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DEPRESIÓN

La depresión es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado


de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento,
infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para
disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana. Los trastornos
depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.
El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que
afectan principalmente a la esfera afectiva: como es la tristeza constante,
decaimiento, irritabilidad, sensación de malestar, impotencia, frustración a la vida y
puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual,
independientemente de que su causa sea conocida o desconocida.
Causas
Entre los factores psicosociales destacan el estrés y ciertos sentimientos
negativos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia
de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena,
contexto social, aspectos de la personalidad, el haber atravesado una experiencia
cercana a la muerte) o una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un
ser querido).
Un elevado y creciente número de evidencias indica que los episodios depresivos
se asocian con cambios en la neurotransmisión del sistema nervioso central y
cambios estructurales en el cerebro, producidos a través de mecanismos
neuroendocrinos, inflamatorios e inmunológicos.
Signos y síntomas
La depresión puede tener importantes consecuencias sociales, laborales y
personales, desde la incapacidad laboral (ya que se puede presentar un
agotamiento que se verá reflejado en la falta de interés hacia uno mismo, o incluso
el desgano para la productividad, lo cual no solo afectará a quien está pasando
por la depresión, sino también a quienes lo rodean) hasta el suicidio. Otros
síntomas por los cuales se puede detectar este trastorno son cambio del aspecto
personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, constante tristeza, llanto
fácil o espontáneo, disminución de la atención, ideas pesimistas, ideas
hipocondríacas y alteraciones del sueño. Desde la biopsiquiatría, a través de un
enfoque farmacológico, se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, los
antidepresivos sólo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión
mayor/grave (en el sentido clínico del término, no coloquial).
La presencia de por lo menos cinco de los síntomas siguientes, durante al menos
dos semanas:

 Estado de ánimo triste, disfórico o irritable durante la mayor parte del día y
durante la mayor parte de los días
 Anhedonia o disminución de la capacidad para disfrutar o mostrar interés y/o
placer en las actividades habituales
 Disminución o aumento del peso o del apetito
 Insomnio o hipersomnio (es decir, dificultades para descansar, ya sea porque
se duerme menos de lo que se acostumbraba o porque se duerme más)
 Enlentecimiento o agitación psicomotriz
 Astenia (sensación de debilidad física)
 Sentimientos recurrentes de inutilidad o culpa
 Disminución de la capacidad intelectual
 Pensamientos recurrentes de muerte o ideas suicidas
Tipos de depresión
Los principales tipos de depresión son el trastorno depresivo mayor, el trastorno
distímico, el trastorno ciclotímico, el trastorno afectivo estacional y la depresión
bipolar. El trastorno depresivo mayor, el distímico y ciclotímico son las formas más
comunes de depresión, el trastorno distímico y ciclotímico son más crónicos, con
una tristeza persistente durante al menos dos años. El trastorno afectivo
estacional tiene los mismos síntomas que el trastorno depresivo mayor, en lo que
difiere es que se produce en una época del año, suele ser el invierno. La
depresión bipolar es la fase depresiva de un trastorno llamado trastorno bipolar.

