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Del Atrio al Veredón: ¿Catamarca protesta en Silencio?

Tesista: Elsa del Carmen Ponce

Tesis defendida en la Maestría en Ciencias Sociales de la


Universidad Nacional de Catamarca como requisito para
obtener el Títulode Magister en Ciencias Sociales. Mención
en Ciencia Política.

Director de Tesis : Adrian Scribano

Consejeros de Tesis : Marcelo Nazareno.

Catamarca, Argentina, Diciembre de 1999.

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Introducción

El ciclo de movilización de la ciudadanía catamarqueña abierto a mediados de


1990, a raíz del crimen de la joven María Soledad Morales abre nuevos interrogantes a la
preocupación de las teorías social y política, debido centralmente a que estuvo marcada por
el empleo de una modalidad de reclamo hasta ahora casi inexistente en la historia del país.
Muchos ingredientes constituyeron el denominado Caso Morales, en tanto trama
judicial, la que fue generando en el proceso de las Marchas del Silencio, continuas
reformulaciones del objetivo que inicialmente plantearon sus convocantes: esclarecimiento
del crimen y castigo a sus culpables. La iniciativa de organizar estas manifestaciones
silenciosas fue de las compañeras de la joven asesinada, asistente a un establecimiento
religioso de Catamarca, las cuales fueron encabezadas desde la segunda Marcha, por la
rectora del Colegio del Carmen y los padres de la joven. Cada semana se incrementa la
asistencia a las movilizaciones y con ello, el liderazgo particularmente de la religiosa Marta
Pelloni, quien apela al deber de la comunidad cristiana de participar en reclamo de justicia.
Una serie de hechos policiales y judiciales, señalan la certeza de los familiares y
distintos sectores de la vida social de Catamarca de la relación entre el no-esclarecimiento
del crimen y su encubrimiento por parte de sectores vinculados al poder político local.
Tanto los padres de la víctima, como la comunidad del colegio del Carmen y todo el
espectro político local, a excepción del partido gobernante, tienden un manto de sospechas
sobre el funcionamiento de las instituciones policiales y judiciales frente al Caso en
cuestión. Las acusaciones y advertencias en este sentido, estuvieron marcadas por el
discurso centralmente con elementos religiosos, con referencias a “la necesidad de verdad y
justicia como condiciones evangélicas y la necesidad de recuperar valores morales
perdidos en la sociedad”. Pero es precisamente la sensación de impunidad frente a este
crimen, lo que incentiva al padre de la joven Morales a convocar a todos los sectores de la
comunidad catamarqueña a formar una comisión por el esclarecimiento del asesinato.
Si bien las Marchas hasta entonces eran cada vez más multitudinarias, es decir, se
advertía solidaridad de los catamarqueños frente al reclamo, a través de las sucesivas
declaraciones de los actores proceso: padres, rectora del colegio, diputados que adherían a
las Marchas, militantes de diversas organizaciones, etc., insistían en que no se trataba de
“un hecho político “ la existencia de las Marchas del Silencio sino de un angustioso
“pedido de justicia” y que la prueba de ello era que concluían en el atrio de la catedral
basílica con alocuciones religiosas. Una dinámica, que los asistentes de cada Jueves

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respetaban incondicionalmente, particularidad que para Noviembre de 1990 había
concitado la atención de toda la opinión pública del país al igual que el transcurso mismo
del caso.
A mediados del citado mes, con la presencia los sectores políticos y sociales
representados en una asamblea de más de 200 personas, se conforma la denominada
COPEJ- comisión pro-esclarecimiento y justicia- luego denominada COPE.
La COPE aparece en este contexto marcado por la confrontación entre el gobierno,
la policía e incluso parte del poder judicial y los asistentes a las Marchas del Silencio,
donde sus organizadores insisten en el imperativo de “no-politizar” las mismas. Sin
embargo, es justamente su irrupción en la escena de las movilizaciones y otros
acontecimientos relacionados a la demanda de justicia, lo que marcará una bisagra respecto
del sentido que hasta entonces tenían y el que fueron adquiriendo hasta mediados del año
siguiente en que la comisión desaparece.
Nuestro problema central no es describir ni analizar el caso judicial sino caracterizar
la lógica de las Marchas del Silencio y reconocer los modos en que esta Comisión por el
Esclarecimiento, intervino en ellas, promoviendo acciones de protesta y constituyéndose en
un actor diferenciado respecto de todos los demás. Suponemos que esa intervención ha sido
posible, merced a que este colectivo ha sido capaz de dotar de nuevos significados a
elementos que no son habitualmente empleados en la protesta social, particularmente
religiosos y culturales, pero que se ligaron a objetivos reconocidos como “políticos” por sus
miembros, sus interlocutores y sus adversarios.

Sobre el reconocimiento provisorio de este cuadro, emerge la necesidad de definir


qué es politización como horizonte del espacio público hacia el cual se dirige la acción
colectiva de quiénes protagonizaron el denominado proceso Marchas del Silencio y
examinar los ingredientes que facilitaron el pasaje de las movilizaciones catamarqueñas en
este período, de una instancia definida como no-política por sus actores, a otra, de marcada
de superación de la esfera de religiosidad con que se iniciaran.
La pretensión de no-politización explicitada permanentemente por los
organizadores de la Marchas del Silencio es el contexto que cualquier actor emergente en
las mismas debió reconocer como indiscutible. En tanto organización intersectorial de la
que participaron grupos y entidades de diversa índole con experiencias sociales, sindicales,
religiosas, defensoras de derechos humanos y político-partidarias, esta Comisión se plantea
el debate sobre cómo fortalecer e incluso expandir hacia toda Catamarca la movilización
demandando justicia y denunciando la responsabilidad del gobierno en el encubrimiento.

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Pero al mismo tiempo debió entablar confrontaciones diversas con otros actores debido a
que su orientación se advertía precisamente como abierto enfrentamiento con el los tres
poderes del Estado y muy particularmente con el ejecutivo.
Nuestro presupuesto fundamental es que las modalidades de la protesta que
desarrolló la COPE articularon recursos para- políticos, es decir expresivos, con los
objetivos centrales de las Marchas a fin de asegurar su politización, que la misma
reconocería como única salida a la crisis instalada en la sociedad a partir del crimen de la
joven Morales.
El desafío impone algunas dificultades teórico-metodológicas, ya que por una parte
reconocemos en la denominada Teoría Sobre Movimiento Sociales, elementos que ponen
luz a una descriptiva de procesos signados por la movilización social en las denominadas
“sociedades complejas” y hacia dentro del sistema democrático, pero requerimos dar cuenta
de las especificidades que constituyen procesos que no alcanzan a consolidarse como
movimientos sociales y que al mismo tiempo responden a su lógica. También estimamos
pertinente completar el cuadro de caracteres en el que se inscriben tanto las Marchas del
Silencio como la COPE, con algunas consideraciones que no advertimos acentuadas en el
análisis melucciano y que pueden contribuir a la construcción de algunas reflexiones
posteriores en el problema que nos interesa: la problemática de la impunidad en Argentina.
En este sentido, se instala un tópico histórico para la reflexión, que si bien no
focalizaremos, consideramos, aporta a la existencia de algunas representaciones sociales
que operaron en el contexto catamarqueño entre 1990 y 1991. Tomaremos en cuenta
algunas consideraciones postuladas por la psicología social desarrollada en nuestro país,
particularmente después de 1976.
Otro problema que aparece se presenta en esta discusión es con qué herramientas
abordar la relación entre dos dimensiones aparentemente opuestas, que se encuentran en el
proceso de las Marchas del Silencio enfatizadas a partir de la intervención de la COPE: la
política y la estética, ya que advertimos que operaron desde la primer convocatoria a la
movilización pero intuimos que adquieren otras modalidades en el transcurso de la
intervención de esta Comisión en el proceso. Ante esta dificultad, recuperamos, para
trabajar la hipótesis central, la propuesta de Alberto Melucci, cuya perspectiva ubicamos
como constructivista, en el sentido de que alienta un abordaje de “configuración del objeto
de la investigación”, que se va elaborando a partir de un único supuesto: las acciones
colectivas si bien pueden reconstruirse, interesan a la teoría social actual en términos del
“horizonte de significados “ que promueven sus actores hacia dentro y fuera del colectivo

4
que las encarna. Esta distinción marca el carácter cualitativo de esta tesis, que se ocupará
no de constatar relaciones sino de construir las posibles implicancias entre las
prácticas y discursos empleados particularmente en la protesta y en aras de la dirección
política de las Movilizaciones en Silencio , que produjo la intervención de la COPE en las
mismas.
Melucci (fecha)) compendia en los siguientes tópicos, las recomendaciones
metodológicas para abordar la problemática de los nuevos movimientos sociales:
1- Mediciones de actitudes y valores individuales a través de encuestas a fin de registrar
disposiciones o tendencias de los sujetos a actuar de modo no-convencional
2 - Mediciones de acciones colectivas no-convencionales protestas, manifestaciones,
boicots, etc., su frecuencia y diversidad de temas sobre los que se centran
3- Mediciones de acciones institucionales colectivas, resultantes de acciones no
institucionales previas (por ejemplo: grupos de presión convertidos en instituciones
partidarias)
4- Mediciones de resultados e impactos en las acciones antes mencionadas ( en el ámbito
legislativo o las decisiones administrativas)

Si bien el autor admite que son procedimientos que pueden tener márgenes de error,
escogeremos centralmente la alternativa 2 ya que intuimos que hará viable el tratamiento
de la primera de las dimensiones de nuestro problema, es decir, la acción colectiva de un
grupo que se diferencia en términos de sus actores, objetivos y modos de relación respecto
de otros intervinientes en el proceso Marchas del Silencio. Pero dado que presuponemos
también que es a través de prácticas estéticas que esta Comisión asegura la orientación
política de dicho proceso en que se inserta, este tópico abre el segundo problema: el de
construir una noción politización que amplíe las evaluaciones que de la acción colectiva y
la protesta, nos ofrece el teórico escogido y dar cuenta de esa noción con elementos que
refieren a la constitución y funcionamiento de la COPE. Es decir, nuestro esfuerzo se
dirige a pensar algunos planteos de Melucci, revisando su presencia en el proceso y el
colectivo que nos interesa y reformulando sus alcances en términos de niveles de “lo
político” que estimamos se pueden reconocer a lo largo de la intervención de la COPE en
el escenario social catamarqueño.
Una cuestión derivada de esta, es cómo situar “lo estético” en un contexto de acción
colectiva con orientación política. Se trata de delinear una noción de estética, que se
reformule en la medida que analicemos tres aspectos centrales de la actuación de la COPE:

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discursos, acciones y recursos. Evaluaremos dos elementos interesantes a nuestro
problema: ritos y símbolos, trabajados por Nestor García Canclini, por considerar que da
cuenta de las particularidades del contexto cultural latinoamericano y de algunos aportes
de la perspectiva hermeneútica frente a lo estético, como la de Aquiles Esté, G. Gadamer y
Susan Sontag. Se toman en consideración también algunas especulaciones sobre la relación
entre comunicación, estética y política, ofrecidas por Elíseo Verón y Silvia Tabachnik.
Entonces éste tópico, demanda la selección y aplicación de procedimientos diversos
para el tratamiento de los registros que suponemos contienen referencias a las formas,
contenidos, empleos e impactos de las prácticas y discursos que conformaron la protesta de
la COPE, ya que nuestro interés en este sentido es distinguir cuáles son los recursos que
emplea la COPE en sus actuaciones, qué caracteres presentan en relación a los que están
presentes en el proceso de las Marchas del Silencio, de qué contexto proceden y qué
aportes hacen a la lógica de las movilizaciones propiamente. Si bien no es preocupación
central de esta tesis el análisis del discurso, tenemos en cuenta algunas distinciones en
torno a los componentes del discurso político para reconocerlos en los que elaboró la
COPE, a la luz de la propuesta de Marc Angenot, J. Charadeau, A. Rusconi y A. Raiter
Toda esta construcción de la relación entre estética y política, entonces, se hace a
través de la recuperación de las narrativas de observadores externos al proceso en
cuestión, de algunos de los ex–integrantes de la COPE y de los registros periodísticos y
documentales que ofrecen información sobre la conformación, funcionamiento, y
diferencias en términos de prácticas y discursos, respecto de otros actores en el proceso de
las Marchas. Es decir, trabajamos con un “estudio formulativo exploratorio” ya que se
correlacionan problemas que pueden actuar o no como variables del mismo y se formulan
hipótesis del primer nivel de abstracción, que refieren a regularidades empíricas y cuyas
variables no se controlan.
Para el trabajo se recurre entonces a una “triangulación metodológica” que supone
la combinación de técnicas para el desenvolvimiento de las distintas fases de elaboración de
la tesis, a través del análisis de fuentes documentales y del examen de las percepciones –
que refieren a las variables que nos interesan- y de las marcas experienciales que el
proceso en cuestión ha señalado en los actores del mismo. Una combinación que va
presentando dificultades, ya que resulta difícil hallar registros sistematizados de todo el
Proceso Marchas del Silencio en general y del caso que nos interesa en particular, de modo
que la selección de las fuentes para el análisis de las variables e indicadores, está
condicionado “desde afuera” y en segundo lugar, ha sido igualmente dificultoso nuclear a
los ex miembros de la COPE para entrevistas grupales, debido a las rupturas

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comunicacionales que señalaron en las instancias de negociación previa. Este aspecto y la
participación personal de la tesista en el colectivo COPE, constituyen dos elementos que
amenazan con sesgar más de un momento del trabajo, dado que imponen una carga de
subjetividad que demanda dar cuenta de sus señas a lo largo del proceso de elaboración de
la tesis.
Por lo expuesto, es “el estudio formulativo exploratorio”, el que permite ajustar la
estructuración de la investigación que sustenta la tesis, en el transcurso del proceso mismo
de ésta. De modo que para evaluar la relación entre la acción colectiva y empleo de
recursos expresivos para modular su orientación política, nos alejaremos de la pretensión de
explicarla en términos de la relación causa-efecto y nos acercaremos a la pretensión de
reconocer elementos de un proceso que caracterizamos provisoriamente como “complejo.

CAPITULO 1
1. 1. Los nuevos movimientos sociales: algunas distinciones

La sociología y la teoría política asisten desde hace algunos años a la preocupación


por un conjunto de procesos que suelen ser identificados bajo comunes denominadores y
que atraviesan la experiencia social de diversos países: protesta, acción colectiva,
movimiento social. Dado el interés de esta tesis, es decir, centralmente orientado a pensar
algunos emergentes a partir de un caso empírico, partiremos del supuesto de que si bien
cada uno de estos procesos mencionados poseen caracteres diferenciados, el últimos de
ellos, se inscribe en un cuadro de notas que enmarca o comparte en términos de su lógica de
constitución y actuación con el resto de los fenómenos enumerados.
Es posible identificar denominadores comunes en el análisis de los movimientos
sociales a partir del reconocimiento de cuatro enfoques teóricos (Mario Diani ,1992) 1_,_-
es decir, la teoría del Comportamiento Colectivo (Smelser, Turner y Killian), la Teoría de
la Movilización de Recursos (Mc Carthy y Zald, fecha), la Teoría del Proceso Político
(Tilly fecha)) y Teoría de los Nuevos Movimientos Sociales (Touraine fecha,Melucci
fecha). Estos rasgos comunes son:
-las redes informales de interacción entre los actores
-creencias y solidaridad compartida entre los miembros del grupo
-acciones colectivas desenvueltas en contextos de conflicto
- desarrollo de acciones desde ámbitos no-institucionales y mediante prácticas no
habituales en la vida social

11 en rev. Zona Abierta- nro. 69-1994

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Es decir, una primera consideración de los movimientos sociales, los ubica en la
posición de respuestas colectivas que pueden operar en términos de cambios o
conservaciones de las condiciones que los sujetos consideran favorables a sus intereses,
posiciones sociales, expectativas políticas, relaciones intersubjetivas, etc. respuestas, que,
según la perspectiva teórica desde donde se mire el problema, están incentivadas por
factores estructurales (tensiones institucionales, legales, etc.) o subjetivos (necesidad de
reconocimiento de identidades y diferencias, identificación con los liderazgos, etc.).
Es posible, sin embargo, para otros autores admitir sólo dos grandes vertientes
explicativas de la noción de movimientos sociales: por una parte, la teoría de la
movilización de recursos, que pone el acento en la búsqueda del cambio social, como
objetivo de las acciones colectivas, que sustentan los movimientos en cuestión y en los que
se invierten energías y recursos en aras de la redistribución de las energías y recursos de la
esfera de la realidad a la cual el movimiento se opone: Estado, sociedad política, poder, etc.
Y por otra parte, la teoría del comportamiento colectivo, para quien los movimientos
sociales son formas de acción esperables en la sociedad, que no necesariamente promueven
el cambio y que no dependen de factores organizativos o ideológicos para su éxito. Así
planteado el tema, habría una distinción que reconoce en una línea de análisis, un papel
relevante a los ingredientes organizativos de las instancias que constituyen al movimiento
social y otro, que subestima o desestima incluso, esta relación entre organización y eficacia
de las acciones que constituyen el movimiento. (Craig Jenkins) 2
Los encuadres señalados y la delgada frontera entre sus componentes y los de otras formas
de acción sociales- de grupos de presión, partidos políticos, etc., impone dificultades
teórico-metodológicas para definir qué es movimiento social. Apelamos entonces a algunas
precisiones, que pueden cumplir como puntos de partida para esta necesidad.
Una primera aproximación a la noción en cuestión aparece a mediados del siglo,
definiendo al movimiento social como “una amplia gama de intentos colectivos de efectuar
cambios en determinadas instituciones sociales o crear un orden totalmente nuevo”( Rudolf
Heberle, 1951)3
También se plantea “las exigencias de los movimientos son socialmente compartidas de
efectuar cambios en algún aspecto del orden social”, (Gusfield,fecha) Pero estas
afirmaciones se sitúan en un terreno más lejos del optimismo respecto de los movimientos
mismos y sus resultados que de restringidas descripciones de los mismos. Es decir, supone
admitir que todo movimiento social está signado por la búsqueda y logro de

22 en rev. Zona Abierta nro. 69-1994


33 ibid cap. 1

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transformaciones, cuestión discutida desde dentro y fuera de las teorías ocupadas en el
tema.
En un sentido más amplio, se admite el carácter de tendencia al cambio de todo
movimiento, ya sea promoviéndolo o generando mecanismos que impidan formas del
cambio que se consideran inaceptable. Pero incorporando la figura del actor- afirmando: “
movimiento social es un actor colectivo que interviene en el proceso de cambio social”.
(Joachim Raschke)4__G_
Por actor colectivo, en este sentido se entiende la ligazón entre individuos a través
de la acción, donde los sujetos no actúan sólo persiguiendo metas sino también
instrumentando formas organizativas que respetan la diversidad de tendencias individuales
y de principios que se consideran válidos para la acción por los miembros del grupo. Pero
el autor asegura que la organización en un movimiento social no es un factor preponderante
por encima del grupo. La definición de movimiento social, considera, debe dirimir dos
aspectos centrales: la constitución del grupo y las metas que el mismo se plantea. En ese
sentido, a través de la movilización, los miembros del grupo empeñan una dosis de
esfuerzo para permanecer en el mismo, lo cual asegura una de las condiciones fundantes
del movimiento, el poder, que se logran a través de la movilización de apoyos. Se subraya
en este enfoque el carácter de alta integración simbólica que presenta un movimiento social
que se traduce en el sentimiento del “nosotros”, una convicción respecto de los objetos que
son comunes al grupo.
Si bien en esta definición, especifica que los roles de los actores no tienen el nivel
de organicidad que poseen otras organizaciones o experiencias sociales, su dinámica
particular consiste en promover formas diversas y cambiantes de participación a los
individuos. Esta imprecisión de roles obedece centralmente a la coexistencia o
superposición de elementos formales e informales, que informan esta orientación al
funcionamiento del grupo. Al mismo tiempo, es un rasgo distintivo para el autor, la no-
pretensión de cambio estructural de la sociedad o el Estado sino de algunos de sus aspectos
o como señalamos precedentemente, de alguna forma atentatoria de su equilibrio o
existencia, lo que devela la provisoriedad ideológica y la tendencia a la sistematización de
las metas del grupo.
Ampliando este enfoque, otras posturas proponen centrar el estudio de los
movimientos sociales a partir de la diferenciación de sus caracteres y presencia en la
sociedad actual y detectan que en general los análisis del tema abarcan desde una negación
total del caudal transformador de la acción colectiva que anida en los movimientos sociales

44 ibid cap.- 2

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hasta una sobreestimación sobre su rol político ya que los evalúan como reemplazantes de
los partidos políticos en términos ideológicos y organizativos. (Marisa Revilla, 1992) 5_•
Desde esta óptica, se alude a que es menester marcar un corte histórico que permite separar
lo “ viejo” y lo “nuevo”, teniendo en cuenta la innovación en los aspectos discursivos y las
modalidades de las protestas que se articulan después del ciclo de acciones colectivas que
comprende los años 60-70 particularmente encarnados por los movimientos de: la clase
obrera, feminista, racial, estudiantil y pacifista.
Pero los nuevos movimientos tienden a integrar reclamos y experiencias organizativas de
aquél ciclo y resignificar sus valores y metas para vigorizar y ganar eficacia en torno a sus
necesidades. (Pérez Ledesma,1994)
Lo “nuevo” parece implicar el reconocimiento de las posibilidades de legitimidad o
validez del sistema electoral, los derechos de reunión y asociación y en general las
denominadas libertades democráticas, con todo lo cual se integraron sectores sociales que
hasta entonces no hallaban canales de representación o intervención de sus intereses. Claro
está, que esta consideración pone fuera de nuestras posibilidades de comprensión otros
procesos sociales, en los cuales si bien hay demandas de derechos y garantías, aparecen
mediados por otras condiciones históricas más difícilmente abordables desde esta óptica;
nos referimos a los movimientos y protestas en Medio Oriente o Sudáfrica por ejemplo.
Retomando nuestro eje, ubicamos a la Teoría de la Movilización de Recursos, que
destaca la pluricausalidad de los movimientos sociales, adjudicando prioritaria importancia
a los recursos, la organización y las oportunidades políticas, además del supuesto
tradicional del descontento. Y por otra, emerge la Teoría de la Movilización por
Empresarios Políticos de Mc Carthy y Zald (1973) es críticamente valorada como
interpretación de los movimientos sociales de los años 60 y 70 que se ocupa
particularmente de la Teoría de la Acción Colectiva, Olson(1968). Desde esta óptica, es la
organización del grupo el factor determinante del potencial movilizador y de sus pautas.
También para este enfoque es relevante el debate entre Gerlach y Hine (1970) y las teorías
empresariales de la organización de los movimientos sociales y de la persistencia de la
diversidad en la organización..
Desde esta postura se ve un modelo político en los movimientos sociales, a partir de
la Teoría de la Estrategia de Gamson (1975) y de la Teoría de la Comunidad Política de
Tilly (1978) que trabaja el impacto de las alianzas y los procesos políticos como
determinantes del éxito y el fracaso; pero también recupera la postura de Piven y Cloward
para quienes la presencia de conflictos determina el éxito y pueden ser movilizados aún

55 Ibid - cap. 3

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cuando no tengan referente organizacional alguno (lo que no implica tampoco que la
organización sea incompatible con la movilización). Cabe subrayar que la Teoría de la
Movilización de Recursos se sustenta en dos pilares: la extensión de la teoría de la
comunidad política y su aplicación a diferentes estados y regímenes ( teniendo en cuenta el
desarrollo del neocorporatismo) y el desarrollo de una psicología social de la movilización
más sofisticada.
Esta teoría se comprende, si se revisan los abordajes de la sociología a los conflictos
provocados por los cambios sociales rápido que caracterizaban a la participación de los
individuos en los movimientos como poco frecuente y por el descontento transitorio,
mientras que las actuaciones y respuestas eran consideradas de tipo institucional y los
actores irracionales. Dicho encuadre ubica a los movimientos sociales como actores
capaces de respuestas racionales de adaptación a los costos y beneficios de diversas líneas
de acción; con objetivos que se definen por conflicto de intereses que se constituyen como
relaciones de poder institucionalizado; cuyos efectos son suficientemente justificados para
que la formación y la movilización dependan de cambios en los recursos, en la
organización del grupo y en las oportunidades para la acción colectiva; con una
organización formalmente estructurada y centralizada de los procesos, más propia de los
movimientos modernos y más eficaz que las estructuras descentralizadas e informales con
relación a la movilización de recursos. Para este encuadre, el éxito de los movimientos está
determinado por factores estratégicos y por los procesos políticos en los que éstos tienen
lugar. (Jenkinsfecha)
El debate sobre la movilización de recursos se enfrenta a la consideración de los
tradicionalistas, especialmente a la Teoría del Comportamiento Colectivo, cuyas
definiciones sitúan bajo el concepto de movimiento social, cualquier conjunto de
actuaciones colectivas no institucionalizadas dirigidas conscientemente al cambio social-o
en oposición a éste- y que cuenta con un mínimo de organización (Wilkinson, Turner y
Killianfecha). Tradicionalmente se ve en los movimientos sociales un desarrollo de formas
elementales del comportamiento colectivo que pueden generar tanto cambios de
personalidad (sectas religiosas, cultos o comunas) como mutaciones de tipo institucional
(reformas legales o en el sistema político). Mientras que los teóricos de la movilización de
recursos aprecian los movimientos sociales como una prolongación de actuaciones
institucionalizadas, restringiendo el campo de análisis a los movimientos que proponen un
cambio institucional y buscan modificar elementos de la estructura social, o la estructura de
la distribución de las recompensas en la sociedad ( Mc Carthy y Zald 1977), que aspiran a
organizar grupos que actúen contra las elites institucionales y que antes no estaban

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organizados (Gamson 1975), o que dicen representar intereses de los excluidos del ámbito
de la comunidad política (Jenkins y Perrow 19777, Tilly 1978-1979)
Es decir, que la discusión se deriva de esta distinción. Los movimientos de cambio
institucional coinciden con el esquema de la movilización de recursos al considerar a estos
procesos como acciones racionales orientadas a objetivos precisos, definidos y controlados
por la organización y evaluables como logros tangibles. En tanto que la otra postura
considera los movimientos sociales como una extensión de las actuaciones institucionales.
Pero el problema se suscita cuando se pretende aplicar este último esquema a los
movimientos de cambio personal en los que las acciones expresivas se vinculan a las de
tipo racional-instrumental. En estos movimientos los objetivos tienden a surgir de la
interacción y su control está sujeto al liderazgo de una figura carismática o a una
constitución más bien débil cuyos resultados suelen ser difusos. En este caso, las
continuidades entre los movimientos y las formas de comportamiento colectivo elemental
son aparentes, ya que los primeros cobran existencia a partir de ingredientes que operan
como estímulos externos a los individuos, mientras que las segundas, están menos
condicionadas a agentes que incentiven la acción y se manifiestan solo como tendencias a
actuar grupalmente.
De modo que estas diferenciaciones en el análisis, exigen dividir el enfoque. Jenkins
sugiere aplicar la noción de movilización de recursos a los aspectos organizativos de los
movimientos de cambio personal. Una línea de esta elección la evidencian los trabajos de
Lofland (1977-19799), Liebman (1983) y Hadden y Swan (1981) sobre movimientos
religiosos y los de Snow, Zurcher y Eckland-Olson(1980) sobre las microestructuras de
captación .
Por otra parte, el problema también se presenta sobre la discusión en torno a
la relación entre el cambio personal y cultural en tanto movilización de recursos, ya que
tradicionalmente la Teoría de la Movilización de Recursos ha sido expuesta con relación a
actores colectivos que luchan por el poder en un determinado contexto institucional y en
ese sentido ignoran los procesos a pequeña escala o analizados bajo patrones que se aplican
a casos más complejos. Por ejemplo la categoría de actor racional ha sido abordada por,
Tilly (1978) Gamson, Fireman y Rytina (1982) al determinar como punto de partida la
micromovilización en tanto acción que da lugar a la rebelión. Mientras que Granovetter
(1978) ha tomado como problema de estudio la lógica del proceso colectivo de toma de
decisiones. Pero son análisis que no se han aplicado aún a los procesos de cambio de
personalidad o cambio cultural
Por otra parte, la pregunta central en este asunto es por qué se forman los
movimientos sociales. En la línea tradicional, se explican por el nivel de vulnerabilidad

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social que producen las tensiones estructurales propias de un cambio social acelerado
(Gusfield, 1968). En la posición de los teóricos de la movilización de recursos estos
agravios son un factor secundario, mientras en la óptica de Tilly (1978), Jenkins y Perow
(1977) y Oberschall (1978), los agravios son relativamente constantes y proceden de los
conflictos de intereses de tipo estructural articulados en las instituciones sociales y por
tanto ven que los movimientos aparecen a partir de cambios a largo plazo en los recursos
del grupo, en su organización y en las oportunidades para desarrollar formas de acción
colectiva. Para otros teóricos, los agravios se explican como cambios en las relaciones de
poder (Korpi, 1974) o como conflictos de interés estructurales. En tanto que Mc Carthy y
Zald (1973,1977) argumentan que lo que posibilita la formación de los movimientos
sociales es la accesibilidad de los recursos, especialmente de cuadros y de facilidades de
organización. Y aunque también reconocen que los agravios son un ingrediente previo
estructural, en su constitución intervienen en fundamentalmente los esfuerzos
movilizadores desenvueltos por los empresarios políticos del movimiento.
La noción de “agravio” abarca otros aspectos, como la financiación
disponible y el personal de apoyo existente, aporte que ha influido en los estudios de los
movimientos de interés público que cobraron relevancia en los años setenta. (Mc Carthy y
Zald). Así por ejemplo, el análisis de Berry (1977) sobre las organizaciones de interés
público indicó que la mayoría de estos movimientos surgía de empresarios políticos
enérgicos que actuaban sin necesidad de aumento significativo en los agravios. En la
misma dirección, Schoefield, Meier y Griffin (1979), Simcock (1979) y Wood (1982), se
ocuparon de los movimientos ecologistas hasta llegar a un puñado de científicos e
investigadores de políticas del medio ambiente que redefinían las tradicionales
preocupaciones conservacionistas en términos ecológicos y que movilizaban recursos
institucionales. Estos movimientos perseguían objetivos ligados a intereses de
colectividades amplias, desorganizadas y difusas, como el público en general o los
consumidores de clase media, que no parecían dispuestos a movilizarse sin la iniciativa de
estos empresarios políticos.
Hay que agregar que el modelo empresarial ha tenido acogida
también entre los estudios sobre grupos desfavorecidos, como granjeros y agricultores
(Jenkins y Perrow, 1977) y receptores de ayudas sociales (Bailis, 1974, Jackson y Johnson,
1974), ámbitos en los que se constata la presencia de empresarios políticos que se habían
dispersado después de haber integrado el movimiento estudiantil y de derechos civiles.
Estos enfoques reconocen a los organizadores externos una importancia notable en la
formación del movimiento, influyendo incluso en la diversificación de cuadros y por tanto
en la conformación de nuevos movimientos, tal es el caso de grupos más desfavorecidos

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como el de liberación de la mujer (Freeman, 1973; Evans, 1976; Tierney, 1982), el de la
ecología radical (Wood, 1982) y el movimiento vecinal y de organización ciudadana en
general (Kotz y Kotz, 1977; Boyte, 1979).

1.2 ¿Qué es la movilización?

Sin duda que la primer asociación al concepto de movimiento social, que


enunciamos, es la de la movilización, como condición fundante que delimita la acción
individual de la colectiva y que permite tal vez ampliar estas primeras aproximaciones al
concepto.
Para la teoría de la Movilización de Recursos, la movilización es el proceso por el
cual un grupo se asegura el control de los recursos necesarios para la acción colectiva, que
una vez seleccionados posibilitan que el mismo se oriente hacia el objetivo de cambio
social. Proceso en el cual también influye el nivel de aporte de personas ajenas al grupo
sobre el incremento de los recursos disponibles.
En este sentido cabe señalar que son diversas las posturas que proponen tipificar los
recursos. Así, hay quiénes los clasifican según su utilidad en el control de las acciones
encaminadas a la realización de objetivos (Etzioni, 1968), Gamson (1968). Sobre esta
perspectiva se distinguen los recursos instrumentales empleados en los intentos de
influencia específicamente, de los infrarrecursos que condicionan las formas de utilización
de estos (Rogers, 1974). Se diferencian también los recursos de poder que proporcionan
los medios de control de las acciones y se dirigen hacia el alcance de objetivos y los
recursos de movilización, como son las facilidades que ofrecen la movilización los
recursos de poder. ( Jenkins, 1982) Pero este enfoque pone énfasis en la cuestión del uso de
los recursos, sin detenerse en los caracteres de los mismos, reconociendo las ventajas que
son puestas en funcionamiento generalmente por los movimientos: dinero, locales, trabajo,
legitimidad, (Mc Carthy y Zald); o la tierra, el trabajo, el capital o los conocimientos
técnicos (Tilly y Freeman). Este último se detiene en los beneficios tangibles, como,
dinero, locales o sistemas de comunicación y los separa de los intangibles ( o humanos, que
forman la base del movimiento) que comprenden recursos especializados como habilidades
de organización o legales y el trabajo no especializado de quienes apoyan el movimiento.
Este enfoque pone acento también en el aporte de las personas ajenas al
movimiento y la apropiación por parte del mismo, de recursos institucionales,
particularmente en el marco de la sociedad contemporánea. Cabe aclarar que los análisis
tradicionales adjudicaban la procedencia de los movimientos extra-institucionales a ámbitos
no- institucionales.

14
En los años sesenta y setenta, luego de analizar una comunidad consciente,
procedente de la clase media ( estudiantes universitarios por ejemplo) que incorporó
recursos de fundaciones privadas, entidades de asistencia social, medios de comunicación
de masas, universidades, agencias gubernamentales, e incluso corporaciones empresariales,
se plantea que los movimientos sociales para las concepciones clásicas se conforman de
liderazgos autóctonos, personal voluntario, afiliación extensiva, recursos de los
beneficiarios directos y acciones basadas en la participación masiva (Mc Carthy y Zald).
Mientras que para la nueva sociología, estos elementos, se explican a partir del liderazgo
externo, el personal remunerado a tiempo completo, afiliación escasa o nula, recursos de las
comunidades conscientes y acciones que hablan en nombre del grupo afectado sin requerir
su participación. Este abordaje implica aceptar que los movimientos sociales (
norteamericanos por ejemplo) no surgieron de una participación revolucionaria sino de la
disponibilidad de recursos facilitadores de la movilización profesionalizada.
Algunos teóricos, certifican que los actores predominantes en los movimientos de
los setenta contaban con disponibilidad de tiempo, recursos económicos y medios de
comunicación influyentes (Jenkins). En una sentido más amplio, se registra entre 1960 y
1974 un alto porcentaje de protestas y disturbios, que aumentaron dramáticamente entre
1967 y 1972, fenómeno que se corresponde con un cuadro acentuado de movilización
política no convencional y de radicalización ideológica de los individuos. Se trata de un
panorama que sufrió modificaciones hacia fines de los setenta, pues presenta una mayor
afiliación en las organizaciones políticas y a la vez una disminución en el caudal de
confianza en el electoralismo y el liderazgo formal.
No obstante, la presencia de organizaciones profesionales en el seno de los
movimientos sociales y la apropiación de recursos institucionales, son razones insuficientes
para dar cuenta de la gran conmoción política acaecida en el período señalado, de modo que
los recursos externos, no tienen un papel fundamental sino reactivo ( Mc Carthy y Zald).
Así por ejemplo el movimiento de los derechos civiles fue liderado por el clero y los
estudiantes negros, con recursos de tipo comunitario, extendiéndose su impulso hacia las
comunidades conscientes después de haberse generalizado el tumulto (Morris, 1980-1981;
Mc Adam, 1982). La mayor parte de los recursos externos fue movilizada por el sector
moderado de estos movimientos, lo cual aceleró su institucionalización (1964-1965),
mientras que el sector de la izquierda era más dependiente de los recursos externos y
conflictuaba el empleo de los mismos, posición que impactó en su radicalización,
derivando en una reacción contra su comunidad consciente e incluso en el acabose de las
organizaciones en la mayoría de los casos.

