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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Psicoanalisis para el abordaje de la mediana y tercera edad


Martha Patricia Tamez

Ensayo

Miguel Ángel Salazar Treviño 1679143

Grupo: 6° H 008 Salón: 211

A domingo 2 de septiembre de 2018


La estructura psíquica
Estructura histeria y lógica fálica
Se orienta en la problemática del tener y su correlato no tenerlo, el pasaje del ser
al tener esta determinado principalmente por el padre, el que hace la ley, quita al
niño la dimensión de ser el falo de la madre, dirigiendo a la castración.
En el varón se dará que el no es el falo de la madre y en la niña no lo tiene; el
padre pasara a ser un padre simbólico, aquel que crea y hace cumplir la ley, esto
llevara a la resolución del complejo de Edipo.
Los obsesivos serán nostálgicos del ser, o sea lo que algún dia fueron o serán,
mientras que los histéricos son militantes y limitantes del tener el falo, toda su
estructura esta basada en el llegar a tener en el caso de la mujer, y en el hombre
en reforzar la creencia de tenerlo.
La búsqueda o conquista del histérico es apropiarse del atributo fálico del cual el
sujeto se considera injustamente desprovisto, porque el padre se lo quito a la
madre, en la mujer es hacerse el hombre y en el hombre son pruebas de su
virilidad.

Los rasgos de la estructura histérica


El sujeto histérico tiene inclinación por los síntomas de conversión, eso que inician
con un pensamiento inaceptable hasta su resolución en un síntoma en el cuerpo;
la histeria de caracterizaría por el predominio de la formación de síntomas fóbicos
y estados de angustia.
Histeria de conversión, histeria de angustia histeria traumática, la economía del
deseo histérico no cambia, los rasgos estructurales si, se debe indagar mas allá
de lo visible, de los síntomas
La alienación subjetiva del histérico en su relación con el deseo del otro,
identificación militante del otro. El histérico buscara convertirse en el cumplidor del
deseo del otro.
Es preciso que el otro que sugieres haya sido investido de entrada por el histérico
en un lugar privilegiado, por otra parte, es preciso que el histérico se reconozca los
medios para poder responder a lo que cree que ese otro espera de el, el lugar
privilegiado es el del amo
El histérico necesita un Amo sobre el cual pueda reinar, el amo deberá que
cumplir con las expectativas puestas en el y ser un agente activo que lleve a cabo
acciones que reafirmen este puesto.
También suele asumir dos deseos, el propio y el del otro, haciéndolo pasar por el
suyo y en el proceso cumplir su propio deseo pasando por la satisfacción de la
resolución de deseo del otro.
Vive como no habiendo sido suficientemente amado por el otro, se inviste como un
objeto desvalorizado e incompleto, como un objeto irrisorio del deseo de la madre
frente a lo que podría ser, por el contrario, un objeto completo e idea: el falo
La identidad del histérico es siempre insatisfactoria, desfalleciente, parcial frente a
una realizada, y/o ideal. De ahí todos los esfuerzos en vano. El fantasma seria el
tratar de pasa a ser el objeto ideal del otro, algo que supone no haber sido jamás,
Freud decía que el histérico deseaba sobre todo que si deseo permaneciera
insatisfecho para seguir usándolo como un motor
El sujeto se identificará con el otro tanto por su cuerpo como por su palabra, hay
que hacer desear al otro. Identificación con el objeto de la falta, la mujer no lo tiene
y el hombre supuestamente lo tiene.

La mujer histérica y su relación con el sexo


La mujer buscara su deseo del falo en el otro. El hombre ofrecerá el tener
supuestamente lo que la mujer no tiene, la falta gobierna la relación en el sexo
El afán de perfección va a movilizar sin descanso a la mujer histérica,
comenzando por la colusión entre lo bello y lo femenino, la convicción permanente
de la imperfección y la problemática de la identificación con la mujer que
atormenta a toda histérica en la medida en que se juega en ello la cuestión de su
identidad femenina
La histérica puede querer el hombre de otra mujer, puesto que representa el
hombre que jamás obtuvo, no busca un sustito si no el padre completo que se le
fue negado en su Edipo.

La histeria masculina
Las crisis de ira es una verdadera confesión de impotencia que disfraza una
descarga libidinal, el hombre demanda amor y reconocimiento en el dar para ver,
la histeria femenina tiende esencialmente a la seducción, la seducción se
constituye como el soporte privilegiado de una negociación amorosa. Para
asegurarse de ser amado por todos, el histérico ofrece su propio amor sin
reservar. No quiere perder ningún objeto amoroso, aquí se encuentra la
insatisfacción.
La conducta del fracaso lleva al histérico cuando logra obtener lo que envidiaba en
el otro, lo apresura a fracasar. Ya que con esto evita que la idea de que el éxito
desencadenara un mecanismo de autocastigo para que la satisfacción sea
rechazada.

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