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Seminario Bíblico Alianza del Perú

Teoría
de la
Homilética
Compilado por el Ps. Jaime CAMPOS

Libro de Texto: “Comunicación por


medio de la Predicación”
Por Orlando Costas
Curso: Homilética I
UNIDAD I
CAPITULO PRIMERO

LA NATURALEZA DE LA PREDICACIÓN

I. DEFINICIONES:
A. ¿QUÉ ES HOMILÉTICA?
Es la ciencia de la predicación. Técnica de construir o preparar sermones.
Entonces homilética es la ciencia de la predicación. La técnica de la
construcción de sermones en donde Dios es el tema central y donde Dios se
comunica con el hombre a través del predicador, mediante la experiencia de la
adoración y no existe sin el testimonio del Espíritu Santo.
Homilética es una palabra griega que significa simplemente conversación.
Tanto el sustantivo como el verbo aparece en el NT: la forma verbal (omileúo)
en Luc. 24:14, 15; Hch 20:11 y 24:26; la forma sustantiva (omilía) en 1 Cor
15:33. Esos son ejemplos del significado básico de la palabra griega, sin
embargo, pronto en la historia de la iglesia, el término vino a significar
instrucción verbal. Predicaciones, lecturas, conferencias y discursos serían
buenos ejemplos de este término. Teológicamente usamos el término
homilética para describir la ciencia y arte de escribir y predicar sermones. Es
una ciencia porque tiene principios, y es un arte porque requiere de
habilidades.

B. ¿QUÉ ES PREDICAR?
“La predicación es la comunicación de la Verdad por un hombre a los hombres.
Tiene en sí dos elementos: La Verdad y el Hombre.”
Brooks, 1876.
“La predicación es la comunicación verbal de la Verdad Divina, con el fin de
persuadir.” Pattison, “The Making of the Sermon”.
Análisis de esta definición:
a. En primer lugar, el material de la predicación es la Verdad Divina. La
verdad legítima en la predicación tiene que ver con las grandes
realidades de Dios y el hombre, del pecado y la salvación, del tiempo y
la eternidad, del cielo y del infierno. Es profundamente bíblica, porque
toma de la fuente pura de las Sagradas Escrituras sus temas.
b. El método de la predicación es la Comunicación Verbal, y por esto
entendemos, la proclamación personal, pública y autoritativa de la
verdad de Dios a los hombres por medio de los hombres. Con respecto
a la predicación apostólica esta comunicación encerraba cuatro formas:
el discurso familiar, discurso explicativo, discurso argumentativo, y el
declarativo.
c. La meta de la predicación es Persuadir. Es decir, usar el intelecto y las
emociones como vías de acercamiento a la voluntad, motivándola a
hacer elecciones conforme a la verdad divina.
Nuestra definición para la clase:
“Predicar es venir a formar parte de un evento dinámico, en el cual, el
Dios Viviente, el Dios Redentor, reproduce su acto de redención en un
encuentro viviente entre Él y los que escuchan a través del predicador”
Donald G. Miller Costas p.22 (“Fire in thy Mouth” 1954, p.17).
Es la transmisión de un mensaje que se origina con Dios y se transmite por
orden de Dios.
Noé fue el primer predicador (2 Ped.2:5). Comunicó la verdad divina a la gente.
La responsabilidad mayor del pastor es la predicación. A ésta se añaden las
demás.
El énfasis dado a la predicación en la liturgia a partir de la Reforma, hizo que la
predicación se convirtiera en la tarea más importante del pastor. Desde
entonces, en mucho, se mide el éxito del pastor a través de la predicación.
La Reforma con esta línea de pensamiento ha contribuido a que se vea la
figura del pastor como un predicador.
La predicación ocupa un lugar muy especial también en el ministerio de la
iglesia. La iglesia tiene que proclamar el evangelio. Según Forsyth (La
predicación positiva y la mentalidad moderna) “la predicación es el
sostenimiento del cristianismo.”
Broadus (Tratado sobre la predicación) afirma que “la predicación es el
principal medio de difusión del evangelio”.
1Co.9:16, “Ay de mí si no predicare el evangelio”.
La predicación es responsabilidad primordial de la iglesia (Mr.16:15 y Mt.28.19)
Texto del curso:
“Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la
sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación.” I Corintios 1:21

CAPITULO SEGUNDO

REQUISITOS DEL PREDICADOR

La personalidad del predicador constituye uno de los elementos


imprescindibles de la predicación. La relación entre el predicador y su mensaje
no es mecánica sino vital. Una relación mecánica podría ser ilustrada por la
obra del telegrafista. No importa si el carácter moral de éste es bueno o malo.
Mientras toque con exactitud sobre la llave de su aparato, el mensaje que le ha
sido encomendado será transmitido con entera fidelidad. No así con el
predicador. Sostiene con su mensaje una relación vital. Exactamente como la
limpieza del vaso influye en la pureza de su contenido liquido, de la misma
manera el carácter del predicador afecta la pureza y el poder de su mensaje.
“Este hecho fue el que hizo decir a Emerson que lo importante no es lo que se
aprende, sino con quién se aprende”. Por esto, entre los requisitos del sermón
eficaz hemos puesto en primer lugar la idoneidad del predicador. En nuestra
discusión veremos que el predicador idóneo se caracteriza por tres rasgos
fundamentales.

1. EL PREDICADOR IDÓNEO ES CONVERTIDO


Sin detenernos a enumerar las funestas consecuencias producidas por la
predicación de hombres no salvos, consideraremos desde un punto de vista
positivo la razón principal para insistir en que el que predica el evangelio debe
ser antes convertido, a saber: la naturaleza de la obra lo demanda.
(1) La naturaleza de su obra como testigo lo demanda. Esta obra es de índole
doble: es un testimonio y un ministerio. Y tanto lo uno como lo otro presupone
la conversión del predicador.
El predicador es un testigo. Y con Juan afirma que “lo que hemos visto y oído,
eso os anunciamos”. Pero el hecho de ser testigo presupone una experiencia
personal de aquello que constituye el tema del testimonio. Lo que el predicador
proclama tiene que haber sido experimentado primero. Y como el mensaje
básico de todo predicador es la proclamación de la buena nueva de la
salvación en Cristo, se sigue que la condición más elemental para ser
predicador del evangelio es ser convertido.
(2) La naturaleza de su obra como ministro lo demanda.
a. En relación con este punto, debemos entender en primer lugar cuál es el
significado del término “ministro”. Y cuando entendamos lo que esto significa,
comprenderemos que solamente una experiencia de regeneración espiritual
puede hacerlo posible. La palabra “ministro” en el pasaje que estamos
comentando es la traducción de la voz griega uperetes, vocablo que aparece
veinte veces en el Nuevo Testamento y que significa “un remero subordinado;
cualquiera que sirve con las manos; un criado; cualquiera que ayuda a otro en
algún trabajo; un ayudante”. Trench nos dice que es un término militar que
designaba originalmente al remero que tripulaba una galera de guerra. Luego
llegó a significar aquel que ejecutaba cualquier trabajo físico arduo y difícil, y
finalmente vino a designar al oficial militar subordinado (el ordenanza) que
aguardaba y ejecutaba las órdenes de su superior”. En la Versión de Valera
este término es traducido “ministro” diez veces; cinco veces es traducido
“servidor”; dos veces, respectivamente, “ministril” y “criado”; y una vez
“alguacil”, De manera que cuando hablamos de “ministerio” estamos hablando
de servicio y de subordinación. Morgan dice:
La idea de dignidad, o de importancia oficial, o de prerrogativa es
completamente ajena a la palabra. La palabra “ministerio” connota la
subordinación, la sumisión; e implica necesariamente la diligencia y la fidelidad.
Todo esto es contrario al espíritu del hombre natural. El tal es egoísta y rebelde
a la voluntad de Dios. Sólo por el milagro del nuevo nacimiento puede llegar a
ser un ministro en el verdadero sentido de la palabra.
b. En segundo lugar, debemos recordar que hay un sentido verdadero en que
todo creyente es un “ministro”. Todos los que somos salvos hemos sido
llamados para servir. Pedro, hablando de todo el pueblo del Señor, dice: “Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido,
para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
luz admirable”. Pablo explica que somos “creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.” En este
sentido todo cristiano es un “ministro”.

