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Los animales unicelulares como las amebas, aún no tienen sistema nervioso, y la comunicación
con el medio ambiente se lleva a cabo por medio de los líquidos que entran y salen de un
organismo como una forma de autoregulación.
También hay animales pluricelulares sin sistema nervioso, como las esponjas, anémonas,
medusas, moluscos, gusanos, artrópodos y otros.
La evolución filogenética del SN en los invertebrados pasa por las siguientes etapas:
Por ejemplo las medusas o las anémonas de mar, un tipo de celentéreos, tienen un sistema
nervioso en forma de red aleatoria y difundida. Este tipo de organización no implica
conexiones con una estructura situada centralmente del tipo de un encéfalo.
El SN es ventral.
En el extremo de la cabeza hay una agrupación de células nerviosas (ganglios) con tendencia a
la especialización (olfato, vista, etc.). Los ganglios son los precursores del SNC.
Por ejemplo en el cuerpo de los anélidos, como las lombrices de tierra o las sanguijuelas, ya
podemos observar segmentos diferenciados, controlados cada uno por un grupo local de
células nerviosas dispuestas en ganglios elaborados. En el caso de la sanguijuela, su SNC
incluye una cadena de veintiún un ganglios unidos en un extremo por un ganglio cefálico y por
el otro al ganglio de la cola.
El sistema nervioso de los vertebrados tiene dos divisiones principales: el sistema nervioso
central, que consiste en el cerebro y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico, que en
los seres humanos incluye 12 pares de nervios craneales, 31 pares de nervios espinales y el
sistema nervioso autónomo o involuntario.
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Por ejemplo, si comparamos el encéfalo humano y el de la rata, veremos que las diferencias
son principalmente cuantitativas, es decir, hacen referencia a la medida absoluta y relativa del
encéfalo completo, las regiones encefálicas y las células del encéfalo. También podremos
observar diferencias en el grado de elaboración o complejidad de los sistemas nerviosos.
Todos los mamíferos tienen, además de paleocorteza (que ya aparece en reptiles), neocorteza
que está formada por seis capas.
En los mamíferos más avanzados, la neocorteza representa más de la mitad del volumen del
encéfalo. Además, en muchos mamíferos, como los humanos, la neocorteza se encuentra
totalmente plegada, recubriendo el resto de cerebro.
Podríamos pensar que el porcentaje peso del cerebro / peso corporal en los humanos es más
elevado. Esto es así sólo cuando los comparamos con animales de peso corporal elevado, pero
no cuando lo hacemos con animales pequeños, como los ratones por ejemplo.
Se ha visto que el peso del encéfalo no aumenta en la misma proporción que el tamaño del
cuerpo, sino que es proporcional a 2/3 del peso corporal y depende, además, de un valor
constante (el factor de encefalización) que varía entre las especies animales. Esta constante es
mayor en animales que han evolucionado más recientemente, y es especialmente elevada en
los humanos.