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Mitos y Leyendas

Sistema Eductivo Estatal Regular

Esc. Sec. Oficial “Álvaro Obregón”

Materia: Español

Profesor : Diego Hernandez Ramírez

Antología de Mitos y Leyendas

Autor: José Joaquín Zubieta Rico

Grado: 1°

Grupo: “B”

San Luis Potosí, SLP, 4 de Octubre del 2010


Mitos
Los ocho inmortales
El taoismo venera a ocho inmortales que, a través de la piedad y de la virtud han conseguido la vida
eterna. Además de la inmortalidad, estos ocho personajes, nada tienen en común, pero se los suele
representar en grupo, no obstante.
Los ocho inmortales viven con los dioses en las montañas de Kun Lun, en el centro de la tierra. Allí se
divierten en los jardines del Emperador de Jade, el señor supremo de los cielos, donde crece el
melocotonero mágico de la inmortalidad. Cada milenio se los invita junto a los dioses, a comer
melocotones en una gran celebración que realiza la Emperatriz Wang, esposa del Emperador de Jade.
Hsien significa "inmortal" en chino. El carácter chino para Hsien se yuxtapone a los caracteres de
"hombre" y "montaña", lo que literalmente significaría "hombre que vive en la montaña".
Los ocho inmortales son los más famosos de los Hsien. Cabe destacarse que la inmortalidad no
significa larga vida en la tierra sino vida eterna en los cielos.

Popol Vuh - cultura Maya


Primero todo era silencio, había mucha calma. No había nada que estuviera en pie en toda la faz de la
tierra, solo existía el mar en reposo y un cielo apacible.
Todo era oscuro, solo Tepeu y Gucumatz(progenitores)estaban en el agua rodeados de claridad. Ellos
son los que disponen de la creación de árboles, bejucos, nacimiento de la vida y del hombre. Se formó
el corazón del cielo.
Mediante su palabra ellos hicieron emerger la tierra. dijeron "tierra" y esta fue hecha. Así
sucesivamente surgieron el día y la noche, las montanas y valles, brotaron pinares. También se crearon
las corrientes de agua y los arroyos corrieron libremente.
Luego crearon a los animales, los venados, pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, víboras,
guardianes de los bejucos entre otros. Estos fueron hechos para cuidar a los árboles y a las plantas. Los
animales se dispersaron y se multiplicaron, pero los creadores les dieron sus moradas respectivas, mar,
tierra o aire.
Luego los creadores les dijeron que hablaran para que alabaran a sus creadores(a ellos), pero estos
animales no hablaban, solo emitían graznidos, chillaban o cacareaban. Entonces estos creadores los
cambiaron de hogar porque no conseguían que los adoraran ni que los veneraran. Hicieron un segundo
intento pero estos tampoco hablaron, y por lo tanto fueron condenados a ser comidos y matados.
Ante este fracaso de que los animales no los veneraban, ellos se dijeron que tenían que crear antes del
amanecer algún ser que los venerara, por lo tanto quisieron hacer al hombre. Para esto tuvieron varios
intentos:
1. En este intentaron hacer al hombre de barro, no se podía sostener, no podía andar ni multiplicarse y
se deshizo.
2. Luego trataron con madera, lo cual fue un gran avance, ya que hablaban y se multiplicaban, pero
estos no tenían memoria(por lo tanto no se acordaban de su creador), entendimiento, caminaban sin
rumbo y andaban a gatas. Estos fueron los primeros que habitaron la faz de la tierra, pero con el diluvio
creado por el corazón de cielo estos murieron. Los que se salvaron se escondieron y se convirtieron en
Gnomos.
3. De tzite se hizo el hombre, y la mujer de españada , pero estos no pensaban ni hablaban. Fueron
aniquilados con resina y fueron desfigurados por las piedras de moler. Esto fue en castigo por no haber
pensado ni en su madre, ni en su padre.
4. Poco faltaba para que el Sol, la Luna y las estrellas aparecieran sobre los creadores cuando
descubrieron lo que en verdad debía entrar en la carne del Hombre. El Yac , Utiu , Quel y Hoh fueron
los que trajeron la comida para la formación del hombre. Esta comida se convirtió en sangre, y así entro
el maíz por obra de los progenitores. Los hombres que fueron creados fueron cuatro: Balam-Quitze,
Balam-Acab, Mahucutah y Iqui-Balam.
"Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres."

