Sie sind auf Seite 1von 9

El proceso de convertirse en persona

Resumen
El desarrollo de mi pensamiento profesional y de mi filosofía personal
Carl Ransom Rogers nace en enero del 1902 en Oak Park, en un suburbio de Chicago, EE.UU. Fue el cuarto
de seis hijos. Cuando cumplió los 12 años, sus padres compraron una granja en donde empezó a conocer y a
respetar los métodos científicos en un campo de esfuerzos prácticos. Inició sus estudios universitarios en el
campo de la agricultura, sin embargo, al cabo de dos años decidió prepararse para el trabajo religioso debido
a unas conferencias a las que había asistido. En el camino se dio cuenta que las respuestas que obtenía ante
sus interrogantes se separaban de la doctrina religiosa. Durante sus estudios anteriores había asistido a clases
de psicología y psiquiatría que le habían llamado la atención y recordando aquello, decidió llevar un curso
sobre la filosofía de la educación y comenzó sus prácticas clínicas con niños y así supo que estaba inclinado
por la orientación infantil. Tuvo la oportunidad de obtener un trabajo como psicólogo y pese a la baja paga, él
se sintió feliz porque trabajaría en lo que le gustaba. Posteriormente trabajó como profesor de cátedra en
diversas universidades.

Hay 3 puntos significativos que Carl había aprendido en su vida profesional. Primero, había aprendido a vivir
manteniendo relaciones terapéuticas más profundas con un número creciente de clientes. Segundo, la
investigación se convirtió en algo muy importante ya que por ser objetiva permite que no se engañe durante
la terapia que es propiamente subjetiva. Y finalmente, aprendió a expresar sus ideas a modo de ensayo,
dirigidas para ser aceptadas o rechazadas. Peso a esto, en su experiencia siempre hubo psicólogos, asesores y
educadores que se encolerizaban por sus ideas y posteriormente, hubo psiquiatras que se sentían amenazados
por lo mismo. Esto ha significado un daño para Carl, tan igual o mayor al daño producido por sus “discípulos”
que no critican ni cuestionan su trabajo. Es a causa de estos hechos que consideraba él perturbador que ha
llegado a valorar en gran medida el aislarse. El alejarse de las expectativas profesionales y de las exigencias
diarias siempre ha producido un progreso fructífero en su trabajo.

Algunas hipótesis acerca de la posibilidad de facilitar el desarrollo personal

Durante los primeros años de la carrera profesional de Carl, solía preguntarse ¿cómo puedo tratar, curar o
cambiar a esta persona?, sin embargo, después de su experiencia ha comprendido que la pregunta debe ser
¿cómo puedo crear una relación que esta persona pueda utilizar para su propio desarrollo?

Su hipótesis general es: Si se puede crear un cierto tipo de relación, la otra persona descubrirá en sí mismo su
capacidad de utilizarla para su propia maduración y de esta manera se producirán el cambio y el desarrollo
individual.

En primer lugar, para que se dé la relación existen 3 condiciones: La primera es ser auténtico y expresar
mediante palabras y la conducta los diversos sentimientos y actitudes que existen dentro de uno. La segunda
condición es aceptar a la otra persona cono individuo diferente y valioso por su propio derecho. La tercera
condición es tener una profunda comprensión empática que permite observar el mundo de la otra persona tal
como él lo ve. En cuanto a la motivación del cambio, la experiencia le ha enseñado que las personas tienen la
tendencia de avanzar hacia la propia madurez y que, en un ambiente psicológico adecuado, esta potencialidad
pasa a convertirse en algo real. Finalmente, en cuanto a los resultados, mediante las condiciones adecuadas,
el individuo reorganizará su personalidad tanto a nivel consciente como en los estratos más profundos, de
modo que se hallará en condiciones de encarar la vida de modo más constructivo.
Características de una relación de ayuda
La relación de ayuda significa que al menos una de las partes intenta promover en el otro el desarrollo, la
maduración y la capacidad de funcionar mejor y enfrentar la vida de manera más adecuada. Algunas
sugerencias para fomentar la relación de ayuda:

