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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

2556/2012.
QUEJOSO: **********.

PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE


GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIO: FRANCISCO OCTAVIO ESCUDERO CONTRERAS.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
veintinueve de mayo de dos mil trece.

V I S T O S; Y,
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado el veintiuno de marzo de


dos mil doce, en la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, **********, por su propio derecho
demandó el amparo y protección de la Justicia Federal en
contra de la autoridad y por el acto que a continuación se indican:

AUTORIDADES RESPONSABLES:

Ordenadora:
Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal.

Ejecutoras:
Juez Sexagésimo Quinto de lo Penal en el D. F.
Director del Reclusorio Preventivo Varonil Sur de esta
Ciudad.
Juez de Ejecución de Sanciones Penales en el D.F.
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ACTOS RECLAMADOS:
De la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en calidad de ordenadora,
se reclama la sentencia dictada el veintiuno de febrero
de dos mil doce, en el toca número **********, formado
con motivo del recurso de apelación interpuesto por el
Ministerio Público y el suscrito, en contra de la
sentencia definitiva del Juez Sexagésimo Quinto Penal
del Distrito Federal, dictada en la causa penal
**********. Del juez referido la ejecución de la resolución
de la ordenadora.

SEGUNDO. El quejoso señaló como garantías violadas, las


contenidas en los artículos 1°, 14, 16, 17, 19, 20, 21 y 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, narró los
antecedentes del caso y expresó los conceptos de violación, que
estimó pertinentes.

TERCERO. Por auto de treinta de marzo de dos mil doce, el


Presidente del Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Primer Circuito, a quien correspondió conocer del asunto, admitió
la demanda de garantías registrándola con el número **********
(foja 55 del cuaderno de amparo).

Posteriormente, en sesión de doce de julio de dos mil doce,


dictó la sentencia respectiva, cuyo punto resolutivo es el
siguiente:

“ÚNICO.- La Justicia de la Unión NO AMPARA NI


PROTEGE a **********, contra la sentencia dictada por
la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, señalada en el resultando primero
de esta resolución.”.

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CUARTO. Inconforme con la anterior resolución, el quejoso


interpuso recurso de revisión ante el Tribunal Colegiado del
conocimiento, quien lo remitió junto con los autos relativos
mediante oficio 3013, a esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación.

QUINTO. Recibidos los autos, el Presidente de esta


Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante proveído de
veintitrés de agosto de dos mil doce, admitió el recurso,
formándose el toca 2556/2012; se turnaron los autos para su
estudio y resolución a la Ministra Olga María Sánchez Cordero de
García Villegas y se ordenó se radicaran en la Primera Sala, en
virtud de que la materia corresponde a su especialidad.

En el mismo acuerdo, ordenó la notificación de dicho


acuerdo a la Procuradora General de la República, por conducto
del Agente del Ministerio Público Federal adscrito a este Alto
Tribunal.

Recibidos que fueron los autos de referencia, por acuerdo


del Presidente de esta Sala de cuatro de septiembre de dos mil
doce, se avocó al conocimiento del asunto y ordenó se turnara a
la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, para que
formulara el proyecto respectivo.

El Agente del Ministerio Público Federal, no formuló


pedimento.

C O N S I D E R A N D O:

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PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el
presente recurso de revisión, de conformidad con los artículos
107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 83, fracción V y 84, fracción II, de la Ley de Amparo;
21, fracción XI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; en relación con el Punto Primero, fracciones I y II del
Acuerdo Plenario 5/1999, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintidós de junio de mil novecientos noventa y
nueve; así como los Puntos Segundo y Tercero del diverso
Acuerdo Plenario 5/2013, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno de moyo de dos mil trece; toda vez que, el
recurso fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada
en un amparo directo penal, por un Tribunal Colegiado de
Circuito, y su resolución no requiere la intervención del Tribunal
Pleno.

SEGUNDO. El recurso de revisión fue interpuesto en tiempo,


de conformidad con lo dispuesto por el artículo 86 de la Ley de
Amparo, al apreciarse de las constancias existentes que, la
sentencia recurrida fue dictada el doce de julio de dos mil doce, y
notificada al ahora recurrente por medio de lista el martes siete de
agosto del mismo año, misma que surtió efectos el día hábil
siguiente, que fue el miércoles ocho (foja 191 del juicio de
amparo).

En consecuencia, el término de diez días señalado en el


artículo de mérito, transcurrió a partir del jueves nueve de agosto
de dos mil doce, al miércoles veintidós de agosto del citado año,

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excluyéndose los días once, doce, dieciocho y diecinueve de


agosto por ser sábados y domingos, en términos de lo dispuesto
por los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial de la Federación.

En esas condiciones, al haber sido presentado el recurso de


revisión el veintiuno de agosto de dos mil doce, resulta
incuestionable que fue interpuesto dentro del término legal,
previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo.

TERCERO. En el presente asunto, se satisfacen los


requisitos de procedencia, toda vez que en el caso concreto, el
Tribunal Colegiado analizó la inconstitucionalidad del artículo 310
del Código Penal para el Distrito Federal, desestimando los
conceptos de violación.

CUARTO. Las consideraciones en que se apoyó el Tribunal


Colegiado, en la parte que interesa fueron las siguientes:

“…SEXTO. Los conceptos de violación expresados por


el quejoso son infundados en parte e inoperantes en
otra, en atención a las consideraciones siguientes.
Antes de dar contestación a los conceptos de
violación, es necesario dejar establecido, que el
análisis del presente asunto se efectuará conforme a lo
que señala el artículo primero del “Acuerdo General
11/2012 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal,
sobre la normativa y actuación de órganos
jurisdiccionales y administrativos en términos del
quinto párrafo del artículo 1 constitucional”, publicado
el siete de junio de dos mil doce, en el Diario Oficial de
la Federación, con entrada en vigor al día siguiente de
su publicación, de acuerdo con el único numeral
transitorio; por lo consiguiente, este órgano
jurisdiccional interpretará y aplicará la normativa

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expedida con anterioridad a la publicación de ese


acuerdo, de conformidad con los principios previstos
en el tercer párrafo del precepto 1 de la Carta Magna; a
saber: universalidad, interdependencia,
individisibilidad y progresividad.
Por razón de orden y al tratarse de una cuestión de
estudio preferente, de conformidad con lo establecido
en el artículo 166, fracción IV, párrafo segundo de la
Ley de Amparo, se analizará en primer término los
argumentos relativos a la inconstitucionalidad del
precepto 130 del Código Penal para el Distrito Federal,
a que alude el impetrante, en el concepto de violación
resumido bajo el punto 1 del considerando precedente.
Lo anterior con apoyo en la siguiente tesis sustentada
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, cuyos datos de identificación, rubro,
texto y precedentes son:
Registro 185836. Novena Época. Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. XVI, Octubre de 2002.
Página: 395. Tesis: 2a. CXIX/2002. Tesis Aislada.
Materia(s): Común. “AMPARO DIRECTO. EL ESTUDIO
DEL TEMA PROPIAMENTE CONSTITUCIONAL DEBE
REALIZARSE ANTES QUE EL DE LEGALIDAD”. (se
transcribe).
Ahora bien, en el concepto de violación resumido bajo
el punto 1, el quejoso sostiene que la responsable
quebrantó en su perjuicio el principio de exacta
aplicación de la ley penal y el principio de legalidad,
previstos en el artículo 14, párrafo tercero,
constitucional, en virtud de que el delito de Fraude
Procesal, previsto en el numeral 310 del Código Penal
para el Distrito Federal, por el que se le consideró
penalmente responsable, es inconstitucional.
La descripción legal de fraude procesal previsto en el
citado ordinal 310, encierra un delito alternativamente
formado, porque su actualización puede concentrarse
al expresar en cualquiera de sus hipótesis que
describe, entre las que destaca la que considera
inconstitucional, consistente en (al que para obtener
un beneficio de carácter económico indebido para sí,
realice cualquier acto tendente a inducir al error a la
autoridad judicial con el fin de obtener sentencia
contraria a la ley).
La hipótesis legal anterior, a la luz del principio
constitucional de exacta aplicación de la ley penal y al
principio de legalidad, es inconstitucional, porque al
describirse en ella el supuesto jurídico relativo a la
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conducta, el legislador empleó vocablos ambiguos e


indeterminados que impiden conocer con claridad y
precisión la conducta concreta que se sanciona en la
misma, lo que genera inseguridad jurídica.
Lo anterior, al observarse que en la parte relativa a la
conducta rectora del tipo penal, el legislador redactó
en el sentido de que “realice cualquier otro acto” lo
que denota que el creador de la ley introdujo como
verbo rector del tipo “realice”, por lo que la amplitud
de esa palabra, no permite ubicarlo en un hacer
especifico, pues si bien denota que se trata de un acto
positivo, eso no le permite conocer la conducta que se
prohíbe.
Asimismo, el sustantivo “acto”, que en el normativo
funge gramaticalmente, tampoco otorga significación o
delimita la conducta sancionable, porque constituye un
concepto genérico indicativo de acción conforme a su
connotación; lo que hace evidente que dada la
amplitud significativa del vocablo el mismo engloba a
toda la multiplicidad del actuar humano, que se ejecute
con los fines que el tipo penal requiere.
Por lo que al incurrir en imprecisión, ambigüedad y
falta de claridad en la conducta punible, el legislador
soslayó el principio de taxatividad que rige en la
creación de la norma penal, al concebir una conducta
indeterminada e imprecisa que le produce
incertidumbre jurídica, y da pauta a una actuación
arbitraria, ya que la falta de especificidad de la
conducta concreta que puede integrar o adecuarse a la
hipótesis delictiva, produce doble riesgo; es decir, que
se sancione a los gobernados por conductas que no
estando integradas de manera expresa, el órgano
jurisdiccional las ubique en el mismo. Por lo que la
hipótesis delictiva constituye una expresión abierta e
imprecisa, que deja al arbitrio del juzgador determinar
cuál proceder concreto encuadra o no en el enunciado
normativo y precisamente esa indeterminación de la
conducta propicia que el operador de la norma la
complemente a su arbitrio.
La inconstitucionalidad de la hipótesis contenida en la
parte final del artículo 130 del Código Penal para el
Distrito Federal, no obedece a la falta de definición de
algunos vocablos, sino a la falta de taxatividad y a la
imprecisión de la conducta rectora del tipo penal, ya
que si bien el Máximo Tribunal clarificó que las leyes
no son diccionarios, ni constituyen exigencias para el
legislador definir cada locución que incluya en la
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norma, lo cierto es, que dichos criterios no aplican en


sentido genérico e indiscriminado, pues no puede
entenderse en el sentido de que el legislador no está
obligado a definir con claridad y precisión las
conductas abstractas punibles, pues de considerar ese
absurdo, se rompería con los principios de taxatividad
y legalidad en materia penal.
Por lo que la indeterminación de la conducta que se
produce con la locución genérica “realice cualquier
otro acto”, propicia que las autoridades incurran en
arbitrariedades al calificar si un hecho encuadra o no
en ese supuesto legal, colocando así al particular en
estado de indefensión y de inseguridad jurídica, ya que
el delito de fraude procesal puede ser apreciado y
valorado de diferente manera.
Lo anterior es infundado.
El artículo 14, párrafo tercero, de la Constitución
General, señala:
"Artículo 14. … En los juicios del orden criminal queda
prohibido imponer, por simple analogía, y aún por
mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada
por una ley exactamente aplicable al delito de que se
trata…”.
Asimismo, el precepto 310 del Código Penal para el
Distrito Federal, señala:
"Artículo 310. Al que para obtener un beneficio
indebido para sí, simule un acto jurídico, un acto o
escrito judicial o altere elementos de prueba y los
presente en juicio, o realice cualquier otro acto
tendiente a inducir a error a la autoridad judicial o
administrativa, con el fin de obtener sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley, se le
impondrán de seis meses a seis años de prisión y de
cincuenta a doscientos cincuenta días multa. Si el
beneficio es de carácter económico, se impondrán las
penas previstas para el delito de fraude.”.
Ahora bien, de lo antes transcrito, resultan carentes de
razón los argumentos que expone el quejoso, ya que la
redacción del artículo 310 del Código Penal para el
Distrito Federal, específicamente en las palabras “…
realice cualquier otro acto…”, de ninguna manera
puede estimarse como atentatoria de lo dispuesto por
el párrafo tercero, del numeral 14, de nuestra
Constitución.
Esto es así, en virtud de que toda ley aplicable a una
persona en una causa criminal debe ser exactamente
al delito de que se trata, por lo que ese principio no se
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transgrede cuando el legislador crea una norma y no