15
Puede pensarse que este tratamiento es restringido, porque desconoce los cambios
culturales que operaron, como así también los comportamientos de las elites, determinando
un mayor interés en la política. Esto explicaría que la protesta de las clases medias, es
contra un régimen que ponía restricciones a la participación en el control de las decisiones
políticas, particularmente las que involucraban su autosatisfacción. Fue, en suma, una
revuelta contra la manipulación de las elites, más que una revolución participativa.
(Jenkins)
También es menester apreciar otros rasgos relevantes del tema a la luz por ejemplo, de
los movimientos estudiantiles y los pacifistas ya que tuvieron la capacidad de movilizar
equipos transitorios a través de la cooptación de medios de comunicación. También los
movimientos por los derechos del bienestar social, el de los granjeros, el de mujeres,
iniciados por empresarios y empresarias políticas, dependían bastante de recursos
institucionales, además de los relacionados con el medio ambiente, los derechos de los
consumidores y cuestiones de interés general del análisis de (Mc Carthy y Zald; Mc
Farland, 1976; Berry,1977; Handler,1978; Weisbrod y Komesar, 1978).
Igualmente hay que considerar en este diagnóstico histórico de los Movimientos
Sociales, que muchos procesos fueron encapsulados o convertidos en instrumentos de
control social, disipando los reclamos radicales e implementado propuestas tendientes a
lograr mejoras a través de un gran despliegue de recursos.
Pero la pregunta sigue abierta, ya que si los beneficiarios directos han sido los que más
han contribuído a los recientes movimientos sociales, ¿ cómo han sido movilizados?. Si se
piensa en la Teoría de la Acción Colectiva de Mancur Olson (1968), la discusión al
respecto pasa por cuál es la utilidad de la movilización; ya que los individuos racionales
con intereses propios no contribuyen a la consecución de bienes colectivos ( beneficios no
divisibles por ejemplo). La movilización tiene lugar, si se ofrecen beneficios individuales
particulares y divisibles, ya sea que los actores conformen un grupo muy pequeño o
privilegiado por alguna razón. Son variadas las críticas que se hacen a este encuadre, una es
la de la Teoría de la Movilización por el Subproducto, que reconoce los incentivos
selectivos como motivantes de la acción de los empresarios políticos ante oportunidades
profesionales y que ofrecen a la vez incentivos selectivos a otros actores por su
participación, con lo cual se alimenta la movilización y la acción colectiva, Salisbury,
(1969)Oppenheimer y Young, (1971) Oberschall (1973). Los estudios basados en este
enfoque, dan cuenta de la participación de los actores motivados por el exclusivo interés
moral en el bien colectivo. Pero la argumentación principal en torno a esta hipótesis es que
nadie contribuye al alcance de bienes colectivos sin que medien incentivos selectivos, pero
coinciden en que los cambios en los recursos personales, los niveles de amortización y la

16
experiencia previa, no aparecen como poco incidentes en los niveles de contribución.
Finalmente este esquema explica la continuidad de los movimientos a partir de programas
de incentivos colectivos como la solidaridad del grupo y el compromiso con una causa
moral.
Cabe agregar que el análisis advierte que la solidaridad del grupo y los incentivos
expresivos son de carácter colectivo en tanto que entrañan la fusión de intereses personales
y grupales y se promueven a partir del grado organizativo preexistente, identidades bien
diferenciadas y redes interpersonales densas, factores todos propicios para la movilización.
Además, la captación diferencial de los organizadores de los movimientos que se apoyan
en la apelación de símbolos culturales de la población a que se dirige, tiene más éxito que
los que se orientan a incidir en las ideologías abstractas.
Al revisar la historia del movimiento estudiantil, se detecta que éste estuvo en general
constituido por personas que provenían de un ámbito socioeconómico comparativamente
privilegiado y más activos en organizaciones políticas, por lo cual estuvieron más
comprometidos con el cambio social que las personas posteriormente captadas Lipset
(1971), Wood (1974); en tanto que los sectores sociales más desfavorecidos respondieron a
incentivos selectivos y a la solidaridad colectiva (Wilson ,1973).
Sigue no obstante abierta la pregunta por cuál es el patrón organizativo de los
movimientos y en ese sentido distingue el modelo burocrático centralizado (Gamson, 1975)
(Mc Carthy y Zald 1973,1977) y un modelo informal descentralizado (Gerlach y
Hine,1970). El primero de ellos, sostiene que una estructura organizada sobre la división
del trabajo, maximiza la movilización al transformar compromisos difusos en roles
claramente definidos y por tanto el papel de una estructura centralizada con relación a la
toma de decisiones consiste en aumentar la capacidad de intervención inmediata reduciendo
los conflictos internos. La segunda posición defiende una división mínima del trabajo y la
integración de los participantes a través de redes informales y de una ideología de amplio
espectro; esta estructura segmentada y descentralizada optimiza la movilización al generar
lazos interpersonales extensos que promueven solidaridad, refuerzan el compromiso
ideológico, alimentan la experimentación táctica, la competencia entre los subgrupos e
incluso ayuda a la reducción de la vulnerabilidad del grupo con respecto a su eliminación o
cooptación por las autoridades.
Los análisis respecto de esta diferenciación se orientan a marcar que los
movimientos adoptan esas formas organizativas de acuerdo a sus objetivos, así los del
cambio personal tienden a constituir estructuras descentralizadas y reglas de afiliación
exclusivas, mientras que los movimientos del cambio institucional son típicamente
centralizados e inclusivos. Estos analistas (Zald y Ash, 1966), y (Curtis y Zurcher,1974) no

17
se detienen a separar los movimientos sociales con objetivos amplios y las organizaciones
de movimientos sociales definidas por estructuras particulares de organización, sobre todo
si se tiene en cuenta que en un movimiento social, pueden converger diversas
organizaciones sociales. Al respecto se puede asegurar que el estudio más amplio que se
haya hecho sobre la organización de los movimientos ha sido el análisis de la
modernización de la acción colectiva que se ocupa de diferenciar entre la organización
comunitaria y la asociativa. (Charles Tilly,1978).En esa línea, se observa que los
movimientos comunitarios de estructura informal se incorporaron a las organizaciones
centralizadas y formalmente estructuradas en tiempos de desarrollo social, particularmente
a partir de la expansión capitalista y el surgimiento de los Estados nacionales, que
erosionaron los pequeños grupos de solidaridad, obligando a los demandantes a actuar en
el marco de un escenario más amplio, el de la política nacional, donde imperaban las
grandes masas y la burocracia, ayudado esto por el auge de la comunicación masiva y la
urbanización, la institucionalización de la democracia liberal y la participación electoral
amplia.
Se trata de estructuras descentralizadas que una vez apagada la posibilidad
revolucionaria, mantuvieron los modos organizativos intactos y apelaron a la viabilidad de
cambios institucionales y en el mejor de los casos consideraban que los movimientos ( el
de mujeres y el estudiantil por ejemplo) podrían a través de programas de cambio personal,
la concientización de sus reivindicaciones y la prestación de servicios, anticipar la
revolución. Pero no obstante estas aspiraciones, las propias estructuras descentralizadas,
bloquearon incluso el cambio institucional. Pero esto no significa, como creen Weber y
Michels, que el fin de estos movimientos sea la burocratización, sino que puede ocurrir
como en el movimiento de mujeres o de derechos civiles, un proceso de ampliación y
diversificación de sus estrategias e intereses, que incluye tácticas de contención de sus
miembros, de financiación y de formación de activistas.
Por otra parte, los estudios de Zald y Ash, revelan que las estructuras burocráticas
pueden ofrecer funcionalidad con relación a ciertos objetivos de cambio institucional, que
no tienen la misma significación con respecto a la movilización con participación de bases.
Las estructuras descentralizadas por el contrario acentúan experiencias de cambio personal,
con lo cual cohesionan la participación de bases.
Sin embargo, hubo experiencias como el movimiento pacifista ante la guerra de
Vietnan y el de oposición a la guerra nuclear, en los cuales la organización descentralizada
no ha tenido la eficacia esperada o han sido integrados al sistema dominante ya sea porque
así lo demandaban o porque internalizaron recursos institucionales.

18
Pero también ocurre que pueden coincidir en torno a principios ideológicos y
objetivos de acción diversos movimientos de organización descentralizada, pero que logran
capitalizar ventajas concernientes a la centralización, (Mc Adam, 1982).
Las teorías sobre los efectos de los movimientos sociales han sido formuladas
tradicionalmente como sistemas cerrados, que cumplen un ciclo que concluye en un
colapso o en una salida institucional ( Hopper, 1950-Lang y Lang,1961). Pero para el
modelo de la movilización de recursos se conciben como sistemas abiertos que se inscriben
en un contexto político más amplio, que comprenden objetivos de otras organizaciones o
movimientos y que explican los niveles de apoyo o de control social de los mismos, según
la estructura de los regímenes y la dimensión de las crisis sociales que a su vez generan
crisis en esos regímenes. Un estudio de Gamson sobre movimientos sociales, ha analizado
dos dimensiones constitutivas de los mismos: los objetivos fijados por su organización y el
reconocimiento formal del oponente de la misma a ella en cuanto organización. Los
resultados de estos movimientos son clasificados en cuatro categorías: éxito completo,
cooptación (aceptación sin beneficios), apropiación (beneficios sin aceptación) y fracaso.
En este enfoque las organizaciones de movimientos tienen estructuras burocráticas,
emplean incentivos selectivos, cuentan con apoyo financiero, utilizan métodos de
desobediencia civil violenta o pacífica en tiempos de crisis sociopolíticas.
Mientras que las estructuras cooptadas tienen una afiliación más amplia y formalizada y
plantean sus demandas en tiempos de guerra, las organizaciones apropiadas son pequeñas,
de control centralizado y menos activas en tiempos de crisis. Este análisis aunque ha sido
constatado por estudios posteriores, es cuestionado por otras perspectivas para las cuales,
las organizaciones y las estrategias son irrelevantes cuando los objetivos se centran en
términos de desplazamiento o no-desplazamiento de los adversarios y de crisis o no crisis
del contexto político. Las organizaciones que no pretenden desplazar a su antagonista
tienen éxito en momentos de crisis, lo cual indica que no poseen control sobre su
efectividad. (Goldstone, 1980)
Por otra parte, se considera que los análisis sobre nuevos movimientos sociales, no
pueden explicarse con las categorías de la sociología clásica: clase, etnia, género, sino
como procesos que actúan bajo lógicas complejas y que en la protesta toman
configuraciones diversas e incluyen entre sus objetivos desde confrontaciones con el
Estado hasta reivindicaciones de orden cultural y simbólico. (Johnston, Laraña y
Gusfield)6_ÿ

66 en Identidades, ideologías y vida cotidiana en los nuevos movimientos sociales- Rugters University Press-
1992

19
Desde ésta posición, se advierte que tampoco tienen relación clara con los roles
estructurales de sus seguidores y trascienden a la estructura de clases, estratos sociales
difusos (edad, género, profesión, orientación sexual). Además, los caracteres ideológicos de
los actores en cuestión, que contrastan notablemente con los del movimiento obrero y en
ese sentido no coinciden con la concepción marxista de la ideología como elemento
unificador y totalizante de la acción colectiva, por el contrario consideran que su condición
fundamental es la expansión de la sociedad civil frente al Estado y la democratización de la
vida cotidiana.
Finalmente distinguen estos teóricos que la organización de los Nuevos
Movimientos Sociales tiende a ser difusa y descentralizada al emplear tácticas de
movilización radicales, de resistencia y perturbación en el funcionamiento de las
instituciones (no-violencia, desobediencia civil) y no obstante expresan la crisis de
credibilidad en los cauces democráticos de participación. Pero esa relación se expresa en
tanto son nuevos aspectos de la identidad de los sujetos en términos de epifenómeno de
clases y los subsume al mismo.
De modo que por movilización podemos entender la capacidad de exteriorizar los
niveles de conflictividad o desagrado que los colectivos poseen ante un estado de cosas y
con relación a ello, las modalidades de la acción que se articulan en términos de demandas.
Importa a la noción de movilización, no solo la traducción en acción que el conflicto
plantea a los sujetos, sino la conversión de los individuos en demandantes, que esas
acciones producen e implica también el reconocimiento del potencial transformador o
conservador de las condiciones sociales, que esas acciones pretenden alcanzar.
Entonces, un movimiento social puede entenderse como un proceso complejo cuyas
modalidades de organización, formulación de objetivos, espacios de expresión,
conflictividad con el mundo social o una región de él, incentivos a la acción, papel de sus
líderes, cohesión del grupo, duración e institucionalización del mismo, deben tomarse una a
una y analizarse en términos de una lógica que promueve nuevas configuraciones a la
sociedad y que abre nuevos problemas en torno a la idea de sujeto en clave de acción
política.

1.3 La propuesta melucciana: un aporte abarcador

De acuerdo a este rápido recorrido por las posturas de la sociología actual, cabe
referir cuál es el aporte que hace Alberto Melucci al ocuparse del problema (7).

20
Entendemos que con su Teoría sobre Nuevos Movimientos Sociales, construye un núcleo
de análisis sobre aspectos que en general aparecen poco desarrollados en el abordaje del
problema. Se ocupa de describir la relación entre tres componentes de la acción colectiva,
la que está a la base de todo movimiento social, cuál es el vínculo entre fines, medios y
espacios donde transcurre la acción.
En segundo lugar, trabaja la problemática de la interacción comunicativa que media
entre los sujetos en forma de lazos solidarios y principios organizativos, que toman
orientaciones diversas en los momentos de la decisión y los acuerdos para asegurar la
eficacia de la acción.
En tercer lugar, el autor se dedica a reconocer el papel de las inversiones emocionales
en las trayectorias que recorre la constitución del movimiento.
Estos tres elementos permiten construir un cuadro de caracteres en los que se localizan los
roles de los recursos cognitivos y relacionales de los sujetos en términos de su aporte a la
configuración de la identidad colectiva.
Advertimos en el recorrido antes efectuado, que en general el tratamiento de los
nuevos movimientos sociales, subraya el papel de los determinantes estructurales del
conflicto, mientras que con Melucci8 adquiere una especial preocupación la pregunta por el
lugar de los sujetos, bajo la forma de “experiencias previas” y su contacto con las
condiciones que desencadenan la acción colectiva que nutre a un movimiento social, en los
que bajo la forma de “red de conflictos” se contienen las situaciones estructurales y
emergentes, que al intersectarse, posibilitan la respuesta colectiva a través de formas
diversas de la protesta. A diferencia de la teoría sobre el Comportamiento Colectivo, el
planteo melucciano, quiebra la orientación a la explicación causal de la acción como
agregado de voluntades que actúan y la centra en una óptica comprensivista que permite
incluso dimensionar las consecuencias de dicha acción colectiva en otros grupos y en los
contextos en que transcurre el proceso de movilización y protesta.
La óptica de Melucci, nos interesa también como marco para esta tesis, debido a que
alumbra la reflexión sobre la diferencia y proximidad entre los procesos denominados
movimientos sociales y los movimientos de protesta anteriores a los años setenta en que los
componentes, objetivos y alcances de estos movimientos ofrecen otras cualidades. Se ocupa
de comparar “el viejo y nuevo paradigma político”, tomando como frontera histórica la
segunda posguerra y como problemas a abordar, cuatro ejes: valores, temas, actores,
prácticas institucionales.
Con relación a lo indicado, este enfoque, ve en la agenda política desde los años
cincuenta hasta inicios de los años setenta, como prioridad, el crecimiento económico, la
seguridad y la distribución todo lo cual conforma el modelo organizacional de las llamadas

21
sociedades complejas incentivó la iniciativa privada para la economía de mercado a punto
de institucionalizarse su funcionamiento, argumentando su necesidad y eficacia pero con
ello trajo aparejado, el mercado en términos de condición para la distribución y la seguridad
social a través de los trabajadores organizados, cuestión esta que explica su alejamiento de
proyectos tendientes a la transformación radical de la sociedad y su inserción en el sistema
de ganancias ofrecido por el empresariado. Se trata de un esquema sostenido en un
principio de tolerancia entre el capitalismo y las demandas de las organizaciones de los
trabajadores. En ese marco, se cuestiona la función del Estado de Bienestar, con lo cual se
introduce otra arista de la relación entre ciudadanía y poder político institucional, distinción
que nos interesa como supuesto previo para el estudio a que nos abocaremos, ya que
identifica sus funciones como amplias, dirigidas a administrar el orden social y económico
mediante un acuerdo legitimado jurídica e internacionalmente y difícilmente impugnado
por las fuerzas políticas existentes, ya sean de derecha o izquierda. Sin embargo, la lógica
de los nuevos movimientos sociales, se erige como interpelación de esas funciones con lo
que abre interrogantes novedosos en torno a la relación entre política y acción social.
Puede entenderse en este sentido que el problema de la identidad gira alrededor de la
reconsideración por los individuos de los valores con que su yo social se articuló en el
marco de la modernidad. En consecuencia compromete la discusión sobre qué valores les
impugna a esa modernidad y cuáles elige en la nueva experiencia social que vivencian a
través de los movimientos en que se insertan los individuos.
Es decir, con Melucci el recorrido analítico y reflexivo sobre los
movimientos sociales, abarca tanto la pregunta por sus constitutivos, como el
cuestionamiento a la noción de lo político y su relación con la modernidad y alcanza a la
importancia de pensar el carácter transformativo de la sociedad que puede tener la dirección
de estos movimientos en cuestión. Además en esta línea de análisis, encontramos una
oportunidad para la reflexión sobre el papel de la política en la percepción de los actores
contemporáneos y en consecuencia una rediscusión sobre la relación entre la sociedad y las
instituciones que la atraviesan, particularmente el Estado. En este sentido, es posible definir
un movimiento social en torno a la relación entre la sociedad civil y la sociedad política, sin
la pretensión de un enfoque dualista sino diseñando un dispositivo conceptual que permite
abordar la complejidad de metas, medios y actores con que se conforman los nuevos
escenarios sociales.
Desarrollamos por lo expuesto en el capítulo que sigue, los ejes del
análisis melucciano sobre nuevos movimientos sociales, asumiendo que por tratarse de un
enfoque cosntructivista del objeto de estudio, los ingredientes del caso que nos interesa, son
construidos por el observador y teniendo en cuenta que el valor de la teorización sobre el

22
problema, radica en mirarlo como un proceso complejo al cual no le cabe la pretensión de
tipificarlo taxativamente en torno a las caracterizaciones que su autor señala, sino el
interés por dar cuenta de las supuestas relaciones que prefiere reconocer en el problema.

Capítulo 2:

El Proceso Marchas del Silencio en la lógica


de los movimientos sociales

Ante la pregunta por la lógica de los nuevos movimientos sociales, su perfil y


consistencia a través del transcurso del tiempo y su actuación, Alberto Melucci responde
planteando la necesidad de abordar su tratamiento a la luz de tres fenómenos diferenciados,
en el marco del análisis de la teoría del comportamiento político colectivo:
El aumento de ideologías y de actitudes participativas, que impulsa a la gente a
servirse de los denominados derechos democráticos cada vez más
El uso creciente de formas no-institucionales o no convencionales, protestas,
manifestaciones, huelgas
Exigencias y conflictos políticos en torno a cuestiones que se consideraban
tradicionalmente de tipo moral ( el aborto por ejemplo) o económico ( el trabajo por
ejemplo)
Trabajaremos en la dirección de reconocer las nociones que, ligadas a las tres
diferenciaciones antes enunciadas, permiten ubicar a las Marchas del Silencio como
proceso que responde a la lógica de los denominados nuevos movimientos sociales, en la
que se inscribe un caso de acción colectiva en Catamarca: la protesta encarnada por el
grupo COPE.
Las denominadas Marchas del Silencio empiezan a realizarse en la ciudad de
Catamarca a los pocos días de conocido el crimen de una adolescente estudiante de un
colegio religioso, María Soledad Morales, bajo la consigna de “justicia y esclarecimiento
del crimen”. Su cadáver, había aparecido desfigurado en los márgenes de la capital
catamarqueña, a pocas cuadras de su domicilio. El hecho y los informes policiales a cerca
de su violación y asesinato, provocaron indignación generalizada en la comunidad
catamarqueña.
En la primera Marcha, organizada por las compañeras de la joven, se advierten
carteles con leyendas dirigidas al juez que instruye la causa y expresiones de dolor por la
muerte de la joven. Son estudiantes de distintas escuelas los que mayoritariamente se dan

23
cita al reclamo y lo hacen bajo la clara consigna de caminar en silencio durante varias
cuadras hasta llegar a la plaza central de la ciudad. Tiempo después se supo que fue por
expresa recomendación de la rectora del colegio debido a que ella no acordaba con la
iniciativa de las estudiantes.

Las relaciones entre la ciudadanía y el Estado, presentan innovaciones


comunicacionales que ponen en cuestión no sólo los modos de vinculación con él, sino su
propia legitimidad como actor político, aún cuando ésta ciudadanía acepte la vigencia de
los modos tradicionales de comunicación institucional, esto es, el parlamentarismo o el
electoralismo. El papel de la ciudadanía entonces se traduce en el contralor de las elites que
encarnan estos modelos políticos, los cuales a su vez tienen cada vez más incidencia en la
vida colectiva, experiencia que recurre frecuentemente a prácticas consideradas
cuestionables en relación con el orden institucional de la política. (Melucci)
Los sectores del espectro político partidario, particularmente la izquierda y la
militancia de derechos humanos, se pronuncian a través de un análisis que vincula el
crimen de la joven Morales a la problemática que vive el país, de impunidad
generalizada. Mientras que los sectores de la iglesia y algunos medios de comunicación,
editorializan el hecho, como resultado de “una sociedad enferma”. Desde la comunidad
educativa del Colegio a que asistía la joven Morales, sus autoridades, apelan a la
responsabilidad moral de todos los padres catamarqueños para preocuparse por este
suceso y a referencias sobre la misión de los cristianos de velar por la paz social y la
justicia.
El proyecto en que se sostienen las llamadas sociedades complejas enraíza en la
certeza de que hay una crisis en la autonomía y autoridad de las esferas no-políticas, es
decir, de la estética, la ciencia, la religión, la institución familiar, frente a lo cual, lo político
debe ofrecer recursos y reglas que operen como principios reguladores. Este modelo, al
menos para el neoconservadurismo, tiene una doble consecuencia, por una parte, un avance
del Estado en cuestiones que le eran ajenas en términos de intervención y a la vez una
invasión de la esfera no-política de la que tradicionalmente se derivaban pautas
generalmente incuestionables. La expansión de las funciones del Estado en este sentido
degrada su principio de autoridad ya que debe tomar decisiones de obligado cumplimiento.
La autoridad entonces en este contexto, es vulnerable, o se hunde en una dimensión no-
política o toma nuevas formas de legitimación(Melucci)
A un mes del crimen, la comunidad catamarqueña irrumpe en las páginas de los
diarios, a través de diversos comunicados expresando sus apreciaciones sobre el
asesinato y señalando que lo ocurrido se relaciona con otros hechos que se fundan en la

24
crisis moral, espiritual y social, de la provincia. También las Marchas del Silencio van
incrementando el caudal de asistentes, que desde la segunda convocatoria, son
encabezadas, por los padres de la estudiante y la rectora del colegio.
El proyecto neoconservador intenta justificar con argumentaciones no-políticas, el
orden y la estabilidad y sitúa en el terreno de lo no-inherente a la política, aquellas áreas
de interés social donde la autoridad pública no puede interferir: la familia, el mercado, la
ciencia. Sin embargo aunque opuestos los análisis, entre el neoconservadurismo y los
enfoques de los nuevos movimientos sociales, hay una coincidencia: los problemas de la
sociedad industrializada no pueden ya resolverse mediante una concepción estatista, una
respuesta integradora a los conflictos y contradicciones, y con una agenda extensa en el
haber de las autoridades burocráticas.
La resolución de este supuesto, tiene direcciones ciertamente distintas. Mientras el
neoconservadurismo aspira a restaurar los fundamentos no-políticos, no contingentes e
incuestionables de la sociedad (familia, mercado, ética del trabajo, verdad científica) a
fin de restringir la esfera de ocupación del Estado, los nuevos movimientos sociales,
buscan politizar las instituciones de la sociedad civil a través de las instituciones de la
comunidad política (representativa - burocrática). Se trata en este último caso, de una
resignificacion de los ámbitos de desenvolvimiento de la vida civil, que adquieren
carácter de espacio intermedio entre lo privado y lo institucional público.
Los argumentos que se esgrimen una vez difundidos los rumores sobre la posible
vinculación de personas allegadas al poder político local con la muerte de la joven
Morales, son de fuerte cuestionamiento al gobierno y su responsabilidad en acelerar la
investigación policial, el que pocas semanas después también empieza a ponerse bajo
sospecha a través de diversas declaraciones de algunas figuras que aparecen en la escena
del reclamo de justicia: un legislador del partido gobernante, la propia religiosa que
dirige el colegio del Carmen y la familia Morales. Mientras tanto se advierten actitudes
defensivas desde las esferas del gobierno, a través de veladas acusaciones hacia los que
emiten estas sospechas, quiénes al mismo tiempo denuncian presiones recibidas desde
el ámbito policial a fin de que sean suspendidas las Marchas del Silencio.
Hacia mediados de Noviembre, las Marchas cobran cada vez mayor asistencia y con
ello crecen las acusaciones del gobierno a sus líderes, quiénes denuncian también el
intento del gobierno de convertir a uno de los sospechosos detenidos en “chivo
expiatorio”. En ese contexto, la figura de la religiosa Pelloni, adquiere relevancia, lo cual
se advierte en el interés de distintos sectores preocupados en el esclarecimiento del
crimen por ofrecerle información sobre aspectos vinculados al mismo.

25
Por entonces las Marchas concluían frente al atrio de la catedral basílica, una vez
recorridas las calles del centro de la ciudad en absoluto silencio, sin carteles ni cánticos,
en respuesta a las expresas indicaciones de la denominada Comisión de Padres del
Colegio del Carmen que a esa altura de los acontecimientos tenía el papel central en la
organización de la movilización de los días jueves. Cada movilización concluía siempre
con alocuciones religiosas y lecturas recordatorias de María Soledad. y con expresiones
como “caiga justicia divina sobre los culpables” por parte de las compañeras de la
víctima o “Catamarca, no tengas miedo” por parte de la religiosa Pelloni.
La nueva política se encarna en el movimiento estudiantil, el feminismo, las
demandas de liberación sexual, las luchas ecológicas, la movilización de consumidores, y
usuarios, de minorías étnicas y lingüísticas, los movimientos de comunidad y contracultura,
las luchas por cuestiones de salud y fundamentalmente los movimientos en defensa de la
paz (Melucci, 1981). Se trata de asuntos que se politizan bajo códigos que exceden la
comprensión de la teoría política liberal, para la cual las acciones sociales se reducen a
“privadas” o públicas”. Para estos movimientos sus acciones precisamente no son ni
privadas, en el sentido de que no afectan el interés colectivo, ni públicas en el sentido de
que no pertenecen a la esfera institucional pública o a la política oficial. Pero sí son efecto
secundario de las actuaciones privadas o públicas, que se resuelven por una vía extra-
institucional, es un ejercicio de política no-institucional, no contemplada en la política
liberal ni el Estado de Bienestar.
Algunos nuevos movimientos sociales exigen ser reconocidos como actores
políticos por la comunidad amplia, aún cuando sus modos de acción no sean legitimados
por las instituciones sociales vigentes, y promueven objetivos cuya resolución consideran
de interés colectivo.
Pueden considerarse susceptibles de este enfoque, cuatro movimientos
representativos de la caracterización de nuevos movimientos sociales, dada su importancia
numérica y su impacto político en la sociedad: el ecologista, que reclama no sólo por el
hábitat natural sino por los espacios urbanos; el de defensa de los derechos humanos, en
reclamo de la libertad ( sexual religiosa, cultural, etc.), la vida, la identidad; el pacifista, en
defensa de la paz, contra el armamentismo, y los que promueven “formas alternativas” de
producción y consumo de bienes y servicios. Para ello, conviene apreciarlos alrededor de
cuatro aspectos: contenidos, valores, formas de acción y actores. Los contenidos
preponderantes de estos movimientos son el interés por un espacio físico o significativo
para la vida: el cuerpo, la salud, la identidad, la ciudad, la etnia, etc. Se trata de aspectos
derivados de un conjunto de valores, que no siendo nuevos, cobran notable relevancia en
estos grupos, de los cuales los centrales son la autonomía y la identidad, que se

26
corresponden con los principios organizativos de descentralización, autogobierno y
autodependencia, por oposición a la manipulación, el control, la dependencia, la regulación,
la burocracia. En general las descripciones comparativas entre los viejos y nuevos valores,
se hacen teniendo en cuenta los niveles de preocupación por la escasez o la alienación, por
lo cuantitativo o lo cualitativo, por los intereses o la identidad, por tener o por ser, etc.
En una primera instancia podemos ubicar a las Marchas del Silencio en el primero
de los tipos, es decir, en el de defensa de los derechos humanos, ya que el reclamo central
alrededor de las movilizaciones semanales de la comunidad catamarqueña se articulaba a
consignas como “defensa de la vida”, “defensa de la dignidad”.

Este análisis, se hace respecto de los modos de acción, que se expresan a través de dos
variantes: como articulación de acciones individuales tendientes a conformar un colectivo
(“modo interno de actuar”) y como métodos orientados al mundo externo y sus opositores
políticos (“modos externos de acción”). El primer tópico se vincula con una modalidad
informal para constituir el colectivo, ad hoc, igualitaria, sensible al entorno, desdeñando
mecanismos tradicionales de organización (verticalistas u horizontalistas). Presentan como
rasgos propios, la tendencia a la desdiferenciación, desdibujándose la diferencia entre los
roles privados y públicos, entre el comportamiento instrumental y expresivo, entre la
comunidad y la organización, entre los líderes y los liderados.
Con la presencia del matrimonio Morales y la rectora del colegio en cada Marcha del
Silencio, se plantearon las condiciones para que se aglutinaran otros sectores de la
comunidad que hasta entonces habían permanecido si no indiferentes, desmovilizados ante
la convocatoria de los días jueves. Lo que podría haber constituído un asunto íntimo, de
familia, se estaba convirtiendo en cuestión de interés colectivo debido a las características
que sobre el desenvolvimiento del caso judicial se estaba haciendo público a través de las
figuras ya mencionadas.

En cuanto a las expresiones de la acción, los nuevos movimientos, se distinguen por su


capacidad movilizadora de masas, utilizando métodos legales por lo general, aunque no-
convencionales, para llamar la atención de la opinión pública. Recurren a enunciados de
carácter negativo por lo general para informar sus reclamos y protestas, tales como “cierre,”
“en ningún lugar”, ”nadie”, “prohibición”, etc. y sus tácticas y movilizaciones muestran que
el grupo se autoconcibe como ad hoc y en general monotemático, a la vez que tolerante con
la diversidad de creencias e ideologías de sus miembros. Consideran a sus reclamos
innegociables y con relación a las estructuras tradicionales de la política, reivindican este
principio como una virtud.

27
Para comprender en qué consisten las notas distintivas de los movimientos sociales de
las llamadas sociedades complejas cabe emplear las nociones de “viejo” y “ nuevo”
paradigma. El “viejo paradigma” funciona en torno al Estado de Bienestar democrático-
liberal y supone el sometimiento de la acción social a un análisis antinómico (público-
privado). Mientras que el “nuevo paradigma” lo hace a partir de tres distinciones: la acción
privada que se opone a la política no-institucional y ésta a la política institucional. Es un
postulado clave la reivindicación de la acción política en el seno de la sociedad civil, como
modo de cuestionamiento a las prácticas de la política institucional, pública o privada.
Por otra parte, es posible reconocer una relación causal entre ” el viejo” y “el
nuevo” paradigma y aceptable ubicar bajo la primera categoría a la estructura social
integrada por grupos de relativa duración e identidad (según clase, status, cultura, etc.) y
bajo la segunda, a estructuras en las que sus miembros tienen permanencia inestable, a la
vez que mayor nivel de individuación y diferenciación
En este marco se inscribe la noción de acción colectiva entendida como la
"resultante de metas, recursos y límites" que ponen en juego los actores sociales y el
"producto de orientaciones de la acción común en el marco de un campo de oportunidades
y restricciones" (Scribano). Una noción que sólo se entiende bajo la noción de “ redes de
conflicto”, las que están constituidas por una serie de conflictos - entendidos como la lucha
de dos o más actores por la apropiación de recursos materiales o simbólicos- que se
articulan como trasfondo de la protesta de la acción colectiva Marcha del Silencio y operan
en el tiempo reconvirtiendo las posiciones de los actores y el sentido de sus acciones.
Implica distinguir las redes de conflicto subyacentes en los campos políticos - conflictos
institucionales, conflictos de legitimación -, económico, social y simbólico. (Fígari, 1998)
El 24 de Septiembre del año en cuestión, se empiezan a organizar Marchas del Silencio
en departamentos vecinos, mientras en la capital sigue incrementándose la concurrencia. El
ministro de gobierno formula severas declaraciones contra los convocantes de las Marchas,
afirmando de “se obstaculiza el trabajo de la justicia” ante lo cual Marta Pelloni responde
que “ las Marchas y el reclamo de justicia no son de un grupo sino el grito de todo un
pueblo que reclama justicia más rápida y efectiva”.

Los actores de los movimientos sociales no se reconocen bajo categorías políticas


clásicas, ideológicas o socioeconómicas, tales como de izquierda o derecha, obreros o
burgueses, urbanos o rurales, sino que apelan a nociones más vinculadas a los objetivos
globales del movimiento, tales como sexo, edad, etc.
A principios de Octubre, Marta Pelloni, admite ante el periodismo de todo el país, que
ya estaba en la provincia cubriendo el caso, que las Marchas del Silencio son políticas,

28
pero esgrime que su sentido no se relaciona con intereses partidarios. Una postura que es
reiterada permanentemente por la denominada Comisión de Padres que apela a la capacidad
de “ el pueblo de Catamarca para marchar por verdad y justicia” y se deslinda de la figura
del legislador Marcolli, quien ocupa todas las primeras planas de los medios de prensa con
sus denuncias sindicando a personas relacionadas con el gobierno, como responsables del
crimen y el encubrimiento.
Durante la sexta Marcha se escuchan expresiones relacionadas con la necesidad de
terminar “ con el facilismo, la lujuria y el egoísmo”, instando a ”luchar por una Catamarca
mejor, sin miedos ni prejuicios”

Sin embargo, esto no implica un vaciamiento de la procedencia ideológica o


socioeconómica de los sujetos, sino que por el contrario, estos movimientos se conforman
por lo general con miembros que provienen de tres segmentos sociales diferenciados:
a) la nueva clase media, que comprende los profesionales (dedicados a servicios humanos)
y empleados del sector público
b) elementos de la vieja clase media (industriales,
c) un sector formado por personas que no integran el mercado de trabajo o que están al
margen de él (desocupados, estudiantes, amas de casa, etc.).

Hacia el mes de Octubre, mientras los medios de comunicación dan cuenta de la


diversidad de sectores sociales que asisten semanalmente a la movilización, las
contradicciones del gobierno catamarqueño, se traducen en presiones a empleados
públicos que participan de las Marchas y a la comisión de padres que las organiza, según
revelan publicaciones del momento.

Para comprender en qué consisten las notas distintivas de los movimientos sociales de
las llamadas sociedades complejas cabe emplear las nociones de “viejo” y “ nuevo”
paradigma. El “viejo paradigma” funciona en torno al Estado de Bienestar democrático-
liberal y supone el sometimiento de la acción social a un análisis antinómico (público-
privado). Mientras que el “nuevo paradigma” lo hace a partir de tres distinciones: la acción
privada que se opone a la política no-institucional y ésta a la política institucional. Es un
postulado clave la reivindicación de la acción política en el seno de la sociedad civil, como
modo de cuestionamiento a las prácticas de la política institucional, pública o privada.
Por otra parte, es posible reconocer una relación causal entre ” el viejo” y “el
nuevo” paradigma y aceptable ubicar bajo la primera categoría a la estructura social
integrada por grupos de relativa duración e identidad (según clase, status, cultura, etc.) y

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bajo la segunda, a estructuras en las que sus miembros tienen permanencia inestable, a la
vez que mayor nivel de individuación y diferenciación
En este marco se inscribe la noción de acción colectiva entendida como la
"resultante de metas, recursos y límites" que ponen en juego los actores sociales y el
"producto de orientaciones de la acción común en el marco de un campo de oportunidades
y restricciones" (Scribano). Una noción que sólo se entiende bajo la noción de “ redes de
conflicto”, las que están constituidas por una serie de conflictos - entendidos como la lucha
de dos o más actores por la apropiación de recursos materiales o simbólicos- que se
articulan como trasfondo de la protesta de la acción colectiva Marcha del Silencio y operan
en el tiempo reconvirtiendo las posiciones de los actores y el sentido de sus acciones.
Implica distinguir las redes de conflicto subyacentes en los campos políticos - conflictos
institucionales, conflictos de legitimación -, económico, social y simbólico. (Fígari, 1998)
La protesta, es el desarrollo de la acción colectiva Marchas del Silencio, es decir, la
interconexión de "momentos" que evidencian la relación entre episodios, manifestaciones y
expresiones que involucran a la Comisión Pro - Esclarecimiento (COPE). Los episodios del
conflicto son las acciones donde se produce la lucha por las valoraciones e intereses en
juego reorientando la red conflictual. En los episodios los agentes extienden o restringen las
áreas de interés afectadas, recomponen alianzas, etc. Los episodios se caracterizan por dejar
una "marca" en la orientación del conflicto. Implica reconocer el surgimiento y el juego de
los actores en la protesta. Las expresiones del conflicto, en tanto, son los resultados de los
episodios que concentran públicamente las acciones de los contendientes. (Fígari)
Las manifestaciones por su parte, son acciones colectivas que surgen de la
redefinición del espacio público de las expresiones del conflicto (Scribano)

Se pueden distinguir los conflictos-marco o antecedentes que implicaron las


condiciones inmediatas de surgimiento de la acción colectiva y en el que se hallaban
involucrados diversos actores del proceso Marchas del Silencio y con ello reconocer las
redes de conflicto subyacentes en los campos: político (conflictos institucionales, conflictos
de legitimación y de representatividad), económico, y simbólico. Pero nos parece pertinente
reformular esta delimitación ya que los conflictos entre el gobierno y los sectores
movilizados a partir del “ajuste en el Estado provincial catamarqueño” se expresan en
términos de cuestionamiento al proyecto económico vigente en el país y en estrecha
relación al perfil político-partidario de la conducción del gobierno, desnudándose en los
meses anteriores al crimen de la joven Morales, hechos de corrupción e ilícitos que
cuestionaban seriamente la división de los poderes del Estado, y la transparencia de la

30
gestión pública. (Angaramo y Gallo). Problemática que implicó el cuestionamiento
reiterado de su legitimidad.

