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Guía rápida para

salvar tu matrimonio
Por el autor de éxito de
Salvar tu matrimonio

por Lee H. Baucom, Ph.D.

© Copyright 2006. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.


No redistribuir o imprimir sin permiso
Te encuentras en una crisis matrimonial y no sabes qué hacer. A
menudo, las personas se encuentran atrapadas en la parálisis, sin saber
qué hacer, y con miedo de hacer las cosas mal.
Por eso he preparado este informe especial. Este informe te dará la
información que necesitas para iniciar el proceso de salvar tu
matrimonio. Y no importa en qué etapa te encuentres.
Solo tengo una advertencia: no puedo alentar a las personas a
permanecer en una relación abusiva. Si ha habido algún abuso físico, la
protección es lo más importante. Estar en la relación es peligroso, y no
puedo tolerar un matrimonio que tiene abuso físico. Si el abuso es
emocional o verbal, este DEBE detenerse si el matrimonio va a
sobrevivir. El abuso hace una relación de iguales imposible. Se basa en
el poder y el mantenimiento de un diferencial de poder.
¿En qué etapa te encuentras?
Antes de empezar, es necesario saber dónde te encuentras. Hay etapas
bien distintas en los problemas de una relación. Vamos a ir de menos
grave a más grave. Verás que cada etapa tiene un hipervínculo (para
hacer clic) a la información de las etapas. Dondequiera que el texto esté
de color azul y subrayado, puedes utilizar el ratón para hacer clic en el
texto y encontrar inmediatamente la información pertinente. ¡Vamos
ponernos en campaña para salvar tu relación!

Etapa 1: Ves problemas a futuro en la relación.

Etapa 2: Ves problemas en tu relación y no sabes si quieres


permanecer en el matrimonio.

Etapa 3: Tu cónyuge te ha dicho que no es feliz.

Etapa 4: Tu cónyuge está amenazando con irse.

Etapa 5: Tu cónyuge se ha ido. Sin procedimientos legales. Se


siguen comunicando.

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Etapa 6: Tu cónyuge se ha ido. Sin procedimientos legales. No
hay comunicación.

Etapa 7: Tu cónyuge se ha ido y ha comenzado procedimientos


legales. Se siguen comunicando. (También aplica cuando el
cónyuge ha comenzado procedimientos legales mientras sigue
en el hogar.)

Etapa 8: Tu cónyuge se ha ido y ha comenzado procedimientos


legales. No hay comunicación.

Soluciones:
Etapa 1: Ves problemas a futuro en la relación.
¡Felicítate! Tus problemas no están poniendo en peligro a tu matrimonio,
por ahora. Tal vez acabas de saber que habrá dificultades en el camino,
que vienen hacia ti, pero todavía no son un problema. Este es un
excelente momento para la búsqueda de soluciones, comprensión y
respuestas.
Tengo la solución para ti. Y afortunadamente, es muy simple. Lee el
ebook Salvar tu matrimonio. Verás, este poderoso libro es realmente un
manual sobre las relaciones. Si bien ayuda a aquellos que tienen
problemas, la información puede ser beneficiosa para cualquier relación.
Léelo por la teoría y la comprensión de lo que puede y debe ser una
relación matrimonial, y ve y créala.

Etapa 2: Ves problemas en tu relación y no sabes si


quieres permanecer en el matrimonio.
En este punto, has tomado conciencia de los problemas en cuestión, y
esos problemas son suficientemente significativos para que estés
considerando la posibilidad de que el matrimonio no va a sobrevivir.
Al igual que en la Etapa 1, debes felicitarte. Puedes ver los problemas,
pero todavía estás buscando soluciones. Comprende una simple verdad:

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ninguno de nosotros tiene la capacidad de cambiar nada ni a nadie sino
a nosotros mismos. Un cónyuge no está bajo nuestro control, así que
buscar una solución que te enseñe a cambiar de alguna manera al otro,
va directo al fracaso.
Por lo tanto, tienes una solución muy potente: mirarte a ti mismo para
que los cambios sucedan. En primer lugar, debes comprometerte a
permanecer en el matrimonio y hacer que las cosas funcionen. Decide
que vas a ser el impulso para el cambio.
Luego, lee el ebook Salvar tu matrimonio. La información en este libro te
ayudará a transformar tu pensamiento, y del mismo modo a transformar
tu relación.
Por último, aplica los cambios que consideres necesarios a medida que
lees el ebook.

Etapa 3: Tu cónyuge te ha dicho que no es feliz.


Esta puede ser una etapa particularmente difícil. Acabas de descubrir
que haciendo lo que haces naturalmente, no alcanza. En otras palabras,
las cosas como están se dirigen al desastre. Puedes ser consciente de
que hay problemas. Pero es posible que seas felizmente inconsciente.
Este descubrimiento puede tirarte en picada. Así que, en primer lugar,
cálmate. Aquí está la buena noticia: tu cónyuge te está diciendo que las
cosas no están bien, pero ya que no está amenazando con irse (etapa
4), hay también un deseo implícito de que las cosas cambien.
Así, al mismo tiempo, se trata de crisis y esperanza. Las cosas deben
cambiar, pero hay esperanza de que las cosas puedan cambiar.
Hay varias áreas que deben abordarse:
1) No entres en pánico. Como señalé anteriormente, este no es un
momento de renunciar, entrar en pánico, exagerar o paralizarse.
Algún lugar en el medio es importante.
Cuando entras en pánico, la parte del cerebro que necesitas que
esté activa se apaga. Necesitas estar en tu lugar razonable,
racional. Esto no es posible cuando eres presa del pánico.
La parte más primitiva de nuestro cerebro está diseñada para
detectar amenazas. No está diseñada para ser buena en
determinar si una amenaza es real o no, solo que hay una

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amenaza. Los investigadores del cerebro nos dicen que hay un
área del cerebro, la amígdala, que está en lo profundo de nuestra
estructura cerebral. Siempre está buscando las amenazas.
La supervivencia depende de una reacción exagerada. Por lo
tanto, estamos mejor, cuando de supervivencia se trata,
respondiendo a una amenaza real y a una amenaza percibida con
la misma velocidad y fuerza. Si estoy caminando por un camino y
veo un palo torcido, mi mente registra la posibilidad de una
serpiente y me congelo. A continuación, el resto de mi cerebro se
pone al día y evalúa que es solo un palo. Sigo adelante. Si hubiera
sido una serpiente, mi cerebro estaba configurado para asumir que
no era una amenaza que fuera mordido. No es bueno para la
supervivencia.
Por desgracia, lo que es bueno para la supervivencia no es tan
bueno para las relaciones personales. Cuando alguien me levanta
la voz o utiliza palabras críticas, mi parte instintiva más profunda
se ve amenazada. Y ya que la persona probablemente no se
detiene, mi mente sigue registrando amenazas. De repente, mi
cuerpo está listo para una de dos respuestas: lucha o huida.
Tampoco son respuestas particularmente útiles para tener una
discusión inteligente.
El pánico es una respuesta de miedo. No cedas a un sentimiento
de pánico. Solo hará que te desesperes y te veas patético. Esta no
es una posición útil.
2) No intentes discutir con tu cónyuge. Es hora de admitir que hay
un problema que debe abordarse. Nuestra tendencia es ir a la
defensiva y negar que hay algo que está mal.
3) Opta por cambiarte a ti mismo para ser la persona que debes
ser. Con el tiempo, todos tenemos una tendencia a ser
complacientes y perezosos, entrar en malos hábitos y patrones, y
perder de vista nuestro verdadero yo.
Pero tu cónyuge te está dando una clara señal de que las cosas
deben cambiar. Es el momento de tomar esa tarea como un reto.
En su excelente libro, Mindset, Carol Dweck distingue entre una
“mentalidad fija” y una “mentalidad de crecimiento”. La mentalidad
fija lleva a no pensar que algo puede cambiar: nuestra

