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PRIMERA PARTE Capitalismo, expansionismo y educacion Las raices ideolégicas del norteamericanismo™ Los primeros colonos ingleses del Nuevo Mundo fueron portadores de las diferencias idcologicas que se desarollaron en el interior del crstianismo en los iglos XV, XVI y XVII (Weber, 1976, capitulo 1). Pero los colonizadores dde Virginia (anglicanos), de Plymouth (separatists), de Massachussetts (uritancs) y de Maryland (catéicos)coineidian en una misma pasin: la construccién de una vida préspera, cercana a Dios y basada en el esferzo del Hombre En la mencalidad de algunos de ellos sobrevivian ain las 95 tesis de 1517 ye odio a la rzzén humana, “la mas encarnizada y pestifera enemiga de Dios’, profesado pore alemiin Lucero; en otros, prevalecta la conviccién acerca de a naruraleza depravaca del hombre sastenida por el reslogoy dic- tador de Ginebra: los putanos que colonizarfan Nueva Inglateera erefan, ‘como Calvino, en la ley sagrada, por encima de la ley profana de los hom. bres, ysostenfan la obligacién de resignarse y obedecer 2 Dios. "Noreamesisnismo: estes elidel conepeo auld al spat como american smo~conel que aba Grane on su tial "Americanas y fis” hecenda referencia cond uns Stein global en cal etn orgncanens Hpac procesas ecndmice soe se Heoldgico, El nortemeriassmes ua maintain dex conjuncy to wma ated idea isituconer. En lial que enon mon, Grams demcaa qacel ameeane sn no estruplonble mediante la exportocndeckmertnaupeettctrain, desler dela ocedad de lau surgen yd ls condiciones exact ques poxilaron (Anno Gramsci, “Amerie ism yfordsmo, 1975. Nxinteressdesacn la diferencia ea oo rex ect tadacr este concept come hortenmeicanisie y a como amevisnisme, ja que la Segund raducein, ami use connotcones ences, ” tina igs El autocontrol, el sacrificio y el rechazo por los bienes materiales = ‘medios para legar ala salvacién— no fueron incompatibles con la laborio- sidad y el empefio por laacumulacién de riquezas, necesatios para cl de- sarrollo capitalisca en sus primeras etapas. La religién proporcioné un cuerpo de explicaciones y justificaciones que motivaron al inmigrante a obtener éxico econdmico, el cual era considerado como una manifesta ign de la virtud, la que clevaba al hombre hacia Dios, quien, segtin Ca vino, premiaba a los mas laboriosos con la vigueaa y castigaba la desi con el empobrecimienco. En contradiccién con el cor lucerano respecto ala divisién, concepeién sobre esadade grasa” (Weber, 1976, p. 223). Max Weber (1976, p. 96) sefiala que la Reforma, en contraste con el catlicisio, se ca- racterix$ por haber acencuado el matizérco y aumentado la prima religiosa concedida en mundo al trabajo, acionalizado en “profes”. La idea pur tana de profesi6n tiene lo metédico, y noel conformismo, como cje. EL hombre puede cambiar de tabajo.o de profesin, siesta es més grata a Dios, rompiendo con la concepcién medioeval de division del cabajo, en la cual |i profesign era un elemento constituyente dela persona de par vida. Hiasa qué punto una profesin es ii rata a Dios, se determina, en Prime gar, segin riteriosércosen segundo con arego a a impor tancia que cenen para la “colectvidad” los benes queen ella han de producitse; yen tercer gare riterio mis importante, dee lego, desde el punto de vista préctco~ “el provecho econmico que produce clindividuo"; en efecto, cvando Dios (al que purzano considera ac- ‘uance en los més minimos detalles de su vida) muesica a uno de fos suyosli posbilidad de Inco, la hace eon agin fin por ranc, al cistis- no ereyenceno le queda otro camino que escuchar el llamamiencoy aprovecharse de el (Weber, 1976, p27). Entre los peregrinos existfan también quienes, Contratios a las ideas calvinistas, crefan en la bondad innata del hombre y en sus posibilidades ‘ternas de perfectibilidad. Los arminianos—difusores en Norteamérica de los principios educativos liberales~, los anabptistas -predicadares de la igualdad y la paz~ y los cuSqueros —luchadores antbelicisas,antiescavis- 30 Prieta gan -Capatamo,erpansiriamo ete tas y antirracistas, amantes dela ayuda mesidnica a los oprimidos- los monistas (suecos y alemanes}-os secrarios holandeses; los hugonotes franceses Jos presbirerianos, fos bautistas de Gales, el sector liberal pastor dde Roger Williams ~Fundador de la colonia Providence- y los catélicos, Jucharfan por lograr la hegemonta' en la Titra Prometid Pero los Padtes Peregrinos, colonizadores de Nueva Inglaterra, desde 1620, y los puritanos, que llegaron a la Bahia de Massachussetts a bordo del Arbell, en 1639, con John Winthrop a la cabeza, cendfan una im- portancia sin igual en la construccién del capitalismo y en la difusién de luna concepcién racionalista del mundo que abarcatia al conjunto de la sociedad”, En Massachusserts el combate conta la “barbarie” fue asumi do, desde os primeros riempas, como una condicién para el progreso. En 1642, la Corte General de la Colonia imponta a ls autocidads locales la obligacién de velar por la educacién de todos los nfs, y de "Bl eonerpo de hgonoate qu ilesrmes, se basics incspesacdn dL, Gp sobre lconereogrseno, Dies Grupp:*No es eamoalsrmina gaan qu Scenes eh Lenin sino su propo concep: una expecidad dediteceié y ck dominio que no cumple ce torrespondeeismecinis con I estuetrsceonsmis ah evolucn bugs oeerponde lahegemonf burgues, sa eolueén proletrts corespondes hegemonao dite pole ari) peo se sere rac I capaid de lg undeteminade process pale, gracias Ineapaciad de poner als eau de undermine shea de santas, de anes tal ela ‘mvoeinburgues pus en deerminudas condiciones hiséecas ser erate mo or hegemoni de la brgvest, sino por hegetnen rele Gramsci oma bray one cxpoleninists de hegewont preciameniest arcuacn dlc, bien diferente deur , sactificado y laborioso que fue. sa.una delas causas fundamentales