o Hacer que la otra persona confíe en uno no se limita a las condiciones externas como el respetar el
horario y la naturaleza confidencial propia de las entrevistas, sino el de expresar cualquier sentimiento
o actitud que uno experimenta en cada momento de manera consecuente con lo que dice.
o Para establecer una relación de ayuda con otra persona, primero debes establecer contigo mismo. Es
decir, debes entender tus propios sentimientos y aceptarlos.
o Aunque en general se crea que el mantener la distancia es una razón principal para profesionalidad
cualquier campo de trabajo, no resulta nada perjudicial y, por el contrario, uno logra sentirse satisfecho
al relacionarnos con otro como persona hacia la que experimentamos sentimientos positivos.
o Pese a que algunos asesores procuren que sus clientes lo tomen como modelo. En realidad, el asesor
más competente y adaptado puede interactuar con un cliente durante muchas entrevistas sin interferir
la libertad de desarrollar una personalidad muy diferente a la de su terapeuta.

Lo que sabemos de la psicoterapia, objetiva y subjetiva

La psicoterapia tiene aspectos tanto objetivos como subjetivos. Lo objetivo se evidencia en la investigación
como es el hecho de que la autenticidad, aceptación y empatía por parte del terapeuta produce
modificaciones en el cliente. Lo subjetivo abarca tanto la experiencia única del terapeuta como del cliente.
Algunas tendencias que se manifiestan en la terapia

El cliente tiende a manifestar ciertas características y conductas dentro de la psicoterapia centrada en el


paciente, tales como: la vivencia del sí mismo potencial, la vivencia plena de una relación de afecto, el gustar
de uno mismo y de los demás, personalidad positiva, y ser el propio organismo. La terapia parece significar
un retorno a la experiencia sensorial básica. Antes del tratamiento, la persona suele preguntarse, a menudo
inconscientemente: "¿Qué debería yo hacer en esta situación, según los demás?"; "¿Qué esperarían mis padres
o mi cultura que yo haga?"; "¿Qué es lo que yo mismo creo que debería hacer?" En consecuencia, actúa
siempre según conductas aprendidas. Esto no significa necesariamente que en todos los casos actúe de acuerdo
con las opiniones de otros; incluso esforzarse por contradecir las expectativas ajenas. No obstante, actúa según
las expectativas ajenas, a menudo introyectadas. Durante el proceso terapéutico, y en relación con la constante
expansión de su espacio vital, llega a preguntarse: "¿Cómo experimento esto?"; "¿Qué significa para mí?";
"Si me comporto de cierta manera, ¿cómo puedo llegar a simbolizar el significado que tendrá para mí?" Por
último, actúa sobre la base de algo que podría' denominarse realismo: un equilibrio realista entre las
satisfacciones e insatisfacciones que cualquier acto le producirá.

¿Qué significa convertirse en persona?


