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2006
Nuestro venerable hermano, José Valdemar Portillo López, con una trayectoria de 34
años ininterrumpidos como iniciado en la masonería y durante los últimos 12 años, in-
tegrado como miembro activo de la gran logia de nuevo león, ha tenido una permanente
preocupación, por dar a conocer el pensamiento masónico y todo aquello que involucra
a la masonería, en el acontecer del mundo actual.
Esa inquietud, le ha permitido elaborar numerosos ensayos, los cuales han sido difundi-
dos en forma impresa y sobre todo por internet, medio electrónico que nos acerca a todo
el mundo, lo que le ha permitido establecer relaciones con masones de todas las latitu-
des.
Estoy seguro, que todos aquellos que tengan la oportunidad de tener acceso a este disco
compacto, encontraran en él, una múltiple orientación sobre lo que es, ha sido y sobre
todo, lo que nuestro hermano Valdemar desea que llegue a ser la masonería en el siglo
XXI.
Fraternalmente.
A
spiramos, a que esta recopilación de mensajes, se le considere, como un
estímulo y motivación, a todos los respetables y queridos hermanos,
para que, se concienticen total y plenamente, de que a la masonería, hay
que conocerla interna y externamente, amarla, defenderla y luchar por
su consolidación y progreso, pero lo más importante, innovarla, refor-
marla y actualizarla, conservando su esencia fundamental, para que sea
realmente, la escuela de perfección que modele al hombre que habitara este siglo XXI,
que iniciamos con un horizonte cargado de presagios.
Suplicamos, que seáis generosos, en el juicio que hagáis sobre estos ensayos, así como
aceptamos las ideas y sugerencias, para rectificar y/o mejorar los trabajos aquí descritos.
Fraternalmente vuestro
2.‒ INVOCACIÓN.
I.‒ Creo que mi Fuerza radica, en el inmenso Amor que le tengo a Dios, representado
por el Gran Arquitecto del Universo, creador omnipotente, inmutable, eterno y justo.
VI.‒ Creo en el espíritu de superación, de todos mis Hermanos Masones, que les
permite ser útiles a sí mismos, a su familia, a Nuestra Institución, a Nuestro Municipio,
a Nuestro Estado, a Nuestra Patria y a la Humanidad entera.
VII.‒ Creo en mis Hermanos Masones, porque ellos son y serán, en el presente y en el
futuro, los defensores de los nobles principios e ideales de Nuestra Augusta Institución.
IX.‒ Creo en la Honestidad, que es una Gran Virtud, un Valor Moral que debe de ca-
racterizar al Verdadero y Autentico Masón.
X.‒ Creo en lo útil que puede ser para el presente y para el futuro de la Masonería,
las nuevas herramientas de comunicación masiva, sobre todo para la implementación
de nuevas metodologías de difusión y de enseñanza.
XI.‒ Creo en los Valores Morales, en los Valores Éticos, que enseña la Masonería,
porque al hacerlos nuestros y practicarlos, hará que seamos Verdaderos y Auténticos
Masones y permitirá que Nuestra Institución se fortalezca y continúe siendo, la gran
Institución forjadora de hombres progresistas, que se distingan en todas las áreas de su
desarrollo ya sea familiar, laboral, cultural, social, educacional, profesional y/o político.
XV.‒ Creo en nuestro método de enseñanza, que siempre ha sido preparar hombres
en el interior de nuestros templos, para que, con una Metodología especial de enseñan-
za, basada en la Simbología, cada uno de ellos, sea capaz de influir positivamente en
todos sus ámbitos de vida, desde su entorno Familiar, Laboral, Cultural, Social, Educa-
cional, Profesional, hasta el Político.
XVII.‒ Creo en México, en mi Patria, en mi País, porque a pesar de todo, sigue sien-
do un País Libre y Soberano y que, apoyado en sus Instituciones y en todos los Mexica-
nos, lo haremos más libre, más fuerte y más independiente.
XVIII.‒ No abdicaremos de algo, que es fundamental e inseparable de nuestras
convicciones, nuestra resolución de luchar siempre y en todo momento, en el límite
de nuestro esfuerzo y capacidad, por contribuir a engrandecer la Masonería y ha-
cer que la misma, en este inicio del siglo XXI, recupere su prestigio interno y ex-
terno, se cumplan total y plenamente sus principios, fines, metas y objetivos y
vuelva a ser, en poco tiempo, la Institución de Vanguardia que todos anhelamos
que sea.
Fraternalmente Vuestro
G
ran arquitecto del universo, creador omnipotente, inmuta-
ble, eterno y justo, los obreros de paz que se reúnen en
este templo, que representa el cosmos, con profundo reco-
gimiento espiritual, deseamos ofrecer nuestros trabajos a
tu nombre y a tu gloria.
Así Sea
GRAN LOGIA DE NUEVO LEÓN
GRAN COMISIÓN DE DIVULGACIÓN IDEOLÓGICA Y DOCTRINARIA
ENSAYO
¿QUE ES LA MASONERÍA?
9.‒ Conclusiones
11.‒ Bibliografía
1.‒ Una Introducción Necesaria.
No son pocas, las ideas erróneas, y los prejuicios, que se han difundido, sobre la verda-
dera naturaleza, de la institución, que lleva el nombre simbólico, de masonería. Esto se
debe, especialmente, a su carácter oculto y misterioso, que, si constituye para algunos,
un motivo de atracción, lo es, para otros, igualmente de desconfianza.
Es nuestro deseo, hacer ver, en este ensayo, el espíritu vivificante, que anima a la maso-
nería y que constituye, su principio y su razón de ser, resaltar, que nuestra institución, es
una escuela filosófica, ecléctica, impersonal y constructiva, como camino individual
hacia la verdad, como arte de la vida, como doctrina y factor de armonía y de progreso
para cada hombre, particularmente para la sociedad y el medio en que se encuentra y
para toda la humanidad.
Se habla, de que, la intimidación y el terror, son las armas, con que son manejados, efi-
cazmente, los juramentos, de esta sociedad secreta y aun brotan, aquí y allá, leyendas,
que hablan, de terribles y espeluznantes, “venganzas masónicas”.
Muy distinta, es la idea, que se forman de la masonería, quienes han tenido algún trato,
con miembros de la institución, en muchos casos, han creído descubrir, que se trata de
gente inofensiva, incapaz de “matar una mosca”, idealistas y hasta ingenuos, que se reú-
nen semana a semana, en sus logias, como otros lo hacen, en el café o en la cantina, para
“darle, su arreglada al mundo”. Como no se ve, que para estas personas, cambie, en
forma alguna, su situación económica, a veces precaria, ni que se realicen jamás, los
proyectos loables, que dejan traslucir en sus pláticas, se deduce, que la masonería, es
una especie de club, en que se vuelcan, en saludable “catarsis”, la frustración e impo-
tencia de los ideales fallidos y las metas inalcanzadas, y se busca, en la discusión libre,
de variados temas, un desahogo a sus inquietudes y cierto solaz, en el intercambio de
conceptos filosóficos.
Para quienes, han asistido a ceremonias masónicas, o han leído, artículos ilustrados, de
los fastuosos actos, que se llevan a cabo en las logias, los masones, quedan catalogados,
como una gente ociosa, que vive, en un mundo artificial de fantasía y teatralidad, remi-
niscente de la pompa y circunstancia de las ordenes de caballería y la nobleza medieval,
sin más finalidad, que la de conferirse mutuamente, ridículos y altisonantes títulos, que
halagan su vanidad, y darle variedad, a la incolora mediocridad de la vida real.
Finalmente, hay quienes ven en la masonería, poco más que un club social, como los
rotarios o los leones, aunque con cierto sabor arcaico de misticismo, que únicamente
sirve, para darle marco y ambiente, a las altruistas finalidades, de ayuda mutua y solida-
ridad fraterna, que se supone, debe existir entre sus miembros.
Como puede verse, la imagen, que se forja, una mente, que trata de juzgar, una institu-
ción, viéndola desde afuera, no puede nunca, ser exacta, en verdad, debemos de admitir,
que aun, para muchos de los masones, que formamos parte, de la institución, el concep-
to tampoco es muy claro, y ello se debe, precisamente, a que algunos masones, han
transportado, al campo masónico, sus aspiraciones particulares y han convertido a sus
logias, en un reflejo, de lo que esperaban encontrar en la masonería.
Tampoco, se sale de apuros, leyendo obras de consulta de filosofía masónica o aun los
rituales (si se consiguen), pues en toda la literatura que se publica, se supone, que el
lector es masón y por lo tanto, se omite, todo aquello, que le ha de ser bien conocido,
pero que es precisamente lo que más interesaría, al que tiene deseos de investigar, la
conveniencia o inconveniencia, de iniciarse en la masonería o de seguir o no, pertene-
ciendo a ella.
Para intentar llenar esta deficiencia, hemos elaborado este estudio, que no pretende, ser
un tratado de masonería, existen buenas obras de este tipo, que ayudaran, a quien o a
quienes deseen, obtener información específica, sobre algún aspecto particular del tema.
Lo que aquí, nos hemos propuesto, es presentar, el panorama general, que sirva como
información, para quien nunca, hubiese oído hablar de la masonería, o recordatorio, para
reafirmar nuestra vocación masónica, para quienes, tenemos el privilegio y el alto ho-
nor, de pertenecer a ella. No se trata, de una propaganda, en favor ni en contra, sino
simplemente, una exposición escueta de hechos y datos fáciles de comprobar, pero que,
hasta ahora, no estuvieron reunidos, en forma integral.
Quedará mucho, aun por decir, y algunas de las cosas, que aquí mencionaremos, habrán
de meditarse, otras reflexionarse y algunas por qué no, habrán de cuestionarse, pero
tenemos la convicción leal y sincera, de que no son, las más importantes, las que falten
y que, la información condensada en este estudio, será más que suficiente, para el fin
que perseguimos, que es, el de orientar debidamente, a quienes desean conocer realmen-
te, lo que es, esta gloriosa institución masónica.
Los canteros alemanes y los constructores ingleses de esos tiempos, no constituían úni-
camente asociaciones de oficios, sino verdaderas hermandades, en donde se enseñaba y
ejercitaba, una teoría secreta, de sus respectivos artes y oficios. Muchos autores, han
probado, que los masones, no han inventado sus liturgias y sus símbolos y que tampoco,
los han copiado, de otras sociedades secretas arcaicas, sino que, les han sido transmiti-
dos, por sucesión directa, de las sociedades gremiales de que proceden.
Los lustros de duración, de las monumentales obras, que ejecutaban los masones (entre
las que se cuentan, las más preciadas joyas, del estilo gótico), favorecían, que se esta-
bleciesen relaciones muy estrechas, entre los numerosos artistas y obreros, los cuales,
formaban verdaderos “equipos”, bajo la dirección, de sus grandes maestros arquitectos,
que eran solicitados, para ejecutar obras en ciudades distintas y en diferentes países.
Naturales, que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profe-
sión, también agremiados en cofradías, y que asistiesen a las reuniones de sus logias. De
esta necesidad de viajar y de ser reconocidos y atendidos, como de las precauciones, que
cada agrupación, debería de tomar, para no admitir entre sus miembros, a un operario,
que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar, en su beneficio per-
sonal, los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos
secretos de reconocimiento, la jerarquización en tres grados, con obligaciones y prerro-
gativas distintas y el sigilo y la discreción, para realizar las reuniones de masones.
