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Los Panama Papers revelaron las distintas maniobras de los ricos y las ventajas impositivas de quienes residen
en latinoamérica
Viernes 08 de abril de 2016 • 01:43
La filtración de millones de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca, los
llamados Panamá Papers, ha puesto al descubierto las maniobras de ricos y
poderosos de todo el mundo para ocultar su dinero y evadir impuestos.
Y en lo que a tributos se refiere, cifras de distintas organizaciones internacionales
muestran que las contribuciones de las personas más acaudaladas suelen ser bajas
en relación con el monto de su riqueza.
Algo particularmente marcado en América Latina, donde los números son
contundentes.
En nuestra región el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta, según un nuevo informe de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En algunos países, los más acaudalados pagan entre el 1% y el 3% de su ingreso bruto, mientras que en otros el porcentaje
trepa hasta el 10%.
Pero la tendencia es clara cuando se la compara con el mundo desarrollado. (Ver el gráfico de abajo sobre la proporción de
impuestos a la renta que pagan los más ricos en distintos países).
RAZONES
1. Estructura impositiva regresiva
La recaudación impositiva que financia el gasto público se basa en impuestos directos (a la renta y a la propiedad) e
indirectos (al consumo).
La mayor parte de los impuestos que se recaudan en América Latina provienen del consumo, no de la renta.
Los primeros favorecen la equidad bajo el principio de que el que más tiene más paga, mientras que el impuesto al consumo -
también llamado al valor agregado o IVA- se basa en el principio exactamente opuesto: el rico y el pobre pagan el mismo
impuesto añadido al precio de un producto, algo que los críticos consideran inequitativo o "regresivo".
Si bien la recaudación fiscal creció más del 42% en los últimos 25 años en América Latina y hoy se sitúa en un 21,7% del
Producto Interno Bruto (PIB), lo que es un récord histórico, la realidad es que sólo un tercio de esta carga impositiva se basa
en impuestos a la renta.
La mayoría sale del regresivo impuesto al consumo.
"El aumento de la recaudación ha seguido este esquema. Hay mayor presión tributaria, pero la mayor parte viene de
aumentos del IVA", dice Ricardo Martner, de la Cepal.
En los últimos años se han buscado reformas que fortalezcan el impuesto a la renta tanto en las corporaciones como en las
personas, pero queda mucho por hacer".
2. Evasión fiscal
A esta deficiencia estructural del sistema impositivo se añade otro problema "crónico":
la evasión fiscal.
Con un ejército de contadores y exclusivos estudios de abogados a su disposición, con
una red financiera internacional de paraísos fiscales, las empresas y los millonarios son
maestros en este rubro.
Los Panamá Papers pusieron al descubierto las maniobras de ricos y poderosos para
evitar el pago de tributos.
Los Panama Papers que tienen en jaque a más de un gobierno a nivel regional y mundial, son un claro ejemplo de este
laberinto financiero-legal.
Según la Cepal, la evasión de impuestos sobre la renta personal, corporativa y del IVA le cuesta a América Latina y el Caribe
más de US$320.000 millones al año, es decir 6,3% del PIB.
Un estudio de Global Financial Integrity, una organización con sede en Washington, EE.UU., halló el año pasado que tres
países de América Latina se encuentran entre las 15 naciones con más flujos ilícitos del mundo: México, Brasil y Venezuela.
La clase media es uno de los sectores más afectados por la inequidad a la hora de
pagar impuestos.
Sin embargo, un estudio específico sobre Argentina titulado "Fuga de Capitales III
(2002-2012)" halló que la evasión fiscal era de tal magnitud que el coeficiente se
disparaba de 0,42 a 0,49 puntos una vez que se contabilizaban los fondos fugados a
paraísos fiscales.
Juan Velardi, exasesor de Mercedes Marcó del Pont, directora del Banco Central de Argentina entre 2010 y 2013, le advierte
a BBC Mundo que la desigualdad también alcanza a un perjudicado menos visible del desfinanciamiento fiscal: la clase media.
"Los pobres están corridos de los canales formales de comercialización y entonces lo que pagan de impuestos por su
consumo es muy discutible", dice.
"La clase media es fundamental en el sector asalariado, es decir, aquellos a los que se les descuenta el impuesto
directamente del sueldo y que son los más fuertes y seguros contribuyentes del sistema impositivo".
"Ellos sienten plenamente en los servicios públicos y el consumo estos aumentos impositivos con que se intenta cubrir el
desfinanciamiento estatal", concluye Valerdi.