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Mitos sobre violencia intrafamiliar o doméstica

Mito 1: La violencia doméstica es sólo física

Las acciones abusivas hacia otra persona pueden ser verbales, emocionales, sexuales
y físicas. Hay cinco tipos básicos de violencia doméstica:

 Física: empujar, abofetear, dar puñetazos, golpear, patear y restringir.


 Sexual: cuando un miembro de la pareja fuerza actos sexuales sobre el otro
que son no queridos, no son bien recibidos o no han sido invitados.
 Psicológica: Abuso verbal y emocional, amenazas, acecho, insultos,
intimidación, aislamiento de la familia y amigos, dependencia financiera
forzada.
 Actos contra la propiedad y las mascotas: Romper objetos del hogar,
golpear paredes, abusar o matar a mascotas amadas.
 Económica o patrimonial: toda acción u omisión que implique perjuicio
pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción
de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes,
valores, derechos o recursos económicos, destinados a satisfacer
necesidades que conlleven un riesgo de daño inminente en la salud física o
psíquica o la vida de algún miembro del grupo familiar.

Mito 2: La violencia doméstica no es común

Aunque es difícil determinar estadísticas precisas, los indicadores sugieren que la


violencia doméstica es más común de lo que la mayoría de las personas cree o quiere
creer.

Por ejemplo, debido a la falta de espacio, los refugios para mujeres maltratadas son
capaces de admitir sólo entre el 10% a 40% de las mujeres que requieren dicha
admisión. Otro ejemplo son las mujeres divorciadas: aunque representan el 8% de
la población de los Estados Unidos, representan el 75% de las mujeres maltratadas y
reportan ser atacadas 14 veces más seguido que las mujeres que todavía viven con
sus parejas. Se cree que las estadísticas disponibles son bajas porque la mayoría de
los casos no son reportados.

En la Argentina, según informa el Diario Uno, “el 911 es la herramienta que mayor
cantidad de episodios recibe, a los que se suman los denunciados ante la Oficina de
Violencia Doméstica de la Corte Suprema y la Línea 144 para la Prevención de la
Violencia de Género. Entre los tres, [por] cada hora se recepcionan 168 casos.”
Mito 3: La violencia doméstica sólo afecta a las mujeres

¡Cualquiera puede sufrir abuso! Puede estar dirigido hacia mujeres, hombres, niños,
ancianos. Tampoco hace distinción de clases sociales o grupos étnicos, sin embargo,
en la mayoría de los casos, las mujeres suelen ser las víctimas de violencia doméstica.
Algunas estadísticas sobre esto son:

 Una de cada cuatro estadounidenses reporta ser físicamente atacada y/o


violada por su esposo actual, ex-esposo, pareja con la que vive o una
persona con la que tuvo una cita en algún momento de su vidas.
 En este mismo país, una mujer es asesinada todos los días por su esposo o
novio.
 Una mujer es golpeada cada 15 segundos, según el FBI.
 Se estima que más de 10 millones de niños son testigos de actos de
violencia doméstica anualmente.
 Los varones que han sido testigos de violencia doméstica son dos veces más
propensos a abusar de sus esposas o novias que los hijos de padres no
violentos.
 A nivel mundial, al menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada,
coaccionada a tener sexo o abusada de alguna otra forma en toda su vida.
 Mientras que los hombres también son víctimas de abuso doméstico, el
92% de las personas sometidas a la violencia son mujeres.

Mito 4: La violencia doméstica sólo ocurre en las clases bajas, las comunidades
rurales o en los grupos minoritarios.

La violencia doméstica cruza toda línea de razas y clases. Se reportan tasas similares
de abuso en ciudades, suburbios y zonas rurales.

Los abusadores pueden encontrarse viviendo en mansiones o en casas de chapa y


cartón.

Mito 5: Las mujeres golpeadas pueden irse de la casa

Una combinación de factores hace que sea muy difícil para la persona abusada dejar
el hogar e irse. Esto incluye presión social y familiar, vergüenza, barreras financieras,
niños y creencias religiosas.
Más del 50% de las mujeres con niños que huyen de la violencia doméstica terminan
sin hogar por dejar al abusador. También está el hecho de que muchos de los
abusados enfrentan ambivalencia emocional sobre si irse o no.

