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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.

); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
EN LOS GOBIERNOS LOCALES ARGENTINOS

Daniel Cravacuore1

En este artículo presentaremos un estado de situación de la participación ciudadana en


los gobiernos locales argentinos, incluyendo la revisión de los principales instrumentos
jurídicos utilizados. No buscamos realizar un análisis concluyente sino entregar al lector
algunas consideraciones introductorias al tema.
La participación ciudadana ha marcado la agenda local en Argentina durante los últimos
tres quinquenios por su valor estratégico para el fortalecimiento del sistema político y como
resultado de una proposición del Estado para fortalecer su legitimidad en tiempos de crisis
recurrentes2. Aunque limitados, los avances han sido conceptualmente significativos en
términos de apertura de escenarios de participación ciudadana, de articulación con las
organizaciones sociales y de despliegue paulatino de los instrumentos jurídicos. Este proceso
aún no es suficientemente profundo y vigoroso pues se contrapone a los históricos
mecanismos de reproducción política, lo que acota su alcance3.
La transformación por una mayor apertura con la sociedad civil se aceleró con la crisis
política del año 20014, que hizo necesario fortalecer la legitimidad de los gobiernos locales a
la par que controlar la participación de aquellos actores sociales más agitadores y debilitar su
papel contendiente, adquiriendo la cooptación un papel importante en el diseño de instancias
participativas.

1. Sobre la participación ciudadana al nivel local en Argentina

1
Director de la Unidad de Fortalecimiento de los Gobiernos Locales de la Universidad Nacional de Quilmes
(República Argentina). Investigador Asociado del Instituto Chileno de Estudios Municipales (IChEM) de la
Universidad Autónoma de Chile (República de Chile). Docente de posgrado de FLACSO Argentina y de la
Universidad Nacional de General Sarmiento (República Argentina).
2
Desde nuestra perspectiva, en el caso argentino, con excepción de los acontecimientos alrededor de la crisis
política de 2001, la demanda de la sociedad civil por una mayor intervención en los asuntos políticos sólo
contribuyó marginalmente al proceso global de desarrollo de la participación ciudadana.
3
El análisis de fenómenos tan característicos en la política local argentina como el clientelismo o el nepotismo
exceden largamente las posibilidades de análisis de este artículo. Al respecto puede consultarse: AUYERO, J.
4
Su influencia sobre los municipios argentinos puede profundizarse en: CRAVACUORE, D. (2008); “Perspectiva
de los gobiernos locales en Argentina”, en: MOLINA, G. (coord.) Territorio y Gestión Municipal. Pautas de
Gestión Territorial Hacia Un Municipio Innovador. Instituto de Ciencias Humanas Sociales y Ambientales
(INCIHUSA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Mendoza (Argentina).
La lectura de este artículo puede complementarse con una obra de singular interés para entender la dinámica
de esa crisis política: CLEMENTE, A. y GIROLAMI, M. (2006); Territorio, emergencia e intervención social. Un
modelo para desarmar, Espacio Editorial, Buenos Aires (Argentina).

1
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

La participación ciudadana supone la intervención real de los ciudadanos y sus


organizaciones en las decisiones gubernamentales, legitimándolas en la medida que puedan
incluir los múltiples y contradictorios intereses de una sociedad y dotarlas de mayores
posibilidades de éxito en la medida que son apropiadas colectivamente5. Esta noción aparece
ligada a la construcción de espacios de diálogo y concertación, contenidos en mecanismos y
escenarios estructurados jurídicamente, en políticas de gestión participativa, en instancias de
formación ciudadana, y en acciones de fortalecimiento de las organizaciones no
gubernamentales.
El nivel local emerge como el ámbito natural de la participación, pues allí se
interseccionan el gobierno y la sociedad civil, siendo la primera instancia de reclamo
ciudadano más allá de toda competencia constitucional. En la Argentina es así especialmente
desde la crisis política de 2001, cuando los liderazgos locales, lejos de debilitarse, se
fortalecieron. La demanda social caracterizada por el “que se vayan todos” estuvo orientada
a proponer una renovación de la clase política en general pero tuvo menos impacto al nivel
municipal, no sólo porque los alcaldes se pusieron habitualmente al frente del reclamo de
sus comunidades sino también porque extendieron un diálogo que disminuyó
significativamente las tensiones sociales.
Una dimensión importante de la participación está constituida por políticas ejecutadas con
la intervención de los ciudadanos o sus organizaciones. En Argentina, desde los años
noventa, por influencia de los organismos de cooperación multilaterales, en especial las
políticas sociales tendieron a institucionalizar la participación como una metodología más que
como un mandato de fortalecimiento democrático, proponiendo la acción conjunta en el
territorio de los gobiernos locales y las organizaciones no gubernamentales y de base en
torno a una agenda predeterminada por el gobierno nacional6. Esta metodología no estuvo
asociada a la búsqueda de una mayor efectividad y legitimidad de las acciones -en tanto
involucramiento real de los excluidos por las reformas económicas-, sino en la dirección de
lograr una mayor eficiencia emergente de la disminución de los costos de ejecución de las
políticas7.

5
PNUD (2004); “Agenda para el Fortalecimiento de la Gobernabilidad Local en América Latina”, Proyecto
Regional “Feria de Conocimiento de Gobernabilidad Local de América Latina” del Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo, Bogotá (Colombia).
6
Ver: CLEMENTE, A. (2004); “Descentralización y Fortalecimiento Institucional. El rol de los gobiernos
Municipales en la emergencia social”, ponencia presentada en el Segundo Congreso Nacional de Políticas
Sociales, Universidad Nacional de Cuyo – Asociación Argentina de Políticas Sociales, Mendoza (Argentina).
7
Esto es particularmente visible en los análisis de políticas públicas realizados: el involucramiento de la
sociedad civil suele darse en la etapa de la ejecución, sin intervenciones significativas en otros momentos.
Ver: CRAVACUORE, D.; ILARI, S.; VILLAR, A. (2004); La articulación en la gestión municipal. Actores y
políticas, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires (Argentina).

