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CONTRATO CONINTERVENCION DE
TERCEROS, TRASFERENCIAS CONTRACTUAL,
SITUACIONES ESPECIALES DURANTE SU
EJECUCION Y SANEAMIENTO
PRESENTADO POR :
RIVERA RAMOS GALO ALEJANDRO
ROQUE APAZA PATRICIO JHONY
SERGIO ROQUE LEONARDO
SEMESTRE : I
TURNO : TARDE
JULIACA – PERÚ
2018
INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo tiene como objetivo principal estudiar, analizar y valorar la
importancia de la Estipulación a Favor de Terceros.
Encontraremos que la estipulación a favor de tercero, comprende cualquier
cláusula establecida a favor y en beneficio de otra persona, ya que nadie, puede
convenir sin el consentimiento o no de ésta, si bien los efectos serán distintos en
uno u otro caso.
Si existe consentimiento, o incluso apoderamiento, se trata de una
"estipulación por otro", en nombre y representación de otra persona, sin
embargo, cuando el otorgante establece una estipulación sin el consentimiento,
y en ocasiones, sin tan siquiera el conocimiento del beneficiario, se habla
estrictamente de "estipulación a favor de tercero".
En realidad, la estipulación a favor de tercero es una convención jurídica
bilateral, que produce sus efectos. Esta figura jurídica se define como: una
persona (estipulante) acuerda con otra (promitente) la obligación para ésta última
de cumplir una prestación a favor de un tercero (beneficiario).
A simple vista, puemos observar que la estipulación a favor de tercero es la
esencia de las pólizas de seguro donde el tomador del seguro (estipulante)
conviene con la entidad aseguradora (promitente), previo pago de unas primas
y para el hipotético supuesto de un riesgo, abone a un tercero (beneficiario de la
estipulación) el pago de una indemnización.
Con esta investigación pretendemos ampliar nuestros conocimientos con
respecto a la materia, saber cómo, cuándo y por qué se utilizan
éstos procedimientos; al igual de todos aquellos que se interesen en leer nuestro
humilde aporte, y les sea de mucho provecho en un futuro.
Por supuesto que siempre de acuerdo a la Jurisprudencia, Doctrina y
el Código Civil, que estatuyen nuestras bases jurídicas.
Contenido
INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 2
CAPITULO I ................................................................................................... 5
1.1.- Concepto................................................................................................ 5
CAPITULO II ................................................................................................ 19
a) Es un contrato .......................................................................................... 20
2.5. VENTAJAS............................................................................................ 24
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................ 29
CAPITULO I
CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO
1.1.- Concepto.
Está establecida en el Art. 1121 del Código Civil, dice que: Igualmente se
puede estipular en beneficio de un tercero, cuando tal es la condición de una
estipulación que se hace por sí mismo, o de una donación que se hace a otro.
El que ha hecho el pacto, no puede revocarle si el tercero ha declarado que
quiere aprovecharse de él.
Por tanto, tenemos que principalmente, consiste en que un contrato celebrado
entre dos o más partes, que reciben el nombre de estipulante y promitente, haga
nacer un derecho a favor de un tercero ajeno a él, llamado beneficiario.
Interesan, así, tres categorías de personas diferentes, a saber:
Estipulante: quien contrata a favor del tercero,
Promitente: quien se compromete a favor del tercero en la calidad de deudor
de éste, y
Beneficiario: que corresponde al acreedor de la estipulación efectuada en su
favor.
Cabe añadir, que esta institución es de amplia aplicación en nuestra
legislación y que, además, constituye una excepción al efecto relativo del
contrato, es decir, en el sentido de que por regla general, el contrato sólo
otorga derechos y obligaciones a las partes contratantes.
Aquí, se da el caso de que la calidad de acreedor nace a favor del beneficiario,
ajeno al contrato. Y si bien, éste debe aceptar la estipulación, su derecho no
nace con la aceptación, sino con aquella misma.
Es menester mencionar, junto con lo anterior, que en la estipulación a favor
de tercero no hay representación, puesto que cuando en un contrato actúa un
representante (sea legal o convencional), el efecto de dicho acto no se produce
para un tercero extraño a éste. Lo anteriormente dicho, viene a ser ratificado por
el art. 1121
1.2.- Requisitos:
Éstos tienen que ser analizados desde el punto de vista de las partes que
intervienen, los que a continuación, serán expuestos:
1.3.- Efectos:
Es preciso distinguir tres situaciones:
1) Efectos entre los contratantes.
2) Efectos entre promitente y beneficiario.
3) Efectos entre estipulante y beneficiario.
1.15.3. A pesar de la aparente rigidez formal del artículo 316 del Código
Civil cubano, trasunto del español, es dable la plena admisión en nuestro
ordenamiento del contrato a favor de tercero, a cuya regulación acuden
las normas reguladoras de los principios generales de las obligaciones y de los
contratos: los seguros temporarios de vida y la designación de beneficiario, con
efectos post – mortem, en saldos de cuentas de ahorro, ilustran en el orden
normativo, lo que en el terreno dogmático se defiende con nobles propósitos.
