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La revelación de Dios

en el ser humano
La revelación de Dios
en el ser humano

JEFF MUNNIS

Traducción del inglés de


Laura Pareja y Verónica Fontela

rocket h ouse
Titulo original: The Revelation of God in a Human Being

Originally published in the English language by Rocket House, LLC


under the title The Revelation of God in a Human Being

© 2015 Jeff Munnis

© de la edición en español: 2017 Jeff Munnis

© de la traducción del inglés al español: Laura Pareja y Verónica


Fontela

Todos los derechos reservados en virtud de convenios internacionales y


Panamericanos.

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por


cualquier medio o procedimiento, incluyendo la reprografía y el
tratamiento informático sin el consentimento de los editores, excepto
para reseña de libros, en las que se pueden citar breves pasajes.

La Biblia, Nueva Versión Estándar Revisada, © 1989, División de


Educación Cristiana del Concilio Nacional de las Iglesias de Cristo en
los Estados Unidos de América. Su utilización ha sido autorizada. Todos
los derechos reservados. / Edición en español: biblegateway.com: Nueva
Biblia Latinoamericana de Hoy (The Lockman Foundation)

ISBN: 978-1-947511-00-2

Diseño de portada y maquetación: Stelli Munnis

Publicado por Rocket House en Estados Unidos.


Para Stelli
AGRADECIMIENTOS

Este es un libro sobre mis experiencias, que busca entenderlas y


encontrar un lenguaje que las exprese de forma que sea de ayuda para
otros. Muchas personas han trabajado en la descripción de la conciencia.
Los más notables por su influencia en las ideas que aquí se exponen son
Carl Jung, Henry Reed, Henry Corbin, y Emmanuel Swedenborg. El uso
del ideal, según se expresa en las revelaciones o lecturas de Edgar Cayce,
resulta de especial importancia. Cualquier persona familiarizada con el
trabajo de estos autores y con las obras de místicos cristianos como María
de Ágreda y Teresa de Ávila, verá su influencia y presencia en el texto.
Esta influencia y presencia debería entenderse de acuerdo a su naturaleza
espiritual, ya que cada uno de ellos trata de explicar su experiencia con
Dios y las maneras en que intentamos permanecer conscientemente
conectados a él como fuente de toda vida y existencia. Estoy en deuda con
ellos y con todos aquellos que antes que yo, han intentado revelar nuestra
naturaleza espiritual.
Mi esposa Stelli es quien más tiempo ha dedicado a leer, cuestionar,
sugerir y ayudar durante la edición de este libro. Ha sido incansable y
entregada en su ayuda a lo largo de todo el proceso de preparación del
libro para su publicación. Le estoy eternamente agradecido por todo lo
que ha hecho por mí.
La lectura minuciosa, sugerencias y ayuda de Sue Grossbauer,
han sido de un valor inestimable. Amanda Jozaitis y Adam Ispas de 'The
Grossbauer Group' trabajaron en las ilustraciones y me ayudaron con su
talento y esfuerzo a hacer el contenido del libro comprensible. ¡Gracias!
Durante el proceso de escritura del mismo, conocí y me hice
amigo de Peter Jacob. Gracias, Peter, por tu lectura meticulosa del texto,
tus valiosos comentarios y tu apoyo.
Agradezco especialmente a Laura Pareja y Verónica Fontela
el conocimiento, la sensibilidad y el cuidado con el que han llevado a
cabo la tarea de traducir este libro al español. Trabajar con ellas ha sido
inspirador y un placer, y han tratado cada aspecto de la traducción con los
más altos estándares de profesionalismo y dedicación.

vii
NOTA DE LAS TRADUCTORAS

La traducción al español de La revelación de Dios en el ser humano


ha sido para nosotras un trabajo de especial importancia no solo por la
enorme responsabilidad de transmitir de la manera más fiel posible el
mensaje transformador de Jeff, sino porque también nos ha supuesto el
inicio de un viaje interior.
Durante el proceso de traducción nos hemos encontrado con
varios retos en los que hemos trabajado mano a mano con el autor. Uno
de ellos lo supuso el término Consciousness. En español, suele traducirse
indistintamente como “Conciencia” o “Consciencia.” Sin embargo, como
bien sostiene el autor, existen distintos matices de significado entre estas
dos palabras. La “Conciencia” es aquello que nos hace distinguir entre
el bien y el mal, y la “Consciencia” es la base de todo ser; el origen y la
esencia de la vida.
La traducción de los mensajes que Jeff ha recibido en forma
de revelaciones también ha sido un gran desafío por la complejidad de
su lenguaje, en el que abundan referencias y conceptos nuevos para
nosotras. La ayuda del autor en esta tarea ha sido clave, ya que estos
textos son fundamentales en la obra.
Somos conscientes de la enorme responsabilidad que conlleva la
traducción de La revelación de Dios en el ser humano y de la importancia
de reflejar fielmente en nuestro idioma el mensaje del autor. Hemos
tenido la inmensa suerte de conocer en persona a Jeff y Stelli, quienes
nos han acompañado durante este largo y complejo camino, ya no solo
como traductoras del libro, sino como a personas cuyas creencias e
ideas espirituales iban transformándose gracias a ellos y a este libro. Jeff
y Stelli han estado disponibles en todo momento, han sido pacientes,
generosos y hemos tenido todo su apoyo y amor, algo por lo que siempre
les estaremos agradecidas.
Esperamos que este libro sea una buena compañía para aquellos
que tengan la fortuna de acercarse a él, y que los ayude en su proceso de
crecimiento espiritual.

ix
CONTENIDOS

Agradecimientos vii
Nota de las traductoras ix
Lista de figuras xiii
Prefacio xiv
Cómo usar este libro xxi
La práctica espiritual xxiii
El proceso en grupo xxv
Qué esperar xxvi

Introducción 1

Capítulo 1: LA CONSCIENCIA 5
Los siete niveles de la consciencia 8
Nivel uno: La mente despierta 8
Nivel dos: La memoria activa 9
Nivel tres: El inconsciente personal 10
Nivel cuatro: El inconsciente cultural 11
Nivel cinco: El inconsciente humano 12
Nivel seis: El inconsciente colectivo 13
Nivel siete: La consciencia de Dios 15
Componentes de la consciencia 17
El ego 18
La voluntad 19
El instinto 22
La intuición 22
El intelecto 23
La imaginación 27
Centros de consciencia: Los chakras 27
La comprensión del karma 34
Las capas kármicas 39
Fase uno del karma 39

x
CONTENIDOS

Fase dos del karma 42


Fase tres del karma 44
Quemar el karma 54

Capítulo 2: EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL


Y EL NUEVO TESTAMENTO 58
Etapas del crecimiento espiritual 59
Etapa uno: Comienzo de la consciencia
de uno mismo 59
Etapa dos: Autores de nuestra historia 61
Etapa tres: Descubrimiento del inconsciente 62
Etapa cuatro: Reconocimiento de la unidad 63
Etapa cinco: Reconocimiento de nuestra identidad 64
Etapa seis: Encarnación de la espiritualidad 65
Etapa siete: Unidad con Dios 66
La verdad sobre la salvación 68
La comprensión de la profecía 69
La universalidad de la revelación 70
Aplicación incorrecta de la intención de Dios 77
El corazón-mente 80
Un nuevo recipiente 84

Capítulo 3: LA REVELACIÓN DE DIOS EN JESÚS 86


La curiosidad de Jesús 89
Bautismo y autoconocimiento 91
La autoridad de Jesús 95
Acerca del pecado 101
Acerca de los milagros 104
La cosificación de Jesús 109
La espiritualización de Jesús 111
Jesús da un paso hacia su propósito 112
El despertar de la consciencia 128
Preparar el terreno para recibir 134
Propósito y sincronicidad 140
El despertar hacia lo espiritual 145
La encarnación del amor 149

xi
CONTENIDOS

La relación maestro/discípulo 153


La superación de los obstáculos espirituales 155
La creencia determina la percepción consciente 159
El cielo en la tierra 162
La transfiguración 163
La eterna presencia de Dios 164
La condición interior (segundo advenimiento) 168
El proceso de revelación 172
El valor del ideal 176
La tentación de Jesús 179
La Pasión y la resurrección 181

Capítulo 4: LA ILUMINACIÓN 198


El amor es el camino 204
Testigo de la verdad 205
Vastación: Jesús se convierte en Cristo 208
El ahora eterno 212
La aplicación del amor 214

