E – 26-296-A-10

Kinesiterapia de la gonartrosis
femorotibial no operada
J.-L. Estrade

El tratamiento multimodal de la gonartrosis en kinesiterapia está reconocido en la actua-

lidad. De forma preventiva, la exploración global del aparato locomotor puede poner
de manifiesto los factores que favorecen su aparición, tratar trastornos aún reversibles
e informar al paciente de su pronóstico. Cuando la gonartrosis radiológica y clínica
se confirma, diversas pistas validadas permiten limitar o retrasar el uso de la cirugía,
mediante tratamientos físicos manuales específicos y el seguimiento de las actividades
físicas solicitadas al paciente.
© 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Gonartrosis no operada; Exploración física; Kinesiterapia; Masaje;

Terapia manual; Ejercicios

Plan ■ Tratamientos 12
Objetivos y principios 13
■ Generalidades 1 Objetivos 13
Definición 2 Contraindicaciones para el tratamiento por un
Artrosis 2 kinesiterapeuta 13
Cartílago 2 Individuos que se pueden beneficiar al máximo
Biomecánica de la gonartrosis 2 de las sesiones de kinesiterapia 13
Efectos indeseables o secundarios de la kinesiterapia 13
■ Estudio del paciente con gonartrosis 5 Individualización del tratamiento 13
Recepción del paciente y anamnesis 5
■ Tratamientos pasivos 13
Características del paciente y factores favorecedores 5
Síntomas referidos por el paciente 5 Masaje 13
Exámenes radiológicos y fármacos 6 Agentes físicos 14
Técnicas de recuperación de la extensión pasiva 15
■ Exploración del paciente en posición de pie 7 Técnicas de recuperación de la flexión pasiva 17
Estática 7
■ Tratamientos activos 17
Marcha 7
Interés 17
■ Exploración del paciente sentado 7 Principios 18
■ Exploración del paciente en decúbito 7 Ejemplos de ejercicios 18
Exploración morfológica 7 ■ Higiene de vida 20
Exploración mediante palpación 9 Ayudas para la marcha, ayudas en el domicilio 20
Pruebas 9 Adaptación del puesto de trabajo 20
Exploración de la movilidad articular de los miembros Consejos dietéticos 20
inferiores 9 Marcha 20
Exploración de la fuerza muscular 10 Deporte 21
■ Escalas 11 ■ Ortesis 21
Índice algofuncional de Lequesne 11 Ortesis de rodilla 21
Índice Western Ontario and McMaster Universities
■ Conclusión 22
Osteoarthritis 11
Knee injury and Osteoarthritis Outcome Score 11
Escalas que miden las capacidades físicas de los pacientes
con gonartrosis 11  Generalidades
■ Diagnóstico kinesiterapéutico 11
Comportamiento del paciente frente a su patología 11 La gonartrosis es la causa más frecuente de las inca-
Síntesis de la evaluación-diagnóstico kinesiterapéutico 11 pacidades en los ancianos y su aumento acompaña al
incremento de la esperanza de vida [1] ; el 30-40% de los
pacientes que la sufren tienen también una coxartrosis [2] .

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 1

Volume 37 > n◦ 2 > mayo 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S1293-2965(15)76055-X
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada

Definición Figura 1. Obenques laterales del

La gonartrosis se define como un dolor en la rodilla en miembro inferior en apoyo monopodal.
un paciente mayor de 50 años, reconocible por sus crite-
rios positivos (sensación de rigidez menor de 30 minutos
al día, crepitaciones, sensibilidad ósea, osteofitos) y sus cri-
terios negativos (rodilla fría, velocidad de sedimentación
globular menor de 40 mm/h, ausencia de factor reuma-
toideo).

Criterios clínicos diagnósticos

Una gonalgia con rigidez matinal de menos de 30
minutos y/o crepitaciones durante los movimientos acti-
vos y/o deformaciones de la rodilla visibles permiten
establecer el diagnóstico de gonartrosis.

Artrosis
La artrosis es la patología articular más frecuente [3] y
esta frecuencia está en aumento [4] . Sus consecuencias son
enormes: el impacto físico y psíquico del dolor, la reduc-
ción de la movilidad y de la calidad de vida, los costes
directos de diagnóstico y de tratamiento, así como los cos-
tes indirectos relacionados con las bajas laborales pueden
cifrarse en Estados Unidos en miles de millones de dóla-
res [5] . La gonartrosis supone el 24% de las artrosis de la
población general adulta [1] .

Cartílago
Durante la aplicación de una tensión mecánica, el
cartílago se deprime. En condiciones normales, sus con-
drocitos, cargados de agua, le permiten recuperar su
volumen inicial al retirar la carga. Las alternancias de
compresión y de descarga aseguran su nutrición. El
límite entre envejecimiento fisiológico del cartílago y la
evolución artrósica no está claramente delimitado. Las
modificaciones del número y de la calidad de los condro-
citos hacen que el cartílago disminuya sus capacidades
de retención de agua. El cartílago hialino pierde sus
cualidades biomecánicas y se agrieta. Su superficie, lisa
como el cristal originariamente, se fisura, lasta adoptar un
aspecto aterciopelado. Estas fisuraciones dan lugar al des-
prendimiento de fragmentos cartilaginosos en la cavidad
articular, simultáneos de una inflamación de la membrana
sinovial.

Biomecánica de la gonartrosis
Los defectos mecánicos son predominantes en la apa-
rición de la gonartrosis [6] . Pueden ser artrógenos por sí
mismos, aunque no explican todo el proceso.
La forma de la articulación, las fuerzas que sufre y su
estructura pueden ser responsables de la degradación: la
demostración de la presencia de mecanorreceptores sen-
sibles a modificaciones prolongadas en la superficie de
los condrocitos podría explicar cómo se activaría bio-
químicamente esta estructura por estímulos únicamente
mecánicos [7] .
Rodilla sana en carga
La cortical de los huesos en general y del fémur en par-
ticular resiste mejor las tensiones de compresión y peor
las tensiones en tracción (Fig. 1).
En un individuo que esté en apoyo monopodal o
aumentado en un lado, la resultante del peso del cuerpo
menos el peso del miembro que soporta mayoritariamente
la carga pasa por un plano medial al muslo y a la rodilla.
Tiende a hacer que el fémur se curve medialmente y com-
prime el compartimento medial de la rodilla, que soporta
la parte esencial de la carga.
Como reacción, la cintilla iliotibial y el deltoides glú-
teo resisten a las tensiones de tracción impuestas en la
cortical lateral del fémur. Al igual que otros músculos
Figura 2. Contracción protectora del vasto lateral en carga.
poliarticulares, el brazo de palanca de la fascia lata está
aumentado por su situación superficial.
La contracción voluminosa del músculo vasto lateral
aumenta aún más la longitud de este brazo de palanca a la
vez que crea un manguito protector para el hueso femoral
(Fig. 2).
Este obenque lateral equilibra las fuerzas compresivas
mediales y permite, en apoyo monopodal, una distribu-
ción equivalente de la carga en los dos compartimentos
de la rodilla manteniendo el paralelismo de las superficies
articulares.
Ejes mecánicos del miembro inferior
El eje mecánico del miembro inferior une el centro de
la cabeza femoral con el punto medio de la articulación
del tobillo, en un plano frontal (Fig. 3). Pasa normalmente
por el centro de la articulación de la rodilla, entre las dos
espinas tibiales.

2 EMC - Kinesiterapia - Medicina física

 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10

Figura 3. Ejes mecánicos Figura 4. Genu varo.

del miembro inferior.
R=L+P

P
L

L P
Figura 5. Genu valgo.

R=L+P

L P

Ángulo Q
El eje mecánico del fémur, que une el centro de la cabeza
femoral con las espinas tibiales, forma con el eje mecánico
de la tibia, que une el punto medio de la articulación del
tobillo con las espinas tibiales, un ángulo promedio de
180,8 ± 2,6◦ , abierto en sentido medial.
Genu valgo. Genu varo
Cuando el eje mecánico del miembro inferior es lateral
a las espinas tibiales, la rodilla está en genu valgo y cuando
es medial, está en genu varo.

Genu varo
Es un factor de riesgo de agravación radiológica de la
gonartrosis (Fig. 4).
Tensiones femorotibiales
La tensión aumenta con el paso del tiempo en el com-
partimento medial, favorecida por la carga ponderal y el
debilitamiento del obenque lateral. Por tanto, las altera-
ciones femorotibiales mediales son más frecuentes que las
alteraciones laterales, en una proporción de 1:5 [8] .

Genu valgo (Fig. 5)

Tensiones femorotibiales
Los niños nacen con un genu varo que se corrige y se
invierte en valgo a los 18 meses [9] .
Es más frecuente en las niñas [10] y se atribuye a una
hipoplasia relativa del cóndilo femoral lateral. Su existen-
cia permite evitar desplazamientos laterales costosos del
centro de gravedad durante la marcha, lo que asegura un
paralelismo casi total de las tibias [11] , a la vez que permite
una amplitud de la pelvis compatible con las necesidades
de la procreación (Fig. 6).
Es poco patógeno, pues su evolución natural hacia la
varización se produce más tarde que la de una rodilla
originalmente con un eje normal en el plano frontal.
A B
Figura 6. Marcha sin genu valgo (A) o con él (B).
Sin embargo, su agravación, aunque es más infrecuente,
puede causar una inestabilidad de la rodilla: el peso del
cuerpo se sitúa en la vertical de la rodilla en apoyo mono-
podal, lo que tiende a relajar la cintilla iliotibial, a la vez
que estira las estructuras ligamentarias mediales, que son
constitucionalmente débiles (Fig. 7).
Tensiones femororrotulianas
Aumentan cuando se incrementa el ángulo Q, entre el
tendón rotuliano y el tendón cuadricipital. Esto se traduce