2. EL PREDICADOR IDÓNEO TIENE LAS CUALIDADES PERSONALES


INDISPENSABLES PARA EL BUEN DESEMPEÑO DEL MINISTERIO DE LA
PALABRA
El desempeño de un ministerio especializado como el que acabamos de
describir exige la posesión de ciertas cualidades personales indispensables. La
lista más completa de éstas se encuentra en 1 Timoteo 3:2-7. Un estudio
cuidadoso de las quince consideraciones allí expuestas revela que el apóstol
hace hincapié en tres cosas fundamentales, a saber; la conducta moral, la
madurez espiritual y la aptitud para enseñar.
(1) La conducta moral del predicador ha de ser “irreprochable”. Esta es una
expresión muy fuerte. Significa no sólo que no debe haber acusación en su
contra, sino que debe ser imposible formularle una acusación que pudiera
resistir la investigación.
Spurgeon ilustró el punto como sigue:
Sucede con nosotros y nuestros oyentes lo que con los relojes de bolsillo y el
reloj público: si el de nuestro propio uso anduviese mal, pocos se engañarían
por su causa, con excepción de su dueño; pero si
el de un edificio público, tenido como cronómetro, llagas a desarreglarse, una
buena parte de su vecindario desatinaría en la medida del tiempo. No es otra
cosa lo que pasa con el ministro: él es el reloj de su congregación; muchos
regulan su tiempo por las indicaciones que él hace y si fuere inexacto, cual
más, cual menos, todos se extraviarán siendo él en gran manera responsable
de los pecados a que haya dado ocasión.
a. Tan vital es esta cuestión de la conducta que el apóstol especifica algunos
de sus aspectos más importantes. En primer lugar, habla de la vida doméstica
del predicador, tratando de la fidelidad conyugal, de la dirección de los hijos y
del espíritu hospitalario que el hogar debe manifestar.
b. En segundo lugar, la conducta del predicador ha de ser irreprochable fuera
del hogar. El apóstol se limita aquí a dos clases de relaciones: los tratos
sociales y los tratos comerciales. En cuanto a los primeros nos hace ver que el
ministro debe ser “no dado al vino, no violento, sino amable, no pendenciero”.
En todas estas expresiones se hace hincapié en la necesidad de tener lo que a
veces llamamos “el don de gentes”. El predicador ha de saber congeniar con
las personas que lo rodean, pero sin participar de sus vicios. Para mantener
relaciones cordiales con el prójimo se necesita, por una parte, una disposición
no violenta. La idea es que no debe ser fácilmente ofendido. Por otra parte, no
debe insistir siempre en sus derechos legales, sino tener más bien la
disposición de sufrir la injuria y dejarla pasar, no dando lugar a la contienda.
Esto es el significado de la palabra traducida “amable”. Si ha de demostrar
estas dos actitudes, claro está que necesitará abstenerse por completo del
vino, el cual inflama las pasiones y convierte hasta a los apacibles en
pendencieros.
En cuanto a los tratos comerciales, tenemos la expresión “ajeno a la avaricia”, y
en la Epístola a Tito la expresión adicional, no “codicioso de torpes ganancias”.
Con esto el apóstol toca sobre una cuerda sensible y señala la razón del
fracaso de muchos ministros. “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase
de males, por ambición del cual algunos se desviaron de la fe y se vieron
acribillados de muchos dolores”. El predicador que acostumbra gastar más de
lo que gana, tomando prestado sin poder liquidar sus compromisos con
puntualidad, está incurriendo en la falta denunciada por el apóstol en este
pasaje. Aparte de la impureza sexual, quizá no hay pecado que desacredite
más al ministerio que el de faltar a la más completa honradez en cuanto al
dinero.
(2) El buen desempeño del ministerio de la palabra exige la madurez espiritual.
“No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la misma condenación
que el diablo”. En la Versión latinoamericana la palabra
“neófito” es traducido “recién convertido”. Pero no hemos de creer que el hecho
de haber transcurrido mucho tiempo desde que alguien se convirtió a
Cristo es indicio infalible de madurez espiritual. Ejemplo de lo contrario fueron
los cristianos hebreos, a quienes el autor inspirado tuvo que decir: “Porque
debiendo ser ya maestros a causa del tiempo, tenéis necesidad de volver a ser
enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y
habéis llegado a ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar
sólido. Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la
justicia, porque es niño; mas la vianda firme es para los perfectos, para los que
por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del mal”.
Juntamente con el aumento de la madurez espiritual del predicador va un
correspondiente aumento de eficacia en su predicación. La madurez espiritual
significa que las verdades divinas han sido apropiadas por el predicador y
hechas suyas por la experiencia, y que él es testigo de lo que predica.
(3) El buen desempeño del ministerio de la palabra exige “aptitud para
enseñar”. En esta aptitud están implícitas dos cosas: primera, la posesión de
cierta capacidad natural, y segunda, la adquisición de conocimientos.
En relación con lo primero caben las acertadas palabras de Spurgeon: “Dios
ciertamente no ha criado al hipopótamo para que vuele. Las “alas” de que
necesita ser provisto el predicador son: “Raciocinio claro, fuertes sentimientos y
vigorosa imaginación como también capacidad para expresarse y poder de
enunciación”. En cuanto a los conocimientos que el predicador necesita adquirir
tendremos que poner en primer lugar el conocimiento de Dios en una
experiencia personal de salvación. Pero además de éste, necesita el más
amplio y sólido conocimiento posible de cuando menos tres cosas: las
Escrituras, la naturaleza humana y la cultura general del pueblo al cual predica,
incluyendo su historia, su idioma, su literatura, sus costumbres y su psicología
particular.

3. EL PREDICADOR IDÓNEO ACTÚA EN LA PLENITUD DEL PODER DEL


ESPÍRITU SANTO
La conversión de las almas perdidas; el valor para testificar; la sabiduría para
responder a los que contradicen; y el poder para confundir y deshacer las tretas
traicioneras del enemigo, todo se debe a la plenitud del poder del Espíritu de
Dios. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de
los ejércitos”.
Por lo tanto, el predicador necesita mantener una comunión ininterrumpida
con su Señor mediante una disciplina diaria de lectura bíblica devocional y de
oración. La Biblia es su pan y la oración el aire que su alma respira. No puede
prosperar espiritualmente sin alimento y sin respiración. En la frescura matutina
el predicador tiene que abrir su oído a la voz de Dios dejando que el Espíritu le
hable al través de la página sagrada. Sin pensar en sermones que predicar a
los demás, buscará el sustento de su propio corazón. Y luego, a semejanza de
su Salvador, postrará su alma ante el Padre en adoración, en súplica
intercesora y en la búsqueda de socorro para sus propias necesidades.
Semejante disciplina espiritual cuesta trabajo. El diablo prefiere ver al
predicador haciendo cualquier cosa que no sea ésta. Pero tenemos que
recordar que sólo una vida devocional vigorosa puede sostener un ministerio
público eficaz. Necesitamos estar con Cristo antes de ser enviados a predicar.
Preparación física y emocional también es importante. Esto significa que debe
primero haber orado, debe cuidar su cuerpo, su voz, haber descansado y
haberse alimentado bien.

CAPITULO TERCERO

CARACTERES DE LA PREDICACION

I. CARÁCTER TEOLOGAL:
Su punto de partida es el amor de Dios y la revelación de ese amor. La
predicación no está basada en ideas humanas acerca de Dios, sino en los
hechos de Dios con los seres humanos. La predicación nace de Dios y se debe
efectuar en el poder espiritual. I Co. 1:21, Rom. 10:12 -15, 17.
Su poder se deriva de Dios y por eso es que es un mensaje poderoso (Heb. “es
viva y eficaz”). No torna atrás vacía porque ese mensaje es poderoso. El
vehículo para la salvación es la locura de la predicación.
Recibe su autoridad de parte de Dios y es el resultado de la presencia de Dios
en la predicación. Es autoritativa porque el que predica es Dios mismo
hablando. Esto puede sonar raro, increíble, cuestionable, etc., pero cada vez
que se predica, que se expone la Palabra de Dios, se espera que Dios hable a
los corazones.
Dependiendo de la integridad, su limpieza, su estudio, su preparación y su
esfuerzo de saber que es lo que Dios trata de decir, será la responsabilidad
profética de ese predicador. Depende mucho del lugar en donde se forme el
predicador.
Se debe afinar el conocimiento en la línea de conocer si Dios habla o no a
través del predicador. Lo determina el grado de preparación y sobre todo la
integridad con Dios que tenga el predicador.

II. CARÁCTER CRISTOLÓGICO:


Cristo es el eje y da el contenido de la predicación (Heb.4:12). Debe por lo
tanto debe ser cristocéntrica. Jesús relaciona todos los órdenes, influye a todos
los sistemas en donde hay injusticia, afecta el orden cultural, educativo, los
valores humanos, el orden religioso, da un nuevo enfoque en la adoración. Se
puede compartir a Cristo a esas masas despersonalizadas pero se debe
primero tener un encuentro con Jesús. Tiene que ser Cristo el centro de la vida
del que lo expone. Esto se logra mayormente traduciendo en palabras las
vivencias personales del predicador con Cristo.
Todo el que predica tiene que tener un encuentro con Él.
Si queremos llegar a los marginados tenemos que conocer al Dios que puede
suplir esas necesidades.
Los pasajes del AT tienen que ser relacionados con Cristo, ya que Él viene a
ser el cumplimiento de la ley.

III. CARÁCTER EVANGÉLICO:


Es la comunicación del evangelio o “Buenas noticias” a través de la
predicación. Anuncia la actividad de Dios a favor de la humanidad. La
predicación ayuda al ser humano a reencontrarse con Dios, con él mismo y con
su prójimo. Incluye las implicaciones del evangelio para toda la vida. Es la meta
final de ese discurso.

IV. CARÁCTER ANTROPOLÓGICO:


El receptor siempre es el hombre. Su propósito se cumple cuando influye en el
comportamiento del ser humano. La reacción también puede ser en contra de
Dios. La predicación viene a romper la barrera entre Dios y los seres humanos
y el ser humano es el blanco de Dios. Trabaja con los de afuera del reino y con
los que están dentro del reino. Hay que edificar a los de adentro también. Se
dirige al hombre alienado y separado del Reino de Dios, y por lo tanto, lo
introduce a la iglesia como primera etapa del Reino. Más tarde se dirige al
hombre como parte de la iglesia.

V. CARÁCTER ECLESIAL.
La iglesia se forma alrededor de la predicación y por tanto, debe darse en el
contexto de la iglesia. Atada a la misión de la iglesia. Según K. Barth “debe
conformarse a la revelación”, “cuando es fiel a la revelación, produce
reconciliación”.
1Ped.2:9 « Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable» - somos algo distinto. Hay muchos
que no lo saben todavía. La predicación crea la conciencia de qué somos y
nuestra posición en Cristo. Somos seres humanos lavados por la sangre de
Cristo y pertenecemos a la iglesia (sacados del mundo) y somos real
sacerdocio y linaje escogido. Debemos comportarnos como tal.
En este sentido el predicador cumple también función de profeta. Hageo 1:5;
Isaías 1:10-20; 55:6-8.

VI. CARÁCTER ESCATOLÓGICO:


Se desprende del hecho de que pertenece a los últimos tiempos o la última
parte de la historia de la salvación. Se invita a todos a pertenecer. Confronta al
ser humano con la condenación o la salvación. La predicación sacude al
hombre en sus sentimientos más íntimos y lo obliga a reflexionar sobre su
futuro.

VII. CARÁCTER PERSUASIVO.


Tiene el fin de persuadir, de cambiar, de tomar una decisión como resultado de
exponer los argumentos del predicador. Se persuade a cambiar las creencias y
las actitudes. La predicación busca una transferencia de significados que
influya sobre el comportamiento de los oyentes. Si no se da este elemento, no
es un sermón, puede ser una conferencia o ponencia, pero la característica
fundamental de un sermón es que lleva a su auditorio a tomar una decisión,
como resultado de la persuasión.

VIII. CARÁCTER ESPIRITUAL.


Es un acto testificante del Espíritu. Es Él quien inspira, transmite, comunica
finaliza y hace penetrar el mensaje para lograr persuasión. Convence al oyente
de todo. Hace a los hombres quebrantarse y llorar. Es una palabra
acompañada de espíritu. De ahí la importancia del hombre que va a predicar.
Mueve a la intimidad con Dios por parte del predicador en cuanto a los periodos
de oración previos a la predicación. Hablar en nombre de Él y no hablar con Él
es una falta grave. En la oración esta el principio de debilidad y de dependencia
de parte del predicador ante Dios (Sal.121:1 «Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?»). Es el Espíritu Santo quien traduce
eficazmente la Palabra de Dios que ha hablado al mundo a través de Cristo.
Es el Espíritu Santo quien traduce eficazmente la Palabra de Dios que ha
hablado al mundo a través de Cristo.