Significa descubrir elementos desconocidos de uno mismo: sin miedos, de manera libre y total. Surge una
siguiente pregunta: ¿Qué persona emerge durante este proceso? Una persona decida a vivir en una condición
de apertura a la experiencia. Este quiere decir sin juzgarse a sí misma y aceptado tanto lo bueno como malo.
De este modo: a. El individuo se vuelve más abiertamente consciente de sus propios sentimientos y actitudes.
B. Tiene una visión más completa de la realidad. C. Confianza en su organismo. D. La fuente o centro de las
relaciones y decisiones o de los juicios de valor se encuentra en su interior. E. El individuo parece más
satisfecho de convertirse en un proceso que en un producto.
Psicoterapia como proceso
Este proceso conlleva una serie de condiciones que son necesarias reconocer: El cliente vive el proceso sin
prejuicios de lo que pueda descubrir de sí mismo. El cliente ve al terapeuta como un instrumento, como un
medio que le permitirá llegar a lo más profundo de sí mismo, puesto que se presenta como un espejo. El cliente
sentirá momentos de mucho entusiasmo ante lo que va incorporando, pero también habrá etapas de
estancamiento y desazón. El proceso conlleva periodos de incomunicación, estancamiento, pero también de
movimiento. No olvidar que se pasa de la fijeza al flujo. Y todo este proceso no tiene una estructura, un orden
establecido, cada caso es particular, porque los clientes son seres únicos e irrepetibles a su vez.
Una condición básica de este proceso es que el terapeuta hace sentir al cliente cómodo. Así, éste experimenta
la sensación de ser plenamente recibido tal como es.
Etapas
1. Fijeza. El individuo está alejado de la vivencia no 5. Un aumento de la flexibilidad, de la libertad y del
solicitará espontáneamente la ayuda del flujo del organísmico.
psicoterapeuta.
6. El momento de la vivencia plena se convierte en
2. El sujeto puede vivir la experiencia de ser
un referente claro y definido
plenamente recibido.
3. Ulterior desarrollo y flujo de la expresión 7. Los sentimientos nuevos se experimentan de
simbólica. manera inmediata y rica en matices, tanto dentro
como fuera de la relación terapéutica.
4. Los sentimientos comienzan a fluir con mayor
libertad
Ser la persona que uno realmente es: cómo ve un terapeuta los objetivos personales

El cliente debe realizarse preguntas vitales: “¿Cuál es mi objetivo en la vida?” “¿Para qué me estoy
esforzando?” “¿Cuál es mi propósito?” Estas preguntas y la terapia harán que deje de utilizar las máscaras.
Esto quiere decir el dejar de ser una persona atemorizada, que se oculta tras una fachada, porque se considera
demasiado espantosa como para mostrarse tal cual es. En este camino, es importante dejar de lado los
“debería”: el cliente se aleja de la imagen compulsiva de lo que “debería ser”. También dejan de satisfacer
expectativas impuestas por la cultura y no se somete a las intensas presiones que impulsan al individuo a
adquirir las características que se espera de él. También dejan de esforzarse por agradar a los demás. El cliente
también comienza a orientarse y avanzar hacia la autonomía. Los clientes parecen convertirse cada vez más
abiertamente en un proceso de constante cambio y adquieren mayor fluidez. Comienzan a ser toda la
complejidad de su sí mismo. La experiencia de estos clientes implica también convertirse en un proceso
complejo y rico. Entienden la complejidad de sus propios sentimientos y logra ser todos ellos. El individuo
tiene apertura a la experiencia, porque comienza a vivir en una relación franca, amistosa e íntima con su propia
experiencia. Así, acepta a los demás, porque a medida que el cliente adquiere la capacidad de aceptar su
propia experiencia, también se halla en condiciones de aceptar la experiencia de otros. Él es y confía en sí
mismo cada vez más. Se convirtieron en individuos creativos en su propio ámbito. Algunos errores: Dejar ser
no implica inmovilidad. Tampoco implica ser malvado. No implica ser inmoral. No es ser apolítico y muchos
menos: estar fuera de la realidad.
La persona que funciona integralmente

Constituye una orientación humana que permite moverse libremente (es decir tomar sus propias decisiones).
La terapia “centrada en el cliente” es en donde se llevan los esfuerzos para mejorar la integración de la persona
como tal, si fuera inmejorable, intensiva y totalizadora, significaría que el terapeuta inició un vínculo personal
con su cliente, de persona a persona. Esto conlleva a la aceptación por parte del terapeuta hacia el cliente
viéndolo como una persona con valor propio e incondicional, actuando de manera natural sin ningún tipo de
mascara (ocultando emociones o sentimientos hacia el paciente). Entonces el terapeuta podrá permitirse
comprender a su cliente, logrando que el cliente pueda sentirse en confianza para poder llegar a ser él mismo.
Lo que lograra que el cliente pueda experimentar todos los sentimientos que alberga dentro de sí mismo.

