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espacial que gira en torno al planeta Solaris. Al que rodea algo parecido a un
océano que, según se cree, puede ser una especie de cerebro pensante. Todas las
sus instalaciones.
estación.
Siendo Tarkovsky, está claro que no nos encontramos ante una cinta de ciencia-
ficción al uso (Tarkovsky renegaba de dicho género), sino que se trata de una
reflexión de carácter existencialista en la que se intenta penetrar en las oscuras
brick 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968), por lo que
en Solaris. De hecho, las imágenes del mismo son escasas. Al contrario del espec-
táculo coreográfico que Kubrick nos ofrecía en su obra. Si en 2001 los diálogos
nos indica que estamos ante un filme de evidentes connotaciones religiosas (como
casi toda la filmografía de su autor). Tras los títulos de crédito iniciales, la acción
Tarkovsky incluyó para dejar claro desde el principio que su interés se centra,
se había suicidado unos años atrás. Pocos personajes en la historia del cine des-
prenden el patetismo de Hari, esa chica sensible y enamorada que, para no dañar
a su amado, intenta destruirse una y otra vez, resucitando de forma inevitable
derarla en exceso mística, algo que, a decir verdad, tampoco agradó a las autori-
supone que uno se reencuentra con sus sueños y seres queridos. Además, no deja
de ser significativo que los “visitantes” aparezcan cuando llega el sueño. Un sueño
Sancho Panza en un episodio de El Quijote que lee uno de los protagonistas del
filme.
Si tuviésemos que quedarnos con una secuencia de esta obra maestra, nos
sición de Bach. Esa ingravidez de los personajes, que también encontramos en otras
obras de Tarkovsky, nos muestra la extraordinaria poética visual del genio ruso.
Hola, Manuel:
Reconozco, no sin cierto bochorno, que aún no he leído la novela de Lem, así
que me limito a plasmar la visión que tengo de la Hari cinematográfica. Evidente-
mente, Hari es producto de la mente de Kris; aunque quizá yo cometa el error
de considerarla como algo más que un simple concepto en la memoria de su amado.
No sé, me da la sensación de que Tarkovsky la dota de una personalidad mayor
que la que podría tener un mero espejismo. En cualquier caso, tu visión del
personaje es más completa que la mía al haber disfrutado ya del texto de Lem.
Un saludo.
La novela de Lem, que es fantástica, es una historia muy similar a la que nos
cuenta Tarkovsky pero distinta. Sobre todo en lo que tu apuntas, Lem es más
cientifista, habla más del antropocentrismo y menos del misticismo. Ese toque
divino que tiene el océano de Tarkovsky, en que yo no había reparado hasta leer
tu estupendo comentario, no lo tiene sin duda el de Lem. El genial final de la
película no es en absoluto el de la novela. La misma historia en resumen, con
reflexiones muy distintas en ocasiones y dos obras de arte de talla universal, sin
duda.
Por supuesto estoy de acuerdo contigo, Hari no es sólo un fantasma, ese
océano divino que tu apuntas la ha dotado de un alma distinta, sólo quería indicar
(perdóname pero me dolió que catalogaras a MI Hari de patética) que es normal
que tienda a su autodestrucción pues este concepto es lo ha obsesionado a Kris
durante años, Hari no sería el fantasma de Kris, sino fuera una suicida.
Por lo demás enhorabuena por tu análisis y muchas gracias por esa visión del océano
Divino que se me había escapado, ahora veo el final de forma distinta. Creo que
Kris, con su sacrificio se acerca a esa Divinidad. Esto entronca fundamentalmente
con el resto de la obra de Tarkovsky y sin duda conociendo a Lem (he leído
prácticamente toda su obra) debió de ser lo que no le gusto de esta película. Lem
deja a Kris desesperado y al océano, tan autista e indiferente a su desesperación
como siempre estuvo desde su descubrimiento.
Hola, Manuel:
Tal vez me has malinterpretado o simplemente no me he expresado del todo
bien. Cuando hago referencia al patetismo que desprende la figura de Hari, estoy
utilizando ese adjetivo en su acepción de triste y doloroso, que no grotesco. Su
personaje me parece trágico y conmovedor.
Por lo demás, gracias por los apuntes que esbozas acerca de esa gran novela que
espero tener el placer de leer algún día. Me consta que, tal y como apuntas, lo
que no gustó a Lem de la adaptación de Tarkovsky fue su misticismo. Habiendo
repasado una y otra vez la filmografía del ruso, me resulta imposible no hacer una
lectura religiosa (cristiana) de sus películas.
Hola, Luis:
Comparto al cien por cien tu opinión. A mí me ocurrió algo similar con
"Sacrificio", y a día de hoy es mi película favorita de todos los tiempos.
Un saludo.
La película está muy bien hecha. Es una pena que Tarkovsky la haya considera más
imperfecta que bien hecha.
No es la película que más me ha gustado de la filmografía del director ruso,
pero sí es imprescindible para cualquier fanático de un cine más pasional y menos
robótico, adjetivo que describe a la perfección el tipo de cine al que están acos-
tumbrados la mayoría de cinéfilos. No la recomiendo a nadie que no esté dispuesto
a salir de su zona de confort y ver más allá de lo que nos muestra en poeta.
Pensar es la clave del cine de Andrei; si no puedes hacerlo, no estás hecho para
sus películas.
Lo que más me sorprende del cine de Tarkovsky es como indaga en lo más
recóndito del ser humano y su existencia. Para lograr esto, todas sus películas
indagan un tema en particular, el cual será trabajado minuciosamente por el
director hasta proyectar lo más cercano a un sueño o una realidad metafísica. Es
así como está compuesto el cine del mayor poeta visual que ha existido jamás.
Mis películas favoritas de él son "Nostalgia" y "Stalker". "Andrei Rublev" y "Sa-
crificio" se están acercando cada vez más a estar entre los primeros lugares, además
de estar entre mis películas favoritas.