Sie sind auf Seite 1von 12

Esc. Prim.

Justo Sierra

Maestra: Victoria de Jesús Quintero Castro

Alumna: Alejandra Jocelin García Manzano

Grado: 4° Grupo: “B”


La Independencia De México

La independencia de México fue la culminación de un proceso histórico ocurrido


entre los años 1810 y 1821 que llevó a que el virreinato de la Nueva España se
separase de España y comenzara su andadura independiente. Si bien estos
cambios políticos no tuvieron reflejo en las estructuras políticas, sociales y
económicas virreinales que prácticamente se mantuvieron intactas. Hubo un intento
de revolución social y política al principio con los movimientos de Miguel
Hidalgo y José María Morelos desde 1810 hasta 1815 pero fueron derrotados y no
tuvieron mayor trascendencia que el haber iniciado los enfrentamientos y dividir a la
población.
Antes de nada aclarar que esta guerra revolucionaria que se iba a desatar no era
una guerra de México contra Españacomo la historia oficial trata de imponer sino
una guerra entre dos bandos compuestos por los mismos elementos de la sociedad
novohispana: españoles, criollos, mestizos e indígenas que lucharon entre sí
encarnizadamente. Fue una guerra civil total entre hermanos. Algo muy similar a lo
que ocurrió en el resto de independencias hispanoamericanas a lo largo y ancho del
continente.
La independencia final no surgió de esas revoluciones populares, sino de un
movimiento conservador que ante la caída del absolutismo de Fernando VII en
1820 reaccionó y trató de evitar que los liberales se hicieran con el poder. Estos
grupos privilegiados, alta burguesía comercial, nobleza y alto clero, en connivencia
con el virrey Juan Ruiz de Apodaca, impusieron al general realista Agustín de
Iturbide como comandante de los ejércitos y ejecutaron un plan para lograr la
independencia lo antes posible con la idea de evitar que los liberales impusieran su
ideario.
Iturbide se reunió con los insurgentes que aún quedaban y mediante el Plan de
Iguala cesaron los enfrentamientos y días más tarde ante la llegada del nuevo
capitán general enviado desde España por los liberales, Juan de
O’Dojonú, Iturbide se reunió con él y firmaron los Tratados de Córdoba en el que
se ordenaba a los ejércitos realistas el cese de las acciones militares y reconocía
la independencia del Imperio mexicano. Finalmente se firmó el Acta de
Independencia el 28 de septiembre de 1821 tras la toma pacífica de Ciudad de
México por el Ejército Trigarante comandado por Iturbide.
Se puede hablar de tres etapas o fases en este proceso histórico:

1ª etapa de 1810 a 1814-15: En este período en España gobernaba Napoléon


Bonaparte a través de su hermano José I. Y en Nueva España se produjeron las
revueltas de los curas Hidalgo y Morelos cuyo levantamiento se ejecutó en nombre
del rey Fernando VII y para defender a la religión de los liberales franceses. Ambos
fueron derrotados, fusilados y sus movimientos disueltos.
2ª etapa de 1814 a 1820: Napoleón es expulsado de España y Fernando VII vuelve
al poder e impone de nuevo el absolutismo ilustrado derogando la Constitución
liberal de 1812. En Nueva España fue un período de relativa calma con unos pocos
ejércitos insurgentes que no ponían en riesgo la estabilidad del virreinato. El virrey
Apodaca ofreció el indulto a los insurgentes para que dejasen las armas y muchos
se acogieron a él. En 1817 tuvo que enfrentarse a una expedición organizada y
encabezada por el militar liberal español Francisco Xavier Mina y el
exfraile Servando Teresa de Mier que transportó desde Inglaterra y Estados
Unidos 300 voluntarios ingleses y americanos que trataron de relanzar los
enfrentamientos pero en poco tiempo fueron vencidos.
3ª etapa 1820- 1821: Alzamiento en España del liberal-masón Rafael de Riego que
obliga a Fernando VII a jurar la constitución liberal de 1812. Estos hechos alarman
a las oligarquías novohispanas que nunca habían apoyado a los insurgentes y
organizan una conspiración para independizarse de España y así no caer en manos
de los liberales. Es decir, ahora eran los realistas, los que habían defendido al
virreinato, los que conspiraban y exigían la independencia.
Antecedentes de la Independencia de México

