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La música es considerada por muchos como el alimento del alma,

puede transportarnos y estimular distintos tipos de estados de


ánimo, mientras que para otros es un complejo reflejo de la
personalidad de cada individuo. El género musical rompe con cualquier
barrera cultural, económica, social y geográfica. Siendo un gusto más
subjetivo que realmente impuesto por una industria.
Aunque muchas personas muestran preferencia por un género musical
en particular (por ejemplo el rock, pop, indie, clásica, salsa, entre otras),
no son exclusivos seguidores del mismo, pudiéndose encontrar en su
colección de discos uno de la agrupación KISS junto con uno de
Belanova, por citar un ejemplo.

“La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y
no puede quedar en el silencio”

-Victor Hugo-

Estudios sobre los gustos musicales


Muchas universidades y profesores han estudiado, con el paso de
los años, qué determina los gustos musicales. Así, por ejemplo, se
ha visto que entre miembros de una misma familia (incluso hermanos),
estos gustos pueden variar significativamente, siendo incluso polos
opuestos bastante similares al agua y el aceite (por ejemplo, música
trance vs. vallenato).
A pesar de que se ha descubierto que ciertas características de la
personalidad van ligadas directamente a ciertos tipos de música, se
tendría que conservar exactamente el mismo gusto exclusivo por un
género musical durante toda la vida para que estos estudios tengan
teorías válidas, ya que han asociado.
Por ejemplo, el reggae se relaciona con personas de alta
autoestima, creativas, no muy trabajadoras, dóciles, extrovertidas
y relajadas; la música clásica, con personalidades de alta autoestima,
creativos e introvertidos; y a la música pop con personalidades de alta
autoestima, no creativos pero muy trabajadores, dóciles y extrovertidos.
La experiencia cotidiana nos dice que estos parámetros no se cumplen
en todos los casos. Sin embargo, ¿coinciden con los tuyos? ¿Puedes
identificar tu tipo de personalidad de acuerdo con el tipo de música que
te gusta? Siempre hay excepciones, pero puede que en algunos casos
se cumpla.
“Una ventaja que la música tiene sobre la poesía es que mientras el
poeta se pasa horas y días en convertir en mágico el material del
lenguaje, en la música el material ya es mágico”

-Jorge Luis Borges-

La música y el estado de ánimo


También se encuentra la variante del estado de ánimo: es típico
que dependiendo de cómo se encuentre la salud emocional se
escuche un tipo de música u otro. ¿Cuántos de ustedes han
escuchado canciones depresivas, emocionalmente desgarradoras y
que hablan de rompimientos al acabar una relación? Y ¿cuántos
escuchan música alegre que invita a bailar y dar saltos por todos lados
al tener un muy buen día?
La música, además de un arte, es una sensación, que condensa, en 4
minutos aproximados de sonidos compuestos, todo aquello que
sentimos, pero ¿sabían que también puede cambiar el estado de ánimo
y hasta mejorar la salud?
Pues sí, es un hecho que la música, gracias a los distintos tipos de
pulsaciones que emite y frecuencias de sonido, influye
directamente en el sistema circulatorio y en el sistema
nervioso central, pudiéndonos llevar rápidamente de un estado de
ánimo a otro.
“La música es como la lluvia, cuando la escuchas, tu corazón siente esa
pasión y sentimientos de grandeza que no se pueden explicar con
palabras, solo lo sabrás al sentirla”