 Características del movimiento; una mayor apertura a la experiencia, tendencia al vivir existencial, mayor
confianza en el organismo y tendencia a un funcionamiento pleno.
 Algunas implicaciones: libertad y determinismo, creatividad, confiabilidad básica de la naturaleza
humana y la mayor riqueza de la vida.

¿Personas o ciencia?

Existe en la función del terapeuta una contradicción que se observa en la experiencia, una es la del investigador
científico y otra la subjetividad con la cual se establecen mejores relaciones con el cliente.

 La esencia de la psicoterapia en función de su experiencia: Dentro de la vista del terapeuta que se sumerge
en la relación, de dejarse “flotar”, surgen experiencias gratificantes que al inicio pueden conllevar a sentir
temor, sin embargo es a través de este proceso donde el cliente también sentirá desarrollarse y aceptarse
dándose confianza y realzando su persona como una integración, se convertirá en uno mismo.
 La esencia de la psicoterapia en función de la ciencia: Se analizan los fenómenos de la psicoterapia y en
base a la metodología científica se busca describir o relacionar tales fenómenos.

La ciencia sólo existe en las personas ya que su desarrollo depende de las personas en tanto de su comprensión,
interés y medios de comunicación para poder ser aceptadas. Posee dos etapas la etapa creativa y la
confrontación con la realidad. Se encuentra dentro del marco científico la subjetividad organísmica como
propulsor hacia la búsqueda de confirmaciones al dudar de este o aquel resultado pero también pueden
cometerse errores, esto es muy común entre los investigadores, así se da cuenta uno del índole subjetivo. La
verificación intersubjetiva es la comprensión o creencia en un determinado suceso, luego del cual se daría la
Ciencia con mayúscula ya que se llega no al grupo de conocimientos o dogmas sino a las creencias
provisionales subjetivamente en un número de personas diferentes y así lograr una adecuada comunicación de
los hallazgos científicos. A modo de síntesis es en la experiencia subjetiva e inmediata de la persona donde
surgen la ciencia, la psicoterapia y los restantes aspectos de la vida que solo se puede comunicar de manera
parcial e imperfecta. Como terapeuta uno debe abstraerse a sí mismo de la experiencia para evitar ser engañado
y alcanzar una comprensión más profunda de la terapia disfrutando de vivirla y observarla como tal en la
experiencia viviente, así también sucede en los comienzos de la ciencia ya que solo es posible ingresar en las
relaciones yo-tú como una persona subjetiva.

El cambio de la personalidad en psicoterapia

El sí mismo es el aspecto cambiante, vago, altamente significativo y determinante de la personalidad. La


terapia centrada en el paciente muestran tres aspectos significativos: criterios no convencionales, diseño de la
investigación y progresos logrados en la medición objetiva de fenómenos subjetivos sutiles. Y estos tres
aspectos son aplicables con cualquier tipo de psicoterapia o procedimiento destinado a lograr cambios en la
personalidad.

Criterios en la investigación. Se dan criterios específicos y no uno en general ya que se extrae de la teoría de
la psicoterapia hipótesis con las cuales se pueda verificar el cambio surgido en el sí mismo del paciente.