dela acumulaci6n de capital, del ee: cimiento de las empresas y del progreso tecnolégica; el capitalismo norte- ‘Ro habria impucso sus instiruciones modernas sobre las que representaba al bloquettadicional esclavsta Las ideas de la época, compartidas por gobernantes y gobemnados ~al ‘menos por la mayorka de ets iimos— encontraron en las apariencia dela sociedad posbilidades de existenciay reproduccién. El pueblo ‘ng rcia.en La movildad socal no solo porque ca, efectivamente,espectador delascarreras ascendentes a estilo “fords” sino también poque perciba los fgets dela modemizaciin en su vida cordiana y el poder cconSmico del a mores niveles de consumo. Esta creencia en las apariencias era permanentemente alimentada des- dela superestructura, La sociedad politica", a través de hombres destacados que actuaban en todas las esferas de la funci6n intelectual del Estado sens pore pla al conan de inaracones waionalene considers ‘como introns det Exado, de modo qe suis poised Esto en un sod tein io. Sinenbarz,aiiatemox ambi el cone gtanssinode"Exada em seni ampli eg cl cul, "Estado «voce polies + soci cl vale dee, hegemont revert de uxrcin”(Gramet, 19758, p. 163), Para Gris “a scidad poles eran momento dels ‘zal qu cara hegemons en iss en Is cuales spi de hgemonis de areas doe ‘inane la scion pues des funcones del Esta guandns code, ‘ins funciones decors y pein sacl ” porana Pagar (gobernantes, politicos, oficiales, ecrores de las wniversidades y excuelas, ces @ incluso militares), promovia un clima cultural que posibilitaba la creencia en [a eficacia del poder constituido, en la efieacia de los gobernan- «ssy en la posibilidd de una pattcipacién politica popular. Excas ideas se ‘oponian a las sustentadas por los intelectuales del bloque tradicional. El | poder natural del esclavisca sobre fa “naturale " delesclavo y la. idea de la crernidad histrica de la propiedad, habfan sido dominedas por Jn idea “no menos flsa, pero mis eficaz para los nuevos tiempos- dela e- | galidad de la propiedad individual, asada en las “posibilidades igualtarias” ue proporcionaban las instituciones capitalists a todos los ciudadanos. Los gobernances eran los més capaces, ys elegian por consenso dela gan- des mayorias. La “democracia” estaba garantizada desde las instituciones. Estas ideas eran algunos de ls articuladores ideolégicos més importantes entre la sociedad politica y la sociedad civil”, El racionalismo calvinista de los funcadores, en el cual la pertenen- cia metédica a una comunidad organizada de acuerdo a los preceptos di- vinos era condicién necesatia para a salvacién, derivada del requsito de | 4a “incorporacign en. el Cuerpo de Cristo” (Max Weber, 1974, 125), dejae ba paso 2 ux rcionalisina liberal, més directamente ligedo a los intereses pricticos que alos designios divinos, El técnico de una fabrica, o el pastor, se sentian tan imbuidos de ellas como el juez del poblado o el sheriff Todos ellos compartian el de- signio social de difundir las ideas capitalstas y de erear condiciones para la reproducciénde la sociedad. 5 Gon el concep de “edad ii” harmon efereca a ojuodeos een lms dos privads. La seid civil forme parte desde ee punto devs, de lasuperesucta y ‘ne como fume ditgirel Bloque histvie, en elsetda dela idslogiad lcs dre: ‘© cooxpen del mundo dominance queda cobein neta al clae drs yap os dems ectonesy como direc iesgiea de a roledaden ene set a soieda lan sscspondea a [uncGn de heuemon’s que el grap dominance sobre soda laced" ‘Gramsci. 1976p 16). Este concen de seceded civ die en Gramscl respecte dl de ‘Mara. Ese dio enctendspor sociedad ell conjneo dels etuctre econ y sce nun peste deternado Portl, 1973p. My pp 34-95), 38 Primera pane - Cepia, opansenisra yetucacin La extensin del bloque ideoligico” dominante en la sociedad civil posbilieé un pacto social entre explotadores y explorados™. Este ¢s uno de los elementos esenciales que aiin en nuestos dias hace posible la cohesi6n del blogue histérico dominance en la sociedad norcea- ‘meticana, Las instituciones de la sociedad eivl, itigidas por incelecruales dela clase dominante, constiuyen el medio de canalizacién de la espon taneidad popular ancicapitalisea de los sectores mis oprimidos y el medio de absorcién de las ideas ecansformadoras. ‘Superioridad y expansionismo Uno de los facrores que hicieron posible ef pact socal, al cual nos hemos referido, fuc la eficaz aplicacién de una vieja rmula para garantizar la continuidad del crecimiento econémico capitalsta y de la acumulacién de poder nacional: el egpansionisme. La invasion del suryel oeste noe Bendre por Bogue eligi Blog ict sista esol ee dos losinlcrules de un sociedad, con vinculas de eden prcelegio (vane, eeers menudo, de cst -tecnieajraine,coportves, ttt Ente ata x hepemonizado por la che dient, oes del strccidn que ejeren sinters qu con ss propie = sentaner secs, En et seid, loge lagi una mein poral un ae Siandamesra lucha por inponer su hyemonis leone dea ocd, pur canes en ieccibn eagles deen, a avd lucha iesdgio-plitea en ls rganizatons pe ‘ean ydifunden a ular dela ica por a eongeist del “seal declan” er dec de lorinsrumentosknicos de difsin de esogi Gbeoma eco, medias decomnlecin de mass td (Pore 1973) Esimporame descr que en conexpo ds Haque idcokig soo caconpesleen Gram siselocosidera dese! pun de vit dou hisarckdd, ox des de ead de prods yarma dey prala luca declases. Este corcepto slo pie comprenders Ft la plica acer de a deterrinanca des esracira ya superstructure ws auton relatv. Bara Gramsci ls relciones internal logue Witla on elchnes annie ydalcias no selacones mecinias Exo reduda en que sean complemenariae # Alexis de Tocqueville (Tocqueville, 1969p. 7). gran spoogcts des demoerci ‘mercan, considera que en EE UULerinisn condones de igulded gu dis al expia piblico de medias desig prs una cradle, “to