Cupido y Psyque
La historia de Cupido y Psyque pertenece a la tradición romana.
Venus (Afrodita) diosa del amor, irritada por la belleza de Psyque, de dijo a Cupido o (Eros), que la
enamorara del peor de los hombres. Inesperadamente el propio Cupido se enamoró y se casó con ella.
Psyque se sentía sola porque su marido sólo la visitaba por las noches, y además le había dicho que
nunca le debería de mirar o su futuro hijo no sería imortal. Para combatir u soledad, venían sus
hermanas, las cuales, celosas de su casa, la convencieron de que el marido al que no podía mirar, debía
ser un monstruo.
Muy asustada, Pysque tomó una lámpara y miró a su esposo mientras éste dormía. Entonces, Cupido
despertó y se marchó. Psyque, llena de remordimientos, lo buscó por todas partes, llegando finalmente
al palacio de Venus, donde le impusieron trabajos imposibles de realizar. Durante el último, cayó en un
sueño mortal, pero Cupido logró revivirla... y la llevó al Olimpo, donde Júpiter, la hizo inmortal.

El Santo Grial
Según la fuente que se consulte, el Santo Grial era el plato que Cristo utilizó durante la última cena o el
vaso con el que se recogió la sangre de su crucifixión. Depende qué tradición, éste habría sido llevado a
Inglaterra, junto con la lanza con la que atravesaron el costado de Cristo, y dejada bajo la protección de
un custodio del Santo Grial, o Rey Pescador. La leyenda nos cuenta como al haber sido herido el padre
del rey Pescador (rey Lisiado), la tierra se hizo baldía; pero sólo podría curar y retornar la prosperidad
si un caballero de corazón puro encontrase el grial e hiciese la preguntas adecuadas. La búsqueda se
convierte en la prueba de pureza y valor de cada uno de los caballeros y se inicia cuando el Grial se
aparece en una visión a Arturo y sus caballeros.
Si bien se trata de una leyenda cristiana, su orígen se remonta a la mitología celta, en la que son
frecuentes las cornucopias y calderos (incluyendo uno con poder de resucitar) y las búsquedas en las
que el héroe ha de adentrarse en el otro mundo para ganar un valioso premio.
Existen pues, varias versiones de la leyenda, y todas coinciden en que Arturo nunca emprendió tal
busca y que solo un caballero, Sir Galahad, demuestra ser merecedor de encotrar tal objeto precioso.

Sigurd vencedor del dragón


Sigfrido o Sigurd, hijo del héroe Sigmund y favorito de Odín, creció huérfano. De gran valentía,
cuando era muy joven, mató al dragón Fafnir por deseo de Regin, el herrero, robándole el tesoro. Sin
embargo, el tesoro oculto estaba encantado por un anillo que había recibido una maldición y la tragedia
se desata.
Sigurd, poco después se casa con Gudrun, hija del rey de los Nibelungos y accede a ayudar a su
hermano Gunnar a conquistar Brynhildr, una valquiria que vivía tras un muro de fuego. Disfrazado de
Gunnar, la conquista tras entregarle el fatídico anillo, luego de lo cual, Gunnar, se casa con ella. Pero
Gudrun, la esposa de Sigurd, al ver a Brynhildr llevar el anillo, le cuenta la verdad para burlarse de ella.
Brynhildr, furiosa y exige que Gunnar y su hermano Hogni maten a Sigurd, para después suicidarse,
quemándose en la propia pira funeraria de Sigurd.
Gudrun se casa con Atli, hermano de Brynhildr, al cual le pide que mate a Gunnar y a Hogni, en
venganza por haber matado a Sigurd. Luego Gudrun mata a sus hijos con Atli, hace unas copas con sus
cráneos y le sirve a Atli su sangre en lugar de vino y sus corazones en lugar de carne.
Finalmente, incendia su palacio, y mueren todos los que allí estaban.

Leyendas
EL CEIBO
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada
Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con
sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron
los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus
y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.

Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches
en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero
al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su
guardián, y huyó rápidamente a la selva.

El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución
que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los
conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la
muerte en la hoguera.

La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la
doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un
costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose
con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de
verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor,
como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.