Referencias 223

Apéndice 225
Paralelismos en otros sistemas de pensamiento 225
Nivel uno: La mente despierta 225
Nivel dos: La memoria activa – Nivel cinco:
El inconsciente humano 226
Nivel seis: El inconsciente colectivo 226
Nivel siete: La consciencia de Dios 227
Los centros de consciencia: Los chakras 227
Referencias adicionales (Sufismo e Hinduismo) 229
La consciencia: Cuadro resumen 230

Glosario 233

xii
LISTA DE FIGURAS

Figura
1 La consciencia: Diagrama en esfera 6
2 La consciencia: Diagrama en "V" 7
3 El intelecto "limitado" 25
4 El intelecto "no limitado" 26
5 Los chakras y la consciencia 28
6 Los chakras en acción 31
7 El sistema vivo 35
8 Fase uno del karma 41
9 Fase dos del karma 43
10 Fase tres del karma, nivel uno 45
11 Fase tres del karma, nivel dos 46
12 La consciencia: Cuadro resumen 230

xiii
PREFACIO

Cuando tenía tan solo 19 años alguien me hizo una pregunta que afectó
profundamente mi identidad y espiritualidad. Sucedió en una fiesta de
Navidad, cuando Jack Horton, el diácono de la Iglesia Episcopal de San
Gabriel, se volvió hacia mí y me preguntó: “¿Qué significa para ti si digo
que Dios te ama?”. En aquel momento no fui capaz de responder al Sr.
Horton, pero sentí que la pregunta resonaba dentro de mí de una manera
que no pude comprender entonces. Probablemente el Sr. Horton pensó
que buscaría en la Biblia o que recurriría a mi legado Episcopal para
encontrar una respuesta, que pudiera ser algo en la línea de: “Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único),
para que todo aquél que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida
eterna.” (Juan 3:16). Pero el Sr. Horton no matizó su pregunta, ni sugirió
el camino que yo debía elegir para encontrar la respuesta.
Comencé a buscar. Al principio, en mi legado cristiano, pero
mis acercamientos a los diferentes tipos de teología cristiana fueron
decepcionantes, ya que por mucho que hablasen de Jesús, parecían
pasar por alto el objetivo de sus enseñanzas y no conseguían mostrar
la oportunidad que existe en entenderle como un ser humano completo
y el potencial de su esencia como tal. También quise conocer lo que
podían ofrecer otros caminos espirituales: el Hinduismo, el Budismo,
la Filosofía Zen, el Taoísmo, el Sufismo y el Bahaísmo, además de otras
formas de aproximación a Dios y a la espiritualidad. En la Universidad
de Florida, donde estudié, leí muchos libros sobre religión, psicología
y espiritualidad. Asistí y participé en clases impartidas en el campus y
en la comunidad universitaria de Gainesville. En mi búsqueda, existía
también un deseo por entender la experiencia espiritual, por lo que en
la primavera de 1973 estudié y me inicié en Meditación Transcendental.
Asimismo, estudié las revelaciones de Edgar Cayce y comencé a
registrar e interpretar mis sueños; un proceso que a día de hoy continúo

xiv
PREFACIO

haciendo. Los escritores en los que encontré inspiración eran variados


en sus pensamientos: Carl Jung, Albert Schweitzer, Thomas Merton,
Yogananda, Krishnamurti, Alan Watts, y muchos otros. Con el tiempo,
mis experiencias y mi búsqueda me llevaron de nuevo a las formas de
pensamiento centradas en Cristo que integraban la espiritualidad y
contemplaban la vida y enseñanzas de Jesús desde un contexto diferente,
y que incorporaban muchos conceptos que yo apreciaba de las tradiciones
no cristianas. La belleza de las numerosas expresiones de Dios y del
espíritu era tan inspiradora como reconfortante, y nunca sentí que en
mi humilde búsqueda de la verdad me pudiera estar alejando de mi
propósito, o de Dios.
La pregunta del Sr. Horton siempre ha sido el eje de mi teología
y de mi proceso de comprensión de Dios. Más que cualquier otra cosa,
creó un contexto para mi viaje personal que no ha cambiado nunca. ¿Qué
significa que Dios me ama? ¿Cómo se expresa ese amor? ¿En qué se
diferencia el amor de Dios de otras formas de amor? ¿Es el amor humano
una expresión del amor divino? ¿Qué tiene que ver Jesús con el amor de
Dios? ¿Qué dicen otras religiones y filosofías sobre Dios y el amor? ¿Qué
relación tiene mi entendimiento del amor de Dios con el de cualquier
otra persona?
Ahora soy capaz de responder a esas preguntas y comparto este
conocimiento con todo el que me pregunta. Mi respuesta comienza con
una analogía: Como padre que soy, entiendo la manera en que amo a mis
hijos, y la mayoría de la gente, incluso aunque no sean padres, pueden
imaginar lo que el amor perfecto de un padre significa. Para mí significa
que, sin importar quiénes sean mis hijos, quiénes puedan llegar a ser o el
camino que elijan en la vida —respecto al trabajo, la educación, el estilo
de vida, el compañero o cualquier otro aspecto que escojan— yo siempre
los amaré, aunque me hieran intencionada o involuntariamente. Mi
amor por ellos es incondicional. No tienen que cumplir ningún requisito
para recibirlo. Sin embargo, este amor no me evitará, o a ellos, el ser
heridos o el sufrimiento. Mi amor, según yo lo entiendo, les deja completa
libertad, y esa libertad incluye la posibilidad de que ellos lo rechacen. No

xv
PREFACIO

hay obligación ni garantía de que ellos me correspondan. Este amor es


incondicional. Estaré ahí para ayudarlos de la mejor manera que pueda
en cada circunstancia. Mi amor por ellos también honra a la verdad, por
lo que no permitirá ningún comportamiento autodestructivo, y nunca,
bajo ninguna circunstancia, les será retirado. Estaré a su lado, o estaré
dispuesto a ello, sin renunciar a la relación en ningún momento, aunque
eso signifique que lo único que pueda hacer sea ser testigo de su vida y
de su proceso.
En consecuencia, si puedo imaginar este tipo de amor —y tengo
que imaginar este amor perfecto porque como ser humano no siempre
soy capaz de expresarlo— puedo imaginar el amor perfecto de Dios, y
puedo entender a Dios como una expresión perfecta de este amor. Mi
proceso teológico, mi aprendizaje sobre Dios y la forma de relacionarme
con él, me hacen cuestionar cualquier entendimiento sobre Dios que no
esté a la altura de este tipo de amor. Un dios que sea sentencioso, receloso,
o excluyente, que requiera algo de mí para poder amarme, es inferior a
lo que entiendo que es Dios. ¿Por qué adoraría o buscaría relacionarme
con un dios o con un tipo de amor menos idóneo que el que yo le doy a
mis hijos, y mucho menos idóneo que el tipo de amor que soy capaz de
imaginar? Hay algo dentro de mí que intuitivamente reconoce el amor
perfecto, y también intuitivamente, esa parte de mí avanza hacia él.
Hay mucho más sobre este amor y Dios que debemos comprender.
Este libro, La revelación de Dios en el ser humano, explica algunas de las
formas en que ese amor y Dios se encuentran en nosotros mismos, así
como las maneras en que ambos nos son revelados en nuestras relaciones.
Nuestra finalidad es conocer este amor y expresarlo de diversas maneras.
Para conocer completamente este tipo de amor, debe ser expresado, por
lo que este libro trata también sobre las formas en las que podemos
desarrollarnos y aprender a expresar este amor. Ahora ya sabes por qué
la pregunta del Sr. Horton llegó a ser tan importante para mí y por qué
cuento aquí mi historia sobre esta pregunta; porque es el contexto desde
el cual entiendo muchas cosas sobre mi vida y mi espiritualidad, y el
contexto en el cual debería entenderse cada parte de este libro.