gto ley aos gobo ans, evs xis y hibits species los gaeenades” greg) "pronto me cons \deque es miro hecho exendesu fluence mis al dels cones plies y Tasleyes.y que no consi menor acetic oben ocd cl ue sore! gerno: en ‘opiniones, hace surgisernzarn agi wary model que prod 2” ee aera Pings {gamericano, pximero, a.conquista de mercados exteriors y lhegemonts dial despus, condicionaron Ja exisrencia.del.gapitalismo notteamerieano, En 1898, mientras Europa mantenia atin su hegemonia sobre cl mundo, los norteamericanos aumentaban su poblacién, sus riquezas, sus mercados, y anexaban territories en mayor proporcién que el Imperic tinico, Como parte de los objetivos de su politica expansionista, América «ina preocupaba a los norteamericanos tanto por los problemas enton- ces presentes, como por las pespectivas fruras. Esta preocupactén, y su voluintad inquebrantable de impedir la penetracién de cualquier otra po- ‘encia en Ia regién, habia sido expresada por la Docttina Monzoe-en.1823, ccuyos principios anticolonialistas y cuyo eardcter de mascara proteccio- nista de las naciones hermanas de América Latina, encubsfan el objetivo fundamental de la coyuncura: imponsr.condigiones alos intereses euro- eos eidencnba ain linen deseerinpories lade ue inoarnericanas, Asimismo, con tlle comenzaba una labor poli: pedantaia digida ala Arnsten La 1a, que funcionaria algunas veces através de bases legales para la accién represiva ditecea y otras con la forma de principios docteinarios dictados por los “hermanos mayores” para la “familia americana” en su conjunio. ‘La Doctrina Monroe, lejos de ser un simple instrumento del aparato de Estado norteamericano, Fue compartida por amplios seccores civles que velan en ella la respuesta a su necesidad de dar un marco de justifica- ciones y de legalidad a les compactidas concepciones proexpansianisas, La opinién del pueblo norteamericano se halla testificada por ls ti- culares del New York Times del 2 de diciembre de 1923, numero en el que la periodista Mary Baker Eddy conmemoré'el centenatio de la Doctrina Monroe con el siguiente ticulo en su editorial: *Cseo esericramente en la Doctrina Monroe, en nuestra consticucién y en las lees de Dios” (Per Kins, 1964, p. 9). El adverbio “esrictamente”, no es vano. Dexter Peskins observa que los norteamericanos sienten que lainfluencia de Estados Unidos en sus diversos tipos de inervencines son siempre benéficas para ls pases atrasados al mc- ‘nos en el sentido econémico, pero a politica intervencionista brutal y desca- rada los marines—es profundamencerechazada. Perkins dice que oo mera pa -Coptaleno, xpansentzne yearn En.pates como Haig, Saco Domingay Niczagua a caus dela este Lida polite fue pomovidsinnegablemeste po ls sesdn costa de Estados Unidos (J Tampoco es posible negar que mejoras pibicas, Sino en una scala grandios al menos importante, babfan segue in. rediatamente a as ocupiconesnortamercanas [Sin embargo. el pueblo de Exados Unidos nunca responds con encstsmo ala idea de oa uta general de ls replies Ianoumercaas.La plea dois leans de Theodore Roose 6 mucha eposicin por parte de ios deméeraus: ea una politica de gobierno y no una polities nacional’ (Perkins, 1966 9.313) Escas dlkimas palabras evidencian una contradiceién fundamental «que ya habla sido comprendida por uno de los idelogos més importantes de la marina norteameticana, el capitin A. J. Manhan (1897) quien sin- ‘etia6 la necesidad de que la politica expansionisca del gobierno estuviera orginicamente ligeda a un seatimiento de apoyo popular que permitiora la prepatacién de la sociedad norteamerieana pars la guerra, Manhan fundamentaba esta necesidad en las raices de la doctrina colectiva que permicié la construccién de la sociedad norteamericana, yen las relacio- nes internacionales de tucrza (las que examinaba no solo desde el punto de vista politico y econdmico, sino rambién desde el punto de vista de la lucha ideolégiea y culeural). Fuerzas diversas incompatibles, represen- ‘antes de mundos antagénicos, estaban creciendo, a fines del siglo XIX, en el terreno internacional: Manhan remia al “peligro amauillo’ la con. Froncaci6n inevitable de Oriente y Occidente, ala fuerza que otorgaria a China, India y Japén su crecimiento poblacional, frente a la fuerza cul- ‘ural de un Occidente ditigido por Bstados Unidos. Analizaba la natura lea de esa *verdadera Fuerza” de la sociedad norteamericana: hay que buscarla en un sentimiento nacional que no puede ser com prendido sino por quienes lo experimentan, Tritise de una corrience ‘acional que brota del fondo de neste historia y descansa en laf, que sobrevive ain, en fa vies doctrine norteameticana del "Destino M: Fest". Cuando éramos odavia un poder pequefo, en lucha eon gia es dificultades, nuestros ancepasados tuvieron la amplitud de micas ‘necearia para excendetnos sin cesat, mds y meal Oeste ls limites de la Nasi6n, para sdquirierodo nuestro espléndid dominio continental, st vena Parte sgnado, no pars beneficioinmediao, sno como pacimonio para los hijo y gloria Fuca de ka pata (Guerra, 1973, p. 377). La expansidn territorial de Estados Unidos, nto como laideolégica yyeultural, era para Manhan condicié dad, Delo contrario: n para la supervivencia de su socie~ Los conceptos expirituales, ls ideas y los sencimentas que dominan en clalma occidental y hacen sence el peso de a decsivainfluencia en las accionss, hasta de aquellos que no aceptan el ristanisma biscricoolas creenciascorsientes de a erstiandad, erin echados a un lado por los oviencales. La eterna ley, lo fico, lo material lo natural, primero y lo spiritual, después, se cumpliea en el giganteseo conflicte, coma ze ‘cumple en el individuoy sha curmplidoen a historia de la culizacign (Guerra, 1973, 373). La violencia, el enfrentamiento militar eran para Manhan el medio sds importante