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Papeles del Psicólogo / Psychologist Papers, 2016. Vol. 37(2), pp.

107-117
Artículos
http://www.papelesdelpsicologo.es
http://www.psychologistpapers.com

TESTS FORENSES EN ESPAÑOL PARA EVALUAR


ADOLESCENTES INFRACTORES
Lorena Wenger1,2,3 y Antonio Andres-Pueyo1,2
1
Grupo de Estudios Avanzados en Violencia (GEAV). 2Universidad de Barcelona. 3Universidad de La Frontera, Chile

Conocer de forma objetiva y rigurosa las características psicológicas individuales del adolescente infractor, tales como la inteligencia,
los rasgos de personalidad así como otras de naturaleza clínica y criminológica, son fundamentales para la aplicación de las medi-
das judiciales y educativas propias del contexto de la justicia juvenil. Las herramientas de tipo Personológicas y Clínicas, descritas en
el artículo anterior (Wenger y Andrés-Pueyo, 2016), no son suficientes para atender a las necesidades criminogénicas de los adoles-
centes y es preciso utilizar otras mucho más específicas. En el presente artículo se presentan una serie de instrumentos complementa-
rios, desarrollados especialmente para el ámbito forense, que permiten realizar evaluaciones muy específicas, como por ejemplo, la
valoración de riesgo de violencia o la evaluación de la psicopatía. A continuación se describen las pruebas y test psicológicos de tipo
forense disponibles en español para profesionales del ámbito de la justicia juvenil.
Palabras clave: Evaluación psicológica, Justicia juvenil, Personalidad, Clínica, Forense.

Objectively and rigorously assessment of the individual psychological characteristics of adolescent offenders, such as intelligence, per-
sonality traits and clinical and criminological ones, is essential in the intervention processes like educational and judicial measures in
the juvenile justice system. However, the clinical and personological tools described in the previous article (Wenger & Andrés-Pueyo,
2016) are not enough to address the criminogenic needs of the adolescents and more specific tools are needed. In this paper, a num-
ber of complementary instruments developed specifically for the forensic area are reviewed. These tools enable us to carry out very
specific assessments in this context, such as the evaluation of the risk of violence and the assessment of psychopathy. A review is also
presented of the forensic psychological tests available in Spanish for professionals settings of juvenile justice.
Key words: Psychological assessment, Juvenile justice, Personality, Clinical, Forensic.

n la primera parte de esta publicación (Wenger y por ello el presente artículo se centra en describir las
E Andrés-Pueyo, 2016) describimos una serie de
test y pruebas psicológicas de tipo Personológicas
principales pruebas y test psicológicos de evaluación fo-
rense utilizadas en justicia juvenil, disponibles para las
y Clínicas, disponibles en español para su uso en con- poblaciones hispanohablantes.
textos de justicia juvenil; a través de dicha revisión, se Los últimos 25 años han sido muy productivos, ya que
aprecia un extenso cuerpo de herramientas disponibles se han creado nuevas tecnologías, como las de valora-
para el ejercicio profesional y que, siguiendo sus objeti- ción del riesgo de violencia y reincidencia delictiva (De-
vos, son de gran utilidad para la evaluación y orienta- matteo, Wolbransky, y Laduke, 2016) que han facilitado
ción de los procesos de intervención de los y las el abordaje eficiente de tareas propiamente forenses y
adolescentes infractores de ley. Sin embargo, para el criminológicas que antes se trataban de forma demasia-
trabajo con dicha población hay diversos aspectos espe- do idiosincrática (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007). Así
cíficos de la evaluación forense que las herramientas allí pues, en el presente artículo se presentarán herramientas
descritas no dan cobertura, particularmente para la eva-
forenses para su uso en contextos de justicia juvenil, co-
luación de variables psicológicas relevantes en el trabajo
mo el Inventario Jesness – Revisado o JI-R (Jesness,
con población de justicia juvenil, tales como la valora-
2004), instrumento de personalidad diseñado para el
ción del riesgo de violencia, ya sea general o específica
trabajo con adolescentes en justicia, el Massachusetts
(por ejemplo, riesgo de violencia sexual) o la evaluación
de rasgos psicopáticos en adolescentes. Para estos as- Youth Screening Instrument 2 o MAYSI-2 (Grisso y Bar-
pectos se han desarrollado instrumentos por y para su num, 1998) que aborda las necesidades de salud mental
uso específico en contextos forenses y criminológicos, de este colectivo, además de las principales herramien-
tas para evaluar psicopatía adolescente, la Psychopathy
Checklist: Youth Versión o PCL:YV (Forth, Kosson, y Ha-
Correspondencia: Lorena Wenger. Grupo de Estudios Avanzados re, 2003) y el Youth Psychopathic Traits Inventory o YPI
en Violencia (GEAV). Facultad de Psicología. Universidad de (Andershed, Kerr, Stattin, y Levander, 2002). Finalmen-
Barcelona. Passeig Vall Hebron 171. 08035 Barcelona. España te, se describen una serie de herramientas de evaluación
Email: lwengeam8@alumnes.ub.edu del riesgo de violencia general, como el Youth Level of

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Artículos PRUEBAS Y TESTS FORENSES

Service/Case Management Inventory o YLS/CMI (Hoge Disocial y Trastorno Negativista Desafiante (Jesness,
y Andrews, 2002), así como el Estimate of Risk of Ado- 2004). Destacan como ventajas del JI-R su sensibilidad a
lescent Sexual Offense Recidivism o ERASOR (Worling y los cambios de actitud ocurridos en un periodo relativa-
Curwen, 2001b) específicamente diseñado para evaluar mente corto de tiempo, ítems de fácil comprensión para
riesgo de violencia sexual (ver resumen en tabla 1). adolescentes infractores, presentar una medición multidi-
El JI-R (Jesness, 2004) se desarrolla con la finalidad de mensional y facilitar un índice global de “asocialidad”
apoyar los procesos de clasificación y especificación de relacionado con los niveles de reincidencia delictiva en
diagnósticos de jóvenes infractores de ley, diseñado pa- adolescentes (Estevao y Bichuette, 1985). Además, existe
ra población infractora juvenil desde los 8 años en ade- evidencia empírica que apoya al JI-R como una herra-
lante. Contiene 160 ítems de auto-informe de respuesta mienta capaz de evaluar la heterogeneidad psicológica
dicotómica (verdadero/falso) y contempla 10 escalas de existente dentro de la población adolescente infractora
personalidad: Desajuste Social, Valores Subculturales, (Allen Jr et al., 2003; Antequera y Andrés-Pueyo, 2008;
Inmadurez, Extrañeza-Alienación, Agresividad-Ira, Ais- Estevao y Bichuette, 1985; Graham, 1981; Kunce y
lamiento, Ansiedad Social, Represión Emocional y Ne- Hemphill, 1983; Manzi-Oliveira, 2012; Martin, 1981;
gativismo. Además cuenta con una escala compuesta Regina, 2008; Wenger, 2010). El JI-R cuenta con adap-
llamada Índice Asocial, y dos escalas basadas en crite- taciones y estudios exploratorios en España y Chile, ade-
rios del DSM-IV para anticipar diagnósticos de Trastorno más de normas para población Brasileña (Antequera y