IX. CARÁCTER LITÚRGICO.


La liturgia es el culto que la iglesia le rinde a Dios o la adoración pública de
Dios como expresión de su servicio. Se reconoce en la liturgia el valor de Dios.
La predicación es parte integral de la liturgia (dentro de la adoración).
Trasciende al estilo de vida del que predica. Hay denominaciones que
entretejen la predicación con todos los elementos de la liturgia. Toda adoración
pública es proclamación y se le puede llamar predicación.
Es así que la predicación unifica la adoración pública, hace contemporánea la
victoria del evangelio y provee el tema para el culto.

CAPITULO CUARTO
LA PREDICACIÓN COMO UN PROCESO COMUNICATIVO
I. EL MENSAJE DE LA PREDICACIÓN
A. Su Contenido.
Toda verdadera predicación descansa en la básica afirmación de “Así
dijo el Señor”. Cuando el predicador asienta su mensaje de este modo,
adquiere espiritualidad y autoridad. Es así que el predicador debe ser un
conocedor profundo de las Escrituras, porque de este modo, tendrá
canales para recibir la revelación de Dios sobre las verdades de su
predicación.
Davis, en su libro “Design for Preaching”, Phil. 1958, dice, “la iglesia
apostólica veía el evangelio, las Buenas Nuevas, el euaggelion, como el
cumplimiento de la profecía, y en su predicación la continuación del
trabajo profético.”
B. Su Poder.
Hebreos 4:12, Romanos 1:16. Para predicar con poder, el predicador
debe hablar de su experiencia. La elocuencia alcanza su más grande
altura cuando es elocuencia nacida de la experiencia cristiana. Nadie
puede dar lo que no tiene, lo que no vive. II Corintios 4:13, Lucas 24:32.
C. Su Propósito.
Después de lograr la salvación, Hebreos 6:9; la vida cristiana envuelve
los siguientes motivos de predicación: Consagración, Edificación,
Inspiración, Consuelo, Fortalecimiento, Convicción y Acción.

II. PREDICACIÓN Y COMUNICACIÓN.


La predicación es un acto comunicativo. Comunicar es compartir. Hay que
preguntarse qué entiende la gente o qué estamos comunicando. Si no hay
comunicación estamos perdidos.
La predicación tiene como fin comunicar la Palabra de Dios.
Involucra un proceso mental y un proceso emocional. Constituye una
experiencia de interacción social en la que se comparten ideas, actitudes y
sentimientos con otros con el fin de modificar o influir sobre su conducta.
Implica que es un acto dinámico y se desarrolla en un movimiento que se
genera entre la congregación y el que predica.
Abarca la generación, conformación, interpretación y la integración de ideas.
Se da en la esfera de las emociones, es una transmisión latente, de
predisposiciones adquiridas, de parte del predicador y de la congregación.
Ambos aportan con sus propias emociones que confluyen en el momento de la
adoración.
Así que predicar no es una simple entrega de ideas acerca de Dios sino
también actitudes y predisposiciones del predicador hacia sí mismo, hacia Dios
y hacia su Palabra, hacia la congregación y su situación vivencial. Participan
también las actitudes de la congregación hacia el predicador, su mensaje, el
culto y sus integrantes.
Debe tener una respuesta de parte de la audiencia porque se da en un grupo
social. Dios puede hablarle a alguien a través de la predicación y manifestarse
en el oyente una respuesta positiva o negativa.
Por lo tanto es un discurso dinámico a pesar de que solo uno habla pero todos
interactúan.

III. INTERACCIÓN: SERMÓN, PREDICADOR Y CONGREGACIÓN.


La predicación envuelve una relación entre el predicador, mensaje y
congregación.
Todo sermón es una respuesta a una situación provocada. Puede ser también
algo forzado. ¡OJO!
Es parte de la liturgia y es el resultado de una experiencia personal con el
Señor. Es también una respuesta de la obra de gracia de Dios en Jesucristo.
Es eso lo que provoca la predicación.
La proclamación es el resultado de una necesidad humana. (1Cor.9:16)
La necesidad también proviene de los oyentes porque es respuesta a las
necesidades del oyente y es la congregación la que le pone la agenda al
predicador. Hay que tener conciencia de que la congregación vino a buscar
algo. Las cartas del NT son precisamente para manejar situaciones. Los
sermones tienen que tener también una intención.
La predicación como mensaje verbal pasa por todos los procesos que pasan
todos los actos de comunicación.
Es el resultado de una serie de reacciones neurológicas, fisiológicas, mentales
y afectivas en el predicador, provocadas por Cristo y por el culto. Son
reacciones concientes e inconscientes. Esas reacciones son evaluadas por el
predicador cuando se hace concientes de ellas. De esa evaluación nacen ideas
que el predicador las puede convertir en un sermón.
Al presentar ese sermón, el predicador pasa por el mismo proceso de sentir
esas reacciones y las tiene que volver a evaluar, aunque en una forma más
planificada.
Toda esta evaluación es ayudada por el bosquejo porque se pueden insertar en
el mismo, si es que no desvirtúan el sermón. Es esta la interacción que el
predicador lleva a cabo con el bosquejo.
Esa interacción entre el sermón y el predicador es intensificada por la
congregación y sus respuestas.
Es importante la "saturación" que es el grado de cuanto el predicador conoce
su bosquejo. Esto le permite al predicador recibir "flashes" durante la
predicación pero también volver al bosquejo en el momento dado. La
saturación depende del tiempo que se tiene para preparar el sermón. Depende
también de que el predicador domine los temas de forma efectiva.
Aquí entra en juego, lo que se conoce dentro del campo de la comunicación,
como: "Retroalimentación":
Proceso retroactivo en donde el receptor del mensaje le envía información al
emisor. Dependiendo de la retroalimentación, el predicador va modificando las
ondas sonoras y visuales de su sermón y sus movimientos El predicador tiene
que estar atento a esta retroalimentación por parte de la congregación. De esto
depende que la predicación sea escuchada y entendida.
La predicación necesita entenderse, estudiarse y practicarse a la luz de la
interacción entre los tres elementos (predicador, sermón y congregación).
Cuando el predicador está predicando va a escuchar “voces”. No puede
detenerse mientras escucha estas “voces”, sino que tiene que continuar
hablando mientras las evalúa en su interior:
A. La voz de Dios. Dios le habla a su mente mientras está
predicando. El predicador recibe indicaciones de Dios de cómo aplicar los
textos, o de usar otros textos que aún no estaban planeados para ser
mencionados. Muchas veces he recibido de Dios el siguiente mensaje para la
iglesia mientras he estado predicando. Dios habla al predicador mientras
predica y no se puede detener sino que tiene que seguir hablando.
B. La voz de nosotros mismos. El predicador se escucha a si
mismo mientras predica y evalúa lo que está diciendo también.
C. La voz del Diablo. Es muy común escuchar la voz acusadora del
Diablo mientras uno está predicando. Te dice que no debes predicar así, que
qué clase de cristiano eres si tienes tantos errores, etc.
D. La voz de la congregación. También ellos tienen un mensaje
que están transmitiendo todo el tiempo al predicador, a través de la mirada, de
los gestos, la postura del cuerpo, las distracciones, etc. El predicador debe
evaluar este mensaje por el proceso de la retroalimentación e ir direccionando,
reorganizando y ajustando su mensaje a lo que está pasando en su auditorio.
Esto es lo que se conoce como “dominio de auditorio” y sólo lo puede dar la
experiencia de la práctica.
El predicador tiene que evaluar todas estas voces mientras está predicando y
no puede detenerse, ni dejar de hablar con sentido. Por eso se hace difícil la
predicación, porque es un proceso complejo.
La predicación involucra tanto al predicador y su sermón como a la
congregación.
La predicación tiene el propósito de que estos tres elementos armonicen y
debe entenderse, estudiarse y practicarse a la luz de esta interacción.

IV. PREDICACIÓN Y OCASIÓN.


La predicación no se da en el aire, sino en una situación histórica concreta,
única y diferente a cualquier otra. El predicador debe enfrentar esta realidad
sea directa o indirectamente. Si el predicador evita este compromiso, corre el
riesgo de “descontextualizarse”.
La predicación se da en razón de una ocasión o situación. Esta situación sirve
de contexto para la interacción dinámica inherente a todo acto de la
comunicación: comunicador-mensaje-receptor.

V. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS HOMILÉTICOS


A. HOMILÉTICA: Griego “Homiletikós” etim. “platicar con”. La Homilética
es el arte de preparar y presentar el sermón con éxito.
B. HOMILÍA: Término común en la iglesia Católica; razonamiento o
plática que se hace para explicar al pueblo las materias de la religión.
C. DISCURSO: Todo razonamiento dirigido a convencer y persuadir.
D. ENSAYO: Es un escrito que estudia breve y superficialmente una
materia.
E. DISERTACIÓN: Examen crítico y minucioso de una cuestión especial.
F. CONFERENCIA: Discurso o disertación en que explana un tema
científico, económico, literario, etc.
G. SERMÓN: Lat. “sermón” etim. “sembrar”. Se siembra doctrina.
Oratoria sería la homilética secular, homilética, la oratoria sagrada.
H. PREDICACIÓN: La enseñanza oral, dispensada al pueblo por los
ministros legítimos, de las verdades de la Palabra de Dios, preceptos de fé y
moral, y de los medios o reglas para seguirlas y cumplirlas.
I. ESTUDIO BÍBLICO: Es un estudio de un asunto o pasaje de la Biblia.
Su fin es esencialmente didáctico.
J. TESIS: Es la proposición clara y terminantemente formulada sometida
a discusión o prueba. Es el primer momento de la marcha dialéctica de la
razón, que opera mediante la identificación o enunciación de los
contradictorios. La tesis se establece temporalmente y con un objeto
determinado. El axioma es universal y necesario.