1.15.5.No cabe afirmar, con términos absolutos, que los derechos del
tercero tengan su fuente en la declaración unilateral del promitente, desde
el momento en que éste ha de expresar necesariamente su manifestación de
voluntad en una relación jurídica contractual como lo es la concertada con el
estipulante. Ambos, (estipulante y promitente), se hallan colocados en el mismo
nivel al contratar. Sus manifestaciones de voluntad tienen idéntica importancia y
al coincidir para formar el consentimiento y perfeccionar el contrato, descartan el
supuesto de una declaración unilateral de voluntad.
d) Contrato Indirecto
: Pues sus efectos jurídicos beneficiosos no son para los contratantes, sino
que se desvían oblicuamente para parar en el patrimonio del tercero. Por medio
del contrato en favor de tercero el estipulante puede pagarle una deuda, hacerle
una donación, prestarle una cantidad de dinero, etc.
2.5. VENTAJAS
El contrato a favor de terceros en relación a otras figuras contractuales
alternativas, otorga ciertas ventajas. Permite efectuar donaciones indirectas
evitando una doble transferencia del bien, como es el caso de un padre que
quiere donar a su hijo un bien, para lo cual deberá primero adquirir el bien y luego
transferirlo. Sin embargo, mediante el contrato a favor de tercero, bastará con
que se estipule que el bien se compra a favor del hijo. Asimismo, permite superar
la necesidad de obtener autorización judicial prescrita por la Ley para la
adquisición de bienes por parte de los incapaces.
2.6. JURISPRUDENCIA
Finalmente, nos permitimos transcribir (parte pertinente) la tendencia
jurisprudencial asumida al respecto:
“Conforme al artículo 1457 del Código Sustantivo, por el contrato en favor de
tercer, el promitente asume frente al estipulante un deber de prestación cuyo
contenido es la ejecución, por el promitente, de una prestación en beneficio de
una tercera persona designada en el contrato. De la definición que trae el
ordenamiento jurídico, tenemos las características del contrato en favor de
tercero que son:
Es un contrato que celebran el estipulante y el promitente con el objeto de
crear un derecho a favor de un tercero y como tal está sujeto a las disposiciones
contenidas en los artículos 1373 y siguientes del código sustantivo
Es un contrato entre dos partes como son el estipulante y el promitente; el
tercero como su nombre lo indica, no es parte en el contrato y, por el contrario,
es necesario que sea extraño a él.
El tercero debe ser extraño al contrato, ya que la característica más típica de
este contrato es que el tercero pese a ser beneficiario de la prestación a cargo
del promitente, no interviene de manera alguna en el contrato del cual emana su
derecho
La finalidad del contrato es el interés del tercero, ya que para que este contrato
cumpla efectivamente su rol es preciso que se celebre en sentido propio, esto
es, con la finalidad de que el tercero adquiera el derecho a la prestación y en el
ejercicio de este derecho pueda exigir su ejecución; lo que buscan el estipulante
y el promitente al celebrar el contrato es beneficiar directamente al tercero, de
manera que del contrato nazca un crédito en provecho de tercero y en contra del
promitente
Que la prestación en favor de tercero sea de la más variada naturaleza, esto
es una prestación de dar, hacer o de no hacer; si el derecho del tercero nace
directa o inmediatamente de la celebración del contrato en favor de tercero, esto
es, constituye uno de los efectos de dicho contrato, debe tener la misma calidad
de los otros efectos del contrato, por lo cual de be tener carácter obligacional”.
2.7. NACIMIENTO Y EXIGIBILIDAD DEL DERECHO DEL TERCERO
Artículo 1458.- El derecho del tercero surge directa e inmediatamente de la
celebración del contrato. Empero, será necesario que el tercero haga conocer al
estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso de ese derecho, para que
sea exigible, operando esta declaración retroactivamente. La declaración del
beneficiario puede ser previa al contrato. Conforme se advierte del artículo
glosado, el derecho del tercero no depende de su aceptación, sino que esta
emana de la celebración del contrato mismo. A decir del maestro De la Puente,
dicho precepto legal tiene por objeto poner de manifiesto, en primer lugar, que el
derecho del tercero no proviene del estipulante ni del promitente, sino
exclusivamente de la celebración del contrato; y en segundo lugar, dejar
establecido que se trata de un derecho creado por la Ley, aun cuando sólo puede
cobrar vida a través del acuerdo de voluntades, ósea de la celebración del
contrato en favor de tercero.