Hacia principios del siglo XVIII, la construcción, había decaído grandemente y conse-
cuentemente, languidecían las logias de los masones operativos, entonces, en 1717, se
constituyó en Londres, una gran logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres de
gran ilustración, que veían con pena, la decadencia de las logias de constructores. Fue
entonces, cuando nació, propiamente, la masonería de nuestro tiempo, la cual, ha con-
servado cuidadosamente, el espíritu de las antiguas cofradías, sus principios constitu-
cionales y los usos y costumbres tradicionales, apartándose de la construcción material.
Admitió en sus filas, a hombres de todos los oficios y condiciones sociales, a la vez, que
daba, una interpretación elevada y filosófica, a sus símbolos, así, la masonería, adquirió
un carácter más amplio, susceptible de extenderse por todo el mundo, de operativa, pasó
a ser especulativa.
Al ser electo Jorge Payne, para el cargo de gran maestro, emprendió la meritoria tarea,
de reunir todos los preceptos existentes y formar una colección de 39 ordenanzas gene-
rales, que fueron revisadas, por el Dr. Jaime Anderson, teólogo e historiador y sirvieron
de base, a la constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la
masonería.
Prospero, a partir de ese momento, la orden, contando entre sus iniciados, a distinguidos
miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron
ciertas desavenencias internas, que dieron origen a su separación en dos ritos, el rito
escocés antiguo y aceptado y el rito de york o de real arco.
En la actualidad, en todos los países del mundo, con pocas excepciones, tiene raíces
profundas la masonería y cuenta con mayor número de miembros, que cualquier otra
sociedad internacional de este tipo.
Las fuerzas renovadoras, que siempre han actuado dentro de ella en nuestro país, inten-
tan modernizarla, con los adelantos científicos, informáticos y cibernéticos de nuestro
tiempo, y se observa, actualmente, una saludable tendencia, a incorporar a sus técnicas y
enseñanzas, los descubrimientos más modernos de la ciencia.
De esta manera, la masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir
siendo, la fuente de donde brota, la fuerza renovadora del pensamiento humano.
Cuando por primera vez, oímos, a alguna persona decir, “fulano es masón”, la pregunta que
surge inmediatamente en nuestra mente es: ¿qué cosa significa ser masón?, ¿es la maso-
nería una religión?, ¿es una secta?, ¿es un club filosófico? o ¿es un partido político?
Masón, significa constructor, o sea, el que fabrica un edificio, pero aunque, antiguamente,
este título, se les aplicaba a los miembros de las asociaciones de constructores, que dieron
a Europa, sus mejores edificios de la edad media y del renacimiento, actualmente, he-
mos de entenderlo, en su aceptación figurada, diciendo que masón, es un constructor,
del templo simbólico, de la ciencia y de la virtud, que constituye su propia personalidad.
Si y no, si entendemos por escuela, un lugar donde se imparten clases, sobre materias
específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos, para desempeñar
un trabajo, que les permita, ganarse un sustento. La masonería es algo más que eso. En
primer lugar, su filosofía educativa, es totalmente distinta a la de cualquier escuela,
puesto que es vez de exigir, el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios,
estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y
del pensamiento original, como medio para conseguir, que cada quien, llegue, por su
estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógicas y a
la afirmación de sus convicciones. Por tanto, usa ampliamente del símbolo y de la ale-
goría, pero no ofrece de ellos, ninguna explicación fija ni dogmática, sino que deja en
libertad al iniciado, para que ejercite, sus propias facultades deductivas e inductivas,
para descifrarlos y aprender por sí mismo, las provechosas lecciones que encierran.
La historia nos enseña, que de la masonería, han salido, en todos los tiempos, hombres
de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad,
sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos, necesita-
ron nutrirse de la duda filosófica, no de la certeza dogmática, precisaron examinar lo
que no es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar
los cartabones, los textos sagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer
sendas supuestamente prohibidas para el pensamiento y descubriendo las nuevas solu-
ciones a los problemas irresueltos. Para esto, dispusieron de una maravillosa facultad, la
imaginación creadora.
Quizá la masonería ha sido, a través de los tiempos, la única institución, que se ha per-
catado de la importantísima función, que tiene, esta imaginación creadora, en la evolu-
ción de la humanidad, y ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz, para
desarrollarla. Por eso, ha sido y seguirá siendo, el semillero de nuevas ideas, el portaes-
tandarte de las vanguardias y la escuela, en que se modelan los hombres que viven y
piensan entre el hoy y el mañana, los conductores de la humanidad.
Pero no solamente a esto, se limita la masonería, no se conforma con ver, que cada
miembro, se cultive y perfeccione a sí mismo, sino que trata, de desarrollar en todos y
cada uno de ellos, el firme sentimiento de fraternidad y abnegación, encauzando cuida-
dosamente todos sus esfuerzos, hacia los nobles fines de justicia social, equidad, liber-
tad, auténtica democracia y progreso material y espiritual, de toda la humanidad.
La masonería, es más que un club filosófico o una escuela de moral. Es una libre aso-
ciación de hombres de todas condiciones económicas, y de todos los grados de cultura,
a quienes los une, el deseo de alcanzar, un desarrollo y una evolución más alta en su
personalidad interna, un dominio más perfecto de sí mismos, una afirmación de sus
convicciones, una agudización más sutil de sus facultades intelectuales y un acendrado
espíritu de abnegado servicio hacia sus semejantes. Dentro de la masonería, encuentran
estos hombres, un ambiente de libertad, de respeto mutuo, orden, seriedad, estudio y
fraternidad.
No es una religión, pero exige, la creencia en dios, es decir un ateo no es admitido, esta-
tutariamente.
Tampoco es una beneficencia pública, pero en ocasiones ayuda, a aquel, o aquellas per-
sonas, que se encuentran en desgracia o desamparadas.
A la masonería, no se debe de ingresar, aunque algunos así lo hacen, con la idea de ob-
tener ganancia monetaria, ni utilizarla como agencia de colocaciones, ni como trampolín
para obtener puestos públicos, ni por simple curiosidad.
Aquel que ingresa, con alguna de estas ideas, pronto se va defraudando, pues encuentra
todo lo contrario.
“Es mentira, que la masonería, sea una orden secreta” y que en los trabajos que realiza
en sus templos, “se le rinda culto y adoración al diablo”, sus miembros son ampliamente
conocidos, así como el lugar, la fecha y hora de sus reuniones. Sus únicos secretos con-
sisten, en ciertos signos y palabras que se utilizan para identificarse en ocasiones de
emergencia, para ayudarse mutuamente, libros sobre masonería, se venden en cualquier
librería del país, sin restricción alguna.
La masonería, no es una sociedad simple, sino una agrupación de sociedades, que acep-
tan, como base fundamental, un conjunto de antiguas leyes, escritas o no escritas, que se
denominan “Antiguos Límites”, “Antiguos Cargos”, “Marcas” o “Landmarks”. Este
cuerpo de ordenamientos, se deriva directamente, de los que regían, el funcionamiento
de las asociaciones de masones operativos de la edad media y es el resultado, de una
larguísima experiencia. Los antiguos límites, han logrado, que la masonería, sea siempre
una e indivisible, a pesar de la variedad de cuerpos que la constituyen, y que no se mo-
difique ni prostituya, su carácter esencial a través de los tiempos. Por encima de cual-
quier constitución o reglamento, están siempre los “Antiguos Límites”, estos definen,
las normas básicas de funcionamiento de la institución, los requisitos, derechos y obli-
gaciones de los miembros y funcionarios y la postura filosófica, social y política de la
masonería universal. A pesar de su importancia, no son dogmáticos, sino convenciona-
les y admiten, que exista una variedad casi infinita, en la manera y orden con que pue-
den impartirse las enseñanzas, en el estilo de la decoración de los “Templos”, en las
liturgias y en muchos otros aspectos. A ello se debe la diversidad de los ritos masónicos,
que son aceptados como “Regulares”. Aunque dado el avance científico, informático y
cibernético del mundo contemporáneo, estos “Landmarks”, según mi opinión personal,
requieren ser motivo de análisis, revisión y actualización, para adecuarlos, al momento
histórico que vive actualmente nuestra institución.
Se llama rito, en masonería, al conjunto de reglas o preceptos, de conformidad con los
cuales se practican las ceremonias y se comunican las instrucciones de los grados.
Pasan de cien, los ritos, que han sido fundados, en diversos tiempos, dentro de la maso-
nería, y que se han considerado como “Reconocidos”. Muchos de ellos, tuvieron una
vida efímera, pero otros, han subsistido hasta nuestros tiempos. El pertenecer a un rito
determinado, sin embargo, no es obstáculo, para que los masones, se traten entre sí, co-
mo miembros de una misma gran familia y se visiten mutuamente.
De todos los Ritos, son considerados como los principales: el Rito Escocés Antiguo Y
Aceptado y el Rito Ingles de York o Rito de Real Arco. Sin embargo, en algunos países,
han existido Ritos Nacionales, que han demostrado, gran actividad, como el Rito Mo-
derno Francés, del que surgió la revolución francesa, el Rito del Celeste Imperio, que se
practica en Turquía, el Rito Sueco, el Tien–Foe– Whe, de la China, el Benemérito Rito
Nacional Mexicano, de gloriosa memoria en nuestro país, y muchos más.
En México, la mayoría de los masones están afiliados al Rito Escocés Antiguo Y Acep-
tado, aunque también existen logias Yorquinas, principalmente para personas de habla
inglesa, así como otros cuerpos, que pertenecen al Rito Nacional Mexicano, al Rito Pri-
mitivo de la Masonería Universal, al del Derecho Humano, al de Adopción y a otros más.
El valor e importancia de los trabajos, que se desarrollan en las logias, no depende del
estilo o fastuosidad de su decoración.
Muchas de ellas, procuran limitar al mínimo, estos adornos, para que no se distraiga la
atención y se desvíe, del trabajo principal, que es de orden intelectual. Se puede trabajar
masónicamente, a campo raso y bajo la bóveda celeste, o en una choza de paja, sin que
nadie pueda alegar, que se demeritan en algo, las bellas ceremonias, en que se van reve-
lando, las enseñanzas y secretos de la masonería.
En cada población, de regular importancia, existe, por lo menos, una logia masónica,
que imparte los tres grados fundamentales del simbolismo, o masonería azul: aprendiz,
compañero y maestro. Cada una de estas logias, está incorporada a una gran logia, cu-
yos límites de jurisdicción, corresponden generalmente, a los del estado en que se en-
cuentra. Los funcionarios de estas grandes logias, son electos democráticamente, entre
los maestros de todas las logias simbólicas de la jurisdicción y toca a ellos, gobernar, en
los asuntos que incumben a la agrupación. Finalmente, existe, dentro de cada país, un
organismo o confederación de grandes logias, y, en el plano internacional, otros orga-
nismos, que preparan y realizan, congresos regionales y mundiales, para el estudio y
resolución de los problemas generales de la orden, estos superorganismos, solamente
pueden formular recomendaciones a las grandes logias.
Es la masonería azul, o sea las logias simbólicas, la que constituye el grueso del pueblo
masónico, y aunque existen, otros cuerpos superiores, que imparten los grados capitula-
res, filosóficos y administrativos, hasta el último grado del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, que es el 33º, existe, una independencia completa, entre la masonería azul y
estos otros niveles de la masonería, por los grados que otorgan, no tienen preponderan-
cia alguna, en las logias simbólicas, en donde no se reconoce, otra categoría superior a
la de maestro.