UNIDAD II
CAPITULO QUINTO
LA PREDICACIÓN Y EL SERMÓN

I. CANON RETÓRICO DE LA INVENCIÓN DEL SERMÓN:


El sermón es uno de los elementos retóricos de la predicación.
Retórica es el arte del bien decir para comunicar. Tuvo su origen en Agustín
quien aplicó los principios retóricos al discurso formal cristiano. Lloyd Perry
descubrió una gran relación entre la homilética y la retórica.
Se caracteriza la retórica por 5 leyes canónicas:
A. Invención: descubrimiento de ideas para un discurso.
B. Disposición o arreglo: organización del material en orden lógico y
progresivo.
C. Estilo o elocución: la manera de expresar o escribir las ideas
descubiertas y arregladas.
D. Memoria: retención de ideas o pensamientos para que puedan se
reproducidas.
E. Presentación: la transmisión de las ideas descubiertas, arregladas,
fraseadas y memorizadas.

II. CONSTRUCCIÓN DEL SERMÓN


La invención del sermón trata con el descubrimiento y análisis de ideas y
pensamientos, para ser desarrollados, fraseados y presentados en forma lógica
y persuasiva.
El proceso de invención abarca los siguientes pasos: Determinación del
Propósito, Selección de una base bíblica, Determinación del Asunto,
Determinación del Tema y Análisis del Texto Bíblico.

A. DETERMINACION DEL PROPÓSITO:


Es lo primero que hay que determinar. ¿A quién voy a predicar este mensaje?
1. Los propósitos de la predicación:
Se desprenden del sentido bíblico-teológico de la predicación. (Nuevo
Testamento) Pueden ser:
a. El kerygmático: La presentación clara y sencilla del evangelio y
como se aplica para que el hombre alcance redención. También
conocido como Evangelístico.
b. El Didáctico: La enseñanza directa de todo el consejo de la
palabra de Dios y su aplicación a las necesidades humanas. Abarca
el desarrollo histórico del propósito salvífico de Dios encontrado en
la Biblia. También llamado de Enseñanza.
c. El Ético-pastoral.
 Es el análisis teológico-pastoral de la crisis de la vida y la
solución que Dios ofrece en su Palabra.
 Abarca crisis de carácter psicológico, sociológico y espiritual (o
teológico).
 No solo su enfoque es inspirador o de consuelo sino también de
desafío. También conocido como de Exhortación.
En estos tres propósitos generales de la predicación se tiene que tener siempre
en mente el propósito comunicativo de la predicación (siempre ser un
instrumento de cambio genuino en la manera de actuar de los oyentes).
En términos de la Homilética no existe otros propósitos, sólo estos tres y se
expresan con una sola palabra.

2. El propósito comunicativo:
Se refiere a la influencia directa o indirecta en el comportamiento de otros. Este
propósito tiene dos dimensiones.
a. A quien o quienes va dirigido el sermón.
 Intencionales
 No intencionales
b. La clase de efecto que se espera producir.
 Consumado: se logró totalmente al momento de la recepción del
sermón.
 Instrumental: no busca una respuesta final sino una respuesta
que sirva de instrumento para una respuesta de alcance mayor.

B. SELECCIÓN DE UNA BASE BIBLICA:


Debe estar en armonía con el propósito. El predicador tiene que tener en
cuenta dos aspectos importantes de la base bíblica.
. Debe concentrarse en porciones bíblicas antes que en temas o frases
bíblicas.
. Debe exponer la porción o idea bíblica; es decir, explicar con claridad,
profundidad y seriedad exegética el mensaje bíblico.
La selección de la base bíblica exige varios principios importantes por parte del
predicador.
1. Debe ser una base que se ajuste a los límites del predicador.
2. Debe contribuir a las necesidades de la congregación.
3. Debe ser guiado por la voluntad del Señor.
4. Debe ser una porción bíblica que se apodere del corazón del
predicador.
5. La base bíblica debe ser un pasaje que se apodere del corazón del
predicador.
6. Que haga hincapié en los aspectos principales de la fe cristiana, que
contenga la mayoría de los elementos bíblicos (biográfico, doctrinal,
devocional, histórico, etc.)
7. Debe apelar a la imaginación (algo que ver, sentir o hacer).
En este punto sólo seleccionamos la base bíblica, el análisis viene después.

C. DETERMINACION DEL ASUNTO:


Toda porción bíblica tiene un asunto (es aquello sobre lo que trata el pasaje).
Generalmente se expresa con una palabra. Representa el área amplia y
general de la cual se puede escoger un número de temas específicos.
Un trabajo eficiente del asunto, lleva al tema del sermón. El asunto
establece la naturaleza del contenido del sermón. Los asuntos son limitados en
número.
Puede haber una variedad de temas dentro de una porción bíblica
pero un solo asunto.
La determinación del asunto depende de varios factores.
1. Del propósito del sermón.
2. De la base bíblica.
a. Si es de varios versos, entonces el asunto será el aspecto
general que enfatiza el pasaje.
b. Si hay varios énfasis dentro de un pasaje, el predicador debe
escoger uno sólo y que mejor se ajuste al su propósito en el sermón.
Ej. 2 Rey.4:1-7 Asunto de la porción bíblica: - La falta de dinero de
la persona, expresado como Mayordomía o Administración.

D. DETERMINACION DEL TEMA:


El tema es el aspecto particular del asunto que se va a desarrollar a lo largo de
ese sermón.
Aunque la porción bíblica pueda tener un solo asunto, sí puede tener varios
temas. No obstante, el sermón tiene un solo tema y un solo asunto, y eso es lo
que hay que determinar.
El tema debe ser una frase breve, clara y que comprenda la sustancia del
sermón.
El tema se puede determinar de varias formas.
A. Por medio del análisis del asunto.
B. Por medio del enfoque múltiple (Carlos Koller).
Mirar el pasaje desde diferentes ángulos. (Ej. De los diferentes puntos de vista
de los personajes.)
Ej. Tema: "Siempre hay posibilidades en el Señor, para enfrentar los
problemas de la vida diaria.
Va llevando una relación.
Al momento de la predicación se menciona el propósito, base bíblica y el tema;
en ese orden es lo recomendable.

E. ANALISIS BIBLICO:
Debe ser un estudio analítico (de las diferentes partes de una porción bíblica).
Todo pasaje bíblico consta de tres partes: contexto, el texto y el asunto.
Se recomienda que se lea el pasaje completo para determinar el asunto,
historia o aspectos éticos.
Se debe entonces dividir el pasaje en párrafos y leer cada párrafo para extraer
la idea central o principal.
La lectura repetida de cada párrafo dará las ideas secundarias que respalden la
idea principal.
Recomendamos seguir los siguientes pasos:
1. Análisis del Contexto: todo lo relacionado a la porción bíblica.
Entender el contexto del pasaje en el cual fue escrito puede resolver
muchas preguntas y nos puede dar la idea central del mensaje a predicar.
Debemos tomar en cuenta:
a. El Contexto Inmediato. Con esto nos referimos a por lo menos
tres capítulos anteriores y tres capítulos posteriores al pasaje a
estudiar. Esto nos permite entender por qué el autor colocó este
pasaje en particular.
b. El Contexto Mediato. Aquí incluimos todo el libro en el que el
pasaje se encuentra. Eso nos da una perspectiva más amplia de
los temas que está tratando el autor en su libro, la relación entre
ellos y el mensaje que nos quiere dejar.
c. El Contexto General. Ahora analizamos toda la Biblia tratando de
responder si este mensaje tiene armonía con el resto de la
Escritura, si tiene su paralelo en el AT., si es una doctrina
conocida o algo nuevo, etc. Nuestro axioma es que la Biblia no se
contradice y que, en todo caso, se responde a sí misma.
2. Estudio y análisis del Pasaje: es la división del pasaje en partes para
notar su estructura y pensamiento. Constituye el esqueleto del pasaje
(bosquejado). El contexto estructural: Que está antes y después y si hay
relación con el texto. Ej.: Jn. 3:1-15 ….. El contexto será Jn. 2 y 3:16 en
adelante. Aquí es donde empezamos a desmenuzar el texto bíblico con
todas las herramientas que hemos aprendido en la Hermenéutica.
Sugerimos los siguientes pasos en este estudio:
a. Método devocional.
Este es el primer método que hemos aprendido en la iglesia. Se
trata de leer el pasaje y hacernos las preguntas básicas:
¿Qué dice de Dios este pasaje? (El Padre, el Hijo, el Espíritu
Santo)
¿Qué pecado debo evitar?
¿Qué mandato debo obedecer?
Este es un método muy simple y sencillo, pero funciona.
b. Método Inductivo.
Este método avanza un poco más en el trato con el texto. Es muy
simple, consiste en tres pasos:
i. Observación del texto. Leer el texto una y otra vez
analizando todos los elementos que podamos observar,
como si estuviéramos apreciando un cuadro.
ii. Interpretación del texto. Intentar una explicación de
todo lo que hemos observado, sus implicancias, las
enseñanzas observadas, el mensaje que podamos
extraer, etc.
iii. Aplicación del texto. Luego de una correcta
interpretación concluimos en cómo se debe aplicar
estos principios de vida a nosotros hoy.
Hasta aquí es lo que hemos estado acostumbrados en la iglesia
local, el siguiente nivel de estudio ya lo recibimos en nuestros
seminarios bíblicos.
c. Estudio de Palabra
El método de estudio de palabra es designado para estimular a
los estudiantes a pensar. Muchos cristianos están viviendo con
comida espiritual predigerida. Ellos repiten de paporreta lo que
alguien más ha escrito o hablado. La meditación ha llegado a ser
un arte perdido.
El estudiante será cuestionado para responder dos preguntas
básicas para cada palabra elegida:
1. ¿Qué es lo que significa la palabra?
2. ¿Cuál es el mensaje de la palabra?
Buscando examinar a fondo el significado de la palabra, nosotros
consideraremos las definiciones del diccionario, el uso hebreo de
la palabra, el uso griego de la palabra y en conclusión, el uso de
la palabra hoy en día.
Extendiendo el mensaje de la palabra, se le dará consideración a
su aplicación a los lectores originales y su aplicación para
nosotros hoy en día.

Ejemplo: TENTACIÓN
1. SIGNIFICADO
Definiciones del diccionario español:
En la literatura latina, temptare o tentare significa:
1. Probar la fuerza de, probar o tensionar.
2. Tratar de persuadir a una persona; inducirla, atraer, seducir
especialmente para hacer algo placentero sensualmente o
inmoral.
3. Levantar un deseo interior; ser invitado a; atraer (ej. “Ese pastel
me tienta”).
4. Provocar o correr el riesgo de provocar.
5. Disponerse o inclinarse fuertemente (ej. “Estoy siendo tentado a
aceptar”).