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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
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Desde entonces, la participación por intereses de reproducción familiar –que implica


participar para acceder a alimentos, subsidios de empleo transitorio o atención sanitaria-
comenzó a ser una metodología frecuente en los programas sociales destinados a los
sectores pobres8. Por el contrario, las modalidades tradicionales de participación –por
intereses de representación o de adscripción9- tendieron a debilitarse en las últimas décadas;
en el caso de la primera, porque las instituciones características –los sindicatos en el ámbito
laboral y las sociedades de fomento barrial en el territorial- entraron en decadencia: los
sindicatos por su intervención estatal durante el último gobierno militar (1976-1983) y por la
pérdida de afiliados por la desindustrialización de la década de 1990 –aunque con el
crecimiento económico iniciado en 2002 han recuperado parte de su histórico poder-; las
sociedades de fomento porque, en la medida que los barrios satisficieron sus necesidades de
servicios públicos, comenzaron a ver agotados sus objetivos. En el caso de las instituciones
organizadas por intereses de adscripción, los partidos políticos se han debilitado desde el
último gobierno militar y, con excepción de la primera transición democrática (1983-1987),
se han transformado en meras maquinarias electorales; de las tradicionales las que más
dinamismo han conservado son las organizaciones religiosas, especialmente aquellas
volcadas a la asistencia social, administrando comedores y roperos comunitarios en medio de
las crisis socio-económicas. También las distintas formas de organizaciones de voluntarios,
incentivadas por el diseño de las políticas públicas, que se han extendido en parte
alimentadas por militantes políticos10.
Entre las instituciones más dinámicas de las últimas dos décadas encontramos a los
centros de jubilados, destinados a aunar fuerzas para lograr beneficios sociales en el campo
de la salud, la recreación y el esparcimiento de los adultos mayores: muchas de ellas están
motorizadas por antiguos delegados sindicales y fomentistas que reproducen antiguas
prácticas asociativas; también las organizaciones de trabajadores desocupados, herederas
contemporáneas de los sindicatos, que pugnan por la extensión de subsidios o el
8
CLEMENTE, A. (2004); “Descentralización y Fortalecimiento Institucional. El rol de los gobiernos Municipales
en la emergencia social”, ponencia presentada en el Segundo Congreso Nacional de Políticas Sociales,
Universidad Nacional de Cuyo – Asociación Argentina de Políticas Sociales, Mendoza (Argentina).
9
Definiremos a la primera como aquella participación que, desde un perfil reivindicativo, tiene la capacidad de
generar beneficios que se colectivizan, buscando generar cohesión entre pares a partir de intereses
sectoriales (trabajo, salud, vivienda) o de proximidad territorial, con el fin de sumar fuerza y representación
para la negociación; a la segunda como aquella participación que se genera en torno a un sistema de ideas
(partidaria, religiosa, filantrópica), sustentada en relaciones de solidaridad cruzada puesto que los sujetos
que intervienen no necesariamente son los mismos sujetos que padecen las necesidades y que lograrán un
beneficio. Ver: CLEMENTE, A. (2004)
10
Un análisis más extenso puede encontrarse en: CRAVACUORE, D. (1998); “La participación comunitaria en la
ejecución de programas sociales. El caso del Programa de Descentralización de la Actividad Cultural de la
Municipalidad de Quilmes”, ponencia presentada en las Jornadas Nuevas Estrategias en Políticas Sociales,
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo – Secretaría de Coordinación de Estrategias de Gobierno de
la Provincia de Buenos Aires – Universidad Nacional de Quilmes – Organización Internacional de Migraciones,
Hurlingham (Buenos Aires).

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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
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otorgamiento de asistencia social directa, aunque su existencia se limita a las grandes


aglomeraciones urbanas y han ido cambiando paulatinamente su carácter por su
acercamiento a posiciones radicalizadas de izquierda. Más recientemente, las distintas
organizaciones ruralistas han adquirido un mayor peso en las comunidades locales11.
Todas estas instituciones forman parte del capital social en los municipios, aunque en los
de menor tamaño son inexistentes o de gran debilidad.

2. Los instrumentos de participación ciudadana en los gobiernos locales


argentinos

Las características del sistema municipal argentino influyen fuertemente sobre la


diversidad de instrumentos de participación ciudadana que analizaremos. La definición del
régimen municipal no ha sido delegada por las veintitrés provincias al gobierno federal,
determinando una gran diversidad de formas de organización local, con amplias disparidades
en cuanto a competencias y diseño institucional12. En esta materia, la Constitución Nacional
no incluye más prescripciones que la obligatoriedad de las provincias de garantizar el
régimen municipal (Art. 5) y la autonomía municipal (Art. 123)13.
En virtud de este último principio, los textos constitucionales autorizan que ciertos
municipios14 sancionen sus propias Cartas Orgánicas siempre que no contradigan los
principios del régimen municipal provincial: ello incluye la posibilidad de crear sus propios
instrumentos de participación ciudadana15. Esto fomenta una mayor heterogeneidad de

