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día con día y cada segundo es un paso hacia su inexorable misterio. Como los
que lo logra llevándonos al corazón mismo del vértigo: nos horroriza su violencia,
nos horroriza su silencio. O bien, nos propone cambios de ritmo: nos marca el
para un mundo que sigue su curso. La muerte, sin embargo, con toda su
signos que han de producir formas particulares para los que permanecen vivos,
día alguno que haya representado un triunfo para ellos; nos reunimos, en
Siendo natural que en un acto como el que llevamos a cabo el día de hoy
Doy por sentado que cada uno de quienes nos encontramos aquí reunidos, así
como aquellas personas que por profundo interés o mera curiosidad se cruzan
con estas palabras, tienen sus propias formas de relacionarse con los personajes
a los que hoy ofrendamos flores, sus simpatías o rechazos, sus afinidades
Estas muertes, sin embargo, adquieren también una fuerte carga de signos
colectivos y se encadenan con una serie de sucesos que han dado forma a lo
que hoy conocemos como nación, a los espacios que hoy habitamos, así como
a las formaciones subjetivas que hoy nos hacen pensar como pensamos y sentir
como sentimos.
dos posturas hasta cierto punto antitéticas con respecto a la sangre derramada
en Querétaro en 1867. Elijo estos documentos por los abordajes que hacen de
Víctor Hugo escribe a Juárez una carta fechada el 20 de junio de 1867, que
manera:
Que quede estupefacto al ver que el lado que lo hace sagrado es aquel por el
simple hecho de ser hombres, como una lección dada a las monarquías
en tanto no se significa a través del acto mismo, sino a través de las posibilidades
Jamás para el político han sido razón las bellas frases. La sublime poesía las lleva
tomarlas como ciencia, ni como principio saludable para el cristiano régimen del
mundo.
realizar la ciencia y los principios. Vale decir: los principios de la moral cristiana.
la moral cristiana y toma a esta como medida para valorar las acciones políticas
soberanía ante las naciones europeas. Podemos interrogar la viabilidad del acto
del país, tomó su venda para no ver en Maximiliano la bondad del corazón, ni su
mexicanos, y sus servicios anteriores al país, el segundo sobre todo, que para
“Muerte para los traidores mexicanos: para el pseudo emperador, salida franca
del país. De otro modo consideré la cuestión el Consejo de San Luis. A primera
vista pareció que Miramón y Mejía, aunque principales culpables del crimen, lo
El día de hoy traemos ofrendas a los generales, a los actores políticos, a los
sujetos morales que fueron de carne y hueso, con tantas luces y sombras como
nosotros mismos las tenemos. Y en esta tierra que desde antaño supo de los