establece de antemano todas las posibles
combinaciones de circunstancias futuras, pues en ese
sentido, es legal y acertado que emplee conceptos
jurídicos “indeterminados” (como los sujetos a
análisis “…realice cualquier otro acto…”), como un
aspecto propio y natural del lenguaje, cuya abstracción
adquiere un sentido cuando se contextualiza en las
circunstancias específicas de los casos concretos, ya
que las condiciones de aplicación no pueden estar
previstas en todas las direcciones posibles, porque la
solución de un asunto concreto depende justamente
de la apreciación particular de las circunstancias que a
él concurran.
Sin que lo anterior implique que una norma se torne
insegura o que deje en manos de las autoridades
administrativas o judiciales (encargadas de aplicarla),
la facultad de dictar libremente o incluso,
arbitrariamente, la resolución que corresponda, como
lo expone el quejoso, dado que en todos los casos esa
función de aplicación de la norma está sometida al
control de prerrogativas de fundamentación y
motivación, conforme al numeral 16 de la Carta Magna,
que preside el desarrollo no sólo de las facultades
regladas o discrecionales, sino también de aquéllas en
que ha de hacerse uso del arbitrio.
Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J.
1/2006, emitida por la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, cuyos datos son los
siguientes:
Registro 175902. Novena Época. Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. XXIII, Febrero de 2006.
Página: 357. Tesis: 1a./J. 1/2006.
Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional. “LEYES. SU
INCONSTITUCIONALIDAD NO DEPENDE DE QUE
ESTABLEZCAN CONCEPTOS INDETERMINADOS”. (se
transcribe).
En ese sentido, es claro que no le asiste la razón al
peticionario de amparo cuando califica a la norma que
se estudia como inconstitucional por contener
vocablos “indeterminados”, pues como quedó
expuesto, no es posible obligar al legislador a describir
casuísticamente todas y cada una de las conductas
que deben ser sancionadas; esto se patentiza aún más
al advertirse de dicho tipo penal a estudio, que la
intención del legislativo fue la de proteger el “buen
desarrollo de la administración de justicia”, donde se
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exige que las actuaciones derivadas del procedimiento


judicial o administrativo estén apegadas a las normas
vigentes en tiempo y espacio y se resuelva a favor de
quien legalmente le asista la razón.
Luego entonces, si el sujeto activo realiza cualquier
acto tendiente a inducir a error a las autoridades
judiciales o administrativas para que se pronuncie de
determinada forma, con lo cual se derive un beneficio
indebido para sí, es claro que tales actos procesales
son, por sí mismos, suficientes para que se configure
el delito de fraude procesal.
Analógicamente, se cita por compartir el criterio, la
tesis I.6o.P.109 P, sustentada por el Sexto Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, cuyos
datos son:
Registro 169881. Novena Época. Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. XXVII, Abril de 2008. Página:
2370. Tesis: I.6o.P.109 P. Tesis Aislada. Materia(s):
Penal. “FRAUDE PROCESAL, DELITO, PREVISTO EN
EL ARTÍCULO 310 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL
DISTRITO FEDERAL. CUANDO SE CONSUMA”. (se
transcribe).
En ese sentido, la locución: “realice cualquier otro acto
tendiente”, debe conjuntarse con el vocablo:
“tendiente a inducir a error a la autoridad judicial o
administrativa, con el fin de obtener sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley”,
pues basta que ese “otro acto” o “acción” –
obviamente ilícito- desplegado por el activo, esté
encaminado a producir el efecto (inducir al error a la
autoridad judicial o administrativa con el fin citado)
para que se realice la hipótesis contenida en la norma,
y cuya adecuación deberá estar sometida al control de
las prerrogativas de fundamentación y motivación,
conforme al contenido del artículo 16 constitucional,
con lo que además se cumple con los principios de
“taxatividad” y legalidad en materia penal, así como la
exacta aplicación de la ley, tutelados en el párrafo
tercero del diverso numeral 14 de la misma norma
suprema; por lo que el arábigo 310 del Código Penal
para el Distrito Federal en el supuesto a estudio, a
juicio de este tribunal colegiado, es constitucional, al
apegarse al marco normativo fundamental.
En otro aspecto, resulta infundado el concepto de
violación sintetizado en el punto 2, del considerando
que antecede, en el cual el quejoso expresa que la
sentencia reclamada es violatoria del numeral 1 de la
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Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, toda vez que, del análisis integral de la
resolución que por medio del presente juicio
constitucional se combate, este tribunal colegiado
advierte que la sala responsable vigiló que se
cumpliera con las prerrogativas a los derechos
humanos del impetrante, como se observará más
adelante.
Por otra parte, en el apartado 2, el quejoso sostiene
que se violó en su perjuicio el artículo 14
constitucional, al no cumplirse con las formalidades
esenciales del procedimiento y exacta aplicación de la
ley.
Lo anterior es infundado, pues a juicio de este tribunal,
fueron debidamente respetados en su integridad los
derechos fundamentales que en materia penal
consagra tal precepto constitucional -“retroactividad
de la ley en perjuicio”, “audiencia, formalidades
esenciales del procedimiento” y “tipicidad” o “exacta
aplicación de la Ley”-, ya que por un lado, no se
aprecia que las disposiciones contenidas en la ley
sustantiva se hayan aplicado en el acto reclamado
hacia el pasado, afectando hechos o situaciones que
se presentaron antes de su vigencia en perjuicio del
quejoso.
También se le escuchó en juicio a través del debido
proceso legal, ya que posteriormente al ejercicio de la
acción penal (sin detenido) por su probable
responsabilidad en la comisión del delito de FRAUDE
PROCESAL, el juez de primera instancia libró la
respectiva orden de aprehensión en su contra,
posteriormente, el entonces indiciado fue puesto a
disposición del juez de la causa y procedió
inmediatamente a tomarle su declaración preparatoria,
diligencia en la que le hizo saber los derechos que a su
favor consagra el apartado “A” del artículo 20
constitucional, por lo que nombró defensor particular,
profesionista que aceptó, protestó el cargo conferido y
señaló domicilio para la práctica de notificaciones;
asimismo, el entonces incoado ratificó su declaración
ministerial sin agregar nada al respecto, no deseando
dar respuesta a los cuestionamientos que pudieran
formularle las partes.
El juez de la causa, dentro del término de setenta y dos
horas que establece el numeral 19 de la Carta Magna,
le dictó auto de formal prisión por el ilícito de FRAUDE
PROCESAL, previsto en el artículo 310 (hipótesis: al
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que para tener un beneficio indebido para sí, o para


otro, simule un acto jurídico, y lo presente en juicio
tendiente a inducir a error a autoridad judicial, con el
fin de obtener sentencia contraria a la ley) y parte
segunda (hipótesis de carácter económico), del Código
Penal para el Distrito Federal.
Seguido el procedimiento por la vía ordinaria, en la
etapa de instrucción, se tuvieron por ofrecidas la
pruebas de las partes, sin que se hayan desahogado,
ya que tanto el quejoso, como la representación social
se desistieron de ellas; se declaró agotada y
posteriormente cerrada la instrucción; el Agente del
Ministerio Público formuló sus conclusiones
acusatorias, mismas que fueron debidamente
contestadas por la defensa del acusado, se celebró la
audiencia de ley y se dictó sentencia definitiva, en la
que fue realizada la valoración de cada uno de los
elementos de convicción existentes en la causa,
expresando las razones y motivos para condenar al
impetrante por el delito mediante el cual se le instruyó
el proceso e impuso la pena correspondiente.
La anterior sentencia fue recurrida vía apelación por el
Ministerio Público, el sentenciado y el defensor de
oficio, recurso del que tocó conocer a la Tercera Sala
Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, quien previos los trámites de ley y atendiendo
a todos y cada uno de los agravios expuestos por los
recurrentes, pronunció la resolución que es motivo del
presente examen constitucional, por la que modificó la
de primera instancia conforme quedó expuesto en el
resultando primero de esta ejecutoria.
En razón de lo narrado, este tribunal advierte que no se
vulneraron en perjuicio del quejoso los derechos
fundamentales relativos al artículo 14 de la
Constitución Federal, en virtud de que se le respetó su
derecho de audiencia, pues en lo esencial, fueron
cumplidas las formalidades del procedimiento en el
juicio que se le instauró, conforme a la leyes expedidas
con anterioridad al hecho, así como se le aplicó la
pena exactamente al delito cometido, ya que no fue
impuesta por analogía, ni por mayoría de razón, según
se verá en el capítulo correspondiente de este fallo.
Cabe citar la jurisprudencia con registro 200234,
sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuyos datos de localización,
epígrafe, texto y precedentes son:

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Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y


su Gaceta. II, Diciembre de 1995. Página: 133. Tesis:
P./J. 47/95. Materia(s): Constitucional, Común.
“FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO”. (se transcribe).
Así como la tesis de jurisprudencia con registro
224823, sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito, que este tribunal
comparte, cuyos datos de localización, rubro, texto y
precedentes son:
Octava Época. Semanario Judicial de la Federación. VI,
Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1990. Página:
388. Tesis: I. 1o. P. J/6. Materia(s): Penal.
"PROCEDIMIENTO, FORMALIDADES DEL”. (se
transcribe).
Por otra parte, tomando en consideración que la
inclusión en nuestro marco constitucional de los
derechos humanos ocurrió por decreto que reformó el
artículo 1 de la Constitución Federal, el diez de junio de
dos mil once, mismo que entró en vigor a partir del día
siguiente a su publicación; numeral de cuyo párrafo
tercero se advierte:
“Artículo 1…Todas las autoridades, en el ámbito de
sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley…”.
Este tribunal también advierte, oficiosamente, que el
acto reclamado cumplió con tales derechos
fundamentales del ahora peticionario de amparo
**********, previsto en los artículos 7, 8 y 9 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Pacto de San José, 9, 10, 11, 14 y 15 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que
atañen a las formalidades esenciales del
procedimiento y que son del tenor siguiente:
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS.
“Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personal.

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2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo


por las causas y en las condiciones fijadas de
antemano por las Constituciones Políticas de los
Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a
ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser
informada de las razones de su detención y notificada,
sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada
sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado
por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendrá
derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a
ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el
proceso. Su libertad podrá estar condicionada a
garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a
recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de
que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su
arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o
la detención fueran ilegales. En los Estados Partes
cuyas leyes prevén que toda persona que se viera
amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho
a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que
éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho
recurso no puede ser restringido ni abolido. Los
recursos podrán interponerse por sí o por otra
persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no
limita los mandatos de autoridad judicial competente
dictados por incumplimientos de deberes alimentarios.
Artículo 8. Garantías judiciales.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por
un juez o tribunal competente independiente e
imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada
contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a
que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el
proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:

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a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente


por el traductor o intérprete, si no comprende o no
habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la
acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios
adecuados para la preparación de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente
o de ser asistido por un defensor de su elección o de
comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado, remunerado o
no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro
del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos
presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia,
como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir el fallo ante juez o tribunal
superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es
hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no
podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos
hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que
sea necesario para preservar los intereses de la
justicia.
Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactividad.
Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones
que en el momento de cometerse no fueran delictivos
según el derecho aplicable. Tampoco se puede
imponer pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito. Si con
posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la
imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello.
PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y
POLÍTICOS.
“Artículo 9.
1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personal. Nadie podrá ser privado de su
libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con
arreglo al procedimiento establecido en ésta.
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

2. Toda persona detenida será informada, en el


momento de su detención, de las razones de la misma,
y notificada, sin demora, de la acusación formulada
contra ella.
3. Toda persona detenida o presa a causa de una
infracción penal será llevada sin demora ante un juez u
otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales, y tendrá derecho a ser juzgada
dentro de un plazo razonable o a ser puesta en
libertad. La prisión preventiva de las personas que
hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general,
pero su libertad podrá estar subordinada a garantías
que aseguren la comparecencia del acusado en el acto
del juicio, o en cualquier otro momento de las
diligencias procesales y, en su caso, para la ejecución
del fallo.
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud
de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante
un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad
posible sobre la legalidad de su prisión y ordene su
libertad si la prisión fuera ilegal.
5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o
presa, tendrá el derecho efectivo a obtener reparación.
Artículo 10.
1. Toda persona privada de libertad será tratada
humanamente y con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano.
2.
a) Los procesados estarán separados de los
condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y
serán sometidos a un tratamiento distinto, adecuado a
su condición de personas no condenadas;
b) Los menores procesados estarán separados de los
adultos y deberán ser llevados ante los tribunales de
justicia con la mayor celeridad posible para su
enjuiciamiento.
3. El régimen penitenciario consistirá en un tratamiento
cuya finalidad esencial será la reforma y la
readaptación social de los penados. Los menores
delincuentes estarán separados de los adultos y serán
sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y
condición jurídica.
Artículo 11.
Nadie será encarcelado por el sólo hecho de no poder
cumplir una obligación contractual.
Artículo 14.