xvi
PREFACIO

Si hay algo que me ha resultado especialmente difícil, ha sido


aprender a ver tanto los aspectos desagradables y oscuros de mi carácter
—mis dependencias, adicciones, apegos, miedos, rabia y deseos— como
los aspectos positivos, tales como mi singular propósito y mi contribución
al bienestar de la humanidad, mi conocimiento, mi sabiduría y mis
dones. Durante un largo período de tiempo centré mi atención en las
muchas maneras en las que otros no me permitían ser yo mismo, pero
lo cierto es que su influencia en mí era mucho menos relevante que las
formas que yo encontraba para truncar o entorpecer mi propio progreso.
Mis mayores miedos están relacionados con mis propios sentimientos
de autovaloración, autoestima, y con la posibilidad de que lo que quiero
pueda llegar a hacerse realidad.
En mi viaje me encontré con muchos maestros espirituales
“fracasados”. Algunos de ellos mantenían múltiples relaciones sexuales
con sus estudiantes, otros estafaban, de otros la gente se aprovechaba,
y otros tenían adicciones o hábitos desagradables. En otras palabras,
muchos de ellos no habían avanzado tanto en el camino como les
hubiera gustado hacernos creer. Descartar lo que tenían que opinar
sobre la iluminación o la espiritualidad hubiera sido la reacción natural,
pero descubrí que tenía que cambiar mi forma de ver estos “fracasos”.
Sabía que muchas de sus enseñanzas eran válidas, así que descartar
la verdad se me hacía insensato y más bien un reflejo de mi propia
ignorancia. Muchos maestros se enfrentan con un problema difícil:
saben que no son perfectos, aunque comprendan profundos aspectos
sobre la verdad. ¿Permanecen en silencio porque saben que no son
perfectos? Es posible que algunos de ellos realmente hayan situado la
verdad por encima de sí mismos y la expresen sabiendo que quedarán
expuestos. Admiro su intento por explicar la verdad ya que hay que ser
una persona fuerte para aceptar el rol de maestro espiritual cuando sabes
que tus propias debilidades se harán visibles y estarán sujetas a críticas.
No estoy excusando el comportamiento inmoral porque considero que
el comportamiento inmoral y abusivo ha de ser confrontado. La verdad
debe ser expresada y evaluada de tal manera que asegure la protección de

xvii
PREFACIO

las víctimas potenciales. Es decir, debemos reconocer la complejidad de


la espiritualidad y la revelación porque como seres humanos tendemos
a 'cosificar' a las personas, ponerlas en un pedestal, y centrar nuestra
atención en quienes son ellos en lugar de observarnos detenidamente a
nosotros mismos.
Te presento este trabajo entendiendo al mismo tiempo la
complejidad y contradicciones que existen en mí. Mis dones han
demostrado, de muchas maneras, estar más allá de mi entendimiento
consciente. Cuando aparecieron, o fueron descubiertos, no venían con
una etiqueta de aviso o la advertencia de que yo tenía que ser perfecto,
aunque admitiré que he sentido la presión de tener que ajustarme a mi
propia idea de cómo debería ser un maestro espiritual: sagrado, sabio y
humilde. De alguna manera, parece que nunca llego a eso, no obstante
los dones permanecen, la información sigue llegando, y la necesidad de
grabar y compartir el material continúa en mi interior. Me ha llevado
muchos años aprender a aceptar cosas sobre mí mismo que eran
opuestas a lo que yo consideraba mi auténtica identidad. A veces tengo
que pensar en lo que aprendo de mí mismo como si fuera una prenda de
ropa nueva. La primera vez que me miro al espejo veo que esa prenda no
siempre encaja con la manera en que estoy acostumbrado a verme, pero
poco a poco, gradualmente, voy observando con una mirada diferente
que, en realidad, puede que exprese de una manera importante quién
soy. Me viene a la memoria El sanador herido, una historia sobre cómo
la sanación no es siempre la cura y cómo un recipiente roto puede aún
contener todo lo esencial para cumplir con su propósito.
La mayor parte del contenido de este libro se trata de texto
“canalizado”, tomado de sesiones a las que me refiero como “las
revelaciones”, o de períodos en los que entro en un estado alterado de la
consciencia mientras llevo a cabo mi proceso de escritura. Durante las
revelaciones, entro en un estado inconsciente y mi esposa, Stelli, trascribe
lo que se me comunica. Los fragmentos de las revelaciones aparecen en
párrafos con un sangrado diferente al inicial, en los que se especifica el
año en que ocurrieron seguido por el número de párrafo (p.e., 2015-124).

xviii
PREFACIO

El texto entre paréntesis suele ser una pregunta realizada por Stelli o su
respuesta a alguna duda planteada. Los textos canalizados provenientes
de mi estado alterado de la consciencia no presentan referencia de año o
párrafo, pero gran parte de su contenido y tono es casi idéntico a aquél
que ofrecen las revelaciones. En ambos tipos de mensajes canalizados, es
a veces una sola voz la que se manifiesta, y otras veces esa voz se revela
como colectiva y utiliza la palabra “nosotros.”
2011-57 Antes has preguntado por qué se utiliza la palabra “nosotros”.
Debes saber que en el cielo hay colaboración. Debes saber que Cristo,
a pesar de que su voz es una voz de autoridad, lleva a cabo muchas
labores a través de quienes lo asisten y a la vez atienden las cuestiones
espirituales. Por lo tanto, aunque nosotros hablemos, hablamos en
armonía con la voz y la voluntad de Cristo. Debes ir conociendo estas
cosas de forma gradual para poder comprenderlas completamente.
La mayoría de las citas incluidas en este libro provienen del Nuevo
Testamento y hacen referencia a Jesús. Esto es, principalmente, una
consecuencia de mi herencia y de determinados aspectos de las tradiciones
místicas con los que me identifico y que se ubican en el amplio contexto
de espiritualidad centrada en Cristo. Podría haber utilizado otros textos
ya que hay muchos textos paralelos en el Hinduismo, Budismo, Sufismo
y otras tradiciones (ver referencias adicionales en el Apéndice). El hecho
de utilizar textos bíblicos no invalida o subestima de forma alguna otros
textos con el mismo significado o intención.
En mi opinión, elegir un texto como referencia, especialmente
un texto como la Biblia, y utilizarlo como una sola voz o perspectiva
unificada sobre Dios y la espiritualidad, conduce a numerosos errores
espirituales. Considero que es mejor abordar estos textos como una
revelación personal del autor, incluso si dan la apariencia de tener una
aplicación más amplia. Un texto sólo puede ser superior a otro de una
manera subjetiva, que básicamente queda reflejada en la frase: “Esto
expresa cómo pienso y cómo me siento sobre este tema y además
confirma mi experiencia”. Los mejores textos muestran respeto por la
vida y por la experiencia de los seres humanos, no ponen trabas entre

xix
PREFACIO

el individuo y Dios, y reconocen que la esencia de la vida, la verdad y el


amor dentro de un ser humano están íntimamente conectados con la
presencia de Dios dentro de nosotros. Hemos sido creados a partir de
Dios, y conocer nuestro verdadero ser es fundamental para conocer y
comprender a Dios.
Los mejores textos también contienen un elemento de flexibilidad
que nos permite acceder al misterio de Dios, lo cual es distinto a decir:
“Acepto esto porque es la palabra de Dios y no tengo por qué entender
lo que Dios dicta”, cuando nos encontramos con algo difícil u ofensivo.
Un texto que se considere como una norma estricta e inflexible, sin
permitir concesiones o sin que exista la posibilidad de cuestionarlo, suele
desmoronarse ante la presión de las difíciles circunstancias humanas.
Estos acercamientos a los textos religiosos con frecuencia crean falsas
dicotomías del tipo: “Estás con nosotros o contra nosotros.” Esta
perspectiva interpretativa niega la posibilidad de la existencia de otras
opciones y otras maneras de abordar las difíciles situaciones de la vida, y
en cierto sentido niega el potencial que existe en Dios.
Cuando algo ofende mi sensibilidad o mi experiencia de Dios,
no tengo ningún problema en descartarlo. La búsqueda de la revelación
de Dios en nuestro interior no implica que debamos negar nuestra
experiencia o negar los dones de la razón y la inteligencia que hemos
recibido. Todos nosotros utilizamos dones únicos –de devoción, de
razonamiento, de curiosidad, de disciplina física, dones de inteligencia y
de paciencia– en la búsqueda de la verdad, y no debemos temerla, porque
toda verdad tiene el mismo origen que la vida que existe en nosotros: Dios.
Considero que deberías ver el texto de este libro de la misma manera.
Estoy compartiendo contigo una revelación personal con la esperanza
de que mi experiencia y lo que escribo sean de ayuda en tu camino. Si
hay algo que represente un obstáculo, descártalo y sigue adelante. Mi
intención es facilitarte el viaje.