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personalidad es fija, nuestra inteligencia es fija, nuestras formas de
relacionarnos son fijas.
Esto es diferente a la mentalidad de crecimiento. La mentalidad de
crecimiento se caracteriza por un conocimiento de que las
personas pueden cambiar, pueden descubrir nuevas formas de ser
y de relacionarse.
Adivina qué mentalidad es la correcta. Estudio tras estudio
muestra que la mentalidad de crecimiento es verdadera. En otras
palabras, tenemos una mayor capacidad de cambio de lo que
creemos. Por lo tanto, asume ese enfoque y decide que es la hora
de tu versión “nueva y mejorada”.
4) Incorpora a tu cónyuge para que te ayude a rediseñar su
matrimonio. Entiende que esto es diferente a que tu cónyuge te
rediseñe a TI. Se trata de cambiar, transformar o modificar la
relación.
(Como nota al margen: hay momentos en los que hay que buscar
en ti mismo, tu personalidad y tus problemas. Eso es para que tú
lo hagas. No debería ser tarea de nadie determinar lo que debes
cambiar y abordar. Tú necesitas hacer un examen de conciencia
para determinar esto. Sin embargo, si escuchas algunos asuntos
consistentes de otros, incluyendo a tu cónyuge, es hora de
echarles un vistazo.)
Cambiar una relación es un asunto relacional. Se requiere que
ambos estén a bordo con la transformación. No puedes hacerlo
solo más de lo que tu cónyuge puede hacerlo solo. En cambio, los
dos deben convertirse en una fuerza de cambio en su relación.
Irónicamente, este es también el primer paso para seguir adelante:
convertirse en un equipo para hacer los cambios necesarios para
convertirse en un equipo.
5) Deja de lado las conversaciones de relación. En este punto,
tienes que trabajar en pasarla bien juntos. Hagan cosas que
disfruten -- SIN presión de afecto, confianza o cualquier gesto de
amor. De hecho, es necesario que no tengas grandes
conversaciones acerca de la relación.
Aquí está la cosa: cuando las cosas no van bien, los problemas
parecen enormes, casi insuperables, y sienten la necesidad de
tener grandes conversaciones para recuperar el camino. Esta es
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una mala idea. No caigas en esa trampa. La sensación de que las
cosas son casi insuperables se convertirá en un tipo de cáncer
entre los dos, y ambos sentirán cada vez menos ganas de trabajar
en las cosas.
En su lugar, concéntrense en pasar momentos agradables juntos.
Piensa: ¿cuáles son las cosas que solían hacer que disfrutaban?
¿Cómo pasaban el tiempo juntos en formas que eran simples, sin
presión, solo pasar tiempo juntos? Hagan esas cosas. Salgan a
caminar, vayan al cine, a tomar café o a la librería. En otras
palabras, hagan cosas que no sean acerca de la relación, sino
simplemente de compartir espacio.
Si te enfocas en eso, vas a dejar la ansiedad de tu cónyuge acerca
de tener que lidiar con los problemas de la relación de nuevo. Vas
a comenzar a hacer algunos depósitos en la cuenta de la relación
(sí, en este punto, tu cónyuge probablemente esté haciendo la
contabilidad de relación). Y construirás confianza y comunicación.
Lo gracioso es que, una vez que haces estas cosas, los problemas
insuperables pueden parecer muy simples de superar. De hecho,
algunos dejan de sentirse como problemas.

Etapa 4: Tu cónyuge está amenazando con irse.


En este punto, tu cónyuge no solo está diciendo que es infeliz, sino que
también está dispuesto irse. La ida puede ser vista como una solución
temporal, una oportunidad para pensar las cosas.
Sin embargo, entiende esto: las separaciones rara vez son eficaces para
trabajar en una relación. Casi siempre, una separación es un paso hacia
el divorcio. He aquí por qué: tú dices que vas a trabajar en la relación al
estar separados.
Por lo tanto, para la supervivencia a largo plazo de la relación, lo mejor
es tratar de evitar la separación. Encontrar maneras de intervenir lo más
rápido y eficientemente como sea posible.
1) Todo en la información para la Etapa 3 aplica. En este punto, es
necesario trabajar con rapidez para descubrir qué ha dado lugar a
la infelicidad.
2) No aceptes una separación legal. Permíteme aclarar: es posible
que tengas que estar de acuerdo con esto porque tu pareja puede
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iniciar los trámites legales que te obligan. Sin embargo, si se trata
de una solicitud, es decir: “¿Crees que deberíamos separarnos?”,
tu respuesta es “No. Quiero trabajar en nuestra relación. Quiero
hacer lo que se necesita para volver a encaminarnos.”
3) No eches culpas, ni trates de volverlo en contra de tu pareja ni
permitas que tu ira se encienda. Si lo haces, estarás probando el
hecho de que tienen que estar separados.
Recuerda que, al final, tú tienes control sobre el cambio en un
área, y una única área: TÚ. No tienes control sobre tu cónyuge, y
no tienes el poder de cambiarlo de ninguna manera. Has
demostrado mediante la inversión en este programa, que deseas
que tu matrimonio permanezca intacto. Así que debes asumir la
responsabilidad de hacer los cambios necesarios.
La esperanza (como verás en el ebook Salvar tu matrimonio) es
que esto dará lugar a que tu cónyuge haga cambios en él o ella
misma. Pero no se puede empezar con eso como una expectativa.
Debes empezar por hacer el cambio en ti mismo. Comienza el
proceso de cambio dentro de ti.
4) Comienza una conversación con “¿Qué haría falta para
mantenernos juntos?” Esto es importante en dos niveles
diferentes. En primer lugar, necesitas esta información para que
puedas empezar a trabajar en hacer esos cambios. Pero en
segundo lugar, y más importante, establece que deseas que la
relación continúe. Esto ayuda a tu cónyuge a ver que la relación es
importante para ti y que es algo que tú valoras.
A menudo, un cónyuge tiene que saber que atesoras la relación.
Esto se debe a que por lo general, el caso es que el cónyuge está
probando las aguas para ver si realmente hay un compromiso con
la relación. Por lo tanto, la amenaza de irse puede ser un motivo
para saber que tú atesoras la relación y deseas mantenerla.
Una respuesta defensiva, especialmente una que dice: “Adelante,
vete, si eso es lo que quieres” solo demuestra lo que la persona
teme, que no atesoras la relación. No caigas en esa trampa.
Escucha a tu cónyuge. Escucha lo que tiene que suceder para
mantener la relación, entonces decide: ¿hay algo de lo que tu
pareja quiere que no puedas hacer? Es posible. Puedes escuchar
algo que realmente es imposible.

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Por ejemplo, se te pide que hagas un cambio que va en contra de
tu moral (por ejemplo, la aceptación de una aventura), es
necesario cambiar las piezas fundamentales de quién eres, o
quiere decir que no puedes conseguir que cualquiera de tus
necesidades sean satisfechas.
Si ese es el caso, puedes decidir que el costo es demasiado alto
para aceptar eso. No te rindas, pero sí señala la imposibilidad de
la solicitud. Pero más a menudo que no, lo que se pide no es
injusto o fuera de cuestión. De hecho, a menudo es importante
escuchar la petición y pedir un poco de tiempo para considerarla.
En otras palabras, tomar un poco de tiempo para no reaccionar,
meditar la solicitud y responder cuidadosamente.
5) No pospongas las cosas. El peligro en este momento es la
inacción. Si dices que quieres que las cosas cambien, pero no
realizas ningún cambio, solo precipitas una separación. Crearás un
punto de no retorno.
Tu cónyuge necesita ver que estás listo para seguir adelante. No
dejes pasar esta oportunidad. Una vez que alguien está fuera de la
casa, la dificultad de conciliar aumenta exponencialmente. Haz el
cambio ahora, y no te paralices por el miedo.
6) No te pongas a la defensiva. Pude haber dicho esto antes, pero
es tan importante que quiero reiterarlo. Sé que una reacción
natural de cualquiera que esté escuchando algo que ataca nuestro
sentido del mundo y nuestro lugar en él tiende a crear una
respuesta defensiva. Sentimos la necesidad de protegernos a
nosotros mismos y defender nuestro paradigma (ver mi ebook,
Salvar tu matrimonio, para más detalles).
Pero te puedo decir por experiencia personal: estar a la defensiva
no es eficiente en la creación de cambios en una relación, pero es
muy eficaz para encender el fuego de la ira y el resentimiento en la
otra persona.
Tu cónyuge podrá ver tu actitud defensiva como la verificación de
que no vas a cambiar, y que no te importa cómo son las cosas. En
su mente, estás mucho más interesado en defender la forma en
que ves las cosas que en hacer que la relación funcione.
Por lo tanto, cuando estés escuchando algo, no respondas
inmediatamente. Haz una pausa, respira profundamente, acepta