La piel del venado


Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era distinta a como hoy la
conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro, por eso el venado podía verse con mucha
facilidad desde cualquier parte del monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores,
quienes apreciaban mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que usaban en la
construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones, el venado era muy perseguido y
estuvo a punto de desaparecer de El Mayab.

Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escuchó voces extrañas; al voltear vio que era un
grupo de cazadores que disparaban sus flechas contra él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz
como se lo permitían sus patas, pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una flecha iba a
herirlo, resbaló y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales.
En esta cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon al venado quejarse, ya que se había
lastimado una pata al caer. Compadecidos por el sufrimiento del animal, los genios aliviaron sus
heridas y le permitieron esconderse unos días. El cervatillo estaba muy agradecido y no se cansaba de
lamer las manos de sus protectores, así que los genios le tomaron cariño.

En unos días, el animal sanó y ya podía irse de la cueva. Se despidió de los tres genios, pero antes de
que se fuera, uno de ellos le dijo:

—¡Espera! No te vayas aún; queremos concederte un don, pídenos lo que más desees.
El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad:

—Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres, ¿ustedes pueden
ayudarme?
—Claro que sí —aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la cueva. Entonces uno de los
genios tomó un poco de tierra y la echó sobre la piel del venado, al mismo tiempo que otro de ellos le
pidió al sol que sus rayos cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó de ser
clara y se llenó de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la tierra que cubre el suelo de El Mayab.
En ese momento, el tercer genio dijo:

—A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y con ella será confundida. Así
los venados se ocultarán de los cazadores, pero si un día están en peligro, podrán entrar a lo más
profundo de las cuevas, allí nadie los encontrará.
El cervatillo agradeció a los genios el favor que le hicieron y corrió a darles la noticia a sus
compañeros. Desde ese día, la piel del venado representa a El Mayab: su color es el de la tierra y las
manchas que la cubren son como la entrada de las cuevas. Todavía hoy, los venados sienten gratitud
hacia los genios, pues por el don que les dieron muchos de ellos lograron escapar de los cazadores y
todavía habitan la tierra de los mayas.
La Vainilla
Cuentan que Xanath, hija de nobles totonacas, célebre por su belleza, vivía en un palacio cercano al
centro ceremonial de Tajín, sede de su pueblo.
Cierto día en que la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato colocado en el abdomen de
Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontró casualmente a Tzarahuín (jilguero), un alegre doncel al que
le agradaba silbar, y surgió entre ambos amor a primera vista.
Sin embargo, el romance mostró dificultades para prosperar, porque Tzarahuin era pobre y vivía en una
choza humilde rodeada de tierra fértil en que abundaban las anonas, las piñas y las calabazas. A pesar
de la diferencia de clases, los enamorados se reunían casi a diario, de manera fugaz, cuando el mancebo
llevaba al mercado la cosecha de sus siembras, y en poco tiempo una sincera pasión se apoderó de sus
corazones.
Una tarde en que Xanath pasó junto al templo sagrado de los nichos, la sorprendió la mirada penetrante
del dios gordo, que se caracterizaba por su vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y
desde entonces el señor de la felicidad se dedicó a cortejarla. La doncella logró esquivarlo en un
principio, mas el astuto dios encontró la forma de revelarle sus sentimientos y, al ser rechazado, su
alegría habitual se tornó en cólera y amenazó a la joven con desatar la furia de Tajín, si no accedía a sus
reclamos amorosos.
La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicionó a Tzarahuín.
El astuto dios gordo resolvió entonces ganarse la confianza del padre de la joven para que influyera en
el ánimo de Xanath. Lo invitó a su palacio, le reveló secretos divinos y cuando manifestó interés por la
linda muchacha, recibió completo apoyo para casarse con ella.
Xanath hubo de soportar un mayor acoso del testarudo dios y su padre la obligó a aceptar una nueva
cita, que resultaría fatal, pues luego de haber dado otra negativa al señor de la felicidad, éste, irritado,
lanzó un conjuro sobre la doncella y la transformó en una planta débil de flores blancas y exquisito
aroma: la vainilla.
Y si bien el dios creyó vengarse, lo cierto es que mientras de él existen sólo vagos recuerdos, en
cambio, tenemos muy presente en nuestros días a la planta orquidácea cuya esencia es muy apreciada
en la cocina y la pastelería de muchas partes del mundo.