TABLA 1
PRUEBAS Y TEST PSICOLÓGICOS DE EVALUACIÓN FORENSE

Instrumento Forense Autores Originales Adaptaciones en español Objetivo Rango de edad

Inventario Jesness-Revisado (JI-R) Jesness (2004) Brasil: Manzi-Oliveira (2012). Apoyar los procesos de 8 años en adelante
España: Antequera y Andrés- clasificación y especificación
Pueyo, (2008). Moreno de diagnósticos de jóvenes
(2009). Chile: Wenger (2010) infractores de ley

Massachusetts Youth Screening Grisso y Barnum (1998) España: C. Moreno y Andrés- Tamizaje en la detección de 12-17 años
Instrument 2 (MAYSI-2) Pueyo (2014) problemas de salud mental y
emocional

Youth Psychopathic Traits Andershed et al. (2002) España: Hilterman et al. Rasgos psicopáticos en 12 años en adelante
Inventory (YPI) (2006) adolescentes

Youth Level of Service/Case Hoge y Andrews (2002) España: Garrido-Genovés et Riesgo de reincidencia e 12-17 años
Management Inventory al. (2004). Chile: Chesta identificar las dimensiones en
(YLS/CMI) (2009) donde existe mayor riesgo, lo
que permite orientar la
intervención

Psychopathy Checklist: Youth Forth et al. (2003) España: Garrido-Genovés Adaptación del PCL-R para la 12-18 años
Versión (PCL:YV) (2009); González et al. población adolescente, evalúa
(2003); Silva (2009); Villar- características psicopáticas,
Torres et al. (2014). Chile: predicción de reincidencia
Zúñiga et al., (2011) violenta

Valoración Estructurada del Borum et al. (2003) España: Vallés y Hilterman Predicción del riesgo de 12-18 años
Riesgo de Violencia en Jóvenes (2011) violencia a través de tres
(SAVRY) grandes dominios: factores de
riesgo históricos, factores de
riesgo individuales y factores
de protección

Ficha de Evaluación de Riesgos y Alarcón (2001) Versión original en español Evaluación de riesgo de 14-18 años
Recursos (FER-R) reincidencia y factores
protectores

ERASOR Worling y Curwen (2001b) Venegas et al. (2013) Evaluación de riesgo de 12-18 años
reincidencia sexual

J-SOAP-II Prentky y Righthand, (2003) España: Garrido et al. (2006) Evaluación de riesgo de Varones entre 12 y 18 años
reincidencia sexual

Structured Assessment of De Vries Robbé et al. España: Por publicar Valoración estructurada de los 12-18 años
Protective Factors for Violent Risk: (2015) factores de protección para el
Youth Version (SAPROF:YV) riesgo de violencia

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LORENA WENGER Y ANTONIO ANDRES-PUEYO
Artículos

Andrés-Pueyo, 2008; Manzi-Oliveira, 2012; Moreno, abierto o de evaluación, además el instrumento es capaz
2009; Wenger, 2010). de aportar información confiable en 5 de las 7 escalas
Otro instrumento poco conocido por profesionales de del test, lo que hace que el MAYSI-2 sea una herramien-
justicia juvenil en español, pero muy utilizado en USA es ta prometedora para su uso en español, requiriendo de
el MAYSI-2, desarrollado por Grisso y Barnum (1998) posterior ampliación en su investigación con esta pobla-
para el cribado de problemas de salud mental y emocio- ción (Moreno y Andrés-Pueyo, 2014).
nal en adolescentes usuarios del sistema de justicia juve- Otro constructo de gran relevancia en el área de Justicia
nil que tienen entre 12 y 17 años. El MAYSI-2 es un Juvenil es la psicopatía, cuya consolidación ha ido de la
instrumento de 52 ítems de auto-informe, estandarizado mano del desarrollo de una herramienta básica para su
y confiable, siendo una medida que permite identificar evaluación y diagnóstico, la PCL-R. En particular presenta-
señales de problemas mentales/emocionales, incluyendo remos la PCL:YV (Forth et al., 2003), desarrollada como la
riesgo suicida. El MAYSI-2 no realiza un diagnóstico clí- adaptación del PCL-R para población adolescente. Está di-
nico de trastorno de salud mental, si no que las puntua- rigida a jóvenes entre 12 y 18 años y evalúa patrones de
ciones directas obtenidas en cada escala permiten engaño, peleas, bullying y otros actos antisociales en ado-
apoyar la decisión de derivar o no al adolescente a una lescentes, aspectos críticos de detectar tempranamente. La
evaluación completa en el ámbito de la salud mental y/o PCL:YV ayuda en la evaluación de los factores que contri-
intervención en crisis del mismo. El MAYSI-2 ofrece dos buyen al desarrollo del comportamiento antisocial y de la
tipos de puntuaciones en las distintas escalas que evalúa, psicopatía en la adultez, ya que los autores defienden la
una puntuación de “precaución”, que indica la presen- idea que los rasgos psicopáticos emergen de forma pro-
cia posible de problemas clínicos en el ámbito evaluado gresiva, y por tanto es posible identificar algunos de estos
por la escala. El otro tipo de puntuación es “adverten- aspectos de forma temprana. El instrumento es complejo,
cia”, que corresponde a una puntuación inusualmente mucho más que un cuestionario de auto-informe y requiere
alta en comparación con otros jóvenes en programas de la realización de una entrevista clínica semi-estructurada al
justicia juvenil (10% de los jóvenes con puntuaciones adolescente que debe ser grabada en video, además de la
más altas se ubican aquí), con la puntuación de “adver- contrastación de información adicional con otras fuentes
tencia” se sugiere una evaluación más completa en el de información distintas al joven. Posterior a la obtención
ámbito de la salud mental y además tomar medidas de de ambas fuentes de datos, se procede a puntuar los 20
forma rápida de intervención específicas (Moreno y An- ítems que componen la PCL:YV, a través de una escala de
drés-Pueyo, 2014). En relación a la diferencia de género valoración que va desde 0 a 2 puntos (no, quizás, sí), te-
en el uso del MAYSI-2, los hallazgos sostienen que las niendo a la vista el manual donde se describen cada uno
mujeres obtendrían mayores puntuaciones que los hom- de los ítems. Los autores señalan que el tiempo promedio
bres, lo que es consistente con la literatura existente (Vin- de administración es de 90-120 minutos para la entrevista
cent, Grisso, Terry, y Banks, 2008; Wasserman et al., semi-estructurada al adolescente y de 60 minutos para la
2004). Entre sus ventajas se encuentran su fácil adminis- revisión de información colateral (Forth et al., 2003). Los
tración (entre 10-15 minutos), capacidad de compren- autores no marcan una puntuación de corte para el diag-
sión lectora equivalente a la propia de los 10-11 años nóstico clínico, ya que consideran que es prematuro adop-
de edad, y puede ser interpretada sin la necesidad de tarlo cuando aún hace falta mayor evidencia empírica que
contar con un profesional experto en salud mental. Co- respalde la estabilidad de la psicopatía desde la adoles-
mo limitación, al ser un instrumento que solo se completa cencia a la adultez, por tanto, se proporciona una puntua-
por medio del auto-informe, aumentan las posibilidades ción dimensional relacionada con el número y gravedad
de no detectar alguna problemática, ya sea porque no de los rasgos psicopáticos presentes en el evaluado (Forth
se reporta o porque se exagere la condición, además el et al., 2003). La PCL:YV se organiza a partir de cuatro fac-
foco está centrado en experiencias de ocurrencia cerca- tores, el Factor 1denominado Interpersonal incluye los
na, no proveyendo de información acerca de la historia ítems Imagen personal falsa, Grandioso sentido de valía
clínica pasada u otros factores de riesgo (Justice Rese- personal, Mentira patológica, y Manipulación para obte-
arch Center, 2002). Recientemente se desarrollado su ner una ganancia personal. El factor 2 o Afectivo, Falta de
adaptación a distintas lenguas europeas entre las que se remordimientos, Afecto superficial, Insensibilidad y falta de
ha incluido el español, el catalán y el árabe (Inforsana, empatía, y Fracaso para aceptar la responsabilidad. El
2015; Moreno y Andrés-Pueyo, 2014). De esta última factor 3 o Conducta impulsiva, Búsqueda de estimulación,
adaptación se ha podido contrastar que los resultados Orientación parásita, Falta de metas, Impulsividad, e Irres-
son similares a los obtenidos en EE.UU, así los adoles- ponsabilidad. Y el factor 4 o Antisocial, Pobre control de la
centes que ingresan a centros de régimen cerrados son ira, Problemas tempranos de conducta, Violación grave de
los que presentan mayor sintomatología de problemas la libertad condicional (medida), Conducta delictiva grave,
de salud mental, en comparación a centros de medio y Versatilidad delictiva. Los ítems Conducta sexual imperso-