El plan de reorganización del Estado público provincial estaba en marcha cuando


ocurre el crimen de la joven Morales. Las cesantías y los retiros voluntarios se constituyen
en la vía que se cobra en ciudadanos que asisten a las Marchas del Silencio, su cuota
necesaria apara justificar el ajuste. En ese contexto “en los meses subsiguientes, en pleno
desarrollo de la movilización, los conflictos laborales se extienden a los trabajadores viales,
los docentes, los empresarios del autotransporte. También en el interior se agravan los
conflictos laborales registrándose incluso, como en el caso de Santa María, movilizaciones
y cortes de ruta”. (Fígari)

El potencial de los nuevos movimientos sociales, se conecta con que en ellos la


política no se concibe como evolución hacia un horizonte más pleno de valores y libertades
ni con la idea de un progreso que obedezca exclusivamente a las instituciones y roles
políticos, sino que se relaciona con una noción práctica, de cuestionamiento a los
beneficios de la modernización. Es un modelo que cree más en la defensa de aquéllos
ámbitos que la modernidad aún no ha vulnerado o que ya ha dañado, que en el alcance de
nuevas utopías.
“Bueno, dar una sola definición de las Marchas del Silencio parece difícil ¿no?. Por
un lado hubo una reacción por un hecho monstruoso, por otro lado ese hecho monstruoso
activó el rechazo que había también a un sistema político, y en tercer lugar hubo intereses
en hacer, de esa…intereses buenos, y otros no tan buenos, en hacer propicia esa ocasión
para el cambio, que sin duda hacía falta en Catamarca…” (B.R. observador externo)

Las Marchas del Silencio se inscriben entonces por una parte en un marco histórico
que estimula un conjunto de demandas de la sociedad civil catamarqueña y que va en
ascenso desde mediados de los años ochenta, en especial frente la definición de la política
económica y las funciones del Estado como su administrador articulándose con protestas
aisladas por reivindicaciones aparentemente sectoriales, en los años noventa. Una etapa de
movilización que toma contornos de alta conflictividad para el gobierno, cuando se
aglutinan distintos sectores sociales alrededor de la exigencia de desmantelamiento de la
impunidad por el crimen. de una adolescente, pero se munen de argumentaciones sobre
condiciones menos coyunturales y terminan por impugnar los destinos de la vida social y
política de la provincia. En este sentido, las marchas silenciosas, se enmarcan en un
repertorio de caracteres sociológicos que combinan prácticas sociales referenciadas con la

31
“vieja política” con evidencias de nuevos aprendizajes colectivos, particularmente con
relación a la lógica de protestas por la falta de justicia, que instala la aparición de los
organismos defensores de derechos humanos después de la última dictadura en el país.
Una dimensión necesaria a nuestro análisis es la perdurabilidad e incidencia de los
nuevos movimientos sociales en el viejo modelo político, a partir de la consideración de la
supervivencia o extinción de éstos y su eficacia.
En primer lugar, la supervivencia consiste en cierta perdurabilidad en el tiempo,
aspecto que dada la informalidad de los NMS es altamente improbable, por lo cual en
general las organizaciones cobran vigencia esporádica en torno a un calendario que
consideran relevantes a sus objetivos, una vez extinguida su presencia permanente en la
escena social
“A casi diez años las marchas para mí siguen significando una suerte de misterio en
cuanto a lo que se podría decir una manifestación social. Digo misterio porque cuando la
vivíamos era una sensación, voy a hablar en mi caso y de alguna otra gente, de realmente
estar protagonizando y poniendo un granito de arena en un momento que era clave. Se
consideraba, mi impresión era que cada uno que asistía a las marchas con distintos intereses
de distintas vertientes y distintas sensaciones o expectativas, tenía la impresión de que era
ese momento o no era más. Tal vez no lo diga entendiendo lo que a mí me pasaba en ese
momento, yo sentía eso. Que si no participábamos en ese momento era dejar pasar esa
oportunidad y después la nada, era o hacerlo ahí o nunca más.
Ahora a diez años, hace diez años, no puedo decir que no sirvieron. Creo que las
marchas fueron por su trascendencia que significó a nivel nacional y toda la simbología que
se fue armando alrededor de ellas es un hecho importantísimo. Pero creo que vale la pena
analizar los distintos intereses, las vertientes, todo lo que se volcó ahí para entender porque
a casi diez años hoy eso esta prácticamente desarticulada, es una suerte de memoria de
resistencia, a diez años ¿no?” (A.D.- observador externo)

El conflicto simbólico aparece una vez iniciado el proceso de las Marchas, donde la
disputa por la dirigencia y dirección del mismo, va esbozándose, en la medida que se
incorporan nuevos actores y con ello nuevos intereses traducidos en aspiraciones a
reformular los objetivos del mismo. Por ello nos parece pertinente abordar el surgimiento
de la COPE en el tópico que sigue. Si bien, no analizamos esta dimensión en términos de
condición estructural previa a la protesta, consideramos que su identificación revela la
latencia de niveles diferenciados de significación sobre todos aquéllos aspectos de la vida
colectiva que cuestionó el proceso mismo de las movilizaciones en Catamarca.

32
Identidad y acción colectiva: la COPE, el nosotros que actúa

Un aspecto central en la discusión sobre movimientos sociales, lo constituye la noción


de identidad en términos de ingrediente de la subjetividad que toma nuevas configuraciones
a través de la acción colectiva. Esta última es para la sociología del comportamiento
colectivo respuesta reactiva a la crisis o desorden del sistema social o fenómeno que ocurre
en la estructura, en tanto afirma que el análisis de la acción colectiva, implica el de la crisis
del viejo orden puesto en cuestión a través de las luchas por la ciudadanía.
Por ello resulta fundamental recorrer algunos interrogantes en torno a la
formulación de una teoría sobre acción colectiva: ¿a través de qué procesos construyen los
actores una acción común? ¿Cómo se produce la unidad entre las distintas partes, niveles y
orientaciones presentes en un fenómeno empírico de acción colectiva? , ¿Cuáles son los
procesos y relaciones a través de los cuales los individuos se implican en la acción
colectiva? (Melucci-1994). Ya señalamos que no hay en la teoría social clásica ni en las
perspectivas psicologistas de la acción una respuesta interesante al respecto
En la acción colectiva los individuos combinan orientaciones, involucran a múltiples
actores y se implican en un sistema de oportunidades y obligaciones, que dan forma a sus
relaciones. En ella, los individuos contribuyen a la formación de un “nosotros “ y ajustan
tres órdenes de orientaciones ( que crean continuamente posibilidades de tensión, es decir
de incentivos para la acción):
La relacionada con los fines de las acciones
La relacionada con los medios
Las que conviven a las relaciones con el ambiente

La hipótesis más fuerte en esta línea de análisis es que los sujetos, expuestos a
cambios y contingencias, tienden a identificarse con aquéllos aspectos que constituyen su
subjetividad, la edad, el sexo, la etnia, la lengua y no con los que les dan un lugar en el
espacio social (profesión, religión, etc.). Son estas incertidumbres y desconciertos del
cambio, los que dan forma a la identidad social y a la vez se convierten en centros de
producción de proyectos políticos y acción colectiva, supuesto que abarca a individuos
pertenecientes tanto a un mismo como a un diferente universo social o témporo-espacial.

Otro actor en la escena: conformación de la COPE

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En Noviembre de 1990 Elías Morales, el padre de la joven asesinada, a través de una
conferencia de prensa convoca a las fuerzas vivas de Catamarca a conformar una comisión
por el esclarecimiento y la justicia del crimen de su hija, ya que considera que las
instituciones abocadas al caso no le garantizan justicia sobre el hecho.
La convocatoria tuvo amplia respuesta: a la primera reunión acudieron distintas
personas e instituciones y se comprometen a mantener las movilizaciones y los objetivos
que estas tenían desde el principio en pos del esclarecimiento y la verdad. Una vez
conformada la comisión afirma que recibirá y reunirá todas las denuncias que aporten al
esclarecimiento del caso a fin de acabar con la sensación generalizada de impunidad y de
impedir que se busque un chivo expiatorio, haciendo aparecer un responsable del crimen a
través de diversas maniobras que recurren a prácticas conocidas como el apremio ilegal y
moral.
La acción colectiva en sentido estricto, está definida por la presencia de una
solidaridad, es decir por un sistema de interrelaciones que liga e identifica a aquéllos que
participan en él y por el reconocimiento de la presencia del conflicto en el sistema social.
Se trata de un entramado en el que se hace visible la crisis de identidad y los nudos
axiológicos en los que se reconoce el sujeto. En algunos fenómenos colectivos puede
emerger: la cooperación mutua, el carácter de agregación, la presencia de un conflicto o de
un consenso, transgredirse los límites de compatibilidad del sistema de relaciones sociales
donde transcurre la acción, o generarse situaciones de adaptación al orden.
”Yo creo que fue una autoconvocatoria de una serie de sectores que incluso nos
reunimos en el hogar del Peregrino, en el salón, y fue multitudinaria, hubo gente de todos
los sectores, políticos, incluso había gente de…. organizaciones de bases eh… en ese
momento muchas organizaciones de bases no había , pero estaban eh…. y muchos
independientes. En ese momento, en nuestro caso, participé yo de la comisión popular,
estaba Luis Fervaris como de la Liga y había gente que era diputado, ya te digo sectores de
los más variados, sectores políticos, sectores independientes y ahí nos conocimos muchas
personas ¿no? …” (M.C, ex miembro de la COPE)
Los individuos a través de la acción colectiva definen en términos cognoscitivos el
terreno de posibilidades y alcances de su obrar a la vez que exploran las formas a través de
las cuales darle sentido al grupo. La acción colectiva no es un fenómeno empírico unitario y
que debe apreciarse su unidad como una resultante de un sistema multipolar, es decir,
como un complejo de acontecimientos producidos por actores cuyos intereses y
orientaciones son diversos.(Melucci)
La Cope anuncia que entre sus propósitos está el de seguir convocando a todos los
sectores de la comunidad catamarqueña a participar de ella a través de sus representantes y

34
a formar subcomisiones en los barrios, el interior y los sindicatos a la par que anuncia que
realizará vigilias frente a la casa de gobierno con modalidades a definir.
Ese “ nosotros” que se constituye a través de la acción colectiva es una
convergencia de perspectivas respecto de los modos de relación que los sujetos tenían
previamente con el ambiente, pero no es de ningún modo el resultado de un acuerdo lineal,
sin tensiones entre ellos, sino una construcción de sentido alcanzada mediante el
aprovechamiento de recursos que el ambiente posibilita u obstaculiza.
Mientras la Comisión de padres del colegio del Carmen insiste que está dispuesta a
orientar a la Cope en sus actividades a fin de que no se desvirtúen los objetivos de las
Marchas, la Cope comunica a través de la prensa en su segunda reunión, que sus objetivos
son fundamentalmente políticos.
De modo que desde la definición de los fines hasta la selección de los medios,
pasando por los códigos relacionales aceptables por el grupo, la tensión a la que aludimos
en la presencia de un conflicto, se resuelve alrededor de negociaciones y acuerdos entre
esta diversidad de subjetividades. Se trata de una intersección de diferencias.
Las primeras asambleas de la COPE daban la palabra a todas las voces que
quisieran pronunciarse contra el crimen. Luego se ensancha la participación hacia el plano
de la propuesta: la gente plantea qué y cómo decir respecto a los acontecimientos que se
sucedían en torno al caso en la provincia, se discute acerca de las implicancias que la
realización de las Marchas produce
Sin embargo, en los nuevos movimientos no hay un soporte organizativo firme, y
por tanto no están presentes factores que facilitan la toma de decisiones y el cumplimiento
de acuerdos. A ello debe sumarse, un pronunciamiento de principios casi inexistente, en
tanto imagen del mundo a partir de la cual tomar posición frente a la posibilidad de
transformación de la sociedad. Si estuviesen estos elementos, sería factible que desarrollen
tácticas y estrategias para el alcance de sus objetivos (alianzas, etc.). Pero para los actores
en cuestión, se trata de un modo de funcionamiento que es coherente con sus demandas
más importantes, ya que consideran que las alianzas o negociaciones, distraen el alcance de
la preocupación última del grupo.(Melucci)
“ Me parece que fue inorgánica, no lo tengo presente. Mis recuerdos son: reuniones
de la COPE en la parroquia del Corazón de María, amplias, asambleas donde estaban
claramente distintos sectores de pensamiento que desde esta visión se analizaba distinto.
Recuerdo por ejemplo al Varón Acuña que representaba a la iglesia cursillista, la iglesia
católica, conservadora, precisamente llevando ese tipo de posiciones; gente desde otro
sector de los partidos políticos, de distintos sectores de izquierda, que podríamos poner por

35
ejemplo por un lado al Varón Acuña y por otro lado a ese otro sector que se contraponía.”.
A. D.( observador externo)
Ahora bien, dado que hay una trama de conflictos latentes, que ha vulnerado
previamente la relación de los sujetos con el espacio público, es posible reconocer que la
necesidad de dar respuestas a esa vulneración es la condición que funda un colectivo
alrededor de preocupaciones, acciones y propósitos comunes. En consecuencia admitimos
que: “La protesta es parte de la acción colectiva pero no la agota. Para comprender mejor el
análisis que nosotros realizamos aquí es importante distinguir entre los componentes de las
condiciones de la acción colectiva y los conflictos que la originan. Como así también,
diferenciar la emergencia y manifestación de los conflictos y los modos de reproducción de
las aludidas condiciones. En este sentido, se acepta que las acciones colectivas involucran
momentos de latencia y de manifestación, haciendo referencia esto a su potencial o
manifiesta visibilidad como resultado de otras acciones colectivas e individuales. Del
mismo modo se debe tener presente, que suponemos que los conflictos se desplazan y
adquieren significados diversos en el mismo proceso de constitución de la acción
colectiva”. Scribano ( 1998). 0
“La COPE …fue una vertiente de expresión junto a la unión de padres y los grupos
políticos, pero no los veo como grupo político partidario, sino que tenía
conceptos del sistema político reinante y criticas al mismo…”O.V.( observador
externo)

Y en esa dirección cabe admitir que”: …Las redes de conflicto son las condiciones
inmediatas de surgimiento de la acción colectiva y están implícitas en la movilización a
través de la cual la protesta adquiere una forma particular. En las redes se puede reconocer
una pluralidad de actores que rivalizan en torno a intereses comunes y que de alguna
manera se orientan a una redefinición de los espacios públicos de ese momento.” (Scribano)
“Desde la COPE se resistía sobre todo por este lado, la falta de justicia, la falta del
funcionamiento de la justicia como poder judicial, pero sobre todo lo de la policía
encabezada con Ferreyra y los organismos articulados alrededor de Ferreyra, alrededor de
algunos grupos de militantes o adherentes o simpatizantes al partido del gobierno, del
justicialismo, que funcionaban también como fuerza de choque y que estaban ahí
presentes, se los veía en las esquinas, en la esquina de la plaza, estaban, uno los veía y sabía
quiénes eran, se los asociaba fácilmente a estructuras paralelas de algún modo paralelas a
las que funcionaban en la policía, y como una cosa también asociada a esa falta de interés
en el esclarecimiento, se resistía a ese autoritarismo, a esa metodología.” A.D.( observador
externo)

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Un aspecto que incumbe a la tarea de reconocer cuál es la lógica procedimental de
los sujetos en clave de acción colectiva es detectar cuál es la orientación de los actores
hacia acuerdos que aseguren el alcance de las metas que se reconocen como válidas para
sus intereses.
Por otra parte, los sujetos involucrados en acciones colectivas que no llegan a
constituirse en movimientos sociales se distinguen porque: “ existe para ellos la posibilidad
de apropiación diferencial de los marcos de significados y por ello se establece un conflicto
raíz de una forma de antagonismo puntual” (Scribano, 1998). 1Podemos pensar que lo que
atraviesa la acción colectiva es la construcción de las respuestas a los desencadenantes del
conflicto, respuestas que renuevan continuamente sus significados a través de la selección e
implementación de recursos diversos.
Una vez conformada la COPE y publicitados sus objetivos, define su modalidad de
trabajo:
“1-Abrir una cuenta. Corriente para manejar fondos destinados a los gastos que insuman la
acción de la entidad.
2- Implementar una presencia de vigilia frente a la casa de gobierno dentro de las
modalidades a definirse más adelante.
3- Insistir en las invitaciones a todos los sectores de la comunidad de Catamarca a
integrarse con sus representantes en la comisión.
4- Constituir subcomisiones para promover la participación de la ciudadanía en los barrios
y el interior, sindicatos y a través de la prensa. ( El Ancasti, 13-11-90)
La Comisión también decide que la novena Marcha estará precedida de una vigilia
que durará vigilia 24 hs y se realizará en el veredón principal frente a casa de gobierno y
observará características similares a las Marchas, con la única variable de incorporar
antorchas y afiches de María Soledad. Con esta iniciativas aparece en el contexto de las
Marchas un aspecto que parece marcar diferencias entre la Comisión de padres y la COPE.

Diferenciarse para actuar: la COPE se identifica en las Marchas del Silencio

En contexto enunciado, es importante subrayar que lo que aquí denominamos redes


de conflictos, están constituidas a su vez por relaciones entre actores que implican la
referencia a redes de conflicto anteriores conectadas entre sí. Implicaría esto que los actores
pueden crear otras formas de demarcación de sus diferencias con respecto a otros grupos o
actores, dirimiendo aquellas dificultades que pueden obstaculizar su reconocimiento a
través de acciones que no se inscriben en términos de protesta, porque en primer lugar no se
constituyen en el espacio público ni tampoco se enfrentan a un centro de poder

37
determinado- discursivo, institucional, etc.- sino que consisten en la explicitación de sus
prácticas y relaciones previas con el sistema social, hacia dentro del grupo.
“No sé de quién fue la idea, pero me parece importante porque al igual que las Marchas del
Silencio, sentaron un precedente del protagonismo de la gente, nacido por motus propio,
transparente, que echaron por tierra el no te metas catamarqueño. Creo que la COPE fue la
primera herramienta del protagonismo y se distinguía porque tomó un carácter
institucional, ya que tomó responsabilidades, haciéndolo un elemento motor. .. fue solidario
por ejemplo, al cobijar a los policías sublevados. Rompió con la indiferencia. Era un
componente muy heterogéneo. Sus miembros hacían suyo el caso Morales…”C.A.M.
(observador externo)

La semana siguiente la Cope organiza otra vigilia y hace un llamado a todos los
sectores de las entidades públicas a un paro de actividades de quince minutos el día jueves,
a fin de que se discutan las acciones que se llevan adelante por el esclarecimiento del
crimen, entre las cuales se destaca la formación de una subcomisión jurídica formada por
abogados locales, que ofrecen asesoramiento gratuito a quiénes tengan datos que aportar a
investigación de la causa Morales. En la misma, los asistentes protagonizan un episodio en
que protestan con una silbatina ante la presencia de activistas del partido gobernante. (20-
11-90)

También los diarios hacen acusaciones a la izquierda sobre lo ocurrido, ante lo cual
la Cope toma dos actitudes de alguna manera contradictorias. Primero deslinda
responsabilidades, pero luego justificó la protesta como una manifestación espontánea de
la gente.
En otro comunicado antes de finalizar Noviembre, la Cope vuelve a enfatizar que
cuenta con el aval del padre de María Soledad para su accionar y que no está animada en
desestabilizar al gobierno o demandar intervención federal para la provincia, pero sí
empeñada en seguir funcionando más allá del esclarecimiento del asesinato ya que son
numerosas las denuncias sobre situaciones de impunidad que está recibiendo. En ese
contexto, se redacta y lee el primer documento para la décima Marcha del Silencio en el
que se hacen reiteradas alusiones al papel de las instituciones de Catamarca en el
encubrimiento del crimen y se responsabiliza indirectamente al gobierno por ello.
Pero lo que marca un punto de inflexión tal vez en el funcionamiento de la comisión
fue la protesta generada finalizada la undécima Marcha, mientras se desarrollaba la cuarta
vigilia, en la que un grupo numeroso de personas, se reunió a cantar consignas contra el
gobierno precisamente en el veredón de la casa de gobierno. Ante ello, la Cope decide

38
suspender la vigilia para tomar distancia del episodio, aunque hay indicios de que
estuvieron algunos de sus miembros, jóvenes y activistas de partidos políticos. Este hecho
generó una serie de acusaciones que particularmente se tradujeron en una carta enviada por
el ministro de relaciones institucionales de la provincia a la comisión de padres del colegio
del Carmen sugiriendo que como organizadores de las movilizaciones eviten la presencia
de “elementos disociadores”.
Entonces aparecen- según los miembros de la comisión- las primeras consecuencias
de sus actividades: presiones indirectas, telefónicas, a sus miembros y a organizadores y
adherentes a la convocatoria de los jueves. A partir de allí los intercambios de acusaciones
con el gobierno son casi constantes, al punto de responsabilizarlo por cualquier
eventualidad que surgiera en las movilizaciones u otras actividades organizadas, que para
ese entonces se preveían hacer en el interior, Córdoba y Buenos Aires.

En el orden simbólico, los actores, al diagnosticar la situación problemática y reconocer


la necesidad de implementar un cambio para superar la misma atribuyen las “culpas” de
dicha situación a los “otros”, definen los grupos antagonistas. La lucha simbólica pude
definirse como reconocimiento de la legitimidad de la acción colectiva como salida a la
encrucijada, ya que en la sociedad de la información, los conflictos se concentran en las
estrategias para la apropiación del sentido de la acción y se desplazan al plano de la
producción simbólica centrándose en la identidad personal, el tiempo, el espacio, las
motivaciones y los códigos de la acción cotidiana (Scribano).
“La COPE era el ámbito, el único ámbito donde podíamos discutir estas cuestiones que
decía recién. Cuando se valorizaba la figura de Patti, no se la valorizaba como persona o
como personaje aislado, sino se contextualizaba y esa contextualización, de quién es, de
dónde viene, como las comisiones de la federal, como el mismo presidente Menem, como
ministros del interior, jueces que fueron enviados para acá, esa contextualización en
cuanto a política y judicial, solamente se podía hacer en la COPE donde confluían
personalidades, personas, que no respondían a veces a ninguna organización política pero
que, pero por lo que no quiero decir que estaban despolitizadas. También incluso distintos
representantes de los partidos políticos que estaban ahí, no en nombre de los partidos
políticos, pero nos conocíamos, pero entonces ese era el ámbito más politizado y de más
discusión, de tener en cuenta todos esos aspectos ”. A.D.( observador externo)
El siguiente paso de la comisión fue anunciar la realización de una Asamblea
Popular para debatir la situación por la que atraviesa la provincia. También informa que
elevará documentos de repudio a las instituciones que intervienen en la investigación del
crimen; que enviará cartas al ministro del interior y al presidente de la nación a fin de

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esclarecer la situación del caso Morales y de su posición sobre un virtual estado de sitio o
intervención federal a Catamarca. Al mismo tiempo que vuelve a anunciar la realización de
diversas actividades, particularmente el 10 de Diciembre día universal de los derechos
humanos y hace pública su solidaridad con los médicos del hospital San Juan Bautista que
fueron amenazados por participar de las Marchas.
La carta remitida al ministro Mera Figueroa constituye uno de los documentos
escritos más enérgicos surgidos de la Cope, ya que refutan las declaraciones que el
funcionario hiciera acusando a las movilizaciones de Catamarca de poner en peligro las
instituciones democráticas, con lo cual estaríase alentando una solución institucional de
emergencia (intervención federal o estado de sitio). Al mismo tiempo que responsabiliza a
miembros del gobierno por los temores de caos e insubordinación civil a que hace
referencia el ministro.
Por otra parte enfatiza la comisión que no hay intención de subvertir el orden
establecido por las normas constitucionales de la nación y la provincia. Al respecto, una de
las activistas señala que le llama la atención que sea quiénes han compartido el palco con
Vaca Narvaja y Perdía, los que hablen de subversión; pero otra de las dirigentes agrega,
que la COPE se opone a la persecusión de quiénes siendo acusados de pertenecer a la
izquierda, han sido siempre perseguidos, especialmente por los regímenes totalitarios, ya
que el interés de la comisión es defender la vida y que se aprenda a vivir en democracia.

Se advierten entonces los posicionamientos tanto frente a la red de conflictos como


a las imágenes previas que los actores poseen sobre temas o aspectos vinculantes con sus
acciones, lo que devela la heterogeneidad de su composición.
La Cope también denuncia las presiones de distintas autoridades a estudiantes del
IES de La Merced, interesados en organizar una Marcha del Silencio en esa localidad y
actitudes intimidatorias por parte de personal policial para con quiénes pegaron afiches de
María Soledad y subraya que la Comisión funciona con el aval del padre de María Soledad,
quien la ha convocado no solo para el esclarecimiento del caso, sino por cualquier otro
problema. Ya que el pueblo no responde a “un patrón de estancia”, aunque todavía se paga
en especias, como por ejemplo a los jubilados, a quiénes se les pagan con monedas.
Sobre otro aspecto- una de las miembros de la comisión, tía de la joven asesinada-
señala que hubo negligencia en el procedimiento policial hecho al iniciarse la investigación
del crimen, mientras otro de los dirigentes, abogado, hace una serie de consideraciones
legales sobre el sumario que se instruye en la causa. También afirman que el pueblo está
señalando como sospechosos a ciertos nombres y no se entiende por qué la justicia no los
llama a declarar, pués se trata de que “las autoridades salven su dignidad”, porque si “esto

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no se esclarece, no es el pueblo el que va a perder”, aunque “sí es el pueblo el que en estos
momentos está perdiendo porque no tiene garantías, no tiene seguridad, no tiene
estabilidad emocional” y es por ello que “son ellos los que tienen que balancear esta
situación”. (El Ancasti-26-11-90)
Respecto de la convocatoria a la Asamblea Popular, la COPE, indica que se haría
por pedido de la gente, que está interesada en manifestar lo que piensa en esos momentos y
que en las vigilias reclama que sea en un espacio público. Expresan que es interés de
quiénes la proponen ver qué esfuerzos se pueden sumar a los que se han planteado desde la
propia COPE y sus subcomisiones y que una vez esclarecido el caso, la demanda de la
gente es que continúe existiendo, ya que son muchos los casos que están para resolverse,
entre ellos la corrupción. (El Ancasti 26-11-90)
Un hecho que marca un punto de inflexión tal vez en el funcionamiento de la
comisión fue la protesta generada finalizada la undécima Marcha, hecho que generó una
serie de acusaciones que particularmente se tradujeron en una carta enviada por el ministro
de relaciones institucionales de la provincia a la comisión de padres del colegio del Carmen
sugiriendo que como organizadores de las movilizaciones eviten la presencia de “elementos
disociadores”.
También los diarios hicieron acusaciones a la izquierda sobre lo ocurrido, ante lo
cual la COPE tomó dos actitudes de alguna manera contradictorias. Primero deslinda
responsabilidades, pero luego justifica la protesta como una manifestación espontánea de la
gente.
En Diciembre del 90, el debate en Catamarca gira alrededor de la inminente
intervención a la provincia, y en el seno de la COPE, el acento se pone sobre la necesidad
de reclamar al gobierno nacional sólo la intervención al poder judicial. Mientras tanto se
prepara la quinta vigilia, en la que se registrarían incidentes otra vez protagonizados por
activistas del partido gobernante, a los cuales la COPE denuncia públicamente con nombres
y apellidos, responsabilizando al gobierno por lo ocurrido y por lo que pudiera suceder en
las sucesivas vigilias.
En la decimocuarta Marcha, se lee un documento de la Cope, en el que se denuncian
como maniobras orquestadas desde el poder las declaraciones falsas de testigos ante el caso
y luego señala al ex jefe de policía, como un “personero de la muerte, al que aún no ha
alcanzado la justicia”, para preguntarse luego “¿por qué esta justicia injusta?”.
Con la llegada del fin de año, dos cuestiones abren otra discusión generalizada en
Catamarca y particularmente en el encuentro semanal de la comisión: el anuncio de Elías
Morales de que ha conversado con el ministro de justicia Cesar Arias sobre la posible
intervención a la provincia y la designación de un juez especial para el caso y los avisos de

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cesanteos entre trabajadores del Estado provincial, particularmente, según analiza la COPE
a los que se vinculan de una u otra manera al reclamo de justicia por el crimen. Decide
entonces hacer pública su solidaridad con los afectados a través de un comunicado para leer
en la decimosexta Marcha.
Tras protagonizar un nuevo episodio funcionarios y activistas del gobierno
provincial, en otra de las vigilias organizadas por la COPE, ésta denuncia enérgicamente el
hecho y responsabiliza con nombres y apellidos por la represión policial que deja como
saldo heridos y detenidos. Ratifica también que no cesará en el reclamo de justicia y la
denuncia de las cesantías producidas en agentes de la administración publica provincial,
particularmente partícipes de las Marchas del Silencio.
Después de la Marcha 17, la COPE delibera sobre distintos aspectos de la situación
provincial y nacional y emite un comunicado en el que considera una intervención
encubierta al Poder Judicial de Catamarca, el envío de un juez especial, de otra jurisdicción,
para la causa Morales y llama a todos los sectores e instituciones a pronunciarse en
consecuencia, ya que esto representa una declinación del poder político catamarqueño en
desmedro de la autonomía federal. Sin embargo, días después pide a Menem que intervenga
el poder judicial local, alegando que es la única vía que puede garantizar una resolución del
caso Morales.
En la Marcha 19, también se lee un documento de la comisión, en el que se
recuerda que la misma surgió en respuesta al compromiso de Elías Morales, Marta Pelloni,
los jóvenes y la comisión de padres.
Se advierte entonces, que en el camino de fijar metas y disponer de medios para
alcanzarlas, el colectivo COPE, entabla relaciones de confrontación con el medio y
particularmente identifica sus oponentes, con lo cual se complejiza la red de conflictos
antes descripta.
Después de la Marcha 19, la Cope denuncia nuevamente las cesantías de que son
objeto los empleados públicos provinciales, enfatizando que se aplican a quiénes participan
de las acciones de la COPE en primer lugar y a participantes de las Marchas en segundo
término por razones políticas-ideológicas, personas de clases bajas, sostiene, mientras que
se mantienen” ñoquis y patoteros”. Agrega también que ante esta situación la dirigencia
sindical (a la que llama pseudodirigencia) permanece pasiva, lo que la convierte en
cómplice de quiénes ejercen el poder; detalla una serie de recomendaciones administrativas
a seguir en caso de cesantía y ofrece consultas jurídicas gratuitas a quiénes la necesiten,
además de expresar su solidaridad con quiénes han sido despedidos de sus trabajos.
Hacia Febrero de 1991, durante el cierre de las Marchas, se escuchan nuevamente
consignas contrarias al gobierno.

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Se reconocen entonces desde la aparición de la COPE elementos que señalan la
presencia de un actor diferenciado en el proceso de las Marchas, ya que explicita sus
objetivos y sus recursos, marcándose una notable distinción respecto de los definidos por
otros actores hasta ese momento; hace referencias a su pluralidad y a la necesidad de
promover acciones diversas para incentivar la participación de la comunidad catamarqueña
en el reclamo de justicia

La voz que se apaga: crisis de legitimidad y desaparición de la COPE

Una noción clave para la comprensión de la acción colectiva es el de identidad


colectiva que implica la definición de la situación, compartida e interactiva, producida por
varios individuos que interactúan, los cuales se implican con las orientaciones de sus
acciones tanto como con el campo de oportunidades y restricciones en el cual la acción
tiene lugar (Melucci, 1989). 1Supone un proceso de construcción que puede adoptar
distintos grados de estabilidad y variabilidad, de integración o fragmentación e implica la
presencia de esquemas cognitivos en los que se definen metas, medios y relación con el
ambiente, interacciones de intercambio, conflicto, negociación y decisión e inversiones
emocionales de reconocimiento.

Un hecho significativo ocurre en la Marcha 23, donde manifestantes arrancan un


pasacalles que contenía una leyenda que menciona al gobernador Saadi. Ello deriva un
fuerte accionar policial, que tiene como saldo heridos, detenidos y posteriormente
domicilios allanados de personas partícipes de las Marchas.La Cope repudia enérgicamente
la represión y responsabiliza al gobierno y el Consejo Asesor, de haber instalado una
provocación contra el pueblo, a través de declaraciones en las que se acusa de subvertir el
orden a los marchantes del silencio. La denuncia, responsabilizando por hechos y sucesos al
poder político se convierte en el principal medio de diferenciación respecto de otros
actores
Es éste un posicionamiento que señala la presencia de esquemas cognitivos en tanto
supone un reconocimiento de por lo menos uno de los componentes de la situación
percibida como problemática por parte de los actores de la COPE, esto es, la identificación
de un “oponente” o “antagónico” que obstaculiza sus objetivos.
A fines de Febrero, con la firma de algunos de sus miembros, la Cope eleva un
recurso de amparo ante el Juez Gandini, exigiendo el cese de la persecusión policial y
política que se lleva adelante contra el pueblo de Catamarca, lo hacen invocando las
garantías constitucionales de peticionar ante las autoridades y reclamar justicia y apelando a

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la defensa de los derechos humanos. Sin embargo, durante la misma semana, un miembro
de la comisión, denuncia la citación policial que se le efectuara, a él y otros activistas,
como un modo más de persecusión, ideológica en el marco de las acciones que se llevan
adelante desde el gobierno provincial contra quiénes reclaman justicia a través de las
Marchas del Silencio.
Las "inversiones emocionales de reconocimiento", se evidencian en la definición de
la situación de injusticia que el colectivo vivencia como amenazante y la formulación de
sus expectativas de éxito, de actitudes solidarias, de símbolos de referencia y de estilos de
vida.
Una curiosa carta publicada con la firma de miembros de la COPE, a principios de
Marzo de 1991 muestra algunos rasgos semejantes al discurso de la comisión de padres y
otros actores y se dirige a quien por un medio similar, agrediera a la hermana Marta Pelloni,
con veladas acusaciones de calumniadora e injuriosa en el contexto del caso Morales.
Algunas de estas expresiones se reiteran en la publicación la Cope hace una vez puestos en
libertad dos de los detenidos en la vigésima tercera Marcha.
Días después amplía esta denuncia enumerando los casos en que la justicia aún no
ha actuado y llama a la ciudadanía a tomar conciencia y debatir en todos los ámbitos
públicos sobre la realidad, al mismo tiempo que informa que ese documento es el resultado
de discusiones e intercambios de ideas en el seno de la COPE semanalmente.
La identidad colectiva supone la definición de metas por parte del grupo, donde la
superación de la situación problemática se vehiculiza a través de su visibilidad, la demanda
de reconocimiento de derechos y la explicitación de sus intereses. De modo, que la
apelación tanto a la normativa vigente como a las argumentaciones del “adversario” marcan
una de las diferenciaciones más evidentes entre la Comisión y los demás actores del
proceso.
La relación con el ambiente, es otro componente de la constitución de la identidad
del grupo, en el sentido, que marca las posibilidades de cohesión alrededor de principios
comunes y que operan facilitando su intervención en aras de asegurar su legitimidad.
“De la COPE lo poco que yo recuerdo es una cosa fea, porque yo me fui. Vi que
Morales quería ejercer el dominio liso y llano, y nosotros lo planteamos en una
reunión en APUNCA, y ahí nos fuimos algunos, no disgustados con el movimiento,
sino molestos. “Entonces él era el que tenia que definir que era lo que teníamos, qué
hacer, que lo que no íbamos a hacer, qué es lo que íbamos a decir, eso me pareció
mal. “B.R.( observador externo)

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El relato revela que la "interrelación entre los actores” constituye otro elemento que aporta
a la configuración de la identidad del colectivo" y se nutre diversas instancias de
comunicación: deliberaciones, negociaciones (transacciones, debates), decisión (consenso,
acuerdos) y conflicto (disenso, rupturas). Se trata de modos de vinculación, dinámicos, no
sujetos a una misma lógica sino expuestos a mutaciones, ya que lo que se disputa a través
de estas instancias comunicativas es precisamente la definición de un horizonte común de
intereses y valoraciones

“Y mi sensación era que claro, Elías Morales era como figura, figura entre comillas
que se lo puso al frente en un momento y el hombre no tenía capacidad de conducción, de
escuchar todo, de escuchar todas estas visiones y todas estas ideas que había, ya sea de
hacer marchas, de hacer vigilias, de publicaciones, él estaba ahí, tengo la impresión, la idea
que es por Marta Pelloni, que él estuvo al frente, que lo puso ella a Elías un tiempo y
terminó estando en un sandwich, en el medio, en una idea que él no entendía bien que
podía haber distintas visiones, distintas opiniones –te estoy hablando a casi diez año- Elías
no entendía, que cuando vino con la propuesta de Patti, me acuerdo que él vino
ingenuamente, provocó unas reacciones realmente hasta de casi furia, en las que me
incluyo, de no poder entender cómo él podía creer en ese tipo. Pero mi impresión en ese
momento era que era incapaz de conducir o de canalizar esas distintas inquietudes y que
terminaba apretado, aplastado por los distintos intereses o visiones que se tenían en la
COPE. “A.D.( observador externo)

En el mencionado mes, miembros de la Cope, continúan participando de las


Marchas del Silencio organizadas en el interior de la provincia. Por entonces, la policía
efectúa más detenciones de personas al finalizar la movilización del Jueves, después del
episodio en que un grupo de marchantes se concentrara frente a Casa de Gobierno a cantar
consignas adversas al gobierno. Entre los detenidos, se hallan dos integrantes de la
comisión.
En el esquema melucciano, el lugar de la selección y administración de los "medios"
para la acción, revela la consistencia de la identidad del grupo, que ve en la organización,
las manifestaciones, los discursos públicos, la presencia mediática, incluso las alianzas
con otros colectivos, tácticas tributarias de su legitimación, de su reconocimiento en el
espacio social y particularmente en el proceso en que transcurre la acción colectiva que
encarna el grupo.

