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Propedéutica

Caterine

¿Es en realidad el solipsismo un problema de uso de términos? o ¿Cómo influye el uso


de términos en la formulación de proposiciones solipsistas?

El solipsismo ha sido una de las doctrinas filosóficas más difíciles de enfrentar. Esta
doctrina plantea que el “yo”, como sujeto pensante y percipiente, es lo único que existe, lo
único que puede ser conocido, y que todo lo demás es incognoscible. Es decir no se puede
afirmar que existe nada más fuera del “yo”, fuera de sí mismo. Ha sido difícil de enfrentar
por la dificultad que se presenta al buscar “evidencia lógicamente satisfactoria que asegure
a una persona la existencia de otras mentes” (Ryle 54-55). Aunque se puede afirmar que
ningún autor ha defendido el solipsismo de forma radical, varios autores al momento de
desarrollar su pensamiento, al escribir sus tratados, o sus obras, suelen encontrarse
haciendo afirmaciones solipsistas, porque el orden de las razones que siguieron los condujo
hacía ellas. Para comprender mejor el problema del solipsismo se podría abordar el uso del
lenguaje en estas afirmaciones, cómo se usan los términos en las afirmaciones solipsistas, y
si, efectivamente, se pueden hacer afirmaciones de este tipo sin que esto implique
contradicción. En otras palabras, analizar estas afirmaciones y cuestionarnos si es posible
mediante el uso del lenguaje, hacer o formular una proposición que solo afirme la
existencia del “yo” y nada más y nada menos que eso. Como ha sido expresado antes,
ningún autor ha defendido el solipsismo de manera radical, por esa razón en el presente
trabajo solo se abordaran algunos de los autores que hayan hechos afirmaciones solipsistas,
aunque no sean solipsistas.

Hay varios autores que se acercan bastante al solipsismo por medio de sus afirmaciones,
pero René Descartes sirve para ilustrar de forma idónea el problema del solipsismo desde el
uso del lenguaje. Es sus primeras meditaciones Descartes se halla más cerca del solipsismo,
y en las meditaciones posteriores ya intenta alejarse de él, por esta razón solo se abordaran
sus primeras meditaciones. En la Primera Meditación, Descartes intenta establecer algo
firme y constante en las ciencias (235) es por eso que busca qué conocimientos que ha dado
por ciertos toda su vida son dudosos o inciertos. Al hacerlo descubre que tiene dudas
respecto a todas las cosas que ha creído conocer, y plantea que no puede estar seguro de
ninguno de sus conocimientos (235-245). Luego, en la Segunda Meditación, Descartes
intenta buscar un conocimiento verdadero, es decir debe ser un conocimiento que no guarde
ningún tipo de duda, para poder apoyarse en él y así establecer algo firme en las ciencias.
Es así como llega por un momento a hacer una afirmación de carácter solipsista, ya que
expresa que de lo único que puede estar seguro es de que él existe como “yo pensante”:
“Yo soy, yo existo: esto es cierto; pero ¿por cuánto tiempo? A saber por el tiempo que
piense” (253). Hasta este momento de las meditaciones, Descartes sólo está seguro de su
propia existencia, es lo único, según él, que puede afirmar. Pero ¿esto es lo único que
afirma? Hay que analizar esta proposición. En ella claramente Descartes confirma su
existencia, pero al hacerlo de esta forma también se observa que está afirmando la
existencia del tiempo. Al decir “…esto es cierto; pero ¿por cuánto tiempo? A saber por el
tiempo que piense” se afirma la existencia del tiempo, y pone el tiempo como una
condición para el objeto pensante, ya que sin el tiempo no podría pensar, ni existir.
Entonces al tratar de afirmar sólo su existencia, cae en un error y afirma la existencia de
más elementos. Esto ya lo había señalado Immanuel Kant en la Refutación del Idealismo.
En este caso el mal uso del lenguaje genera un problema, pero, ¿sucede lo mismo en otros
casos donde se plantea solipsismo?

Otro autor que se acerca al solipsismo es George Berkeley. Él afirma que los objetos del
conocimiento humano son las ideas, y que hay algo que las conoce o percibe que es la
mente, el alma o el “yo”. Todo lo que se puede conocer son ideas y solo existen si son
percibidas por el “yo”: “Todo el conjunto de los cielos y la innumerable muchedumbre de
seres que pueblan la tierra, en una palabra, todos los cuerpos que componen la maravillosa
estructura del Universo, sólo tienen substancia en una mente; su ser (esse) consiste en que
sean percibidos (percipi) o conocidos"(Berkeley, Principios, I, 1-6). Aunque lo expuesto
por Berkeley es una afirmación solipsista, la forma en la que lo expresa no permite ver
claramente el problema del uso del lenguaje tal y como se mostraba en Descartes. Esto es
porque Berkeley no hace una sola proposición en la cual dice que solo se puede conocer el
“yo”, sino que lo plantea de un modo diferente.

Pero al mirar el problema que se presenta en Descartes al analizar sus proposiciones


solipsistas, y analizando las palabras de Berkeley, se podría decir que hay otro problema, y
es el de el “yo” y la temporalidad. En el caso de Descartes el uso incorrecto del lenguaje
mostró el error que se cometía al intentar afirmar la existencia del “yo” sin tomar en cuenta
la afirmación implícita de la existencia del tiempo como algo fuera del “yo”. Y se ve
claramente que al hacer proposiciones solipsistas de este tipo se cae en contradicción. En el
caso de Berkeley el problema del uso del lenguaje no se muestra claramente, pero surge la
pregunta por la temporalidad. Él propone que todo lo que se puede conocer son ideas y solo
existen si son percibidas por el “yo”, esto significaría que el tiempo no es más que una idea
y que no puede existir sin independencia de la mente. Pero el tiempo existe con
independencia de la mente, existe fuera del yo. Pero este sería entonces un problema de
carácter ontológico.

Al hacer un análisis lingüístico de proposiciones solipsistas descubrimos que el problema


se extiende más allá de este ámbito, incurriendo en problemas de carácter ontológico. Pero
aunque el problema del solipsismo no radica en el campo lingüístico si tiene mucha
importancia el uso de términos como se pudo notar con Descartes.

Bibliografía
Berkeley, George. Tratado sobre los principios del conocimiento humano.

Descartes René, Meditaciones acerca de la Filosofía Primera. Seguidas de las objeciones y


respuestas, en: Primera Meditación y Segunda Meditación. Trad. Jorge Aurelio Díaz.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Centro Editorial Facultad de Ciencias
Humanas, 2009.

Kant, Immanuel. Crítica de la Razón pura. Trad. Mario Caimi. Buenos Aires: Colihue
Clásica, 2007.

Ryle, Gilbert. El concepto de lo mental. Trad. Eduardo Rabbossi. Buenos Aires: Editorial
Paidós, 1967.

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