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Migración

internacional
y desarrollo
económico
Evaluación crítica y bibliografía
Por
B R I N L E YT H O M A S

Unesco
P O B L A C I Ó N Y C U L T U R A

1.
En esta colección:
Culture and human fertility
por Frank Lorimer
Flight and resettlement
Personnes déplacées
por H. B. M. Murphy
The positive contribution by immigrants
Aportaciones positivas de los inmigrantes
por Oscar Handlin y Brinley Thomas
The cultural integration of immigrants
por W. D. Borrie
International migration and economic development
Las migraciones internacionales .y el desarrollo económico
por Brinley Thomas
Publicado en 1961 por la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
place de Fontenoy, Paris-7"
- -
Impreso por Fratelli P o m o Salvati Gros Monti &C., Torino

0 Unesco 1961
SS.6O/XI.6/S
Prefacio

Desde 1952, la Unesco se ha preocupado de fomentar estudios sobre los


aspectos sociales y culturales de la migración internacional.
Previa consulta con el Comité Internacional de Documentación en Ciencias
Sociales, de París, se invitó al profesor Brinley Thomas, del University
College of South Wales and Monmouthshire, de Cardiff, a que preparase
u n estudio general y una evaluación crítica de las investigaciones, tanto
teóricas como empíricas, emprendidas hasta ahora sobre las migraciones
internacionales, examinadas desde el punto de vista de las diversas dis-
ciplinas de las ciencias sociales.
Este estudio puede ser de utilidad para las organizaciones nacionales,
intergubernamentales y no gubernamentales que se ocupan de las migraciones
internacionales, en la aclaración de los complicados problemas económicos,
sociológicos, demográjcos y culturales con que se enfrentan. También está
destinado a los especialistas que efectúan investigaciones sobre el tema.
Índice

PARTE1. Descripción somera del período anterior a 1939 . . 9


El apogeo de las migraciones internacionales . . . . . 9
Ritmos desiguales de desarrollo . . . . . . . . . . 12
El descenso de la migración internacional . . . . . . 16

PARTE11. L a situación después de la segunda guerra mundial 19


Fuentes estadísticas de consulta . . . . . . . . . 19
Análisis económico . . . . . . . . . . . . . . 25
Modelos teóricos . . . . . . . . . . . . . . 25
El comercio como sustituto de la migración . . . . 25
Las migraciones y los ciclos inversos de la inversión . . 29
Efectos sobre la demanda global y de substitución debidos
a la inmigración . . . . . . . . . . . . 30
Inmigración e inflación . . . . . . . . . . . 32
Estudios empíricos . . . . . . . . . . . . . 34
Migración y movimiento del capital privado . . . . 34
Ayuda norteamericana y emigración europea . . . . 37
Consecuencias del rápido desarrollo económico de Europa
occidental . . . . . . . . . . . . . . 38
L a migración y la economía intercontinental . . . . 44
Aspectos demográficos y sociales . . . . . . . . . 50
Análisis demográfico . . . . . . . . . . . . 51
Efectos en los países de emigración . . . . . . . 51
Efectos en los países de inmigración . . . . . . . 52
Casos particulares . . . . . . . . . . . . 53
Problemas de asimilación . . . . . . . . . . . 55
El proceso de integración . . . . . . . . . . 55
Factores que dificultan la integración . . . . . . 59
Algunas orientaciones para la política migratoria . . . 61
Pasado y futuro de la investigación . . . . . . . . 61
Bi bliografín . . . . . . . . . . . . . . . 69
P A R T E 1

Descripción somera
del período anterior a 1939

EL APOGEO D E LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES

En el siglo XIX, las migraciones internacionales desempeñaron un papel


importante en el proceso de desarrollo económico. Hasta la primera
guerra mundial se podía cambiar de país de residencia con relativa
facilidad. L a Conferencia Internacional de Migraciones celebrada en 1889
expresó muy bien la creencia tan arraigada en esa época: “Afirmamos
el derecho de todo hombre a la libertad fundamental que le concede cada
nación civilizada de inmigrar, emigrar y disponer de su persona y de
su destino como le plazca.” Si se hubiesen proclamado las cuatro liber-
tades en aquella época, la libertad de migración hubiese sido sin duda
una de ellas.
Si consideramos retrospectivamente la era de las migraciones inter-
continentales en gran escala,podemos ver ahora que constituyó un período
excepcional: un entreacto entre dos momentos de la escena mundial.
Las nuevas comunidades de ultramar de gran extensión territorial y
abundantes riquezas naturales necesitaban aumentar su población ; en
cambio, el continente europeo, en gran parte poblado muy densamentc,
no sólo estaba dispuesto sino que deseaba que se produjese un movimiento
de emigración. En poco m á s de un siglo, de 1820 a 1924 1osEstados
Unidos de América acogieron a 36 millones de extranjeros, un 70% de
los cuales se establecieron en su territorio; entre éstos, nueve de cada
diez procedían de Europa. Se calcula que entre 1846 y 1924 emigraron
al continente americano no menos de 50 millones de personas. Después
de este gran movimiento de población,una undécima parte de la población
mundial estaba constituida por europeos que habían abandonado Europa.
Las migraciones internacionaleseran esencialmenteun vasto movimiento
secular de la agricultura hacia la industria, facilitado por el aumento
de la productividad agrícola, condición indispensable para el desarrollo
económico. L a industria manufacturera sólo podía desarrollarse si quedaba
m a n o de obra libre proveniente del cultivo de la tierra, lo cual sólo podía
ocurrir si la productividad agrícola aumentaba con mayor rapidez que la
demanda de alimentos. El fenómeno aparecerá mucho más claramente si

9
olvidamos las fronteras nacionales y consideramos la comunidad de na-
ciones del Atlántico c o m o una economía única, constituida por regiones in-
terdependientes. El aumento de la renta real en esta economía atlántica
durante el siglo que terminó en 1913 significaba una redistribución de
la m a n o de obra y del capital entre sus componentes. Cuarenta y cinco
millones de personas cruzaron el Atlántico, calculándose el promedio del
crecimiento decena1 de la población, en un 29% en los Estados Unidos
de América y en un 8% en Europa. En 1913, Gran Bretaña, la mayor
exportadora de capital del mundo, había invertido en el extranjero 3 500
millones de libras esterlinas, un 70% de las cuales en Norteamérica,
Sudamérica y Oceanía. El movimiento de población y de capital, de los
países donde eran relativamente abundantes a los países donde eran
relativamente escasos, constituía una condición necesaria para la ex-
pansión de la economía internacional.
El movimiento migratorio n o siguió un ritmo uniforme. Se produjeron
cuatro grandes corrientes transatlánticas de emigración europea :de 1844
a 1854, de 1863 a 1873, de 1881 a 1888, y de 1903 a 1913, y en cada uno
de estos períodos se produjo un aumento en la exportación de capitales
de Gran Bretaña. U n análisis de esos aumentos de la emigración revela
ciertos rasgos uniformes interesantes. Cada uno de ellos fue, principal-
mente, un éxodo rural. D e los dos millones de europeos que llegaron a
América en el período comprendido entre 1849 y 1854, un 80% al menos
procedía de Irlanda y Alemania. L a situación dramática de los campesinos
irlandeses, después de la “hambruna de la patata” de 1846-47,es bien
conocida; análogamente, en Alemania, la causa determinante no fue la
crisis política de 1848 sino la descomposición de la anticuada economía
agrícola del sudoeste. Durante los dos períodos siguientes, 1863 a 1873
y 1881 a 1888, las dos terceras partes de los europeos que emigraron a
América procedían de Irlanda, Escandinavia y Alemania. En el decenio
que comenzó en 1880, n o menos de un millón y medio de personas emi-
graron de Alemania y m á s de 500 O00 de Escandinavia; a principios de
este decenio, el progreso técnico de la agricultura americana influyó por
primera vez de manera importante sobre las economías agrarias de Europa.
Según Schumpeter, “la historia de la lucha de la humanidad civilizada
para obtener el pan barato es la historia de la maquinaria y de los ferro-
carriles norteamericanos’’ [66, vol. 1, p. 3191 l. Con la introducción de
la segadora en 1872 y de la agavilladora en 1880 la eficiencia de la
agricultura americana aumentó rápidamente, a lo que hay que añadir
la revolución que se produjo en el transporte terrestre y marítimo. Un
escritor contemporáneo explica que “... en 1887, en las explotaciones
trigueras del noroeste de los Estados Unidos de América, donde se pagaban
a los empleados permanentes salarios de 25 dólares mensuales además
de la comida y el alojamiento, el trigo resultaba a 0,40 dólares por

1. Los números entre corchetes se refieren a la bibliografía de la página 69.

10
bushel, en tanto que en la Prusia Renana, con salarios de 6 dólares
mensuales el coste de la producción era de 0,80 dólares por bushel” 271,
p. 591.En la mayoría de los países europeos se produjo, como consecuencia,
una crisis agrícola que hizo aumentar la emigración. L a mayor corriente
emigratoria se produjo entre 1903 y 1913:cerca de 10 millones de personas
emigraron de Europa a los Estados Unidos, procedentes en un 70% de
Italia, Rusia, los Países Bálticos y Europa Central. Comentando este
movimiento migratorio, la Comisión de Inmigración de los Estados Unidos
de América se expresa así: “Antes de llegar a Estados Unidos de América
la mayor parte de los emigrantes eran agricultores u obreros no espe-
cializados, sin formación ni experiencia en la industria manufacturera o
en la minería. Sólo fue posible emplearlos en las minas y en las fábricas
gracias a la invención de aparatos mecánicos y procedimientos que hicieron
innecesaria la capacidad y la experiencia que eran antes indispensables
en un gran número de oficios”, Comisión de Inmigración de los Estados
Unidos de América [83, vol. 1, p. 4941. Lo mismo puede decirse del
1 200 O00 emigrantes irlandeses que desembarcaron en América en los
años 1847 a 1854.
L a emigración a tierras de ultramar y los préstamos al extranjero
oscilaron paralelamente y mantuvieron una relación significativa con el
ritmo de formación de capital en los países de emigración y en los de
inmigración. Existía una marcada comunidad de intereses quc se mani-
festó en una relación inversa entrc el ritmo de la formación de capital
en el Reino Unido y en los países de ultramar de nuevo asiento. Estas
fluctuaciones o amplios vaivenes de la emigración y de la exportación
de capitales se desenvolvieron en lapsos correspondientes al del ciclo de
la construccih: en la fase ascendente del ciclo de cmigración y préstamos
aumentaba al ritmo de la inversión (ferrocarriles y edificios) en los países
receptores, por ejemplo, en los Estados Unidos de América, Australia y
el Canadá, y disminuía en el Reino Unido; en la fase descendente, caía
el ritmo de inversión en los países receptores, a la vez que aumentaba
en el Reino Unido. Los ciclos inversos de la inversión aparecen cuando
u) una parte importante de la formación de capital está influida por el
ritmo de crecimiento de la población y b) cuando el ritmo del crecimiento
de la población queda determinado principalmente por el saldo migratorio.
Estas condiciones se realizaron en el sistema internacional del siglo XIX,
y constituyeron un firme estabilizador automático en el sentido de que
Gran Bretaña, el principal país acreedor, mantenía sus capitales en el
circuito internacional,bien por medio de préstamos al extranjero, o por
ascendentes importaciones. El mecanismo implicaba además una relación
inversa entre la migración interna y la externa. Por ejemplo, cuando la
exportación de capitales a los Estados Unidos de América estaba en la
fase ascendente y la construcción doméstica en el Reino Unido declinaba,
la m a n o de obra excedente de las zonas rurales del Reino Unido tenía
la tendencia de emigrar a América. más bien que a las regiones urbanas
de su propio país; en la fase siguiente, cuando el ritmo de la formación
de capital en el Reino Unido crecía rápidamente, la m a n o de obra sobrante
en la agricultura se trasladaba a las florecientes ciudades industriales
del país quedando casi anulada la emigración. U n a etapa de prosperidad
en la construcción en el país, incitaba a los trabajadores del campo a
buscar empleo en las regiones urbanas. Pero a su vez, u n nuevo impulso
de las inversiones en el extranjero empujaba a la m a n o de obra c a m -
pesina hacia los empleos de las regiones urbanas del extranjero. D e esta
suerte, los movimientos internacionales de la m a n o de obra fueron un
elemento básico para determinar el ritmo del desarrollo económico, tanto
en los países de emigración, c o m o en los de inmigración. En el cuadro 1
figura una estadística mundial correspondiente a la migración intercon-
tinental (para estudiar los movimientos de factores y el desarrollo eco-
nómico véanse las fuentes que se citan en la bibliografía).

RITMOS DESIGUALES D E DESARROLLO

Existe una escuela que culpa al mecanismo de las corrientes internacio-


nales de capital y de m a n o de obra c o m o la causa de una considerable
desigualdad en el ritmo del desarrollo económico. Muchos escritores han
estudiado la situación anterior a 1913 de los países acreedores y de los
países insuficientemente desarrollados. Un breve resumen de esa labor
puede ser una buena base para estudiar las tendencias actuales. En
opinión de algunos autores, los países insuficientemente desarrollados de
la segunda mitad del siglo XIX fueron doblemente más perjudicados,
tanto en su condición de productores de primeras materias que c o m o
consumidores de productos manufacturados. L a razón de ello es la si-
guiente : tanto la elasticidad-renta c o m o la elasticidad-precio de la
demanda de productos manufacturados tienden a ser mayores que la
unidad, mientras que las elasticidades respectivas de las demandas de
alimentos y materias primas son inferiores a la unidad. Los países
acreedores industrializados tendían a recoger los frutos del progreso
técnico en forma de mayores ingresos nominales; en la medida en que
lo hicieran más que proporcionalmente al aumento de la productividad,
echaban una pesada carga, en términos absolutos, sobre los consumidores
de productos industriales de los países insuficientemente desarrollados.
Pero aunque los precios disminuyeran menos que proporcionalmente a
los aumentos de la productividad, se imponía también una carga a los
consumidores extranjeros. Además, las inversiones extranjeras de los
países adelantados daban c o m o resultado la creación de enclaves que se
dedicaban a la exportación en los países insuficientemente desarrollados;
su único objeto era el de asegurar fuentes de producción de alimentos
relativamente baratos y de materias primas para las economías acreedoras.
El efecto multiplicador de estas inversiones aprovechaba principalmente
12
CUADRO 1. Migración mundial intercontinental

Emigracióna Inmigración3
País de Total País de Total
emigración (en miles) inmigración (en miles)
-

Europa América
Alemania 4 889 Argentina (1 856-1932) 6 405
Austria-Hungría 5 196 Brasil 4 431
Bélgica 193 Canadá 5 206
Dinamarca 387 Cuba (1901-1932) 857
España 4 653 Estados Unidos de América 32 244
-
Finlandia (1871 1932) 371 Guadalupe (1 856-1924) 42
Francia 519 Guinea Holandesa (1856-1931) 69
Islas Británicas 18 020 Indias Occidentales Británicas
Italia 10 092 (1836-1932) 1 567
Malta (1911-1932) 63 México (1911-1931) 226
Noruega 854 Paraguay (1881-1931) 26
Países Bajos 224 Terranova (1841-1924) 20
Polonia (1920-1932) 624. Uruguay (1836-1932) 713
Portugal 1 805
Rusia 2 253 TOTAL
(América) 53 826
Suecia 1 203
Suiza 332 Asia
Filipinas (191 1-1929) 90
TOTAL
(Europa) 51 696
Oceanía
otros países
Australia (1861-1932) 2 913
India Británica 1 194 Fiji (1881-1926) 79
Cabo Verde (1901-1927) 30 Hawai (1911-1931) 216
Japón 518 Nueva Caledonia (1896-1932) 32
Santa Helena (1896-1924) 12 Nueva Zelandia (1851-1932) 594

África
Isla Mauricio (1836-1932) 573
Islas Seychelles (1901-1932) 12
Sudáfrica (1881-1932) 852
TOTALGENERAL 53 450 TOTAL
GENERAL 59 187

1. Fuentes: Carr-CaundersA. M.,'Worldpopulation, Oxford University Press,1936,p. 49.


2.'11846-1932, salvo cuando se indique otra cosa.
3. 1821-1932,salvo cuando se indique otra cosa.
I__~

13
al país de origen y no a los países en que se realizaban. D e esta suerte,
tanto en lo que respecta al comercio c o m o en lo que respecta al multi-
plicador de las inversiones, existía una tendencia secular desfavorable
para las regiones insuficientemente desarrolladas y favorable a las eco-
nomías adelantadas. Aquéllas se veían obligadas a entregar a los países
privilegiados una parte considerable de los beneficios que obtenían de
su propio progreso técnico [61, 63, 671.
Se desprende c o m o corolario de la doctrina que se acaba de exponer,
que los países insuficientemente desarrollados han de procurar no quedar
atrapados en el engranaje de una división internacional del trabajo que
les condenaría a ser definitivamente países especializados en la produc-
ción de primeras materias. C o m o dice el profesor Myrdal: “El consejo
-y la ayuda- que los países pobres reciben de los países ricos está
dirigido a menudo, aún actualmente, a multiplicar su producción de
primeras materias para la exportación. Sin duda alguna el consejo es
sincero, y hasta puede ser acertado si sólo se tienen en cuenta los intereses
a corto plazo de un país insuficientemente desarrollado, considerado c o m o
una economía en aislamiento. En una perspectiva m á s amplia, teniendo
en cuenta los intereses a largo plazo, y si se deja de considerar al país
aisladamente, lo m á s razonable es aumentar la productividad,los ingresos
y el nivel de vida de grandes sectores de la producción agrícola y de la
industria manufacturera, elevando así el precio de la m a n o de obra.
Esto estimularía un desarrollo económico con el consiguiente aumento
de los ingresos.’’ [61, p. 52.1
L a tesis que acabamos de resumir se refiere principalmente a la expe-
riencia realizada en los países insuficientemente desarrollados que recibían
capital importado de los países metropolitanos, y que en general eran
colonias. Si t o m a m o s c o m o ejemplo países c o m o el Canadá, Dinamarca,
Australia o Nueva Zelandia, que a mediados del siglo XIX eran sin duda
alguna países “insuficientemente desarrollados”, no sería justo afirmar
que fueran los que salieran peor librados. Por el contrario, esos países
alcanzaron un ritmo de desarrollo económico superior al de Gran Bretaña
[56, p. 131. Además, las deducciones que se hagan fundándose en los
datos que proporcionan las estadísticas de los términos del intercambio
(relación entre los precios de exportación y los precios de importación)
son sospechosas. Un análisis a fondo llevado a cabo por el profesor Kindle-
berger llegó a la siguiente conclusión: “Quizá sea exacto afirmar que no
existe una tendencia a largo plazo de los términos del intercambio que
perjudique a las primeras materias en comparación con los productos
manufacturados. Por el contrario, si se admite el hecho no probado pero
generalmente aceptado de que la mejora de la calidad de los productos
manufacturados, en los últimos ochenta años, h a sido mayor que la de
los productos primarios, se llega a la conclusión de que los términos del
intercambio para ‘unidades de igual calidad’ (sea c o m o sea la forma
en que esto se entienda) n o han beneficiado a los productos manufac-

14
turados sino a las primeras materias.” [54,p. 263.1 H a y desde luego casos
de países pobres productores de primeras materias que durante largos
períodos han visto mejorar sus términos netos de intercambio. Por
ejemplo, en Birmania, de 1870 a 1920, aumentó el precio del principal
producto de exportación, el arroz, y bajó el precio del principal artículo
de importación, las manufacturas de algodón [49, p. 1001. L a cuestión
fundamental consiste en saber por qué en el siglo XIX algunos países
productores de primeras materias consiguieron que una parte de los
beneficios de sus cuantiosas exportaciones sirvieran para dar impulso a
las manufacturas nacionales, mientras otros no lo lograron.
Por desgracia, algunos de los estudios actuales dan la impresión de
que hay algo peculiar en la agricultura, que hace que los que trabajan
en ella sigan siendo relativamente pobres. N o se puede afirmar que un
país se vuelva más rico porque su agricultura haya perdido importancia
relativamente,ni que un país sea pobre porque la mayoría de sus habi-
tantes vivan de la tierra. L a relación causal es diferente. L a agricultura
representa un sector menor de la economía nacional como resultado del
aumento de la renta real; cuando vemos que en un país el 90% de la
m a n o de obra trabaja en la agricultura,eso significa que el nivel general
de la productividad en su economía es muy bajo. En los países más
pobres, sus habitantes dedican todo su tiempo y sus energías a trabajar
la tierra sin conseguir más que lo imprescindible para la subsistencia;
los países adelantados poseen el nivel más alto de alimentación y sólo
uno de cada ocho de sus trabajadores se dedica a la agricultura. Las
inversiones de capital y de trabajo en los países bien dotados de recursos
agrícolas no son en sí mismas un inconveniente para su economía; basta
mencionar los casos de Dinamarca y de Nueva Zelandia. En los cincuenta
años anteriores a la primera guerra mundial, el promedio del aumento
por decenio del producto nacional real por habitante fue del 19,3% en
Dinamarca, comparado con el 12,5% en el Reino Unido. Para explicarnos
por qué las economías exportadoras de América Latina, del Asia sudo-
riental y del Africa occidental obtuvieran peores resultados, hemos de
tener en cuenta no tanto el mecanismo de la especialización y el de las
inversiones internacionales como las instituciones económicas y sociales
de estas regiones.
Será necesario analizar ahora más detenidamente las formas del de-
sarrollo económico en el siglo XIX. El examen de los salarios y de los
precios de exportación en el Reino Unido no confirma la tesis de que
la remuneración de los diversos factores tendía a absorber la totalidad
del beneficio que se obtiene con un aumento de la productividad. N o es
posible afirmar que el progreso técnico de la industria británica haya
sido notablemente absorbido por un aumento de salarios. Por otra parte,
no puede olvidarse que se han formulado muchas reservas sobre la uti-
lización de las estadísticas de los términos del intercambio para indicar
la distribución de beneficios del intercambio entre países. No puede negarse

15
que las empresas de los países occidentales se aprovecharon de la situación
económica de las colonias donde los jornales se mantenían al nivel estric-
tamente necesario para la subsistencia, y donde a m e n u d o agravaba esta
situación la falta de grupos competidores. Además, una parte de las
migraciones internacionales no respondía a un movimiento natural y era
perjudicial. C o m o señala el profesor Myint, “.,. en la segunda mitad del
siglo XIX la m a n o de obra inmigrante, especialmente la de la India, puede
considerarse en realidad c o m o una mercancía internacional de precio
uniforme y no c o m o un factor de la producción. Dondequiera que se
importase, determinaba un descenso de los salarios y de la renta de los
países ‘poco habitados’ hasta alcanzar el bajo nivel de los países m u y
poblados, en vez de darles la posibilidad de alcanzar los salarios elevados
de los continentes ‘vacíos’c o m o Norteamérica y Australia.’, [59,p. 135.1
Pero el hecho de que esta forma de migración favoreciese la explotación
de los países insuficientemente desarrollados, no es motivo suficiente para
condenar todo el sistema de movilidad de los factores de producción del
siglo XIX. Si se pretende deducir lecciones de la historia para orientar
la política actual a seguir por los países insuficientemente desarrollados,
hay que hacer un análisis objetivo y a fondo de los datos que se poseen.

