Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
El sistema subjetivo tiene su base en la autonomía de la voluntad. Si las partes son libres para
crear los derechos y obligaciones que estimen pertinentes y la voluntad es la medida de tales
derechos y obligaciones el intérprete debe buscar cuál ha sido la verdadera intención que tuvieron
los contratantes al celebrar el contrato. Por tanto el intérprete debe realizar una verdadera tarea
de investigación psicológica en el sentido de averiguar cual ha sido la intención de contratar en el
fuero interno de cada contratante.
Este es el sistema utilizado por el Código Civil en el título XIII del Libro IV, artículos 1560 a 166.
El. Artículo 1560 de nuestro Código Civil es la norma equivalente al artículo 1156 del Código Civil
Francés: “En las convenciones se debe buscar cuál ha sido la intención común de los contratantes,
antes de atenerse al sentido literal de las palabras”. Sin embargo estos artículos presentan
algunas diferencias. El art. 1156 del Código Civil Francés ordena siempre buscar cuál ha sido la
intención común de los contratantes, lo que da lugar a que existan voluntades virtuales, probables
o adivinatorias. En cambio en Chile, la voluntad de los contratantes debe estar claramente
conocida y, por lo tanto, no hay lugar para tales voluntades virtuales.
Es elemento común de ambos sistemas (ambos participan del sistema subjetivo) que, no
pudiéndose encontrar la voluntad común de los contratantes, el juez debe atenerse al sentido
literal de las palabras del contrato.
a. Ambigüedad del contrato. Dice relación con que el contrato admite dos sentidos,
totalmente opuestos.
e. Términos claros en si mismos pero que se han empleado en una manera dudosa. Por
ejemplo se señala que el precio de la compraventa lo pagará el hijo mayor, pero resulta
que es casado dos veces, y en ambos matrimonios tiene más de un hijo.
Reglas de interpretación de los contratos.
a) Regla fundamental
A. Regla fundamental. Art. 1560. “Conocida claramente la intención de los contratantes, debe
estarse a ella más que a lo literal de las palabras”.
Art. 1564 inc. 1°. “Las cláusulas de un contrato se interpretarán unas por otras, dándose a cada
una el sentido que mejor convenga al contrato en su totalidad”. Esta regla ordena a interpretar el
contrato como un todo y no aisladamente cada cláusula. Es similar al art. 22 inc 1° del CC. “El
contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que haya
entre todas ellas la debida correspondencia y armonía”. Un criterio similar se aplicó por el
legislador en materia de interpretación del testamento en el artículo 1066 inc. 2°. “Sin embargo, si
la asignación se destinare a un objeto de beneficencia expresado en el testamento, sin determinar
la cuota, cantidad o especies que hayan de invertirse en él, valdrá la asignación y se determinará
la cuota, cantidad o especies, habida consideración a la naturaleza del objeto, a las otras
disposiciones del testador, y a las fuerzas del patrimonio, en la parte de que el testador pudo
disponer libremente”.
Regla de la utilidad de las cláusulas. Art. 1562. “El sentido en que una cláusula puede producir
algún efecto, deberá preferirse a aquel en que no sea capaz de producir efecto alguno”. Por
ejemplo se pacta entre Pedro y Pablo que Pedro podrá pasar por sus “heredades”, no es dudoso
que se entiende respecto de las heredades de Pablo, porque de lo contrario la cláusula no
produciría efecto alguno. En Chile se ha fallado que en un contrato de arrendamiento se estipula
que el arrendatario debe pagar “las contribuciones”, debe entenderse respecto de aquellas cargas
que le corresponden al arrendador y no a las que le corresponden al arrendatario (como las
reparaciones locativas), porque éstas las establece la ley. La doctrina señala que no debe darse a
un contrato nulo una interpretación válida, aunque la jurisprudencia ha fallado lo contrario.
De la naturaleza del contrato. Art. 1563 inc. 1°. “En aquellos casos en que no apareciere voluntad
contraria deberá estarse a la interpretación que mejor cuadre con la naturaleza del contrato”. Se
trata de una cláusula cuyos términos son indicativos de dos o más sentidos y cualquiera de ellos
puede producir efectos; en este caso, se le debe dar la interpretación que mejor cuadre con la
naturaleza del contrato. Por ejemplo se pacta como renta de arrendamiento de predio urbano por
$50.000. Debe entenderse que es la renta de cada mes y no la correspondiente a un año o del
período completo del contrato que es de 15 meses.
Se trata de las llamadas circunstancias de la especie, que figuran en el torno del contrato y no en
la declaración misma.
Estas circunstancias de la especie revelan al intérprete de cuál ha sido la voluntad común de los
contratantes, ya se manifiestan en la etapa preparatoria del contrato, ya en la etapa de
conclusión, ya después de este momento.