Durante el siglo XVIII en el virreinato de la Nueva España se produjo un gran


desarrollo económico basado principalmente en la explotación de las minas de oro
y plata. La producción de dichos minerales se triplicó a lo largo del siglo siendo las
regiones de Pachuca, Fresnillo, Guanajuato, Zacatecas y San Luis de Potosí,
convirtiéndose en regiones de las más ricas del mundo en este aspecto. Esto
favoreció el desarrollo de otras actividades económicas como el comercio y la
agricultura y con ella la aparación de una boyante burquesía tanto criolla como
peninsular.
Los criollos ricos, si bien en el aspecto económico se podían sentir cómodos, no lo
estaban en el ámbito político, en el que deseaban tener una mayor cuota de poder
político en la gobernación del virreinato, quejándose amargamente de que solo
los penínsulares tenían acceso a los grandes cargos políticos del virreinato aunque
no podemos olvidar que los criollos tenían prácticamente todo el poder a nivel
municipal. En los cabildos eran los que gobernaban y mandaban.
En estos círculos de la burguesía criolla tomaron fuerza las logias
masónicas importadas desde Europa por masones españoles. La primera logia
masónica de México fue fundada en 1806 por el español Enrique Mugi. Otras logias
fundadas en los años posteriores fueron las de la Conjuración de Querétaro1,
Conjuración de Querétaro 2, la logia Reunión Literaria Queretana, la logia
Ilustración Mexicana, la logia Querétaro y Patria, la logia Apatista Mexicana y
otras más. Todos estos “clubs privados” se reunían en secreto y discutían la forma
de lanzar la revolución política y derrocar el sistema político vigente en la Nueva
España. Además también emitían escritos y panfletos de carácter político que
hacían circular entre los novoshispanos buscando apoyos y difundir su ideología
liberal por la sociedad. Pero hay que dejar claro que solo se hablaba de revolución
política, no de independencia.

El Virrey de la Nueva España José de Iturrigaray


La caída de la corona española ante Napoleón y la soberanía

En ayuda de estos revolucionarios vino la caída de la corona española en manos


francesas en 1808 que llenó de inseguridad e incertidumbre todos los estamentos
del virreinato. Ante la falta de rey o no aceptación del propuesto por Napoleón
¿cómo debía conducirse el virreinato? ¿en dónde estaba ahora la soberanía? El
virrey José de Iturrigaray se reunió con la Real Audiencia de México el 15 de
julio y llegaron a la conclusión de que nada había cambiado. Que la soberanía
seguía depositada en el prisionero rey Fernando VII y que las instituciones y la
estructura social y política del virreinato seguían igual. Pero no pensaban así los
criollos del Ayuntamiento de México, reunido el 19 de julio, que se apoyaban en
la vieja Ley de las Siete Partidas de Alfonso X El Sabio. Estás dejaban bien claro
que si el rey desaparecía o se encontraba impedido para ejercer su gobierno se
producía una retroversión de la soberanía en el pueblo y éste quedaba habilitado
para reunirse en Juntas para administrar y gobernar en ausencia de dicho rey.
Por ello, y basándose en estos preceptos, el Ayuntamiento de México propuso al
virrey Iturrigaray la creación de una junta de gobierno en nombre del rey Fernando
VII. El virrey estuvo de acuerdo, quizás pensando más en conservar el cargo, y
convocó una junta el 9 de agosto de 1808 a la que asistieron representantes de
todos los estamentos importantes de la sociedad novohispana. La Audiencia de
México se mostró contraria a esta convocatoria ya que pensaban que ya existía
la Junta Suprema de Sevilla pero aún así asistieron. Este fue el primer intento real
de independizar la Nueva España de la metrópoli, pero no por odio o por supuestas
injusticias, sino para mantener la gobernabilidad y estabilidad del territorio ante la
incertidumbre que había con lo que ocurría en la metrópoli.
Aún así, había aparecido una brecha en la sociedad novohispana que se iría
ampliando con el paso del tiempo. Por un lado el Ayuntamiento que pedía que se
gobernase desde la Junta de México y por el otro lado la Audiencia que no quería
dicha Junta y que deseaba que todo siguiese como estaba y gobernar bajo la Junta
Suprema de Sevilla, algo que sonaba más a mantenerse en el cargo ellos mismos
que a necesidad o idoneidad política.

GOLPE DE ESTADO CONTRA EL VIRREY ITURRIGARAY

La situación cada vez era más inestable. Por ello la Audiencia actuó rápidamente;
el 15 de septiembre de 1808 envió a 300 soldados a tomar el palacio virreinal y
deponer al virrey Iturrigarray y poner a uno nuevo: Pedro de Garibay. La Junta de
Sevilla fue informada del hecho y procedió a reconocer al nuevo gobierno virreinal.
La Nueva España ya no tendría una junta. Todo seguiría igual pero en vez de
Iturrigaray sería Garibay el virrey. Éste sería sustituido a los pocos meses por un
nuevo virrey enviado por la Junta de Sevilla: Francisco Javier de Lizana y
Beaumont.
Pero este estado de cosas no contentó a todos y las intrigas y conjuras siguieron
produciéndose. En la ciudad de Valladolid(actual Morelia) se organizó un
levantamiento que tendría lugar el 21 de diciembre de 1809, para imponer una junta
soberana pero dichas intenciones fueron descubiertas y sus organizadores
encarcelados.