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 3

E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
1
2 Subluxación de la rótula
Figura 7. Inestabilidad de la rodilla relacionada con el genu
valgo. 1. Estiramiento ligamentario medial; 2. relajación liga-
mentaria lateral.
en un desplazamiento y una tensión rotuliana mayores en
la cara lateral de la tróclea femoral.
Genu flexo
La rodilla es una articulación estable en extensión e
inestable en flexión. Una de sus funciones es adaptar la
longitud relativa del miembro inferior al movimiento o a
la postura solicitada.
El genu flexo es la deformación más accesible a las
técnicas kinesiterapéuticas, hasta que una osteofitosis
exuberante que actúe de tope o que modifique los recorri-
dos ligamentarios lo vuelva irreducible.
Interés de la extensión completa de la rodilla
en individuos sanos
El recurvatum fisiológico de la rodilla permite la esta-
bilidad en extensión al tensar las estructuras pasivas
posteriores, sobre todo las cápsulas condíleas. De ese
modo, la rótula queda liberada de todos los encajes arti-
culares y tracciones. La contracción cuadricipital no es
necesaria para la posición de pie.
Cualquier mínimo desbloqueo en flexión de la rodilla
obliga a una vigilancia activa del cuádriceps. Esto hace que
resulte imposible movilizar pasivamente la rótula, enca-
jada en la tróclea femoral y estabilizada por el aparato
extensor.
La estabilización por la tracción hacia abajo de los gas-
trocnemios y hacia arriba de los isquiotibiales completa
esta vigilancia activa del cuádriceps en dicha posición,
a la vez que aumenta las fuerzas de compresión en una
parte más pequeña de la articulación femorotibial, más
posterior.
Tensiones femorotibiales
Los cóndilos femorales presentan durante la flexión
un radio de curvatura menor y, por tanto, una super-
ficie cartilaginosa más pequeña, pasando de 20 cm2
a 12 cm2 , lo que la hace más vulnerable. El grosor
del cartílago a ese nivel es menor que en extensión
completa.
Si la marcha tiene un patrón normal, puede que no se
vea afectada por la pérdida de unos grados de extensión
4 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Cuadro 1.
Modulaciones de la longitud del miembro inferior por las trans-
laciones de la rodilla en el plano frontal.
Rodilla Miembro inferior
Valguización Valgo del retropié
Pronación
Rotación tibial lateral
Aducción y rotación medial de cadera
Varización Varo del retropié
Supinación
Rotación tibial medial
Rotación lateral y abducción de
cadera
(la rodilla nunca está en extensión completa), aunque la
posición de pie, caminar de puntillas y la marcha de los
ancianos pueden ser dificultosas, incluso patógenas.
Tensiones femororrotulianas
Aumentan cuando se incrementa el ángulo entre el ten-
dón rotuliano y el tendón cuadricipital, lo que refleja una
tensión rotuliana mayor sobre la tróclea femoral.
Genu recurvatum
Es una exageración del recurvatum fisiológico y se debe
a una insuficiencia muscular cuadricipital o a un trauma-
tismo que haya lesionado la rodilla.
Tensiones femorotibiales
El genu recurvatum es infrecuente (3% de los casos de
gonartrosis femorotibial); aparece en un estadio tardío de
la evolución de la gonartrosis en pacientes con genu valgo.
Cuando se agrava, asocia un desgaste lateral importante,
una laxitud exagerada en el plano frontal y una distensión
ligamentaria medial [12] .
La distensión de los elementos ligamentarios que
produce (ligamento colateral peroneo, cápsula condílea
lateral, ligamento cruzado posterior) hace que el paciente
busque un apoyo ligamentario posterior para mantener la
extensión en carga.
Con el fin de permitir una distribución mejor de las
masas elementales del individuo, se acompaña con fre-
cuencia de una translación anterior de la pelvis. Esta
estrategia tiene un efecto perjudicial sobre los elementos
pasivos posteriores que, al sufrir tensiones repetidas en
alargamiento, provocan una inestabilidad articular signi-
ficativa.
Rodilla en el plano horizontal
Tensiones estructurales
El crecimiento del esqueleto del miembro inferior se
acompaña de una disminución del ángulo de antetorsión
femoral y de una torsión tibial lateral.
La rodilla sufre las tensiones de estas torsiones y las
acompaña, lo que puede traducirse en sufrimientos esen-
cialmente femororrotulianos durante la ausencia habitual
de sincronización de estos crecimientos femoral y tibial. A
continuación, compensa en el plano frontal los trastornos
supra y/o subyacentes en el plano horizontal (Cuadro 1).
Tensiones dinámicas
Dado que la rodilla es una articulación que trabaja la
mayor parte del tiempo en carga, se producen tensiones
de cizallamiento durante los cambios de orientación del
individuo.
Una rotación homolateral del tronco, con el pie en el
piso y la rodilla en ligera flexión produce una varización
en rotación medial de la pierna; una rotación contralateral
del tronco con el pie en el piso produce una valguización
en rotación lateral de la pierna.
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
 Estudio del paciente
con gonartrosis
En este artículo, se ha optado por presentar este estudio
en el orden cronológico de la exploración, a semejanza
de la llegada de un paciente en la práctica diaria, que pre-
sente una gonartrosis o signos clínicos precursores de su
aparición. En opinión de los autores de este artículo, este
último punto es primordial cuando se trata de demostrar
en el paciente una tendencia que va a persistir en el tiempo
si no se toman precauciones precoces.
Recepción del paciente y anamnesis
Prescripción
La kinesiterapia es uno de los elementos constantes del
tratamiento médico de la gonartrosis. Permite reducir el
dolor y la inmovilidad relativa secundaria a la gonartrosis,
así como disminuir el empleo de la cirugía [13] .
Se realiza por prescripción médica, que no es ni cuan-
titativa ni cualitativa. Debe permitir el acceso a todo el
aparato musculoesquelético del paciente, sin limitarse a
la región dolorosa; la columna vertebral o el otro miem-
bro deben incluirse en un tratamiento adecuado [14] . La
calidad de la consulta (educación del paciente sobre la
gonartrosis y su tratamiento, información sobre la utili-
dad de los ejercicios y de la pérdida de peso) influye en la
evolución de los síntomas, lo que se aprecia ya después de
4 meses [15] .
Ritmo y número de sesiones
El ritmo es de dos o tres sesiones por semana, con 30-60
minutos de rehabilitación por sesión [16] ; se recomiendan
6-8 semanas de kinesiterapia individual, para asegurarse
de que el paciente obtiene beneficios y que es capaz de
realizar los ejercicios por sí solo.
El paciente debe continuar los ejercicios practicados en
presencia del kinesiterapeuta, para poder mantener estos
efectos, que pueden apreciarse aún seis meses después de
la realización de los ejercicios [17] y su acoplamiento con
una autorrehabilitación permite duplicar este tiempo.
Características del paciente y factores
favorecedores
Edad
La edad se asocia con alteraciones musculoesqueléticas
y del esquema de marcha. Esto es habitual en los pacien-
tes con gonartrosis y puede precipitar el desarrollo de la
gonartrosis [18] . La enfermedad presenta sus manifestacio-
nes máximas entre los 50 y los 60 años La afectación
femorotibial se produce en el 5-15% de las personas de
35-74 años. Sin embargo, el kinesiterapeuta debe tener
en cuenta la posibilidad de una gonartrosis ante cual-
quier gonalgia en personas jóvenes y buscar la presencia
de cualquier signo clínico, incluso mínimo, que pueda
tener consecuencias degenerativas para la rodilla a largo
plazo.
Factores familiares
La gonartrosis no es una enfermedad genética y no se
ha demostrado ninguna anomalía genética, pero podrían
observarse predisposiciones familiares.
Obesidad
Es una de las grandes constantes presentes en los
pacientes con gonartrosis y un factor limitante de sus des-
plazamientos [19] . Es un factor favorecedor reconocido [20] ,
y el aumento de la prevalencia de la gonartrosis sería
paralelo al aumento del sobrepeso en las sociedades occi-
dentales.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Figura 8. Tensiones de cizallamiento en carga durante los
cambios de orientación del tronco.
Sexo
La gonartrosis es más frecuente en mujeres que en varo-
nes [21, 22] . Se ha señalado a la influencia del uso de tacones
altos y estrechos, de la menopausia, así como de la laxitud
constitucional más marcada en el plano frontal.
Traumatismos
Cualquier traumatismo de la rodilla en personas jóve-
nes debe llamar la atención del kinesiterapeuta sobre
las consecuencias a largo plazo. Entre los pacientes que
consultan en la actualidad, se encuentran aquéllos con
gonartrosis en quienes hace 20 años no se realizó un tra-
tamiento quirúrgico después de un esguince del pivote
central o en quienes se realizó una meniscectomía. Los
antecedentes traumáticos son factores favorecedores de
la aparición de gonartrosis [23] , que puede desarrollarse de
forma sistemática a los 25 años de una meniscectomía.
Actividad profesional, ocio, deportes
Arrodillarse de forma reiterada durante el trabajo (sola-
dores), ponerse de cuclillas, o levantar con frecuencia
cargas pesadas son gestos profesionales implicados en el
desarrollo de gonartrosis. La relación entre estos trabajos
que requieren la flexión de las rodillas y su aparición en
el ser humano se observa de forma constante.
Los cizallamientos en flexión de la rodilla que se produ-
cen durante los cambios de dirección en cadena cerrada
se han señalado como los más agresivos para esta articu-
lación (Fig. 8).
Síntomas referidos por el paciente
Los síntomas más frecuentes son el dolor, la rigidez
matinal, la disminución de la estabilidad y de las ampli-
tudes articulares, la disminución de la fuerza muscular y
de las actividades físicas, las crepitaciones intraarticulares,
así como la deformación visible de la rodilla.
El kinesiterapeuta debe tratar de conocer las circuns-
tancias desencadenantes. El paciente puede proporcionar
una fecha precisa en el caso de un origen traumático, pero
no puede señalarla en el caso de un origen constitucional
displásico.
Dolor
Es de tipo mecánico y es el síntoma principal.
Topografía
Suele situarse a nivel intra y periarticular.
5
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 9. Descripción del dolor.
Evolución
Puede aparecer durante ciertos movimientos, pero
aumenta en la mayoría de los casos durante las activida-
des en carga. Persiste durante las marchas prolongadas y
se atenúa en reposo.
Al principio, el dolor es intermitente. A continuación,
puede haber varios episodios dolorosos por año, que sólo
suelen durar unas semanas.
Cuando la artrosis progresa, el dolor aumenta, en
paralelo a la disminución de la fuerza muscular, de las
amplitudes articulares y del perímetro de marcha. Como
suele suceder en reumatología, los pacientes pueden con-
siderar su dolor totalmente tolerable en presencia de
déficits evidentes e importantes, dependiendo del con-
texto y de la vivencia del paciente [24] .
Una de las características desfavorables de la evolución
de esta patología es la aparición de dolor nocturno, indica-
tivo de inflamación articular y de una artrosis muy grave,
que puede justificar en última instancia la intervención
quirúrgica. Además, es un indicador muy fiable de la eva-
luación.
En los últimos estadios evolutivos, el dolor puede ser
contante las 24 horas del día, incluso en reposo. En tal
caso, se puede plantear la indicación quirúrgica, que en
ocasiones solicita el paciente.
Medición
Se realiza mediante la evaluación visual analógica (EVA)
y también pueden emplearse cuestionarios (Lequesne,
Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthri-
tis index [Womac]).
Diagnóstico diferencial
Una descripción en la que el paciente señala con las
puntas de los dedos o con ambas manos englobando la
rodilla sugiere más un origen intrínseco que la descripción
de un trayecto que discurre sobre el muslo a partir de la
cadera o de la región lumbar (Fig. 9).
En un segundo tiempo, durante el tratamiento, la apli-
cación de ultrasonidos en modo continuo sobre la región
permite confirmar el origen local del dolor:
• cuando existe un dolor irradiado a la región de la rodi-
lla, el paciente sólo siente un calentamiento progresivo
y no localizado al aplicar los ultrasonidos;
• el paciente reconoce su sensación dolorosa y realiza un
gesto de evitación cuando el médico insiste en el lugar
habitual del dolor.
Fiabilidad de la evaluación de las cuestiones
subjetivas planteadas al paciente con gonartrosis
La fiabilidad interexaminadores parece ser escasa en lo
que respecta a las sensaciones de bloqueo, fallo articular,
dolor generalizado, dolor en reposo o dolor al levantarse
de una silla. Los conceptos de rigidez con la inactividad y
de dolor nocturno tienen una elevada fiabilidad [25] .
6 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Incapacidades
Caminar durante mucho tiempo, subir y bajar escaleras,
entrar y salir de un coche, montar en bicicleta o ponerse
los zapatos son actividades que se ven reducidas por los
déficits causados por la gonartrosis, lo que compromete
las actividades sociales, familiares y al aire libre.
Exámenes radiológicos y fármacos
Radiología
La radiografía estándar sigue siendo un examen obliga-
torio. Consta por lo general de cuatro proyecciones de
ambas rodillas: frontal en extensión, frontal en schuss,
lateral y axial de rótula a 30◦ o 45◦ de flexión.
Permite visualizar indirectamente el grosor del cartílago
por la disminución localizada de la altura de la interlínea
articular, así como observar la aparición de la condensa-
ción ósea, que es el reflejo del sufrimiento subcondral.
No es posible opinar sobre la evolución de la artrosis
comparando varias radiografías, incluso para un radió-
logo, sobre todo si las radiografías las han realizado
distintos técnicos [26] .
La presencia de imágenes radiológicas, que muestra una
rodilla degenerativa que puede encontrarse en individuos
asintomáticos o informar de la presencia de variaciones
anatómicas, puede tener un efecto desfavorable sobre
la evolución del dolor y alentar el catastrofismo del
paciente [24] .
Fármacos
El tratamiento óptimo de la gonartrosis requiere una
combinación de tratamientos farmacológicos y no farma-
cológicos. Muchos estudios muestran una mejoría más
evidente cuando se combinan distintos tratamientos que
cuando se emplean en monoterapia.
Se pueden emplear los antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), el tramadol o las inyecciones intraarticulares de
cortisona. La condroitina, la glucosamina y la capsaicina
no se recomiendan. Los autores no se pronuncian sobre
la utilización de hialuronatos por vía intraarticular o de
los opiáceos [27] .
Analgésicos no antiinflamatorios
El paracetamol es el tratamiento farmacológico apro-
piado [28] , como primera elección y a largo plazo de la
gonartrosis cuando se tolera.
Antiinflamatorios
En la artrosis existe un componente inflamatorio. Puede
que la sinovial sea responsable de esta reacción y es
probable que sea el punto de partida de los frecuentes
episodios agudos congestivos. Existiría una correlación
estrecha entre estos episodios agudos y el deterioro car-
tilaginoso. Esto explica el uso de antiinflamatorios en la
gonartrosis. Las infiltraciones intraarticulares de corticoi-
des son un tratamiento apropiado [28] . En ocasiones, se
acompañan de un lavado articular. Se recomienda, aun-
que no hay evidencia que lo respalde, que después el
paciente permanezca 24 horas inmovilizado y, por tanto,
sin kinesiterapia [29] .
Fármacos sintomáticos de eficacia retardada
Según una recomendación de la Haute Autorité de
Santé francesa [30] , los fármacos denominados antiartró-
sicos sintomáticos de acción lenta (condroitina sulfato,
diacerheína, insaponificables de aceites de aguacate y de
soja, glucosaminas) tienen efectos mínimos y de utilidad
clínica discutible sobre el dolor y las molestias funciona-
les relacionadas con la artrosis. No permiten reducir el
consumo de AINE y su utilidad médica es insuficiente
para justificar que estén subvencionados por los sistemas
públicos de salud.
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Viscosuplementación
El ácido hialurónico está presente en condiciones natu-
rales en grandes cantidades en el cartílago y el líquido
sinovial. Se secreta por los sinoviocitos e interviene en la
viscosidad del líquido sinovial y la elasticidad del cartí-
lago; desempeña un papel de defensa inmunológica local
y puede tener una acción antiinflamatoria.
Una posible pauta consiste en la administración de tres
series de inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico
en tres semanas, a razón de un tratamiento por rodilla
y por año; en este caso, se recomienda un reposo de 24
horas tras la inyección [31] . La eficacia de este tratamiento
no está demostrada [28] .
 Exploración del paciente
en posición de pie
Estática
Se estudia en el plano frontal y en el plano sagital.
Marcha
Al contrario que la coxartrosis, las cojeras relacionadas
con la gonartrosis pueden ser más discretas.
Marcha casi normal
La rodilla rígida en flexión puede compararse con un
miembro anatómicamente corto si la rigidez es mayor
de 30◦ . Por debajo de esa cifra, el hecho de que la rodi-
lla se utilice esencialmente en flexión durante la marcha
permite que no exista una cojera excesiva durante una
marcha lenta.
Los pacientes con gonartrosis marchan con un
momento de aducción más marcado, con una carga
mayor sobre el compartimento medial de la rodilla que
los individuos sanos, una disminución del momento
y del ángulo de flexión, así como una velocidad más
reducida; las mujeres utilizan más las cocontracciones
cuádriceps-isquiotibiales que los varones para estabilizar
una rodilla que presenta una laxitud constitucionalmente
mayor [32] . Esto se observa también durante la recepción
de los saltos.
Evitación del apoyo
Es más tardía y refleja que ya existe un sufrimiento, a
semejanza de una espina irritativa intraarticular.
Marcha de «cow-boy»
Los casos de genu varo bilaterales en individuos jóve-
nes con translación lateral de la rodilla durante el apoyo
(que se observan de forma exagerada en los marchado-
res de competición) sugieren una evolución problemática
de sus compartimentos mediales a medida que se repiten
los cizallamientos y la ganancia de peso que acompaña al
envejecimiento.
Marcha en salutación
El cuádriceps participa muy poco en la marcha por
terreno plano. En cambio, un paciente que sufra una pare-
sia del cuádriceps aborda una pendiente, incluso ligera, o
un terreno irregular utilizando las cápsulas condíleas y la
extensión de la cadera para lograr la extensión, anclando
el talón en el piso. Puede incluso utilizar la mano para
compensar la deficiencia del músculo (signo de Ducro-
quet).
Observación de la subida de escaleras
Cualquiera que haya intentado subir a la torre Eiffel
por las escaleras habrá sentido la necesidad de apoyar las
manos en los muslos, lo que refleja la fatigabilidad de los
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
cuádriceps y la necesidad de estabilizar el fémur sobre
la tibia a través de una articulación no congruente. Un
paciente con paresia puede presentar una marcha normal