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y


cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser
oída públicamente y con las debidas garantías por un
tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada
contra ella o para la determinación de sus derechos u
obligaciones de carácter civil. La prensa y el público
podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los
juicios por consideraciones de moral, orden público o
seguridad nacional en una sociedad democrática, o
cuando lo exija el interés de la vida privada de las
partes o, en la medida estrictamente necesaria en
opinión del tribunal, cuando por circunstancias
especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar
a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en
materia penal o contenciosa será pública, excepto en
los casos en que el interés de menores de edad exija lo
contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos
matrimoniales o a la tutela de menores.
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a
que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su
culpabilidad conforme a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un
delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que
comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y
causas de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados
para la preparación de su defensa y a comunicarse con
un defensor de su elección;
c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse
personalmente o ser asistida por un defensor de su
elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del
derecho que le asiste a tenerlo y, siempre que el
interés de la justicia lo exija, a que se le nombre
defensor de oficio, gratuitamente si careciere de
medios suficientes para pagarlo;
e) Interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo
y a obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que éstos sean interrogados en las mismas
condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no
comprende o no habla el idioma empleado en el
tribunal;
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a


confesarse culpable.
4. En el procedimiento aplicable a los menores de edad
a efectos penales se tendrá en cuenta esta
circunstancia y la importancia de estimular su
readaptación social.
5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá
derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le
haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior,
conforme a lo prescrito por la ley.
6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido
ulteriormente revocada, o el condenado haya sido
indultado por haberse producido o descubierto un
hecho plenamente probatorio de la comisión de un
error judicial, la persona que haya sufrido una pena
como resultado de tal sentencia deberá ser
indemnizada, conforme a la ley, a menos que se
demuestre que le es imputable en todo o en parte el no
haberse revelado oportunamente el hecho
desconocido.
7. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito
por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una
sentencia firme de acuerdo con la ley y el
procedimiento penal de cada país.
Artículo 15.
1. Nadie será condenado por actos u omisiones que en
el momento de cometerse no fueran delictivos según el
derecho nacional o internacional. Tampoco se
impondrá pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito. Si con
posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la
imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello.
2. Nada de lo dispuesto en este artículo se opondrá al
juicio ni a la condena de una persona por actos u
omisiones que, en el momento de cometerse, fueran
delictivos según los principios generales del derecho
reconocidos por la comunidad internacional”.
Lo anterior, tomando en cuenta el estudio que se
realizó al procedimiento durante sus diversas etapas
que le fue instruido a dicho peticionario de amparo, de
las que se advierte la debida actuación de la autoridad
responsable, al respetar todos y cada uno de los
derechos fundamentales transcritos, con
independencia de la conducta ilícita atribuida.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Sirve de apoyo a lo anterior, en lo conducente, la tesis


que este órgano jurisdiccional comparte, cuyos datos
son los siguientes:
Registro 169108. Novena Época. Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. XXVIII, Agosto de 2008.
Página: 1083. Tesis: I.7o.C.46 K. Tesis Aislada.
Materia(s): Común. “DERECHOS HUMANOS, LOS
TRATADOS INTERNACIONALES SUSCRITOS POR
MÉXICO SOBRE LOS. ES POSIBLE INVOCARLOS EN
EL JUICIO DE AMPARO AL ANALIZAR LAS
VIOLACIONES A LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES QUE
IMPLIQUEN LA DE AQUELLOS”. (se transcribe).
Por otro lado, contrario a lo expuesto por el quejoso en
el concepto de violación sintetizado en el punto 2, del
considerando precedente, este tribunal colegiado
advierte que la resolución recurrida no es violatoria del
ordinal 16 de la Carta Magna, ya que se aprecia que el
acto reclamado cumple con los requisitos de debida
fundamentación y motivación que tutela tal precepto
constitucional, al evidenciarse que la sala de
apelación citó los numerales legales que sirvieron de
apoyo a su determinación y expresó los
razonamientos que lo llevaron a concluir como lo
hizo; que el asunto que nos ocupa encuadró en los
preceptos de las normas que invocó respecto al
delito de FRAUDE PROCESAL, previsto en el artículo
310 (hipótesis: al que para tener un beneficio indebido
para sí, o para otro, simule un acto jurídico, y lo
presente en juicio tendiente a inducir a error a
autoridad judicial, con el fin de obtener sentencia
contraria a la ley) y parte segunda (hipótesis de
carácter económico), y sancionado por el 230, fracción
V, en relación con los numerales 15, párrafo único (de
acción), 17, fracción I (instantáneo), 18, párrafo primero
(acción dolosa) y párrafo segundo (del que conociendo
los elementos objetivos del hecho típico del que se
trate, quiere su realización, y 22, fracción II (lo realice
conjuntamente con otros autores), todos del Código
Penal para el Distrito Federal; asimismo, se apoyó en
lo establecido en los numerales 245, 246, 250, 251, 253,
255, 261 y 286 del Código de Procedimientos Penales
para esta entidad al realizar la justipreciación del
acervo probatorio, y citó lo enmarcado por los
ordinales 70 y 72 del ordenamiento punitivo vigente al
momento de individualizar la pena; es decir, dicha
resolución se encuentra debidamente fundada y
motivada.
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Lo anterior es así, en atención a que la autoridad


responsable señaló los motivos que influyeron para
conceder y negar valor a los diversos elementos
probatorios que tomó en cuenta, destacando: las
declaraciones del denunciante **********; lo sostenido
por los testigos **********; la fe ministerial de las copias
del expediente **********, del índice del Juzgado Tercero
Civil de esta Ciudad; el informe del Jefe de la Unidad
Departamento del Notariado de la Consejería Jurídica y
Servicios Legales del Distrito Federal, licenciado
**********; los informes de los Notarios Públicos
números ********** del Distrito Federal; el informe de la
titular del Archivo General de Notarias del Distrito
Federal, licenciada **********; el informe de la secretaria
del Consejo del Colegio de Notarios del Distrito
Federal, licenciada **********; diversas documentales
consistentes en copia simple del pago de los derechos
por el suministro de agua a nombre de ********** y de la
Tesorería del Distrito Federal a nombre del último
nombrado y de **********; documental consistente en el
folio real ********** de **********; el dictamen en materia
de valuación, arquitectura e ingeniería; así como las
versiones del inculpado y su coacusado **********, con
la expresión a través de razones particulares del
contenido de cada una de dichas manifestaciones y
actuaciones que se mencionan.
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis de jurisprudencia
con número de registro 390963, cuyos datos de
localización, rubro, texto y precedentes, son del tenor
siguiente:
Séptima Época. Segunda Sala. Apéndice de 1995.
Tomo III, Parte SCJN. Página: 52. Tesis: 73. Materia(s):
Administrativa. "FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN”.
(se transcribe).
En otro aspecto, sostiene el solicitante de la
protección constitucional, en el concepto de violación
resumido en el número 2, que se violó en su perjuicio
el artículo 17 constitucional, sin exponer argumento
alguno, lo cual es infundado, toda vez que de autos se
advierte que la sala responsable, con apegó a dicha
norma emitió la resolución definitiva que constituye el
acto reclamado, de manera imparcial y completa,
apreciando el dicho de las partes, así como los medios
de prueba aportados por éstas, igualmente actuó en
los tiempos y conforme a las bases establecidas en la

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

ley, de manera gratuita, al no existir prueba que denote


lo contrario.
Además, el acto reclamado cumple con el principio de
exhaustividad y congruencia de los fallos que
consagra la norma constitucional en estudio, pues, su
lectura deja ver que la sala responsable realizó tanto el
análisis lógico-jurídico de los elementos del injusto
penal atribuido al ahora quejoso, como el estudio
correspondiente a su responsabilidad en la comisión
del mismo; valoró los medios probatorios que
conforman la causa penal, a efecto de constatar si en
la resolución apelada se aplicó la ley correspondiente
en forma exacta, se acataron los principios
reguladores de la valoración de la prueba, no se
alteraron los hechos y constató que cumplía con la
fundamentación y motivación requerida; para
finalmente, atender los agravios hechos valer por el
recurrente. Y después de analizar lo anterior,
determinó que en la especie, se encuentra acreditado
el antijurídico de que se trata así como la plena
responsabilidad penal del sentenciado, conclusión que
sustentó con la exposición de las razones lógico
jurídicas que tuvo para estimarlo así, aunado a que
dentro del cuerpo de la propia resolución combatida,
en forma expresa, de manera integral y generalizada,
dio respuesta a los motivos de inconformidad
formulados por la impetrante, exponiendo el por qué
los desestimó.
Ilustra lo anterior, en lo que interesa, la jurisprudencia
que se comparte sustentada por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito, cuyos datos de localización, rubro, texto y
precedentes, son:
Registro: 187528. Novena Época. Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta. XV, Marzo de 2002.
Página: 1187. Tesis: VI.3o.A. J/13. Jurisprudencia.
Materia(s): Común. “GARANTÍA DE DEFENSA Y
PRINCIPIO DE EXHAUSTIVIDAD Y CONGRUENCIA.
ALCANCES”. (se transcribe).
En otro aspecto, sostiene el solicitante de protección
constitucional, en el concepto de violación resumido
en el punto 2, que se violó en su perjuicio el arábigo 19
de la Ley Suprema, lo cual es inoperante pues con
independencia de que no enderezó argumento alguno
tendente a establecer violaciones a ese precepto, esto
es, sólo se concretó a invocarlo y como ello va
encaminado a establecer que no se reúnen los
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

requisitos exigidos por el ordinal de referencia para


dictar un auto de formal prisión, tal alegación, como se
dijo, es inoperante, debido a que las posibles
violaciones quedaron consumadas de modo
irreparable con el dictado de la sentencia en la que se
acreditó el delito y la plena responsabilidad penal de la
justiciable, pues el auto de plazo constitucional
corresponde a etapa diversa a la sentencia que
constituye el acto reclamado en el presente juicio de
garantías.
En apoyo a lo anterior se invoca la tesis que este
Cuerpo Colegiado comparte, sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito, que es del tenor siguiente:
Registro 197012. Novena Época. Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta. VII, Enero de 1998. Página:
1177. Tesis: II.2o.P.52 P. Tesis Aislada. Materia(s):
Penal. “SENTENCIA RECLAMADA. CASO EN QUE NO
ES VIOLATORIA DEL ARTÍCULO 19
CONSTITUCIONAL”. (se transcribe).
En otro aspecto, el peticionario de derechos
fundamentales, en el concepto de violación resumido
en el apartado 2, únicamente refiere que se violó en su
perjuicio el precepto 20 constitucional, sin exponer
argumento alguno; lo cual es infundado, ya que de las
constancias de autos se aprecia que fueron recibidas
las pruebas que ofreció; además, las audiencias
procesales del sumario se celebraron de manera
pública, con su presencia, y en cada una de ellas
estuvo asistido por su defensor.
Asimismo, se respetó la garantía de adecuada defensa
prevista en la fracción IX del artículo 20, apartado A, de
la Constitución Federal, pues de autos se desprende
que tanto en sus declaraciones ministeriales, como en
preparatoria, las autoridades respectivas le hicieron
saber que tenía derecho a ser asistido por un abogado
o persona de su confianza y en uso de tal derecho
decidió nombrar defensor particular, profesionista que
en su momento lo asistió durante toda la secuela del
procedimiento.
También le fueron respetados los derechos subjetivos
comprendidos en las fracciones IV, V, VI y VII del
referido precepto constitucional, que consisten en la
facultad para carearse con quien deponga en su
contra; le fueron recibidas y admitidas las probanzas
que ofreció para desvirtuar las de cargo, las cuales no
se desahogaron en virtud de que el impetrante se
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

desistió expresamente de ellas; se le facilitaron los


datos que constan en el expediente para su defensa y
fue informado de los derechos que a su favor consigna
la Constitución. …”.