Trastorno depresivo mayor, episodio único o recidivante

El primer episodio de depresión mayor puede ocurrir en cualquier momento y, en


algunos casos, en los meses previos a su presencia los pacientes pueden
experimentar un conjunto de síntomas, como la ansiedad, fobias, síntomas de
depresión mínimos y ataques de pánico. También conocida como depresión
mayor, depresión unipolar o depresión clínica, se da en el paciente que tiene uno
o más episodios depresivos mayores. Si el episodio es único, el diagnóstico es
“trastorno depresivo mayor de episodio único”, mientras si ha habido más de un
episodio, se diagnostica “trastorno depresivo mayor recurrente”. El término
“depresión unipolar” se opone al de “depresión bipolar” o trastorno maníaco-
depresivo, e indica que el estado de ánimo se mantiene en un solo polo
emocional, sin existencia de períodos de manía.
Diagnóstico
El diagnóstico de la depresión es clínico. Deben descartarse, en primer lugar,
causas orgánicas, farmacológicas o tóxicas compatibles con un cuadro similar al
de un trastorno depresivo, pero es en último término la entrevista clínica la que
ofrece los datos necesarios para el diagnóstico, cuando se cumplen los criterios
establecidos más arriba.
Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa.
¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, cuán serios son? Si el
paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron
tratados y qué tratamiento se dio. Quien diagnostique también debe preguntar
acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte
o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de
la familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión y, si fue tratado, qué tratamientos
recibió y qué tratamientos fueron efectivos?
Tratamiento
Independientemente de que se llegue a un diagnóstico fino del tipo de trastorno
depresivo, si la situación anímica supone una limitación en las actividades
habituales del paciente, o una disminución de su capacidad funcional en
cualquiera de sus esferas (social, laboral, etc.) se considera adecuada la
instauración de un tratamiento. El fin del tratamiento es el de mejorar la situación
anímica, así como restaurar un adecuado funcionamiento de las capacidades
socio-laborales y mejorar, en general, la calidad de vida del paciente,
disminuyendo la morbilidad y mortalidad, y evitando en lo posible las recaídas.
La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una
gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden
utilizar para tratar los trastornos depresivos.
Los psiquiatras tienen competencias en recetar medicamentos. Los psicólogos (y
la persona específicamente formada en ello mediante la especialización sanitaria
en psicología clínica) tienen competencias en psicoterapia u otras formas de
intervención psicoterapeuta desde la modificación de conducta y terapia de
conducta.
TRASTORNO BIPOLAR
Es una afección de la salud mental en la cual una persona tiene períodos
de depresión y períodos en los que está extremadamente feliz o malhumorado o
irritable. Además de estos altibajos en el estado anímico, la persona también tiene
cambios extremos en la actividad y los niveles de energía. El trastorno bipolar,
también conocido como trastorno afectivo bipolar(TAB) y antiguamente
como psicosis maníaco-depresiva (PMD), es el diagnóstico psiquiátrico que
describe un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o
más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y
del estado de ánimo. Clínicamente se refleja en estados de manía o, en casos
más leves, hipomanía junto con episodios alternantes de depresión, de tal manera
que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho
más extrema que las personas que no padecen esta patología.

Causas
El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres, y generalmente
comienza entre los 15 y 25 años. La causa exacta se desconoce, pero se presenta
con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno.

En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa clara para
los períodos (episodios) de extrema felicidad y mucha actividad o energía
(manías) o de depresión y baja actividad o energía (depresión).

Clasificación
Trastorno bipolar tipo I

El trastorno bipolar tipo I se da en aquellos individuos que han experimentado


un episodio maníaco añadido a un episodio depresivo. Es frecuente que los
sujetos también hayan presentado uno o más episodios depresivos mayores. Para
el diagnóstico de esta modalidad son necesarios uno o más episodios maníacos o
mixtos. No es necesario que exista un episodio depresivo como requisito para el
diagnóstico, aunque frecuentemente aparezca.
Trastorno bipolar tipo II

El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de depresión mayor así


como al menos un episodio hipomaníaco. Los episodios de hipomanía no llegan a
los extremos de la manía (es decir, que no provocan alteraciones sociales u
ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos). El trastorno bipolar tipo II es
mucho más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía pueden
aparecer simplemente como un periodo de éxito con alta productividad y suele
relatarse esto con menos frecuencia que cuando se sufre una depresión. Pueden
aparecer síntomas psicóticos durante los episodios de depresión mayor, pero
nunca en episodios hipomaníacos. Para ambos trastornos existe un cierto número
de especificadores que indican la presentación y el curso del trastorno, entre otros
el de "crónico", "ciclado rápido" (cuando aparecen 4 o más episodios en el
transcurso de un año), "catatónico" y "melancólico".
Trastorno bipolar tipo III

