No cabe duda que desde hace ya varios años estamos inmersos en la
denominada “revolución digital”. El avance tecnológico abre paso cada día a nuevas posibilidades en todos los contextos, haciendo que tengamos que actualizarnos constantemente en conocimientos relacionados con las nuevas tecnologías, pues están, constantemente agilizando, optimizando y perfeccionando algunas actividades que realizamos diariamente.
Teniendo este panorama de la inmersión del ser humano en el mundo
tecnológico, podemos ver que, de una u otra manera, las invenciones tecnológicas han mejorado nuestra calidad de vida, pero uno de los aportes más importantes es que junto con este desarrollo tecnológico se está dejando de lado la especulación de la información por la democratización de esta, ya no hay cabida a acaparar ideas y conocimientos, sino de compartirlos y realizarlos en común. En ese sentido, el ámbito educativo se ve favorecido en la medida que el rol del profesor como depositario de conocimiento ha quedado obsoleto. Ahora su papel es de mediador para la construcción de conocimientos.
• Desarrollo:
Las TIC han contribuido al cambio en el proceso de enseñanza aprendizaje
centrado en el docente por un proceso de aprendizaje centrado en el estudiante como gestor de su propio aprendizaje, con el propósito de desarrollar habilidades no sólo relacionadas a lo académico sino también a lo actitudinal y tecnológico, es decir al desarrollo de competencias. Con la integración de las TIC en el aula, los estudiantes aportan contenidos e interactúan con sus pares creando redes de conocimiento, etc. fomentando una evolución hacia el llamado “aprendizaje colectivo” que considera que el conocimiento no es propiedad exclusiva del profesor, sino del grupo. La entrada de los medios digitales en la escuela ha supuesto un salto cualitativo en términos de acceso a una gran cantidad de información y a la capacidad de interacción con ella.
La interactividad y la construcción del conocimiento colectivo permitirán
grandes aportes pero será necesario el surgimiento de nuevas formas de evaluar el progreso y la consecución de los objetivos propios de cada área de enseñanza. Las tecnologías Web 2.0 son muy atractivas y proporcionan al estudiante independencia y autonomía, mayor colaboración y mayor eficiencia pedagógica. No obstante, aunque las herramientas Web 2.0 pueden ayudar a crear un entrono en el que se incrementa el conocimiento colectivo, debe establecerse un equilibrio entre el uso de las nuevas tecnologías y las técnicas tradicionales, importantes estas últimas para fomentar algunas habilidades como la creatividad, la concentración y el esfuerzo mental. El sector educativo es uno de los sectores en el que la Web 2.0 tiene un importante impacto, junto a otros como el ocio, el software y los consumidores. La Web 3.0, (Web semántica) mejora la obtención de conocimiento hasta el momento reservada a las personas y hace uso de inteligencia artificial, siendo esto un importante paso tecnológico. Así mismo, ya estamos vivenciando experiencias educativas con Realidad virtual y Realidad aumentada que abren camino al desarrollo de habilidades sin que sea necesario exponerse a situaciones reales sino que se desarrollan a través de simuladores, tal es el caso de operaciones quirúrgicas, trabajos de ingeniería minera, pilotaje, etc. Aquí podemos ver un gráfico extraído de Marqés (2003) acerca del avance de la Web hasta la inteligencia artificial. Por otro lado, si bien, muchas escuelas están siendo dotadas de los recursos técnicos necesarios para realizar la “alfabetización digital” de los estudiantes, en cuanto al recurso técnico, quedan tareas pendientes relacionadas al ancho de banda para tener mayor velocidad y a la implementación de estrategias de seguridad informática, entre otros. Ya que las tecnologías se han insertado tan profundamente en la sociedad al punto de modificar pautas sociales, culturales y económicas, que parecían estáticas e inmodificables, la Educación debe estar en consecuencia capacitada para avanzar a la par o incluso llevarle ventaja, no solo adquiriendo equipamiento informático y luego conexiones a Internet, sino capacitando a los docentes en la integración de estas en las aulas. Los docentes del siglo XXI deben adoptar un perfil nuevo que cubra un espectro amplio de competencias en relación a los nuevos recursos tecnológicos.