EL DESCENSO D E LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL

C o n la primera guerra mundial empieza a desmoronarse el sistema de


movilidad internacional del siglo XIX. El número de extranjeros llegados
a los Estados Unidos bajó de 1 1 9 8 000, en 1913, a 111 O00 en 1918.
Durante los primeros años del siglo, la gran mayoría de los inmigrantes
procedían de la Europa oriental y sudoriental, habiendo ocurrido una
disminución relativamente importante de los inmigrantes procedentes del
noroeste de Europa. Con su participación en la guerra, se produjo en los
Estados Unidos una fuerte manifestación del sentimiento nacional y se
reveló enérgicamente u n a opinión contraria a la reanudación de la in-
migración en gran escala. Se temía una fragmentación social y racial,
y los organismos laborales y los representantes de los ex combatientes
pidieron que no se admitieran m á s inmigrantes.Poco después de la guerra,
en m a y o de 1921, el Congreso aprobó la L e y de Cuotas (Quota Act) y
unos años después, en 1924, la Ley de Restricción de la Inmigración
(Inmigration Restriction Act) que fijaba un cupo anual equivalente
para cada país al 2% del número de personas de ese país residentes en
los Estados Unidos en el m o m e n t o de establecerse el censo de 1890. Esta
legislación estaba destinada a restringir decisivamente la afluencia de
inmigrantes procedentes de la Europa oriental y sudoriental. En virtud
de esta ley el total de inmigrantes procedentes de todos los países c o m -
prendidos en sus disposiciones, se redujo a 162 O00 por año. L a ley tuvo
una profunda repercusión sobre el volumen y la orientación del movi-

16
miento migratorio entre las dos guerras. Mientras en el decenio 1900-1910
la población de los Estados Unidos aumentó en 6243000 habitantes
gracias a la inmigración y en 8 680 O00 por su crecimiento vegetativo,
de 1920 a 1930 la inmigración ascendió tan sólo a 3 335 O00 mientras
que el nacimiento vegetativo representó 12 131 000.En el mismo sentido
se iniciaron en muchos países una serie de restricciones que se agravaron
con la depresión económica mundid de los años treinta.
El Reino Unido inició una ambiciosa política de asentamiento en los
Dominios, con la Empire Settlement Act de 1922. Durante el decenio
1922-1931 se concedieron subsidios a unos 400 O00 emigrantes ingleses
para que pudiesen cruzar el océano. Pero el éxito de esta política fue de
corta duración. E l ambiente en que floreció la migración británica del
siglo XIX había cambiado profundamente. Cuando los Estados Unidos
restringieronbrutalmente la inmigración,podía esperarse que los dominios
británicos ocuparían su lugar como principales receptáculos del exceso
de población en Europa. Si se excluye la gran capacidad de absorción
del Canadá durante los años veinte no ocurrió ese fenómeno. En este
sentido es muy instructivo observar los saldos migratorios del imperio
entre 1901 y 1936. Durante ese período las salidas netas del Reino Unido
y de Irlanda fueron de 3 millones de habitantes,pero las entradas netas
en el resto del Imperio sólo ascendieron a 2 750 000.Por tanto, el con-
junto del Imperio Británico perdió un cuarto de millón de habitantes
por emigración a otros países, incluso durante una época en que se prac-
ticó una intensa política de asentamiento en el Imperio y en un momento
en que los Estados Unidos dejaron de ser un país de gran inmigración.
En los cien años que van de 1836 a 1936, la pérdida neta de población
blanca por migración ascendió en el Imperio Británico a 6 160 O00 lia-
bitantes.
El descenso de la migración intercontinental se ha de estudiar teniendo
en cuenta lo que ocurrió con el potencial económico del viejo y del nuevo
mundo. Al terminar de la primera guerra mundial, los Estados Unidos
aparecieron como el principal país acreedor del mundo. Con la recupe-
ración de la economía europea y la vuelta al patrón oro, los países euro-
peos continentales comenzaron a acudir a lo6 Estados Unidos, en vez
de acudir a Londres, en demanda de préstamos. El cambio en el volumen
y en la orientación de las migraciones repercutió en el movimiento inter-
nacional de capitales. L a Ley de Restricción de la Inmigración de 1924
suprimió virtualmente la corriente de inmigración procedente de los
países de la Europa central y sudoriental, que es la región más super-
poblada del continente europeo; como consecuencia de ello se produjo
un movimiento de capitales de América hacia Europa. En 1927 el tipo
medio de interés de los títulos europeos emitidos en dólares era del 5,774
contra 5,5% que rendían como promedio los títulos nacionales de los
Estados Unidos. Entre 1924 y 1929 los Estados Unidos prestaron a Ale-
mania 4 O00 millones de marcos. Este cambio de dirección de la corriente

17
2.
de capitales fue un nuevo elemento de la economía internacional. En 1930
los Estados Unidos eran acreedores a largo plazo por 9 500 millones de dó-
lares. El mecanismo del siglo XIX se había desarticulado. L a corriente mi-
gratoria de Europa hacia el Canadá y hacia América Latina se sincronizaba
ahora con la afluencia de capitales procedentes de los Estados Unidos
a estos pafses. Sin embargo, el rápido y cuantioso aumento de las inver-
siones privadas americanas en Europa resultó precario ; el súbito descenso
de la oferta de dólares después de 1929 tuvo efectos desastrosos en todo
el m u n d o y particularmente en la Europa occidental. L a depresión eco-
nómica fue tan marcada en todo el m u n d o que no sólo redujo el movi-
miento migratorio a un nivel m u y bajo, sino que cambió la dirección
del movimiento entre Europa y los países de ultramar. En 1932 once
pafses europeos de los que regularmente partía una corriente emigratoria,
experimentaron una inmigración neta de 102 O00 personas, mientras la
Argentina, Australia, Nueva Zelandia, los Estados Unidos y el Uruguay
registraban conjuntamente una emigración neta de 65 O00 personas. En
este perfodo de caída general de la movilidad hubo una importante ex-
cepción: Palestina, adonde llegaron, entre 1922 y 1937, 245 O00 judíos.
Un estudio a largo plazo de la evolución cualitativa de la inmigración
en cada país señala que una corriente étnica de migración sucede a otra
diferente. Francia puede servir de ejemplo. Durante el largo período que
va del siglo XIX al tercer decenio del siglo xx dominaron sucesivamente
en la inmigración tres elementos étnicos -germánico, latino y eslavo-
y empezó a manifestarse un cuarto elemento con el relativamente rápido
aumento del número de africanos y asiáticos. En Sudamérica puede
observarse un proceso parecido. Las barreras discriminatorias opuestas
contra ciertas razas por los Estados Unidos y los dominios británicos,
obligaron a los pueblos eslavos y a los de Asia a dirigirse hacia el único
continente que estaba abierto para ellos: Sudamérica. U n 34% al menos
de los japoneses que se instalaron haste 1934 fuera de su país lo hicieron
en Brasil y el Perú. L a proliferación de las restricciones en la interguerra
tuvo una fuerte repercusión en las poblaciones m á s pobres de Europa
oriental y de los países eslavos y asiáticos. Si el sistema de movilidad
internacional del siglo XIX hubiese continuado después de la primera
guerra mundial, habrían entrado en su corriente los grupos étnicos que
m á s lo necesitaban. Pero no fue así. Las medidas discriminatorias de
protección se transformaron en una característica permanente de la
escena internacional y, junto con las restricciones del comercio interna-
cional, contribuyeron a agravar la desigualdad de las rentas entre las
naciones.

18
P A R T E 1 1

La situación
después de la segunda guerra mundial

FUENTES ESTADfSTICAS D E CONSULTA

El progreso de los estudios en esta materia depende en gran medida de


que se pueda disponer de datos concretos que sean completos y exactos.
Las estadísticas de migración externa de la mayoría de los países dejan
mucho que desear y por desgracia no han mejorado mucho en los últimos
decenios. A principios del siglo XIX,los registros del movimiento de pasa-
jeros sólo eran un resultado marginal de diversos instrumentos legales,
como por ejemplo,las leyes que reglamentaban la navegación. Sólo cuando
los Estados comenzaron a comprender las ventajas de establecer un
orden de prioridad para los distintos grupos de emigrantes, se procuró
compilar estadísticas que pudieran dar una orientación en cuanto a la
política más conveniente en la materia. D a d a la gran diversidad de ob-
jetivos que perseguían los distintos gobiernos, no se hizo el menor intento
para establecer una terminología común. L a corriente de emigración
británica había cesado prácticamente en 1912, cuando el Ministerio de
Comercio decidió diferenciar entre los pasajeros que salían para cambiar
de residencia permanente durante un año o más, y los que simplemente
iban al exterior para realizar una corta visita.
Los estudios estadísticos de la migración internacional han utilizado
seis fuentes principales de información: la fiscalización que se efectúa
en los puertos, los contratos de transporte, los censos de población, la
vigilancia efectuada en las fronteras terrestres, los pasaportes y, por
último, los cupones anejos a determinados documentos. En América del
Norte y del Sur, en Asia y Africa, los registros se organizan casi sin
excepción aprovechando los datos que se obtienen en la fiscalización
ejercida en fronteras y puertos. En cambio, en los países europeos se
ha aplicado toda suerte de sistemas [92].
Las estadísticas portuarias tienen la ventaja de que la fiscalización no
es difícil y se puede determinar con exactitud el momento de la entrada
o la salida. Por desgracia, el alcance de esas estadísticas varía mucho;
algunos países sólo computan los pasajeros de tercera o los que viajan
en barcos de emigrantes. El hecho de que la frontera cntre los Estados

19
Unidos y el Canadá no estuviera vigilada, si bien es admirable c o m o
ejemplo de la forma en que deben tratarse los países vecinos, tenía la
desventaja de q u e impedía llevar u n registro fidedigno. Muchos emigrantes
de Europa entraron en los Estados Unidos por la “puerta trasera” del
Canadá, pero las estadísticas oficiales publicadas sobre este movimiento
carecen de valor. Además, sólo en 1907 se compilaron en los Estados
Unidos las cifras de emigración de forma que fuesen homogéneas con las
de inmigración. Cuando pasamos a los contratos de transporte y los
documentos de viaje, nos encontramos con la habitual falta de distinción
entre los emigrantes y los demás viajeros, y con dificultades surgidas del
engorroso mecanismo administrativo utilizado. En cuanto a las fronteras
terrestres, es evidente que la fiscalización que pueda ejercerse en ellas
es m u c h o menos eficaz que en los puertos de mar. Países c o m o Holanda
y Suecia, cuyos censos de población están a cargo de las autoridades
locales, han logrado compilar datos demográficos de amplio alcance y
m u c h a exactitud, pero sus estadísticas de migración externa son a m e n u d o
irregulares o inaccesibles.
Dos encuestas oficiales se destacan c o m o fuentes clásicas de datos
concretos y registros estadísticos: una sobre inmigración y la otra sobre
emigración. Los resultados de la investigación exhaustiva efectuada por
la Comisión de Inmigración de los Estados Unidos se publicaron en
42 volúmenes en 1911-12l. El volumen 111 de la Statistical review of in-
migration, 1820-1910 [84] es una fuente importante de información. El
informe de la Comisión Real de Emigración de Suecia (Betünkande Utvan-
drfngsfrügan) se publicó en 1913, acompañado por 20 volúmenes de in-
formes y apéndices. Digno de especial mención es el cuarto volumen,
Den Svenska och Europeiska Folkoknings-och Omflyttaingstatistiken
(Estadísticassuecas y europeas del aumento de la población y la migración)
por Gustav Sundborg, 1910 [102], vasta compilación de series cronoló-
gicas de emigración correspondientes a Suecia y otros países europeos
durante el siglo XIX.
Fiel a las tradiciones de la soberanía nacional, cada país ha organizado
su sistema de estadísticas de la manera que ha creído conveniente para
sus intereses, sin tener en cuenta la necesidad de que fueran comparables
con las de otros países. Por eso el investigador se encuentra frente a una
desconcertante variedad de definiciones y clasificaciones. Entre las acti-
vidades m á s importantes recientemente emprendidas, figuran los labo-
riosos esfuerzos de diversos departamentos de las Naciones Unidas por
abrir u n camino en esa selva enmarañada y mostrar lo que debe hacerse
si queremos contar con estadísticas internacionales fidedignas. Gracias a
esta valiosa investigación, conocemos la calidad relativa de las estadís-
ticas de migración proporcionadas por distintos países y el grado en

1. Se ha publicado un resumen útil en: Abstract of reports of the Inmigration Commission.


Vol. 1, documento del Senado n.o 747, 61.0 Congreso, 1911-12 [83].

20
que se apartan del nivel requerido. En el cuadro 2 (véase pág. 22) se
traza un esquema general de la situación.
Solamente 16 de los 45 países hacen un análisis de los emigrantes por
país de futura residencia o destino, y sólo 17 dan una clasificación de
los inmigrantes por país de última residencia u origen. Únicamente 16
establecen diferencias entre los inmigrantes continentales y los inter-
continentales, y 10 entre los emigrantes continentales y los interconti-
nentales. H a y diversas definiciones de los orígenes étnicos o raciales, y
sólo en 11 países se compilan grupos de edades semejantes a los incluidos
comúnmente en el censo de cada país. Resulta desalentador para el de-
mógrafo que sólo 16 países suministrendatos sobre la situación matrimonial
de los emigrantes; además, en 9 de ellos dicha información no va unida a
la de los grupos de edad, y en 5 no se acompaña de la indicaciónde sexo.
L a resolución aprobada el 10 de agosto de 1948 por el Consejo Econó-
mico y Social de las Naciones Unidas, pidiendo que se atendiera al per-
feccionamiento de las estadísticas de migración internacional, ha dado
por resultado dos estudios básicos: Sex and age of international migrants;
statistics for 1918-1947 [93] y Economic characteristics of international
migrants and statistics for selected countries, 1918-1954 [lOO], preparados
ambos por la Subdirección de Población de la Dirección de Asuntos
Sociales. Contamos, pues, por primera vez, con un estudio dedicado
exclusivamente a las características económicas de los que migran, con-
tinuando las primeras investigaciones sobre la materia publicadas por la
Oficina Internacional del Trabajo entre las dos guerras mundiales. L a
información,que abarca 33 países y territorios, se da en cuadros basados
únicamente en los datos originales de clasificación por ocupación o in-
dustria, personas a su cargo, posesión o falta de un contrato de trabajo
y suma de dinero con que se entra o se sale de un país. Se comprobó
que sólo tres países compilaban cifras relativas a la suma de dinero que
los emigrantes llevan consigo: los Estados Unidos, Sudáfrica e Israel.
Estos estudios son una fuente de datos valiosos para el investigador y
dan una idea de la diversidad, en cuanto a calidad y alcance, del material
estadístico básico. Los cuadros reproducen las nomenclaturas utilizadas
en los diversos países para la clasificación de los emigrantespor ocupación.
El informe señala claramente que las mismas palabras suelen tener distinto
significado o alcance en diferentes países. En las estadísticas de algunos
países aparecen términos como “obreros especializados” y “peones”, sin
que se dé definición alguna de ellos, y por lo tanto sin que pueda cono-
cerse su grado de comparabilidad. Además, “... la comparabilidad y el
valor de la clasificación por ocupaciones disminuye debido a la presencia,
en la mayoría de las clasificaciones,de un grupo de población activa que
se denomina a veces ‘otros’ o bien ‘misceláneos’, ‘no declarado’, ‘mal
definido’, etc. Ese grupo puede abarcar sólo las ocupaciones de menor
importancia que no se incluyen en los grupos bien definidos, o bien
personas que, de ser mejor conocidas o más exactemente descritas sus

21
CUADRO 2. Tabulaciones de estadísticas de migración para diferentes países

Emigración Inmigración
Países que dan datos 41 Países que dan datos 42

Total de emigrantes Total de inmigrantes


Países que dan datos referentes a: Países que dan datos referentes a:
Nacionales y extranjeros sin Nacionales y extranjeros sin
distinción 29 distinción 27
Nacionales y extranjeros por Nacionales y extranjeros por
separado 1 separado 1
Nacionales solamente 7 Nacionales solamente 7
Extranjeros solamente 4 Extranjeros solamente 8
Países que dan datos referentes a: Países que dan datos referentes a:
Emigración continentale inter- Inmigración continental e in-
continental sin distinción 25 tercontinental sin distinción 22
Emigración continental e inter- Inmigración continental e in-
continental por separado 10 tercontinental por separado 16
Emigración continental sola- Inmigración continental sola-
mente 2 mente 2
Emigración intercontinentalso- Inmigración intercontinental
lamente 4 solamente 2

Clasificaciones por país de futura Clasificaciones por país de última


residencia o de destino residencia o de origen
Países que dan datos de este tipo 16 Países que dan datos de este tipo 17
Pafses que dan datos referentes a: Pafses que dan datos referentes a:
Nacionales y extranjeros sin Nacionales y extranjeros sin
distinción 11 distinción 9
Nacionalesy extranjeros por se- Nacionales y extranjeros por
parado O separado O
Nacionales solamente 4 Nacionales solamente 4
Extranjeros solamente 1 Extranjeros solamente 4

Clasificaciones por sexo y edad Clasificaciones por sexo y edad


Países que dan datos de este tipo 12 Países que dan datos de este tipo 13
Países que dan datos referentes a: Países que dan datos referentes a:
Nacionales y extranjeros sin Nacionales y extranjeros sin
distinción 9 distinción 8
Nacionalesy extranjeros por se- Nacionales y extranjeros por
parado o separado O
Nacionales solamente 2 Nacionales solamente 2
Extranjeros solamente 1 Extranjeros solamente 3
1. Basado en: Naciones Unidas. Problemas I.elativos a las estadísticas de migración [92].

22
ocupaciones, deberían incluirse en uno de los grupos bien definidos. En
algunos países, el volumen del grupo residual es tan grande, que no pueden
considerarse significativos los datos de los grupos definidos” [9O,p.23 y 241.
Recientemente, a petición del Comité de Mano de Obra de la O E C E ,
las Secretarías de la O E C E , el CIME,la OIT y las Naciones Unidas
llevaron a cabo un estudio conjunto de las estadísticas europeas de mi-
gración, diciembre de 1958 [172]. Se comprobó que era muy difícil rela-
cionar las estadísticas de migración a los países de ultramar con las de
migración entre países europeos, debido en parte a la diversidad de
métodos y definiciones, y en parte a que.se trata de dos tipos de migra-
ción diferentes. Al registrar los movimientos de migración en Europa,
los gobiernos rara vez emplean las definiciones de migración permanente
recomendadas por las Naciones Unidas. E l común denominador se basaba
en un concepto de residencia, y en el trabajo hubo que utilizar aquél,
de preferencia a las estadísticas que se ajustaban a los requisitos inter-
nacionales. Por lo que se refiere a las estadísticas de los países de ultramar,
también se observó que muy pocos de ellos habían seguido las recomen-
daciones internacionales.
L a mayoría de los expertos estarán de acuerdo en que lo ideal sería
llegar a establecer un esquema como el siguiente [91, p. 181.

