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CAPITULO I EL DERECHO ROCESAL.

1- INTRODUCCION AL DERECHO PROCESAL.


El hombre por su naturaleza, esencialmente social, vive y convive con sus semejantes, donde la posesión
de los bienes del mundo circundante causa conflictos y controversias de relevancia jurídica que,
indudablemente, exigían y exigen criterios para solucionarlos. Eduardo COUTURE señala que han sido
tres las soluciones adoptadas para dirimir esos conflictos de relevancia jurídica:
a) La autotutela.- Es el modo directo y personal de hacerse justicia con manos propias. Esta conducta se
halla tipificada como delito.
No obstante, vestigios de ella se mantienen todavía en los sistema jurídicos, por ejemplo: el derecho de retención se halla justificado en
nuestra legislación civil (Art. 98, 1431 del CC), la huelga se ha estatuido como el ejercicio de la facultad legal de los trabajadores de
suspender labores para la defensa de sus derechos, previo cumplimiento de las formalidades legales (Art. 53 del CPE), el castigo
moderado disciplinario de los padres hacia los hijos es parte de la autoridad paterna y el derecho de supervigilancia otorgado por nuestro
Código de Familia (Art. 258 inc. 2 del C. de F.antiguo abrogado).
b) La autocomposición.- Es la resolución del conflicto por las propias partes (decisión, solución).
Couture dice: que se expresa, por: «La sumisión o renuncia total o parcial, la parte perjudicada sacrifica
todo o parte de su derecho, sumisión total : renuncia o remisión de la deuda, sumisión parcial:
transacción». (Art. 358 y ss. del C.C., 507 inc. 9. CPC.)
En la evolución social, cuando la tribu, la familia o el clan asumía la defensa de la colectividad, cooperaba
con el individuo o sustituía a éste en las sanciones que, en ese entonces, traducían la idea de justicia, la
doctrina procesal denomina autocomposición: solución de los conflictos por las partes involucradas
en la controversia.
c) El proceso.- Las partes en conflicto dirimen sus controversias o disputas ante la autoridad constituida,
quedando sometidas expresa o tácitamente, a la decisión de ésta.

Amado Ezaldi: «... Proceso es el estado dinámico producido para obtener la aplicación de la ley a
un caso concreto. Es el instrumento esencial para que se realice a plenitud la función
jurisdiccional».

Ramiro J. Podetti,:
«Del talión, impulso individual de la venganza, se pasa a la indemnización patrimonial del daño, y del asalto de
la tribu a la que pertenece el ofendido contra la tribu del ofensor, se pasa a la sustanciación de una especie de
juicio ante la tribu constituida en jurado, ante el cual comparecen la víctima y el victimario».
«En esta etapa de la génesis del proceso aparece el derecho probatorio en forma de invocaciones a la
divinidad y actos mediante los cuales se cree que aquella ha de manifestarse (ordalías). En este período nacen,
también, las dos primeras formas de prueba, aun en uso, el juramento o confesión y el testimonio oral».
El Estado moderno, posterior a la Edad Media, se atribuye el monopolio del uso de la fuerza para resolver
las controversias entre los particulares cuando estos no logran arribar a una solución pacífica.
Surge así la necesidad de crear órganos especiales, con atribuciones y reglas para su actuación.
«El Estado se arroga para sí la jurisdicción (jurisdictio: facultad de declarar el derecho),
reconociendo a los particulares el derecho de requerir su intervención en los supuestos conflictos,
naciendo el concepto de acción», o sea, la facultad del derecho de petición para que se le administre
justicia, CPE art. 24° derecho de petición y art. 178° de la C.P.E., potestad que emana del pueblo
boliviano, se ejercita a través de los órganos y sistemas que organiza el Estado.

2.- DEFINICIONES DEL DERECHO PROCESAL.