para el triunfo final, Pero esa violencia debfa ser el resul- tado de la organizacin y esa organizacién del pueblo norteameticano solo podia efectuarse con el consenso general sobre la necesidad de defen- der los grandes principios que fundamentan a la sociedad occidental. La defensa de las instituciones implicaba la existencia de una fuerea organi zada por detrds la fuerza porencial, la organizacién de la civilizacién, so- bre la base de a creacién de un gran poder moral. Respecto ala Doctsina ‘Monroe, Manhan sostenta que el crecimienco del poder bélico tend esa y todas lasinstitucfones. Manhan comprendié que para que una politica “de gobierno” resul tara exitosa, debia ser una manifestacién dela “politica nacional”; tam- bién que existfan condiciones en el eno de la sociedad norteamericana para que, sobre la base de una “politica nacional” la opinién de la socie- dad civil se viera reflejada en el expansionismo de su gobierno. Las posi- ciones de fuerza de as clases dominantes debfan, ante todo, asentarse en su capacidad de conduccién del conjunto de las fuerzas sociales El sentimiento nacional de unidad en como al “Destino Manifiesto” que menciona Manhan brot,efectivamente, del fondo de a historia nor ‘eamericana. El espiritu mesidnico es inseparable de la doctrina colectiva, a Pera pte - Copano, expan y aouracn aque fue el eje de la construceién dela nacionalidad, y se basa en esa creer cia de la superioridad anglosajona, que enconts6 en el misionero protes- rante Josiah Strong, aucor de Our Country (Strong, cit. por Perkins, 1964, p. 192 y cit por Julien, 1969, p. 58), su predicador, e hizo exclamara AL bert Beveridge: Dios a hs prepare durante un siglo alos pueblo teuténicosy aos prchlr de habla ingles solo para que eos se comcemplen a mimes, con ana prcrom admins, Nos ha convert nl maestros ot sgenizadores del mundo para queexablercamos cl nde all donde re rel cos Nosh capaci pan gaberna par qu podamos aie nist aos pueblos rbot sees. Sins fre el mando valveria 2 caer on la babar yon I tera, Y ence ras ls naciones ha 1 desigoa al pueblo smeriano como Nacisn por leleid, pam co- dace Finalmente a la segeneracin del mundo (Beveridge, et. por Julien, 1969.60. Un presidente de la Universidad de Harvard, el venerable Chacles Elliot (R. Guerra, 1973, p. 369), sostenia piblicamente que EE. UU. ha- bian aportado cinco contribuciones “inestimables” en su valor para la ci- vilizacién, Ellas eran “la conservacién de la paz, la tolerancia religiosa, el desarrollo del suftagio popula, la acogida alos inmigeances y la difusion del bienestas", Estos cinco aportes, segtin Elliot, eran tipicamente norveae -mericanos, “re conservarian para siempre en la memoria agradecida de la humanidad” y, aunque habian influido en el progreso material de BE. UU, “eran, esencialmente contribuciones morales, eriunfos de la azén, del espiriu emprendedor, del corzzbn, de la fe, y de la justicia sobre las boajas pasiones, el egofsmo, la inerca, la timides y el desaliento, En el for- do de estas cinco conquistas, palpicaba un fuerte sentimiento ético, una moral robusta y un noble propésito social”. Excas ideas, sostenidas por los inelectuales orgénicos de las clases dominantes, eran asumidas por el trabajador, el burdcrata, el empte- sario y ol cura, En la reproduccién de esta doctrina colectiva colabo- raron con los intelectuales todos los sectores que se comprometieron con el pacto social. [ncluso los trabajadores beneficiados desde el pun- to de vista de los intereses individuales creyeron en el american way oflfe como una forma mejor de vida GER SEEEESS ESS epee geen een eee eee ana Pigs El nortecmericanismo expresa un sentido comin en al eval los enti- ‘mientos de superioridad justficazovios del expansionismo no son otros que aquellos que jusifican cotidianamente la explocacién y la marginacién de as ‘minorias, yo son incompatibles con ct idcalismo que encubre ls verdaderss caracteristcas de as relaciones establecidas entrees hombres ene nverir de la sociedad norceameticena, y entre esta y los demas pueblos. Segin Ramiro Guerra, el nortexmericano de fines de siglo, “se entia en posesin de una su- perioridad indiscutible”[.J “Esra ingenua ewencia popular era compartida por los hombres ms eminencesy respetables del pals, cuyos autorizados pa- receres confitmaban la conviccin del pueblo” (Guerra, 1973, p. 365). Las justificaciones politicas del expansionismo Sin embargo, a necesidad de realizar una formulacién doctrinatia, como enel caso de la Docttina Monroe (y varios otros que veremnos continua ida) permicen afirmar que la ideas fundamentales del bloque histarico norteameticanisca cequieron justificaciones especificas para las diferen- tes ituaciones histéricas®, Estas justificaciones —leyes, acuerdos y simples discursos~ no solo aportaron ala adapracién de los deales expansionisas alas circunstancias politicas particulaes, sino que constituyeron los prin: Cipias mismos de esta politica. Vatios presidentes norteamericanos nes proporcionan ejemplos muy claros de justificaciones “en el campo de la raz6n’, claboradas para sens- bilizar positivamente la poblacién norteamericana respecco dela politica ‘expansionisca del Estado, y para explicar esa politiea en el plano interna ional. Citaremos algunos de estos ejemplos. Siendo presidente de EE. UU. (pesiodo 1897-1900), en la época de la lucha de Cuba por su independencia, McKinley sostenia que la neces dad de la incervencién militar de Estados Unidos. ‘como poder neutral para detener la guerra, de acuerdo con los dies: dlos dela humanidad y con los precedentes histéricos de Estados que 2 ara Weber (197% p49] a alder pola -sein lara miscarcterendela “ea socal” de lili apes pene un cari constia dels misma. Armes entender, el enpnsionisio aparece amo ua een que corresponds "dar profesional al desea