Se sugirió el nombre del trastorno bipolar, para referirse a pacientes que


presentaban demencia temprana, con inestabilidad anímica, desinhibición sexual,
agitación y conducta impulsiva.
El trastorno bipolar geriátrico, es la aparición de la enfermedad del trastorno
bipolar en pacientes de edad avanzada de más de 50 años de vida, en donde los
mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo se encuentran alterados,
ya sea de manera estructural por herencia poligénica en los mecanismos
cerebrales que regulan los estados de ánimo aunado a factores ambientales
externos (fármacos, alteraciones hormonales, drogas, estrés) o bien por lesión
cerebral provocando el trastorno bipolar de inicio tardío.
Ciclotimia

La ciclotimia implica la presencia o historial de numerosos episodios de


hipomanía, intercalados con episodios depresivos que no cumplen completamente
los criterios para que existan episodios de depresión mayor. La idea principal es
que existe un ciclado de grado bajo del estado de ánimo que aparece ante el
observador como un rasgo de la personalidad, pero que interfiere con su función.
Hay variaciones de este trastorno. Los estados de ánimo cambian rápidamente
(en un año se pueden manifestar entre 4 o más cambios de ánimo) como también
pueden cambiar lentamente. Una vez estabilizado el paciente se reencuentra con
su vida social, laboral, e incluso afectiva, evitando escaparse de sí mismo y de su
entorno, para así estar en convivencia con su pareja, amigos y familiares.
En términos psiquiátricos, esto se llama ciclos rápidos o acelerados y ciclos lentos,
respectivamente. Los ciclos ultrarápidos, en donde el ánimo cambia varias veces a
la semana (o incluso en un día), suelen ocurrir en casos aislados, pero es
ciertamente una variable real del trastorno. Estos patrones de cambios de ánimo
son asociados con ansiedad y altos riesgos de suicidios.
Algunos estudios han sugerido una relación correlativa entre la creatividad y el
trastorno bipolar. Con todo, la relación entre ambas todavía permanece incierta.
Hay un estudio que muestra un incremento en la creatividad, con lo cual el
individuo logra obtener ciertas metas y objetivos.
Síntomas
La fase maníaca puede durar de días a meses. Puede incluir los siguientes
síntomas:

 Fácil distracción

 Involucramiento excesivo en las actividades

 Poca necesidad de sueño

 Deficiente capacidad de discernimiento

 Control deficiente del temperamento

 Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol, como beber, consumir


drogas, tener relaciones sexuales con muchas parejas y hacer gastos exagerados

 Estado de ánimo muy irritado, pensamientos apresurados, hablar mucho y tener


creencias falsas acerca de sí mismo o de sus habilidades

El episodio depresivo puede incluir estos síntomas:

 Tristeza o estado de ánimo bajo diariamente

 Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones

 Problemas en la alimentación como inapetencia y pérdida de peso o consumo


exagerado de alimentos y aumento de peso

 Fatiga o desgano

 Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa

 Pérdida de placer en actividades que alguna vez disfrutaba

 Pérdida de la autoestima

 Pensamientos de muerte o suicidio

 Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado

 Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba


Las personas con trastorno bipolar están en alto riesgo de cometer suicidio.
Pueden consumir alcohol u otras sustancias en exceso. Esto puede empeorar los
síntomas y el riesgo de suicidarse.
Los episodios de depresión son más frecuentes que los de manía. El patrón no es
el mismo en todas las personas con trastorno bipolar:

 Los síntomas de depresión y manía pueden ocurrir juntos, lo cual se llama estado
mixto.

 Los síntomas también pueden ocurrir inmediatamente uno después de otro, lo cual
se denomina un ciclo rápido

Diagnostico
Para diagnosticar el trastorno bipolar, el proveedor de atención médica puede
realizar todas o algunas de las siguientes acciones:

 Preguntar si otros miembros de la familia tienen trastorno bipolar

 Preguntar acerca de las fluctuaciones del estado de ánimo recientes y por cuánto
tiempo las ha tenido

 Llevar a cabo un examen completo y solicitar pruebas de laboratorio para buscar


enfermedades que puedan estar causando los síntomas que se parezcan al
trastorno bipolar

 Hablar con los miembros de la familia respecto a los síntomas y la salud general

 Preguntar sobre cualquier problema de salud que tenga y cualquier medicamento


que tome

 Vigilar el comportamiento y el estado de ánimo

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