en terreno plano, pero tal vez tanga muchos problemas
para subir escaleras.
Sensación de fallo del apoyo
La impresión de que la rodilla falla por el peso, que
se «afloja» o se «desencaja» puede sugerir una debilidad
muscular del aparato extensor, e incluso la presencia de un
elemento intraarticular que actúe como un grano de arena
irritativo. Refleja la falta de confianza que el paciente tiene
hacia su articulación e indica la necesidad de reforzar los
músculos que la sostienen.
Al final, antes de la intervención, el paciente ralentiza
sus gestos: aumenta el tiempo de preparación del apoyo
sobre la rodilla afectada para disminuir todo lo posible el
tiempo de apoyo propiamente dicho [33] .
Análisis en vídeo
La amplia disponibilidad de sistemas de vídeo de alta
definición permite en la actualidad que el médico dis-
ponga con un menor coste de un registro de los déficits
iniciales, y al paciente convertirse en su propio exami-
nador desde perspectivas inusuales para él (marcha de
espaldas, de lado).
 Exploración del paciente
sentado
Consta de la observación y de la realización de palpa-
ciones.
 Exploración del paciente
en decúbito
Exploración morfológica
Observaciones
Búsqueda de un flexo de la rodilla
Los dos miembros del individuo relajado deben estar en
rotación lateral bilateral y simétrica. Un paciente que pre-
sente un flexo de rodilla escoge una actitud de reposo del
miembro con gonartrosis en rotación lateral y abducción
relativa de cadera.
Búsqueda de una antetorsión femoral
Cuando no existe flexo, una rotación medial relativa
de un miembro inferior refleja una limitación que sugiere
(dejando de lado cualquier deformación traumática secue-
lar) una antetorsión femoral excesiva y objetivable (cf
infra).
Búsqueda de una torsión tibial excesiva
Una rotación lateral bilateral excesiva (bordes latera-
les de los pies prácticamente en contacto con la camilla)
puede observarse en individuos con laxitud o que hayan
entrenado su flexibilidad (bailarines). Tras colocar las
rótulas del paciente al cénit juntando los muslos, la per-
sistencia de una rotación lateral excesiva apunta a la
existencia de una torsión tibial importante.
Búsqueda de un flexo de cadera
Una hiperlordosis lumbar incómoda, sobre un plano
duro con un genu flexo reducible sugiere un flexo de
cadera.
Morfología de la rodilla con gonartrosis
Es posible observar un derrame intraarticular y tume-
facción. La presencia de hidrartrosis puede relacionarse
con una inflamación debida a la existencia de un cuerpo
7
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
libre intraarticular; una hemartrosis no forma parte del
contexto habitual de una gonartrosis, dejando de lado
cualquier traumatismo reciente o hemofilia.
Longitud de los miembros inferiores
Una desigualdad de 2 cm o mayor puede aumen-
tar en gran medida el riesgo de gonartrosis radiológica
(Figs. 10 y 11).
Hay que asegurarse previamente del alineamiento ade-
cuado de los miembros y del tronco, solicitando al
individuo, con las rodillas flexionadas, que levante las nal-
gas y que las vuelva a apoyar. Hay que colocar los pulgares
orientados en sentido medial, con sus uñas bajo los maléo-
los mediales. A continuación, el examinador se coloca en
la vertical para evaluar la desnivelación.
Si existe una diferencia de varios centímetros, se debe
comparar la altura de las tuberosidades tibiales anteriores:
• con las caderas y las rodillas flexionadas, si existe una
diferencia de altura entre ambos fémures (diferencia
que se observa en caso de acortamiento de origen tibial);
• con las caderas y las rodillas flexionadas, si existe una
diferencia entre el adelanto de una u otra tuberosidad
Figura 10. Exploración de la longitud de los miembros infe-
riores.
A B
8 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
tibial anterior (diferencia que se observa en caso de
acortamiento de origen femoral).
El paciente puede que recuerde un traumatismo impor-
tante y el kinesiterapeuta tal vez perciba una dismorfia al
rodear la cresta tibial, o una callosidad en la palpación
firme de la cara anterior del fémur.
Mediciones
Longitud de los miembros inferiores
Hay que medir con cinta métrica la distancia que separa
el tubérculo ilíaco del maléolo medial: la cinta métrica
contacta con el tubérculo y es tangente con el maléolo, lo
que permite una precisión relativa de una medición cuya
fiabilidad no está reconocida.
Demostración y medición clínica de una antetorsión
femoral
El paciente se coloca en decúbito supino en el extremo
de la camilla. El kinesiterapeuta está arrodillado a su lado
y con el pulgar y el índice de una mano contacta con
las caras anterior y posterior del trocánter mayor, mien-
tras que con la otra mano mantiene un inclinómetro en
Figura 11. Fémur largo.
Figura 12. Antetorsión.
A. Medición.
B. Esquema.
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Figura 13. Prueba de Lachman.
contacto con la tibia. Lleva el miembro inferior a una
posición de rotación medial hasta lograr la horizontali-
dad de las caras anterior y posterior del trocánter mayor. El
ángulo formado por el segmento tibial es una indicación
numérica de la antetorsión femoral, que debe compararse
con el lado contralateral (Fig. 12).
Exploración mediante palpación
La palpación permite identificar distintos tipos de sufri-
miento.
Pruebas
Maniobra de Lachman
Se trata de una maniobra que permite evaluar el liga-
mento cruzado anterior (Fig. 13). El paciente se sitúa en
decúbito, con la rodilla apoyada sobre la rodilla del exa-
minador, a unos 30◦ de flexión. El extremo superior de
la tibia se sujeta con la palma de la mano y el extremo
inferior del fémur está fijo. Un movimiento anormal de
la tibia respecto al lado contralateral señala una afec-
tación del ligamento cruzado anterior y, por tanto, un
aumento de los deslizamientos anteriores, tanto si el indi-
viduo está en carga como en descarga [34] . El relieve del
tendón rotuliano debe desaparecer durante la maniobra.
La inestabilidad que produce esta maniobra apunta a la
existencia de una gonartrosis en el futuro y explica su
aparición como secuela de un traumatismo antiguo.
Búsqueda de factores inflamatorios
Una rodilla con gonartrosis suele estar seca y tener una
temperatura normal. Una discreta elevación de la tempe-
ratura regional, apreciable con el dorso de la mano, y un
derrame intraarticular son los signos de un episodio agudo
congestivo inflamatorio, que puede estar relacionado con
la presencia de fragmentos cartilaginosos. Se acompaña
de dolor al pasar al decúbito lateral o en carga, durante la
transferencia de apoyo sobre la rodilla patológica.
Un esquema capsulosinovial (amplitud de flexión
globalmente dos veces más disminuida que la de exten-
sión [35] ) no se observa en una gonartrosis [36, 37] .
Fiabilidad de la maniobra de Lachman
y de la búsqueda de factores inflamatorios
en los pacientes con gonartrosis
La fiabilidad interexaminadores en este tipo de pobla-
ción es nula y su utilidad diagnóstica para demostrar una
ruptura del ligamento cruzado anterior pocas veces es
importante. La fiabilidad interexaminadores de la demos-
tración de una inflamación por una prueba de fluctuación
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Figura 14. Goniometría de la flexión de la rodilla.
de la rótula es escasa y la prueba del rebote rotuliano para
poner de manifiesto un derrame pocas veces tiene una
utilidad diagnóstica elevada.
Exploración de la movilidad articular
de los miembros inferiores
Observaciones
Las amplitudes que se encuentran limitadas con más
frecuencia son las del plano sagital, en flexión del tobillo
y de rodilla, en extensión de cadera y de rodilla.
Ejemplos de mediciones
Goniometría de la flexión de la rodilla
El kinesiterapeuta coloca su muslo o un cojín volumi-
noso bajo la planta del pie del individuo, con la cadera
y rodilla en flexión. El inclinómetro se desliza desde la
cara anterior del muslo a la cara anterior de la pierna, lo
que permite una lectura directa. Se debe respetar sistemá-
ticamente la posición para cada paciente (parte media del
muslo y cresta tibial por debajo de la tuberosidad tibial
anterior) (Fig. 14).
Goniometría de la extensión de la rodilla
Se puede leer directamente la angulación de un flexo
colocando un inclinómetro sobre la cara anterior del
fémur y después de la tibia. Si no se dispone de este tipo
de goniómetro, se puede colocar un goniómetro de brazos
en la prolongación de los segmentos del fémur y la tibia.
En los individuos con laxitud o que presenten un recur-
vatum, se debe colocar el pie del paciente sobre un cojín
de tipo cuña para lograr que la rodilla quede en el aire.
Medición de la extensión de la cadera
Para objetivar realmente el ángulo formado por la pelvis
y el fémur, el kinesiterapeuta identifica y mide el ángulo
entre la espina ilíaca anterosuperior, el punto medio del
borde superior del trocánter mayor y el tubérculo late-
ral del cóndilo lateral. Esto debe realizarse en decúbito
estricto y después en decúbito con el miembro contrala-
teral dispuesto en flexión máxima por el paciente, para
provocar una extensión relativa del miembro medido.
Medición de las extensibilidades
El ángulo formado por el miembro inferior situado en
flexión de cadera y la vertical permite una medición fia-
ble de la extensibilidad de los isquiotibiales, mediante un
inclinómetro [38] . Se debe utilizar la posición de decúbito
prono y un goniómetro de brazos grandes para medir la
extensibilidad de los rectos femorales.
9
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 15. Prueba de la fuerza del cuádriceps en decúbito.
Fiabilidad interexaminadores de las mediciones
articulares
Es elevada en la mayoría de los estudios. Por tanto, éstos
son indicadores en los que puede basarse el kinesitera-
peuta, al igual que en la medición de la extensibilidad
muscular. No sucede lo mismo con la presencia de una
sensación de tope capsular o no capsular al final de la
amplitud o con la medición del dolor a lo largo de toda la
amplitud, que son signos poco fiables [25] .
Exploración de la fuerza muscular
Extensores de la rodilla
Propioceptividad del cuádriceps
Un cuádriceps no paralizado debe ser capaz de movili-
zar la rótula hasta una posición de extensión completa.
Hay que oponer una resistencia en dirección caudal ayu-
dándose de un apoyo largo y no doloroso en la base de la
rótula y solicitar al individuo que «eleve su rótula».
Después, hay que efectuar una movilización pasiva de
la rótula lateralmente o de arriba abajo solicitando al
paciente que bloquee el movimiento.
Evaluación del bloqueo activo de la rodilla
El kinesiterapeuta coloca su rodilla bajo la rodilla del
paciente y el antebrazo bajo la pierna del paciente para
sujetarla y evitar cualquier caída intempestiva y dolorosa
(Fig. 15). Con la mano del otro miembro superior se apoya
en la cara anterior de la pierna y compara con el lado
sano. Estos últimos grados activos son primordiales para
la deambulación y tienen un alto coste energético: para
pasar de 15◦ de flexión de la rodilla a la extensión total,
el cuádriceps debe duplicar el esfuerzo que debe realizar
para pasar de 90◦ a 15◦ [11] . La aparición de dolor durante
esta evaluación sugiere una afectación femororrotuliana,
que obliga a interrumpir el movimiento.
◦ de la fuerza del cuádriceps
Evaluación manual del cuádriceps a 90 de flexión
Troisier recomienda una prueba de flexión de cadera y
de rodilla a 90◦ . El kinesiterapeuta se sujeta a la camilla,
apoyando con su axila la tuberosidad tibial anterior del
paciente. Esta prueba revela debilidades cuadricipitales no
detectadas con una prueba en extensión completa, como
al bajar escaleras.
Ejemplos de mediciones
Medición con báscula
El paciente se acosta en decúbito en el extremo de la
camilla, con la rodilla sobre un cojín circular duro. El
kinesiterapeuta situado a sus pies se pesa «en vacío» sobre
una báscula. A continuación, solicita al paciente que rea-
lice una contracción contra resistencia manual isométrica
10
Figura 16. Medición de la fuerza cuadricipital con una pera
dinamométrica.
máxima y calcula la fuerza del cuádriceps por la dismi-
nución del peso que produce. La medición del lado sano
en las mismas condiciones permite ofrecer una indicación
porcentual de la fuerza. Por lo general, se observan fuerzas
cuadricipitales del orden de 15-20 kg durante un apoyo
sobre el cuello del pie de individuos sanos.
Utilización de un sensor de presión manual,
de un tensiómetro modificado y de una pera
dinamométrica
Los sensores de presión manuales son instrumentos
válidos para cuantificar la fuerza del cuádriceps y la capa-
cidad de un individuo para levantarse de una silla [39] . Son
caros. Una pera dinamométrica es más barata (Fig. 16).
Se puede utilizar un tensiómetro infantil como sensor
de presión. El kinesiterapeuta interpone el manguito pre-
viamente inflado a 20 mmHg entre la mano y el punto
de aplicación distal de la fuerza del músculo. A continua-
ción, se puede leer directamente la fuerza desarrollada por
el músculo en contracción isométrica contra su resisten-
cia. Este instrumento también se ha considerado fiable [40] .
Su uso se limita a los cuádriceps sedentarios.
Medición centimétrica del volumen del muslo
Cualquier afectación de la rodilla repercute sobre el
volumen cuadricipital. El kinesiterapeuta mide la circun-
ferencia del muslo en reposo a 5 y 15 cm por encima
de la base de la rótula y compara con el volumen del
muslo contralateral. Esta medición es fiable en individuos
sanos [41] .
Fiabilidad interexaminadores de la evaluación
La fiabilidad de esta evaluación cuando se utiliza una
extensión contra resistencia en un banco de cuádriceps o
un esfigmomanómetro manual es elevada, mientras que
la evaluación manual de la fuerza muscular (de 0 a 5)
para detectar los déficits de potencia tiene una utilidad
diagnóstica moderada [25] .
Flexores de la rodilla
Observación
El paciente se sitúa en decúbito con la cadera y la rodi-
lla flexionadas. El kinesiterapeuta tracciona de sus pies
y busca una diferencia de resistencia durante la contrac-
ción de los isquiotibiales. Compara su impresión con la
percepción del paciente.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Figura 17. Medición de la fuerza de los isquiotibiales en fle-
xión con un dinamómetro.
Medición
El paciente se sienta en el borde de la camilla y con el
pie en una tobillera tracciona de un dinamómetro fijado
en la pared (Fig. 17).
 Escalas
Como suele suceder en reumatología, no existe un para-
lelismo entre la gravedad de la afectación anatómica y la
percepción del paciente. Por consiguiente, las escalas de
calidad de vida permiten evaluar la intensidad del dolor y
el impacto de la artrosis sobre la función locomotriz. Ade-
más de la EVA, algunas de las más utilizadas son el índice
algofuncional de Lequesne y el índice de Womac. Estas
dos últimas escalas tienen una reproducibilidad buena o
excelente. Sin embargo, los ensayos de validación indican
que se debe recomendar el índice de Lequesne [42] , debido
a que es más fácil de utilizar en atención primaria [43] .
Índice algofuncional de Lequesne
Permite medir el dolor, el perímetro de marcha y el nivel
de actividad posible en la vida diaria. Su puntuación per-
mite cuantificar la gravedad de la afectación. El tiempo
necesario se ha estimado en 2-5 minutos (Cuadros 2 y 3).
Índice Western Ontario and McMaster
Universities Osteoarthritis
Consta de tres secciones: la primera evalúa la intensi-
dad del dolor del paciente, la segunda la importancia de la
rigidez articular y la tercera las dificultades funcionales. El
paciente responde mediante una escala visual analógica,
para cada pregunta. Con independencia de las dificultades
relacionadas con las capacidades de abstracción del indi-
viduo, la medición final requiere dejar pasar un tiempo
tras el tratamiento para incluir los datos en la historia clí-
nica del paciente. El tiempo necesario se ha estimado en
3,5-20 minutos.
Knee injury and Osteoarthritis Outcome
Score
Consta de cinco subescalas (síntomas, actividades de la
vida diaria, actividades de ocio, calidad de vida y dolor).
La puntuación de 100 corresponde a una función normal,
sin síntomas.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Escalas que miden las capacidades
físicas de los pacientes con gonartrosis
Al contrario que otros indicadores (fuerza muscular,
peso), los autocuestionarios reflejan la imagen percibida
por el paciente de su estado de salud. Son en gran parte el
reflejo subjetivo de la confianza que el paciente tiene en
su estado de salud. Para compensar estas insuficiencias, se
han propuesto pruebas en las que se pide al paciente que
realice una tarea motriz lo más deprisa que pueda, pero sin
riesgo de perder el equilibrio o de caer [44] . Estas pruebas
tienen la ventaja de ser baratas siempre que se disponga
de un espacio interior suficiente para realizarlas.
A modo de ejemplo, se presentan las puntuaciones obte-
nidas por pacientes de ambos sexos, con gonartrosis no
operadas en una rodilla en varo (n = 54, 68,3 ± 8,7 años,
índice de masa corporal 28,6 ± 5,1 kg/m2 ).
Prueba de seis minutos de marcha
Es una prueba fiable y válida. Mide la distancia que
puede recorrer un individuo caminando 6 minutos en
interior. Los pacientes pueden pararse o utilizar un anda-
dor para terminar el recorrido. Valor promedio obtenido:
440 ± 123 m.
Prueba de levantarse y caminar
Es una prueba fiable, válida y predictiva. Evalúa la movi-
lidad y el equilibrio de los pacientes ancianos. El paciente
debe levantarse de una silla con reposabrazos, caminar 3
m, volver al punto de partida y sentarse. El límite de los 3
m debe estar claramente indicado. Se realizan 3 pruebas y
se utiliza el promedio de las dos últimas. Valor promedio
obtenido: 7 ± 3 segundos.
Prueba de subir escaleras
El paciente debe subir cinco peldaños y después bajar-
los. Se permiten rampas, pero el individuo no debe
utilizarlas más que una vez como máximo. Valor prome-
dio obtenido: 9 ± 6 segundos.
 Diagnóstico kinesiterapéutico
Comportamiento del paciente frente
a su patología
Un paciente que tenga una actitud activa, que com-
pense y eluda sus déficits, evolucionará menos y mejor
que otro más pasivo, que piense que el reposo, la ausen-
cia de actividad y la búsqueda de la ausencia de dolor sean
las mejores estrategias.
Cuanto menos se le garantice al paciente que la evolu-
ción de la enfermedad es benigna y menos se le informe,
más propenso será a tener este último tipo de com-
portamiento perjudicial. La siniestrosis y los síntomas
somáticos reiterados se asocian a un pronóstico más des-
favorable.
Por tanto, una actitud demasiado maternal del kinesite-
rapeuta, que focalice la conversación en el dolor percibido
y no en el autotratamiento, es contraproducente.
Síntesis de la evaluación-diagnóstico
kinesiterapéutico
Para determinar la pertinencia de su acción, el kinesite-
rapeuta debe responder a las preguntas siguientes:
• ¿Cuál es el perfil psicológico del paciente?
• ¿Cuál es el problema principal referido por este
paciente?
• ¿El problema principal pertenece al ámbito de la kine-
siterapia?
• ¿Qué disfunción potencialmente artrógena se ha puesto
de manifiesto mediante la exploración?
11
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada

Cuadro 2.
Escala de Lequesne.
Dolor o molestias
Pregunta Respuesta Puntuación
¿Siente molestias o dolor por la noche? No 0
Sólo al cambiar de posición, o dependiendo de 1
la postura
Incluso inmóvil 2
¿Siente molestias o dolor durante el desentumecimiento matinal? Menos de 1 minuto 0
1-15 minutos 1
Más de 15 minutos 2
¿Siente molestias o dolor durante la posición de pie, o si hay que No 0
caminar media hora? Sí 1
¿Siente molestias o dolor al caminar? No 0
Sólo después de una cierta distancia 1
Enseguida y de forma creciente 2
¿Puede levantarse de un asiento sin ayuda de los brazos? Sí 0
No 1
Perímetro máximo de marcha
Pregunta Respuesta Puntuación
Aceptando que tiene dolor, ¿cuál es su perímetro máximo de Ninguna limitación 0
marcha? Limitado, pero más de 1 km (más de 15 min) 1
Alrededor de 1 km (alrededor de 15 min) 2
Entre 500 y 900 m (alrededor de 8-15 min) 3
300-500 m 4
100-300 m 5
Menos de 100 m 6
Para recorrer la distancia indicada previamente No necesito bastón ni muletas +0
Necesito un bastón o una muleta +1
Necesito dos bastones o dos muletas +2
Dificultades en la vida diaria
Pregunta Respuesta Puntuación
¿Tiene dificultades para subir un piso? Ninguna 0
Es un poco difícil 0,5
Es moderadamente difícil 1
Es muy difícil 1,5
Es imposible 2
¿Tiene dificultades para bajar un piso? Ninguna 0
Es un poco difícil 0,5
Es moderadamente difícil 1
Es muy difícil 1,5
Es imposible 2
¿Tiene dificultades para ponerse de cuclillas? Ninguna 0
Es un poco difícil 0,5
Es moderadamente difícil 1
Es muy difícil 1,5
Es imposible 2
¿Tiene dificultades para caminar por un terreno irregular? Ninguna 0
Es un poco difícil 0,5
Es moderadamente difícil 1
Es muy difícil 1,5
Es imposible 2