QUINTO. Los agravios propuestos por el recurrente son los


siguientes.
En el apartado primero de sus agravios expresó lo
siguiente.

a) Aduce que le causa perjuicio lo resuelto por el Tribunal


Colegiado en la sentencia recurrida de fecha doce de
julio de dos mil doce, dictada en el amparo directo penal
151/2012, en el capítulo de la tipicidad, donde se estimó
que el recurrente y otra persona obtuvieron un beneficio
económico de hasta dos millones seiscientos cincuenta
mil pesos (transcribe la parte relativa). Sin embargo, ese
argumento es idéntico al señalado por la autoridad de
apelación o segunda instancia, fojas 120-121 de la
resolución de veintiuno de febrero de dos mil doce, por lo
que hizo una incorrecta interpretación del párrafo
tercero del artículo 14 constitucional que refiere a
que los juicios del orden criminal queda prohibido
imponer por simple analogía o por mayoría de razón
pena alguna que no esté decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata.
b) Vulnerando sus derechos humanos contenidos en
dicho precepto legal que se refieren al principio de
legalidad, exacta aplicación de la ley penal y a la
prohibición de aplicar por analogía la ley penal; principios
que la ley secundaria (Código de Procedimientos

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Penales para el Distrito Federal) prevé en sus artículos


1º y 2º, transgrediendo el artículo 18 de la Declaración
Americana de los Derechos del Hombre, el artículo 8º de
la Declaración Universal de Derechos Humanos; mas
aún porque los derechos humanos son el conjunto de
facultades, prerrogativas, libertades y pretensiones de
carácter civil, político, económico, social y cultural,
incluidos los recursos y mecanismos de garantía que se
reconocen al ser humano. Aunado a que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha emitido
criterios en el sentido de que, ha ratificado un tratado
internacional como la referida Convención Americana,
sus jueces, deben velar porque las disposiciones no
sean mermadas o limitadas por otros ordenamientos
internos que contraríen su objeto y fin, por lo que debe
ejercer un control de convencionalidad entre las normas
de derecho interno y la propia convención, tomando en
cuenta no solo el tratado sino la interpretación que se ha
realizado de él y esto es relevante para aquellos órganos
que tienen a su cargo funciones jurisdiccionales ya que
deben tratar de suprimir prácticas que tiendan a denegar
o delimitar el derecho de acceso a la justicia.
c) Que lo anterior era así, porque la autoridad de amparo al
resolver sobre el beneficio obtenido respecto del
fraude procesal que se le atribuyó, determinó de
manera equivocada lo dispuesto en la constitución,
señalando que obtuvo un beneficio de carácter
económico, en términos de la parte segunda, párrafo
primero del artículo 310 del Código Penal para el

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Distrito Federal, interpretando y aplicando


incorrectamente el 14 de la constitución, los
artículos 246 y 255 del Código Procesal Penal y 224
fracción III del Código Penal, porque a juicio del
recurrente la hipótesis referida no está acreditada ni con
el material probatorio ni con los que consideró la
autoridad de amparo por la indebida interpretación del
referido 14 constitucional y por ello se violan los
preceptos referidos así como los de la Declaración
Americana de los Derechos del Hombre y la Declaración
Universal de Derechos Humanos.
d) Que lo anterior, en virtud de que no hizo el análisis
adecuado del material probatorio que obra en el
expediente entre otros la declaración del denunciante de
los testigos, documentales públicas, fe ministerial,
informes de diversas autoridades, de notario público,
informe del Director del Archivo General de Notarias,
documentales en copias simples de los estados de
cuenta, entre otros (precisa cuáles, foja 8 del escrito de
agravios), para tener por acreditado los elementos del
delito de fraude procesal, los cuales los valoró
inadecuadamente aunado a que no fundó y motivó la
resolución, siendo dogmática; hizo referencia a la
estructura piramidal de las normas jurídicas, al principio
de legalidad, conforme al cual debe estar sometido el
ejercicio del poder público (las autoridades
jurisdiccionales) a la voluntad de la ley y no de las
personas jueces o magistrados; precisó que opera este
principio en dos sentidos en derecho privado y en

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

derecho público, en el primero, significa que se puede


hacer todo lo que no esté expresamente prohibido en la
ley y en el segundo, respecto de las autoridades, sólo
pueden hacer lo que expresamente les autoriza la ley.
Que la autoridad de amparo y la de segunda instancia
sólo les está permitido tener por acreditado el elemento
del tipo penal en el sentido de si el beneficio es de
carácter económico cuando el sujeto activo obtenga un
lucro indebido o se haga ilícitamente de una cosa y no en
casos similares o análogos o cuando potencialmente
pueda ocurrir alguna de las dos hipótesis o cuando el
pasivo pueda sufrir un detrimento patrimonial o un
perjuicio económico.
e) Que en el caso se tuvo por acreditada la existencia de
un ilícito o un beneficio económico, delito de fraude
procesal, pues el recurrente sin saber que era apócrifo
presentó en el expediente ********** ante el Juzgado
Tercero de lo Civil, copia certificada del contrato de
cesión de derechos con ratificación de firmas del Notario
Público ********** y el ********** acudió a ese juicio y
como tercero ajeno al mismo manifestó ante la autoridad
judicial que el ********** celebró un contrato de cesión de
derechos entre **********, como cedente y el recurrente
como cesionario y señaló que adquirió derecho para
poseerlo en forma personal y a título de dueño,
ratificando el contenido de la copia certificada del
contrato aludido induciendo a la autoridad judicial al
error, ya que el ********** se determinó la falta de
legitimación activa de la sucesión de **********

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

representado por ********** denunciante, que sin


embargo de las constancias de autos no se aprecia
como consecuencia de los hechos señalados, por los
que la representación social formuló conclusiones
acusatorias, por lo que las autoridades de primera y
segunda instancia lo condenaron y por los que la
autoridad federal le negó el amparo, y hubiera obtenido
un beneficio económico pues lo único que hizo la
autoridad civil al resolver sobre la terminación de un
contrato de comodato, dictó una sentencia declarativa al
señalar la falta de legitimación activa de la parte
demandante que es la sucesión de **********
representada por **********. Lo que no constituye un
beneficio económico, ya que de así considerarse
debieron establecer en primer lugar de manera pericial el
valor comercial que tiene la falta de legitimación activa
de la parte demandante en un juicio de terminación de
contrato de comodato y no del inmueble ********** del
condominio ubicado en Avenida **********, Colonia
**********; que si bien es cierto es el objeto material de
dicho juicio, también lo es que si dicho proceso civil no
tenía como finalidad determinar la propiedad del mismo,
con lo que se pudiera señalar que el vencedor obtuviera
un beneficio económico por la cantidad de dinero en que
fue valuado pericialmente el inmueble.
f) En este punto, donde la autoridad de amparo al
interpretar el párrafo tercero del artículo 14
constitucional, afirma que por esta resolución obtuvo un
beneficio de carácter económico, pero dejó de advertir

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

que el único beneficio es el de carácter jurídico, o sea el


de determinar que el demandante carece de legitimación
activa en el juicio de terminación de contrato de
comodato, Ello no significa que el inmueble de referencia
haya salido de la masa hereditaria de ********** o que su
representante esté impedido para ejercer la acción
pauliana. Que apegándose al principio de legalidad aún
habiéndose obtenido un beneficio indebido la autoridad
judicial hubiera establecido que carecía de legitimación
activa, la exigencia procesal, legislativa y jurídica señala
que ésta debe acreditarse cuando el beneficio sea de
carácter económico para tener por establecido el
elemento del tipo penal sin importar si lo que está en
juego son bienes o no, derechos o cosas, lo que no
ocurrió en el caso, por lo que debe tenerse por violado el
principio de legalidad al no haberse interpretado
adecuadamente pues la autoridad de amparo sólo
interpretó de manera superficial el material probatorio y
con ello aplicó sin la adecuada interpretación los
preceptos constitucionales que contienen los derechos
humanos, artículo 14 constitucional, párrafo tercero.
g) Que el principio de legalidad, constituye un límite al ius
puniendi del estado, con base en la cual la norma
suprema impide que el poder judicial a través de la
analogía y mayoría de razón configuren libremente
delitos, calificativas o agravantes y penas, esto es, exige
que todo acto debe estar fundado y motivado. Que dicho
principio posee como núcleo dos principios el de reserva
de ley y el de tipicidad, en cuanto al primero se traduce

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

en que determinadas materias o ciertos desarrollos


jurídicos deben estar respaldados por la ley, como en el
caso el derecho penal; precisó lo que es la reserva de
ley y que recibe un tratamiento especial en el derecho
constitucional, administrativo, tributario y el penal. Que el
principio de legalidad, es la regla del derecho público y
actúa como parámetro para decir que un estado, es un
estado de derecho pues en él tiene su fundamento y
límites en las normas jurídicas y por ello establece la
seguridad jurídica. El principio de tipicidad previsto en el
14 constitucional y 1º del Código Penal para el Distrito
Federal, se cumple cuando consta en la norma una
predeterminación inteligible del delito, de las calificativas
agravantes y de la pena; supone en todo caso la
presencia de una ley cierta que permite predecir con
suficiente grado de seguridad las conductas delictivas y
las sanciones. La descripción legislativa debe gozar de
claridad de tal manera que el juzgador conozca su
alcance y significado al realizar el proceso mental de
adecuación típica, sin necesidad de recurrir a
complementaciones legales, lo que lo llevaría a la
creación legal para suplir imprecisiones de la norma.
h) En el caso a estudio, no hay necesidad de interpretación
alguna, pues para que se acredite el beneficio
económico previsto en el artículo 310, del Código Penal
es necesario que derive de lo resuelto por el juez en el
expediente ********** quien determinó la falta de
legitimación de la parte actora y no la pérdida del
inmueble. Que para garantizar la seguridad jurídica no

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

basta una tipificación confusa o indeterminada que


condujese a los gobernados a tener que realizar labores
de interpretación y tratar de conocer lo que esta
permitido y lo que no, por ello debe ser clara y precisa
para determinar su comportamiento y no sean
sorprendidos por sanciones que no pudieron preverse.
Que lo que está proscrito, es que la norma legal induzca
a errores o los favorezca con motivo de su deficiente
formulación. Que de acuerdo con este principio la
conducta debe encuadrar en la hipótesis normativa
previamente establecida, sin que sea legal ampliar por
analogía o mayoría de razón, esto es, no se puede tener
el beneficio económico cuando la resolución del juez
natural sólo determinó un beneficio jurídico el que
pudiera ser un beneficio económico, lo que hasta este
momento no se ha determinado.
i) Que siguiendo la necesidad de la certeza de la ley y de
la seguridad jurídica, el juez o los magistrados tienen
que asegurarse de cuál es el alcance y el significado de
la norma al realizar el proceso mental de adecuación
típica y de la correlación entre sus elementos, sin que se
rebase la interpretación y se incurra en la creación legal
para superar las deficiencias de la norma, citó al caso el
criterio de rubro: “EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY
EN MATERIA PENAL, GARANTÍA DE. SU
CONTENIDO Y ALCANCE ABARCA A LA LEY
MISMA.” (se transcribe). Insiste en que conforme a este
principio la conducta, la forma, el contenido y alcance y
sus agravantes del delito, deben estar de manera

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

expresa en la ley, de tal manera de que no quede


margen para la arbitrariedad en su aplicación, lo que es
congruente con el artículo 14 constitucional. Lo contrario,
o sea, la arbitrariedad en la imposición de sanciones por
imprevisibilidad del delito que no tenga un claro apoyo
legal, debe ser contraria a la constitución como ocurre en
el caso, en el que se exige entre otros requisitos, que si
el beneficio es económico se impondrán las penas para
el delito de fraude, debiendo acreditarse el beneficio y
señalar las pruebas y no porque esté involucrada la
posesión de un inmueble se establezca dogmáticamente
se esté en presencia de un beneficio económico. Agrega
que los tipos penales están compilados en la parte
especial del Código Penal. Insiste en lo que es la
tipicidad para luego señalar que si se adecúa la
conducta, es indicio de que es delito, pero si no es
completa no hay delito o hay delito sin calificativa o
agravante; aludió a que la tipicidad la aplica el juez, la
tipificación la realiza el legislador y la calificación del
comportamiento como delito la hace el Ministerio
Público.
j) Que el principio de exacta aplicación contenido en el
artículo 14, párrafo segundo constitucional, se rige por
los principios de no hay delito sin ley, y no hay pena sin
ley; que las conductas delictivas y sus sanciones
solamente pueden establecerse en leyes en sentido
formal y material; que con anterioridad a la conducta
delictiva debe existir una tipificación que se repute como
ilícita, el cual se reduce a que no existe pena ni delito si

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

no existe previamente una ley que los establezca; que la


ley debe ser clara y precisa en cuanto a sus elementos y
agravantes; que tiene por objeto dar seguridad y certeza
a los gobernados cuando traigan consigo la restricción
de la libertad, evitar arbitrariedades de las autoridades;
evitar confusiones en su aplicación y evitar que se
disminuya o imposibilite el derecho de defensa del
inculpado.
k) Que en este sentido, la segunda parte del artículo 310,
del Código Penal para el Distrito Federal, es clara al
señalar, que si el beneficio es de carácter económico se
impondrán las penas previstas para el delito de fraude;
pero no establece que esas penas se aplicarán en el
caso de la posesión de un inmueble, razón por la cual es
inexacta la ley penal, esto es, la segunda parte del
artículo 310 citado, al interpretarse de manera
equivocada; que al aplicársele una pena por un elemento
no acreditado, tiene como consecuencia privarla de la
libertad de manera ilegal, lo que es arbitrario y trastoca
el derecho de defensa y adecuada defensa. Que lo
anterior, trae como consecuencia que la ley prohíbe la
imposición de penas por analogía y por mayoría de
razón y refiere a lo que significa “imponer una pena por
analogía”, y sólo se puede imponer una pena por
analogía, cuando la ley que tipifica la conducta no
establece una pena; que en el caso, el Código Penal
para el Distrito Federal no establece pena en
controversias sobre la posesión de inmuebles y no
obstante ello, el juez de amparo así lo estimó cuando