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Artículos PRUEBAS Y TESTS FORENSES

nal y Relaciones interpersonales inestables son los únicos reincidencia delictiva son muy recientes (Dematteo et
ítems que no se incluyen en ningún factor. Las propiedades al., 2016). Una vez consolidada la naturaleza educati-
psicométricas reportadas por los autores se obtuvieron a va del sistema de justicia juvenil, se ha dado un paso
partir de 19 muestras de población clínica y forense, con más en firme en la consideración del riesgo de reinci-
un total de 2438 jóvenes (Forth et al., 2003), a partir de lo dencia como un elemento importante a considerar en
cual se concluyó que las puntuaciones varían en relación al las intervenciones propias con adolescentes infractores,
contexto en donde se administra la PCL:YV, así las mues- así como también con la importancia de la salud mental
tras con mayor puntuación fueron las de jóvenes institucio- en éstos. Este conjunto de herramientas de evaluación
nalizados, seguidos por aquellos que cumplían medidas en que se han construido especialmente para el trabajo en
medio abierto, y quienes puntuaban más bajo eran los que el ámbito forense, en particular aquellos instrumentos de
provenían de muestras comunitarias o clínicas. La PCL:YV utilidad predictiva tanto de la reincidencia como de la
ha mostrado buena capacidad predictiva de comporta- conducta violenta (donde predominan los que siguen la
mientos violentos (Gretton, Hare, y Catchpole, 2004; Hil- técnica del Juicio Clínico Estructurado), tienen como ca-
terman, Nicholls, y van Nieuwenhuizen, 2013; Schmidt, racterística contener aspectos tanto de la valoración clí-
Campbell, y Houlding, 2011); cuenta con validaciones pa- nica como elementos actuariales, es decir, datos de
ra Canadá e Inglaterra, mientras que en países como Es- predicción empíricamente validados (Andrés-Pueyo y
paña, Chile y Argentina cuentan con adaptaciones y Echeburúa, 2010). Para realizar este tipo de evaluación
exploraciones psicométricas (Garrido-Genovés, 2009; se requiere el uso de guías de valoración que orientan
González, Molinuevo, Pardo, y Torrubia, 2003; Silva, todo el proceso, además de profesionales entrenados en
2009; Villar-Torres, Luengo, Romero, Sobral, y Gómez- el uso de las herramientas (Andrés-Pueyo y Redondo,
Fraguela, 2014; Zúñiga, Vinet, y León, 2011) que avalan 2007). A continuación, se revisan los principales instru-
su uso con adolescentes en contextos de justicia juvenil. mentos de juicio profesional estructurado que permiten
En la misma línea podemos mencionar el YPI (Anders- realizar una valoración de los factores de riesgo estáti-
hed et al., 2002), instrumento de auto-informe desarro- cos y dinámicos que predicen la reincidencia del com-
llado para evaluar rasgos psicopáticos en adolescentes portamiento antisocial y riesgo de violencia en
a partir de los 12 años en contextos comunitarios (no adolescentes. El primero de ellos es el YLS/CMI desa-
judiciales) basándose en los modelos tradicionales de rrollado por Hoge y Andrews (2002) para estimar el
psicopatía. El YPI se centra en los rasgos de personali- riesgo de reincidencia en adolescentes de entre 12 y 17
dad y no en los de comportamiento antisocial, dando años, así como para identificar las dimensiones en don-
así mayor relevancia a los rasgos interpersonales y de existe mayor riesgo y que requieren de una gestión
afectivos. Cuenta con 50 ítems que se responden en una de la intervención prioritaria. Gracias a esta doble na-
escala Likert de 4 puntos, y se agrupan en tres factores: turaleza el YLS/CMI es de gran utilidad en el plano de
Arrogancia/manipulación, compuesto por las sub-esca- la intervención educativa propia de la justicia juvenil.
las Actitud deshonesta, Arrogancia, Mentir repetida- Los autores diseñaron el instrumento pensando en las
mente, Manipulación; Insensibilidad afectiva/Ausencia evaluaciones a realizar en justicia juvenil tanto de for-
de empatía, contiene las sub-escalas Falta de remordi- ma pre-sentencial, como en las posteriores a la senten-
mientos, Frialdad afectiva, Ausencia de empatía; e Im- cia, por tanto permite su uso en la gestión completa del
pulsividad/Irresponsabilidad, compuesto por Búsqueda caso. La construcción del instrumento está basada en los
de sensaciones, Impulsividad, Irresponsabilidad. Los tres principios de clasificación de caso propuestos por
ítems están planteados de manera indirecta y poco Andrews, Bonta y Hoge (1990), el primero se denomina
transparente, presentando los rasgos psicopáticos en principio de Riesgo, y establece que los servicios de tra-
forma de habilidades, lo que reduce la influencia de tamiento ofrecidos a los infractores deben estar relacio-
distorsión deseabilidad social en las respuestas. Investi- nados al nivel de riesgo que presenten, es decir,
gaciones señalan buenas propiedades psicométricas del infractores con alto riesgo de reincidencia deben recibir
YPI que apoyan su uso en justicia juvenil para evaluar los tratamientos más intensivos, mientras que aquellos
características psicopáticas (Poythress, Dembo, Ware- de bajo riesgo deben recibir tratamientos de baja inten-
ham, y Greenbaum, 2006), pero una baja capacidad sidad e incluso no recibir ningún tipo de tratamiento. El
de predicción (Cauffman, Kimonis, Dmitrieva, y Mona- segundo principio es el de Necesidad y señala que los
han, 2009). Finalmente, el instrumento cuenta con una objetivos del tratamiento deben estar aparejados con
adaptación al español desarrollada por Hilterman, las necesidades criminogénicas presentes en el caso, ya
Vallès y Gilaert (2006). que son estas necesidades las que, al ser intervenidas,
A diferencia de las pruebas de origen generalista o influirán en la disminución de la reincidencia. El tercer
clínica aplicadas a la evaluación en adolescentes infrac- principio es el de Capacidad de respuesta o individuali-
tores, las dedicadas a valorar el riesgo de violencia y zación (Responsividad), indica que las decisiones rela-

