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ALERGIA: ASPECTOS PSICOLÓGICOS

Después del periodo vacacional y vuelta a la rutina del trabajo, colegio…me


planteo escribir sobre la alergia. ¿Por qué? La alergia según diversos estudios puede
hacer su aparición por factores emocionales, estrés…y septiembre puede resultar un
mes estresante. Las vacaciones están muy bien pero tomémoslo son humor: Quien
aguanta estar echado todo el día, comiendo y descansando? Unos días está bien pero
nuestro cuerpo nos agradecerá que tengamos más actividad, ¿no os parece?

Pero comencemos con energía y reflexionemos sobre este tema tan interesante
(al menos a mí me lo parece).

Como suele ser habitual hablaré de experiencias personales y profesionales así


como referencias a la literatura científica sobre el estado actual de la cuestión.
Recuerdo que fui alérgica a los ácaros del polvo siendo niña. Fueron momentos duros a
nivel físico y emocional porque atravesé por la separación de mis padres. Rinitis
(obstrucción nasal, picor, estornudos frecuentes…) eran los principales síntomas.
Todavía tengo la imagen de cuando iba a ponerme inyecciones que no entraban
dentro de la seguridad social en consultas privadas de practicantes para poder mejorar
estos síntomas y así fue.

Al cabo del tiempo, con alrededor de 30 años de edad y tras fallecer mis
padres, me di cuenta que lo que consideraba que eran resfriados fuertes en invierno
que no cesaban nunca y tras sospechar que lo que creía que eran catarros fuertes no lo
eran, acudí al especialista de alergología y tras realizarme la prueba de la alergia, me
dijo que tenía alergia a los ácaros del polvo. Tras varios años vacunándome todos los
meses poco a poco he conseguido tener un mayor equilibrio en cuanto a salud física y
emocional se refiere.

Respecto al aspecto profesional, he atendido hace poco tiempo casos diversos


desde un niño que tenía también alergia al polvo y había desarrollado asma por estrés
escolar, problemas familiares… y varias clientas adultas con alergias, personas
inseguras cuyo motivo de consulta no era su estado de salud física por supuesto
porque para ello acuden al facultativo correspondiente, sino su malestar emocional y
su reacción a eventos estresantes (enfermedad de un familiar, problemas con un
compañero de trabajo…). Con todos ellos desarrollé un vínculo terapéutico y poco a
poco pudieron ir conociéndose y resolviendo sus problemas a través de la mayor
confianza en sí mismos tras la puesta en práctica de estrategias y pautas que les iba
mostrando a lo largo de las sesiones.

El año pasado asistí a un curso en el Colegio Oficial de Psicología en el que se


relacionaba las emociones y la salud y la profesora nos ofreció trípticos, elaborados
por la Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés, en los que
explicaban la participación de factores psicológicos en diversas enfermedades, entre
las que no figuraban las alergias. Podría resultar adecuado que formaran parte de este
listado de enfermedades.

Mi experiencia personal y profesional me ha llevado a plantear que los aspectos


emocionales influyen mucho en la salud física, concretamente los acontecimientos
vitales estresantes junto con una predisposición biológica a desarrollar unos síntomas.
Influyen en la aparición y/o cronificación de alergias y otros problemas de salud. En
publicaciones anteriores, dedique también unas líneas a la relación entre emociones y
salud http://www.psicologosaldaia.com/emociones-salud-afectan-tus-emociones-la-
salud/ y al afrontamiento de enfermedades crónicas
(http://www.psicologosaldaia.com/enfermedades-cronicas-como-afrontarlas/,
http://www.psicologosaldaia.com/emociones-trastornos-digestivos/).

Pero… ¿cuál sería la definición de alergia? Según la Web para pacientes


alérgicos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma
Pediátrica (SEICAP), la alergia es una reacción de defensa del organismo contra
sustancias externas que penetran en el cuerpo. Esas sustancias pueden penetrar por el
aparato digestivo (alimentos, medicamentos), por el aparato respiratorio (inhalantes),
absorbidas por la piel (contactantes), o atravesando la piel (inyecciones, picaduras). El
sistema inmune del cuerpo reconoce esas sustancias como extrañas e intenta
neutralizarlas. Las personas sin alergia también las reconocen como extrañas, pero su
organismo las neutraliza sin dañarse a sí mismo, mediante mecanismos llamados de
tolerancia. Las personas con alergia las intentan neutralizar por mecanismos que se
vuelven dañinos contra el propio organismo, y causan los síntomas de alergia. Los
síntomas son variados y dependen del tipo de alérgeno que se trate.

¿Qué sustancias pueden dar alergia? Cualquier sustancia que pueda causar
alergia se llama alérgeno. Los alérgenos principales son: ácaros, hongos, pólenes,
animales, alimentos, medicamentos, látex, y venenos de abeja y avispa.

¿En qué consiste el tratamiento médico? Consiste en: Antihistamínicos,


descongestionantes en gotas o espray, esprays nasales con corticoides, inmunoterapia
o vacuna antialérgica.