Leo Rosemberg: Para que el Estado pueda prohibir la autodefensa debe otorgar tutela jurídica a las
partes con sus órganos, y lo hace a través del proceso. El Estado cumple así una de sus más importantes
tareas, una tarea cultural en el verdadero sentido de la palabra.
Francesco CARNELUTTI: «...en la relación entre derecho y proceso, el primero no podría alcanzar su
finalidad sin el segundo, no sería el derecho en una palabra... Ahora bien, tampoco la podría alcanzar el
proceso sin el derecho. La relación entre los dos términos es circular. Por eso se constituye esa rama del
derecho que se llama Derecho Procesal.»
Jorge CLARÍA OLMEDO «ciencia que estudia un conjunto sistemático de principios y de normas
referentes a la actividad judicial que mediante el proceso cumplen los órganos predispuestos del Estado y
demás intervinientes para la efectiva realización del derecho sustantivo».
Hugo ALSINA, «el conjunto de normas que regulan la actividad jurisdiccional del Estado, para la
aplicación de las leyes de fondo y su estudio -comprende 1) la organización del Poder Judicial, 2) la
determinación de la competencia de los funcionarios que lo integran y 3) la actuación del juez y las partes
en la substanciación del proceso». Ingresa a su definición cuestiones de organización del circuito
jurisdiccional. Esta visión orgánica es la que ha llevado, a adoptar la denominación de «orgánico» para
denotar que en su abordamiento deben también incluirse la organización del Poder Judicial que es el que,
de manera más objetiva, revela el ejercicio de la función jurisdiccional.
PRIETO CASTRO: «...Derecho procesal es el conjunto de principios justos, derivados de la razón natural,
en su exposición positiva, según sus diversas fuentes y explicados por la ciencia, que regulan la actividad
pública judicial del juez y de las partes en la labor de realizar o de hacer efectivo el derecho material
perturbado o desconocido y en la de fijarlo con carácter vinculante, cuando es precisa la intervención
estatal o aún para realizar el mismo Derecho Procesal.»
Ugo Rocco, «rama del Derecho que tiene por fin analizar la actividad que desarrollan el órgano
jurisdiccional, los auxiliares, partes y terceros en la necesidad de alcanzar la creación de una norma
particular a través de la sentencia, que ponga fin al litigio y logre la paz social.»

Hoy en Bolivia, coexisten dos formas o modalidades de manifestación de la función jurisdiccional en un


sistema de pluralismo jurídico:
a) la justicia ordinaria, que sigue la tradición -y composición- republicana de órganos establecidos a partir del ahora
denominado Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional del Estado Plurinacional; y
b) la justicia indígena-originario-campesina que, por intermedio de las autoridades indígenas u originarias -en especial en
el área rural- realizará la función jurisdiccional conforme a los usos y costumbres, casi milenarios, que han supervivido a
las formas tradicionales jurisdiccionales orgánicas que se remontan a la Colonia y al establecimiento de la República, pero
en el Estado Plurinacional de Bolivia.
Por consiguiente, será «Derecho Procesal» y «Orgánico», porque estudia la disciplina jurídica
relativa al proceso, a los actos procesales, quienes participan en su formación, sus efectos y, por
supuesto, los órganos que cumplen la función jurisdiccional en un sistema jurídico plural o mixto.

3.- DENOMINACIONES DEL DERECHO PROCESAL.


Ciencia relativamente reciente. Sus denominaciones muestran su evolución:
COUTURE: desde siglo XVIII en países latinos tenían contenido de simple práctica: «Práctica Judicial».
En siglo XIX aparece el término «Procedimiento», sustituyendo al de «Práctica», señala que el método
es frecuentemente exegético describiendo el proceso civil y examinando el alcance de sus disposiciones,
cuyos cultores han sido conocidos como «procedimentalistas».
Recién a comienzos del siglo XX se inicia una concepción sistemática y coherente de la nueva disciplina.
tiene una nueva denominación: Derecho Procesal dada por Giuseppe CHIOVENDA, en La Acción en el
Sistema de los Derechos, difunde universalmente el contenido y naturaleza jurídica de la ciencia procesal.
Pero, reconocer que las conclusiones a que llega CHIOVENDA ya estaban anticipadas en los trabajos de
la pandectística alemana del siglo XIX y, en especial, en el aporte de Adolfo WACH en su Manual de
Derecho Procesal Civil.
En el ámbito francés surge la denominación: Derecho Judicial, En la doctrina española: Derecho
Jurisdiccional. En Alemania, James GOLDSCHMIDT denomina «Derecho Judicial Material» dándole
categoría intermedia entre el Derecho Procesal y el derecho privado.

4.- SINOPSIS HISTÓRICA DEL DERECHO PROCESAL.