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“Si bien no se advertían acciones diferenciadas, se reconocían como parte
de la COPE elementos como comunicados, discursos, pancartas, vigilias”. (O.V.
(observador externo
Se trata de una inversión de expectativas y recursos que delimitan las aspiraciones
del grupo y con ello las posibilidades de admisión en el sistema de valores dominantes en
el proceso en que el grupo se inserta.
“La COPE tuvo un papel decisivo en el curso del caso…Hizo gestiones judiciales:
encomienda la primera reunión de Marcolli con Menem, de lo cual surge el hecho de
traerlo a Patti...".( C.A.M. observador externo).

En la Marcha 28, se lee un documento de la Cope, donde se reitera enérgicamente el


cuestionamiento al poder político, aludiendo a la necesidad de “un gobierno nuevo para un
pueblo nuevo”. Mientras que en la Marcha 29, se lee otro, en nombre de la misma, en el
que se expresa el valor social del reclamo de justicia y se insiste en la referencia a una
“Catamarca nueva”.
A principios de Abril, se efectiviza la baja a los oficiales rebeldes que protestan
contra la cúpula policial y la Cope, envía su adhesión a los mismos. En la misma fecha,
Marta Pelloni reivindica el papel de todos las entidades en la organización de las Marchas,
incluida la COPE.
A mediados de Abril, trasciende que las organizaciones de las Marchas, se oponen a
la participación del Frente Cívico, coalición que aspira a gobernar la provincia, en las
mismas. El 20 del mismo mes, se interviene la provincia, ante el optimismo de muchos
sectores frente a la medida; no se hace pública la opinión de la COPE al respecto. Pero
algunas fuentes informativas avisan sobre el debate que la misma generó hacia dentro de la
comisión.
A fines de Abril, la Intervención Federal anuncia dos medidas para la provincia: un
operativo de seguridad, particularmente con la presencia de efectivos de gendarmería
nacional y de seguridad, en las Marchas del Silencio y la aplicación de medidas de ajuste
económico en el Estado provincial. Ante ello, la COPE, como distintas organizaciones
sociales y políticas, se pronuncian en contra, argumentando que es una medida injusta, que
solo alentará el fortalecimiento del gobierno depuesto.
Un aspecto novedoso, adquieren las Marchas, el de partir de la parroquia del
Corazón de María - no se explicita por qué- y no estar encabezadas por Marta Pelloni,
quién asegura que dado que el reclamo es ya de todo un pueblo, y no sólo por María
Soledad, sino por justicia para otros reclamos, marchará entre la multitud silenciosa.

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En la alocución de los jueves, a principios de Mayo, la Cope llama la atención a la
ciudadanía respecto de que con la intervención federal no han cesado las preocupaciones
por la injusticia y la necesidad de estar alertas a fin de impedir el retorno de “los
responsables de la desgracia
En la Marcha 32, la Cope, a través de uno de sus voceros, reitera su llamado a
seguir participando en pos del cambio social y político en Catamarca, subrayando la
importancia de desterrar la corrupción, la obsecuencia, la injusticia imparcial; reclamando
la rendición de los dineros públicos e instando a revalorizar el trabajo y a participar, con la
esperanza de transformar la sociedad.
“Aunque en la COPE no había nada planificado…lograron uniformar ciertos
criterios …”(C.A.M. observador externo)

Un aspecto llamativo sobre el que no hay información sino sólo “trascendidos” es


que a partir esa Marcha, las puertas de la Catedral que hasta entonces siempre habían
permanecido abiertas durante las movilizaciones y sus cierres, ahora, por orden del obispo,
se cerraban. (Morandini, 1992) 2En esa oportunidad habla en representación de la Cope,
una militante de derechos humanos, denunciando la política económica nacional, el intento
de cercenar a las emisoras de frecuencia modulada a partir de una disposición del Comfer,
la pretensión de arancelar las universidades y finalmente reiteró el reclamo de justicia para
el crimen de María Soledad. Esta y otra alocución, según señalarán posteriormente sus
autores entrevistados, son las dos únicas que no fueron supervisadas ni por los miembros de
la COPE ni por la Comisión de Padres, ya que no fueron escritos.
En la Marcha 35, habla nuevamente un delegado de la Cope, quien centra su
discurso en la realidad social de Catamarca, enfatizando que no sólo no se ha hecho justicia
aún para el crimen de María Soledad, sino que no se ha encarcelado a ningún funcionario
sospechado y destaca que es necesario que se recupere la dignidad ante la impunidad y
desaparezca el fantasma del hambre que amenaza a muchas familias debido a los despidos.
Al finalizar la 39 Marcha, se entonan cánticos contra el ex - jefe de policía,
Ferreyra, el ex - gobernador Saadi y el padre del imputado en el caso, Angel Luque, a la
vez, que se declaman apoyos al Juez especial, que instruye la causa Morales, Ventimiglia.
En la Marcha 40, habla otro delegado de la COPE, quien fustiga al intendente (de la gestión
Saadi, aún en funciones) y al candidato del Frente Cívico, Arnoldo Castillo. Ello provoca
repudios de la Comisión de Padres. Durante las Marchas posteriores, no se pronuncian
discursos, solo alocuciones religiosas y lectura de poemas. En la Marcha número 45 se
advierten pancartas con leyendas: “el pueblo es prudente pero no tonto”, ”cuánto más
tardarán”, “sin justicia no habrá paz”.

47
En las Marchas siguientes se reitera la modalidad: rezo de oraciones, bendición a
cargo de un sacerdote y canto del himno de Luther King y hablan tan sólo ex compañeras
de María Soledad o personas vinculadas al Colegio del Carmen y un sacerdote.
Durante las semanas posteriores se alude a través de las convocatorias y los lemas
de cada Marcha, a las elecciones provinciales a realizarse en Octubre, a través de
expresiones como: “ El pueblo no quiere frenos políticos” o el mismo llamado de Marta
Pelloni a oponerse a la elección de un gobierno corrupto - en alusión al justicialismo local -.
En ese contexto, no se registran declaraciones de la COPE ni mención de su presencia en la
organización de las movilizaciones de cada Jueves.
Después de la Marcha 58, el interventor Prol, descalifica las afirmaciones vertidas
en la misma, y amenaza con que quién “pretenda alterar el orden público, sufrirá las
inmediatas consecuencias”, provenientes de un “grupo de participantes al que no considero
para nada representativo”. La Comisión de Padres y la Juventud catamarqueña, salen al
cruce de las mismas a través de una rueda de prensa, en la que aseguran: “ no somos
desestabilizadores y no aceptamos la prepotencia como método de gobierno”.
En Diciembre se hace la última Marcha del año y una movilización exigiendo el no-
traslado de Marta Pelloni. No se registra la intervención de la Cope en esta etapa.
El accionar de la COPE pierde vigor después de advertido por parte de los otros
actores de las Marchas, su posicionamiento político frente a la inminencia del cambio de
gobierno y la no-resolución del caso María Soledad. Pero se recuperan en el imaginario
colectivo, las iniciativas y actividades protagonizadas por la Comisión durante su breve
intervención en las Marchas, hecho que podría leerse como señal de perdurabilidad del
colectivo en el contexto social.
“ Deduzco que sus actividades fueron los gestos que más impactaron en la memoria
colectiva, tal vez el común de la gente no los tiene muy presentes …”( O.V observador
externo)

El hoy y aquí

Una pregunta neurálgica sobre los NMS es si están generando una sociedad más
plural y democrática que en los años 70, es decir en el marco del orden actual de la
sociedad latinoamericana. En general, los estudios revelan que un eje novedoso al respecto
es la relación de distanciamiento de éstos movimientos con los partidos políticos y que en
ello radica su novedad y transformación de la escena social actual. Es decir, esta pregunta
remite a pensar desde dónde y desde cuándo hablamos de nuevos movimientos sociales y

48
por qué en general las consideraciones previas a su definición toman como referencia, al
menos para América Latina los años sesenta y setenta como el momento un ciclo
importante marcado por prácticas sociales y teorías inspiradas tanto en el estructural
funcionalismo como el estructuralmarxismo mientras que en los años 80 y 90, el ciclo de
protestas y procesos sociales, se inscribe en una redefinición de las categorías provenientes
de estos modelos y actúan en torno a una pluralidad de postulados y formas de
mantenimiento en la escena social, desplazándose al menos en apariencia los focos de
confrontación y redefiniéndose también la responsabilidad de los actores en la
transformación de la sociedad.
La multiplicidad de movimientos que expresan una diversidad de conflictos,
demanda formas de acción colectiva que pueden traducir el interés puramente particular a
un interés más amplio, tarea que cumplen generalmente los partidos políticos. Pero el
riesgo es que ésa opción opere como tensión constante entre una tendencia a la
fragmentación corporativa y otra a la centralización tecnocrática y burocrática. La
prevalencia de lo público sobre lo privado o reducción de la política al cruce de conflictos,
negociaciones y acuerdos en términos de inmediatez obedece a que a las lógicas de clases
subyace una distinta de la sociedad civil, en la que está latente el riesgo de que fluya el
autoritarismo con el predominio de los partidos políticos. (Faletto). 3
En ese marco, ubicamos movimiento de derechos humanos en Argentina, como una
de las modalidades de demanda de la sociedad civil desde una lógica con rasgos plurales
que insiste en el reclamo del papel de la justicia como poder autónomo. Debido a que el
poder judicial nunca tuvo presencia política propia en la sociedad, con la reapertura
democrática éste reclamo cambió de distintivo o al menos inauguró uno nuevo, lo que
instaló en la agenda social la temática de los derechos humanos e incluye demandas de
justicia social, distribución de poder, no-discriminación, etc. De modo que hallamos en este
caso un ingrediente que reaparece en la generalidad de los movimientos sociales, es decir,
la demanda del funcionamiento de los poderes públicos, particularmente respecto de un
proceso histórico en el que el Estado ha cumplido un papel de legitimación de la violencia,
es decir, el Terrorismo de Estado. (Jelin)
Los movimientos sociales se conforman como conductores de solidaridad grupal
asumida y practicada por un sector popular dominado, con el fin de reducir o de destruir
una dominación social específica a través de la negociación o de la fuerza, y un actor
popular un grupo social discriminado, sometido o manipulado por otros grupos sociales
dominantes, y puede ser una clase, raza, pueblo, minoría grupo de edad o sexo. Para
muchos teóricos los movimientos populares suponen proyecto histórico y trascender la
cotidianeidad de la acción social, lo cual se aproxima a la noción de clase y a la vez la

49
diluye. ( Fernandez). 4Lo popular en este sentido, parece aludir a una franja social que
excluye algunos actores de la escena de la protesta, sin embargo, como veremos luego, la
referencia toma otras significaciones en procesos de movilización amplia como los
ocurridos en el caso que nos ocupa.
Reflexionar el caso argentino, de todos modos, supone entender la tradición de
movilización y el poder de sectores populares urbanos que entran en contradicción con la
nueva etapa de la reforma del Estado(desde mediados de los 80) por oposición al ciclo de
los años 40-70, en que el Estado social de pos-guerra se caracterizó por el crecimiento
económico, la centralización democrática, la movilidad ascendente y la participación de
masas. Es un momento en el que no se da la oposición capitalismo- proletariado sino
conflictos múltiples y diversos, más la expansión de los intereses de quiénes entran al
nuevo modelo de acumulación en términos de incluídos-excluídos. Los factores de esta
deconstrucción del Estado Social, no son necesariamente igual a movilización liberal
conservadora, sino a medidas económicas que desarticulan anteriores áreas de solidaridad.
(García Delgado, 1992)5
Desde esa perspectiva, se considera que en los años setenta la acción colectiva se
orienta a la conquista del Estado que deviene en un proceso de desmovilización política a
mediados de los 80 y que aún no se detiene. Este proceso atraviesa tres etapas:
Neoliberalismo y Terrorismo de Estado, Partidización y desencanto (años 83 a 89) y
privatización y delegación ( peronismo al poder). Estas dos últimas etapas, implican una
desactivación del actor central de la movilización: el obrero. Pero paradójicamente la
hiperinflación genera tendencia a la acción, el plan de convertibilidad la sofrena y en todo
caso, cada sector busca posicionarse en el nuevo escenario.
Por lo tanto, los movimientos sociales, en este sentido, buscan no subordinarse al
Estado o controlar e influir en su accionar, y su movilización adquiere carácter cultural. En
condiciones de crisis y desintegración no hay actores sociales sino conductas defensivas o
adaptativas y expresivas, a veces manipuladas por las elites, a la vez que las asociaciones
intermedias se debilitan y los individuos se repliegan en grupos primarios basados en
vínculos afectivos. (Tironi)6
Desde esta óptica la acción colectiva en los 90 sale de la esfera de la protesta contra
el ajuste y la Impunidad al genocidio de la dictadura, derrotada en los 80,e implica un
desmantelamiento del Estado Keynesiano y un clima hostil para la acción basada en
intereses clasistas o corporativos. Es una etapa en donde se excluye a los ya integrados y
supone una modernización en las que hay una relación entre sociedad civil y Estado. Se dan
mayores diferenciaciones y desigualdad social, que requiere a su vez una atención más
personalizada y flexible por parte del estado. Pero también es una transformación de la

50
acción colectiva que alcanza las expresiones del individualismo con lo cual se deteriora la
solidaridad presente anteriormente en el colectivo social. En éste modelo de sociedad civil
se reemplaza la organización y la protesta por el cuentapropismo, la desmovilización.
Cabe también en el análisis de los movimientos sociales, la pregunta por sí éstos
están generando una sociedad más plural y democrática que en los años 70, es decir en el
marco del orden actual de la sociedad latinoamericana. Y en ese sentido, en general, los
estudios revelan que un eje novedoso es la relación de distanciamiento de éstos
movimientos con los partidos políticos.
La multiplicidad de movimientos que expresan una diversidad de conflictos,
demanda formas de acción colectiva que pueden traducir el interés puramente particular a
un interés más amplio, y ésa es la tarea que pueden cumplir los partidos políticos. Pero el
riesgo es que ésa opción opere como tensión constante entre una tendencia a la
fragmentación corporativa y otra a la centralización tecnocrática y burocrática. Hay una
visible prevalencia de lo público sobre lo privado o reducción de la política a cruce de
conflictos, negociaciones y acuerdos en términos de inmediatez. Dado que a las lógicas de
clases subyace una distinta de la sociedad civil, el riesgo que presentan es que fluya el
autoritarismo latente en los partidos políticos. (Faletto) 7
Por otra parte, dada la configuración histórica de las organizaciones
partidarias en América Latina, fuertemente vinculadas a las burguesías, la existencia de
organizaciones populares ha estado siempre condicionada y ese es otro ángulo de análisis
en éste sentido.
La reapertura democrática argentina presenta también una situación interesante,
cual es la participación juvenil en términos políticos, sujeto de la democracia, que tanto
había sufrido el autoritarismo durante la última dictadura. Su inserción en el movimiento de
renovación política del país, implicó incluso un puesto dirigencial y a la vez interpelación e
invocación de la transformación social que abarca a sectores sindicales incluso. Pero esa
participación se erige atravesada por la tensión partido - movimiento configurada desde los
80, en que parece irresoluble la articulación entre experiencias políticas de masas y
principios orgánicos partidarios. (Palermo)8
Por otra parte, en la escena nacional se exponen, temas y problemas novedosos en la
discusión política, pero que no se plantean desde estrategias orientadas a lograr el apoyo
popular: ecología, feminismo, etc. que devinieron en una suerte de discursos sin sujetos. La
razón puede radicar en la dificultad de operacionalizar paradigmas de transformación en
clave del campo nacional y popular a la vez de atravesar la dureza de las matrices politico-
culturales que perviven en diversos sectores del país. Las nuevas posturas políticas, tienden

51
a reducir en términos de antagonismos, la multiplicidad de voces que emergieron en éste
periodo señalado cuando no se las reduce a “ formas distractivas “ de la emancipación.
Como se advierte los teóricos latinoamericanos en general, sostienen y aplican la
noción de sociedad civil para referirse al actor colectivo que encarna los nuevos
movimientos sociales, noción que trabajaremos en el siguiente capítulo.
Nos interesa ahora detenernos en la problemática de la impunidad en el contexto
argentino, ya que es éste el eje que parece atravesar la relación entre la sociedad civil y la
sociedad política en el caso que nos interesa.
Desde una perspectiva, la de la psicología social desarrollada en nuestro país, en los
últimos 20 años, la problemática de la impunidad coexiste con la represión política
instaurada por la última dictadura, luego refrendada por el aparato legal y político de los
gobiernos democráticos. Sin duda esta afirmación supone al menos un recorte histórico en
tanto marca una etapa de la vida nacional como el ciclo en el que se abre y materializa la
necesidad de reaccionar frente a la ausencia de castigo al crimen y otras formas de
violencia. En ello se funda la necesidad del derecho, como restauración del principio de
seguridad consagrado en el imaginario social como la mayor de las reservas para su
existencia.
En el encuadre previo del caso que nos interesa, advertimos que uno de los primeros
pronunciamientos sobre el crimen de la joven Morales lo hace la Comisión Popular de
derechos humanos cuyos miembros después integrarían la COPE y cuyas perspectivas
sobre la complejidad del caso se mantienen idénticas lo largo de todo el proceso en
cuestión. Su pronunciamiento pone énfasis en las características del crimen, ya que la
desfiguración del cadáver y su aparición en una zona de tránsito frecuente, denotan la
impunidad de que gozan sus autores y el empleo metodologías similares a las empleadas
por la última dictadura. (El Ancasti 20-09-90)
La necesidad de reconocimiento del culpable y su castigo, se sustenta en el rechazo
a la violencia del otro y al profundo temor a la repetición de la situación traumática que
produjo el crimen o cualquiera de las otras formas de terror (Kaes-1994). La impunidad al
genocidio perpetrado por los militares y paramilitares argentinos, ha señalado una práctica
de reacción que reniega de las conductas reparatorias propuestas por el sistema judicial y
político y en consecuencia desafía a replantear a la sociedad en su conjunto la historia
misma y el funcionamiento de los poderes del Estado.
La relación entre la impunidad y las consecuencias del terrorismo de Estado en el
país, es sostenida en el seno de la COPE por activistas de derechos humanos y militantes
de organizaciones políticas de izquierda, provocando hacia dentro y fuera de la comisión

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debates, particularmente en torno a la presencia de figuras vinculadas a la violación de los
derechos humanos.
Pero la movilización misma de las víctimas y de quiénes se identifican con ellas-
familiares, militantes de derechos humanos, los sectores más sensibles de la sociedad a la
problemática, en definitiva quiénes no se identifican con el terrorismo de Estado, sus
secuelas y recreaciones en los años 80 y 90, ha desnudado también las matrices de la
sociedad y las representaciones sobre todos los resortes de la vida comunitaria y las
posibilidades del consenso y la renovación de las expectativas en el sistema de vida.
“Ahora creo que la gente que disentía con la línea Morales, digamos, se fue
alejando, o la fueron alejando, o en cierta manera no terminó imponiendo –ese no es el
término- pero llevando a cabo lo que pretendía, me parece que terminó la cosa más por la
línea de los Morales, en las primeras etapas, ¿ no?, estamos hablando del caso en aquél
entonces…. Porque quizás había una tendencia de decir bueno, ellos son los padres de la
víctima, si quieren ir a hablar con Patti, que vayan, me parece que esa era la sensación
mayoritaria a pesar de que se les advertía, se les dijo quién era, bueno, sobre una serie de
personajes a los que ellos consultaban o iban a venir comisiones policiales, siempre había
gente que advertía de los antecedentes y que los ponía al tanto de lo que significaba esa
gente y que como represores no podían investigar nada”. A.D.(observador externo).
Pero la protesta contra la impunidad se ensancha también a la denuncia de todas las
formas de violencia que se articulan de las esferas del Estado para asegurar el no-castigo
da los responsables de los delitos aberrantes: inducción a la negación social del horror,
inversión de la culpabilidad sobre las víctimas, inducción a generar discusiones sociales
dilemáticas,psicologización y psiquiatrización de los demandantes de justicia, inducción a
la dilución de responsabilidades ( Kordon y Edelman-1994).9
La COPE emite un comunicado en el que expresa: “Los disturbios realizados fueron
producto de elementos provocadores a sueldo del gobierno actual comandados por el
presidente de la cámara de diputados, Edgardo Macedo y desde el interior de la casa de
gobierno (curiosamente cerrada por los empleados pero abierta para los represores) por el
jefe de policía quien ocupaba un lugar estratégico. Ellos tuvieron el torpe objetivo de
amedrentar a quienes por medios pacíficos realizamos una medida que apunta al reclamo de
justicia por el crimen de María Soledad y las injustas cesantías impuestas por el gobierno
cuyos principales perjudicados son agentes participes de las Marchas del Silencio”. (El
Ancasti 5-01.91)
“ El pueblo no es la comisión de esclarecimiento y justicia que ha adoptado una clara
actitud política que es respetable desde su punto de vista, pero bajo ninguna circunstancia
puede arrogarse el hablar por el conjunto de la comunidad”. ( El Ancasti, 8-12-90)

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El ministro Mera Figueroa acusa a Pelloni de “insania”, “delincuente “,
“inimputable”(El Ancasti, 9-12-90)

La Cope denuncia que los arrestos que hizo la policía arbitrariamente, a partir de la
Marcha 23 es una muestra más de la persecusión que la policía les está haciendo a los
miembros de la COPE. Dabhar- el jefe de policía- replicó al respecto: “son ellos mismos
(en alusión a la Cope) los que concretan sus intenciones nefastas desde la óptica política, al
efectuar este tipo de manifestaciones tumultuosas y hostiles” acusándolos de “estar guiados
por el mezquino interés de lograr réditos políticos usando jóvenes”. Negó además, Dabhar,
que la policía resguarde el poder politico. ( El Ancasti, 23-03-91)

La relación entre poder e impunidad reaparece continuamente en la casi totalidad


de las protestas argentinas posteriores a la dictadura militar. Ello explicaría en gran medida
que “ la práctica social tiene un papel preponderante en la búsqueda de la reparación
simbólica y en la elaboración del duelo en las personas afectadas más directamente. Pero
además la respuesta social organizada cumple un papel instituyente en el cuerpo social
ayudando a la construcción de un consenso social contrahegemónico. Ayudan a restaurar la
malla social, a definir nuevas normas que regulen los intercambios, a proponer otros
modelos y otros ideales colectivos. Generan una expectativa de potencia frente a modelos
de omnipotencia-impotencia, restauran lazos solidarios reabriendo expectativas de futuro
que trascienden los sentimientos de sin salida que genera el escepticismo”. (Kordon y
Edelman-1994).
“La COPE era la que ponía el ingrediente de la contextualización es decir, de los
planteos, ligar la situación judicial, política, social, como que todo responde a un mismo
proyecto, a eso me refiero cuando digo que el valor de la COPE fue ligar, relacionar,
contextualizar, inclusive comparar –porque se bajaban ejemplos, en los discursos, en las
mismas discusiones de la COPE- de otras realidades que el país vivió o que en otras
provincias se vivió y ese unir, era ir armando una especie de contexto, que para mí lo tenía
claro la gente que hablaba en nombre de la COPE”. A.D.(observador externo)

Desde este análisis, en el curso de esta práctica de respuesta social organizada y de


búsqueda de verdad se construyen nuevas representaciones sociales que redefinen la
significación de la situación de impunidad. La impunidad como representación social
internalizada, tiende a funcionar como un organizador psicosocial que favorece la creación
de un consenso que habilita la creación de un consenso que legitima ciertas conductas

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personales en la escena social, conductas de carácter omnipotente y arbitrario, que no
reconocen la existencia de un tercero social que proteja la inserción individual en el
conjunto. Y ante el un intento de quebrar la legitimación de esas representaciones, se
produce una crisis entre quiénes están dispuestos a justificarla y quiénes están dispuestos a
cuestionarla.
En la Marcha 40, uno de los miembros de la COPE pronuncia un fuerte
cuestionamiento al intendente de la gestión Saadi, aún en funciones y al candidato a
gobernador por el Frente Cívico, Arnoldo Castillo, aludiendo a “su pasado procesista”.
“Es que esto significaba perder de vista que “no sólo del otro lado están los malos,
también de este lado los tenemos, eso fue lo que dije en la Plaza” (O.P. observador
externo).
El discurso provoca repudios de la Comisión de Padres y según revelan entrevistas
a sus ex miembros, es uno de los episodios que contribuye a la disolución de la Comisión.
(El Ancasti, 7-07-91)
Sobre la base del deseo de terminar con la impunidad, ante algunos hechos, se
produce una relativa identificación con el modelo que propone la impunidad, una de las
más visibles es la exaltación de personajes represores. (Edelman-Kordon)

”Yo recuerdo reuniones en el frente cívico grandes debates, grandes porque eran
muchos, ya se vio que el único intento al ideal máximo que llegaba la gente mejor
conceptuada por la política local, no llegaba a más de lograr una, un gobierno que fuera una
buena administración. Es decir ya arrancamos con una falta de idealismo absoluto. Y eso
después se combina con los candidatos del Proceso, cuando fue un momento singular de la
vida política de Catamarca, en que se pudo haber impuesto cualquier candidato”. (B.R
observador externo)
El proceso de las Marchas del Silencio entonces, se inscribe en el cuadro de caracteres de
los llamados nuevos movimientos sociales porque se constituye con actores diferenciados
social e ideológicamente, demanda una respuesta inmediata a condiciones de existencia en
el marco del Estado Liberal, emplea modos de nucleamiento y comunicación externa
alternativos a los usualmente empleados por las organizaciones políticas tradicionales
(partidos y sindicatos en especial) y se convierten en un momento determinado de la
movilización que protagonizan, en enérgicos cuestionamientos a la legitimidad del régimen
político vigente. Pero también, este ciclo de protestas desenvuelto en Catamarca, muestra
la continuidad de la lógica de respuestas emprendidas durante y posteriormente a la última
dictadura militar en el país, frente a la pervivencia de las formas de la impunidad y con ello,
se vincula esta lógica a una condición histórica que en el tratamiento sobre nuevos

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movimientos sociales, no es siempre localizado como un componente constitutivo de la
movilización, sino interpretado bajo la forma de “prácticas previas de los actores”. Noción
ésta que no desconocemos en nuestro análisis, pero estimábamos necesario contextualizar
sincrónicamente en la particularidad de Argentina.

Capítulo 3

¿Qué es politización?

Desde la perspectiva de la Teoría de la Movilización de Recursos, se puede pensar que la


politización consiste en apropiarse de los recursos que los sujetos consideran disponibles
para efectuar las acciones orientadas al cambio de una situación, que es de carácter
institucional y en consecuencia efectuar ajustes entre esa selección y su instrumentación a
través de decisiones que respetan la coordenada costo-beneficio. Este análisis señala un
papel articulador de esas actuaciones, a los llamados políticos profesionales, alrededor de
las organizaciones formales, pero no abre la posibilidad de revisar qué ocurre con la
constitución del colectivo que encarna dicha acción, es decir, cuál es el lugar que ofrece lo
político y sus impactos en la escena social, para la subjetividad de los actores. Lo político
en este sentido, no es un horizonte de significados sociales que hay que construir sino un
ámbito ya existente hacia el cual se dirigen las acciones con el propósito de cambiarlo; el
acento de este enfoque se pone en la distinción de los recursos y modos de seleccionarlos
para garantizar la eficacia de la acción social.
Por oposición a este planteo, la Teoría del Comportamiento Colectivo, concibe lo
político como uno de los ámbitos posibles hacia el cual se orienta la acción en demanda de
inclusión en ella- de los excluidos- viendo en la acción misma un principio organizador de
quienes no están organizados para que actúen contra las elites. Aquí la politización se
relacionaría con un principio de control respecto de quiénes detentan la concentración de
poder. En esta perspectiva toda acción social responde a una tendencia más o menos
frecuente, cuál es la de reconocer con cierta facilidad sus objetivos y confiar para ello en el
potencial transformativo de la organización
Sin embargo la acción colectiva en el marco de los nuevos movimientos sociales,
que trabajaremos aquí nos conducen al reconocimiento de espacio público como ámbito
de legitimación de las acciones de los sujetos nucleados en un ámbito al que consideran
propio, es decir el grupo.

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Ya señalamos que en la lógica de los nuevos movimientos sociales hay una
tendencia politizar las instituciones de la sociedad civil a través de las instituciones de la
comunidad política (representativa - burocrática) y supone una resignificación de los
ámbitos de desenvolvimiento de la vida civil, que adquieren carácter de espacio intermedio
entre lo privado y lo institucional público, lo que implica la constitución de una dimensión
externa a los actores, al Estado y a las organizaciones primarias en que se insertan.
Sin embargo, el grupo se erige como el primer espacio válido para los sujetos, en
tanto en él se pueden desenvolver y reapropiar los intereses que en un primer momento
aparecen radicalmente diferenciados u opuestos entre sí aunque orientados por la necesidad
de hacer visible una preocupación común. De modo que el grupo es el primer nivel de esta
politización de los sujetos, que una vez reconocido y definido el contorno del conflicto que
les afecta, se convierte en el medio social inmediato. La referencia a esta relación aparece
en las narrativas de los entrevistados en torno a la pregunta ¿qué objetivos tenía COPE?
Una ex miembro de la comisión, indica al respecto”: Yo creo que el objetivo de la
COPE fue no agotarlo al Caso por el temor de que se venían las vacaciones, para
mantenerlo vigente y bueno fundamentalmente para ya empezarla a la cosa desde el lado
político ¿no? . Porque a esta convocatoria fueron todas la fuerzas políticas, todo el espectro,
nunca en mi vida vi a todo el abanico político de la provincia desde la derecha pasando por
el centro y terminando por la izquierda unidos en una convocatoria de esta magnitud, fue un
caso inédito en la historia de Catamarca. Creo que fue el punto, el momento más genuino
tal vez en la historia política de Catamarca en donde todas las fuerzas políticas aunaron
esfuerzos para pararle la mano a este dictadorzuelo que había, que con cara de democrático
pero bueno…. Era…. muy jodido en ese tiempo. Yo creo que el objetivo de la COPE fue no
agotarlo al caso por el temor de que se venían las vacaciones, para mantenerlo vigente y
bueno fundamentalmente para ya empezarla a la cosa desde el lado político ¿no? . Porque a
esta convocatoria fueron todas la fuerzas políticas, todo el espectro, nunca en mi vida vi a
todo el abanico político de la provincia desde la derecha pasando por el centro y
terminando por la izquierda unidos en una convocatoria de esta magnitud, fue un caso
inédito en la historia de Catamarca. Creo que fue el punto, el momento más genuino tal vez
en la historia política de Catamarca en donde todas las fuerzas políticas aunaron esfuerzos
para pararle la mano a este dictadorzuelo que había, que con cara de democrático pero
bueno…. Era…. muy jodido en ese tiempo.(entrevista a C.P.)
El nucleamiento grupal demanda la definición intersubjetiva no solo de sus
intereses sino de sus posibilidades y límites en términos de actuaciones respecto del
conflicto ante el cual se constituye, por lo que los momentos deliberativos cobran el
carácter de elementos que aportan a la constitución identitaria del grupo.

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Otro actor, relata: “Cualquier tipo de resolución sobre cuáles eran las actitudes a
seguir, si se iba a hacer una manifestación, con qué carácter, qué si se iba al atrio, si se iba a
hablar, quiénes iban a hablar, si es que se hablaba o que, si se aceptaba o no se aceptaba
por ejemplo cuando los Morales decidieron ir a hablar con Menem, si decidieron en
definitiva que viniera Patti y…en fin, fue totalmente reprobado por la COPE entonces ese
tipo de decisiones, bueno la COPE tomaba decisiones y aconsejaba a veces incluso estando
presente los Morales, por ejemplo en esa oportunidad estaban los Morales presente, se les
recriminó ¿no? bueno la actitud de decir bueno ustedes están totalmente equivocados, no es
así, la COPE no está de acuerdo que se haga, por más que lo hacían ellos eh…”(Entrevista
a A.G.)
Las instancias deliberativas representan los momentos en que los actores discuten
la formulación de sus metas y la definición de los niveles de conflictividad que reconocen
en el “afuera”. En este sentido, lo político aparece como un horizonte en el que el
significado de las alternativas de la acción se hace problemático para los sujetos, ya que en
la deliberación sobre las estrategias a seguir pone también en cuestión al o los destinatarios
de sus decisiones y en consecuencia desnuda sus relaciones previas con el mundo social.
Una de estas distinciones previas a la protesta puede reconocerse en esta narrativa:

“Bueno creo que el objetivo indudablemente, yo por el lado mío fue por el tema de justicia.
Indudablemente ahí aparecen aquellos que no tienen poder de convocatoria y aprovechan
para aparecer como políticos, porque realmente como te decía anteriormente hay
politiquitos que realmente dan lástima ¿no?” (Entrevista a E.M.).