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que lo que se dice puede tener validez, y luego responde de una
forma afectuosa. No estás allí para cambiar la percepción de la
otra persona. Estás allí para escuchar y ver lo que hay que
cambiar para que la relación funcione.
Recuerda, si todavía estás escuchando acerca de la relación, tu
cónyuge todavía tiene compromiso con la relación, pero quiere que
las cosas cambien.

Etapa 5: Tu cónyuge se ha ido. Sin procedimientos


legales. Se siguen comunicando.
En esta etapa, la apuesta es mucho más alta que en cualquier momento
anterior. Cuando un cónyuge o bien sale de la casa o inicia acciones
judiciales (o ambas), el comienzo de una avalancha está cerca. En otras
palabras, no requiere mucho en términos de un movimiento en falso
para iniciar un alud irrecuperable.
Se necesita una cantidad considerable de resolución para mudarse y
comenzar los procedimientos legales. Algunas personas permanecen en
el hogar, ya que son las principales cuidadoras de los hijos o por otros
motivos prácticos, pero comienzan los procedimientos legales.
Cualquiera de estas situaciones cabe aquí. Esto es claramente una
situación de emergencia. Sin embargo, es necesario proceder con
cautela. Recuerda, en el entrenamiento de primeros auxilios, la primera
regla es no entrar en pánico. Rara vez tomas buenas decisiones en
modo de pánico. Por lo tanto, esto conduce al número 1:
1) No entres en pánico. Este no es el momento de entrar en pánico
y reaccionar exageradamente o ser paralizado y no hacer nada.
Algún lugar en el medio es importante.
Cuando entras en pánico, la parte del cerebro que necesitas que
esté activa se apaga. Necesitas estar en tu lugar razonable,
racional. Esto no es posible cuando eres presa del pánico.
La parte más primitiva de nuestro cerebro está diseñada para
detectar amenazas. No está diseñada para ser buena en
determinar si una amenaza es real o no, solo que hay una
amenaza. Los investigadores del cerebro nos dicen que hay un
área del cerebro, la amígdala, que está en lo profundo de nuestra
estructura cerebral. Siempre está buscando las amenazas.

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La supervivencia depende de una reacción exagerada. Por lo
tanto, estamos mejor cuando de supervivencia se trata,
respondiendo a una amenaza real y a una amenaza percibida con
la misma velocidad y fuerza. Si estoy andando por un camino y
veo un palo torcido, mi mente registra la posibilidad de una
serpiente y me congelo. A continuación, el resto de mi cerebro se
pone al día y evalúa que es solo un palo. Sigo adelante. Si hubiera
sido una serpiente, mi cerebro estaba configurado para asumir que
no era una amenaza que fuera mordido. No es bueno para la
supervivencia.
Por desgracia, lo que es bueno para la supervivencia no es tan
bueno para las relaciones personales. Cuando alguien me levanta
la voz o utiliza palabras críticas, mi parte instintiva más profunda
se ve amenazada. Y ya que la persona probablemente no se
detiene, mi mente sigue registrando amenazas. De repente, mi
cuerpo está listo para una de dos respuestas: lucha o huida.
Tampoco son respuestas particularmente útiles para tener una
discusión inteligente.
El pánico es una respuesta de miedo. No cedas a un sentimiento
de pánico. Solo hará que te desesperes y te veas patético. Esta no
es una posición útil.
2) No eches culpas, ni trates de volverlo en contra de tu pareja ni
permitas que tu ira se encienda. Si lo haces, estarás probando el
hecho de que tienen que estar separados.
Recuerda que, al final, tú tienes control sobre el cambio en un
área, y una única área: TÚ. No tienes control sobre tu cónyuge, y
no tienes el poder de cambiarlo de ninguna manera. Has
demostrado mediante la inversión en este programa, que deseas
que tu matrimonio permanezca intacto. Así que debes asumir la
responsabilidad de hacer los cambios necesarios.
La esperanza (como verás en el ebook Salvar tu matrimonio) es
que esto dará lugar a que tu cónyuge haga cambios en él o ella
misma. Pero no se puede empezar con eso como una expectativa.
Debes empezar por hacer el cambio en ti mismo. Comienza el
proceso de cambio dentro de ti.
3) Comienza una conversación con “¿Qué haría falta para
mantenernos juntos?” Esto es importante en dos niveles

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diferentes. En primer lugar, necesitas esta información para que
puedas empezar a trabajar en hacer esos cambios. Pero en
segundo lugar, y más importante, establece que deseas que la
relación continúe. Esto ayuda a tu cónyuge a ver que la relación es
importante para ti y que es algo que tú valoras.
A menudo, un cónyuge tiene que saber que atesoras la relación.
Esto se debe a que por lo general, el caso es que el cónyuge está
probando las aguas para ver si realmente hay un compromiso con
la relación. Por lo tanto, la amenaza de irse puede ser un motivo
para saber que tú atesoras la relación y deseas mantenerla.
Una respuesta defensiva, especialmente una que dice: “Adelante,
vete, si eso es lo que quieres” solo demuestra lo que la persona
teme, que no atesoras la relación. No caigas en esa trampa.
Escucha a tu cónyuge. Escucha lo que tiene que suceder para
mantener la relación, entonces decide: ¿hay algo en lo que tu
pareja quiere que no puedas hacer? Es posible. Puedes escuchar
algo que realmente es imposible.
Por ejemplo, se te pide que hagas un cambio que va en contra de
tu moral (por ejemplo, la aceptación de una aventura), es
necesario cambiar las piezas fundamentales de quién eres, o
quiere decir que no puedes conseguir que cualquiera de tus
necesidades sean satisfechas.
Si ese es el caso, puedes decidir que el costo es demasiado alto
para aceptar eso. No te rindas, pero sí señala la imposibilidad de
la solicitud. Pero más a menudo que no, lo que se pide no es
injusto o fuera de cuestión. De hecho, a menudo es importante
escuchar la petición y pedir un poco de tiempo para considerar
esto. En otras palabras, tomar un poco de tiempo para no
reaccionar, meditar la solicitud y responder cuidadosamente.
4) No pospongas las cosas. El peligro en este momento es la
inacción. Si dices que quieres que las cosas cambien, pero no
realizas ningún cambio, solo precipitas una separación. Crearás un
punto de no retorno.
Su cónyuge necesita ver que estás listo para seguir adelante. No
dejes pasar esta oportunidad. Una vez que alguien está fuera de la
casa, la dificultad de conciliar aumenta exponencialmente. Haz el
cambio ahora, y no te paralices por el miedo.