Léxicos hebreos:
De acuerdo a Gesenio, el verbo hebreo nasah viene de una raíz
árabe, que significa “oler, probar.” El prosigue diciendo que la
idea primaria difiere de la palabra hebrea bachan, la cual significa
“probar por el tacto,” en cuanto a probar una piedra de toque.
En la piel (una forma del verbo hebreo), el infinitivo nisah
significa, “tratar, probar a cualquiera.”
1. En 1 R. 10:1, la reina de Sabá vino a probar a Salomón con
preguntas difíciles, esto es, examinar la sabiduría de Salomón
(Ver también 2 Cr. 9:1; Dan 1:12, 14).
2. Se dice que Dios prueba o tienta al hombre en la adversidad,
con el propósito de probar su fe (Ge.22:1; Ex.16:4; Dt. 8:2, 16,
13:4; Jue. 2:22).
3. Se dice que los hombres prueban o tientan a Dios cuando
ellos dudan de su poder y su socorro (Ex.17:2; Dt.6:16;
Sal.78:18, 41, 56; Is. 7:12).
4. Es también usado en el sentido de “probar, tentar, hacer una
prueba, aventurar” (Dt. 4:34, 28:56; 1 S.17:39; Jue. 6:39; Job
4:2).

Léxicos griegos:
La palabra griega peirasmos es usada en tres formas:
1. Examinar, probar
2. Tentación , seducción a pecar
a) De Satanás (Lc. 4:13)
b) De afuera do de adentro de una persona (1 Ti. 6:9; Ap.
3:10)
3. Tentar a Dios por el hombre (Nm. 14:22; Dt. 6:16, 9:22; He.
3:8-9)

Uno de sus análogos, peira, usado en Hebreos 11:3, se refiere a


una prueba intensa de la fe de uno bajo una fuerte coacción.
Otro pariente, el verbo peirazo, significa:
1. Probar, tentar (Hch. 9:26, 16;7, 24:6)
2. Probar, hacer prueba de, poner a la prueba, descubrir qué
clase de persona es alguien.
a) Usado en un buen sentido por Dios o Cristo, quienes
ponen a prueba a los hombres para que ellos puedan
probarse a ellos mismos veraces (1 Co. 10:13; He.
11:17; Ge. 22:1; Ex. 22:20; referencias del Antiguo
Testamento tomadas de la Séptuaginta)
b) Usado en un mal sentido, con el propósito de sacar a
luz algo para ser usado en contra de la persona que
está siendo probada; Jesús fue tan tratado por sus
oponentes (Mt. 16:1; 19:3; 22:18)
c) Usado en un mal sentido también de seducción a pecar
(Gá. 6:1; Stg. 1:13)
d) Usado también para hablar de una prueba de Dios por
los hombres; los hombres ponen a Dios a prueba para
descubrir ya sea que El realmente pueda hacer un cosa
determinada, ya sea que El preste atención al pecado y
sea capaz de castigar este (Ex. 17:2; Nm. 14:22; Is.
7:12; 1 Co. 10:9)
Este es usado en Números 14:22 en un mal sentido para mostrar
que los hombres tientan a Dios, provocándole airarse por la
insolencia deliberada, haciendo esto repetidas veces hasta que
Dios tenga que enviar su juicio sobre ellos. Su desobediencia
atrevida duró cuarenta años (He. 3:9).
En Mateo 4:1, hay una actividad dual involucrada. El Espíritu
Santo guio a Cristo hacia el desierto para demostrar a toda la
humanidad que Cristo podría confrontar al gran enemigo de
nuestras almas y emerger vencedor en la pelea.
Al mismo tiempo, Satanás busca ganar el imperio sobre el Hijo
del hombre como Hijo de Dios, pero fue frustrado. Cristo se ha
despojado de él mismo de sus divinos derechos, no de su deidad
esencial. Así Él llegó a ser el blanco de tiro de un terrible ataque,
pero resistiendo a Satanás en este gran conflicto de los siglos.
Como hombre, Cristo fue probado en todos los puntos como un
investido con el Espíritu (como nosotros los humanos podemos
estar y necesitamos estar) con el propósito de resistir el ataque
furioso de los asaltos de Satanás. Cristo es tanto nuestro ejemplo
como nuestro libertador. El confió en Dios (He. 2:13). Así
también debemos hacerlo nosotros.

Resumen
Nosotros hemos trazado el uso de “tentación y su connotaciones
a través de las Escrituras. El significado de la palabra debe en
cada caso ser determinado por su uso en el contexto.
La idea básica de la palabra es “prueba”. Dios puede ser probado
por los hombres, o los hombres pueden ser probados por Dios.
Los hombres pueden ser probados de dentro, de fuera, por
hombres, por Dios, y por Satanás. Los hombres pueden ser
probados en un buen sentido o en un mal sentido, para revelar
fortaleza o debilidad. Satanás tentó a Cristo para ver si Él
pecaría; el Espíritu Santo guio a Cristo hacia el desierto para
demostrar que Él no pecaría.

2. MENSAJE
A los primeros lectores:
Santiago 2:1 expresa que los hermanos judíos cristianos,
esparcidos entre las naciones como semillas esparcidas en un
campo para realizar una ley de cosecha, no podrán madurar a
menos que haya primero un tiempo de siembra. Ellos están para
regocijarse con un gozo no mitigado (duro). Esto implicaba un
tiempo de prueba de toda clase de su fe.

A los lectores modernos:


Las pruebas aunque vienen a nosotros en muchos matices, nos
proveen una oportunidad para desarrollar un carácter firme y
sano. Las pruebas nos enseñan a confiar aun de donde nosotros
no podemos trazar.
Las pruebas están para mantenernos afuera. Mientras que la
tormenta enfurece afuera, la paz está reinando adentro. “No se
turbe vuestro corazón,” Jesús amonestó a sus discípulos. Una
tentación de fuera busca encontrar un traidor en el interior con
quien conspirar. Si nosotros permitimos que la prueba clave una
cuña entre nosotros y Dios, y luego le echamos la culpa a Dios
por nuestra miseria, la lujuria usa la ocasión de volver la prueba
en tentación al mal. Cuando estas dos se juntan en matrimonio,
el pecado es concebido en el corazón; y pronto la unión maligna
da a luz el pecado; y el pecado separa un alma de Dios. Si, en
lugar de bendecir a Dios por las pruebas de la vida, nosotros
empezamos a echarle la culpa a Dios, nosotros fallamos. Si un
cristiano permite que la tormenta perturbe su equilibrio espiritual,
él llegará a ser, como el malvado, una embarcación sobre un mar
sacudido por la tormenta. Las corrientes rasgantes de la aflicción
y la tribulación traen el naufragio. El profeta Isaías afirmó así
correctamente, “No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos (Is.
57:20-21).
Las pruebas, o las tentaciones, referidas en este capítulo, son
empleados de Dios, enviados para ayudarnos a descubrir nuestra
verdadera condición. Bajo coacciones fuertes en que nos
encontremos nosotros, ya sea que tengamos cualquier temple en
el acero de nuestras fuentes espirituales; o si tenemos suficiente
temple para asumir las sacudidas, los choques, los baches, los
cuales deben ser combatidos en el camino escabroso. Cuando
nosotros aceptamos las pruebas como parte de nuestra herencia,
a través de la fe nosotros podemos prevalecer. Las dificultades
son la misma dieta de aquellos liberados del dominio del maligno
y traídos bajo el dominio de Cristo. La fe en Dios significa plena
confianza en su sabiduría, poder, amor, gracia e inmutabilidad.
Tal fe produce paciencia, promueve la oración, y nos prepara
como candidatos para la corona de la vida en el Día de Cristo, el
día hacia el cual toda la historia se mueve, el día más crucial del
tiempo y la eternidad.
Cualquiera que considere tales pruebas como tentaciones al mal y
empiece a culpar a Dios en lugar de bendecirlo, es dirigido por la
aflicción. Nosotros erramos gravemente cuando empezamos en
tal rumbo. Si seguimos ese rumbo podemos dirigirnos solamente
a la separación de Dios.
Cuando es recibida con gusto, las pruebas nos dirigen a una vida
abundante. El cristiano es un candidato para la corona de vida.
Pero cuando nosotros las rehusamos, nos rebelamos, las
rechazamos, perdemos nuestro galardón.

El método de estudio de palabra requiere del uso de diccionarios, léxicos


hebreo y griegos, enciclopedias cristianas, fuentes extrabíblicas, fuentes
históricas, concordancias y toda bibliografía que nos ayude a manejar el
texto bíblico. Como se puede comprender, no se trata de un estudio
superficial, sino de un estudio concienzudo de la Palabra de Dios.

d. El Método histórico Gramatical


La Iglesia protestante fundamentalista considera este método como el
único que lleva al significado verdadero de las Escrituras. Algunas veces
se le ha llamado método filológico, entendiendo por Filología no solamente
el estudio comparativo de las palabras, sino un programa total para
comprender una pieza de literatura, lo que incluye la lingüística pero
también historia, contexto cultural y crítica literaria.
También se le llama método literal en contraste con el método místico o
alegórico, y en otros casos método crítico, porque utiliza en la
interpretación bíblica los métodos y procedimientos característicos de una
buena erudición.
El espíritu de este método de interpretación tiene como propósito descubrir
el significado y la intención originales del texto. Su meta es la exégesis -
extraer el significado del texto - y no eiségesis - darle un significado.
Es muy difícil para cualquier persona acercarse a las Escrituras libre de
prejuicios y suposiciones que distorsionen el texto. El peligro de tener
conceptos teológicos preconcebidos es que al interpretar las Escrituras
esos conceptos tienden a gobernar la interpretación en lugar de que la
interpretación corrija nuestros conceptos.
Un ejemplo ilustrativo de cómo la posición teológica de uno puede
distorsionar la interpretación, es la forma en que ha sido tratada la
parábola de las Diez Vírgenes (Mat 25:12). Los teólogos arminianos la
usan para probar que los cristianos pueden caer de la gracia. Los
calvinistas usan el texto para probar que puede haber profesiones de fe
sin participar realmente de la salvación. Otros sacan alguna doctrina del
Espíritu Santo sobre la base de que el aceite simboliza a dicho Espíritu,
mientras que otros ven en la parábola parte de un programa profético
todavía no cumplido. Sin embargo, nosotros sabemos por el estudio
histórico gramatical, que la parábola no es más que una simple lección
sobre el concepto de la disposición y apercibimiento espiritual para el
encuentro con el Señor.
En el estudio de las normas de interpretación histórico-gramatical, el orden
en el que el estudiante trata esas normas no será necesariamente el orden
cronológico en que se hace la interpretación. El intérprete piensa y hace
muchas cosas al mismo tiempo, y lo importante es conocer los elementos
que constituyen el método histórico gramatical. (Ver apéndice sobre este
método al final de esta separata para repasar en qué consiste).