Igual independencia, existe, con relación, a otros organismos “colaterales”, como son,
de diversas órdenes de caballería (templarios, cruz de Constantino, Shriners, etc.). Or-
denes juveniles (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad, De Molay, etc.), y
femeninas (Arco Iris, Estrella de Oriente, etc.).
Estos organismos, no son parte de la orden masónica, aunque algunos de ellos, fijen,
como requisito, para ser admitido, la posesión de ciertos grados masónicos, pero le son
complementarios, en aspectos sociales, benéficos, educativos y de acción externa.
Las logias simbólicas, se rigen a sí mismas, en todos los asuntos internos, empleando,
para sus deliberaciones, el orden parlamentario y tomando sus acuerdos, en votaciones
democráticas. Eligen periódicamente a sus funcionarios y otorgan a los nuevos miem-
bros, los diversos grados, a medida que los van mereciendo. Establecen sus reglamentos
internos y le imprimen a los trabajos y estudios, el curso que consideran más convenien-
te, procurando, no salirse de los principios generales de la orden.
Con mucha frecuencia, a los masones, se nos formula la pregunta, de que ¿si la masone-
ría, desarrolla actividades de índole política? Esto es, lo primero, que se le ocurre, a
quien lee, en las páginas de la historia, la larga lista, de estadistas, reformadores, revolu-
cionarios y patriotas, que fueron masones.
Es cierto, que en las logias masónicas, se han formado hombres como Voltaire, Wa-
shington, Bolívar, Juárez y Madero; pero también, de ellas han surgido, grandes sabios
y artistas, como Franklin, Newton, Mozart, Beethoven, Wagner, Chavero, Edison, Kant,
Spinoza, Einstein y tantos otros más, que nunca se ocuparon de la política, como no
fuese, desde un plano filosófico y humanista.
Pese a los esfuerzos, de quienes, en ciertas épocas, han pretendido, desentenderse, del
carácter real de la institución y han hecho esfuerzos, por transformarla en bandera polí-
tica, la masonería, ha conservado, hasta ahora, y esperamos que así sea siempre, su ver-
dadera naturaleza, de escuela y taller, en donde se forja la personalidad y evolucionan
las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio, en donde se ejercita el análisis
y la síntesis, de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el am-
biente aséptico propicio, para el claro y recto pensar, y en donde se funden, en el crisol
del trabajo mancomunado y de la lucha constante, los más diversos metales, para obte-
ner la amalgama y la aleación, con que se forjan los hombres capaces, de dedicar sus
vidas, al progreso de la humanidad, sin distingos de raza, credo o nacionalidad.
La masonería es esto y mucho más, pero lo que no es, ni ha sido jamás, es un partido
político, ni una organización militante al servicio de tal o cual encumbrada personali-
dad, (ni siquiera del liberalismo, como doctrina política), ni una mafia de subversivos,
aunque sus detractores, así le hayan descrito, con demasiada frecuencia.
Jamás, podría ser, cualquiera de estas cosas, sin perder, inmediatamente, su sentido hu-
manista y universal, quedando, a merced, de las contingencias temporales y a la mez-
quindad, de las lides personalistas. La masonería está por encima de la política y sobre
todo, de la politiquería.
Pero así, como nadie, construye una casa, para que permanezca deshabitada, ni se fabri-
ca un barco, si nadie ha de navegar en él, ni se prepara un banquete, si nadie ha de de-
gustarlo, ni ejercita el atleta sus músculos si no ha de emplearlos en una competencia,
así también, carecería de sentido alguno, la actividad masónica (personal e interna) del
desarrollo de las facultades superiores del hombre, si no desembocara, en forma natural
y lógica, en los múltiples cauces de la actividad social, desempeñada por cada uno de
sus miembros, dentro de la esfera de influencia personal y como resultado, de su inicia-
tiva propia.
Por ello, es, que, aun no siendo la masonería, una organización política, y ocupándose,
como lo hace, principalmente de la evolución personal de cada hombre, resultaría ab-
surdo, que forjase guerreros del progreso y conductores de la humanidad y les prohibie-
se toda actividad política, ya que en la realización de logros concretos, está la justifica-
ción histórica de la institución.
Con respecto a las batallas, que libran los masones, en el mundo, la institución masóni-
ca, se mantiene tan independiente, como lo puede ser, una universidad con relación al
trabajo profesional de sus egresados. Existe, sin embargo, una diferencia importante,
mientras la universidad, se limita, a preparar al estudiante y una vez, que le ha entregado
su título, pierde, casi, todo contacto con él y con el buen o mal trabajo que desarrolle, en
cambio la masonería, sigue, abrigando con sus alas, a sus miembros, dándose ocasión,
de que nunca cesen de estudiar y perfeccionarse, velando por que se consoliden los la-
zos de fraternidad y comprensión mutua y juzgando, severamente, la actuación de cada
uno de ellos, cuando violen los principios morales, proclamados, por el ideario de la
orden.
Al contrario, la tolerancia más amplia y más plena, en materia de religión, es uno de sus
principios fundamentales y toda convicción sincera, se halla igualmente respetada en su
seno.
Más aun, ningún masón verdadero, puede ser un ateo o irreligioso, aunque no se haga,
dentro de ella, tampoco, sobre este punto, la mayor constricción.
En una carta, expedida, en julio de ese mismo año, el cardenal Franco Seper, jefe de la
congregación del vaticano para la doctrina de la fe, dijo a los obispos de gran número de
naciones, que podían aliviar las sanciones eclesiásticas contra la masonería, en sus co-
munidades, según lo consideraran conveniente.
Discreción, se puede estar a salvo de los ataques, que nacen de la incomprensión, del
fanatismo y de la envidia. A los que comentan: “¡algo de malo habrá en ello, puesto que
se esconden para hacerlo!”, les expresamos, que nunca, las nuevas ideas, han encontra-
do el camino sembrado de comprensión, buena voluntad y aliento.
Deberá, corregir sus propios defectos, combatir sus pasiones y prodigarse en el servicio
para con los demás. En esto, consiste el trabajo masónico, que es, como ya lo mencio-
namos antes, un trabajo personal de evolución y labrado de su propia personalidad. No
es, ni será, un buen masón, quien solamente se dedica, a reunir abundantes conocimien-
tos sobre filosofía, historia, ciencia litúrgica, psicología, sociología, etc., si esta ilustra-
ción, no va acompañada, de un auténtico espíritu fraternal, que le impulse, a correr en
auxilio, de todo hombre, que necesite de sus servicios.
La tercera obligación, es la de cumplir, con los estatutos generales de la orden, las cons-
tituciones de la gran logia a que pertenezca y los reglamentos particulares de su logia
Aunque, no sería posible, dar a conocer, en este ensayo, este cuerpo de disposiciones
legales, bastara explicar, que su objeto, es el de fijar las normas de gobierno y funcio-
namiento interno de las logias, y que todo masón, sabe que estas órdenes, tienen como
mira el bien común y jamás, pueden contravenir, los principios de honor y virtud que
proclama la orden.
Para coordinar, la actividad externa, social, educativa, benéfica y política de los maso-
nes, existen asociaciones civiles, en cuyo seno, se reúnen los masones de todos los ritos,
jurisdicciones y obediencias, para aunar esfuerzos y luchar, hacia las nobles metas, que
en los talleres masónicos se enseñan. Estas asociaciones, representan, para la masonería,
lo que el brazo es para el cerebro, un órgano ejecutivo, para la realización de los ideales
masónicos.
Fuera de estas obligaciones y derechos, no hay otros. Cada masón, lo es, por su libre y
espontánea voluntad, y tiene derecho a retirarse, como caballero, de la masonería, cuan-
do lo desee, sin que por ello, sufra persecuciones, amenazas o ataques. Solo se le pide,
bajo su palabra de honor, que no revele los secretos de la institución, y si no lo cumple,
el único que se perjudica, es, el mismo y no la masonería, ya que el verdadero y más
preciado secreto masónico, es inviolable por naturaleza.
9.‒ Conclusiones.
Es, en principio, racionalista, sin perjuicio de las ideas privadas de sus adeptos, que se
respetan, como privilegios sagrados del fuero interno. El estudio de la moral humana, de
las ciencias y de las artes y su aplicación a la prosperidad colectiva, constituyen la razón
principal de sus finalidades. Considera, que estimulando los sentimientos generosos, se
puede conseguir, que desaparezcan, gradualmente, los odios de razas, los antagonismos
de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de intereses. Aspira, a unir, a todos los
hombres, por los vínculos de las obligaciones contraídas en común, haciéndolos herma-
nar, en un efecto de reciproca comprensión.
Por eso, la masonería insiste, en que sus miembros, sean inteligentes, capaces de expli-
car, el sentido de su filosofía y de buscar la verdad, con entera libertad de pensamiento,
para que cada uno, pueda, transformarse, en un artífice de la moral humana.
En los templos masónicos, se predica la caridad, que consuela y alivia, el perdón de las
injurias, la tolerancia de los actos sin reflexionar y se fomenta la amistad.
El principio, de la tolerancia, en que descansa la teoría del “gran arquitecto del univer-
so”, es una concepción filosófica, que obedece, a que todos, sin distinción de credos,
cada uno pueda imaginárselo, como un dios personal, como una fuerza de la naturaleza,
o simplemente, no encontrar en ellos, nada más, que una salida, para condescender con
las creencias de los demás.
Así como la masonería, no tiene, ni propicia, religión alguna, carece también, de doctri-
na política determinada, como institución, no puede, ni debe intervenir, así lo establecen
sus estatutos, en cambio, los masones, encausados por sus enseñanzas, dentro de los
principios fundamentales en que está orientada su filosofía, ellos, a título personal si
intervienen en la política, cuando este, sea su deseo o su anhelo.
Estos son, a grandes rasgos, las definiciones más importantes, de la institución masóni-
ca, que es necesario que se conozca y estricta y fielmente se practique, para que, nuestra
organización, sea respetada y reconocida, como escuela de perfección y de formación de
hombres, útiles a sí mismos, a su familia, a la sociedad, a su municipio, a su estado y a
su patria.
“Una civilización, una empresa una organización un partido político, una religión, un
país, un gremio, una gran logia masónica que no se aventura en la revisión y análisis de
su pasado y su presente y en el diseño de estrategias que le permitan rediseñar su misión
y objetivo a corto, mediano y largo plazo que le permita cumplir total y plenamente con
sus finalidades, mediante una adecuada y seria planeación estratégica, está en absoluta
decadencia y se expondrá a un desastre inevitable”.
Sin embargo tendríamos que estar ciegos, para no ver las fallas fundamentales en las
piedras del templo masónico y en la constitución del mismo.
Para los que no pertenecen y para los que pertenecemos a la masonería, tenemos que
admitir que en la actualidad, hay síntomas evidentes de decadencia y descomposición en
la orden. Es tema de preocupación en muchas logias, el bajo promedio de asistencia, el
letargo, la apatía, la falta de crecimiento, importante decremento de las normas de cali-
dad y envejecimiento de su membresía, decremento de su acción filantrópica y en mu-
chos casos, la peligrosa y gradual disminución de miembros.