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5) No te pongas a la defensiva. Pude haber dicho esto antes, pero
es tan importante que quiero reiterarlo. Sé que una reacción
natural de cualquiera que esté escuchando algo que ataca nuestro
sentido del mundo y nuestro lugar en él tiende a crear una
respuesta defensiva. Sentimos la necesidad de protegernos a
nosotros mismos y defender nuestro paradigma (ver mi ebook,
Salvar tu matrimonio, para más detalles).
Pero te puedo decir por experiencia personal: estar a la defensiva
no es eficiente en la creación de cambios en una relación, pero es
muy eficaz para encender el fuego de la ira y el resentimiento en la
otra persona.
Tu cónyuge podrá ver tu actitud defensiva como la verificación de
que no vas a cambiar, y que no te importa cómo son las cosas. En
su mente, estás mucho más interesado en defender la forma en
que ves las cosas que en hacer que la relación funcione.
Por lo tanto, cuando estés escuchando algo, no respondas
inmediatamente. Haz una pausa, respira profundamente, acepta
que lo que se dice puede tener validez, y luego responde de una
forma afectuosa. No estás allí para cambiar la percepción de la
otra persona. Estás allí para escuchar y ver lo que hay que
cambiar para que la relación funcione.
Recuerda, si todavía estás escuchando acerca de la relación, tu
cónyuge todavía tiene compromiso con la relación, pero quiere que
las cosas cambien.
6) Opta por cambiarte a ti mismo para ser la persona que debes
ser. Con el tiempo, todos tenemos una tendencia a ser
complacientes y perezosos, entrar en malos hábitos y patrones, y
perder de vista nuestro verdadero yo.
Pero tu cónyuge te está dando una clara señal de que las cosas
deben cambiar. Es el momento de tomar esa tarea como un reto.
En su excelente libro, Mindset, Carol Dweck distingue entre una
“mentalidad fija” y una “mentalidad de crecimiento”. La mentalidad
fija lleva a no pensar que algo puede cambiar: nuestra
personalidad es fija, nuestra inteligencia es fija, nuestras formas de
relacionarnos son fijas.
Esto es diferente a la mentalidad de crecimiento. La mentalidad de
crecimiento se caracteriza por un conocimiento de que las
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personas pueden cambiar, pueden descubrir nuevas formas de ser
y de relacionarse.
Adivina qué mentalidad es la correcta. Estudio tras estudio
muestra que la mentalidad de crecimiento es verdadera. En otras
palabras, tenemos una mayor capacidad de cambio de lo que
creemos. Por lo tanto, asume ese enfoque y decide que es la hora
de tu versión “nueva y mejorada”.
Estas son las dos razones por las que esto es tan importante en
este momento:
a. Tienes que ser capaz de mirarte en el espejo, después de
que todo esté dicho y hecho, sin importar el resultado, y
gustarte a ti mismo. Tienes que ser capaz de verte a ti
mismo como alguien que, o bien se convirtió en quien
debería haber sido, o que se quedó como debería haber
sido. Este proceso es brutal en la autoestima de la gente, y
muchas veces nos engaña a actuar de una manera que no
es fiel a lo que realmente somos. Eso es una tragedia.
b. Estás tratando de atraer a alguien de nuevo a la relación.
Cuando esa persona ve que actúas de maneras que son
positivas para ti, se sentirá atraída nuevamente. No te
desanimes ni te dejes intimidar por frases como “¿Por qué
no hiciste esto cuando estábamos juntos?” o “Debería
haberme ido antes, para que hubieras hecho esto antes”.
Toma a ambos como reconocimientos de que a tu cónyuge
le están gustando los cambios, pero no sabe qué hacer con
ellos.
7) No hay “conversaciones definitivas sobre la relación”. Con
frecuencia, las personas comienzan a ver cada interacción como si
tuviera el potencial para hacer o romper una relación. Esto
raramente es el caso. Por lo tanto, relájate y haz que las
interacciones que tengan sean agradables.
Aquí está la cosa: cuando las cosas no van bien, los problemas
parecen enormes, casi insuperables, y sienten la necesidad de
tener grandes conversaciones para recuperar el camino. Esta es
una mala idea. No caigas en esa trampa. La sensación de que las
cosas son casi insuperables se convertirá en un tipo de cáncer
entre los dos, y ambos sentirán cada vez menos ganas de trabajar
en las cosas.
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En su lugar, concéntrense en pasar momentos agradables juntos.
Piensa: ¿cuáles son las cosas que solían hacer que disfrutaban?
¿Cómo pasaban el tiempo juntos en formas que eran simples, sin
presión, solo pasar tiempo juntos? Hagan esas cosas. Salgan a
caminar, vayan al cine, a tomar café o a la librería. En otras
palabras, hagan cosas que no sean acerca de la relación, sino
simplemente de compartir espacio.
Si te enfocas en eso, vas a dejar la ansiedad de tu cónyuge acerca
de tener que lidiar con los problemas de la relación de nuevo. Vas
a comenzar a hacer algunos depósitos en la cuenta de la relación
(sí, en este punto, tu cónyuge probablemente esté haciendo la
contabilidad de relación). Y construirás confianza y comunicación.
Lo gracioso es que, una vez que haces estas cosas, los problemas
insuperables pueden parecer muy simples de superar. De hecho,
algunos dejan de sentirse como problemas.

Etapa 6: Tu cónyuge se ha ido. Sin procedimientos


legales. No hay comunicación.
En esta etapa, la apuesta es mucho más alta que en cualquier momento
antes. Cuando un cónyuge se va de la casa, el comienzo de una
avalancha está cerca. En otras palabras, no requiere mucho en términos
de un movimiento en falso para iniciar un alud irrecuperable.
Se necesita una cantidad considerable de resolución para mudarse.
Esto es claramente una situación de emergencia. Sin embargo, es
necesario proceder con cautela. Recuerda, en el entrenamiento de
primeros auxilios, la primera regla es no entrar en pánico. Rara vez
tomas buenas decisiones en modo de pánico. Por lo tanto, esto conduce
al número 1:
1) No entres en pánico. Este no es el momento de entrar en pánico
y reaccionar exageradamente o ser paralizado y no hacer nada.
Algún lugar en el medio es importante.
Cuando entras en pánico, la parte del cerebro que necesitas que
esté activa se apaga. Necesitas estar en tu lugar razonable,
racional. Esto no es posible cuando eres presa del pánico.
La parte más primitiva de nuestro cerebro está diseñada para
detectar amenazas. No está diseñada para ser buena en

© Copyright 2006, Lee H. Baucom, Ph.D. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. 15


determinar si una amenaza es real o no, solo que hay una
amenaza. Los investigadores del cerebro nos dicen que hay un
área del cerebro, la amígdala, que está en lo profundo de nuestra
estructura cerebral. Siempre está buscando las amenazas.
La supervivencia depende de una reacción exagerada. Por lo
tanto, estamos mejor, cuando de supervivencia se trata,
respondiendo a una amenaza real y a una amenaza percibida con
la misma velocidad y fuerza. Si estoy caminando por un camino y
veo un palo torcido, mi mente registra la posibilidad de una
serpiente y me congelo. A continuación, el resto de mi cerebro se
pone al día y evalúa que es solo un palo. Sigo adelante. Si hubiera
sido una serpiente, mi cerebro estaba configurado para asumir que
no era una amenaza que fuera mordido. No es bueno para la
supervivencia.
Por desgracia, lo que es bueno para la supervivencia no es tan
bueno para las relaciones personales. Cuando alguien me levanta
la voz o utiliza palabras críticas, mi parte instintiva más profunda
se ve amenazada. Y ya que la persona probablemente no se
detiene, mi mente sigue registrando amenazas. De repente, mi
cuerpo está listo para una de dos respuestas: lucha o huida.
Tampoco son respuestas particularmente útiles para tener una
discusión inteligente.
El pánico es una respuesta de miedo. No cedas a un sentimiento
de pánico. Solo hará que te desesperes y te veas patético. Esta no
es una posición útil.
2) No eches culpas, ni trates de volverlo en contra de tu pareja ni
permitas que tu ira se encienda. Si lo haces, estarás probando el
hecho de que tienen que estar separados.
Recuerda que, al final, tú tienes control sobre el cambio en un
área, y una única área: TÚ. No tienes control sobre tu cónyuge, y
no tienes el poder de cambiarlo de ninguna manera. Has
demostrado mediante la inversión en este programa, que deseas
que tu matrimonio permanezca intacto. Así que debes asumir la
responsabilidad de hacer los cambios necesarios.
La esperanza (como verás en el ebook Salvar tu matrimonio) es
que esto dará lugar a que tu cónyuge haga cambios en él o ella
misma. Pero no se puede empezar con eso como una expectativa.