e. Exégesis
Exégesis es una palabra griega que significa narración o explicación. La
forma sustantiva no aparece en el NT, pero la forma verbal sí
(evxhgeomai): Luc. 24:35; Jn. 1:18; Hch 10:8; 15:12, 14 y 21:19 – esos
ejemplos bíblicos nos muestran que exégesis es propiamente una
explicación.
Teológicamente, exégesis establece el significado de un enunciado o
pasaje. En exégesis buscamos determinar que dice y significa el texto. El
principio Protestante y Reformado de exégesis afirma el sentido único del
texto de la Escritura, de manera que la tarea del exégeta es descubrir lo
que el autor (humano y divino) dijo cuando escribió el pasaje.
En exégesis buscamos entonces obtener del texto en lugar de meter al
texto algún significado que no está allí (eso es eiségesis). Exégesis se
basa, sobretodo, en la estructura de la sintaxis del pasaje y en la
semántica del mismo (es decir, gramática y léxica).
Hermenéutica aún otra palabra griega, que ocurre varias veces en el NT: el
verbo ermhneúo (Jn. 1:38, 42; 9:7; Heb. 7:2), el sustantivo e`rmhnei,a (1
Co 12:10; 14:26), el verbo diermhneu,w (Luc. 24:27; Hch 9:36; 1 Co.
12:30; 14:5, 13, 27); y el sustantivo diermhneuthj (1 Cor 14:28). El vocablo
griego tiene el significado de traducir, interpretar, explicar y significar.
Teológicamente, hermenéutica es la ciencia y arte de la interpretación
bíblica (ciencia por tener principios, y arte por requerir de habilidad). Hay
una relación íntima entre exégesis y hermenéutica, y de estas dos con la
homilética – así como en exégesis establecemos el significado de un texto,
en hermenéutica encontramos los principios y esquemas para su
interpretación. Si asemejamos la hermenéutica a la teoría, exégesis es la
práctica. Explicamos lenguaje, gramática y sintaxis (exégesis) aplicando
las reglas bíblicas de interpretación (hermenéutica) y esto forma la
sustancia que ha de ser proclamada y predicada (homilética). (Ver el
apéndice sobre Exégesis que incluimos en la clase).
3. Estudio de personajes
Como su nombre lo indica, lo primero que hay que hacer es enumerar
todos los personajes que aparecen en el relato bíblico. Luego con el uso
de diccionarios bíblicos, concordancias, enciclopedias y cualquier fuente
histórica, acumular toda la información acerca de ellos, especialmente de
aquellos que tiene que ver directamente con nuestro sermón.
Sólo este estudio significará una tremenda fuente de riqueza de recursos
espirituales para nuestro sermón en confección, de dónde escogeremos
toda la información que necesitaremos para nuestro sermón.
4. Estudio de la geografía
Los lugares bíblicos tienen mucho significado histórico, profético, simbólico
y nos ayuda a entender mejor los acontecimientos bíblicos. Para Jesús,
por ejemplo, Galilea, Judea, Samaria o Jerusalén significa una etapa
específica en su ministerio público.
Con la ayuda de mapas, atlas y ahora, con el Google Earth en el internet,
podemos tener una mejor idea de los lugares que son naturalmente tan
ajenos a nosotros que vivimos en occidente. Este estudio es clave en
nuestro estudio interpretativo de los pasajes.

5. Aplicar las siete interrogantes


Recomendamos hacer toda clase de preguntas al texto para empaparnos
de su contenido. Ninguna pregunta es mala o demasiado obvia
Ejemplo sobre Juan 15:1 – 8:
1. ¿Quién es la Vid?
2. ¿Qué es una vid?
3. Si menciona la vid verdadera, ¿hay una falsa?
4. ¿A qué se refiere con verdadera?
5. ¿Quién es el labrador?
6. ¿Qué hace el labrador?
7. ¿Qué es un pámpano?
8. ¿A quién representa el pámpano?
9. ¿A qué se refiere con fruto?
10. ¿Qué significa llevar más fruto?
11. ¿Qué significa quitar en el vs.2?
12. ¿Qué significa limpiar en el vs.2?
13. ¿Cómo se limpia al pámpano?
14. ¿A quién quemará según el vs 2?
15. ¿Para qué será limpiado el pámpano?
16. ¿Qué significa permanecer en Jesús?
17. ¿Haciendo qué permanecemos en Jesús?
18. ¿Qué palabras se repiten en el texto?
19. ¿Por qué el pámpano no puede llevar fruto si no permanece en la
vid?
20. ¿Qué no podemos hacer separados de Jesús?
21. ¿Qué significa separados?
22. ¿A qué se refiere con nada podemos hacer en el v5?
23. ¿Qué significa en el vs 6 que será echado fuera?
24. ¿A qué se refiere con que se secará en el vs 6?
25. ¿A qué fuego serán echados según el vs 6?
26. ¿Qué significa que arderán?
27. ¿Cómo permanecen sus palabras en nosotros?
28. ¿Permaneced es una orden?
29. ¿qué podemos pedir si permanecemos?
30. ¿A qué se refiere todo lo que queréis?
31. ¿Hay algún límite para pedir?
32. ¿En qué es glorificado el Padre?
33. ¿Qué significa discípulo?
34. ¿A quién se le llamará discípulo?
35. ¿Por qué Jesús uso la ilustración de la Vid?
36. ¿A quién le dijo estas palabras?
37. ¿Qué expresa la relación del pámpano con la vid y de Jesús y sus
discípulos?
38. ¿Qué importancia tiene la vid para el pámpano?
39. ¿Cuál es la importancia de Jesús en la vida de sus discípulos?
40. ¿Cuáles son los resultados de permanecer en Jesús?
De esta manera nos interiorizamos en el texto y lo vamos comprendiendo
mejor. No hay límites para hacer preguntas y la recomendación es escribir
estas preguntas para visualizarlas mejor.

6. Estudio Teológico
Aquí es dónde nos hacemos toda clase de interrogantes sobre la persona
de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que aparece en el texto. Hay que
cuestionarse todo. Aunque no encontremos respuestas.
También anotamos todo lo que vamos descubriendo, luego
seleccionaremos lo que nos sirva para el sermón y el resto lo
archivaremos para usos posteriores.

7. Estudio Histórico
Hay pasajes que son muy ricos en historia, otros que no se pueden
entender bien si no conocemos la historia. Debemos hacer un estudio del
texto desde el punto de vista de la historia. Averiguar su contexto en el
cuál se escribió para una correcta interpretación.
Por ejemplo hay en la Biblia promesas que son sólo para Israel y no para
la iglesia, y viceversa. Como intérpretes de las Escrituras no podemos
intercambiar estos mensajes, sin errar en nuestra interpretación.
Ahora entramos a
El Arreglo del Sermón
Una vez que se ha determinado el propósito del sermón, Seleccionado y
analizado la base bíblica, determinado el asunto y el tema, se procede al
arreglo del sermón. Hay que tener en cuenta aquí los seis procesos retóricos:
1. Narración: Datos bíblicos del trasfondo escritural o acontecimientos
contemporáneos que interrelacionan al predicador, la congregación, el
tema, la base bíblica y la proposición.
2. Interpretación: Por paráfrasis, siete interrogantes, análisis de la proposición.
3. Ilustración: Aclaran algún punto oscuro para aplicarlo a la vida cotidiana.
4. Aplicación: Se puede hacer directa e indirectamente. A veces una buena
ilustración es muy eficaz como aplicación.
5. Argumentación: No es polémica. Es razonamiento lógico, respuestas a
interrogantes, anticipación de situaciones, pruebas lógicas, evidencias.
6. Exhortación: Invitación, expresión de una decisión, etc.
Veamos ahora el siguiente paso en la elaboración de un sermón.
F. Escribir la Proposición:
Es el corazón del sermón. Nada es más importante que la proposición.
Según Perry y Whitesell, promueve la estabilidad de la estructura, la unidad del
pensamiento y la fortaleza de impacto.
La proposición es el tema ampliado.
Debe ser una oración completa que resume el contenido del mensaje y anuncia
el curso a seguir o el propósito que se debe alcanzar.
Hay dos clases de proposiciones:
1. La persuasiva: Modificar o cambiar la actitud o creencia de una o mas
personas. Se usa mucho en evangelismo.
a. De deber: persuadir al oyente de que debe hacer algo.
b. De habilidad: persuadir al oyente que puede hacer algo.
c. De valor: persuadir al oyente que su propuesta tiene mucho más
valor que cualquier otra.
2. La didáctica: Tiene como fin enseñar o informar. La proposición se
puede obtener de tres formas.
a. Definiendo brevemente el asunto del pasaje.
b. Por medio del propósito del sermón: Una oración que incluya la
declaración del propósito.
c. Resumiendo el tema y las divisiones principales del sermón. (No
se recomienda para sermones porque elimina el elemento de
anticipación de parte del auditorio.)
Cuatro variaciones estructurales de la proposición.
1. Declarativa: Es la más sencilla. Es una afirmación clara y concisa en torno al
tema. “La oración trae muchos beneficios”.
2. Interrogativa: “¿Cuáles son los beneficios de la oración?”
3. Exhortativa: “Buscar al Señor mientras pueda ser hallado”
4. Exclamatoria: “Pensad en los beneficios de la oración”
Definición: Es una oración gramatical completa. El mismo definirá los
receptores intencionales y se define también el efecto que uno espera que
tenga el sermón en esa audiencia partiendo de los tres grandes propósitos de
la predicación cristiana. Debe incluir tanto el contenido del sermón como la
intención del predicador al comunicar su mensaje.
Se anuncia a la congregación.
Ej. Proposición: "Que el auditorio reconozca en Dios al ser más noble,
tierno y amoroso que está dispuesto a ayudarnos en nuestro diario vivir,
cuando nos rendimos a Él."
- obliga al predicador a mantenerse ahí. Enfoca su mensaje al punto del
sermón.
- guía a la congregación.
- da seguridad de qué va a hablar.
(Tiene que ser una oración con un objetivo específico.)
Es el punto de partida para la elaboración. Es una guía.
Identifica las herramientas idóneas que vas a usar.
Ayuda en el orden de las divisiones. Determina como se va a concluir el
sermón.
Según Crane, "el sermón es un medio y no un fin". Es una herramienta que se
usa con un fin específico. De modo que siendo una herramienta su importancia
es el uso de la misma para su fin. Ese objetivo final del predicador debe estar
enunciado en la proposición.
Otros ejemplos:
1. Texto: Efesios 6: 1, 2, 3

Tema: El Rol de los Hijos Establecido por la Biblia

Proposición: Que los oyentes depongan su actitud de rebeldía y decidan


obedecer a los padres de una manera incondicional.