Una mujer recuerda lo siguiente (que puede ser un recuerdo que muchas mujeres
abusadas tengan en común): “Mi cuerpo todavía me dolía de los golpes que mi
esposo me había dado el día anterior. Pero él seguía suplicándome en la puerta:
‘Lo siento. Nunca más lo voy a hacer. Sé que necesito ayuda.’ Yo tenía un bebé de 2
semanas. Quería creerle. Abrí la puerta.”

Su situación de abuso continuó por dos años más antes de que reuniera el coraje para
irse.

Mito 6: El abuso es causado por el consumo de alcohol y otras drogas

El abuso de sustancia no causa violencia doméstica. Si así fuera, el 100% de las


personas que beben o se drogan serían abusadores. Sin embargo, el alcohol y otras
drogas disminuyen la inhibición mientras incrementan los niveles de violencia,
generalmente a escalas más peligrosas.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos estima que


de un cuarto a la mitad de los abusadores tienen problemas relacionados al abuso de
sustancias.

Mito 7: Las víctimas sólo tienen que pelear o irse

Lidiar con la violencia doméstica nunca es tan simple como luchar o salir por la
puerta.

Pensemos que la mayoría de los abusadores son hombres y la mayoría de las víctimas
mujeres, y los hombres son físicamente más fuertes. Si hablamos de ancianos, su
condición frágil puede ponerlos en un lugar de desventaja fácilmente. Por último, los
niños suelen ser abusados por un guardián que es más imponente no solo física sino
también psicológicamente.

Mito 8: La víctima provoca al victimario

El abusador es completamente responsable del abuso. Nadie puede decir o hacer


nada que garantice ser golpeados y maltratados. Sin embargo, los abusadores tratan
de evadir la responsabilidad al culpar a las víctimas a través de comentarios tales
como:

 “Me hiciste enojar.”


 “Me pusiste celoso.”
 “Esto jamás hubiera pasado si no hubieras hecho eso.”
 “No quise hacerlo, pero estabas fuera de control.“

Se necesita asegurar a las víctimas que el abuso no es su culpa.

Mito 9: El abuso doméstico es una cuestión privada y no tiene nada que ver
conmigo

¿Realmente te gustaría vivir en una sociedad donde nadie siente la responsabilidad


de preocuparse por el otro? Mañana puede ser tu hija o la mia…

Incluso si el abusador es tu amigo, denunciar una situación así también puede


significar ayudarlo.

Mito 10: Los dos necesitan terapia de parejas

La trabajadora social Susan Schechter opina que la terapia de parejas no es una


intervención apropiada ya que puede aumentar el riesgo en el que se encuentra la
persona abusada de varias formas:

 Podría animar al abusador a culpar a la víctima al examinar el rol de esta


última en su problema.
 La aceptación de una pareja así por parte de un terapeuta podría mandar
un mensaje erróneo al abusador (de que la pareja maltratada es también
responsable de la conducta del abusador).
 Además también podría darse que la víctima revele actos de violencia y
esto provoque que, luego de la terapia, el abusador la golpee.

En este sentido, es el abusador solo el que debe tomar responsabilidad por los
ataques y entender que el objetivo de la terapia no es la reunión familiar sino ponerle
un freno a la violencia.

Sin embargo, esto no significa que la persona maltratada no pueda beneficiarse de


terapia individual también.
Mito 11: Los abusadores son gente malvada

Los abusadores son personas que pueden ser fuertes y estables en algunas áreas de
su vida, pero débiles, no razonables e incontrolables en otras. Esto no justifica su
conducta ya que el abuso siempre es un error. Pero estas personas deben hacerse
responsables de sus actos y se les debe instar a buscar ayuda profesional rápido.

Una comunidad informada y una familia y amigos que ofrezcan su ayuda, pueden
contribuir grandemente a que el ciclo de abuso se rompa.

Si conoces a alguién que es víctima de violencia doméstica, por favor contacta a las
autoridades pertinentes en tu país o región. En Argentina, por ejemplo, podés
denunciar una situación de violencia doméstica llamando al 144, una línea gratuita
para atender estos casos.

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