-Marta Iris Rodríguez-


Por ejemplo, en días estresantes y de alta carga emocional, se
recomienda escuchar música instrumental o relajante, ya que ayudan a
bajar la frecuencia cardíaca, normalizando la tensión y colocando la
mente en blanco. Por el contrario, una buena dosis de rock puede
aportar energía suficiente cuando el estado de ánimo roza la apatía, ya
que aumenta las pulsaciones cardíacas gracias a la percusión y la
velocidad de los ritmos.
En definitiva, la música siempre debe estar presente en la vida de
cada ser humano, ya que inclusive la misma naturaleza está plagada
de melodías propias para nuestro deleite y para fortalecer nuestro
espíritu, mente y cuerpo, sin importar que tan diferente sean.
Si hay una frase que me gustaría que fuera parte y primordial de este
blog es que la música siempre será universal, habrá de todos tamaños y
colores para que cada quien adapte a sus necesidades, lo importante
y lo que tenemos que compartir es el respeto entre un genero y otro y
entre las personas que escuchan determinado que podría
no gustarnos.El respeto a la libertad de expresión
(http://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_de_expresi%C3%B3n) es un tema
polémico como muchos otros en la música, pero es uno de los que se vive de
manera cotidiana, escuchamos música al menos una vez en la vida (quien no
lo hace no ha vivido) y nos relacionamos con individuos que pueden o no
compartir nuestros gustos musicales. Quienes no los aceptan son los que
inician este problema de racismo musical.
Se escuchan los típicos : Neta escuchas eso??; que oso con tu música;
ay cámbiale, me choca esa rola.
Y con lo que se responde erróneamente es: Estaba jugando; obvio
no; es que es el reproductor de mi hermana.

Si nos gustan los géneros que nos gustan es por algo ¿no?, entonces
planteémonos en nuestras decisiones y defendamos nuestro género
musical favorito sin importar lo que digan los demás, claro, todo con
respeto. Somos los jóvenes los que principalmente creamos esta
especie de bullying musical, pero cuando nos toca ser los agredidos
nos sentimos, no es conveniente hacer lo que no queremos que se
nos haga.

La música es encantadora, pero hay más razones para relacionarse


con otro ser humano.

La imagen siguiente habla por si sola, amemos a a música, la música


que nos gusta y odiemos el racismo que nos excluye y crea grupitos
sociales tan cerrados.
te explico una teoría que tengo de por qué tanto dilema:
mucha gente se refiere a lo que le gusta como "la mejor banda del mundo!" "la
mejor cancion de la historia" en vez de decir "mi banda favorita en todo el mundo"
o "la canción de mi vida"
hay que saber utilizar bien el idioma
o sea.. no hay que querer imponerle a los demás lo que a uno le da placer,
recordemos que si no querés que te impongan nada, no impongas a lo demás
Materiales:

 Fieltro, (colores: gris y negro).


 Hilo y aguja, (hilo: gris y negro).
 Un lápiz.
 Unas tijeras.
 Dos ojos móviles pequeños, (se pueden conseguir en mercerías, tiendas para
manualidades o de muñecos de peluche).
 Un folio en blanco.
 Una regla.
 Cola blanca de carpintero.

El cuerpo.

1) Dibujamos el contorno del cuerpo del títere en un folio en blanco y lo


recortamos.

Nota: Para calcular las medidas idóneas, colocamos nuestro dedo en el folio y
marcamos un cm de más por cada lado a lo ancho y medio cm a lo alto.

2) Marcamos el patrón en el fieltro gris con el lápiz y recortamos dos piezas.


Las orejas.

1) Dibujamos la oreja del títere en el papel blanco.

– Nota: Al patrón hay que darle al menos unos cinco milímetros de más en su
base. Parte que irá dentro de la cabeza al coser.

2) Lo marcamos sobre el fieltro con el lápiz.

3) Recortamos dos piezas.

El hocico.
1) Dibujamos el patrón del hocico en papel y lo recortamos.

2) Marcamos el patrón en el fieltro y lo recortamos.

Montando el títere.

1) Cosemos las dos piezas del cuerpo con el hilo de color gris. Teniendo en
cuenta al coser la parte superior de la cabeza que debemos introducir entre
ambas piezas, la parte inferior de las orejas y coserlas al mismo tiempo.

2) Cosemos a la pieza frontal de fieltro del cuerpo, el hocico.


La nariz.

1) Recortamos un pequeño círculo ovalado en el fieltro negro.

2) Pegamos la nariz en el hocico del títere.

3) Con el hilo negro, damos un pequeño punto bajo la nariz para darle mayor
realismo al hocico.
Acabado.

– Pegamos los ojos móviles a la cabeza del títere.

Tras seguir estos sencillos pasos, ya podremos presentar este simpático títere
ante nuestr@ pequeñ@. Juntos podrán inventar un sinfín de juegos, que
llenarán nuestra casa o la escuela de risas cargadas de fantasía.

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