11
Por el contrario, la representación de comerciantes e industriales suelen tener más influencia al nivel nacional.
12
Ello supone la capacidad de las provincias de reglar: 1) la creación de nuevos gobiernos locales; 2) el
otorgamiento de competencias; 3) la jurisdiccionalidad territorial; 4) la creación de los poderes locales y la
definición de sus atribuciones; 5) la definición del régimen electoral local; 6) sus competencias tributarias y el
ordenamiento de su administración; 6) la modalidad del ejercicio del control; y 7) la reglamentación de los
instrumentos de participación ciudadana. Sobre el funcionamiento del sistema municipal argentino puede
consultarse: CRAVACUORE, D. (2007); “Los municipios argentinos (1990 – 2005)” En: CRAVACUORE, D.;
ISRAEL, R. (comp.) Procesos políticos comparados en los municipios de Argentina y Chile (1990 – 2005), ISBN
978-987-558-119-7, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes – Universidad Autónoma de Chile –,
Buenos Aires (Argentina).
13
Entendida como el derecho y la capacidad de los gobiernos locales de ordenar y gestionar los asuntos
públicos en el marco de las constituciones nacional y provincial y de las leyes, bajo su responsabilidad. Las
constituciones provinciales de la Argentina preservan este derecho con excepción de tres casos: las de
Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires. Las dos primeras, por su antigüedad, dado que datan de 1916 y 1962
respectivamente; la última, porque el constituyente provincial no incorporó este derecho, lo que plantea un
conflicto de constitucionalidad aún no zanjado.
14
En algunas provincias todos sus municipios tienen la atribución de sancionar sus Cartas Orgánicas; en otras,
sólo los de mayor tamaño poblacional.
15
Esta potestad origina, en algunos casos, el desarrollo de mecanismos de dudosa legalidad, como el Juicio de
Residencia para funcionarios electos previsto en el Capítulo XXV de la Carta Orgánica de la Municipalidad de
Termas de Río Hondo (Provincia de Santiago del Estero).

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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
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peculiaridades que encontraremos en los dos millares de gobiernos locales16 si lo sumamos a


que muchos también sancionan ordenanzas que incluyen distintas formas de participación
ciudadana y que, aunque de una dudosa legalidad, son la base de mecanismos socialmente
aceptados17.
El marco normativo18 se constituye en un elemento facilitador para el desarrollo de la
participación, influyendo para que los ciudadanos y sus organizaciones puedan intervenir en
los asuntos públicos. La existencia de instrumentos jurídicos promueve su percepción como
derecho ciudadano, así como fomenta su aplicación y exigencia.
Desde el comienzo de la transición democrática en Argentina, en 1983, las constituciones
provinciales han sido reformadas19 y se han incorporado contenidos participativos al nivel de
los gobiernos locales, bajo la forma de principios, derechos e instrumentos: los incluyen las
Cartas Magnas de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chaco,
Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis,
Santa Cruz, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Esta inclusión otorga jerarquía a la
participación ciudadana, aunque lamentablemente la falta de reglamentación conspira contra
su aplicación práctica. VER ENTRE RÍOS y TUCUMAN
En este apartado realizaremos, como parte de esta evaluación global, un somero análisis
de los principales instrumentos existentes al nivel local en Argentina.

2.1. La iniciativa popular:

Consiste en el derecho que tienen los ciudadanos de presentar anteproyectos de


ordenanza ante el Honorable Concejo Deliberante para el tratamiento obligatorio dentro del
año parlamentario. Este instrumento está presente en las constituciones provinciales de
Buenos Aires (Art. 211)20, Catamarca (Art. 247), Córdoba (Art. 183), Corrientes (Art. 226),

16
La Argentina tiene, de acuerdo a los últimos datos existentes, un total de 2.252 gobiernos locales, de cuáles
1.151 son municipios y 1.101 son gobiernos locales sin jerarquía municipal. Estos últimos responden a
distintas denominaciones -comisiones de fomento, juntas rurales, juntas de gobierno, comisiones municipales,
delegaciones de fomento, comunas- que no representan un tipo particular de gobierno local sino sólo
denominaciones que asignan las distintas constitucionales provinciales: una comisión municipal de una
provincia puede tener atributos institucionales que en otra provincia sólo están reservados a un municipio.
17
Esto explica las dificultades existentes para recolectar las normas institucionales de la participación ciudadana
al nivel local en Argentina, así como para poder realizar una evaluación rigurosa de los mismos.
18
Para el análisis de este tema recomendamos la lectura del libro de FIDYKA, L. (2008); “Participación
ciudadana en el ámbito municipal. Una aproximación desde el marco constitucional de la República
Argentina”, Dirección Nacional de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior, Buenos Aires
(Argentina). El mismo corona una larga labor investigativa del Dr. Fidyka que alimenta cualquier documento
que considere la participación ciudadana al nivel local en la República Argentina.
19
Con las excepciones de las de Mendoza, Misiones y Santa Fe.
20
El artículo 211 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires de 1994 señala que “la Ley Orgánica de las
Municipalidades deberá contemplar la posibilidad que los municipios acceden a los institutos de democracia
semidirecta” aunque la reforma del decreto - ley 6769/58 en este aspecto aún es una asignatura pendiente.

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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
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Chaco (Art. 204), Chubut (Art. 232), Entre Ríos (Art. 193), Formosa (Art. 186), La Rioja (Art.
157), Misiones (Art. 165), Neuquén (Art. 283), Río Negro (Art. 228), Salta (Art. 174), San
Juan (Art. 251), San Luis (Art. 258), Santa Cruz (Art. 150), Santiago del Estero (Art. 208) y
Tierra del Fuego (Art. 207). Ver Entre Ríos y Tucumán
El inicio del procedimiento legislativo requiere que el anteproyecto cuente con la adhesión
de un porcentaje determinado de electores, variable en los distintos textos constitucionales,
siendo usual la exclusión de determinadas materias como las atinentes a las cuestiones
tributarias. En la normativa reglamentaria puede detallarse las consecuencias de la falta de
tratamiento por parte del Honorable Concejo Deliberante o la insistencia del electorado para
habilitar un nuevo tratamiento en caso de rechazo.
Resulta un mecanismo poco utilizado pues este derecho consagrado en los textos
constitucionales no se encuentra habitualmente reglamentado; adicionalmente, su ejecución
exigiría un importante nivel de organización política para cumplir con los porcentajes
requeridos para el inicio del procedimiento legislativo.