Hay quienes, mirando la parte externa de las cosas, consideran los ritos masónicos como
costumbres arcaicas, que ahora carecen de sentido y les parece que la masonería, es un
museo viviente de atavismos incompatibles con el presente. Por otro lado, hay disonan-
cia de las mentes avanzadas con la masonería superficial de la actualidad. Es indudable,
que la repetición de los ritos y ceremonias, carentes de espíritu, no conforma a personas
de mentalidad superior. El sentido literal del misterio y del secreto, que está relacionado
con la masonería, no atrae más a personas de mentalidad madura, especialmente cuando
se dan cuenta que no hay en realidad ningún secreto ni misterio alguno en la superficie.
Muchos llegan a la masonería esperando encontrar algo distinto y se hallan a su vez con
algo híbrido, insípido que no es profano ni masónico.
Concretando esta autocrítica, diremos que las causas principales de esta crisis masó-
nica que la muestran como una institución decadente, anacrónica y obsoleta que no sa-
tisface ya las expectativas de este próximo inicio de milenio son entre otras: Se descui-
dó la estricta selección de candidatos a ingresar, se descuidó la educación e instrucción
masónica y la formación de verdaderos y auténticos líderes.
Entendemos mas no justificamos, la actitud en que ha persistido por largos años nuestra
institución. Es el resultado de un conjunto de circunstancias que periódicamente se
combinan para reprimir la actividad y el entusiasmo de los masones hasta niveles cerca-
nos a la extinción. Esto no es nuevo. La historia de la masonería en los últimos cuatro
siglos es prueba irrefutable de la cicliquicidad que caracteriza sus lapsus de actividad y
de pasividad, de optimismo y de pesimismo, de realización y de frustración.
El tiempo está maduro para un nuevo comienzo en la masonería, debemos comenzar por
ajustar nuestra actividad a la era actual, de manera que podamos adelantar material y
espiritualmente.
“La masonería nuevoleonesa”, en los históricos tiempos que estamos viviendo, tiene
que acelerar el ritmo de sus acciones internas y externas, hacer una exhaustiva revisión
de dogmas, filosofías, doctrinas, ideologías, principios, leyes, reglamentos, usos y cos-
tumbres, afianzar lo bueno, corregir lo erróneo y obsoleto, modificar estructuras y hábi-
tos e introducir nuevos instrumentos y programas.
La masonería del presente y sobre todo la masonería del futuro, la masonería del
siglo XXI, nos exige actitudes dispuestas al cambio y nos obliga, a que, con la mayor
seriedad y sinceridad posibles, superemos resistencias que se aferran a rutinas y estruc-
turas que debemos de superar, son grandes tareas de fondo, que requieren de los verda-
deros masones, que queremos a nuestra gloriosa institución, la realización de cambios
estructurales y cualitativos en las políticas y estrategias del desarrollo de nuestra orden y
exigen un trabajo ordenado y eficaz y un gran esfuerzo de eficiencia.
Ante estas tareas, que a veces se nos antojan gigantescas, estoy seguro que los
masones nuevoleoneses, tendremos el talento y la capacidad para abordarlas y superar-
las, estamos capacitados para superar la crisis y para construir una nueva y mejor etapa
de nuestra historia”.
BOLETÍN
¿QUIERE UD. PERTENECER A LA MASONERÍA?
¿Sabe usted que es, la institución que se conoce con el nombre de masonería?
¿Es usted o desea ser, buen hijo, buen esposo, buen padre, buen hermano, buen ciuda-
dano, buen patriota?
¿Tiene usted un trabajo o profesión, que le permite llevar una vida honesta, con eleva-
dos principios morales?
Se preguntara acaso: ¿Por qué sobrevive y en que se sostiene?, ¿Que fuerza misteriosa
la protege de la maledicencia que la ataca sin razón?, ¿Es la Masonería una secta políti-
ca o religiosa?, ¿Es misteriosa, ocultista o espiritista?, ¿Es cierto que en los Templos
Masónicos, se realizan misas negras, cultos satánicos y se adora al diablo?, ¿A qué se
dedica y que hace?
Todas estas interrogantes, pueden quedar despejadas, si Ud. Lee este boletín, cuyo único
fin, consiste, en configurar en su mente y en su corazón, lo que verdaderamente es la
Masonería.
Tampoco es una beneficencia pública, pero en ocasiones, ayuda a aquel o aquellas per-
sonas, que se encuentran en desgracia o desamparadas.
Las raíces de la Masonería, están tomadas del lejano pasado, sus ideales y enseñanzas,
son puramente éticas, educacionales y espirituales, las cuales, a través del tiempo, se
han consolidado, en un sistema de vida.
Aquel o aquellos, que ingresan con alguna de estas ideas, pronto se van defraudando,
pues encuentran todo lo contrario.
Se puede decir, que la Masonería, es una escuela, donde se enseña el camino hacia la
superación del hombre, un camino largo y espinoso, donde hay que vencer los vicios y
perjuicios, que el hombre trae consigo al nacer en este mundo, un camino, que toma la
vida en recorrerlo, pero que al final, convierte al hombre neófito, en un hombre inteli-
gente, bueno y justo, además de prepararlo para el viaje eterno.
Sin embargo, la Masonería, no pretende ser una fábrica para crear hombres buenos,
aunque en efecto así es, ya que la Masonería, exige, que el pretendiente, sea un hombre
cabal y de buenas costumbres, sin distinción de estrato social, religión, raza o inclina-
ciones políticas.
Deseamos, que la información que le estamos proporcionando, sea suficiente, para darse
cuenta, que la Masonería, no va contraria a la moral, a la religión o partido político al-
guno.
Si desea mayor información, le suplicamos, ponerse en contacto con un miembro de
nuestra Orden o en las oficinas de la Gran Logia de Nuevo León, sito en la calle de Ma-
riano Escobedo No. 414 Nte. Primer piso de Monterrey, N. L. cp: 64000.
Esperamos y deseamos, que lo expuesto en este boletín, sea suficiente, para haber defi-
nido en su mente y en su corazón, lo que verdaderamente es la Masonería, y que pronto,
tome la decisión de ingresar a nuestras filas.
Fraternalmente Vuestro
ENSAYO
“CONFIGURACIÓN DEL PERFIL DE UN DIRIGENTE
MASÓNICO, PARA ALCANZAR
UN LIDERAZGO DE EXCELENCIA”
III.‒ ¿El Conocimiento de los Tres Grados Simbólicos, hace a un Masón, ser un Buen
Dirigente Masónico?
XIII.‒ Perfil (Cualidades y Atributos) Sintetizados, que deben Reunir quienes aspiran a
la Veneratura de una Logia o a la gran Maestría de una Gran Logia.
XV.‒ Bibliografía
PROLOGO
RESPETABLES Y QUERIDOS HERMANOS.
E
s, del conocimiento de la comunidad masónica estatal y nacional, la grave
crisis económica, cultural, social y política que afecta a la humanidad entera,
de la cual, nuestro país se ha visto afectado enormemente y nuestra muy que-
rida institución masónica, no ha podido sustraerse a ello y las que más han
sentido su efecto, han sido nuestras logias, no solo a nivel municipal y estatal, sino tam-
bién a nivel nacional.
Consideramos, que la grave crisis axiomática que padece actualmente nuestra institu-
ción, se debe, en gran medida, a que, entre otras cosas, se ha descuidado la educación y
la instrucción masónica, no solo en lo que se refiere a las enseñanzas fundamentales y
simbólicas de nuestra institución, sino, en la preparación de verdaderos y auténticos
dirigentes, mediante el diseño e implantación de estrategias tendientes a la concientiza-
ción, adoctrinamiento y capacitación de dignatarios y oficiales masónicos.
Dirigente, es toda persona de una organización, cualquiera que sea su rango en ella,
que con su posición, capacidad y conocimientos, tiene la misión de tomar decisiones de
importancia para el desarrollo, consolidación y progreso de la corporación.
Estas reflexiones y sobre todo las conversaciones con distinguidos masones, ex– gran-
des maestros como mis respetables y queridos hermanos Hugo García Garza, José Ma-
ría Maldonado y Carlos Benavides García, donde analizamos la crisis Masónica estatal
y nacional y con quienes me une una gran amistad, resultado de las luchas que libramos
juntos cuando dirigimos las grandes logias hermanas de Nuevo León y Tamaulipas y a
quienes agradezco que hayan aceptado participar con sus conocimientos y experiencias
en este foro, así como, el resultado de la encuesta que realizo la Gran Maestría, en don-
de se detectó que una de las causas que origina la crisis actual de la institución masóni-
ca, es, entre, otras, la deficiente preparación de dirigentes masónicos en el ámbito de
logia, fueron los que nos inspiraron a programar la exposición de este humilde y modes-
to ensayo, que ya con anterioridad lo hablamos dado a conocer en algunos orientes ta-
maulipecos y a coordinar con nuestro muy respetable gran maestro V H Gilberto
González Guerra, la organización de este primer foro estatal de capacitación de dirigen-
tes masónicos.
Esperamos y deseamos, que las humildes y modestas ideas aquí expuestas, sirvan como
herramienta valiosa para los queridos hermanos que deseen adentrarse en el estudio de
esta importante área de la sociología y que bien estudiadas y llevadas a la práctica, for-
jaran verdaderos dirigentes, que con vocación masónica, harán progresar con sus accio-
nes a nuestra gloriosa institución masónica nuevoleonesa.
E
n los históricos tiempos que estamos viviendo, estamos en un punto crítico, en
el cual no podemos retroceder como individuos, ni como nación a lo que éra-
mos, diez, cinco, o un año atrás. El futuro es ahora, hoy, y hoy mis respetables
y queridos hermanos, querámoslo o no, es nuestro turno.
La historia queridos hermanos siempre ha estado escrita por unos cuantos, son los líde-
res los que han transformado al mundo, ya sea para bien o para mal, quienes han creado
valores, iniciando religiones, movimientos innovadores, revoluciones y hecatombes
mundiales.
Todo el presente, pasado y futuro está en sus manos y solamente generando líderes de
calidad, podremos tener organizaciones, empresas, logias, grandes logias y una nación
de calidad.
Es indiscutible, que los líderes del pasado reciente en nuestro país, fracasaron en sus
intentos para superar la crisis, que involucra a todos los sectores públicos, privado, so-
cial, educativo, religioso y me podría aventura decir que hasta masónico.
El sindicalismo fisurado por falta de credibilidad de sus líderes, firmando pactos de so-
lidaridad que nada restablecen su capacidad de compra, movimientos cada día mayores
de sindicatos independientes que apoyan nuevos líderes con la esperanza de ver cubier-
tas sus expectativas, intentando renovar su fe en dirigentes diferentes a los actuales.
Tiempo ha, que esta, ya no tan venerable institución, perdió todo contacto con la reali-
dad, inmersa en un pasado de pompa y esplendor, propio de la época medieval, continúa
aferrada a la parafernalia con que se rinde culto a sus héroes, hoy está convertida en un
aparato de poder, que regula el tránsito de los hombres hacia la otra vida, pero éstos,
salvo para excepciones, ya no acuden al tañido de las campanas, ni se entregan tan fá-
cilmente a las ceremonias, que alguna vez, les provocaron respeto y fervor, tal es, en
síntesis, el drama contemporáneo de la iglesia.
Dice el escritor W. Cox Learche, con quien en gran parte estamos de acuerdo, “tendría-
mos que estar ciegos para no ver las fallas fundamentales de las piedras del templo ma-
sónico y en la constitución del mismo “.
“Es cada día más difícil construir nuevos templos y levantar nuevas columnas que ten-
gan estabilidad”.