La Conspiración de Querétaro 1810


Conspiración de Querétaro y el cura Hidalgo

La situación en España no hacía más que empeorar y la convocatoria de las Cortes


de Cádiz no iba a resolver nada para los reinos americanos. Las conspiraciones y
reuniones clandestinas seguían produciéndose en Nueva España y no fue hasta el
16 de septiembre de 1810 en que se lanzó la conspiración de Querétaro,
organizada y ejecutada por masones como Ignacio Allende, Juan Aldama y
Miguel Domínguez. Estos supieron que la conspiración, que estaba planeada
iniciarla el 1 de octubre de 1810 en San Juan de los Lagos (Jalisco), había sido
descubierta y decidieron adelantar los acontecimientos. Los conspiradores sabían
que la iglesia estaba muy aceptada popularmente y que un levantamiento sin contar
con ella sería rechazado por el pueblo, por lo que utilizaron como lanzador de la
revolución al cura Miguel Hidalgo y Costilla, que tenía gran predicamento entre
los indígenas y fácilmente le seguirían. Y así fue.
Los hechos que se conocen como el Grito de Dolores tuvieron lugar en la ciudad
homónima. El cura Hidalgo en la misa del domingo del 16 de septiembre de 1810,
considerado actualmente como el Día de la Independencia de México, arengó a
los feligreses a armarse con lo que pudieran y a luchar contra el virreinato,
supuestamente vendido a los franceses por la ocupación de estos de España. El
contenido del supuesto grito no está claro y según la época y el historiador se da un
texto u otro. Lo que es claro es que Hidalgo se levantó contra los gobernantes
impuestos en la península por Napoleón y en honor de Fernando VII y de la virgen
de Guadalupe, es decir, llamó a luchar contra los franceses liberales y a defender
la religión, se supone que nada menciona de una independencia mexicana.
Hidalgo de forma improvisada y sin ningún tipo de organización reclutó a cerca de
50000 personas malamente armadas para marchar sobre Ciudad de México. Con
el estandarte de la virgen de Guadalupe como bandera, asaltó y tomó la ciudad
de Guanajuato en donde realizó una encarnizada matanza de españoles, confiscó
sus bienes y abolió el tributo indígena para atraerse a más soldadesca. Su campaña
duró unos cuantos meses en los que esta tropa cometió numerosos desmanes y
violencia gratuita que fueron criticadas incluso por compañeros de insurgencia. La
aventura del cura Hidalgo terminó el 17 de enero de 1811 en el Puente de
Calderón donde fue derrotado por los realistas, apresado y ejecutado por alta
traición.
MORELOS Y EL DECRETO CONSTITUCIONAL

Al levantamiento se unió otro sacerdote llamado José María Morelos que se ocupó
de la zona del sur de la Nueva España y que tenía como objetivo principal la toma
del puerto de Acapulco. Morelos sí trató de hacer mejor las cosas y logró crear
un ejército de más calidad que el de Hidalgo, bien organizado, correctamente
abastecido y con soldados de verdad. En noviembre de 1812 lograron
ocupar Oaxaca en donde el general Ignacio López Rayón redactó los Elementos
Constitucionales, siendo este el primer proyecto de constitución para la futura
nación mexicana y en el que se basarían posteriores documentos.
En junio de 1813 Morelos emitió un decreto constitucional en el Congreso de
Anahuac en el que se declaraba la independencia, la soberanía popular, se abolían
las castas, el tributo indio y la esclavitud. Morelos fue nombrado generalísimo de las
fuerzas insurgentes. Tras varias batallas victoriosas su éxito empezó a decaer hasta
ser hecho prisionero en la batalla de Temalaca, enjuiciado en Ciudad de México y
llevado a San Cristóbal Ecatepec en donde fue ejecutado en 1815.