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

señaló el beneficio que obtuvo al resolverse el juicio


natural de terminación de contrato de comodato; que la
ley tendría que ser omisa en cuanto a la pena para que
el juez decidiera libremente. Que la analogía, insiste,
consiste en la decisión de un caso penal no contenido en
la ley apoyándose en ésta y en la semejanza del caso
planteado.
l) Que lo anterior ocurre en el caso a estudio, pues aun
cuando se tuviera por acreditado el delito con un
beneficio en particular, éste no tiene un valor o beneficio
económico, lo que se desprende de constancias de
autos y más porque el Tribunal refiere se trata de un
resultado formal. Que no deben perderse de vista dos
aspectos: 1. El bien jurídico tutelado conforme al artículo
310, del Código Penal es el adecuado desempeño de la
función jurisdiccional, no el patrimonio de los
particulares. 2. Al no existir resultado palpable no puede
aparecer un beneficio económico. 3. Como
consecuencia el bien jurídico tutelado sería el patrimonio
de los particulares y no el adecuado desempeño y su
previsión quedaría en el Título relativo a delitos contra el
patrimonio.
m) Que con la mayoría de razón, se busca imponer a una
conducta ilícita una sanción distinta, haciendo la
interpretación. Que ambas situaciones están prohibidas
por el principio de exacta aplicación de la ley en materia
penal, por lo que pretende demostrar si se incurre en la
imposición de penas por analogía o por mayoría de
razón, al respecto transcribió el artículo 14 constitucional

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

y refirió a la garantía de exacta aplicación de la ley y lo


que al respecto ha considerado la Primera Sala (fojas 25
a 27 del escrito de agravios). Para señalar cuáles son los
elementos del tipo penal contenido en el artículo 310, del
Código Penal para el Distrito Federal, a los cuales debía
agregarse que el beneficio sea económico (los describe
fojas 27 y 28 del escrito de agravios). Que el tipo penal
tiene los supuestos de individualización de la conducta
reprochable; que si bien dichos elementos pueden ser
motivo de interpretación en lo relativo a lo que debe
entenderse por “beneficio económico”, basta con
apoyarse en la doctrina, en los diccionarios o en el
concepto que exista en otras leyes, lo que no lo hace
inconstitucional porque sólo se estaría ante un problema
de definición; que la Constitución no exige que en el
ordenamiento secundario defina los vocablos o
locuciones, o bien sea de tal manera que cumpla con los
lineamientos y expectativas de las autoridades que las
apliquen, sin olvidar las características de la ley (cita
cuales son fojas 29 del escrito de agravios). Que la
Suprema Corte ha establecido, que la claridad de la ley
es imperativo apremiante para evitar confusión o
ambigüedades, pero que, ningún precepto constitucional
impone al legislador definir los vocablos o locuciones
utilizados, ya que las leyes no son diccionarios y dicha
exigencia haría imposible la función legislativa, de donde
resulte inoperante el argumento que dice que una norma
se aparta de la ley al no definir los vocablos. Además, los

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

artículos 94 y 72 constitucionales permiten la


interpretación a través de métodos jurídicos.
n) Que del párrafo tercero del artículo 14 constitucional se
aprecia la garantía de exacta aplicación de la ley en
materia penal, de la que derivan los principios nullun
crimen sine lege y nulla poena sine lege, los que tienen
como finalidad, proporcionar seguridad jurídica evitando
arbitrariedades. De ahí que, cualquier hecho que no esté
tipificado como delito no lo será y que la pena debe estar
expresamente señalada en la ley. Por ende, el respeto a
dicho principio de exacta aplicación, se traduce en la
imposición de penas por analogía o por mayoría de
razón. Que si en la parte segunda del artículo 310, del
Código Penal para el Distrito Federal, no se señaló
que se impondrían las penas previstas para el delito
de fraude cuando el beneficio fuera jurídico, aunque
hubiera la posibilidad de ser económico, entonces
no habría razón para imponer tales penas. Que la
analogía se aplica a un caso una regla que disciplina un
caso semejante. Que en el caso, no fue voluntad de los
legisladores, que se castigara con las penas previstas
para el delito de fraude a quien cometiera un FRAUDE
PROCESAL CON UN BENEFICIO JURÍDICO sin valor
económico alguno, o con uno que pudiera concretarse
de manera incierta en lo futuro. Que por tanto, insiste,
que la imposición de la pena por analogía implica la
aplicación de una norma que contiene una determinada
sanción penal, a un caso que no esté expresamente
castigado por la ley; que esta aplicación por analogía es

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

la que proscribe la garantía de exacta aplicación y se


violaría el principio nullun poena, nullun delictum sine
lege. Que al tener por acreditado el beneficio económico,
de manera analógica, se le impuso una pena por
mayoría de razón, al aumentarse la privativa de libertad.
o) Que el primer párrafo del artículo 16 constitucional, fue
con la finalidad de proteger al gobernado de los actos
arbitrarios de las autoridades, pues la Suprema Corte ha
establecido, que las autoridades solamente pueden
hacer lo que las leyes les permiten, además ninguna
autoridad puede dictar disposición alguna que no se
encuentre en la ley; que el requisito de fundamentación y
motivación exigido por el artículo 16 constitucional,
implica para las autoridades actuar siempre apegado a la
ley, así el primer párrafo del precepto citado, establece
condiciones que los actos de autoridad deben cumplir,
como son: a) que se exprese por escrito; b) que
provenga de autoridad competente; y c) que el
documento escrito funde y motive la causa legal del
procedimiento. En el caso reviste importancia el tercer
requisito (explica lo que debe entenderse por
fundamentación y motivación), y la resolución que se
impugna aunque aparentemente se cumplen con dichos
requisitos, de su lectura se aprecia que no se cumplen
debidamente, citó al respecto el criterio:
“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN, GARANTÍA DE”,
explica nuevamente los conceptos fundamentación y
motivación y en este último señala que no se desprende
lo relativo a la motivación, ya que al momento del

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

evento, la víctima del delito se encontraba a un lado del


vehículo particular de su propiedad y no en éste, como lo
exige la fracción III, del artículo 224, con lo que se
acredita que no está probada la calificativa.
p) Que expuesto lo anterior, el concepto de prueba tiene un
papel importante en el caso a estudio, pues los jueces y
magistrados que determinan la situación jurídica del
autor de una conducta o hecho ilícito, no se apoyan en
pruebas, sus determinaciones carecerían de la fuerza
necesaria, por lo que, es necesario distinguir entre la
prueba o medio de prueba y su valoración (define lo que
debe entenderse por prueba y cita algunos autores, así
como lo que es la valoración, fojas 37 a 41 del escrito de
agravios), a cargo de quien está realizarla, los resultados
de su valoración y precisa también cuáles pueden ser;
que la facultad es exclusiva del Juez y no de la autoridad
federal ya que ello implicaría una sustitución del primero,
citó el criterio: “PRUEBAS, APRECIACIÓN DE LAS, EN
EL AMPARO” (fojas 41 a 43 del escrito de expresión de
agravios).
q) Que aunado a lo anterior, era preciso señalar las
circunstancias agravantes que pueden ser entendidas
desde dos puntos de vista: 1. Como una forma de
clasificación de los tipos penales; y 2. Como una
clasificación de la penalidad (explica cada una fojas 43 y
44 de su escrito de agravios). Explica los tipos penales
básicos (fojas 44 a 46 del escrito de agravios).
r) Que la doctrina y la práctica jurídica han establecido que
deben cumplirse con todos los elementos que la

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

circunstancia agravante o calificativa exija para cada


caso, para ello, conviene transcribir la parte final del
párrafo primero del artículo 310, que refiere a que si el
beneficio es de carácter económico, se le impondrán las
penas previstas para el delito de fraude. Que tomando
en cuenta lo expuesto y la redacción del precepto citado,
se advierte que se trata de un tipo penal especial, pues
para integrar los elementos del tipo en dicha
fracción, debe acudirse a la primera parte de ese
párrafo (lo transcribe). Que la descripción típica que en
él se contiene se refiere al delito de FRAUDE
PROCESAL, el cual está previsto en su forma
fundamental o básica, pues para tener por acreditado el
mismo, no depende de ningún otro. Que para precisar
los alcances de la parte final de ese primer párrafo, es
necesario analizarlo en su conjunto. Así, atendiendo al
tipo básico con el que se relaciona, se establece un tipo
penal especial conforme al cual se entiende que comete
el delito de FRAUDE PROCESAL, la persona que para
obtener un beneficio y ECONÓMICO INDEBIDO PARA
ASÍ O PARA OTRO, simule un acto jurídico, un acto o
escrito judicial o altere elementos de prueba y los
presente en juicio o realice cualquier otro acto tendiente
a inducir a error a la autoridad judicial o administrativa,
con el fin de obtener sentencia, resolución o acto
administrativo contrario a la ley. Que en el supuesto
analizado, se advierte se trata de un delito de FRAUDE
PROCESAL agravado, cuya calificativa, cuando el
beneficio obtenido sea económico. Luego, se trata de un

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

FRAUDE PROCESAL AGRAVADO que tiene lugar


cuando concurren las siguientes particularidades (vuelve
a repetir el contenido del artículo).
s) Que el bien jurídico protegido en el caso a estudio,
según el legislador, es el patrimonio, además de la
correcta administración de justicia tutelado por el tipo
básico, de esta manera, es posible establecer que el tipo
penal especial de la primera parte, tutela como bien
jurídico, la correcta administración de justicia y el
patrimonio cuando el delito de FRAUDE PROCESAL se
ejecute obteniendo un beneficio económico. Que lo que
procede ahora, es analizar lo que debe entenderse por
BENEFICIO ECONÓMICO (da algunas definiciones de
lo que debe entenderse por beneficio económico), toda
vez que, el Código Penal, Procesal Penal, la Ley de
Amparo, la Constitución y los Tratados Internacionales,
lo definen. Que el recurrente manifiesta que obtuvo
un beneficio el cual consistió en que a lo largo del juicio,
el juzgador determinara que el demandante careciera de
legitimación activa, pero tal resolución no constituye una
utilidad o ganancia que pueda integrarse a la riqueza de
su persona, pues no es una utilidad cuantificable de
manera económica, medible en dinero; tampoco es una
ganancia desde el punto de vista económico, pues no se
incrementó su peculio ni es más rico ni es menos pobre.
Que de lo anterior, se aprecia por demás clara y
transparente que al realizar el acto ante la autoridad
judicial que se le atribuye al exhibir y ratificar un
documento apócrifo para inducir al juez natural y

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

declarar que el demandante no tenía legitimación activa


en el juicio de terminación de contrato de comodato, no
obtuvo una utilidad o ganancia que se agregara al
conjunto de bienes que integran la riqueza de su
persona, pues no constituye un bien que pueda vender o
disfrutar como dueño, ni tampoco es un objeto preciso
que pueda transformarse en dinero o beneficio
cuantificable pecuniariamente. De lo que resulta más
que suficiente para determinar que los hechos que se le
atribuyen no obtuvo ni ha obtenido un beneficio
económico, por el contrario, ha erogado dinero tanto en
el juicio, como en sus consecuencias sin permitirle
desempeñar sus actividades laborables al estar privado
de su libertad y sufriendo los perjuicios patrimoniales por
estar en el “hotel más caro de México”. Que como se
advierte de las constancias de autos, como
consecuencia de la conducta errónea en la que se vio
involucrado, no obtuvo un lucro, menos indebido, o sea
el enriquecimiento para sí o para otro, pues de ser así,
no estaríamos en presencia de un delito de resultado
formal, sino de uno instantáneo con resultado material y
como consecuencia de la obtención de lucro indebido,
necesariamente tenía que existir un perjuicio en el
patrimonio del pasivo, que en el caso, se estableció
como tal a la sociedad. Que lo anterior, se comprueba
con los veintiún elementos demostrativos que
consideró la autoridad de amparo para tener por
acreditado los elementos del tipo penal del delito de
FRAUDE PROCESAL (describe esos elementos fojas

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

51 y 52 del escrito de agravios). Que además, el Tribunal


Colegiado omitió hacer la apreciación directa de las
pruebas existentes en los autos y no limitarse a afirmar
que con motivo de los hechos obtuvo un beneficio
económico sin expresar un razonamiento lógico-jurídico
que evidencié cuáles fueron esos razonamientos y en
qué consistieron para determinar que se encontraba
acreditada la agravante prevista en la segunda parte del
artículo 310, del Código Penal para el Distrito Federal,
sin precisar el por qué se llegó a la convicción y
adecuación de la ley aplicable; ni la apreciación de los
hechos, así como tampoco la forma en cómo verificó,
observó y valoró el a quo las pruebas y el legal
desarrollo del procedimiento, sino que debió hacerlo
constar en vía de amparo, para cumplir cabalmente con
el objeto jurídico que es el de examinar si la resolución
es Constitucional, respetando los derechos humanos
consagrados en la Carta Magna, sin violar algún derecho
público subjetivo, violando sus garantías individuales y
ejercer el arbitrio judicial sin apego a la Constitución,
Tratados y Leyes que de ella emanen y los Derechos
Humanos contenidos en el párrafo tercero del artículo 14
constitucional.
t) Que lo anterior era así porque el artículo 107
constitucional, impone al tribunal de amparo, la
obligación de resolver los agravios que se hagan valer
por las partes recurrentes y que al dictar la resolución,
debe examinar que los motivos y fundamentos que la
sustenten, estén debidamente adecuados a la ley, a la