“Muchos masones, desconocen, que la masonería tenga tal objetivo, hay quienes miran-
do la parte externa de las cosas, consideran los ritos masónicos como costumbres arcai-
cas, que ahora carecen de sentido y les parece que la masonería es un museo viviente de
atavismos incompatibles con el presente”.
“Por otro lado, hay disonancia de las mentes avanzadas con la masonería superficial de
la actualidad, es indudable que la repetición de los ritos y ceremonias carentes de espíri-
tu, no conforma a personas de mentalidad superior”.
“El sentido literal del misterio y del secreto, que está relacionado con la masonería, no
atrae más a personas de una mentalidad madura, especialmente cuando se dan cuenta,
que no hay, en realidad, ningún secreto, ni misterio alguno en la superficie, que no pue-
da conocer hoy día, cualquier persona que desee investigar, en libros sobre la materia y
que están en venta al público en cualquier librería”.
Y así podríamos proseguir hasta agotar todos los sectores de nuestra sociedad, pero lo
que es evidente y de ahí el motivo de esta introducción necesaria, lo que es evidente
repito, es el fracaso rotundo de nuestros líderes para satisfacer las necesidades de sus
seguidores.
Claro está que las de ellos han sido totalmente satisfechas, pero no se ha dado el bino-
mio para una relación sana “líder– seguidor”, que es la satisfacción mutua y equilibrada
de necesidades, ya que el seguidor necesita al líder y a la inversa, para que cada cual
logre sus propósitos y objetivos.
La masonería ha enseñado a estos hombres a luchar consigo mismos, para limar sus
asperezas y fortificar sus almas, les ha mostrado el camino de la convivencia fraterna, el
respeto mutuo, la dignidad y el heroísmo, ha inflamado sus corazones con el amor a sus
semejantes y la santa indignación contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre
y encadenan su pensamiento, por eso es, que en su seno, se han gestado tantas iniciati-
vas trascendentales para el adelanto de la humanidad y de ella han surgido, de tiempo en
tiempo, grupos fuertes y de gran cohesión que han logrado imprimir a sus naciones y al
mundo, los más importantes impulsos evolutivos.
Queridos hermanos, debemos de convenir en que, todo esto ha sido una historia muy
brillante de la masonería, pero no deja de ser eso, historia, hagamos un balance serio y
sereno de nuestra situación actual y aquí es donde solicito respetuosamente la serenidad
y sobre todo la seriedad de su meditación, ¿qué pasa actualmente con nuestra institu-
ción? ¿dónde están esos guerreros forjadores del progreso? ¿dónde están esos estadísti-
cas y libertadores? ¿dónde están esos héroes forjadores de patrias?
En los últimos que se tenga conocimiento, únicamente salvador allende, Gerald Ford y
Fidel Castro, lograron destacar como dirigentes y ellos se forjaron en nuestros talleres
masónicos.
Entendemos, aunque no la podemos condonar, la actitud en que ha persistido por largos
años nuestra institución, es el resultado de un conjunto de circunstancias que periódica-
mente se combinan para reprimir la actividad y el entusiasmo de los masones hasta ni-
veles cercanos a la extensión y esto queridos hermanos no es nuevo, la gloriosa historia
de la masonería, en los últimos cuatro siglos, es prueba irrefutable de la capacidad que
caracteriza sus lapsos de actividad y de adormilamiento, algunos estudiosos han investi-
gado sobre la recurrencia periódica, de épocas de intensa actividad masónica que
desemboca en profundas transformaciones sociales y otros momentos en los que las
columnas están abatidas y apenas alienta en el abandono la débil flama del liberalismo,
conservado fielmente por unos pocos, como ustedes QQ HH.
Parece ser, que hay una relación directa entre estos ciclos y los parámetros ecológicos y
económicos que subyacen a los problemas sociales y políticos de todos los pueblos del
mundo.
Quienes dieron forma a la masonería, allá al principio de los siglos, sembraron en ella,
el germen de su revitalización periódica y de la toma de conciencia de sus propias fallas,
para producir el nuevo despertar a la actividad.
Por esto, en los presentes momentos de grave crisis mundial y nacional, nuestra gloria
institución no ha podido sustraerse a ella y lamentablemente aunque nos duela, debemos
de admitir que la masonería, atraviesa por la crisis más aguda y grave de su historia y
las que más han sentido su efecto son nuestras logias, afrontemos esta cruda realidad
que adquiere carácter de grave emergencia.
De todos es conocido, que son pocos los HH que asisten a su logia, que cumplen co-
misiones, que pagan sus cuotas, que practican la verdadera fraternidad, que no se hace
una adecuada selección de candidatos, que nuestras ceremonias de iniciación no se lle-
ven a cabo con la seriedad debida.
Creemos que la crisis que padece nuestra institución, se debe a que, entre otras cosas, se
ha descuidado la educación masónica, pero principalmente, lo que hemos descuidado en
alto grado, es la formación de cuadros de dirigentes masónicos.
III.‒ ¿El conocimiento de los tres grados simbólicos, hace a un masón, ser un buen
dirigente?
Pero en ambos casos, el hombre busca los medios que le permitan poseer el conoci-
miento de las ciencias, de las artes y ante todo de los enigmas que presenta el esoteris-
mo de la existencia, para lograr el propósito magno de sus aspiraciones, el ser líder en
las acciones y representaciones que desarrolla.
De lo anterior se concluye, que muchas ocasiones, hay hermanos que con más reciente
ingreso a nuestra orden, superan a quienes ya tienen tiempo de participar en ella, llegan-
do anticipadamente a ocupar cargos de elección, porque complementaron sus aptitudes
de líderes o dirigentes, con el trabajo arduo dentro de logia, con la participación efectiva
en implementar la doctrina masónica con su participación en el aspecto educacional, por
medio de trazados masónicos, por el desarrollo efectivo de las comisiones que les fue-
ron encomendadas y porque estudiaron, analizaron y determinaron el sabio contenido de
las liturgias del simbolismo masónico, para complementar su aptitud de dirigente, no
solo en el mundo profano donde ya habían sobresalido, sino inclusive dentro de nuestra
institución.
Lo anterior, no quiere decir, que el hermano que llega a nuestra orden desprovisto de
conocimientos amplios y de aptitudes de dirigente, sin alguna carrera universitaria, no
pueda algún día llegar a serlo, lo hemos comprobado en infinidad de ocasiones, muchos
de ellos, interiorizados y con bastante deseo de superación, han convertido a la mazone-
ría en una universidad, donde se han creado un conocimiento superior, que ha desarro-
llado su inteligencia práctica, que los ha llevado a ser excelentes dirigentes masónicos.
Según el diccionario pequeño Larousse, dirigir del latín dirigiere, encaminar, enderezar
hacia cierto punto, gobernar, dirigir una barca, dirigir una empresa, sinónimo de condu-
cir, mandar, regentear, administrar, regir, aconsejar la conciencia de alguien.
Muchos, son los libros y artículos escritos, para tratar de dirigentes y de dirección de
grupos, abarcan desde ensayos filosóficos hasta manuales y biografías históricas, pa-
sando por los informes técnicos de investigación científica.
Por todos los rincones de nuestras bibliotecas, se encuentran obras sobre este tema y el
mismo ha sido expuesto en tratados políticos, en libros de sociología, en revistas de
educación de adultos, de psicología, en discursos, en folletos sobre gobierno eclesiásti-
co, etc.
Antes de que se olviden los últimos ecos de las atronadoras aclamaciones ¡duce!, ¡duce!
Y ¡Seig! ¡Heil! ¡Heil Hitler!, es bueno y recomendable, detenerse a estudiar la naturale-
za de la perenne pesquisa humana por la dirección, siempre que han vivido los hombres
en sociedad, desde las primitivas familias de las cavernas, hasta las complejas colectivi-
dades nacionales del siglo XX, han buscado y hallado quien los dirigiera.
Entre los escogidos, los han habido buenos y malos, unos fomentaron el progreso y
otros fueron actores de desastre, pero siempre ha habido dirigentes.
¿Cómo deben dirigirse las industrias, los sindicatos, las escuelas, las logias y grandes
logias?, ¿qué influencia y control deben tener nuestras sociedades, nuestros colegios
profesionales y nuestras logias y grandes logias? ¿Cómo deben tomarse las decisiones
en el seno de nuestra familia, de nuestro club, de nuestra logia y gran logia, de nuestro
estado, de nuestro gobierno?
Esta influencia puede ejercerla por medio de sus obras (libros, pinturas, inventos) o por
el contacto personal.
La dirección directa, por contacto personal, se realiza casi siempre por medio de la pa-
labra hablada.
Muchas generaciones han especulado acerca del origen de la dirección, algo tiene este
problema que ha atraído irresistiblemente la atención de muchos filósofos y ha inspira-
do una intensa labor de investigación de psicólogos y sociólogos.
Cualesquiera que hayan sido las causas de este interés, el hecho es que hay una gran
bibliografía al respecto.
Desde los tiempos de Plutarco, hasta hace poco, la investigación y las obras dedicadas
al tema, habían seguido un mismo camino, sé habían dedicado a descubrir y catalogar
los rasgos de carácter que distinguen a los dirigentes.
Intentaron deducirlo, estudiando las vidas de los grandes hombres, observando las ac-
ciones de los jefes, o haciendo experimentos para determinar las cualidades personales
que influyen en el comportamiento humano.
Una persona se convierte en dirigente, participando en las actividades del grupo y dando
pruebas de su capacidad para despachar la labor del mismo, el dirigente es una perso-
na responsable de coordinar actividades de los miembros del grupo, encaminadas
a lograr un objetivo común.
Hay pues que concebir la dirección en función de las cualidades personales y las carac-
terísticas del dirigente.
Una de las obras más completas y consultadas de esta clase, es un estudio de la direc-
ción espontanea, que comprende a 1,313 muchachos pandilleros de chicago; donde se
observa, que las cualidades personales que tendían a determinar la dirección de la pandi-
lla eran el temple, la destreza física y la rapidez y firmeza en la toma de decisiones.
Ciertamente la pandilla juvenil, no es un representante típico de la mayoría de nuestras
agrupaciones sociales, ni por su estructura ni por su función, por eso no es posible sacar
muchas conclusiones generales a partir de los resultados de chicago.
Diez de los estudios realizados por “Stagdill” apoyan también la conclusión de que “el
dirigente medio aventaja el miembro medio de su grupo en sociabilidad, iniciativa,
constancia, habilidad para lograr que las cosas se hagan, confianza en sí mismo, previ-
sión e intuición de las situaciones, espíritu de cooperación, popularidad, capacidad de
adaptación y facilidad de palabra”.
Últimamente, se ha insinuado, que la gente tiene tendencia a designar como los más
queridos, solicitados e indispensables miembros del grupo a aquellos que con más fre-
cuencia toman la palabra, esta hipótesis se ha visto confirmada con el testimonio perso-
nal de varios presidentes de sociedades estudiantiles, que parecían opinar, que “el secre-
to de sus éxitos” radicaba en haber hablado mucho en sus reuniones.
Sospechamos que hay algo de cierto en esta hipótesis, así como en las demás y que en
general, la abundante participación verbal dentro de un grupo, es un factor que contri-
buye a decidir quiénes han de ser los dirigentes.
Sin embargo, conviene ser cautos y no generalizar, porque todos conocemos personas
de las que puede decirse, que cuanto más hablan, mas antipáticas se hacen, parece ser,
que una gran cantidad de oratoria sin cierto grado de calidad, no es bastante, para hacer
un buen dirigente.