Diseño de la investigación. Una vez elegidas las hipótesis que se quieran poner a prueba y se reúnan los
instrumentos más adecuados para su verificación operacional: durante la terapia y después de terminada esta,
se producen cambios profundos en la autopercepción del cliente; las características y la estructura de la
personalidad sufren cambios que acercan al paciente hacia la vida plena; también se aumenta la madurez de
la conducta del cliente frente a nuevos cambios. Así se contrasta los resultados de manera objetiva y positiva
a través de múltiples criterios específicos y el diseño de investigación rigurosamente controlado.
La psicoterapia centrada en el cliente en su contexto de investigación

El estudio del modelo psicoterapia centrada en el paciente se puede seguir desde Seeman y Raskin en 1953;
Cartwright en 1957. El uso de constructos definibles en términos que puedan operarse puso en relieve lo
innecesario de la clasificación de “éxito” o “fracaso”, identificando que la psicoterapia es un macrocosmos de
relación interpersonal, aprendizaje y cambios significativos, y se incorpora un proceso de cambio mediante la
investigación. En 1949 Raskin llevó a cabo un estudio sobre el foco del proceso de evaluación, la premisa fue
la de que el asesor debía pensar con el cliente y no por él. También propuso el estudio de que el foco de
evaluación del cliente cambia a ya no dejarse guiar sino confiar en sí mismo y finalmente demostró el
desplazamiento del foco que corresponde con su hipótesis inicial acerca de la confianza en uno mismo.
Thefford en 1949 emprende una investigación en la cual se puede verificarse que durante las primeras
manifestaban signos y síntomas de estrés y frustración, luego de las mismas se aplicó a un grupo terapia y otro
no, reflejándose en los estudios que el recuperamiento después de la terapia aumentaba mientras que en el
grupo en el cual no se aplicó la terapia el recuperamiento era en modo inverso, se volvía cada vez más
prolongado. Luego en 1950 Bergman realizo un investigación en la cual plantea qué relación existe entre el
método o técnica que emplea el asesor y la respuesta al cliente. Concluye que la exploración del sí mismo y
el insight son estimulados por las respuestas que reflejan sentimientos al contrario de las respuestas de
evaluación, interpretación o “estructuración”. Butler y Haigh emplearon la técnica Q adaptada para el estudio
del sí mismo.

Carl Rogers expone lo que consideraba el problema de la educación y las posibles consecuencias de estas
afirmaciones. Nos explica que, en ese punto, él había perdido el interés en ser educador, que había
comprendido que no podía enseñarle a otra persona cómo enseñar porque había llegado a la conclusión de que
el único aprendizaje capaz de influir significativamente sobre la conducta del individuo es aquel que él
descubre e incorpora por sí mismo. De sus afirmaciones, Rogers dedujo que debería abandonarse la enseñanza
tal como se la conocía, que debería dejarse de lado las calificaciones con notas, los exámenes y los títulos
porque se supone que el que aprende solo está interesado en el proceso continuo de aprender.

El aprendizaje significativo. La terapia produce aprendizajes o cambios que introducen una verdadera
diferencia en la vida del individuo, por lo que si los educadores se interesaran en aprendizajes innovadores, la
posibilidad de adaptar a la educación el proceso de aprendizaje que se produce en la psicoterapia sería
prometedora.

Para Rogers, existen cinco condiciones esenciales que posibilitan el aprendizaje que se desarrolla en la terapia:
a) deseo inseguro y ambivalente de aprender o cambiar, que surge de la dificultad del individuo al enfrentar
la vida; b) el terapeuta debe ser una persona unificada, integrada y coherente en la relación, no debe ser un
rol, sino ser él mismo mostrando sus sentimientos y reacciones a medida que se manifiestan y cambian; c) el
terapeuta debe experimentar un interés cálido hacia el cliente, siendo capaz de crear un clima generador de
seguridad mediante el respeto positivo e incondicional; d) el asesor debe experimentar una comprensión
precisa y empática del mundo del cliente, pero sin asociarlos con su propio enojo, temor o confusión; e) el
cliente debe experimentar o percibir la coherencia, aceptación y empatía del terapeuta, no solo deben existir,
es imprescindible que se logre comunicarlas. La clave para el aprendizaje y el cambio surge de la tendencia
autorrealizadora de la persona, no es necesario que el terapeuta “motive” al cliente.