Los sujetos transfieren al grupo en que se insertan, sus percepciones previas del
contexto donde transcurre el conflicto y con ello inician ese proceso de definiciones y
formulaciones que construirán la trama identitaria del colectivo.
Refiere uno de los actores de la COPE: “La primera reunión que se hizo fue en el
hogar del Peregrino, en esta primera reunión, coordinaba, por decir así, una señora que creo
que era pariente o algo de los Morales, y había un criterio muy personalista todavía de qué
es lo que…cómo tenía que actuar digamos esta COPE embrionaria, llamémosle, porque ahí
todavía no estaba ni siquiera instituida; y bueno cada uno opinaba de cómo seguir el
proceso…. Pero en definitiva esta coordinadora condicionaba todas las decisiones o
acciones a tomar a la aprobación previa de los Morales, si los Morales pensaban o estaban
de acuerdo en hacer tal o cual cosa, se haría y sino no se haría. Y entonces hablaban
representantes de algún tipo de agrupaciones, de partidos políticos etc. y esa mujer exigía
que cada uno de los que hablara en representación, digamos en representación de quién

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hablaba, tenía que representar a… ahí en ese momento ya estaba asistiendo el actual
senador Villarroel, el Varón Acuña, en fin, gente vinculada a los partidos políticos. Yo pedí
la palabra, me integré de esa forma, y dije yo no represento a nadie si puedo hablar y me
dejan hablar, hablo, si no me dejan hablar, no hablo, pero yo pensaba que esta era una
reunión que tenía un carácter más o menos democrática así que…. Bueno medio…a presión
me dejaron hablar. Yo plantee básicamente que esto iba más allá de lo que opinaran los
Morales eh… si en definitiva si el pueblo está condicionado a lo que digan los Morales,
bueno en ese caso yo personalmente, me borraba, porque me parecía que las decisiones que
se tomaran ahí tenían que ser prácticamente soberanas y no estar condicionadas a la
aprobación previa o no, de lo que dijeran o no los Morales porque el fenómeno ya se
vislumbraba que era mucho más profundo, por decir así, que el tema personal de la María
Soledad, con todo respeto, pero se veía que el fenómeno, era un fenómeno político,
sociológico mucho más profundo que el fenómeno exclusivamente familiar,”(entrevista a
A.G.)
Se instala una subdimensión del conflicto en definitiva, en la que los individuos
concertan el grupo como intermediario entre la crisis de legitimidad del “afuera” y su
superación. Es decir, "Los individuos contribuyen a la formación de un 'nosotros', más o
menos estable, por medio de la transformación en común, laboriosamente, en negociaciones
y ajustes…” (Melucci, 1989) No consiste esta práctica, en un renunciamiento de las
concepciones y experiencias previas de los sujetos, sino en una conciliación provisoria de
las diferencias más mediatas, en aras de definir los objetivos comunes, que aparece bajo la
forma de “expectativas” y que enmarcan las primeras evaluaciones de los sujetos sobre la
red de conflictos.
Enfatiza al respecto una entrevistada”: La COPE como te dije en un comienzo… yo
no sé si tildarlo de político, pero fue el brazo combativo porque hasta ese momento era una
amalgama de sectores que enfilaban hacía un mismo objetivo, que era oradar el poder
político que tenía por aquel entonces Saadi y en eso confluíamos todos…” (entrevista a
C.P.)
Y afirma en ese sentido un joven, ex integrante de la comisión también : “Bueno
yo, en primer lugar, siempre desde el primer momento que fue el crimen de María Soledad
me sentí identificado en el movimiento, por fin, para mi gusto, masivo, social masivo,
contra la impunidad, contra el sistema corrupto, contra un montón de injusticias y de
irregularidades que uno las percibía a diario tanto a nivel político como eclesiástico mismo,
algo que rompía con la estructura verticalista y de no salirse de una línea clásica digamos y
de la edad media.” (entrevista a L.T. ex miembro de la COPE).

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El reconocimiento de lo otro – en tanto lo externo al grupo- o los otros- en tanto
miembros de otros colectivos- por parte del grupo dispuesto a actuar, es el preludio de un
proceso más complejo, el decisorio en torno a la acción.
Refiere respecto del reconocimiento de otros actores hacia la COPE, una de sus ex
integrantes: ” No, tengo la impresión que Marta Pelloni sí se daba cuenta del papel porque
ella convocaba a algunos que éramos integrantes de la COPE, cuando tenia algún problema
necesitaba algún apoyo desde legal hasta de cualquier tipo, para escuchar alguna opinión o
tenía algún problema grave, por lo menos a nosotros siempre nos convocaba y la comisión
de padres era como, algunas personas, no querían que el espacio ese que tenían se los
disputara otra gente, yo lo percibía muy claramente a eso. Y creo que la familia Morales,
cuando digo la familia Morales me refiero al padre de María Soledad sobre todo, bueno, es
comprensible la actitud que muchas veces tenían ellos, que tenían miedo de ser
desbordados en muchas cosas que no entendían o de ser usados” (entrevista a M.D.).

El anticipo de la protesta radica en las localizaciones de lo “aceptable” y lo


“intolerable” del ambiente porque ello condicionará las modalidades de la acción.Es
oportuno en este sentido revisar la noción de protesta, a la que puede intuirse como el nivel
más claro de la politización: “La protesta es parte de la acción colectiva pero no la agota.
Para comprender mejor el análisis que nosotros realizamos aquí es importante distinguir
entre los componentes de las condiciones de la acción colectiva y los conflictos que la
originan. Como así también, diferenciar la emergencia y manifestación de los conflictos y
los modos de reproducción de las aludidas condiciones. En este sentido, se acepta que las
acciones colectivas involucran momentos de latencia y de manifestación, haciendo
referencia esto a su potencial o manifiesta visibilidad como resultado de otras acciones
colectivas e individuales. Del mismo modo se debe tener presente, que suponemos que los
conflictos se desplazan y adquieren significados diversos en el mismo proceso de
constitución de la acción colectiva”. (Scribano, 1998). Puede entonces entenderse que la
protesta en este sentido es ante todo la acción colectiva misma, resultado de la elaboración
del conflicto a través de la deliberación, la definición de metas y la selección e
instrumentación de recursos orientados a asegurar el alcance de aquéllas, y con ello, es la
instancia intermedia de la politización de los actores, que desenvuelven a través de su
integración al grupo otras formas de exposición de sus intereses y objetivos, ya el grupo
mismo se ha constituido en un espacio político, un medio de politización de los sujetos de
cara al conflicto.
Y dado que”: es importante subrayar que lo que aquí denominamos redes de
conflictos, están constituidas a su vez por relaciones entre actores que implican la

60
referencia a redes de conflicto anteriores conectadas entre sí ”( Scribano, 1998) los actores
pueden crear formas de demarcación de sus diferencias con respecto a otros grupos o
actores, dirimiendo aquellas dificultades que pueden obstaculizar su reconocimiento a
través de acciones que no se inscriben en términos de protesta, porque en primer lugar no se
constituyen en el espacio público ni tampoco se enfrentan a un centro de poder
determinado- discursivo, institucional, etc.- sino que consisten en la explicitación de sus
prácticas y relaciones previas con el sistema social, hacia dentro del grupo.
Una ex miembro de la COPE, expresa respecto de este tópico: “ Nos integramos a la
COPE porque era un movimiento de derechos humanos, estábamos trabajando a full en esa
época, con todo lo que era la represión policial porque en esa época estaba Ferreyra, había
muchos apremios ilegales, mucha golpiza, había denuncias, incluso había mucha pelea,
muchas discusiones con Ferreyra y con ese sector de la policía y del gobierno por toda esta
situación que se estaba viviendo, ya de represiones a la gente joven en los bailes, se los
levantaba en los ómnibus, se las llevaban, se las detenían, apremiaba, entonces ya había un
enfrentamiento”. (entrevista a C.M.)
No obstante, la puesta en escena en el espacio público de la disconformidad con el
mundo social, tiene doble dimensión: por una parte es resignificación de ese espacio como
la única alternativa que advierten los actores para situarse en tanto colectivo que demanda
legitimidad como grupo, y a la vez se constituye en un nuevo polo de poder, aspecto que
sienta su base identitaria. Y dado que “ la identidad es una construcción que puede adoptar
diversos grados de estabilidad o de variabilidad, de fragmentación o de integración”
(Scribano, 1998)podemos leer en esta instancia otro grado de politización ya que son estas
discusiones y actitudes que rodean o preceden a la protesta las que aseguran que el grupo
conserve su capacidad dialógica en permanente cambio y que lo disponen a orientarse a
metas precisas.
Refiere un ex - miembro de la Comisión en este sentido: “lo que se debatía en la
Cope eran los mecanismos para lograr el esclarecimiento de cómo habían ocurrido los
hechos, ya sea a través de renovaciones parciales en la justicia o de quiénes llevaban a
cabo la investigación, de policías, de una cúpula policial cuestionada por encubrimiento, en
fin, estábamos más que en la parte política, estábamos en la parte del esclarecimiento en sí
del hecho. Evidentemente de que creíamos que el poder político había encubierto, esa fue
por lo menos la acusación permanente que se hizo en todo momento; esa fue la posición
permanente de la hermana Marta Pelloni y nosotros estuvimos de acuerdo con eso porque
las cosas estaban…que conocíamos, lo que se dio a conocer o lo que aparentemente se
conocía dejaba entrever que eso había ocurrido en Catamarca. Y esa fue la causa
posiblemente, más importante, por la cual medio Catamarca se volcó a la calle: el

61
encubrimiento por parte del poder político de este crimen aberrante. Así que por h o por b,
sea cual sea la causa queríamos que el poder político cambia por más que no sabíamos
cómo…”(entrevista a V.A.).
Dicho de otro modo, las disidencias experienciales y/o representacionales entre los
actores pueden operar como incentivos para la identificación y la diferenciación,
alternativamente, sin que la consecuencia inexorable de ello sea siempre la protesta, pero
que en la cohesión grupal opera como principio indirecto de politización al instaurar
distinciones respecto de otros grupos o actores que intervienen en el mismo escenario o
conflicto.
Es decir, la protesta puede emerger como una situación que expresa la definición de las
coincidencias entre los actores respecto del conflicto central que les nuclea, pero detrás de
ella se activan otros elementos que los sujetan alrededor de la confrontación de
experiencias y valoraciones, sobre las cuales: o establecen negociaciones a los efectos de
preservar el logro de los objetivos definidos como relevantes para el grupo o entablan
disputas que ponen en riesgo el objetivo central del colectivo.
Entonces el grupo, los procesos deliberativos – decisorios, la acción misma en sus
diferentes fases pero concentrada en la protesta y la visibilidad y viabilidad del grupo en el
espacio público, conforman diversos modos de politización. En el contexto específico de
las marchas del Silencio, la politización implica el reconocimiento de las relaciones entre
impunidad y poder político, caracterizando a aquella como una expresión de la trama de
condiciones que vulneran los principios de justicia y seguridad a la ciudadanía
catamarqueña y a este último como un conjunto de situaciones y personas que permanecen
en las instituciones del Estado detentando el control de todos los aspectos de la vida social.
Esta percepción aparece en las narrativas de los actores de la COPE bajo dos posiciones
diferenciadas:
Como confianza en que el cambio de gobierno en la provincia aseguraría la resolución
del crimen y con ello el sometimiento de la justicia al poder político. Se advierte por
ejemplo en relatos como el siguiente: “Yo soy militante radical y he sido partidario de
la formación del frente cívico y social que fue consecuencia de estas Marchas del
Silencio, de todo esto- pero estoy seguro de que el caso María Soledad fue lo que
permitió el desalojo de la dinastía Saadi del poder de Catamarca, estoy completamente
seguro de eso; si no hubiese pasado eso todavía a lo mejor seguiríamos con la dinastía
Saadi en el poder y creo que eso ha sido según mi humilde opinión- al decir humilde no
lo digo en el sentido de alabarme de ser humilde sino de que no soy en estos momentos
un dirigente de primera línea – y creo que ha sido un bien para Catamarca a pesar de
todos los defectos que pueda tener el gobierno que está actualmente en el poder, pero

62
Catamarca vivió un clima distinto y vive un clima distinto a pesar de las marchas de
desocupados y todo lo demás, no hay patotas organizadas, no se vive con miedo, se
vive una paz social, que en este momento el problema de la desocupación lo está
alterando, pero que durante todos estos años fue, digamos así, el logro más importante
que se había tenido en Catamarca, es la paz social que no se vive en ninguna de las
provincias que nos rodean, solo se vive acá en Catamarca”. (entrevista a V.A.)

b) Como escepticismo respecto de que el cambio de gobierno implique necesariamente el


cambio de las condiciones que posibilitan la injusticia y la impunidad. Esta mirada, se
aprecia por ejemplo en la siguiente narrativa: ” Y crean el Frente Cívico como alternativa
de política ¿no? Es decir al ser sacado Saadi, incluso otro enfrentamiento que tuvimos
previo a esto fue el pedido de intervención a la provincia, por más que estos sectores
aclaraban que ellos pedían intervención al poder judicial, no se les pudo hacer entender que
la intervención iba a ser general no al poder judicial y que si nosotros sosteníamos y que el
sector de la familia Morales sostenían que era un crimen del poder, de sectores del poder,
qué nos podía aportar a nosotros una intervención mandada por el poder que era Menem”
(entrevista a M.C.).
Este núcleo de posiciones, evidencian también asociaciones de carácter ideológico
frente a las visiones que les contradicen y se expresan en percepciones como las siguientes:
“Hubo muchos momentos en que pudo apartarse de ese objetivo básico en el cual
coincidíamos casi todos los que estábamos en la COPE. Yo después tuve que renunciar,
eh…, renuncié, el padre Bavera no estaba, estaba en Bs. As. y le mandé un telegrama
diciendo que renunciaba porque no estuve de acuerdo con algunos sectores de izquierda
que había adentro, no le puedo precisar a esta altura cuáles eran, pero no eran de izquierda,
sino de extrema izquierda, y tenía enfrentamiento a cada rato porque atacaban a la iglesia,
inclusive dentro de las reuniones de la COPE por más que eran en el Corazón de María, y
porque ya que estaban impacientes con las Marchas del Silencio, querían que tomara otra
actitud más agresiva, más violenta, y yo en ningún momento podía avalar eso, sabía que en
el caso de desencadenarse la violencia iba a perder mucha gente, perder me refería a su
integridad física y su salud, que intervenía en las Marchas del Silencio, especialmente los
jóvenes; además por mi experiencia de luchas universitarias ya sabía yo a qué se llegaba
con la violencia, a qué grado se podía llegar cundo se dejaba que pequeños grupos de
extrema querían canalizar según sus formas de luchar, que puede ser aceptado o no, pero
que en ese momento para nada lo podíamos aceptar aplicada por lo que se estaba luchando,
por lo menos esa era mi forma de pensar como militante católico y la protesta pacífica sin
violencia sin que nadie salga dañado físicamente era lo que hizo originar las Marchas del

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Silencio y lo que costó mantenerla en esa posición pero al final esa fue la posición que tuvo
hasta que terminaron las mismas.” (entrevista a V.A).
Y por otra parte se advierte una percepción opuesta a la transcripta: “Creo yo que el
motivo era que había mucha gente que era considerada de izquierda, eran esos tabúes,
porque yo a Elías muchas veces lo escuché decir entre los que nos incluía “estos zurdos de
mierda”, entonces pienso yo que el temor venía por allí, también por parte de Marta Pelloni
muchas veces lo llamaba a mi esposo y le decía, cuando vino Parrilli y otra gente de Bs As:
“ Roberto vení, vení llevate del colegio a estos zurdos”. Era como si hubiese un temor, que
la gente de izquierda está considerada más activista más comprometida más jugada,
entonces que eso se convierta yo no sé en qué, nunca supe, cuáles eran los temores pero
evidentemente que esos temores afloraban, sí …”(entrevista a M.D.).
O se percibe también una visión opuesta en el siguiente relato: “Por supuesto se manejó
mucho el maccartismo, pero así a ultranza ¿no? Con la izquierda, es decir éramos los
zurdos, los que queríamos desestabilizar, no nos dijeron que queríamos voltear el gobierno
porque bueno… los que querían voltear el gobierno eran ellos, es decir nosotros veníamos
de denunciar al gobierno desde hacía muchos años desde el año ochenta y pico que
veníamos denunciando al gobierno de Saadi, o sea que no era nada nuevo”. (entrevista a
M.C.)
De modo que una de las aristas de la politización del proceso, es un nivel de
politización previa del grupo COPE, en que se radicalizan los supuestos previos de los
actores, determinando sus valoraciones respecto de la red de conflictos y desplazándose a
actitudes confrontativas entre los miembros del grupo.
Este tópico se conecta un aspecto que podemos denominar la espacio-temporalidad
de lo político ya que los conflictos en la sociedad compleja se desplazan hacia el plano de
la producción simbólica para ocuparse de la identidad personal, el tiempo, el espacio, las
motivaciones y los códigos de la acción cotidiana. (Melucci, 1996). Es decir la espacio-
temporalidad se convierte en ámbito primario de resolución de los conflictos que
promueven la acción colectiva, que como se advierte en este sentido, es siempre acción
política.
Pero en sentido estricto al problema que nos ocupa, la idea del espacio político
remite a suponer no una dimensión material sobre la cual avanza o retrocede la acción
colectiva sino una construcción a través de la cual la acción cobra uno de sus sentidos. Se
trata de la resignificación de los ámbitos del espacio público donde transcurre la protesta,
ámbitos en los cuales la intervención de los actores, previa al conflicto, era reconocida
como válida, legítima, y que en los momentos de la acción colectiva se convierten incluso
en la mediación entre el colectivo vulnerado y los resortes del conflicto mismo.

64
Las crónicas periodísticas de las Marchas del Silencio, señalan que una vez iniciada
la movilización semanal, los marchantes se detenían unos minutos en señal de reclamo,
frente a cada uno de los juzgados por los que pasaba el recorrido- uno del ámbito provincial
y otro del ámbito federal- hecho que si bien nunca se explicó por sus organizadores, ha
quedado registrado como una nota distintiva de las manifestaciones del Silencio en
Catamarca entre 1990 y 1991 e incluso reiteradas en la reedición de dos Marchas, en 1996
en ocasión del primer juicio por el crimen de la joven Morales.
Frente al más central de los desencadenantes, la impunidad, los sucesos del proceso
de las Marchas, se han desenvuelven siempre en torno a acciones en las sedes de edificios
públicos donde se administra justicia.
Refiere una actora al respecto: “Después se dio mucho, con mayor profundidad el
enfrentamiento en los sectores cuando se decide por ejemplo pedir apoyo a Menem, cuando
Elías Morales tiene una entrevista con Menem, cuando se decide traerlo a Patti, nosotros
explicamos quién era Patti, incluso un grupo nos plantamos frente a la Federal y dijimos y
lo insultamos y dijimos lo que pasaba y quién era Patti, denunciamos públicamente los
asesinatos y las torturas que había cometido”. (entrevista a M.C).
La sede policial deja de ser en este contexto, para algunos de los actores, lugar de
reclamo por el esclarecimiento del crimen y se convierte para el colectivo, en el
destinatario del repudio.
Pero al mismo tiempo, otros manifestantes acuden a la delegación local de la Policía
Federal, para proclamar al comisario enviado por el Poder Ejecutivo Nacional (El Ancasti-
23-01-91). Actitud ésta que marca parte de las discusiones en el seno de la COPE sobre la
relación entre los ciudadanos y las instituciones.
Subraya al respecto otro entrevistado: ” Bueno tuvimos serias divergencias, cuando
hablo de lo ideológico me refiero por ejemplo a que no estábamos de acuerdo con la
fascinación que ejercía un duro como Patti en la mentalidad, no solo en la mentalidad de
Elías Morales, porque hay millones, hay millones de ciudadanos que piensan como Elías
Morales, partamos de la base que la Argentina es una sociedad conservadora, muy
ortodoxa, muy … la definiría de derecha y bueno Patti era la superestrella y entonces bueno
quienes veían una cosita con un poquito más de perspectiva conociendo los antecedentes de
Patti y nos parecía una cosa traída de los pelos que se pudiera ver con buenos ojos a un tipo
sindicado como torturador por los organismos de derechos humanos, donde existe de que
fue el que asesinó a Cambiasso y a Pereira Rossi, en Rosario, como un tipo de gatillo fácil,
en un movimiento que yo tildaría de progresista era como que no cuajaba, no encajaba”
(entrevista a C.P.)

65
Se trata de una lógica que puede descifrarse entendiendo que, “…con relación a su
densidad, la intersubjetividad originaria de la acción colectiva conlleva estratos de
significatividad: capas de acción significativa que se diferencian por los participantes en la
acción. Existe una primera significatividad que se enraíza en la red intra-simbólica del
propio nosotros que reclama visibilidad, otro nivel corresponde a las significaciones
objetivas, mensajes orientados a los sujetos contendientes; otra capa la constituye la
simbología de conexión con otras redes de conflicto y por último, todas estas capas son
señales para la sociedad en su conjunto” (Scribano). Implicaría que esta complejidad
impide a otros actores acceder a por lo menos una de estas capas significativas y que esa
impermeabilidad comunicativa aporta a la construcción de respuestas diferenciadas frente a
los mismos elementos de la situación- conflicto.
Al respecto enfatiza otra de las actoras”: ¡La comisión de padres, mirá vos, me
olvidaba de la comisión de padres!, la comisión de padres, ¡sí! Trataba de subestimar y es
más, para la comisión de padres, la COPE no existía”. ” Es decir, a quiénes integrábamos la
COPE, los medios pocas veces se acercaban o se acercaban y después publicaban lo que
decía la comisión de padres, lo que decían los chicos, que era importante lo que decían los
chicos, pero …”(M.C.)

De modo que esta especialización de la percepción del conflicto, marca uno de los
ejes de la politización del grupo. Es decir, tanto sus representaciones y prácticas previas,
como los componentes de la red del conflicto, operan para que los actores encuentren en la
reapropiación de los espacios públicos, una de las instancias donde sus metas y
diferenciaciones respecto de otros actores y entre los actores mismo del colectivo en
cuestión, se hacen visibles.
La COPE convoca a todos los estudiantes y empleados públicos a parar las
actividades durante quince minutos, el día Jueves, a fin de discutir e intercambiar ideas y
reflexiones sobre las acciones que se llevan a cabo en el caso María Soledad (El Ancasti
,22-11-90)
La noción de politización se liga entonces a la de la relación de los actores con el
espacio, con el grupo y con los demás sujetos que interactúan en un contexto de conflicto.
Pero nos resulta insuficiente para dar cuenta del carácter transformativo de la acción
colectiva, por lo cual, estimamos conveniente, explorar las formas de pervivencia del
colectivo que encarna la protesta en las percepciones de los otros actores y también de sus
oponentes.
Después de pronunciados los primeros discursos de la COPE, al finalizar las
Marchas del Silencio durante el mes de Noviembre de 1990, el entonces gobernador de la

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provincia, convoca a conferencia de prensa donde refiere explícitamente a estas
alocuciones, el marco de su análisis sobre la situación en Catamarca a raíz del crimen de la
joven Morales:
Señala el cronista del diario que el Dr. Saadi enojado por los discursos incendiarios
afirmó: “ el pueblo no es la comisión de esclarecimiento y justicia…. Sería importante que
hagan los aportes necesarios para que todo ello se clarifique, no solo por el crimen sino por
todos los hechos que se informan en esos inflamados discursos”/” Mi imagen no tiene nada
que ver con lo que está sucediendo en Catamarca, porque lo que hay es un sector que no es
representativo de la comunidad “.“No entiendo que se trabaje para disgregar la comunidad
de la provincia “(El Ancasti, 8 –12-90)
Es decir, los posicionamientos del colectivo impactan en el contexto y en sus
efectos
puede leerse la huella o rastro de la acción política. Es en ese re-conocimiento que los otros
tienen del grupo donde éste asume también su cohesión y potencial transformativo.
Las veladas acusaciones del ministro de relaciones institucionales de la provincia a
la COPE, y una serie de denuncias que la misma hace públicas sobre “presiones”,
“amedrentamientos” y “represalias” a sus miembros y personas que participan tanto de las
marchas como de las actividades que realiza la comisión, se constituyen en el termómetro
de su intervención en el proceso y, sobre lo cual hace reiterada referencia toda la
producción discursiva del grupo. (resumen de cronología- pag.14.)
Es este un aspecto que remite nuevamente a la noción de identidad
precedentemente trabajada. Y permite advertir que el reconocimiento de los objetivos
diferenciados del colectivo, respecto de otros actores, marca entonces el elemento
neurálgico para la orientación de sus acciones. Es decir, la politización consiste en el
contexto de la COPE, en la identificación y explicitación hacia dentro y fuera del grupo, de
las condiciones que posibilitan el conflicto y que tienden a mantenerlo y en la
diferenciación de las representaciones que se intuyen están presentes en los demás grupos
o colectivos ante esta irrupción diferenciada mediante la protesta.
Afirma en ese sentido una actora del proceso: “Porque claro ya la juventud por el
perfil combativo de la COPE, empezaron un poco a espantarse y bueno trataban por sus
medios de buscara sus propios espacios. La comisión de padres por aquella necesidad de
mantenerse puritos y limpitos, porque en política todos somos agnósticos en política ¿no?
que la ven como algo que no quieren que lo toquen ni lo rocen por aquello de que hay tanta
subalternización de la política y por aquello del desprestigio que cargan los políticos y que
se ve como algo sucio la política lamentablemente y entonces me da la sensación de que los

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jóvenes y la comisión de padres, no quisieron ser utilizados entre comillas no se quisieron
contaminar” (C.P.)
La propia comisión, ante los sucesos sobre los cuales se la responsabiliza responde
en una oportunidad a través de una carta remitida al ministro Mera Figueroa constituye
uno de sus documentos escritos más polémicos. En el texto, los integrantes de la comisión
señalan la relación entre el poder feudal del gobierno provincial y la falta de equilibrio de
los poderes del Estado. Al mismo tiempo que responsabilizan a miembros del gobierno por
los temores de caos e insubordinación civil a que hace referencia el ministro. (resumen
cronológico, pag. 12.)
Un ingrediente que aporta a la constitución identitaria del colectivo, lo constituye la
implementación de dos prácticas que definen como participativas los mismos actores: la
modalidad a través de la cual se delibera y la evaluación de los acontecimientos que
transcurren en el proceso.
Sobre el primero de los aspectos recuerda una de la ex integrantes: ” Sí, la
metodología era evaluar cada… la metodología pasaron por fases, así le llamaría si vale el
término, que fueron las famosas vigilias, o sea fijar estrategias para tratar de socavar el
gobierno, como por ejemplo fueron las vigilias. Bueno, una presencia muy fuerte en los
medios, escritos y radiales; bueno debates interminables analizando todos los
acontecimientos del día..”(entrevista a C.P.)
Este rasgo organizativo presente en la COPE, se registra en diversas publicaciones
de su actuación. En una conferencia de prensa, voceros de la comisión, explican el episodio
donde se producen manifestaciones de repudio a los miembros del gobierno al finalizar una
de las Marchas, evaluándolo como respuesta espontánea de la gente ante lo que se
considera una provocación( por su aparición en público ante los marchantes). En otro
sentido, ante versiones sobre el disgusto de algunos ciudadanos por los contenidos del
documento de la comisión leído en la Marcha 10, los dirigentes responden, que el mismo,
ha tenido aprobación del pueblo, porque la lucha del pueblo es precisamente política. Al
mismo tiempo se pronuncian respetuosos de las normas constitucionales de la nación y la
provincia. (El Ancasti, 26-11-90).
Por otra parte, los rasgos organizativos a que aludimos, posibilitan consensuar los
componentes de la acción colectiva y al mismo tiempo, forman el ámbito en el que se
circulan las representaciones, valoraciones, experiencias previas de los actores y que van
exponiéndose particularmente en argumentaciones que señalan los intereses diferenciados
de los actores en el conflicto
Refiere otra actora al respecto: “Sí, como asamblea, se designaba moderador
que eran los que daban la palabra y como asamblea, generalmente, las primeras que

68
yo recuerdo se pedía a la gente que haga propuestas, que sean propuestas definidas,
eso es lo que quería. Por ejemplo cuando… que se sigan con las Marchas, cuando se
hizo la evaluación sobre las Marchas, la primera Marcha, qué resultados dio, que
bueno, que la gente estaba muy interesada en participar, después cuando se proponía
las vigilias cuando se proponía de sumar a las Marchas las pancartas, de hacer
afiches. Y bueno por acá tengo una intervención de Elías Morales que era el que
presidía, se lo había puesto como presidente de esa comisión que él ejercía un tipo
de control; pregunta qué iban a decir esas pancartas, intervenía cuando le interesaba,
en ese caso para preguntar cuáles eran los textos, inclusive se discutía cuáles iban a
ser las palabras que iban a llevar las pancartas, si se iba a hacer algún mural.”.
.
La selección de principios organizativos, entonces, supone un nivel de
reflexión fundado en la interacción de los actores en aras de alcanzar los objetivos
que se plantean indispensables para el grupo. Los éxitos procesuales, consisten en
cambiar el modo en que se toman las decisiones, logrando implementar otros
mecanismos de participación y potenciando nuevas formas de relación entre los
actores.
Pero la pregunta por lo político, implica también abordar los constitutivos
de la acción que se cristalizan en el discurso. O, dicho de otro modo, indagar ¿qué
nivel de politización refleja el discurso politico y cómo expresa los contenidos de la
acción colectiva?
El discurso político, además de constituir una parcela del discurso social, es
una construcción que presenta una pararrealidad discursiva tendiente a innovar, a
través de un proceso de inferencia, las creencias, actitudes y conductas de los
destinatarios, que tiene centralmente una función polémica (Raiter, 1994). El
supuesto más elemental en el abordaje del discurso es que éste acaba cuando acaba
el objeto del que se habla y que el destinatario se constituye como receptor en tanto
el destinador o emisor reconoce las posibilidades de la recepción. Ese
reconocimiento implica percepciones previas respecto del “otro”.
Como señalamos precedentemente, la identidad del colectivo que actúa en
un proceso de conflicto, cobra dinámica y especificidad a través de lo que en la
construcción discursiva se define como visiones del mundo, o ideologemas. La
ideología trasunta conjuntos heterogéneos de signos para identificar el mundo, es
decir, representaciones y alcanza las perspectivas sobre el poder, que se vincula a
la legitimación, se relaciona con un campo de efectos posibles(Rusconi, 1994).
0Ambas dimensiones conforman la producción de sentido, que se muestra o devela

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como un mecanismo análogo al de las condiciones sociales en que se produce ese
sentido. Pero también puede entenderse como ficcionalización de la realidad, una
construcción que deposita en “lo que se dice” y en el “cómo se dice” un nuevo
significado de lo social.
Nos interesa en este tópico, la recuperación que hacen los ex miembros de la
comisión, del papel del discurso en la acción del colectivo:
” Me acuerdo para decir que, la vorágine, digamos, que tenía las acciones a
realizar en ese momento, que el finado Assef, era un entusiasta también
democrático, un hombre de muy buenas intenciones, me acuerdo que Assef tenía
que hacer un documento, no me acuerdo ni referido a que, pero él era el encargado
de hacer el documento. Él al documento no lo había terminado y al otro día ya las
cosas, los sucesos del día, ya habían hecho que el documento fuera obsoleto,
entonces tenía que cambiarlo al documento y ya empezaba a hacer el nuevo
documento, y todavía no estaba hecho y ya los sucesos lo habían superado de nuevo
al…. Y entonces nosotros nos reíamos mucho por que decíamos que Assef tenía una
especie de drama con el documento continuo, es decir que no lograba terminar
nunca porque le iban cambiando las condiciones del documento, lo único válido yo
creo que era el encabezamiento porque ni la fecha…. Esto te demuestra a qué
velocidad se manejaban, digamos los sucesos” (entrevista a A.G.).

Es decir, el grupo concibe el discurso como registro indispensable de sus


posicionamientos frente al conflicto y al mismo tiempo, asume los efectos que
producen socialmente en términos de la eficacia política del colectivo:
“ Y cuando la gente participa activamente, participa, digamos con las cosas
que dice, participa.. Yo creo que una de las cosas más importantes eran los
discursos en el atrio y aparte las manifestaciones espontáneas, manifestaciones
digamos de disgusto, de desagrado el hecho de que se pudiera exteriorizar la bronca
que tenía la gente. ¡Oh! muy gracioso y muy del agrado del régimen saadista
hubiera sido de que nadie dijera nada y todo el mundo fuera a rezar ahí, ya también
los Saadi iban a ir a rezar a despues ahí en…no sé qué marcha…no, no en una
marcha….” (entrevista a A.G.)
Otra ex integrante afirma en este orden: ” Pero te da la pauta de que las
vigilias eran las cosas donde, incluso leíamos documentos donde realmente nos
enfrentábamos incluso a algunos sectores de la COPE que eran aquellos que querían
llevar las cosas solamente por la vía legal, por la vía judicial, aquellos que querían
diferenciar e insistían de que esto no era político, cuando nosotros permanentemente

70
en las reuniones de la COPE decíamos que sí, que era un hecho político y…”
(entrevista a M.C.).
El discurso en este sentido, es herramienta de diferenciación entre los
propios miembros del colectivo, es un recurso para su distinción en el contexto en
que actúa y se liga a las prácticas por medio de las cuales los actores protestan.

Y también se relata :“Algo que hay que destacar, los famosos discursos en el
atrio de la iglesia…Se preparaban….ahí sí que había sectores que manipulaban
quiénes hablaban y quiénes no hablaban, además se llegó a decir, quiénes presidían
y quien era el presidente vitalicio de la asamblea, gente que…o Elías Morales o que
gente que estaba muy allegada a él, que yo realmente nombres no me acuerdo,
entonces estaba establecido que cada discurso que se dijese en la plaza, tenía que ser
visto primero por él, algo que más de uno nos resistimos, gritamos, pataleamos.
Incluso hubo compañeros que estuvieron en la lista de oradores pero no los pasamos
por la censura, este…yo me acuerdo el caso de Pfeifer, no lo pasó por la censura, el
que leí yo tampoco lo pasé por la censura y fue muy criticado porque en ese
momento se dio toda una situación a nivel universitario, y yo encuadré la situación
de Catamarca en el marco nacional, es decir, con Menem como presidente, con
semejante…con una política educativa, con una política de exclusión social,
entonces era posible que se diesen situaciones en Catamarca, como las que se
estaban dando, como las que se habían dado y bueno, sí, por algunos sectores fue
muy criticado de que yo…qué tenía que ver el caso universitario y la situación
nacional con Catamarca, es decir, se daba a entender que Catamarca estaba inserta
en la problemática y en la política nacional .”(entrevista a M.C.)

De modo, que dada la heterogeneidad de visiones y de interacciones que tensionan


continuamente el grupo, se articulan estrategias de control del discurso, de control de la
orientación de la protesta en definitiva. En ésta última narrativa se exhibe la relación entre
los elementos de la red de conflictos y la demanda inicial de la protesta, al mismo tiempo
que se reconoce la habilidad en algunos de los actores, signada por sus prácticas previas,
para establecer otras referencialidades con el conflicto.
Y evalúa otro actor al respecto”: Y en realidad esto funcionó bien hasta que, para
ellos funcionó bien, hasta que Oscar Pfeifer se fue sin papeles, y la vez que Oscar se fue
sin papeles y dijo cualquier cosa en el atrio, bueno… fue una explosión, digamos,
espectacular en donde prácticamente se acabaron los discursos en las Marchas porque ya se

71
tornaban un poco peligrosos, por decir así, el hecho de simplemente, se dijo que se
reprobaba la posición de Castillo eh…” (entrevista a A.G)
Entonces el discurso político refiere a la problemática social, desnuda los rasgos
organizativos de los actores que lo producen y se vale de construcciones y
reconstrucciones de sentido. Manifiesta en este sentido uno de los ex integrantes de la
comisión:
” La metodología era de que todos tenían la palabra para expresarse de cómo
íbamos a hacer …organizamos en ese momento, la Cope organizó muchas Marchas del
Silencio, no solamente organizó sino que designó quiénes iban a hablar, incluso hay veces
que allí mismo se redactó lo que se iba a decir en el discurso final junto con la señora que
es concejal en este momento, con Cecilia Porta, estuvimos en la casa de ella redactando
algunos comunicados finales de la Marcha del Silencio y eso había sido designado por la
COPE para que lo hiciéramos. O sea que se intervino activamente en buscar nuevas pistas
para el esclarecimiento, sino también fundamentalmente la COPE tuvo una relación directa
con las Marchas del Silencio, en la organización y promoción de la Marcha del Silencio,
designar quiénes iban a hablar, quiénes iban a ser los oradores y ver que esos oradores se
dedicaran a hablar sobre el problema sobre el cual estábamos marchando y no se desviaran
por otros carriles. No sé si siempre lo hemos conseguido, pero yo creo que casi siempre se
consiguió, que las Marchas del Silencio se mantuvieran en su….”(entrevista a V.A.)

Es decir, el discurso se organiza y se expone como reflejo de la distribución del


trabajo grupal, del reconocimiento del eje de la protesta y con ello, de las definiciones
identitarias del grupo. El trabajo discursivo en este sentido, tiene cierto correlato con la
división de roles, que vienen marcando los actores al identificar los posicionamientos
diversos que operaban dentro de la COPE.
Pero el discurso político, presenta también elementos que señalan el lugar del
oponente, la correlación histórica entre el momento en que se sitúan los sujetos y otros de
similar u opuesta importancia. Nos interesa aquí, subrayar que la tarea discursiva de la
comisión ha desenvuelto distintas funciones en la escena de la protesta y en las otras
instancias en las que intervino: respaldando, anunciando, difundiendo, justificando,
reflexionando, o ampliando las señales que sus interacciones generaban.
Considera una actora al respecto: ”Yo creo que eran bastante interesantes, incluso se
hacían documentos para las vigilias y leíamos en las vigilias, o sea que había todo un
contenido diferente, al que por ahí … cuando veíamos que eran muy débiles los discursos
de las Marchas, poníamos más énfasis en los discursos de las vigilias.” (entrevista a M.C.)