2.2. La consulta popular

Este instrumento permite la participación de los ciudadanos para aceptar o rechazar,


mediante el sufragio, normas de interés general. El voto de los ciudadanos puede ser de
carácter obligatorio o voluntario, y el resultado vinculante o no para el poder político. La
convocatoria puede ser promovida tanto por los alcaldes como por los Honorables Concejos
Deliberantes.
La consulta popular se haya incorporada en las constituciones provinciales de Buenos
Aires (Art. 211), Catamarca (Art. 247), Corrientes (Art. 226), Chaco (Art. 204), La Pampa
(Art. 50), La Rioja (Art. 157), Neuquén (Art. 311), Río Negro (Art. 228), Salta (Art. 170), San
Juan (Art. 251), San Luis (Art. 258), Santa Cruz (Art. 145) y Santiago del Estero (Art. 208),
en algunos casos limitada para asuntos territoriales o patrimoniales. Por el contrario, en
muchas Cartas Orgánicas se amplían los temas que deben someterse forzosamente a
consulta, como en materia ambiental o de diseño institucional.
Resulta un instrumento poco utilizado aunque existen casos emblemáticos de interés21.
Más usual es su convocatoria en municipios con Carta Orgánica.

21
Dos ejemplos bien conocidos fueron la convocatoria realizada en 1996 por el municipio de General Pueyrredón
(provincia de Buenos Aires) -que incluye a la populosa ciudad balnearia de Mar del Plata- para lograr el apoyo
ciudadano para incrementar las tasas municipales y con ello constituir un fondo de afectación específica para
la realización de un plan de obras públicas previamente determinados, o la consulta realizada por el municipio
de Pellegrini (provincia de Buenos Aires) en 1986, con el fin de conocer la opinión de la población antes de
avanzar en la subdivisión del territorio para la creación del nuevo municipio de Tres Lomas.

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CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

2.3. El referéndum

Este tipo particular de consulta popular es un procedimiento utilizado con relación a actos
normativos. Su naturaleza habitualmente es obligatoria y vinculante para el poder político.
La consulta popular se haya incorporada en las constituciones provinciales de Buenos
Aires (Art. 211), Catamarca (Art. 247), Córdoba (Art. 183), Corrientes (Art. 226), Chaco
(Art. 204), Chubut (Art. 232), Entre Ríos (Art. 193), La Rioja (Art. 157), Misiones (Art. 165),
Neuquén (Art. 312), Río Negro (Art. 228), Salta (Art. 178), San Juan (Art. 251), San Luis
(Art. 258) y Santiago del Estero (Art. 208).
El referéndum es aún poco frecuente en la vida municipal argentina.

2.4. La revocatoria de mandato

La revocatoria de mandato es el derecho que posibilita destituir funcionarios electos


mediante el sufragio popular. En algunos textos constitucionales se adopta el criterio de
tipificar las causales que deben originar el pedido de destitución, así como la determinación
de los plazos constitucionales en que puede ejercerse. Se haya incorporada en las
constituciones provinciales de Buenos Aires (Art. 211), Córdoba (Art. 183), Corrientes (Art.
226), Chubut (Art. 232), Entre Ríos (Art. 193), Formosa (Art. 186), La Pampa (Art. 50), La
Rioja (Art. 157), Misiones (Art. 165, Neuquén (Art. 283), Río Negro (Art. 228), Salta (Art.
178) y San Luis (Art. 258).
La utilización de este instrumento es infrecuente: conspiran para su utilización tanto la
falta de reglamentación en muchas provincias como, en otras, la elevada proporción de
electores que exigen las normas para iniciar el procedimiento. Habitualmente, si existen
causales de revocatoria, se procede al juicio político.

2.5. El presupuesto participativo

Esta modalidad por la cual los ciudadanos definen en instancias participativas el destino
de parte de los egresos municipales ha sido uno de los tópicos del municipalismo argentino:
busca el incremento del compromiso social con la ciudad, introduciendo un mecanismo de
planificación que, simultáneamente, mejore la disposición para cumplir con las obligaciones
tributarias y cree un espacio institucional de participación.

7
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

Las gestiones locales que buscan establecer un perfil innovador han apelado
habitualmente a este mecanismo de frágil legalidad pues, con excepción de la provincia de
Corrientes22, no tiene reconocimiento constitucional. La situación de endebles jurídica se
origina en que toda decisión popular debe ser aprobada con posterioridad por los Honorable
Concejos Deliberantes.
La metodología más usual es aquella inspirada en la experiencia de la ciudad brasileña de
Porto Alegre y la más prototípica en el país, la del municipio de Rosario. Más heterodoxas, la
municipalidad fueguina de Río Grande avanzó en un mecanismo de competencia interbarrial
que implica el financiamiento del proyecto que obtiene más votos en la ciudad23, o la
mendocina de Maipú, que creó una instancia de involucramiento de sus funcionarios en la
planificación presupuestaria que incluye también a los sectores económicos locales. Otros
avanzaron en mecánicas más directas, como en la comuna de Viamonte, donde bajo la
denominación de “Cabildo Abierto” se convoca a un día de debate comunitario, poniéndose
en consideración demandas y soluciones posibles, y cuyos resultados son incorporados en el
presupuesto municipal24.
Más recientemente, algunos gobiernos locales vinculan al presupuesto participativo con
nuevas tecnologías, como la municipalidad correntina de Bella Vista que, en el marco del
presupuesto participativo, incorporó el voto por Internet –y prevé hacerlo por SMS en 2009-,
o la santafecina de Rosario que incluyó, desde 2006, el voto electrónico. También este
municipio avanzó en el “Presupuesto Participativo Joven” que incluye la perspectiva
generacional en la política local25.
Son numerosos los municipios argentinos que han avanzado en esta metodología: entre
los más habitados se cuentan las ciudades bonaerenses de Morón, La Plata, Pergamino y
San Fernando, las chubutenses de Comodoro Rivadavia y Trelew, las santafecinas de Rosario
y Venado Tuerto, entre muchas otras.