En relación con la educación, surgen posibles aplicaciones de la terapia: a) es importante permitir al estudiante
de cualquier nivel entrar en contacto real con los problemas más importantes de su existencia, por lo que el
docente debe crear en el aula un clima que permita la realización de aprendizajes significativos; b) el docente
debe ser una persona real en su relación con sus alumnos, aceptando sus sentimientos como suyos, sin
imponerlos a sus alumnos ni tratando de que se sientan del mismo modo: c) el aprendizaje significativo solo
puede producirse si el docente es capaz de aceptar al alumno tal como es y comprender sus sentimientos, sentir
respeto positivo e incondicional y empatizar con los sentimientos de miedo, inquietud y desilusión implícitos
en el descubrimiento del material nuevo; d) el docente (contando con su conocimiento y experiencia como
recursos) y los recursos pedagógicos habituales (libros, instrumentos, etc.) deberían ponerse a disposición de
los alumnos, pero no imponerse a ellos puesto que los recursos son guías y no exigencias. Tal como sucede
en la terapia, estos enunciados se apoyan en la tendencia autorrealizadora de los estudiantes; si los estudiantes
desean aprender, crecer, descubrir y crear, la función del docente consistirá en crear un clima que permita el
desarrollo de estas tendencias.

El proceso de convertirse en persona muestra la experiencia del doctor Samuel Tenenbaum, un participante
de un curso dictado por Rogers. En un primer escrito, el doctor Tenenbaum relata cómo vivió el curso, lo que
significó para los estudiantes y brinda su opinión de la metodología propuesta por Rogers. En un segundo
escrito, Tenenbaum narra su experiencia en la enseñanza con la metodología de Rogers y cuenta sus
impresiones, cómo se sintió y el cambio que percibió en sus estudiantes, manifestando además su
agradecimiento por la experiencia vivida.

Las implicaciones de la psicoterapia para la vida familiar del cliente. Como consecuencia de la terapia, las
personas comienzan a expresar sus verdaderos sentimientos con mayor sinceridad con los miembros de su
familia y con las demás personas, es como si en el tratamiento el cliente descubriera que puede abandonar la
máscara que ha estado usando y convertirse en él mismo. Los clientes descubren que una relación puede ser
vivida sobre la base de los sentimientos auténticos y que no es necesario escudarse tras simulaciones
defensivas, comprueban que pueden expresar sentimientos de vergüenza, furia y disgusto sin destruir por ello
la relación, lo que les inspira seguridad y genera en la persona más fuerzas para vivir. El individuo aprende a
iniciar y mantener una auténtica comunicación bidireccional: el sentirse comprendido en la terapia representa
un alivio tal y una relajación tan maravillosa de las defensas que la persona desea crear esa misma atmósfera
para otras personas. Se forja también un respeto por la individualidad del otro porque en cuanto el cliente
aprende que puede confiar en sí mismo, se vuelve más capaz de confiar y de aceptar los sentimientos y valores
únicos que existen en otra persona.

El manejo de los fracasos en la comunicación personal y grupal

La principal barrera que se interpone a la comunicación interpersonal es nuestra tendencia espontánea a juzgar,
evaluar, aprobar o reprobar las afirmaciones de la otra persona o de otro grupo. Si bien la tendencia a hacer
evaluaciones es común en cualquier interacción verbal, se ve muy favorecida por las situaciones que entrañan
un compromiso emocional por esa razón cuanto más intenso sean nuestros sentimientos más se reducen las
posibilidades de comunicación mutua solo habrá dos ideas, dos sentimientos, dos juicios que se negaran
mutuamente. Cuando podemos a escuchar compresivamente, nos ponemos en condiciones de evitar la
evaluación y se verifica entonces una comunicación real, esto significa ver las actitudes e ideas del otro desde
su punto de vista, captar su manera de sentirlas, situarse en su esquema referencial respecto del tema de
discusión. Si puedo atender a lo que él me dice, comprender como lo siente, apreciar el significado, sentir el
matiz emocional que tiene para él, entonces está liberando poderosas fuerzas de cambio en su persona.