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LORENA WENGER Y ANTONIO ANDRES-PUEYO
Artículos

tivas al tratamiento deben considerar otras característi- resultante del cálculo actuarial. La quinta parte del
cas del adolescente infractor y de sus circunstancias que YLS/CMI requiere que el profesional a cargo de la eva-
puedan afectar la capacidad de respuesta al tratamien- luación indique la intensidad del tratamiento apropiado
to, estas otras características en general no son propia- para el joven, considerando para ello el nivel de riesgo
mente factores de riesgo delictivo, pero tienen mucha y necesidad (Hoge y Andrews, 2002).
relevancia para el manejo del caso. La capacidad de predicción de reincidencia del
Como en el resto de protocolos de valoración del ries- YLS/CMI ha sido avalada por diversos estudios (Olver,
go, la forma de completar el YLS/CMI es a través de la Stockdale, y Wong, 2012; Schwalbe, 2007) incluso en
extensa recopilación de información del caso que realiza población española (Graña, Garrido-Genovés, y Gon-
el profesional a cargo (a partir de expedientes clínicos, zález, 2008; Hilterman et al., 2013). Ha sido adaptado
criminológicos y entrevistas al adolescente y/o terceros en España con el nombre de Inventario de Gestión e In-
como familia, profesores o cualquier otro profesional tervención para Jóvenes o IGI-J (Garrido-Genovés, Ló-
que conozca al adolescente), con toda esta información pez, Silva, López, y Molina, 2006) y en Chile como
a la vista el YLS/CMI puede completarse en unos 20 a Inventarios de Riesgos y Necesidades Criminogénicas
30 minutos (Hoge, 2005). El YLS/CMI tiene 5 partes, la (Chesta, 2009). Para el caso español, todas las escalas
primera es la Evaluación de Riesgos y Necesidades, con- de riesgo, a excepción de la escala de Ocio/diversión,
tiene 42 ítems, organizados en 8 grupos de factores de logran discriminar entre reincidentes y no reincidentes
riesgos criminogénicos (dinámicos, que determinan los (Graña et al., 2008), hallazgos similares a los encontra-
objetivos de la intervención y estáticos, que caracterizan dos por Garrido-Genovés et al. (2006) quienes también
el riesgo crónico del caso). Estos grupos de ítems son: excluyen de la capacidad de diferenciación entre ambos
Delitos y medidas judiciales pasadas y actuales, Pautas grupos al factor Educación formal/empleo. Finalmente,
educativas, Educación formal y empleo, Relación con el los factores de riesgo Delitos pasados, seguido por Con-
grupo de iguales, Consumo de sustancias, Ocio/diver- sumo de sustancias y Personalidad/conducta son los que
sión, Personalidad/conducta y Actitudes, valores y cre- mejor predicen la reincidencia (Graña et al., 2008). Ac-
encias. Cada ítem es valorado por el profesional tualmente es utilizado por equipos de justicia juvenil que
responsable en relación a la presencia/ausencia en el se ocupan de la intervención post-sentencial en la comu-
caso. Además, en siete de los factores de riesgo se solici- nidad de Madrid (Graña y Rodríguez, 2011).
ta detallar de forma cualitativa las fortalezas del adoles- Otro de los protocolos de valoración de riesgo de vio-
cente en relación a ese factor evaluado. También existe lencia y reincidencia delictiva, específico para poblacio-
un espacio para detallar comentarios y describir las nes adolescentes, es el SAVRY (Valoración Estructurada
fuentes de información que utilizó el profesional para del Riesgo de Violencia en Jóvenes), desarrollado por Bo-
determinar la presencia de los ítems de riesgo (Hoge y rum, Bartel y Forth (2003) para la predicción del riesgo
Andrews, 2002). La segunda parte es el resumen de fac- de violencia futura, tanto física como sexual, y la planifi-
tores de riesgo y necesidad, primero a través de la suma cación de intervenciones penales y clínicas en jóvenes in-
de ítems presentes (en cada uno de los 8 grupos de fac- fractores y violentos, aplicable desde los 12 a los 18
tores de riesgo evaluados). Después se procede a la su- años. Es un instrumento de 30 ítems, de los cuales 24
ma total de todos los grupos, obteniendo tanto una evalúan factores de riesgo y 6 factores de protección. Los
puntuación agregada para cada grupo de factores de factores de riesgo se dividen en Históricos: ítems que se
riesgo, como una puntuación de riesgo total; esta última basan en comportamientos o experiencias pasadas, ge-
ofrece 4 categorías del nivel riesgo y necesidad (desde neralmente estáticos y no susceptibles a cambio que son
Bajo a Muy Alto). La tercera parte se interesa por la Eva- de gran utilidad para valorar el riesgo de nuevos com-
luación de Otras Necesidades/Consideraciones Especia- portamientos violentos, aunque tienen menos utilidad pa-
les, la que permite registrar la presencia de otros ra valorar y planificar las intervenciones. Los factores
factores que pueden ser relevantes para el manejo parti- Históricos son Violencia previa, Historia de actos delicti-
cular del caso que se evalúa. La cuarta es la Evaluación vos no violentos, Inicio temprano de la violencia, Segui-
General del Nivel de Riesgo/Necesidad y en este apar- miento en el pasado/fracaso de intervenciones
tado el profesional a cargo de la evaluación deberá con- anteriores, Intentos de autolesión o suicidio anteriores,
siderar toda la información disponible en relación al Exposición a violencia en el hogar, Historia de maltrato
caso y deberá estimar el nivel de riesgo y necesidad de infantil, Delincuencia de los padres o cuidadores, Sepa-
forma individualizada, pudiendo estar de acuerdo o no ración temprana de los padres o cuidadores, y Bajo ren-
con el resultado obtenido a través de la suma total de dimiento en la escuela. Luego siguen el conjunto de
ítems de riesgo (segunda parte) y, en cualquier caso, de- factores Sociales/contextuales, que consideran la influen-
berá justificar las razones que llevaron al profesional a cia en el joven de las relaciones interpersonales, el con-
tomar esta decisión de ratificar o modificar la valoración tacto con instituciones sociales y el entorno; aquí los