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Constitución, a los Tratados Internacionales y a la


jurisprudencia aplicable, ya que así se entendería
cumplida la obligación de suplir la queja deficiente o su
omisión cuando se trate del acusado o de su defensor;
Que el juez de amparo, no dio cabal cumplimiento a las
normas procesales, por lo que la sentencia impugnada
es violatoria de sus derechos humanos y de las
garantías que consagra la Constitución; que el objeto del
amparo es un medio de control de legalidad y de vigilar
la constitucionalidad de los actos, y precisa que consiste
en “ESTUDIAR LA LEGALIDAD DE LA RESOLUCIÓN
IMPUGNADA”, revisando en su integridad los medios de
prueba existentes en la causa penal, en la que el a quo
tuvo por integrado el delito y sus agravantes,
considerándolos aptos para tener por acreditada la plena
responsabilidad penal y establecer en qué consistió la
conducta que configuró dicho ilícito y sus calificativas, lo
que debió hacer en función del examen de pruebas
existentes en autos (fojas 53 y 54 del escrito de
agravios).
u) Que de la lectura de la sentencia impugnada, se
constata que el Tribunal responsable incumplió las
obligaciones procesales señaladas, infringiendo los
preceptos legales ya citados, por lo tanto, procede se le
conceda la protección constitucional, para el efecto de
que la responsable deje insubsistente dicha sentencia y
en su lugar, dicte otra en la que se subsanen las
violaciones de fondo, en la inteligencia de que no podrá
agravarse su situación jurídica cuando el quejoso

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

promovió el juicio de amparo; agrega que no se le


condenó en ninguna de las instancias, ni al negársele el
amparo por la REPARACIÓN DEL DAÑO (transcribe la
parte considerativa fojas 54 y 55 del escrito de agravios).
v) Que en lo referente a la individualización de la pena,
señaló la autoridad de amparo “Que la magnitud del
daño causado al bien jurídico en el delito de FRAUDE
PROCESAL, se considera de entidad mínima ya que
si bien se vulneró con la acción del acusado … que el
mismo sólo trajo aparejada una consecuencia formal
no material, por tratarse en la especie de un delito de
peligro, es decir, que no requiere un resultado
específico, sino sólo que se desplegué la actividad
con los propósitos a fines que describe el tipio
penal” (fojas 112 de la resolución impugnada); sin que se
deba pasar por alto que para establecer la existencia de
un beneficio económico, la resolución impugnada o la de
primera o segunda instancia, tendrían que haber
acreditado ese aspecto, haciendo la relación y
valoración de las pruebas, sin olvidar que en algunas
entidades federativas para la configuración del delito de
FRAUDE PROCESAL, se requiere la acreditación del
beneficio económico y no puede ser menos exigible en
la legislación del Distrito Federal, citó la tesis de rubro:
“FRAUDE PROCESAL, REPARACIÓN DEL DAÑO EN
EL DELITO DE. NO PROCEDE CUANDO NO SE
ACREDITA QUE SE OCASIONÓ UN DAÑO
ECONÓMICO AL SUJETO PASIVO (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE CHIHUAHUA) (se transcribe).Que de todo

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

lo anterior, la autoridad de amparo le ocasiona como


primer agravio, al resolver sobre la agravante de
BENEFICIO ECONÓMICO, prevista en el segundo
párrafo del artículo 310 del Código Penal para el Distrito
Federal, ya que interpretó erróneamente las garantías
contenidas en el párrafo tercero del artículo 14
Constitucional aplicando inexactamente la ley
sustantiva y adjetiva, (artículos 310 ya citado, 246 y 255
del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal), IMPONIÉNDOLE ANALÓGICAMENTE una
pena no prevista para los hechos del tipo penal o
agravante que no se encuentra acreditada con el
material probatorio que consta en los autos (artículo
230, fracción V, del Código Penal); violando sus derechos
humanos y sus garantías individuales previstos en la
Constitución; vulnerándose los principios de legalidad
previsto en los artículos 2° del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, 14 y
16 Constitucionales; tipicidad previsto en el artículo
1° del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal; exacta aplicación de la ley penal
señalado en el artículo 14, párrafo segundo
constitucional; prohibición de aplicar analógicamente
la ley penal en perjuicio de persona alguna, previsto
en el artículo 2° del Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal y artículo 14 párrafo
segundo constitucional, relativo al principio de
fundamentación y motivación, previsto en el párrafo
primero del artículo 16 constitucional y los principios

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

de seguridad jurídica e in dubio pro reo, defensa,


adecuada defensa e igualdad.
En el apartado segundo de sus agravios expresó lo
siguiente.

a) Que en su resolución el Tribunal Colegiado,


indebidamente resolvió que se acreditaron los elementos
del tipo penal del delito de FRAUDE PROCESAL
(transcribe la parte relativa), apreciándose que de manera
ilegal y contrario a los preceptos de la Constitución, a los
Tratados Internacionales, a la Jurisprudencia y principios
contenidos en la leyes penales sustantiva y adjetiva y la
doctrina, pues pasó por alto que conforme a la
clasificación de los tipos penales pueden ser básicos y
derivados (calificados o agravados y privilegiados o
atenuados), por lo que interpretó incorrectamente el
párrafo tercero del artículo 14 constitucional, relativo a la
exacta aplicación de la ley.
Que si pretende acreditar un tipo básico, no habría razón
para invocar agravantes, y si se pretende acreditar un tipo
penal derivado, tendría que señalarse si es atenuado o
agravado, pues la autoridad de segunda instancia lo
omitió, esto es, acreditar los elementos del FRAUDE
PROCESAL AGRAVADO, o se excedió en relación con el
fraude procesal al agregarle la agravante.

b) Explica lo que el principio de legalidad y tipicidad obligan


a hacer a la autoridad, aplicar con exactitud la ley penal,
para no infringir el principio de seguridad jurídica; que no
sólo deben ceñirse al derecho adjetivo sino a la teoría del
45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

delito, ya que si se inició el estudio por fraude procesal


porqué incluyó agravantes que no prevé el tipo penal
y si pretendió acreditar un delito agravado porque fue
omiso en señala cuál era. Que lo anterior, deriva en una
sentencia contradictoria y oscura, ya que inició con un
tipo penal básico y término con uno derivado, violando el
artículo 20 constitucional, por lo que se traduce en una
invención de una conducta no prevista en la ley
infringiendo con ello la garantía de exacta aplicación de la
ley penal.
Que lo anterior es lo que constituye el agravio, pues inicia
el estudio con el fraude procesal y agrega la agravante
del beneficio económico, que no está previsto en el tipo
básico, violando con ello el principio de exacta aplicación
de la ley, sus derechos humanos y garantías individuales,
previstos en la Constitución, los Tratados Internacionales
y por ende violando los principios de legalidad, tipicidad y
exacta aplicación de la ley, el de analogía,
fundamentación y motivación, seguridad jurídica e in
dubio pro reo, defensa y defensa adecuada e igualdad.

En el apartado tercero de sus agravios expresó lo


siguiente.

a) Que le causa agravios la determinación del Tribunal


Colegiado, al establecer que se integraron los dos
diversos delitos de FRAUDE PROCESAL (transcribe la
parte relativa de la sentencia del Tribunal Colegiado), de
donde se aprecia que la conducta que injustamente se le

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

atribuye al quejoso CONFIGURA DOS DELITOS DE


FRAUDE PROCESAL, lo que es indebido, ello demuestra
el abuso de autoridad, pues debió aplicar la ley
exactamente aplicable y no violar los derechos humanos
de un indefenso trabajador.
b) Que al señalar, que se acreditan los dos diversos
delitos de fraude procesal ello constituye el tercer agravio,
ya que inventa terminología y antijuridicidad de dos
diversos delitos de fraude procesal con el fin de
perjudicarlo, lo que incumple con las formalidades del
procedimiento, ni con lo que señala la teoría del delito,
por ende interpreta mal la Constitución y la Ley
sustantiva, así como los Tratados Internacionales y los
principios a los que ha hecho mención.

En el apartado cuarto de sus agravios expresó lo


siguiente.

a) Que le causa agravio lo relativo a la individualización de la


pena, al imponerle la prevista en la fracción V, del artículo
230 del Código Penal, lo anterior porque incurre en una
carencia de sindéresis y constituye una doble violación de
garantías, al punir una conducta con una sanción no
prevista para ella, teniendo por acreditada otra en la que
no se demostraron todos los elementos del tipo penal.
Que por ello, debe concederse el amparo para que se dicte
nueva resolución, congruente con la acusación, así, el fallo
daría una ventaja indebida al órgano de acusación, y en
perjuicio del inculpado, porque conllevaría la responsabilidad
de que estimándolo responsable del delito de FRAUDE
47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

PROCESAL AGRAVADO, se le condenará por ello y se le


aplicará una pena que no le corresponde. Que por ello el
Tribunal Colegiado, aplicó incorrectamente los preceptos de
la Constitución, los Tratados Internacionales y los principios
ya mencionados, pues si no se encontró acreditado el
beneficio económico, no es posible aplicar una pena cuando
no está prevista para dicho supuesto. Pasando por alto los
derechos humanos y el artículo 14 constitucional, por lo que
no es posible aplicar una pena cuando no está acreditada la
agravante o calificativa a que se refiere el artículo 310, del
Código Penal. Razón por la cual no se debió imponer la
pena del artículo 230, fracción V del Código Penal, pues ella
sólo es aplicable para el delito de FRAUDE PROCESAL
AGRAVADO y en el caso solamente está acreditado el de
FRAUDE PROCESAL y ese es el agravio que se le
ocasiona, aplica una pena que no es exactamente
aplicable al caso, por ende aplicó e interpretó
incorrectamente el artículo 14 constitucional y la ley
sustantiva, pues se valoraron indebidamente las pruebas,
por lo que no motivó correctamente las pruebas, violando
sus derechos humanos y sus garantías individuales y los
principios ya mencionados.

QUINTO. Los agravios propuestos por el recurrente son


inoperantes en parte y en otra infundados.

Son inoperantes los agravios propuestos en el apartado


primero en cuanto señala que no está acreditado el delito de
fraude procesal; que no se hizo un adecuado análisis de las

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

pruebas precisando qué pruebas; que además la resolución no se


encuentra fundada y motivada, ya que es dogmática; que sólo
debieron tener por acreditado el beneficio económico del sujeto
activo, obtenga un lucro indebido o se haga ilícitamente de una
cosa; que en el caso, se tuvo por acreditado el beneficio
económico, ya que sin saber presentó un documento que era
apócrifo, copia certificada del contrato de cesión de derechos
precisando lo que ocurrió en el proceso penal y señalando que se
valoró de manera superficial el material probatorio; refirió al
principio de legalidad pues impide que el poder judicial a través
de la analogía configuren libremente delitos, calificativas o
agravantes y penas, ya que exige que todo acto debe estar
debidamente fundado y motivado; que dicho principio remite al
principio de reserva de ley y de tipicidad, explicó cada uno de
ellos (fojas 38 y 39 del proyecto); que la resolución impugnada
carece de fundamentación y motivación inciso o) fojas 45 del
proyecto; explicó el concepto de prueba inciso p); refirió a las
circunstancias agravantes inciso q); que el tipo penal previsto en
el artículo 310, del Código Penal para el Distrito Federal, es un
tipo especial y que la obtención de un beneficio económico lo
convierte en un FRAUDE PROCESAL AGRAVADO y explica
cuando se dá inciso r); en el inciso s), explica cuál es el bien
jurídico protegido y explica a su juicio el beneficio que obtuvo,
siendo que en el caso no obtuvo un beneficio económico ni un
lucro; que insiste en que la resolución carece de la
fundamentación y motivación incisos t) y u).

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

En el apartado tercero de sus agravios refiere a que


indebidamente el Tribunal Colegiado estimó acreditados los dos
delitos de fraude procesal.

Ahora bien todos estos argumentos expuestos a lo largo del


primer apartado de agravios y el tercero, como se aprecia,
claramente son aspectos de mera legalidad, que no son
competencia de esta Primera Sala, y por lo mismo son
inoperantes.