Formulación provisional de una ley general de las relaciones interpersonales

Un caso muy común es el individuo que se enoja con facilidad en una discusión, se sonroja su tono de voz
revela ira, agita el dedo ante su oponente en cuanto un amigo dice “Bueno no nos enojemos por esto” nuestro
hombre con sinceridad y sorpresa responde “No estoy enojado…”, que sucedió en este caso parece evidente
que en el nivel fisiológico experimenta un sentimiento de furia que no aflora a su conciencia conscientemente,
no experimenta ni comunica enojo alguno, hay una verdadera incoherencia entre experiencia y conciencia y
entre experiencia y comunicación. Cuando hay incoherencia entre conciencia y comunicación se considera
hipocresía o engaño. Si una persona es coherente no podría decir esta roca es dura, eres malo, ella es
inteligente, la causa de esto es que nunca experimentamos esos “hechos”, siempre se expresaría en termino de
sentimientos, impresiones, nunca sé que él es tonto o que tú eres malo solo puedo percibir que eso es lo que a
mí me parece.

Hacia una teoría de la creatividad

No existe distinción alguna entre creatividad “buena” y creatividad “mala” aun cuando el valor social es muy
diferente. La creatividad se manifiesta en la tendencia del hombre a realizarse a llegar a ser sus
potencialidades, es el impulso de expandirse, crecer desarrollarse y madurar es decir la tendencia a expresar
todas las capacidades del organismo o del sí mismo esta tendencia puede quedar profundamente enterrada
bajo capas de defensas psicológicas a la espera de liberase y expresarse. La condición fundamental de la
creatividad es que la fuente del lugar de los juicios evaluativos debe residir en sí mismo, para el individuo
creativo el valor de su producto no está valorado por el elogio o la crítica externa sino por sí mismo ¿He creado
algo satisfactorio para mí?, ¿Expresa alguna parte de mí mismo, mi sentimiento o mi pensamiento, mi dolor
o mi éxtasis? estas son las únicas preguntas importantes para el creador o para cualquier persona que vive un
motivo creativo.

El creciente poder de las ciencias de la conducta

Las ciencias conductuales son aún muy jóvenes. A pesar de la inmadurez y la ignorancia de esta joven ciencia,
el estado actual de sus conocimientos ya plantea posibilidades que representan un verdadero peligro.
Supongamos que un individuo o un grupo poseyeran este tipo de conocimientos y el poder necesario para
usarlo con un propósito determinado. En ese caso se podrían seleccionar individuos capaces de ejercer el
liderazgo y otros cuya función consistiría en seguir a los primeros; sería posible ayudar a las personas a
desarrollarse y mejorar, pero también se podría debilitar y desintegrar su personalidad. Los individuos capaces
de suscitar problemas podrían descubrirse antes de que comenzaran a actuar; el estado de ánimo de las
personas podría modificarse a voluntad, se podría influir sobre la conducta apelando a motivaciones
inconscientes; en fin, llegaríamos a una verdadera pesadilla en la que los seres humanos serían manejados
como objetos.

La situación del individuo en el nuevo mundo de las ciencias de la conducta

Si bien las posibilidades de las ciencias de la conducta son muchas los peligros que supone adquirir todos esos
conocimientos son aún mayores, dependerá de nosotros saber utilizar estos conocimientos debemos decidir
utilizar nuestro conocimiento científico para liberar a los hombres, deberemos aceptar abierta y francamente
la gran paradoja de las ciencias de la conducta. La persona humana, con su capacidad de elección subjetiva,
siempre será más importante que cualquiera de sus actividades científicas. A menos que renunciemos a nuestra
capacidad de elección subjetiva como individuos y como grupos, siempre seremos personas libres, no simples
objetos de una ciencia de la conducta que nosotros mismos hemos creado.

Das könnte Ihnen auch gefallen