Retrato de Fernando VII por Francisco de Goya


Fernando VII regresa al poder en 1814

El 15 de junio de 1814 llegaron noticias a México de que Fernando VII había vuelto
al poder derogando la Constitución de 1812 por lo que el absolutismo retornaba
al poder y ya no había posibilidad de cambios políticos. Pero los insurgentes
decidieron seguir con la lucha adelante a pesar de que esta tras la muerte de
Morelos perdió bastante fuelle y quedó dividida en numerosos grupos insurgentes
que hacían la guerra cada uno por su lado. Además el virrey Juan de
Apodaca tuvo bastante éxito con la política de capitulaciones e indultos que ofreció
a numerosos insurgentes y que estos aceptaron.
Desde el exterior se vio con preocupación este declive del bando insurgente y se
pusieron manos a la obra. Un exfraile llamado Servando Teresa de Mier que había
sido expulsado de Nueva España y exiliado en la Península por decir que el
cristianismo ya existía en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles y que
Quetzalcóatl en realidad fue el apóstol Santo Tomás que predicó el evangelio, allá
por el siglo IV, en tierras mesoamericanas.
El fraile en su estancia en Europa entró en ambientes liberal-masónicos y en
Londres conoció al militar español Francisco Xavier Mina, también masón, y con
financiación no se sabe muy bien de quién organizaron una expedición de apoyo a
los insurgentes que partió de Londres, hizo escala en Nueva York y
Filadelfia recogiendo más hombres y pertrechos y desembarcaron en Soto la
Marina, Tamaulipas, el 15 de abril de 1817. Los 400 hombres de la expedición se
unieron a los insurgentes en su lucha por la revolución político-social pero fueron
rápidamente derrotados y Mina fusilado el 11 de noviembre.
Ya solo quedaban varios ejércitos insurgentes activos con Vicente Guerrero como
el más importante y que ya había rechazado varias ofertas de indulto por parte de
Apodaca. La insurgencia estaba prácticamente vencida en 1819.
Restauración liberal en 1820 y la Conspiración de la Profesa

Pero en 1820 todo cambió radicalmente. Llegó a México la noticia de la revolución


liberal de 1820 del general Rafael de Riego por la cual se reestablece la
constitución de Cádiz anulando el absolutismo fernandino. El virrey Apodaca recibió
las órdenes para organizar la Jura de la Constitución entre los altos cargos
virreinales. Esto enfureció a la iglesia y la aristocracia novohispana por la pérdida
de privilegios que ello suponía para ellos. Reaccionaron rápidamente mediante
la Conspiración de la Profesa, si bien algunos historiadores niegan que dicha
conspiración existiese, y atrajeron al general Agustín de Iturbide a su bando
ofreciéndole su plan que no era otro que declarar unilateralmente la independencia
para evitar que la constitución fuera impuesta.
Agustín de Iturbide y el Plan de Iguala

Iturbide marchó con sus tropas hacia el sur para ofrecer un pacto al general Vicente
Guerrero que, tras rechazar la propuesta inicialmente y producirse algunas
batallas, terminó aceptando y sellaron la paz y la unión en el Abrazo de
Acatempan. Ambos jefes militares firmaron el Plan de Iguala que proclamaba la
independencia de La Nueva España respecto de la España liberal, si bien se ofrecía
a Fernando VII la posibilidad de ser rey de México o que lo fuera cualquier infante
de España, se defendía la religión católica y a su iglesia, se establecía la igualdad
entre todos los ciudadanos y se hacía una llamada a la unidad y la paz después.
Pero Apodaca de repente cambió de opinión y junto al Ayuntamiento de México
declaró su fidelidad a la constitución y al rey Fernando VII por lo que Iturbide y su
Plan de Iguala fueron puestos fuera de la ley. Rápidamente formó un ejército para
ir a combatir al Ejército Trigarante formado recientemente por Iturbide y Guerrero,
reavivándose el fuego de la guerra y produciéndose numerosas batallas y
escaramuzas que no finalizaron hasta el 19 de agosto de 1821 en que terminó la
última batalla de la guerra, la de Azcapotzalco.

TRATADO DE CÓRDOBA

El 3 de agosto de 1821 llegó a San Juan de Ulúa enviado por el gobierno español
el general Juan O’Donojú como nuevo capitán general (el cargo de virrey
desapareció con la constitución liberal) de México. Una de sus primeras medidas
fue el cese de las hostilidades por parte de los realistas y solicitar una
entrevista con Agustín de Iturbide. Se reunieron en la villa de Córdoba en donde
el 24 de agosto firmaron el Tratado de Córdoba en el que se reconocía la
soberanía e independencia del Imperio Mexicano.

Entrada de Iturbide a Ciudad de México a la cabeza del Ejército Trigarante


El ejército Trigarante entra en Ciudad de México

Finalmente el 27 de septiembre de 1821 el Ejército trigarante entra en Ciudad


de México y se consuma la independencia. Al día siguiente la Junta Provisional
Gubernativa inició su primera sesión en donde 38 miembros juraron el Plan de
Iguala y los Tratados de Córdoba. Por la noche se firmó el Acta de Independencia
del Imperio Mexicano. Independencia que no fue reconocida por el gobierno
español hasta el año 1836.

Das könnte Ihnen auch gefallen