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Artículos PRUEBAS Y TESTS FORENSES

factores a valorar son Delincuencia en el grupo de igua- ya que en algunos estudios indican que a tres años de se-
les, Rechazo del grupo de iguales, Estrés experimentado guimiento los factores protectores tienen baja capacidad
e incapacidad para enfrentar dificultades, Escasa habili- predictiva (Rennie y Dolan, 2010), mientras que en segui-
dad de los padres para educar, Falta de apoyo perso- miento de 10 años se observó que los factores protectores
nal/social de otros adultos y Entorno marginal. tenían un tamaño del efecto de moderado a alto para pre-
Finalmente se encuentran los factores Individuales, centra- decir la ausencia de reincidencia no violenta y violenta
dos en actitudes, aspectos de funcionamiento psicológico (Schmidt et al., 2011). En el único estudio de validez pre-
y de comportamiento del joven evaluado, incluyen los dictiva publicado a la fecha con el SAVRY en población
ítems de Actitudes negativas, Asunción de riesgos/impul- de justicia juvenil española, tras seguimiento de un año,
sividad, Problemas de consumo de sustancias, Problemas muestra un moderado tamaño del efecto para predecir
con el manejo del enfado, Bajo nivel de empatía/remor- reincidencia (Hilterman et al., 2013), además se comparó
dimiento, Problemas de concentración/hiperactividad, la estimación de reincidencia realizada tanto por el encar-
Baja colaboración en las intervenciones y Bajo gado de caso del joven en el programa de justicia (de mo-
interés/compromiso escolar. Además, el SAVRY incluye do clínico y no-estructurado) junto con una estimación de
un grupo de factores de protección – una importante in- auto-informe del joven en relación a su propia reinciden-
novación en este tipo de herramientas – y que se definen cia, con la puntuación final del SAVRY, demostrando este
como aquellos que pueden reducir el impacto negativo último significativamente mayor capacidad predictiva. Se
de los factores de riesgo, o incluso disminuir la probabili- cuenta con una adaptación autorizada al español y cata-
dad de ocurrencia de un acto violento futuro. Estos facto- lán desarrollada por Vallés y Hilterman (Borum, Bartel, y
res son Implicación prosocial, Apoyo social fuerte, Fuertes Forth, 2011), y actualmente el SAVRY es utilizado de for-
vínculos y lazos con al menos un adulto prosocial, Actitud ma oficial en el marco de los procesos de evaluación e in-
positiva hacia las intervenciones y la autoridad, Fuerte tervención establecidos en el circuito de Justicia Juvenil de
compromiso con la escuela, y Perseverancia como rasgo Cataluña (Cano y Andrés-Pueyo, 2012).
de personalidad (Borum et al., 2003). Como el SAVRY es Otro protocolo interesante de revisar dado su origen lati-
un protocolo que se guía por la técnica del Juicio Clínico noamericano, es la Ficha de Evaluación de Riesgos y Re-
Estructurado (Andrés-Pueyo y Echeburúa, 2010), en la cursos o FER-R (Alarcón, 2001), instrumento de juicio
hoja de codificación se permite incluir factores de riesgo profesional estructurado desarrollado para su uso en pro-
adicionales que el evaluador considere de relevancia pa- gramas de justicia juvenil en Chile diseñado, entre otras fi-
ra la comprensión del potencial de riesgo de violencia del nalidades, para prevenir el riesgo de reincidencia. La
adolescente que se está evaluando. Todos los factores de Ficha consta de 60 ítems y permite el registro de dos áre-
riesgo en el SAVRY son codificados en tres niveles: Alto, as: Factores de Riesgo Criminogénicos y Factores Protecto-
Moderado y Bajo, sin asignarle ningún valor numérico y res, a partir de la valoración de riesgos estáticos y
sin disponer puntuaciones de corte predefinidas. Los otros dinámicos. Entre los riesgos estáticos evalúa Historia en
seis ítems correspondientes a los factores protectores son conductas de desadaptación social, Derivación a progra-
codificados en dos valores (Presente o Ausente). mas de protección/intervención e Impacto de las interven-
El SAVRY cuenta con un manual que complementa al ciones previas. En riesgos dinámicos evalúa Educación,
instrumento, proporcionando instrucciones, recomendacio- Relación con pares, Familia, Intereses del Joven, Drogas,
nes y criterios de codificación definidos en él, así como Actitudes o tendencias manifiestas. Finalmente, un último
casos a modo de ejemplo que son muy instructivos. De apartado que evalúa Recursos protectores personales y fa-
forma complementaria, los autores señalan que para valo- miliares. La FER-R cuenta con estudio de validez predictiva
rar los factores de riesgo o protección, los evaluadores que evidencia su adecuada capacidad para predecir rein-
pueden administrar test o escalas de medición para orien- cidencia en adolescentes infractores chilenos (Alarcón,
tar su decisión de puntuar o no el ítem. Cabe destacar que Wenger, Chesta, y Salvo, 2012).
el SAVRY no facilita una puntuación total del riesgo final - Para finalizar, se presentaran dos instrumentos de eva-
como en el caso del YLS/CMI- si no que la valoración fi- luación de riesgo de reincidencia sexual el ERASOR y el J-
nal debe hacerla el profesional considerando la SOAP-II, además de un instrumento menos conocido que
evaluación de factores de riesgo y protección en su con- valora exclusivamente factores protectores denominado
junto (Borum et al., 2003). En relación a su capacidad de SAPROF, compatible con el uso de cualquier otro protoco-
predicción de la violencia, en un estudio de 10 años de lo de valoración del riesgo, e incluso utilizable de forma
seguimiento a adolescentes infractores, los autores descri- independiente. El ERASOR (Worling y Curwen, 2001b) es
ben que el SAVRY predice de forma robusta la reinciden- una lista de chequeo, desarrollada con base empírica,
cia no violenta, violenta y sexual en el grupo de que ayuda a los evaluadores a estimar a corto plazo el
adolescentes varones (Schmidt et al., 2011). En cuanto a riesgo de reincidencia sexual en adolescentes de entre 12
los factores protectores, la información es contradictoria, y 18 años que hayan cometido previamente una agresión