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Debes empezar por hacer el cambio en ti mismo. Comienza el
proceso de cambio dentro de ti.
3) Abre una línea de comunicación. Bueno, tengo que aclarar esta.
Asumo que no hay ninguna razón legal para que no puedas
comunicarte con tu cónyuge (una orden de protección de algún
tipo). Y debo advertirte que abras cuidadosamente las líneas de
comunicación. En otras palabras, no dejes múltiples mensajes de
voz, correos electrónicos repetidos ni te aparezcas sin avisar.
Dicho esto, es importante comenzar a abrir las líneas de
comunicación. Te sugiero que empieces poco a poco. “¿Cómo
estás?” es un buen comienzo, ya sea una carta, un correo
electrónico o un mensaje de voz.
Sugiero que no empieces la comunicación en persona. Esto
probablemente será visto como agresivo, invasivo y amenazador.
De hecho, te sugiero que escribas una carta. Comienza con el
“¿Cómo estás?”
¿Por qué te sugiero una carta? Los mensajes de voz son fáciles
de eliminar, al igual que los mensajes de correo electrónico. Pero
el poder de un sobre cerrado, ¡es enorme! ¿Cuándo fue la última
vez que fuiste capaz de resistirte a la apertura de un sobre cerrado
dirigido a ti (y no una pieza de correo basura)? Hay algo acerca de
la naturaleza humana y la curiosidad que llevará a la mayoría de la
gente a abrir una carta.
Si la carta te es devuelta sin abrir, la siguiente táctica es el envío
de un correo electrónico. Los correos electrónicos no pueden ser
devueltos. Se pueden eliminar, pero no sabrás si tu correo
electrónico es leído o no (no uses la “confirmación de apertura de
correo electrónico”), así que es seguro leerlo.
A lo largo de varios mensajes de correo electrónico, tienes que
moverte lentamente del “¿Cómo estás?” al “Quiero que tengamos
una mejor relación de la que teníamos”. En otras palabras, admite
que las cosas no eran muy buenas, y que las cosas tienen que
cambiar.
4) Inicia una comunicación con “¿Qué haría falta para que
volvamos a estar juntos?” Esto es importante en dos niveles
diferentes. En primer lugar, necesitas esta información para que
puedas empezar a trabajar en hacer esos cambios. Pero en

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segundo lugar, y lo que es más importante, establece que deseas
que la relación continúe. Esto ayuda a tu cónyuge a ver que la
relación es importante para ti y que es algo que tú valoras.
A menudo, un cónyuge tiene que saber que atesoras la relación.
Esto se debe a que por lo general, el caso es que el cónyuge está
probando las aguas para ver si realmente hay un compromiso con
la relación. Por lo tanto, la amenaza de irse puede ser un motivo
para saber que tú atesoras la relación y deseas mantenerla.
Una respuesta defensiva, especialmente una que dice: “Adelante,
vete, si eso es lo que quieres” solo demuestra lo que la persona
teme, que no atesoras la relación. No caigas en esa trampa.
Escucha a tu cónyuge. Escucha lo que tiene que suceder para
mantener la relación, entonces decide: ¿hay algo en lo que tu
pareja quiere que no puedas hacer? Es posible. Puedes escuchar
algo que realmente es imposible.
Por ejemplo, se te pide que hagas un cambio que va en contra de
tu moral (por ejemplo, la aceptación de una aventura), es
necesario cambiar las piezas fundamentales de quién eres, o
quiere decir que no puedes conseguir que cualquiera de tus
necesidades sean satisfechas.
Si ese es el caso, puedes decidir que el costo es demasiado alto
para aceptar eso. No te rindas, pero sí señala la imposibilidad de
la solicitud. Pero más a menudo que no, lo que se pide no es
injusto o fuera de cuestión. De hecho, a menudo es importante
escuchar la petición y pedir un poco de tiempo para considerar
esto. En otras palabras, tomar un poco de tiempo para no
reaccionar, meditar la solicitud y responder cuidadosamente.
5) No pospongas las cosas. El peligro en este momento es la
inacción. Si dices que quieres que las cosas cambien, pero no
realizas ningún cambio, solo precipitas una separación. Crearás un
punto de no retorno.
Tu cónyuge necesita ver que estás listo para seguir adelante. No
dejes pasar esta oportunidad. Una vez que alguien está fuera de la
casa, la dificultad de conciliar aumenta exponencialmente. Haz el
cambio ahora, y no te paralices por el miedo.
6) No uses procesos legales para expresar tu ira. El proceso legal
es muy destructivo para la reconciliación. Pero a menudo, alguien
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va a responder al cónyuge que se ha mudado diciendo “Bien, si
eso es lo que él/ella quiere, entonces ya va a ver”. Y la persona
comienza acciones legales para tratar de “forzar la mano” del
cónyuge. Esto casi siempre resulta contraproducente. Alimenta el
fuego de la ira y el resentimiento.
7) No te pongas a la defensiva. Pude haber dicho esto antes, pero
es tan importante que quiero reiterarlo. Sé que una reacción
natural de cualquiera que esté escuchando algo que ataca nuestro
sentido del mundo y nuestro lugar en él tiende a crear una
respuesta defensiva. Sentimos la necesidad de protegernos a
nosotros mismos y defender nuestro paradigma (ver mi ebook,
Salvar tu matrimonio, para más detalles).
Pero te puedo decir por experiencia personal: estar a la defensiva
no es eficiente en la creación de cambios en una relación, pero es
muy eficaz para encender el fuego de la ira y el resentimiento en la
otra persona.
Tu cónyuge podrá ver tu actitud defensiva como la verificación de
que no vas a cambiar, y que no te importa cómo son las cosas. En
su mente, estás mucho más interesado en defender la forma en
que ves las cosas que en hacer que la relación funcione.
Por lo tanto, cuando estés escuchando algo, no respondas
inmediatamente. Haz una pausa, respira profundamente, acepta
que lo que se dice puede tener validez, y luego responde de una
forma afectuosa. No estás allí para cambiar la percepción de la
otra persona. Estás allí para escuchar y ver lo que hay que
cambiar para que la relación funcione.
Recuerda, si todavía estás escuchando acerca de la relación, tu
cónyuge todavía tiene compromiso con la relación, pero quiere que
las cosas cambien.
8) Opta por cambiarte a ti mismo para ser la persona que debes
ser. Con el tiempo, todos tenemos una tendencia a ser
complacientes y perezosos, entrar en malos hábitos y patrones, y
perder de vista nuestro verdadero yo.
Pero tu cónyuge te está dando una clara señal de que las cosas
deben cambiar. Es el momento de tomar esa tarea como un reto.
En su excelente libro, Mindset, Carol Dweck distingue entre una
“mentalidad fija” y una “mentalidad de crecimiento”. La mentalidad
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fija lleva a no pensar que algo puede cambiar: nuestra
personalidad es fija, nuestra inteligencia es fija, nuestras formas de
relacionarnos son fijas.
Esto es diferente a la mentalidad de crecimiento. La mentalidad de
crecimiento se caracteriza por un conocimiento de que las
personas pueden cambiar, pueden descubrir nuevas formas de ser
y de relacionarse.
Adivina qué mentalidad es la correcta. Estudio tras estudio
muestra que la mentalidad de crecimiento es verdadera. En otras
palabras, tenemos una mayor capacidad de cambio de lo que
creemos. Por lo tanto, asume ese enfoque y decide que es la hora
de tu versión “nueva y mejorada”.
Estas son las dos razones por las que esto es tan importante en
este momento:
a. Tienes que ser capaz de mirarte en el espejo, después de
que todo esté dicho y hecho, sin importar el resultado, y
gustarte a ti mismo. Tienes que ser capaz de verte a ti
mismo como alguien que, o bien se convirtió en quien
debería haber sido, o que se quedó como debería haber
sido. Este proceso es brutal en la autoestima de la gente, y
muchas veces nos engaña a actuar de una manera que no
es fiel a lo que realmente somos. Eso es una tragedia.
b. Estás tratando de atraer a alguien de nuevo a la relación.
Cuando esa persona ve que actúas de maneras que son
positivas para ti, se sentirá atraída nuevamente. No te
desanimes ni te dejes intimidar por frases como “¿Por qué
no hiciste esto cuando estábamos juntos?” o “Debería
haberme ido antes, para que hubieras hecho esto antes”.
Toma a ambos como reconocimientos de que a tu cónyuge
le están gustando los cambios, pero no sabe qué hacer con
ellos.