Llegadas procedentes de otros países Salidas con destino a otros países


1. Total de llegadas (total de las 1. Total de salidas (total de las
categorías 2 a 5). categorías 2 a 5).
2. Inmigrantespermanentes: es decir, 2. Emigrantes permanentes: es decir,
no residentes (nacionales y extran- residentes (nacionales y extranje-
jeros) que se proponen permanecer ros) que se proponenpermanecer en
en el país más de un año. el extranjero durantem á s de un año.
3. Inmigrantes temporales, es decir, 3. Emigrantes temporales que salen
no residentes que se proponen del país (las personas a cargo se
ejercer, durante un año o menos, clasificarán en la categoría 4).
una profesión remunerada dentro
del país (las personas a cargo del
inmigrante figurarán en la cate-
goría 4).
4. Visitantes, es decir, no residentes 4. Visitantes que salen del país al
que se proponen permanecer en el término de su visita. Esta cate-
país durante un año o menos sin goría puede ser subdividida con
ejercer en él una ocupación (iu- arreglo al propósito de la visita
clusive las personas a su cargo). (véase el párrafo 19 infra).
Esta categoría puede ser subdi-
vidida con arreglo al propósito de la
visita (véase el párrafo 19 infra).
5. Residentes (nacionales y extran- 5. Residentes (nacionales y extran-
jeros) que regresan al país después jeros) que se proponen perma-
de haber permanecido en el extran- necer en el extranjero durante un
jero durante un año o menos. año o menos.

23
Grupos especiales Grupos especiales
Algunos grupos incluidos en estas Los mismos que se han enumerado
categorías merecen especial mención, respecto a las llegadas.
v. gr. : refugiados, poblaciones tras-
ladadas, inmigrantes que desfrutan
de un régimen especial (por ejemplo,
subsidio del Estado, participación de
organizaciones intergubernamentales
para sufragar el pasaje); facilidades
resultantes de acuerdos bilaterales o
multilaterales.

A pesar de la paciente labor de los expertos de las Naciones Unidas, la


OIT, la OECE y otros organismos, los registros estadísticos básicos no
han mejorado mucho. Dada la cantidad de gobiernos interesados, la
lentitud del proceso es inevitable. Aun en Gran Bretaña, donde los re-
gistros anuales llegan retrospectivamente hasta 1803,las actuales esta-
dísticas de migración son muy defectuosas en algunos aspectos; se basan
todavía en los manifiestos de navegación sobre las largas rutas marítimas
solamente, y no dan información sobre los movimientos por rutas marí-
timas cortas ni por aire, omisión muy seria esta última, pues se calcula
que uno de cada tres emigrantes del Reino Unido viaja por aire [99,
Cand. 619, p. 91. A este respecto, Gran Bretaña está rezagada en relación
con muchos países cuyas leyes exigen que los pasajeros de avión llenen
los cuestionarios pertinentes, tarea en la cual las líneas aéreas colaboran
tanto como las compañías de navegación. Un remedio sería,evidentemente,
obligar a las personas que hacen largos trayectos por mar o aire a llenar
una ficha uniforme, sin tolerar diferencias entre los requisitos que se
exigen a las líneas aéreas y a las compañías de navegación. L a Junta
de Migraciones de Ultramar de Gran Bretaña ha encarecido reiterada-
mente que se haga una reforma en este sentido.
En el informe de 1958 se dice que “estadísticas de migración adecuadas
no sólo son indispensables para establecer normas de orientación general
en esta materia, sino que por lo común no se aprecian quizá los grandes
servicios prácticos que el perfeccionamiento de esas estadísticas prestaría
en otras questiones. Por ejemplo, facilitarían a las autoridades compe-
tentes la tarea de evaluar los efectos brutos y netos de la migración en
nuestros recursos de mano de obra, sobre todo en las categorías de traba-
jadores calificados y con conocimientos técnicos en general, así como en
las profesiones científicas y la ingeniería en particular. Además, el mejo-
ramiento de las estadísticas de migración redundaría en beneficio de los
censos y de los cálculos actuariales relativos al Fondo Nacional de Seguros.
También sería de mucho valor para la administración de la Higiene
Pública.” [99, Cand. 619,p. 5 y 6.1
Algunos de los progresos más útiles de la investigación se han logrado
gracias a la aplicación de métodos estadísticos adecuados a los datos de

24
los censos de población. D e esta manera se puede verificar el grado de
error probable en las series cronológicas de migración y formular esti-
maciones bastante exactas de las cifras netas de los movimientos externos
durante los períodos intercensales. Pueden citarse dos ejemplos notables:
Inrnigration and theforeign born, por S. Kuznets y E. Rubin, 1954 [27],
en que se han cotejado las cifras de inmigración en los Estados Unidos
con los datos de los censos sobre residentes nacidos en el extranjero, y
N. Kayfits, “The growth of the Canadian population” en Population
studies, IV, 1950, que presenta un balance de la población del Canadá
desde 1851 a 1950, con el número de nacimientos,defunciones,inmigrantes
y emigrantes para cada decenio.

ANALISIS ECON~MICO

MODELOS T E ~ R I C O S

En los últimos años ha adelantado mucho el análisis teórico de la migra-


ción internacional. A continuación bosquejaremos brevemente cuatro
enfoques distintos.

El comercio como sustituto de la migración

Según una teoría, válida desde el punto de vista formal, “bajo determi-
nadas condiciones, la libre movilidad de las mercancías en el comercio
internacional sirve como sustituto total de la movilidad de los factores
de la producción y conduce a una nivelación completa de los precios
de los factores.” El argumento ha sido expuesto con claridad en un no-
table trabajo que el profesor A. P. Lerner leyó en 1933,siendo estudiante,
en un seminario de la Escuela de Economía de Londres [106]. L a con-
clusión se formulaba así: “... si en dos (o más) países se producen dos
(o más) mercancías susceptibles de circular libremente entre ellos, siendo
iguales los conocimientos técnicos de que se dispone en ambos, entonces,
en situación de equilibrio estable o al menos prohable,los factoressimilares
desde el punto de vista físico, tendrán el mismo precio en cada país,
aunque no pueden circular entre los países en cuestión” [106, p. 841.
El profesor P.A. Samuelson,trabajando independientemente,construyó
un modelo análogo en 1948 [112] y se aventuró a señalar sus repercu-
siones en la política migratoria con estas palabras: “El Reino Unido es
una región densamente poblada. Durante el período de la posguerra ha
sufrido las consecuencias de una disminución de los ingresos procedentes
de sus inversiones en el extranjero, de los altos precios y de los términos
del intercambio desfavorables, así como de cierta desorganización en la
producción y en la división interna del trabajo. ¿Es la emigración en
gran escala una solución? Tal vez. Pero a pesar de todas las reservas

25
posibles, el propósito principal de este estudio ha sido demostrar que un
intercambio comercial relativamente libre substituye a la movilidad de
los factores de producción mejor de lo que se creía hasta ahora. Mientras
puedan llevarse al Reino Unido materias primas a fletes relativamente
reducidos, la ley del rendimiento decreciente pierde gran parte de sus
efectos en el Reino Unido. Se plantea la cuestión de saber qué pueden
hacer por sí mismos los trabajadores industriales ingleses en los confines
remotos del Imperio, que no puedan hacer en Inglaterra. ¿Qué pueden
hacer por la actual generación de australianos y canadienses, después de
emigrados, que no pueden hacer en Inglaterra? Evidentemente es impo-
sible dar respuestas sencillas a cuestiones tan complejas. No cabe duda
de que en muchas partes del m u n d o la industria se encuentra en estado
de letargo y tal vez nuevos agentes catalíticos favorezcan, a la larga,
un equilibrio m á s estable y apropiado a largo plazo. Pero el hecho de
plantear la cuestión en la forma precedente demuestra que los efectos
favorables de la migración están lejos de ser automáticos y no es posible
darlos simplemente por sentados. Sólo ocurriría así si se propusiera que
los ingleses emigraran para trabajar c o m o productores de artículos ali-
menticios. Pocos expertos propondrían que se hiciera esto en gran escala,
aún ahora que los términos del intercambio son anormalmente favorables
para la producción agrícola. Sin aventurarse a hacer vaticinios temerarios,
cabe considerar con escepticismo la posibilidad de que continúe esta
tendencia anormal de los términos del intercambio, que es contraria a
la corriente histórica. Y aunque se mantuviera esa tendencia al alza
relativo de los precios de los alimentos y las materias primas, habría
que esperar mucho, antes de que los esfuerzos de la m a n o de obra apli-
cados a la tierra pudieran rendir en cualquier parte del m u n d o los mismos
ingresos reales que los análogos de la m a n o de obra industrializada.” [114,
p. 183 y 184.1
El artículo del profesor Samuelson provocó una interesante polémica,
demasiado larga y compleja para resumirla aquí [lo4 a 1141. Se demostró
que sus conclusiones respecto a la política de migración eran un tanto
apresuradas, y en su segundo artículo se expresó aquel autor con m á s
cautela: “Y aunque quizá haya sido aventurado de mi parte extraer con-
clusiones sobre el valor de Ia emigración europea, a partir de un modelo
abstracto y simplificado, debo dejar sentada mi opinión de que la dife-
rencia que se manifesta entre la hipótesis de rendimientos constantes y
las funciones de producción halladas enpíricamente, probablemente ten-
dería a reforzar en vez de contradecir, la opinión de que es posible la
existencia de altos niveles de vida en zonas de densa población, c o m o
ocurre en la isla de Manhattan o en el Reino Unido”1. No pasó m u c h o
tiempo sin que los escépticos atacaran violentamente esta doctrina. El

1. Sarnuelson P. A. International factor price equalisation once again. Economic journal,


Juae 1949, p. 196.

26
argumento de Samuelson, dentro del marco de las hipótesis por él for-
muladas, es formalmente válido, pero esas hipótesis son demasiado res-
trictivas para justificar las conclusiones generales que el autor se aventuró
a formular. (Esas hipótesis son libertad de comercio, libre competencia,
reducción del m u n d o a un sistema de dos países, dos mercancías y dos
factores, ausencia de toda especialización, idénticas funciones de produc-
ción en ambos países para los mismos productos y unidades de producción
de pequeña dimensión óptima en comparación con la amplitud de los
mercados.) 1. F. Pearce ha demostrado, sin formular ninguna hipótesis
especial, que es posible probar que la libre movilidad de las mercancías
en el comercio internacional aumentará la disparidad de los precios de
los factores de la producción [110, p. 111 a 1131.
Un trabajo muy agudo del profesor Harry G. Johnson contribuyó a
aclarar la cuestión [lOS].
El autor concluye que la afirmación de que el libre comercio tiende
a nivelar los precios relativos de los factores de la producción, y lo hará
si ambos países continúan produciendo ambas mercancías, sólo es válida
en determinadas condiciones, por ejemplo “... si, como consecuencia
ya sea de la índole de los medios técnicos existentes,o de que las dispo-
nibilidades de factores de la producción en ambos países estén en propor-
ciones semejantes, las relaciones entre las cantidades de cada factor que
se emplean en la producción no se invierten cuando la relación capital-
trabajo varía entre los niveles que toma en los dos países (proporciones
entre las disponibilidades de factores respectivos...). Resulta así que las
conclusiones del teorema de Heckscher-Ohlin dependen no sólo de la
hipótesis de que haya libre competencia, no existan barreras al inter-
cambio, los rendimientos sean constantes, etc., sino también de una
hipótesis empírica sobre el estado de la tecnología o de la disparidad
entre las disponibilidades de los factores en ambos países” [105,p. 28-29].
El profesor J. R. Hicks, si bien recouoce lo limitado de las hipótesis en
que se basa el modelo de Samuelson, cree que se adapta a largo plazo,
puesto que podríamos suponer que el estado de capital fabricado por el
hombre podría transformarse de modo que tomara la forma que se juzgase
más adecuada, y “... si el medio se transformara de tal manera que los
indios o los africanos pudieran obtener ingresos de la cuantía de los que
reciben los europeos, si tuviesen la misma eficiencia que éstos” [104l.
En otras palabras, en un régimen de libre cambio universal, sin movi-
miento de factores,los precios de éstos tenderían a nivelarse a largo plazo.
Esta conclusión de carácter muy general deja sin resolver algunas de
las cuestiones teóricas más importantes.
En la obra del profesor J. E. Meade, Theory of international economic
policy [108],se hace un estudio completo y concluyente de esta cuestión.
Demuestra que las hipótesis necesarias para la nivelación de los precios
de los factores son muy restrictivas y algunas de ellas difícilmente lle-
garán a cumplirse ni siquiera de manera aproximada. Sobre postulados

27
m á s razonables puede demostrarse que la libertad de comercio debe ir
acompañada por la migración internacional de factores si se quiere in-
crementar al máximo la producción total de la economía internacional.
Según Meade, se trata de los siguientes postulados: en los costes influyen
las diferencias en “... el marco institucional y en la dimensión de las
empresas en los diferentes países” (capítulo XXI); la necesidad de tener
en cuenta la diferencia de los costes de transporte de los productos de
ambos países (capítulo XXII);la existencia de un gran número de fac-
tores en relación al número de productos uniformes que se intercambian;
la total especialización de algunos países en determinadas ramas de la
producción; y diferencias apreciables en las posibilidades técnicas de
sustituciónde factoresentre las diferentes industrias que producen artículos
de intercambio (capítulo XXIII).
Habiendo demostrado de un m o d o evidente las razones que explican
la movilidad nacional del trabajo y del capital, Meade termina con dos
argumentos a favor de los controles. “En primer término, si en un país
existen condiciones demográficas que conducen a un rápido e incontro-
lado aumento de la población puede haber razones de peso para impedir
la libre migración de la m a n o de obra de esos países hacia otros donde
el aumento de la población esté mejor controlado. Si el aumento de po-
blación no está realmente controlado en los países de emigración, no se
pondrá término al movimiento de la mano de obra que puede emigrar
libremente hasta que todos los países de inmigración se hallen también
considerablemente superpoblados. L a libertad de migración internacional
exige un cierto control de la natalidad nacional en los países de emigración
a fin de que ello no conduzca a una expansión sin límites de la población
total del mundo. En segundo término, en el caso del movimiento inter-
nacional de trabajo y de capital, se debe poner especial atención en un
aspecto del mejor argumento subsidiario. Si los diferentes países practican
distintas políticas nacionales para la distribución de la renta y de la
propiedad, ello puede motivar una razón muy importante para ejercer
control sobre el movimiento internacional del trabajo y del capital. Supon-
gamos que un país practica una política que da gran importancia a la
igualdad y relativamente poca a la eficiencia, y que otro país otorga
gran importancia a los libres incentivos para la eficiencia y poca relati-
vamente a la igualdad de rentas. En estos supuestos, los factores mejor
dotados para obtener grandes remuneraciones se trasladarán al segundo
país, mientras que los que estén más necesitados de la protección del
estado nodriza se trasladarán al primero. Estos movimientos pueden ser
completamente antieconómicos. Por ello está muy fundada la idea de
que, o los países deben aplicar políticas de bienestar similares o sino,
aunque exista libertad de comercio, debe haber cierto control de los
movimientos internacionales de los factores de la producción” [ 108,
p. 569-5701.

28
L a s migraciones y los ciclos inversos de la inversión
Se ha expuesto en la sección “El apogeo de las migraciones internacio-
nales” de este informe que la era de la movilidad internacional con escasas
restricciones se caracterizaba por la existencia de una relación inversa
entre el ritmo de la inversión en el Reino Unido y en los países extranjeros
de nuevo asiento. Un modelo destinado a explicar la naturaleza de esta
acción mutua puede resumirse en la forma siguiente (véase Brinley Thomas
[118, capítulo XI,y 119, capítulo 11).
Tomemos dos países: A,un país acreedor industrializado, y B , un país
insuficientemente poblado, pero rico en recursos naturales. Dividamos
cada país en dos sectores: inversiones y exportaciones. Existe libre movi-
lidad de los factores entre esos países y entre los sectores. Se suponen
las siguientes condiciones:el nivel de actividad en el sector de exportación
de un país depende de la eficiencia marginal del capital en el sector de
inversión del otro país en el mismo período. L a capacidad de exportación
de cada país es función de la tasa de expansión lograda en el sector de
inversión de ese país en el período anterior. Se postulan los dos principios
siguientes: primero, una parte importante del total de la inversión
depende de la tasa de crecimiento de la población. Segundo, la tasa
de crecimiento de la población depende principalmente del saldo mi-
gratorio.
Supongamos que se origina un movimiento de migración, sea cual fuere
su causa, de A a B. El ritmo de la inversión se estimula relativamente
en B y se deprime en A. L a expansión de la inversión en B induce una
corriente de capital procedente de A y un auge en el sector de expor-
taciones de A que atraerá recursos del sector, relativamente deprimido,
de la inversión en A. En cambio, en B se produce un movimiento de
factores hacia el creciente sector de inversión. Cuando el auge de las
inversiones alcanza en B un máximo, determinado, por ejemplo, por la
acción recíproca entre el acelerador y el multiplicador, disminuye en B
el ritmo de la inmigración y se produce una reactivación de las inver-
siones en A. Los factores de la producción y los fondos prestables en A
se desplazan ahora del sector en descenso de las exportaciones al sector
en auge de las inversiones. L a migración hacia las ciudades en A susti-
tuye a la emigración de A a B. L a expansión de las inversiones en A
induce un alza en el sector de exportación de B; este proceso continúa
hasta el momento en que el auge alcanza su máximo en A, coincidente
con el mínimo de la actividad de inversión en B.L a falta de espacio no
permite exponer las repercusiones que estos ciclos de sentido inverso
tienen en los precios. El Sr. R. C. O.Matthews, en su obra reciente The
trade cycle, afirma que los movimientos de migración son la explicación
más plausible de la relación inversa entre las fluctuaciones de la inver-
sión en el Reino Unido y en los Estados Unidos de América desde 1870
a 1914 [116, p. 109-1101.

29
El profesor Simón Kuznets sugiere una explicación análoga en su
modelo de un largo proceso oscilatorio, que se alimenta asimismo, de
la población y la producción de los Estados Unidos hasta el año 1920
[115]. Lo expone en substancia de la siguiente manera: “Dadas las largas
oscilaciones en la corriente de bienes per cápita que reciben los consu-
midores, resultarán -con algún retardo- en movimientos similares en
el saldo migratorio primero, y luego en el crecimiento vegetativo, que
reunidos,resultarán en oscilaciones en el crecimiento total de la población.
Estas provocarán, a su vez, con algún retardo, oscilaciones en la parte
de la inversión sensible a las variaciones de la población (viviendas,
inversiones fijas de las compañías ferroviarias). Este último proceso
inducirá largas oscilaciones inversas en las demás clases de inversiones
y en la corriente de bienes per cápita que reciben los consumidores. Estas
últimas darán lugar a nuevas oscilaciones del saldo migratorio y del
crecimiento vegetativo, y así sucesivamente”. Estos dos modelos y los
resultados teóricos expuestos en la obra del profesor Meade, proporcionan
una base para interpretar el papel de la migración internacional en el
proceso del desarrollo.