22
Artículo 225° inciso 6 de la Constitución de la Provincia de Corrientes (2007).
23
CRAVACUORE, D. (2005); “Perfil de la Municipalidad de Río Grande en materia de gobernabilidad local”,
Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires (Argentina).
24
CRAVACUORE, D. (2003); “Creación de consensos sociales para el fortalecimiento de la gobernabilidad local.
Municipalidad de Viamonte (provincia de Córdoba)”, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Buenos
Aires (Argentina).
25
ROFMAN, A. (2005); “Documento preparatorio de un taller para la identificación de líneas temáticas y casos
municipales para ser incluidos en un Informe de Desarrollo Humano a nivel local”, Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, Buenos Aires (Argentina).

8
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

Las principales debilidades de este instrumento se vinculan con el bajo nivel de


participación electoral y la baja proporción del presupuesto municipal destinada a ser
distribuida bajo la metodología26.

2.6. Los centros descentralizados

Los programas de descentralización territorial de la gestión local han sido habituales en


los gobiernos locales argentinos, especialmente en los de mayor tamaño poblacional. Los
mismos proponen una mayor eficacia originada en la desconcentración administrativa y un
fortalecimiento de la gestión participativa a partir de la constitución de Consejos Vecinales
integrados por organizaciones de la sociedad civil.
Buena parte de las ciudades argentinas de mayor población –Buenos Aires, Córdoba,
Rosario, La Matanza, Morón, Río Grande- han impulsado esta estrategia descentralizadora,
aunque los centros creados suelen limitarse a ser sedes administrativas del gobierno local y
no a desarrollar instancias participativas de relevancia.
Algunas experiencias heterodoxas desarrolladas en otras grandes ciudades, como las
Unidades de Gestión Local de la Municipalidad de Florencio Varela27 o los Consejos de
Organización de la Comunidad del municipio de Lomas de Zamora28, se encaminaron en la
misma dirección.

2.7. Las agencias de desarrollo local

Las agencias de desarrollo local son instrumentos creados para hacer operativas las
estrategias de promoción del territorio, impulsando la producción, la innovación y el
desarrollo tecnológico. Articulan a actores del sector público -organismos nacionales,

26
Citando un ejemplo, en el municipio de Rosario, en el año 2007 sólo destinó el 3,93% del presupuesto
municipal para su distribución bajo la modalidad participativo; y sólo votaron 6.831 ciudadanos en una ciudad
de casi un millón de habitantes. Fuente: www.rosario.gov.ar
27
Las Unidades de Gestión Local (UGL) son subdivisiones territoriales que formalizan en el barrio un consejo
integrado por todas las organizaciones sociales; el mismo tienen poder de decisión en el inicio de
procedimientos administrativos de reclamo, en el control de contraprestación de los subsidios estatales y en la
distribución de fondos originados en el incremento de la cobranza tributaria. Ver: CRAVACUORE, D; ILARI, S.
VILLAR, A. (2004) “Unidades de Gestión Local en Florencio Varela”, en: CRAVACUORE, D; ILARI, S. VILLAR,
A. La articulación en la gestión municipal. Actores y políticas, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes,
Buenos Aires (Argentina).
28
El municipio dividió su territorio en 54 consejos, cada uno de ellos con un promedio de 10.000 habitantes. Los
Consejos de Organización de la Comunidad (COC) se constituyen con todas las organizaciones de la sociedad
civil. Su principal objetivo es recolectar las demandas ciudadanas de manera organizada. Ver: GONZÁLEZ, L.
(1999); “La articulación municipio - organizaciones de la sociedad civil: diagnóstico y perspectivas de una
relación estratégica”, documento de trabajo de la Secretaría de Planeamiento Estratégico de la Presidencia de
la Nación, Buenos Aires (Argentina).

9
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

provinciales y locales, universidades y centros tecnológicos- y privados -cámaras


empresariales y sindicatos-.
Estos organismos, de escala municipal o regional, articulan esfuerzos para el desarrollo
local mediante la realización de estudios, informes y estadísticas así como para el diseño y
ejecución de políticas innovadoras. Respecto de su organización jurídica pueden ser entes
autónomos, sociedades mixtas o comerciales, fundaciones o, más frecuentemente,
organizaciones sin fines de lucro.
La primera agencia de desarrollo local se creó en el país en 1997, en la ciudad de
Córdoba, y desde entonces han proliferado un sinnúmero, siendo sus características tan
heterogéneas como las realidades locales. En algunas jurisdicciones, incluso, su formación se ha
promovido desde el gobierno provincial, por lo que, en esos casos, prácticamente la totalidad
de los municipios cuentan con una.
Su principal debilidad se vincula con un problema recurrente en los espacios asociativos de
este tipo: la dificultad para obtener compromisos permanentes de los actores privados y
alcanzar decisiones operativas que redunden en un sentido integrado y estratégico del
desarrollo más allá de los intereses individuales, corporativos y cortoplacistas; en segundo
lugar, la difusión de un marco jurídico predominante –el de asociaciones civiles- que tiende a
limitar el compromiso real de los actores privados; en tercero, los presupuestos limitados, que
tornan ineficaces estas agencias; en cuarto, la dependencia de liderazgos personales y la falta
de personal especializado para su gestión profesional; por último, la competencia que se
establece entre estas agencias y las secretarías municipales de desarrollo económico, dado los
límites poco claros –fuente de ineficacias e ineficiencias- que suelen existir en su labor29.