capitalists cbr un valor pos nos ncn de ia scl, Prine pate - Capstone, sparse y nara ban inseryenido para evita inilessacficios de vidas en conflictos interns dessrrllados fuera de sus Fronteras, x ustfen en el campo de (a razin (Guerea, 1973, p. 382, (Oro buen gjemplo del uso de ideas y doctrinas justificadoras del expan sonismo nos lo proporciona Theodore Roosevee (periodo 1901-1904). Desde 4amas pura concepcién “manhisa’, l comprendia la neceidad esratégica de ‘que BE. UU. cuviera cone! directo en detminados puntos del continente, Particularmente en lazona del canal de Panam; pero la opinién piiblica ad versa a intervencién de los marines en Colornbia—le obligg a realizar una seri de malabarismos ideoldgicos. Tv que ocular ls sobornos ls funcio- narios dela Nueva Compatia del Canal, a rupeura continua de los acuerdos con el gobierno de Colombia, y sobre todo, necesié encontrar una nueva ex- plicacion de la Docttina Monroe que justficara la intervencién de Bitados ‘Unidos en fos asuntos internos de aque! pas, sin que existiera realmente la amenaza de una pocencia excramericana. As, para justifcar tl intervencién «en Colombia, Roosevelt tuvo que rinerprear ks eyes incernacionales desde 1 punto de vista moral ycaracterizar al hombre latinoamericano recurriendo «la reorfa dela superioridad de los anglosajones. Los ingleses no tenfan una rea intencién intervencionista en Amé- ica Latina que proporcionara argumentos 2 Roosevelt. Muy por el con- trario, a esta altura del desarrollo de los acontecimientos mtindiales, ha- ‘fan comprendido la necesidad de negociar la regién con Estados Unidos, obteniendo una buena custodia local para sus propiosinceress, Por otra parte, los brinicos, defensores de la sociedad capitalista canto como del propio imperio, sostenfan que si EE. UU, habia logrado el respeto de la Doczrina Monroe por parte de las naciones extramericanas, les tocaba ‘ahora asegurar el destino de laregién, de acuerdo a los principios “demo- triticos”. En 1904, Roosevelesostuvo que en ciertas ocasiones Estados Unidos tendefa que intervenir directamente: se crataba de aquellos casos én los que las naciones latinoemericanas no supieran actuat con “dece cia en las cuestiones “industrials y politica, o bien, cuando no pudie- ran “mantener el orden” o “cumplis con sus obligaciones’. Roosevel ceimerpreté un tratado que obligaba a EE. UU. a mante- ner la neutealidad en cl Istmo y también un convenio que protegia a Co- Jombia frentea Inglaterra, convirtiéndolos en legalizadoies de los “Frater 65 eee aan Pigs rales” sentimientos norteamericanos para asumir su “responsabilidad. ‘Protectora’. Cuando Roosevelt debié fundamentar ante el senado nortea- mericano la necesidad de apoyat la independencia de Panam (1903), lo hhizo en nombre del derecho a la indegendencia de este Nacién, y en carécter de protector del pueblo colombiano: se trataba de evitariniiles derramamientos de sangre. Detris cle este discurso, se ocultaba el apayo del gobierno norteamericano a la organizacién clandestina de la subleva cién de Panamé, a cambio de que el futuro gobierno independiente le cediera la zona del CanaP*.¥, Finalmente, la justificacién mds descarada: veinee aftos después Theodore Roosevelt escribia, “Hablae de Colombia como de un poder responsable con el cual debia ‘racarse, como estuvimos obligados a hacerlo con Holanda o Bélgica, Sua Dinamarca, es secillamenteabsurdo, La analagia hay que es tablecerla con un grupo de bandidossclianosocalabreses con Villa y Carranza en este momento. Yo hice rodo lo que pide por inducilos a proceder correcainence. No habiéndol logrado determing, sin tomate fos en cuenta lo que ea pertinente hacer, con aregl al deber que pe- saba sobre mi. cuando los pnamesos se sublevaron, hice uso inmedia- ‘ode la Marina, pra impedic que es bandidos que habfan eraad de derencinos, emplearan meses de Fil derramamiento de sarigre en la ‘conquist delItmo 9 en el intearo de rea ‘érmino, del Istmo, de nosotros y del mundo yes at por Guerra, 1973, p.417). las en peruicio,entltime (reproducide por Tha El siglo empezaba con demostraciones incontrastables de la nacurae {era del nuevo enemigo de los pueblos latinoamericanos. Lentamente se estaba gestando un poder otiginal, basada en leyes diferentes de las que regfan el viejo Imperialismo europeo. Los norteamericanos invadfan el ‘mundo en nombre del progreso y la paz. Y hacfan gala de un maravilloso poder de manipulacién de las ideas, modernizando viejos conceptos que justficaban la inferioridad de nuestros pueblos y la consiguiente necesi- dad de ayuda externa, El sad Hiy-Dunau Varila, nodesde por el Sendo de Estados Unidos en febrero de 1904, de zo del cial en mans noreamericnas 66 Penera pert - Caso, erin y eaux Ladecisién de aplicar el derecho, que se arrogaba el gobierno nortet- ‘mericano, de defender a los Estados del Nuevo Mundo de la invasion ex ferna, iba acompafiala ahora de tina nueva trea que asumian como pace de su sentimienco de superiorida: reconoefan como deber el encargarse de “mantener el orden” en el interior de los paises latinoamericanos. Durante a primera presdencia de Theodore Roosevelt, Estados Uni- dos consolidé la politica intervencionista y desarrllé acciones que rchast- ron el papel de "guardidn” de las puertas del continente para convertitse en luna fuerza epresiva incerna, hecho que tuvo especial televancia en Centro- américa y el Caribe. La Enmienda Plate y el corolario Roosevele la Doc. tring Moneoe (1904) legalizacon la incervencién en el hemisfeto. Cuba, Colombia, Panam, Nicaragua, Haitt, a Repiblica Domini- cana, México, sufiian especialmente las consectencias de la politica del “Gran gurrote” Santo Domingo fue la primera victima del “corolario” en el mismo ao de 1904, cuando, imposbilitada de pagar su deuda externa, Roosevelt invocs el peligro de intervencién