El Derecho, “obra cultural del hombre” según Raúl ROMERO LINARES es un producto social, desde que
el ser humano ha optado por vivir en comunidad, primitivamente, la defensa del Derecho era una actividad
privada en la que prevalecía el uso de la fuerza,
en nuestro tiempo, será el Estado al que se encomiende esta función, como necesaria, porque recoge,
históricamente, el monopolio del uso de la fuerza. El ejercicio de la violencia legítima se institucionaliza a favor
del Estado que, en lo posterior y a través de sus órganos, asume la tutela jurídica de los derechos privados y,
al imponer su autoridad, la realización de los intereses individuales se convierte en función esencialmente
pública. De esta manera, se limita la defensa privada a un mínimo razonable. Se ha dicho que, a partir de este
momento, el Derecho, de norma empírica se convierte en norma legal obligatoria.

Primer período que podría concluir en 1954:


En Bolivia, según Manuel DURAN, la producción de obras de Derecho Procesal a partir de 1825 fueron muy
escasas, con seis títulos correspondientes a obras de Agustín ASPIAZU, Prudencio ROJAS, José Rafael
CAÑEDO, Hiram LOAYZA, Tomás MONJE GUTIÉRREZ y Humberto VÁSQUEZ MACHICADO.
Período intermedio:
La elaboración bibliográfica incluye conceptos académicos y de mayor elaboración científica, tal como se
observa en las obras de Rodolfo VIRREIRA FLOR, Walter MORALES AGUILAR y, de manera sobresaliente, en
los comentarios de Carlos MORALES GUILLEN a la legislación procesal dictada en 1976.
Tercer período, penúltima década del siglo XX prosigue hasta el día de hoy:
En este último Ínterin, la bibliografía se diversifica en varias especialidades procesales. Es de notar el gran
impulso que recibieron los estudios de Derecho Procesal Penal en ocasión del nuevo Código de Procedimiento
Penal según Ley N° 1970 de 9 de marzo de 1999, siendo varios los autores que han escrito -y en enriquecido la
naciente doctrina nacional en la materia- sobre sus alcances y aplicaciones.
El estudio inicial del Derecho Procesal en Bolivia -aunque no todavía bajo esta denominación científica-
se halla ligado a la práctica forense, método común a todos los países y que, en América, alcanzó
especial importancia en la Academia Carolina de Chuquisaca. Esta metodología de aprendizaje llegó a su
apogeo en los siglos XVIII y XIX, principalmente en las Universidades de Sucre, La Paz y Cochabamba
donde funcionaron las Academias de Practicantes Juristas entre 1830 y 1832. Es de destacar, en este
tiempo, un texto de práctica procedimental -recién reconocida en el tiempo actual- atribuida a Francisco
GUTIÉRREZ DE ESCOBAR, llamado El Cuadernillo Gutiérrez que se conserva en un único ejemplar que
data de 1804, en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.
A partir de 1857, es decir, desde el 31 de diciembre de 1857 en que se promulga la Ley de Organización Judicial
y del 27 de noviembre de 1859 en que se dicta la Ley del Enjuiciamiento Civil y Criminal, las materias
procesales se estudian en las Academias Forenses. Recién a fines del siglo XIX, aunque de manera muy
embrionaria, se exterioriza un criterio de diferenciación que distingue y separe las normas del derecho
sustantivo con las del procesal, aunque no con el rigor científico de la sistematización procesal italiana o
alemana.
Todavía no hay la convicción de estar ante una nueva ciencia jurídica.
La separación entre los estudios de las normas de fondo y las procesales comienza con la Ordenanza
Francesa de 1670. Esta distinción se hace más evidente con la legislación procesal napoleónica de
principios del siglo XIX. Sin embargo, los pioneros en el campo doctrinal y científico fueron los
pandectistas alemanes. Así, se suele señalar como los principales precursores a WINDSCHEID y VON
BULOW en sus obras respectivas que llevan títulos altamente sugestivos: La Acción en el Derecho Civil
romano desde el punto de vista del Derecho Moderno, aparecida en 1856 y la Teoría de las Excepciones
Procesales y los Presupuestos Procesales, publicada en 1868.
En España el Fuero Juzgo, el Fuero Viejo de Castilla y en Las Leyes de Partidas contienen ya
disposiciones de claro contenido procedimental. En 1806 se promulga en Francia el Código de
Procedimiento Civil que sirvió de modelo a otros posteriores en Europa los que, a su vez, también
conformaron fuentes o modelo de nuestra primera legislación procesal, esto es, la dictada por el Mariscal
Andrés de Santa Cruz.
La constante evolución de las diferentes ramas del Derecho identificó el Derecho Procesal como parte del
Derecho Público, en estrecha relación con el Derecho Constitucional y hasta el Derecho Administrativo.
Empero, en nuestro país se ha añadido una nota de especial relieve receptando el pluralismo jurídico. En
efecto, el art. 178° de la C.P.E. proclama que la facultad de juzgar dimana del pueblo boliviano, a través
del Estado Plurinacional y un sistema jurídico plural que contempla la vía o jurisdicción ordinaria y la
justicia o jurisdicción indígena-originario-campesina. En la primera, orgánicamente atribuida al Tribunal
Supremo de justicia (TSJ), incluyendo -aunque así no lo dice la nueva Constitución- lo contencioso y
contencioso-administrativo, así como la de hacer ejecutar lo juzgado.
La segunda vía o jurisdicción indígena-originario-campesina, por medio de las autoridades propias de los
pueblos y naciones indígenas u originarias, evidencia una singular apertura del orden político a la
coexistencia de dos instancias jurisdiccionales que, no obstante, conforman un único sistema informado
del principio del pluralismo jurídico. Empero, la misma Constitución señala, en el art. 179°, que la función
judicial -comprendiendo ambos subsistemas- es única.
Las áreas de ejercicio de ambos subsistemas, esto es, el ámbito de ejercicio de la «función judicial», que
no es otra que la jurisdiccional, están establecidas por la norma orgánica y competencial especial llamada
Ley de Deslinde Jurisdiccional N° 073 de 29 de diciembre de 2010, que viene a atribuir el alcance de
especialidad de cada circuito jurisdiccional.