xx
PREFACIO

Cómo usar este libro


E xisten dos perspectivas importantes a considerar para poder entender
correctamente el modelo de consciencia que se presenta en La revelación
de Dios en el ser humano. En primer lugar, como seres humanos,
tendemos a organizar nuestras experiencias en una secuencia ordenada.
Este orden cronológico, si se aplica a los niveles de consciencia que
se explican, o si se utiliza para entender las etapas del crecimiento
espiritual, no nos ofrecerá una perspectiva real sobre cómo la consciencia
se desarrolla y funciona en nuestras vidas. Los seres humanos no
progresan en consciencia y a través de las etapas de desarrollo espiritual
de una manera secuencial y fácilmente identificable. Son muchos los
aspectos de nuestro ser que están en proceso. Algunos funcionan en
lo que percibimos como niveles bajos del entendimiento espiritual,
y otros en lo que percibimos como niveles altos de espiritualidad. En
algunas ocasiones nos apoyamos durante largos períodos de tiempo en
estos aspectos de nosotros mismos, en otras, conseguimos una pequeña
muestra o visión de algo mucho más grande, y después lamentamos la
pérdida de ese sentimiento o momento especial cuando nos abandona.
Más adelante aprendemos que lo que hemos cuantificado como “bajo”
resulta ser profundamente importante y “alto”. Medir nuestro progreso
en aras de la identificación es una actividad dirigida por el ego que
nos saca de un estado superior de consciencia y que generalmente se
traduce en un impacto en la parte positiva de nuestra autoestima y auto-
conocimiento; un golpe asestado por el ego en su intento por ejercer el
control. Confía en que existe una consciencia superior funcionando en
tu interior.
En segundo lugar, de forma similar a nuestro intento de
ordenar nuestra experiencia, tendemos a ver todo en una línea recta
de causalidad. En otras palabras, observamos una progresión lineal de
sucesos donde uno causa otro. Después ocurre un suceso posterior y
experimentamos nuestra reacción a ese suceso. Al final, dicha expresión
lineal de causalidad, la cual creamos, fracasa al ayudarnos a entender

xxi
PREFACIO

como se desarrollan nuestras vidas y qué papel tiene la libre elección en


nuestras experiencias. Esta es una de las razones por las que el proceso
que se conoce como “reduccionismo” no puede ayudarnos a entender
cómo las causas de nuestra vida están conectadas con los sucesos de la
misma. No importa lo lejos que retrocedamos en el tiempo o lo mucho
que profundicemos en cada suceso. Siempre descubrimos algo nuevo
en los acontecimientos del pasado, por lo que nuestra infinita regresión
hacia lo que identificamos como la causa, termina llevándonos a ninguna
parte. Nuestro ser es un sistema completo que funciona como una entidad
totalmente integrada. Por debajo del funcionamiento de este sistema
subyacen una multitud de conceptos sobre uno mismo e información
basados en una comprensión errónea de nuestro ser como algo separado
de Dios. Una vez que empecemos a ver la unidad de nuestro ser y el
carácter único de Dios, nos libraremos de una gran cantidad de falsos
sistemas espirituales y psicológicos que nos controlan. Justo en ese punto
de descubrimiento empezaremos a entender nuestro papel en la creación
de las circunstancias de nuestra vida, la libertad que poseemos, el estado
de libertad en el que existimos y la relación que establecemos con la
energía, la fuerza vital, el amor y la verdad, todas parte de la identidad
única de Dios.
Anteriormente hemos expuesto varias ideas (más adelante
ofreceremos más ejemplos) sobre qué cosas se deben tener en cuenta
mientras se lee este libro y se aprende a realizar una práctica espiritual
de una manera más comprometida. He aquí algunos recordatorios como
referencia:
• Una completa comprensión del amor es esencial para entender
a Dios.
• El progreso espiritual es irregular, no lineal, y en ocasiones intentar
medir el crecimiento espiritual puede resultar una trampa.
• Somos seres complejos y el autoconocimiento sobre nuestra
identidad y propósito es crítico a la hora de elegir cómo vivir
nuestras vidas.
• Tenemos que estar dispuestos a ver los aspectos más desagradables

xxii
PREFACIO

de nosotros mismos porque muchas de las lecciones más


significativas vienen de la deconstrucción de la manera en la que
vemos a otra gente y al mundo.
• Para comprender de verdad a Jesús, tenemos que deshacernos
del contexto y la idea creada por instituciones y personas que
consciente o inconscientemente utilizan sistemas de autoridad
falsos para controlar a otros.
• Una vez que seamos capaces de ver a Jesús en un contexto
diferente, podremos ver el modo en que su proceso personal
puede ayudarnos a entender el crecimiento espiritual, y cómo su
expresión auténtica de la verdad y de Dios puede llegar a ser el
fundamento de nuestra propia expresión del amor, la verdad y
Dios.
• Cada persona lleva consigo la esencia de Dios y la habilidad
de reivindicar y utilizar la autoridad personal en la vida. Esta
autoridad y la libertad de usarla son las bases para el crecimiento
espiritual.
• Aunque muchas cosas aparezcan como separadas y distintas, hay
en el universo una unidad subyacente a todo que nos conecta
entre nosotros y con Dios.
Estas ideas y propuestas crean el contexto para entender el resto del libro y
es importante que se recuerden porque este libro trata sobre la revelación,
la iluminación y los estados avanzados de crecimiento espiritual, los
cuales son consecuencia de una práctica espiritual avanzada.

La práctica espiritual
La revelación de Dios en el ser humano asume que ya cuentas con una
práctica de meditación y oración que constituye una parte esencial de tu
vida. Si estás buscando una manera de aprender a meditar e incorporar
la meditación al desarrollo de la práctica espiritual, te recomiendo que
utilices mi libro The Book of Oneness (Munnis, 2014). También podría

xxiii
PREFACIO

resultarte de ayuda si sólo buscas información. No obstante, deberás


tener en cuenta que mucho de lo que se aprende y experimenta sólo
se logra a través de una arraigada práctica espiritual. Leer este libro
como fuente de información no te ayudará a entender los elementos
más sutiles de la experiencia espiritual reveladora o iluminada.
Aunque la meditación y la oración puedan parecer prácticas sencillas,
puedo asegurarte que no lo son; de hecho, nos conectan con un inmenso
poder espiritual que suele ser subestimado. Hoy en día vemos y oímos
muchas cosas sobre la meditación en diferentes medios (televisión,
radio, Internet), donde nos cuentan que nos ayuda a concentrarnos y a
reducir el estrés, que tiene efectos beneficiosos para la salud, y cómo nos
puede ayudar a nivel intelectual. El potencial de los efectos beneficiosos
de la meditación ha sido promocionado de tal manera que ésta se ha
abierto camino en escuelas y negocios donde sus administradores
y directores buscan gente que pueda enseñar meditación a los
empleados para aumentar su productividad y su bienestar, o mejorar
su puntuación en determinadas pruebas estandarizadas. La meditación
tiene el potencial de mejorar todo esto, no obstante, en estos casos la
meditación se trabaja a un nivel muy básico y no se llega a alcanzar
su verdadero significado y valor. La meditación, de una forma u otra,
consigue llevar a las personas a un crecimiento de su consciencia.
En este libro se presenta una manera muy directa de avanzar en la
vida, que está conectada con nuestro propósito y esencia como seres
humanos. Abordar esta parte de nuestra vida interior es peligroso
cuando el ego o el poder nos controlan, o estamos ávidos de bienestar
material. Es necesario ser humilde y hacer un autoanálisis sincero, ya
que éstos son los elementos del conocimiento de uno mismo que no
siempre siguen lo que marca el mundo que nos rodea. De hecho, es
fácil perderse si no entendemos la conexión que hay entre nuestros
deseos, apegos y comportamientos, y la manera en que vivimos nuestra
vida. Espero que la sabiduría que aquí se presenta, junto con el ejemplo
de Jesús, nos lleven hacia una mayor comprensión, verdad y amor.
Por otro lado, también es fundamental trabajar con los sueños y otros
métodos de experimentación y comprensión de la parte inconsciente

xxiv
PREFACIO

de nuestro ser. Es importante poseer unos conocimientos básicos


sobre psicología, teología y espiritualidad. No obstante, hay que
precisar que algunos de los términos que se usan en este libro tienen
un significado ligeramente diferente a su interpretación habitual.
Esto ocurre especialmente cuando intentamos comprender distintos
conceptos que suelen considerarse el mismo, como por ejemplo
mente y consciencia, el origen de la mente y de la consciencia, o cómo
trabajan en conjunto la mente y otros componentes de la consciencia.
Ésta es un área importante donde practicar la meditación de forma
comprometida puede ayudarnos a colocar las piezas del rompecabezas.
2014-109 Este libro trata sobre las dificultades de la persona, mientras
que The Book of Oneness trabaja en la práctica que se debe mantener para
ayudar y facilitar el crecimiento personal. En cierto sentido, verás un
libro como la práctica, y el otro como la aplicación a la vida más allá de
la práctica, donde la práctica da su fruto. Existe el peligro de enfocarse
demasiado en el interior o de hacerlo demasiado en el exterior, por lo
que la aplicación y la búsqueda de las relaciones personales es lo que
evita el peligro de estar demasiado centrado en uno mismo, incluso
cuando estás intentando centrarte en Dios.