de los accedores europeos yesablecié con ¢! gobierno dominicano un convenio (1905) porel cual EE. UU, quedé a cargo de la direccién de la finanaas de la Nacién y de adminisrar su deu- 4a, Los norteamericanos asumieron el contol aduanero y repartieron su Producto en una proporcién de 45% para el gobierno dominicano y 55 % pata el reembolso de la deuda externa (Julien, 1969, p. 113). De-ste modo (Julien, 1969, p. 114) cobs una forma partcularmene te audaz lo que entonces nadie llamaba ain “neocolonialismo”, rovechoso en el sentido de que no acarreaba, como contrapartida, una ‘carga financiera de la colonizacién direct, cal como esta era practicada ‘entonces por Gran Bretafa y Francia, La soberanta de la Repiblica Do- ‘minicans no ere ya mds que una ficcién. La realidad del poder pertenece al que controla ls Finanzas y la economfa del pats. Habia nacido una fé ‘mula original de autodecerminacién bajo la capa de la democraca y la aucodeterminacién (si. La experiencia daminicana, venrajosa en elas. Peceo financiero y evicando que la porencia dominadoca pueda se tacha- da de “colonialisa", seis renovada en otros palses del Caribe, ances de ser perfeccionada, medio siglo mes tarde, para su extensin a otros continen tes. En Santo Domingo, el Imperialismo econémico dio, timidamente, sus primeros pasos. o tana asus Pero a creencia en [a obligaci6n norteamericana de construir una “estructura global del orden” estaba en pleno desarrollo (Arshur Schlesin- get, 1970, p. 21) y requeri juscficaciones eéricas capaces de avalar una imagen benefactore que facilitara la penetracién, tanto a los ojos de los latinoamericanos como ante la sociedad norteamericana. Desde fines del siglo pasado, pero particulaemente a partir de la Gran Depresign (1929), gran parte de la produecién de justificaciones por parte de la sociedad politica norteamericana estuvo ditigida a su propia sociedad civil, que se convirté répidamemte en consumidora-reprodiucto- rade ideas que demoscraran fe compatbilidad del ewmplimiento de los principios democriticas y del respeto alos sagrados derechos individuales, 1yla propiedad privada, con los programas expansionistas, La doctrina de la “seguridad colectiva’,audarmente defendida por el secretario de Esca- do Henry L. Stimson, durante crisis manchii de 1931 y compartida por ef presidente Roosevelt, justificé ls ideas expansionistas de varias genera- ciones (A. Schlesinger, 1970, pp. 22 y 23). La plena expansién de los mercados exteriores, que se profindizaba enesteperfodo, two como uno de sus pilares Fundarmentales el apacigua- ‘miento de los antagonismos internos de la sociedad norteameticana. En marzo de 1943 Estados Unidos sintié el bencfcio dé la guerra en su economla; millones de mujeres, jubilados y menores de edad se incor- poraban a la produccién, se llegaba a la ocupacién plena de la fuerza de «abajo y al completo aprovechamiento de la eapacidad productiva, El Arroistcio Social, firmado pore presidente Franklin D. Roosevele con la American Federation Labour y con el Congress of Industrial Organiza sions, coronaba una etapa en la que los obreres y patronos comprendian las ventajas de postergar sus contradieciones para conquistar un nivel de ingresos y una hegemon{a politica internacional sin precedentes, Las condiciones econdmico-sociales permitian establecer un pacto politico encre los grupos esenciales: un acuerdo de esta naturaleza solo puede realizarse cxando todos los secrores que en él intervienen tienen ‘mucho que ganar, En este caso, el plusproducto obtenido por las clases dominantes alcanzabs para cubrir con creces las necesidades de reproduc- cién dela fuerza de trabajo, permiti la conversion de la clase obrera nor- ‘eamericana en la aristocracia obrera del mundo, pasibiltaba el desarrollo 6 Primera pert Catsma, expense yectecin dena poderosa clase media y daba lugar a que las grandes empresas ob- tuvieran un exceso de capitales sin precedentes” Pero de ese pacto social habia grandes ausentes: ast, los beneficios de 4a gueera no fueron tales para los negros, para las minorias hambriencas que producta la sociedad norteamericana inge-namente, ni para las minor tas latinoamericanas emigradas a la metr6poliss todos ellos quedaban ‘marginados, sin perspectiva de expresin politica, ante un pacto social del «cual eran los tinicos excluidos (Julien, 1969, p. 20). Segiin Baran y Sweezy, el iinico momento en que los negros ascien- den socialmente es cuando abandonan el campo y sc instalan en las clu- dades, Desde 1940, su estatus ocupacional no habla mejorado y las barre- ras de segregacién eran en 1950 més estrechas que antes. Ademés, el hhecho mismo de establecerse en las ciudades no abte a los negros el camni= ‘no del ascenso social-econémico, cal como lo hiciera pata los inmigrantes europeos. Los negros, de hecho, siguen confinados en los ghettos. Segiin los autores que acabamos de mencionat (Baran y Sweezy, 1975, captculo 1), los factores que incien en esta cuestién son: la existen- cia de un subprolerariado segregado, que incide en la manutencién del ‘enorme aparato de interescs privilegiados privados; la intensificacién de {os prejucios racials debido a ls presionessociopsicoldgicas que genera la sociedad capitalista monopélic, y la disminucién de la demanda de trabajadores no calificadoso subcalificados, a medida que se desareolla el capicalismo monopdlico. * Descuedo on Baan y Snay, durante lx de combare cl eecmiento dee demands ila implies ol recimieno de los seater ef cconama que abasce ya deminvct eos demandas civile, a causa de aionamentoy de sn dee precio, La producln de bene duradsos de us il puede decease caroline windse ms ceo cra os existences, Las lacs abies eden produc bli, rede a sons de ‘vinday, eet, La proc coral “ube lo limites eablecidos por lor esos onibl’ ero pat dn aeidad vam