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Etapa 7: Tu cónyuge se ha ido y ha comenzado
procedimientos legales. Se siguen comunicando.
(También aplica cuando el cónyuge ha comenzado
procedimientos legales mientras sigue en el hogar.)
En esta etapa, la apuesta es mucho más alta que en cualquier momento
antes. Cuando un cónyuge o bien sale de la casa o inicia acciones
judiciales (o ambas), el comienzo de una avalancha está cerca. En otras
palabras, no requiere mucho en términos de un movimiento en falso
para iniciar un alud irrecuperable.
Se necesita una cantidad considerable de resolución para mudarse y
comenzar los procedimientos legales. Algunas personas permanecen en
el hogar, ya que son las principales cuidadoras de los hijos o por otros
motivos prácticos, pero comienzan los procedimientos legales.
Cualquiera de estas situaciones cabe aquí. Esto es claramente una
situación de emergencia. Sin embargo, es necesario proceder con
cautela.
Recuerda, en el entrenamiento de primeros auxilios, la primera regla es
no entrar en pánico. Rara vez tomas buenas decisiones en modo de
pánico. Por lo tanto, esto conduce al número 1:
1) No entres en pánico. Como señalé anteriormente, este no es un
momento de renunciar, entrar en pánico, exagerar o paralizarse.
Algún lugar en el medio es importante.
Cuando entras en pánico, la parte del cerebro que necesitas que
esté activa se apaga. Necesitas estar en tu lugar razonable,
racional. Esto no es posible cuando eres presa del pánico.
La parte más primitiva de nuestro cerebro está diseñada para
detectar amenazas. No está diseñada para ser buena en
determinar si una amenaza es real o no, solo que hay una
amenaza. Los investigadores del cerebro nos dicen que hay un
área del cerebro, la amígdala, que está en lo profundo de nuestra
estructura cerebral. Siempre está buscando las amenazas.
La supervivencia depende de una reacción exagerada. Por lo
tanto, estamos mejor, cuando de supervivencia se trata,
respondiendo a una amenaza real y a una amenaza percibida con
la misma velocidad y fuerza. Si estoy caminando por un camino y
veo un palo torcido, mi mente registra la posibilidad de una

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serpiente y me congelo. A continuación, el resto de mi cerebro se
pone al día y evalúa que es solo un palo. Sigo adelante. Si hubiera
sido una serpiente, mi cerebro estaba configurado para asumir que
no era una amenaza que fuera mordido. No es bueno para la
supervivencia.
Por desgracia, lo que es bueno para la supervivencia no es tan
bueno para las relaciones personales. Cuando alguien me levanta
la voz o utiliza palabras críticas, mi parte instintiva más profunda
se ve amenazada. Y ya que la persona probablemente no se
detiene, mi mente sigue registrando amenazas. De repente, mi
cuerpo está listo para una de dos respuestas: lucha o huida.
Tampoco son respuestas particularmente útiles para tener una
discusión inteligente.
El pánico es una respuesta de miedo. No cedas a un sentimiento
de pánico. Solo hará que te desesperes y te veas patético. Esta no
es una posición útil.
2) No eches culpas, ni trates de volverlo en contra de tu pareja ni
permitas que tu ira se encienda. Si lo haces, estarás probando el
hecho de que tienen que estar separados.
Recuerda que, al final, tú tienes control sobre el cambio en un
área, y una única área: TÚ. No tienes control sobre tu cónyuge, y
no tienes el poder de cambiarlo de ninguna manera. Has
demostrado mediante la inversión en este programa, que deseas
que tu matrimonio permanezca intacto. Así que debes asumir la
responsabilidad de hacer los cambios necesarios.
La esperanza (como verás en el ebook Salvar tu matrimonio) es
que esto dará lugar a que tu cónyuge haga cambios en él o ella
misma. Pero no se puede empezar con eso como una expectativa.
Debes empezar por hacer el cambio en ti mismo. Comienza el
proceso de cambio dentro de ti.
3) Comienza una conversación con “¿Qué haría falta para
mantenernos juntos?” Esto es importante en dos niveles
diferentes. En primer lugar, necesitas esta información para que
puedas empezar a trabajar en hacer esos cambios. Pero en
segundo lugar, y más importante, establece que deseas que la
relación continúe. Esto ayuda a tu cónyuge a ver que la relación es
importante para ti y que es algo que tú valoras.

