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LA TELEVISIÓN COMO FÁBRICA AFECTIVA

Soñar a través de la imagen, reinventar dioses imaginarios como objeto de veneración, atrapar
al hombre como sujeto de prueba, pruebas que se desarrollan tras una maquinaria inventiva
que no se muestra satisfecha hasta re-direccionar las percepciones del hombre frente al
medio, frente a la vida y las realidades que se muestran. La televisión, como asegura Ferrés, ha
llegado a instaurarse como un objeto de veneración, el “re ligare para lograr atar al
ciudadano”. Atrapar al hombre en un estado de ambivalencia constante que depende de un
medio, que en su práctica, deja entrever que las personas son las menos instituidas y
preparadas para él.

En Being There el señor Chance es un sujeto atrapado por dicha maquinaria y a medida que la
película avanza, y comprendemos el padecimiento del personaje, entendemos que desconoce
completamente el mundo real. Sujeto durante años a una rutina que lo ligaba al uso de la
televisión como único ventanal a lo mediático y la relación que establece con las plantas, quizá
de manera subconsciente, por aquello de ser tan distantes de aquella pequeña caja donde
parece apresada la vida, y por significar lo contrario al entorno donde se forjó una idea de la
sociedad, Chance es un hombre que sufre una modificación en los procesos mentales.
Considero necesario hacer una comparación entre el conocido “fenómeno zapping” donde
Joan establece que la frecuencia de cambio de canales determina el ritmo y la calidad de
concentración del televidente frente a lo que contempla, con aquella película protagonizada
por Adam Sandler, Click, donde el personaje determina que sucesos relentizar y cuales omitir
en la proyección de su vida gracias a un control que le permite alterar su temporalidad y
entorno. La vida del hombre como expresión del fenómeno zapping , creo que es importante
realizar esa transversalidad entre Welcome Mr Chance y Click para comprender que
dependiendo de la perspectiva con la que nos acercamos a la televisión, aquella otra realidad,
nos sentiremos satisfechos o inconclusos con la misma. El contenido es aquella masa de
infecundidad que gracias a los efectos, ángulos y la magia de la tecnología y la búsqueda de la
atención, crea una ambivalencia afectiva que se puede entender en el espectador que aprende
a odiar y amar algunos programas, a sentir afecto o rencor por ciertos personajes
convencionales, e incluso, este mismo espectador, edifica una idea de su propia realidad
debido al fragmento de esta que se refleja a través del medio.

Pero la televisión no nos aborda desde un desconocimiento de la percepción del público; los
efectos televisivos son el resultado de la interacción y la relación que el público logra
establecer con el medio y estos mismos fundan las bases para las diferentes herramientas
evolutivas que se brindan con el pasar de los años. En la película Being There, los medios no
solo modifican el ambiente, también alteran la conducta del televidente (Chance) que
descubre por medio del azar, debido a la interpretación afortunada de sus actos y palabras,
un entorno del cual tiene una idea primaria. Se cumple la premisa de que la televisión es una
prolongación de la persona, Chance no entiende su realidad y cuando logra realizar una
semejanza con aquello que reconoce hace un comentario al Presidente acerca de la diferencia
de sus proporciones cuando lo observaba en la Televisión. Hay dos tipos de efectos
televisivos, los que se hallan a simple vista y aquellos ocultos. El mensaje encriptado hace
parte de la televisión. Un efecto televisivo oculto en la sociedad de la película es el
posicionamiento político que se le da a Mr Chance, todo ello se logra por medio de mensajes
ocultos a simple vista. Las intervenciones del personaje son las ideas de un jardinero para el
cultivo y trato de plantas pero el público al desentrañar el mensaje cree que hay una misión
política.

Los medios han modificado el esqueleto psíquico y físico de Chance hasta el punto de
convertirlo en un personaje bizarro. Algunos de los personajes que no dejan de observarlo
como un sujeto lleno de particularidades, como lo hace el Doctor en diferentes pasajes de la
película. Este suceso en la película nos deja inferir una crítica a la descompensada educación
frente a la televisión y a los otros medios de percepción y aprendizaje como los libros. En las
diferentes escuelas se construye un yo lector, con bastantes vacíos y gajes, pero no se realiza
la misma labor con el medio. El hombre es vulnerable a dicho entorno de consumo hasta que
pierde la perspectiva y noción de lo que es real y lo que no. El personaje corre con la suerte
de cruzarse con personas que interpretan sus mensajes y conductas de manera reflexiva ya
que si consideramos estas mismas formas de proceder en otro contexto, Chance sería en
primera instancia tildado de loco o discapacitado. En la vida real somos víctimas de esas
familiarizaciones que realiza el medio a través de programas y contenidos que son
inaceptables en primera medida pero que tras el pasar de los tiempos y los intervalos de
exigencia de los televidentes pueden llegar a convertirse en un “nuevo canon”.