2.8. La planificación estratégica participativa

El desarrollo de la planificación estratégica en el nivel local respondió a la búsqueda de


respuestas frente a la definición del nuevo papel asignado a los municipios desde la década
del noventa, que los colocó frente a la necesidad de proyectar su desarrollo. La experiencia
registra una amplia gama de planes estratégicos locales, tanto en localidades pequeñas
como en ciudades intermedias y grandes, así como, aunque menos frecuentemente, en

29
Una evaluación más extensa de las agencias de desarrollo local puede encontrarse en: En VILLAR, A. (2007);
Políticas municipales para el desarrollo económico social. Revisando el desarrollo local, FLACSO Argentina –
Ediciones CICCUS, Buenos Aires (Argentina). También en COSTAMAGNA, P Y SALTARELLI, N. (2004); “Las
Agencias de Desarrollo Local como Promotoras de la Competitividad de las PYMES. Experiencia del Caso
Argentino”, en: RHI SAUSI, J. L. Ed. (2004); El Desarrollo Local en América Latina Logros y desafíos para la
cooperación europea, Recal/Cespi/ Nueva Sociedad, Caracas (Venezuela).

10
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

áreas metropolitanas y microrregiones. La planificación estratégica participativa sólo alcanza


reconocimiento constitucional en la provincia de Corrientes (Art. 225 inciso 6).
Los procesos de planificación estratégica tuvieron diferentes formas de incorporar la
participación de los ciudadanos en búsqueda de una vision consensuada. Siguiendo a Gabriel
Nardacchione, en Argentina pueden plantearse tres grandes modelo conceptuales: el
tecnocrático, el concertado y consesual30. El primero caracteriza a aquellos que involucraron
a determinados actores sociales en un proceso de debate controlado para encontrar una
legitimación de las políticas públicas existentes; el segundo, a aquellos que buscaron incluir a
agentes públicos y privados en la búsqueda de un proyecto colectivo, pero que no lograron
superar las diferencias de racionalidad y con ello resulta visible que los planes incluyen
propuestas por agregación; por último, el consensual, que incluye internalización de ciertas
normas y una visión integral y consensuada que escapa a los meros intereses instrumentales
y puntuales de los distintos actores involucrados. Dejando en claro que se trata de modelos
teóricos, podemos afirmar que en Argentina la mayoría de los planes estratégicos locales
responden a los dos primeros modelos de participación.
Adicionalmente, los planes estratégicos no han ejecutado las acciones planificadas por
múltiples razones, que abarcan desde cuestiones de conflicto político, de escasez
presupuestaria o de incapacidad de gestión. Adicionalmente, los programas y proyectos
propuestos han sido presentados habitualmente de forma poco rigurosa y con poca
capacidad de operacionalización31.

2.9. La auditoria ciudadana

Este instrumento es una herramienta de participación que permite a la comunidad


autoevaluar y mejorar su vida política. La sociedad civil, el gobierno local y los ciudadanos
comparten la creación de un Foro Cívico abierto para acordar sus aspiraciones republicanas,
compararlas con la realidad y encontrar cómo mejorarla. Este foro es complementado con un
sistema de encuestas sobre la calidad de la democracia local.

30
NARDACCHIONE, G. (2002); “Deliberación pública y planificación estratégica: reflexión a partir de un estudio
comparado de las experiencias en Rosario, Rafaela y Sunchales”, en: DÍAZ, C.; GRANDINETTI, R; y NARI, P.
(comp.); Tecnologías y Gestión Local en Argentina: Experiencias y perspectivas. Homo Sapiens Ediciones,
Rosario (Argentina).
31
Un análisis más amplio de la planificación estratégica en Argentina puede encontrarse en: CRAVACUORE, D.
(dir.) (2006); “Estudio de Base Gobernabilidad Local para el armado del proyecto Gestión XXI”, documento
elaborado para el Programa FOSIP (BIRF 3958 AR – Proyecto N° ARG 97/025) de la Dirección Nacional de
Programas con Organismos Internacionales de Crédito de la Secretaria de Política Económica del Ministerio de
Economía y Producción de la Nación, Buenos Aires (Argentina).

11
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

El gobierno nacional desarrolla desde 2004 un programa de fomento de las auditorías


ciudadanas32, que ha llegado a más de setenta municipios de la Argentina –que concentran
el 20% de la población total del país-, habiéndose creado cincuenta y uno foros cívicos, y
producido treinta y dos informes sobre calidad de las prácticas democráticas municipales.
La principal dificultad es que las iniciativas se desarrollan casi con exclusividad mediante
el apoyo técnico y financiero del gobierno nacional y no se verifica su creación fuera de este
programa estatal.

2.10. El acceso a la información pública

En diciembre de 2003 el presidente de la Nación sancionó el decreto N° 1172/03 que


regula en su ámbito el derecho de acceso a la información pública. Todas las reparticiones
de él dependientes, así como las empresas estatales, las prestatarias de servicios públicos
concesionados y las que reciban subsidios estatales, se encuentran obligadas a brindar
información pública veraz, completa y legible, en forma escrita y en el plazo de diez días
hábiles.
En el país también se puede solicitar información al Congreso de la Nación y al Poder
Judicial, fundando el pedido en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional de 1994
que, al incorporar los tratados internacionales de derechos humanos, consagran este
derecho. En caso de que las autoridades no contesten, se interpreta como una negativa,
habilitando para iniciar una causa judicial.
Al nivel municipal no existen iniciativas consistentes ni programas nacionales o
provinciales que lo promuevan33.

2.11. La audiencia pública

Este instrumento habilita la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones a


través de un espacio institucional en el que todos aquellos que puedan sentirse afectados,
manifiesten su opinión y presenten oralmente su perspectiva individual o colectiva.

32
NIILUS, P. (2008); “Auditorías Ciudadanas en Argentina: una herramienta participativa para la gestión local”,
ponencia presentada en la XIV Conferencia Interamericana de Alcaldes y Autoridades Locales "Construyendo
el Municipio Productivo, Eficiente y Equitativo: Nuevos Desafíos - Nuevas Oportunidades", Universidad
Internacional de La Florida, Miami (Estados Unidos). Más información puede encontrarse en:
www.auditoriaciudadana.gov.ar
33
STALKER, G. (2007); “Acceso a la información pública en gobiernos locales”, en: CLAD (2007); “Contraloría y
participación social en la gestión pública”, CLAD - Gobierno de España, Caracas (Venezuela).