Efectos sobre la demanda global y de substitución debidos a la inmigración

Muchas de las polémicas de carácter general sobre los efectos económicos


de la inmigración adolecen de la inexistencia de conceptos teóricos claros.
Dejando aparte el problema de las fluctuaciones cíclicas, podemos pre-
guntarnos de qué manera una corriente de inmigrantesafecta a la economía
del país que la recibe. Un estudio de esa naturaleza ha de partir de la
distinción entre el efecto sobre la demanda global y el efecto de substi-
tución. Lo esencial de la distinción lo precisa claramente el profesor B. S.
Keirstead. Al decir “modo global” indicamos la forma o modo mediante
el cual un cambio influye en la economía a través de sus efectos sobre
la renta global. Por “modo real” entendemos la forma o modo mediante
el cual un cambio afecta a la economía por medio de alteraciones en la
elasticidad de substitución de una mercancía o grupo de mercancías o
de un factor, por otra mercancía, grupo de mercancías o factores; o en
la estructura del mercado, en el nivel de la renta real y en el de bienestar,
y en los niveles reales de las remuneraciones [120, p. 109-1101.
El valor de esta clase de análisis se observa en la obra del profesor
J. J. Spengler [123, p. 18-22]. El método utilizado es el siguiente: “Su-
pongamos que los emigrantes se trasladan del país A al país B y que
entre ellos existe, además de un número relativamente pequeño de no
trabajadores (principalmente mujeres y niños), un número relativamente
grande de trabajadores que se pueden clasificar en cuatro oficios prin-
cipales, al, a,, a,, a4. Supongamos también que el país B tiene propen-
siones a importar y a exportar muy pequeñas. En el caso de que la fuerza
de trabajo de B comprenda cuatro oficios análogos b,, b,, b, y b,, los

30
trabajadores inmigrantes podrán substituir a los trabajadores nativos de
esos cuatro oficios.
Por ello (abstracción hecha de los efectos sobre la renta y sobre la
demanda global, y en el supuesto de que los trabajadores inmigrantes
encuentren empleo en sus oficios), disminuirán las remuneraciones rela-
tivas que reciben los trabajadores nativos en estos oficios. Simultánea-
mente los índices relativos de la remuneración que reciben los trabajadores
nativos en oficios distintos a esos cuatro, se elevarán, en parte a causa
de que el aumento de las clases b,-b,, que son complementarias de todas
o de la mayor parte de las clases b,-b,, desplaza positivamente las curvas
de demanda de trabajo (y el valor de la productividad) de estas últimas
clases. L a m a n o de obra nativa experimentará al principio efectos reales
(o de substitución) y complementarios a la vez debido a la llegada de
los trabajadores inmigrantes; los efectos de substitución (o complemen-
tarios) predominarán en la medida en que el número de trabajadores
empleados en las categorías bl-b,fuese relativamente grande (o pequeño)
ya antes de la llegada de los inmigrantes.” [123, p. 19.1
Los grupos del país de inmigración tienden naturalmente a ver sólo
los efectos de substitución, pero ello no configura en m o d o alguno el
cuadro general de la situación. Las campañas en pro de las restricciones
de la inmigración se basan frecuentemente en la experiencia de grupos
particulares. Sin embargo, la situación no se ve con claridad a no ser
que se tenga en cuenta el efecto sobre la demanda global. El profesor
Spengler lo expone en la forma siguiente:“La inmigración supone también
efectos sobre la demanda global o sobre la renta, que serán relativamente
más pronunciados en los países en vías de desarrollo y expansión. L a
supuesta llegada de inmigrantes (abstracción hecha de los efectos tran-
sitorios del ciclo económico) irá acompañada casi con seguridad de un
aumento en la renta interior global de B. Este aumento sería relativamente
mayor (ceteris paribus) si la población de B fuese inferior a la óptima
(la que corresponde a una renta per cupita máxima), pues en ese caso
cabría esperar (como resultado indirecto de la inmigración, una vez que
la fuerza laboral de B se hubiese ajustado convenientemente a la llegada
de trabajadores inmigrantes) que la riqueza producida aumentara incluso
más que la fuerza laboral... Sin embargo, sería improbable que la renta
absoluta por trabajador se elevara también en los oficios b,-b,, a no ser
que la población de B fuese inferior a la óptima y que un número sufi-
ciente de trabajadores nativos de esos oficios se hubiera trasladado a los
oficios b,-b,. L a remuneración relativa en los oficios b,-b, tendería a ser
inferior a lo que era antes de la llegada de los inmigrantes. El efecto
sobre la demanda global de la inmigración que acaba de describirse puede
reforzarse, aun cuando por sí solo tienda a ser lo suficientemente impor-
tante como para anular los ‘efectos de substitución’ de la inmigración,
en una economía que se halle en la fase de rendimientos crecientes,pues
entonces algunas de las posibles consecuencias de los cambios económico-

31
sociales producidos por los inmigrantes pueden también tener efectos
sobre la demanda global.” [123, p. 19-20.]
Basándose en experiencias anteriores podría citarse gran número de
casos para demostrar la utilidad de esa distinción entre los efectos sobre
la demanda global y de substitución. Un buen ejemplo es el marcado
cambio observado en el volumen y la calidad de la emigración británica
a los Estados Unidos a fines de siglo. En tanto que, en 1880-1900,la
proporción de trabajadores no calificados era de 60 a 80%, en 1900-
1913, esa proporción disminuyó hasta el 25%, aumentando hasta el 45%
la proporción de obreros calificados. E l volumen medio anual de emi-
gración de Gran Bretaña a los Estados Unidos disminuyó de 150 O00 a
comienzos de 1880 a 50 O00 entre 1900 y 1913. Después de 1900, la eco-
nomía de los Estados Unidos, transformada por innovaciones técnicas
que requerían una diversificación de la estructura del capital, podía
absorber gran cantidad de obreros no calificados e incluso analfabetos,
es decir, los “nuevos” inmigrantes procedentes de Europa central y
oriental. Estos “nuevos” inmigrantes y el personal dirigente, técnico y
especializado eran complementarios; por consiguiente se produjo un
aumento relativo de la demanda de m a n o de obra especializada británica.
Para el sector menos capacitado de los inmigrantes de Gran Bretaña e
Irlanda fue difícil competir con los inmigrantes del sur de Europa. Por
otra parte el movimiento ascendente en la escala social de la segunda
generación británica y de Europa septentrional, ya existente en los
Estados Unidos, substituyó a los inmigrantes británicos especializados. En
el caso de estos últimos, después de 1900 el efecto complementario fue
probablemente algo mayor que el efecto de substitución, en tanto que
para los no especializadosel efecto de substitución fue netamente superior.

Inmigración e injación

U n o de los problemas suscitados por la inmigración es su tendencia a


provocar la inflación. Esta ha sido una de las grandes preocupaciones
de la posguerra en países como Australia e Israel. Se han formulado
modelos teóricos para precisar las condiciones que determinan este fenó-
meno y para tratar de explicar por qué la inmigración es intermitente.
Puede citarse como ejemplo de esta clase de estudio la obra del econo-
mista australiano P. K. Karmel [126]. Supongamos que el país receptor
tiene una producción total anual de 100, que el consumo es 90, la in-
versión 10, y la relación capital/producto 3 :1. Supongamos que la po-
blación aumenta en un 2% anual merced a la inmigración, y que existe
pleno empleo. El consumo se eleva de 90 a 91,8, es decir, en un 2%.
El capital existente, de 300,debe elevarse en un 2%, es decir en 6. En
tanto que la oferta global real aumenta de 100 a 102,la demanda global
real crece del 100 a 107,8. En la medida en que los inmigrantes trabajen
más, ahorren más y exijan alojamientos más pequeños que el promedio

32
de los australianos, la tendencia inflacionista podrá reducirse. El efecto
desfavorable del exceso de demanda global sobre la balanza de pagos
puede compensarse temporalmente mediante la importación de capital,
pero la situación sería precaria. Es muy probable que el gobierno tenga
que intervenir para contener las importaciones,disminuyendo los ingresos;
en ese caso caerá el nivel de inmigración. Es lo que ocurrió sin duda en
Australia en la posguerra. Otro análisis, en el que se utiliza la técnica
de estadísticas comparadas, es el de W.M. Corden [125].
El profesor A. P. Lerner ha desarrollado una interesante teoría en la
que ha influido considerablemente el caso de Israel [127]. En él se de-
muestra que puede haber una inflación de costes autoalimentadora,
incluso cuando las autoridades consiguen impedir un exceso de demanda.
Si los inmigrantes tienen ya una noción convencional de lo que debe ser
un salario tipo real o la adoptan de los trabajadores nativos, se inicia
un proceso en el cual, con existencia de cierto desempleo, los costes au-
mentan, los vendedores elevan los precios y los salarios reales quedan
por debajo del “salario tipo”. Entonces se aumentan los salarios nomi-
nales a fin de restablecerel valor del salario real,elevándolo hasta alcanzar
el salario tipo. LOSprecios vuelven a subir y la espiral continúa. L a inter-
vención del gobierno para hacer que el nivel de empleo sea ‘‘~atisfactorio’~
asegura la continuidad del proceso. E l profesor Lerner llega a la conclusión
siguiente: “NO se producirá necesariamente una demanda inflacionista
como consecuencia de la inmigración, o por la formación de capital que
la inmigración requiere, si el gobierno sigue la política de impedir la
aparición de un exceso de demanda. Sin embargo puede haber una ‘in-
flación de costes’ aun con la política fiscal y monetaria más conservadora
que se pueda praticar, si se establecen con rigidez salariosreales y normas
de ingresos ‘alejados de la realidad’. Esta situación puede producirse
cuando existe una amplia corriente de inmigración. Dicha inflación de
costes es compatible con un desempleo agudo y con la no absorción de
los inmigrantes en las actividades económicas productivas. Ello tiende a
establecer una balanza de pagos desfavorables que a su vez agrava el
desempleo y la inflación de costes. Se produce entonces un conflicto entre
las medidas que podrían solucionar estas dificultades a corto plazo y
aquéllas necesarias para una solución a largo plazo. E s importante deter-
minar si la inflación es de costes o de la demanda global, pues las m e -
didas que contrarrestan una de ellas pueden agravar la otra” [127,p. 621.
Hemos examinado cuatro aspectos de la teoría económica: igualación
de los precios de los factores, ciclos inversos de la inversión, efectos de
substitución y de la demanda global y proceso de inflación. Las teorías
mencionadas han contribuido a integrar el estudio de la migración con
la parte general de la teoría de los precios y de la renta. Además, una
profunda comprensión de la índole de la acción mutua de las variables
pertinentes, permite dar un significado mayor y más eficacia a los aná-
lisis estadísticos y demográficos.

33
3.
ESTUDIOS EMPÍRICOS

Son muchas las publicaciones referentes a los aspectos estadísticos y


empíricos de las migraciones internacionales después de la segunda guerra
mundial; la falta de espacio nos obliga a hacer una recapitulación de las
principales. Para precisar las tendencias de la investigación lo mejor será
dar un amplio esquema al que podemos referir las distintasinterpretaciones.
Es inevitable prescindir de muchos estudios interesantes;sólo incluire-
mos en esta obra los que ayuden a explicar cómo ha ido cambiando desde
1945 la función que desempeña la migración en la economía internacional,
en comparación con períodos anteriores. En las últimas partes del informe,
se tratará con mayor detalle de las investigaciones directamente relacio-
nadas con problemas “operacionales” y de política migratoria.

Migración y movimiento del capital privado


Y a hemos resumido los principales aspectos del mecanismo de los movi-
miento internacionales en el período que termina en 1913, y señalado
alguno de los factores que determinaron su descenso entre las dos guerras.
No es fácil establecer con igual claridad cuál ha sido la situación después
de la segunda guerra mundial. En esta sección nos limitamos a un aná-
lisis puramente económico. Por consiguiente, podremos seleccionar los
siguientesaspectos para examinarlos con particular atención: movimientos
intercontinentales e intracontinentales, factores determinantes y conse-
cuencias de las migraciones, influencia de la política de los gobiernos,
función de las migraciones internacionales como medio de contribuir a
la expansión de las economías insuficientemente desarrolladas y de las
que han llegado a la madurez.
Con arreglo al esquema que nos hemos trazado, nos preguntaremos
en primer lugar qué ha sucedido desde 1945 con la corriente internacional
de m a n o de obra en relación con la corriente internacional de capitales,
ya que la importante y positiva correlación que existía entre esas dos
corrientes constituyó un elemento primordial del sistema en la época
culminante de las migraciones.Para tratar de esclareceresta difícil cuestión,
dividiremos el período de posguerra en dos partes: 1945-1952,y de 1952
en adelante. Los años comprendidos entre 1945 y 1952 constituyeron un
intermedio durante el cual la economía internacional del mundo libre se
reponía del gran desequilibrioprovocadopor la segunda guerra mundial.L a
función que desempeña la migración en la nueva situación sólo se entiende
a la luz de la experiencia adquirida hacia el final de la década de 1950-
1960, pero en primer lugar es preciso comprender lo que sucedió durante
la etapa de recuperación y retorno a la normalidad después de la guerra.
Contrariamente a lo sucedido en el siglo que terminó hacia 1930, entre
1945 y 1952 no existió prácticamente ninguna relación entre los prin-
cipales movimientos de migraciones internacionales y los préstamos

34
internacionales privados. En esos siete años, el total neto de las salidas
de capital privado a largo plazo, procedentes de los Estados Unidos,
Reino Unido, Suiza, Francia y Bélgica fue de 11 O00 millones de dólares;
m á s del 70% de esa cantidad, es decir 7 900 millones de dólares,procedía
de los Estados Unidos. E s evidente que se había operado un cambio
profundo. En el período anterior a 1913, el principal proveedor de capital
privado a largo plazo, el viejo mundo, especialmente Gran Bretaña, era
también el principal proveedor de emigrantes; desde 1945, la principal
fuente de capital privado a largo plazo han sido los Estados Unidos, en
otra época el país de inmigración y que prácticamente había y a cerrado
sus puertas. ¿Esos préstamos norteamericanos al extranjero se destinaban
a países que absorbían emigrantes? Si tomamos el caso de Australia,
Nueva Zelandia y la Unión Sudafricana en conjunto, comprobamos que
a esos países llegaron 899 O00 personas entre 1945 y 1952, pero la cuantía
de capitales privados de los Estados Unidos invertidos en ellos es insig-
nificante, ya que el total de inversiones directas en 1954 se eleva a sólo
600 millones de dólares. Por otra parte, Israel durante el mismo período
recibió 526 O00 emigrantes;en cambio no se efectúa prácticamente ninguna
inversión directa de capitales norteamericanos en ese país. Sin embargo,
en el caso del Canadá y de tres países latinoamericanos -Argentina,
Brasil y Venezuela-, hubo una correlación entre la inmigración de
Europa y la afluencia de capital de los Estados Unidos.
¿Cuál era la naturaleza de los préstamos norteamericanosal extranjero?
Entre 1945 y 1951 no menos del 40% del capital se destinó a la industria
petrolífera y el 3276 a otras industrias;en este último caso, prácticamente
sólo se invirtieron capitales en países cuya industria ya se encontraba
muy desarrollada, por ejemplo, Canadá y Europa occidental. Las per-
sonas dispuestas a invertir capitales en el extranjero manifestaban una
preferencia marcada por industrias tales como las del petróleo, la minería
y la fundición, y productos de la agricultura tropical, sobre todo cuando
la producción podía venderse en los Estados Unidos o, en dólares, en
otros mercados. El importe de las inversiones privadas a largo plazo de
los Estados Unidos subió de 12 300 millones de dólares a fines de 1946,
a 24 400 millones de dólares a fines de 1954, y tres cuartas partes de esta
última cifra estaban constituidas por inversiones directas de empresas de
los Estados Unidos. Las inversiones de cartera habían disminuido brusca-
mente. En 1954 la mitad de las inversiones directas estaban situadas en
tres países: Canadá (5 939 millones de dólares), Venezuela (1 399 millones
de dólares) y el Reino Unido (1 245 millones de dólares). En un informe
publicado en 1954 por la Organización Europea de Cooperación Econó-
mica figuraba la siguiente ohservación: “El hecho más significativo es
que las inversiones de capital privado de los Estados Unidos en el ex-
tranjero desde 1930 no han aumentado al mismo ritmo con que se ha
desarrollado la economía de ese país, ni siquiera con el de la economía
mundial. Las exportaciones anuales de capital privado no han aumentado

35
en forma apreciable desde 1947; en la posguerra, representaron menos
del 4% de la formación bruta de capital en los Estados Unidos. C o m o
fuente de dólares, la colocación a largo plazo de capitales privados norte-
americanos en los años de la posguerra representó aproximadamente el
6% del total de dólares que afluían al resto del mundo por las impor-
taciones y pagos invisibles de los Estados Unidos, y por préstamos efec-
tuados por organismos gubernamentales y por el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (con excepción de los donativos del Gobierno),
mientras que ese porcentaje ascendía al 20% en 1927-1928,cuando las
inversiones norteamericanas en el extranjero alcanzaron su apogeo’’
[151, p. 201.
Mientras en el siglo XIX los capitales británicos prestados en el extranjero
se destinaban en una medida considerable a los servicios públicos en las
que eran entonces regiones subdesarrolladas, casi nunca el capital privado
exportado después de 1945 se destinó a los mismos fines. En un informe
de las Naciones Unidas, de 1954, se subraya este cambio: “Hasta la
década comprendida entre 1930 y 1940, los servicios públicos de los
países menos desarrollados crecieron en gran parte gracias a las aporta-
ciones del capital extranjero, ya fuese en forma de empréstitos negociados
en los mercados de capital de otros países o en forma de inversiones di-
rectas de empresas extranjeras. En realidad, la mayor parte del capital
extranjero que entraba en los países menos adelantados para financiar
su desarrollo pertenecía a las dos categorías indicadas. Este análisis
disipa toda duda por lo que respecta al dilema de los países subdesa-
rrollados frente al financiamiento de su desarrollo con capitales extranjeros
privados. Precisamente los servicios públicos, que constituyen básica y
tradicionalmente el principal objetivo de las inversiones, son los que se
han visto privados de ese capital a causa de la pérdida de las dos fuentes
de las que solía proceder” [150, p. 37 y 381.
Volvamos ahora a la situación de las migraciones internacionales du-
rante la posguerra. El balance intercontinental correspondiente a los
años 1945-1952 fué el siguiente: emigración de Europa, 4 452 000;inmi-
gración a Europa, 1 150 000;migración no europea a países no europeos,
460 000; otras migraciones intercontinentales, 250 000; un total de
6 312 O00 [386]. El movimiento migratorio bruto de 4 millones y medio
de personas procedentes de Europa equivalía a cuatro quintos del creci-
miento vegetativo anual de su población; en cambio, en el período com-
prendido entre 1900 y 1907, el movimiento correspondiente equivalía a
dos años del crecimiento vegetativo. Los principales países de donde
procedían los emigrantes eran: Reino Unido, 1 107 000;Italia, 741 000;
Países Bajos, 318 000;España, 272 000; Portugal, 152 000. D e esa can-
tidad, 1 200 O00 eran refugiados. Los países de inmigración eran: Estados
Unidos, 1 104 000; Argentina, Brasil y Venezuela, 883 000; Canadá,
726 000;Australia, 697 000;Israel, 526 000;Unión Sudafricana,125 000;
Nueva Zelandia, 75 000.Un aspecto del profundo cambio de la situación

36
económica de los Estados Unidos en relación con el resto del mundo
occidental es el eclipse de la emigración a ese país como factor dominante.
En la década comprendida entre 1904 y 1913, el promedio de afluencia
era de 11 inmigrantes por mil habitantes; en la década iniciada en 1945,
era apenas de L,3 por mil.
D e este breve estudio se desprende que en el período de recuperación
de la posguerra, el movimiento de emigrantes procedentes de los países
de emigración tradicionales todavía continuaba, pero la relación que
existía entre aquél y la afluencia de capitales privados parece haberse
destruido. Para comprender las nuevas relaciones es necesario introducir
otros factores en el análisis.

A y u d a norteamericana y emigración europea

Para comprender el mecanismo de la migración internacional en los años


inmediatamenteposteriores a la segunda guerra mundial, hay que analizar
la corriente internacional de capitales públicos. A consecuencia de la
ayuda norteamericana a Europa surgió una nueva relación triangular.
En el período 1945-1952se produjo un gran movimiento internacional
de capitales púhlicos que ascendió a 75 000 millones de dólares, de los
cuales los Estados Unidos y el Canadá proporcionaron el 58%. L a salida
neta de capitales pUblicos de los Estados Unidos fue de 33 800 millones
de dólares, y la entrada neta en Europa occidental no fue inferior a
22 900 niillones. Esta generosa “transfusión” del nuevo mundo a Europa
permitió que las economías exhaustas de Europa occidental exportaran
capitales (públicos y privados) así como emigrantes a los países de ultra-
mar que tradicionalmente dependían de ellos. A modo de ejemplo de
este mecanismo triangular puede examinarse el caso del Reino Unido.
En los años 1945-1951, su balance comercial desfavorable, si bien fue
considerable,sólo representóuna sexta parte de las donacionesy préstamos
públicos de 10 000 millones de dólares que el país había recibido de los
Estados Unidos y del Canadá. Debido a esta afluencia, el Reino Unido
pudo exportar 3 700 millones de dólares de capitales ptiblicos (sobre todo
a sus colonias y para obras de socorro en Europa), así como 4 000 millones
de capital privado, principalmente a los miembros de ultramar de la
Coniinonwealth [153]. Incluso en el año crítico de 1947, hubo una salida
de capital de 507 millones de dólares hacia el área de la libra esterlina,
en parte bajo la forma de inversiones en cartera y en parte bajo la forma
de dinero que los emigrantes llevaban consigo. L a libre circulación de
capitales dentro del área de la libra esterlina se mantuvo, y con arreglo
a la antigua práctica de la Commonwealth, fue seguida por la emigración.
H e m o s visto que Gran Bretaña tuvo el más elevado porcentaje de emi-
gración a ultramar de Europa. Así,inmediatamente después de terminada
la guerra, gracias a la entrada de capitales públicos, algunos países euro-
peos como el Reino Unido, Francia, Países Bajos y Belgica volvieron a

37
adoptar el sistema de movilidad de los factores, y resurgió en gran escala
el comercio multilateral. Aunque en los Estados Unidos los inversores
privados se mostraban reacios a efectuar préstamos, el gobierno de ese
país prestó amplia ayuda en su nombre en los casos necesarios. Al mismo
tiempo, la circulación de capitales privados americanos hacia Canadá y
América Latina sirvieron indirectamente para sostener la afluencia de
emigrantes de Europa a esos países. Tal era el sistema triangular que
en los años 1945-1952contribuyó en gran medida a la rápida recuperación
de Europa occidental, así como al de las economías menos desarro-
lladas de otros países de ultramar. [Las referencias a las principales
obras consultadas son las siguientes: 159, p. 113-178;154, p. 110; 158,
p. 3-16;119.1

Consecuencias del rápido desarrollo económico de Europa occidental

El rápido desarrollo económico de Europa occidental desde 1953 entraña


ciertas consecuencias importantes para el futuro de la migración inter-
nacional. Hemos visto que la movilidad internacional que operó en el
período 1945-1952 se fundaba en una serie de condiciones que estaban
lejos de ser permanentes; Europa occidental recibía ayuda para remediar
los estragos de la guerra. El problema de la escasez mundial de dólares
era motivo de preocupación; las economías en pleno desarrollo de los
países de ultramar veían en Europa la fuente tradicional del exceso de
población, aumentada por millones de refugiados y de personas despla-
zadas; la antigua pauta del movimiento intercontinental parecía volver
a afirmarse. Desde 1953, la enormes entradas de capitales públicos du-
rante el período anterior han dado abundante fruto. En toda tentativa
de evaluar los determinantes de la migración internacional en la próxima
década, se deben tener en cuenta las consecuencias económicas del resur-
gimiento económico de Europa occidental.
Merecen citarse algunos índices sorprendentes. Entre 1953 y 1958 la
producción industrial en los países miembros de la OECE aumentó en
su conjunto en un 30%; el índice ascendió a 50% en Alemania Occidental,
48% en Francia y 40% en Italia 11184, p. 171. En la década comprendida
entre 1947-1957,en los países de la OECE considerados en conjunto se
produjeron los siguientes aumentos: electricidad, de 179 a 409 millones
de kWh; acero, de 31 a 88 millones de toneladas métricas; productos
del petróleo, de 11 a 100 millones de toneladas métricas; cereales, de 47
a 86 millones de toneladas métricas; automóviles, de 15 a 52 por mil
habitantes; consumo privado total, de 380 a 530 dólares (poder adqui-
sitivo correspondiente a 1954) per cápita;inversión total, de 22 a 44 miles
de millones de dólares (poder adquisitivo correspondiente a 1954) [183,
p. 128-1291.
Los efectos del aumento de la producción industrial en la exportación
y en la importación,así como en los balances de pagos fueron considerables.