• ¿Qué técnicas kinesiterapéuticas pueden utilizarse para

tratar esta disfunción?
 Tratamientos
• ¿Cuál es el pronóstico? Sólo se abordarán aquí las técnicas referentes a la rodilla.
• ¿El paciente está motivado para iniciar esta rehabilita- El lector debe tener presente que esto sólo corresponde a la
ción? parte local del tratamiento kinesiterapéutico, que se lleva
Se recomienda evaluar la evolución de la terapia cada a cabo después de haber evaluado, identificado y tratado
15 días. las posibles causas raquídeas, coxales y podales.

12 EMC - Kinesiterapia - Medicina física

 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Cuadro 3.
Gravedad de la afectación en función de la escala de Lequesne.
Resultado Gravedad de la afectación
> 14 Extremadamente grave
11-13 Muy grave
8-10 Grave
5-7 Moderada
1-4 Mínima
Objetivos y principios
Objetivos
Los objetivos del tratamiento son:
• informar al paciente de las consecuencias de esta afec-
ción;
• informar al paciente de los mecanismos neurofisiológi-
cos susceptibles de producir una gonalgia;
• mantener y optimizar las capacidades funcionales;
• prevenir y retrasar la aparición de modificaciones
estructurales articulares, periarticulares y musculares;
• fomentar un autotratamiento activo.
Principios
La kinesiterapia de la gonartrosis puede dividirse en tres
partes:
• análisis global y tratamiento local de los defectos supra
y/o subyacentes potencialmente responsables de la apa-
rición o de la agravación de la gonartrosis;
• aumento de las amplitudes articulares, alivio del
compartimento afectado y refuerzo de los músculos
estabilizadores de la rodilla;
• informar al paciente de los mecanismos neurofisio-
lógicos del dolor y de las influencias susceptibles de
modularlo.
Objetivos
Deben definirse de acuerdo con el paciente, en función
del estado inicial, de los factores que limitan o que pueden
facilitar su realización. Deben formularse en términos de
limitación de actividades y de restricción de participación.
Han de ser específicos del paciente, realizables, medibles,
realistas y objetivos (p. ej., la capacidad de caminar 800
m, de la casa al supermercado ida y vuelta, dos veces por
semana durante 6 semanas) [45] .
Contraindicaciones para el tratamiento
por un kinesiterapeuta
En los países donde el acceso directo a la fisioterapia
es lo normal, varias contraindicaciones mayores pueden
interrumpir a priori el resto de la exploración y el paciente
deberá remitirse a su médico habitual; en algunos paí-
ses, la asistencia por parte de los kinesiterapeutas requiere
una prescripción médica, pero es posible que un evento
intercurrente recomiende la abstención terapéutica.
Las banderas rojas son la presencia inusual de una rodi-
lla caliente, roja, edematizada, un bloqueo importante
de la rodilla, una gonalgia extrema en reposo y, cuando
existe una o varias prótesis, la aparición de fiebre y/o una
infección y/o una artralgia intensa [45] .
Individuos que se pueden beneficiar al
máximo de las sesiones de kinesiterapia
No parece que el sexo, el peso o la gravedad de la
artrosis sean factores que permitan predecir el éxito del
tratamiento [46] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Efectos indeseables o secundarios
de la kinesiterapia
Son infrecuentes y se limitan a irritaciones cutáneas,
aumentos del dolor, hidrartrosis y caídas, que no son
lo bastante importantes como para interrumpir el trata-
miento [46] .
Individualización del tratamiento
Los expertos son unánimes en cuanto a la necesi-
dad de un tratamiento personalizado en función del
paciente (el efecto del tratamiento kinesiterapéutico sobre
el dolor aumenta en un tratamiento multimodal pasivo
y activo [47] ). Esto no implica que cada tratamiento deba
aplicarse de forma individual, sino que debe ser persona-
lizado. El seguimiento es esencial para mostrar al paciente
los objetivos que deben alcanzarse y la programación de
las próximas consultas. Se pueden utilizar métodos nove-
dosos, como DVD, página personal de internet o foros [1] .
 Tratamientos pasivos
Masaje
Permite asegurar la relación entre las técnicas pasivas
articulares de estiramiento muscular y de contracción-
relajación, aportando una fluidez a la intervención del
kinesiterapeuta. Se acepta que participa en el estiramiento
de los músculos poliarticulares, disminuye el dolor cutá-
neo y las celulalgias y que mejora el retorno venolinfático.
Demuestra que el revestimiento cutáneo se puede movili-
zar y sufrir irritaciones cutáneas sin que reaparezca el dolor
habitual, lo que hace que el paciente tome consciencia de
una integridad funcional relativa de su rodilla. Sus efec-
tos son reales, pero transitorios; no se puede recomendar
en un tratamiento activo [45] , pero en la actualidad se con-
sidera uno de los cuatro métodos de terapia manual que
han demostrado su eficacia en el miembro inferior [48] .
Ejemplos
Consisten en tratamientos globales mediante masaje
sueco de todo el cuerpo, aunque se recomienda a los kine-
siterapeutas que dediquen la mitad del tiempo al miembro
inferior [49] .
Un protocolo [49] de 60 minutos de masaje sueco (roce,
fricciones, percusión, palpación-rodamiento) a la semana,
aplicado durante 8 semanas en pacientes con gonartrosis,
dedicando al menos la mitad del tiempo a la región del
miembro inferior, pero incluyendo también el tronco, no
permite mejorar las amplitudes articulares, pero mejora
al final del tratamiento la puntuación en la escala global
de Womac de 24 puntos (IC95% , 15-32) en comparación
con un tratamiento de medicina general, que sólo permite
una mejoría de 6 puntos (IC95% , 0-13). Las mejoras en la
EVA son significativas en la actualidad, aunque no hay
efectos considerables sobre la movilidad articular. Los dos
métodos terapéuticos no parecen mostrar diferencias a las
24 semanas, pero la frecuencia óptima es de una hora a
la semana.
Interés terapéutico
Doce sesiones de una hora de masaje sueco permiten
una mejoría clínica significativa, como complemento de
los ejercicios activos [46, 49] .
Veinte minutos de automasaje del cuádriceps, dos veces
por semana durante 13 sesiones permiten también una
mejoría al final del tratamiento de la escala de Womac, sin
ganancia articular [50] . Es posible demostrar mejorías más
duraderas durante las sesiones de masaje tailandés con
linimentos asociadas a ejercicios en pacientes tailandeses
con gonartrosis [51] .
13
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 18. Masaje transversal distal de los músculos de la pata
de ganso.
Ejemplos de técnicas
Tratamiento de los músculos poliarticulares
Dependiendo del diagnóstico, el kinesiterapeuta se
centra principalmente en las estructuras musculoaponeu-
róticas: flexores de cadera, cintilla iliotibial, grácil y otros
aductores, isquiotibiales, tríceps. Después de la toma de
contacto, se da prioridad a las técnicas de amasamiento
profundo y de decordaje, movilizando las fibras muscu-
lares con la mano en contacto con la piel. Se realizan en
recorrido interno para obtener la relajación del paciente y,
después, en recorrido externo máximo para asociarlo a las
otras técnicas de estiramiento y de contracción-relajación
(Fig. 18).
Tratamiento del dolor cutáneo y de celulalgias
Se realiza por amasamiento tridigital en la cara medial
del muslo y del cóndilo medial, mediante trayectos diri-
gidos hacia la inserción baja de los músculos de la pata de
ganso.
Mejora del retorno venolinfático
El retorno venolinfático mejora con las maniobras de
bombeo suave en el hueco poplíteo, que solicitan los
ganglios linfáticos poplíteos, junto con las técnicas articu-
lares dirigidas a la recuperación del deslizamiento anterior
tibiofemoral y, secundariamente, con maniobras de ama-
samiento superficial en el compartimento medial del
muslo, seguidas de presiones estáticas con maniobra en
papel secante en el punto medio del trígono femoral.
Uso de pomadas y de ungüentos
El uso de AINE en pomadas proporciona resultados rela-
tivos [52] ; parecen tener una eficacia mayor que el placebo
a corto plazo, sin efectos secundarios locales más impor-
tantes.
Agentes físicos
Son un complemento del tratamiento pasivo y su utili-
dad terapéutica está en entredicho [53] .
Ultrasonidos
Durante mucho tiempo [54] , y aún en ocasiones, no se
han recomendado [45] , mientras que algunas revisiones sis-
temáticas y metaanálisis recientes estiman que, por el
contrario, su uso podría ser beneficioso, al permitir a corto
plazo reducciones significativas desde el punto de vista
estadístico [55] , e incluso clínico, del dolor, de la función
y de la marcha. Estas mejorías siguen siendo estadística-
mente significativas a los 3 meses [46] .
Estos métodos pueden ser complementarios de los otros
tratamientos e incluso aplicarse de forma aislada, a razón
14
de 5 minutos por tratamiento, una vez al día, cinco días
por semana, durante 15 días [56] .
Cuando se aplican de forma continua al máximo de la
intensidad permitida, la producción de resonancia en una
zona dolorosa de la rodilla correspondiente al dolor del
paciente parece permitir descartar los dolores proyectados
(cadera, columna vertebral), lo que los convierte en una
herramienta de diagnóstico diferencial.
Electroestimulación transcutánea
No es posible confirmar que la electroestimulación
transcutánea tenga un efecto antálgico sobre la gonar-
trosis [57] . Esta técnica se recomienda únicamente cuando
existen enfermedades concurrentes que impidan el uso de
fármacos [27] , pero en cualquier caso nunca como primera
elección terapéutica [45] . Parece actuar a corto plazo sobre
el dolor [58, 59] y no sobre las deficiencias [46] . No parece que
una frecuencia sea más eficaz que otra [60] .
Termoterapia
Permite, de forma transitoria, modular el mensaje noci-
ceptivo al solicitar intensamente los receptores térmicos
cutáneos.
Hay varias pruebas a favor de la aplicación de hielo con
ayuda de masaje, así como un consenso sobre la utili-
dad de aplicación de hielo en presencia de una gonalgia
importante, y se admite sin pruebas que la aplicación
previa de calor puede ser útil como preparación de una
terapia mediante ejercicios o adyuvantes en los pacientes
que tengan dificultades para relajarse [45] .
Frío
El masaje con hielo tiene un efecto beneficioso sobre la
recuperación de las amplitudes, la fuerza y las aptitudes
funcionales, en mayor medida que la aplicación de bolsas
de hielo, con una posología intensa (cinco sesiones de 20
minutos de masaje a la semana, durante 2 semanas) [61] .
La aplicación de bolsas de hielo (cold packs), o crio-
terapia, parece disminuir los fenómenos inflamatorios
durante los episodios agudos congestivos, al disminuir la
temperatura tanto cutánea como articular [21] y el edema.
Carece de efecto fuera de estos episodios agudos, no tiene
un efecto significativo sobre el dolor [61] y no altera ni la
estimación posicional de la angulación de la rodilla [62] ni
la facultad de percibir pequeñas variaciones de carga [63]
en los individuos sanos. El tratamiento mediante aplica-
ción de aire frío parece ser más eficaz que la aplicación de
hielo [21] .
Calor
Suele aplicarse en las gonartrosis fuera de los episodios
congestivos. Puede favorecer la flexibilización articular y
permitir una terapia con ejercicios más fácil y menos dolo-
rosa [21] , teniendo la precaución de no utilizar compresas
calientes en presencia de varices, que suelen ser frecuentes
en esta afección.
La comparación de las aplicaciones de calor superficial
con las ondas cortas es favorable a estas últimas, pues no se
ha demostrado ninguna mejoría clínica con las compresas
calientes, mientras que los beneficios de las ondas cortas
pueden ser notables incluso a largo plazo [64] .
Campos electromagnéticos pulsados
Los campos electromagnéticos pulsados tienen un
efecto moderado, incluso escaso, sobre la gonartrosis [65] .
En comparación con el placebo, los pacientes tratados
obtienen una ventaja del orden de 15 puntos sobre 100,
tras 4-26 semanas de tratamiento en lo que respecta al
dolor, sin que haya efectos significativos sobre la función
ni sobre la calidad de vida [66] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10