12
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

Comenzó a ser utilizado más habitualmente con la Reforma del Estado en Argentina en la
década del noventa34, cuando se crearon los entes reguladores de servicios públicos
concesionados por el Estado nacional.
Las audiencias públicas pueden elaborar dictámenes, con o sin efecto vinculante, siendo
más habitual este segundo caso. También pueden ser convocadas con periodicidad u
ocasionalmente en el tiempo, pudiendo serlo tanto por el alcalde o por el Honorable Concejo
Deliberante y, en algunos casos, por una proporción de ciudadanos integrantes del padrón
electoral. Se caracterizan por ser abiertas al público y se rige por los principios de publicidad,
accesibilidad, informalismo, inmediatez, oralidad actuada y amplitud de participación.
Este instrumento encuentra su amparo legal en las constituciones de las provincias de
Corrientes (Art. 226), La Rioja (Art. 157) y Neuquén (Art. 308°) y, en otras, en Cartas
Orgánicas y ordenanzas municipales. En algunos casos toman obligatoriedad para el análisis
presupuestario o para el tratamiento legislativo de proyectos urbanísticos o de
modificaciones del patrimonio estatal. En el caso de la Constitución de la Provincia de
Corrientes se incluyó, en su artículo 226, la obligatoriedad inexcusable de la comparencia de
los funcionarios municipales.
Un tipo particular de audiencia ciudadana es la Asamblea de Mayores Contribuyentes
contemplada en el artículo 193 inciso 2 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires. La
misma, integrada por los principales contribuyentes locales en igual número al de concejales,
debe aprobar por mayoría absoluta todo aumento o creación de ingresos locales.
Usualmente esta participación merece una valoración negativa pues remite al modelo en el
que sólo los pobladores ricos intervenían en el gobierno local y conspira con la idea de
igualdad ciudadana35.
Dado que predominan las audiencias públicas que elaboran dictámenes no vinculantes,
las mismas suelen ser poco valoradas por la opinión pública, prefiriéndose la manifestación
de opiniones a través de los medios de comunicación y de las protestas callejeras.

2.12. Los consejos asesores locales

34
Una buena síntesis puede encontrarse en: GHIO, J. M. (2002); “Modernización administrativa y de la gestión
pública en Argentina”, en: TOMASSINI, L. y ARMIJO, M. (Eds.) Reforma y modernización del Estado.
Experiencias y desafíos, LOM Editores – Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Santiago
(Chile).
35
ITURBURU, M. (2000); “Administración y ciudadanía en los municipios argentinos”, documento presentado
ante el “XIV Concurso de Ensayos y Monografías sobre Reforma del Estado y Modernización de la
Administración Pública organizado por el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD).

13
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

Son instituciones colegiadas de carácter permanente que incluyen a distintos actores de la


sociedad civil en materia de desarrollo socioeconómico, de planificación, de ambiente, de
cultura, de salud, de discapacidad, de defensa civil o de seguridad ciudadana, entre otras
competencias municipales. En muchas constituciones provinciales y Cartas Orgánicas
aparecen reguladas en sus objetivos, integración y funcionamiento. Suelen dedicarse al
asesoramiento de las autoridades municipales en los tópicos de su incumbencia. Su
existencia al nivel local está contemplada en las constituciones provinciales de Corrientes
(Art. 225), Formosa (Art. 155), Río Negro (Art. 240) y San Luis (Art. 261).
Un tipo particular de consejos locales son los Consejos Consultivos Municipales,
promovidos primeros desde el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados36 y luego por el Plan
Nacional de Desarrollo Local y Economía Social “Manos a la Obra” del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación. Los mismos deberían estar integrados por autoridades
municipales, empresarios y sindicalistas locales así como por representantes de las
organizaciones de la sociedad civil con el fin de avalar las contraprestaciones laborales de los
subsidios de desempleo y de realizar la primera evaluación de los proyectos de
microfinanciamiento locales. Su funcionamiento ha sido objeto de distintas opiniones, pues
mientras las autoridades nacionales han señalado su funcionamiento exitoso, las evidencias
empíricas han demostrado el poco interés de las autoridades locales en convocarlos y de la
sociedad civil en integrarlos.

2.13. La banca abierta

Esta es un instrumento que permite a los habitantes y sus organizaciones exponer temas
de interés comunal o particular de incidencia comunal ante el pleno del Honorable Concejo
Deliberante. Habitualmente existe un procedimiento administrativo con el fin de incluir las
exposiciones –limitadas en su duración- en el Orden del Día de las sesiones.
Una modalidad de esta figura es la banca vecinal incluida en la Constitución de Río Negro
(Art. 240) que otorga a las juntas vecinales la facultad de exponer ante el Concejo
Deliberante cuando estos tratan temas de su interés.
Este es un mecanismo usualmente extendido en Argentina –aunque de escaso uso-, bajo
el amparo legal de ordenanzas municipales que lo promueven.

36
Este plan consistía en el otorgamiento de un subsidio universal de $ 150 (equivalente a unos cincuenta
dólares mensuales) a todo jefe de hogar desocupado con hijos menores de 18 años que asistieran a la
escuela en cualquiera de sus niveles. Este subsidio tenía fijada una contraprestación laboral de ochenta horas
mensuales en una institución pública.

14
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

2.14. El defensor del pueblo

Esta figura, también denominada Ombudsman, vela por la defensa y protección de los
derechos humanos y garantías de los ciudadanos frente a hechos, actos u omisiones que
realice la administración pública. Al nivel nacional su desempeño se halla amparado en el
artículo 86° de la Constitución Nacional de 1994, y resulta habitual su existencia en las
provincias. Al nivel local la Constitución de la Provincia de Corrientes (Art. 233) reconoce su
funcionamiento y en otras provincias también lo hacen muchas Cartas Orgánicas locales,
definiendo la modalidad de elección
Un tipo particular de defensor difundido en los últimos años es el Ombudsman de la
seguridad, que protege los derechos y garantías de los ciudadanos frente a los excesos de
las fuerzas policiales. Su desempeño es acompañado generalmente por un consejo
comunitario de seguridad.