El proceso en grupo
Se recomienda utilizar este libro en grupo. Somos seres conectados unos
con otros y en este libro hay elementos que explican esa interconexión. Las
personas pueden estar vinculadas a nosotros de dos formas importantes.
En primer lugar, pueden actuar como un espejo y reflejar información
sobre nosotros mismos, algo que puede ser de gran ayuda para nuestro
crecimiento. En segundo lugar, muchas veces observamos cosas en otras
personas que ellos no pueden ver en sí mismos. Verlas nos ofrece la
oportunidad de expresar la verdad, cuando se nos pregunta, y de encontrar
formas de ser compasivos o mostrar amor al hacerlo. Estos dos aspectos de

xxv
PREFACIO

la relación conllevan un cierto peligro, especialmente si se usan de forma


egoísta, controladora o manipuladora, por lo que es aconsejable tener
precaución. En el ambiente en grupo deberían enfatizarse los procesos de
apoyo y facilitación que validen la experiencia personal y la comprensión
de que se deben evitar los juicios y las críticas. La mayoría de las personas
son mucho más críticas consigo mismas que ninguna otra. El proceso
del auto-descubrimiento ya es lo suficientemente aterrador como para
que haya otras personas intentando decirte lo que necesitas. Rara vez
ese tipo de proceso se traduce en un crecimiento útil y significativo para
la persona que está compartiendo su camino con nosotros. Según mi
propia experiencia, cada persona del grupo posee una sabiduría que
compartir, sin importar su edad, apariencia o circunstancias de vida. Es
posible acceder a esta sabiduría en un ambiente comprensivo y de apoyo.

Qué esperar
Puedo contarte lo que sucederá en términos generales si estudias
este material. El mundo cambiará porque tú cambiarás. Puede llegar
un momento en el que pienses que cada cosa y cada parte de ti se está
desmoronando. Las ideas, símbolos y estructuras que has usado para
construir tu camino en el mundo también cambiarán. Las cosas que
considerabas verdaderas, dejarán de serlo. Habrá momentos en los que
te sentirás sin rumbo y sin nada que poder utilizar para encontrar una
dirección con sentido. No te asustes. Has estado aferrándote a tantas
cosas que ya no te sirven que dejarlas ir será duro. Pero descubrirás que
al otro lado de esas cosas hay algo —tu nuevo destino— mucho mejor
que nada de lo que nunca hubieras podido imaginar o desear. Emergerás
más fuerte que nunca, con salud espiritual, y descubrirás que hay
muchas formas nuevas de expresar y vivir el amor. Sentirás como si la
vida acabara de comenzar porque eres una persona nueva. Y así será.
Esas cosas específicas y únicas para ti están esperando que las descubran,
y nadie más que tú puede hacerlo.

xxvi
PREFACIO

Muchas de las enseñanzas que ofrece este libro contienen


múltiples niveles a los que sólo se accede a través de más de una lectura
del material. Se alcanzan otros niveles de significado y consciencia tras
varios períodos de aprendizaje, aplicación y posterior procesamiento
interno del mismo. Todo el contenido del libro favorece la reflexión. Cosas
que parecen inconexas o fortuitas cobrarán sentido cuando se aprendan
otras, y finalmente todas terminarán encajando. Es posible que tengas
muchos momentos “¡ajá!” en el camino hacia la comprensión de todo el
conjunto. Sé paciente, no temas ir despacio y disfruta del proceso.
2015-002 Cada persona que permanece en el camino espiritual atraviesa
un proceso de deconstrucción. Sólo quienes no están en ese camino
parecen estar constantemente en modo “constructivo”, término que por
otro lado resulta muy engañoso. La mente humana está constantemente
construyendo el mundo en el que vives, y el mundo que es construido
oculta la realidad última. Por lo tanto, el proceso de deconstrucción es
necesario para que el ser sea capaz de percibir esta realidad última. No
obstante, para muchos, esta deconstrucción no llega lo suficientemente
lejos, y cuando ocurre, los apegos permanecen y el ser humano
reconstruye rápidamente todas las barreras que impiden la verdadera
iluminación espiritual.

2015-003 También existe el problema de la comparación del lugar en


el que uno se posiciona en relación con el otro, y el sentimiento de que
cualquiera que sea ése nunca es tan bueno como el lugar donde otros
lo hacen o simplemente existen. Esto tiene especial importancia para
Jeffrey, ya que cuando él se posiciona en su relación con otros su vida
no encaja bien. Estos juicios se basan en patrones antiguos heredados
del mundo material. Puedes ver que él no encaja bien en ningún lado,
lo que significa que si lo comparas con su grupo de compañeros,
parece que él sea extraño y complicado de entender porque no valora
muchas de las mismas cosas que valoran otras generaciones o grupos
que vienen detrás de él. Su edad cronológica le hace parecer diferente.
Su vida no tiene nada que ver con ninguna otra vida que le rodea, por

xxvii
PREFACIO

lo que parece no encajar en ningún grupo. A veces esto provoca un


sentimiento negativo, sin embargo la realidad es que es algo bueno, ya
que lo que él tiene para ofrecer no es común que les sea ofrecido a otros.
Existe una sabiduría muy profunda a la que se puede acceder, a pesar
de que no siempre se aprecie. Encontrará muchas maneras diferentes
de expresarla con personas distintas, en distintos grupos, pero de
acuerdo con lo descrito anteriormente, la base de lo que se manifiesta,
esa sabiduría interior, es lo que precede a lo que se manifiesta. Esto
está conectado con la creatividad del ser humano, y hay unos pocos que
querrán buscar este conocimiento, esta habilidad, y el entendimiento de
cómo usar apropiadamente esta fuerza y poder en el mundo.

xxviii
La revelación de Dios en
el ser humano
INTRODUCCIÓN

La revelación de Dios en el ser humano describe cómo una persona desarrolla


el sentido de la consciencia a partir de una condición de ser inferior,
menos consciente, hacia niveles más altos de comprensión, proceso que
culmina con el total reconocimiento de Dios, o la consciencia de Dios. La
primera parte del libro presenta un modelo de consciencia que tiene el
potencial de cambiar la manera en que te ves a ti mismo, el mundo y la
espiritualidad. Los distintos procesos que asociamos con la consciencia
y la mente –como el ego, la voluntad, el intelecto y la imaginación– son
definidos y explicados de maneras que pueden resultarte distintas si
las comparas con las formas en que entendías previamente la mente
humana. El libro también analiza la vida y enseñanzas de Jesucristo desde
el contexto de su desarrollo interior, y ofrece el ejemplo de una persona
que atravesó un auténtico y profundo camino espiritual y que logró la
transformación gracias a sus experiencias y elecciones vitales. El estado
final de su transformación consistió, y así continúa siendo, en la unión
con Dios. Ofrecerte el material presente en este libro es como entregarte
un juego de llaves que pueden ayudarte a desbloquear los misterios
de tu existencia y de tu finalidad en este mundo. Se ha llamado a este
proceso auto-realización e iluminación. La realización de este proceso es
la revelación de Dios en el ser humano.
Antes de la época de Jesucristo no existía un completo
conocimiento del ser humano, lo que significa que la realidad sobre los
seres humanos como entidades espirituales no era del todo comprendida.
Esto se observa en la tradición judeo-cristiana, donde el origen de cada ser
humano, el origen de la vida y la consciencia del ser, eran comprendidos
como algo limitado y separado de la fuente creativa de vida y de la
consciencia. Cuando una persona exhibía cualidades especiales de fuerza,
comprensión, conocimiento o sabiduría, se entendía que eran otorgadas
por un poder superior, ajeno a la persona. Se pensaba que el espíritu de
Dios descendía sobre ellos, o los tocaba de una manera mágica. De este