Al caso es aplicable la jurisprudencia de esta Primera Sala


cuyos datos, rubro y contenido son los siguientes:

Novena Época
Registro: 172328
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXV, Mayo de 2007
Materia(s): Común
Tesis: 1a./J. 56/2007
Página: 730

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. SON


INOPERANTES LOS AGRAVIOS QUE ADUZCAN
CUESTIONES DE MERA LEGALIDAD. Conforme a
los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y 83,
fracción V, de la Ley de Amparo, relativos al
recurso de revisión en amparo directo, es
competencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en esta instancia el estudio de cuestiones
propiamente constitucionales. Por tanto, si se
plantean tanto agravios sobre constitucionalidad
de normas generales o de interpretación directa de
preceptos de la Constitución, como argumentos de
mera legalidad, éstos deben desestimarse por
inoperantes.”.
50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Por otra parte, lo infundado de sus agravios deviene


porque esta Primera Sala, advierte que el planteamiento de
inconstitucionalidad propuesto ante el Tribunal Colegiado en
esencia fue en el sentido de que se violan los principios de exacta
aplicación de la ley penal y el de legalidad, porque al describirse
la conducta, el legislador empleó vocablos ambiguos e
indeterminados que impiden conocer con claridad y precisión la
conducta concreta provocando inseguridad jurídica; la redacción
de la frase “realice cualquier otro acto”, su amplitud no permite
ubicarlo en un hacer específico, y si bien es un acto positivo no le
permite conocer la conducta que se prohíbe; lo mismo acontece
con el vocablo “acto”.

Este planteamiento el Tribunal Colegiado lo analizó y


concluyó, que era constitucional el precepto en cuestión, artículo
310, del Código Penal para el Distrito Federal, conclusión que
esta Primera Sala, estima es correcta como enseguida se explica.

A fin de poner de manifiesto lo anterior es menester en


primer lugar precisar el significado, el alcance y el sentido de la
garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal.

La citada prerrogativa se encuentra contemplada en el


artículo 14, tercer párrafo, de la Constitución Federal en los
términos siguientes:

“ARTÍCULO 14.- (…) En los juicios del orden


criminal queda prohibido imponer, por simple
analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

que no esté decretada por “una ley exactamente


aplicable al delito de que se trata. (…)”

De conformidad con el texto reproducido de esa norma


constitucional, la citada garantía consiste, en que cualquier pena
que se imponga por la comisión de un delito, debe estar incluida
en la ley que sea aplicable, y señalarse con precisión la
descripción del tipo penal y la sanción que corresponda
estrictamente al delito de que se trate, a fin de que no sea
sancionado el inculpado por razón de semejanzas legales, por
analogía ni por mayoría de razón, como lo confirma la siguiente
tesis:

“PENAS. Como el derecho penal es de aplicación


estricta, las penas no pueden aplicarse por analogía
ni por mayoría de razón”.
Quinta Época, Instancia: Primera Sala, Semanario
Judicial de la Federación, Tomo: XXVIII, Página: 276

Es decir, del texto transcrito se advierte, que el principio de


legalidad impone bajo el derecho fundamental de exacta
aplicación de la ley en materia penal (legalidad), la protección del
inculpado para que en el juicio penal que se le siga no le sea
impuesta, por analogía o por mayoría de razón, pena que no
establezca la ley para la conducta que se ha cometido.

Este derecho constitucionalmente protegido exige, que la


materia de la prohibición contenida en los tipos penales deba ser
precisa y no contener ambigüedades; de tal suerte que se
advierta cuál es la conducta sancionable para que el particular no
quede sujeto a la discrecionalidad del juzgador al aplicar la ley.

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La exacta aplicación de la ley en materia penal, contenida en


el tercer párrafo del artículo invocado, deriva de los principios
nullum crimen sine lege y nulla poena sine lege, que son
aceptados y recogidos en nuestra Carta Magna, al igual que en el
contexto internacional de protección de derechos humanos, con el
objeto de dar seguridad jurídica a los gobernados y evitar
arbitrariedades gubernamentales.

Por virtud de dichos principios, cualquier hecho que no esté


señalado por la ley como delito, no podrá tildarse de delictuoso y
por tanto, no es susceptible de acarrear la imposición de una
pena; y, por otra parte, para todo hecho catalogado como delito, la
ley debe prever expresamente la pena que le corresponda.

Este requisito de aplicación exacta de la ley penal, se


traduce en la tipificación previa de la conducta o hecho que se
reputen como ilícitos y que el señalamiento de las sanciones,
también estén consignados con anterioridad al comportamiento
incriminatorio.

La imposición por analogía de una pena, implica también, la


aplicación por analogía de una norma que contiene una
determinada sanción penal, a un caso que no está expresamente
castigado por ésta. Esta imposición y aplicación por analogía, es
la que proscribe el derecho fundamental de exacta aplicación de
la ley penal, ya que la pena que se pretendiera imponer al hecho
no penado en la ley, no tendría una existencia legal previa,
violándose con ello el principio nullum poena, nullum delictum
sine lege.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Asimismo, cabe señalar, que el significado y el alcance de


dicha garantía, no se limita a constreñir a la autoridad
jurisdiccional a que se abstenga de imponer por simple analogía o
por mayoría de razón pena alguna, que no esté decretada por
una ley exactamente aplicable al hecho delictivo de que se trata,
según se detalla a continuación:

La garantía de referencia va más allá, pues también obliga a


la autoridad legislativa a emitir normas claras en las que se
precise la conducta reprochable y la consecuencia jurídica de la
comisión de un ilícito penal, a fin de que la pena se aplique con
estricta objetividad y justicia; que no se desvíe ese fin con una
actuación arbitraria del juzgador, ni se cause un estado de
incertidumbre jurídica al gobernado a quien se le aplique la
norma, con el desconocimiento de la conducta que constituya el
ilícito penal, así como de la duración mínima y máxima de
determinada sanción, por falta de disposición legal expresa.

Es decir, la garantía constitucional de exacta aplicación de la


ley en materia penal, se traduce en la prohibición de la imposición
de penas por analogía o por mayoría de razón, tal y como lo
prescribe el párrafo tercero del artículo 14 de nuestra Carta
Magna.

Por consiguiente, el requisito de aplicación exacta de la ley


penal se actualiza en la tipificación previa de la conducta o hecho
que se reputen como ilícitos y que el señalamiento de las

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

sanciones también esté consignado al comportamiento


incriminatorio.

Por lo tanto, el precepto constitucional antes precisado al


referirse a la analogía, la misma se sustenta en la razón de que,
cuando la ley quiere castigar una conducta concreta la describe
en su texto, por ende, los casos ausentes no lo están, no sólo
porque no se hayan previsto como delitos, sino que se supone
que la ley no quiere sancionarlos.

En consecuencia, la analogía consiste en la decisión de un


caso penal no contenido por la ley, apoyándose en el espíritu
latente de ésta y en la semejanza del caso planteado con otro que
la ley ha definido en su texto. En la analogía se aplica a un caso
concreto una regla que disciplina un caso semejante.

Efectivamente, el procedimiento analógico, trata de


determinar una voluntad inexistente en la ley y que el legislador, si
hubiere podido tener en cuenta la situación que el Juez debe
juzgar, lo hubiere manifestado en la ley.

Igualmente, es conveniente precisar que el principio de


legalidad en materia penal, no sólo obliga al legislador a declarar
que un hecho es delictivo, sino también a describir con claridad y
precisión el hecho o la conducta que se considera ilícito penal;
esta descripción no es otra cosa que el tipo penal, el cual debe
estar claramente formulado. Lo anterior es así, porque la máxima
“nullum crimen sine lege” comprende necesariamente la
preconcepción de las figuras típicas, ya que no puede ser

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

respetado si previamente no existe una delimitación del


contenido, esencia, alcance y límites de los tipos penales.

Las figuras típicas positivizadas, son las que delimitan los


hechos punibles, razón por la que, en las descripciones del injusto
que acotan y recogen, el legislador debe armonizar la seguridad
jurídica y la tutela de los intereses vitales que hacen posible la
justicia y la paz social, para lo cual puede integrar aquéllas con
elementos externos, subjetivos y normativos inherentes a las
conductas antijurídicas; que de realizarse funden los juicios de
reproche sobre sus autores y la imposición de penas, previa y
especialmente establecidas, por tanto, el tipo penal es un
instrumento legal necesario que es de naturaleza
predominantemente descriptiva, cuya función es la
individualización de conductas humanas penalmente
sancionables.

Lo anterior encuentra apoyo en la tesis del Pleno de este


Alto Tribunal, que es de tenor literal siguiente:

“EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA


PENAL, GARANTÍA DE. SU CONTENIDO Y ALCANCE
ABARCA TAMBIÉN A LA LEY MISMA. La
interpretación del tercer párrafo del artículo 14
constitucional, que prevé como garantía la exacta
aplicación de la ley en materia penal, no se
circunscribe a los meros actos de aplicación, sino
que abarca también a la propia ley que se aplica, la
que debe estar redactada de tal forma, que los
términos mediante los cuales especifique los
elementos respectivos sean claros, precisos y
exactos. La autoridad legislativa no puede
sustraerse al deber de consignar en las leyes
penales que expida, expresiones y conceptos claros,
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

precisos y exactos, al prever las penas y describir


las conductas que señalen como típicas, incluyendo
todos sus elementos, características, condiciones,
términos y plazos, cuando ello sea necesario para
evitar confusiones en su aplicación o demérito en la
defensa del procesado. Por tanto, la ley que carezca
de tales requisitos de certeza, resulta violatoria de la
garantía indicada prevista en el artículo 14 de la
Constitución General de la República”.

Tesis aislada número P. IX/95, establecida por el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, Novena Época,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo I, mayo de 1995, página 82.

En el caso, el artículo 310, del Código Penal para el


Distrito Federal establece:

“Al que para obtener un beneficio indebido para sí


o para otro, simule un acto jurídico, un acto o
escrito judicial o altere elementos de prueba y los
presente en juicio, o realice cualquier otro acto
tendiente a inducir a error a la autoridad judicial o
administrativa, con el fin de obtener sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley,
se le impondrán de seis meses a seis años de
prisión y de cincuenta a doscientos cincuenta días
multa. Si el beneficio es de carácter económico, se
impondrán las penas previstas para el delito de
fraude.

Este delito se perseguirá por querella, salvo que la


cuantía o monto exceda de cinco mil veces el
salario mínimo general vigente en el Distrito
Federal, al momento de realizarse el hecho.”

De la transcripción anterior, se obtiene que el tipo penal


previsto en el artículo 310, del Código Penal invocado describe las
siguientes conductas: 1) La simulación de un acto jurídico, 2) La
simulación de un acto o escrito judicial; 3) La alteración de

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

elementos de prueba y los presente en un juicio; y, 4) La


realización de cualquier otro acto que induzca a error a la
autoridad judicial o administrativa con el fin de obtener sentencia,
resolución o acto administrativo contrario a la ley.

De dicha descripción típica, se advierte que el legislador


agregó la letra “o”, la cual representa una conjunción disyuntiva
que indica exclusión, alternativa o contraposición entre las
oraciones o términos que relaciona, es decir, el artículo en estudio
describe un tipo penal alternativo, basado en tres hipótesis
legales, por lo que la circunstancia de que se analicen los
presupuestos de la última parte de dicho numeral, no rige
necesariamente para las demás, por tratarse de circunstancias
diferentes, las reguladas en una y en las otras; de ahí que en el
presente estudio únicamente se analizará la hipótesis legal
consistente en realizar cualquier otro acto tendiente a inducir a
error a la autoridad judicial o administrativa con el fin de obtener
sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley.

Una vez precisado lo anterior es oportuno plasmar los


elementos que integran el delito en análisis:

a) La existencia de una conducta consistente en una acción


con la que cualquier persona (el tipo penal no requiere una
calidad específica del sujeto activo) realice cualquier acto que
induzca a error a la autoridad judicial o administrativa, con el fin
de obtener sentencia contraria a la ley.

b) Asimismo, contiene el elemento subjetivo, que es la


intención o el ánimo que tuvo el sujeto activo, en la realización del
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ilícito, es decir, atiende a circunstancias que se dan en el mundo


interno, en la psique del autor. En el presente caso, la acción se
exterioriza por el sujeto activo en forma dolosa, con conocimiento
de la prohibición del resultado vulnerador de la norma jurídica, de
tal manera que realice cualquier acto que induzca a error a la
autoridad judicial o administrativa con plena voluntad de la
realización de una conducta que es contraria a derecho.
Adicionalmente la norma penal analizada exige la concurrencia de
una intención concreta del actor, que se identifica como el
elemento subjetivo específico diverso del dolo, que consiste en un
ánimo o propósito concreto del sujeto activo al concretar la acción
delictiva.

c) El tipo penal en cuestión, exige que el actuar ilícito tenga


el propósito de obtener una resolución jurisdiccional que implique
la producción de un perjuicio o beneficio de alguien.

d) Igualmente, acorde a la descriptiva normativa, para el


acreditamiento del tipo penal, se requiere que se colmen
determinados elementos normativos, como presupuestos del
entendimiento de la conducta tipificada y la adecuación al caso
concreto, cuya connotación es de carácter:

a) Cultural: cualquier acto que induzca a error;


b) Jurídico: actos jurídicos, elementos de prueba y
resolución jurisdiccional.
c) Por otra parte, la realización de la acción típica es la
causa generadora del resultado vulnerante del bien
jurídico afectado.