La lectura y la televisión deben ser vistas de manera equitativa desde el ámbito educativo
para formar en estas una práctica complementaria y destruir las opiniones apocalípticas que
condenan de manera tajante a los medios audiovisuales por la aceptación que tienen de
imágenes, temas, escenas, que en otro tiempo habrían causado escándalo por la forma en que
se trata el tabú y el pudor. El estudiante debe ser capaz de alimentarse desde diferentes
conceptos, que sobrepasen a lo propuesto por la percepción escrita, que sí bien invita a la
interpretación de símbolos y la comprensión de enunciados, no causa los mismos resultados
dinámicos y sensoriales que se ofrecen tras una pantalla. El hombre ha logrado desarrollar
una autómata que desde los hermanos Lumiére a nuestra contemporaneidad ha brindado
órganos, efectos, alma y cuerpo al medio.

Le lectura como aprendizaje estático pero reflexivo necesita complementarse desde el


aspecto hacendoso que brinda lo sensorial y dejar en evidencia las oportunidades del
adecuado uso del medio para la formación académica. En la lectura somos libres de percibir,
de llevar el ritmo adecuado y controlar las imágenes que recepcionamos pero en la televisión
el medio es el que domina y controla la experiencia, haciéndonos presos de su estrategia
discursiva. Chance es víctima de esta segunda práctica y al realizar sus primeras
interacciones con la sociedad debe adecuarse al concepto del espejo, imitar la conducta que se
puede calificar como una norma del sentido común para lograr la aceptación en un entorno.

El cine nace con la intención de indagar en las temáticas de la condición humana y a pesar de
tener que valerse de más de 100 años para lograr una artefacto efectivo y crear la ilusión de lo
real, permite la reflexión de situaciones del común y algunas excepcionales, como los sueños.

El medio es en sí un espectáculo, uno egoísta, mezquino y distante, que centra sus


obligaciones inmediatas y más importantes en un público igual de aprovechado. Esta es la
crítica más importante que encuentro en relación a la película y el concepto de Ferrés, la
televisión como extensión de la persona. Somos también parte de esa maquinaría y Chance es
un pobre hombre discapacitado que debido al sesgo que poseen los demás personajes al su
alrededor por buscar su propia estabilidad emocional y social, no es ayudado por nadie.
Todos los personajes buscan interpretar los mensajes de este inocente jardinero para
constituir soluciones en sus propias vidas. Eve, la esposa del millonario que decide apadrinar
a Chance, es una mujer que ve en él una resistencia inerte que termina llevándola al
enamoramiento. Chance que no conoce nada del aspecto amoroso se brinda a situaciones
paradójicas y cómicas, como ocurre con El Botones del ascensor, quien ve en la incapacidad de
Chance para dilucidar las cosas, un fino sentido del humor. Estos elementos hablan de las
interpretaciones sesgadas que se realizan todos frente a Chance. Las pocas personas que
descubren la verdadera condición de Gardener, como la antigua sirvienta, la pareja que
compra la casa y el mismo doctor que sirve al millonario, deciden en un acto de bondad y
permisión no revelar la verdadera condición de Chance, en especial el Doctor, quien entiende
que el personaje logró cambiar el entorno del millonario y su esposa.

El final de Chance supone una crítica no solo a la condición del personaje como un hombre
elevado, distraído de su propia realidad por el acercamiento y las relaciones de interacción
que construyó con el medio hasta alterar sus procesos mentales. También es una crítica al
televidente sujeto al re-ligare que produce la adoración a la televisión. Debido al prejuicio al
medio se pierde el concepto educativo y significativo. En la equidad de lo visual y los libros se
podría encontrar en un una herramienta audiovisual y de construcción pedagógica. La
formación desde lo que leemos y vemos es una práctica que debería venir hermanada de la
lectura y de esta manera asegurar ciudadanos críticos frente a lo que leen y observan.

Pavel Steven Salazar

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