38
A partir de 1953 las reservas de oro y dólares de Europa aumentaron
constantemente, salvo durante las crisis de Sues y la de divisas en 1957.
Las importaciones de los países miembros de la OECE en los Estados
Unidos aumentaron de 2 600 millones en 1953 a 5 200 millones en 1957.
L a demanda era tal que fue preciso obtener de los Estados Unidos sumi-
nistros adicionales de combustible, acero, chatarra y metales no ferrosos;
entre 1955 y 1957, la importación de combustibles constituía una tercera
parte del aumento de las importaciones de Norteamérica. Entre 1953
y 1957, la producción industrial en los Estados Unidos aumentó en un
7% solamente, comparado con un 31% en Europa. Las exportaciones
de los países miembros a los Estados Unidos durante ese período aumen-
taron de 2 100 millones a 2 600 millones, es decir, en una tercera parte.
Fueron espectaculares los aumentos de las exportaciones europeas de
automóviles de turismo y de mercaderías de alta calidad tales como
artículos de fotografía, de óptica y de vestido.
Durante la recesión norteamericana de 1957-1958,en contraste con lo
ocurrido en las dos anteriores, las exportaciones europeas a los Estados
Unidos no disminuyeron.El Décimo Informe Anual de la O E C E , resumió
la situación del modo siguiente: “Desde 1953, en ningún momento sufrió
seriamente la expansión europea por falta de dólares, a pesar de ser mucho
m á s rápida que la de Estados Unidos,., D e la experiencia adquirida en
los años más recientes, se desprende que Europa podrá seguir desarro-
llándose a un ritmo rápido, de manera continuada, sin ejercer una exa-
gerada presión sobre su balanza de pagos con los Estados Unidos, a
condición de que evite toda demanda inflacionista de productos básicos.”
[184, p. 81-82.]Cabría establecer una analogía con el mecanismo del
siglo XIX cuando Gran Bretaña era el principal país prestamista;entonces,
a los períodos de inversiones intensas destinadas a la constitución de
capitales en los países de ultramar, seguían períodos en que la capacidad
productiva y exportadora de dichos países experimentaba un aumento
rápido. El notable incremento de la capacidad productiva de Europa
en 1952-1959 es un corolario de la formación de capital básico que la
ayuda americana hizo posible en 1945-1952.
No es fácil descubrir los efectos de este cambio en el volumen y direc-
ción de las migraciones.Pero por fortuna,se pueden estimar las tendencias
predominantes gracias a las valiosas estadísticas compiladas en relación
con el proyecto estadístico mixto sobre migraciones enropeas ejecutado
por el C I M E , la OIT,la OECE y las Naciones Unidas, titulado Les migra-
tions européennes au cours des dix premieres années qui ont suivi la seconde
guwre mondialel-4 decade of post auorld-imr II European rnigrution 1946-
1955, que se presentó a la 12.a reunión del Comité Ejecutivo del CIME,
4 de aliril de 1959 [170], y publicado también como MQ (58)31, OECE.
Este documento contiene los mejores cálculos disponibles sobre los movi-
mientos migratorios intereuropeos y las migraciones a los países de ultra-
mar en 1948-1955; constituye una fuente indispensable para conocer

39
el alcance y la calidad de las estadísticas existentes. L a obra del Dr.Gustav
Hampel’s Einwanderungsgesetzgebung und innereuropaische Wanderung
[168] es u n estudio admirable de las leyes y reglamentos aplicables a las
migraciones intracontinentales en 15 países europeos.
En el cuadro 3 figuran las cifras relativas a las migraciones intraeuro-
peas correspondientes a Alemania, Austria, Italia, Bélgica y Francia
durante el período 1948-1957.En el cuadro 4 se consignan las emigra-
ciones a países de ultramar procedentes de Alemania e Italia durante el
mismo período, con distinción entre nacionales y extranjeros.

CUADRO3.Migraciones intraeuropeaspara países seleccionados,1948-1957(en miles)

Año Alemania Austria ItaIia Bélgica Francia


civil Sal. Lleg. Sal. Lleg. Sal. Lleg. Sal. Lleg. Sal. Lleg.

1948 90.2 13.8 19.9 0.9 95.7 17.8 40.2 83.4 17.2 92.3
1949 38.4 10.5 15.3 0.5 81.8 18.1 34.4 27.1 14.0 90.3
1950 21.8 9.0 9.9 4.5 41.6 29.7 26.9 23.1 12.5 32.5
1951 29.1 8.9 16.5 9.1 107.8 31.5 25.8 55.7 15.3 36.6
1952 52.2 61.8 36.3 19.5 107.6 50.0 25.6 47.2 28.1 55.2
1953 49.9 68.3 40.3 20.2 71.4 47.9 25.7 33.9 29.5 35.9
1954 54.9 70.5 40.2 23.1 67.5 45.6 23.9 27.8 29.0 31.5
1955 63.3 77.9 37.3 25.1 102.8 41.8 24.7 44.8 28.5 38.4
1956 76.0 96.0 40.2 25.4 168.6 53.5 25.1 41.4 28.3 84.6
1957 87.7 106.4 36.4 25.5 215.4 92.9 26.4 57.9 40.6 134.3

CUADRO 4. Cifras brutas correspondientes a las emigraciones permanentes de


Alemania e Italia a países de ultramar, 1948-1957 (en miles)

Año Alemania Italia


civil Nacionales Extranjeros Total Nacionales Extranjeros Total

1948 27.4 98.5 125.9 112.7 29.7 142.4


1949 24.8 245.9 270.7 157.7 12.4 170.1
1950 31.3 136.5 167.8 140.0 10.8 150.8
1951 65.0 94.6 159.6 144.4 13.6 158.0
1952 90.4 15.7 106.1 134.0 3.0 137.0
1953 75.9 4.1 80.0 113.3 1.4 114.7
1954 76.3 3.3 79.6 141.3 3.1 144.4
1955 60.5 5.3 65.8 137.2 2.1 139.3
1956 82.2 10.2 92.4 132.2 2.1 135.0
1957 70.8 7.9 78.7 103.3 2.8 106.1
__ __

40
Por falta de espacio no podemos apreciar debidamente los materiales
de que se dispone gracias al proyecto mixto, pero nos referiremos sucin-
tamente a algunos de los datos importantes resumidos en los cuadros 3
y 4.Examinemos en primer lugar el saldo migratorio intraeuropeo. Hasta
1951 se registró en Alemania un movimiento predominantemente emi-
gratorio (en el cuadrienio 1948-1951salieron en total 180 O00 personas
y llegaron 42 000). En los seis años siguientes (1952-1957)la situación
se invirtió; Alemania se había convertido en un país que absorbía deci-
didamente la mano de obra europea (481O00 llegadas y 384 O00 salidas,
o sea, un saldo positivo de 100 O00 llegadas). L a inmigración anual pasó
de 9 000,en 1951, a 106 O00 en 1957. Por lo que respecta a Austria, se
observa también un aumento constante de las inmigraciones entre 1952
y 1957, pero las emigraciones continuaron a nivel mucho más alto. Italia
destaca como el principal país proveedor de mano de obra para el resto
del continente; entre 1951 y 1957 las emigraciones e inmigraciones se
cifraron respectivamente e n 838 O00 y 363 000. Francia ha sido siempre
un importante país importador de mano de obra externa. El saldo de
la emigración anual disminuyó de 64 O00 en 1948-1951a 15 O00 en 1952-
1955, pero ya en 1957 se levó a 94 000. En el caso de Bélgica la situación
no es muy clara, pero en el período 1955-1957se registró un aumento
notable de la inmigración.
Del cuadro 4 se desprende que en 194'8-1951 la gran emigración de
Alemania a paises de ultramar incluyó una gran proporción de refugiados,
elemento de poca importancia en las emigraciones de Italia. D e 7 200 O00
personas que emigraron de Europa a los países de ultramar entre 1946
y 1957, 1408 O00 (o sea el 20%) eran refugiados. Lo más característico
del cuadro 4 es la marcada disminución dc la emigración italiana a los
países de ultramar entre 1954 y 1957 (de 141 300 a 103 300 personas).
D e esos datos priedc inferirse que el desarrollo relativarnentc rápido de
la economía europea e n 30s años recientes ha tendido a acentuar la pro-
pensión de determinadas naciones, especialmente Alemania Occidental, a
absorber mano de obra de 10s países vecinos que de otro modo hubiese
emigrado a países de ultramar. Parece haber una relación inversa entre
el índice de migraciones europcas intracontinentales y el de las eniigra-
cioncs europeas a países de ultramar.
Las últimas investigaciones sobre la ofcrta y la dcmanda de m a n o de
obra altamente calificada en Europa han aclarado notablemente un
aspecto de este problema [161, 1791.U n a de las conclusiones que se deducen
de estos estudios es que el ritmo de aumento anual del número de inge-
nieros (1 a 276) es muy inferior al necesario para mantener el ritmo de
dcsarroh en 1a próxima década, aun en caso de no producirse impor-
tantes innovaciones tecnológicas. El simple aumento de los servicios de
las universidades, institutos y escuelas no bastará ; será preciso organizar
de un modo m á s flexible los sistenias de formación a fin de facilitar el
ingreso de las personas capacitadas. Los aspectos internacionales de esta

41
cuestión son complicados y de gran alcance. Cada día es más cierto que los
países de ultramar en proceso de desarrollo económico no podrán absorber
a los obreros no especializados que quieren y pueden emigrar si no se
produce una afluencia compIementaria de mano de obra especializada.
El reciente resurgimiento económico de Europa occidental contribuye a
agudizar la relativa escasez de mano de obra altamente especializada en
los países en vías de desarrollo, y los sueldos y salarios relativos refle-
jarán esa situación. jPueden los países insuficientemente desarrollados
competir con otros de economías más avanzadas en el limitadísimomercado
de la mano de obra especializada? ¿Es ésta una de las causas principales
de la desdichada tendencia del desenvolvimiento económico de los países
insuficientemente desarrollados, cuyo ritmo se retrasa con respecto al de
los países más maduros desde el punto de vista económico? En contraste
con la prolongada comunidad de interés entre los países exportadores de
capital y les países de nuevo asiento durante el siglo XIX, jexiste ahora
un conflicto de intereses estructural y hasta cumulativo?
Las amplias transferencias de obreros diversamente calificados entre
los distintos países tendrían beneficiosos efectos económicos. Del mismo
m o d o que gran parte del comercio internacional se efectúa entre las
naciones altamente industrializadas,cabe esperar una transferencia recí-
proca de mano de obra entre esas naciones. Sin embargo, entre los in-
genieros y otras clases de personal especializado europeo, se observa una
marcada tendencia a desplazarse hacia los países donde la remuneración
y las condiciones de vida son más atrayentes, en vez de dirigirse a los
países donde sus servicios se necesitan con apremio. Por ejemplo, la
mitad de los ingenieros graduados en Dinamarca en 1951 se marcharon
a trabajar al extranjero, y se ha registrado una emigración en gran escala
de ingenieros austríacos a los Estados Unidos durante la posguerra. U n a
buena muestra del tipo de investigaciones que debería realizarse en esta
materia, es el informe de la OIT,Report on international migration of
Zabour in the construction industry (1959) [174]. En él figuran estadísticas
detalladas del movimiento de obreros de diversas categorías del ramo
de la construcción,clasificado por entradas y salidas en el Reino Unido,
Australia y Argentina, y entradas en los Estados Unidos y Canadá. La
importancia de esta clase de movimientos para un país en proceso de
desarrollo queda demostrada por el hecho de que en Australia durante
1957 un tercio de todas las clases de casas y edificios en construcción
fueron edificadas por inmigrantes especializados en el oficio y una quinta
parte de los trabajadores empleados en las principales obras públicas
eran inmigrantes.
Aprovechando los resultados de las últimas investigaciones,la Comisión
Económica para Europa llegó a la siguiente conclusión: “Teniendo en
cuentas las grandes necesidades de asistencia técnica a los países insufi-
cientemente desarrollados, parece muy lejano el peligro de una produc-
ción excesiva de mano de obra técnica altamente calificada en los países

42
desarrollados.Se ha comprobado [...]que las previsiones sobre la demanda
nacional de ingenieros, en diversos países, son tan imprecisas como poco
concluyentes. En la mayoría de los casos son infraestimaciones incluso
de las necesidades exclusivamente nacionales y no toman en cuenta la
necesidad de intensificar la emigración de mano de obra altamente espe-
cializada a los países de ultramar. Para que la asistencia a los países
insuficientemente desarrollados se acercara al nivel deseable, la prepa-
ración de ingenierosen los países altamente desarrollados debería aumentar
a un ritmo mucho más rápido que el de las necesidades nacionales. En
otras palabras, las previsiones con respecto a las necesidades nacionales,
deberían considerarse únicamente como un índice mínimo. Si bien no hay
motivo para temer una excesiva concurrencia de ingenieros y hombres
de ciencia en los países altamente desarrollados, existe en cambio el
peligro de que su escasez produzca efectos desfavorables no sólo en esos
países altamente desarrollados, sino también en los menos avanzados,
donde el número ya insuficiente de ingenieros-y especialmentede hombres
de ciencia- puede todavía disminuir debido a la emigración hacia los
países más ricos donde se les pueden ofrecer empleos muy bien remune-
rados. En los últimos años ha aumentado ese movimiento nocivo de la
mano de obra altamente especializada de los países más pobres a los
más ricos.” [161, p. 63.1 Al evaluar las migraciones futuras es de capital
importancia (como veremos al tratar con más detalle, en la siguiente
sección, de los países insuficientemente desarrollados) que se reconozca
el carácter complementario de las migraciones de mano de obra especia-
lizada y no especializada.Los movimientos nocivos de capitales, personal
de empresa y trabajadores altamente calificados, pueden producir un
efecto inhibidor en la migración de mano de obra no especializada.
Otro aspecto del rápido ritmo de desarrollo ecoiióniico de Europa
occidental que puede producir, a la larga, profundos efectos en las mi-
graciones internacionales estriba en sus repercusiones en la balanza de
pagos de los Estados Unidos. Durante el ejercicio económico que terminó
en junio de 1959, las transferencias netas de oro y activos líquidos de
los Estados Unidos de América al resto del mundo fueron de 3 800 mi-
llones de dólares,sin contar el aumento de la contribución norteamericana
al Fondo Monetario Internacional. Dicha cifra contrasta con transfe-
rencias netas de 1400 millones de dólares en el ejercicio de 1954-1955,
que también corresponde a una época de recuperación después de una
recesión. Las exportaciones norteamericanas de capitales privados han
aumentado constantemente, cifrándose en 2 200 millones de dólares en
1958-1959,lo cual representa un aumento de 750 millones de dólares
con respecto a la cifra correspondiente a 1954-1955.El volumen neto
de las subvenciones y los préstamos gubernamentales no militares a
otros paises se elevó a 2 500 millones en 1958-1959,y los gastos militares
en el extranjero a 3 300 millones de dólares. Entre 1954-1955y 1958-
1959 las importaciones norteamericanas de mercancías aumentaron en

43
un tercio, al paso que las exportaciones de mercancías sólo aumentaron
en un sexto. A este respecto desempeñó un papel importante la gran
mejora de la posición competitiva de Europa occidental; así, por ejemplo,
entre la primera mitad de 1955 y la primera mitad de 1959 el excedente
norteamericano de las exportaciones sobre las importaciones de auto-
móviles, camiones y accesorios, disminuyó de 637 millones de dólares a
182 millones de dólares l. A mediados de 1959 las reservas en oro y dó-
lares de los países de Europa occidental alcanzaban un total de 23 O00 mi-
llones de dólares y habían aumentado en 40% respecto a 1955. Se sub-
raya en los Estados Unidos de América que según el Federal research
bulletin, octubre de 1959 “... es necesaria una nueva expanción substancial
de las exportaciones... que permita un nuevo impulso de la corriente de
capitales privados norteamericanos que se invierten en el extranjero,
en forma tal que se pueda lograr el necesario equilibrio de la balanza
de pagos para un alto nivel del comercio internacional’’ (p. 1241). Sin
embargo, el Mercado C o m ú n Europeo (los “seis”) y la Asociación de
Libre Cambio (los “siete”) representan condiciones desfavorables para
el comercio de exportación de los Estados Unidos. Los países de la Aso-
ciación de Libre Cambio continuarán aplicando sus aranceles nacionales
a las mercancías procedentes de los Estados no miembros, y los del
Mercado C o m ú n formarán una barrera aduanera uniforme. Estos dos
bloques europeos absorben alrededor de una cuarta parte de las expor-
taciones comerciales de los Estados Unidos. Habrá que tomar medidas
para corregir el desequilibrio. Convendrá que los países reduzcan sus
aranceles o eliminen las barreras discriminatorias que afectan a las mer-
cancías americanas. Se pedirá, sin duda, a Europa occidental que aporte
una contribución mayor a los préstamos concedidos a los países insufi-
cientemente desarrollados. Quizá el gobierno de los Estados Unidos de
América estime necesario interrumpir el estímulo a la inversión de capi-
tales privados norteamericanos en Europa. Si para lograr el equilibrio
necesario de la balanza de pagos de los Estados Unidos hubiera que
reducir el nivel del comercio internacional, se producirían reacciones
desfavorables en la movilidad internacional de los factores.