2. Texto: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que


ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él,
no perezca, sino que tenga vida eterna» (Juan. 3:16).

Tema: El Corazón de las Misiones.

Proposición:
Aquí tenemos la base de las misiones en el Dios de amor, el Evangelio de
Cristo y en tu amor y el mío, su amor en nosotros, sacrificándose, sirviendo,
enviando, yendo, orando.

1. Éste es el Dios que el mundo necesita conocer.

2. Éste es el Evangelio que el mundo necesita oír.

3. Este es el Amor que el mundo necesita ver.

3. Texto: Mateo 18:23-35

Tema: El Siervo Malvado Que No Pudo Perdonar

Proposición: Aprender que el reino de los cielos está compuesto de personas


que son tanto perdonadas como que están dispuestas a perdonar, han recibido
misericordia y son misericordiosos.

4. Texto: 2ª Samuel 11:1-27

Tema: Tres Características de una Conciencia Culpable

Proposición: Que la congregación aprenda cómo David llegó a tener una


conciencia culpable y no pudo escapar a las consecuencias. Si David cayó,
cualquiera puede caer; debemos rendirnos totalmente a Dios.

G. APLICAR LAS SIETE INTERROGANTES.


Establecen el puente entre la proposición y el cuerpo del sermón. La
proposición debe sugerir una interrogante. Se hace como resultado de la
proposición. Estas interrogantes se aplican a la proposición y se escribe las
respuestas a todas ellas.
Las preguntas son:
¿Quién? (Personas)
¿Cuál? (Cosas)
¿Qué? (Significados)
¿Por qué? (Razones u objeciones)
¿Cuándo? (Tiempo, Etapas o condiciones)
¿Dónde? (Orígenes lugares o fuentes)
¿Cómo? (Métodos y forma)
Ej. ¿Por qué debemos ver a Dios…? (Se debe escribir para que no se nos
olvide)
De esa lista larga de respuestas que hayamos escrito saldrán más tarde las
divisiones principales del sermón.

H. ESCOGER LA PALABRA CLAVE:


Es aquella palabra por medio de la cual se pueden caracterizar todas las
divisiones principales de un sermón. Debe ser específica. Da claridad y
singularidad al mensaje.
Ayuda a formular las divisiones principales del sermón, ya que con una palabra
clave, cada división principal tiene una relación lógica que le da, a su vez, una
progresión lógica al tema.
Se puede tomar de la proposición si la proposición la tiene o puede ser
independientemente de la proposición.
Ejemplo: "ver"
La palabra clave ayuda a que cada división principal tenga un desarrollo natural
en el sermón y ayuda en la memorización de esas divisiones principales. Se
puede mencionar o no en el mensaje, pero ayuda al predicador para
mantenerse enfocado en el tema que está predicando.

I. ESCRIBIR LA ORACIÓN TRANSICIONAL:


Es un puente retórico entre la introducción y el resto del cuerpo del sermón. Se
escribe partiendo de la introducción pero considerando el contenido de la
proposición. Puede incluir la palabra clave y se puede derivar de una
interrogante y de lo que se va a decir.
Es importante escribir la oración para no dejarla a la improvisación y para que
la homilía presente la unidad. Viabiliza para que el predicador conecte de una
manera natural su introducción con el resto del sermón, si no, sería un paso
muy brusco en su predicación y se notaría que está improvisando.
La oración transicional tiene tres partes: la palabra clave, la interrogante o su
sustituto y la proposición.
Ej. Proposición: La tentación puede ser resistida.
Interrogante: ¿Cómo?
Oración Transicional: “Como Cristo, podemos resistir la tentación llenando las
siguientes condiciones:”

J. ESCRIBIR LAS DIVISIONES PRINCIPALES Y SECUNDARIAS


Deben ser respuestas que levantan la interrogante que sugirió la proposición.
Las divisiones principales nos ayudan a tener un guía en ese sermón, en ese
momento. Se identifica con un número.
Se anuncian así… "en primer lugar, en segundo lugar, etc.
Deben tener una idea singular. ("Debemos ver a Dios…")
No debe ser repetida en el sermón o repetición de las mismas ideas dentro del
cuerpo del sermón.
Ej. Proposición: Cada Persona Debe Aceptar el Amor de Dios.
Interrogante que surge: ¿Por Qué?
Ideas principales que forman las divisiones principales:
1. Porque el amor de Dios es Verdadero.
2. Porque el amor de Dios es Eterno.
3. Porque el amor de Dios es Existencial.
Deben ser expresadas con sentido de paralelismo. Es decir, debe existir
armonía en la manera de escribirlas. Si se empieza con un sustantivo lo mismo
debe aplicarse a las siguientes, si se usa un verbo en infinitivo, lo mismo debe
pasar con las siguientes, etc.
Las divisiones secundarias nunca se anuncian y pueden desarrollarse a través
de: INTERROGACION, EXPOSICION, ARGUMENTACION, APLICACIÓN,
ILUSTRACION, EXHORTACION O CONVERSACIONES IMAGINARIAS.
Explica la división principal. Son el material que se tiene para el desarrollo del
sermón. Contienen los argumentos bíblicos que voy a usar en el sermón. Se
bosqueja usando números y no tiene necesidad de ser expresado en forma de
paralelismo. Debe incluir los versículos que usará el predicador así como
también las ilustraciones.

K. ESCRIBIR LA CONCLUSIÓN DEL SERMÓN.


Es la parte que desenlaza el contenido y hace su unidad claramente visible.
Resumen de las ideas principales que ya se mencionaron en el sermón, es un
desenlace, muestra cómo el sermón tiene unidad y lleva al predicador a
persuadir a su auditorio a la toma de decisión final.
Imprime la verdad que se quiso exponer. Debe escribirse en forma de
bosquejo, debe ser memorizada y caracterizada.
Debe ser breve, clara y que persuada. No debe tomar mucho tiempo del
sermón.
Hay varias clases:
1. POR RESUMEN: formal o parafraseada.
2. POR APLICACIÓN
3. POR CONTRASTE
4. POR ANTICIPACION
5. POR MOTIVACION
6. POR COMBINACION DE DOS O MAS CLASES DE CONCLUSIONES

L. ESCRIBIR LA INTRODUCCIÓN DEL SERMÓN. [Se da luego de la


proposición.]
Es la parte del sermón que establece contacto con el auditorio.
A. Características:
1. Ejerce el contacto con la audiencia.
2. Debe ser interesante, refrescante y remover prejuicios sobre el
predicador y el tema a predicar.
3. Ayuda a traer calma a la gente.
4. Debe remover la ignorancia sobre el tema por parte de la audiencia.
5. Debe comenzar con lo natural, lo familiar o lo conocido y moverse a lo
desconocido o espiritual.
6. Puede ser una ilustración o una anécdota.
7. Puede ser el contexto histórico.
B. Clases de introducción:
1. Aquellas que hacen referencia a la ocasión.
2. Aquellas que hacen referencia al asunto.
3. Aquellas que comienzan con una pregunta retórica y proceden a
contestarla.
4. Las que usan una declaración llamativa como punto de partida.
5. Las que giran en torno a un anécdota humorística.
6. Las que giran alrededor de una buena ilustración, real o hipotética.
7. Una buena cita puede servir como punto de partida.

LL. ESCRIBIR EL TITULO:


Es el anuncio del tema en forma llamativa y sugestiva.
M. ESCRIBIR LAS ILUSTRACIONES.
Las ilustraciones adornan el sermón y se pueden usar en la introducción,
aplicaciones o en la conclusión. Cada vez que se menciona un punto oscuro y
dependiendo de la retroalimentación del auditorio al predicador, se debe ilustrar
la verdad anunciada.
1. Los propósitos de las ilustraciones son:
a. Clarificar el Tema
b. Darle vida a la verdad.
c. Reforzar argumentos.
d. Ser instrumento de convicción.
e. Persuadir directa o indirectamente.
f. Ayudar a retener lo expuesto.
g. Dar al sermón un toque humorístico que sirva para relajar las tensiones.
h. Atraer la atención de niños y jóvenes.
2. Clases de ilustraciones:
a. Historias.
b. Anécdotas.
c. Lecciones objetivas.
d. Alegorías.
e. Poemas.
f. Analogías
g. Citas.

UNIDAD III
CAPITULO SEXTO
CLASES DE SERMONES
(Juan Broadus)

Tres clases de sermones:


1. Expositivo
2. Temático
3. Textual
El bosquejo es herramienta que da dirección.
Puede ocurrir que las cosas no salgan bien a pesar del bosquejo.
o Diferentes circunstancias ajenas.
o En esos casos no debe haber frustración.

1. ¿Qué es un sermón temático?