72
Mientras que otro actor distingue: “Además yo creo que fueron más fuertes los
reclamos en los discursos finales, se profundizó la lucha, siguiendo siempre el mismo
estilo, el mismo sentido que tuvieron los que empezaron esto y sobre todo se sumó un
gran abanico de sectores de nuestra sociedad a la organización y a la lucha de una forma
más sistematizada, sobre todo participativa y en la posibilidad de opinar cómo se debían
hacer las marchas, qué se debía decir o no se debía decir, cómo se debían hacer. Yo no
…eso es lo que creo que agregó la Cope, no creo que hayamos logrado ninguna otra cosa,
nada más que eso. “ (entrevista a V.A.)
Una valoración opuesta hace otro actor al respecto:
“…Porque la COPE era la cabeza, era la que organizaba, y por otro lado la COPE
lo más importante que tenía para mí, desde mi punto de vista… era como una especie de
foro, de cabildo abierto una cosa parecida, digamos, donde se tomaban decisiones
democráticas y eso era realmente apasionante, era apasionante ver cómo el … el pueblo
todo se acercaba opinaba, era una especie, digamos, de asamblea permanente ¿no? y bueno
eso era muy valioso, lo que pasa que nosotros, ya te digo, ingenuamente pensamos que
entre la revolución Francesa y esto no había diferencia y bueno .”(A.G.)
Sin embargo, algunos acontecimientos indican que fueron diversos los alcances de
la actuación de la COPE en el proceso:
“Reacciones de la comunidad ante un hecho que convocante que no admitía
cuestionamientos. En diversos medios de prensa local se registran expresiones de repudio
por la posible asistencia de los funcionarios del gobierno provincial a la procesión de la
virgen del valle el 6 de Diciembre, dada la situación por la que atraviesa Catamarca y
donde son puestas bajo sospecha estas figuras”(El Ancasti, 3-12-90)

Nos preguntamos entonces ¿cuándo se diluye el carácter político de la acción? O


dicho de otro modo, ¿ la politización concluye cuando se cancelan por alguna vía las
demandas colectivas?. En un sentido puede pensarse que la politización en todas estas
formas y niveles descriptos, se clausura una vez que los objetivos y metas de los sujetos
que encarnan la acción colectiva, y que por tanto la disolución cuando no el debilitamiento
de su trabajo discursivo es uno de los indicadores de su agotamiento.
Una actora al referirse sobre la duración de una experiencia implementada por la
COPE, la del micrófono abierto en la plaza, señala: “No, no, no, fue corto, no puedo
recordar pero sin duda alguna que cuál fue el motivo por el cual eso no se siguió realizando,
pero intuyo que había manos negras, mecanismos que sé yo, que no permitían que,
digamos, que la gente de izquierda o progresista eh… adquiriera vuelo tuviera mayor
protagonismo, cuando a mi modo de ser son los que teníamos las cosas más en claro y

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desde un punto personal siento una profunda frustración porque todos los cambios
estructurales, nosotros soñábamos que se debían realizar en Catamarca, fueron abortados
por los oportunistas de la política de siempre”(entrevista a M.D.).
Se advierte aquí que las prácticas discursivas que contravienen la discursiva
hegemónica, es decir los modos del habla que producen sentido adverso a los que han sido
legitimados por la esfera pública(Angenot) 1constituyen recursos marginales, es decir,
cuestionables, para los actores que detentan el liderazgo del grupo
Así lo refiere una de las ex miembros de la COPE: “…estaba establecido que cada
discurso que se dijese en la plaza, tenía que ser visto primero por él, algo que más de uno
nos resistimos, gritamos, pataleamos. Incluso hubo compañeros que estuvieron en la lista
de oradores pero no los pasamos por la censura, este…yo me acuerdo el caso de Pfeifer, no
lo pasó por la censura, el que leí yo tampoco lo pasé por la censura y fue muy
criticado…”(entrevista a M.C.)
La disolución de espacios de expresión marca en este sentido una de las variables
del ajuste político que una de las orientaciones de la acción impone a un conjunto de los
actores. En este sentido, refiere uno de los actores:
“No se conocía tampoco con profundidad todas las opiniones que le llegaban
a la monja de otras partes, así que yo diría que se dio quizás, o se dejó en la monja
la responsabilidad y la palabra final para hacer cualquier cosa como si fuera una
decisión inapelable, entonces la monja se equivocó en muchas cosas, todos nosotros
pensamos que a lo mejor la monja tenía una capacidad política mayor de la que
realmente creo ahora, ahora creo, porque en ese momento no lo creía, pero creo
ahora que evidentemente la monja no tenía capacidad política como para emprender
la cosa tan con profundidad. O sea creo que ella misma se autofrenó cuando vio que
la movilización popular podía tener carácter, no digo revolucionario, pero bastante
comprometido. Yo creo que ella podría haber hecho muchas cosas, pero su
formación no se lo permitió. Ella podría haber tirado la sotana, por decir así, y
ponerse al frente de una movilización popular, tomar el gobierno si hubiera querido,
de Catamarca, porque la gente la iba a votar, si es que hubiese habido votaciones y
si no hubiese habido votaciones si hubiera querido ser líder de un movimiento
cualquiera fuera la forma que se articulara realmente lo podía ser; podría haber roto
con el clero, con las decisiones del obispo, etc., etc. ; podría haber sido ejemplo de
cómo el pueblo puede tomar las decisiones y remover la gente que considere
corrupta y tomarlo como un nueva bandera que a nivel nacional funcionara,
digamos, que pusiera … hiciera tambalear, por decir así, a toda la estructura a nivel
nacional; podría haberse cambiado…., podría haberse cambiado la historia, bueno

74
evidentemente todo esto, ella no tuvo ni la intención ni la fuerza para llevar adelante
una cosa así, llegó hasta donde llegó, llegó hasta ahí y ahí se frenó. Y se frenó como
se frena normalmente, digamos, cualquier movilización llevada adelante por grupos
progresistas del clero, creo que llevan a delante eh.. movimientos reivindicativos, a
veces incluso enfrentándose con el poder, pero cuando se trata de un cambio de
estructuras más profundas, ahí se frenan.”(A.G.)

Este ajuste se entiende como recorte de las condiciones que potencian la radicalidad
de la protesta, a pesar de lo cual otros actores articulan actuaciones que coinciden con sus
expectativas iniciales frente a la red de conflicto.
Así lo que refiere otra de las ex miembros de la COPE: ” Y sobre todo lo que de
alguna manera se dio, que a mí me queda muy gravada, fue que en las asambleas ya
bastante disminuidas se dijo, bueno, vamos seguir peleando suba el gobierno que suba, está
la intervención, haya elecciones, no hay elecciones, aunque seamos veinte vamos a estar
ahí. No se hizo, porque una vez que vino la intervención fue un impasse, se creyó en
Luisito Prol”(M.C.)
Estimamos también que la politización alcanza su grado mayúsculo, cuando han
sido satisfechas las aspiraciones del grupo en clave de acción colectiva, que como
indicamos ha tenido en el grupo COPE dos posicionamientos opuestos.
Uno, que puede reconocerse en las afirmaciones siguientes: “…el objetivo de las
Marchas del Silencio no era la intervención federal, a partir de eso cambia todas las
posibilidades de este movimiento que se venía dando y de todo lo demás, cambia, el
horizonte político de Catamarca, sustancialmente. Independiente de cómo era la persona del
interventor o qué sé yo, era distinto de lo que veníamos viendo, con posibilidades diferentes
para el futuro de la provincia y así fue, así fue, como la gran mayoría de la población
festejó el triunfo del Frente Cívico como un reencuentro de todos los catamarqueños
consigo mismos y una nueva etapa que había empezado en la provincia, desde el punto de
vista - le vuelvo a decir- de la tranquilidad, de la pacificación y de todo ese tipo de cosas
que lo considerábamos tan importantes, y de la misma justicia. Se llevó a cabo el juicio, no
sé si las cosas que se dicen sobre el juicio podrán ser ciertas o no ciertas, cuestiones
realmente desde el punto de vista jurídico, de fondo, para producir la condena o no de las
personas que se condenaron, lo que sí sé es que hay personas de las que formaron el
tribunal de mucho valor moral, espiritual y ético para haber hecho un juicio para conformar
a la gente: No estoy de acuerdo con que se pueda afirmar eso, yo lo he conocido

75
personalmente al doctor Olmedo de Arzuaga, son personas excelentísimas y no pueden
estar en esa tesitura”(entrevista a V.A.)

Pero en otra esfera se pueden situar los éxitos políticos bajo la forma de
reconocimiento de la acción, por sus adversarios y sostenidos por sus aliados actuales o
potenciales (actores, instituciones, líderes, medios de comunicación, etc.), reflejándose sus
declaraciones o postulados o incluso apropiándose de sus reivindicaciones; de lo que nos
ocupamos en el capítulo final.
No obstante, es imprescindible indicar que la pervivencia de lo político con
relación al proceso de las Marchas silenciosas y a la acción colectiva del grupo COPE,
reaparece a través de distintas huellas en los sujetos- recuerdos, apreciaciones, incentivos a
transferir la experiencia, etc.- lo que termina develando los alcances de la politización de
dicho proceso y la consistencia de su orientación inicial del grupo en clave de acción
colectiva. Y aunque también trataremos en el capítulo final, estimamos que aparece
claramente en la siguiente narrativa:
“…la COPE era un poco la que rompía las estructuras de esta sociedad tan
organizada, tan pacífica, ¿ te das cuenta?… Catamarca no asume todavía que tiene
desaparecidos, no asume todavía que tiene un gobernador que ha sido colaborador con
Bussi, con Menéndez y demás, y votados, después de esa Marcha, de esa famosa
movilización, que a nivel nacional fue una cosa única, que se copia su metodología de la
Marcha del Silencio, pero se deja de lado que no hubo crecimiento en la toma de
conciencia de lo que es la capacidad de un pueblo en movimiento, un pueblo que podría
haber avanzado. ¡No! Y la lectura que nosotros hacemos, incluso una contradicción y un
desaliento y una desilusión de un pueblo que podría haber crecido y no creció. Se dieron
jueces que eran del Proceso, se lo elige a este señor que era colaboracionista de la
dictadura, entonces yo creo que no creció en gran medida nada la conciencia …”(entrevista
a M.C.).
Se trata de aspectos que pueden leerse como paradójicos, pero que en la lógica de los
nuevos movimientos sociales y en la dinámica de la protesta que los constituye, tiene
coherencia, ya que los componentes de la red de conflictos se atenúan mediante
mecanismos que incardinan en las orientaciones y preferencias de algunos de los grupos
actores en el ciclo de movilización, des-adensando las posibilidades de una profundización
mayor de las metas de la protesta.

Capítulo 4

76
Estética y política o el lenguaje de la protesta

Los indicios teóricos sobre las posibles relaciones entre la estética y la política los
hallamos planteados en el análisis sobre el papel facilitador de la cultura para la aparición
de los NMS ( Doug Mc Adams), en tanto condición previa a la constitución de éstos y
orienta a pensar la estética como una de sus dimensiones, presente en las prácticas de los
actores que se nuclean alrededor de objetivos comunes en contextos de acción política
La teoría del Comportamiento Colectivo, aborda los NMS en términos de
irracionalidad y patología y en consecuencia como un fenómeno poco atractivo para ser
tratado académicamente como acción política racional. Ni un enfoque macro sociológico
que los define como expansión de oportunidades políticas en términos de movilización de
recursos con éxito, ni un enfoque micro sociológico que los concibe en tanto participación
debido a redes de asociaciones que confieren disponibilidad estructural para la protesta, son
suficientemente abarcadores de la intervención de la cultura en su aparición. Sólo algunos
teóricos, como Melucci, Brand, Eyerman y Jamison hacen planteos satisfactorios en esta
dirección explicativa-comprensiva del problema. (Mc Adams)
El interés por la relación entre la cultura y los NMS, parte del supuesto de que ésta
es un elemento presente en prácticas y recursos existentes socialmente, que actúan como
estímulos para la acción a través de las orientaciones cognitivas de los actores que se
vinculan a las organizaciones de estos movimientos sociales y concibe bajo la
denominación de “procesos de alienamiento de marco”(Goffman, 1974-Snow,Rochford y
Wordon, 1986-Snow y Benford, 1988) al esfuerzo que los organizadores de un
movimiento invierten a fin de vincular las orientaciones cognitivas de los sujetos con los
de las organizaciones de aquél. Se trata de iniciativas propiciadoras de la recuperación o
apropiación de valores tenidos como culturalmente legítimos por los miembros de la
sociedad y en los que estos líderes ven elementos complementarios o incluso estimulantes
de la acción colectiva. Suponemos que el caso que nos ocupa, presenta esta particularidad.
En la misma línea de estudio, se reconoce la “expansión de las oportunidades
culturales como estímulo para la acción” que implica la revelación de hechos que
contribuyen a estimular esfuerzos colectivos en términos de acciones política, las que se
expresan bajo cuatro modos o formas:
a) como contradicciones ideológicas y culturales que se evidencian en cualquier
acontecimiento que permita dramatizar una oposición manifiesta entre un valor cultural
muy difundido y las prácticas sociales convencionales que antes tenían escasa importancia.
En este contexto, esos valores adquieren relevancia al formularse como reivindicaciones en

77
cuestiones de orden cultural y simbólico, ya sea como pretensión de autoafirmación de
identidades individuales o colectivas en clave de interacción de roles.
Como reivindicaciones de rápido desarrollo: supone acontecimientos dramáticos muy
divulgados e imprevisibles que sirven aumentar la conciencia colectiva y oposición
públicas respecto a condiciones hasta entonces socialmente aceptadas
Como dramatizaciones de la vulnerabilidad social del sistema: implica la presencia de
procesos que advierten a los actores opositores al sistema político sobre las fisuras o
debilidades de éste
Como disponibilidad de marcos dominantes: refiere a condiciones histórico-sociales
previas que operan de desencadenantes de la acción colectiva o de estímulos objetivos
Un aspecto muy discutible en este debate, es el del papel de las organizaciones y
redes de asociaciones existentes en la formación de las actividades de protesta, ya que
generalmente implica considerar que su lógica es absolutamente nueva, con lo cual se niega
el carácter estimulante de las prácticas previas de los sujetos. Las llamadas “subculturas
activistas” son en este sentido, prácticas cognitivas que refuerzan la capacidad de
movilización de los individuos, aunque muchas de ellas luego sean superadas por las
acciones colectivas mismas.
En general desde este contexto las prácticas culturales pueden definirse como
“cajas de herramientas”, que ofrecen tradiciones que contribuyen a dar nuevas formas a
la acción y con ello cierta seguridad a su éxito. Entendemos que esta noción puede ser
también abarcadora de la estética, en tanto dispositivo para producir nuevas
significaciones mediante el empleo de recursos que pueden imprimir un sello particular
al movimiento social o innovar la cultura global del contexto donde dicho movimiento
se desenvuelve. No obstante, es insuficiente para abordar la mediación que hay entre el
esfuerzo invertido en la acción y las prácticas previas de los actores que las ponen en
juego, por lo cual es menester ocuparse de los significados compartidos con que los
sujetos interpretan los acontecimientos, a partir de los cuales construyen la relación
cultura- política.

Estimamos que nuestro trabajo en este capítulo, no se orienta a preguntar antes que
por las transformaciones culturales que se producen hacia dentro y fuera del
movimiento, sino cuál es el aporte de la cultura en términos estratégicos para la acción
colectiva.
Dado que la estética comprende un nivel más operativo de la cultura, que en un
contexto de acción con orientación política, denominaremos recursos expresivos, resulta
fértil recurrir a una perspectiva comprensivo-interpretativa para fijar algunas cuestiones

78
previas. Desde este enfoque, se entiende por cultura al constitutivo mismo de todo lo
social, cuya naturaleza significativa atraviesa a todos los hechos y objetos que se quieren
estudiar; a los que ésta cultura constituye como entidades concretas. De ello se deriva
que la dimensión simbólica de los objetos sólo pueda entenderse en relación con la
cultura en la cual se sostiene y cimienta. Implica también que los objetos sociales, se
inscriben en un marco temporal de significación, puestos a través de
conceptualizaciones, es decir que se constituye como sentido social. (Rodriguez, 1997).
Esta facticidad de la cultura de cada sujeto, remite a preguntarse cómo es posible la
comunicación entre sujetos procedentes de diversos contextos y en consecuencia qué
hace factible la interacción social.
Dicho de otro modo ¿ cómo hemos de leer la trama de significaciones que la cultura
instaura en los sujetos?. En esta línea de análisis, el lenguaje es nexo para revelar la
significación de los objetos y los procesos sociales ya que: “ las estructuras simbólicas
del mundo de la vida se reproducen por la vía de la prosecución de saber válido, de la
estabilización de solidaridades grupales y de la formación de actores capaces de
responder de sus actos. El proceso de reproducción conecta las nuevas situaciones con
los estados existentes del mundo de la vida, y ello tanto en la dimensión semántica de
los significados o contenidos (de la tradición cultural) como en la dimensión del espacio
social ( de los grupos socialmente integrados) y del tiempo histórico ( de las
generaciones que se suceden unas a otras)… Llamo cultura a la provisión de saber de los
participantes en la interacción, que al entenderse entre sí sobre algo en el mundo, se
proveen de interpretación…Estos procesos de reproducción se refieren a las estructuras
simbólicas del mundo de la vida” ( Habermas, 1989). De este planteo inferimos como
supuesto que la estética consiste en el empleo de recursos expresivos que se disponen a
través de prácticas rituales y simbólicas y que operan en un contexto de crisis
produciendo sentidos a la acción, a partir de la interacción social. Aceptamos también
que: “la cultura posee medios para simular ritualmente la restauración del principio
original”(Esenin, 1944), en consecuencia admitimos que toda restitución es una
especie de principio de irrealidad cuya función es devolver el placer perdido a partir de
un trauma, actuando como preservativo de la incertidumbre o de la amenaza que
representa para el individuo la intuición de lo irreversible y lo irreductible. La
repetición- o sea el gesto ritual inscripto en un tiempo, aseguran el imperativo de dar
sentido, ya que lo que no puede inscribirse en una narración- es decir en un relato que
revele cierta continuidad- no configura una historia, está huérfano de significación.
Pero la significación se entiende aquí como significación social, referencia al signo,
cuya acción es bivalente: organizador – desorganizador de la experiencia. La relación

79
sígnica supone la existencia de un horizonte (sujeto, ámbito, etc.)- significante, una
suerte de inclinación hacia un futuro, es decir un interpretante, que es un tercero en la
relación, ya que el signo no es una cosa física sino objeto semiótico, es decir,
manifestación para alguien de “algo más”, (aunque pueda tener un soporte físico,
material, o no). Su existencia es rehén de una ulterioridad, es decir de la interpretación,
de “la terceridad” . Esto implica que el signo representa a un objeto, pero como una
derivación, como una consecuencia de ser interpretado. Sin embargo, ésta no es
condición suficiente para que la representación del objeto alcance plenitud, sino que el
interpretante completa el proceso a través de un dispositivo que devela dimensiones
connotativas del objeto.
Por lo señalado, entendemos que el empleo de recursos expresivos en las Marchas
del Silencio, tiene una doble dirección por iniciativa de la COPE: por una parte asegurar
la politización de las mismas y por otra ampliar o sesgar la experiencia de los actores
mediante resignificaciones de prácticas culturales preexistentes en el contexto, en
términos de “modos externos de la acción”.
En general estos empleos remiten a suponer que el carácter que inicialmente tienen
en la protesta es religioso, debido a las características que posee la situación desnudada
ante la red de conflictos; es decir, la muerte de una joven estudiante de un colegio
católico, en una provincia cuya religiosidad tiene acentuada visibilidad histórica. En
efecto, al terminar la tercera Marcha, Marta Pelloni dice: “en el centenario de tu
coronación venimos a pedir por María Soledad” y hace correlato entre la vida de la
virgen María y el pueblo cristiano (El Ancasti-24-09-90).
Este contexto de religiosidad en realidad no desaparece a lo largo de todo el proceso
de las movilizaciones en silencio, sino que se advierten más o menos enfatizados
algunos de sus elementos simbólicos, fundamentalmente porque en la organización de
las mismas, intervienen los padres del colegio del Carmen y porque el liderazgo
reconocido es el de la religiosa Marta Pelloni. Otros aspectos como el lugar desde
donde parten las Marchas cada jueves, la puerta misma del colegio del Carmen y donde
concluyen, el atrio de la catedral, remiten a reconocer la relación entre el reclamo de
justicia y el deber moral de los cristianos de exigirla, cuestiones que se subrayan en casi
todas las prácticas discursivas de los actores del proceso.
También ubicamos en este contexto, donde lo sagrado se liga al deber moral de los
creyentes de reclamar justicia, según el mandato evangélico, las siguientes afirmaciones:
“Hermanos en Cristo y en María, devotos de la Virgen del Valle, de nuevo nos reunimos
frente al santuario de la virgen, en silencio, en oración, en la súplica y congregados en un
mismo sentimiento de dolor, pidiendo a Dios una justicia, pidiendo a Dios también para

80
nosotros, para todo el pueblo, un estado de conversión a Dios” “Reflexionemos sobre la
justicia para que no desviemos el concepto cristiano de la misma. Es la virtud moral que
consiste en dar a cada uno lo que corresponde…Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, o sea de santidad” (de la Homilía pronunciada al concluir la octava
Marcha)

El sello de religiosidad de la movilización se aprecia también, en la interpretación que del


proceso hace la cúpula eclesiástica local al afirmar
“Tiene que haber cosas que estén impidiendo el esclarecimiento del asesinato
de María Soledad”. Monseñor, destacó la metodología de la protesta…” porque se
mantiene la claridad, la firmeza y limpieza del objetivo de las Marchas” y afirmó
que “ es importante que la gente produzca hechos en momentos que existe un gran
descrédito, especialmente en la dirigencia política,”(expresiones del obispo Miani
ante el aumento de la asistencia a las Marchas del Silencio, El Ancasti, 10-11-90)
Después de constituida la COPE, la propia Marta Pelloni afirma:
”…basada en el documento de Puebla, es necesario integrar y participar como colegio
católico de la comisión pro esclarecimiento y justicia…. La iglesia como madre y
maestra experta en humanidad debe discernir e iluminar desde el evangelio y su
enseñanza social las situaciones, los sistemas, las ideologías y la vida política del
continente…Una de las razones de la presencia de la iglesia en el campo de lo político,
es iluminar la conciencia y anunciar una palabra transformadora en la sociedad…En el
caso de esta comisión se busca la verdad y la justicia, que es la tarea exclusiva del laico
comprometido” (El Ancasti, 14-11-90).
Un hecho significativo en este sentido, es también que “Elías Morales y María Teresa
Rizzardo de Medina, en representación de la COPEJ se entrevistan con el obispo a fin
de manifestarle su apoyo a Marta Pelloni/ también señalaron que deseaban conversar
sobre aspectos de la problemática de la COPEJ” (El Ancasti, 20-11-90)
También anotamos en este marco de religiosidad, los espacios donde se reunió la COPE
desde su formación: el salón del Hospedaje del Peregrino, una dependencia de la curia
local y el salón parroquial de la iglesia del Corazón de María.
De modo que teniendo presente este clima de religiosidad de la comunidad
catamarqueña cabe preguntarse por cuál es el sentido que adquieren los elementos que se
disponen en la protesta.
Ahora bien, las cosas en general, tienen soporte físico – material y son susceptibles
de conocer y experimentar, mientras que los objetos son las cosas devenidas
experiencias y en ese sentido, son objetos semióticos, es decir signos de otros objetos y

81
tributarios de lo sensorial, en cuanto medio por el cual se accede a su existencia. Sobre
esta base, suponemos que los recursos expresivos son siempre manifestaciones
sensibles y tienen una intencionalidad orientada a acercar el abismo entre lo real y lo
ideal, no hay en ellos un principio de autosuficiencia sino de interdependencia y
constituyen lo que podría llamarse lógica procedimental.
La lógica procedimental que pone en juego los recursos expresivos en un contexto
de acción colectiva, puede adquirir formas diversas de actuación. La distinguiremos aquí
entre programa y estrategia, entendidas como formas posibles de esa relación entre
significación y acción. El programa se conforma de una secuencia preestablecida de
acciones que se desencadenan entre sí ante un signo dado, mientras que la estrategia se
construye en el curso de la acción, modificando según el contexto de los eventos o la
recepción de la información la conducta de la acción considerada. De modo que la
estrategia supone: la aptitud para buscar sentidos en la incertidumbre antes señalada
respecto de lo social y la capacidad para modificar el desarrollo de la acción en función
de la novedad. En tanto, el programa está predeterminado en sus acciones, la estrategia
lo está en sus finalidades. La estrategia está asociada a la inteligencia, la perspicacia y la
conciencia y demanda numerosos automatismos, que incluso pueden controlarse si es
menester. (Morín, 1986).
Es ésta una orientación importante para pensar nuestro problema en términos de que
son no sólo las prácticas previas o los repertorios de valores, creencias y saberes, los que
informan la significación social, sino inicialmente, el privilegio que tiene en la decisión
de los sujetos en un contexto de acción, proyectar, predefinir instancias y con ello
jerarquizar unidades de significación de las acciones y de los recursos que se emplean
para darles consistencia. Es decir, es el sello de la religiosidad que se imprime a las
Marchas del Silencio desde sus inicios, se inscribe en la noción de “programa” a que
aludimos, mientras que la incorporación de lo ritual-simbólico a partir de la intervención
de la COPE responde a “la estrategia”.
Es en este último sentido, que rastreamos la idea de “ lo proyectual”, que tiene el
carácter de articulador de los relatos ideológicos que atraviesan la historia y que ofrecen
fundamentos para entender el mundo. En la modernidad el proyecto descansa en la
aspiración de convertir las representaciones sobre ese mundo, en verdades universales
para organizar y explicar la realidad socio-histórica; tiene una consistencia utópica,
alentadora de la vida individual y social, una frontera para los deseos de la humanidad.
(Cifelli, 1994). Si bien ésta es una mera enunciación, podemos advertir que la dirección
proyectual de la acción, está amarrada sustancialmente, en este contexto, a la
imprescindibilidad de la relación social, es decir, a una coincidencia colectiva de

82
aspiraciones particulares, que en la modernidad incardina como imperativo alimentado
por el supuesto de que ella misma es racionalidad abarcadora del mundo en tanto puede
dar cuenta de él, e imprimirle un destino.
Ya analizamos el carácter deliberativo y decisorio que tiene la COPE frente a la red
de conflictos, pero un elemento que señala este carácter proyectual respecto de la acción
colectiva por ella encarnada, es la referencia a otros procesos sociales con los cuales, los
actores ven un correlato y cuyas las prácticas se incorporan como símbolos por iniciativa
de líderes o activistas.
Una de las ex miembros de la COPE enfatiza al respecto: ” se fija los jueves, día
emblemático, paradigmático porque los jueves marchaban las Madres de Plaza de Mayo. Y
quién lideraba este movimiento era una monja progresista, diría que bastante, bastante
progresista, con serias disidencias con su matriz religiosa acá en Catamarca con quien es la
conducción de la iglesia en Catamarca, con serias divergencias, o sea que bueno por el lado
de quien lideraba este hecho, este movimiento todo tenía tinte progresista, hasta el día que
se fijó para marchar era día jueves”(C.P.).
El correlato también puede hacerse en torno a la eficacia de esos símbolos, como
valora uno de los observadores externos de la COPE: “ fue como Memoria
Activa”(C.AM.).
No obstante, la dirección de este análisis, aceptamos la noción de “hibridez cultural”
para caracterizar a América latina como el resultado de la sedimentación, yuxtaposición y
entrecruzamiento de tradiciones indígenas, del hispanismo, colonial católico y de las
acciones políticas, educacionales, y comunicacionales modernas, y que por obra de un
mestizaje clasista se generado formaciones híbridas en todos los estratos sociales. Esta
textura compleja, es la que impregna el empleo de recursos expresivos en el proceso que
nos ocupa.
Por otra parte, lo simbólico, como componente de la estrategia, evoca un orden
íntegro posible, que no se resuelve en conceptos, sino lúdicamente en la mostración de los
contrarios y supone una captación fragmentaria de sentidos, no es unívoca sino en relación
con cada sujeto. Lo simbólico no refiere aquí a un significado sino que detenta en sí un
significado. En consecuencia la experiencia estética es aquélla en la cual lo particular
aparece como fragmento de un todo que sólo se intuye, es en este sentido, facilitador del
reconocimiento de un origen o principio perdido, es al mismo tiempo aprehensión de lo
fugitivo porque cuando se extingue la experiencia estética, se extingue esta intuición.
Subyace a este planteo una perspectiva del tiempo como superación de las determinaciones
del tiempo real(Gadamer).

83
El primer elemento ritual-simbólico que advertimos en el proceso de movilización
catamarqueña y que el grupo COPE refuerza es el del silencio; ritual por su circularidad,
por su repetición y simbólico, porque detenta en sí un significado a deconstruir.
El ideal del silencio ha sido entronizado en la estética contemporánea como una
norma capital de “seriedad”, de ascetismo, como un despojamiento que valida el principio
de placer subyacente a las producciones culturales, que de otro modo estaría censurado,
porque la cultura no puede expresar condiciones adversas a las estructuras sociales, pués las
transgresiones se vuelven tarde o temprano felices, funcionales. El ascetismo supone
también, lo elocuente, aquéllo sobre lo cual no hay nada que agregar, que tiene fuerza
expresiva por sí mismo, que no puede o debe contaminarse y en ese sentido nos remite a
una dimensión ética de su práctica ( Sontag, 1985) 0.Un ex miembro de la comisión
describe así las movilizaciones catamarqueñas del año 90: “O sea que como manifestación
en sí y como algo sano, sano realmente, las Marchas del Silencio han sido para mí, lo
máximo” (L.T.)
La COPE ratifica este sentido al afirmar: “nosotros creemos que hay muchos
silencios: está el silencio cómplice; el silencio obsecuente; el silencio cobarde; el silencio
de los sin voz; el silencio de las bocas amordazadas y temerosas; el silencio fecundo. Por
eso el silencio no siempre es virtud. A veces puede ser un enorme vicio. Como dice muy
bien García Salve: las injusticias se respaldan en el silencio cobarde de los buenos. Las
Marchas son contra el silencio cobarde; un grito contra la injusticia” (de la Carta al
Hermano Sánchez Recalde, 1-03-991)
También puede reconocerse el silencio como decisión, en la que su artífice renuncia
a algo, muestra los límites de su tolerancia respecto de algo. O puede plantearse como
castigo o autocastigo, por haber quebrantado las fronteras aceptables por la conciencia o
frente al sufrimiento físico o ante la agresión a la conciencia colectiva. Reconocer cuál de
estos elementos está presente en el proceso que nos ocupa implica volver a las causales que
incentivaron la acción colectiva y en esa línea es aceptable afirmar que hay convergencia de
cada uno de los sentidos del silencio, enunciados. Pero cualquiera sea el que prevalezca,
diremos que este silencio actúa como metáfora, como alegoría, como alusión a algo, como
representación.
Es decir, no pensamos en el silencio como una cualidad privativa, sino como una
respuesta respecto de algo: “para percibir la plenitud, hay que conservar un sentido agudo
del vacío que la delimita; a la inversa, para percibir el vacío, hay que captar otras zonas del
mundo como colmadas”(Sontag).Esta aseveración nos hace insistir en que el silencio que
aparece como ingrediente del ritual-simbólico, tiene en el contexto de que hablamos, una
implicancia de su opuesto, remite a leer al uno en el otro. Es por tanto una forma del

84
lenguaje, que toma la direccionalidad que los actores quieren imprimirle a partir de la
impresión que el mundo sella en ellos, por lo general en un contexto traumático, de allí que
la significación que los actores otorgan frecuentemente a la práctica del silencio, sea de
acusación o culpabilización y protesta. En este sentido, en tanto comportamiento asido a la
conciencia de los sujetos, es un medio de poder, porque se instala no ya como modo, sino
fuente de cuestionamiento, de presión, es en última instancia un medio político.
Declama la COPE en su primer documento leído en el atrio: ”Catamarca ha
marchado en silencio. Mudos. Estamos mudos de dolor, de angustia y también de
indignación. ¡Pero ya no estamos mudos de miedo!”(22-11-90). El trauma se inaugura con
el silencio, su re-conocimiento está mediado, codificado, por el silencio.
Como contraste, tiene importancia preguntarse por el lugar de la palabra. La palabra
puede esclarecer, destacar, confundir, exaltar, infectar, hostilizar, satisfacer, lamentar,
aturdir, animar. Verbal o escrita, puede provocar acciones o inspirarlas, pero también puede
silenciar. Sin la polaridad del silencio, el sistema del lenguaje fracasaría, fracasaría su
intención dialéctica( Sontag), ya que el silencio tiene un carácter probatorio, demostrativo,
particularmente cuando emerge en contextos opresivos o represivos y tiene el sentido de
marcar la ausencia de pensamiento o la renuncia a él.
Y se pronuncia en otro pasaje del primer documento público la COPE: ”¡Se
desprecia la voz de la calle. Voz del pueblo. Voz de Dios. Todos, quién más, quién menos,
somos testigos cotidianos de múltiples hechos y detalles que se niegan en declaraciones
prepotentes amparadas en el sentimiento de impunidad, en la soberbia del poder!” .El
silencio se reivindica como voz auténtica, que se quiebra aquí para corregir u opacar el
lenguaje defectuoso, inauténtico.
Se percibe en otro pasaje del mismo texto: ”Desde Septiembre venimos marchando
en silencio. ¡Señores, nuestro silencio es un grito para quien tenga la decencia y la sabiduría
de oír al pueblo! ¡nuestro silencio está lleno de voces, pero nuestro silencio no es
escuchado!”. El silencio es concebido como interpelación a un tercero, como alegato en
tanto vigor que acentúa la presencia física de los sujetos en un contexto, como lenguaje
que hace patente el cuerpo. Se trata en suma, de una opción preferencial derivada de la
conexidad de razones que vigorizan la protesta.
No obstante, entendemos que el colectivo COPE no se sitúa como actor
diferenciado en el proceso por quebrar la estética del silencio sino por darle continuidad
mediante un re-dimensionamiento de lo ritual-simbólico, en que el silencio adquiere
carácter dialéctico, de continuo movimiento de sentidos. Este re-dimensionamiento se
actualiza en: las vigilias en el veredón de la Plaza central y los discursos en el atrio de la
catedral. Nos interesa ante todo enumerar los elementos que se ponen en juego en ambas:

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Elementos sígnicos: novedosos o tomados de otros contextos:
- imágenes: la fotografía de María Soledad impresa en afiches y acompañada de
consignas relacionadas con la petición de justicia
- Palabras claves: justicia, verdad, no a la impunidad, presentes desde la primer
Marcha del Silencio en las alocuciones y pancartas
- Carteles: de madera designando el espacio donde confluyen las Marchas, “Plaza de
la Vida”
- Pancartas: con leyendas o consignas, ”Verdad, justicia, dignidad”, ”Jueces
cumplid”, “Jueces, cumplid con María Soledad: Catamarca vela”, ”Pedimos
garantías, jueces incorruptibles”, ”Catamarca pide verdad”, ”verdad, no a la
corrupción”, Catamarca responde a María Soledad”
- Antorchas: incorporadas en la primer vigilia ( empleadas en el culto religioso
generalmente)
- Velas: también incorporadas en la primer vigilia y procedentes del ámbito
religioso también

2-Gestos rituales: novedosos o tomados de otros contextos:


- Aplausos durante varios minutos: generalmente después de escuchado un discurso,
a veces acompañados de gritos o cánticos
- Sentarse frente a la casa de gobierno durante varias horas: como comportamiento
de quiénes asistían a la vigilias
- Caminar en círculo dentro de la plaza: como comportamiento frecuente de quiénes
asistían a las vigilias y que se realiza generalmente al inciarse la misma
- Abucheos: como actitud de repudio o desaprobación ante menciones de figuras
cuestionadas por los marchantes o ante su eventual aparición en la escena de las
Marchas
- Silbidos: también presentes en ocasiones en que se rechaza a través del discurso
algún episodio o figura contradictoria al reclamo de las Marchas
- Gritos: generalmente de aprobación de los contenidos de los discursos o de
insultos a los oponentes del colectivo, ¡justicia, justicia! ¡Asesinos, asesinos!
- Cánticos: generalmente con consignas contrarias al poder político o de
reivindicación de figuras relacionadas al esclarecimiento del crimen, ¡A dónde están
los asesinos de María Soledad! ¡Patti querido el pueblo está contigo! ¡que se vayan,
que se vayan! ¡Hermana querida, el pueblo está contigo! ¡Saadi encubridor!