L a migración y la economía intercontinental


H e m o s procurado aislar, para su estudio en detalle, los principales fac-
tores determinantes de la migración internacional, según se señalan en
los m á s recientes trabajos de investigación. En términos económicos,
mucho depende del nexo entre los movimientos de capital y de mano
de obra, y su pauta en los años venideros es difícil de discernir. Depen-
derá en gran parte del equilibrio que se establezca entre los Estados

1. Federal Reseaich Bulletin. Washington, Oetober 1959, p. 1237.

44
Unidos de América, Europa occidental y los países insuficientemente
desarrollados. U n a aportación a los países insuficientemente desarro-
llados de capitales públicos y privados es indispensable si han de aten-
derse las necesidades de migración de estos últimos. Así, en este aspecto
fundamental, la migración internacional futura estará regida por las
decisiones cruciales que se adopten en otras esferas de la política eco-
nómica internacional.
L a mayor parte del inmenso trabajo de investigación sobre las migra-
ciones se ha hecho en los países receptores; para ellos tiene relativamente
más importancia la afluencia de mano de obra que la corriente contraria
en los países de emigración. Algunos estudios recientes han insistido en
la transformación que se advierte en las tendencias demográficas. Bajo
suposiciones no extremas, se calcula que la población mundial aumentará
en un 53% en el cuarto de siglo que va de 1950 a 19’75.E l promedio de
aumento en los diversos continentes sería el siguiente: Europa (inclusive
la URSS), 31%; América Latina,86%; África, 52%; Norteaniérica,43%;
Asia, 60% y Oceanía, 59%. L o más notable de este pronóstico es que
en 1975, Europa (inclusive la URSS)representará el 19,6y0 de la pobla-
ción mundial en vez del 23,0y0 que representaba en 1950 [391, p. 23-24].
N o hay duda alguna de que las regiones “superpobladas” de la tierra
serán cada día más extensas. L a migración internacional incluso en su
momento no pudo aliviar suficientemente la presión demográfica; sus
efectos benéficos se lograron gracias a reajustes marginales en deter-
minadas zonas. Si la población de América Latina pasa de 168 millones
en 1950 a 303 millones en 1975, el papel de la inmigración perderá im-
portancia. Además, el espectacular aumento de población de los Estados
Unidos de América, el país m á s rico del mundo, constituye un hecho
significativo. El gran aumento natural de población en el siglo xx ha
substituido la dinámica de la corriente inmigratoria del siglo XIX. Esta
revolución demográfica no significa que la migración haya de cesar;
económicamente siempre convendrá un intercambio de diversas formas
de mano de obra. Lo que significa es que se reducirá el campo dentro
del cual cabe esperar una movilidad internacional.
Algunos de los movimientos migratorios más eficaces son muy reducidos.
Los especialistas en problemas de migración del Lejano Oriente insisten
en que lo más importante no es un gran desplazamiento de masas (que
en todo caso sería imposible) sino pequeñas migraciones de personal
calificado. El profesor Silcock ha señalado la importancia de esta cuestión
en los siguientes términos: “En muchos países de Asia, tanto desde el
punto de vista político como económico, tiene suma importancia el que
se pueda combinar la migración con la asimilación cultural y la difusión
de técnicas. U n a de las funciones de la migración en la economía asiá-
tica es la de allanar las diferencias entre las distintas estructuras econó-
micas, en vez de contribuir simplemente a igualar el nivel básico de la
renta per cápita. Los intercambios culturales y de actividades educativas

45
dentro de una determinada zona sirven de sustituto a la migración, reme-
diando la relativa limitación de las diferentes clases de mano de obra;
pero estos intercambios se ven trabados por obstáculos tan importantes
como los que dificultan la migración, y una parte del problema práctico
de mantener las pautas de vida en la región consiste en encontrar la manera
de combinar una migración debidamente controlada con una adecuada
reforma de la educación. Tal es el objetivo que parecen perseguir los
gobiernos de los países de la región.’’ [262, p. 2681 l.
Los efectos de la migración no se limitan a los países relativamente
poco poblados. En las regiones de Asia donde la población es muy densa,
la difusión de técnicas es una condición primordial para el desarrollo
económico, y las modalidades heredadas del régimen colonial no son satis-
factorias. En relación con las necesidades de la región, las disponibili-
dades de hombres de empresa, organizadores,administradores, maestros,
capataces, contables, recaudadores de impuestos eficaces y oficiales arte-
sanos son muy limitadas.A corto plazo, en una región determinada resulta
más económico importar personas preparadas que formar a los propios
habitantes; si el plan da buenos resultados, cabe esperar que a la larga
los inmigrantes transmitirán sus conocimientos y aptitudes a la población
local. Pero para que ello ocurra,es preciso que los inmigrantes se asimilen.
Si se mantienen como clase aparte, guardando para si sus relativamente
escasas aptitudes, el proceso migratorio no dará ningún fruto. Las pe-
queñas migraciones entre diferentes comunidades asiáticas pueden tener
una gran repercusión social marginal si se toman las disposiciones nece-
sarias para evitar las dificultades de asimilación y se dejan abiertas la
puertas a la difusión de conocimientos técnicos.
Los especialistas en problemas de migración en América Latina han
señalado el descenso de la corriente migratoria de estos últimos años.
En el período 1952-1957,la inmigración total en América Latina fue de
1 158 O00 personas; el número anual de inmigrantes bajó de 239 O00 en
1952 a 189 O00 en 1956. Entre los factores que influyeron en este des-
censo se señalaron la falta de afluencia de capitales y de difusión de las
técnicas. Al examinar la oferta y la demanda de m a n o de obra en Europa
occidental, se señaló la creciente propensión de la próspera industria
europea a absorber la mano de obra muy calificada, o la atracción que
ejercen sobre ésta los altos salarios norteamericanos. L a cuestión señala,
pues, un conflicto de intereses. L a introducción en América Latina de mano
de obra especializada, incluso en pequeña cantidad, daría resultados
sobre el producto social marginal más importantes que en otras econo-
mías más maduras. Los países de América Latina se han visto muy per-
judicados por los cambios ocurridos en la cantidad, calidad y dirección

1. Véase también el informe C E A L O / I L O / U n e s c o , Inter-Secretariatworking party on trained


personnelfor economic development,Comisión Económica para Asia y el Lejano Oriente
de las Naciones Unidas, Comité de Industria y Comercio, 6.0 período de sesiones, 1954.

46
del movimiento internacional de capitales. Las inversiones privadas
norteamericanasfueron muy importantes,pero no se tuvo suficientemente
en cuenta la formación de capital social básico. El problema fundamental
está tratado en la publicación de las Naciones Unidas Study of the relation
between economic development and irnmigration in Latin Arnerica [390], y
en la obra de F. Bastos de Avila Economic impacts of immigrations; the
Brasilian immigration problem [236]. L a historia de la inmigración no
presenta ningún ejemplo de escasez de tierras como importante factor
restrictivo. Sin embargo, las condiciones materiales han cambiado y esta
cuestión puede adquirir cada día más importancia. A la relativa falta de
tierras se sumarán los inventos técnicos que economizan la mano de obra
en el campo, y puede ocurrir así que se estorbe la inmigración que se
habría,desarrollado normalmente en otro caso.
Sobre los movimientos migratorios en Africa, que plantean problemas
complejos y contradictorios, se han realizado trabajos de investigación
muy interesantes. [Véase principalmente 213, así como 206, 208, 210,
212, 214.1 También en este caso deben utilizarse los argumentos de varias
disciplinas si se quiere interpretar correctamente los resultados de las
investigaciones. No disponemos P,bastante espacio para resumir todos
los movimientos migratorios en Africa, pero citaremos un texto que trata
de cuestiones de gran importancia. “La verdad es que la causa de que
el empleo sea intermitente e inestable se debe en gran parte a las cir-
cunstancias en que el africano abandona su medio tradicionalpara buscar
trabajo; sin embargo, también es verdad quc, en muchos territorios, las
autoridades no se han preocupado de sentar una política de empleo y
una política social positiva que pudiesen modificar la actitud del traba-
jador ante un empleo asalariado, y estimular la formación de una m a n o
de obra definitivamenteestabilizada. En algunas regiones,las restricciones
de carácter jurídico o dimanentes de la costunibre han contribuido mucho
a perpetuar las migraciones de trabajadores y a limitar las posibilidades
que tienen los africanos de encontrar un enipleo estable; sin embargo,
es evidente que en las vastas regiones de África, todo aquél que busca
un empleo remunerado en una ciudad o en otro centro cualquiera de
empleo no deja de hacerlo con cierta repugnancia. Por una parte, se
decide a ello porque tiene necesidad de dinero en efectivo por tal o cual
motivo, y busca un empleo remunerado que pueda proporcionarle el
dinero que no puede obtener en el medio agrícola en el que vive; por
otra parte, incluso si consiente en considerar su empleo asalariado como
medio de existencia más o menos permanente, no está dispuesto, por lo
menos en las presentes condiciones, a cortar lazos con la aldea de donde
procede, porque la considera el único lugar en el mundo donde podrá
refugiarse en su vejez o en caso de enfermedad o de falta de empleo.
En consecuencia, no aceptará nunca trabajar de manera permanente y
mucho menos si el salario que recibe no es suficiente para mantener a
su familia en la aldea o si las condiciones de empleo no le permiten

47
trasladar a su familia con él. Las consecuencias sociales de esta situación
son graves. El campo se ve privado de muchos trabajadores adultos,
sea temporal o permanentemente, y su ausencia no deja de repercutir
negativamente sobre los métodos de explotación y sobre las mujeres y
los niños que permanecen en la aldea para cultivar la tierra familiar.
L a organización tradicional del trabajo y las demás estructuras familiares
se desbaratan; la dispersión de la familia entraña asociaciones poco con-
venientes y, desde un punto de vista más general, las estructuras sociales
existentes empiezan a desintegrarse sin que sea posible reemplazarlas por
otras adaptadas a las condiciones de existencia de la mayoría de los traba-
jadores interesados” [213,p. 137-1381.Estos párrafos sirven para recordar
pertinentemente que el término “migración” se aplica a fenómenos muy
diversos, y que en las grandes extensiones africanas se debe considerar
con criterios muy diferentes de los que se emplean corrientemente.
Este monumental estudio sobre el África al sur del Sahara es una
valiosa obra de referencia; todos los que se interesan por las cuestiones
de migración encontrarán un importante material en los capítulos sobre
“seguridad social”, “viviendas obreras”, “productividad de la mano de
obra”, “formación técnica y profesional”, y “contratación, contratos de
empleo y condiciones de trabajo”. En el apéndice 11 figura una lista,
muy detallada y al día de la legislación laboral en vigor en los países y
territorios de que trata la obra. En este sentido puede consultarse también
la resolución n.o 110 de la OIT sobre la protección a los trabajadores
emigrantes en los países insuficientemente desarrollados aprobada por
la Conferencia General de la OIT el 22 de junio de 1955. Esta recomen-
dación tiene en cuenta el problema africano cuando habla de “... los
países y territorios en que la evolución desde una economía de sub-
sistencia hacia formas más adelantadas,fundadas en una mano de obra
asalariada, que sufren de un desarrollo esporádico y disperso de algunos
centros industriales y agrícolas, entraña movimientos migratorios apre-
ciables de trabajadores e incluso de sus familias.”
El futuro de la emigración del Reino Unido hacia los países de ultramar
miembros de la Commonwealth, ha sido muy discutido en estos últimos
años. El profesor J. J. Spengler ha examinado detenidamente las ten-
dencias demográficas en la Commonwealth [314] y ha señalado ciertos
intereses contradictorios entre el Reino Unido y los países de inmigración
como Australia, Canadá y Nueva Zelandia. L a inmigración continuará
siendo uno de los principales motores del desarrollo económico de estos
últimos países. El profesor Timlin [233] ha dicho que “los efectos de la
inmigración posterior a la guerra sobre la estructura y volumen de la
fuerza de trabajo y sobre la expansión del mercado interno, han influido
mucho en la expansión económica del Canadá después de la guerra, y
esta expansión ha sido una fuerza de contención para la emigración,
particularmente en la esfera del personal directivo y profesional. No
obstante, conviene recordar que la expansión de una economía abierta

48
como la del Canadá depende, y continuará dependiendo durante mucho
tiempo, de la actividad de las industrias de exportación y de la balanza
de pagos. D e otro lado, los determinantes a corto plazo de la entrada
de inmigrantes dependerán principalmente de aquéllas y de los efectos
de los pasados cambios de la población” [233, p. 159-1601.El profesor
W.D. Borrie, que ha investigado a fondo la situación en Australia [270],
señala que el resurgimiento económico del Reino Unido ha tenido como
consecuencia que Australia encontrase dificultades para contratar m a n o
de obra en la madre patria con la misma intensidad que antes. L a opinión
pública en Australia es actualmente partidaria de que el Estado dedique
sumas adecuadas para favorecer la inmigración de personas procedentes
de otros países que no sean el Reino Unido. D e las 900 700 personas
que han entrado con carácter definitivo durante el período 1945-1954,
461 300 no eran británicas (de ellas tan sólo 209 400 no habían recibido
subsidios) y 461 400 eran de procedencia británica. El profesor Borrie
concluye: “El éxito de la inmigración en los años venideros depende
del volumen de los excedentes que puedan destinarse a la exportación,
principalmente a la exportación de materias primas. E l descenso de las
reservas monetarias, de finales de 1954 y principios de 1955, y la decisión
del gobierno, de marzo de 1955, de reducir en el 15% los contingentes
de importación, junto con la tendencia al alza de los precios interno y
la elevación de los precios de importación (por ejemplo, encarecimiento
de fletes) indicaban la necesidad de proceder con prudencia. Pero nada
justifica actualmente la afirmación de que Australia no puede razona-
blemente aspirar al “cupo” fijado originalmente por los encargados de
planear la política de inmigración, es decir, una inmigración neta anual
equivalente al 1% de la población.” [269, p. 172.1
El cuarto informe del Oversea Migration Board [89] expone el punto
de vista oficial del Reino Unido. Dice que hasta 1967 no se habrá pro-
ducido ningún cambio significativo en el sector de la población del Reino
Unido compuesto por personas de veinte a cuarenta y cuatro años. Se
calcula que en 1982 habrá 120 O00 personas más en este sector de po-
blación. El informe añade que “en estas condiciones, es de creer que el
país puede mantener el actual promedio de emigración hasta 1967, y
que después de esta fecha será posible e incluso conveniente que la emi-
gración aumente. Sin embargo, creemos necesario insistir en lo expuesto
en el primer informe, según el cual ‘no es conveniente una emigración
demasiado selecta: una pérdida desproporcionada de personas técnica-
mente calificadas y de jóvenes es más peligrosa para nuestra economía
que una emigración numéricamente más importante en la que participen
diversos sectores de nuestro pueblo en proporción bien equilibrada’.” 1
L a Asociación Internacionalde Economía dedicó su séptima conferencia
a una reconsideración del papel de la migración en la economía mundial

1. Fourth Report of the Ouerseas Migration Board. London, HMSO, Gmnd. 619, p. 23.

49
4.
y publicó sus conclusiones en 1958 [41].El profesor H o w a r d S. Ellis en
un ensayo titulado “¿Hay otras fórmulas mejores que la migración inter-
nacional para favorecer el desarrollo económico ?”, llega a una interesante
conclusión. Su tesis está resumida en el siguiente párrafo “... los efectos
de la migración sobre la renta -en todo el m u n d o y especialmente en
Europa- han disminuido m u c h o actualmente. Esto no significa, natu-
ralmente, que las economías desarrolladas existentes no pueden experi-
mentar favorables y probablemente importantes efectos sobre la renta
si se realizan las aspiraciones de los países que son hoy insuficientemente
desarrollados. Pero hay dos razones, c o m o he dicho, para suponer que
estos efectos sobre la renta no estarán fundamentalmente relacionados
con la migración. En primer lugar el desarrollo de las economías insufi-
cientemente desarrolladas depende hoy, principalmente, de factores en-
dógenos entre los cuales los m á s importantes son los que se relacionan
directamente con la creación de u n gran poder adquisitivo y con la ex-
pansión de los mercados internos. En segundo lugar, en la medida en
que el desarrollo depende de factores exógenos, la inmigración de m a n o
de obra desempeñará un papel menos importante a causa de los nuevos
procedimientos técnicos que la economizan, de la transferencia de técnicas
a través de las nuevas instalaciones industriales e incluso independien-
temente de la m a n o de obra y del capital, debido a la reducción de las
corrientes internacionales complementarias de capitales y al rápido ritmo
de crecimiento de la población en el m u n d o insuficientemente desarro-
llado. Esto permite llegar a la conclusión de que la migración dejará de
ser u n factor importante en el aumento de la renta per copita, no a causa
de las barreras legales que se oponen a su movimiento, sino por su dis-
minuida importancia económica. Para los países adelantados, esto se
comprueba en los efectos cada vez m á s limitados de la emigración sobre
la renta; y para los países en vía de desarrollo puede atribuirse a la
importancia cada vez menor de la inmigración en sí misma y en la im-
portancia cada vez mayor de los factores endógenos.” [41,p. 360.1 Muchos
economistas han aceptado esta interpretación en principio, pero se han
producido divergencias cuando se ha tratado de aplicarla a casos particu-
lares. L a importancia económica de la migración varía m u c h o según las
circunstancias y aún hay muchas deficiencias en nuestros conocimientos.
Aunque la migración internacional, que es distinta de la intercontinental,
disminuya, sus efectos cualitativos en las circunstancias de cada país
pueden ser todavía considerables.

ASPECTOS DEMOGRAFICOS Y SOCIALES

Pasaremos ahora del análisis económico al estudio de los aspectos demo-


gráficos y sociales de la migración internacional. Ofrece interés especial
el estudio de los efectos en la estructura de la población de los países

50
de emigración e inmigración, como,lo comprueba, por ejemplo, la ex-
periencia de Irlanda, Canadá, Australia, Israel y la República Federal de
Alemania. Estudiaremos también brevemente las investigaciones llevadas
recientemente a cabo sobre los problemas sociales de la asimilación de
los inmigrantes.

ANALISIS DEMOGRÁFICO
Efectos en los países de emigración

L a emigración influye en la estructura de la población del país de origen,


principalmente por sus desiguales repercusiones en la distribución por
edades. Esto puede verse muy claramente en el caso de Irlanda, país
que durante más de un siglo ha perdido, de resultas de la migración, un
alto porcentaje de su población. D e entre los varones pertenecientes en
1936 a los grupos de edades que se indican a continuación, las propor-
ciones de emigrantes, durante la década de 1936 a 1946, fueron las si-
guientes: 15% de diez a catorce años de edad, 21% de quince a dieci-
nueve, 19% de veinte a veinticuatro, 10% de venticinco a veintinueve y
5% de treinta a treinta y cinco [287, p. 1181. Durante el siglo XIX la
emigración fue aún mayor. Los efectos a largo plazo sobre los distintos
grupos de edad de la población de Irlanda fueron como sigue: en 1951,
las personas mayores de cuarenta y cinco años constituían el 30% de
la población contra el 16% en 1841; el grupo mayor de sesenta y cinco
años pasó del 3% a casi el l l ~ o entre
, 1841 y 1951, y la edad media de
la población, de 24,8 a 32,5. Sin embargo, aún en esas condiciones de
emigración en masa, la contracción registrada en el grupo de la población
más activo desde el punto de vista económico, a saber,el grupo de quince
a cuarenta y cuatro años, fue relativamente pequeña (de 45,9y0 del total,
a 41,0y0). En este caso, los factores dominantes fueron la mortalidad
y la fecundidad más bien que la emigración.
Las investigaciones sobre la dinámica de la emigración en masa indican
la posibilidad de un proceso que se alimenta a sí mismo. El flujo migra-
torio es mayor en el grupo de edades entre los quince y treinta y cinco
años. Este fenómeno produce una disminución en el número de matri-
monios, y reduce el volumen del grupo de edades que va de cero a cinco
años. C o m o la propensión a emigrar es menor en los niños que en los
jóvenes adultos, resulta que los niños de cero a cinco años, cuando pasan
al grupo de diez a quince años de edad, constituyen un gruporelativa-
mente numeroso. D e ahí la consecuencia paradójica de que un país, que
pierde población a un ritmo bastante importante, cuenta con un número
relativamente alto de personas de diez a veinte años de edad. D e esta
manera el proceso funciona alimentándose a sí mismo: 15 años después
de la reducción original del grupo de quince a treinta y cinco años, el
número de las personas que pasan al grupo de quince a veinte años (allí

51
donde la propensión a emigrar es alta) es bastante elevado con respecto
a la población total [39, capítulo VI; 102, p. 80-691.
U n a emigración importante tiende por lo regular a reducir la nupcia-
lidad; tal es lo que se deduce de la experiencia de Irlanda, Suecia y Escocia.
En la República de Irlanda, el número de las mujeres casadas de menos
de cuarenta y cinco años era en 1930 de 73 por cada 1 O00 habitantes en
comparación con 105 en Escocia, 123 en Inglaterra y País de Gales, y
145 en los Estados Unidos de América. Cuando la emigración alcanzó
un elevado nivel en Suecia, privó al país de un número considerable de
campesinos, cuya fecundidad era relativamente alta. Pero n o conviene
generalizar en esta cuestión. H a y que advertir que, en 1930, el número
de niños menores de cinco años por cada 100 mujeres casadas, de menos
de cuarenta y cinco años, era de 123 en la República de Irlanda, mientras
que sólo se elevaba a 83 en Escocia, 64 en los Estados Unidos de América
y 61 en Inglaterra y País de Gales. L a emigración en masa fue causa
de que en Irlanda se diera un número extraordinario de mujeres solteras
pero aquéllas que habían contraído matrimonio tuvieron un extraordi-
nario número de hijos. No es fácil percibir los efectos de la emigración
sobre el porcentaje de mortalidad; cabría suponer que una pérdida de
las vidas m á s capacitadas dentro del grupo de quince a treinta y cinco
años, acrecentaría el porcentaje de mortalidad de dicho grupo.