En los últimos años, hemos oído hablar tanto del tema de liderazgo, que se ha confundi-
do y desgastado enormemente él termino.
Décadas de análisis académicos, nos han dado más de 350 definiciones y no se trata de
aportar una más a través de este humilde y modesto ensayo, sino lo más significativo,
es, señalar, que distingue al líder eficaz de líder ineficaz, a organizaciones de éxito de
las fracasadas, a empresas de excelencia de empresas mediocres.
Dirigir significa influenciar, guiar en una cierta dirección, hacer a través de los demás.
La diferencia es crucial: los administradores eficientes son personas que hacen las cosas
bien y los líderes son personas que hacen lo que está bien, el administrador es eficiente,
el líder es eficaz.
Los líderes desean saber por qué, antes que el cómo y esto ilustra una más de las dife-
rencias claves entre líderes y administradores.
Los líderes dirigen los cambios; los administradores la fidelidad de los procedimientos,
los líderes crean confianza y dotan a sus seguidores para que busquen nuevas maneras
de hacer bien las cosas.
Los líderes no gastan su tiempo en los cómo, ni en los proverbiales engranajes, sino en
modelos de acción, en hacer lo que está bien.
La gente no quiere ser administrada, quiere ser dirigida y como los medios incompeten-
tes, los líderes incompetentes pueden enfermar más a la gente y desvitalizarla.
La autoridad estará en crisis, cuando quien manda se contenta con ser un adminis-
trador sin decidirse a convertirse en líder.
Lo que necesita una nación o cualquier organización o grupo grande o pequeño, es tener
al frente no a un administrador improvisado, sino a un servidor sincero, a un verdadero
y auténtico líder.
Elíderes, no jefes.
L mundo moderno y sobre todo el mundo del siglo XXI, necesita y va a necesitar
La autoridad estará en crisis, cuando quien manda se contente con ser un administrador
(jefe), sin decidirse a convertirse en líder, con esta frase terminamos el anterior capitulo
pero ¿qué diferencias existen entre el jefe y el líder?
El jefe existe por la autoridad, el líder por la buena voluntad, el jefe cree que es sufi-
ciente la investidura de mando conferido desde afuera para conformar a su gusto el pe-
queño planeta sobre el que impera, el líder no necesita exhibir ante sus súbditos creden-
ciales de legitima autoridad, su empeño generoso, su dinamismo mágico y su actitud de
entrega, son las mejores cartas con los que los seguidores se enteran de que tienen una
autoridad que no necesita imponerse por argumentos externos, sino por ejemplos entra-
ñables, la autoridad del jefe impone, la autoridad del líder subyuga y enamora.
El jefe busca el culpable cuando hay un error, el que la hace la paga, sanciona, castiga,
reprende, en apariencia pone las cosas en su lugar, cree haber arreglado el mundo con
un grito y con una infracción, pero ha cortado la rama torcida, el líder jamás apaga la
llama que aun tiembla, jamás corta el tallo que aun verdece, corrige pero comprende,
castiga pero enseña, sabe esperar, por eso, no busca las fallas por el placer sádico de
dejar caer el peso de la autoridad sobe el culpable, sino que, arregla las fallas y de paso
rehabilita al caído, el jefe asigna los deberes, ordena a cada súbdito lo que tiene que
hacer, “a ti te toca esta parcela de la izquierda, y a ti, esta de la derecha, ahora a trabajar
y a cumplir cada cual con lo suyo, mientras contemplo desde mi sillón, como ustedes se
movilizan y ¡ay del incumplido!, el líder da el ejemplo, trabaja con los demás, es con-
gruente con su pensar, decir y hacer, su deber es el propio de todos, va al frente marcan-
do el paso.
El jefe hace del trabajo una carga, el líder un privilegio, los que tienen un líder, pueden
cansarse del trabajo, pero jamás se fastidian, porque el magnetismo del líder, abre ven-
tanas a los ideales que delatan la alegría de vivir, de trabajar.
El jefe sabe cómo “se hacen las cosas, el líder enseña cómo deben hacerse.
Uno se guarda el secreto del éxito, el otro lo enseña, capacita permanentemente para que
su gente pueda hacer las cosas con autonomía y eficacia, uno no se toma la molestia de
señalar caminos, el otro vive poniendo flechas indicadoras para lograr el éxito.
El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los trata como personas, no los usa
como cosas, sabe que la comunidad no es una masa amorfa, ni una colección de indivi-
duos en serie, respeta la personalidad, se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza y lo
impulsa constantemente, el jefe dice vaya, el líder dice vayamos. Líder es aquel que
promueve al grupo a través del trabajo en equipo, suscita una adhesión inteligente, re-
parte responsabilidades, forma a otros líderes, supervisa la tarea de todos y difunde
siempre una mística, un ideal profundo, una esperanza viva, una alegría contagiosa, el
jefe llega a tiempo, el líder llega adelantado.
Este es, el santo y seña del verdadero líder, “un pie adelante del grupo y una mirada más
allá de sus seguidores”.
El que ve más que los otros es el líder, el que profetiza y vaticina, el que inspira y señala
con un brazo en alto, el que no se contenta con lo posible, sino con lo imposible.
El líder hace de la gente ordinaria, gente extraordinaria, la compromete con una misión
y la amalgama en la fe de realizar un sueño que le permita la trascendencia y la realiza-
ción, le da significado a la vida de sus seguidores, un porque vivir, es un arquitecto hu-
mano.
L
Os líderes son raros en la naturaleza humana, los líderes nacen, no se hacen
los líderes son carismáticos, dinámicos, magnetizan, son joviales, optimistas,
poseen fortaleza, fuerza, solo existen en las cúspides organizacionales, con-
trolan, manipulan, etc. Etc.,
Esto es lo que pensaba la mayoría de la gente, hasta que los investigadores y científicos
sociales, comenzaron a hacer del liderazgo un tema legítimo de investigación intensiva,
habiéndose revisado más de 350 teorías al respecto, tanto en el campo académico como
en la práctica, a través de entrevistas con líderes del sector público, privado, artístico,
industrial, de servicios, deportivo, religioso, comercial, en México, estados unidos, Ja-
pón, Europa y la Unión Soviética.
Con el afán de clarificar un tema de tanta trascendencia en la vida de las organizaciones,
trataremos de analizar a continuación en forma muy breve, los mitos más comunes en
relación con el líder.
Antiguamente, cuando las fuertes barreras de las clases sociales, hacían casi imposible
que alguien se convirtiera en líder, para muchas personas resultaba claro que el lideraz-
go se heredaba, ya que era común que los líderes surgieran de las familias poderosas.
Cuando se derrumbó la aristocracia, se hizo obvio, que los líderes provenían de todos
los estratos y esta experiencia nos enseñó que el liderazgo era algo más complejo que
haber nacido con los genes adecuados, aunque por supuesto, no dejamos de reconocer
que algunas personas nacen con algunos dones naturales que les facilitan su relación
con los demás, tampoco significa que esto les asegure un liderazgo de por vida, en dife-
rentes partes del mundo, los estudiosos del tema han realizado minuciosos análisis para
identificar los rasgos universales del líder y han demostrado que no existe una tipología
única del líder, ya que los hay flemáticos, nerviosos, altos, chaparros, sonrientes, mal
encarados, de todos colores, con lo que prácticamente se acabó con la teoría de que el
liderazgo, era el producto de determinados atributos genéticos, por lo que se concluye
que “el líder se hace, no nace”.
U
no de los mayores anhelos del hombre, casi un deseo infinito es el poder y la
gloria, no son idénticos, aunque a menudo están ligados muy estrechamente,
un primer ministro tiene más poder que gloria, un rey tiene más gloria que
poder, pero en cierta medida, ambos participan de los dos y se sustituyen
indistintamente.
El tema que nos interesa en este capítulo es el poder como meta, como objetivo, como
cosmovisión, como forma de vida, como anhelo y como aspiración.
El poder se obtiene no solo a través de la riqueza, sino que existen otros medios como
por ejemplo la posesión de armamento, la autoridad civil, la autoridad eclesiástica, la
fuerza de los medio de comunicación, etc., a su vez, el manejo del poder, difiere según
sea el poder social en que se utiliza o bien si es ejercido por una o más personas.
Las diferencias radican, no solo en las distintas estructuras y organizaciones, sino tam-
bién en la forma de adquirir el poder, ya sea por sucesión hereditaria como en la monar-
quía, o arrebatado como en las conquistas guerreras, o por convencimiento como en la
democracia.
El afán de poder, una de las motivaciones humanas más importantes, está contaminado
con otros afanes como el de la posesión de bienes, de comodidad, de placer, de aproba-
ción y otros más, el anhelo de poder se manifiesta en forma explícita en los jefes, diri-
gentes y líderes y en forma implícita en secuaces, guaruras y seguidores, estos últimos
se someten voluntariamente a un caudillo con el fin de adquirir poder grupal y compartir
implícitamente el poder de él, viviéndolo como propio.
La acepción que la palabra “poder” tiene en la real academia española es: “dominio,
imperio, facultad y jurisdicción que uno tiene para mandar o ejecutar una cosa, tener
expedita la facultad de hacer una cosa, capacidad, posibilidad tener el mando, habilidad
de causar o prevenir un cambio “.
Max Weber nos dice que “poder significar la probabilidad de imponer la propia volun-
tad aun en contra de toda resistencia”.
Es común observar como las personas desconfían de aquel que desea obtener el poder,
cualesquiera que sean sus razones para desearlo.
El anhelar un poder esta socialmente desaprobado y aquel que lo anhela siente la nece-
sidad de justificarse ante la sociedad y ante sí mismo por semejante ocurrencia, es
inusual escuchar que alguien admita francamente su deseo de poderío y casi podría de-
cirse que se sienten avergonzados, culpables o temerosos de ser juzgados de neuróticos,
criticados, inseguros, egoístas, sádicos, reaccionarios, despóticos o cualquier calificativo
peyorativo, cuando nos acercamos a un individuo que lucha por el poder o que ya lo
posee y le preguntamos si lo que busca y quiere es el poder, en sí, generalmente lo niega
y busca la manera de esconder y disfrazar su anhelo a través de las distintas ideologías,
unos dirán que su objetivo no es tener poder sino servir al pueblo o defender una causa
o apoyar un sistema o combatir otro, todo menos decir “si quiero poder, me gusta tener
poder, busco poder”.
Maquiavelo decía, todos los hombres aspiran al dominio y ningún hombre renunciara a
él si puede ejercerlo.
Tanto los aspectos positivos como los negativos del poder y las consideraciones posi-
bles alrededor de él, han sido objeto de reflexión de grandes hombres y pensadores,
existen proverbios que pueden ilustrarlos, por ejemplo desde un enfoque negativo:
“El Poderoso se hace de enemigos en parte por envidia, en parte por temor”.
Kelly
Podemos resumir este capítulo de la siguiente manera, al poder se le puede dar un uso
constructivo y uno destructivo, tener manifestaciones creativas, sanas y normales o por
el contrario tener expresiones patológicas negativas, en conclusión, el poder es amoral
ya que por sí mismo no determina valores.
Es conveniente que el aspirante a dirigente masónico a nivel de logia y gran logia ten-
ga la estatura moral, el talento, la capacidad y la madurez necesaria, para que cuando
ejerza el poder que el cargo le confiere, lo ejerza en un alto plano de justicia, equidad,
haciendo un uso constructivo del mismo, con manifestaciones creativas, sanas y norma-
les, que le den brillantes a su ejercicio.