Regla de los otros contratos de las partes sobre la misma materia. Art. 1564 inc. 2°. “Podrán
también interpretarse por las de otro contrato entre las mismas partes y sobre la misma materia”.
La ley autoriza al juez a interpretar un contrato en base a elementos totalmente ajenos a éste. La
doctrina estima que este “otro contrato” puede ser anterior o posterior a el contrato que se está
interpretando.
Regla de interpretación auténtica. Art. 1564 inc 3°. “O por la aplicación práctica que hayan hecho
de ellas ambas partes, o una de las partes con aprobación de la otra”. Los autores son bastante
favorables a esta regla ya que es la que mejor revela cuál ha sido la verdadera intención de los
contratantes (Claro Solar, siguiendo a Giorgi estima que es la “reina” de todas las
interpretaciones).
Los casos del art. 1564 inc. 2 y 3 son ejemplos de que el intérprete se encuentra facultado para
tener en consideración todos las circunstancias de la especie, aún las extrínsecas. No fue
adoptado de una manera general en Chile y Francia, aunque es aplicado constantemente, y fue
reconocido expresamente en el Código Civil Italiano de 1942 en su artículo 1362-2.
Regla de aplicación restringida del texto contractual. Art. 1561. “Por generales que sean los
términos de un contrato, sólo se aplicarán a la materia sobre que se ha contratado”. Por ejemplo
se celebra un contrato de transacción entre A y B, por el cual A se obliga a pagar cierta cantidad de
dinero a B, y expresándose que las partes se declaran libres de todas sus pretensiones respectivas.
Obviamente las obligaciones que nacieron de dicha convención quedan suscritas al ámbito de
aplicación de ella, mas no a otras obligaciones existentes o que nacen con posterioridad.
Aparente contradicción entre los artículos 1561 y 1565. La primera norma señala que por generales
que sean los términos de un contrato, sus disposiciones se aplican a la materia sobre la cual se ha
contratado, y el artículo 1565, señala que si se señala un ejemplo para explicar la obligación, no se
debe restringir la convención a ese solo caso. En realidad lo que sucede es que estas disposiciones
dependen de las circunstancias de la especie.
D. Reglas subsidiarias.
Tienen lugar cuando después de haber aplicado las reglas anteriormente señaladas, el juez no ha
llegado a dilucidar la voluntad común de los contratantes.
De las cláusulas usuales. Art. 1563 inc. 2°. “Las cláusulas de uso común se presumen aunque no se
expresen”. Debe relacionarse esta norma con el artículo 1546. “Los contratos deben ejecutarse de
buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que
emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a
ella”.
No obstante la ley chilena no ha hecho diferencias entre uso y costumbre, alguna doctrina ha
diferenciado dichos conceptos. Los usos son prácticas o conductas que, por conveniencia,
oportunidad u otros motivos, siguen en sus relaciones jurídicas determinados sujetos o círculos de
un núcleo social dado, pero que no tienen el carácter de generalidad de la costumbre ni el
convencimiento de que dichas conductas son jurídicamente obligatorias,
Regla de la última alternativa. Art 1566. “No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes
de interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor.
Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea
acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga de la
falta de una explicación que haya debido darse por ella”.
Según este artículo, de no poder aplicar las reglas antedichas, es necesario distinguir:
b. Contrato redactado o dictado por una sola de las partes. Las cláusulas ambiguas
se interpretan contra la parte que haya dictado el o extendido el contrato, sea
acreedora o deudora, siempre que la ambigüedad del contrato le sea imputable,
puesto ésta lo ha redactado. En Chile se ha aplicado esta norma especialmente a
los contratos por adhesión.
Críticas al sistema subjetivo de interpretación .
Los contratos deben interpretarse de conformidad al sentido normal, esto es, conforme a aquel
sentido que le atribuiría un hombre honesto y razonable.
Características.
c. El juez debe considerar las circunstancias objetivas de la especie: aquellas que siendo
exteriores y ostensibles, pudieren ser conocidas por ambas partes. Las circunstancias de la
especie se refieren al objeto de la convención; al lugar donde se concluye el contrato y a las
finalidades, normalmente económicas, perseguidas por las partes. Es también necesario
considerar las relaciones de parentesco o amistad entre las partes, por ejemplo para
considerar la onerosidad de un negocio. También se tiene en consideración si se trata de
aquellos trabajos que normalmente son remunerados, para considerar cual es la tarifa usual.
d. Las finalidades económicas perseguidas por los contratantes, los resultados concretos
alcanzables a través del acto, susceptibles de satisfacer las necesidades de la vida práctica,
merecen especial atención.