Ondas cortas
Existen opiniones divididas sobre sus beneficios, pues ANT
según algunos autores permiten reducir el dolor al cabo
1 2
de un mes, sin que el efecto persista a los tres meses y sin INF
influir sobre las deficiencias, la marcha, ni las amplitudes
articulares [46] . En cambio, según otros [64] los beneficios
perduraban 12 meses para el dolor y la aplicación de Figura 19. Principio de la movilización pasiva en extensión
ondas cortas se recomendaba en mujeres con gonartro- de la rodilla. 1. Fémur; 2. tibia; flechas rojas: sentido de los
sis [67] . deslizamientos; flechas negras: extensión.

Balneoterapia
Los ejercicios de balneoterapia son tan útiles [68] como
los ejercicios «en seco», pero no más [46, 69] . Por tanto,
los factores determinantes para su uso son las apetencias
del paciente, sus elecciones y la disponibilidad geográ-
fica [1] . Los tratamientos con balneoterapia no ofrecen
ventajas terapéuticas [27] , aunque el paciente considere
esta intervención placentera [45] . El coste de la prestación
es desfavorable para la balneoterapia, salvo en el caso de
los autotratamientos individuales [70] .

Técnicas de recuperación
de la extensión pasiva
Interés
El estudio de Deyle [14] et al demostró en el año 2000
que ocho sesiones de terapia manual mejoran significa-
tivamente las capacidades funcionales y el perímetro de
marcha a corto y medio plazo, pudiendo incluso dismi-
nuir la necesidad de cirugía a largo plazo. La mejoría que
percibe el paciente es claramente superior en comparación
con el tratamiento no manual y su coste es comparable a
la viscosuplementación.
Los autores insistían en la necesidad de tratar otras
regiones además de la rodilla si en la evaluación se obser-
vaba una limitación de movilidad vertebral, coxal o podal,
lo que parece fundamental.
Después, parece claro que los pacientes deben recibir
terapia manual además de los ejercicios [27] , sobre todo si
el dolor se asocia a limitaciones de amplitud articular [45] .
En un estudio [71] se ha propuesto incluso una utiliza-
ción aislada de la terapia manual. En un grupo de 30
pacientes con gonartrosis, la mejora de la puntuación de
la escala de Womac al año superaba el 30%, en compara-
ción con una estabilidad de los valores cuando se realizaba
un tratamiento de medicina general y con una mejora del
orden del 20% con los tratamientos activos y del 18% para
los tratamientos combinados. La posología consistía en 9
sesiones de 50 minutos las primeras 7 semanas, con 2
sesiones de refuerzo en la 16.a semana.
Principios
Se dirigen únicamente al sector deficitario, en descarga.
Debe producirse un dolor soportable por el paciente, lo
que refleja la tensión necesaria para el tratamiento.
Cuando la técnica se dirige a la circulación, se trata de
movilizar una superficie cóncava (tibia) sobre una superfi-
cie convexa (fémur). Suele aceptarse que el deslizamiento
se realice en el sentido del movimiento, en este caso un
deslizamiento posteroanterior de la tibia bajo el fémur
(cuando la solidez del ligamento cruzado anterior lo per-
mite) (Figs. 19 y 20).
Cuando la técnica se dirige a los elementos posteriores
a la articulación (cápsulas condíleas), se requiere manipu-
lar la articulación en el aire cuando su solidez lo permite
(Fig. 21).
Se debe señalar que varios estudios utilizan movi-
lizaciones pasivas que no respetan escrupulosamente
los principios de deslizamiento. En un estudio en el
que se ha comparado un número reducido de indivi-
duos sanos y con gonartrosis, se ha evaluado mediante
Figura 20. Movilización pasiva en deslizamiento anterior de
la tibia bajo el fémur.
ANT
2
1
INF
Figura 21. Principio del estiramiento de las cápsulas condí-
leas. 1. Fémur; 2. tibia; flechas negras: apoyos; doble flecha roja:
sentido del estiramiento.
videofluoroscopia las ganancias y se ha observado una
mejoría de la rigidez y de la extensión pasiva tras una
única sesión de movilización pasiva [72] .
En otro estudio [71] , se han comparado tratamientos acti-
vos, pasivos y acoplados en pacientes con artrosis (cadera
y rodilla) y la terapia manual de la rodilla ha consistido
simultáneamente en deslizamientos posteroanteriores y
anteroposteriores de la tibia bajo el fémur asociados a otras
muchas técnicas, con una mejoría de la escala de Womac
a largo plazo a favor de la terapia manual.
Maniobras de bombeo de la rodilla
El paciente se sitúa en decúbito y el kinesiterapeuta
frente a él, desplazado lateralmente. Los dedos se cru-
zan por detrás del hueco poplíteo y los codos están
extendidos. El kinesiterapeuta realiza oscilaciones ante-
roposteriores ayudándose de sus tobillos, alternando
tracciones-descompresiones de la articulación femoroti-
bial (Fig. 22). Puede sostener el miembro inferior del
paciente sobre su muslo, bajo su axila. La técnica se rea-
liza con el mismo ritmo lento, durante un mínimo de 15
minutos.
Se puede plantear la hipótesis de que una moviliza-
ción pasiva suave y cíclica reproduce las alternancias
de tracción-descompresión que experimenta la articula-
ción durante la marcha, que la estimulación suave del
hueco poplíteo ejerce un efecto descongestionante sobre