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Cabe en esta línea de análisis, ocuparnos de las posibles significaciones del
ejercicio discursivo de los marchantes en silencio frente a la iglesia central de la
ciudad, es decir, lo que puede denominarse “la metáfora de la plaza pública” y que
remite a la pregunta ¿qué clase de ceremonia se celebra cuando se asiste a la
objetivación y mostración minuciosa del dolor de otros?.
Para que la palabra –confesional, testimonial, biográfica- sea escuchada
institucionalmente, se adecua a un artificio proxémico que distorsiona la práctica
discursiva cotidiana, es decir, “ la interacción cara a cara”, alterando el juego de las
miradas, el contacto, y la distribución espacio-temporal, marcando así el estatuto
ritual que en mayor o medida asumen esas prácticas. Siendo el confesionario un
dispositivo tradicional que separa lo público de lo privado, a través de una
gestualidad que transita entre la proximidad y el aislamiento, cabe preguntarnos,
¿cuál es la dimensión discursiva que impera en esta metáfora que reaparece en la
Plaza Pública a través de la protesta?. (Tabachnik, 1995) 1
Se trata de un paralelismo entre lo que se llama el contrato psicoanalítico y
el contrato confesional. En ambos impera el silencio del gesto, la sustracción del
cuerpo significante o en todo caso su percepción fragmentaria y distorsionada,
donde se suprimen el principio de contacto y reciprocidad que instaura la mirada y
se preserva la significación de la voz. En este sentido, podemos revisar cuál es el
lugar del silencio y de la palabra en la acción colectiva que intentamos describir,
aunque avizoramos que no es una estética que abarca todo el proceso de que nos
ocupamos, sino que produce intersticios en los que los actores urden otra trama de
significados que incluso pueden aparecer paradójicos en la escena de la protesta 2.
Lo confesional, ya sea individual o colectivo, guarda por una parte una
incompatibilidad con lo público, ya que el discurso en el ágora quiebra el secreto, lo
íntimo, para acceder a otra esfera, ya sea a través del diálogo o del monólogo, pero
que en el contexto de la protesta, actúa como impugnación de lo público. El dolor
como conducta privada se colectiviza al exponerse mediante prácticas que lo
resitúan en el espacio-tiempo; en tanto los actores reconstruyen los sucesos y las
implicancias del dolor, se socializa la aflicción.
En el primer documento leído en el atrio, la COPE enuncia: ”Nos sentimos
indefensos, agredidos y manipulados, se desprecia nuestro sentido común…y por
eso nos paramos aquí con toda nuestra dignidad de pueblo para decir….¡Basta! y
afirmar: ¡No pararemos hasta llegar a la verdad!”
Confesarse en la plaza pública, es desde esta percepción, desvarío, patología,
escándalo, ya que lo confesional no está recluido a un protocolo de apartamiento, sino

87
sujeto a la historicidad de la formación discursiva, a una “política general de la
verdad”(Foucault)3.Lo socialmente confesable se desplaza entonces a veces hacia una
frontera fluctuante, entre lo público y lo privado, en que se reinventan los actores, las
escenas, los guiones, los rituales. El sujeto doliente es un “nosotros” que se advierte
vulnerado y que pone límites a esa vulneración.
Cabe acotar, que es en la tradición occidental donde la confesión pública, la
publicatio sui, es ritual porque un individuo se reconoce a sí mismo como pecador y
penitente exhibiéndose públicamente cubierto de cenizas, humillándose ante la iglesia,
besando las rodillas de los asistentes. Se trata de una acción lógico-mágica que pone en
visibilidad el cuerpo sufriente del pecador y con ella representa el perdón de su
pecado(Foucault). A partir de esta consideración cabe preguntarse, ante la autoinculpación
social que aparece particularmente en las prácticas discursivas durante el proceso Marchas
del Silencio, ¿ tiene, un sentido estratégico respecto de sus destinatarios? ¿o sólo responde a
un impulso de autorreferenciación de los sujetos, ya que no pueden quebrar a través de otra
lógica las condiciones que les afligen?
Estimamos al respecto que las prácticas expresivas de la COPE, estuvieron
mediadas por esta doble condición: de autoinculpación social evidenciada en la referencia a
la responsabilidad colectiva por la impunidad. El colectivo COPE expresa en este sentido:
“Sin verdad ¿con qué cara podemos pedir milagros a la virgen del valle y marchar en su
procesión si nuestras mujeres e hijas no tienen garantías de ser respetadas? ¿Qué sentido
tiene transmitir a nuestros hijos un código de deberes y derechos que se puede violar
impunemente protegidos por el poder? y si no somos respetados por las autoridades en
nuestra sed de verdad y nuestra hambre de justicia ¿qué autoridad moral podemos tener
frente a nuestros hijos? ¿con qué dignidad los alimentamos de pan si lo pagamos a este
precio?” (del primer documento de la COPE leído en el atrio el 22-11-90)
Pero al mismo tiempo los elementos rituales- simbólicos, en tanto componentes
estratégicos de la acción, buscan modificar la red de conflictos, particularmente empeñada
en persuadir a otros actores del colectivo catamarqueño.
Evaluamos aquí, que esta matriz aparece secularizada por obra de la tradición
histórica ocupando incluso distintos campos de la realidad, el derecho, la medicina, etc.
donde la referencia a la penitencia y el castigo, vertebran el intento de reparar la culpa que
sedimenta el pecado, o la falla, para expandir esta noción desde la esfera religiosa a la
secular(Foucault). En la confesión pública, los sujetos, muestran la tensión entre su
conducta y la norma que han infringido los oponentes del colectivo, empleando
alternativamente referencias a lo delictivo y lo patológico, pero como táctica de
cuestionamiento al adversario. Dice el texto inaugural de la COPE: “¡Señores

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representantes del pueblo, les pedimos respeto por Catamarca! ¡Señores jueces, respeten al
pueblo! ¡Señores legisladores, respeten al pueblo! ¡Señores miembros del poder ejecutivo,
respeten al pueblo! ¡Aíslen de entre ustedes los elementos que nos hacen dudar de ustedes!
¡Salven su dignidad!”(del primer documento leído en el atrio el 22-11-90)
En esa dirección se inscribe también la siguiente aseveración: “…a los testigos
prebendados, les advertimos que quiénes los compraron tarde o temprano desaparecerán de
la provincia, cuan aves de rapiña que levantan vuelo cuando ya no tienen nada que recoger
de su presa, mientras que ustedes tendrán que convivir entre nosotros y cargar con la
humillación de ser señalados como cómplices y encubridores de este espantoso crimen”
(del documento leído en el atrio el 24-01-91)
Por otra parte, lo simbólico, como componente de la estrategia, evoca un orden
íntegro posible, que no se resuelve en conceptos, sino lúdicamente en la mostración de los
contrarios y supone una captación fragmentaria de sentidos, no es unívoca sino en relación
con cada sujeto. Lo simbólico no refiere aquí a un significado sino que detenta en sí un
significado. En consecuencia la experiencia estética es aquélla en la cual lo particular
aparece como fragmento de un todo que sólo se intuye, es en este sentido, facilitador del
reconocimiento de un origen o principio perdido, es al mismo tiempo aprehensión de lo
fugitivo porque cuando se extingue la experiencia estética, se extingue esta intuición.
Subyace a este planteo una perspectiva del tiempo como superación de las determinaciones
del tiempo real(Gadamer).
al afirmar: “la COPE estima que existe por parte del poder político provincial una
evidente declinación en la defensa de la autonomía federal, demostrando además que es
incapaz de garantizar la administración de justicia como lo exige la constitución nacional
convirtiéndose la medida del poder ejecutivo en una intervención encubierta”
(declaraciones de la COPE ante la inminente intervención al poder judicial de Catamarca,
El Ancasti, 5-01-91)
En las confesiones en la plaza pública, aparece como el “nosotros”, en clave de
protesta, el pueblo es el nosotros constituido en torno a una colectivización de la
indignación. Así lo sostiene la COPE en su primer discurso en el atrio: ” Señores, no somos
una masa. No somos turba multa, ni manadas de bestias. No lincharemos a nadie y nada
destruiremos de la amada Catamarca que nuestros padres y nosotros hemos construido con
sufrimientos y trabajo decente. Pero justamente porque no somos bestias tampoco
dejaremos que nos traten como a tales, ni que sigan socavando los valores más importantes
y básicos de nuestra identidad catamarqueña”. De la exposición del dolor, se pasa a la
advertencia, a la predicción sobre el potencial del colectivo. En ese sentido, diremos que la
configuración de las prácticas rituales-simbólicas – se mune de figuras que invocan

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martirio, expiación, sacrificio. Pero estas polaridades, acusador-acusado, en la relación
estética-política, se desdobla en escenas intercambiables, es decir, invirtiéndose la posición
y el sentido, particularmente a través de una operatoria retórica. O sea, los partícipes pasan
de la actitud de autoinculpación a la de incriminador de un “otro”, como responsable del
trauma, o conflicto.
Con la objetivación de la víctima y la inculpación final de un “otro” los actores
creen asistir a una resolución de la aflicción que les envuelve. Esta certeza puede
reconocerse en las siguientes sentencias:
“…A todos ellos les dice la COPE que no harán retroceder el espíritu de justicia en
el que está embarcado el pueblo Catamarqueño”(comunicado de prensa ante
amedrentamientos recibidos en una de las vigilias –(El Ancasti, 5-01-91)
“La fuerza moral de estas Marchas ha fecundado nuestra carencia de justicia,
porque sin la movilización y la lucha de cada uno de nosotros la muerte de María Soledad
hubiese quedado en el anecdotario de los innumerables hechos de violencia impunes
todavía” (del discurso leído el 24-01-91)
“el poder político no omitió ningún procedimiento bastardo para ridiculizar a las
Marchas silenciosas que, a la larga, demostraron ser más poderosas que las bombas”(del
discurso leído el 2-05-91)
Por otra parte, la vigilia, como práctica también procede del contexto religioso,
consiste en “velar” o “guardar” algo sagrado mediante un ritual en el que imperan
alternativamente el silencio y el rezo, simboliza la “espera” de algo 4 y se ornamenta con
algunos elementos simbólicos- velas, incienso, etc., que implican culto, recogimiento, o
comunión con lo sobrenatural.
Las vigilias organizadas por la COPE, implican una ritualización donde lo
simbólico deja de ser una mediación para constituirse en un nuevo horizonte de sentido
para el colectivo. Nos detenemos aquí a distinguir entre el rito como repetición
conservadora que sirve para reafirmar un orden y su unidad, o para continuarlo, como
celebración de acontecimientos vitales, del rito en tanto actúa en escenarios simbólicos,
ocasionales, como transgresión transitoria o permanente. Se trata de: ” un acto cultural por
excelencia, que busca poner orden en el mundo y fija cuándo es lícito transgredir los
límites; en tanto que los cambios históricos que amenazan el orden natural y social,
generan oposiciones, enfrentamientos, que pueden disolver a una comunidad”(Bourdieu)
5El rito es capaz de operar no como simple reacción conservadora y autoritaria en defensa
del orden viejo, sino como movimiento a través del cual la sociedad controla el cambio, las
acciones rituales básicas en esta dirección, son transgresiones delegadas. El rito resuelve,
mediante una operación socialmente aprobada y colectivamente asumida, la contradicción

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que se establece al construir como separados y antagonistas principios que deben ser
reunidos para asegurar la reproducción de un colectivo social.
Ya señalamos que la re-ocupación del espacio público implica uno de los niveles de
la politización de la acción colectiva. Las vigilias organizadas por la COPE se hacen frente
a la casa de Gobierno de Catamarca, duran en general 24 horas a lo largo de las cuales,
grupos diversos de personas y organizaciones, se turnan para ocupar dicho espacio, con
pancartas, lectura de comunicados y según los asistentes, también con rezos, para concluir
con una marcha por dentro de la plaza con antorchas.
Se presentan como actuaciones de re-nucleamiento de los actores, donde sí se
pueden identificar por pertenencia política, religiosa, de edad, etc. cuestión que” no está
permitida en las Marchas”. Son prácticas que aportan a la diferenciación, que no
neutralizan la heterogeneidad, sino que la destacan.
Así caracteriza la organización de las vigilias uno de los ex integrantes de la COPE:
“Sí, se conversaba en la COPE siempre que fueran pacíficas era apoyadas por todo
el mundo, que no hubiera ninguna acto de violencia, contra la casa de gobierno ni ningún
personal de seguridad ni nada, y por suerte la mayor parte de las veces obrando de esa
forma tampoco teníamos ningún acto de violencia por parte de las fuerzas de seguridad
contra los que estábamos ahí. Muchas veces se hizo la vigilia en momentos determinados
porque les tocaba…. No la hacíamos todos juntos, ahora me estoy acordando, de tal grupo,
y muchas veces se hizo rezando en voz alta, muchas personas rezando el rosario para que se
esclarezca y por la pacificación de Catamarca, en base a la justicia y la verdad” (V.A.)

El rito se distingue de otras prácticas porque no se discute, no se puede cambiar ni


cumplir a medias, si se efectúa implica ratificación de los actores, de su pertenencia a un
orden, tienen la función de integrar a quienes los comparten y de separar a quiénes los
rechazan.
Sin embargo, como señalamos en el capítulo anterior, en más de una oportunidad, se
producen episodios entre los asistentes a las vigilias y los grupos oponentes(militantes
justicialistas, policía) ante lo cual la COPE toma posturas contradictorias o que al menos
revelan dos valoraciones distintas de estos sucesos y que generan incluso confrontaciones
con la Comisión de padres y críticas de otros sectores, especialmente la prensa. Esto
implicaría que hay por lo menos un sentido de lo ritual-simbólico que se vive como réplica
de las distinciones establecidas socialmente. Y otro que se percibe como restitutivo de un
orden ausente o perdido.
Evalúa una de las actoras el sentido de las vigilias: ”En algunos momentos sí,
como en todas estas cuestiones como te decía antes había muchos altibajos, pero hubo

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gente que era permanente, muchos éramos permanentes, yo creo que no se faltó a
ninguna vigilia un grupo grande, exceptuando situaciones personales de mucho peso,
pero…hubo mucha constancia en esto y mucho trabajo, mucho trabajo de difusión,
mucho trabajo de charlar con la gente, se acercaba la gente y fue importante y bueno,
como te decía hace rato, por algo fueron los sectores que más reprimieron, que la
policía reprimió ”( M.C.) La práctica se vincula a eficacia y por ello merecedora de la
sanción, se concibe como transgresión necesaria para sus artífices, pero como ruptura
amenazante para los oponentes.
En las vigilias, aparecen también las polaridades que ya reconocíamos en la
constitución misma de la COPE. Actores que las conciben como un espacio de
concentración de “lo más confrontativo” de las Marchas y que podía “socavar al gobierno”,
cuyas actuaciones se orientan a darles un “contenido más popular” y que no casualmente
“fueron reprimidas”.
Y actores que conciben estas prácticas como una más entre las que se realizaron
para obtener justicia, con “la fuerza del silencio”, los que entienden que ” cualquier otro
sentido es una provocación”.
Para el primero de los grupos, las vigilias implican la ritualización de los niveles
diferenciados de concienciación. Para el segundo, escenificación y prolongación del clima
de aflicción que simbolizan las Marchas.
A diferencia de las prácticas discursivas en el atrio, las vigilias no tienen la misma
cobertura periodística y median en estas, la ausencia de los líderes de las Marchas lo cual
tiene también una doble implicancia. Para el primero de los grupos señalados, significa que
su contenido se inscribe en “una mayor radicalización de la protesta” porque partícipes no
se resguardan en la “figura protectora del matrimonio Morales y la religiosa Marta Pelloni”
lo que posibilita la reafirmación identitaria del grupo.
Para el segundo de los grupos, las ausencias referidas, ponen en estado de riesgo al
grupo, pues se hacen más inminentes las posibilidades de confrontación con los oponentes,
dado que “ lo masivo de las Marchas “ no se reedita en las vigilias y con ello las distintas
“posiciones de la COPE “ se hacen más patentes.
En suma, lo ritual simbólico es incorporado por algunos actores como reafirmación de los
valores que reconocen legítimos en la sociedad y como continuación prudente de la
protesta. Para otros, estas prácticas se recuperan como actos repetitivos que tienen
consistencia significativa a partir de las estrategias discursivas que aprovechan los
intersticios que dejan las discursivas dominantes, de marcada religiosidad o de escasa
confrontación política.

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Capítulo 5
Estética y Política: las inflexiones del silencio

Hemos analizado hasta aquí, la presencia de los recursos expresivos, como la


dimensión procedimental de la COPE en el proceso Marchas del Silencio, en términos de
su contribución de la politización del mismo.
Señalamos también que, la relación entre estética y política, no es un vínculo que
constituye exclusivamente la COPE, ya que emerge desde el momento mismo en que se
inician las Marchas del Silencio. Pero es en este grupo que se constituye en un actor
diferenciado en el contexto de la movilización Catamarqueña entre 1990 y 1991 donde
dicho vínculo adquiere un carácter diferenciado y se plantea como estrategia para alcanzar
él éxito en la protesta.
No obstante, nos interesa, precisar, que los recursos expresivos operan como
tributarios de la politización, en las prácticas del grupo COPE, anteriores a la protesta,
particularmente en la instancia deliberativa que precede a su aparición pública. De modo
que reconocemos un primer tópico a tener presente en el análisis bajo la forma de:

a)Percepciones previas a la protesta fundadas en caracterizaciones que de la red de


conflictos tienen los actores. Se advierte en los discursos de sus integrantes, a través de las
actas de las primeras asambleas:

1-Afirmaciones expresivas (metáforas, comparaciones, alegorías):

“… Tengo dudas de la justicia de Catamarca, aparte de las desprolijidades en el


proceso, los Poncio Pilatos que se lavan las manos…. apoyo que se llame pro -
esclarecimiento la comisión…” ( K. J 10/11/90)

“… El crimen de María Soledad no es una flor del aire, henos visto cómo trepadores
se elevaban en el escalafón provincial…” (A.J 10/11/90)

“…Que se continúe encendiendo esa luz que va haciendo que recuperemos la


dignidad…” (B.CH. 10/11/90)

2- Afirmaciones que sugieren el empleo de recursos expresivos(símbolos, rituales)

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“…Se habla de modalidad. La primera Marcha fue con pancartas, tenemos que
expresarnos de otra manera. Todo proceso tiene etapas que se cumplen. Hay que introducir
modalidades, tenemos que oxigenar…” (C.M .10/11/90)
“¿Qué está queriendo decir el pueblo?. El pueblo genera sus símbolos, el silencio, el
aplauso…la responsabilidad es grande si necesitamos emplear diversas
técnicas…”(G.R.23/11/90)
“La mayor parte de los símbolos nació de la creatividad del pueblo, hay que reflejar
esa creatividad…”(P.M.23/11/90)
Aparecen en estos fragmentos discursivos percepciones del contexto, asociaciones,
valoraciones y referencias a la necesidad de lograr novedad y eficacia.
Otros textos refuerzan la relación entre forma y contenido que la comisión pretende
aportar desde su aparición:

“El fondo de esta reunión fue algo extraordinario, que el pueblo se pusiese de pie
frente al ambiente que se vive, era legítimo que el padre pidiera ayuda. Aportemos ideas
para que esta marcha no decaiga, para que esto se mantenga en pie, a fin de crear
credibilidad en el seno de la sociedad” (F.A. 12/11/90)

“Propongo vigilia frente a la casa de gobierno, día y noche frente a la casa de


gobierno” ( P.Q .12/11/90)

“Tengamos más confianza en el pueblo, porque allí radica la fuerza; si Ferreyra


saltó es porque tienen terror de la participación. Propongo que se haga un llamado, que se
participe, que se aclare en los barrios, estamos tratando de darle un nuevo empuje…” (S.D.
12/11/90).
O se expresan consideraciones sobre la relevancia claramente política del proceso e
incluso esbozan una perspectiva sobre el mismo:

“María Soledad nos está dando un camino para que aprendamos a liberarnos … hay
que trabajar con los sindicatos, con paros que se hagan en forma gradual … necesitamos
maneras de controlar la gestión pública, el pueblo tiene que estar a delante, tiene que
retrotraer esas delegaciones irresponsables que dio. Para que el único autoritarismo deba ser
del pueblo. No me parece que sigamos negando la naturaleza política, lo que se supone,
estamos, castrándonos políticamente” (R.B. 12/11/90).

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También aparecen en estas reuniones previas a las primeras actuación de la COPE;
propuestas que apelan al empleo de elementos diversos y que aparecen como soportes de
carácter:

1)Organizativos: es decir que sugieren modos de funcionamiento del grupo y distribución


de roles
-Que cada partido político u organización incorpore a la comisión un abogado,
para reforzar el trabajo jurídico sobre el caso, especialmente asesorando a
testigos
-Ir a las cámaras legislativas y controlar a los legisladores sobre el tema de la
intervención federal
-Que se gestione el juicio político par el gobernador
-Que se formen tres subcomisiones: la ejecutiva, la jurídica y la de prensa
-Que se evalúen por separado las actividades de cada subcomisión
-Que se recepten todas las denuncias que lleguen a la comisión
-Que se incorpore un representante de la comisión de padres a la COPE
-Que se organicen vigilias en la plaza durante 24 horas desde el día antes de la
Marcha y que se organicen turnos para asistir cada 2 horas las distintas
organizaciones que integran la comisión-
- Que se lleven alcancías al atrio de la catedral para obtener aportes para financiar
las actividades
2) Expresivos, que sugieren formas de poner en escena la acción a través de
procedimientos y elementos tomados de diversos contextos:
- Que al atardecer se incorporen las antorchas a las vigilias
- Que se delimite el espacio donde se hagan las vigilias con tarritos con gas oíl
- Que se hagan pintadas y pegatinas para convocar a las actividades
- Que se hagan pancartas y murales de color azul francia que contengan las
consignas “justicia” “Catamarca ayúdame” “Catamarca exige justicia” “El pueblo exige
justicia”
- Que se lleve una insignia negra en la mano como símbolo de duelo de todos los
Catamarqueños y contra la impunidad.
-Elaborar documentos para leer en las vigilias
-Que se lleve una caja para sugerencias del pueblo en las vigilias.

Se reconocen además enunciaciones retóricas y afirmativas que se recuperan en los


documentos leídos en el atrio posteriormente

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“¿Cuál es el divorcio entre esta comisión y la comisión de padres?”
“¿Qué se pretende? ¿Prisa? ¿Justicia?”
“No a la intervención federal”
“...La policía es una escuela de cuarenta años apoyada por medios de inteligencia ¿qué
garantiza?”

Se identifican propuestas que focalizan en las instituciones y funcionarios del Estado


los destinatarios de los discursos de la comisión:

-Que se haga un documento contra el ministro del interior Mera Figueroa


-Que se haga un documento contra la institución policial de la provincia
-Que se haga un documento de apoyo a la situación que viven los empleados del
hospital San Juan Bautista
- Que se respondan las afirmaciones del presidente de la nación

Se expresan ideologemas, es decir afirmaciones que refieren contenidos ideológicos,


visiones del mundo:

“Hay que seguir la estrategia de la no-violencia” “Si tenemos discrepancias en eso


vamos a tener que dividirnos los que están por la no-violencia y los violentos” “No somos
carapintadas” “Hay que atacar al sistema político”

Se efectúan otras propuestas que pueden entenderse como de carácter agitativo, ya


que sugieren crear impacto en la opinión pública que aún no se ha movilizado en reclamo
de justicia:

“Difundir por altoparlante lo que haga la comisión”


“Colocar una carpa frente a la casa de gobierno y que roten los grupos que la
habiten”
“Que se hagan asambleas en los barrios, para crear canales de expresión del pueblo”
“Que se hagan asambleas multitudinarias en la plaza “
“Que los artistas plásticos participen de las vigilias”
“Que se llame a una desobediencia civil”
“ Que se hagan 15 minutos de paro en señal de protesta y que traten de hacer
coincidir la hora en todos los lugares de trabajo”

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“Que se hagan actividades conjuntas con la comisión de derechos humanos para la
venida del premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel”

Igualmente se plantean mociones dirigidas a ampliar el horizonte de objetivos de la


Comisión:
-Que se elabore un documento contra el presidente norteamericano Bush por la
intervención en la guerra del Golfo Pérsico

Estas enunciaciones, por una parte forman la red discursiva de la COPE, en tanto
prácticas que no se incorporan a la protesta sino que actúan como elementos de un discurso
virtual que se nutre de factores u operadores de la estructura social (Dálmaso) (1) . Son
componentes que impregnaron las deliberaciones y decisiones del grupo. Pero también son
elementos que reaparecen como orientadores de la acción, después de la fase del discurrir
del grupo, señalado el nivel de expectativas, presunciones y creatividad de los sujetos.
El trabajo discursivo de la COPE es una de sus prácticas donde incardina la
relación entre estética y política, que se disemina a lo largo de su existencia y protesta. El
mismo se distribuye a través de la producción y circulación de recursos periodísticos, es
decir mediante textos basados en datos que se combinan con organizaciones y sentidos
diversos. Así, hallamos en los registros:
a) Comunicados de prensa, a través de los cuales se dan a conocer informaciones de
interés público o por medio de los cuales se difunden denuncias sobre hechos o
acontecimientos:
“Observamos que la mayoría de los dirigentes sindicales se encuentran
comprometidos con la patronal y el poder político” ( El Ancasti 31 de Enero de 19991). El
comunicado contiene cifras de los agentes de la administración pública despedidos,
afirmaciones sobre irregularidades cometidas al enviar los telegramas de despedidos y
ofrecimiento de asesoramiento jurídico a quiénes se encuentren afectados por esta
situación.
b)Reportajes, generalmente, a la comisión de prensa, a través de los cuales, la
COPE aporta declaraciones de carácter testimonial, es decir, referidos a episodios,
funcionamiento del grupo y aspectos relacionados a sus objetivos
Así, en la publicación de El Ancasti, 26 /11/90 se observan afirmaciones sobre
diversos aspectos:
“Acá el jefe de policía sale diciendo que se aplicó los artículos específicos del
Código Procesal Penal, pero pienso que se debió actuar de otra manera ante una muerte
aberrante…” (T.R.M)

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“Hay un clamor por parte del pueblo y por ejemplo en las vigilias estamos
recibiendo de forma reiterada el petitorio de hacer una gran asamblea popular…”(G.M)
“Es muy importante que se sepa, que las decisiones que se toman son
informadas a Elías Morales” (M.V.D)
c) Notas ,en la que se enuncian análisis de datos o se expresan noticias. Así a
raíz de las represalias en la Marcha 23 la COPE afirma: “ La represión selectiva, y
orquestada después de la Marcha que nos convirtió en habitantes de una sociedad sitiada se
agrava con los sumarios policiales que se instruyen en contra de los que hirieron a
mansalva al niño Del Campo y al joven Orquera, pués la fiscal del tribunal y el juez
actuante que debieron abocarse directamente a confeccionar el sumario judicial, no lo
hicieron, permitiendo a los propios camaradas policiales que sean ellos los encargados de
sumariar a sus pares (El Ancasti 07/03/91)
d) Pero la consistencia política de los discursos de la comisión se vale de la
combinación de recursos periodísticos y otros, como las epístolas, difundidas bajo la forma
de “publicación pedida” que incorporan denuncias y análisis sobre aspectos diversos
relacionados con el pago de sueldos, la enajenación del patrimonio provincial, el
funcionamiento del poder legislativo (El Ancasti 19/05/1991).
e)Recurre también a interpelaciones a funcionarios públicos como en la “Carta
al Hermano Sánchez Recalde” donde la comisión apela a elementos del discurso religioso
para contraargumentar aseveraciones hechas por el destinatario, quien a través de un medio
similar, cuestiona a Marta Pelloni, y cita: “también Puebla puede justificar nuestra voz
…nuestras angustias ante un ejercicio de la justicia sometida o atada” (Documento de
Puebla 42) y agrega acusaciones categóricas :“Todo el que haya leído su carta, no deja de
sorprenderse… es una defensa del establishment, del poder y de la situación de Catamarca”
y se completa con reflexiones: “… en Catamarca, a causa de ese silencio recoleto al fin,
cómplice, estábamos en una sociedad de las palabras muertas, temerosas y obsecuentes” (El
Ancasti 01/05/1991).
e)Otros discursos de la comisión, como algunos de los leídos en el atrio de la
catedral se organizan en torno a referencias sobre lo ausente: la justicia; lo presente: la
impunidad; y lo deseado: la paz social, con justificaciones que se apoyan en alusiones a
hechos y sucesos, como el pronunciado en la Marcha catorce ( publicado en El Ancasti,
21-12-90). En pasajes del mismo, se lee:
“Dijimos en documentos anteriores: se deprecia la voz del pueblo, el poder
está bajo sospecha, el imperio del miedo se derrumba, nunca nada será igual en nuestra
amada Catamarca desde aquél fatídico 8 de septiembre y que justicia la garantiza el mismo

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pueblo. Los acontecimientos que día a día se producen, reflejan con meridiana claridad, la
visión profética de los documentos elaborados por la COPE”
La comisión se autoreconoce visionaria, anticipatoria de los
acontecimientos a través de su discurso. Y enfatiza en el mismo texto:
“La causa judicial continúa sin definiciones, complicada y dilatada por jueces
itinerantes, por testigos falsos, presionados o comprados por todo un sistema hábilmente
orquestado desde un poder corrupto…. No podemos soslayar en nuestro reclamo a un
personaje, otrora hombre fuerte de la policía de la provincia que se encuentra seriamente
cuestionado y comprometido”
Reitera denuncias que relacionan el poder judicial, la impunidad y el poder político,
para luego reafirmar el carácter legítimo del reclamo, con referencias religiosas y éticas:
“Han emprendido una campaña de desprestigio comprendidas en insultos, ofensas,
calumnias, a dos mujeres que el pueblo de Catamarca ha consagrado como símbolos: María
Soledad y la hermana Marta Pelloni. A María Soledad porque su sangre luminosa es la
semilla de una vida distinta, que hoy estamos sembrando y mañana gozaremos de sus flores
y frutos. A la hermana Marta Pelloni, que desaprensivamente se la tildó de insana, pués
bien, bendita sea su locura…y en estas dos mujeres nos encontramos contenidas todas las
mujeres de esta tierra de la morena virgen del valle, por lo tanto los agravios que a ellas se
les infiere los sentimos como propios…”
Luego combina reivindicaciones de la participación con exhortaciones a
mantenerla, especialmente dirigida a un segmento de los marchantes, la juventud:
“Jóvenes catamarqueños, fueron ustedes el punto de partida, quiénes con coraje,
fuerza y valor, denunciaron y denuncian la existencia de la corrupción, la droga, la
pornografía….Que nadie se agote, que nadie pierda la fe, que nadie desespere…No les
facilitemos las cosas, la historia por una vez está de nuestra parte”

En la misma línea argumentativa, se ubica otro texto que expresa:

“Comprovincianos, la experiencia de quien peregrina en busca de justicia, no es


diferente de la del extraviado en el desierto…” “.. .quiénes protagonizamos la protesta de
cada jueves, entendimos que la lucha por la justicia, debía ser inevitablemente también
contra el poder político que no omitió ningún procedimiento bastardo…” “… por esa
razón, el pueblo eligió y obtuvo la intervención al poder judicial de la provincia primero, y
luego la intervención federal a los tres poderes del Estado” (El Ancasti 03/05/1991).
Cabe subrayar que todas las prácticas discursivas de la COPE son difundidas
son primer lugar a través de los medios de comunicación escrita local y radial.