Efectos en los países de inmigración

A principios de siglo tuvo m u c h a aceptación en los Estados Unidos de


América una teoría propugnada por el profesor F. A. Walker, según la
cual el aumento de la población norteamericana debido a la inmigración
se había visto compensado por una disminución inducida de la fecundidad
de los norteamericanos nativos [338]. Esta “teoría de la substitución’’
es insostenible. Se ha demostrado en forma concluyente que en cualquier
período de 10, 20 Ó 30 años entre 1830 y 1920, el aumento de la pobla-
ción de los Estados Unidos producido por la inmigración es mayor que
la disminución de la fecundidad atribuible a toda clase de causas [337].
M á s aún: se ha comprobado que un encauzamiento importante de inmi-
grantes en las zonas urbanas puede interrumpir el ritmo del éxodo rural,
y hacer por tanto que la fecundidad de la población vernácula aumente
más que lo que hubiera ocurrido en caso contrario [343]. Cualquier duda
sobre esta cuestión desapareció totalmente gracias a los resultados del
análisis exhaustivo de Mortara, “A contribution to the Study of the
Influence of Inmigration o n the Birth Rate” [327], donde se demostró
que las inmigraciones del siglo pasado no habían tenido efectos netos
apreciables en la tendencia del crecimiento vegetativo de los nativos de
los países de inmigración. Allí donde la inmigración desempeñó un papel
predominante, por ejemplo, Estados Unidos de América y Francia, el
descenso secular de la fecundidad de la población vernácula se había

52
venido manifestando antes de que se iniciaran las grandes oleadas de
inmigración.
Podemos resumir ahora los datos estadísticos que prueban la contri-
bución a largo plazo de la migración internacional al crecimiento demo-
gráfico en los principales países de acogida. En Francia se estima que
el saldo migratorio entre 1801 y 1936 ascendió a 3 960O00 personas, lo
cual supuso más de un tercio del aumento de la población en este período,
dentro de las fronteras francesas de 1936 [324, p. 513-5141.En 1790
había alrededor de 3 200000 blancos en Estados Unidos de América;
se estima que el número de sus descendientes que vivían en Estados
Unidos de América en 1920 se elevaba a 41 300 000. En el mismo año
había 53 500 O00 supervivientes o descendientes de los emigrantes llegados
a partir de 1790.L a entrada neta de blancos en los Estados Unidos durante
este período se ha calculado en 26 500 O00 personas [330, p. 1391.
Bajo los auspicios de la Unión Internacional para el Estudio Científico
de la Población, el profesor Franli Lorimer ha preparado, con ayuda de
numerosos especialistas, un libro titulado Culture and hurnan fertility,
publicado por la Unesco en 1954 en la serie Population and culture [326].
En él se examinan los principales datos sobre la cuestión, extraídos de
estudios históricos,antropológicos,sociológicos y demográficos,procurando
investigar los puntos críticos de una relación concreta entre la cultura
y la fecundidad.

Casos particulares

Existe un excelente estudio sobre los efectos demográficos en diferentes


países de la migración internacional de la posguerra,titulado Ilzternational
migration, 1945-1947 y publicado por la Oficina Internacionaldel Trabajo,
1959, capítulo X [331]. Más que intentar aquí resumir este análisis, vamos
a prestar atención a uno o dos casos de especial interés.
Desde 1945, tanto Canadá como Australia han visto considerablemente
reforzada su fuerza de trabajo gracias a la afluencia inmigratoria. En
Canadá, entre 1945 y 1952 el aumento representó casi el 13% de la po-
blación activa que existía en 1952. En Australia, desde 1947 a 1957
hubo un saldo migratorio de 939 O00 personas, de las que el 51% eran
económicamente activas. Esto produjo un aumento del 13% sobre la
fuerza de trabajo de 1947. Esto indica cuán potente puede ser la in-
fluencia de la inmigración en la proporción entre la población activa y
la inactiva.
Una prueba interesante de las repercusiones en la distribución por
sexos y por edades lo ofrece Israel, donde la afluencia inmigratoria fue
extraordinariamente grande. D e 1 160 O00 personas que inmigraron entre
191r y 1954, de las que se poseen datos, algo m á s del 51% del total eran
varones. Elementos diversos han influido en la estructura de la población
con arreglo a la edad. En las primeras oleadas inmigratorias predominaba

53
el grupo de quince a treinta y cuatro años (54% en 1928-1938,y 59%
en 1938-1948). Durante el mandato, las cuatro quintas partes de los
inmigrantes pertenecían al grupo económicamente activo de quince-sesenta
y cuatro años. Después de crearse el Estado de Israel se modificó la ten-
dencia general, en parte porque muchos de los inmigrantes eran los super-
vivientes del exterminio nazi, y en parte porque la estructura por edad
de los judíos de origen africano y asiático era m u c h o m á s normal. Israel
no h a vuelto a tener el número relativamente grande de personas perte-
necientes a los p p o s económicamente activos que poseía durante la
época del mandato. L a distribución por edades n o difiere m u c h o actual-
mente de la de los otros países de Europa oriental. No obstante, el aumento
en el porcentaje de niños significará en el futuro un gran aumento de los
grupos económicamente activos [318, p. 323-3261.
Quizás el caso extraordinario sea el de Alemania Occidental que, en
algo m á s de una década, desde la guerra, h a acogido a 12 millones de
inmigrantes. En 12 años la población aumentó en una tercera parte, y
tres quintas partes de ese aumento se produjo antes de finales de 1946.
Este influjo, sobre todo el posterior a 1949, compensó en parte las graves
consecuencias demográficas de las pérdidas militares alemanas. L a im-
portancia de estas últimas se traduce en el censo de septiembre de 1950,
según el cual había tres millones m á s de mujeres que de hombres; en
el grupo de veinticinco-cuarentay cinco años, la diferencia era de 1 700 000,
o sea una proporción de 100 a 77. L a inmigración a Alemania Occidental
desde 1950 ha sido del tipo tradicional, conteniendo una gran proporción
de gente de menos de cuarenta años, y m á s hombres que mujeres. Los
refugiados admitidos en el país poseen un coeficiente de natalidad m á s
alto y una tasa de mortalidad infantil m á s baja que el conjunto de la
población. El estudio de la Oficina Internacional del Trabajo concluye
en la forma siguiente: “Sin embargo, dejando de lado la inmigración
proveniente de la Alemania Oriental, que ha tenido un efecto profunda-
mente correctivo, el resto de la inmigración sólo ha aportado una mejora
relativa a la estructura demográfica de Alemania Occidental. Después de
todo, los refugiados se han visto tan afectados por la guerra c o m o la
población local, y su estructura se ha desequilibrado análogamente,
aunque no en el m i s m o grado. Por tanto, todo cuanto puede decirse de
las consecuencias demográficas de la afluencia de refugiados, es que sin
esta última la distribución por sexos y por edades de la población de
Alemania Occidental hubiese sido todavía m á s desfavorable, y el coefi-
ciente de natalidad incluso m á s bajo. Pero esa afluencia no ha llenado
aún las bajas causadas por la guerra entre los jóvenes.” [331, p. 27-28.]
El estudio m á s completo de la experiencia registrada en la Alemania
Occidental es el titulado Die Vertriebenen in Westdeutschland, 3 tomos,
editado por Eugen Lemberg y Friedrich Edding y publicado en Kiel
en 1959 [353]. El t o m o 111 contiene una rica bibliografía.

54
P R O B L E M A S DE A S I M I L A C I ~ N

El proceso de integración

En los últimos años se ha publicado una abundante literatura sobre los


problemas de asimilación. A pesar de los múltiples aspectos que ofrece
el tema y la inevitable vaguedad de muchos de los conceptos empleados,
se ha logrado un acuerdo considerable entre los expertos de un gran nú-
mero de países. L a discusión internacional ha producido muy buenos
resultados, especialmente la Conferencia celebrada por la Unesco en L a
Habana, en abril del 1956 [339]. También hay que aludir al informe sobre
un coloquio anterior titulado Cultural assimilation of migrants, preparado
por D.V. Glass a iniciativa de la Unión Internacional para el estudio
científico de la población, y publicado por la Cambridge University Press,
Londres, con la ayuda de la Unesco y en nombre de la Population In-
vestigation Committee, como suplemento de Population studies, marzo
de 1950 [345].
Los resultados de una encuesta sobre la asimilación de los inmigrantes
italianos y alemanes en Australia, llevada a cabo bajo los auspicios de
la Unesco, fueron reunidos por W.D. Borris, y publicados en 1954 en
Melbourne, Australia, por F. W.Cheshirc, con el título de ltalians and
Gerrnans in Australia: a study of assirnilation [348].
El Dr. Alberto Arca Parro (Perú) preparó y publicó en español un
resumen de los principales resultados obtenidos en un estudio sobre las
condiciones que favorecen la integración cultural de los inmigrantes en
el Brasil.
El Dr. H.B. M.Murphy (Reino Unido), con la colaboración de varios
especialistas,ha preparado un estudio de los problemas psicológicos que
afectan a las personas que por distintas razones, sea individualmente o
en grupos, han sido desplazadas del marco sociocultural que les es propio
y se ven obligadas, como resultado de la migración, a reajustar €unda-
mentalmente su modo de vida. Este estudio se realizó por encargo de
la Unesco, y fue publicado en su colección Población y cultura en 1955,
con el título de Flight and resettlement [329].
L a Asociación Internacionalde Sociología y la Asociación Internacional
de Ciencias Económicas organizaron para la Unesco un coloquio sobre
aportaciones positivas de los inmigrantes, actuando como relatores Oscar
Handlin (Estados Unidos de América) y Brinley Thomas (Reino Unido),
en colaboración con otros especialistas que presentaron estudios sobre
diversos países tales como Argentina, Australia, Brasil, Estados Unidos
de América y Reino Unido. El coloquio fue publicado por la Unesco
en 1955, en la serie Población y cultura [323].
El Rev. Fernando Bastos de Avila y el profesor Manuel Diégues Jr.
(Brasil) prepararon un manual de divulgación sobre la integración cultural
de los inmigrantes, para uso de las autoridades competentes y de los

55
trabajadores voluntarios que se interesan por los problemas de la migra-
ción; la Unesco distribuyó ejemplares a multicopista del mismo, en es-
pañol, francés e inglés, entre organismos gubernamentales y de carácter
privado que actúan en esa esfera.
L a mayoría de los escritores están ya de acuerdo en que el concepto
de “integración” es de mayor jerarquía que el de “asimilación”. Robert E.
Parks define la asimilación como “el proceso o procesos por el que personas
de diversos orígines raciales y diferentes patrimonios culturales, que
ocupan un territorio común, logran una solidaridad cultural que basta
por lo menos para sostener una existencia nacional” [361, p. 281-2821.
El destacar la “Solidaridad cultural” parece implicar más bien un proceso
unilateral que recíproco, y sugiere que “el pluralismo cultural” es in-
compatible con la asimilación [351]. El nuevo concepto de adaptación
en un medio de pluralismo cultural lo ha expresado muy bien William
Bernard en las siguientes palabras: “Decir que ‘integración’es un tér-
mino más acertado y exacto que otros para describir la inclusión real
y efectiva de un nuevo grupo en una sociedad ya existente, no es una
inútil pedantería. El término ‘asimilación’,que se utilizaba antes, además
de su confusa connotación biológica, implica un sentido unilateral dentro
de las relaciones de grupo. Sugiere que el inmigrante queda totalmente
desposeído de su vieja cultura, y que virtualmente pasa por una total
renovación, desde sus vestidos hasta su ideología. Este concepto niega
o ignora las múltiples cualidades que aporta consigo el inmigrante a su
nueva patria, y no tiene en cuenta la influencia que ejercen sus ideas,
su talento y sus afanes frente a la comunidad que le ha acogido. El hecho
real es que los Estados Unidos de América no han asimilado ni han
absorbido al inmigrante. Nuestras masas de inmigrantes y nuestra
población llamada ‘autóctona’ se han integrado recíprocamente [...] Se
ve claramente que el concepto de integración exige reconocer la impor-
tancia de la diferenciación cultural dentro de un marco de unidad social.
Admite los derechos de los grupos y de los individuos a ser diferentes,
mientras esas diferencias no conduzcan a la dominación o a la desunión.”
[339, p. 93-94.] Esto nos recuerda el discurso del presidente Franklin
D. Roosevelt a las Hijas de la Revolución Americana, que empezaba
con estas palabras : “Compañeras de inmigración.”
Los debates de la Conferencia de L a Habana mostraron que en los
últimos años ha habido una marcada tendencia a ampliar la esfera en
la que es admisible una cierta variedad cultural. Por ejemplo, el punto
de vista oficial de Canadá fue expresado por el Department of Citizenship
and Immigration en la forma siguiente: “El término ‘integración’ [...]
se usa en Canadá para expresar una teoría que conjuga la unidad y la
diversidad. Se procura la unidad mediante la admisión de principios
comunes de filosofía política y la participación en una ciudadanía común.
L a diversidad se mantiene por medio de la apreciación recíproca de las
distintas contribuciones culturales.” [339, p. 95.1 No es difícil coincidir

56
en la índole del proceso mientras se discuta el problema en un plano
teórico y abstracto. Los elementos esenciales son la propensión a adap-
tarse del inmigrante, la actitud favorable a la diversidad cultural por
parte del país de acogida, y el grado de estabilidad de su economía y
la estructura social y política del país receptor. Sin embargo, aún en este
plano de abstracción se oculta una cierta ambigüedad. No siempre se
sabe si el criterio de una integración efectiva se basa en el punto de vista
del inmigrante o en el del país que le acoge. Basándose en una serie de
experiencias objetivas, se puede presumir que un grupo de inmigrantes
va a ser fácilmente asimilado; sin embargo, tal vez no sean “aceptadosy7
por el país de su nuevo destino. Esto da mayor autoridad a la opinión
de S. N. Eisenstadt cuando dice: “No se pueden comparar los diversos
países de inmigración a base de índices externos ‘objetivos’, sino úni-
camente por medio del análisis de las características que pueda presentar
el marco institucional del país de inmigración y de los distintos tipos
de sociedades pluralistas.” [342, p. 103.1
Cabría preguntarse ahora cuáles son las relaciones mutuas entre la
integración de ininigrantes, tal como aquí queda definida, y el proceso
del desarrollo económico. Este aspecto lo estudió con cierta amplitud la
Conferencia de la Asociación Internacional de Ciencias Económicas
reunida en Kitsbuhel en 1955, y cuyas actas fueron publicadas por la
editorial Briiiley Thomas en Economics of international migration, 1958
[41]. El autor de estas páginas resumió la discusión sobre “Los aspectos
psicosociales de la emigración” en una comunicación enviada a la Con-
ferencia celebrada en L a Habana en 1956 por iniciativa de la Unesco.
Podría ser pertinente hacer aquí las citas siguientes:
“El pluralismo implica un cierto número de elementos imperfectamente
fusionados, y constituye la nota característica de sociedades tales como
los Estados Unidos de América, donde los inmigrantes han tenido dife-
rentes orígenes étnicos. Los descendientes de los nacidos en el extranjero
se identifican cada vez más con el núcleo social, sin que eso les impida
conservar las características culturales de su grupo. U n a sociedad plura-
lista de este género ofrece grandes ventajas, que un celo excesivo en favor
de la asimilación podría poner en peligro. Debemos alegrarnos de que
el proceso de la fusión haya sido imperfecto. L a Conferencia de Iiitzbuhel
examinó entonces más a fondo la relación existente entre el núcleo cultural
y el desarrollo económico. Se consideró que las fases de la inmigración
eran las siguientes: en primer lugar, una ola de inmigración extranjera
que llega a un grado en que constituye una amenaza de disolución del
núcleo social; en segundo lugar, una reducción de la inmigración con el
consiguiente debilitamiento de las tensiones entre grupos, y también
del desarrollo económico; por último, una fase final en la que la comu-
nidad tiene que decidirse entre un ritmo relativamente lento de desarrollo
económico, con escasas tensiones sociales y un rápido enriquecimiento
del núcleo social, por una parte, y un rápido ritmo de desarrollo econó-

57
mico, con intensas tensiones sociales y u n debilitamiento del núcleo social,
por otra parte.
99
C o m o ejemplo de lo que acabamos de decir, podríamos mencionar
en primer lugar el caso de los Estados Unidos de América, que fue capaz
de acoger gran número de extranjeros durante un largo período de tiempo,
porque existía u n firme núcleo social que se enriqueció durante el proceso
de inmigración. No cabe duda de que los períodos de m á x i m a inmigración
fueron también los de m á s rápido desarrollo económico, y que precisa-
mente en esos tiempos se manifestó con m á s fuerza el antagonismo hacia
los extranjeros. Por último, inmediatamente después de la primera guerra
mundial, se llegó a u n punto en que una nueva y numerosísima inmi-
gración procedente de Europa meridional y oriental hubiera barrido con
el delicado equilibrio existente entre el núcleo social de la nación y los
diferentes grupos imperfectamente fusionados; estos últimos hubieran
llegado a ser tan predominantes c o m o para socavar las bases mismas de
la unidad nacional. En los países latinoamericanos, el núcleo social es
relativamente m á s débil, y la inmigración progresiva dificulta su desen-
volvimiento; el margen de desarrollo sin tensiones es m u c h o menor de
lo que era en América del Norte. Israel puede ser considerado como un
caso en el que inicialmente no existía núcleo alguno y, por consi-
guiente, tampoco u n factor limitativo de ese género. El caso de Israel
es único, debido a que el fenómeno de la inmigración en masa, lejos de
constituir una posible amenaza para el núcleo social, es precisamente el
único medio de formarlo. L a población de Israel en 1922 era sólo de
84 O00 habitantes y, en la actualidad, se eleva a u n millón y medio. En
1950 no menos del 75% de los habitantes habían nacido en el extranjero.
Sin embargo, se puede decir que esos distintos grupos de iumigrantes
fueron portadores de u n núcleo social; todos ellos eran de procedencia
judía, y estaban inspirados por el ideal del sionismo; se sentían unidos
en la lucha por la independencia y confiaban en una política de libre
inmigración.
“De este análisis deducimos que el concepto que u n país receptor tiene
de su propia nacionalidad y de la firmeza de su núcleo social, ejerce
una gran influencia en la determinación del tipo m á s adecuado de inmi-
gración y en la facilidad o dificultad de la asimilación de esta última.
Cada país posee sus características peculiares, y no es prudente dar ex-
cesiva importancia a los factores puramente económicos.” [339, p. 114-
115.1 Esta tesis general puede comprobarse con la experiencia de distintos
países. En una importante comunicación sobre “La asimilación cultural
de los inmigrantes en el Brasil”, A. H.Neiva y M. Diégues, Jr., terminan
con las palabras siguientes : “Los elementos culturales importados se
respetan y aceptan aunque -como es natural- se mantienen las
bases tradicionales de nuestra estructura fundamentalmente portuguesa.
En consecuencia, se da por sentado que la asimilación de los inmi-
grantes se efectuará con arreglo a dichos valores fundamentales, y por

58
medio de su adaptación a las costumbres y usos brasileños, a cuyo
patrimonio los inmigrantes aportarán su propia contribución cultural.”
[360, p. 233.1

Factores que dijcultan la integración

En la corriente normal de migración existe una concentración en el grupo


de edad de quince a treinta y cuatro años, y un predominio de los hombres
con respecto a las mujeres. Por ejemplo,en Australia, entre 1947 y 1954,
sobre una afluencia total de 683 O00 inmigrantes hubo una mayoría de
varones que se elevó a unos 110000 dentro de los grupos de edad de
quince a sesenta y cuatro años. U n a gran proporción de varones jóvenes
y solteros constituye un factor favorable a la movilidad económica, pero
al mismo tiempo entraña difíciles problemas. Se reconoce en general que
debe hacerse todo lo posible para fomentar la unidad de la familia. Sin
embargo, cuando los nuevos inmigrantes pertenecen a un grupo étnico
distinto del de la mayoría del país de acogida, es muy posible que surjan
conflictos entre el ideal de integración familiar y el de integración rápida.
En tales circunstancias,mucho dependerá de la labor que puedan realizar
las organizaciones de carácter voluntario, para que tanto los inmigrantes
como los habitantes de su nuevo país se percaten de sus respectivas
responsabilidades.
En algunos países, especialmente en América Latina, se han realizado
grandes esfuerzos para organizar asentarnientos por grupos, y la expe-
riencia obtenida en esos casos nos ha servido bastante para conocer
las dificultades prácticas de la integración. El éxito de esos asenta-
mientos depende, en gran escala, del acierto que se haya tenido en la
selección de los inmigrantes. Algunos experimentos no han dado buen
resultado, por no haberse contado con informaciones correctas sobre
las perspectivas abiertas a los inmigrantes. También aquí parece existir
un conflicto entre los intereses personales y a corto plazo de los inmi-
grantes que viven en grupo, y la aspiración definitiva de una integración
cultural l.
Los nuevos inmigrantes experimentan muchas dificultades por no haber
sido preparados previamente en forma adecuada. El Comité Interguber-
namental de Migración Europea ha trabajado con ahinco a fin de esta-
blecer métodos de selección, educación y formación previa, y países tales
como Australia e Israel han iniciado planes de educación de adultos que
se aplican a los inmigrantes inmediatamente después de su llegada. Los
Gobiernos, los organismos especializados y las organizaciones de carácter
voluntario deben mejorar su cooperación recíproca a fin de perfeccionar
los servicios informativos y proporcionar una formación previa al futuro

1. Sobre asentamiento de grupos, véase Price, C. A. “Immigration and group set-


tlement” [363].