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 15

E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 22. Maniobra rítmica en descompresión de la rodilla.
Figura 23. Movilización pasiva de la tibia en extensión a hor-
cajadas.
los ganglios linfáticos posteriores y que los deslizamien-
tos posteroanteriores de la tibia bajo el fémur favorecen
la recuperación articular.
El modelo animal sugiere que una alternancia de com-
presiones y descompresiones cíclicas a otras frecuencias
(0,66 Hz) ejerce un efecto beneficioso sobre la morfología
y el metabolismo condrocítico, mientras que la compre-
sión estática ejerce un efecto perjudicial [73] .
Movilización en tracción-descompresión
Con el paciente en decúbito, el kinesiterapeuta coloca la
pierna del paciente entre sus dos muslos, con el miembro
inferior sobresaliendo de la camilla (Fig. 23). El kinesi-
terapeuta puede traccionar de la tibia con sus muslos,
favoreciendo el deslizamiento anterior de la tibia bajo el
fémur del paciente, durante una maniobra de descompre-
sión.
Movilización pasiva en deslizamiento
anteroposterior de la tibia bajo el fémur
La técnica descrita parece paradójica en cuanto al res-
peto de los deslizamientos: la movilización pasiva se
realiza hacia la extensión mediante una tracción del pie
y un apoyo proximal bajo la tibia, ejerciendo un empuje
anteroposterior, es decir, realizando un deslizamiento pos-
terior de la tibia para aumentar la extensión (Fig. 24).
Se utilizan posiciones accesorias, con una rotación late-
ral inducida o un valgo [72] .
Posología
Una sesión de 30 minutos permite una mejo-
ría inmediata de la extensión, medida mediante
16
Figura 24. Técnica de movilización pasiva en extensión
(según Taylor et al [72] ).
Figura 25. Postura manual en extensión de la rodilla.
videofluoroscopia, en los individuos con gonartrosis
(p = 0,004), lo que no se observa en los individuos del
grupo control (p = 0,201).
Observación: parece menos traumático colocar un cojín
de tipo cuña duro bajo el fémur en lugar de que quede sin
apoyo.
Posturas en extensión de la rodilla
Posturas que favorecen el deslizamiento fisiológico
durante la extensión
El paciente se coloca en decúbito estricto, con la pierna
contralateral en flexión sobre un cojín si la posición es
demasiado dolorosa para la región lumbar. El kinesitera-
peuta realiza un apoyo vertical sobre la cara anterior del
extremo inferior del fémur; otra opción es colocar una
correa en el mismo punto (Fig. 25). Un pequeño cojín de
tipo cuña se coloca bajo el extremo superior de la tibia para
inducir un deslizamiento fisiológico anterior. Un cojín de
tipo cuña se sitúa, si es necesario, bajo el tendón de Aquiles
para sostener el segmento de la pierna.
Postura de las cápsulas condíleas
El individuo se sitúa en decúbito y el kinesiterapeuta
desliza su rodilla bajo el tobillo del paciente y realiza un
apoyo de ambas manos a cada lado de la rótula, en direc-
ción vertical (Fig. 26).
Autopostura de la rodilla en extensión
El paciente se sienta en un sillón y coloca todo el seg-
mento de la pierna sobre la camilla de la sala. El peso del
muslo induce un deslizamiento fisiológico anteroposte-
rior del fémur sobre la tibia (Fig. 27).
Autopostura de las cápsulas condíleas
El paciente se sienta en un sillón y coloca su tobillo
sobre la camilla de la sala, de modo que la rodilla queda
en el aire. El peso del muslo y de la pierna induce un
estiramiento de las cápsulas condíleas. Es indispensable
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Figura 26. Postura manual en estiramiento de las cápsulas
condíleas.
Figura 27. Autopostura en deslizamiento anterior de la tibia
bajo el fémur.
Figura 28. Autopostura en estiramiento de las cápsulas con-
díleas.
que el dedo gordo esté al cénit para evitar cualquier
compensación en flexión y rotación lateral de la cadera
(Fig. 28).
Estiramiento de los isquiotibiales
El individuo está en decúbito. El kinesiterapeuta se sitúa
de pie frente al paciente, con la pierna de éste sobre el
hombro. Es posible sujetar el miembro inferior contrala-
teral a horcajadas. El pie se deja libre y el paciente debe
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
sentir una tensión en la cara posterior del muslo, pero
no en la pantorrilla. Se requiere mantener la posición al
menos 30 segundos en individuos jóvenes [74, 75] , e incluso
60 segundos en los mayores de 65 años [76] .
Autoestiramientos
El paciente, situado en posición de pie, coloca su pie en
una silla con el dedo gordo al cénit, manteniendo su rodi-
lla extendida mediante un apoyo vertical sobre el muslo.
El paciente se sitúa en decúbito, acostado en el marco
de una puerta, con el miembro inferior que debe estirarse
en flexión de cadera y con la rodilla en extensión.
Técnicas de recuperación de la flexión
pasiva
Posturas en flexión de la rodilla
Deben respetar el deslizamiento fisiológico anteropos-
terior de la tibia bajo el fémur.
 Tratamientos activos
Interés
La actividad física y las terapias mediante ejercicios per-
miten globalmente una mejoría del orden del 40% (IC95% ,
25-50%) sobre el dolor y la función, a largo plazo [46] .
La posología óptima [1] y la intensidad necesaria no se
conocen [45] . Todos los pacientes deben llevar a cabo un
programa de rehabilitación activa [45] .
Tanto los métodos activos como pasivos tranquilizan al
paciente, transmitiéndole la idea de que no hay amenazas
para la integridad de su articulación. Obligarle a realizar
actividades físicas que pueden ser intensas va en este sen-
tido. Esto puede explicar por qué motivo no es posible
determinar una posología, una intensidad e incluso un
tipo de rehabilitación activa óptimos. No se ha demos-
trado que las mejorías relacionadas con la rehabilitación
de los pacientes con gonartrosis se relacionen con una
mejoría de la biomecánica de las rodillas rehabilitadas [77] .
Motivos para el refuerzo del cuádriceps
El aparato extensor interviene en la amortiguación de
la rodilla durante el ataque del paso en un terreno irre-
gular o durante el descenso de peldaños de escalera. Un
cuádriceps sano y bien coordinado en la tarea evita que la
amortiguación sea sólo articular, a la vez que disminuye
el riesgo de caídas en los ancianos [78] .
Una rodilla con gonartrosis presenta, en compara-
ción con la rodilla contralateral, una disminución muy
significativa de la fuerza isométrica [79] . Su refuerzo ha
demostrado ser eficaz [80, 81] .
Motivos para reforzar los isquiotibiales
Los isquiotibiales también parecen presentar una dismi-
nución de la fuerza [82, 83] , algo que perciben los pacientes
del mismo modo que su rigidez [84] . Son los «parientes
pobres» de la rehabilitación de la rodilla, lo que puede
comprenderse al analizar sus acciones:
• durante la posición de pie, su modo de acción implica
esencialmente a sus estructuras pasivas;
• durante la marcha por terreno plano, su papel de retro-
ceso de la pierna durante el paso oscilante no requiere
una fuerza muscular importante.
Sin embargo, en flexión, la necesidad de control de
todo el cuerpo situado por encima de la rodilla durante
el ascenso y el descenso de escaleras requiere una coordi-
nación y una tonicidad importantes; las cocontracciones
son una respuesta habitual a la inestabilidad provocada
por la gonartrosis avanzada en las mujeres [32] .
17
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Principios
Se debe animar al paciente a incrementar sus activida-
des físicas y los ejercicios deben relacionarse con acciones
diarias para que los continúe (justo antes de ducharse o de
las comidas) y los planifique. Se debe comenzar con una
intensidad algo menor que la capacidad del paciente, con
un aumento progresivo a lo largo de los meses [1] .
Comportamientos cuanto aparece dolor
durante con el ejercicio
El paciente no debe utilizar el dolor como un indicador
del estado de salud de sus tejidos. Tanto si se mantiene a
un nivel infradoloroso como si intenta forzar hasta que
aparezca el dolor, disminuirá progresivamente su activi-
dad. Debe aceptar que durante la actividad se producirá
un cierto dolor para permitir un aprendizaje cerebral pro-
gresivo de la indolencia [24] .
Elección del tipo de refuerzo
para el cuádriceps
Una alternativa es el modo isométrico contra resis-
tencia [85] . Algunos autores consideran que las rehabili-
taciones con un componente dominante isocinético o
dinámico excéntrico se toleran menos bien y carecen de
beneficios [86] . Esto se justifica por la ausencia de friccio-
nes en compresión, la factibilidad y la indolencia de este
modo.
Las guías clínicas recientes recomiendan otros modos
de refuerzo (dinámico concéntrico y excéntrico, isociné-
tico) de los cuádriceps y de los isquiotibiales, o ejercicios
de resistencia (marcha, bicicleta de rehabilitación). Los
ejercicios en carga también están indicados (taichí, yoga,
gimnasia con bastón) [1] .
Los ejercicios con finalidad propioceptiva ayudan a
lograr la ausencia de dolor y los ejercicios de refuerzo del
cuádriceps facilitan la subida de escaleras [87] .
Elección del recorrido muscular que debe
reforzarse
Si el kinesiterapeuta escoge una rehabilitación isomé-
trica, es necesario que se realice a diferentes amplitudes
de flexión para permitir la estabilización de la rodilla en
la mayoría de los gestos de la vida diaria, como la bajada
de escaleras. En opinión de los autores de este artículo,
la extensión total y la posición en flexión a 90◦ son dos
posiciones obligatorias.
Elección de la carga que debe imponerse.
Elección de la posología
Se recomienda el aumento de la intensidad de los
ejercicios y de su duración, con inclusión de ejercicios
dinámicos en progresión.
Un período de 30-60 minutos diarios de actividad
aeróbica en los trastornos crónicos permite obtener los
mejores resultados, con ayuda de un refuerzo muscular
progresivo que implica a los principales grupos muscu-
lares al menos 2 veces a la semana con una intensidad
moderada-importante (60-80% del máximo en una repe-
tición [1RM] durante 8-12 repeticiones) [1] .
La eficacia parece ser mayor a partir de doce sesiones
que con un número menor de sesiones [1] .
Los ejercicios intensos (60% de la 1RM), comparados
con la misma duración de ejercicios de baja intensidad
(10% de la 1RM) y con un grupo control, en 102 ancianos
que presentaban gonartrosis, muestran una misma mejo-
ría; la intensidad de los ejercicios no parece ser un factor
preponderante.
Se trataba de ejercicios dinámicos de flexión y de exten-
sión contra resistencia (EN-Dynamic-Track), a partir de
90◦ de flexión, realizados 3 veces por semana durante 8
18
semanas. Las sesiones eran de 30 minutos en el grupo
de fuerte intensidad y de 50 en el otro, después de 10
minutos de bicicleta ergométrica y antes de 10 minutos
de compresas frías [88] .
Elección de los músculos
que se van a reforzar
Los refuerzos aislados de los cuádriceps o globales de los
miembros inferiores reducen el dolor de forma similar. El
refuerzo de los estabilizadores de la cadera reduce el dolor
medial y mejora la función [1] .
¿Ejercicio individual o en grupo?
Tanto los ejercicios individuales como en grupo, e
incluso en autorrehabilitación, tienen un efecto benefi-
cioso sobre el dolor y la función, cuando se comparan
con placebos, la ausencia de tratamiento o los consejos
de higiene de vida de forma aislada [1] .
En lo que respecta al refuerzo muscular, el tratamiento
individual no es más beneficioso que el tratamiento en
grupo [89, 90] , y un simple programa de autoejercicios puede
reducir significativamente el dolor de la rodilla [91] .
Parece que el resultado óptimo se obtiene con el uso de
múltiples intervenciones diferentes [15, 92] .
Ejemplos de ejercicios
Trabajo del cuádriceps en decúbito estricto
El paciente se sitúa en decúbito, con la rodilla apoyada
sobre la rodilla del kinesiterapeuta. Este último opone
una resistencia vertical en el cuello del pie, a la vez que
previene un posible fallo del cuádriceps colocando una
mano por debajo del segmento de la pierna para suje-
tarla. La cuantificación del trabajo puede realizarse con un
esfigmomanómetro modificado o con otro sensor de pre-
sión. Los kinesiterapeutas suelen emplear una duración
mínima de 6 segundos de contracción.
Trabajo del cuádriceps en decúbito
en flexión a 90◦
La flexión de la cadera y de la rodilla a 90◦ permite traba-
jar el cuádriceps en un recorrido medio. El kinesiterapeuta
opone una resistencia vertical con ayuda de su axila.
Trabajo del cuádriceps en decúbito
en el extremo de la camilla
El paciente se coloca en decúbito en el extremo de
la camilla, con el hueco poplíteo protegido del apoyo
mediante un cojín y el miembro contralateral flexionado
para proteger la región lumbar. El kinesiterapeuta realiza
un apoyo vertical sobre el cuello del pie procurando que
exista una isometría estricta y que se mantengan los últi-
mos grados de extensión. La cuantificación del trabajo
puede realizarse con una báscula.
Trabajo en cocontracción
de los isquiotibiales y cuádriceps
El trabajo del cuádriceps puede realizarse en cocon-
tracción con los isquiotibiales, colocando una pelota de
gimnasia rítmica y deportiva bajo el hueco poplíteo, con
el cuello del pie del paciente fijado a la camilla con una
correa. A continuación, realiza un trabajo en cadena para-
lela de extensión cuando comprime el balón.
Trabajo en cadenas paralelas de rotación
de la rodilla
Se utilizan en función de las dismorfias observadas.
El paciente se sitúa en decúbito con la rodilla flexio-
nada, el talón bajo la camilla y el antepié elevado de forma
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
Figura 29. Trabajo en cadena paralela de rotación de la rodilla
que favorece la varización.
Figura 30. Trabajo del cuádriceps en flexión a 90◦ con eslinga.
activa. Para realizar un trabajo de rotación medial de la
rodilla, el kinesiterapeuta opone una resistencia sobre el
cóndilo lateral y otra en el borde medial del dedo gordo.
Los isquiotibiales mediales, los aductores del pie y los
aductores de la cadera se reclutan en un trabajo que favo-
rezca la varización activa de la rodilla (Fig. 29).
Para realizar un trabajo de rotación lateral de la rodilla,
el kinesiterapeuta opone una resistencia sobre el cóndilo
medial y otra en el borde lateral del quinto radio. El bíceps,
los aductores del pie y los aductores de la cadera se reclu-
tan en un trabajo que favorezca la valguización activa de
la rodilla.
Trabajo del cuádriceps
o de los isquiotibiales, con el paciente
sentado al borde de la camilla
El paciente, provisto de una tobillera, gira la espalda
hacia el punto donde se engancha una eslinga para el tra-
bajo del cuádriceps, o se sitúa frente a él para el trabajo
de los isquiotibiales. Realiza un trabajo de extensión o de
flexión a partir de una posición de flexión a 90◦ (Fig. 30).
Un dinamómetro colocado en serie permite cuantificar la