112
LORENA WENGER Y ANTONIO ANDRES-PUEYO
Artículos

sexual. Fue diseñada como una única escala de 25 facto- mo adolescentes sin condenas, pero que presenten una
res de riesgo agrupados en 5 temas: Intereses sexuales, historia de comportamientos sexuales coercitivos. Se su-
Actitudes y Comportamientos, Historia de agresiones se- giere que la decisión en relación al riesgo de reincidencia
xuales, Funcionamiento psicosocial, Funcionamiento fami- no se realice basándose sólo en el J-SOAP-II, éste debe
liar/entorno y Tratamiento. Cada factor de riesgo se ser una parte de una evaluación comprensiva en el pro-
puntúa a partir de cuatro criterios posibles: Presente, Posi- ceso de evaluación de riesgo. El instrumento se compone
blemente presente, No presente y Desconocido. Los auto- de 28 ítems, abarcando factores de riesgo estáticos orga-
res han desarrollado un manual que contiene la nizados en dos escalas: Orientación/impulso sexual e Im-
descripción de cada uno de los factores de riesgo, que pulsividad-Conducta antisocial; y factores de riesgo
permite realizar la codificación de los ítems (Worling y dinámicos a través de las escalas Intervención, y Ajuste y
Curwen, 2001a), y expresan la necesidad de que todo estabilidad social. Estudios en muestras forenses apoyan
profesional que lo use se familiarice con él, así como con su capacidad de predicción, validando su uso como he-
las diferentes publicaciones e investigaciones más recien- rramientas complementaria a la evaluación de riesgo de
tes de seguimiento. Además, enfatizan en que los evalua- reincidencia de agresión sexual en adolescentes (Marti-
dores deben estar altamente entrenados en evaluación de nez, Flores, y Rosenfeld, 2007; Viljoen, Mordell, y Bene-
los adolescentes, de sus familias y, en especial, en la pro- teau, 2012). La adaptación al español la desarrollaron
blemática de la violencia sexual. La utilización del ERA- Garrido, Silva y López (2006), con el nombre de Protoco-
SOR requiere múltiples métodos para recoger la lo de Evaluación de Agresores Sexuales Juveniles.
información que permita al evaluador estimar el riesgo de Finalmente, el Structured Assessment of Protective Fac-
reincidencia sexual del adolescente. Los autores proponen tors for Violent Risk: Youth Version o SAPROF-YV (de
utilizar entrevistas clínicas al evaluado, administración de Vries, Geers, Stapel, Hilterman, y de Vogel, 2015), es
test psicológicos, observación del comportamiento e infor- un instrumento para la valoración estructurada de los
mación oficial del caso judicial de manera combinada. Se factores de protección para el riesgo de violencia, cons-
establece como requisito mínimo que el evaluador obten- truida para ser utilizada en combinación y complemento
ga información directamente del adolescente y de regis- a otras herramientas de valoración de riesgo, como el
tros oficiales de la agresión sexual. Además, se requiere SAVRY o el YLS/CMI. Según sus autores esta conjunción
recopilar información de múltiples fuentes, como de la víc- permite una evaluación más equilibrada del riesgo futu-
tima, la policía, la familia u otros profesionales de salud ro de violencia y violencia sexual, además ayuda a
mental relacionados con el adolescente. Para determinar orientar la atención hacia la prevención de violencia
el nivel de riesgo general del evaluado, los autores seña- desde un enfoque positivo al tratamiento. La versión pa-
lan que éste se deriva del juicio clínico. Pese a existir una ra adolescentes entre 12 y 18 años se desarrolló en el
relación entre la cantidad de factores de alto riesgo pre- año 2013, los autores señalan que los factores protecto-
sentes en el evaluado y la valoración final del riesgo de res pueden ser aún más prometedores para el desarrollo
reincidencia, el juicio clínico deberá considerar también la positivo de los adolescentes infractores, por lo que espe-
combinación de factores presentes, ya que la evidencia ran que esta versión sea un importante complemento a
señala que la presencia de tan solo un factor de riesgo en la evaluación de riesgo en justicia juvenil. Especialmente
particular puede indicar alto riesgo, por ejemplo, la decla- los profesionales del ámbito de la psiquiatría forense
ración del joven de volver a cometer una agresión sexual manifiestan que el SAPROF (en su versión para adultos)
o auto-informar de interés sexual por los niños y los meno- está siendo de gran utilidad para formular objetivos del
res. El ERASOR cuenta con una serie de estudios interna- tratamiento, justificar las fases del tratamiento, observar
cionales que indican buenas propiedades psicométricas y los progresos que tienen lugar en cada fase y facilitar
adecuada capacidad de predicción (Viljoen, Elkovitch, una comunicación positiva del riesgo (de Vogel, de Rui-
Scalora, y Ullman, 2009; Worling, Bookalam, y Litteljohn, ter, y Bouman, 2011). El SAPROF-YV se compone de 16
2012). Existe una traducción al español, no publicada y factores protectores dinámicos, basados en la literatura
solo disponible por petición a los autores de la traducción internacional relacionada con los factores específicos
(Venegas, Sanchez, Hilterman y Siria, 2013). para el riesgo de violencia en jóvenes, y se organizan
El Juvenile Sex Offender Assessment Protocol-II o J-SO- en 4 grupos de ítems, el primero relativo a la Resiliencia:
AP-II (Prentky y Righthand, 2003) es una lista de chequeo Competencia Social, Afrontamiento, Auto-Control y Per-
que permite a los evaluadores realizar una revisión siste- severancia, el segundo grupo son Ítems Motivacionales:
mática de los factores de riesgo que la literatura especia- Orientación hacia el futuro, Actitudes hacia los acuer-
lizada ha asociado con la comisión de delitos sexuales en dos, Medicación, Escuela/trabajo, Actividades en el
adolescentes. Los autores lo diseñaron para su utilización tiempo libre. El tercer grupo lo componen Ítems de Rela-
con adolescentes varones de entre 12 y 18 años que ha- ciones: Padres/cuidadores, Pares, Otras relaciones de
yan sido procesados por cometer un delito sexual, así co- apoyo. Y finalmente los ítems Externos: Clima pedagógi-