escalate ale, Coin conseieaca deta gue, entre 135 y 1945 el nero de obreoe pad de fa 4 mln legend sl cupsein pon: elsalasio medio pas de 0.734 en 194) 0.871 dlcesen IAT salar semaral de 29.58 138.62 dle, miecas ucla prsor samen aumenacon un 109%. Do, oc Ia guess fs consuls puseron ald onl devas sumentaronssucapacided 4e compra, En 1945, por cemplo i poblcén tals una mayor capacidad pra compat sio= !méviles qu en 1937. slo gracass ura mayer facia par obseet een, sal shor scamuladodaravela gute: (Baran y Smeeay 1975,» 178, ° eee aaa a seas EEEEE Speen inte El grupo mas afectado, en a sociedad norteamericana, por este con- junto de problemas es el de los negros. Pero nos intcresa destacar la seme janaa de su sicvaciéa con lade las minoris ltinoamericanas que residen ¢n Estados Unidos, en particular porque los conceptos con los cuales se justfica la explotacién de todos estos grupos, en el interior de dich socie~ dad, han sido exportados en forma de teoriassociol6gicas y pedagégicas justificadoras de la explotacién de los latinoamericanos en sus propios paises. El problema de las relaciones entre la sociedad politica y la sociedad civil norceamericana frente ala problemética de la guerra es sumamente complejo y —dados os objetvos de este trabajo~ solo sintetizaremos algunas clementos que aporren al esclarecimiento del tema. Destacaremos en este sentido que el momento de mayor consenso respectoa los proyectos béicos se dio en la ctapa inicial, en tanto que exie- {6 un notable desprestigio en ls etapas de declive y posguesra, Cabe pre- _guncamos en qué elementos, o sobre la base de qué necesidades descansi- bael apoyo inical, yseguramente nos encontraremos con que se trate, mas que nada, de la repercusin de los beneficios sociales y cconémicos, por un lado, y de manifesraciones del “esptiea nacional” norteameric: por el otro, que no seria en esta circunstancia otra cosa que la proyeccién ideolégica del pacto social. Pero la guetta no es asumida como tna cruzada por las grandes ma- yorias norceamericanas, y menos ain por la minorfa negra, que es quien porta en mayor proporcién el elemento humano que se sacrifica. El es- fuerzo social que significa su desarrollo (aumento de las diferencias socia- les, absorci6n del racionamienco, sacrificio familiar, muertes que pesan sobre todo ala clase trabajadora, taque a valores culturalesy eligiosos, cxcécera) incide en el crecimiento de corrientes antibelicistasy pacifstas. ‘Acesca altura de nuestro anilisis, debemos diferenciar entre las ideas pro- belicistas y aquella expansionistas. Esta diferencia ha provocado una po- lemica casi permanence en el seno de la sociedad civil norteamericana. El fondo de esta discusin es claro: se trata de decidir acerca de la mejor ex ‘rategia para garantizar la reproduccidn del sistema capitalista norteame- ‘icano, partiendo dela hipétesis de que reproduceién y expansién son, en «este caso, inseparables. El expansionismo estuvo siempre presente, en las formacioncs sociales capitalistas, como idea y como politica. 7” mers pre Capt, expanses yedricion La expansién norteamericana hacia América Latina, desde la posguerra Laconsolidacién de la hegemonfa mundial norteamericana dela posguerra y l reacomodo de las relaciones intemacionalescuvo su correlato en la neces dad de nuevas leyeseinstinuciones internacionales de nuevos concepros des- dclos cuales pensar las reaciones entre ls paises ricos y los paises pobres. El Imperialism necestaba crear todo tipo de facildades para garantizar el ac- ‘eso alls fuentes de mareras primas,failicar la expansién de capitalesy tec nologia y de las ideas que los acompafaban. Y, por otra parte, ncestaba es- tablecer ceglas de juego con el enemigo mas importante en el terreno internacional el bloquesocialista, I 16.de marzo de 1950, Dean Acheson, screario de Estado norteame- ficano ~refirindase al stuaciSn inernacional-, declaré en Berkeley, que “si hhabian de coexstr dos sistemas, tarde o temprano tendfan que exablecerse ppuntos de diferencia’. Era I contrapartda de la Docarina Truman de 1947. Baran y Sweezy resumen, dela siguiente manera, la lista de “puntos de diferencia Primero: los tata de pa alemin,auseiaca yjaponés deben “liberar” ‘estos palses: en otras palabras, convertira esos pases en aliados de Es- ‘ados Unidos contra la Unign Soviérica. ‘Segundi:deben introduciese“procesos representatives ordensidos” en “todo el grupo de paises que estamos acostumbradoea considers como lea sntire"sen otras palabras, la Unig Sovidsca debe permanecer ‘aun ado, mientss Estados Unidos organita ls contrarrvoluciones en Europa Osiental, Tercero “ls dirigentssovitios porian abandonar su politica deobs- ‘uccién en ls Naciones Unidas’: en otras palabras, la Uniin Sovitica \debe consent ance las Naciones Unidas en se instrumento del pol ‘dea pocteameticana. (Cuart: la Unibn Sovidrica debe acepeat “convenios reales y efectivos para el control dela energiaatdmica y de ls limitaciones de armamen- tesen generals en ottas palabras, la Unién Sovitiea debe poner sus investigaciones en el campo dela energie stémica bajo el control de una eee aaa as ag EEE Stains Pigs agencia dominada por Estados Unidos ysometerses su apararo militat pera la inspeccién externa, Quinto: la Unign Sovidvica debe “destrir(y coopers en oe eefuerzas para impedirla) una ageesién indiecta ms alls de sue fronteras nacio ales: en otras palabras, puesto que “agresiénindizect” eel seud6ni= ‘mo usual de revolucién socal la Unién Sovitica no solo debe extar de acuerdo con Estados Unidos en sus acciones contrarrevolucionatias, sino de hecho debe ayudasasy frvorecerls Sexton Unién Sovidrca y sus aliados fen tanto los cenga) deben dara Jos represencantes oficiales norteamercanos el manejo desu pal epics Asgeessovicos dsben deja deccars Estados Uni- dor susaliados (Baran Swery, 1966p. 