5.- ESTRUCTURA Y CONTENIDO DEL DERECHO PROCESAL-


Examinadas las distintas definiciones del Derecho Procesal permiten establecer su estructura o contenido.
En esta línea, PODETTI desarrolla lo que el llama la «trilogía estructural del Derecho Procesal» en los
siguientes elementos:
a) En primer término la jurisdicción, voz que proviene del latín «jurisdictio», que significa: «acción de
decir el derecho», o también «es la facultad de conocer, tramitar y decidir conflictos» según Ernesto
PERLA VELAOCHAGA. La jurisdicción se identifica con la función especializada de los jueces, así como
los límites de su poder de juzgar, por razón de la materia o por razón del territorio, partiendo del principio
de que todo juez es competente para ejercer su función juzgadora. La organización de la función
jurisdiccional es atribución específica del Órgano Judicial a través de la casi reciente Ley del Órgano
Judicial, según previenen los arts. 178 y ss. de la C.P.E.
b) El segundo elemento de estudio en la ciencia procesal es la acción, que es el nexo entre el órgano
judicial (jurisdicción) y los sujetos (partes procesales). La acción es, si intentamos una definición, la
facultad o derecho de pedir una cosa en juicio y el modo legal de ejercitar el mismo derecho ante los
tribunales. Etimológicamente el término acción proviene del latín «agere», que significa: «obrar»; pero su
significado jurídico equivale a ejercicio de una potencia o facultad. Al referirse a la acción, Joaquín
ESCRICHE afirma que la acción es «el derecho de exigir alguna cosa, y el modo legal que tenemos para
pedir en justicia lo que es nuestro o se nos debe por otro»™.
c) El proceso, entendido como el objeto del Derecho Procesal, es el tercer gran capítulo de estudio. En
sentido genérico la palabra «proceso» equivale a juicio, procedimiento, litigio, pleito. Su origen etimológico
es el latín «procederé», que significa: avanzar, camino a seguir, trayectoria a recorrer hacia un fin
determinado. En la doctrina de nuestra ciencia en su acepción jurídica, «es el estado dinámico producido
para obtener la aplicación de la ley a un caso concreto. Es el instrumento esencial para que se realice a
plenitud la función jurisdiccional»'41.