*Las divisiones se derivan del tema mismo.
Las partes principales son ideas que vienen de ese tema.
No necesita base bíblica.
Cada división se apoya en ese tema.
Ej. Tema: Las razones de las oraciones sin respuesta.
I. Porque pedimos mal. (Stgo.4:3)
II. Pecado en el corazón. (Sal.66:18)
III. Dudamos de la palabra de Dios. (Stgo.1:6-7)
III. Repeticiones vanas (Mt.6:7)
Temático como su nombre lo indica, es un sermón donde una doctrina,
obligación o tema bíblico es explicado y aplicado sin estar limitado a un texto
clave en las Escrituras. Es decir, en un sermón temático el tema que hemos
escogido para exposición establece la base donde el resto de las Escrituras
que tienen que ver con ese tema serán explicadas y aplicadas. (Ver Francisco
Orozco, 2005, “Exégesis y Exposición”)
La selección de predicar temáticamente obedece en particular a la sensibilidad
pastoral, pues buscando ser fieles pastores de nuestros rebaños nos
encontraremos que algún tema requiere la luz de la Escritura sobre la
congregación.
Otro elemento que debemos reconocer es que en nuestra propia experiencia
ministerial tenderemos a perfeccionar la predicación en uno de estos tipos de
sermones; y es usual encontrar que en distintas épocas de nuestras vidas
pastorales predicamos mayormente de un tipo de sermón. Esto añadido a que
en congregaciones con múltiples predicadores nos encontramos variedad de
dones y quizá un predicador demuestre mayor capacidad para tratar con
temas, mientras que otro con textos, y aún otro con libros enteros. Esta
capacidad (natural, cultivada o adquirida) debe ser cuidadosamente vigilada,
pues puede ser que sin darnos cuenta nos pasemos años predicando temas, y
esto no según la necesidad espiritual de la iglesia sino según los intereses
personales que tengamos. La casi infinita diversidad de temas bíblicos es en sí
una prueba y evidencia que debemos cubrir esos temas – no solo los favoritos
– en nuestros ministerios (ver El Índice Temático de la Biblia de Nave).
Las ventajas de este tipo de sermón son tanto para la congregación como para
el predicador, pues la congregación conocerá el amplio testimonio de la
Escritura sobre un tema específico, verán en práctica la unidad y progreso de la
revelación bíblica y aprenderán textos claves sobre el tema; el predicador será
forzado a leer y meditar ampliamente, será curado e inmunizado contra falta de
balance temático y será provisto de la oportunidad de dirigirse a un tema que
cargue su corazón para beneficio de la congregación.
Pero hay algunas desventajas, pues la congregación puede pensar que la
Biblia es una especie de libro de temas, desconocerán la hermenéutica bíblica
y, si el predicador sólo predica sobre temas favoritos, crecerán anémicos con
respecto a la amplia variedad de temas bíblicos; por el lado del predicador,
puede desviarse fácilmente a temas de interés (usualmente personal), predicar
de un tema secundario como si fuera primario, y volverse experto en un tema
en lugar de experto en predicar todo el consejo de Dios.

2. ¿Qué es un sermón textual?


*Sus divisiones principales se desprenden del texto.
Puede tener desde una oración, una frase o hasta tres versos.
Queda encajonado a esa porción bíblica.
Las divisiones generales pueden ser nutridas de otras porciones bíblicas para
ayudar a trabajar ese sermón.
Ej. Esdras 7:10.
Tres verbos interesantes en ese texto.
Inquirir
Cumplir
Enseñar
En un sermón textual un versículo o grupo de versículos específicos es
explicado y aplicado sin salir del contexto por ningún componente mayor del
sermón. Es decir, en un sermón textual el texto establece la base y provee la
explicación completa, aunque puntos secundarios ocasionalmente pueden ser
explicados con otros textos.
Así como con el sermón temático, será la sensibilidad pastoral la que nos
guiará a la selección de un texto para predicar; pero debemos igualmente
reconocer que quizá en un tiempo de nuestro ministerio nos volvamos a este
tipo de sermón una y otra vez, casi inconscientemente – aunque esto es
natural, pues las capacidades y habilidades propias muchas veces nos inclinan
a este u otro tipo de sermón. La sabiduría de Cristo de ordenar una pluralidad
de ancianos en cada iglesia tiene el beneficio que esa diversidad de dones
usualmente significa, como ya notamos, que un predicador sea mejor en
sermones textuales, mientras que otros en otros tipos de sermones.
Pero debemos estar conscientes del gran peligro de orbitar a ciertos textos en
particular, para deservicio de la congregación y nosotros mismos. Usualmente
dos cosas ocurren: predicadores evitan predicar de textos del AT (excepto
Proverbios) por la dificultad inherente de predicar de la Ley, Historia y Profecía;
y también predicadores tendemos a ir a esas Cartas que nos llaman más la
atención (las de Pablo). Ese es un peligro real que debemos evitar. Hay miles
de textos en las Escrituras, y debemos ir de nuevo a la realización que “Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
Las ventajas de este tipo de sermón, para la congregación son que al anunciar
de antemano el texto les provee de expectativa sobre ese texto, les ayuda a la
memorización y les da un patrón de buena hermenéutica. Para el predicador
este tipo de sermón le lleva a tratar honestamente con su texto, si predica de
todo los géneros literarios bíblicos le da un conocimiento de la proporción de la
Escritura y le provee – como el sermón temático – de la oportunidad de dirigirse
a un texto que considera la congregación requiere escuchar.
Sin embargo, también tiene sus desventajas, pues el sermón textual puede que
lleve a la congregación a engendrar un gusto por ciertos textos únicamente y si
en la predicación no se ha notado el contexto, la congregación tendrá una idea
equivocada de cómo interpretar la Biblia y será fácil caer en el error de citar
textos fuera de contexto. Para el predicador las desventajas son la previa
agonía de tener que escoger un texto entre miles posibles, la tentación de
manipular textos para que digan lo que nosotros queramos (usar textos a
manera de trampolín o practicar eiségesis en lugar de exégesis) y crea el clima
propicio para un ministerio con falta de balance (especialmente en iglesias con
un solo predicador) pues simplemente no hay tiempo para predicar todos los
textos y usualmente vamos a esas porciones que consideramos más fáciles.
3. ¿Qué es un sermón expositivo?
*Se interpreta una porción más o menos extensa de las escrituras en relación a
un tema o un asunto.
El grueso del material para el sermón se toma de la porción bíblica.
Por lo general más de 4 versos.
Todos los sermones se centran en un tema dominante. En el expositivo el tema
viene únicamente de esa porción bíblica.
Las divisiones y subdivisiones salen de la misma porción.
Es bien trabajoso porque requiere mucha investigación (hermenéutica).
Ej. Ef.6:10-18.
I. La moral del cristiano. (10-14a)
a. Cómo debe ser esa moral:
1. elevada (V.10)
2. firme (v.11-14a)
b. Es atacada por Satanás.
II. La armadura del cristiano. (14a-
a. De carácter defensivo (14b-17)
b. Ofensivo
III. La vida de oración.
a. Persistente
b. Intercesora
Los sermones expositivos son la exposición y aplicación consecutiva de un
libro, capítulo o grupo extenso de versículos de las Escrituras. Es decir, en una
serie consecutiva de sermones el contexto histórico-textual establece la base,
mientras que todo el libro, capítulos o grupo extenso de versículos proveen el
material completo. Aunque cada sermón es una exposición completa en sí
misma, cada sermón forma parte de una serie mayor, estando conectados uno
con el otro.
Este es el tipo de sermones más fácil de escoger (solo hay 66 libros en la
Biblia), estudiar (evita la agonía de no saber que predicar) y, algunos dirán, es
la única manera legítima de predicar, pues provee a largo plazo en una misma
serie lo que los otros dos tipos dan: temas son tratados y textos son explicados.
Pero también requiere de mucho discernimiento, pues es común que
permanezcamos ya sea en el NT o exclusivamente en las Cartas de Pablo, o
que escojamos esas breves cartas y nos especialicemos en ellas; además
puede ser que en la convicción de que estamos predicando correctamente al
hacer una serie consecutiva a través de un libro, pasemos semanas, meses,
inclusive años en una porción limitada de la Biblia y no cubramos esos temas y
textos que nuestro rebaño tan gravemente necesita. Mientras que nosotros
ahondamos en estudios históricos, textuales y teológicos en nuestro libro
favorito, las ovejas perecen por haber sido hastiadas del mismo forraje.
De manera que lo mismo que afirmamos de los dos otros tipos de sermones es
válido aquí: debemos reconocer que en nuestra propia experiencia o habilidad
tenderemos a predicar un tipo de sermón y si ocurre que es expositivo
consecutivo, podríamos pasar años (especialmente si escogemos un libro
extenso) perseverando en un solo surco; de nuevo vemos la sabiduría divina
de nuestro Señor al ordenar que sus iglesias tengan una pluralidad, pues Él da
dones a Su Iglesia y entre esos dones tendremos aquellos que tienen mayor
capacidad de tratar con libros enteros para beneficio de la congregación.
Consideremos entonces algunas ventajas de este tipo de sermón. Para la
iglesia, ellos podrán ver la Biblia en su sustancia y forma, observarán principios
bíblicos de interpretación en práctica, escucharán temas que quizá no quieran
escuchar y serán expuestos a una amplia variedad de asuntos bíblicos. Para el
pastor, éste será llevado a ser honesto con toda la Escritura, estará adelantado
en preparación pues ya tiene el texto ante él y será forzado a tratar temas y
textos que quizá nunca escogería tratar.
Pero también tiene sus desventajas: es fácil que la iglesia se agote de estar
continuamente en un solo libro, si la serie se alarga puede que algunos de la
congregación nunca escuchen otra cosa ni otro tema, ni otro texto más que ese
libro que fue escogido y, lo más triste, se vuelven críticos de cualquier otro tipo
de predicación pensando, incorrectamente, que es el único tipo legítimo. Para
el predicador las desventajas son la posible insensibilidad a las carencias
espirituales de la congregación; independencia o presunción de la ayuda del
Espíritu pues ya sabe él que predicará; atrofia ministerial al no capacitarse en
los otros métodos de predicación y confundir un comentario corrido por la
exposición verdadera

CAPITULO SEPTIMO
CLASES DE AUDITORIO

Apático/Hostil/Crédulo/ Mixta/Dudoso.
Apático
La congregación indiferente. El predicador tiene que traer un material que les
sea interesante y que le llame la atención. Se identifica a través de la respuesta
corporal
Crédulo
Responde favorablemente a lo que se predica porque confía en el predicador y
lo que está trayendo.
Hostil.
No confía ni en el predicador ni en su mensaje. Esa falta de confianza puede
estar forjada en una actitud hostil hacia el predicador, la institución que
representa o comentarios que escucha. Se hace manifiesta desde que el
predicador va a presentar su sermón.
Dudoso
Se siente indecisa a la oferta o proposición que le ha hecho el predicador.
Requiere del predicador una preparación en cuanto a documentación que sea
basta para satisfacer la congregación.
Mixto
Son la gran mayoría. Tiene de todos los tipos de audiencia y requiere que el
predicador sea de un vocabulario versátil y mirar mucho el rostro de la gente.
Es importante saber manejar toda la hermenéutica bíblica, como se habla y
como se proyecta, para lograr una respuesta de parte de la audiencia.

RESPONSABILIDAD QUE DEBE PRACTICAR EL PREDICADOR


Preparación física y emocional. Esto significa que debe primero haber orado,
debe cuidar su cuerpo, su voz, haber descansado y haberse alimentado bien.
Debe expulsar todos los desbarajustes y conflictos personales.

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