1
INTRODUCCIÓN

modo, se creía que toda autoridad, sabiduría, conocimiento y habilidad


para sanar entraba en la persona desde el exterior. La naturaleza
“malvada” de los seres humanos también era una consecuencia de esta
manera de concebir a la persona. Todo lo que era bueno y verdadero,
como se hallaba fuera de la persona y procedía de un lugar externo a ella,
se trasladaría a su interior, es decir, a un lugar donde no había bondad.
Esta comprensión limitada del ser humano no reconocía la condición
interior de la persona, el origen de la vida que hay en ella, no reconocía la
fuente o el origen de la consciencia asociada a esa vida, y no contemplaba
la presencia de Dios en la persona.
Durante la época de Jesús, los reyes de Israel eran ungidos por
Dios a través del sumo sacerdote de Jerusalén. De acuerdo con la tradición,
el sacerdote era el mediador de la voluntad de Dios y el intérprete de
las leyes de Dios. Esta autoridad podía recaer en el sacerdote de dos
maneras: en primer lugar, se asumía que la persona que ejercía el papel
de sacerdote disponía de dicha autoridad por nacimiento o en virtud de
su posición, y en segundo lugar, era el pueblo quien se la concedía a veces
inconscientemente. Si alguien era “ungido” por el sacerdote para ser rey,
se consideraba que había sido “ungido por Dios” y, por consiguiente,
era reconocido como poseedor tanto del poder político como espiritual;
poderes terrenales otorgados por Dios, quien, según se creía, existía fuera
de la persona. Este reconocimiento externo se convirtió en un ritual y se
mostraba socialmente para reforzar esta percepción en el pueblo. Por su
parte, el pueblo también participaba en el ritual, lo cual confirmaba la
percepción de que el sacerdote era el poseedor de la autoridad espiritual en
la tierra. Muchos hombres elegidos por los sacerdotes para desempeñar
el papel de reyes o líderes —David, por ejemplo— no crecieron y
maduraron en la comprensión de la verdad y del poder espiritual según
existen en Dios. En las escrituras aparece un registro de sus vivencias
que muestra esta falta de entendimiento y la catástrofe que resultó de
ello.
Una de las consecuencias de este fracaso espiritual fue la
insatisfacción generalizada hacia los líderes políticos y religiosos, por
ello se necesitaba creer en la llegada de un nuevo Mesías, o Cristo, y
muchos preguntaban a Jesús: “¿Eres tú el Mesías?”. Jesús entendía el

2
INTRODUCCIÓN

conflicto que había detrás de esta pregunta. Él conocía la autoridad, el


poder y la verdad que existía en cada persona, porque reconocía esta
misma autoridad, poder y verdad en sí mismo. Jesús reconocía que
la verdadera identidad espiritual de cada hombre estaba centrada en
Dios. Comprendió que la mejor manera de manifestar esta verdadera
condición de los seres humanos, de tal forma que otros pudieran tener
acceso a esta sabiduría, era vivir su vida siendo testigo de esta verdad.
Esto ponía en evidencia la manera en la que el mundo reconocía la
autoridad, el poder y la verdad, y creaba un conflicto entre Jesús y las
formas de poder terrenal, material. Puedes imaginar lo que sucede
cuando las personas no reconocen que están hechas de la esencia de
Dios, que Dios está en ellas. Cualquiera que tuviera poder por su estatus
o nacimiento podría manipularlas y controlarlas. La autoridad otorgada
desde el exterior, alejada de Dios, podría manipular, controlar, oprimir o
coaccionar a una persona de inferior estatus social. Esto sucedía porque
las personas desconocían la autoridad interna que poseían. Por aquel
entonces, y hoy en día, las formas externas de autoridad, como las iglesias
o instituciones, no reconocían la verdad, el poder y la autoridad interna
de los seres humanos. La autoridad interior que cada uno tiene amenaza
potencialmente el concepto de persona que tienen aquellos que aceptan
estas formas de autoridad terrenal. Las formas individuales de autoridad
desarrollada internamente amenazan la comprensión de que Dios ha
establecido todas las formas de orden social existentes.
Jesús destruyó el concepto de Mesías y puso al descubierto la
falsa autoridad otorgada a rituales religiosos y sacerdotes. Viviendo como
lo hizo, dando testimonio de la verdad, llegó a ser, encarnó, a Cristo;
él fue la encarnación del verdadero origen de lo que significaba ser
ungido —ungido por la vida, el amor, la verdad— y fue la expresión de
lo que implicaba estar conectado íntimamente con la fuente de la vida
y la consciencia a través de la creación y el nacimiento. Para aquellos
que desempeñaban roles de una autoridad que había sido concedida
por formas externas de poder terrenal, esto representaba el caos y la
destrucción, ya que no conocían la disposición natural del amor y la verdad
de Dios y no podían comprender cómo esto traería armonía espiritual
a los seres humanos. No entendían que esta disposición interna de las

3
INTRODUCCIÓN

personas las guiaría hacia la manifestación de las cualidades espirituales


más elevadas de la humanidad.
Jesús plantó en los seres humanos la semilla de consciencia que
se necesitaba para entender a Cristo a través de su vida y enseñanzas;
una idea que continúa creciendo y desarrollándose en la consciencia de
los hombres. Cada uno de nosotros posee la capacidad de reconocer el
verdadero origen de nuestro propio ser, del amor y la verdad, y cada uno
de nosotros tiene en su interior todos ellos, el don de la vida, el amor y la
verdad. Esta es la belleza encarnada en el Niño Jesús; la belleza hallada
en el nacimiento de cada niño, la luz que ilumina a cada ser humano.
Esta es la promesa, la esperanza y la redención que nos llega con cada
nacimiento. Este es el significado de la celebración de la Navidad, aunque
el entendimiento y la manifestación de dicho significado suela ocultarse
igual que se ocultó la verdad cuando Jesús vivía en la Tierra. Principados
y potestades que viven bajo la capa de la autoridad espiritual intentan
interponerse entre la persona y Dios, y evitar, por tanto, el verdadero
entendimiento de la relación de cada persona con Dios. Tal y como era
antes, muchos de los que ejercen esos roles todavía lo hacen poseyendo
un concepto erróneo de persona.
Cada persona debe encontrar la manera de acceder a la autoridad
que hay en ella, y Jesús es uno de los modelos que existen para este
proceso. Hay otros caminos en otras culturas y períodos de la historia,
pero este libro, La revelación de Dios en el ser humano, ha sido escrito
para aquellos llamados por el ejemplo de la revelación de Dios en Jesús.
Seguir a Jesús y admitir que estos otros caminos existen no empequeñece
a Jesús, su verdad o su autoridad, y no debilita la importancia de lo que
él revela. Respetar o interesarse por comprender la experiencia espiritual
de otros, la revelación de Dios en otros, no altera de ningún modo la
autoridad que hay en Jesús. Este tipo de pensamiento constituiría un
error espiritual. No se consigue nada expresando nociones falsas de
exclusividad. Fomentar la exclusividad de Jesús disminuiría la verdad del
camino espiritual y de la revelación de Dios expresada en él, y manifestaría
una comprensión muy pobre de la libertad, la verdad y el amor que hay
en la revelación de Dios y que existe y está esperando ser descubierto en
cada persona.

4
Capítulo 1

LA CONSCIENCIA

La representación gráfica, o diagrama, de la consciencia que se presenta


en este libro es una representación dinámica, multidimensional y
holográfica de cómo el ser humano experimenta y se conecta con
niveles de consciencia más elevados. Las ilustraciones bidimensionales
muestran ciertas limitaciones a la hora de representar la complejidad de
la consciencia, sin embargo, las personas compartimos un lenguaje que
nos ayuda a describir nuestras experiencias, incluso cuando el idioma o
nuestro conocimiento se quedan cortos. Palabras como “arriba”, “abajo”,
“más alto” o “más bajo” se usan para describir el movimiento dinámico
de componentes que se relacionan entre sí de manera funcional; y por
tanto, no son “buenos” o “malos”. Todos los aspectos de la consciencia
se manifiestan con el propósito específico de ayudar a cada individuo a
funcionar como un ser íntegro y completo.
La representación gráfica de la consciencia está constituido por
varios componentes que se construyen sobre un núcleo central: una serie
de esferas concéntricas (Figura 1), donde la esfera más interna representa
nuestra mente despierta, nuestra consciencia material. La imagen
muestra los diferentes niveles de consciencia como capas superpuestas
sobre la mente despierta, sin embargo debemos recordar que el trayecto
a través de los diferentes niveles de consciencia es en realidad un viaje
hacia el interior y no hacia el exterior en sentido físico. Además, la
expansión de la consciencia es multidimensional, por lo que también
podemos experimentar la consciencia desde otras perspectivas que
se encuentran fuera del cuerpo humano. Estamos más familiarizados
con nuestra consciencia despierta porque, con excepción del tiempo
que pasamos durmiendo o en un estado de consciencia alterada, la
mayor parte del tiempo nos mantenemos en este estado de consciencia

5
Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

despierta. Nuestra mente despierta es sólo una diminuta fracción de


nuestra capacidad total de percepción, y una pequeña parte de quienes
verdaderamente somos. Más allá de la primera esfera existe un entorno
rico y profundo, representado por seis esferas adicionales, que culminan
en el nivel más alto o último nivel: la consciencia de Dios.