2.15. La doble lectura

Esta es una forma de participación en el proceso de elaboración de las ordenanzas, que


consiste en una audiencia pública que se realiza obligatoriamente durante su tratamiento
legislativo. Las cuestiones a tratarse se hallan determinadas en la legislación y se orientan al
tratamiento de aspectos patrimoniales, presupuestarios, tributarios o económicos, entre
otros.
Las Cartas Orgánicas viene incorporando este procedimiento para la creación de nuevas
tasas, la concesión de obras y servicios públicos, la fundación de institutos autárquicos, la
formación de empresas municipales o de economía mixta y la contratación de empréstitos
entre otros temas.

3. A manera de reflexión final

Como señaláramos, la participación ciudadana ha marcado la agenda local en la última


década en Argentina como resultado de una propuesta estatal para fortalecer su legitimidad
en tiempos de crisis. Entendemos que los avances han sido conceptualmente significativos
en términos de apertura de escenarios de diálogo, de articulación con las organizaciones
sociales y de desarrollo paulatino de los instrumentos pese a la existencia de un conjunto de
factores que limitan la participación ciudadana:

15
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

- La debilidad de las conductas participativas, activas hasta el último gobierno militar


(1976-1983) en torno a instituciones como los sindicatos y las sociedades de fomento
barrial, y que no lograron reconstruirse durante la Transición Democrática.
Adicionalmente, las sucesivas crisis económicas han ido disminuyendo la confianza de
los ciudadanos en la acción colectiva –con la excepción de los episodios vinculados a la
crisis política del 2001, que tuvieron una fuerte movilización social-;
- La insuficiente información y formación ciudadana promovida desde las instituciones
educativas, que limita las posibilidades de las nuevas generaciones de valorizar
adecuadamente la importancia de los instrumentos jurídicos de participación;
- La crisis de representatividad de la clase política, originada tanto en su incapacidad
para resolver las sucesivas crisis económicas como en hechos emblemáticos de
corrupción, que llevaron a un descreimiento generalizado en las instituciones
republicanas y en sus posibilidades de cambio social que ellas ofrecen;
- Una tendencia a promover la creación de institutos participativos pero un implícito
desinterés estatal para ponerlos en funcionamiento, por temor a crear espacios que
puedan volverse en contra de la dinámica tradicional de reproducción política;
- Las recurrentes crisis socioeconómicas del país, que han limitado las oportunidades de
desarrollo integral de la mayor parte de la población y desvalorizado la percepción de
una inclusión social que incluya una fuerte participación ciudadana.
La promoción de la participación ciudadana requerirá bastante más que el desarrollo de
políticas nacionales, provinciales o municipales, o de instrumentos jurídicos cada vez más
extendidos; necesitará de una fuerte convicción colectiva de fortalecer la democracia desde
el nivel local, siendo esto una asignatura pendiente en la Argentina del último cuarto de
siglo.

4. Bibliografía:

La bibliografía sobre participación ciudadana en Argentina es prolífica. Por ello


seleccionamos, a nuestro entender, la decena de obras más representativas:

- CLEMENTE, A. (2003); “Espacios multiactorales y desarrollo local”, IIED-AL – CENOC,


Buenos Aires (Argentina).
- CLEMENTE, A. y GIROLAMI, M. (2006); Territorio, emergencia e intervención social. Un
modelo para desarmar, Espacio Editorial, Buenos Aires (Argentina).

16
CRAVACUORE, D. (2009); “La participación ciudadana en los gobiernos locales argentinos”, en: DELAMAZA, G.; FLORES, D. (Eds.); Gestión Municipal
Participativa. Construyendo Democracia Cotidiana. Universidad de Los Lagos – Corporación Innovación y Ciudadanía. Santiago (Chile). Páginas 162 a
181.

- CLEMENTE, A.; DEL VALLE, J. (comp.) (2005); Pobreza, desarrollo y alianzas


multiactorales. Balance y perspectivas. IIED-AL. Buenos Aires (Argentina).
- CRAVACUORE, D.; ILARI, S.; VILLAR, A. (2004); La articulación en la gestión municipal.
Actores y políticas, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires
(Argentina).
- DÍAZ DE LANDA, M. (2005); “La participación ciudadana frente a innovaciones
institucionales a nivel local y regional en pequeñas localidades argentinas”, ponencia
presentada en el X Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la
Administración Pública, Santiago (Chile). www.clad.org.ve
- FIDYKA, L. (2006); “Nuevos mecanismos de participación ciudadana en las Cartas
Orgánicas municipales”, Serie Síntesis, Instituto de Investigación Urbana y Territorial de la
Unión Iberoamericana de Municipalistas, Granada (España).
- FIDYKA, L. (2008); “Participación ciudadana en el ámbito municipal. Una aproximación
desde el marco constitucional de la República Argentina”, Dirección Nacional de
Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior, Buenos Aires (Argentina).
- FUERTES, F. (2000); “Análisis y Evaluación de los Mecanismos de Control Ciudadano en la
Administración Pública Nacional. Límites y posibilidades para su ejercicio”, Documento de
trabajo, Dirección Nacional de Estudios y Documentación del Instituto Nacional de la
Administración Pública, Buenos Aires (Argentina).
- GRUPO SOPHIA (2000); Planificación Estratégica Municipal. Modelos participativos de
gestión, Fundación Grupo Sophia, Buenos Aires (Argentina).
- ITURBURU, M. (2000); “Administración y ciudadanía en los municipios argentinos”,
documento presentado ante el “XIV Concurso de Ensayos y Monografías sobre Reforma
del Estado y Modernización de la Administración Pública organizado por el Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD).

17

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