6.- LA IMPORTANCIA DEL DERECHO PROCESAL-


Resulta indudable que la función de dirimir conflictos y decidir controversias es uno de los fines
trascendentales del Estado. Cuando se habla del Estado de Derecho, no es posible concebir un Estado
moderno sin esa función. El Estado les ha privado a los individuos de la libertad de hacerse justicia por
mano propia; y por ello el ordenamiento Jurídico les ha otorgado a los individuos el derecho de acción y al
Estado el deber de la Jurisdicción, tal cual previenen el art. 178° y ss. de la C. P. E.
La actividad legislativa del Estado es la de elaborar las normas o reglas generales de conducta de los
individuos y la suya propia. Empero, la tarea estatal esencialmente jurídica es la función jurisdiccional que
se traduce en aplicar la norma abstracta de la ley al caso concreto que se quiere dilucidar en el proceso.
Esta aplicación recibe el nombre de «subsunción», es decir, de subsumir el caso concreto en las
previsiones de la norma que es de carácter general. Esta labor de contenido lógico es un cometido
esencialmente judicial. Es también, ni duda cabe, una continua empresa pacificadora de los conflictos
singulares.
Ahora bien, conforme a la orientación del sistema jurídico plural que ha venido en establecer la
Constitución, es necesario responder a la inquietud si en lo que toca a la jurisdicción indígena-originario-
campesina, es el Estado el que también vendrá a elaborar las normas o reglas generales de conducta, así
como la que al mismo Poder Público pueda exigírsele.
Las normas de conducta, con fuerza jurídica, esto es, con aptitud de desencadenar-en caso de
inobservancia- el poder estatal de la coerción, no siempre se encuentran positivadas. Es decir, no todas
estas prescripciones se encuentran escritas en un cuerpo normativo identificable en la letra de sus
disposiciones. Varias de las normas están refundidas o comprendidas en los usos, las costumbres y en
una convicción generalizada del cuerpo social que admite su vigencia y su mandato.

De hecho, la misma Constitución no está únicamente constituida por las disposiciones que han sido
aprobadas por la Asamblea Constituyente. Esta es la Constitución formal. Pero, al lado de ella e
impregnando su contenido normativo, se encuentran otros mandatos igualmente insoslayables para el
cuerpo social. Así, categorías -hoy en trance de discurrir desde la sociología a la esfera jurídica- como la
reciprocidad, el «vivir bien», la solidaridad (como el ayni y otros comportamientos sociales deseables),
también son invocables y lo serán, en especial, si se establece formalmente la jurisdicción indígena-
originario-campesina.
En suma, lo que la sociedad, hoy encarnada en el Estado aspira es, precisamente, a moldear conductas
sociales dignas de tutela. En algún caso -como ocurre con las normas ya positivadas, es decir, escritas- la
referencia las encontramos en un código o en una determina ley. En otros, atentos al sistema jurídico
plural que se ha venido en establecer, en categorías sociopolíticas que ingresan paulatinamente al orden
jurídico. En ambos casos, la lectura de tales normas, o su invocación, se deben hacer siempre a la luz de
la Constitución. Es, no cabe duda, en nuestro sistema y en el de todos los países que han organizado un
circuito jurisdiccional al que se le atribuye la función de juzgar, una tarea de constante pacificación y de
resolución de los inevitables conflictos y controversias que se suscitan en la convivencia humana.
Por esta última razón, el procesalista italiano CARNELUTTI pregonaba, con toda razón, que, a lo que
aspira la sociedad organizada es a «la paz con justicia y no la paz de los cementerios». Y,
verdaderamente, los jueces al ejercer la función jurisdiccional y dictar la sentencia, crean una norma
individual para el caso que resuelven. Esta norma tendrá carácter definitivo si, al ejecutoriarse, pasa en
autoridad de cosa juzgada a la que se atribuye toda la fuerza coercitiva del Estado, destinada a su
cumplimiento si no es aceptada voluntariamente por el litigante perdidoso (art. 517° del C.P.C.).
Las digresiones anteriores permiten relievar la importancia del Derecho Procesal en estos otros aspectos:
a) Lo resuelto por un juez en sentencia ejecutoriada no puede volverse a discutir nunca más, en
aplicación del principio «non bis in ídem»: no puede juzgarse dos veces el mismo hecho y por la misma
causa (arts. 514° y ss. del C.P.C.).
b) La sentencia judicial, pasada en autoridad de cosa juzgada es inclusive creadora de derechos, la cual
acepta la doctrina actual del Derecho Procesal, (art. 514° y ss. C.P.C.).
c) La función jurisdiccional es el instrumento de protección de las garantías individuales, que no son otra
cosa que los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos consagrados
constitucionalmente (arts. 15° y ss. de la C.P.E., por sólo citar algunos, debiéndose confrontarlos con el
art. 410°, parágrafo II, también constitucional, que establece cuál es el «bloque de constitucionalidad»). La
sociedad o el individuo sin protección jurídica, serían el símbolo de la «negación del régimen jurídico».
d) El Derecho Procesal garantiza la vigencia de las leyes del Estado resolviendo las controversias y
conflictos de las personas que acuden a los órganos judiciales y conteniendo a los particulares y al propio
Estado en la observancia del límite ajeno, por el temor a las sanciones y que, en nuestro texto
fundamental se listan de manera enunciativa, en tanto son deberes ciudadanos, en el art. 108° de la
C.P.E.
e) El carácter de irrevisabilidad, inmodificabilidad e inmutabilidad de la cosa juzgada es seguramente
una de las notas distintivas más importantes que revelan la autoridad y eficacia de una sentencia, es
decir, cuando ya no existen contra ella medios de impugnación que permitan modificarla. En efecto,
puede cambiar la Constitución, un código o cualquier ley, no así la sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada (ejecutoriada). La trascendencia de la cosa juzgada en el proceso se advierte si vemos que las
disposiciones legales, códigos, resoluciones supremas, ordenanzas municipales, ministeriales, etc.;
pueden ser objeto de revisión, modificación, derogatoria o abrogatoria. Más aún si recordamos que la
misma Constitución Política del Estado puede ser reformada total o parcialmente, pero nunca una
sentencia que hubiera alcanzado categoría de cosa juzgada.