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d) En cuanto al objeto material, es aquél sobre lo que


recaen las acciones concretas del tipo penal, consistente
en cualquier acto que induzca a error a la autoridad
judicial, componentes de la conducta ilícita, en el caso,
son los actos jurídicos y los elementos de prueba, para
obtener una resolución jurisdiccional que lesiona el bien
jurídico de la administración de justicia.
e) Un resultado formal, producido por el sujeto activo, que se
actualiza al realizar actos tendientes a inducir a error a la
autoridad administrativa o judicial, pues dicha conducta se
encuentra descrita en el ordenamiento punitivo, por lo que
con su acción el activo se colocó en la descripción típica
que contiene la norma, afectando valores jurídicos
intangibles, pero existentes en el convivir cotidiano de la
colectividad (la administración de justicia).
f) Un nexo o relación de atribuibilidad entre la conducta del
sujeto activo y la producción del resultado anotado.
g) Por lo que respecta al bien jurídico que protege, es la
correcta administración de justicia.
h) También establece una pena específica que consiste en
seis meses a seis años de prisión y de cincuenta a
doscientos cincuenta días multa, si el beneficio no es de
carácter económico. En cambio si el beneficio es de
carácter económico se le impondrán las penas previstas
para el delito de fraude.

Con apoyo en el desglose de los anteriores elementos se


está en posibilidad de establecer que el delito que se denomina
fraude procesal -en la hipótesis de “cualquier acto que induzca a

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

error a la autoridad judicial o administrativa con el fin de obtener


una sentencia o resolución contraria a la ley”-, es clara y precisa
ya que en la misma se contienen todos los elementos necesarios
para su acreditación, con lo que se dota de certeza jurídica a los
gobernados, en la medida de que tienen la posibilidad de conocer
de manera específica la conducta que pretendió prohibir el
legislador con la creación de dicho tipo penal, o entendido a
contrario sensu, que de realizarse la conducta prohibida en dicha
hipótesis legal, se considerará como delictiva esa acción, con la
consecuente sanción que le corresponda.

En consecuencia, el ilícito penal que se estudia, se


encuentra integrado por todos los elementos necesarios para que
el delito de fraude procesal, en la hipótesis a estudio, pueda
configurarse.

En ese orden de ideas, resultan carentes de razón los


argumentos que expone el quejoso, ya que la redacción del
artículo 310, del Código Penal para el Distrito Federal,
específicamente en las palabras “…realice cualquier acto…”, de
ninguna manera puede estimarse como atentatoria de lo
dispuesto por el párrafo tercero, del numeral 14, de nuestra
Constitución.

Esto es así, en virtud de que toda ley aplicable a una


persona en una causa criminal, debe ser exactamente al delito de
que se trata, por lo que ese principio no se transgrede cuando el
legislador crea una norma y no establece de antemano todas las
posibles combinaciones de circunstancias futuras, pues en ese

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

sentido, es legal y acertado que emplee conceptos jurídicos


“indeterminados” (como los sujetos a análisis “…realice cualquier
otro acto…”), como un aspecto propio y natural del lenguaje, cuya
abstracción adquiere un sentido cuando se contextualiza en las
circunstancias específicas de los casos concretos, ya que las
condiciones de aplicación no pueden estar previstas en todas las
direcciones posibles, porque la solución de un asunto concreto
depende justamente de la apreciación particular de las
circunstancias que a él concurran.

Sin que lo expuesto, implique que una norma se torne


insegura o que deje a criterio de las autoridades administrativas o
judiciales (encargadas de aplicarla), la facultad de dictar
libremente o incluso, arbitrariamente, la resolución que
corresponda, como lo expone el quejoso, dado que en todos los
casos, esa función de aplicación de la norma está sometida al
control de prerrogativas de fundamentación y motivación,
conforme al numeral 16, de la Carta Magna, que preside el
desarrollo no sólo de las facultades regladas o discrecionales,
sino también de aquéllas en que ha de hacerse uso del arbitrio.

Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 1/2006,


emitida por esta Primera Sala, cuyo rubro y texto son los
siguientes:

“LEYES. SU INCONSTITUCIONALIDAD NO
DEPENDE DE QUE ESTABLEZCAN CONCEPTOS
INDETERMINADOS. Los conceptos jurídicos no
escapan a la indeterminación que es propia y
natural del lenguaje, cuya abstracción adquiere un
sentido preciso cuando se contextualizan en las
circunstancias específicas de los casos concretos.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

En estos casos el legislador, por no ser


omnisciente y desconocer de antemano todas las
combinaciones y circunstancias futuras de
aplicación, se ve en la necesidad de emplear
conceptos jurídicos indeterminados cuyas
condiciones de aplicación no pueden preverse en
todo su alcance posible porque la solución de un
asunto concreto depende justamente de la
apreciación particular de las circunstancias que en
él concurran, lo cual no significa que
necesariamente la norma se torne insegura o
inconstitucional, ni que la autoridad tenga la
facultad de dictar arbitrariamente la resolución que
corresponda pues, en todo caso, el ejercicio de la
función administrativa está sometido al control de
las garantías de fundamentación.”
Registro 175902, Novena Época, Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, XXIII, Febrero de 2006, Página:
357, Tesis: 1a./J. 1/2006, Jurisprudencia, Materia(s):
Constitucional.

En tal virtud, es claro que no le asiste la razón al peticionario


de amparo cuando califica a la norma que se estudia como
inconstitucional por contener vocablos “indeterminados”, como
tampoco que incorpore dentro de su decisión el término
“cuestiones falsas”, pues como quedó expuesto, no es posible
obligar al legislador a describir casuísticamente todas y cada una
de las conductas que deben ser sancionadas; esto se patentiza
aún más, al advertirse de dicho tipo penal a estudio, que la
intención del legislativo fue la de proteger el “buen desarrollo de
la administración de justicia”, donde se exige que las actuaciones
derivadas del procedimiento judicial o administrativo estén
apegadas a las normas vigentes en tiempo y espacio y se
resuelva a favor de quien legalmente le asista la razón.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Luego entonces, si el sujeto activo realiza cualquier acto


tendiente a inducir a error a las autoridades judiciales o
administrativas, para que se pronuncie de determinada forma,
con lo cual se derive un beneficio indebido para sí, es claro que
tales actos procesales son, por sí mismos, suficientes para que
se configure el delito de fraude procesal.
En ese sentido, se concluye que la locución: “realice
cualquier acto tendiente”, debe conjuntarse con el vocablo:
“tendiente a inducir a error a la autoridad judicial o administrativa,
con el fin de obtener sentencia, resolución o acto administrativo
contrario a la ley”, pues basta que ese “acto” o “acción”
-obviamente ilícito- desplegado por el activo, esté encaminado a
producir el efecto (inducir al error a la autoridad judicial o
administrativa con el fin citado) para que se realice la hipótesis
contenida en la norma, y cuya adecuación como ya se dijo
deberá estar sometida al control de las prerrogativas de
fundamentación y motivación, conforme al contenido del artículo
16 Constitucional, con lo que además se cumple con los
principios de “taxatividad” y legalidad en materia penal, así como
la exacta aplicación de la ley, tutelados en el párrafo tercero del
diverso numeral 14 de la misma norma suprema; por lo que el
arábigo 310, del Código Penal invocado en el supuesto a estudio,
a juicio de esta Primera Sala, es constitucional, al apegarse al
marco normativo fundamental.

Es aplicable a lo expuesto el criterio sustentado en la tesis


de esta Primera Sala CCXXXV/2012 (10a) que es del tenor literal
siguiente:

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

“FRAUDE PROCESAL. EL ARTÍCULO 310 DEL


CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, EN
SU HIPÓTESIS CONSISTENTE EN REALIZAR
CUALQUIER OTRO ACTO TENDIENTE A INDUCIR A
ERROR A LA AUTORIDAD JUDICIAL O
ADMINISTRATIVA, CON EL FIN DE OBTENER
SENTENCIA, RESOLUCIÓN O ACTO
ADMINISTRATIVO CONTRARIO A LA LEY, NO
INFRINGE EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD ESTRICTA
O TAXATIVIDAD QUE RIGE PARA LA TIPICIDAD EN
MATERIA PENAL. La hipótesis referida del delito de
fraude procesal previsto en el artículo 310 citado, es
clara y precisa, ya que contiene todos los
elementos necesarios para acreditarla, con lo que
se dota de certeza jurídica a los gobernados en la
medida en que pueden conocer de manera
específica la conducta que pretendió prohibir el
legislador con el tipo penal o, entendido a contrario
sensu, que de realizarse la conducta prohibida en
dicha hipótesis, se considerará como delictiva esa
acción con su consecuente sanción, por lo que
resulta irrelevante la inexistencia de un catálogo
exhaustivo de conductas que lo actualizan, pues
sería imposible agotar todas las variantes del actuar
humano. Ahora bien, el hecho de que las porciones
normativas "cualquier otro acto" y "tendiente a
inducir a error", puedan interpretarse, no implica
que tal posibilidad sea contraria al principio de
legalidad estricta o taxatividad que rige para la
tipicidad en materia penal, contenido en el artículo
14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, pues el tipo penal previsto en el artículo
310 del Código Penal para el Distrito Federal,
establece las herramientas necesarias para que el
intérprete conozca claramente que lo que se
pretende sancionar es la conducta que ocasione a
la autoridad judicial o administrativa algún juicio
falso o representación mental equivocada, con el fin
de obtener sentencia, resolución o acto
administrativo contrario a la ley, pues "cualquier
otro acto" se refiere a uno que, siendo distinto de
"alterar" y "simular", tienda a inducir al error a la
autoridad judicial o administrativa con la finalidad
señalada.”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su


Gaceta, Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 2, Décima Época,
Tesis Aislada.

Finalmente, lo alegado en el apartado primero de sus


agravios incisos a), b), f), i), k) a la n), v); apartado segundo inciso
a) y en el apartado cuarto de sus agravios, en los que en esencia
aduce que se violó en su perjuicio el principio de exacta
aplicación de la ley contenido en el artículo 14 constitucional, al
imponerle una pena no prevista en el numeral 310, del Código
Penal para el Distrito Federal, pues remite al delito de fraude.

Esto que aduce resulta infundado, pues como ya quedó


expuesto con antelación el precepto en cuestión, contempla una
pena exactamente aplicable al caso, cuando el beneficio obtenido
no sea económico será, de seis meses a seis años de prisión y
de cincuenta a doscientos cincuenta días multa. En cambio si el
beneficio es económico, establece el precepto en cuestión, que
se le impondrán las penas previstas para el delito de fraude.

En el caso concreto, se determinó imponerle la penalidad


prevista en el artículo 230, fracción V del mismo ordenamiento
que establece será prisión de seis a once años y de ochocientos
a mil doscientos días multa cuando el valor de lo defraudado
exceda de diez mil veces el salario mínimo, por haber obtenido un
beneficio económico.

En esa medida, la circunstancia de que el precepto


cuestionado remita a la penalidad prevista para el delito de fraude
de ninguna manera lo hace inconstitucional, dado que establece

66
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

cuál es la penalidad que le corresponderá conforme a la conducta


realizada, de ahí que, no se viole el principio de exacta aplicación
de la ley, pues se insiste, la remisión a dicho ordenamiento
solamente es para efectos de la penalidad, por ende se cumple
con el principio de exacta aplicación de la ley en materia penal
previsto en el artículo 14 constitucional.

En las relatadas condiciones al haber resultado inoperantes


en una parte y en otra infundados los agravios propuestos, sin
que esta Primera Sala advierta materia para suplir la deficiencia
de la queja, lo que procede es confirmar la sentencia recurrida y
negar el amparo solicitado.

Por lo expuesto y fundado se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión competencia de esta


Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


**********, contra los actos y autoridades precisados en el
resultado primero de esta resolución.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos al Tribunal Colegiado de origen y, en su oportunidad,
archívese el toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2556/2012

señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón


Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero
de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario Pardo
Rebolledo. El señor Ministro José Ramón Cossío Díaz, se reserva
el derecho de formular voto concurrente.

Firman el Presidente de la Sala y la Ministra Ponente con el


Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA.

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

PONENTE.

MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA.

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. 1

FOEC-MTMZ.

1
En términos de lo previsto en el artículo 3°, fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública
se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que
encuadra en esos supuestos normativos.

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