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A menudo, un cónyuge tiene que saber que atesoras la relación.
Esto se debe a que, por lo general, el caso es que el cónyuge está
probando las aguas para ver si realmente hay un compromiso con
la relación. Por lo tanto, la amenaza de irse puede ser un motivo
para saber que tú atesoras la relación y deseas mantenerla.
Una respuesta defensiva, especialmente una que dice: “Adelante,
vete, si eso es lo que quieres” solo demuestra lo que la persona
teme, que no atesoras la relación. No caigas en esa trampa.
Escucha a tu cónyuge. Escucha lo que tiene que suceder para
mantener la relación, entonces decide: ¿hay algo en lo que tu
pareja quiere que no puedas hacer? Es posible. Puedes escuchar
algo que realmente es imposible.
Por ejemplo, se te pide que hagas un cambio que va en contra de
tu moral (por ejemplo, la aceptación de una aventura), es
necesario cambiar las piezas fundamentales de quién eres, o
quiere decir que no puedes conseguir que cualquiera de tus
necesidades sean satisfechas.
Si ese es el caso, puedes decidir que el costo es demasiado alto
para aceptar eso. No te rindas, pero sí señala la imposibilidad de
la solicitud. Pero más a menudo que no, lo que se pide no es
injusto o fuera de cuestión. De hecho, a menudo es importante
escuchar la petición y pedir un poco de tiempo para considerar
esto. En otras palabras, tomar un poco de tiempo para no
reaccionar, meditar la solicitud y responder cuidadosamente.
4) No pospongas las cosas. El peligro en este momento es la
inacción. Si dices que quieres que las cosas cambien, pero no
realizas ningún cambio, solo precipitas una separación. Crearás un
punto de no retorno.
Tu cónyuge necesita ver que estás listo para seguir adelante. No
dejes pasar esta oportunidad. Una vez que alguien está fuera de la
casa, la dificultad de conciliar aumenta exponencialmente. Haz el
cambio ahora, y no te paralices por el miedo.
5) Reconoce el proceso legal por lo que es. Entiende, un
procedimiento legal es una crisis importante por dos razones
fundamentales:
a. ¡El “contra” que ponen entre sus nombres en el documento
legal no es un error! Los tribunales están diciendo que
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realmente es uno contra el otro. Si estás familiarizado con el
concepto de un NOSOTROS de mi ebook, verás que esto es
veneno absoluto para la relación. Los procesos legales crean
una acritud de la que es difícil escapar.
b. El mismo proceso de acercamiento, de convertirse en un
NOSOTROS, sucede a la inversa. Se trata de una imagen
en el espejo, y cuando se despedaza es doloroso. Una vez
iniciado, el dolor y las cicatrices son significativos para todas
las partes.
6) No uses procesos legales para expresar tu ira. Recuerda que
este es un proceso legal, así que simplemente no decidas no
responder. No estoy sugiriendo que ignores el proceso legal, solo
que te abstengas de responder a la agresión.
Debes hacer lo que necesitas con el fin de proteger tus intereses,
así que no solo evita las cuestiones legales. Sin embargo, tendrás
muchas opciones para hacer, y una es sobre con qué agresividad
responderás a los procedimientos legales de tu cónyuge.
Si deseas trabajar hacia la reconciliación, yo recomendaría
mantener el “armamento pesado” en sus fundas. Hay un espectro
de respuestas legales, de la inacción a la híper-acción (“aplastar a
la oposición”). No juegues en cualquiera de los extremos.
No puede ser simplemente “pan comido”, pero puedes responder
desde una perspectiva racional, y negarte a caer en el proceso
emocional.
Pide a tu abogado que te proteja, pero que no “persiga” a tu
cónyuge en este momento.
7) No te pongas a la defensiva. Pude haber dicho esto antes, pero
es tan importante que quiero reiterarlo. Sé que una reacción
natural de cualquiera que esté escuchando algo que ataca nuestro
sentido del mundo y nuestro lugar en él tiende a crear una
respuesta defensiva. Sentimos la necesidad de protegernos a
nosotros mismos y defender nuestro paradigma (ver mi ebook,
Salvar tu matrimonio, para más detalles).
Pero te puedo decir por experiencia personal: estar a la defensiva
no es eficiente en la creación de cambios en una relación, pero es
muy eficaz para encender el fuego de la ira y el resentimiento en la
otra persona.
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Tu cónyuge podrá ver tu actitud defensiva como la verificación de
que no vas a cambiar, y que no te importa cómo son las cosas. En
su mente, estás mucho más interesado en defender la forma en
que ves las cosas que en hacer que la relación funcione.
Por lo tanto, cuando estés escuchando algo, no respondas
inmediatamente. Haz una pausa, respira profundamente, acepta
que lo que se dice puede tener validez, y luego responde de una
forma afectuosa. No estás allí para cambiar la percepción de la
otra persona. Estás allí para escuchar y ver lo que hay que
cambiar para que la relación funcione.
Recuerda, si todavía estás escuchando acerca de la relación, tu
cónyuge todavía tiene compromiso con la relación, pero quiere que
las cosas cambien.
8) Opta por cambiarte a ti mismo para ser la persona que debes
ser. Con el tiempo, todos tenemos una tendencia a ser
complacientes y perezosos, entrar en malos hábitos y patrones, y
perder de vista nuestro verdadero yo.
Pero tu cónyuge te está dando una clara señal de que las cosas
deben cambiar. Es el momento de tomar esa tarea como un reto.
En su excelente libro, Mindset, Carol Dweck distingue entre una
“mentalidad fija” y una “mentalidad de crecimiento”. La mentalidad
fija lleva a no pensar que algo puede cambiar: nuestra
personalidad es fija, nuestra inteligencia es fija, nuestras formas de
relacionarnos son fijas.
Esto es diferente a la mentalidad de crecimiento. La mentalidad de
crecimiento se caracteriza por un conocimiento de que las
personas pueden cambiar, pueden descubrir nuevas formas de ser
y de relacionarse.
Adivina qué mentalidad es la correcta. Estudio tras estudio
muestra que la mentalidad de crecimiento es verdadera. En otras
palabras, tenemos una mayor capacidad de cambio de lo que
creemos. Por lo tanto, asume ese enfoque y decide que es la hora
de tu versión “nueva y mejorada”.
Estas son las dos razones por las que esto es tan importante en
este momento:

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a. Tienes que ser capaz de mirarte en el espejo, después de
que todo esté dicho y hecho, sin importar el resultado, y
gustarte a ti mismo. Tienes que ser capaz de verte a ti
mismo como alguien que, o bien se convirtió en quien
debería haber sido, o que se quedó como debería haber
sido. Este proceso es brutal en la autoestima de la gente, y
muchas veces nos engaña a actuar de una manera que no
es fiel a lo que realmente somos. Eso es una tragedia.
b. Estás tratando de atraer a alguien de nuevo a la relación.
Cuando esa persona ve que actúas de maneras que son
positivas para ti, se sentirá atraída nuevamente. No te
desanimes ni te dejes intimidar por frases como “¿Por qué
no hiciste esto cuando estábamos juntos?” o “Debería
haberme ido antes, para que hubieras hecho esto antes”.
Toma a ambos como reconocimientos de que a tu cónyuge
le están gustando los cambios, pero no sabe qué hacer con
ellos.

Etapa 8: Tu cónyuge se ha ido y ha comenzado


procedimientos legales. No hay comunicación.
Tienes una verdadera crisis aquí. No te voy a mentir. La mayoría de los
matrimonios en este punto no se recuperarán. Tu cónyuge está
enviando un mensaje claro: “No quiero saber de ti, y quiero estar fuera
del matrimonio”. Esta reacción por lo general viene justo detrás de un
problema mayor, como la traición, problemas legales, una aventura,
abuso o algún otro evento precipitante.
Si hay un evento precipitante, debe ser abordado de forma directa y
honesta.
Si no hubo un evento precipitante, entonces un cáncer se ha comido
profundamente tu relación. Tu cónyuge está cortando la comunicación y
se está moviendo para disolver la relación.
Tienes que preguntarte, “¿Hemos hecho tanto daño que esta relación es
irrecuperable?” Por mucho que me gustaría salvar todos los
matrimonios, te diré que esta es una difícil, con menos promesas que
cualquier otra categoría.

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Si decides continuar trabajando para salvar la relación, toma nota de
estas cosas:
1) Abre una línea de comunicación. Bueno, tengo que aclarar esta.
Asumo que no hay ninguna razón legal para que no puedas
comunicarte con tu cónyuge (una orden de protección de algún
tipo). Y debo advertirte que abras cuidadosamente las líneas de
comunicación. En otras palabras, no dejes múltiples mensajes de
voz, correos electrónicos repetidos ni te aparezcas sin avisar.
Dicho esto, es importante comenzar a abrir las líneas de
comunicación. Te sugiero que empieces poco a poco. “¿Cómo
estás?” es un buen comienzo, ya sea una carta, un correo
electrónico o un mensaje de voz.
Sugiero que no empieces la comunicación en persona. Esto
probablemente será visto como agresivo, invasivo y amenazador.
De hecho, te sugiero que escribas una carta. Comienza con el
“¿Cómo estás?”
¿Por qué te sugiero una carta? Los mensajes de voz son fáciles
de eliminar, al igual que los mensajes de correo electrónico. Pero
el poder de un sobre cerrado, ¡es enorme! ¿Cuándo es la última
vez que fuiste capaz de resistirte a la apertura de un sobre cerrado
dirigido a ti (y no una pieza de correo basura)? Hay algo acerca de
la naturaleza humana y la curiosidad que llevará a la mayoría de la
gente a abrir una carta.
Si la carta te es devuelta sin abrir, la siguiente táctica es el envío
de un correo electrónico. Los correos electrónicos no pueden ser
devueltos. Se pueden eliminar, pero no sabrás si tu correo
electrónico es leído o no (no uses la “confirmación de apertura de
correo electrónico”), así que es seguro leerlo.
A lo largo de varios mensajes de correo electrónico, tienes que
moverte lentamente del “¿Cómo estás?” al “Quiero que tengamos
una mejor relación de la que teníamos”. En otras palabras, admite
que las cosas no eran muy buenas, y que las cosas tienen que
cambiar.
2) Inicia una comunicación con “¿Qué haría falta para que
volvamos a estar juntos?” Esto es importante en dos niveles
diferentes. En primer lugar, necesitas esta información para que
puedas empezar a trabajar en hacer esos cambios. Pero en