113
Artículos PRUEBAS Y TESTS FORENSES

co, Atención profesional y Órdenes del tribunal. Estos clínica como el SCL-90; o el BDI-II si lo que se necesita es
ítems pueden estimular el desarrollo de tratamientos po- profundizar en sintomatología depresiva; o el DISC-IV si
sitivos, ofrecer orientaciones adicionales para el manejo la exploración de psicopatología requiere de mayor pro-
de riesgo, y proveer nuevas oportunidades a partir de la fundidad y de amplio espectro en consonancia a los cri-
evaluación de las fortalezas de los adolescentes. Los au- terios descritos por el DSM-IV. También se describen el
tores reportan el desarrollo de dos estudios pilotos en el MMPI-A y el MACI como herramientas de interés psico-
año 2013, y en el año 2014 se publicó la versión en ho- patológico para conocer sintomatología de relevancia y
landés, durante el año 2015 se publicarán las versiones estilos de funcionamiento psicológico de los adolescen-
en inglés y español (de Vries et al., 2015). tes. Menos habitual es el uso de herramientas de evalua-
ción de personalidad, como el NEO-PI o el EPQ en sus
DISCUSIÓN diferentes formatos, ya que si bien nos permiten conocer
El panorama de recursos y herramientas para la evalua- la estructura de personalidad a nivel de rasgos, estos re-
ción por medio de tests psicológicos en español de rasgos sultados difícilmente arrojan respuestas a interrogantes
de personalidad y capacidades cognitivas, de síntomas y psico-legales o permiten asesorar los procesos de ado-
síndromes psicopatológicos, así como de otros constructos lescentes por el paso del circuito judicial, ya que sus re-
psicológicos propios del campo criminológico y forense sultados aportan poca especificidad en la comparación
aplicado a los adolescentes infractores es variado, actual entre la personalidad y la conducta delictiva. Es decir,
y comparable al que existe en el contexto anglosajón. Da- podremos conocer si existe una elevación en Psicoticismo
do que las tareas propias de los profesionales que actúan en el EPQ o baja Amabilidad y Responsabilidad en
en los servicios de justicia juvenil (centros de internamien- NEO-PI, lo que nos indica la presencia de ciertos rasgos
to, medidas en medio abierto, mediación, etc.) son muy más o menos relacionados con la existencia de disposi-
diversas, las demandas que reciben son variadas y gene- ciones a la conducta delictiva, pero no de forma directa
ralmente complejas. Entre los recursos técnicos disponibles y causal con el acto delictivo en sí. No obstante lo ante-
están los tests y las pruebas psicológicas que, en general, rior, estos instrumentos sí que nos permiten tener una es-
se diseñaron inicialmente para las demandas que son pro- pecie de radiografía básica del temperamento y
pias del ámbito escolar, clínico o socio-familiar, y en me- personalidad del infractor, permitiendo acercarnos a su
nor medida para atender a las demandas del campo individualidad psicológica, que será de gran utilidad en
forense y criminológico. Así pues, la mayoría de pruebas los procesos de intervención y generalización de su com-
psicológicas expuestas se desarrollaron en el campo clíni- portamiento a contextos sociales abiertos y de reinser-
co, educativo y personológico, pero esto no obsta su uso ción. De la presente revisión destaca una limitación
en el ámbito de la justicia juvenil. Muchas demandas del importante relativa a la escasez de herramientas psicoló-
mismo son similares a la de otros campos, por ejemplo, gicas para evaluar la personalidad en contextos propios
estimar el nivel de CI, la salud mental o la madurez de un de justicia juvenil, como hemos señalado sólo el JI-R se
adolescente antes de ser enjuiciado por una imputación ha diseñado para evaluar personalidad y actitudes rela-
delictiva. En general, la adecuación de las medidas de cionadas particularmente a población infractora juvenil,
justicia aplicadas a un adolescente incluyen necesaria- pero aun no disponemos de una adaptación y barema-
mente la atención clínico-sanitaria y también educativa, ción profesional, lo que sin duda merma su potencial in-
por tanto las pruebas desarrolladas inicialmente en aque- corporación al ámbito profesional, pese a ser una
llos ámbitos se pueden usar con total garantía en justicia herramienta que podría llenar un vacío latente en la eva-
juvenil. No obstante, quedan algunos espacios propios de luación forense hispanohablante, que ha visto un mayor
la gestión de los adolescentes infractores en el marco pe- desarrollo en herramientas de predicción de riesgo de
nal, como por ejemplo valorar el riesgo de reincidencia reincidencia y violencia, dejando atrás la evaluación por
delictiva, que requieren herramientas específicas como el auto-informe de aspectos de personalidad, insumos que
SAVRY o el ERASOR, que se han desarrollado en los últi- son relevantes para la gestión del caso en el tratamiento.
mos 20 años y también se han adaptado al español (De- Por otro lado, cada vez más se puede contar con un nú-
matteo et al., 2016; Grisso, 1998). mero creciente de herramientas específicamente forenses y
La presente revisión muestra un panorama de los ins- adaptadas al español, que se orientan en su mayoría a la
trumentos que los profesionales que trabajan en el área predicción de violencia, ya sea de manera general como
de justicia juvenil tienen a su disposición, para dar res- el YLS/CMI, general, violenta y sexual como el SAVRY,
puesta a las demandas que reciben de los operadores específica para reincidencia violenta o psicopatía como el
propios del circuito de justicia. Existen instrumentos de PCL:YV, o reincidencia de delitos sexuales como el J-SO-
tradición clínica que son de mucha utilidad para la eva- AP-II o el ERASOR. Pese al auge en las últimas décadas
luación de aspectos claves en el área forense, por ejem- del desarrollo de instrumentos forenses en países anglosa-
plo instrumentos que permiten detectar sintomatología jones, la realidad española y latinoamericana es diferente