59
inmigrante. L a mayoría de los países de acogida, animados por un espí-
ritu de pluralismo cultural, se muestran generosos en su actitud con
respecto a los periódicos redactados en lenguas extranjeras. Estos medios
de información facilitan indudablemente la adaptación de los nacidos en
el extranjero, y no impiden que sus hijos sean absorbidos por el nuevo
ambiente.
Un criterio importante para conocer el grado en que se fusionan los
diversos grupos étnicos, es la preponderancia de la “homogamia”, a saber,
los matrimonios entre personas de la misma raza o nacionalidad. Las
investigaciones realizadas en esta esfera han dado interesantes resultados
[367]. Savorgnan descubrió que los factores que m á s influyen en el grado
de la “homogamia” eran los siguientes: “1. Cuando un grupo nacional
está aislado topográficamente; 2. Cuando la población vernácula, y quizá
también otros grupos de inmigrantes, sienten una gran repugnancia por
la nacionalidad en cuestión; 3. Cuando un grupo se distingue de la gran
masa de la población, no sólo por razón de su nacionalidad sino también
por otras características;4.Cuando la proporción entre los sexos de una
nacionalidad no está equilibrada.” [367,p. 65-66.]El análisis llevó a la
conclusión de que “la cultura y la riqueza son dos factores que aceleran
el progreso de mezcla y fusión, mientras que la ignorancia y la pobreza
lo retardan. En la mayoría de los casos, las grandes masas de inmigrantes
que forman las capas inferiores de la población, tienen que ser asimiladas
antes de que puedan mezclarse con la población vernácula. Pero los in-
migrantes que proceden de clases cultas e instruidas pueden contraer
más fácilmente matrimonios mixtos, aunque su asimilación no haya
podido realizarse aún. H a y una diferencia fundamental entre los dos
grupos de inmigrantes: en el caso de los grupos nacionales que son pobres
y carecen de instrucción,la asimilación (a saber,la adopción de la lengua,
las costumbres, etc., del país de inmigración) es la condición previa
para la fusión, mientras que en el de grupos cultos y ricos, la asimilación
es consecuencia de la fusión.” [367, p. 6’7.1
Al evaluar las actitudes de los países de inmigración a partir de 1945,
no sería prudente mostrarse demasiado optimista. Se ha registrado un
gran aumento en la formación de capital, y el desarrollo económico ha
tenido un ritmo acelerado. Australia y Canadá, que antes de la segunda
guerra mundial tendían a restringir la inmigración, consideran ahora
este fenómeno como algo esencial para su desarrollo y, por consiguiente,
se muestran tolerantes para con los extranjeros de diferente procedencia
étnica o de distintos antecedentes sociales. Algunos escritores opinan que
esta actitud comprensiva y generosa no resistirá a una grave crisis eco-
nómica l.

1. Sobre el caso de Canadá, véase Petersen, William. PZunned rnigrution. University of


California Press, 1955 [362, p. 1371.

60
Algunas orientaciones para la política migratoria

Se admite en general que los gobiernos tienen el deber de crear las con-
diciones adecuadas para que el proceso de integración se lleve a cabo
en la forma más fácil posible. Los Estados conservarán el derecho de
control y de discriminación. Pero, una vez que hayan sido admitidos los
inmigrantes, es razonable esperar que se respetarán algunos principios
fundamentales. Normalmente, durante los cinco primeros años el nuevo
inmigrante es un simple residente, antes de que se le considere calificado
para el pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía. Por desgracia,
algunos países imponen todavía molestas restricciones durante este período
probatorio. L a Conferencia de las organizaciones no gubernamentales
interesadas en el problema de la migración, que se celebró en 1951, esta-
bleció unos cuantos principios generales que podrían considerarse como
la Carta del inmigrante [358, p. 16-18]. A continuación se indican los
principios que merecen ser mencionados.
“Que no haya discriminación, de facto o de jure contra un inmigrante
por razones tales como raza, religión, opiniones políticas, medios finan-
cieros, país de origen o cualidad de extranjero.
”Que todo inmigrante reciba en el país de acogida un trato que no
sea menos favorable que el otorgado a los nacionales de dicho país.
”Que, en general, todo inmigrante tenga derecho al trabajo de con-
formidad con su capacidad y con arreglo a las leyes que gobiernan a la
población, y que disfrute de iguales derechos en lo que concierne a las
condiciones de empleo, sueldo, libertad de afiliación sindical, asistencia
pública y seguridad social.
”Que todo inmigrante tenga conciencia de que esos derechos implican
una correspondiente serie de deberes para su nueva comunidad.”
Por último, conviene señalar que la aceptación de determinados prin-
cipios fundamentales por parte de los gobiernos es condición necesaria
pero no suficiente de éxito. Según palabras de S. M. Einsenstadt, “sólo
cuando el inmigrante es aceptado de hecho en el seno de la comunidad,
se podrá decir que se ha realizado la integración.” [339,p. 153.1 Conviene
que la opinión pública esté debidamente informada para que sepa con-
ducirse correctamente en las incidencias diarias del trabajo y el recreo.

P A S A D O Y F U T U R O D E L A INVESTIGACIÓN

Un admirable compendio de las investigaciones realizadas después de la


guerra hasta 1952 sobre las migraciones internacionales, es el que figura
en la publicación de las Naciones Unidas, la OIT y la Unesco intitulada
Resumen de los resultados de los estudios y de las investigaciones sobre
migraciones internacionales emprendidas por las Naciones Unidas y los
organismos especializados en 1946 [390].

61
En el presente informe se ha hecho referencia a algunos de esos estudios.
Las actividades de las organizaciones no gubernamentales que se ocupan
de la inmigraciónhan dado u n vigoroso impulso a los trabajos mencionados.
Merece citarse, a m o d o de ejemplo, la importante revista bimestral,
Migration news, que publica la Comisión Católica Internacional de Mi-
gración y edita el Dr. T. Stark. Esta publicación, que tiene ya ocho años
de vida, constituye un estudio completo y penetrante de todo lo que
ocurre en el m u n d o en materia de inmigración, población, colonización
y refugiados ; contiene además interesantes suplementos intitulados Mi-
gration facts and jigures.
En 1959 la Oficina Internacional del Trabajo publicó un estudio c o m -
pleto de los movimientos de posguerra en todos los países con el título
de International migration 1945-1947 [331]. Entre los principales temas
que en él se tratan figuran los movimientos migratorios políticos y eco-
nómicos, la oferta y la demanda de trabajo en el mundo, los movimientos
organizados y subvencionados, y las consecuencias demográficas y sociales
de la emigración económica.
L a Unesco ha contribuido ampliamente al estudio de los problemas
de la migración [380]. Se ha consagrado especial atención a los factores
que rigen el proceso de asimilación de los inmigrantes. Merced a la ini-
ciativa de la Unesco, en 1950, la Unión Internacional para el Estudio
Científico de la Población publicó u n estudio de fondo titulado Cultural
assimilation of immigrants [377]. En 1956, la Organización celebró una
conferencia en L a H a b a n a sobre la integración cultural de los inmigrantes,
habiéndose presentado valiosas ponencias que analizaban detalladamente
el tema.
Son dignas de especial mención las investigaciones sobre colonización
agrícola. En este sector es importante la contribución de la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación,por ejemplo,
“Land settlement for agricnlture” [375]. En ese documento se establecen
principios generales, c o m o por ejemplo la evaluación de los recursos
naturales, la selección de las posibles regiones de colonización, los criterios
que habrán de emplearse para escoger los colonos, y el tipo de formación
preliminar necesaria. También se trata de la preparación de las regiones
elegidas, las condiciones indispensables para una fácil asimilación, y las
actividades de las empresas comerciales que se ocupan del desarrollo
agrícola. Los expertos de la FA0 han realizado importantes investiga-
ciones sobre el terreno en Brasil y Bolivia. El Istituto Agronomico per
I’Oltremare, de Florencia, donde se está constituyendo u n grupo de ex-
pertos, también ha llevado a cabo útiles investigaciones. En septiembre
de 1958, los gobiernos de Italia y del Brasil firmaron una convención
destinada a establecer en el Instituto de Florencia u n centro para el
estudio de la agricultura y de la economía rural en el Brasil, además
de una oficina de información encargada de proporcionar datos técnicos
y económicos sobre el desarrollo de ese país.

62
Y a nos hemos referido a la labor de la Oficina Internacionaldel Trabajo
sobre los movimientos migratorios en Africa. También cabe mencionar
el proyecto de investigación resultante de las recomendaciones de la
Conferencia Interafricana de Ciencias Sociales de la Comisión de Coope-
ración Técnica en Africa al sur del Sahara (LOTA/CSA)en 1955. En
julio de 1956 se celebró en Londres una reunión de expertos internacio-
nales. Participan en la organización de dicho proyecto el Institut FranCais
d’Afrique noire,la Office de la Recherche Scientifique et Technique d’0utre
Mer, el Centre National de la Recherche Scientifique, la Universidad de
Ghana y los gobiernos de Africa Occidental Francesa y de Ghana. Equipos
de investigadores han llevado a cabo encuestas detalladas sobre la mi-
gración en la Costa de Marfil y Ghana, empleando para ello diversos
métodos. Esos proyectos aumentarán, sin duda alguna, los conocimientos
que se poseen de esa materia [381].
El CIME ha llevado a cabo múltiples trabajos para ayudar a organizar
la colonización agrícola en América Latina. Durante la ejecución de esos
trabajos se ha adquirido una gran experiencia que, si bien no figura en
ningún documento, puede utilizarse en caso de necesidad.
E s sabido que para que una investigación resulte satisfactoria es indis-
pensable disponer de estadísticas exactas y completas. Y a hemos visto
que, lamentablemente, el índice de perfeccionamiento de las estadísticas
de las migraciones internacionales ha sido lento. Existe una apremiante
necesidad de fomentar la reforma de las estadísticas en los países ade-
lantados, y deberá tenerse presente la experiencia anterior cuando por
primera vez se realicen trabajos de esa naturaleza en los países menos
desarrollados. A continuación se exponen alpnas consideraciones que
merecen recordarse a ese respecto. Deberán estudiarse los métodos más
eficaces para registrar el movimiento de migración por aire, utilizándose
con mayor amplitud las técnicas de muestreo. L a razón fundamental
por la que resulta difícil hacer comparaciones reside en la soberanía del
Estado. Corresponde a los especialistasindicar con exactitud las diferentes
maneras en que debe formularse una pregunta determinada en distintos
países, con objeto de obtener respuestas comparables. Será necesario
realizar extensos trabajos en los países que poseen series cronológicas
largas, a fin de poder verificar y conciliar los datos básicos. L a operación
realizada por Kuznets y Rubin con datos correspondientes a los Estados
Unidos [27] constituye un modelo que podría adoptarse provechosamente
en varios países [204, p. 534-5351.
U n a organización consagrada a actividades prácticas como el Comité
Intergubernamental de Migraciones Europeas, de la que puede decirse
que ha desempeñado una labor brillante, vería facilitadas sus tareas si
dispusiera de una especie de pantalla estadística de radar. Se podrían
estimar así el efecto probable de los movimientos de algunas variables
económicas en la oferta y la demanda de distintas categorías de inmi-
grantes. Las técnicas que ya se utilizan en otros tipos de investigaciones

63
sobre el mercado podrían adaptarse a las necesidades del mercado del
trabajo. En esta materia, la investigación básica puede tener m u y amplio
alcance. Se observa un ejemplo significativo en la evolución del sistema
de colocaciones en la Nación basado en el intercambio de empleos a través
de las organizaciones regionales. Dicho sistema establece vínculos entre
los mercados regionales del trabajo dentro de un país; análogamente,
se podría proyectar una organización internacional de colocaciones que
relacionara varios mercados nacionales de trabajo. L a reserva de expe-
riencia práctica que existe ahora en el CIME podría constituir la base
de un nuevo tipo de acción internacional en este importante campo.
Uno de los objetos de este informe es indicar las principales tendencias
de los trabajos téoricos m á s recientes sobre el mecanismo de las migra-
ciónes internacionales. Existe forzosamente una estrecha acción recíproca
entre las especulaciones abstractas y la investigación empírica; la labor
de los diseñadores de modelos teóricos constituye una base indispensable
para que el análisis estadístico dé buenos resultados. Los proyectos siste-
máticos de investigación, sobre todo cuando los llevan a cabo órganos
internacionales oficiales, n o deben desligarse de las consideraciones teó-
ricas. En ese sentido debe existir una división racional del trabajo. Las
conocidas contribuciones teóricas del profesor Alfred Sauvy y de otros
especialistas han sido fundamentales para los logros del Institut national
d’études démographiques de París. Otro organismo al que los estudiosos
de esa materia deben m u c h o es el Grupo de expertos en investigaciones
sobre los problemas europeos de la migración ( R E M P ) , creado en L a
H a y a por el Dr. G. Beijer en 1952. Las monografías publicadas por este
grupo, y su Boletín, han enriquecido considerablemente nuestro conoci-
miento de los problemas que planteó la inmigración después de la guerra;
en este caso tampoco se han descartado los conocimientos teóricos. En
cierto sentido, el REMP h a tenido un audaz gesto precursor al inspirar,
con la ayuda financiera del CIME, la elaboración de modelos economé-
tricos de inmigración internacional, entre ellos The effect of European
migration on the economy of sending and receiving countries, u n interim
report, por Isaac Julius, con la ayuda de C. A. van den Beld [293]. Es
admirable que un centro de carácter privado, consagrado a investigaciones
de esta índole, aliente a especialistas para que prosigan investigaciones
teóricas fundamentales.
En la sección “Ritmos desiguales de desarrollo” de la parte 1 del pre-
sente informe, hemos hecho alusión a la doctrina de que los países menos
desarrollados de la época anterior a 1913 eran doblemente explotados
por los países m á s adelantados que efectuaban en ellos inversiones de
capital. Es posible debatir la validez de esta tesis, pero en ciertos casos
es preferible no abrir juicio hasta que se hayan llevado a cabo investi-
gaciones m á s completas de tipo teórico, estadístico e histórico. L a Unesco
está examinando la posibilidad de realizar un estudio sobre los inmigrantes
que regresan a sus países de origen, a fin de analizar los factores rela-

64
cionados con la inadaptación a las nuevas comunidades. Con objeto de
proporcionar datos básicos relativos a las cuestiones de que se trata, el
profesor G.Germani (Argentina) está realizando, con la asistencia finan-
ciera de la Unesco, un estudio sobre la inmersión en la nueva cultura
adaptación y éxito o fracaso de los inmigrantes extranjeros residentes
en la región del gran Buenos Aires; ya se ha presentado un informe
provisional y se están recogiendo datos sobre los factores sociales y
culturales que favorecen o dificultan la integración de los inmigrantes.
Mucho puede decirse en favor de una división del trabajo con arreglo
a la cual la investigación fundamental estaría a cargo de especialistas
que trabajan por su cuenta, o de un instituto independiente, mientras
que los estudios aplicados sobre las tendencias y orientaciones serían
confiados a las secretarías de las organizaciones oficiales. Estas últimas
n o se identificarían con doctrinas sino que pondrían a prueba distintas
hipótesis teniendo en cuenta todos los datos disponibles; también se
encargarían de determinar las consecuencias de los diversos métodos
encaminados a lograr los objetivos que se propone cada gobierno. Un
excelente ejemplo lo constituye el informe preparado por un grupo de
expertos, por encargo de las partes contratantes en el Acuerdo General
de Aranceles y Comercio (GATT), intitulado Trends in international trade
13161. Este informe señala un camino a seguir en el estudio de la migración
internacional en relación con el desarrollo económico.
Dentro de la gran diversidad de temas que abarca este informe, hay
muchas lagunas importantes en nuestros conocimientos. .Para terminar,
mencionaremos algunos temas de investigación que podrían subsanar
esas deficiencias.
Y a se ha hecho referencia a la apremiante necesidad de mejorar los
datos estadísticos originales,de los que depende todo análisis cuantitativo.
A menos de que dispongamos de datos más exactos, completos y compa-
rables, haremos muy pocos progresos. E s de esperar que se ampliará el
alcance de los valiosos trabajos sobre estadísticas de la emigración, reali-
zados por la Comisión de Población de las Naciones Unidas, la Oficina In-
ternacional del Trabajo y el CIME;al mismo tiempo corresponde a los espe-
cialistaspromover la reforma de las fuentes estadísticasen suspropiospaíses.
Al considerar los aspectos económicos de la migración internacional,
suele pensarse que ese sector de las investigaciones está perdiendo impor-
tancia. E s cierto que los movimientos internacionales de población no
constituyen ya, como en el siglo XIX, un elemento estratégico del desa-
rrollo económico. El carácter de la economía internacional se ha modifi-
cado profundamente, y lo mismo ha ocurrido en el plano intelectual.
Sin embargo, estas nuevas circunstancias plantean problemas diferentes,
tan difíciles de resolver como los antiguos. Y a no son tan importantes
los movimientos de masas como ciertos factores cualitativos, transfe-
rencias de mano de obra calificada y, sobre todo, la migración de un
“capital humano” relativamente escaso.

65
5.
Se cometería un error deduciendo de ello que es preciso abandonar las
investigaciones sobre el mecanismo de la migración en la época en que
esos movimientos eran considerables. L a inmigración continúa desem-
peñando una función destacada en el desarrollo de países c o m o Australia
y Canadá, y no es posible interpretar adecuadamente el proceso sin esta-
blecer comparaciones con la experiencia pasada. No se trata de un mero
problema de interés teórico, c o m o Kuznets y Rubin han apreciado en
sus estudios sobre los Estados Unidos. “La comprensión de esas expe-
riencias anteriores y de las consecuencias de las decisiones que se adop-
taron a su respecto, es de una gran importancia práctica, tal vez hoy
m á s que nunca. Las decisiones relativas a la inmigración, tanto c o m o las
referentes a cuestiones públicas, mejoras de orden interno, organización
industrial y protección, se contaban entre las decisiones seculares básicas,
ya que eran de largo alcance e importantes para el futuro desarrollo de
la economía. Aunque resulta difícil anular decisiones de esa índole, y en
algunos casos es totalmente imposible, una comprensión retrospectiva de
SUS consecuencias evitará que las decisiones futuras se adopten precipi-
tadamente, y permitirá tener una visión m á s clara de la situación en
los casos en que aquella era abrumada por la aparente urgencia de los
problemas de actualidad [...]Un somero examen de los datos disponibles
en esta materia y de las consecuencias de los estudios realizados, es sufi-
ciente para revelar la necesidad de un análisis cuantitativo metódico de
ese aspecto del desarrollo anterior del país.” [27, p. VI.] Sería conveniente
realizar investigaciones sobre los temas que se indican a continuación:
1. Un análisis detallado por sectores de la relación entre la afluencia
de la m a n o de obra y del ritmo de la mecanización, el progreso técnico
y la relación capital/producto en los países donde la inmigración ha
llegado en oleadas, por ejemplo los Estados Unidos, 1890-1913.
2. ¿Cuáles son las analogías y las diferencias entre el proceso de inmi-
gración a partir de 1945 en Australia, Canadá o Brasil, y el proceso
correspondiente en el siglo XIX?
3. Las determinantes económicas del futuro ritmo de la inmigración en
los países de América Latina.
4. L a relación entre la integración económica en Europa occidental y
la tendencia a emigrar.
5. Movimientos del capital público y privado desde 1945 en relación
con los movimientos migratorios.
6. Evaluación crítica de los proyectos y previsiones de emigración en
los países de donde proceden los emigrantes. Efectos del aumento de
posguerra en los índices de aumento natural.
7. Estudio histórico de la corriente internacional de las remesas de
emigrantes, y la significación que ha alcanzado últimamente en países
superpoblados c o m o Grecia e Italia.
8. L a inmigración c o m o factor inflacionario en países tales c o m o Australia,
Canadá e Israel.

66
9. El problema de las necesidades de inversión en relación con la in-
migración en varios países, en especial los de América Latina.
10. Migración internacional de expertos técnicos y de m a n o de obra
altamente calificada. Cálculo cuantitativo de los efectos “multipli-
cadores” de diversos índices de inmigración de m a n o de obra calificada
en los países insuficientemente desarrollados.
11. Efectos de las restricciones impuestas a la migración en el índice de
migración interna e interregional,por ejemplo, en los países asiáticos.
12. Métodos para calcular la futura oferta y demanda de migrantes en
diversos países.
L a índole del material cuantitativo requerido por las investigaciones
sobre asimilación cultural ha sido admirablemente estudiada por M a x
Lacroix y Edith Addams [352]. Si se adoptasen las sugestiones que figuran
en ese estudio, se abrirían excelentes perspectivas para la investigación
en esta esfera. Además, podrían aprovecharse mejor los datos económicos,
cada vez más abundantes, sobre el comportamiento del consumidor.
En 1934, Hans Stachle señaló un prometedor tema de investigación a
los especialistas 13771 pero nadie ha continuado ese estudio, aunque fue
mencionado en el coloquio celebrado por la Unión Internacional para el
Estudio Científico de la Población en 1949. Stachle descubrió que los
inmigrantes escandinavos pobres adoptaban las costumbres de los nor-
teamericanos en materia de alimentación, como consecuencia de sus
escasos ingresos; cuando lograban mejorar su posición económica, com-
praban alimentos de tipo escandinavo; si llegaban a ser ricos, “america-
uizaban” su alimentación y se adaptaban m á s genuinamente. Sería inte-
resante realizar análisis de esa índole en varios países, utilizando llegado
el caso los métodos de muestreo; los economistas y sociólogos podrían
cooperar provechosamente en esos trabajos.
A continuación se indican otros temas interesantes para investigaciones
demográficas y sociales:
1. L a migración y el índice de personas dependientes en diferentes países.
2. Las consecuencias del aumento de la población en los países ricos, con
especial referencia a las futuras tendencias de la migración.
3. Relación entre el grado de seguridad social y la migración.
4. Comparación de los índices de “asimilación” de determinados grupos
étnicos o nacionales en diferentes países.
5. Proyectos indicados en el “Scheme for an international study of the
degree of immigrant assimilation” [340] que Henri Bunle preparó
para la Unión Internacionalpara el Estudio Científico de la Población
en 1949.

67
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