7.- LA NATURALEZA JURÍDICA DEL DERECHO PROCESAL-


La naturaleza jurídica del Derecho Procesal ha sido descrita por los procesalistas a través de las
siguientes características:
a) El Derecho Procesal pertenece al ámbito del Derecho Público, porque es el Estado que asume su
responsabilidad trascendental, ejercitando la importantísima función jurisdiccional por medio de sus
órganos judiciales. Esa relación jurídica procesal comprende al juez, las partes y los terceros. El juez
ocupa el vértice y las partes la base (art. 50° del C.P.C).
b) El Derecho Procesal es un derecho primario, porque no se halla sometido a la legislación de fondo o
sustancial sea civil, penal, etc.; pero sustancial y procesalmente, por su misma naturaleza en los sectores
de conducta a que se refieren, son «Primarios» uno como el otro, como anota Aldo BACRE en su Teoría
General del Proceso.
Las normas procesales preceptúan otro campo de actuación de la conducta de las personas involucradas
en el proceso (juez, partes y terceros), o sea aquel comportamiento predeterminado en las normas
procesales y que revelan el establecimiento de la relación jurídico-procesal. «El esquema normativo
completo de que se valen los jueces para dictar sentencias se halla inexcusablemente integrado por
disposiciones contenidas, tanto en las leyes substanciales como en las leyes procesales. Porque ambas
clases de normas concurren, coordinadas en un pie de igualdad, a acordar el sentido jurídico de la norma
individual en que la sentencia consiste».
c) El Derecho Procesal es autónomo en el ámbito de la ciencia jurídica, pues, «o medida que el
procedimiento fue independizándose, hasta constituir una legislación autónoma, se lo sustrajo
paulatinamente a su influencia, reconociéndosele un régimen jurídico propio».
d) Es un derecho unitario, según Clemente DÍAZ el Derecho Procesal es unitario, el proceso es
conceptualmente unitario, pero los «procedimientos» pueden ser diferentes. La diferencia de los
procedimientos no autoriza a sostener la pluralidad del «Derecho Procesal».

8.- LAS NORMAS PROCESALES.-


La convivencia social entre los hombres se traduce, la casi totalidad de las veces, en relaciones de
Derecho (relaciones jurídicas), en la medida en que están sujetas a la previsión normativa. En efecto, toda
norma de conducta impuesta imperativamente obliga a los sujetos a su cumplimiento. Por ejemplo la ley
que establece el servicio militar, el pago de impuestos, las obligaciones de asistencia familiar en favor de
la esposa e hijos, etc.
Las normas del Derecho, si bien se asemejan a las normas religiosas o morales, se diferencian de éstas
últimas en que están impuestas imperativamente. Las normas de derecho constituyen una orden, y por
ser tal, la posibilidad de hacerla cumplir aun contra la voluntad de los sujetos por vía coactiva o coercitiva.
Las normas procesales no sólo se refieren a los sujetos que intervienen en el proceso, sino al propio juez,
para su actuación como órgano judicial e inclusive de terceros que pudieran intervenir en la
substanciación del proceso.
De lo expuesto concluimos que la norma procesal es una norma jurídica, destinada a regular el
ejercicio de la función jurisdiccional del Estado a través de sus órganos jurisdiccionales,
prescribiendo la conducta que las partes deben observar en el transcurso del proceso.

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