114
LORENA WENGER Y ANTONIO ANDRES-PUEYO
Artículos

y continúa sufriendo limitaciones en su desarrollo. Como las buenas prácticas y la ética profesional en toda eva-
falencia relevante, señalar la carencia de manuales para luación forense, en especial en justicia juvenil, ya que to-
el uso de los instrumentos forenses, especialmente aquellos da decisión que se tome en relación al joven a lo largo
de Juicio Profesional Estructurado, que incluyan descrip- del circuito judicial tendrá repercusiones -a veces muy
ciones tanto de su construcción, adaptación, propiedades graves- tanto en la vida del adolescente como en la socie-
psicométricas, descripción de variables y asesoría en la dad, por tanto los profesionales que trabajan en esta
puntuación. De forma general hace falta la construcción y área deben procurar que los pasos que guíen dichas de-
difusión de baremos apropiados para la interpretación de cisiones se realicen a través de los más altos estándares y
los diferentes test, que incluyan cuando sea necesario dife- de la forma más óptima (Hoge, 2012).
renciaciones por edad y/o sexo, además se requieren me-
joras en los canales de distribución comercial que REFERENCIAS
permitan optimizar la difusión y uso de los instrumentos. Alarcón, P. (2001). Evaluación psicológica de adoles-
Lo anterior es un claro desafío para el desarrollo y adap- centes con desadaptación social: un estudio a través
tación de los instrumentos forenses en justicia juvenil, ya de MACI e indicadores de riesgo en el sur de Chile.
que pese a existir excepciones como la adaptación espa- Universidad de Salamanca, España.
ñola del SAVRY (Borum et al., 2011), la mayoría de los Alarcón, P., Wenger, L., Chesta, S., y Salvo, S. (2012).
demás instrumentos siguen sin contar con lo ya reseñado. Validez predictiva del instrumento evaluación de ries-
Con la claridad de conocer las herramientas disponibles gos y recursos (fer-r) para la intervenciónen adoles-
en español, el siguiente desafío será cómo los profesiona- centes infractores de ley: Estudio preliminar.
les deciden el instrumento o la estrategia más idónea pa- Universitas Psychologica, 11(4), 1183–1195.
ra realizar la evaluación. Algunas recomendaciones para Allen Jr, J., Rupert, V., Spatafora, K., Windell, J., Gaulier,
ello sugieren que quienes estén a cargo de la evaluación B., y Conti, K. (2003). Differentiating violent from non-
forense utilicen test psicológicos apropiados y con el ob- violent female offenders using the Jesness inventory.
jetivo para el cual fueron diseñados, es decir, no exigir al Personality and Individual Differences, 35(1), 101–108.
instrumento más resultados de los que empíricamente se Andershed, H., Kerr, M., Stattin, H., y Levander, S.
ha demostrado que son capaces de hacer (Archer, (2002). Psychopathic traits in non-referred youths: A
Stredny, y Wheeler, 2013), por ejemplo, no es correcto new assessment tool. En E. Blaauw y L. Sheridan
utilizar el YLS/CMI si lo que se quiere es predecir riesgo (Eds.), Psychopaths: Current International Perspectives
de reincidencia sexual, ni el MACI o el MAYSI si se busca (pp. 131–158). La Haya: Elsevier.
con ellos realizar un diagnóstico de trastorno mental. La Andrés-Pueyo, A., y Echeburúa, E. (2010). Valoración
elección de los test a utilizar en cada caso no debe guiar- del riesgo de violencia: Instrumentos disponibles e in-
se por una batería estándar, sino que debe adaptarse a dicaciones de aplicación. Psicothema, 22(3), 403–
las necesidades y objetivos de evaluación de cada ado- 409.
lescente, para ello Echeburúa, Muñoz, y Loinaz (2011) Andrés-Pueyo, A., y Redondo, S. (2007). Predicción de
indican que los profesionales deben ser pragmáticos, de- la violencia: entre la peligrosidad y la valoración del
cidiendo el uso de un determinado instrumento pensando riesgo de violencia. Papeles del Psicólogo, 28(3),
en cuál será la utilidad de la información que se obtenga 157–173.
tras su uso, se debe contemplar su adecuación al caso Andrews, D. A., Bonta, J., y Hoge, R. (1990). Classifica-
particular, y de ser necesario tener en cuenta el nivel cul- tion for effective rehabilitation: Rediscovering psychol-
tural del adolescente para valorar si podrá contestar de ogy. Criminal Justice and Behavior, 17(1), 19–52.
forma adecuada todas las preguntas, además de consi- Antequera, M., y Andrés-Pueyo, A. (2008). Personali-
derar si el propio evaluador domina la técnica que desea dad y delincuencia: un estudio a través del Inventario
utilizar. También se recomienda atender a la calidad Jesness – Revisado. En F. Rodríguez, C. Bringa, F. Fa-
científica del instrumento, es decir, elegir con prioridad riña, R. Arce, y A. Bernardo (Eds.), Psicología Jurídi-
aquellos test que cuenten con buenas propiedades psico- ca: familia y victimología (Ediciones, pp. 445–449).
métricas, además de estudios de validez y normas en po- Oviedo: Universidad de Oviedo.
blación forense. Hoge (2012) por otro lado, recomienda Archer, R., Stredny, R., y Wheeler, E. (2013). Introduc-
que las evaluaciones forenses las realicen profesionales tion to forensic uses of clinical assessment instruments.
entrenados en el área y con experiencia en el uso de las En R. Archer y E. Wheeler (Eds.), Forensic uses of clin-
herramientas a utilizar, recordemos que instrumentos co- ical assessment instruments (Second Ed., pp. 1–20).
mo PCL:YV o DISC-IV requieren de entrenamiento previo New York and London: Routledge.
en el test y en la forma de completarlo, y sin ello se resta Borum, R., Bartel, P., y Forth, A. (2003). Structured as-
validez a los resultados que se obtienen. Finalmente, es sessment of violence risk in youth. Professional manu-
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Artículos PRUEBAS Y TESTS FORENSES

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