1. Mente despierta
2. Memoria activa
3. Inconsciente personal
4. Inconsciente cultural
5. Inconsciente humano
6. Inconsciente colectivo (Jung, 1959)
7. Consciencia de Dios

Figura 1. La consciencia: Diagrama en esfera

6
Diagrama en "V"

A lo largo del libro, también nos referiremos al mapa de la


consciencia como Diagrama en “V” (Figura 2), cuyo vértice inferior
representa nuestra mente despierta, y en orden ascendente, se muestran
los niveles adicionales. Las líneas sólidas se difuminan hacia el final
para representar una apertura, una fluidez y una fusión del límite entre
la consciencia del individuo y la consciencia de todo lo que existe en el
universo.

1. Mente despierta
2. Memoria activa
3. Inconsciente personal
4. Inconsciente cultural
5. Inconsciente humano
6. Inconsciente colectivo
7. Consciencia de Dios

Figura 2. La consciencia: Diagrama en "V"

7
Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

Los siete niveles de la consciencia

Nivel uno: La mente despierta


Lo que denominamos y experimentamos como nuestra mente es,
en realidad, la mente despierta, la cual parece operar en nuestro sistema
independientemente de otras formas más elevadas de consciencia.
La mente despierta es la que asociamos con la vida cotidiana y la que
experimenta el mundo material, principalmente a través de los sentidos.
La información recibida a través de éstos proporciona una serie de
caminos o elecciones que aprendemos a utilizar en nuestro día a día;
una información manejada fundamentalmente por nuestro ego. En una
de sus formas más básicas de funcionamiento, la mente despierta y el
ego preservan la imagen que tenemos de nosotros mismos, es decir,
nuestros pensamientos sobre nosotros mismos. Esto puede ser positivo
o negativo, y puede producir una autoestima alta o baja.
La mente despierta experimenta (nosotros experimentamos) el
constante fluir de pensamientos que surgen y pasan espontáneamente
a través de ella a lo largo del día. La mente despierta es dualista, lo que
significa que posee una identidad generada por el ego, percibe otras
identidades como separadas o distintas a sí misma, y a través de un
proceso de comparación y contraste, evalúa las cosas, los eventos y las
personas con los parámetros “bueno”, “malo”, “mejor” o “peor”. No
resulta complicado para nuestra mente despierta admitir diferentes
puntos de vista, y con la ayuda del ego, puede utilizar o defender cada
punto de vista y al mismo tiempo no reconocer el conflicto de valores que
mantiene dentro del mismo sistema de pensamiento.
Aunque podamos sucumbir a la ilusión de que la mente
despierta es una identidad independiente o de que existe como la entidad
de consciencia mayor, en realidad funciona en los niveles más bajos, a

8
Los siete niveles de la consciencia

menos que la persona elija conscientemente abrir un “canal” hacia niveles


más elevados de consciencia. Un aspecto muy importante de la mente
despierta y de su relación con el ego es que el ego la engaña haciendo que
ésta crea que entiende algo solo por el mero hecho de poder describirlo.
De forma análoga, podríamos decir que el ego piensa que entiende un
libro porque puede describir el color del libro y recitar las palabras y las
letras contenidas en él. El proceso de catalogar, nombrar y describir el
libro puede parecer elaborado pero en realidad la mente despierta está
simplemente recopilando información y fragmentando la “realidad” de
varias formas. El resultado de este proceso de descripción del libro no
debería confundirse con la comprensión del significado del mismo, ya
que ésta es consecuencia de un proceso completamente diferente. Lo
mismo sucede con nuestras descripciones del mundo material, o con una
lectura de ideas desprovista de una comprensión más profunda; ninguna
de las dos responde a la verdad o realidad última. Hasta que no nos
tomemos el tiempo necesario para comprender cómo funcionan estos
procesos en nuestro interior, nos será difícil darnos cuenta del modo en
que nuestros pensamientos pueden estar influenciados o controlados por
procesos inconscientes. Estos procesos pueden mantenernos estancados
en niveles más bajos de desarrollo porque perpetúan muchos espejismos
y formas de ignorancia.

Nivel dos: La memoria activa


Más allá de la mente despierta, material, se encuentra la
memoria activa, el primer nivel de lo que se conoce comúnmente como
el inconsciente. La mente despierta puede llegar a la memoria activa para
recordar información almacenada que hemos aprendido, pero no necesita
tener acceso a cada instante vivido. No siempre somos conscientes de lo
que está almacenado en nuestra memoria activa, pero podemos evocar
esta información con bastante facilidad, a veces a través del pensamiento

9
Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

discursivo. Hay otros desencadenantes que pueden provocar nuestro


recuerdo, como un olor o una conversación con alguien que nos hace
"re-memorar". A través de estas pistas que activan nuestra memoria,
podemos a menudo evocar información muy específica, sin embargo no
debemos olvidar que nuestra memoria activa no es un almacén de la
verdad objetiva, y la información que almacena con frecuencia utiliza
una máscara creada por los mecanismos de autoprotección del ego.

Nivel tres: El inconsciente personal


El inconsciente personal tiene una frontera donde se fusiona con
la memoria activa, de manera que la información puede entrar, salir o
residir tanto en una como en otro. No es fácil recuperar la información
cuando está en los confines más profundos del inconsciente personal;
y si se trata de información conectada a experiencias personales
dolorosas, puede resultar muy difícil recordarla sin que haya un
estímulo especial. Nuestro inconsciente personal contiene todo lo que
nos ha pasado a lo largo de nuestra vida, todo lo que hemos aprendido,
no sólo a partir de enseñanzas explícitas (por ejemplo, lo que nuestros
padres, profesores o amigos nos inculcaron como “bueno” o “malo”),
sino también a partir de ideas implícitas (como la información que el
lenguaje corporal de otras personas nos transmite sobre lo que puede ser
aceptable o no). El inconsciente personal tiene una fuerte influencia en
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Por ejemplo, cuando
reaccionamos de forma defensiva cada vez que nos encontramos a
alguien que tiene un determinado aspecto o que se comporta de cierta
manera, sólo para darnos cuenta después de que el comportamiento
de esa persona nos recuerda a algo por lo que fuimos castigados con
anterioridad. O quizás porque secretamente deseamos parecernos a esa
persona pero tenemos inculcado que su comportamiento es inaceptable
en el entorno familiar o en el sistema cultural en el que vivimos. Con

10
Los siete niveles de la consciencia

frecuencia, se accede a la información del inconsciente personal a través


de los sueños, lo cual es una de las razones por las que la interpretación
de los sueños puede ser una herramienta importante a utilizar en el
proceso de descubrimiento de uno mismo.

Nivel cuatro: El inconsciente cultural


El inconsciente cultural está conformado no sólo por lo que
hemos acumulado a través de nuestras experiencias vitales en la cultura
en la que nacimos, sino también por información que va más allá de
nuestras experiencias personales. Este inconsciente puede ser una
fuente abundante de símbolos (como la bandera de EE.UU.; imágenes
de personas muy conocidas, como actores o héroes; marcas de productos
con las que estamos familiarizados; así como numerosas formas de
manifestaciones religiosas, como la cruz cristiana). Muchas veces
toda esta información nos influencia sin que seamos conscientes de
ello, debido a que nos es muy familiar y a menudo la aceptamos sin
cuestionarla. Tomamos decisiones, entendemos la belleza, adoptamos
ciertos códigos morales y elegimos a nuestras amistades basándonos
en nuestro procesamiento de esta información, que forma parte del
contexto en el que vivimos. Si elegimos hacer algo o si vemos algo que
nuestra cultura ha juzgado como “malo” o inapropiado, la información y
nuestras experiencias se almacenan en esta parte de nuestra consciencia.
El crimen motivado por el odio es un ejemplo de casos extremos donde
unos individuos castigan a otros por ir en contra de lo que culturalmente
ha sido considerado como aceptable, y puede, en ocasiones, atribuirse a
la distorsión y extremismo con el que una determinada persona entiende
los conceptos de lealtad , apego o miedo enraizados en los valores
culturales. Cada cultura o subcultura crea su propio microcosmos con
reglas explícitas e implícitas que rigen sobre las personas que pertenecen
al grupo. Quienes violan las normas son vistos como extraños y como

11
Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

una amenaza. Estos tipos de reglas culturales suelen ser distorsiones


de valores espirituales como la libertad o la forma en que se respeta la
vida humana. Son una aberración en sentido espiritual porque el aspecto
cultural de la norma —un prejuicio o falsa suposición— ha triunfado
sobre un valor espiritual mayor.