¿De dónde han surgido empresas de excelencia, instituciones como IBM, Disney, Sony
y otras? Instituciones de alta tecnología como Digital Equipment, Hewlett, Packard,
Intel, Texas Instrumental y Microsoft.
Empresas productores de bienes de consumo como Procter and Gamble, Chesebrough–
Ponds y Johnson and Johnson.
¿Cómo logro un pequeño ser (físicamente hablando) liberar a un país de 700 millones
de habitantes, la india, del imperio más poderoso es su tiempo sobre la faz de la tierra?
¿Cómo logro Winston Churchill, acaudillar a la resistencia más tenaz de la segunda gue-
rra mundial? ¿Cómo pudo charles de Gaulle, liderar a su país y librarse de los alemanes
en el desierto? ¿Cómo han logrado algunas empresas mexicanas estar produciendo ac-
tualmente productos con cero errores y calidad total? ¿Cuál fue el secreto de aquel ser
extraordinario que fundó una iglesia solamente con 12 seguidores y actualmente cuenta
con más de mil millones?
Las respuestas se resumen en que han sido el resultado de un sueño, de alguien, que
imagino hacer posible lo imposible, el sueño de los idealistas y como decía Albert Eins-
tein “que sería del mundo sin los soñadores”, los que hacen avanzar a la humanidad,
vencen enfermedades, crean las tecnologías, amplían el progreso, logran la excelencia
en los campos donde la mayoría lo cree imposible.
Seres con contenido existencial, han creado filosóficas que han transcendido su tiempo,
han luchado incansablemente por concretar su sueño, hasta hacerlo realidad.
Como decía Aristóteles: “la excelencia, más que un acto aislado, es un hábito”, un estilo
de vida, es una forma de ser, “los líderes de excelencia” son los que marcan la diferen-
cia.
No se puede aspirar a ser un líder de excelencia, a menos que se posea una filosofía lo
suficientemente trascendente, que lo lleve a permanecer más allá de su tiempo, de al-
guien que cuando desaparezca, su obra continúe, como son los casos de Cristo, Gandhi,
Disney, de los cuales, cuando dejaron de existir, se podría escribir sobre ellos “nunca
fueron vencidos, simplemente murieron”.
Daremos a conocer los 10 principios fundamentales del líder de excelencia, pero antes
concienticemos de lo que es “ser excelente”.
1) Ser excelente es hacer las cosas, no buscar razones para demostrar que no se
pueden hacer.
2) Ser excelente es comprender que la vida no es algo que sé nos da hecha, sino
que tenemos que producir las oportunidades para alcanzar el éxito.
6) Ser excelente es levantarse cada vez que se fracasa, con un espíritu de apren-
dizaje y superación.
8) Ser excelente es entender que a través del privilegio diario de nuestro trabajo,
podemos alcanzar la realización.
9) Ser excelente es ser creador de algo: un sistema, un puesto, una empresa, un
hogar, una vida.
10) ser excelente es ejercer nuestra libertad y ser responsables de cada una de
nuestras acciones.
12) ser excelente es levantar los ojos de la tierra, elevar el espíritu y soñar con
lograr lo imposible.
13) ser excelente es trascender a nuestro tiempo llegando a las futuras generacio-
nes un mundo mejor.
Ser líder de excelencia de esta talla, son los que necesitan el mundo, los exige la maso-
nería y los reclama dios.
3) Es congruente con lo que piensa, dice y hace, por lo que transmite confianza a
sus seguidores, quienes se unen a él.
5) Visualiza lo que sus seguidores pueden llegar a ser y crea expectativas, su trato
es de excelencia.
10) Es un histórico que trasciende a su tiempo y cuyas causas son la justicia, la li-
bertad y la verdad.
Siempre que esto sucede, (o sea el problema de la sucesión) y sucede con mucha fre-
cuencia, pasa por la mente de algunos dirigentes masónicos y permanece en ellos aun
cuando pasan a ser ex dirigentes, la idea de que ellos pueden llegar a ser los dueños de
las logias, como lo hemos comprobado en más de una ocasión en nuestros recorridos
por diversas logias, en los cuales hemos escuchado, expresiones tales como:
“No te preocupes la logia es mía, yo soy el que decidió”, pasando por sus mentes la idea
de conservarse como los grandes electores.
El dirigente debe tener el talento, criterio, experiencia, capacidad y tacto necesario, para
que, desde el inicio de su gestión, pueda observar a los hermanos en sus diferentes pues-
tos y comisiones y a quienes sin tener un cargo, posean las cualidades necesarias para
llegar a ser un dirigente en excelencia.
2.‒ Se debe formar cuadros con los hermanos más valiosos y capaces, adoctrinarlos y
darles capacitación, para que estén preparados para el desempeño de cargos directivos.
3.‒ Con mucha frecuencia se maneja el funcionamiento de las cadenas, o sea, que el
segundo vigilante pasa a primero y el primero pasa a venerable; esto funciona cuando
las logias son estables y unidas, cuando son logias de avanzada, logias progresistas;
pero cuando están integradas por diferentes grupos de trabajo, las cadenas se rompen y
constantemente se ven interrumpidas.
4.‒ Es muy importante que los consejos, si se forman, estén integrados por todos los ex
dirigentes, es conveniente que el exvenerable o exgran maestro de más antigüedad, ta-
lento, capacidad y experiencia sea el coordinador del consejo, mismo que será nombra-
do por consenso mayoritario de todos los miembros del consejo y únicamente coordina-
ra los actos y moderara las reuniones, para que en las juntas previas a una selección, se
escuchen todas las opiniones, aunque discrepen de quienes en algunos casos se creen
con derecho a ser jefes del consejo, porque si se margina a uno o algunos, se propicia la
división y se rompe la armonía.
5.‒ El dirigente debe llevar el control de los cuadros de prospectos a futuros dignatarios
y oficiales, para que los presente al consejo y se estructuren las plantillas que más con-
vengan al desarrollo de la logia.
8.‒ El consejo debe presentar no solo la plantilla, sino varias opciones, para que sean las
cámaras correspondientes, quienes en forma democrática elijan a sus dirigentes, inde-
pendientemente de las plantillas que presenten los diversos grupos de trabajo de las lo-
gias y grandes logias.
XIII.‒ Perfil (cualidades y atributos), Sintetizados, que deben Reunir quienes As-
piran a la Veneratura de una Logia o a la Gran Maestría de una Gran Logia.
Pero la cualidad más importante que debe poseer un dirigente masónico es Entereza y
Valor para combatir y hacer frente a todo lo que se oponga a la razón, la moral, la justi-
cia, y la patria.
Detrás de cada empresa de excelencia, existe un líder comprometido con su sueño, sue-
ño que nace de una visión, es decir con un estado futuro ideal por realizar.
Todos los líderes de excelencia parecen ser maestros en el arte de seleccionar, sintetizar
y articular una visión apropiada del futuro.
Los líderes masónicos de excelencia del presente, del futuro siglo XXI, deberán ser
hombres que sueñen con una masonería moderna, actuante, combativa, fraternal, pro-
gresista, valiente, nacionalista y revolucionaria y en base a todas las herramientas que
aquí se han presentado y otras más que sin duda existen.
(Misma que viene al final de este ensayo para conocimiento del Q H que desee
adentrarse en este apasionante campo de la sociología pero no se incluyeron por falta de
espacio), mismas que debemos aplicar, practicarlas intensamente Con una fe que nos
lleve a alcanzar las altas metas de progreso que anhelemos para nuestra institución.
Los masones de hoy de mañana debemos ser idealistas, teniendo presente en nuestra
mente, que idealista, es aquel que cree poder hacer posible lo imposible, que ha encon-
trado un por que vivir, es aquel que está dispuesto a dar lo mejor de sí y hasta su vida
por su objetivo, que extrae lo mejor de sus potencialidades y está dispuesto al máximo
sacrificio, morir por alcanzar un sueño.
El dirigente masónico deberá evitar que se apodere de él, el vacío existencial que es el
síndrome de nuestro tiempo.
El epitafio que debiera ser más común en las tumbas de los cementerios del mundo ac-
tual, es aquel que dice que “Nació, Creció y Murió y nunca supo porque existió”.
Recuerden queridos hermanos que hoy es tiempo de meditar y reflexionar sobre lo que
hemos sido, somos y lo que queremos ser, todo lo que no hagamos en este momento
hoy y ahora, ya no lo haremos nunca.
Fraternalmente vuestro
ENSAYO
FUNCIONES, DEBERES Y OBLIGACIONES
DE VENERABLES MAESTROS
JOSÉ VALDEMAR PORTILLO LÓPEZ
En las logias simbólicas. El Venerable Maestro, debe haber estudiado la ciencia masó-
nica y desempeñado los Puestos y Dignidades Inferiores. Así mismo, es menester, que
posea un conocimiento profundo del hombre y de la sociedad y un carácter firme pero
razonable”.
El Venerable Maestro, lleva sobre su pecho una insignia distintiva que se llama Venera,
también se le llama collarín, listón o cordón torzal, del que pende la joya emblemática
de su cargo, que es una Escuadra, símbolo de la rectitud y la justicia, conque debe regir
a todos los miembros.
2.‒ Dirigir los Trabajos de la Logia, cumplir y ejecutar sus acuerdos y decisiones.
4.‒ Decidir, en caso de empate, en las votaciones sobre cualquier asunto que se trate
o discuta en trabajos de logia, excepto en elecciones y juicios
6.‒ Examinar, cuando crea conveniente, los libros que deben llevar el secretario, el
tesorero y el hospitalario.
7.‒ Es facultad, del venerable maestro, suspender en sus derechos masónicos y some-
ter a juicio, al hermano, que en logia abierta, lo desobedeciere o se resistiere a su
autoridad, si es un miembro ordinario y común de la logia, turnara el caso a la
comisión de honor y justicia del taller y si fuese ex– venerable maestro, deberá
turnar el caso a la gran logia.
10.‒ El venerable maestro, no puede negarse a firmar las actas aprobadas por la lo-
gia, ni disponer que dejen de celebrarse las sesiones ordinarias, que indique el re-
glamento.
e) A los visitantes, se les puede conceder entrada a la tenida de una logia, después
de haber sido leída o sancionada el acta de la tenida anterior.
3.‒ El Venerable Maestro, deberá imprimir orden a las discusiones que se presenten en
los trabajos de logia y suspenderlas cuando lo estime conveniente.
4.‒ Deberá cerrar los trabajos, aunque no haya terminado la discusión, siempre que me-
diare motivo justificado para ello.
5.‒ Deberá hacer salir del templo, a cualquier miembro de la logia y hasta un visitador,
si hubiera causa justificada para ello.
6.‒ Deberá designar, en cada sesión, los hermanos que deben hacerla de funcionarios,
cuando no estén presentes los titulares.
7.‒ Deberá rendir su informe anual, de toda actividades realizadas durante su ejercicio.
8.‒ Deberá nombrar, las Comisiones que sean necesarias, pudiendo presidir cualquiera
de ellas o todas, si así lo desease.
9.‒ Deberá imponer, las correcciones autorizadas en los artículos que le autorice el re-
glamento de la Gran Logia, así como, las que autorice el Reglamento Particular de su
Logia.
11.‒ La corrección de las faltas, incumbe al Venerable Maestro sin necesidad de previo
Juicio.