Sin embargo, el derecho del tercero a exigir el cumplimiento de la prestación
se torna en eventual o contingente, pues la norma, precisa que el tercero debe
expresar su voluntad de aceptar el derecho que le asiste. Esto tiene sentido, en
la medida que no puede negarse al tercero la facultad de renunciar al beneficio
o por otro lado, que el estipulante pueda modificar la estipulación a favor de
tercero, del cual no hay seguridad que sea aceptada. En ese sentido, el derecho
o la prestación a favor de tercero no nace con la celebración del contrato entre
el estipulante o el promitente sino que nace cuando se ejercita el derecho
potestativo de aceptación. Luego que se ejercite tal derecho el estipulante no
podrá ejercer sus derechos potestativos de sustitución, revocación y
modificación de su derecho potestativo. De la misma manera, si el tercero no
ejercita su derecho de aceptación, el estipulante está legitimado para sustituir,
revocar o modificar su derecho potestativo de aceptación.
La aceptación del tercero es un acto jurídico unilateral receptación tanto para
el promitente como para el estipulante, pues es necesario que se comunique al
promitente para que en su calidad de deudor sepa a quien pagar (al beneficiario,
no al estipulante) y debe comunicar al estipulante en su calidad de parte del
contrato de cobertura y también de la relación de valuta, por lo que tiene interés
en ambas relaciones contractuales. Al no existir forma preestablecida por la ley,
la aceptación del beneficio puede hacerse en forma expresa o tácita (art. 14113),
debiendo estar dirigida al estipulante y al promitente, para que ambos conozcan
que el tercero tiene un derecho firme que no es de libre disposición de los
contratantes. Esa es la orientación que se viene estableciendo en nuestra
jurisprudencia, conforme se desprende la sentencia recaída en la Casación
3676-2002-Lima, cuya parte pertinente transcribimos:
“En los contratos a favor de tercero se tiene que este último debe
definitivamente manifestar su voluntad de aceptar ser beneficiario de las
prestaciones a cuyo favor ha contratado el estipulante, a efectos de que su
derecho sea exigible y no se encuentre en la esfera potestativa del estipulante
de revocarlo o modificarlo; siendo adecuado sostener que dicha declaración
puede incluso ser previa al contrato y que la misma debe ser comunicada
necesariamente tanto al estipulante como al promitente. Se entiende que la
manifestación de voluntad podrá ser expresa o tácita, siendo esta última la que
se infiere de una actitud o de circunstancias de comportamiento que revelan su
existencia, de conformidad con lo preceptuado por el art. 141”.
Asimismo en la Casación Nº 078-98-Lima, se señala que “Conforme al
artículo 1458 del Código Civil, el derecho del tercero a beneficiarse de la
prestación surge directamente de la celebración del contrato tiene existencia
desde ese momento pero carece de eficacia jurídica para ingresar a la esfera
jurídica del tercero hasta que este declara su voluntad de hacer uso de él. Una
vez efectuada esta aquiescencia del tercero, el derecho se hace exigible,
operando la declaración retroactivamente. Y como nadie puede obligar a aceptar
un derecho que no quiere y por ello mismo el precepto indicado exige la
aceptación del beneficiario, que puede hacerse, al no existir forma
preestablecida en el contrato de compraventa que es consensual, conforme al
artículo 141 del Código Civil, en forma expresa o tácita debiendo estar dirigida al
estipulante y promitente, para que ambos sujetos conozcan que el tercero tiene
un derecho ya adquirido que no será revocable y que podrá exigir el
cumplimiento de la prestación. De allí que una vez producida su manifestación
de voluntad, el tercero se coloca respecto al promitente en la condición de
acreedor frente al deudor”
El objeto del contrato en favor de tercero es el derecho de crédito frente al
promitente que adquiere el tercero beneficiario directa e inmediatamente de la
celebración del contrato, o sea tan luego que se perfecciona el contrato, el
tercero adquiere la situación jurídica de acreedor del promitente. Pero si se trata
de condonar una deuda que el tercero tiene al promitente, no nace del contrato
un crédito, sino que se extingue la deuda de dicho tercero, cuya aceptación tiene
por finalidad en tornar su derecho en irrevocable e inmodificable. Ahora bien, la
declaración de voluntad del tercero solo se encuentra referida al uso del beneficio
establecido a su favor, mas no al contrato mismo, es decir, no se acepta la
relación contractual que emerge del mismo, caso contrario su calidad de tercero
variaría a la de parte contratante. El tercero adquiere un derecho autónomo
respecto a la relación contractual entre el estipulante y promitente, por
consiguiente tal tercero puede ejercitar directamente su derecho de crédito frente
al promitente sin necesidad de la intervención del estipulante y, en caso de
incumplimiento, exigirle, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento, además
de la indemnización de daños, pero no puede intentar la resolución del contrato
por no ser parte.
Por otro lado, si bien es cierto “el derecho de tercero surge directa e
inmediatamente de la celebración del contrato”, esto no impide que las partes
(estipulante y promitente) puedan pactar lo contrario, estableciendo que la
adquisición de derecho por el tercero se encuentre subordinada a condición o a
plazo.