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f) También se construyen discursos múltiples, recurriendo a la intetextualidad, que
se trama con elementos recuperados de discursos anteriores, donde se combinan
exhortaciones y reflexiones sobre el proceso judicial del caso:
“ Decíamos el 22 de Noviembre pasado, que se han revelado suficientes
irregularidades en los procedimientos judiciales y reclamábamos: ¡basta de mentiras!
¡basta de pistas falsas! ¡basta de chivos expiatorios!¡basta de testigos escamoteados,
comprados, o silenciados! ¡basta de desprolijidades! ¡basta de inmoralidades! ¡basta de
biombos decorados que tapan mal el infierno!…No queremos que se descubran solo
desprolijidades,….y para alcanzar esta meta se requieren hombres valientes e
incorruptibles, que no defrauden esta incipiente esperanza que h ha empezado a nacer en
todos nosotros…”(El Ancasti, 25-01-91).
Otra de las estrategias que refuerzan las argumentaciones del grupo se nutre de
elementos del discurso jurídico:
“La COPE se solidariza con los empleados públicos perseguidos y cesanteados y
exhorta a recurrir a sus servicios detallando lo siguiente:
1-En todos los casos de cesantía debe existir el decreto que ordena dicha cesantía
2-la cesantía debe ser comunicada fehacientemente (mediante telegrama, carta documento o
notificación), ningún otro medio puede suplir esta notificación.
3-Efectuada cualquiera de estas notificaciones, el agente deberá dentro del término de 5
días hábiles interponer ante la misma repartición que presta sus servicios, recurso de
reconsideración contra el poder ejecutivo.
4- A estos efectos, la cope a través de sus abogados brindará asesoramiento gratuito y
necesario.
5- Presentado este recurso, con copia, esta ultima deberá ser cargada por el funcionario y/o
personal de mesa de entradas que lo reciba. También deberá requerirse posteriormente el
número de expediente y el trámite seguido.” ( El Ancasti, 1-02-91)
Esta organización discursiva aparece también en el recurso de amparo presentado ante el
juez Gandini contra el Estado provincial, a raíz de la represión sobre la movilización
número 23,elaborado y firmado por la comisión en el que se expresa:
“Para obtener el cese de la afectación y la amenaza al ejercicio de la garantía
constitucional de peticionar a las autoridades de entrar, permanecer y salir del
territorio de la Nación, de circular por sus calles, de reunirse en sus plazas y paseos;
cese de la amenaza y afectación del derecho a la vida, a la integridad física y
psíquica del ser humano, que son los derechos implícitos en la constitución
nacional. La privación de verdad y justicia han afectado al pueblo de Catamarca,

100
pilares sustantivos de la doctrina del Estado de Derecho. Importa así mismo como
secuela de la privación, la impunidad de los responsables de graves crímenes que
hieren nuestra conciencia como pueblo. Hemos protagonizado 23 Marchas del
Silencio en busca de esos valores, verdad y justicia, pero como es poco o nada lo
que ha adelantado el requerimiento y no es por falta de evidencias o pruebas, es por
la obstaculización constante de que ha sido víctima la pretensión popular. En lugar
de viabilizarse el esclarecimiento de los hechos que repugnan la conciencia
humana, ese esclarecimiento se ha trocado en una suerte de carrera de obstáculos,
de subterfugios, de frustraciones rituales; de investigaciones no concluidas y
realidades de impunidad para los transgresores a la ética y el derecho.
Ahora estamos peor todavía señor juez, no solo que no se posibilita ni se
dirige al poder del aparato del Estado en la vía de posibilitar el esclarecimiento y la
debida sanción judicial, sino que somos perseguidos y reprimidos en forma brutal por
bregar por los valores sin los cuales no es posible el Estado de derecho. Se nos
amenaza que no podremos seguir reclamando, que nuestra protesta es alentada por
signos políticos, que no podemos movilizarnos en defensa de lo nuestro y los
reclamos pendientes”. (El Ancasti, 27-02-91)

Junto a las percepciones previas a la protesta y a las prácticas discursivas que la


acompañan, encontramos otro núcleo de análisis: las prácticas expresivas que se
articularon ordenando la trama significativa de la acción colectiva en el seno de las
Marchas en términos de politización de las mismas. La imbricación entre lo expresivo y lo
político se reconoce en niveles diferenciados de percepciones en los propios miembros de
la COPE y se conforman en torno a:

a) La vinculación entre el objetivo central de grupo y las formas en que aquél se


perseguía
Afirma una actora en esa dirección: “ la metodología era evaluar cada….. la
metodología pasaron por fases, así le llamaría si vale el término, que fueron las famosas
vigilias, o sea, fijar estrategias para tratar de socavar al gobierno” (C.P)
Metodología que advierte complementada con la habilidad comunicativa del grupo
“Bueno una presencia muy fuerte en los medios, escritos y radiales, bueno, de debates
interminables analizando todos los acontecimientos del día ...” (C.P).
Se trata de procedimientos que se vinculan a la eficacia respecto de las metas del
grupo que se percata en el siguiente testimonio: “ y bueno, llegando a un acuerdo para
decir, claro, para contraatacar, para salir a la defensiva, eran recursos defensivos,

101
desestabilizantes que tenía la COPE, por supuesto genuinos, válidos, para debilitar al
gobierno” (C.P)
Esta relación se amplía al admitir hacia quién y dónde se dirige la protesta: “Bueno,
el tema de las vigilias no debe ser, no debe ser halagüeño para ningún gobernante ni para
ningún funcionario tener un montón de gente frente a la casa de gobierno con antorchas 24
horas…. “ (C.P)
Aquí advertimos que los recursos expresivos ofrecen aportes para la valoración de
los propios actores sobre el grupo. Sin embargo, lo expresivo aparece en la percepción de
algunos actores, como amenazante del colectivo, precisamente porque constituyen un re-
dimensionamiento de lo político.
Indica un ex – miembro al respecto: “Las vigilias se hacían después de las Marchas
eh… en gran grupo de los que definíamos las vigilias o no, estábamos en contra, otros
estábamos a favor, por el hecho de que era como dar pie a una agresión, por el hecho de
que no era tan masivo, lógicamente como las Marchas…”(L.T) y agrega: “ Se prestaba más
para algo político también esto, más que las Marchas. Así que modalidades diferentes yo
creo que hubo, esas, en el sentido que una fue con antorcha, la otra fue con corte de la calle-
no estaba la peatonal del Paseo de la Fe- en ese entonces era transitable la Sarmiento. Y
otras vigilias fueron directamente en el veredón de la Plaza 25 de Mayo frente a la Casa de
Gobierno, y era pasar toda la noche, estábamos hasta la madrugada ahí de vigilia. En alguna
de ellas se acercaba la hermana Pelloni, los Morales también estuvieron presentes creo en
alguna y lógicamente después se retiraban ¿no? nos íbamos turnando”.
Al admitir la relación entre los cambios cualitativos en el proceso de las Marchas y
de todos sus actores, a partir del empleo de dicho recurso, el mismo actor afirma:
“ Sí, yo creo que hubo un proceso en general, que la COPE haya marcado, quizá,
haya definido más tajante ese proceso en sí desde la misma evolución de los discursos a
través de las Marchas, pasaron de ser tibias oraciones a ser un reclamo directo, puntual y
apuntando, digamos, a un sistema político, a un gobierno en especial…. Así que yo creo
que fue un proceso evolutivo donde la COPE, sí, quizá, haya marcado tajantemente ese
cambio más duro, más directo eh… todo es político, así que decir más político está mal
eh… pero… “(L T).
Una evaluación opuesta en este sentido, hace otra actora al comentar: ” Hay un
sector de la COPE que sigue muy unido, que son los que de alguna manera le dieron, yo
creo, un contenido más popular, más de denuncia que son los que logramos hacer las
vigilias, son los que de alguna manera también, no de alguna manera, se hizo, el famoso
cartel sobre…. designando la Plaza, la Plaza de la Vida, que era donde nos reuníamos. Y
sin duda que era el sector más combativo de ese momento, por algo es que las represiones

102
venían cuando quedábamos en las vigilias, ahí venía la represión, la de la Marcha 23 y otras
tantas eh…” Y reafirma luego: “por algo fueron los sectores que más reprimieron, que la
policía reprimió. Jamás se reprimió una Marcha en su conjunto, jamás la infantería entró a
atacar una Marcha, pero sí cuando quedaba la vigilia, que en fue la Marcha 23” (M.C.)
Lo expresivo aquí se percibe como factor que promueve la politización y cuya
consecuencia es que el colectivo se convierte en objeto de represalias por parte de sus
oponentes. Supone el reconocimiento de la eficacia de la protesta.
b)La vinculación entre las estrategias de la protesta y sus efectos en el proceso de las
Marchas, distinguiendo:
1- Los esperados o inevitables: dado lo que se ha analizado respecto de las metas del grupo,
entre los efectos esperados, se cuenta el incremento de la participación social en el reclamo
por justicia y con ello el esclarecimiento del crimen. Así lo reconoce uno de los ex
miembros de la comisión:
“…tengo registrado cómo se distribuyen las vigilias, por
ejemplo de 0 a 2 de la mañana los familiares de María Soledad y amigos; de 2 a 4 ATEP y
la parroquia del Corazón de María; de 4 a 6 de la mañana APUNCA (gremio universitario)
de 6 a 8 el gremio docente universitario y la FUCA; de 10 a 12 docentes y ATECa; de 12 a
14 derechos humanos, cruz roja y Don Bosco; 14 a 16 partidos políticos, Conciencia,
legisladores; de 16 a 18 concejales, toda esta gente participaba, y se consideraba miembro
de la COPE, y bueno para organizar mejor se distribuían los horarios que cada organización
o cada participante iba a hacer la vigilia” (M.D.). La misma actora recuerda además:
”después también me parece que si bien yo no participé, también se organizaron Marchas
del Silencio como para difundir cuál era el pensamiento de estas protestas, que era lo que
se pretendía en el interior, recuerdo en la villa de Pomán, en el Rodeo, en La Merced y no
me recuerdo en que otro lugar eh… “(M.D.)
Completa este análisis la apreciación de otro de los ex miembros de la comisión:
“Yo creo que si nos hubiéramos remitido exclusivamente a hacer las Marchas en Silencio,
sin ningún objetivo político por atrás, o sea unas Marchas que pretendieran exclusivamente
el esclarecimiento policial del caso, en silencio, rezando, y diciendo que íbamos a triunfar
cantando la marcha de Luther King, que no sé cómo se llama, y bueno probablemente
todavía estaríamos dando vueltas alrededor de la plaza y nadie nos hubiera dado bola,
porque las acciones que pueden hacer tambalear, por decir así, a un gobierno, son las
acciones que de alguna manera le hagan pensar de que estos individuos pueden llegar a
hacer algo un poquito más trascendente, porque si fuera dar vuelta ahí con una pancarta,
¡pero Saadi todavía se está matando de risa en el balcón mirándonos de cómo damos
vueltas! Porque primero habrán sido ocho mil, veinte mil, cuarenta mil, y después iban a ser

103
veinte mil, ocho mil, dos mil y al último como la COPE iban a ser tres, los que iban a dar
vueltas y se iba a acabar, esa es la realidad. Entonces en la medida que se jaqueara al
gobierno, que lo presionara y que hubiera manifestaciones activas, no movilizaciones
pasivas, movilizaciones pasivas prácticamente yo creo desde mi punto de vista, que
hubiéramos, ya te digo, nos hubiéramos cansado ahí de dar vueltas “ (A.G.)

La prensa da cuenta también del incremento de participación en la movilización


por justicia:
“La COPE anuncia también realización de Marchas del Silencio en Saujil, Córdoba
y Buenos Aires” (El Ancasti, 28-11-90)

“Nueva Coneta hace otra Marcha” (El Ancasti,15-12-90)

“Quinta Marcha del Silencio en Andalgalá /Se realizará Marcha del silencio en Bs As
frente al Congreso” (El Ancasti,16-12-90)

“Pérez Esquivel y la diputada demócrata popular Matilde Quarraccino estuvieron


en la decimocuarta Marcha” (El Ancasti,21-12-90)

“En Pomán se constituye una comisión de esclarecimiento que tendrá vínculos con
la formada en la capital/se hizo otra Marcha en esa localidad”(El Ancasti, 2-12-90)

“Las madres de Nair Mostafá y Jimena Fernandez acompañan la Marcha 23/


Marcha en Icaño” (El Ancasti, 21-02-91).

“Se realiza una Marcha Nacional del Silencio bajo el lema Argentina,
Ayúdame”(El Ancasti, 13-04-91)

“La 36 Marcha coincide con la segunda Marcha Nacional del Silencio” (El Ancasti,
6-06-91)

“El reclamo por justicia lanzó su grito número 38. Participaron turistas” (El Ancasti,
23-06-91)

“Se realizan Marcha del Silencio en Andalgalá e Icaño” (El Ancasti, 12-09-91)

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“Se realiza Marcha del Silencio en Belén” (El Ancasti, 17-09-91)

El registro periodístico da cuenta a lo largo de un año y medio de movilización, de


innumerables muestras de adhesión y solidaridad con las Marchas del Silencio, a través de
telegramas, comunicados, mensajes, etc. que se leían en el atrio o se difundían a través de
las páginas de los diarios, procedentes de todo el país y firmadas por personas,
instituciones, organizaciones, etc. Además se advierte la presencia de dirigentes,
personalidades y familiares de otras víctimas de la impunidad, que acompañan las
Movilizaciones de cada jueves. (del resumen archivo diario El Ancasti)

2- Los no- deseados: se reconocen como apreciaciones de los actores en dos direcciones.
Uno es el de la respuesta represiva por parte de los oponentes del colectivo, que ya
señalamos, pero que se advierte en el siguiente relato también:
“Las modalidades eran prácticamente las mismas eh… hubo algunos cambios como
cortes de calles, en algunas, que también han sido mal vistas porque era una provocación,
daba pie a que provoquen también otros, tan es así que yo estuve en una donde hubo un
corte de calle, estábamos ahí y llegaron varios autos y se armó una pelea bárbara y salió la
policía y los bomberos y nos pegaban a nosotros en lugar de… pero era una provocación, se
prestaba a una provocación, cosa que las Marchas no lo eran, por eso que yo defiendo a las
Marchas como algo sano, espontáneo y masivo”
La COPE misma denuncia el conjunto de represalias sobre los partícipes de las
Marchas y sus propios miembros:
“La COPE denuncia amedrentamientos sufridos por quiénes intentaban organizar
Marchas del Silencio en la localidad de La Merced y por vecinos del barrio 1000 viviendas
que adhirieron a las Marchas en la capital” (El Ancasti, 27-11-90)

“La COPE denuncia: los integrantes individualizados pertenecientes a la patota


oficial son: Carlos Ponce (ex boxeador procesado actualmente), Córdoba (ordenanza del
consejo de educación), Barrionuevo (intendente de casa de gobierno), Cobacho, Roldán y
Vergara y otros cuyos nombres la comisión no identifica. A todos ellos les dice la COPE
que no harán retroceder el espíritu de justicia en el que está embarcado el pueblo
Catamarqueño”(El Ancasti, 6-01-91)
“El dirigente de la Cope y apoderado del partido Patria Libre Eugenio Cano, recibió
una citación el 28 de Febrero para presentarse en la comisaria segunda sin que se
especifique en la cédula policial el motivo de ese llamado, quién denunció: esto forma parte
de la campaña montada por el gobierno de la provincia…”(El Ancasti, 3-03-91)

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También se advierten otras noticias que pueden inscribirse en el marco que estamos
señalando:

“Se realizó la 18 Marcha: tomados de la mano, con menos gente debido a temores de
despidos “ (El Ancasti, 18-01-91)

“Se anuncia operativo de seguridad para la Marcha número veinticuatro” (El Ancasti,
28-02-91)
La otra dirección a la que aludimos, es en torno a los efectos no esperados por algunos
de actores del proceso en términos del nivel de politización alcanzado en una instancia del
proceso y que se visualiza en la siguiente narrativa:
“Y bueno… yo que había sido uno de los primeros, digamos, que con gran
entusiasmo, anotado en la formación del frente cívico pensando que ese frente iba a ser la
Revolución Francesa acá, digamos, en Catamarca en donde íbamos por fin a llevar adelante
todos los principios de igualdad, solidaridad, etc., etc. bueno voy a esa reunión de la mesa
política, estaba Correa, estaba Simón Hernandez, estaba…. no sé, Hernán Colombo, y
bueno yo llegaba con la noticia de que se había armado el gran conflicto frente a casa de
gobierno y había ya un despelote, corridas, pedradas, palos, gritos etc., entonces yo llegaba
contento, agitado con la noticia de que realmente el pueblo estaba enfervorizado y estaba
expresando su sentimiento, cuando voy y comunico tal cosa, Hernán Colombo se agarraba
la cabeza así, con las dos manos, como lo hace así usualmente como si esto que estaba
ocurriendo era prácticamente una catástrofe del tipo de un alud ¿eh? sobrenatural, que
había destruido todas sus, no sé sus elaboraciones teóricas, respecto de cómo tenía que
seguir el proceso. El asunto es que todos se agarraban la cabeza ¡oh, qué cagada, qué
cagada! Y yo que venía contento ¿viste? …”(A.G.)

c)La vinculación entre las prácticas empleadas en la protesta y su impacto en el proceso de


la movilización catamarqueña que se reconoce en gestos rituales y simbólicos diversos.
Cabe destacar que algunos de los efectos de la intervención de la COPE se reconocen en
el seno de las Marchas, después de leído su primer documento en el atrio, respecto del cual
afirma uno de los miembros de la comisión:
“El documento para nada tiene una connotación partidaria, lo que sí creo que ha
molestado es que el pueblo se ha sentido identificado expresándolo así a través del
sostenido aplauso y del agitar de pañuelos. Esto está significando que debe ser gente de la
misma casa de gobierno, autoridades gubernamentales o como dije, algún fanático que no

106
asumió que el pueblo necesita verdad y necesita justicia. Podemos decir que la lucha del
pueblo es de corte político pero no partidista…(del reportaje publicado el 26/11/90 en El
Ancasti)
Comenta una similar impresión otra de las actoras de la COPE:
“Se ve que había mucha bronca contenida, por eso de la espontaneidad de la gente
en aplaudir o gritar o decir algo ¿no? O silbar cuando mencionaban en los discursos a los
integrantes del gabinete, se los silbaba, entonces eso era lo que se trataba de que no haya,
para algunos criterios, los desbordes de ningún tipo. Era bastante controlado el tema, no sé
si estaba bien o mal, si era exceso de prudencia, pero creo yo que daba resultado y me da la
impresión que un poco respondía tanto la vigilia como esas Marchas silenciosas a la
idiosincrasia del Catamarqueño de ser poco expresivo o rebelde de ahí me da la impresión a
mi que tuvo tanto interés esto¿ no? Una sociedad así, como adormecida de pronto
reacciona” (M.D.).
La valoración del impacto de la protesta en el colectivo marchante, es vista aquí
con relación a un contexto cultural al que se liga el sentido de las nuevas respuestas ante la
red de conflictos. Su adensamiento contiene la sedimentación de prácticas rituales y/o
simbólicas que los actores incorporan a su horizonte significativo y que se inscriben en el
marco de los efectos inevitables:
“Catamarca rompió el silencio: con la asistencia de casi 30.000 personas en la undécima
Marcha hubo aplausos después de la lectura de los discursos” (El Ancasti, 29-11-90). Dicho
gesto reaparece al finalizar sucesivas Marchas frente al atrio de la catedral.

“Al finalizar la Marcha número dieciséis, se escuchó: ¡Justicia y que se vayan!/


Activistas saadistas promovieron un escándalo mayúsculo frente a la catedral cerca de las
24 hs, donde se estaba concretando una nueva vigilia organizada por la COPE. Acólitos del
gobierno, comenzaron a provocar y la reacción no se hizo esperar, hubo heridos, detenidos
y daños varios y un fuerte operativo policial intentando poner calma”. (El Ancasti, 4-01-91)

“Al finalizar la Marcha número veintidós se escucharon cánticos contra el gobierno:


¡que se vayan!” y ¡Saadi encubridor! y aplausos para Patti y Ventimiglia” (El Ancasti, 15-
02-91)

“En la Marcha veinticuatro se repudió la represión del jueves anterior con abucheos y
se aplaudió al ex juez Morcos “ ( El Ancasti, 1-03-91)

“Protestas por la libertad de Ferreyra “(El Ancasti, 31-03-91)

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“ En la Marcha treinta y nueve hubo repudios a través de cánticos contra Ferreyra, Luque y
Saadi y apoyo al juez: ¡Ventimiglia no se va!” (30-06-91)

“En la Marcha 49 hubo suelta de globos celestes y blancos y los participantes llevaban una
flor en la mano”(El Ancasti, 9-09-91).

También se registra un episodio, del cual si bien la COPE trata de tomar distancia,
después analiza y justifica como consecuencia inevitable de la situación que se vive en
Catamarca:
“Un grupo de jóvenes y no tan jóvenes después de la Marcha se plantó frente a la
casa de gobierno y a escasos metros donde comenzaba su tradicional vigilia la COPE, nadie
imaginó que se registraría uno de los primeros episodios más duros en el caso María
Soledad: gente que tomó las pancartas de María Soledad y empezó a entonar estribillos que
comenzaron a subir de tonos y convertirse en acusaciones directas a quiénes ocupan el
edificio de Sarmiento y Vicente Saadi, entre los cánticos se escucharon: ¡asesinos!…”(El
Ancasti, 14-12-90)
Además se producen otras autoconvocatorias que recuperan una de las
modalidades implementada por la COPE para protestar:
“Como ocurriera el otro jueves, en la Marcha de ayer a pesar de que la COPE no la
organizó, nuevamente un numeroso grupo de personas que habían participado de las
Marchas del Silencio, improvisó una vigilia en las veredas de la plaza 25 de Mayo /
Representantes de diversas organizaciones del medio, políticas, gremiales y algunos
miembros de la COPE, se instalaron en la vereda de la plaza frente mismo a la catedral y
protagonizaron una silenciosa y calma manifestación por el crimen de María Soledad “(El
Ancasti, 18-01-91).
Un grupo de oficiales rebeldes que cuestiona la cúpula de la policía provincial,
permanece en vigilia en la parroquia del corazón de María durante más de un mes, desde
donde hacen diversas denuncias sobre irregularidades en la institución y donde reciben
numerosas adhesiones, entre las cuales envía la suya la COPE (del resumen archivo El
Ancasti, mes de Abril de 1991)

“La Marcha 30 partirá del Corazón de María y se llevarán pancartas de


agradecimiento a las provincias que se solidarizaron con la causa M. Soledad”(El
Ancasti,25-04-91)

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“Entre las 12 del sábado y las 12 del domingo se llevará a cabo una vigilia de
oración, rezando por el alma de M Soledad. Se organiza desde la parroquia del Corazón de
María” (El Ancasti, 14 –07-91)

“Los jóvenes, protagonistas excluyentes de la Marcha 53 bajo el lema: Caminando


como siempre, por verdad y justicia. La Juventud Catamarqueña hizo una sentada en los
veredones de la Plaza 25 de mayo hasta las 24 hs. en reclamo de justicia “(El Ancasti, 4-10-
91)
Con pancartas que decían: “no nos obliguen a terminar con el silencio” “el pueblo
es prudente pero no tonto “ “cuánto más tardarán “ “sin justicia no habrá paz “ se realizó la
Marcha 45” (El Ancasti, 11-08-91)

“Las Mujeres Catamarqueñas anuncian la realización de una vigilia frente al


juzgado reclamando agilidad al juez Ventimiglia (El Ancasti, 11-10-91)

“Multitudinaria Marcha con pancartas “ papá ¿qué es la justicia? “ “basta de


engaños y de vueltas, los jóvenes exigimos justicia” (El Ancasti, 25-10-91)

En este cuadro de innovaciones en el proceso Marchas del Silencio, aparecen


después de la duodécima Marcha y la tercer vigilia: la convocatoria para cada jueves a
movilizarse, bajo un lema distinto semanalmente. Los mismos son:
a)tomados de citas bíblicas o reflexiones religiosas: “la fe mueve montañas”, ”La
justicia nos hará libres”, ”Del calvario del silencio a la paz de la resurrección”,
“Renovemos nuestra fe en la Plaza de la Vida”, ”Marchemos renovando la esperanza”, ”Sin
miedo y en paz”, ”En silencio venceremos”
b)que hacen referencias éticas: “la dignidad no se vende”, ”Hay que atreverse si
somos gente”, ”Si quieres la paz, lucha por la vida”, ”Sin justicia, no hay futuro”
c)que aluden al poder político: ”El pueblo quiere saber”, ”Justicia, más que un
pedido, un derecho”, ”El pueblo está impaciente”, ”El pueblo exige definiciones”, “El
pueblo no quiere frenos políticos”, ”Insistimos, justicia sin frenos políticos”, ”El pueblo
sigue esperando respuestas concretas”, ”La paciencia tiene límites”, ”La justicia lenta no es
justicia”,” Se agotó el tiempo”
d)que apelan o reivindican la solidaridad: ”Catamarca, ayúdame, pido justicia”,
”Multipliquemos fuerzas en un grito de esperanza”, ”Argentina, ayúdame”, ”Todos juntos
otra vez”, ”Nadie puede faltar”, ”Démosnos la mano, vamos a vencer”

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e)que reiteran el reclamo central de la movilización: ”Por la justicia a la Plaza de la
Vida”, ”Justicia para todos”, ”Por la justicia toda de Catamarca” “Justicia y paz para
Catamarca”, “Grita en silencio por la justicia”, ”Caminando siempre por verdad y justicia”

Otra innovación en la organización de las movilizaciones de cada semana, se


advierte con la incorporación de la canción Vamos a Vencer del líder negro Martín Luther
King desde la Marcha número 46, generalmente cantada por las compañeras de María
Soledad una vez concluidas las alocuciones.

También ubicamos entre los efectos no esperados, las apropiaciones que de las
prácticas de la COPE hacen otros grupos, algunos los cuales tienen inserción en las
Marchas del Silencio, pero que demandan reivindicaciones más específicas:
“En la noche del jueves después de concluida la 17 Marcha se organizó una
improvisada vigilia que contó con la presencia de algunos miembros de la COPE, de los
centros de estudiantes y concluyó con la acostumbrada vuelta dentro de la plaza
central./Médicos cesanteados hicieron vigilia de 24 hs. que inició con una ronda alrededor
de la plazoleta de la bandera” (El Ancasti, 12-01-91).
Se advierte sin embargo el gesto solidario de los actores de la COPE con la protesta, lo
que constituye la reorientación de sus acciones, ya que para la ocasión había decidido
suspender la vigilia. Posteriormente se producen episodios similares:
“Empleados Públicos hicieron una sentada frente a Casa de Gobierno ante el anuncio
del ajuste hecho por la intervención federal” (El Ancasti, 28-04-91)

“Marcha de cesanteados aplaudiendo frente a Casa de Gobierno” (El Ancasti, 4-04-91)

Recordemos que tanto las sentadas frente a casa de gobierno, como el aplauso sostenido
durante varios minutos, fueron algunas de las innovaciones más notables que la COPE
incorporó en la protesta a partir de la realización de las vigilias, desde Noviembre de 1990.
Por el contrario, se apropian también de las formas expresivas que acompañan la protesta
de la COPE, algunos de los sectores oponentes al grupo:
“El Partido Justicialista se manifestó en contra de la Intervención Federal: hizo
vigilia en el veredón de la Casa de Gobierno” (El Ancasti, 19-04-91)

d) El reconocimiento del ordenamiento de la protesta, se resume también en enunciados


expresivos que revelan también las marcas experienciales de la pertenencia al grupo y en
las que se ligan nuevamente las dos dimensiones de que nos estamos ocupando:

110
Señala en este sentido una de las actoras: “La vigilia empezaba el miércoles a la
noche y concluía el día siguiente, pero no nos olvidemos que iba subiendo el voltaje, a
partir del día lunes, el lunes empezaban los acontecimientos de distinto calibre, el día
martes iba subiendo la presión, el día miércoles era ya, ya el corolario con esa vigilia, el
jueves ya con la marcha explotaba todo, se empezaba a relajar un poquito el viernes y el
lunes empezaba otra vez la erupción, así era más o menos la curva ascendente y
descendente que tenía todo este movimiento…Todo el estado de ánimo yo lo marcaría si
tuviese que hacer un gráfico, lo marcaría así de esa forma, con esas inflexiones. “ (C.P)

También se observan en la siguiente narrativa la relación entre los recursos


empleado en la protesta y su objetivo:
“Mirá, yo creo que hubo momentos en que se conciliaba cosas, por ejemplo, cuando
había que hacer las Marchas se llegaba a un acuerdo en los textos de las pancartas, unas
más combativas que otras, hasta que llegó un momento en que se impulsó que se llevara un
solo tipo de pancarta y entonces ahí algunos sectores decidíamos que no, que en las vigilias
nosotros poníamos las pancartas que a nosotros nos parecía conveniente… Eran más
políticas las nuestras, eran más políticas y denunciábamos las componendas que podía
haber, denunciábamos especialmente las componendas de tipo político y sobre todo el no
renunciar a las cosas”(entrevista a M.C., ex miembro de la COPE)

El reconocimiento de la frecuencia y la intensidad de los momentos de la protesta,


supone la identificación de la eficacia de la acción colectiva, en la que los gestos rituales,
cumplieron un papel determinante en el alcance de las metas. Sostiene en este sentido la
misma actora:
“Yo creo que los objetivos genuinos inmediatos, se lograron, logrando desplazar a
Saadi del gobierno, y la prueba de esto está en que todo esto se definió cuando llegó la
intervención federal, por aquello de que muerto el perro se acabó la rabia y porque la gente
ya no tenía a quien ir a gritarle cosas a la plaza” (C.P.)
Se advierte que la tensión entre la protesta y su destinatario, se dirime, a partir de la
evaluación que el colectivo hace en términos de cierto éxito de sus acciones con lo cual
emprende la retirada del espacio público.
e)En la de los observadores externos al grupo COPE las referencias al impacto de sus
actuaciones en el colectivo catamarqueño se advierten en el orden discursivo al afirmar
que:
“ Sus comunicados excedían el caso puntual, apuntaban a que el caso era botón de
muestra” (O.V.)

111
Los propios observadores emplean enunciados expresivos para apreciar los rasgos
distintivos de la COPE; lo cual puede leerse también como rastro de la acción colectiva en
términos del vínculo estética-política a que nos estamos refiriendo:
“…deduzco que sus actividades fueron los gestos que más impactaron en la
memoria colectiva” (O.V) .La acción se relaciona aquí, con lo gestual, que deja marca, que
perdura. También se advierte cuando afirma: “Fue una vertiente de expresión junto a otros
grupos políticos” (O.V). Se le atribuye al grupo carácter político y al mismo tiempo se
reconoce que constituye una modalidad entre otras de expresión. Una postura que se
reafirma cuando señala la entrevistada: “Formaba parte de la canalización de una serie de
injusticias”(O.V),
Es decir, se ve en el colectivo mismo, un medio de politización, diferenciado
respecto de otros presentes en el proceso.
Otro entrevistado, refiere en el mismo sentido: “ Fue caja de resonancia, sus
discursos eran encendidos llamaban al protagonismo, al compromiso “ (C.A.M.), es decir,
se reconoce un “nosotros” que incentiva a participar y caracteriza su discurso a través de
imágenes cargadas de significación, alusiones a la especificidad política del grupo: ”Caja
de resonancia”, ámbito excluyente puede entenderse.
e) Como marca en los modos de reconstrucción del acontecimiento a través del discurso
periodístico, que se mune de recursos expresivos para informar, cronicar, analizar, etc. los
sucesos y el proceso mismo de las Marchas.
Contratapa: “ Cada gota fue un grito de justicia, justicia”
¿Por qué llovía?. La pregunta estaba en todas las bocas, ¿ se trataba acaso de un raro
milagro? ¿ Alguien quería hablar a través del signo purificador del agua o era simple
casualidad? La hermana dijo: Dios sabe lo que hace/ La respuesta a la convocatoria de la
vigilia fue general por parte de los distintos sectores y muchos de los integrantes de las
diversas instituciones y partidos llegaron a permanecer en el veredón por espacio de las 24
horas. Al término de la vigilia la luz de las antorchas se incrementó… (El Ancasti, 16-11-
90).
Después de la novena Marcha la crónica de la prensa escrita local destaca: “De
nuevo las calles sintieron raspar el alquitrán bajo el ritmo que imponía el sesgo de los
zapatos. De nuevo todo un pueblo estuvo reclamando en las calles. Una vez más hubo
palabras, golpes de palmas y gritos de justicia…” (El Ancasti, 21 -12- 90)

Nota de tapa que anuncia la Marcha 17: “Un pueblo que clama justicia “(El Ancasti,
8-01-91)

112
“Las dos veredas de Catamarca, la vereda del poder y la vereda de la vida “(nota
editorial El Ancasti, 23-01-91)

“Un pueblo pide: Catamarca necesita sentirse libre “(nota editorial El Ancasti, 8-02-
91)
“La multitud reinó en la plaza y dijo: gobierno nuevo para pueblo nuevo”(Título de
tapa, El Ancasti, 28-03-91)
No nos detenemos en el análisis de este tópico, pero nos interesa señalar que se
advierten diferencias expresivas desde el inicio del proceso hasta su conclusión y que cabe
suponer que han operado procesos de identificación y/o apropiación respecto de los
componentes de la protesta, ya que algunos de sus ingredientes se mencionan o comentan
en sucesivas coberturas de los acontecimientos.

Planteos finales

Entendemos que la relevancia del tema que ha ocupado esta tesis, se liga tanto a la
fertilidad del planteo de Alberto Melucci para dar cuenta de un proceso social, que ha
marcado un particular precedente en el ciclo de movilizaciones sociales no sólo en el país,
como a las posibilidades de análisis que abre la relación entre estética y política, respecto
del comportamiento colectivo.
Se trata de un proceso en el que los actores han aprovechado un repertorio de
oportunidades para la acción colectiva en clave de protesta mediante la revisión y
redefinición de sus orientaciones previas frente a un conflicto. En ese sentido,
consideramos que el contexto de la denominada crisis de la “representatividad política” las
Marchas del Silencio, han desterritorializado lo político de sus ámbitos tradicionales y
durante un tiempo de movilización ciudadana, han construido un lenguaje propio que
excedió al reclamo de justicia, inscribiéndose como colectivo en términos de un actor con
pretensiones de transformación de las condiciones socio-históricas en que se re-conoce en
1990.
No obstante, justamente en el marco de la lógica de los nuevos movimientos
sociales, advertimos que la impugnación al sistema no implica la construcción de un
programa político decidido a efectivizar su mutación. Cómodo hubiera resultado en este
sentido, abordar el proceso Marchas del Silencio en términos de episodios de la lucha de
clase por ejemplo, pero tal vez no podríamos identificar los componentes culturales que
operaron a través de las prácticas de los actores, en última instancia como impedimentos
para la radicalización del conflicto, precisamente porque los recursos expresivos

113
incorporados a la protesta para potenciar su dirección política, sedimentaron con aquéllos
ingredientes que históricamente han sido parte del poder simbólico de quiénes concentran
el poder político en el Estado, destinatario de la protesta en el escenario catamarqueño.
En ese sentido, advertimos también que el caso COPE abre dos interrogantes
ciertamente contradictorios: si los sujetos han empleado recursos expresivos en la protesta
para adjudicar un valor intrínseco a su acción(creatividad, conflictividad ,etc.)dada las
prácticas políticas previas de la mayoría de sus actores o si han recurrido a estos empleos
para reafirmar sus intereses de clase en el marco de la política tradicional.
En el caso que nos ocupó, el espacio público es el ámbito donde se elucidan las
deconstrucciones de los actores de la red de conflicto y donde se reconcentran las
orientaciones y cogniciones para la acción. Actualizándose en consecuencia la polarización
de los intereses de los sujetos. Por una parte, las que renuevan su confianza en la sociedad
política y para quienes la protesta toda, ha sido “una ejemplar interpelación” a las
instituciones del Estado a partir del reclamo de justicia. Y Por otra, las de aquellos que
amplían su escepticismo sobre las garantías que dichas instituciones ofrecen para reparar la
red de conflictos y para quienes la protesta ha transparentado “ las orientaciones políticas
de la sociedad civil y el Estado.”

Anexo 1:
Estrategia metodológica:

Por todo lo expuesto, la elaboración de la tesis se realizará del siguiente modo:


Fase 1
1-- Identificación de los principales problemas teóricos en torno a la definición de
Politización y de Estética a través de:

a)Revisión de la literatura producida sobre el problema en dos direcciones: teórica y


empírica
b)Consulta y discusión del tema de tesis con tutores y director
Fase 2
1-Reconstrucción de la trama de los acontecimientos comprendidos bajo la
denominación Proceso Marchas del Silencio durante el período Septiembre de 1990 y
Septiembre de 1991 mediante:
a)La selección de información periodística publicada en el diario local El Ancasti

114
2-Reconocimiento de la aparición y actores constitutivos de la COPE, en el Proceso
Marchas del Silencio mediante:
a)El registro de su actuación a través de la lectura de actas de la comisión
b)El registro de su actuación en las publicaciones periodísticas del diario El Ancasti
c)Elaboración de resumen de las actuaciones de la COPE siguiendo la cronología
trabajada en el ítem 1-a)
d)Entrevistas no - estructuradas a cuatro observadores externos al proceso Marchas del
Silencio

& El desarrollo de esta instancia permitirá elaborar una caracterización provisoria de la


COPE para iniciar su tratamiento posterior con las categorías propuestas particularmente
por Alberto Melucci

Fase 3:
1-Identificación de objetivos, acciones y estrategias de actuación de la COPE a través de:

a)Diseño y aplicación de seis entrevistas individuales semi - estructuradas a ex


miembros de la comisión en los que se reconocen posiciones diferenciadas sobre el
proceso en cuestión, según la caracterización provisoria del grupo

3-Delimitación de nociones previas de “politización” y “estética”


4- Caracterización de los recursos expresivos empleados por la COPE mediante:

a) Selección de textos escritos y audiovisuales que refieren la intervención de la COPE


durante el período precedentemente indicado en la escena social catamarqueña:
-un vídeo editado por un canal de televisión local
-fotografías extraídas de los archivos periodísticos de los diarios La Unión y El Ancasti
-copias de discursos elaborados por la COPE y leídos en las Marchas del Silencio
-actas de asambleas de la comisión

& Por texto, se entienden los fragmentos de estas unidades significativas enumeradas sobre
las cuales se operará el análisis a que orientan las nociones previas de estética

b)Identificación del lugar de los recursos expresivos en las prácticas de la COPE, a


través del análisis de las narrativas de los entrevistados ex miembros

115
5- Reconocimiento del impacto del empleo de recursos expresivos en la protesta de la
COPE en el proceso Marchas del Silencio, a través de:
a)la revisión de la cronología de las Marchas del Silencio
b)el examen de las percepciones sobre el proceso Marchas del Silencio en las narrativas
de sus ex - miembros entrevistados

& Se entiende por narrativas a los relatos de los actores a través de los cuales evocan,
asocian, analizan o explican aspectos de su intervención en un proceso o de sus visiones
sobre él y que se construyen a partir de preguntas elaboradas por el investigador
Fase 4:
1-Justificación de la relación entre estética y política a partir del análisis trabajado en
las fases anteriores
2-Elaboración de conclusiones y planteos finales

De modo que en esta tesis:

En el capítulo l se exponen los caracteres de los denominados Nuevos Movimientos


Sociales, a través de un somero recorrido por las diversas posturas teóricas que se ocupan
del problema.
En el capítulo 2 se definen las Marchas del Silencio en el marco de las
conclusiones del capítulo 1 y se efectúa una caracterización provisoria de la COPE,
señalando los rasgos distintivos de los tres momentos claves en su existencia:
a)conformación y aparición pública, b) reconocimiento de su identidad en el contexto del
proceso Marchas del Silencio y c) crisis de legitimidad y desaparición. Para completar estas
consideraciones, se recuperan algunas precisiones que sobre la problemática de la
Impunidad en Argentina, han abordado teóricos de la psicología social, a partir de la
relación entre el Terrorismo de Estado implementado por la última dictadura militar y las
protestas sociales en demanda de justicia posteriores a ese período, con lo cual se cierra el
encuadre histórico mínimo que requiere el abordaje del caso que nos interesa
En el capítulo 3 se definirá qué es politización en un proceso social, derivada de la
discusión de algunos tópicos del marco referido en el cap. 2 y teniendo en cuenta que
nuestro trabajo se dirige a reconocer y examinar la relación entre dos esferas aparentemente
opuestas de la realidad social: lo político y lo estético. En este capítulo se focaliza el
tercero, de los momentos de su existencia, es decir, la crisis de legitimidad y desaparición,
aunque sin abandonar las consideraciones sobre las otras instancias

116
En el capítulo 4 se operacionalizará la noción de estética en términos de empleo de
recursos expresivos en contextos de acción social tomando como ejes algunas nociones de
la sociología de la cultura, la teoría estética y la teoría del discurso, habida cuenta de la
pretensión antes mencionada. Pero este tópico abarca el examen de los tres momentos de la
existencia de la COPE.
En el capítulo 5 Intentamos señalar el impacto de la COPE en el proceso Marchas del
Silencio justificando teóricamente la relación estética –política en la protesta y abriendo
algunos interrogantes respecto de la problemática abordada

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