12.‒ Las faltas señaladas a continuación, podrán dar lugar a la amonestación en el acto
por el Venerable, si algún Hermano en la misma sesión reincidiere, se le hará retirar del
Templo.
13.‒ El Venerable Maestro, corregirá con reprensión privada, a los Hermanos que no
procedieren con la tolerancia y prudencia, que exige el carácter masónico.
14.‒ Deberá, junto con el secretario, de firmar las actas y la correspondencia del taller,
cuando sea para la Gran Logia, Cuerpos Superiores y todos los libramientos contra el
tesoro y la caja de beneficencia.
15.‒ Deberá de velar porque reine la paz y la armonía entre todos los miembros de la
Logia.
16.‒ Estará, en la facultad del Venerable Maestro, poner o no, a discusión, las proposi-
ciones hechas por los Hermanos, expresando las razones que le asistieren para ello, pero
no podrá eximir de abrir la discusión, cuando no obstante su negativa, lo acordaren, las
dos terceras partes de los miembros presentes.
17.‒ Deberá de asistir puntualmente a las reuniones que convoque el Gran Maestro.
20.‒ Deberá asistir puntualmente a todos los actos y tenidas que organice su Logia.
21.‒ Deberá asistir, con todas las Dignidades de su Logia, a todas las Grandes Tenidas
trimestrales ordinarias y extraordinarias, que convoque la Gran Logia.
22.‒ Deberá exigir, que toda la correspondencia que llegue de Gran Logia, sea leída en
forma amplia y completa, por el Hermano Secretario.
24.‒ Deberá de cumplir, estricta y fielmente, todas las instrucciones que emanen, ver-
balmente o a través de Grandes Circulares, de la Gran Maestría.
Toda preferencia entre los Masones, esta o debe de estar cimentada, sobre verdaderos
méritos personales y conocimientos del Arte Real, para que los trabajos sigan su legíti-
mo curso y que no sean avergonzados los Hermanos, ni se vea desprestigiada la orden
por incapacidad o ignorancia de parte de los preferidos.
Por esta razón, se deberá de tener siempre presente, que ningún Hermano, debe de ser
electo para los cargos de Venerable Maestro y Vigilante, por su antigüedad solamente,
sino por su Capacidad, Inteligencia, Talento, Méritos y Conocimientos.
El Venerable Maestro, debe poseer los conocimientos necesarios para ocupar ese puesto
y en el trato con los Hermanos, debe hacer uso del tino y prudencia de que sea capaz,
repartiendo siempre sus dones con la mayor equidad, a efecto de dar a cada cual, lo que
realmente le corresponda.
Los Hermanos entre sí, deben procurarse dentro o fuera de los trabajos de Logia, el trato
que como miembros de una misma familia corresponde, cultivando el amor fraternal y
prodigarse el respeto debido. No empleando palabras grotescas o expresiones satíricas,
que lleguen a lastimar sus sentimientos y romper la armonía que tratamos de conservar,
en desdoro de los fines laudables de nuestra institución.
Deseamos, que los modestos conceptos que acabamos de exponer, contribuyan, aunque
sea en mínima parte, a su formación directiva y de liderazgo, que contribuya a la forma-
ción de Venerables Maestros de excelencia, de Venerables Maestros de calidad total,
que con su eficaz y eficiente aplicación, contribuirán, a que nuestras Logias en lo parti-
cular, se consoliden y progresen y en lo general, nuestra Gran Logia, se fortalezca y se
consolide, enfilando hacia el verdadero progreso, que le permita llegar, al ya próximo
siglo XXI, como una institución de vanguardia.
Anexamos a este documento un programa de trabajo (tipo) (solamente informativo) para que los
venerables maestros si lo consideran conveniente, lo estudien y analicen, le hagan las rectifica-
ciones y/o adiciones que consideren conveniente, lo hagan suyo si es de su aceptación.
Les agradezco la amable atención dispensada en la lectura de este documento, así como
la bondad y generosidad de su juicio.
Fraternalmente
2.‒ Elaborar programas particulares para cada Tenida que contemplen (N° de Tenida,
fecha, tipo de tenida, temas a desarrollar, etc.).
3.‒ Nombrar una comisión para visitar a los Hermanos en sueños para invitarlos a inte-
grarse al trabajo de su Logia.
4.‒ Realizar una intensa campaña de membresía, miembro a miembro, (mínimo N° ini-
ciados por año).
7.‒ Programar las Tenidas de primera cámara con 3 temas de interés masónico, cultural
y/o socia políticos con duración de 15 min. Max c/u con ponentes previamente designa-
dos.
8.‒ Establecer que en las Tenidas después de los trazados y antes de clausurar los traba-
jos se concedan 15 min. Mínimo de tribuna libre, para comentarios.
9.‒ Actualizar los Libros de Actas de la Secretaria.
Libros de Actas de 1ª, 2ª, y 3ª cámara Integrar los Expedientes personales de cada miembro.
Libros de Oro Libro negro.
12.‒ asistir con el mayor número de Hermanos de su Taller a las Grandes Tenidas tri-
mestrales y demás eventos que organice la Gran Logia.
A) Interlogiales C) Seminarios
B) Interdistritales D) Eventos imprevistos
Lema de la Logia
Nombre
Venerable Maestro.
GRAN LOGIA DE NUEVO LEÓN
GRAN COMISIÓN DE DIVULGACIÓN IDEOLÓGICA
Y DOCTRINARIA
A L G D G A D U
ENSAYO
LA DESERCIÓN Y SUS CAUSAS,
EN LA INSTITUCIÓN MASÓNICA
¡UNA INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN!
JOSÉ VALDEMAR PORTILLO LÓPEZ
Recibió un fuerte impacto que le produjo un profundo dolor, nunca imagino que existie-
ra un lugar así, en donde terminaran las organizaciones que no habían sido capaces de
renovar sus compromisos y sus estructuras.
Y continúo el velador, lo que más me entristece es saber, que este gran montón de orga-
nizaciones, murió porque se olvidaron de que poseían una fuerza interior, capaz de Pen-
sar, Crear, Transformar y Decidir y de que tenían, todo el potencial y las cualidades de
auténticos seres humanos.
En relación con la tumba que llamo su atención, puedo decirle agrego el velador “Que la
institución masónica, fue una organización, que desconocía, que día a día se estaba mu-
riendo, que su perspectiva de vida había cambiado, que vivía desde hacía tiempo, una
regresión inconsciente que la debilitaba, su única satisfacción consistía en recordar la
época cuando había sido exitosa, vivía del recuerdo de su brillante historia, su incons-
ciencia unida a la soberbia, la arrollaban como un alud hacia una crisis profunda, a la
que no estaba preparada para enfrentar y que probablemente, le representaba su propia
muerte, los últimos años, había sido testigo del fracaso y desaparición de otrora flore-
cientes organizaciones, que habían muerto y no entendió como dice su epitafio, las de-
mandas de transformación y de cambio”.
“En el ocaso de este milenio, las transformaciones en el mundo han ubicado a las orga-
nizaciones públicas, privadas en una encrucijada cuyos senderos conducen al éxito, a la
mediocridad o a la desaparición.
Debe rechazarse un mundo que enclaustra a las instituciones y empresas en una cápsula
de cristal, donde la complacencia, el temor a la innovación, el paternalismo, la ortodoxia
reglamental y constitucional, la carencia de integración, de compromiso y de creatividad
así como la ineficiencia y el desperdicio, son como virus que condenan a su estanca-
miento y retroceso”
Nos permitimos, utilizar estos antecedentes, a manera de introducción motivacional,
para brevemente darles a conocer nuestro humilde y modesto mensaje que va dirigido a
las conciencias de todos y cada uno de Ustedes, al mismo tiempo que hacerles una invi-
tación a la reflexión.
Las causas de esta crisis son muchas, y el análisis de ellas no es motivo de este ensayo,
en esta ocasión, hablaremos únicamente de la deserción y sus causas, así como nuestro
punto de vista sobre la manera de combatirla.
Muchos profanos que han pretendido ser masones, se van de la orden decepcionados,
disgustados, porque según ellos, no encontraron nada.
¿Qué acaso no encontraron el templo con su ara, sus columnas, su mobiliario y su deco-
ración?
¿Qué acaso pensaban que la masonería era una agencia de colocaciones y una sociedad
de elogios mutuos que les permitiría ocupar puestos lucrativos en el gobierno, la indus-
tria, el comercio y no fue eso lo que encontraron?
¿Qué acaso pensaban que con la iniciación recibirían un baño de luz misteriosa capaz de
hacerlos perfectos y borraran de un sólo golpe todas sus imperfecciones?
¿Cómo es que no estudiaron para comprender cada uno de sus grados y sus símbolos,
que les explicara su oculto significado y las bondades de su filosofía?
¿Que pensaron, que la masonería era un club social como los rotarios o los leones?
Si buscaban algo cómodo para hacerse la vida más fácil y agradable, si creyeron que
con sólo iniciarse, se harían verdaderos masones, se equivocaron.
Lo demás es asunto suyo. Los que desertan de nuestra institución deberían saber, que
para hallar algo se necesitaban dos cosas, algo que este allí y alguien que sepa o quiera
buscar y si no han sabido o no han querido buscar y ser sinceros consigo mismos, reco-
nocerán que donde no encontraron nada, es en sí mismos.
¿Nosotros, que hemos hecho para retener a los hermanos que se van?
¿Nuestras logias, son auténticas aulas donde se realice eficazmente el proceso enseñan-
za–aprendizaje?
¿Tenemos, como organización la fuerza de cohesión que mantenga unidos a sus miem-
bros?
Cuando los consagramos como aprendices masones, el venerable maestro les expresa,
los consagro en el primer grado de la masonería, por las frases que concretan lo que
encontrareis en vuestros hermanos: Amor Fraternal, Socorro y Verdad.
¿Vaya, conocemos todos realmente nuestras funciones y obligaciones y cuáles son los
objetivos y metas de nuestra institución?
Ante estos planteamientos, los invito a hacer una reflexión y tomar conciencia de este
mensaje.
Si queremos verdaderamente salvar a nuestra institución, debemos entre otras cosas,
realizar una seria y estricta campaña de membresía y una seria y estricta selección de
candidatos, definir los perfiles ideales de los aspirantes, buscar en las organizaciones
profanas, escuelas, universidades, sociedades de alumnos, colegios de profesionistas,
sindicatos, etc. A sus miembros más distinguidos, e invitarlos a pertenecer a la masone-
ría, crear en las logias y que realmente funcionen, las comisiones de investigación, bole-
tinar los aspirantes a todas las logias y esperar las respuestas y estas, hacerlas llegar a la
comisión de investigación, paralelamente se deberá realizar con los aspirantes, un pro-
grama introductorio que les dé a conocer lo que es la masonería, una vez presentado el
dictamen de la comisión de investigación, deberá someterse al taller para su aprobación
o rechazo, mediante balotaje y por ultimo realizar una seria y solemne ceremonia de
iniciación.
Si cubrimos estos requisitos, podremos estar seguros, de que, quienes están tocando las
puertas de nuestros templos, cubrirán las expectativas de la orden.
Pero otra cosa que consideramos muy importante, una vez cubierto seria y eficazmente
todo el proceso selectivo, deberemos cumplir la parte que nos corresponde, para hacer
congruente lo que les hemos dicho es la masonería, con la realidad que deben encontrar
en nuestros templos y de la que seremos nosotros actores principales.
Fraternalmente vuestro