Nivel cinco: El inconsciente humano


El inconsciente humano se conecta con nuestra experiencia
humana transcultural y es colectivo. Como ciertos aspectos del
inconsciente cultural en la persona, la región del inconsciente humano
va más allá de la experiencia individual y del conocimiento generado por
esa experiencia. A diferencia del inconsciente cultural, que varía según
el país o el subgrupo, el inconsciente humano es mucho más amplio.
Abarca tanto el inconsciente personal como el cultural, pero además
otro contenido que comparten todos los seres humanos. Cualquier
nacimiento humano, por ejemplo, viene de las madres, con la semilla
que proporcionan los padres. Cada ser humano debe ser alimentado y
nutrido para desarrollarse adecuadamente. Cada uno de nosotros nace,
vive y muere (transiciones, cambios de forma). El arquetipo o forma
general de la madre es humano, pero va incluyendo características
culturales o personales a medida que avanza por la consciencia hacia la
mente despierta. Los niveles cuarto y quinto de la consciencia pueden
ser considerados por algunos filósofos y teólogos como parte de la
consciencia individual de la persona, pero en realidad, llegan a áreas de
la experiencia y de la consciencia a las que sólo se puede acceder durante
elevados estados de consciencia espiritual.
Los niveles dos al cinco se representan en la diagrama de la
consciencia “sobre” la mente despierta. Puede haber una tendencia a
pensar en ellos como “más elevados”, pero debemos recordar que los
contenidos de estos niveles de consciencia son una mezcla diversa. Se

12
Los siete niveles de la consciencia

dibujan de esta manera en el diagrama para representar visualmente


una variedad y una cantidad de contenido más amplios que el contenido
procesado generalmente por la mente despierta, y un área de mayor
capacidad de consciencia. El contenido, combinado con una capacidad
intelectual e intuitiva mayor, junto con la imaginación, tiene el potencial
de expresar una gran sabiduría y comprensión en el ser. El contenido de
estos niveles también se puede utilizar para mantenernos estancados en
etapas inferiores de comprensión y consciencia, especialmente si el ego
continúa teniendo el control, por lo que se necesita cierta capacidad de
discernimiento.

Nivel seis: El inconsciente colectivo


El inconsciente colectivo (Jung, 1959) es una región de la
consciencia y una energía vital presente en todos los seres vivos. Es como
un depósito que contiene cada pensamiento que fue pensado alguna vez,
cada palabra dicha, cada intención y cada experiencia (en otras palabras,
todo lo creado es parte de nuestra experiencia compartida, a nivel
inconsciente, como seres humanos). Es en esta región de la consciencia
donde el pensamiento, la percepción, la consciencia y el contenido
arquetípico —algunos de ellos ya formados, y otros todavía en proceso de
formación— empiezan a manifestarse.
Lo que es compartido —lo que se manifiesta en esta región a un nivel
universal—se describe mejor como una capacidad o potencial existente,
que como una información específica con características personales. Por
ejemplo, allí existe la energía psíquica y espiritual de la madre, así como
una expresión universal de la madre. Cuando dicha energía atraviesa
los distintos niveles de consciencia hacia la mente despierta, recopila
información y características de su expresión como algo humano, más
adelante lo hace de acuerdo a una manifestación cultural y por último, va
añadiendo determinados aspectos que se convierten en personales. Uno
de los errores más comunes aparece cuando se pretenden correlacionar

13
Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

los eventos y el contenido de la mente despierta y el mundo material


con el contenido del inconsciente colectivo. En otras palabras, cuando se
invierte el proceso descrito anteriormente y se asume que la experiencia
personal de la madre es universal. Si se asume que esta experiencia
personal de la madre representa a todas las madres, el concepto de la
madre en sí resultaría inflexible y limitado, y no conservaría el potencial y
la flexibilidad que existe en incluir a la variedad de todas las madres.
Otra de las ideas equivocadas es creer que esta región posee
la capacidad de predecir eventos futuros. Una vez más, hay una
capacidad compartida, pero ésta está sujeta a leyes universales relativas
a la manifestación de la libertad. La capacidad de libertad puede
alterar cualquier evento o circunstancia debido a que la libertad es una
característica fundamental de consciencia, energía y potencial.

Consciencia de Cristo
Si ustedes no me creen cuando les hablo de las cosas de
la Tierra, ¿cómo me van a creer cuando les hablo de las
cosas del Cielo? Sin embargo, nadie ha subido al Cielo
sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre.”
(Juan 3:12-13)

Como revela la cita de Juan, existe una cualidad o característica del


ser que ha ascendido a campos más elevados de consciencia y que vuelve
para relacionarse con personas en otros estados de consciencia, que hace
que lo definamos como “ungido” (el significado de la palabra “Cristo”).
Un ser ungido es capaz de utilizar el contenido de todas las regiones de
la consciencia como medio para comunicar la revelación de Dios en los
seres humanos. El ser ungido posee el logro espiritual y el conocimiento
necesarios para viajar o pasar a través de estos campos, reconocer las
características de cada uno de ellos, y saber qué tipo de señal o punto

14
Los siete niveles de la consciencia

kilométrico en el camino representa una conexión con la consciencia de


Dios. Esta habilidad para regresar al origen de toda consciencia y mediar
entre el nivel más elevado de consciencia y los campos inferiores a él, no
es frecuente entre los seres humanos. Por este motivo, a los seres que la
han alcanzado se les llama “mediadores.” Sólo desde un nivel inferior
de consciencia se puede, mirando hacia “arriba,” ver el carácter único de
dicha capacidad. Se convierte en único solamente en la experiencia de la
persona que la percibe por primera vez y que no tiene la experiencia de
observarla y comprenderla en otros seres.
El proceso interno de un individuo con estas habilidades o
capacidades puede tener como resultado el acceso al campo de la
imaginación: la parte del inconsciente colectivo donde experimentamos
los aspectos arquetípicos y primordiales del Ser de Dios. Esta experiencia
puede ser descrita como la parte de nosotros mismos en la que Dios
reconoce a Dios, y éste nos reconoce a nosotros. Con el tiempo,
las barreras del campo de la imaginación se hacen permeables a la
consciencia de Dios y a un campo compartido de imaginación, por tanto,
la experiencia de Dios en este campo es tanto personal como colectiva. La
forma más elevada de reconocimiento mutuo entre un individuo y Dios
ocurre en el campo de la imaginación. Las primeras experiencias de este
poder suelen ser capturadas por el intelecto y el ego, lo cual puede llevar
a una declaración prematura de revelación si la experiencia y los logros
espirituales de la persona son escasos.

Nivel siete: La consciencia de Dios


En la consciencia de Dios es donde residen los campos
primordiales de energía, consciencia y translucidez. Esta región es
absorbente, reflexiva y expresiva. El símil más parecido que podríamos
ofrecer sería el de dicha región como un espacio lleno de energía invisible
(entendiendo la energía como lo opuesto a la materia). Esta región es

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Capítulo 1: LA CONSCIENCIA

consciencia en su forma más refinada, pura, y es el vínculo íntimo que


une todo lo que existe. Todo lo que se manifiestan emerge de esta energía
primordial. La claridad que existe en este estado, este "darse cuenta" de la
consciencia, no puede ser percibida por formas inferiores de consciencia.
Este campo, que una entidad subjetiva no puede experimentar, es más
bien el lugar donde la percepción, la energía y la consciencia son una y
son lo mismo que la experiencia de la consciencia (donde eso que observa
y eso que es observado son lo mismo, donde hay unidad y reciprocidad
entre el ser y la expresión). En este estado de consciencia la existencia
entra en las primeras fases de su manifestación. Como un agujero negro,
el nivel más elevado lo absorbe todo y la manera en que emite energía
desafía toda lógica, como si la existencia fuera creada desde la nada.
Una consciencia pura implica una percepción de la presencia de Dios
en la persona y el significado de esa presencia mientras uno existe en un
estado de completa libertad. Completa libertad significa que el hecho de
percibir y ser consciente de la presencia no es el resultado de estímulos
sensoriales o externos, sino que el ser sabe algo y es consciente de la
presencia a través de su condición interior. Esta condición interior pura es
una realidad incondicional, y como tal, es amor y verdad incondicionales.
La consciencia es la percepción consciente de esta presencia (decimos
“esta presencia” porque todo forma parte de Dios, y potencialmente
de la consciencia del ser humano). En la mente despierta, somos
conscientes, sobre todo, de la realidad condicionada: causa y efecto,
estímulo y respuesta, acción y reacción. Según vayamos avanzando hacia
la consciencia pura, disminuirán las condiciones que limitan nuestra
percepción consciente y nuestra consciencia.

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