LOS SIETE EXPLORADORES


La leyenda cuenta que, precediendo al viaje de su rey y por instrucciones de un vidente, siete
navegantes llegaron a la isla de Pascua buscando un lugar adecuado para instalarse y sembrar ñame,
(tubérculo base de la alimentación de los inmigrantes). Dos de ellos traían, además, un moai y un collar
de madreperlas, que escondieron y que luego dejaron abandonados cuando regresaron a su tierra de
Hiva. Sólo un explorador se quedó en la isla.
Por eso, que cuando Hotu Matúa llegó a la isla, ésta ya estaba poblada; ya existía en ella el ñame; y
también había moais.
Algunos estudiosos opinan que los siete exploradores simbolizan a siete generaciones que habitaron el
lugar; o quizás a siete tribus inmigrantes, de las cuales sólo una sobrevivió y se mezcló con la gente de
Hotu Matúa.
El rey Hotu Matúa murió 20 años después de su llegada a la isla y le sucedió su hijo mayor, Tuu
Maheke. El último de esta dinastía fue Gregorio o Roroko he tau, llamado también el rey niño, que
falleció en 1886, y aunque algunos lugareños tienden a pensar que la sucesión dinástica no tuvo desvíos
ni interrupciones, hay varios indicios de que el linaje dinástico tuvo muchas alteraciones.
Se cuenta que poco después de los primeros polinesios llegó a la isla una segunda inmigración. El
origen de estos nuevos pobladores es polémico, ya que sus características raciales difieren de las de
aquellos que se consideraban nativos.
Estos nuevos habitantes fueron llamados Hanau eepe, que significa “raza ancha”, y en efecto, éstos
eran más corpulentos y robustos que los Hanau momoko o raza delgada que ocupaban desde antes el
lugar.
Los Hanau eepe tenían muy desarrollados los lóbulos de las orejas característica por la cual muchos
antropólogos los asocian con los incas y sus grandes pabellones descriptos por Francisco Pizarro en sus
informes.
Aunque éste es un tema no desentrañado aún, y los orejas cortas y los orejas largas tienen un origen
confuso, pero cuya existencia está afianzada por testimonios en el pasado.

La casa del trueno


Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali existía una caverna en cuyo interior los antiguos
sacerdotes habían levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los
ríos.
Eran tiempos lejanos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy
como Totonacas, que poblaron el lugar que después llamaron Totonacan.
Y siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y
cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban cánticos
a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas de
esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y veintiocho días componen el ciclo lunar.
Esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los
animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después
atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las
especies acuáticas que moraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había
veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y
limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto más arrastraban los cueros mayor era el ruido
que producían los torrentes y cuanto más se golpeaba el
gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto más relámpagos significaba mayor
número de flechas incendiarias.
Pasaron los siglos...
Y un día arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras
costumbres, y otras leyes y otras religiones.
Se decían venidos de otras tierras allende el gran mar de turquesas (Golfo de México) y tanto hombres,
como mujeres y niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres más
felices de la tierra y tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias en las
aguas borrascosas de un mar en convulsión habían
por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y
clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en su lengua Totonacan y ellos mismos se dijeron
totonacas.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella
invasión de los extranjeros que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir
truenos,
relámpagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amendrentarlos.
Llovió mucho y durante varios días y sus noches, hasta que alguien se dio cuenta de que esas
tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos.
No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y dotándoles de
provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.
Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para evitar el desastre del
pueblo totonaca recién asentado y para el efecto se reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes
principales y decidieron que nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamamos sencillamente
naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía,
adorar a esos dioses y rogarles fueran magnánimos con ese pueblo que acababa de escapar de un
monstruoso desastre.
Y en ese mismo lugar en donde había el templo y la caverna y se ejercía el culto al Dios del trueno, los
totonacas u hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del Tajín, que en su propia lengua
quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se rindió culto al Dios del Trueno sino que se le
imploró durante 365 días, como número de nichos tiene este
monumento invocando el buen tiempo en cierta época del año y la lluvia, cuando es menester fertilizar
las sementeras.
Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en todo el mundo como pirámide o templo de El Tajín
en donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales.
Así nació la pirámide de El Tajín, levantada con veneración y respeto al Dios del Trueno, adorado por
aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, cuando el mundo parecía
comenzar a existir.

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