15D, La puesta en marcha de esta politica requeria de algunascondiciones legales internacionales que fueron —segiin los mismos autores las siguientes: 4) El fortalecimiento de las alianzas y de los lazos de dependencia con los paises del bloque capitalista, mediante el Plan Marshall de 1947, el pacto de la OTAN (Organizacin del Tratado del Atkintico Norte) de 149, la Organizacién del Tratado del SuresteAsitco, el Pacto de Bag, dad u Organizaci6n del Tratado de Asia Central, Ya para 1959, Estados Unidos cents un total de 275 complejos de bases mayores en 31 paises y ms de 1400 bases excranjeras, con un costo total de cerca de 4 mil mi- llones de délaresy un millén de hombres 4) La reorganizacién de los organismos poltticos internacionales, adecudndolos a las caraceristicas del poder internacional de la posguerra, lograt a participacién en ellos de los paises amigos y enemigos (participa. «i6n que, de hecho, significaba legalizar esos organismos, como tn espa- cio para las relaciones internacionales) ylograr la hegemonia en cada una de estas instituciones. La conversin de la vieja Sociedad de las Naciones (A. Sehlesinges, 1970, p. 21) en la Organizacién de las Naciones Unidas redund6 en la apertura de un espacio juridicopolitico en el cual la supremacia de Es- tados Unidos y sus aliados garantizé cl resguardo de los incereses que acabamos de mencionar. Bl Banco Mundial y el Fondo Monetario n Primera pe -Captema,parsoisme y duran Internacional, encre otros, ordenaron las relaciones econémicas entre los paises; numerosos programas de desarrollo eductivo, cultural y social, realidados, financiados o avalados por los organisinos internacionales, intentaron contener el desarrollo social y, al mismo tiempo, formar los recursos huménos necesarios para el desarvollo capitalisca dependiente en el Tercer Mundo. En América Latina, la Organizacién de Estados Americanos controlé los intentos de autorleterminacién y se erigié en sguardiana de los intereses norteamerieanos en la tegidn, y cuvo injeren- cia en gran parte de los proyectos de penecracién econdmica, social ¢ ideolégica. Siguiendo el modelo tipico norteameticano la OEA se rigié, en representante dc los intereses latinoamericanos y en su nombre llevs adelance la politica proimperalista, Laimportancia de este oganismo radica en que fue uno de los medios de legalizacién de los ncuerdos entre los gobiernos represencantes de las clases dominances locale y los intereses imperialistas y en que, 2 través suyo, Estados Unidos manipul las relaciones entee los paises latinoamericanos, impidiendo todo tipo de pacto bilateral sin su consentimiento, logrando el boicor 2 Cuba, dificultando la relaciones del conjunto de los paises con los sgobiernos populistas y presentando al mundo sus acciones de penetracién ‘como actos legals, aceptados y acordados con el consenso de los paises en cuestién, Al erminar la Segunda Guerra Mundial, lo principios que sostenta {a Vieja Docerina Monroe segutan incélumes, pero su formulacién era insostenible alos ojos de los norteamericanos agotados por la guetta y presentaba un flanco descubierco fence los paises del Tercer Mundo que emergian del colonialismo. En América Latina, un sentimiento antiimperialista generalizado en las grandes mayortas, expresado en algunos paises por politicas gubernamentales populistas y nacionalistas, obstaculizaba el desareollo de politcasintervencionistas descaradas, Pero cl cuerpo de ideas que los norteamericanos habjan venido construyendo durante las anteriores décadas (en particular en el fragor de la batalla) podian sustituizy superar a la Doctrina Monroe. Era necesario, ademis, responder a una problemiética internacional diferente ala dela 6poca de 4a Doctrina, El peligro de una invasin extrcontinental en Latinoamérica . eta ya absolucamente remoto. Existia, en cambio, la amenaza del populismo antiimperialisca y de la influencia marxista, En este periodo, 7B ‘ana Puna Jos noreeamericanos ternian més ala invasién de las ideas que ala invasion milicar. Mieneras disputaban palmo a palmo con el comunismo la influencia ideoldgica en una Europa ya repartida military polticamente, en América Latina convertfan en operacién de gran escala la Ienta pero permanente penetracién que comenzara a fines del siglo XIX", La nueva fase del Imperalisino (Amin, 1977) implicaba diferencias importantes en la relacién entre la metsdpolisy la periferia, respecto ala antigua relaci6n entre América Latina y el capitalismo mercantilisca. Sefalaremos algunas de estas diferencias, que imeresan particularmente para clandlisis del fenémeno educativo que realizaremos mds adelance. 4) El capicalismo mercantilista eereia un dominio basado en el intercambio comercial y en la obtencidn dle materas primas. Su incidencia de ninguna manera despreciable~ en el interior de la sociedad, se organizaba en funcidn de esa meta. La influencia ideoldgica de la metrépolis era ejercida a través de las clases dominantes locales, especialmente los niicleos urbanos. El sistema escolar y las capas escolarizadas cumplfan un papel mediador encre la cultura dependiente dc las clases dominanes y las culturas 0 los fragmentos de culturas, ‘organizacién politica y social y formas educativas de las clases oprimidas, ‘que se reproducian cotidianamente en el marco de la dominacién. El Imperialismo monopélico, en cambio, pretende controlar todos los procesos (Sociales, econémicos, politicos, ideolégicos) desde dentro de la focmacién social dependiente. Su objetivo es dominas 2 todos los secores y amas de la produccién; absorber o dominar a las empresas nacionales- cstatales y privadas; incegrar los intereses econémicos de las clases ddominantestradicionales a empresas extranjers; somerer alos nicleos dela ee cconinicy- scan calls

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