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segundo lugar, y más importante, establece que deseas que la
relación continúe. Esto ayuda a tu cónyuge a ver que la relación es
importante para ti y que es algo que tú valoras.
A menudo, un cónyuge tiene que saber que atesoras la relación.
Esto se debe a que, por lo general, el caso es que el cónyuge está
probando las aguas para ver si realmente hay un compromiso con
la relación. Por lo tanto, la amenaza de irse puede ser un motivo
para saber que tú atesoras la relación y deseas mantenerla.
Una respuesta defensiva, especialmente una que dice: “Adelante,
vete, si eso es lo que quieres” solo demuestra lo que la persona
teme, que no atesoras la relación. No caigas en esa trampa.
Escucha a tu cónyuge. Escucha lo que tiene que suceder para
mantener la relación, entonces decide: ¿hay algo en lo que tu
pareja quiere que no puedas hacer? Es posible. Puedes escuchar
algo que realmente es imposible.
Por ejemplo, se te pide que hagas un cambio que va en contra de
tu moral (por ejemplo, la aceptación de una aventura), es
necesario cambiar las piezas fundamentales de quién eres, o
quiere decir que no puedes conseguir que cualquiera de tus
necesidades sean satisfechas.
Si ese es el caso, puedes decidir que el costo es demasiado alto
para aceptar eso. No te rindas, pero sí señala la imposibilidad de
la solicitud. Pero más a menudo que no, lo que se pide no es
injusto o fuera de cuestión. De hecho, a menudo es importante
escuchar la petición y pedir un poco de tiempo para considerar
esto. En otras palabras, tomar un poco de tiempo para no
reaccionar, meditar la solicitud y responder cuidadosamente.
3) No pospongas las cosas. El peligro en este momento es la
inacción. Si dices que quieres que las cosas cambien, pero no
realizas ningún cambio, solo precipitas una separación. Crearás un
punto de no retorno.
Tu cónyuge necesita ver que estás listo para seguir adelante. No
dejes pasar esta oportunidad. Una vez que alguien está fuera de la
casa, la dificultad de conciliar aumenta exponencialmente. Haz el
cambio ahora, y no te paralices por el miedo.

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4) Reconoce el proceso legal por lo que es. Entiende, un
procedimiento legal es una crisis importante por dos razones
fundamentales:
a. ¡El “contra” que ponen entre sus nombres en el documento
legal no es un error! Los tribunales están diciendo que
realmente es uno contra el otro. Si estás familiarizado con el
concepto de un NOSOTROS de mi ebook, verás que esto es
veneno absoluto para la relación. Los procesos legales crean
una acritud de la que es difícil escapar.
b. El mismo proceso de acercamiento, de convertirse en un
NOSOTROS, sucede a la inversa. Se trata de una imagen
en el espejo, y cuando se despedaza es doloroso. Una vez
iniciado, el dolor y las cicatrices son significativos para todas
las partes.
5) No uses procesos legales para expresar tu ira. Recuerda que
este es un proceso legal, así que simplemente no decidas no
responder. No estoy sugiriendo que ignores el proceso legal, solo
que te abstengas de responder a la agresión.
Debes hacer lo que necesitas con el fin de proteger tus intereses,
así que no solo evita las cuestiones legales. Sin embargo, tendrás
muchas opciones para hacer, y una es sobre con qué agresividad
responderás a los procedimientos legales de tu cónyuge.
Si deseas trabajar hacia la reconciliación, yo recomendaría
mantener el “armamento pesado” en sus fundas. Hay un espectro
de respuestas legales, de la inacción a la híper-acción (“aplastar a
la oposición”). No juegues en cualquiera de los extremos.
No puede ser simplemente “pan comido”, pero puedes responder
desde una perspectiva racional, y negarte a caer en el proceso
emocional.
Pide a tu abogado que te proteja, pero que no “persiga” a tu
cónyuge en este momento.
6) No te pongas a la defensiva. Pude haber dicho esto antes, pero
es tan importante que quiero reiterarlo. Sé que una reacción
natural de cualquiera que esté escuchando algo que ataca nuestro
sentido del mundo y nuestro lugar en él tiende a crear una
respuesta defensiva. Sentimos la necesidad de protegernos a

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nosotros mismos y defender nuestro paradigma (ver mi ebook,
Salvar tu matrimonio, para más detalles).
Pero te puedo decir por experiencia personal: estar a la defensiva
no es eficiente en la creación de cambios en una relación, pero es
muy eficaz para encender el fuego de la ira y el resentimiento en la
otra persona.
Tu cónyuge podrá ver tu actitud defensiva como la verificación de
que no vas a cambiar, y que no te importa cómo son las cosas. En
su mente, estás mucho más interesado en defender la forma en
que ves las cosas que en hacer que la relación funcione.
Por lo tanto, cuando estés escuchando algo, no respondas
inmediatamente. Haz una pausa, respira profundamente, acepta
que lo que se dice puede tener validez, y luego responde de una
forma afectuosa. No estás allí para cambiar la percepción de la
otra persona. Estás allí para escuchar y ver lo que hay que
cambiar para que la relación funcione.
Recuerda, si todavía estás escuchando acerca de la relación, tu
cónyuge todavía tiene compromiso con la relación, pero quiere que
las cosas cambien.
7) Opta por cambiarte a ti mismo para ser la persona que debes
ser. Con el tiempo, todos tenemos una tendencia a ser
complacientes y perezosos, entrar en malos hábitos y patrones, y
perder de vista nuestro verdadero yo.
Pero tu cónyuge te está dando una clara señal de que las cosas
deben cambiar. Es el momento de tomar esa tarea como un reto.
En su excelente libro, Mindset, Carol Dweck distingue entre una
“mentalidad fija” y una “mentalidad de crecimiento”. La mentalidad
fija lleva a no pensar que algo puede cambiar: nuestra
personalidad es fija, nuestra inteligencia es fija, nuestras formas de
relacionarnos son fijas.
Esto es diferente a la mentalidad de crecimiento. La mentalidad de
crecimiento se caracteriza por un conocimiento de que las
personas pueden cambiar, pueden descubrir nuevas formas de ser
y de relacionarse.
Adivina qué mentalidad es la correcta. Estudio tras estudio
muestra que la mentalidad de crecimiento es verdadera. En otras

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palabras, tenemos una mayor capacidad de cambio de lo que
creemos. Por lo tanto, asume ese enfoque y decide que es la hora
de tu versión “nueva y mejorada”.
Estas son las dos razones por las que esto es tan importante en
este momento:
a. Tienes que ser capaz de mirarte en el espejo, después de
que todo esté dicho y hecho, sin importar el resultado, y
gustarte a ti mismo. Tienes que ser capaz de verte a ti
mismo como alguien que, o bien se convirtió en quien
debería haber sido, o que se quedó como debería haber
sido. Este proceso es brutal en la autoestima de la gente, y
muchas veces nos engaña a actuar de una manera que no
es fiel a lo que realmente somos. Eso es una tragedia.
b. Estás tratando de atraer a alguien de nuevo a la relación.
Cuando esa persona ve que actúas de maneras que son
positivas para ti, se sentirá atraída nuevamente. No te
desanimes ni te dejes intimidar por frases como “¿Por qué
no hiciste esto cuando estábamos juntos?” o “Debería
haberme ido antes, para que hubieras hecho esto antes”.
Toma a ambos como reconocimientos de que a tu cónyuge
le están gustando los cambios, pero no sabe qué hacer con
ellos.

Sea cual sea la situación en la que te encuentres, quiero que entiendas


que he visto pareja tras pareja regresar de esa etapa a la etapa no
anotada aquí: ¡juntos, felices, comunicados y mirando hacia el futuro!
¡Te estoy apoyando en tus esperanzas para mover tu relación en esa
dirección!

¡Mis mejores deseos para ti!


Lee H. Baucom, Ph.D.
Autor del exitoso ebook,
Salvar tu matrimonio

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