fuerza de tracción de los grupos musculares.
Bicicleta de rehabilitación
Su uso suele recomendarse poco, ya que puede conside-
rarse artrógena, pero permite un trabajo de la rodilla en
carga parcial.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Figura 31. Rehabilitación propioceptiva con ordenador
(según Wang et al [46] ).
Figura 32. Reposicionamiento articular (según Wang et
al [46] ).
En contra de la idea de que los movimientos repeti-
tivos tienen un efecto perjudicial sobre la rodilla, se ha
demostrado que la práctica de la cicloergometría tiene
una eficacia demostrada y reconocida [61] . No es necesario
aumentar la resistencia, pues los resultados son compara-
bles al 70% o al 40% de la frecuencia cardíaca máxima de
reserva [93] .
Ejercicios propioceptivos
Las plataformas de juego de tipo Wii Board, como los
patinetes, se utilizan a diario en rehabilitación propio-
ceptiva. La medición precisa de los progresos con ayuda
de estos juguetes es imposible, pero se ha demostrado la
utilidad de este tipo de tratamiento.
Los ejercicios de reposicionamiento articular realizados
con un electrogoniómetro y un aparato de precisión con el
paciente en decúbito, o los ejercicios destinados a alcanzar
un objetivo en una pantalla de ordenador con el paciente
sentado [87] permiten una mejoría clínica importante [46]
(Figs. 31 y 32).
Utilización de corrientes excitomotoras
Se realiza con un aparato de electroestimulación.
Autorrefuerzo muscular
Puede prescribirse durante 6 semanas, a razón de tres
sesiones de 30 minutos por semana.
Ejercicios en carga
Estos ejercicios con el uso de carga deben realizarse de
forma parcial y sin que aparezca dolor en el miembro
19
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 33. Trabajo del obenque lateral con banda elástica.
afectado, e incluso pueden no realizarse en un primer
tiempo cuando existe una afectación bilateral.
Trabajo de resistencia de los cuádriceps
El paciente se sitúa apoyado contra la pared, con las
caderas y las rodillas flexionadas a 90◦ . Debe mantener la
posición el máximo tiempo posible. La cuantificación de
la resistencia puede realizarse con un cronómetro. Para
favorecer el tratamiento y el espíritu de superación, se
recomienda que el paciente realice este ejercicio a diario,
al menos una vez, aumentando los valores obtenidos. El
ejercicio debe provocar una tensión dolorosa en los cuer-
pos musculares de los cuádriceps, pero debe interrumpirse
si provoca gonalgias. Se puede interponer un balón de
Klein entre la espalda del paciente y la pared para aumen-
tar la dificultad.
Utilización de tubos elásticos o de Theraband
El paciente, apoyado sobre el lado sano, tracciona de un
tubo elástico o de una banda elástica unida a su tobillera y
a un punto fijo de la pared. Se pone frente a él para solicitar
los isquiotibiales, de espaldas para solicitar el cuádriceps,
o lateralmente para solicitar los obenques lateral y medial
(Fig. 33). Este tipo de ejercicio permite una actividad elec-
tromiográfica superior a los ejercicios de step [94] sin los
inconvenientes de la carga. Permite una actividad excén-
trica del músculo, lo que hace posible obtener ganancias
más importantes para los isquiotibiales que la actividad
concéntrica [95] .
Utilización de bastones
Tanto en Tailandia como en China, los ejercicios en
los que se utiliza un bastón son populares entre los
pacientes mayores (Fig. 34). La intensidad de los ejerci-
cios puede aumentarse durante la sujeción del bastón y
disminuirse mediante el apoyo sobre él. La realización
de una «coreografía» de ejercicios ayuda a la memoriza-
ción, cuya finalidad es el autotratamiento. Un programa
de iniciación de 8 semanas permite la conservación de
una actividad de rehabilitación durante el año siguiente.
La prueba de marcha de seis minutos y las escalas Womac o
SF-36 reflejan la mejoría clínica. La mejora de la velocidad
de marcha se mantiene a largo plazo [51] .
Práctica del taichí
La práctica del taichí mejora la función a los tres meses,
pero sin efectos sobre el dolor y los déficits [46] . Global-
mente, hay pruebas moderadas a favor de su práctica a
corto plazo en lo que respecta al dolor, la función y la
rigidez, así como pruebas sólidas a corto plazo respecto
a la mejoría de la calidad de vida. No se ha observado
ningún efecto terapéutico a largo plazo, pero tampoco
ningún efecto perjudicial [96] .
20
Su uso puede ser adecuado en los pacientes que presen-
ten también trastornos del equilibrio o gonartrosis por
inestabilidad de la rodilla [97] .
Desde el punto de vista estratégico, el desarrollo de una
empatía en el paciente hacia esta forma de ocio permite
reforzar su autonomía.
 Higiene de vida
La información y la educación del paciente tienen un
efecto terapéutico modesto, pero real [1, 3, 98] .
Ayudas para la marcha, ayudas
en el domicilio
Se recomienda utilizar ayudas para la marcha y realizar
adaptaciones en el domicilio [27] (muleta del lado contra-
lateral, aumento de la altura de las sillas, camas, asientos
del inodoro, pasamanos en las escaleras, sustitución de
la bañera por una ducha de acceso fácil, compra de un
automóvil con asiento alto y de cambio automático). La
mayoría de los pacientes tienen una artrosis avanzada
cuando recurren a estas ayudas. Su uso debe plantearse
sistemáticamente y de forma recurrente.
Adaptación del puesto de trabajo
Muchos pacientes con gonartrosis aún trabajan. Existen
factores de riesgo conocidos, como profesiones física-
mente exigentes, posición en cuclillas de forma repetida,
levantamiento de cargas, o deportes particulares [1] .
Consejos dietéticos
La literatura apunta claramente a favor de la pérdida
de peso como método terapéutico eficaz de la gonartrosis,
mientras que no se dispone de pruebas en cuanto a esta
misma eficacia en la coxartrosis. El paciente debe perder
peso [27] .
La obesidad es un factor de riesgo importante y modi-
ficable; debe ser uno de los objetivos reiterados durante
el tratamiento. Se puede pesar al paciente todos los meses
en la consulta del kinesiterapeuta y comparar la medi-
ción con las realizadas por el paciente. Hay que reducir el
azúcar, limitar la sal y las porciones de alimentos, tomar
cinco porciones de frutas y verduras diarias, así como
combatir las conductas inadecuadas relacionadas con los
factores favorecedores como el estrés. El seguimiento die-
tético mejora el dolor, la función y la pérdida de peso
cuando se proporcionan objetivos que deben cumplirse,
así como los medios para alcanzarlos y acoplarlos con la
actividad física.
La pérdida de peso moderada, del orden de 6 ± 2 kg,
permite una mejoría terapéutica del orden del 20% sobre
el dolor y la función [1] .
Marcha
Interés
La marcha permite una mejoría del orden del 40% del
dolor y la función [1] . Se recomienda encarecidamente su
combinación con los estiramientos y el refuerzo muscu-
lar, una información y un trabajo sobre la conducta de los
pacientes para mejorar clínicamente el dolor y el estado
funcional de los pacientes con gonartrosis. Los cambios
positivos que proporciona son atribuibles a la mejoría de
la estabilidad y de la mecánica articular, de la función neu-
romuscular, de la tolerancia a la actividad y de la eficiencia
cardiovascular [2] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada  E – 26-296-A-10
No está indicado que esto pueda dirigirse a pacientes
con sobrepeso [2] : el número promedio de pasos diarios es
del orden de 9.000 ± 3.500 en los pacientes con gonartro-
sis; con niveles de dolor similares, los individuos con un
índice de masa corporal mayor de 35 kg/m2 dan un pro-
medio de 3.300 (IC95% , 2.800-3.900) pasos menos al día,
en comparación con los individuos cuyo índice de masa
corporal es menor de 25 kg/m2 .
Población diana
Está constituida por los pacientes mayores de 40 años
que presentan una gonartrosis leve o moderada de una o
de ambas rodillas, con un índice de masa corporal menor
de 25 kg/m2 .
Posología
La marcha debe realizarse en períodos de 2-6 meses. El
uso de un podómetro que permita cuantificar el número
de pasos diarios sirve de ayuda.
Se necesitan diez minutos o más de marcha, con tres
minutos de calentamiento y de vuelta al reposo para mejo-
rar la flexibilidad, la fuerza y el dolor; la mejoría de la
función cardiovascular requiere 30 minutos de marcha
tres o cuatro veces por semana [2] .
El 20-39% de los pacientes no siguen este programa
en cuanto a su duración. Por tanto, es necesario estimu-
larlos con frecuencia para comprobar el cumplimiento
adecuado del programa, lo que no puede hacerse con una
simple llamada telefónica [2] .
Deporte
Aunque la gonartrosis puede ser la consecuencia de
traumatismos deportivos que han recibido un tratamiento
escaso o nulo, no hay contraindicaciones para los depor-
tes de ocio en los pacientes con gonartrosis, fuera de los
episodios agudos congestivos.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Figura 34. Tres ejemplos
de ejercicios realizados con
bastón (según Peungsuwan
et al [51] ).
 Ortesis
Ortesis de rodilla
Rodilleras
Pueden ser elásticas, reforzadas o no y contar con ven-
tana rotuliana o no. Tienen un efecto de contención
modesto, pero evitan las dispersiones calóricas de la rodi-
lla. Se puede pensar, a semejanza de la faja de franela usada
en caso de lumbalgia o de las bufandas usadas para la cer-
vicalgia, que este último efecto permite al músculo limitar
la producción intrínseca de calor y dar prioridad al gasto
energético para el mantenimiento de la postura y de la
actividad. Al ejercer además un efecto de tracción cutá-
nea, actúan como recuerdo propioceptivo, solicitando los
receptores cutáneos de Ruffini, que suelen considerarse
inactivos en una posición media de la articulación.
Sin embargo, no es posible decantarse respecto a las
ventajas comparadas de una rodillera adecuada para con-
servar la temperatura corporal y de otra que no presente
esta propiedad. Cuando ambas se usan durante 4 sema-
nas, proporcionan beneficios similares en términos de
reducción del dolor. Como mucho, los pacientes que uti-
lizan una rodillera «activa» tienen mejores resultados que
los pacientes del grupo control durante la estimación de
sus nuevas capacidades funcionales [90] .
Férulas de inmovilización
Presentan un brazo de palanca compatible con una
acción mecánica sobre la articulación femorotibial y tie-
nen como objetivo:
• en el plano frontal, descargar el compartimento afec-
tado al permitir su bostezo mediante un apoyo en el
compartimento opuesto y dos contraapoyos supra y
subyacentes;
• en el plano sagital, asegurar la contención de un genu
recurvatum cuando las cápsulas condíleas son inopera-
tivas.
21
E – 26-296-A-10  Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada
Figura 35. Banda Donjoy
SERF.
Vendajes
Se ha observado una acción positiva de ciertas conten-
ciones flexibles sobre el equilibrio y el dolor en pacientes
con gonartrosis [99] . Su uso es muy infrecuente y no se
recomiendan [27] .
No tienen efectos reconocidos sobre la función o la
marcha [46] .
Contención flexible de cadera
Se ha propuesto [100] estabilizar el muslo hacia la rota-
ción lateral y la abducción con ayuda de una banda
Donjoy SERF, para evitar las inestabilidades de la rodi-
lla en el plano frontal y la sobrecarga del compartimento
medial (Fig. 35). Los pacientes que utilizan esta ortesis
tenderían a inclinar más el tronco sobre el miembro afec-
tado, lo que disminuiría transitoriamente la sobrecarga
del compartimento medial. Esta práctica no está validada.
Zapatos y ortesis plantares
El objetivo de las plantillas ortopédicas sería la descarga
del compartimento medial, como se realiza quirúrgica-
mente mediante una osteotomía de valguización.
Se suele aceptar que una ortesis plantar con un ele-
mento que favorezca la pronación del pie a partir del
calcáneo o del astrágalo disminuye la separación vari-
zante de la rodilla: la valguización del pie provoca una
valguización de la rodilla [101] . La descarga del comparti-
mento medial se induciría por una rotación lateral del pie
provocada por la cuña calcánea lateral y no por un despla-
zamiento del centro de gravedad en un plano frontal [102] .
Se ha recomendado el uso de plantillas ortopédicas con
un refuerzo medial para la gonartrosis lateral, o lateral
para la gonartrosis medial [27] . Las guías clínicas recientes
no se pronuncian a favor de esta terapia [1, 27] .
Zapatos amortiguadores de los impactos
Deben utilizarse para reducir los impactos inducidos
por la marcha [21] . Se debe dar prioridad a la comodidad.
Los zapatos deben permitir una amortiguación mejor,
absorbiendo los impactos, previniendo la pronación del
pie y manteniendo las bóvedas plantares. La altura de los
22
Figura 36. Zapato inesta-
ble (según Bar-Ziv et al [103] ).
tacones debe ser mínima y el zapato ha de ser lo bas-
tante ancho para proporcionar un espacio cómodo a los
dedos [1] .
Aposterapia
La aposterapia consiste en una forma, poco orto-
doxa, de tratar la gonartrosis mediante zapatos inestables
(Fig. 36). Un estudio controlado y aleatorizado ha anali-
zado a largo plazo (2 años) con el uso de escalas (Womac,
SF-36, Knee Society Score) los efectos de este tratamiento
en comparación con un tratamiento estándar. Parece
reducir el dolor, así como mejorar la función y la calidad
de vida de los pacientes con gonartrosis [103] .
 Conclusión
La cirugía de la gonartrosis se utiliza cuando el dolor es
refractario a todos los tratamientos y cuando se acompaña
de déficits graves y de un deterioro radiológico. En este
estadio, es el paciente quien opta por la cirugía cuando
no se le puede ofrecer ninguna otra alternativa física. Esto
es así gracias a los progresos periódicos de la cirugía de
las artroplastias de rodilla. Aún hace pocos años que estas
intervenciones se reservaban a los pacientes que se limi-
taban a la deambulación en el interior de su domicilio,
pero en la actualidad son compatibles con una actividad
profesional, e incluso deportiva, moderada.
Siempre habrá pacientes que rechacen la artroplastia,
con un deterioro articular objetivo que no se correlacione
necesariamente con el carácter subjetivo de su sufrimiento
ni de sus necesidades físicas. Sin embargo, es probable que
el papel de los kinesiterapeutas consistirá cada vez más en
detectar, tratar e informar a los pacientes con gonalgia
durante el tratamiento global de su aparato musculoes-
quelético y de su dolor.
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J.-L. Estrade, Kinésithérapeute, cadre de santé (jean-louis-estrade@aliceadsl.fr).

31, chemin du postillon, 36100 Issoudun, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Estrade JL. Kinesiterapia de la gonartrosis femorotibial no operada.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física 2016;37(2):1-25 [Artículo E – 26-296-A-10].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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