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Tierra
Los plásticos clorados pueden liberar químicos dañinos al suelo, que luego
pueden filtrar hacia el agua subterránea u otras fuentes de aguas en las
inmediaciones. Ello puede causar serios daños en las especies que consumen
el agua.
Los nurdles son pellets de plástico (un tipo de microplástico) que son
comercializados de esta manera a menudo en buques de carga, para ser
utilizados en la fabricación de productos plásticos. Una cantidad significativa es
volcada en los océanos, y se ha estimado que a nivel global, aproximadamente
el 10% de la basura de las playas son nurdles. Por lo general los plásticos tardan
un año en degradarse en los océanos, pero no por completo, y en este proceso
ciertos elementos químicos tóxicos tales como bisfenol A y poliestireno pueden
ser liberados por determinados plásticos hacia las aguas. Los trozos de
poliestireno y nurdles son los tipos más comunes de polución por plástico en los
océanos, y junto con las bolsas plásticas y los receptáculos de comida
constituyen la mayor parte de la basura de los océanos. En el 2012, se estimaba
que había unas 165 millones de toneladas de basura en los océanos.
Existen registros que indican que más de 260 especies, incluidos invertebrados,
han ingerido plástico o han quedado enredados en elementos de plástico.
Cuando un animal se enreda, sus movimientos se ven seriamente limitados, por
lo cual le es sumamente difícil poder procurarse su alimento. Al quedar
enredados por lo general mueren de hambre o de cortes profundos y úlceras. Se
ha estimado que más de 400,000 mamíferos marinos mueren cada año a causa
de la polución por plástico de los océanos. En el 2004, se estimó que las gaviotas
de mar en el mar del Norte en promedio tenían en sus estómagos treinta trozos
de plástico.
Efectos sobre los seres humanos