Los psicólogos también hemos investigado sobre la posible relación entre las
alergias y factores psicológicos (emociones, estrés, personalidad…). Tras realizar una
búsqueda he encontrado varios artículos que señalo sus referencias al final que me
han resultado especialmente interesantes. A continuación, incluyo algunos datos a
modo de conclusión:

En una investigación psicológica del 2002 de Gualberto Buela-Casal y


colaboradores, concluyen que “debería hacerse hincapié en el estado actual de la
investigación sobre las relaciones bidireccionales entre enfermedades biológicas y
factores psicológicos”. En su investigación encontraron que “la gran mayoría de las
veces no se conoce, ni el origen de ciertas alergias (que podría deberse a factores
psicológicos o no), ni la influencia que algunos factores psicológicos tienen en su
desarrollo. Igualmente ocurre al contrario, es decir, que es escaso el conocimiento
sobre las implicaciones que las alergias podrían tener, o sea, sobre sus efectos en el
funcionamiento psicológico de las personas que las padecen. Nos encontramos por
tanto en un campo, en el que se intuye que debe haber algo pero no se sabe qué ni en
qué medida”. En este estudio 22 son sujetos alérgicos al polen del olivo y 206 no son
alérgicos. Los resultados apuntan a la existencia de diferencias entre los grupos en las
puntuaciones obtenidas en las escalas que evalúan ansiedad social (temor a la
evaluación negativa y evitación y angustia social). Lo mismo ocurre en las puntuaciones
obtenidas en ansiedad general, evaluada a través del STAI (mediante sus dos
subescalas estado y rasgo), y en las subescalas extroversión y neuroticismo del
cuestionario de personalidad de Eysenck (EPQ-A). Finalmente, se concluye que las
diferencias encontradas entre los grupos en las dos pruebas (STAI y EPQ-A) se
relacionan con componentes de tipo social que deben ser considerados en
investigaciones futuras.

Antes he nombrado la palabra rinitis, ¿pero qué quiere decir? El término rinitis
se aplica generalmente a la alteración inflamatoria de la mucosa de la fosa nasal. Las
manifestaciones clínicas de la rinitis incluyen a menudo obstrucción nasal, secreción
acuosa y sensación de plenitud nasal, cosquilleo, escozor (que en algunos casos llega a
extenderse a toda la cabeza), estornudos, y de forma eventual, conjuntivitis. Las
causas de la rinitis es múltiple, su origen puede deberse a una infección, a causas
alérgicas, alteraciones vegetativas, cambios bruscos de temperatura, sustancias
irritantes dispersas, estrés y otros agentes emocionales, etc. En numerosas ocasiones
la rinitis puede deberse a una combinación entre varios de estos factores. En el artículo
de revisión “Rinitis y factores psicológicos: estado de su relación” de Juan Carlos
Fernández Rodríguez y Mayte Herrera Mera (2012) apuntan a cómo “la ansiedad
puede estar relacionada con los síntomas de alergia (Retamales, 1998; Rosenbaum y
Pollack, 1987;) y cómo los pacientes con trastornos alérgicos (rinitis entre ellos)
pueden sufrir ansiedad o depresión a causa de su enfermedad alérgica (Buela-Casal,
Santos, Carretero y Cachinero, 2002, Michel, 1994), además, las enfermedades de tipo
alérgico pueden guardar relación con la agorafobia y los trastornos de pánico, en
particular en los pacientes que han sufrido anafilaxia (Schmidt-Traub,1995). Incluso en
el caso de las rinitis agudas ha sido descrita la influencia de las emociones negativas en
la probabilidad de aparición de enfermedades infecciosas (Cohen y Williamson, 1991).
Por tanto, la rinitis se podría considerar como un trastorno de tipo psicofisiológico, no
siendo este trastorno una excepción al resto de los trastornos de esta clase, en los
cuales podemos encontrar factores psicológicos íntimamente relacionados con el
mantenimiento del trastorno. Los factores psicológicos (sobre todo emocionales)
aparecen citados en la rinitis como estímulos desencadenantes, incluso en la literatura
de carácter biomédico”.

En la entrada http://www.psicologosaldaia.com/es-posible-el-bienestar-y-
felicidad-la-union-de-la-psicologia-clinica-y-de-la-salud-con-psicologia-positiva/ podéis
encontrar algunas de las funciones del psicólogo de la salud y que pueden extrapolarse
al caso de las alergias. Tras comentar los resultados obtenidos por diversas
investigaciones científicas, podemos decir que las personas con alergia pueden
beneficiarse del aprendizaje de estrategias para aumentar su bienestar emocional tales
como asertividad y habilidades sociales, autoestima,
http://www.psicologosaldaia.com/saber-relacionarse-bien-uno-los-demas-secreto-del-
bienestar/, reestructuración cognitiva o modificación de pensamientos negativos o
desaptativos http://www.psicologosaldaia.com/la-filosofia-irracional/, técnicas para
afrontar el estrés tales como relajación, mindfulness, gestión del tiempo, planificación
de actividades agradables…
Desde Psicosalud Emocional puedo ayudar a afrontar las situaciones
estresantes que se presentan en tu vida y que pueden estar influyendo en tu bienestar
físico y emocional.

En octubre estamos preparando un taller sobre gestión del estrés para


comenzar con buen pie la nueva etapa en la que nos planteamos nuevos retos si
nuestra salud física y emocional nos lo permite.

PONER CARTEL DEL TALLER DE OCTUBRE

Webgrafia:

https://www.sabervivirtv.com/medicina-general/tratamientos-para-controlar-
alergia_304

http://pacientes.seicap.es/es/alergias_20306

Bibliografía:

- Buela Casal, G; Santos Roig, M; Carretero Dios, H; Cachinero, J (2002). Análisis


de la interrelación entre alergia y variables psicológicas. Salud Mental, vol. 25,
núm. 5, pp. 23-28. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
Distrito Federal, México.

- Fernández Rodríguez, JC; Herrera Mera ,M (2012). Rinitis y factores


psicológicos: estado de su relación. Escritos de Psicología, Vol. 6, nº 1, pp. 14-
19

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