecto negativo, satisfacción global de la vida y satisfacción específica del campo. Por
lo tanto, la investigación futura debe primero tratar de identificar la contribución única de cada componente al estudio del bienestar subjetivo. En segundo lugar,
el estudio del bienestar subjetivo se beneficiaría si se aumentara su enfoque multimétodo. Para hacer avanzar la ciencia, también necesitamos actualizar
simultáneamente la caja de herramientas del bienestar subjetivo. En el futuro, deberíamos esperar ver nuevos modelos teóricos que den sentido a las influencias
dinámicas de bienestar subjetivo, que surgen de sofisticadas técnicas de investigación.